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EL ORIGEN DE LA ESCRITURA DE LOS NÚMEROS

El origen de los números, así como su grafía, es un proceso sumamente complejo, que
tuvo muchos protagonistas en diferentes partes del planeta y se desarrolló a lo largo de
varios milenios.

La primera etapa en la existencia del ser humano hacia la creación de los números fue
tomar conciencia de que podía conocerse si dos conjuntos tenían la misma cantidad de
objetos, sin que existiera la idea de número. Dos conjuntos poseen la misma cantidad de
objetos, independientemente de cuál sea esa cantidad, si podemos establecer una
relación “uno a uno” entre los elementos de ambos. Hace milenios los pastores podían
comprobar, sin conocer los números, si todas las ovejas que habían sacado a pastar por
la mañana regresaban a la tarde. Para ello, los pastores debían de colocar una piedra u
otro pequeño objeto, en algún recipiente, por cada oveja que salía a pastar al campo, y
cuando regresaban, iban sacando una piedra por cada animal que llegaba. Sabían que
habían regresado todas si al final no quedaba ningún guijarro en el recipiente, y que se
había perdido alguna oveja, o habían sido atacadas por los lobos, si aún quedaban
piedras.

Pero, además, se produjo un avance significativo hacia el concepto de número porque el


ser humano introdujo una familia de objetos de referencia, ya fuesen estos los dedos de
las manos, piedras, nudos en una cuerda, muescas en el suelo, en un palo o en un hueso,
para poder asociar cualquier cantidad de animales, plantas u objetos con el mismo
número del conjunto de referencia. Así, dos ovejas se correspondían con dos dedos, dos
muescas o dos piedras, cinco personas con cinco muescas. Este fue el origen del primer
concepto de número desarrollado por la humanidad, así como el proceso de contar
asociado, operación que consiste en añadir un objeto de referencia más por cada nuevo
sujeto a contar. Esos elementos de referencia “inventados” se podían utilizar para
“contar” cualquier conjunto de objetos y eran manejados por todas las personas de una
misma zona.

El anterior fue un proceso de abstracción que duró varios


milenios. Las primeras evidencias de registros numéricos,
tengamos en cuenta que si se utilizaban partes del cuerpo
humano o materiales degradables el registro desaparecía, son
de hace más de 30.000 años, un hueso (peroné) de babuino con
29 muescas y un hueso (tibia) de lobo con 57 muescas,
agrupadas de 5 en 5.

El Hueso de Ishango, es un hueso, el peroné de un babuino, del paleolítico superior, aprox. del
20.000 a.n.e., que contiene tres grupos de muescas, quizás como parte de un proceso de contar
animales u objetos, o tal vez relacionado con el calendario. Perteneciente al Institut Royal des
Sciences naturelles de Belgique, Bruxelles. Fuente: Wikimedia Commons
El siguiente avance lo constituyó la invención de la base de la numeración. Representar
números cada vez mayores utilizando los dedos de la mano o por acumulación de
muescas, nudos o guijarros se hizo inviable, además de la dificultad para distinguir, sin
saber contar, entre un grupo alto de marcas, nudos u otros objetos de referencia, por
ejemplo, entre IIIIIII y IIIIIIII. Se empezaron a agrupar formando grupos de 5 o 10, o
incluso otras cantidades. Es decir, cada 5 o 10 muescas, piedras o nudos, se marcaba una
muesca, piedra o nudo distinto, que tenía el valor de 5 o 10 de los normales, creando
una jerarquía de símbolos.

Georges Ifrah, en Historia universal de las cifras, narra la historia de un pueblo de


Madagascar que, para contar el número de soldados de su ejército, estos pasaban en fila
y cada uno depositaba un guijarro en una pequeña zanja en el suelo, cuando llegaba el
décimo, este extraía las 10 piedras de la misma y en su lugar colocaba una en una
segunda hendidura, reservada para las decenas. Y se continuaba colocando guijarros en
el primer hoyo hasta que este se llenaba de nuevo con 10 piedras, con el soldado 20,
momento en el que se vaciaba esa primera cavidad y se colocaba un segundo guijarro en
la segunda. Cuando la segunda zanja llegaba a tener diez piedras, se extraían y se
colocaba una de ellas en una tercera hendidura, la de las centenas, y así sucesivamente.
De manera que, si al terminar de pasar los guerreros había 3 guijarros en la primera
zanja, 7 en la segunda y 4 en la tercera, el número de guerreros era 473.

Muchos pueblos han utilizado el 10 como base, debido a que nuestras manos fueron el
primer sistema de referencia y la primera calculadora que tuvo el ser humano. Además,
esa misma idea en la que se basan los malgaches, es la que se utiliza en el ábaco.

De forma paralela al desarrollo del concepto de número, se fueron desarrollando las


operaciones aritméticas. En Kenia cuando iba a salir una expedición militar, cada
guerrero masai depositaba un guijarro en un montón, y a la vuelta cada superviviente
cogía uno del mismo. De esta forma, se tenía conocimiento de las pérdidas sufridas, ya
fueran muertos o prisioneros. La cantidad de piedras que quedaba era el resultado de los
guerreros iniciales menos los que habían vuelto.

Quipu inca del Museo Larco, de Lima


(Perú), sobre el 1400 d.C. Como se
explica en Quipu y yupana,
instrumentos matemáticos incas (I),
los incas utilizaban un sistema
decimal de registro de números,
mediante nudos sobre cuerdas.
Fotografía: Claus Ableiter /
Wikimedia Commons

Un tema de estudio muy


interesante son los diferentes
sistemas de numeración que se
fueron generando en la antigüedad por los diferentes pueblos, así como los algoritmos
para el cálculo de las operaciones aritméticas que se desarrollaron. El libro Historia
universal de las cifras de Georges Ifrah es la referencia obligada sobre esta cuestión,
aunque en la bibliografía se citan algunas entradas del Cuaderno de Cultura Científica
en las cuales se muestran algunos ejemplos.

Pero regresemos al tema central de esta entrada del Cuaderno de Cultura Científica,
cómo, y porqué, se desarrolló la escritura de los números y qué relación tuvo con la
invención de la escritura.

Hacia el final de la prehistoria de la humanidad, el ser humano empezó a asentarse,


abandonando su vida nómada, y con los asentamientos inició el desarrollo de la
agricultura y la ganadería, y fruto de todo ello, se originó el comercio, primero el
intercambio de productos y, posteriormente, la compra-venta. Después empezó a vivir
en grandes asentamientos, en ciudades, lo que llevó a la organización y gobierno de las
mismas, y de otras estructuras socio-económicas más amplias, a la creación de servicios
y a un mayor comercio. Los números y la aritmética se hicieron fundamentales en estas
sociedades, fue el origen de la contabilidad. Incluso existieron profesionales dedicados a
las labores aritméticas y de registro de la contabilidad.

Una de las zonas de la Tierra en las que se produjo esta transformación fue
Mesopotamia, Elam y alrededores, que es el lugar en el que se originó la escritura,
también la escritura de los números.

Los primeros números que utilizaron los sumerios o los elemitas fueron “cálculos”,
objetos de barro de diferentes formas y tamaños, que utilizaron tanto para representar
los números, como para realizar con ellos las operaciones aritméticas. Su antigüedad se
remonta, al menos, al milenio IV a.n.e.

Los números sumerios consistían en un sistema de numeración aditivo (es decir, al igual
que los números romanos, cada número se obtiene por acumulación de las cifras
básicas), de base mixta 10 y 60, cuyas cifras básicas eran un cono pequeño 1, una bola
pequeña 10, un cono grande 60, un cono grande perforado 600 (= 60 x 10), una esfera
3.600 (= 602) y una esfera perforada 36.000 (= 602x 10), y se desconoce cuál era la
forma de la figura de barro, si existía, para la siguiente cantidad, 216.000 (603).
Cifras básicas sumerias, que consisten en una serie de “cálculos” de arcilla con
diferentes formas. Imagen extraída del libro Historia universal de las cifras, de Georges
Ifrah
Como el sistema de numeración sumerio era aditivo, para representar el número
164.571, se utilizaban 4 esferas perforadas, 5 esferas, 4 conos grandes perforados, 2
conos grandes, 5 esferas pequeñas y 1 cono pequeño, ya que 164.571 = 4 x 36.000 + 5 x
3.600 + 4 x 600 + 2 x 60 + 5 x 10 + 1 x 1.

Represent
ación del número 164.571 utilizando los cálculos sumerios, es decir, 4 esferas
perforadas, 5 esferas, 4 conos grandes perforados, 2 conos grandes, 5 esferas pequeñas y
1 cono pequeño
Y con estos guijarros de arcilla, los sumerios realizaban además las operaciones
aritméticas que necesitaban para la contabilidad que necesitaban. Eran métodos muy
sencillos, que no abordaremos aquí, por falta de espacio, pero que cualquiera puede
imaginar, si se pone a ello.

En otras zonas, como la vecina Elam, los cálculos (de arcilla) eran un poco diferentes,
así como sus valores, un bastoncillo 1, una bola 10, un disco 100, un cono pequeño 300
y un cono grande perforado 3.000. Aunque esencialmente era un sistema de numeración
similar, con idénticos métodos de cálculo de las operaciones aritméticas.

Así, alrededor del año 3.500 a.c. en Sumeria (y también, en Elam) empiezan a sentir la
necesidad de guardar constancia de las informaciones numéricas asociadas a las
transacciones económicas o de los muy diversos datos estadísticos relacionados con la
vida y el gobierno de Sumeria, por ejemplo, las cantidades de cereales y animales
implicados en una compra-venta entre un agricultor y un ganadero, el registro del
número de ovejas de un pastor o la población de las diferentes ciudades de Sumeria.
Para ello se representa la cantidad en cuestión con los guijarros de arcilla de su sistema
de numeración y se introducían estos en el interior de una bola de arcilla fresca, se
cerraba y en el exterior de la misma se imprimían uno o dos sellos cilíndricos para
garantizar su origen e integridad (por supuesto, los gobernantes o familias poderosas
eran quienes tenían sellos cilíndricos). Al secarse la arcilla se conservaba dentro la
información numérica deseada. Pasado un cierto tiempo, si era el momento de
comprobar la información, por ejemplo, para realizar el pago de la compra-venta, se
rompía la bola de arcilla y se podía acceder a la información numérica guardada.
Podríamos decir que fue el primer recibo de la historia.

Bolsa de arcilla, con sello cilíndrico impreso en el exterior, junto con


algunos “cálculos” de arcilla. Encontrada en la Acrópolis de Susa, que
llegaría a ser la capital de Elam, fechada en el período Uruk de
Mesopotamia (entre 4.000 y 3.100 a.n.e.). Departamento de Antigüedades
Orientales del Museo del Louvre (París). Fotografía: Marie-Lan Nguyen

Planteemos una situación hipotética en las que pudo utilizarse


este sistema de registro numérico. Imaginemos un ganadero y
un agricultor sumerios que pretenden intercambiar bueyes por
trigo, y llegan a un acuerdo de compra-venta de 14 bueyes a
cambio de 686 cestos de trigo, a entregar al finalizar la época
de siega del cereal. Deberán recoger la información de la transacción, para cuando se
produzca esta no haya ninguna duda. Para ello el ganadero introduce una bola y dos
conos pequeños, para registrar la cantidad de 12 bueyes, en una bolsa de arcilla fresca,
después la cierra e imprime su sello cilíndrico en el exterior. Por su parte, el agricultor
introduce un cono grande perforado, un cono grande, dos bolas y seis conos pequeños,
para indicar los 686 cestos de trigo, en otra bolsa de arcilla fresca, que después cerrará e
imprimirá con su sello cilíndrico personal. Una vez secas, intercambiarán las bolsas de
arcilla, con las cantidades registradas, que guardarán hasta el momento de realizar el
intercambio de los productos. Otra posibilidad es que exista un funcionario del gobierno
que certifique la transacción imprimiendo su sello a la bolsa de arcilla.

Imagen mediante rayos X de una bolsa de arcilla intacta, en la


que se puede apreciar en su interior algunos “cálculos” de
arcilla, con forma de conos y ovoides. La bolsa de arcilla fue
encontrada en Dhahran, Arabia Saudí. Imagen del artículo The
Earliest Precursor of Writing de Denise Schmandt-Besserat

Con el fin de no tener que romper la bolsa de arcilla


cada vez que se quería comprobar la cantidad
registrada, lo que implicada además tener que volver
a preparar otra bolsa de arcilla nueva, se empezaron a marcar los “cálculos” que luego
iban a introducirse en la bolsa de arcilla, sobre el exterior de la misma. De esta forma
observando el exterior de la bolsa de arcilla ya se conocía la cantidad representada en el
interior.
Bolsa de arcilla cerrada con cálculos
marcados, 3300 a.c., Susa, Irán. Musée du
Louvre, Département des Antiquités
Orientales, París; y Denise Schmandt-
Besserat. Imagen: Wikimedia Commons

El siguiente paso en el camino hacia el


inicio de la escritura numérica, fue que
los sumerios se percataron de que
realmente no necesitaban los “cálculos” que estaban dentro de la bolsa de arcilla,
bastaba con observar las impresiones en el exterior para conocer el número que se
representaba en la misma. Por este motivo, se empezaron a utilizar simplemente tablillas
frescas de arcilla sobre las que se presionaban los “cálculos” y quedaba registrado el
número contable, manteniendo la idea del sello cilíndrico por encima de las cantidades,
como certificación de autenticidad.

Tablilla de arcilla con números impresos en la misma y un sello, tanto delante,


como detrás, de la tablilla. Localizada en Jebel Aruda (Siria), del período Uruk V (aprox. 3500-3350
a.n.e.). Imagen: CDLI-Cuneiform Digital Library Initiative. CDLI n. P235757

En las primeras tablillas de arcilla, atendiendo a las tablillas sumerias arcaicas


conservadas, se consignaban solamente las cantidades, sin especificar a qué se referían
estas, y una tablilla para cada cantidad. Se utilizaba simplemente una tablilla con el
número 137 impreso si por ejemplo se pretendía hacer un registro de 137 sacos de trigo,
y si se quería hacer otro registro, por ejemplo, de 63 ovejas, se tomaba otra tablilla de
arcilla fresca y se representaba el número 63. Tampoco quedaba registrada la propia
naturaleza de la operación contable, una compra-venta, un reparto, un inventario de
bienes, etc.
Tablilla de arcilla con marcas impresas representando el número 63 (números elamitas, 6 marcas
redondas, correspondientes a bolas, 6 x 10 = 60, y 3 marcas alargadas de bastoncillos, 3 x 1 = 3). Puede
observarse el sello cilíndrico también. Localizada en Susa (actual Irán), fechada aprox. 3.200 a.n.e.
Imagen Musée du Louvre, Département des Antiquités Orientales, París. Fotografía: Denise Schmandt-
Besserat

Como lo importante eran las marcas que quedaban impresas en la arcilla, y no los
propios “cálculos”, se empezaron a realizar esas marcas con un sencillo buril (en el caso
de los números sumerios, muesca fina 1, impresión circular pequeña 10, muesca grande
60, muesca con impresión circular pequeña 600, impresión circular grande 3.600,
impresión circular grande con impresión circular pequeña 36.000), que irían derivando
hacia una grafía cuneiforme.

Tabla en la que se recogen los valores de las cifras básicas sumerias y las diferentes
formas de representarlas, primero como “cálculos” de arcilla, después las cifras
arcaicas, realizadas con un buril y que intentan imitar la forma de los cálculos al ser
impresos en la arcilla húmeda, y las cifras cuneiformes, realizadas con un también buril
pero que ya no se asemejan a los guijarros originales. Imagen: Historia universal de las
cifras, de Georges Ifrah

Tablilla contable sumeria del periodo Uruk, de la Acrópolis de Susa, aprox. 3200-2700 a.n.e. Musée du
Louvre, Département des Antiquités Orientales, París. Fotografía de Marie-Lan Nguyen / Wikimedia
Commons

Las transacciones económicas se fueron multiplicando, así como los registros contables
de las mismas, por lo que hacia el año 3.100 a.n.e. se empezaron a incluir diferentes
registros en una misma tablilla (como en la imagen de arriba) y a utilizarse pictogramas,
que son los primeros signos de la escritura, para indicar los objetos a los que se refería
cada cantidad de la tablilla (cereales, ovejas, caballos, jabalíes, pan, ropa, etc). Estos
pictogramas que al principio solo registraban objetos, poco a poco fueron incorporando
otros significados, por ejemplo, acciones. Así mismo, se empezaron a combinar varios
pictogramas para obtener nuevos significados. Fue el nacimiento de la escritura.

