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INTRODUCCIÓN:

La historia de nuestros números es una historia muy antigua. no se sabe con certeza
cuanto tiempo hace que los humanos comenzaron a usarlo. Es difícil explicar el
origen de los números sin tener en cuenta que no sólo su uso está ligado a
transacciones comerciales, y que dieron pie a que se utilizaran cada vez más y de
manera regular, sino que también tendríamos que valorar a filósofos y estudiosos
que comenzaron utilizando representaciones numéricas primitivas y que dieran
sentido a sus explicaciones sobre conceptos matemáticos.

De hecho, este origen podría situarse en la prehistoria y cuando el hombre comenzó


a utilizar el lenguaje como forma de comunicación. Contar cuantas personas había
en una cueva, expresar a que distancia estaba el rio o tomar alguna medida.

Para los números, las primeras representaciones no dejaban de ser rayas para
cada número y que se iban sumando hasta llegar al número deseado, de este modo
si el “1” era una raya, el “3” se representaría con tres rayas. Por otro lado, y algo en
lo que coinciden las distintas civilizaciones que tenían su sistema numérico, era que
a partir de un determinado número se hacía una marca o símbolo que representara
a todos en conjunto. Y dicho número solía ser el 10.
De este modo para representar el “12” o el “15”, se hace con este símbolo y luego
el número que sigue. En una tribu en Bolivia, no existen palabras específicas para
designar números excepto la palabra solo usada para representar el uno, la
variedad de cosas usadas para contar es inacabable desde palos, guijarros,
conchas, frutos y nudos en una cuerda, hasta el universal sistema de contar con los
dedos.

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HISTORIA DE LOS NÚMEROS

LOS SUMERIOS, LOS BABILONIOS


El primer atisbo de número, lo encontramos en la prehistoria. Una marca en un
hueso, representaba al número 1 (un animal cazado). Surgió debido a la necesidad
práctica de contar objetos.

LOS SUMERIOS
Pero fueron los sumerios los que decidieron darle al número 1 su
independencia. Lo lideraron, representándolo cómo una ficha (un pequeño cono).
Podemos decir si miedo a equivocarnos, que esta pequeña ficha, cambió el curso
de la historia.
En un hueso o un palo sólo se podía añadir (sumar), pero con el uso de estos conos,
también se podía restar … Habían inventado la aritmética!!
En el cuarto milenio antes de Cristo, en Mesopotamia donde abundaba la arcilla,
unos pequeños guijarros representan cantidades numéricas. De esta forma podían
contabilizar sacos de trigo ó de cabezas de ganado.
Entonces en las ciudades, era necesario almacenar y repartir el grano. Tenían que
averiguar cuánto le tocaba a cada uno y esto requería de la aritmética. Podemos
atribuir el invento de las matemáticas a la vida urbana.
Seguramente fueron los números las primeras cosas que se escribieron. Los
conos se guardaban en bolsas de arcilla que luego se sellaban. Hacían marcas en
la bolsa para saber cuántos conos habían dentro.

El único inconveniente, es que para saber el número, había que romper el cuenco.
Solventaron el problema dibujando los símbolos en una tableta de arcilla y
cociéndola después. Se han encontrado miles de tablillas, donde los contables
sumerios registraban sus cálculos.
En ellas se puede comprobar que a partir del año 2000 a.C., los sumerios inventan
un sistema numérico posicional de base 60. ¿Te suena? Este sistema
sexagesimal, se emplea hoy para medir el tiempo.

Uruk fue una antigua ciudad sumeria. Se encontraba en la orilla del río Éufrates y
vivió su máximo esplendor en el tercer milenio antes de Cristo. Una de sus
características más llamativas era su muralla, que rodeaba una zona de unos siete

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kilómetros cuadrados donde vivían ochenta mil personas. Es decir, era la mayor
ciudad que el mundo había conocido hasta entonces.

Se considera que en Uruk nació el cálculo y la contabilidad, y no solo eso, sino que
también apareció por primera vez la rueda y la escritura en torno al año 3 300 a. C.
De hecho, allí se escribió el Poema de Gilgamesh, que es una de las primeras obras
literarias que se conservan.

El Imperio Babilonio que se estableció siglos después en la zona fue el heredero


cultural de la civilización sumeria, y se extendió por toda la región central de
Mesopotamia. La historia que voy a contar ocurrió allí y comienza con un número al
cual también se enfrentarían siglos después los hindúes, el cero.

Sesenta números diferentes


Los sumerios fueron el primer pueblo conocido en inventar un sistema numeral
posicional, el cual heredarían a su vez los babilonios. No obstante, su sistema era
diferente al nuestro y no se basaba en diez números, sino en sesenta. Es decir, los
sumerios utilizaban cincuenta y nueve símbolos para formar los primeros números,
pero a partir del sesenta utilizaban repeticiones de símbolos anteriores, siendo la
posición de las cifras la que definía la cantidad exacta.

