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La gestión
cultural

Objetivos

 Aprender un poco de historia sobre cómo ha ido cambiando la


cultura
 Desglosar una programación cultural con sus fases y
finalidades
 Describir los espacios donde se desarrolla la intervención
cultural
 Conocer la participación del estado en los diferentes
organismos en materia de cultura
 Ver el formato de difusión de la cultura y su tratamiento con las
TIC
Glosario

Binomio. Conjunto de dos personas o cosas tomadas como unidad o como elementos a
equilibrio o dependientes uno de otro.

Concurrencial. Coincidencia, concurso simultáneo de varias circunstancias.

Democratización. Acción y efecto de hacer democrático, es decir, permitir la


participación de todos los ciudadanos.

Díptico. Folleto formado por una hoja de papel doblada por la mitad, generalmente
pequeña, que se usa como propaganda o como invitación a un acto.

Filmoteca. Archivo especializado en la catalogación, conservación (o en su caso


restauración) y consulta de documentos cinematográficos.

Infraestructura. Conjunto de medios técnicos, servicios e instalaciones necesarios para


desarrollo de una actividad o para que un lugar pueda utilizarse.

Intencionalidad. Carácter intencionado o deliberado con que se realiza una cosa.

Inventariable. Que se puede incluir en un inventario.

Tríptico. Folleto, prospecto o documento que consiste en una hoja que se dobla dos
veces sobre sí misma y que consta de tres partes.

El ser humano y la sociedad no son realidades estáticas. Se podría decir que, a lo largo de
la historia, estas realidades han experimentado transformaciones y hoy en día la gestión
cultural se considera una de las herramientas de cambio y mejora más útiles dentro del
universo educativo.

La acción socioeducativa y la promoción cultural forman un binomio clave para la


dinamización de colectivos y para el pleno desarrollo de la personalidad.

Antes de ver cómo desarrollar la programación cultural, hay que fijarse en lo que ha
pasado con ella a lo largo de los años. Según Ezequiel Ander-Egg (1987), en la década
1960, se promovió desde la Unesco (Oficina de las Naciones Unidas para la Educación,
Ciencia y Cultura) el pasar de una concepción elitista de la cultura a una estrategia de
difusión cultural (democratización cultural) como medio de elevar el nivel cultural de los
ciudadanos y los pueblos. El agente encargado de esta tarea será el animador.

En la década de 1970 se pasó de los postulados de la "democratización cultural" a los de la


"democracia cultural", donde la cultura no solo era un patrimonio que había que conservar
y difundir, sino que su producción dejó de ser elitista y se puso en manos del conjunto de la
sociedad. Así, el animador se convirtió en un catalizador que ayudaba a generar procesos
de participación y dinamización cultural.

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En la década de 1980 se consolidó este concepto de democracia cultural y la animación
sociocultural dejó de estar en manos de personal voluntario para profesionalizarse e
institucionalizarse. Además de la animación en los centros, apareció la gestión cultural en
teatros, museos, monumentos, etc.

En los años noventa del siglo pasado, la animación sociocultural trataba de superar una
visión paternalista o asistencialista del Estado del Bienestar, tratando de que la sociedad
civil recuperase su protagonismo y se involucrase en la solución de problemas sociales. Se
enmarcó en un modelo sociocomunitario que se concretó en diversas figuras, como
educador de calle, promotor de empleo, educador de piso, animador en centro de la
tercera edad, gestor de servicios.

En la actualidad, el animador sociocultural es una figura consolidada a nivel formativo y


profesional que ha de seguir adaptándose a los vertiginosos cambios sociales y
tecnológicos de la sociedad actual (interculturalidad, investigación, medioambiente, TIC,
etc.).

2.1. Animación cultural y gestión cultural


En la actuación cultural aparecen contextos y situaciones en continuo cambio, evolución y
transformación, que exigen una intervención profesional diversificada y que en su
confluencia logre una verdadera democracia cultural.

En ella se identifican dos líneas principales de intervención:

 La animación cultural.
 La gestión cultural.

2.1.1. La animación cultural

Animación sociocultural y animación cultural. Problemas de delimitación

Si hay un concepto difícil de definir y delimitar, este es el de la animación sociocultural. Son


muchas las definiciones que de este término se han ido elaborando de acuerdo con las
distintas interpretaciones y valoraciones que se han hecho en ciertos contextos. La
dificultad en la definición es una muestra de la complejidad y multiplicidad de facetas que la
animación sociocultural presenta.

También en lo que respecta a la animación cultural, uno de los ámbitos o modalidades de


la animación sociocultural, la confusión de significados e implicaciones es enorme.

Definiciones de animación sociocultural

Para llegar a un concepto que englobe los distintos significados de la animación


sociocultural es necesario hacer un recorrido por las definiciones que se han elaborado
desde diferentes perspectivas de aproximación y trabajo; entre otras, que recoge Sara de
Miguel Badesa, se cuentan estas:

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 Proceso dirigido a la organización de las personas para llevar a cabo proyectos e
iniciativas desde la cultura y para el desarrollo social. Los cuatro ejes que la
componen son: la cultura, la organización de las personas, los proyectos e
iniciativas y el desarrollo social.
 Conjunto de acciones que tienden a ofrecer al individuo la posibilidad de convertirse
en agente de su propio desarrollo y del de su comunidad, que generan procesos de
participación, responden a necesidades reales teniendo en cuenta los centros de
interés de las personas y se apoyan en una pedagogía activa y dinamizadora.
 Instrumento privilegiado para hacer posible y potenciar una situación de democracia
cultural.
 Tecnología social que, basada en una pedagogía participativa, tiene por finalidad
actuar en diferentes ámbitos de la calidad de vida, mediante la participación de la
gente en su propio desarrollo sociocultural.
 Es animar, dar sentido, mover, motivar, dinamizar, acompañar, comunicar, ayudar a
crecer.
 Conjunto de prácticas sociales que, basadas en una pedagogía participativa, tienen
por finalidad actuar en diferentes ámbitos de desarrollo de la calidad de vida, con el
fin de promover la participación de la gente en su propio desarroIlo cultural, creando
espacios para la comunicación interpersonal.