Tablilla económica sumeria, con números y pictogramas. En la imagen podemos ver que en la primera
columna, fila 1, se cuenta 1 oveja, en la fila 2, 80 carneros y en la fila 6, 166 cabras. Encontrada en Tello
(antiguamente Girsu). Del periodo de gobierno de Urakagina, en la ciudad-estado sumeria de Lagash,
aprox. 2350 a.n.e. Musée du Louvre, Département des Antiquités Orientales, París. Fotografía: Pierre et
Maurice Chuzeville
Tablilla sumeria, con números y pictogramas, que describe la compra-venta de 12 personas como
esclavos. Aprox. 3100 a.n.e. Una descripción completa se puede encontrar en Visible Language

En la siguiente imagen vemos algunos pictogramas sumerios arcaicos.

Pictogramas de la escritura sumeria arcaica, del libro Historia universal de las cifras, de Georges Ifrah

Y vemos la evolución de algunos de los pictogramas hacia su forma cuneiforme.


Evolución de algunos pictogramas de la escritura sumeria arcaica a sus representaciones en la escritura
cuneiforme. Imagen del libro Historia de la escritura, de Louis-Jean Calvet

Más aún, a lo largo de los siguientes siglos, esos pictogramas acabarían derivando en un
lenguaje escrito en el que las imágenes, los signos, representaban sonidos del lenguaje
oral (hacia el 2.800-2.700 a.c.). Como explica Ifrah, la imagen de un horno deja de
emplearse en las tablillas para significar el objeto, sino que pasa a expresar el sonido
“ne”, que era la palabra sumeria para horno. O la representación gráfica de una flecha,
cuyo vocablo en sumerio es “ti”, se utiliza para representar este sonido. Como vida se
decía también “ti” en sumerio, el signo escrito de la flecha sirvió también para designar
a la vida. La flecha pasó a representar, no un objeto, sino un fonema. La palabra sumeria
para herrero era “ti-bi-ra”, y se representaba por tanto con tres signos, el primero de los
cuales es una flecha. El carácter deja de ser un pictograma, para convertirse en un
fonograma.

Terminamos con una imagen de uno de esos sellos cilíndricos de los que hemos hablado
en la entrada.
Sellos cilíndricos e impresiones de los mismos. El primero encontrado en Mari (Siria), de aprox. 2500-
2400 a.n.e. Departamento de Antigüedades Orientales del Museo del Louvre (París). Fotografía de
Jastrow. Los dos últimos encontrados en Khafajah (actual Iraq), del último período Uruk, aprox. 3350-
3100 a.n.e. Imagen de la publicación Visible Language

https://culturacientifica.com/2018/10/31/el-origen-de-la-escritura-de-los-numeros/
El origen pragmático de la geometría

En general se plantea que la geometría surge fundamentalmente del salto de unas


prácticas de medición empíricas de los egipcios y babilonios, a unas formas abstractas
de los griegos. Como si los griegos hubiesen allanado el camino hacia lo abstracto sin
adeudar nada a sus antecesores. Como si de pronto, por algunas circunstancias
especiales, los griegos vieran la necesidad de poblar la geometría de un universo de
objetos de carácter abstracto. Objetos puros del pensamiento, desligados de la “vulgar”
empiria, sin referencia con problemas concretos, anteponiendo, así, de manera abrupta,
la experiencia trascendente, noein, a la experiencia profana, doxa 1.

En particular, se argumenta que si bien los egipcios y babilonios poseían un extenso


conjunto de resultados geométricos y aritméticos, su uso se limitaba a asuntos prácticos.
Sin embargo, algunos analistas sustentan que en algunos desarrollos de los egipcios y
babilonios se pueden vislumbrar, no sólo huellas de una experiencia práctica, sino que
constituye una génesis importante de la experiencia trascendente. No es difícil mostrar,
por ejemplo, que en la construcción de las pirámides egipcias hubo necesidad de
desplegar una geometría que va más allá del simple transporte de ángulos rectos y
segmentos. Los palacios, templos y pirámides revelan figuras geométricas hechas con
una precisión tan enorme que aún hoy serían de difícil construcción. También se
evidencia el manejo de relaciones ligeramente abstractas: el área de cada triángulo de la
pirámide es igual al cuadrado de la altura; las razones de altura, inclinación y base
guardan relaciones con el “segmento áureo” en unos casos y con el radio de un círculo
respecto al decágono inscrito, en otros. Estos son elementos que dejan translucir huellas
de una experiencia trascendente; huellas primarias de una experiencia geométrica
abstracta, cuya autenticidad se supone que sea griega.

De esta forma, a pesar de no poseer los documentos suficientes que nos expliquen la
manera como concebían las matemáticas, es seguro que en edificaciones tan imponentes
han debido utilizar planos y modelos a escala; ingredientes básicos del origen de la
geometría según Michel Serres.

En su libro Los Orígenes de la Geometría 2, Michel Serres plantea que el paso hacia una
geometría de objetos abstractos no fue ni lineal ni sencillo. La geometría surgió a partir
de múltiples elementos de causalidad en los cuales se combinan vertientes heterogéneas
que van de lo abstracto a lo concreto y viceversa. La geometría fue el producto del
aporte de diversos entornos culturales en períodos largos de tiempo. En particular, la
geometría euclidiana no fue establecida directamente por Euclides, sino que
corresponde al producto de una variada amalgama de filósofos, astrónomos y
pensadores quienes contribuyeron en la demarcación del método y en la formulación de
algunos de los teoremas y construcciones presentes en los Elementos.
La emergencia del razonamiento deductivo

Los egipcios y babilonios recurrían a herramientas inductivas para generar hipótesis que
eran consideradas como proposiciones verdaderas. No obstante, al establecer una
hipótesis a partir de un razonamiento inductivo es imprescindible demostrar que ésta no
es sólo un elemento en común, dado que la experiencia no basta para establecer
propiedades verdaderas.
Fue tal la importancia que egipcios y babilonios le confirieron a sus resultados, que esta
geometría técnica pasó de la clase ilustre a permear en la sociedad de ambas
civilizaciones. Sin embargo, como toda civilización, los egipcios y babilonios fueron
golpeados por crisis económicas que dificultaron el desarrollo de la geometría, no se
sabe con certeza si de no existir dichas crisis en ambas culturas hubiese surgido la
necesidad de demostrar, pero lo que si es cierto, es que de acuerdo a los papiros y
tablillas cuneiformes, ambas geometrías manejaban ideas geométricas tan brillantes que,
a lo mejor, de forma lenta, habrían desembocado en la necesidad de demostrar 3,4.

Pero estas situaciones no detuvieron el desarrollo de la geometría, puesto que nuevos


personajes se interesaron en ésta ciencia. Lejos de los aspectos pragmáticos se
preocuparon por indagar sobre el porqué de las propiedades geométricas, buscando
generalizaciones a partir de cadenas de razonamiento en lugar de inferencias empíricas.
Entre éstos personajes se destacan los oriundos de las tierras acariciadas por las aguas
del mar mediterráneo: los antiguos griegos de las islas jónicas 5.

Los teoremas de Tales

Tales de Mileto fue señalado como uno de los iniciadores de la Geometría abstracta. Sin
embargo, las motivaciones primarias de Tales fueron en la resolución de problemas
prácticos, como el clásico problema de calcular la altura de las pirámides de Egipto.
Tales entendió que debía incorporar un procedimiento que le permitiera, con base en los
datos concretos, apropiarse de aquello que era imposible de manera directa. Para ello,
Tales identificó una relación directa entre los triángulos concretos que se forman por la
sombra de la pirámide y la sombra de una vara. Tales dedujo, entonces que se puede
hablar de una relación de semejanza o mejor de proporcionalidad. Lo grande se puede
conocer cuando se conozca lo pequeño; esta es la ley fundamental de la escala y de la
teoría de modelos. Esto mismo lo replica para calcular la distancia de los barcos a la
costa.

Tales diseñó un camino indirecto que le permitió acceder a lo inalcanzable a partir de


los sentidos; construyó un modelo o un módulo que le permitió alcanzar lo inaccesible;
tal como lo plantea Michel Serres:
Es necesario, dicen, pasar de la práctica a la teoría, por una astucia de la razón, imaginar
un sustituto de estas longitudes a las que mi cuerpo no puede acceder, la pirámide, el
sol, el navío en el horizonte, la otra orilla del río. La matemática sería el circuito de
estas astucias. Esto nos lleva a subestimar el alcance de las actividades prácticas, ya que
en definitiva, el circuito consiste en pasar del tacto a la vista, de la medida por el
contacto a la medida por la mirada. Aquí teorizar es ver, como bien sabe la lengua
griega1.
Esto enmarca una de las características fundamentales del pensamiento griego. Se
trataba de trascender lo empírico a través de un cuerpo teórico, que en últimas, era el
llamado a responder las preguntas o, dicho de manera más moderna, a validar los
razonamientos. El ideal griego de ciencia libre se perfila aquí con gran nitidez. La
geometría pasa a ser entonces un medio teórico que permite conocer más allá de lo
sensible 1.

Desde una perspectiva moderna, se reconoce que Tales contribuyó a la Geometría con
cinco resultados netamente teóricos:
● El círculo es bisecado por su diámetro.
● Los ángulos de la base de un triángulo isósceles son iguales.
● Si dos rectas se interceptan en un punto, los ángulos opuestos por el vértice son
congruentes.
● El ángulo inscrito en una semicircunferencia es recto.
● Si dos triángulos tienen dos ángulos respectivos iguales y el lado comprendido
entre ellos, también, entonces ambos triángulos son iguales.

Aunque se carece de pruebas que constaten que efectivamente Tales formuló estos
teoremas y los demostró, a través del estudio de diversos libros relacionados con su vida
y obra se puede afirmar que Tales de Mileto comenzó a cambiar la perspectiva de la
geometría antigua; en lugar de asumir como ciertos los resultados que percibía a través
de sus sentidos, buscaba ponerlos a prueba pasando de la experiencia cotidiana a la
instauración de la experiencia trascendental, gobernada por la reflexión profunda de los
objetos geométricos en el mundo inteligible y la exigencia de demostrar sus resultados 6.

El paso a la abstracción pitagórica

Aproximadamente sesenta años después del nacimiento de Tales de Mileto, nació en la


isla griega Samos el filósofo, geómetra y matemático, Pitágoras. Respecto a su vida se
conoce poco, pero se sabe que fundó una de las escuelas más influyentes en la época, la
escuela pitagórica. Esta escuela, más allá de constituir un grupo en el cual se
intercambiaban conocimientos frente a las matemáticas era una hermandad rodeada de
misterios y secretos; a tal punto que de acuerdo con diversos historiadores de la
matemática, seguían estrictas reglas en torno al espiritualismo; al lugar de reunión sólo
podían ingresar miembros de la escuela y guardaban con recelo sus hallazgos
matemáticos; incluso tenían una firme creencia en la relación entre los números 2 y la
vida, llegando a establecer que el número estaba ligado a todo lo conocido y lo
desconocido.
Además de interesarse por las relaciones entre los objetos geométricos, los pitagóricos
se aventuraron a definir el punto, uno de los objetos más controversiales de la geometría
como aquella unidad que tiene posición. También consideraban que el punto, la recta, la
superficie y los sólidos eran análogos a los números uno, dos, tres y cuatro
respectivamente 7, en correspondencia con su pensamiento todo es número.
Para los pitagóricos, existe una relación indisoluble entre el alma, la religión, la vida y
el número. A diferencia de los babilonios y egipcios, los pitagóricos empiezan a pensar
una geometría abstracta, a estudiar las relaciones entre lo numérico y lo geométrico en
un mundo alejado de toda particularidad, estableciendo una sólida filosofía frente a la
vida, el universo y las matemáticas; sin embargo, la aparición de las magnitudes
inconmensurables los hizo entrar en crisis. Los pitagóricos estaban convencidos de que
todas las magnitudes eran conmensurables; esto es, dadas dos magnitudes A y B, existen
n y m, números , tales que nA = mB. Sin embargo, esto es imposible si se compara el
lado del cuadrado y su diagonal. Este es uno de los resultados más importantes de los
pitagóricos3. Para demostrarlo, los pitagóricos hicieron uso del método de reducción al
absurdo.
El método de Reducción al Absurdo se basa en dos de los principios primarios de la
racionalidad occidental: el principio de no contradicción y el principio del tercero
excluido. Mediante el primer principio, se prohíbe la coexistencia de un enunciado y su
negación; mediante el segundo, sólo se acepta que una proposición sea verdadera o falsa
de forma excluyente. De esta manera, en el método de Reducción al Absurdo se asume
verdadera la negación de la tesis a demostrar; si se llega a una contradicción, como de
antemano se ha considerado la consistencia, la proposición será falsa, lo cual significa
que su negación, es decir la proposición a demostrar, es verdadera 8.
De esta forma, al adoptar los pitagóricos una nueva estructura demostrativa basada en la
reducción al absurdo, establecieron una nueva manera de determinar propiedades
geométricas que involucraban procesos infinitos. Con los pitagóricos se dio paso a una
nueva era de la geometría; el razonamiento deductivo empezó a permear e influir en la
civilización griega. Como se menciona en el sumario de Proclo citado en 9 ).
Pythagoras transformed the study of geometry into a liberal education, examining the
principles of the science from the beginning and probing the theorems in an immaterial
and intellectual manner. .

El mundo sensible, el mundo inteligible y la geometría en Platón

Hasta el momento con Tales y los pitagóricos ha surgido la necesidad de demostrar, pero
se carece de parámetros que indiquen los elementos con los cuales se debe demostrar y
los fundamentos que debe poseer la geometría para constituirse como una ciencia que
involucre la experiencia trascendental y se establezca como un cuerpo sólido
independiente de la métrica, la aritmética y la espiritualidad.
Si bien los pitagóricos dieron un paso hacia la abstracción de la geometría, no se tienen
documentos en los cuales podamos reconocer su filosofía completa. Los informes que
tenemos se deben fundamentalmente a Platón y Aristóteles, los dos filósofos más
influyentes en la historia de occidente.
Platón se planteó la posibilidad de establecer algunas leyes sobre las operaciones del
pensamiento, y delinear algunas reglas formales independientes del contenido de los
objetos sobre los que se razona. Platón exponía sus reflexiones a través de diálogos
entre personajes que se cuestionaban sobre algún tema en particular. En uno de sus
Diálogos10 presenta “la alegoría de la caverna” para explicar la relación entre el mundo
sensible y el mundo inteligible. A diferencia de los pitagóricos, Platón consideró que
existe una separación entre los objetos empíricos y los objetos ideales; los objetos del
mundo inteligible son puros, son verdaderos y perfectos, mientras que los objetos que
percibimos son sólo sombras y representaciones imperfectas de los objetos puros. Bajo
esta perspectiva, los caballos, las manzanas, los trazos que representan números y
objetos geométricos no son más que representaciones defectuosas de los objetos
inmaculados de un mundo ideal. La única manera de acceder a los objetos matemáticos
es a través del conocimiento, quitando las cadenas que atan al hombre a ver las sombras
de los objetos puros para pasar a la construcción del intelecto que lo conduzca fuera de
la caverna del mundo sensible.
A diferencia de los babilonios y egipcios, quienes generalizaban resultados geométricos
a través de casos particulares, para Platón no es posible partir de características comunes
de casos finitos para obtener una verdad universal de los objetos abstractos, sólo se
accede al conocimiento puro de la ciencia a través del discurso compuesto de
afirmaciones verdaderas, a través de la demostración. Para Platón, la ciencia se
compone de afirmaciones verdaderas establecidas a partir de consideraciones
verdaderas; es decir, la verdad se logra a partir de cadenas de verdades. En ese sentido,
no se puede demostrar que algo es verdadero a través de consideraciones falsas.
A partir de este momento, se empieza a esculpir el rol de la demostración en geometría.
Con Tales y los pitagóricos se evidenció la necesidad de demostrar, pero Platón, en
lugar de realizar pruebas de resultados geométricos, establece las bases del
razonamiento deductivo y la demostración directa, independientemente de la ciencia a la
cual se haga referencia.

Aristóteles: un teórico de la demostración

Si bien Aristóteles está de acuerdo con Platón en que los objetos geométricos viven en
un mundo ideal diferente al empírico, la relación de dependencia y origen es contraria.
En Platón, el mundo de lo sensible es una sombra del mundo ideal que lo precede. Para
Aristóteles, los objetos geométricos se derivan de los sensibles a través de operaciones
profundas y muy articuladas. Este proceso se denomina la aphairesis. En la Metafísica
11
, una de sus obras insignes, Aristóteles plantea que la geometría despoja a los objetos
de sus cualidades sensibles y se dedica al estudio de los objetos en lo abstracto. Bajo
esta perspectiva, si bien la geometría surgió de las necesidades prácticas del hombre,
dado que la práctica no era suficiente para estudiar todas las propiedades de los objetos
geométricos y establecer sus relaciones, fue necesario llevar estos objetos a un universo
abstracto prescindiendo de sus propiedades sensibles.