Figura 1. Números del uno al 60 en el sistema numeral sumerio. El número 60,


como se puede observar, reinicia el ciclo de generación de números a partir de los
59 caracteres básicos.
Viendo esto, uno podría preguntarse por qué utilizar sesenta números. Los hindúes
y los chinos usaban diez por los dedos de las manos, pero ¿por qué sesenta? La
respuesta también está en nuestras extremidades, que parecen haber inspirado el
surgimiento de la numeración en casi todas las culturas.

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Los sumerios utilizaban el dedo gordo para señalar las diferentes falanges de los
cuatro dedos restantes de esa mano, empezando por el meñique. Cuando habían
contado todas las falanges levantaban un dedo de la otra mano y volvían a empezar.
Los sumerios contaban doce falanges por cada mano, y en la otra solo tenían cinco
dedos para levantar. Así obtenemos la clave del origen de su sistema sexagesimal,
ya que doce falanges por cinco dedos levantados son igual a sesenta.

Figura 2. Esquematización de cómo contaban los sumerios utilizando las falanges


de una mano.
Algunos ejemplos de construcciones numéricas:
El sistema sumerio presentaba problemas, ya que algunos números podían
escribirse igual al cambiar de un grupo de sesenta números al siguiente, algo
parecido a lo que les pasaría a los hindúes más de dos milenios después.

En la historia de la humanidad, algunas civilizaciones han encontrado soluciones


parecidas a los mismos problemas, así que los escribas sumerios se dieron cuenta
—al igual que lo harían los hindúes— de que había que dejar un espacio vacío entre
algunos números para diferenciarlos, del mismo modo que nosotros diferenciamos
el 68 del 608 utilizando un cero.

Los sumerios solucionaron su problema dejando un hueco entre los números, pero
cada uno dejaba una distancia diferente, y lo que era un hueco podía confundirse
fácilmente con dos. Cuando se dieron cuenta de que no se podía utilizar un espacio
vacío, se inventó un apóstrofe para mostrar la ausencia de número. Ese símbolo
era una aproximación a una de las dos funciones que tiene nuestro cero, en
concreto la función posicional. Pongamos un ejemplo.

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Tenemos el número sumerio que se escribe como . La primera posición
está ocupada por el símbolo que significaría tres en nuestro sistema numérico. La
primera posición indica que no hay que multiplicar ese número, es decir, 3 = 3. La
segunda posición está ocupada por un apóstrofe, lo cual significa que no existe
ningún número, aunque de haber habido alguna cantidad tendríamos que
multiplicarla por sesenta. La tercera posición del número está ocupada por un dos,
así que habría que multiplicar ese valor dos veces por sesenta, es decir, 2 x 3 600
= 7 200. Si sumamos todas las posiciones obtenemos el número en cuestión, que
es el 7 203.

Puede que el lector piense que es una forma muy extraña de representar números,
pero tal cual vimos anteriormente nosotros lo hacemos exactamente igual.
Observemos el proceso lógico que usaríamos nosotros para escribir el mismo
número.

En este caso, la primera posición indicaría que no hay que multiplicar esa cifra, es
decir, 3 = 3. La segunda posición está ocupada por un cero, esto indicaría que no
hay ningún número, aunque de haberlo tendríamos que multiplicarlo por diez. La
tercera posición la ocupa un dos, eso significaría 2 x 100 = 200. Y la cuarta posición
es un siete, lo que es equivalente a 7 x 1 000 = 7 000. Si lo sumamos todo
obtenemos 7 203. Nuestra forma de construir números, como podemos observar,
es muy parecida a la de los sumerios.

La tablilla Plimpton 322:


Aunque el sistema numeral sumerio puede parecernos extraño, lo sorprendente es
que nosotros también lo usamos junto al indoarábigo y al romano. Nuestro sistema
sexagesimal para medir los ángulos y el tiempo se basa en el sistema sumerio, y
decimos que una hora tiene sesenta minutos gracias a que los sumerios inventaron

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un sistema que les permitió medir mejor el tiempo y desarrollar la geometría. De
hecho, avanzaron tanto en estas áreas que los hallazgos más sorprendentes de su
cultura están asociados directamente con las matemáticas.

Desde el surgimiento temprano de la civilización sumeria hasta la caída de Babilonia


en el 539 a. C., los escritos referidos a las matemáticas son los más abundantes en
estas dos civilizaciones, y tal vez el conocimiento de esa disciplina fue lo que
permitió su elevado desarrollo técnico. Nuestro conocimiento sobre las matemáticas
de la época se fundamenta en unas cuatrocientas tablillas de arcilla escritas en
simbología cuneiforme. Hay textos con las tablas de multiplicar, ejercicios
geométricos, divisiones y números precalculados para realizar rápidamente
operaciones.

Los sumerios no tenían algoritmos para hacer operaciones largas, ya que no podían
utilizar el cero como a un número más. De hecho, ya vimos que para que los hindúes
pudieran hacerlo, el matemático Brahmagupta describió matemáticamente el papel
del cero en los algoritmos de cálculo. Y a pesar de que los sumerios no llegaron a
ese punto, sí que desarrollaron métodos algebraicos para resolver ecuaciones de
segundo grado, y utilizaban la misma fórmula que nosotros conocemos
actualmente. También hay ejemplos de resolución de ecuaciones cúbicas, y han
llegado hasta nosotros ejercicios sobre cómo resolver problemas de interés
compuesto, es decir, calcular cuánto dinero tenemos que devolver al banco después
de recibir un préstamo.