Las diferentes definiciones valoran como factor clave de esta disciplina distintos elementos,
según el punto de vista adoptado. Estos elementos son:

 La acción (conjunto de acciones, acción grupal, etc.).


 La técnica (elemento técnico, tecnología so-cial, etc.).
 La metodología (manera de intervenir, método de intervención territorial, etc.).
 La actitud.

Fundamentación de la animación sociocultural

La animación sociocultural y su acción dinamizadora se apoyan en las aportaciones de


diferentes ciencias humanas respecto al estudio y análisis de la persona tanto
individualmente como en su integración en la comunidad. Estas disciplinas son la filo-sofía,
la antropología, la sociología y la psicología.

 La filosofía es la disciplina que se sitúa en la perspectiva de la búsqueda del


significado de la vida y la comprensión de la realidad. Todo ello desde la afirmación
de valores fundamentales como la libertad de la persona, la solidaridad, el
pluralismo, el ecologismo, la creencia en el valor de todas las personas, la confianza
en su desarrollo y la democracia como modelo de comunidad garante de la justicia,
la igualdad y el derecho para todos los ciudadanos y ciudada-nas. Por tanto, en la
filosofía se apoyan los valores éticos que guían la práctica animadora y que a la vez
guían al mismo profesional.
 La antropología aporta las reflexiones v los conocimientos sobre la persona en su
desarrollo en comunidad, partiendo de los usos, valores, costumbres y tradiciones
que definen la identidad cultural de una comunidad y determinan su diálogo y

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encuentro con otras. El conocimiento de este coniunto de factores facilitará la
comprensión de las características y necesidades de cada persona atendiendo tanto
a sus propias peculiaridades como a las de la comunidad en que vive.
 La sociología analiza a la persona en su interacción grupal, en sus posibilidades de
desarrollo social y en su papel como agente del desarrollo comunitario. Además, la
sociología también señala las características de la sociedad actual: evolución
tecnológica, cambios en la estructura familiar, ocio, consumismo, globalización,
desigualdades etc., y todas las necesidades que en ella aparecen. Todo ello da
sentido e inspira la necesidad misma de la intervención desde el campo de la
animación sociocultural, partiendo de la participación, la reflexión, el pensamiento
crítico, el valor de la persona y la responsabilidad social.
 Por su parte, la psicología da a conocer, entre otros aspectos, las características
evolutivas, el proceso vital de aprendizaje, las necesidades básicas, los procesos de
interacción o las fuentes de motivación v de desmotivación de la per-sona. En todo
ello se basan aspectos tan importantes de la animación como el análisis de la
realidad en su dimensión personal y grupal, la metodología -con estrategias como
las dinámicas de grupo, el componente lúdico de las propuestas, el aprendizaje en
grupo, la relevancia de la interacción, etc.

Funciones de la animación sociocultural

Todas las acciones que fomenta la animación sociocultural están orientadas al


cumplimiento, tal como señala Pierre Besnard, de las siguientes funciones.

 Función de socialización, como instrumento de la integración de la persona y de


los grupos sociales en la realidad comunitaria compleja y cambiante en que se
encuentran.
 Función lúdica y recreativa, como estrategia de desarrollo y experimentación del
tiempo libre como tiempo de disfrute enriquecedor y de autorrealización.
 Función educativa y cultural, en su faceta de educación no formal, que posibilita el
aprendizaje para un autodesarrollo que comprenda todos los ámbitos de la
personalidad, considerando especialmente la inserción v el desarrollo comunitario, y
en que la vivencia participativa de la cultura sea un medio más para el crecimiento
vital
 Función de regulación social, como práctica de los valores democráticos de
igualdad social y desarrollo de una acción en cierta medida compensatoria respecto
a las desigualdades socio-culturales.
 Función innovadora y crítica, desde la reflexión y el cuestionamiento de la
realidad y la motivación para la actividad crítica v creativa de la misma sociedad,
mediante estrategias de dinamización, contra situaciones de conformismo, pasividad
y estancamiento comunitario, evitando caer en cualquier tipo de manipulación y
simplificación normalizadora respecto al statu quo social.

Son iniciativas que en ocasiones cuentan con la intervención o apoyo de la Administración


Pública y el sector privado, pero que muchas veces surgen y se desarrollan desde las
propias comunidades.

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Nuestras intervenciones se plantean para transformar realidades sociales con escasas
posibilidades de acceso a la cultura y crear espacios dinamizadores de actividad cultural
abiertos a todos, para convertir la creatividad artística en herramienta de la creatividad
social, de la transformación de la realidad en una realidad fundamentada en valores tales
como la igualdad, la justicia social, el estado de derecho, la solidaridad y el desarrollo
humano.

Las prácticas de la animación cultural posibilitan la integración social, la participación en proyectos de


autodesarrollo comunitario y el desarrollo de estrategias y habilidades personales y sociales orientadas al
empoderamiento comunitario y a la transformación de la realidad en contextos complejos.

2.1.2. La gestión cultural

Y si la delimitación conceptual de la animación cultural resulta complicada, otro tanto


ocurre respecto a la gestión cultural como práctica en la que confluyen las tareas propias
de la gestión de empresa con las singularidades que conlleva su inserción en el ámbito
cultural.

Definición de gestión cultural e implicaciones

Son varias las definiciones que podemos encontrar de gestión cultural según se destaquen
los aspectos referidos a la práctica gestora o, por el contrario, los aspectos referidos a la
intervención cultural. Pero la que bien nos puede servir como descripción conjunta de
ambos aspectos es la definición de X. Úcar.

“Práctica administrativa planificada dirigida a responder las demandas de ocio cultural de la


sociedad a través de la mediación equilibrada entre esa de manda y la oferta desarrollada
por la industria cultural y los creadores profesionales -grupos profesionales de teatro,
música, folclore, etc.; distribuidoras de cine, agentes de espectáculos, etc.-“

Fundamentación de la gestión cultural

La fundamentación de la práctica de la gestión cultural descansa sobre las áreas que


aportan diferentes conocimientos y técnicas a su práctica.