En su tratado de lógica El Organón, Aristóteles establece que un silogismo es un tipo de


razonamiento compuesto por una premisa mayor, una premisa menor y una conclusión
que se deduce de las dos primeras; sin embargo, no en todo silogismo las premisas y la
conclusión son verdaderas. De esta manera, la demostración se constituye como un tipo
de silogismo que conduce a proposiciones verdaderas 12. Si bien esta idea de
demostración parece dejar de lado todo el procedimiento implícito en la demostración
de una proposición, en realidad, se está estableciendo que una proposición debe
conducir a una conclusión verdadera, independientemente del método que se utilice.

Para Aristóteles, la geometría, como ciencia demostrativa, debe satisfacer los tres
principios básicos anteriormente enunciados: identidad, tercio excluido y no
contradicción. Adicionalmente, establece que la geometría requiere de tres elementos:
axiomas que constituyan los principios básicos y no requieran de demostración;
definiciones que expliquen qué son algunos de los objetos geométricos y proposiciones
a demostrar, que instauren las propiedades de dichos objetos y sus relaciones. Estos
principios y elementos, formulados sin obedecer a ninguna ciencia demostrativa en
particular, se convertirían en el canon de la geometría para la construcción,
establecimiento y criterio de aceptación de los diversos cuerpos construidos en torno a
ésta, desde la geometría euclidiana hasta la posterior axiomatización y formalización de
la geometría por David Hilbert a través de los Grundlagen der Geometrie en el siglo
XIX.

A partir de estos principios e ideas en torno a la demostración, retomando algunas


concepciones de geómetras y filósofos anteriormente mencionados, Aristóteles
construye un nuevo paradigma de demostración que sintetiza y complementa ideas
anteriores en torno a lo que significa una ciencia de la demostración. Se empieza a
concebir a la geometría como un cuerpo sólido, deductivo y axiomático, compuesto de
axiomas, definiciones y proposiciones que obedecen a los tres principios de la lógica
aristotélica: identidad, tercio excluido y no contradicción.

Los Elementos de Euclides

Debido a la trascendencia disciplinaria y social de los Elementos de Euclides, se suele


pensar que fue la única obra en la formulación de todos los principios y resultados de la
época; sin embargo, existen referentes históricos, como los de Proclo, que muestran la
existencia de este tipo de propuestas en épocas anteriores.
Entendiendo el vocablo “elementos”, como los principios y resultados básicos que rigen
una ciencia o disciplina y, considerando la importancia que tenía la geometría para los
griegos, no es de extrañar que otros pensadores se hayan aventurado a establecer los
elementos de la geometría. Luis Vega, en su introducción a los Elementos de Euclides
(13
, destaca obras similares de Hipócrates de Quios, Teudio de Magnesia y un enigmático
León. La más antigua corresponde a Hipócrates de Quios, quien escribió unos
elementos para la geometría, en los cuales, si bien no plantea principios básicos, tiene
en cuenta proposiciones ya demostradas, además de incluir una demostración de la
cuadratura de las lúnulas que surgió en el camino hacia la cuadratura del círculo
mientras que Teudio estructura unos elementos con un cuerpo deductivo más sólido y
preciso. Por otra parte, se sabe de la existencia de un personaje, llamado León, que
estableció unos elementos en los cuales se estudiaba el carácter apodíctico de algunas
proposiciones geométricas
https://revistaciencias.univalle.edu.co/index.php/revista_de_ciencias/article/view/
4677/10989#:~:text=En%20general%20se%20plantea%20que,adeudar%20nada%20a
%20sus%20antecesores.

Otros desarrollos posteriores de la geometría, más apropiados para niveles educativos


más elevados son: la geometría analítica, la geometría diferencial,la geometría
descriptiva, la geometría proyectiva, la geometría topológica, etc.

El saber geométrico es el conocimiento de las propiedades del espacio geométrico.


Desde el punto de vista educativo es importante diferenciarlo del conocimiento de las
propiedades del espacio físico.

El espacio geométrico se constituye como una modelización del espacio físico; nos
permite comprender o prever ciertos fenómenos del espacio físico, pero no coincide con
él.

Las figuras que manejamos en geometría no existen en la realidad, son idealizaciones de


objetos de la realidad material. No existe, por ejemplo, la línea recta ideal, pues
cualquier línea recta material mirada al microscopio resultaría curva; no existe el punto
ideal, carente de dimensiones; no existe la superficie ideal, carente de grosor ...

Aunque las figuras ideales no existen, se pueden estudiar con ayuda de sus
representaciones materiales. Desde los griegos, la regla y el compás contribuyeron a
materializar las ideas geométricas. Las construcciones que se realizan con estos
instrumentos ayudan a comprender mejor las propiedades geométricas.

Pero la validación de los teoremas geométricos no se hace recurriendo al dibujo, sino de


forma lógica, mediante razonamientos lógicos. Los dibujos ayudan a establecer
relaciones lógicas entre las figuras. No sustituyen, sino que auxilian, al razonamiento
lógico. La geometría, a partir de la antigua geometría griega, se ha desarrollado como
un sistema deductivo, construído a partir de axiomas, cuya validez se obtiene por
procedimientos lógicos.
La historia del origen de la Geometría es muy similar a la de la Aritmética, siendo sus
conceptos más antiguos consecuencia de las actividades prácticas. Los primeros
hombres llegaron a formas geométricas a partir de la observación de la naturaleza.

El sabio griego Eudemo de Rodas, atribuyó a los egipcios el descubrimiento de la


geometría, ya que, según él, necesitaban medir constantemente sus tierras debido a que
las inundaciones del Nilo borraban continuamente sus fronteras. Recordemos que,
precisamente, la palabra geometría significa medida de tierras.

Los egipcios se centraron principalmente en el cálculo de áreas y volúmenes,


encontrando, por ejemplo, para el área del círculo de radio unidad un valor aproximado
de 3'1605. Sin embargo el desarrollo geométrico adolece de falta de teoremas y
demostraciones formales. También encontramos rudimentos de trigonometría y
nociones básicas de semejanza de triángulos.

También se tienen nociones geométricas en la civilización mesopotámica, constituyendo


los problemas de medida el bloque central en este campo: área del cuadrado, del círculo,
volúmenes de determinados cuerpos, semejanza de figuras, e incluso hay autores que
afirman que esta civilización conocía el teorema de Pitágoras aplicado a problemas
particulares, aunque no, obviamente, como principio general.

No se puede decir que la geometría fuese el punto fuerte de las culturas china e india,
limitándose principalmente a la resolución de problemas sobre distancias y semejanzas
de cuerpos. También hay quien afirma que estas dos civilizaciones llegaron a
enunciados de algunos casos particulares del teorema de Pitágoras, e incluso que
desarrollaron algunas ideas sobre la demostración de este teorema.

En los matemáticos de la cultura helénica los problemas prácticos relacionados con las
necesidades de cálculos aritméticos, mediciones y construcciones geométricas
continuaron jugando un gran papel. Sin embargo, lo novedoso era, que estos problemas
poco a poco se desprendieron en una rama independiente de las matemáticas que obtuvo
la denominación de "logística". A la logística fueron atribuidas: las operaciones con
números enteros, la extracción numérica de raíces, el cálculo con la ayuda de
dispositivos auxiliares, cálculo con fracciones, resolución numérica de problemas que
conducen a ecuaciones de 1er y 2º grado, problemas prácticos de cálculo y constructivos
de la arquitectura, geometría, agrimensura, etc...

Al mismo tiempo ya en la escuela de Pitágoras se advierte un proceso de recopilación


de hechos matemáticos abstractos y la unión de ellos en sistemas teóricos. Junto a la
demostración geométrica del teorema de Pitágoras fue encontrado el método de
hallazgo de la serie ilimitada de las ternas de números "pitagóricos", esto es, ternas de
números que satisfacen la ecuación a2+b2=c2.

En este tiempo transcurrieron la abstracción y sistematización de las informaciones


geométricas. En los trabajos geométricos se introdujeron y perfeccionaron los métodos
de demostración geométrica. Se consideraron, en particular: el teorema de Pitágoras, los
problemas sobre la cuadratura del círculo, la trisección de un ángulo, la duplicación del
cubo, la cuadratura de una serie de áreas (en particular las acotadas por líneas curvas).

Paralelamente, al ampliarse el número de magnitudes medibles, debido a la aparición de


los números irracionales, se originó una reformulación de la geometría, dando lugar al
álgebra geométrica. Esta nueva rama incluía entre otros conceptos el método de anexión
de áreas, el conjunto de proposiciones geométricas que interpretaban las cantidades
algebraicas, división áurea, expresión de la arista de un poliedro regular a través del
diámetro de la circunferencia circunscrita. Sin embargo, el álgebra geométrica estaba
limitada a objetos de dimensión no mayor que dos, siendo inaccesibles los problemas
que conducían a ecuaciones de tercer grado o superiores, es decir, se hacían imposibles
los problemas que no admitieran solución mediante regla y compás. La historia sobre la
resolución de los tres problemas geométricos clásicos (sobre la cuadratura del círculo, la
trisección de un ángulo, la duplicación del cubo) está llena de anécdotas, pero lo cierto
es que como consecuencia de ellos surgieron, por ejemplo, las secciones cónicas,
cálculo aproximado del número pi, el método de exhaución como predecesor del cálculo
de límites o la introducción de curvas trascendentes.

Asimismo, el surgimiento de la irracionalidad condicionó la necesidad de creación de


una teoría general de las relaciones, teoría cuyo fundamento inicial lo constituyó el
algoritmo de Euclides.

Las primeras teorías matemáticas que se abstrajeron de los problemas concretos o de un


conjunto de problemas de un mismo tipo, crearon las condiciones necesarias y
suficientes para el reconocimiento de la autonomía y especificidad de las matemáticas.

El carácter abstracto del objeto de las matemáticas y los métodos de demostración


matemática establecidos, fueron las principales causas para que esta ciencia se
comenzara a exponer como una ciencia deductiva, que a partir de unos axiomas,
presenta una sucesión lógica de teoremas. Las obras en las cuales, en aquella época se
exponían los primeros sistemas matemáticos se denominaban "Elementos".

Se encuentran elementos pertenecientes a muchos autores, sin embargo todos ellos han
quedado relegados a un segundo plano tras la obra matematica más impresionante de la
historia: Los Elementos de Euclides. "Los Elementos", como denominaremos a esta
obra a partir de ahora, están constituidos por trece libros, cada uno de los cuales consta
de una sucesión de teoremas. A veces se añaden otros dos, los libros 14 y 15 que
pertenecen a otros autores pero por su contenido, están próximos al último libro de
Euclides.

En "Los Elementos" de Euclides se recogen una serie de axiomas o postulados que


sirvieron de base para el posterior desarrollo de la geometría. Es de especial interés, por
la controversia que originó en épocas posteriores el quinto axioma, denominado "el de
las paralelas", según el cual dos rectas paralelas no se cortan nunca. Durante siglos se
asumió este axioma como irrebatible, hasta que en el siglo XIX surgieron las llamadas
geometrías no euclídeas, que rebatieron este postulado.
Con posterioridad a Euclides y Arquímedes, las matemáticas cambiaron fuertemente,
tanto en su forma como en su contenido, haciendo el proceso de formación de nuevas
teorías más pausado, hasta llegar a interrumpirse.
Entre las nuevas teorías desarrolladas ocupa el primer lugar la teoría de las secciones
cónicas, que surgió de las limitaciones del álgebra geométrica. El interés hacia las
secciones cónicas creció a medida que aumentaban la cantidad de problemas resueltos
con su ayuda. Sin duda, la obra más completa, general y sistemática de las secciones
cónicas se debe a Apolonio de Perga.

En la época del dominio romano destacan algunos recetarios en forma de reglas que
permitían el cálculo de algunas áreas y volúmenes; y en especial la conocida fórmula de
Herón para calcular el área del triángulo conocidos los tres lados.

Durante el primer siglo del Imperio Musulmán no se produjo ningún desarrollo


científico, ya que los árabes, no habían conseguido el impulso intelectual necesario,
mientras que el interés por el saber en el resto del mundo, había desaparecido casi
completamente. Fue a partir de la segunda mitad del siglo VIII, cuando comenzó el
desenfrenado proceso de traducir al árabe todas las obras griegas conocidas, fundándose
escuelas por todo el Imperio.

Destacaremos como avance anecdótico, pero no por ello carente de valor, la obtención
del número pi con 17 cifras exactas mediante polígonos inscritos y circunscritos en la
circunferencia realizada por Kashi (s. XV). Después de más de 150 años, en 1593, en
Europa, Viète encontró sólo nueve cifras exactas. Hubo que esperar a fines del siglo
XVI y comienzos del XVII para repetir el cálculo de Kashi.

El rasgo característico más importante de las matemáticas árabes fue la formación de la


trigonometría. En relación con los problemas de astronomía, confeccionaron tablas de
las funciones trigonométricas con gran frecuencia y alto grado de exactitud, tanto en
trigonometría plana como esférica.
Entre las obras geométricas destacan las de Omar Khayyam (s. XVI) y Nasir Edin (s.
XIII), directamente influenciadas por las obras clásicas, pero a las que contribuyeron
con distintas generalizaciones y estudios críticos, como los relativos al axioma
euclideano del paralelismo, que pueden considerarse como estudios precursores de la
geometría no euclideana.

Ehttp://www.uco.es/~ma1marea/profesor/primaria/geometri/matemati/indice.htm

MATEMÁTICAS EGIPCIAS

Heródoto contaba que el faraón Sesostris repartió el suelo entre todos los egipcios,
concediendo a cada habitante un lote cuadrangular de extensión uniforme", para
recaudar los impuestos en función de ese reparto. Si el Nilo se desbordaba, el monarca
enviaba a algunas personas a inspeccionar y medir la disminución que había sufrido el
terreno para que, en lo sucesivo, pagara una parte proporcional del tributo impuesto"
(Historia, II, 109). Según el historiador y viajero griego, fue por este tipo de
necesidades por lo que "se inventó la geometría" en Egipto, de donde luego pasó a
Grecia.
En efecto, los egipcios utilizaron la geometría, el álgebra o la aritmética –lo que
nosotros llamamos matemáticas– como herramienta para resolver problemas prácticos.
Medir las parcelas de cultivo, contabilizar el producto de las cosechas, los impuestos o
las ofrendas a los templos, calcular la altura de una pirámide o la inclinación de la
rampa necesaria para transportar sus sillares eran labores que requerían todo tipo de
operaciones matemáticas, desde las más simples a las más complejas. Los escribas que
trabajaban en la administración del Estado se enfrentaban diariamente a estas tareas, y
por ello desarrollaron una notable capacidad matemática, como evidencian los
numerosos manuscritos con ejercicios de cálculo que se han conservado.

UN SISTEMA PARA CONTAR

A finales del IV milenio a.C., los egipcios disponían ya de un sistema de numeración: en


muchos casos, las más antiguas muestras de escritura jeroglífica están asociadas a series
numéricas anotadas en etiquetas que antaño estaban unidas a un recipiente, y que
probablemente expresan las cantidades de un determinado producto contenido en el
envase.
Tal es el caso, por ejemplo, de las pequeñas etiquetas halladas en la tumba Uj de
Abydos, o las que han aparecido en la tumba de la reina Neithotep en Nagada (de
principios de la dinastía I). En estos registros se contabilizaban las cantidades de comida
y bebida que debían ser ofrendadas al difunto o al dios en un templo, o se inventariaban
los bienes de un santuario.

Transcripción de las escenas representadas en la cabeza de maza de Narmer, donde aparecen


recuentos de prisioneros y de ganado. Quibell, 1900.