Los sumerios introdujeron las primeras medidas estándar para la longitud (pies) y el
peso (talentos), y también fueron los primeros en medir el tiempo. Habían
aproximado el valor de pi a tres, por lo que podían calcular de manera aproximada
los volúmenes de cilindros y el área de figuras circulares. Los astrónomos sumerios
y babilonios registraron de forma detallada los movimientos de los planetas, los
eclipses solares y los lunares, haciendo cálculos muy precisos con todos esos
datos.

De todos los textos conservados, el que más nos puede mostrar su habilidad
matemática es la tablilla Plimpton 322, escrita hace cuatro mil años
aproximadamente. Dicho documento es una prueba directa de que los babilonios
conocían métodos para construir triángulos que cumplían el teorema de Pitágoras,
y todo ello antes de que el teorema fuera enunciado.

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Figura 3. Tablilla Plimpton 322

La tabla de arcilla Plimpton 322 recibe su nombre del editor neoyorkino George
Arthur Plimpton, que la compró en 1922. La tablilla proviene de Senkereh, una
región del sur de Irak y que corresponde a la antigua ciudad de Larsa. La
transcripción literal de la tablilla es la siguiente:

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Figura 4. Transcripción a nuestro sistema numérico de la tablilla Plimpton 322

Pero ¿qué significan todos estos números? Tenemos que tener en cuenta que los
babilonios usaban un sistema numeral sexagesimal, así que tomaremos los valores
de la sexta fila —empezando por arriba—, y los traduciremos a nuestro sistema
decimal. Si el lector no entiende los cálculos, no es demasiado importante, ya que
lo más relevante es saber que, dado que los babilonios usaban un sistema basado
en sesenta números, debemos convertir los números a nuestro sistema decimal.

Primera columna: 1, 47 6 41 40 = 1·600+47·60-1+6·60-2+41·60-3+40·60-


4 = 1,785192901

Segunda columna: 5 19 = 5.601 + 19.600 = 319

Tercera columna: 8 1 = 8. 601 + 1. 600 = 481

Cuarta columna: 6

La cuarta columna indica el orden de las operaciones realizadas en la tablilla, pero


¿qué significan los otros números? Podemos observar la siguiente relación: 481 es
el valor de la hipotenusa de un triángulo rectángulo donde 319 es uno de los lados.
Pero ¿dónde está el otro lado que nos falta para cumplir el Teorema de Pitágoras?
Ese lado tendría que valer 360, y si hacemos el cociente entre la hipotenusa y el
número 360, el resultado es 1,33611111, y el cuadrado de ese número es
1,785192901, es decir, el valor de la primera columna de la tablilla.

Todo parece muy enrevesado, pero esos números tan extraños son el residuo del
método que utilizaban los sumerios para construir triángulos pitagóricos. Para hallar
los valores del triángulo aplicaban varias fórmulas, y utilizando esta metodología
podían obtener treinta y ocho triángulos pitagóricos. En esta tablilla tenemos los
quince primeros números que cumplen todas las condiciones, y las proporciones
del triángulo de la sexta línea que hemos descifrado serían las siguientes [4]:

Figura 5. Triángulo teórico construido con los datos de la tablilla Pimptlon322.


Vemos que el sistema numeral sumerio permitió realizar cálculos muy precisos hace
cuatro mil años, realizar predicciones astronómicas y avanzar en aspectos como la
medición del tiempo. Todo ello gracias a un sistema numérico posicional donde el
cero aún no había nacido realmente, ya que era usado únicamente como un
indicador de vacío entre diferentes números.

LOS BABILONIOS

l sistema de numeración mesopotámica (también llamado numeración


babilónica) es un sistema de representación de los números en la escritura
cuneiforme de varios pueblos de Mesopotamia, entre ellos los sumerios,
los acadios y los babilonios.