Como ámbitos principales cabe destacar:

Marco legal de la cultura. Derechos culturales

El establecimiento de un marco jurídico que garantiza, regula y ordena el derecho de


acceso a la cultura, así como las prácticas de intervención y acción en este ámbito,
fundamenta la propia existencia de la gestión cultural y sus relaciones con otras acciones
en esta misma área.

Los ejes de este marco legal quedan establecidos principalmente desde los siguientes
ordenamientos jurídicos y políticos a nivel internacional:

 Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto de 1789).

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o Artículo 10. Nadie debe ser perseguido por sus opiniones, incluso religiosas,
siempre que sus manifestaciones no alteren el orden público establecido por
la ley.
o Artículo 11. La libre comunicación de pensamientos y opiniones es uno de los
derechos más valiosos del hombre. Por consiguiente, todo ciudadano puede
hablar, escribir e imprimir libremente, haciéndose responsable de los abusos
de esa libertad en los casos previstos por la ley.
 Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).
o Artículo 18. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de
conciencia y de religión.
o Artículo 19. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de
expresión; este derecho incluye no ser molestado a causa de sus opiniones,
investigar y recibir informaciones y opiniones, y difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión.
o Artículo 27.1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida
cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso
científico y en los beneficios que de él resulten
o Artículo 27.2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses
morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones
científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966).
 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1976). Artículo
15. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este
derecho, establecen libremente su condición política y proveen así mismo a su
desarrollo económico, social y cultural
 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1996). Artículo 27. Derechos
culturales de las personas pertenecientes a minorías.
 Declaración Universal sobre Diversidad Cultural (2001), para el reconocimiento de la
diversidad cultural, sus derechos y la promoción del diálogo intercultural como
garantías de la convivencia y la paz mundial.
 Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones
culturales (2005).

A nivel nacional y autonómico, los derechos culturales se han reconocido en:

 La Constitución Española de 1978, en su artículo 3 (reconocimiento de distintas


modalidades lingüísticas); artículo 9.2 (facilitar la participación en la vida cultural):
artículo 10 (reconocimiento de la Declaración de los Derechos Humanos); artículo
14 (igualdad de todos los españoles ante la ley); artículo 20 (derechos de expresión,
producción y difusión cultural); artículo 22 (derecho de asociación); artículo 44
(acceso a la cultura); artículo 46 (conservación y enriquecimiento del patrimonio
histórico, cultural y artístico); artículo 48 (participación de la juventud en la vida
cultural); artículo 143 (derecho a la autonomía); artículo 148 (asunción de
competencias de administración cultural por las comunidades autónomas); artículo
149 (competencias del Estado).

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 Los estatutos de autonomía.

En el ámbito de los derechos humanos, el reconocimiento consensuado de las diferentes demandas


culturales y de los derechos de expresión de la diversidad cultural a nivel mundial es un paso fundamental
porque establece un marco para el diálogo sobre la metodología y las estrategias específicas para su
consecución, por encima de prejuicios, desconfianzas e intereses implícitos en el mantenimiento de las
desigualdades culturales.

Progresivamente van cobrando mayor fuerza v voz las manifestaciones y demandas para hacer realidad el
derecho fundamental de la persona de acceder a la cultura en su encuentro, expresión, comprensión y acción
en la comunidad social, Y con ello la necesidad de realizar intervenciones que satisfagan esas demandas,
como son las planteadas por la gestión cultural.

Políticas culturales

La definición de líneas de intervención o no dentro del ámbito cultural por parte de los
diferentes agentes de la sociedad y el hecho de posibilitar realmente la participación de
todos los agentes y colectivos en la definición de esas intervenciones sitúan la práctica de
la gestión cultural en un contexto de relaciones y actuaciones que le ofrece, y al mismo
tiempo le demanda, acciones mediadoras complejas y muy variadas.

De cualquier manera, en el conjunto de las políticas culturales existentes, se deberá


prestar especial atención al papel ordenador de las políticas culturales de la Administración
Pública y al panorama que establece a la gestión cultural.

Economía de la cultura

La gestión cultural utiliza para su planteamiento e implementación conocimientos y


procedimientos propios de la economía de la cultura, poniendo en juego la cultura, el
producto cultural, el acceso y consumo del mismo como un valor complejo con una carga
simbólica reconocida por quienes participan de una manera u otra de una experiencia
cultural determinada.

La intervención cultural gestora en la mediación de la oferta y la demanda del mercado de


la cultura adopta aspectos de rentabilidad y desarrollo económico -aunque también social-
en coherencia con esta área de fundamentación de la práctica cultural, que nunca se podrá
obviar.

Gestión de empresa

Las competencias y tareas de la gestión cultural se asientan en la traslación de la práctica


de la gestión de empresa al ámbito de la cultura. De esa práctica propia de entornos de
mercado y justificada en el logro de objetivos económicos desde criterios de eficacia y
eficiencia, la gestión cultural adopta procedimientos, técnicas y herramientas muy variadas
para la planificación y ejecución-desarrollo, que habrán de ajustarse a las singularidades
de la actividad cultural.

Marketing

La gestión cultural se basa en las prácticas de marketing y comunicación para el desarrollo


de tareas de difusión y promoción del encuentro de creadores, industria y sociedad en
intercambios beneficiosos para todos ello.
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Funciones de la gestión cultural

Las funciones de la gestión cultural varían, a diferencia de la animación cultural, con cada
práctica concreta de la misma. Se trata de una línea de intervención en que se presentan
tanto planteamientos propiamente gestores en la búsqueda de una mediación eficaz y
eficiente entre oferta y de manda cultural desde una política de mercado como
planteamientos que se proponen una función de desarrollo sociocultural por encima de
rendimientos económicos -aunque, por supuesto sin desdeñarlos-.

Pero, de todas formas, la gestión cultural encuentra su verdadera función en el equilibrio


entre ambos planteamientos, es decir, en el logro de un desarrollo sociocultural en que la
oferta de productos culturales y el acceso participativo a los mismos se complementa con
una función de pro moción del desarrollo económico local, de modo que la actividad y
creación cultural se convierten en actividades económicas y, por ello, en herramientas de
crecimiento socioeconómico.