El sistema de numeración que desarrollaron los egipcios es el decimal, de modo que en


la escritura jeroglífica hay un signo diferente para representar cada uno de los múltiplos
de diez. De hecho, escribir un número en egipcio jeroglífico es muy sencillo, pues solo
hay que ordenar los signos de mayor a menor. Por tanto, si queremos escribir un 11
debemos poner primero el signo de la decena seguido por el de la unidad. Para un
número más alto, como el 321.412, debemos seguir el mismo principio: primero las
centenas de millar, después las decenas de millar, etcétera.
Pero aunque los egipcios solo emplearan siete signos jeroglíficos distintos para plasmar
cualquier número por escrito, esta aparente simplicidad esconde un problema evidente:
cada signo puede repetirse hasta nueve veces. Así, si querían escribir un 9 debían repetir
nueve veces el signo de la unidad, y si querían escribir un 90 debían escribir 9 veces el
signo de la decena.
Imaginemos un caso extremo, el número 999.999: lo que nosotros escribimos con solo
seis dígitos, los egipcios lo hacían con 54 signos. Se convierte, así, en un sistema de
notación numérica ciertamente engorroso. Sin embargo, en la escritura hierática, más
propia de la administración, este problema se resolvía parcialmente gracias a la
aparición de signos numéricos especiales, más cursivos y abreviados.

CÓMO MEDÍAN LOS EGIPCIOS

Para la vida cotidiana también era indispensable contar con un conjunto uniforme de
medidas de longitud, peso y volumen, universalmente reconocidas. Entre las medidas de
longitud, la básica es el codo real (meh nisut), de 52,3 centímetros, dividido en 7 puños
(shesep), divididos a su vez en 4 dedos (djeba). Estas unidades eran útiles para medir
objetos de tamaño reducido, edificios e incluso la altura alcanzada por la inundación del
Nilo, como podemos ver indicado en la Piedra de Palermo, un documento grabado en
basalto que también contiene una lista de los reyes desde el Predinástico hasta la
dinastía V, censos de ganado y ceremonias religiosas. Para abarcar espacios más
considerables, como grandes parcelas agrícolas, disponían del khet, equivalente a cien
codos, o el iteru, que correspondía a 20.000 codos reales, es decir, unos 10,5 kilómetros.
En un registro que rodea la capilla Blanca de Sesostris I en Karnak se enumeran todas
las provincias (los llamados nomos) que constituían el Egipto de aquella época
(dieciséis en el Bajo Egipto y veintidós en el Alto Egipto), dando, además, la valiosa
información de la longitud del tramo del Nilo que recorría cada una de ellas. Gracias a
ello conocemos con muy buena aproximación las divisiones administrativas del Egipto
de hace casi cuatro mil años. La medida que se emplea es el iteru. Para medir áreas o
superficies se usaban medidas como el meh-ta o codo de tierra, de 100 codos cuadrados
(27,5 m2); el setjat o arura, equivalente a 10.000 codos cuadrados (2.756 m2), o el kha-
ta, correspondiente a diez aruras.
Escena de medición de campos. Tumba de Menna. Facsímil por Charles Wilkinson. 1930.

Los egipcios tenían diversas medidas de capacidad: el heqat, equivalente a 4,5 litros; el
khar o saco, equivalente a 16 heqat; el oipe, de 18,2 litros, y el hin o jarra, décima parte
del heqat. Para representar las fracciones del heqat, los escribas inventaron un curioso
sistema. Según un antiguo mito egipcio, el dios Horus, durante su confrontación con su
tío Set, perdió su ojo, que resultó fragmentado. Los trozos fueron recogidos para formar
el udjat u ojo completo, y cada parte del jeroglífico del udjat se empleó para simbolizar
una fracción del heqat. Así, mientras que el udjat equivale a un heqat, las seis partes que
se unen para formarlo corresponden a las fracciones 1/2, 1/4, 1/8, 1/16, 1/32, y 1/64.
Entre las medidas de peso, una de las más comunes fue el deben, equivalente a 91
gramos. Su décima parte era el kite. En los almacenes y tesoros se pesaban el metal y
demás piezas en balanzas con pesas calibradas en deben, que solían tener forma de
ternero o cabeza de vaca.

HÁBILES CON LAS CIFRAS

Todo se registraba a conciencia, de modo que los inspectores sabían en cada momento
de cuántos metales se disponía. Sin embargo, la corrupción también estaba presente. Un
texto de principios de la dinastía XXI, la Enseñanza de Amenemope, aporta un conjunto
de consejos contra la falsificación de pesos, raciones y medidas: "No muevas los
marcadores de los límites de los campos. No desplaces la posición de la cuerda de
medida [...]. No modifiques las escalas ni alteres los pesos, ni reduzcas las fracciones de
las medidas [...]. No hagas para ti mismo pesos deficientes y [...] si ves a alguien que
estafe, aléjate de él". La manipulación interesada de escalas y pesos era usada por
funcionarios corruptos ante la impotencia del campesino, obligado a pagar impuestos
que, de este modo, podían ser aún más abusivos.
El Papiro Anastasi I, versión de un texto original satírico de inicios de la dinastía XIX,
ofrece ejemplos de lo que se consideraba que un buen escriba debía saber. Uno de los
problemas que plantea es: "Te dicen que debes vaciar un almacén que está lleno de
arena bajo el coloso de tu señor, que ha sido traído desde la cantera de Gebel Ahmar.
Mide 30 codos de longitud por 20 de ancho. Su fundamento consiste en diez
compartimentos llenos de arena de la orilla, mientras que las particiones de sus
compartimentos tienen un ancho de 12 codos y una altura de 50 codos […]. ¿Cuántos
hombres serán necesarios para vaciarlos en seis horas […] para que el coloso se erija en
su lugar?".

PRECURSORES DE LOS GRIEGOS

En algunos de estos papiros matemáticos, los problemas planteados alcanzaban un


notable grado de complejidad. Así ocurre en el más completo de ellos, el Papiro Rhind,
de 5 metros de longitud, fechado en el año 33 del rey hicso Apofis (hacia 1550 a.C.), si
bien es copia de un papiro tres siglos anterior. Contiene 84 problemas que abarcan
divisiones, multiplicaciones, sumas, operaciones con fracciones, raíces, cálculo de
volúmenes, superficies, alturas, pendientes; todos ellos perfectamente ordenados en
problemas de aritmética, álgebra y geometría.
Destaca el método usado para calcular el área de un círculo; en el problema 50, el valor
pi, logrado empíricamente, es de 3,16, es decir, mucho más próximo al valor real de
3,14 que al 3 que empleaban la mayoría de pueblos del Próximo Oriente antiguo.

Papiro matemático Rhind. Museo Británico, Londres.

En el Papiro de Moscú, algo más antiguo que el Rhind, destaca el problema número 10,
que podría tratar del cálculo del área de una semiesfera, muchos siglos antes de
Arquímedes de Siracusa, matemático al que se atribuye el cálculo. Y el Papiro de Berlín
6619 (del Reino Medio), que contiene solo dos problemas aritméticos, muestra las más
antiguas versiones de lo que después conoceremos como teorema de Pitágoras y
ecuación de segundo grado. Heródoto de Halicarnaso no erraba cuando reconocía que
los griegos eran deudores de Egipto en el desarrollo de una ciencia tan importante como
las matemáticas.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/el-desarrollo-de-las-matematicas-en-el-antiguo-
egipto_19170

ASTRONOMÍA EN EL ANTIGUO EGIPTO


Su calendario es en mi opinión mejor que el de los griegos, porque […] el ciclo de las
estaciones siempre aparece en la misma época para ellos". Ya el griego Heródoto, el
padre de la historia, se maravillaba en el siglo V a.C. por la perfección del calendario de
los antiguos egipcios. Desde entonces el análisis del calendario ha fascinado a muchos
estudiosos.
Se trata de un asunto apasionante, que plantea una serie de preguntas importantes como
por ejemplo, ¿cuántos calendarios había en uso en Egipto? ¿Cuál fue su origen? ¿Cómo
evolucionaron? Y, finalmente, ¿se puede fijar la cronología egipcia a partir de los datos
astronómicos relacionados con las fechas marcadas en este calendario? La mayoría de
estas preguntas se puede contestar de una manera simple y razonable en el contexto de
la propia cultura faraónica.
El calendario, a su vez, forma parte del interés más amplio que sentían los egipcios por
el mundo de las estrellas. En la cultura faraónica, el firmamento se convirtió en un
elemento crucial del paisaje. Hoy podemos conocer las prácticas astronómicas de los
antiguos egipcios gracias a un gran número de fuentes jeroglíficas, desde las
inscripciones monumentales, los textos de las pirámides y los papiros astronómicos
hasta los relojes estelares o los diagramas celestes.
También los yacimientos arqueológicos ofrecen a los investigadores las claves sobre el
empleo que los egipcios hacían de sus conocimientos astronómicos en el trazado de sus
grandes monumentos, como templos o tumbas, incluidas las pirámides. A esta tarea de
investigación se ha dedicado la Misión Hispanoegipcia de Arqueoastronomía del Egipto
antiguo, que viene desarrollándose en el País del Nilo desde el año 2003.
Los inicios de la astronomía en Egipto y en su entorno sahariano se remontan más allá
del período Predinástico. En efecto, en el yacimiento neolítico de Nabta Playa, fechado
en torno al año 4000 a.C., se han hallado alineamientos de piedras en los que parece
reflejarse una primera intención de control del tiempo y que podrían indicar la
importancia del solsticio de verano (21 de junio, el día más largo del año) como
marcador temporal ya en fechas tan tempranas. Sin embargo, la interpretación de este
yacimiento resulta muy controvertida entre los egiptólogos.

Durante el reinado de Tutmosis III se elaboró este calendario de festivales, en el que se menciona el orto
helíaco de Sirio, cuando empieza la inundación. Museo del Louvre, París.

Hervé Lewandowski / RMN


EL ORIGEN DEL CALENDARIO

Las primeras observaciones astronómicas indudables y la iconografía más antigua se


sitúan en la fase originaria de la civilización egipcia propiamente dicha, en el
Predinástico y el Protodinástico, así como durante el reinado de los primeros faraones
de la dinastía II, Hotepskhemuy o Nebre, cuando empezó a desarrollarse el culto solar.
Es precisamente en esta época cuando debió de producirse la génesis y la evolución
temprana del calendario civil de 365 días, uno de los descubrimientos más
trascendentales de los antiguos egipcios, del que se tiene constancia que ya estaba en
pleno uso durante el Imperio Antiguo.
La astronomía, o la observación del cielo en un sentido más amplio, fue una disciplina
que en Egipto nunca estuvo muy separada de la religión. De hecho, los mejores "textos"
astronómicos –representaciones del cielo nocturno– se han hallado en tumbas o en
templos. Asimismo, los astrónomos egipcios, los imy unut u "observadores de las
horas", eran en su mayoría sacerdotes, algunos de alto rango, además de ejercer alguna
otra profesión.
Entre ellos, cabe citar a Imhotep (en el cual se ha querido ver en numerosas ocasiones al
inventor del calendario civil) o Senenmut, arquitectos respectivos de la pirámide
escalonada de Djoser en Saqqara y del majestuoso templo de la reina Hatshepsut en
Deir el-Bahari. También lo era Anen, hermano de la reina Tiyi y tío de Akhenatón, uno
de los pocos "astrónomos" de los que se conserva un retrato.
El calendario civil del Egipto antiguo constaba de doce meses de 30 días cada uno
(divididos en tres grupos de diez), lo que hacía un total de 360 días. A estos se sumaban
los "Cinco sobre el Año", cinco días adicionales, llamados epagómenos por los griegos,
que, al menos desde el Imperio Nuevo, estaban dedicados a cinco de las deidades más
importantes de los antiguos egipcios: Osiris, Isis, Set, Neftis y Haroeris; de hecho, se
consideraba que eran los días respectivos del nacimiento de cada uno de esos dioses.
Estos cinco días, que completaban el total de 365, se consideraban aparte y no dentro
del cómputo general del año.
Una de las peculiaridades de este calendario de 365 días es que carece de año bisiesto.
Puesto que la duración del año trópico (el de las estaciones) es prácticamente un cuarto
de día mayor, esto supone que todos los eventos cíclicos, incluidos los astronómicos, se
atrasen un día cada cuatro años. La estrella Sirio, llamada Sopdet por los egipcios, da
lugar a uno de estos sucesos singulares: su primera aparición anual al amanecer, el
llamado orto helíaco.
Los antiguos egipcios lo denominaban peret sopdet, y constituía una de las fiestas más
importantes de su ciclo anual ya que se suponía que este instante marcaba, o anunciaba
–al menos desde el Imperio Medio–, la llegada de la crecida del Nilo, un fenómeno
natural que tenía enorme trascendencia social y económica. Con el sistema de
calendario de 365 días, sin embargo, la fecha del orto de Sirio se retrasaba un día cada
cuatro años, lo que suponía que daba una vuelta completa a todo el calendario civil en
un período de algo menos de quince siglos.

En una capilla de Osiris en el templo de Dendera se descubrió un relieve que representa los puntos cardinales
y los 36 decanos (a la izquierda, una reproducción)

UN CALENDARIO PARA TODOS

Desde el alba de la moderna egiptología se han propuesto varias hipótesis sobre el


origen del calendario civil: algunos autores lo consideran un calendario de origen solar,
otros estelar, otros luniestelar... Sin embargo, tal vez la hipótesis más sugerente es la que
plantea que el Nilo tuvo algo que ver en ello.
En el origen, antes de la unificación del país, las sociedades del valle del Nilo debieron
de regirse por calendarios lunares locales determinados por el Nilo, pues las fases de la
crecida del río marcaban la vida en el territorio, según se puede deducir de las tres
estaciones en que dividían el año y el nombre que se daba a cada una de ellas:
Inundación (akhet), Resurgir (peret) y Sequía (shemu).
Sin embargo, una vez unificado Egipto, se hizo necesario crear un calendario que
rigiese los destinos de todo el país. Tradicionalmente se ha pensado que el origen de este
calendario civil tiene relación con el orto helíaco de Sirio, pero no hay evidencias
documentales que así lo demuestren. Casi con seguridad la duración del calendario civil
se determinó a través de observaciones solares, de las que existen pruebas variadas e
incontestables para períodos muy tempranos. De hecho, la duración del calendario civil
así establecida es muy cercana a la del año trópico de 365,2425 días.
Es interesante preguntarse por el número de calendarios independientes que hubo en
funcionamiento en Egipto. Muy posiblemente, el calendario civil reinó de manera
suprema en el antiguo Egipto desde su invención como la forma estándar de cómputo de
tiempo para la casi totalidad de las actividades públicas y privadas, al menos hasta la
conquista del país por los persas y Alejandro Magno.
En una de las cámaras de la tumba de la reina Hatshepsut se halla el techo astronómico más antiguo
descubierto hasta la fecha en el antiguo Egipto. Este techo se divide en dos partes, que se corresponden con el
norte y el sur del firmamento, esto es, el cielo boreal y el austral. Los animales, símbolos y divinidades que
pueblan este «cielo» son una clave preciosa para comprender cómo interpretan el cosmos los egipcios de la
Antigüedad.

Sin embargo, para la realización de algunos festivales se mantuvo, a modo de vestigio,


un cómputo de tiempo guiado por las fases de la luna, cuyo origen puede estar en los
calendarios lunares locales originales regidos por el Nilo; igual que en el moderno
calendario gregoriano la Pascua viene fijada por la luna (como en el calendario judío
original), pero de acuerdo al calendario actual dictado por el sol.
El calendario civil seguiría siendo el oficial en Egipto hasta la conquista romana,
momento en que fue sustituido por el calendario alejandrino, casi idéntico pero con un
día adicional o epagómeno cada cuatro años. En el año 46 a.C., Julio César adaptó este
calendario egipcio y es el que estuvo en vigor en Europa hasta la reforma gregoriana del
papa Gregorio XIII, en 1582.

CRONOLOGÍA ESTELAR

El calendario egipcio ha jugado un papel fundamental en la determinación de las fechas


de reinado de los diversos faraones. El estudio cronológico es una de las disciplinas más
controvertidas y fascinantes de la egiptología, y casi cada egiptólogo se decanta por una
u otra cronología; como mínimo hay cinco sistemas cronológicos de uso frecuente, cada
uno con sus ventajas, desventajas y particularidades, incluyendo también propuestas
más recientes, polémicas y algunas incluso revolucionarias. En cualquier caso, la
columna vertebral de todas ellas la constituyen las fechas astronómicas, principalmente
las «sotíacas» –referidas a las fechas del orto helíaco de la estrella Sirio, llamada Sothis
por los griegos– y las lunares.
Por ejemplo, dos inscripciones de los reinados de Sesostris III (dinastía XII) y Ramsés
II (dinastía XIX) permiten datar los Imperios Medio y Nuevo, respectivamente. La
primera de ellas reza: «Te informo de que la salida de Sirio [peretsopdet] tendrá lugar
allí en IV peret 16», mientras que la segunda dice: «Año 52, segundo mes de peret, día
27 en la Casa de Ramsés Meriamón, o Piramsés, [es] novilunio [psedjentyu]».
Puede apreciarse cómo las fechas quedan registradas por el año de reinado del faraón, la
estación, el mes y el día, así como la información de que ese día era la fecha del orto
helíaco de Sirio o del novilunio, respectivamente. Los egiptólogos se apoyan en estas
últimas referencias para intentar fijar el año exacto al que se hace referencia, aunque los
criterios particulares hacen que entre las dataciones de cada estudioso haya diferencias
de decenas de años, incluso de siglos.