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Este sistema apareció por primera vez alrededor de 1800-1900 a. C. También se
acredita como el primer sistema de numeración posicional, es decir, en el cual el
valor de un dígito particular depende tanto de su valor como de su posición en el
número que se quiere representar. Esto era un desarrollo extremadamente
importante, porque, antes del sistema lugar-valor los técnicos estaban obligados a
utilizar símbolos únicos para representar cada potencia de una base (diez, cien, mil,
y así sucesivamente), llegando a ser incluso los cálculos más básicos poco
manejables.
Aunque su sistema tenía claramente un sistema decimal interno prefirieron utilizar
60 como la segunda unidad más pequeña en vez de 100 como lo hacemos hoy,
más apropiadamente se considera un sistema mixto de las bases 10 y 60. Un valor
grande al tener como base sesenta es el número da como resultado un guarismo
más pequeño y que además se puede dividir sin resto por dos, tres, cuatro, cinco, y
seis, por lo tanto también diez, quince, veinte, y treinta. Solamente dos símbolos
usados en una variedad de combinaciones eran utilizados para denotar los 59
números. Un espacio fue dejado para indicar un cero (siglo III a. C.), aunque idearon
más adelante una muestra de representar un lugar vacío.
La teoría más comúnmente adoptada es que el 60, un número compuesto de
muchos factores (los números anterior y siguiente de la serie serían el 12 y el 120),
fue elegido como base debido a su factorización 2×2×3×5, que lo hace divisible por
1, 2, 3, 4, 5, 6, 10, 12, 15, 20, y 30. De hecho, es el entero más pequeño divisible
por todos los enteros del 1 al 6.
Los enteros y las fracciones eran representados de la misma forma: el punto
separador de enteros y fracciones no era escrito, sino que quedaba aclarado por el
contexto.
Por ejemplo, el número 53 en numeración babilónica se representaba utilizando
cinco veces el símbolo correspondiente a 10, y 3 veces el símbolo correspondiente
a 1, como se puede ver en la imagen superior o solamente el 50 y el 3.
Plimpton 322: tablilla de arcilla datada aproximadamente entre los años 1900 y 1600
a. de C. revela que los babilonios descubrieron un método para encontrar ternas
pitagóricas, es decir, conjuntos de tres números enteros tales que el cuadrado del
mayor de ellos es la suma de la los cuadrados de los otros dos. Por el teorema de
Pitágoras, un triángulo cuyos lados son proporcionales a los tres una terna
pitagórica es un triángulo rectángulo. Los triángulos rectángulos de lados
proporcionales a los más simples ternas pitagóricas su vez con frecuencia en los
textos babilónicos problema, pero si esta pastilla no había salido a la luz, que no
habría tenido ningún motivo para sospechar que un método general capaz de
generar un número ilimitado de distinta ternas pitagóricas se conocía de un milenio
y medio antes de Euclides.

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Símbolos usados en la numeración babilónica.

HISTORIA DE NUESTROS NUMEROS

BREVE HISTORIA DE LOS NÚMEROS ¿Qué es un número? El concepto de


número se comenzó a formar cuando el hombre vio la necesidad de contar objetos;
esta necesi- dad lo llevó a la creación de sistemas de numeración que inicialmente
se componían con la utilización de los de- dos, palos, piedras o marcas. Por
ejemplo, los cazadores para saber cuántos animales habían abatido en la cacería
marcaban señales con un palo. Tuvieron que pasar muchos años para que el
hombre fuera cambiando su forma de vida: de cazador y reco- lector, pasó a ser
además agricultor y ganadero. ¿Cómo contaba un pastor el número de cabras o de
ovejas que tenía? Probablemente, cuando salía cada animal a pastar al cam- po,
metía una piedra en una bolsa. Luego al encerrarlas de nuevo en el rebaño, tendrían
que coincidir la cantidad de animales con la cantidad de piedras guardadas. Tuvo
que ser así, comparando cantidades, como el hombre comenzó a construir el
concepto de número. ¿Cuándo surgieron los números tal y como hoy los
conocemos? Los números son el alfabeto universal del lenguaje de las ma-
temáticas. Las diferentes culturas han ido utilizando este alfa- beto según iban
descubriendo nuevos números. Para llegar a la concepción e invención de un
sistema numéri- co, fueron necesarios muchos miles de años. Entre los sistemas
numéricos se encuentran los aditivos, los híbridos y los posicio- nales. El sistema
de numeración que todos conocemos y usamos en la vida diaria es un sistema
decimal, pues cuenta las cantidades de diez en diez. Esto se debe primordialmente
a que los dedos de ambas manos son diez. Este fue el origen de nuestro sistema
de nu- meración decimal tan utilizado y cono- cido en todo el mundo y por todas las
culturas. Este sistema lo dieron a conocer los árabes al ejercer el comercio en todo
el mundo, pero se tienen registros de que se inventó en la India. Nuestro sistema
de numeración decimal y posicional recibe también el nombre de "Sistema de
numeración Indo-Arábigo".

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Los chinos:

En 1889 se hizo un importante descubrimiento en el lugar arqueológico del pueblo


de Xiao Dun en el distrito de Anyang. Se descubrieron miles de huesos y
caparazones de tortuga con inscripciones de antiguos caracteres chinos.
La importancia de estos hallazgos, en lo que respecta al aprendizaje sobre el
antiguo sistema de numeración chino, fue que muchas de las inscripciones
contenían información numérica acerca de hombres perdidos en combate,
prisioneros tomados, número de sacrificios hechos, cantidad de animales cazados,
número de días o meses, etc.
Los chinos, cuentan en realidad con tres sistemas de numeración (que ahora
veremos) por lo que quizás nos sea algo más complicado el comprenderlo. Además
tampoco podemos olvidar la representación escrita de cada número y que
ciertamente también tiene cierta dificultad a la hora de escribirse correctamente.