De cualquier manera, como profesionales de la animación sociocultural y turística,


tendremos que asumir y desarrollar tareas correspondientes tanto a la gestión como a la
animación cultural propiamente dicha, según las exigencias de los puestos de trabajo a los
que nos incorporemos.

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Cualificación profesional

La cualificación profesional y sus unidades de competencias asociadas que podremos realizar quedan
definidas en nuestro título profesional de la siguiente manera (Real Decreto 1096/2011, de 22 de julio):

Cualificación profesional: dinamización, programación y desarrollo de acciones culturales

Familia profesional: servicios socioculturales y a la comunidad

Nivel: 3

Código: SSC445 3

Unidades de competencia:

UCL431_3: programa, desarrollar y evaluar las programaciones cultura les realizadas por las personas
responsables de cultura.

UC1432_3: programar y dinamizar proyectos de animación cultural con las redes asociativas culturales.

UC1433_3: desarrollar acciones de comunicación y marketing cultural.

2.1.3. Complementariedad de la animación y la gestión cultural

Ambas líneas se deben considerar como complementarias en el marco de la intervención


en el ámbito cultural y pueden definirse según los aspectos recogidos en el siguiente
cuadro:

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La intervención cultural

Animación cultural Gestión Cultural

Práctica administrativa planificada dirigida a


Práctica dirigida a la promoción de la
responder a las demandas de ocio cultural
persona y la comunidad -o colectivo
de la sociedad a través de la mediación
comunitario-a través del disfrute y
equilibrada entre esa demanda y la oferta
participación activa en propuestas de
Definición expresión y vivencia cultural, como medio
desarrollada por la industria cultural y los
creadores profesionales -grupos
para la autorrealización y la satisfacción
profesionales de teatro, música, folclore,
vital, y como acompañante de procesos
etc.; distribuidoras de cine, agentes de
de comunicación intercultural.
espectáculos, etc.
 Estrategias de planificación, organización y desarrollo.

 Algunas actividades.
 Espacios, equipamientos.

 Recursos humanos -equipos multidisciplinares, recursos materiales, recursos


Aspectos en técnicos, recursos económicos y recursos culturales.
común  Promoción de la creación cultural.

 Concreción territorial.
 Desarrollo sociocultural de un territorio

 Rentabilidad social.

Se centra en establecer un equilibrio entre


Se centra en la participación protagonista
la demanda de productos culturales y la
y activa de la comunidad en la que se
oferta realizada por grupos o entidades
insertan y contextualizan dichas acciones.
profesionalizadas
Atiende a la producción cultural
Atiende a la producción cultural fundamentalmente profesional, aunque
fundamentalmente popular/comunitaria abriendo espacios a creadores del propio
contexto
Un eje fundamental de sus intervenciones Un eje fundamental de sus intervenciones
es la actividad cultural comunitaria. es la difusión cultural.
Actúa en la formación de públicos- Actúa en la formación de públicos-
Diferencias creadores de manifestaciones culturales. consumidores.
Su intervención busca un desarrollo local
Su intervención busca un desarrollo local
que comprende también una proyección
que se centra en la proyección
económica con el desarrollo de una oferta
sociocultural.
cultural.
Su metodología se define por la atención a
Su metodología se define por la atención
necesidades y demandas globales, que
a la diversidad que existe en la
raramente llegan a colectivos que tienen
comunidad
necesidades y demandas específicas
Abre cauces de comunicación, relación y Abre cauces de comunicación, relación y
colaboración con y entre grupos colaboración con entidades y profesionales
comunitarios. de la cultura.
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2.2. Cultura y economía
Una de las dimensiones que adquieren las intervenciones culturales queda definida por la
identificación de la cultura como uno de los pilares de desarrollo humano, yacimiento de
empleo y de crecimiento socioeconómico, que contribuye significativamente a incrementar
el producto interior bruto (PIB) de una comunidad.

Esta valoración de la cultura desde la perspectiva económica es cada vez más apreciada, y
prueba de ello es el análisis estadístico sistemático de la actividad cultural como medio de
generación de riqueza que anualmente realiza la Administración estatal mediante la
denominada Cuenta Satélite de la Cultura en España, con la que evalúa su aportación
directa al PIB español.

Por otra parte, la creación cultural es también considerada como creación de productos de
consumo con rendimiento económico, que conllevan el desarrollo de una industria
alrededor de la expresión y creación cultural por la que se mercantilizan los productos
culturales, ya sean de carácter material, ya sean de carácter inmaterial -por ejemplo la
industria editorial, la industria discográfica, etc.-

Aparece de esta manera la industria cultural, en la que los bienes y servicios culturales se
producen, reproducen y conservan según criterios industriales, es decir, en serie y
aplicando una estrategia de tipo económico, en vez de perseguir una finalidad de
desarrollo cultural.

De esta actividad surgen servicios especializados de producción tecnificada en cadena,


distribución y venta, que mueven a su alrededor un gran volumen de negocio.

Así pues, lo cultural entra a formar parte de las actividades económicas de un territorio.
Pero la dimensión económica de la cultura, es decir, la consideración de la cultura como
sector económico, tiene una rentabilidad doble, ya que es rentable en el plano económico,
pero también lo es en el plano social:

 La rentabilidad económica se centra en la consecución de beneficios económicos.


 La rentabilidad social se entiende como la consecución de logros de interés
general; por ejemplo, la promoción de la creación popular, la recuperación de
identidades culturales a través del patrimonio histórico, etc.

Los dos tipos de rentabilidad que se pretenden alcanzar dependen, en parte, del carácter
de la entidad agente de la intervención cultural sociedad mercantil, asociación, fundación-
Pero en todo caso, la consecución de ambos tipos de rentabilidad es compatible si la
planificación y desarrollo de los proyectos culturales son adecuados y ajustados.

Por ello es importante que en la política de la entidad cultural y, en concreto, en la


propuesta de cualquier intervención se defina muy claramente cuáles son las expectativas
de rentabilidad o productividad que en ella se depositan, porque este factor define tanto
el carácter de la propuesta como la evaluación del logro de los objetivos marcados. Hay
que plantearse la rentabilidad económica, pero especialmente la rentabilidad social, y las
expectativas deben ajustarse al contexto y condicionantes del propio proyecto de
intervención.