La arqueología y la astronomía no son disciplinas tan diferentes y lejanas como pudiera


parecer, pues las dos estudian el pasado: la arqueología, el pasado del hombre; la
astronomía, el del universo, con el objetivo común de entender nuestro presente y tratar
de mejorar el futuro. Los antiguos egipcios también usaron la astronomía con ese mismo
fin, convirtiéndola en generadora de algunos de los elementos clave de su cultura, como
su calendario; elementos que, sin duda, les ayudaron a encontrar su lugar en el mundo.
La estabilidad y la longevidad de su civilización lo demuestran claramente.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/astronomia-egipto-origen-calendario_7198

APORTES EN ÁLGEBRA
En los papiros que se conservan con problemas matemáticos existe un grupo que podríamos
incluir dentro del concepto de álgebra actual. El egipcio no distinguía entre problemas
meramente aritméticos y estos en los que se pide resolver ecuaciones lineales de la forma x
+ ax = b o x + ax + bx = c. Para él todo eran matemáticas y se limitaba a seguir
procedimientos aritméticos. Por supuesto no se empleaba esta notación que usamos
nosotros sino que se pedía por ejemplo buscar un número, que ellos llamaban “aha” o
“montón” tal que … El problema más conocido del papiro Rhind sobre estas cuestiones es
el número 24 en el que se pide calcular el valor del aha si el aha y una séptima parte del aha
es 19. Este tipo de problemas aparecen resueltos con unas someras instrucciones que llevan
al resultado buscado, sin dar ninguna explicación sobre por qué usar el procedimiento.
La resolución de estos problemas se efectúa por el método que hoy conocemos como “regla
de la falsa posición” o “regula falsi”. Este método consiste en presuponer un valor para el
aha y efectuar las operaciones de la ecuación. A menos que tengas mucha suerte no
acertarás con el valor del aha a la primera, pero tampoco importa, porque una vez
efectuadas las operaciones se compara el resultado con el que debería obtenerse y con el uso
de proporciones se halla el valor correcto.
Por ejemplo, en el problema 24 hay que resolver la ecuación x + x/7 = 19 . Se supone un
valor x= 7(el más fácil de aplicar) luego x + x/7 = 8. Ahora basta con calcular un número n
tal que 19 = 8*n, el valor buscado será x= 7*n. Se divide 19/8. Efectuando las operaciones
obtenemos:

1 8
2 16
½ 4
¼ 2
⅛ 1

16+2+1= 19 luego 19/8 = 2 +¼+⅛, luego n= 2+¼+⅛. Entonces x= 7*n luego x=


7*(2+¼+⅛)
Ahora se efectúa la multiplicación:

1 2+¼+⅛
2 4+ ½+¼
4 9+ ½
luego x= 16+½+⅛

Visto el empleo de este procedimiento podemos apreciar que los problemas de división de
cantidades fraccionarias podrían resolverse también siguiendo este mismo método, bastante
más simple, en la mayoría de los casos. Pero no sabemos por qué se elegía uno u otro, nii si
el escriba lo hacía dependiendo de algún factor.
A pesar de que este es el método más empleado en la resolución de ecuaciones lineales,
Ahmes emplea un método de factorización en el problema 30, en el que hay que resolver la
ecuación:
x+(⅔)x + (½)x +(1/7)x = 37
Para resolverla factoriza el primer miembro y divide luego 37 entre (1+⅔+½+1/7)
obteniendo un valor de x= 16 + 1/56+1/679+1/776.

Los problemas de ecuaciones lineales son frecuentes en la matemática egipcia y aparecen


en varios papiros, pero llama la atención especialmente dos problemas del papiro de Berlín
que representa un sistema de 2 ecuaciones con dos incógnitas, una de las cuales es además
de segundo grado. Estos problemas son los más sencillos, del tipo a x 2=b o incluso en el de
dos incógnitas una de ellas se da en función de la otra, con lo que el problema queda
reducido igualmente a uno del tipo ax 2=b . Curiosamente se utiliza la raíz cuadrada para
resolver el problema, aunque no tenemos constancia de si tenían procedimientos paa<
calcularlas. Algunos autores suponen que debieron existir tablas de números cuadrados,
calculadas por un simple procedimiento de multiplicación del número por él mismo, y que
podrían leerse en ambos sentidos de modo que permitirián calcular raíces cuadradas. Lo que
sí sabemos es que existia un símbolo especial para representarla conocido como la esquina.
El problema al que antes nos hemos referido consiste en resolver:

2 2
x + y =100
1 1
y= ( + ¿ x
4 2

https://egiptologia.org/?page_id=147

MATEMÁTICAS EN BABILONIA

Las matemáticas babilónicas (también conocidas como matemáticas asirio-babilónicas)


son las matemáticas desarrolladas o practicadas por la gente de Mesopotamia, desde los
días de los primeros sumerios hasta los siglos posteriores a la caída de Babilonia en el
539 a. Los textos matemáticos babilónicos son abundantes y están bien editados. Con
respecto al tiempo, se dividen en dos grupos distintos: uno del período babilónico
antiguo (1830-1531 a. C.), el otro principalmente seléucida de los últimos tres o cuatro
siglos a. C. En cuanto al contenido, apenas hay diferencia entre los dos grupos de textos.
Las matemáticas babilónicas se mantuvieron constantes, en carácter y contenido,
durante casi dos milenios.

En contraste con la escasez de fuentes en las matemáticas egipcias, el conocimiento de


las matemáticas babilónicas se deriva de unas 400 tablillas de arcilla desenterradas
desde la década de 1850. Escritas en escritura cuneiforme, las tablillas se inscriban
mientras la arcilla estaba húmeda y se horneaban en un horno o al calor del sol. La
mayoría de las tablillas de arcilla recuperadas datan de 1800 a 1600 aC y cubren temas
que incluyen fracciones, álgebra, ecuaciones cuadráticas y cúbicas y el teorema de
Pitágoras. La tablilla babilónica YBC 7289 da una aproximación con una precisión de
tres dígitos sexagesimales significativos (alrededor de seis dígitos decimales
significativos).

ORIGEN DE LAS MATEMÁTICAS BABILÓNICAS

Las matemáticas babilónicas son una gama de prácticas matemáticas numéricas y más
avanzadas en el antiguo Cercano Oriente, escritas en escritura cuneiforme. El estudio se
ha centrado históricamente en el período babilónico antiguo a principios del segundo
milenio antes de Cristo debido a la gran cantidad de datos disponibles. Ha habido debate
sobre la aparición más temprana de las matemáticas babilónicas, y los historiadores
sugieren un rango de fechas entre el quinto y el tercer milenio antes de Cristo. Las
matemáticas babilónicas se escribieron principalmente en tablillas de arcilla en escritura
cuneiforme en los idiomas acadio o sumerio.

"Matemáticas babilónicas" es quizás un término inútil ya que los primeros orígenes


sugeridos datan del uso de dispositivos contables, como bullas y fichas, en el quinto
milenio antes de Cristo.

El sistema matemático babilónico era un sistema numérico sexagesimal (base 60). De


esto derivamos el uso moderno de 60 segundos en un minuto, 60 minutos en una hora y
360 grados en un círculo. Los babilonios pudieron hacer grandes avances en
matemáticas por dos razones. En primer lugar, el número 60 es un número superior
altamente compuesto, con factores de 1, 2, 3, 4, 5, 6, 10, 12, 15, 20, 30, 60 (incluidos
los que son a su vez compuestos), lo que facilita los cálculos con fracciones Además, a
diferencia de los egipcios y los romanos, los babilonios tenían un verdadero sistema de
valor posicional, en el que los dígitos escritos en la columna de la izquierda
representaban valores más grandes (al igual que, en nuestro sistema de base diez, 734 =
7 × 100 + 3 × 10 + 4 × 1).

MATEMÁTICAS SUMERIAS

Los antiguos sumerios de Mesopotamia desarrollaron un complejo sistema de


metrología desde el año 3000 a. Desde el 2600 aC en adelante, los sumerios escribieron
tablas de multiplicar en tablillas de arcilla y se ocuparon de ejercicios geométricos y
problemas de división. Los primeros rastros de los números babilónicos también se
remontan a este período.

La mayoría de las tablillas de arcilla que describen las matemáticas babilónicas


pertenecen al antiguo babilónico, razón por la cual las matemáticas de Mesopotamia se
conocen comúnmente como matemáticas babilónicas. Algunas tablillas de arcilla
contienen listas y tablas matemáticas, otras contienen problemas y soluciones
elaboradas.

Aritmética

Los babilonios usaban tablas precalculadas para ayudar con la aritmética. Por ejemplo,
dos tablillas encontradas en Senkerah en el Éufrates en 1854, que datan del 2000 a. C.,
dan listas de los cuadrados de los números hasta el 59 y los cubos de los números hasta
el 32. Los babilonios usaban las listas de cuadrados junto con las fórmulas:
2 2 2
(a +b) −a −b
ab=
2
2 2
(a +b) −( a−b)
ab=
4

para simplificar la multiplicación.


Los babilonios no tenían un algoritmo para la división larga. En cambio, basaron su
a 1
método en el hecho de que: =ax
b b

junto con una tabla de recíprocos. Los números cuyos únicos factores primos son 2, 3 o
5 (conocidos como números 5-lisos o regulares) tienen recíprocos finitos en notación
sexagesimal, y se han encontrado tablas con listas extensas de estos recíprocos.

Los recíprocos como 1/7, 1/11, 1/13, etc. no tienen representaciones finitas en notación
sexagesimal. Para calcular 1/13 o dividir un número por 13, los babilonios usarían una
1 7 1 1 40 280 4 40
aproximación como: = =7 x ≈ 7 x =7 x = = +
13 91 91 90 3600 3600 60 3600

Álgebra

La tablilla de arcilla babilónica YBC 7289 (c. 1800-1600 a. C.) da una aproximación de
√ 2 en cuatro cifras sexagesimales, 1; 24, 51, 10, que tiene una precisión de
aproximadamente seis dígitos decimales y es el tres lugares más cercano posible.
24 51 10 30547
representación sexagesimal de √ 2: 1+ + 2 + 3 = =1.41421296
60 60 60 21600

Además de los cálculos aritméticos, los matemáticos babilónicos también desarrollaron


métodos algebraicos para resolver ecuaciones. Una vez más, estos se basaron en tablas
precalculadas.

Para resolver una ecuación cuadrática, los babilonios usaban esencialmente la fórmula
cuadrática estándar. Consideraron ecuaciones cuadráticas de la forma: x 2+ bx=c

donde b y c no eran necesariamente números enteros, pero c siempre era positivo.


2
Sabían que una solución a esta forma de ecuación es: x= −b + ( b ) + c
c 2

y encontraron raíces cuadradas de manera eficiente usando división y promediando.


Siempre usaban la raíz positiva porque esto tenía sentido al resolver problemas "reales".
Los problemas de este tipo incluían encontrar las dimensiones de un rectángulo dada su
área y la cantidad por la cual la longitud excede el ancho.

Se utilizaron tablas de valores de n + n para resolver ciertas ecuaciones cúbicas. Por


ejemplo, considere la ecuación: ax 3 +b x 2=c
3 2 2❑
ax ax ca
Multiplicando la ecuación por a y dividiendo por b da:( ) +( ) = 3
b b b
2
3 2 ca
Sustituyendo y = ax / b da: y + y = 3
b

que ahora podría resolverse buscando en la tabla n + n para encontrar el valor más
cercano al lado derecho. Los babilonios lograron esto sin notación algebraica,
mostrando una notable profundidad de comprensión. Sin embargo, no tenían un método
para resolver la ecuación cúbica general.

Crecimiento

Los babilonios modelaron el crecimiento exponencial, el crecimiento restringido (a


través de una forma de funciones sigmoideas) y el tiempo de duplicación, este último en
el contexto de los intereses de los préstamos.

Tablillas de arcilla de c. 2000 a. C. incluyen el ejercicio "Dada una tasa de interés de


1/60 por mes (sin capitalización), calcule el tiempo de duplicación". Esto produce una
tasa de interés anual de 12/60 = 20 % y, por lo tanto, un tiempo de duplicación de 100 %
de crecimiento/20 % de crecimiento anual = 5 años.

Plimpton 322

La tablilla Plimpton 322 contiene una lista de "triples pitagóricos", es decir, números
enteros (a,b,c) tales que a 2+ b2=c 2. Los triples son demasiados y demasiado grandes
para haber sido obtenidos por la fuerza bruta.

Mucho se ha escrito sobre el tema, incluidas algunas especulaciones (quizás


anacrónicas) sobre si la tablilla podría haber servido como una de las primeras tablas
trigonométricas. Se debe tener cuidado de ver la tablilla en términos de métodos
familiares o accesibles a los escribas de la época.

[...] la pregunta "¿cómo se calculó la tableta?" no tiene que tener la misma


respuesta que la pregunta "¿qué problemas presenta la tableta?" La primera
puede responderse de manera más satisfactoria mediante pares recíprocos,
como se sugirió por primera vez hace medio siglo, y la segunda mediante
algún tipo de problemas de triángulos rectángulos.

(E. Robson, "Ni Sherlock Holmes ni Babilonia: una reevaluación de Plimpton 322",
Historia Math. 28 (3), p. 202).

Geometría

Los babilonios conocían las reglas comunes para medir volúmenes y áreas. Midieron la
circunferencia de un círculo como tres veces el diámetro y el área como un doceavo del
cuadrado de la circunferencia, lo que sería correcto si π se estimara como 3. Sabían que
esto era una aproximación, y un matemático antiguo babilónico tablilla excavada cerca
de Susa en 1936 (fechada entre los siglos XIX y XVII a. C.) da una mejor aproximación
de π como 25/8 = 3,125, aproximadamente un 0,5 por ciento por debajo del valor
exacto. El volumen de un cilindro se tomaba como el producto de la base por la altura,
sin embargo, el volumen del tronco de un cono o de una pirámide cuadrada se tomaba
incorrectamente como el producto de la altura por la mitad de la suma de las bases. El
teorema de Pitágoras también era conocido por los babilonios.

La "milla babilónica" era una medida de distancia equivalente a unos 11,3 km (o unas
siete millas modernas). Esta medida de distancias finalmente se convirtió en una "milla
de tiempo" utilizada para medir el viaje del Sol, por lo tanto, representando el tiempo.

Los antiguos babilonios conocían los teoremas sobre las proporciones de los lados de
triángulos similares durante muchos siglos, pero carecían del concepto de medida de un
ángulo y, en consecuencia, estudiaron los lados de los triángulos.

Los astrónomos babilónicos mantuvieron registros detallados de la salida y puesta de las


estrellas, el movimiento de los planetas y los eclipses solares y lunares, todo lo cual
requería familiarizarse con las distancias angulares medidas en la esfera celeste.

También utilizaron una forma de análisis de Fourier para calcular las efemérides (tablas
de posiciones astronómicas), que fue descubierta en la década de 1950 por Otto
Neugebauer. Para hacer los cálculos de los movimientos de los cuerpos celestes, los
babilonios usaban la aritmética básica y un sistema de coordenadas basado en la
eclíptica, la parte del cielo por donde viajan el sol y los planetas.