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Este origen de los números consistía en una serie de símbolos, los cuáles se
multiplicaban entre sí a la hora de representar números elevados, es quizás
parecido al indo arábigo, en el cual, según la posición del símbolo, se lo multiplica
por 1, 10, 100, 1.000, etc. y después se suma todo tal y como vemos en la operación
que tenéis en la imagen superior.
Existen dos juegos de caracteres numéricos chinos: uno que se utiliza para la
escritura coloquial, y el otro que es el utilizado para todo lo que tenga que ver con
los negocios, y transacciones financieras. Esta tipología numérica es conocida por
el nombre de dàxiě (chino tradicional: 大寫, chino simplificado: 大写)
Gestos manuales para los números chinos:
Cabe decir que la numerología china cuenta con gestos manuales para su
representación, y de este modo los cinco dedos de una mano pueden representar
los números del uno al cinco, los números del 6 al 10 tienen signos especiales que
se pueden usar en el comercio en la comunicación del día a día.
Este es el modo de representar los números chinos del 1 al 10

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Numeración Egipcia:
Lejos de parecerse a los gráficos que representan los números que nosotros
conocemos, los números egipcios eran representados con diversos ideogramas.

Los antiguos egipcios Vivian en áfrica, cerca del rio Nilo y también eran
comerciantes y vendedores que necesitaban tener registro de sus transacciones. El
sistema de numeración egipcio representaba números que abarcaban desde el uno
hasta millones, apareciendo en los inicios de la escritura jeroglífica.
Emplearon una escritura ideográfica que se fue perfeccionando con el tiempo y
recibió el nombre de jeroglífica, este modo de escritura les servía para realizar sus
inscripciones en los templos, tumbas y monumentos.
Los egipcios se adelantaron en casi un milenio, ya que en tiempos de la primera
dinastía este pueblo contaba con un sistema decimal funcional que podía seguir el
cómputo de hasta millones de unidades al cual se le denomina sistema numeral
hierático. Existía una serie de símbolos o signos separados para cada número
hasta el nueve y para cada potencia de 10, no obstante debemos mencionar que
no conocieron el número cero.
La orientación para su escritura era indistinta: se podían escribir de izquierda a
derecha, al revés o de arriba abajo, modificando la orientación de las figuras según
el caso. Muchas veces esta disposición numérica variaba para lograr una mayor
armonía estética, y solían ir acompañados de los jeroglíficos correspondientes al
tipo de objeto cuyo número indicaban.
El de números enteros se basaba en un sistema decimal. Por ejemplo, el número 1,
se escribía con una simple línea vertical, y para el 9 dibujaban nueve líneas.

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Convertir de egipcios a decimales y de decimales a egipcios
Convertir los números de nuestro sistema decimal al sistema que utilizaban en el
Antiguo Egipto y viceversa no resulta nada complicado.
Por ejemplo, probemos con el número 233. Es un número muy sencillo que será
muy fácil de convertir. Lo primero que hay que hacer es separa el número según el
sistema de numeración egipcio. De esta forma nos quedaría:
100 + 100
10 + 10 + 10
1+1+1
Es decir, deberías sustituir 2 veces el símbolo de 100, 3 veces el símbolo de 10 y
otras 3 veces el símbolo de uno para formar el número 233 en numeración egipcia.
Los egipcios pueden ser considerados como uno de los grandes pueblos
tecnológicos de la antigüedad. Su dominio de las matemáticas y su aplicación
práctica en otras áreas aún hoy en día es motivo de fascinación.
Supieron aplicar las matemáticas, por ejemplo a la construcción de las pirámides,
cuyo tamaño, número de bloques y orientación es aún hoy un prodigio de ingeniería
y exactitud matemática. Los egipcios podían calcular áreas y superficies, volúmenes
y dominaban a la perfección las medidas. También fueron unos de los padres
fundadores del álgebra.
Muchos de estos avances matemáticos les sirvieron, seguramente, para realizar
otros muchos descubrimientos que se atribuyen al pueblo egipcio. Es sabido que
fueron grandes conocedores del universo y que incluso fueron capaces de calcular
las dimensiones de La Tierra.

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Aunque en un principio el sistema numerario egipcio no tenía el número 0, lo
acabaron desarrollando aproximadamente hacia el segundo milenio antes de Cristo.
Sin embargo, no lo utilizaban en su vida cotidiana, sino que su uso solía tener una
aplicación vinculada a la arquitectura, utilizándose para señalar la base de grandes
construcciones, como las propias pirámides, pese a su existencia en el ámbito
arquitectónico, el sistema numerario egipcio no tenía un uso específico para el cero,
que no se utilizaba en sus operaciones matemáticas comunes.

Numeración Griega :
El primer sitema de numeración griego se desarrolló hacia el 600 A.C. Era un
sistema de base decimal que usaba los símbolos de la figura siguiente para
representar esas cantidades. Se utilizaban tantas de ellas como fuera necesario
según el principio de las numeraciones aditivas.

}Para representar la unidad y los números hasta el 4 se usaban trazos verticales.