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En este sentido, lo cultural se convierte en un foco de desarrollo del contexto o territorio
donde se inserta, al atraer o servir como soporte de otras actividades económicas
relacionadas fundamentalmente con el sector de servicios, como puede ser el desarrollo de
la actividad turística atraída por las características y actuaciones culturales que se lleven a
cabo en la zona.

2.2.1. Factores de lo cultural como actividad económica

En el desarrollo de actuaciones en el ámbito de la cultura es necesario considerar los


siguientes factores.

 El consumo.
 El público o clientes.
 La creación de puestos de trabajo y especialidades profesionales -productores
discográficos, publicistas, cantantes, etc.-, ya sea de manera directa o indirecta.
 El comercio cultural y el marketing: compra-venta, distribución, difusión, etc.
 La gestión -planificación, programación, organización y desarrollo de proyectos,
actividades...; relaciones, contactos, etc.-.
 La rentabilidad económica y/o social.

Es en esta dimensión donde se incluyen las actuaciones referidas a las industrias


culturales de carácter comercial: la industria cinematográfica, la discográfica, la editorial,
etc., cuyos agentes pueden pertenecer tanto a las administraciones públicas como a la
sociedad, o pueden ser los profesionales implicados en los procesos de industrialización
de los productos culturales directores, técnicos, artistas, etc. - o encargados de su
comercialización.

En la comercialización de los productos culturales se realizará una valoración económica


del producto en sí mismo en cuanto a sus valores simbólicos, estéticos o formales y de
uso- y del producto en relación con los costes de producción, distribución y consumo. A
este respecto se tendrán presentes las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnolo gías
en cuanto al acceso directo de los consumidores a los productos culturales, lo que permite
omitir los circuitos tradicionales de distribución.

Al mismo tiempo, y para la salvaguarda de los derechos de la propiedad intelectual, se


deberá prestar atención al nuevo ordenamiento jurídico que define procedimientos legales
respecto al acceso directo a creaciones culturales y que a la vez lucha contra la «piratería»
cultura.

2.2.2. El mercado cultural

La práctica comercial de oferta y demanda del producto cultural nos introduce en el


mercado de la cultura; un mercado en el que el producto es válido en la medida en que le
es otorgado un valor simbólico por todas las partes implicadas en esa oferta y demanda.

A esto se une la circunstancia particular del mercado cultural en que el producto es objeto
de actividad creadora a cuya elaboración se abren cauces y espacios para la participación

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del conjunto de la sociedad o de solo determinados grupos elitistas, y de cuál es el valor
económico que se le otorga.

2.2.3. Producción y consumo cultural

La producción y consumo cultural se presentan como dos factores contrapuestos según el


peso específico con que se definan en cada contexto. En la actualidad hay muchos
territorios donde se presenta una situación de desarrollo desproporcionado del consumo
frente a la creación, lo cual está limitando el propio desarrollo sociocultural y económico
local.

Dicha desproporción entre el consumo de productos culturales respecto a la creación y


participación cultural supone a la larga una situación de estancamiento, pasividad y
limitación de la vivencia y dinámica cultural.

En este sentido, el desarrollo de las industrias culturales participantes en procesos de


globalización económica hace pervivir como estilo político la democratización cultural, en
que se prioriza la difusión y el consumo de los productos culturales respecto a la
importancia de abrir cauces a la creación, a la participación, propios de una política cultural
democrática.

Sin embargo, cada vez con más fuerza y también con mayor demanda, las políticas
culturales se orientan a la promoción de la creación, la creación autóctona, del mismo
territorio, para lo que se abren los circuitos de producción a creadores, profesionales de lo
cultural. Son actuaciones con las que se pretende equilibrar la situación de consumo
normalmente pasivo.

El consumo cultural puede referirse tanto a un consumo generalizado como a un consumo específico,
y tanto a un consumo individual como a un consumo colectivo en un mercado cultural en el que
interaccionan los tres sectores agentes de la cultura: administraciones públicas, sociedad y sector
privado.

2.2.4. El marketing cultural

Aunque el marketing surge en el marco de la economía y la comercialización de productos


de consumo, en la cultura se aplica como estrategia de comunicación de intervenciones
culturales para atraer la atención y participación de otros agentes o del público fidelizado y
potencial con propuestas de servicios, actividad o consumo de un producto cultural dotado
de valor por todos ellos, y que se ajusten satisfactoriamente a sus necesidades v
demandas.

Aspectos clave del marketing cultural

 Analizando esta definición, deben destacarse los siguientes aspectos clave:


 Es una estrategia de comunicación, de difusión, que se integra en un plan
específico de comunicación de la entidad en cuestión. Por tanto, se realiza de
manera planificada v a partir de unos objetivos concretos que se marca esa entidad
respecto a su visibilidad en el contexto en que trabaje.
 Se dirige al encuentro de otros agentes si lo que se pretende es abrir vías de
colaboración o intercambio de productos o servicios; pero también se dirige a un
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público al que se pretende descubrir y motivar a la participación y consumo del
producto en cuestión. A este respecto, es imprescindible pensar tanto en el público
ya familiarizado y participante de la oferta como en el público potencial al que nos
interese llegar.
 El producto cultural puesto en juego puede ser de muy variada índole: desde
un servicio como sería la producción de la animación cultural de un museo, hasta un
objeto de consumo como un libro, pasando por todo tipo de actividades como
talleres, visitas, exposiciones, etc.
 Ese producto adquiere el valor que le otorgan las partes implicadas según se
ajuste a expectativas, necesidades, intereses y demandas, por lo que ha de ser
necesariamente compartido para que la comunicación consiga ser exitosa. En este
sentido, el marketing puede trabajar por crear ese interés y valoración en otras
entidades y en un público o persona usuaria potencial.

Este sería el caso, por ejemplo, de una escuela de danza que descubra el valor del servicio
que oferta tanto a un ayuntamiento que se plantea integrarlo en un centro sociocultural
como a los vecinos de esa localidad o barrio.