Las tablillas conservadas en el Museo Británico proporcionan evidencia de que los


babilonios incluso llegaron a tener un concepto de objetos en un espacio matemático
abstracto. Las tablillas datan de entre 350 y 50 a. C. y revelan que los babilonios
entendían y usaban la geometría incluso antes de lo que se pensaba. Los babilonios
utilizaron un método para estimar el área bajo una curva dibujando un trapezoide
debajo, una técnica que anteriormente se creía que se originó en la Europa del siglo
XIV. Este método de estimación les permitió, por ejemplo, encontrar la distancia que
había recorrido Júpiter en un cierto período de tiempo.
https://academia--lab-com.webpkgcache.com/doc/-/s/academia-lab.com/enciclopedia/matematicas-en-la-
antigua-babilonia/

La Escuela Jónica

Tales de Mileto

Es considerado por muchos el fundador de la primera


escuela de matemáticas y filosofía griegas y uno de los Siete
Sabios de Grecia. Nació en torno al año 640 a.C.1 en la
ciudad jónica de Mileto, una antigua ciudad en la costa
occidental de Asia Menor (en lo que actualmente es la
provincia de Aydin en Turquía), cerca de la desembocadura
del río Menderes. Siendo aún comerciante, Tales visitó la Gran Pirámide de Egipto. En
aquella visita uno de los allí presentes formuló la pregunta de cuál era la altura de esta.
Ninguno de los egipcios que allí estaban pudieron dar respuesta ya que la pirámide era
muy alta y si se soltaba una cuerda desde la punta hasta el suelo, esta acción no mediría
la altura. Pero Tales ante tal reto geométrico se puso manos a la obra para resolver este
problema. Primero midió la longitud de la sombra de la pirámide, luego la longitud de
su propia sombra y, como ya conocía su estatura, hizo algunos cálculos y sorprendió a
los egipcios con la medida de la altura de la pirámide. Los egipcios desconocían el
Teorema que Podemos atribuirle con razonable probabilidad ciertas proposiciones
relacionadas con la geometría de los ángulos, las rectas, y las superficies que las
determinan, transformando la geometría al cambiar el enfoque de la misma desde un
punto de vista empírico a un punto de vista deductivo. En su Comentario3 y citando a
Eudemo, Proclo afirma que Tales estableció cuatro teoremas:

1. “El círculo se biseca por su diámetro.”

2. “Los ángulos de la base de un triángulo con dos lados iguales son iguales.” (Euc. I,
5). Proclo parece dar a entender que esta afirmación fue demostrada considerando otro
triángulo isósceles idéntico, dándole la vuelta y superponiéndolo al primero, una especie
de demostración empírica.

3. “Los ángulos opuestos de líneas rectas que se intersecan, son iguales.” (Euc. I, 15).
Tales podía haber considerado esto como obvio, para Proclo fue Euclides el primero que
dio una demostración correcta de esta afirmación.

4. “Si dos triángulos son tales que dos ángulos y un lado de uno son iguales a dos
ángulos y un lado del otro, entonces los triángulos son congruentes.” (Euc. VI)

5. “El ángulo inscrito en un semicírculo es un ángulo recto.” (Euc. III, 31) Actualmente
se piensa que este teorema pudo tener su verdadero origen en Babilonia y
posteriormente ser introducido por Tales en Grecia. Esta afirmación es considerada
como uno de los mayores logros geométricos de Tales. Parece ser que pudo llegar a esta
conclusión observando que las diagonales de un rectángulo son iguales, se bisecan, y
que además éste siempre puede ser inscrito en una circunferencia.

6. “La suma de los ángulos de cualquier triángulo es igual a dos ángulos rectos.” Pero
también es posible demostrar el teorema 5, conociendo el 6. Tenemos aquí un caso de
equivalencias de dos resultados. Si conocemos 5, podemos probar 6. Si sabemos 6,
podemos probar 5. Si Tales demostró 5, ¿cómo lo hizo?, ¿habría usado 6?. Hay
referencias de Eudemo a través de Proclo, que indican que 6 no sólo fue demostrado por
los Pitagóricos, sino que incluso fue descubierto por ellos. Y por tanto se cree que Tales
quizá demostró 5, a partir del conocimiento de 6, pero que no daba una demostración
general; sólo aceptándolo como cierto a través de demostraciones de orden particular y
de carácter más experimental e intuitivo, que las que ya aparecen en Los Elementos de
Euclides.

Sin entrar en demasiados detalles astronómicos, algunas historias cuentan también que
Tales consideraba en su enseñanza que un año contenía sobre 365 días, y no doce meses
de treinta días cada uno. Se cuenta que sus predecesores intercalaban ocasionalmente un
mes para mantener a las estaciones sin desfase, así debieron darse cuenta de que el año
contenía de media más de 360 días. Hay razones para considerar que Tales creía que la
tierra era un cuerpo con forma de disco que flotaba en el agua. Tales conocía muy bien
los métodos astronómicos babilónicos, por lo que según el historiador Herodoto, pudo
haber sido capaz de predecir un eclipse de sol en el año 585 a.C, que impidió la guerra
entre los pueblos medo y lidio en Asia Menor. Se cuenta que, cuando los ejércitos de
ambos pueblos vieron el eclipse, atemorizados, lo interpretaron como un mal presagio e
inmediatamente firmaron la paz. No se sabe si Tales en verdad predijo o no el eclipse, lo
impresionante de la historia es que efectivamente el eclipse ocurrió el 28 de mayo del
año 585 a.C4 , siendo éste uno de los primeros eventos históricos del cual se sabe la
fecha exacta. Sus predicciones le proporcionaron un extraordinario prestigio como
profesor y le reservaron un lugar entre los Siete Sabios de Grecia. Tales murió en el año
547 a.C a la edad de 90 años. Según cuentan algunas fuentes, le gustaba asistir a eventos
deportivos de toda clase, y ya anciano asistió como público a una competición
gimnástica

El Teorema de Tales

El Teorema de Tales es una consecuencia importante de los Axiomas de incidencia,


ordenación y métricos del plano. Su importancia estriba en que es la base para definir
las razones trigonométricas. Se basa en la idea de las proyecciones oblicuas. Para su
enunciado y demostración necesitamos presentar previamente un resultado sobre
proyecciones oblicuas.

Anaximandro de Mileto

Anaximandro nació en el año 611 a.C. y murió en el 545


a.C., sucediendo a Tales como principal representante de la
Escuela de Mileto. Según Suidas, escribió un tratado de
geometría, donde prestó especial interés por las propiedades
de las esferas, y las ideas filosóficas de la concepción del
espacio infinito y el tiempo. Se le atribuye la escritura de un
único libro sobre la naturaleza, pero su palabra llega a la
actualidad mediante comentarios doxográficos de otros
autores. Construyó mapas terrestres y cartas celestes. Se le
atribuye la introducción del uso del gnomon o estilo en
Grecia, y la medición de los solsticios y equinoccios,
trabajos para determinar la distancia y tamaño de las estrellas y la afirmación de que la
Tierra es cilíndrica y ocupa el centro del Universo.

La Escuela Pitagórica

Pitágoras de Samos

Pitágoras de Samos Pitágoras nació en Samos, una de


las islas del Dodecaneso próxima a Mileto, sobre el
569 a.C., donde su padre Mnesarco, un rico
comerciante fenicio, parece ser que joyero de
profesión, obtuvo la ciudadanía por los servicios
prestados a sus habitantes durante la época de carestía
que Samos había padecido años antes. Acompañado de
su mujer griega Pitia, Mnesarco viajaba
frecuentemente por motivos comerciales y llegaron a
Tiro sobre el 569 a.C., donde nació Pitágoras. Se sabe
que, a la edad de 18 años, participó en los juegos olímpicos y ganó todas las
competiciones del pugilato. Al parecer, a esa edad, Pitágoras abandonó secretamente
Samos rumbo a la isla de Lesbos donde su tío le recibió con gran hospitalidad. La razón
de este abandono fue debido a que no podía soportar por más tiempo la brutalidad de su
gobernante Polícrates “El Tirano”, conocido tanto por su astucia como por su crueldad
que había consolidado su poder a través de un golpe de estado. En Lesbos, Pitágoras
recibió durante dos años una extraordinaria enseñanza del maestro filósofo griego
presocrático Ferécides de Siria, de Tales de Mileto

En Samos comenzó a impartir clases sin mucho éxito, lo que le obligó a emigrar a
Sicilia con su madre y con un único discípulo Eratocles. De allí fueron a Tarento, de
donde se mudaron a Crotona, una colonia dórica del sur de Italia, en una época bastante
turbulenta, debido a continuas revueltas sociales, como la insurrección que estalló en la
ciudad vecina de Síbari. En Crotona llevó a cabo con gran éxito la apertura de varias
escuelas, a las que asistía público muy entusiasta, ciudadanos de todos los estratos
sociales, pero sobre todo de las clases más privilegiadas, e incluso mujeres rompiendo la
ley que establecía la prohibición de que pudieran asistir a reuniones en público. La
orden pitagórica se regía por un estricto código de conducta pero era igualitaria e incluía
a varias mujeres. Entre el público femenino ha de destacarse a Teano, la joven y bella
hija de Milón, hombre rico y famoso puesto que había ganado doce veces los juegos
olímpicos. Milón estaba interesado en la filosofía y las matemáticas, y cedió parte de su
casa a Pitágoras con el fin de que crease su propia escuela. Pitágoras se casó con Teano
a pesar de la disparidad de sus edades. Teano escribió una biografía de su marido, pero
desafortunadamente se perdió y no tenemos constancia alguna de esta obra. Cuando la
escuela pitagórica se encontraba en su mayor esplendor, Hipaso, quien había sido
expulsado de la orden por revelar algunos de los conocimientos de esta, y que lideraba
el partido democrático de Crotona que representaba una corriente en contra de la
ortodoxia y los valores conservadores que caracterizaban la orden pitagórica, llevó a
cabo acusaciones infundadas contra sus antiguos compañeros. La escuela fue disuelta, y
las propiedades de la orden fueron confiscadas y Pitágoras mandado al exilio. Pitágoras
de José Ribera “el Españoleto” (1640) Pitágoras vivió en Tarento, pero también allí el
partido democrático se alzó con el poder, y Pitágoras fue expulsado a Metaponto donde
alargó su pobre existencia y murió hacia el 500 a.C. Allí se produjo una revuelta
liderada por miembros del recién llegado al poder partido democrático. Estos rodearon
la casa donde se reunían los pitagóricos, taparon las salidas y le prendieron fuego.
Muchos de los discípulos murieron. Los supervivientes huyeron y este triste hecho
sirvió para que algunos de ellos como Filolao de Tarento les fuera encargada la tarea de
divulgar los conocimientos de la hermandad, constituyendo entre otros el germen de la
Academia de Platón.

Los Pitagóricos

Pitágoras diferenció a aquellos


que asistían a sus enseñanzas en
dos clases, los que podríamos
clasificar como principiantes,
llamados acusmáticos
(auditores) a los que sólo se les
trasmitían los resultados y cuyos
temas principales de estudio eran la ética, la inmortalidad del alma y la transmigración
de la misma o mentempsicosis, y los matemáticos (conocedores) a los que se les
trasmitían los resultados y las demostraciones. El hecho de que tan pocos datos acerca
de la vida y obra de Pitágoras hayan llegado hasta nosotros, se debe fundamentalmente
a la pérdida de documentos sobre él que se ha producido a lo largo de la historia, porque
aunque se sabe que se escribieron varias biografías, incluida una del propio Aristóteles,
todas ellas se perdieron. Además a este hecho se le une la dificultad que tenemos para
identificar claramente la figura de Pitágoras, ya que la orden fundada por él tenía un
carácter fundamentalmente comunal y secreto; tanto los conocimientos como las
propiedades eran mantenidos en un régimen de comunidad, y por lo tanto no se podía
atribuir un descubrimiento a ningún miembro en concreto de la escuela. Todos los
miembros mantenían las mismas creencias políticas conservadoras y filosóficas,
compartían los mismos propósitos, con un código de conducta muy estricto, y tenían el
compromiso de no revelar los secretos de la escuela bajo pena de muerte; a los
miembros de la secta se les imponía un estricto régimen vegetariano, parece ser porque
los pitagóricos aceptaban la doctrina de la metempsicosis o de la transmigración de las
almas, con el resultado de que no debería ser sacrificado ningún animal ante el temor de
que pudiera ser la nueva morada del alma de un amigo muerto; entre otros tabús de la
escuela estaba la prohibición de comer judías (o quizás más exactamente, lentejas); su
disciplina era severa, y su modo de vida estaba gobernado por el autocontrol, la
abstinencia, la pureza y la obediencia. Esta estricta disciplina y el secretismo de su
organización le otorgaron a la secta de los pitagóricos una supremacía, que hizo que
otras clases privilegiadas se sintieran amenazadas; y finalmente, instigados por los
rivales políticos de Pitágoras, la mayoría de sus seguidores fueron asesinados. Aunque
la influencia de los Pitagóricos sobre la política fue destruida con el asesinato de la
mayoría de sus miembros, parece que los pocos que quedaron se reagruparon en torno a
una sociedad filosófica y matemática, considerando Tarento como su centro de
operaciones y continuaron aún con sus actividades durante más de cien años.
Probablemente la característica más notable de la orden pitagórica era su enorme
dedicación al estudio de la filosofía y las matemáticas, hasta el punto de asumir a estas
como base moral para la dirección de su vida. Parece ser que las propias palabras
“filosofía” (o “amor a la sabiduría”) y “matemáticas” (o “aquello que se aprende”)
fueron términos acuñados por el propio Pitágoras para describir actividades
intelectuales. Pitágoras no publicó libro alguno; es asumido que todo el conocimiento y
los logros a los que llegó esta escuela fueron desarrollados de forma común por los
integrantes de la sociedad y vetados al mundo exterior. Era tal la devoción que los
pitagóricos sentían por sus principios que casi rozaban el fundamentalismo religioso.
Como ejemplo de este hecho, parece ser que en torno al año 470 a.C., Hipaso de
Metaponto, miembro de la orden, rompió el voto de silencio que los pitagóricos habían
impuesto a sus miembros, revelando al mundo parte de los conocimientos de la orden,
como la existencia del dodecaedro9 como uno de los sólidos regulares enunciado por
Pitágoras, o los llamados inconmesurables (irracionales).

Este hecho hizo que fuera expulsado de manera inmediata y que los pitagóricos
erigieran metafóricamente una tumba con su nombre, mostrando así que, para ellos, él
estaba muerto. La sociedad pitagórica fue perdiendo adeptos y los estrictos
compromisos fueron abandonados gradualmente, y los logros y sus doctrinas fueron
plasmados en libros.

El primer libro (que se conozca) que recoge parte de la naturaleza de los conocimientos
pitagóricos se escribió por Filolao de Crotona en torno al año 370 a.C., y se dice que
Platón mantuvo en su poder una copia del mismo. Podemos decir sin lugar a equívocos
que durante la primera mitad del siglo V a.C., los Pitagóricos fueron la punta de lanza
en cuanto avances científicos con respecto a sus contemporáneos, pero al final todos sus
descubrimientos, y sus conocimientos fueron revelados al mundo, lo que hizo que
Atenas adquiriera el privilegio de erigirse como el centro de la nueva actividad
intelectual. Aunque es imposible separar de forma precisa a quien correspondió cada
uno de los logros intelectuales de los Pitagóricos debido fundamentalmente al carácter
comunitario e impermeable de la orden, sabemos según Proclo que fue Pitágoras quien
le dio a la geometría un carácter deductivo riguroso que se ha mantenido hasta nuestros
días y ha servido de cimiento de una enseñanza liberal. Por esta razón debemos
considerar que Pitágoras fue el primer matemático capaz de elaborar un pensamiento
deductivo presentando las principales proposiciones de una disciplina con un orden
lógico.

De acuerdo con Aristóxeno de Tarento, la gloria de la escuela pitagórica reside en el


hecho de que fueron capaces de elevar a la aritmética por encima de las necesidades de
los mercaderes. Los Pitagóricos dividieron las matemáticas en cuatro grandes ramas, los
números absolutos o aritmética, números aplicados o música, estática o geometría y
dinámica o astronomía. Este “cuadrivium” fue considerado durante mucho tiempo la
base de sus doctrinas de una enseñanza liberal.
La Aritmética Pitagórica

A diferencia de lo que ocurría en otras culturas, en Grecia la palabra número se usaba


sólo para los números enteros positivos. En Egipto el dominio numérico incluía los
números naturales y las fracciones unitarias, y entre los babilonios había incluido el
campo de todas las fracciones racionales. En Grecia, las fracciones no eran consideradas
un ente propio, sino una razón o relación entre dos números enteros, y así la matemática
griega de los primeros tiempos, se aproximaba en cuanto a su concepción más a la
matemática “moderna” de hoy, que a la aritmética tradicional. Los Pitagóricos otorgaron
a los números un papel fundamental, hasta el punto de que su lema era “Todo es
número”. Se les debe la distinción entre la aritmética como ciencia o teoría de números
y la logística como arte o práctica de cálculo, separando netamente los números
abstractos, esencia de las cosas, de las cantidades concretas, que el hombre maneja en
sus transacciones comerciales y en los menesteres ordinarios de la vida. Llevaron a cabo
una clasificación de los números en vista de sus propiedades aritméticas, en pares e
impares, perfectos, amigos, primos, etc.