Para el 5, 10 y 100 las letras correspondientes a la inicial de la palabra cinco
(pente), diez (deka) y mil (khiloi). Por este motivo se llama a este sistema
acrofónico.
Los símbolos de 50, 500 y 5000 se obtienen añadiendo el signo de 10, 100 y 1000
al de 5, usando un principio multiplicativo. Progresivamente este sistema ático fue
reemplazado por el jónico, que empleaba las 24 letras del alfabeto griego junto con
algunos otros símbolos según la tabla siguiente

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De esta forma los números parecen palabras, ya que están compuestos por letras,
y a su vez las palabras tienen un valor numérico, basta sumar las cifras que
corresponden a las letras que las componen. Esta circunstancia hizo aparecer una
nueva suerte de disciplina mágica que estudiaba la relación entre los números y
las palabras. En algunas sociedades como la judía y la árabe, que utilizaban un
sistema similar, el estudio de esta relación ha tenido una gran importancia y ha
constituido una disciplina aparte: la kábala, que persigue fines místicos y
adivinatorios.

Numeración Romana.- La contribución de los romanos a


las Matemáticas estuvo limitada a algunas nociones, de Agrimensura, surgidas de
la necesidad de medir y fijar las fronteras del vasto imperio. No obstante, la huella
romana se observa todavía hoy a través de su numeración, que ha sido fijada por
el uso, en los capítulos de los libros; en la sucesión de los reyes; en la notación de
los siglos; y, especialmente, en las inscripciones históricas.

La numeración romana es el sistema de representación de los números empleado


por los romanos. La numeración romana no utiliza el principio del valor relativo, pues
el valor de los símbolos siempre es el mismo, sin que influya el lugar que ocupan.
La numeración romana parece ser resto de n sistema de numeración base 5.
Su uso en la actualidad
Se usa muy poco. Solamente se emplea para fecha, algunas veces; para numerar
los capítulos de una obra; en algunos relojes, etc.
Símbolos que emplea. Sus valores
Los símbolos que emplea la numeración romana son:

que vale que vale


I C
1 100

16
que vale que vale
V D
5 500

que vale que vale


X M
10 1000

que vale
L
50

Además,
 una rayita colocada encima de una letra indica tantos millares como unidades
tenga ese símbolo;
 dos rayitas encima de cualquier símbolo indican tantos millones como unidades
tenga el símbolo;
 cuatro rayitas, tantos billones como unidades indique el símbolo;
 seis rayitas, tantos trillones como unidades tenga el símbolo.
Reglas para la representación de los números
Son tres:
 1) Si a la derecha de una cifra colocamos otra igual o menor, el valor de la primera
queda aumentado con el de la segunda.

LV equivale a L + V = 50 + 5 =
Ejemplo:
55

 2) Si ala izquierda de una cifra colocamos otra menor, el valor de ésta se resta
de la anterior.

Ejemplo: IV equivale a V - I = 5 - 1 = 4

 3) Nunca se pueden emplear más de tres símbolos iguales seguidos a la derecha


de otra cifra mayor, ni aislados; ni más de uno a la izquierda de otra mayor. Así,
el 40 no se escribe XXXX, sino XL; el 9 no se escribe VIIII, sino IX; el 70 no se
escribe XXXC, sino LXX.
Ejemplos:

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Ejercicios
EJERCICIO 1
Leer los números siguientes:

1. LVIII 5. 9. 13.

2. CCCXXXIII 6. MMCCIV 10. 14.

3. DCIII 7. CMXLV 11. 15.

4. DCCXXXII 8. 12. 16.

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EJERCICIO 2

1. 209 5. 81.000 9. 325.208 13. 54.000.008

2. 343 6. 124.209 10. 4.135.506 14. 1.384.435.786

3. 1.937 7. 245.708 11. 6.000.000 15. 45.789.000.324

4. 4.143 8. 300.000 12. 20.778.908 16. 4 Billones

EJERCICIO 3
Escribir con números arábigos los números romanos de los ejercicios siguientes:

CIVILIZACIÓN MAYA.-
Los mayas fueron un pueblo sedentario que se desarrolló en Mesoamérica
alcanzando su esplendor en Guatemala y los estados del
sureste mexicano principalmente. Fue poseedor de una de las
culturasprecolombinas más notables. Construyeron grandes templos y ciudades,
como Calakmul, Tikal, Nakbé, Uxmal, Palenque, Uaxactún, Altún Ha, Chichén
Itzá, El Mirador y muchos otros sitios, hay importantes yacimientos arqueológicos,
en la región.
Desarrollaron una cultura fruto de su organización en ciudades-estado
independientes cuya base era la agricultura y el comercio. Los monumentos más
notables son las pirámides que construyeron en sus centros religiosos, junto a los
palacios de sus gobernantes.
Los mayas participaban en el rito cultural como lo hacían en el comercio,
diariamente, a larga distancia en Mesoamérica y posiblemente más allá. Entre los
bienes de los ciudadanos que más dedicaban al comercio estaban el jade, el cacao,
el maíz, la sal y la obsidiana.
El sistema de escritura maya, a menudo llamada jeroglífica por el uso de dibujos en
lugar de letras, era una combinación de símbolos fonéticos silábicos e ideogramas.
El descifrado de la escritura maya ha sido un largo y laborioso proceso.
Desafortunadamente, los sacerdotes españoles, tal el caso de Diego de
Landa en Maní, Yucatán, ordenaron la quema de los libros mayas después de la
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conquista. Hay además varios idiomas mayas que, aunque con origen en la misma
protolengua, fueron diversificándose a lo largo de 3000 años de historia en una
vasta porción de Mesoamérica.
Hicieron observaciones astronómicasextremadamente precisas. Sus diagramas de
los movimientos de la Luna y los planetas son iguales o superiores a los de
cualquier otra civilización coetánea, aunque no hayan utilizado ningún artefacto para
sus observaciones[cita requerida]. Asimismo, como otras civilizaciones
mesoamericanas, los mayas descubrieron una medida precisa de la duración del
año solar, mucho más exacta que la usada en Europa en la época[cita requerida].
Sin embargo, no la usaron en su calendario, que se basaba en un año de duración
exacta de 365 días, por lo que tenía un error de 24 horas cada cuatro años.
Numeración mayaEditar