El marketing utiliza el estudio de mercado con a análisis de las audiciones de


público/personas usuarias y del consumo de servicios y productos culturales para la
identificación de necesidades, intereses y demandas con el fin de desarrollar y ofertar
productos culturales atractivos según las peculiaridades de cada contexto. Para ello se
recogen informaciones de diversas fuentes referidas a perfil del consumidor, sus intereses,
demandas etc., y al contexto que lo engloba respecto a aspectos tales como razones
demográficas, procesos socioculturales, entorno económico, etc.

Herramientas del marketing cultural

Merchandising

Para lograr atraer al público, se desarrollan líneas de creación de merchandising que se


convierten en un reclamo de su atención. Los productos de merchandising van desde
bolsas hasta objetos de decoración, pasando por camisetas, gorras, pañuelos, bolígrafos,
etc. con el logotipo o marca simbólica del producto cultural del que son reclamo -una
película, una exposición, un entorno cultural, una ciudad, etc.-.

Estos productos, a la vez que reclamo para atraer al público, siguen siendo un medio de
publicidad y difusión, cada vez que una persona hace uso de ellos. Y aunque en un
principio pueden ser distribuidos de manera gratuita, con frecuencia se invisten de un valor
mercantil y se transforman en sí mismos en productos de comercialización sujetos a
procesos de compra-venta -son un ejemplo de ello los obietos con la marca de un museo-.

Patrocinio y colaboración

Son otras herramientas de difusión, a las que ya hemos hecho referencia al hablar de las
intervenciones del sector privado.

El patrocinio o esponsorización es la aportación económica que recibe una actividad


puntual como recurso económico de soporte para su desarrollo y que efectúa el
patrocinador como una estrategia de marketing con fines publicitarios. El patrocinado, por
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su parte, se compromete a hacer público y visible este tipo de apoyo económico mediante
la exhibición constante del logotipo o marca distintiva del patrocinador.

La colaboración funciona de manera similar: se plantea con los mismos fines publicitarios,
pero con una aportación en servicios o recursos que pueda necesitar el patrocinado.

2.3. Marco legal de la cultura


Además de todas las disposiciones legales referidas al ordenamiento de las
administraciones públicas y a la distribución de sus competencias, y de todas las relativas
a las formas jurídicas de actuación cultural por parte del sector privado, el social o el
comunitario, existe un marco jurídico especifico referido a la creación, producción,
distribución y consumo cultural, así como a los diferentes derechos de creadores y
profesionales más o menos próximos para utilizarlos.

Este marco jurídico del ámbito cultural posibilita, entre otros aspectos:

 Promover la verdadera democracia cultural, es decir, el disfrute de la cultura en


igualdad de condiciones de difusión, promoción y creación.
 Regular los derechos e intereses de los distintos sectores-actores que intervienen
en la cultura:
 Administración Pública, sector privado y sociedad; creadores, productores, etc
 Garantizar los derechos culturales de cualquier comunidad

2.3.1. Jerarquía normativa del ordenamiento jurídico

La regulación de las actuaciones y actividades administrativas desarrolladas en el ámbito


cultural se lleva a cabo según la jerarquía normativa que vertebra todo nuestro
ordenamiento jurídico.

Gráficamente, podría representarse como una pirámide en cuya cúspide se sitúa la


Constitución, como cabeza del sistema legislativo español. Las normas que tienen rango
de ley -leyes orgánicas, leyes ordinarias, tratados, decretos ley, decretos legislativos-
ocupan el siguiente nivel de competencias. En la base de la pirámide se sitúan los
reglamentos y demás normas emanadas de la Administración -órdenes, circulares, etc.-.

 Las normas de mayor rango -leyes orgánicas- regulan materias especialmente


relevantes para la salvaguarda de los derechos y libertades de la ciudadanía y de la
estructura y organización del Estado. Por la importancia de estas materias en la
convivencia pacífica y próspera de todos los ciudadanos, la aprobación,
modificación o derogación de estas leyes orgánicas exige mayoría absoluta del
Congreso en la votación final sobre el conjunto del proyecto.
 Las materias no regulables expresamente mediante ley orgánica, lo serán por ley
ordinaria. En este supuesto, es el Gobierno el encargado de desarrollar el texto
según delegación de las Cortes Generales.

15
 El último rango normativo lo ocupan los reglamentos, órdenes, circulares, etc., en
que el departamento correspondiente desarrolla puntos concretos o aspectos ya
mencionados en la ley en cuestión.

2.3.2. Ordenamiento jurídico a nivel estatal

Respecto a la intervención cultural, además de la normativa reguladora a la que a lo largo


de esta unidad didáctica se ha ido haciendo referencia, deberemos prestar especial
atención a los aspectos definidos para la protección del patrimonio histórico-artístico y de la
propiedad intelectual, áreas de protección singulares y propias del ámbito cultural.

Para ello se establece un marco jurídico en el que cabe destacar, por su importancia e
implicaciones, las siguientes normativas de carácter estatal:

 La Ley del Patrimonio Histórico Español (Ley 16/1985, de 25 de junio).


 La Ley de Propiedad Intelectual (Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril), y
sus modificatorias Ley 21/2014 que traspone el contenido de las directivas europeas
a la legislación española, y Ley 2/2019. de 1 de marzo, por la que se modifica el
texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, aprobado por el Real Decreto
Legislativo 1/1996, de 12 de abril, y por el que se incorporan al ordenamiento
jurídico español la Directiva 2014/26/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de
26 de febrero de 2014, y la Directiva (UE) 2017/1564 del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 13 de septiembre de 2017.

La Ley del Patrimonio Histórico Español (Ley 16/1985, de 25 de junio)

Esta ley señala y ordena las directrices para la protección, conservación y proyección del
patrimonio. Se definen conceptos tales como patrimonio, bien de interés cultual, bienes
muebles y bienes inmuebles.

Así, en ella se entiende el patrimonio histórico como la cultura material debida a la acción
de las personas en sentido amplio, concibiendo aquélla como un conjunto de bienes que
en sí mismos han de ser apreciados, sin establecer limitaciones derivadas de su propiedad,
uso, antigüedad o valor económico.