A Pitágoras se le conoce también por los números triangulares. Los números figurados o
de mayor orden fueron introducidos por miembros posteriores de la sociedad pitagórica.
Un número triangular es aquel que puede recomponerse en la forma de un triángulo
equilátero (por convención, el primer número triangular es el 1). De este modo el
segundo número triangular es el 3, el tercero el 6, el cuarto corresponde a 10....Si
observamos en la figura de la derecha, la fila más inferior contiene n elementos, y cada
una de las filas superiores tienen un elemento menos a medida que vamos subiendo de
fila. De este modo los números triangulares resultarán ser la suma de la serie.

Fuente: https://revista.giepm.com/wp-content/uploads/revista_impresa/numero_1/
las_escuelas_jonica_y_pitagorica.pdf
Los TRES PROBLEMAS CLÁSICOS DE LA ANTIGUA MATEMÁTICA
GRIEGA

La cuadratura del círculo La duplicación del cubo La trisección del ángulo Se trata de
construcciones que debían hacerse utilizando únicamente una regla sin marcas y un
compás (estos eran, según Platón, los instrumentos divinos). Rectas y círculos eran
considerados por los filósofos y matemáticos griegos como las curvas perfectas a partir
de las cuales todas las demás construcciones deberían ser posibles. Toda solución que
utilice otras curvas que no sean rectas ni circunferencias, o una regla con sólo un par de
marcas, eran consideradas "soluciones impuras" o "prohibidas". Cuenta Filoponus que
en el año 430A.C. una epidemia de fiebre tifoidea mató a la cuarta parte de la población
de Atenas (incluido Pericles); consultado el dios Apolo, respondió por boca del oráculo
de Delos (pequeña isla sobre el Egeo, que no debe ser confundida con Delfos, ciudad de
la antigua Grecia) que cesaría la epidemia cuando hubieran cambiado u altar, que tenía
forma cúbica, por otro nuevo cuyo volumen fuera el doble. Los atenienses procedieron a
construir un nuevo cubo cuyas aristas eran el doble de las anteriores, con lo que el
nuevo altar tenía un volumen 8 veces mayor, provocando la justa irritación del dios
Apolo. Desesperados los atenienses recurrieron al consejo de Platón, quien les hizo ver
que si el 1 er cubo tenía aristas de longitud "a", el cubo nuevo debería tener arista "x" tal
que x3 = 2 a3 (en notación moderna x = a). ¿ Será posible, dado el segmento "a" obtener
con regla sin marcas y compás el segmento x = a? Hicieron falta más de 2.200 años para
demostrar que los tres problemas son insolubles mediante el uso de regla sin marcas y
compás solamente. El primero en expresar sus dudas fue Descartes en 1637. A causa de
la relación del 2° problema con el oráculo de Delos (hay otra versión de Eratóstenes que
relaciona el problema con otros personajes), aquél, y por extensión, los otros dos, se
conocen con el nombre de "problemas délicos".

PLATON Y ARISTÓTELES

Platón y La Academia:

La Matemática es para Platón la aristocracia intelectual


del conocimiento. Su admiración y entusiasmo por la
matemática, lo lleva ser conocido como un “hacedor de
la matemática” Por eso en la Academia de Platón reza
el aviso «está prohibida la entrada a toda persona que no sepa Geometría». La
Matemática tiene la misión pedagógica de formar el intelecto y es el fundamento de la
Filosofía y de todo el saber, decía. Tenía al igual que los pitagóricos, una predilección
por el dodecaedro, considerado por Platón como símbolo del universo en las ideas que
expone sobre los sólidos. Habría sido influenciado por Arquitas.

Destacan en la Academia:

Teeteto, como el que habría estudiado a fondo los cinco poliedros regulares, Eudoxio de
Cnido, discípulo de Platón, matemático el primero que trata la teoría de las proporciones
y método de la exhausción, mediante en cual puede calcular áreas y volúmenes de
curvas.

Aristóteles:

Estagira (384- 322 a. C), discípulo de Platón, filósofo,


biólogo(naturalista), considerado como el primer
investigador científico, no tiene trabajos matemáticos,
pero estuvo muy al corriente de las actividades de los
matemáticos de su tiempo. A los 17 años viaja a Atenas
a estudiar en la Academia. A su madurez, se aparta de
la Academia y de Atenas, para desarrollar su propia
filosofía. Fue tutor de Alejandro Magno, en Macedonia
Junto a su condiscípulo Teofrasto, en 336 a.C funda en
Atenas El Liceo, donde se convierte en importante
promotor del desarrollo de las matemáticas, cuestionando a los matemáticos al interior
de su escuela.

No siguió a los matemáticos platónicos porque seguían el camino de la abstracción. Se


interesó por las Paradojas de Zenón, intentando refutarlas en bese al sentido común. Sus
trabajos en zoología y biología tienen vigencia hasta el S.XIX. Kant, sobre la lógica
aristotélica dice:
Fuente: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0188-
66492017000100043&script=sci_arttext

ALEJANDRÍA CENTRO DEL CONOCIMIENTO: EUCLIDES, ARQUÍMEDES


Y OTROS.

EUCLIDES (325-265 a. C)

Sabio matemática y geómetra, se cree que es de la


escuela platónica. Llegó a Alejandría para enseñar
matemática. Se le reconoce la obra cumbre
Elementos, que habría sido escrito alrededor de 300
a.C. El contenido de la obra en gran parte tiene los
aportes de Pitágoras, Teeteto y Eudoxo. En la
orientación de la obra influyen las escuelas de
Platón y Aristóteles, del primero el método
abstracto independiente de lo práctico y del
segundo el método riguroso.

La obra consta de 13 libros, en el ofrece un


tratamiento definitivo de la geometría de dos dimensiones (el plano) y tres dimensiones
(el espacio).

El contenido de los libros es el siguiente:

• libros 1 al 4 tratan sobre Geometría plana.

• Libros 5 al 10 tratan sobre razones y proporciones

• Libros 11 al 13 tratan sobre geometría de los cuerpos sólidos

En ella se presenta de manera formal, partiendo únicamente de cinco postulados, el


estudio de las propiedades de líneas y planos, círculos y esferas, triángulos y conos, etc.;
es decir, de las formas regulares.

EUCLIDES: LIBRO I
Sin preámbulo. Lista de 23 definiciones, entre otras

• “Un punto es lo que no tiene parte”

• “Una línea es longitud sin anchura”

• “Una superficie es solo lo que tiene longitud y anchura”

Una lista de 5 postulados y cinco nociones comunes. Hay teoremas de congruencia.


Propiedades de rectas paralelas y paralelogramos y demostraciones del Teorema de
Pitágoras.

EUCLIDES: LIBRO 5

Contiene, entre otros

• Propiedad distributiva de la multiplicación respecto de la adición

• Propiedad asociativa de la multiplicación

• Las leyes de la relación “mayor que” y “menor que”

• Teoría de las proporciones, con 25 proposiciones.

“Magnitudes se dice que tienen una razón una a la otra, cuando son capaces, tomando
múltiplos, de superar una a la otra” que es también la definición de razón. “Se dice que
magnitudes están en la misma razón, la primera a la segunda y la tercera a la cuarta,
cuando, tomados cualesquiera equimúltiplos de la primera y la tercera y cualesquiera
equimúltiplos de la segunda y la cuarta , entonces los primeros equimúltiplos ambos
exceden, son iguales o son menores que los segundos equimúltiplos, to,ados en elorden
correspondiente” que es la definición de proporción.

En resumen, los teoremas de Euclides son los que generalmente se aprenden en la


escuela secundaria moderna. Por citar algunos de los más conocidos:

• La suma de los ángulos interiores de cualquier triángulo es 180°.

• En un triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los


cuadrados de los catetos, que es el famoso teorema de Pitágoras.

• La teoría de las proporciones.

• En los libros VII, VIII y IX de Los Elementos se estudia la teoría de la divisibilidad.


• La geometría de Euclides, es un poderoso instrumento de razonamiento deductivo

ARQUÍMEDES Siracusa (287-212 a. C)

Uno de los grandes pensadores de la antigüedad. Físico, matemático, astrónomo e


inventor. Su gran obra matemática fue demostrar que dados un cilindro y una esfera en
él inscrita, las superficies, así como los volúmenes de los dos sólidos están en la razón
de 3 a 2.

En su obra Sobre la esfera y el cilindro, Arquímedes postula que cualquier magnitud,


sumada a sí misma suficiente número de veces, puede exceder cualquier otra magnitud
dada, conocido como la propiedad arquimediana de los números. Utilizando el método
de la exhausción calculó que el valor de π debía encontrarse entre 3 y 31⁄7 o entre
3,1408 y 3,1429.

En su obra sobre La cuadratura de la parábola, Arquímedes probó que el área definida


por una parábola y una línea recta equivalía exactamente a 4⁄3 el área del
correspondiente triángulo inscrito. Logra trisecar el ángulo haciendo uso de la teoría de
la espiral que lleva su nombre. En física descubrió las leyes de la palanca: “Dame un
punto de apoyo y moveré el mundo” Equilibrio de los cuerpos flotantes: “Eureka”
Como ingeniero construyó armas defensivas para proteger a Siracusa de la invasión
romana. Se dice que, en una ocasión estaba absorto resolviendo un problema en la
arena, cuando un soldado romano se acercó bajo orden de detención o muerte, al no
haber respuesta del sabio, el soldado lo hirió mortalmente.

ERATÓSTENES Cirene (276-194 a. C.),

Matemático, geógrafo, filósofo, astrónomo y orador. Dirigió la biblioteca de Alejandría.


Elaboró la tabla (Criba) de los números primos. Elaboró el mesolabio, instrumento de
cálculo usado para resolver la media proporcional. Midió la longitud de la tierra,
tomando como referencia la distancia entre Siena y Alejandría

APOLONIO Perga (262-190 a.C)

Geómetra y astrónomo, discípulo de la escuela de Euclides. Escribe sobre las Cónicas,


en 8 libros: Circunferencia, parábola, elipse e hipérbola, que las obtiene cortando un
cono circular oblicuo por un plano de distintas inclinaciones
.

RENACIMIENTO DE LA MATEMÁTICA GRIEGA

DIOFANTO (Alejandría S. III)

Escribe Arithmética con 150 problemas algebraicos, haciendo uso de abreviaturas


adecuadas, llamada por ello álgebra sincopada. El polinomio 2x4+3x3-4x2+5x-6 lo
escribe como SS2C3x5MS4u6, escrito en latín donde S, C, x, N,u corresponden a las
letras griegas cuadrado, cubo, incógnita, menos y unidad. Formula ecuaciones
determinadas e indeterminadas. No usa el método axiomático. Para problemas con
varias incógnitas, expresa todas las cantidades desconocidas en términos de una sola de
ellas. Un problema de arithmética es “calcular dos números tales que su suma sea 20 y
la suma de sus cuadrados 208”. Los números desconocidos los representa en notación
actual por 10+x y 10-x, entonces se tendrá que verificar que (10+x)2+(10-x)2=208.
Como x=2, entonces los números 12 y 8. Un problema de otro tipo es “hallar dos
números tales que al sumar cualquiera de ellos con el cuadrado del otro da siempre
como resultado un cuadrado prefecto”. Las ecuaciones diofánticas se caracterizan por
tener más incógnitas que ecuaciones.

PAPPUS (Alejandría S. IV)

Escribió “colección matemática” una exposición de los conocimientos matemáticos de


la época. Propone teoremas de geometría referidos a polígonos y poliedros.

Teorema de Pappus.

Si en un par de rectas se toman tres puntos cualesquiera en cada una de ellas y los
unimos dos a dos, las intersecciones de las rectas que las unen estarán en una línea recta.
La “generalización” del teorema de Pitágoras, de las áreas de paralelogramos. En sus
escritos hace referencia a algunas de las obras perdidas de Apolonio, consideras como
revolucionarias para su tiempo. Considerado el último geómetra griego.

HIPATIA Alejandría (370-415) Primera matemática que menciona la historia, hija de


Teón reconocido matemático responsable de la edición y comentarios de Elementos de
Euclides. Enseñó en la escuela de Alejandría, debido a sus altos conocimientos de
geometría, álgebra y astronomía pudo escribir comentarios de obras de Diofanto,
Ptolomeo y Apolonio. Fiel a sus tradiciones del helenismo pagano, razones políticas y
de género, murió a manos una turba de fanáticos cristianos en murió 415. Ya antes, en
392, las turbas cristianas habían destruido la biblioteca de la ciudad. Con Hipatia,
culmina la presencia de Alejandría en el desarrollo de las matemáticas.

LA MATEMÀTICA EN LA ANTIGUA CHINA

Inicio de las matemáticas.

Los primeros símbolos matemáticos


aparecen escritos en caparazones de
tortugas y corresponden a la Dinastía
Shang, 1600-1050 a.e.c. (véase Figura 1).
Como en otras civilizaciones de la
antigüedad, el desarrollo de las
matemáticas está asociado al de la
astronomía, qué servía para perfeccionar el
calendario, y a la resolución de muy
diversas tareas prácticas.

Una de las principales tareas de los astrónomos chinos en la antigüedad era preparar el
calendario: conocer el inicio de las estaciones, designar por adelantado días señalados, tabular
el movimiento de los planetas y la luna, predecir los eclipses lunares y, más difícil e importante,
los eclipses solares.

La relativa sencillez de nuestro calendario Gregoriano permite conocer con total precisión cual
será el calendario para un año dado (si es o no bisiesto, días de cada mes, día de la semana…).
Sin embargo, la naturaleza luna-solar del calendario en la antigua China hacia esta tarea mucho
más difícil y el desarrollo de las matemáticas facilitaba la tarea a los astrónomos.

Los matemáticos de la antigua China no desarrollaron ninguna aproximación axiomática, sino


que crearon reglas para la resolución de problemas sencillos. Este uso práctico de la
matemática posibilitó importantes avances en el álgebra, aunque muy pocos en la geometría.

Fuente: https://www.uv.es/iarribas/wikibase/Varios/Pi_China.pdf
Características de la Matemática China:

Las matemáticas chinas se caracterizan a través


de la historia por haber sido independientes a las
matemáticas de otras civilizaciones, donde figura
como principal causante la ubicación geográfica
de este país, los problemas de comunicación
propios de la época y la forma particular en que
los chinos asimilaban las culturas extranjeras
durante las invasiones.

Para O'Connor et al. (2003) las matemáticas


chinas son fascinantes debido a sus características particulares, entre ellas el autor
menciona las siguientes:

1. No poseer un desarrollo axiomático, ya que el concepto chino de prueba


matemática es radicalmente diferente al de los griegos.

2. Al igual que su lengua son extremadamente concisas, ya que estaba basada en


problemas, motivada por problemas en el calendario, en los negocios, en la medida de
las tierras, en la arquitectura, en los archivos gubernamentales y en los impuestos. De
hecho, gran parte de las matemáticas chinas de este período proceden de la
necesidad de calcular el calendario y predecir las posiciones de los cuerpos celestes.

3. En las obras matemáticas chinas sorprende la mezcla de resultados exactos e


inexactos, primitivos y sofisticados.

1. Liu Hui (alrededor del 220 - alrededor del 280):

Se considera que apareció en una época de teorización


matemática en la antigua China, y contribuyó de gran manera a
la materia ya que resolvió muchos problemas matemáticos
llevando su razonamiento matemático más allá de la dialéctica.

Así mismo, Collette et al (1986) menciona que Liu Hui


proporcionó un acercamiento más matemático que los textos
chinos primitivos, creando principios en los cuales se basaron
sus cálculos. Por ejemplo: Encontró una aproximación al número
 igual a 3,14159 considerando un polígono de 3072 lados y, se cree, comprendía el
proceso iterativo y la noción de límite.
Entre sus aportes se encuentra el Haidao suanjing o Manual de matemáticas de la isla
marina que fue originariamente un apéndice a su comentario al capítulo 9 de los
Nueve Capítulos del Arte Matemático. En él, emplea el Teorema de Pitágoras para
calcular la altura de objetos y la distancia a esos objetos que no se pueden medir
directamente.

2. Zhou Jijie (alrededor del 1280 - alrededor del 1303):

Según Collette (1986) es el autor de dos obras matemáticas importantes, una de ellas
titulada Espejos Preciosos de los Cuatro Elementos, la cual se ocupa detenidamente
de las ecuaciones simultáneas y de las ecuaciones elevadas a potencias tan altas
como la decimocuarta. En esta obra también se encuentran sumas de series como por
ejemplo:

Así mismo, en las primeras páginas de la obra se encuentra un diagrama del triángulo
aritmético llamado erróneamente “Triángulo de Pascal”.