Los mayas idearon un sistema de numeración como un instrumento para medir el


tiempo y no para hacer cálculos matemáticos. Por eso, los números mayas tienen
que ver con los días, meses y años, y con la manera en que organizaban el
calendario.

Los mayas tenían tres modalidades para representar gráficamente los números, del
1 al 19, así como del cero: un sistema numérico de puntos y rayas; una numeración
cefalomorfa «variantes de cabeza»; y una numeración antropomorfa, mediante
figuras completas.[3]
En el sistema de numeración maya las cantidades son agrupadas de 20 en 20; por
esa razón en cada nivel puede ponerse cualquier número del 0 al 19. Al llegar al
veinte hay que poner un punto en el siguiente nivel; de este modo, en el primer nivel
se escriben las unidades, en el segundo nivel se tienen los grupos de 20 (veintenas),
en el tercer nivel se tiene los grupos de 20×20 y en el cuarto nivel se tienen los
grupos de 20×20×20.

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Numeración maya,Los tres símbolos básicos son el punto, cuyo valor es 1; la raya,
cuyo valor es 5; y el caracol (algunos autores lo describen como concha o semilla),
cuyo valor es 0.
El sistema de numeración maya, aún siendo vigesimal, tiene el 5 como base auxiliar.
La unidad se representa por un punto. Dos, tres, y cuatro puntos sirven para 2, 3 y
4. El 5 era una raya horizontal, a la que se añaden los puntos necesarios para
representar 6, 7, 8 y 9. Para el 10 se usaban dos rayas, y de la misma forma se
continúa hasta el 19 (con tres rayas y cuatro puntos) que es el máximo valor que se
puede representar en cada nivel del sistema vigesimal. Este sistema de numeración
es aditivo, porque se suman los valores de los símbolos para conocer un número.
El punto no se repite más de 4 veces. Si se necesitan 5 puntos, entonces se
sustituyen por una raya. La raya no aparece más de 3 veces. Si se necesitan 4
rayas, entonces quiere decir que se quiere escribir un número igual o mayor que 20
necesitándose así emplear otro nivel de mayor orden.
Para escribir un número más grande que veinte se usan los mismos símbolos, pero
cambian su valor dependiendo de la posición en la que se pongan. Los números
mayas se escriben de abajo hacia arriba. En el primer orden (el de abajo) se
escriben las unidades (del 0 al 19), en el segundo se representan grupos de 20
elementos. Por esto se dice que el sistema de numeración maya es vigesimal.

Ejemplo Ejemplo Ejemplo


Nivel Multiplicador
A B C

3.º × 400

2.º × 20

1.º ×1

32 429 5125

En el segundo orden cada punto vale 20 unidades y cada raya vale 100 unidades.
Por lo tanto, el 9 del segundo orden vale 9×20=180. Esas 180 unidades se suman
con las 6 del primer orden y se obtiene el número 186.

El tercer orden tendría que estar formado por grupos de 20 unidades (20×20×1); o
sea, cada punto tendría que valer 400 unidades. Sin embargo, el sistema de
numeración maya tiene una irregularidad: los símbolos que se escriben en este
orden valen 18×20×1 para el sistema calendárico.[4][5] Esto quiere decir que cada
punto vale 360 unidades. Esta irregularidad tiene que ver con que los años mayas

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(tunes) están formados por 360 días, el múltiplo de 20 más cercano a 365. Por lo
que el punto en el tercer nivel vale 360 únicamente en el cómputo de fechas y 400
en los demás casos.[6]
Los mayas vinculaban los números del primer orden con los días (kines,
en maya k'ino'ob), los del segundo orden con los meses (uinales, en
maya uinalo'ob) y los del tercer orden con los años (tunes, en maya tuno'ob). En el
primer número, el valor de la raya del tercer orden es 1800 (5×360), el valor del 9
del segundo orden es 180 (9×20) y el valor del 8 del primer orden es 8 (8×1); por lo
tanto, el número es 1988.
El sistema de numeración maya tiene cuatro niveles, que se utilizaban para escribir
grandes cantidades.