Este concepto no implica que las medidas de protección y fomento sean las mismas para
la totalidad de los bienes. Por ello se establecen diferentes niveles de protección.

El nivel más amplio o genérico corresponde a aquellos bienes, denominados bienes de


interés cultural, que aportan un valor histórico, artístico, científico o técnico o que se
consideran muestras de la aportación de España a la cultura universal. Integran el nivel de
mayor protección y tutela. Estos bienes pueden ser muebles o inmuebles que reúnan los
requisitos que se establecen en la propia Ley (Título Primero. De la declaración de bienes
de interés cultural).

Hay que precisar que los bienes muebles son aquellos que admiten su traslado por no
estar fijados de manera permanente a un espacio. Mientras que los bienes inmuebles se
asientan sobre un solar respondiendo así a la finalidad primera con la que fueron ideados
no siendo posible su traslado sino mediante complicadas técnicas de ingeniería.

16
Un claro ejemplo de bien inmueble sería una construcción considerada con valor histórico
como un pórtico, una torre o un claustro. Sin embargo, se puede señalar la existencia de
bienes que, teniendo la consideración de muebles -murales, frescos, mosaicos-, se
encuentran integrados en un soporte que forma parte de un inmueble. Estos tendrán la
tutela y protección que les corresponde independientemente del valor que pueda tener
reconocido el bien inmueble en el que están insertos.

Esta ley es desarrollada por el Real Decreto 111/1986, de 10 de enero, de desarrollo


parcial de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, sobre la
calificación, valoración y exportación de bienes del patrimonio histórico español, y por el
Real Decreto 64/1994, de 21 de enero, por el que se modifica el Real Decreto 111/1986,
de 10 de enero. Este último es únicamente aplicable en este ámbito primario de protección
a la Administración General del Estado para desarrollar la competencia estatal sobre
expoliación, que solo se ejercitara en caso de que otros poderes públicos, y singularmente
las comunidades autónomas, no adopten medidas suficientes para evitar la expoliación.

La Ley de Propiedad Intelectual (Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril)

La Ley de Propiedad Intelectual define y ordena los aspectos relacionados con todas las
creaciones originales literarias, artísticas o científicas expresadas por cualquier medio o
soporte, tangible o in-tangible, actualmente conocido o que se invente en el futuro.

Abarca desde los derechos de autor hasta los procesos de divulgación, distribución,
reproducción, explotación, alquiler y préstamo, comunicación pública, participación en los
beneficios económicos derivados de la explotación de las obras, límites en los derechos de
autor y explotación, cesión de derechos, formulación de contratos, y otros derechos afines
a los derechos de autor en el ámbito de la propiedad intelectual.

Se trata pues de una ley que establece los fundamentos de todos los procesos de
comercialización y uso de las creaciones culturales, y que por tanto sienta las bases del
funcionamiento de la industria cultural respecto a sus actuaciones en la comercialización
de creaciones culturales y el respeto a los derechos de autor.

Para apreciar la variedad de creaciones de las que se está hablando, basta repasar el
listado que la misma ley apunta y que se presenta a continuación:

 Los libros, folletos, impresos, epistolarios, escritos, discursos y alocuciones,


conferencias, informes forenses, explicaciones de cátedra y cualesquiera otras
obras de la misma naturaleza.
 Las composiciones musicales, con o sin letra.
 Las obras dramáticas y dramático-musicales, las coreográficas, las pantomimas y,
en general, las obras teatrales.
 Las obras cinematográficas y cualesquiera otras obras audiovisuales.
 Las esculturas y las obras de pintura, dibujo, grabado y litografía, y las historietas
gráficas, tebeos o cómics, así como sus ensayos o bocetos y las demás obras
plásticas, sean o no aplicadas.
 Los proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas y de ingeniería.

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 Los gráficos, mapas y diseños relativos a la topografía, la geografía y, en general, a
la ciencla.
 Las obras fotográficas y las expresadas por procedimiento análogo a la fotografía.
 Los programas de ordenador.

Esta ley se ha visto ampliada y modificada por:

 La Ley 19/2006, de 5 de junio, por la que se amplían los medios de tutela de los
derechos de propiedad intelectual e industrial y se establecen normas procesales
para facilitar la aplicación de diversos reglamentos comunitarios.
 La Ley 23/2006, de 7 de julio, por la que se modifica el texto refundido de la Ley de
Propiedad Intelectual, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de
abril, para incorporar al derecho español la Directiva 2001/29/CE del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 22 de mayo de 2001, relativa a la armonización de
determinados aspectos de los derechos de autor y derechos afines a los derechos
de autor en la sociedad de la información.

Se adaptan así derechos patrimoniales: de reproducción -añadiendo todas las formas


posibles especialmente digitales-; distribución -con referencia expresa al hecho de que los
titulares tienen reconocido este derecho circunscrito a la explotación de la obra incorporada
en un soporte tangible y aclarando que la primera venta u otra transmisión de la propiedad
no supone la extinción del derecho de distribución, sino que sólo se pierde la facultad de
autorizar o impedir posteriores ventas o transmisiones de la propiedad dentro del territorio
de la Unión Europea-, y comunicación pública -con el derecho de puesta a disposición
interactiva, de manera que cualquier persona puede acceder a las obras desde el lugar y
en el momento que eli-ja-. El objetivo de estas modificaciones es mencionar de forma
expresa o aclarar lo que ya se entendía implícito en la Ley 19/2006.

2.4. La gestión cultural y el diseño de programaciones


La cultura es un eje vertebrador de la sociedad y de las relaciones humanas. El ser
humano no es neutro, sino cultural. La transmisión cultural, y a su vez la cultura, influyen
en el desarrollo de los procesos educativos, no solo formales sino también en el contexto
no formal.

En el ámbito de la animación sociocultural, la intervención cultural contribuye al desarrollo


personal. Es una herramienta de transformación y cambio social basado en la
participación.

Se puede afirmar, pues, que un adecuado diseño y racionalización en una programación


cultural posibilita una mejor participación de los destinatarios en su propio proceso de
desarrollo social y personal.

