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numeración.
En primer lugar, cabe aclarar el sentido que adquiere la palabra álgebra en este escrito; el mismo
refiere a la representación simbólica de las relaciones matemáticas; que surge como necesidad
de generalizar y abreviar los procedimientos elegidos para la solución de problemas
matemáticos.
En el origen (...) “los términos numéricos
fueron ingresando lentamente en el uso. Su
primera ocurrencia fue cualitativa más que
cuantitativa, haciendo una distinción sólo
entre uno y dos y muchos.” (...) “Cuando el
concepto de número fue extendido a números
mayores, primero fueron formados por
adición” (...). (...) “El desarrollo de las
artesanías y del comercio estimuló esta
cristalización del concepto de número. Los
números fueron ordenados y agrupados en
grandes unidades, generalmente por el uso de
los dedos de la mano o de ambas manos, un
procedimiento natural en el intercambio. Esto
llevó a una numeración primero con cinco, pero luego con diez como base, completada por la
adición y a veces por la sustracción.” (...) (Struik).
En cuanto a la transmisión de las técnicas empleadas; en un primer momento, se recurrió al
álgebra retórica, donde se narraba paso a paso los procedimientos seguidos y que
indudablemente estuvo en estrecha relación con la geometría en la antigüedad, ya que surge de
la necesidad de medir los objetos, como tierras por ejemplo. Ya avanzada la evolución de la
civilización se comenzó a utilizar el álgebra simbólica, pero para hablar de ello habrá que
esperar varios miles de años. Mientras tanto continuemos con nuestra línea temporal.
En la Prehistoria alrededor de 3100 ac se pueden rastrear los orígenes del álgebra hasta la Edad
de Piedra, desde donde se han hallado registros del periodo Paleolítico en forma de huesos
tallados con marcas que algunos autores creen que llevaban registro de la luna llena, en la fase
nómada de la humanidad.
Mientras que en el periodo
Neolítico, la fase sedentaria de la
humanidad, se dio cuando
–parafraseando a Struik– “el errar
nómade en búsqueda de comida
que se condujo lentamente a su fin
donde pescadores y cazadores fueron
reemplazados en gran parte por
granjeros primitivos, sus registros
numéricos fueron guardados por medio de agrupaciones, marca en palos, nudos en cuerdas,
guijarros o conchas ordenadas en montones de a cinco muy parecidos a los de los viejos
posaderos con sus palos de conteo; cuyo testimonio encontrado es alfarería grabada con figuras
geométricas. Con el establecimiento fijo y el surgimiento de la actividad agrícola, durante la
Edad de Bronce, aproximadamente en el 2500 ac., nació la necesidad de contabilizar, registrar
lo producido.
Es en esta era que se hallaron registros en la civilización babilónica
que consistían en tablillas de arcilla con escritura cuneiforme.
Poseían un sistema matemático aditivo y posicional era mixto, base
10 y base 60, es decir, “numeración sexagesimal” para este último.
Los registros eran llevados por escribas, que eran sacerdotes
abocados a aprender a leer, escribir, la historia de los pueblos y
conocimientos de matemáticas. Guardaban dichos registros en la
casa de las tablillas que era una especie de biblioteca. Se han
hallado hasta el momento 50.000 tablillas. Desarrollaron un
conjunto variado de ecuaciones algebraicas, y algunos elementos de
geometría y teoría de números. Pero no se ocuparon por justificar ni
probar los procedimientos utilizados.
Mediante un método de notación, el de Neugebauer, se estableció la traducción de la
numeración babilónica separando los “dígitos sexagesimales” con comas para enteros y, punto y
coma para fraccionarios. El problema que se presentaba era la separación entre dígitos, ya que
era poco clara, exigiendo la interpretación por contexto para poder distinguir entre enteros y
decimales. Usaban su sistema para realizar sumas. Poseían tablas de multiplicación, de inversos
recíprocos, de cuadrados y cubos perfectos. También contaban con un método de cálculo para
multiplicaciones grandes, métodos para aproximar raíces cuadradas, la tabla de Yale. Tenían
tablas con ternas pitagóricas acumuladas para ordenar las distintas posibles medidas de
triángulos rectángulos; además de cocientes trigonométricos pero no se sabe qué tan profundo
conocían ese saber. Podían obtener fácilmente áreas de rectángulos, trapecios y triángulos. Para
el área del círculo multiplicaban el cuadrado del radio por 3, aproximando al número pi. Para el
volumen del cilindro hacían el producto de la doceava parte de su altura por el cuadrado de la
circunferencia de la base.
En la civilización egipcia, llegan a
nuestra época pocas fuentes históricas,
de las que podemos nombrar al Papiro de
Rhind (Papiro de Ahmed) que data de
1650 ac y tiene 85 problemas; el Papiro
de Moscú data de 1850 ac con 25
problemas. Su sistema de numeración egipcio era aditivo, manejaban
fracciones unitarias, y binarias, divisiones, multiplicación. Incursionaron
en la geometría y sus tres grandes logros fueron la aproximación del área
del círculo, la deducción de la regla para calcular el volumen de un tronco
de pirámide, y aunque hay discrepancia entre los teóricos del tema, la aproximación al cálculo
del área de una semiesfera. En el papiro de Ahmes se halla, en el problema 50, el valor implícito
de pi.(Gheverghese.p.128)