Símbolo maya para el cero, año 36 a. C. Es el primer uso documentado del cero en
América.
La civilización maya fue la primera de América en idear el cero. Este era necesario
para su numeración porque los mayas tenían un sistema posicional, es decir, un
sistema de numeración en el que cada símbolo tiene un valor diferente según la
posición que ocupa. El símbolo del cero es representado por un caracol (concha o
semilla), una media cruz de Malta, una mano bajo una espiral o una cara cubierta
por una mano.
Por ejemplo, para saber qué número es éste hay que obtener el valor de los
símbolos. El cero indica que no hay unidades. Los dos puntos del segundo orden
representan 2 grupos de 20 unidades; o sea, 40. El número del tercer orden es un
8, pero su valor real se obtiene al multiplicarlo por 360. Por lo tanto, el número es
2880+40+0=2920. Es más fácil leer un número cuando se representa con puntos,
rayas y conchas, porque es una representación sencilla que no deja lugar a dudas
del valor de cada símbolo, de acuerdo con la posición en la que se escribe. En las
representaciones antropomorfas, es más complejo entender el número escrito

Numeración astronómica:
El año lo consideraban dividido en 18 unidades; cada una constaba de 20 días. Se
añadían algunos festivos (uayeb) y de esta forma se conseguía que durara justo lo
que una de las unidades de tercer orden del sistema numérico. Además de este
calendario solar usaron otro de carácter religioso en el que cada año se divide en
20 ciclos de 13 días. Al romperse la unidad del sistema, éste se hace poco práctico
para el cálculo. Y, aunque los conocimientos astronómicos y de otro tipo fueron
notables, los mayas no desarrollaron una matemática astronómica más allá del

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calendario. Fue así como ellos empezaron a crear su simbolización a esto se le
llama sistema de numeración maya.
Numeración comercial
Al tener cada cifra un valor relativo según el lugar que ocupa, la presencia de un
signo para el cero con el que indicar la ausencia de unidades de algún orden se
hace imprescindible. Los mayas lo usaron, aunque no parece haberles interesado
el concepto de cantidad nula. Como los babilonios, lo usaron simplemente para
indicar la ausencia de otro número. Pero los científicos mayas eran a la vez
sacerdotes ocupados en la observación astronómica, y para expresar los números
correspondientes a las fechas usaron unas unidades de tercer orden irregulares
para la base 20. Así, la cifra que ocupaba el tercer lugar desde abajo se multiplicaba
por 20×18=360, para completar una cifra muy próxima a la duración de un año. Su
numeración limita en el número 50. Este es una variante del sistema convencional
maya.
ORIGEN DE LOS NÚMEROS
Antes de existir el lenguaje escrito, el hombre primitivo se comunicaba con sus
semejantes gesticulando palabras o sonidos, este medio de lenguaje audible se fue
perfeccionando al cabo de miles de años de su continuo uso, hasta llegar a la
palabra hablada. Cuando éste deseaba recordar un hecho o transmitir un
acontecimiento a sus congéneres, les comunicaba sus ideas por medio de la
pictografía. Esta consistía en representar por medio de objetos lo que se deseaba
expresar ayudado del dibujo o la pintura, de esta manera el hombre inventó su
primera forma de comunicación no hablada, la escritura pictográfica, algunos
ejemplos se muestran en la Figura No. 1.

PRIMEROS INICIOS DE LA ESCRITURA


Hace unos 6000 años a.c. los fenicios, sumerios y babilonios registraban sus hechos
y acontecimientos por medio de figuras dibujadas en arcilla húmeda, este tipo de
escritura se llamó cuneiforme, o en forma de cuña, porque cada trazo del escrito se
hacía oprimiendo sobre tablillas de arcilla que posteriormente secaban al sol o la
cocían. El trazo representaba el objeto dibujado, posteriormente lo convirtió en un
símbolo relacionado con el mismo objeto, esta etapa de la escritura que el hombre
desarrolló, se le llamó ideográfica.
Los egipcios emplearon una escritura ideográfica que se fue perfeccionando con el
tiempo y recibió el nombre de jeroglífica, este modo de escritura les servía para
realizar sus inscripciones en los templos, tumbas y monumentos.
La escritura ideográfica egipcia tiene dos evoluciones perfectamente definidas, la
primera parte de la evolución de la escritura ideográfica es convertirse en jeroglífica
para acabar en una escritura cursiva con sus dos variedades, la hierática y
demótica. La escritura hierática era una especie de taquigrafía abreviada de los
jeroglíficos, muy usada entre los sacerdotes para expresarse rápidamente al no
utilizarse el dibujo, cada jeroglífico tenía su correspondiente abreviatura hierática,
dominando el elemento fonético y escribiéndose de derecha a izquierda.

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La demótica o popular se componía de signos tomados de la hierática, con exclusión
casi completa de los jeroglíficos, conservándose casi completamente los símbolos
cuña de sus caracteres compuestos por ángulos y puntas. La escritura jeroglífica se
utilizaba para las inscripciones monumentales, donde solamente los sacerdotes y
los escribas conocían su significado. En esta escritura jeroglífica se encuentran
unos 24 signos alfabéticos equivalentes a letras sueltas o palabras completas
separadas de una sola consonante, 136 signos silábicos, pero al lado de estos se
encuentran mas de tres mil figuras mucho mas complicadas. Los egipcios nunca
advirtieron la importancia de su magna invención y no hicieron mucho uso de ella.

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