Ya para finales del Siglo XIII los importantes trabajos chinos dejaron de ser
comprendidos y desarrollados en su mayoría. Según Xu Guangqi esto se debió a que
los estudiosos dejaron de utilizar herramientas de cálculo y una identificación de las
matemáticas con la numerología mística durante la dinastía Ming y a que los libros que
describen los métodos avanzados fueron, en la tradición China, muy concisos y sin
profesores que transmitieran el conocimiento, convirtiéndolos en algo cada vez más
complicado para que los alumnos lo aprendieran solos y directamente de ellos.

Primeros Indicios de un Sistema de Numeración:

Según O'Connor y Robertson (2004) trad. por Armesto (2007), en 1889 se hizo un
importante descubrimiento en el lugar arqueológico del pueblo de Xiao Dun en el
distrito de Anyang de la provincia de Henan, que fue la capital de los reyes de la
dinastía de los Últimos Shang (esta época de los Últimos Shang es conocida también
como dinastía Yin) desde el siglo XIV a.C.

Éste descubrimiento consta de miles de huesos y caparazones de tortuga con


inscripciones de antiguos caracteres chinos que habían sido usados como parte de
ceremonias religiosas. En ellas, los chinos inscribían preguntas en un lado de los
caparazones y el otro lado se ponía al calor del fuego; los trazos que aparecían se
interpretaban como las respuestas a esas preguntas que daban los ancestros.

Muchas de las inscripciones encontradas en éstos hallazgos contenían información


numérica acerca de los hombres perdidos en combate, prisioneros tomados, número
de sacrificios hechos, cantidad de animales cazados, número de días o meses, etc,
cuyo sistema numérico estaba basado en el sistema decimal y era tanto aditivo como
multiplicativo en su naturaleza.

Algunos de los símbolos encontrados son los siguientes:


Había un símbolo para 10 000 que no se incluye en la ilustración pero que tiene forma
de escorpión. Sin embargo, el mayor número descubierto en los huesos y
caparazones de tortuga de los Shang es el 30 000.

1. Propiedad multiplicativa: Ésta propiedad del sistema numérico chino es


explicada por O'Connor et al (2004) a través de ejemplos, algunos de ellos son
los siguientes: 200 está representado por el símbolo del 2 y el del 100 y 300
está representado por el símbolo del 3 y del 100. 2000 se representa mediante
el símbolo del 2 y el del 1000 y 3000 por el del 3 y el del 1000.
2. Propiedad aditiva: De acuerdo con O'Connor et al (2004) la propiedad aditiva
del sistema numérico chino quiere decir que los símbolos se yuxtaponían para
indicar adición, no obstante, cabe señalar que este sistema no es posicional,
por lo que no había necesidad de un cero.
Por ejemplo: 4359 se representaba por el símbolo para 4000 seguido del
símbolo para 300, seguido del de 50 seguido del 9.

C. Simbología china a partir del Siglo IV a.C:


O'Connor et al (2004) señala que los símbolos numéricos utilizados por los
chinos en la antigüedad fueron muy estables, aunque evolucionaron levemente
con el paso de los años. Sin embargo, una segunda forma de números chinos
empezó a usarse a partir del siglo IV a.C. con la utilización de tableros de
cuentas.
Un tablero de cuentas consistía en un tablero con filas y columnas donde los
números se representaban por pequeñas varillas de bambú o marfil. Un
número estaba formado en una fila con las unidades situadas en la columna
más a la derecha, las decenas en la siguiente columna a la izquierda, las
centenas en la siguiente a la derecha, etc.
La propiedad más significativa de representar números de este modo en el
tablero de cuentas es que era un sistema natural de valor por posición. Así por
ejemplo, un uno en la columna más a la derecha representaba 1, mientras que
un uno en la columna adyacente a la izquierda representaba 10, etc.
Por su parte, los números del 1 al 9 tenían que ser formados por las varillas de
donde surgen dos posibles representaciones:

No obstante, éste método de representación se prestaba a confusiones, por lo


que los chinos optaron por utilizar en la columna de las unidades la forma de la
fila inferior, mientras que en la columna de las decenas usaron la forma de la
fila superior, continuando alternadamente. En aquellos casos donde se
requiriera de un “cero” los chinos simplemente dejaban un cuadro en blanco.
Por su parte, Collette (1986) hace referencia a esta simbología atribuyendo a la
fila inferior la simbología para los números entre el uno y el nueve, y, a la fila
superior la simbología para los primeros múltiplos de diez (es decir, 10, 20,…,
90)
Agrega además que utilizando estos dieciocho símbolos alternativamente en
posición de derecha a izquierda, se puede representar cualquier número.
Las reglas aritméticas para el ábaco eran análogas a las del tablero de cuentas
(incluso se podían calcular las raíces cuadradas y cúbicas) pero pareciera que
el ábaco era usado casi exclusivamente por mercaderes quienes limitaban su
uso a sumas y restas.
En torno a la forma en que se utilizaba se debe explicar que, para números
menores o iguales a 4 se desliza el número requerido de cuentas de la parte
baja hasta la barra del medio, mientras que para 5 o más se desliza una cuenta
bajándola hacia la barra del medio (lo que representa 5), y se suben 1, 2, 3 ó 4
cuentas hasta la barra del medio para los números 6, 7, 8 ó 9 respectivamente.
Por ejemplo:
Fuente: Chavarrìa, J. (2003). La matemàtica en la civilizacion China. Universidad
Nacional Costa Rica (UNA).

LA MATEMATICA INDIA

SISTEMA DE NUMERACIÓN HINDÙ

La segunda mitad del Aryabhatiya trata de la medida y cálculo de tiempos y de


trigonometría esférica, y aquí es donde nos encontramos con un elemento nuevo que
iba a dejar una huella permanente en la matemática de las generaciones futuras: el
sistema de numeración posicional decimal. No sabemos exactamente de qué manera
efectuaba sus cálculos Aryabhata, pero en su afirmación de que <<de que de un lugar
a otro, cada uno es diez veces el que le precede>> hay una clara indicación de que en
su mente estaba de una manera consciente la aplicación del principio posicional. La
idea del <<valor local o posicional>> había sido ya un elemento absolutamente
esencial del sistema de numeración babilónico, y quizá lo que los hindúes hicieron fue
darse cuenta de que esta idea era aplicable también al sistema de notación decimal
para los números enteros, que ya se estaba usando en la India.

El desarrollo histórico de las notaciones numéricas en la India parece haber seguido


más o menos los mismos pasos que nos hemos encontrado en Grecia; las
inscripciones procedentes del período cultural más primitivo de Mohenjo Daro
muestran al principio un sistema consistente simplemente en el uso de palotes
verticales reunidos en grupos, pero hacia la época de Asoka (siglo IIIa.C.) se usaba ya
un sistema parecido al herodiánico. En este esquema nuevo se seguía usando el
principio repetitivo, pero se adoptaron a la vez nuevos símbolos para unidades de
orden superior, concretamente para cuatro, diez, veinte y cien.

Esta manera de escribir los números, llamada escritura Karosthi, fue evolucionando
gradualmente para dar lugar a otro sistema de notación, conocido como el de los
caracteres Brahmi, que recuerda mucho el cifrado alfabético del sistema jónico griego;
cabe preguntarse, por lo tanto, si el hecho de que el cambio de sistema tuviera lugar
en la India poco después del período durante el cual los numerales herodiánicos se
vieron desplazados por los jónicos en Grecia, fue una simple coincidencia o no.

De los numerales cifrados del sistema Brahmi a nuestra notación moderna para los
números naturales hay que superar únicamente dos breves etapas; la primera consiste
en reconocer que, utilizando estrictamente el principio posicional, las cifras que
representan los nueve primeros números pueden servir también como cifras para los
correspondientes múltiplos de diez o, por la misma razón, como cifras para representar
los múltiplos correspondientes de cualquier potencia de diez. El reconocer este hecho
básico habría convertido de golpe en superfluas todas las cifras Brahmi salvo las
nueve primeras. No se sabe cuando se produjo exactamente esta reducción a nueve
cifras y, de hecho, lo más probable es que la transición a la notación <<más
económica>> se hiciera de una manera gradual. Parece seguro, si nos basamos en la
evidencia disponible, que este importante cambio tuvo lugar en la India, pero los
orígenes de la inspiración para llevarlo a cabo son, en cambio, poco claros.
Posiblemente los llamados numerales hindúes fueran el resultado de un desarrollo
interno únicamente; quizá se desarrollaron primero en el contexto de los intercambios
occidentales de la India con Persia, en cambio, ya que el conocimiento de la notación
posicional babilónica pudo haber conducido a una modificación del sistema Brahmi.

Es posible también que el nuevo sistema tuviera sus orígenes en los contactos hacia
el Este, con China, donde el sistema pseudoposicional de barras pudiera haber
sugerido la reducción a nueve cifras. Hay incluso una teoría que afirma que esta
reducción pudo haber tenido lugar por primera vez en Alejandría, dentro del sistema
alfabético griego, y que esta idea debió propagarse más tarde a la India. Durante el
período alejandrino tardío, la costumbre griega de escribir las fracciones usuales
poniendo el numerador debajo del denominador se invirtió, y ésta es precisamente la
forma que adoptaron los hindúes, sin la barra que los separa. Desgraciadamente los
hindúes no aplicaron el nuevo sistema de numeración para los enteros al campo de las
fracciones decimales, y así se perdió la ventaja potencial más importante del cambio
de la notación de tipo jónico.

La referencia específica más antigua a los numerales hindúes data del 662 y se
encuentra en los escritos de Severo Sebokt, un obispo sirio. Como consecuencia del
cierre de las escuelas filosóficas atenienses ordenado por Justiniano, algunos de los
sabios que enseñaban en ellas se trasladaron a Siria, donde establecieron varios
centros en los que se cultivaba el saber griego, y Severo Sebokt debió sentirse
evidentemente molesto con el desprecio que mostraban algunos de ellos por la cultura
y por el saber no griegos, y consideró necesario por lo tanto el recordar a aquellos que
<<hablaban griego>> que <<hay otros también que saben algo>>. Y para ilustrar este
punto llama la atención sobre los hindúes y sus <<sutiles descubrimientos en
astronomía>>, y especialmente <<sus valiosos métodos de cálculos s ehacen por
medio de nueve signos>>. Sabemos también que por aquella época los numerales
hindúes ya se habían estado usando durante bastante tiempo, como revela el hecho
de que el primer documento propiamente hindú sea un plato que data del año 595, en
el que aparece escrita la fecha del año 346 en notación decimal posicional.

LOS SULVASUTRAS

El conjunto de conocimientos necesarios para erigir los templos y altares se


encuentran en los Sulvasutras o reglas de las cuerdas, Sulva se refiere a las cuerdas
utilizadas para efectuar mediciones y sutra al conjunto de reglas. Los sulvasūtras son
básicamente un tratado de geometría, sin embargo, tienen algo que ver con el álgebra
toda vez que éstos se interesaron por el teorema de Pitágoras en la medida en que les
era útil para sus necesidades, pero su comprensión de número irracional se
encontraba aún en estado embrionario. Es muy probable que haya un lapso de tiempo
considerable entre el período de los Sulvasūtras y los primeros desarrollos posteriores
de la matemática India, influenciada por los conceptos astronómicos, como se
mencionó anteriormente, de los pueblos occidentales. En otras palabras, así como los
Sulvasūtras contienen matemáticas aplicadas esencialmente al terreno religioso, los
Siddhāntas, que les suceden contienen matemáticas que tienen como principal objeto
la astronomía.

http://euler.mat.uson.mx/depto/publicaciones/apuntes/pdf/2-1-1-india.pdf

ARYABHATA

En el S. V, Aryabhata escribe Aryabhatiya en versos sobre reglas de cálculo para


astronomía y técnicas de medición matemática, es una recopilación ordenada de los
trabajos que le precedieron: Contiene reglas para encontrar la raíz cuadrada y cúbicas
de números enteros, cálculo de áreas de triángulos, área del círculo, del trapecio de
manera correcta, pero también adjunta reglas incorrectas para hallar área de figuras
planas, volumen de la pirámide, volumen de la esfera. Para orgullo de la matemática
hindú, en Aryabhatiya, se tiene la siguiente regla. “Suma 4 a 100, multiplica por 8 y
súmale 62000. El resultado te da aproximadamente la circunferencia de un círculo
cuyo diámetro es 20000”. Aquí el valor hallado para π es 3.1416.

BRAHMAGUPTA

Nació (posiblemente) en Ujjain, India, en el 598; y murió también en la India en el 670.


Los últimos párrafos pueden haber dejado la impresión injustificada de que en la
matemática hindú hubo un alto grado de uniformidad, puesto que varias veces hemos
calificado diversos desarrollos simplemente como <<de origen hindù>>, sin especificar
el periodo al que corresponden.

La matemática hindú presenta problemas históricos más difíciles de resolver que la


matemática griega, debido a que los autores hindúes raramente mencionan a sus
predecesores, a la vez que muestran una sorprendente independencia en sus
planteamientos matemáticos. Así ocurre, por ejemplo, que Brahmagupta (fl. 628), que
vivió en la India central algo más de un siglo después que Aryabhata, tiene muy poco
que ver con su antecesor que había vivido en la región oriental de la India.
Brahmagupta menciona dos valores de π, el <<valor practico>> 3 y el <<valor
exacto>> √ 10 , pero no menciona en cambio el valor más aproximado de Aryabhata, y
en la trigonometría que incluye su obra más conocida, el Brahmasphuta Siddhanta.

Dice que los números puede tratarse como pertenencia y deudas: las reglas que
propone en número son: la suma de dos pertenencias es una pertenencia, de dos
deudas una deuda, de una pertenencia y una deuda su diferencia, y si son iguales es
cero. la suma del cero y una deuda es una deuda, de una pertenencia y el cero una
pertenencia. “Positivo dividido por positivo, o negativo por negativo, es afirmativo.
Positivo dividido por negativo es negativo”.

Su contribución es mayor en el álgebra, da soluciones generales de ecuaciones


cuadráticas, incluyendo las raíces negativas. Resolvió ecuaciones diofánticas de la
2 2
forma ax+by=c y de la forma x =1+ p y . Utilizó notaciones para la operaciones
aritméticas y abreviaturas para las incógnitas en ecuaciones.

https://matematicas.uclm.es/ita-cr/web_matematicas/trabajos/4/4_matematica_india.pdf

BASKARA

Fue uno de los matemáticos indios más notables (1114-1185), y sobre todo el más
importante del siglo XII. Destacó de forma importante como representante de la
escuela Ujjain, uno de los centros del renacimiento de las matemáticas indias durante
la edad media.
Este matemático fue el que completó algunos de los huecos de la obra de
Brahmagupta, como hizo al dar una solución de la ecuación de Pell y al enfrentarse
con el problema de la división por cero. Aristóteles ya había hecho observar que no
hay ninguna razón en la que un número tal como el cuatro exceda al número cero,
pero lo cierto es que la aritmética del cero no formó parte de la matemática griega, y
Brahmagupta no se había pronunciado sobre la división de un número distinto de cero
por cero.

Así pues, la primera vez que nos encontramos con la afirmación de que tal cociente es
infinito es en el Vijaganita de Bhaskara:

-Proposición: Dividendo 3. Divisor 0. Cociente de la fracción 3/0. Esta fracción


de la que el denominador es cifra se llama cantidad infinita. En esta cantidad
que consiste en lo que tiene cifra como divisor, no hay alteración posible por
mucho que se añada o se extraiga, lo mismo que no hay cambio en Dios
infinito e inmutable.

Esta proposición suena muy prometedora, pero inmediatamente a continuación se


revela una falta de entendimiento claro de la situación por parte de Bhaskara al afirmar
que a/0 · 0 = a.

El Lilavati, contiene problemas de ecuaciones cuadráticas y cuadráticas, problemas de


medidas de áreas, progresiones aritméticas y geométricas, raíces cuadradas. Destaca
la solución a ecuaciones de la forma x 2=1+ p y 2, para diferentes valores de p.
Contiene otros problemas diofánticos. Aquí figura el problema del bambú parecido al
problema chino. “Si un bambú de 32 codos de altura ha sido roto por el viento de tal
manera que su extremo superior queda apoyado en el suelo a una distancia de 16
codos de su base, ¿A qué altura sobre el suelo se produjo la fractura?

https://classroom.google.com/c/NjE3OTE0MDcyMDE1/m/NjE3OTE0MDcyMTA2/details

MULTIPLICACIÓN Y DIVISION HINDÙ

Los hindúes tuvieron mucho interés y habilidad para abordarlas operaciones


aritméticas entre ellas la multiplicación en cedilla o celosìa y división larga (método de
galeras) de enteros.
https://matematicas.uclm.es/ita cr/web_matematicas/trabajos/4/4_matematica_india.pdf

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