La programación cultural es la planificación de la intervención cultural, observando todas y cada una


de las acciones que se llevan a cabo, con un desglose de la población objeto de aplicación y detalles
para su implementación.

18
Hay que tener en cuenta que, en los últimos años, se baraja también un nuevo concepto
de programación cultural que, de alguna forma, es el espejo del concepto que se tiene del
patrimonio y de su proyección en nuestra sociedad.

Además, no se puede olvidar el cambio de carácter cualitativo respecto a la valoración de


los bienes culturales que se hace hoy día y que afecta a la concepción del patrimonio
cultural

2.4.1. Finalidad de la programación cultural

La programación cultural no es fruto del azar y la improvisación, sino que responde a una
intencionalidad y unas finalidades. Para su consecución, es necesario un proceso de
planificación que guíe esta intervención.

La programación cultural pretende dar forma a unos objetivos planteados inicialmente,


suponiendo el mayor nivel de concreción dentro de las fases de planificación. Estas
finalidades son, entre otras:

 Dar forma al máximo nivel de concreción en la planificación.


 Evitar la improvisación.
 Poner a disposición del usuario final la oferta cultural objeto de aplicación.
 Facilitar al usuario el contacto con la organización.
 Desglosar el abanico de posibilidades que responde a la implementación.
 Fomentar el desarrollo de alternativas culturales.

2.1.2. Fases de la programación cultural

En la elaboración y desarrollo de una programación, según Pérez Serrano (1993), hay que
pasar por cuatro fases:

 Fase de diagnóstico: detectar necesidades, establecer prioridades, fundamentar el


proyecto, delimitar el problema, localizar su desarrollo, revisar la bibliografía y prever
la población y los recursos.
 Fase de planificación: organización de recursos, establecimiento de roles y
responsabilidades. Básica para la consecución de objetivos.
 Fase de ejecución o implementación: intervención cultural en sí, aplicación de las
actividades y tareas planificadas.
 Fase de evaluación: incluye tanto la evaluación del diagnóstico como del proceso y
los resultados.

2.1.3. Elementos de la programación cultural

Dípticos, trípticos, cartelería, flyers.. Una programación cultural puede adoptar muchas
formas en función del público al que se dirija y de la oferta que proponga. No obstante, la
mayoría de ellos siguen un patrón que se puede definir (entre otros), con la siguiente
secuencia:

19
1. Denominación del programa.
2. Organizadores (denominación y forma de contacto).
3. Objetivos perseguidos.
4. Público al que se dirige.
5. Colaboradores o patrocinadores (si los hubiera).
6. Actividades que se van a desarrollar con su desglose de horarios y fechas.
7. Recursos humanos, materiales, espaciales y financieros.
8. Evaluación (cuando proceda)

2.5. La gestión cultural equipamientos e infraestructuras


El éxito de cualquier actividad, proyecto o programación cultural depende de que todos sus
elemento estén coordinados. Del mismo modo, deben adaptarse los equipamientos e
infraestructuras necesarios en su ejecución.

A continuación, se recorrerán los espacios y se identificarán los recursos necesarios para


alcanzar el éxito en las intervenciones.

Cualquier espacio puede ser ideal para una intervención cultural, pero siempre que se respeten los
criterios de organización y seguridad.

2.5.1. Espacios

En diversos contextos, suelen producirse intervenciones de carácter cultural tanto en


espacios culturales como en otros en los que la improvisación ha sido el punto de partida.

Entre estos equipamientos culturales se pueden diferenciar dos tipos:

1. Aquellos que albergan o ponen a disposición del usuario diferentes recursos,


suponiendo la realización o prestación del objetivo de estos. En este grupo se pueden
incluir bibliotecas, museos, teatros, cines, parques botánicos, etc. Todos se ponen a
disposición del usuario para que disfrute de una actividad concreta.

2. Aquellos que disponen de diferentes ubicaciones o de una separación interna, que dota
a la instalación de la posibilidad de crear distintos ambientes y albergar diversas
actividades. En este grupo se pueden incluir centros cívicos, palacios de fiestas y
congresos, aulas polivalentes, espacios socioculturales, etc.

Los espacios urbanos constituyen un recurso muy aprovechable para la gestión cultural

ESPACIOS IMPROVISADOS: Iniciativas para las que no han sido diseñados

 Aulas polivalentes
 Entradas de instituciones
 Salas de exposiciones
20
 Dependencias locales
 Ayuntamientos
 Parques
 Plazas
 Jardines
 Playas

EQUIPAMIENTOS CULTURALES: Iniciativas culturales concretas

 Teatros
 Salas de exposiciones
 Espacios socioculturales
 Centros cívicos
 Auditorios
 Cines
 Filmotecas
 Palacios de congresos
 Museos
 Casas de la cultura
 Exposiciones temporales
 Parques de ciencias

2.5.2. Recursos

Siguiendo a Ander-Egg, los recursos se entienden como el conjunto de elementos de


carácter material, humano o financiero que posibilitan el desarrollo de una acción
planificada.

En el modo en que se organizan y disponen los recursos es tan importante su cantidad


como su uso. Una adecuada organización maximizará su eficiencia.

Recursos materiales

Son imprescindibles, pues su carencia o déficit es un obstáculo para la acción


sociocultural. Por ello, hay que tener presentes las instalaciones necesarias, el material
fungible, el material audiovisual, deportivo, cultural..., así como equipos, instrumentos y
herramientas necesarias. Por su importancia, se presentan dos aspectos de estos
recursos: los estructurales y los instrumentales.

En relación con las infraestructuras, los siguientes factores son básicos y deben tenerse en
cuenta:

 Locales y lugares de tipo cultural (casas de la cultura, bibliotecas, galerías,


museos...).
 Espacios urbanos aprovechables (jardines, parques, monumentos, plazas.
 Locales de uso polivalente (escuelas, polideportivos, salones...).
 Espacios de uso corriente (casas particulares, garajes, bares, solares...).

21
Por lo que se refiere a los medios y útiles profesionales que canalizan y dinamizan más
eficientemente la participación de las personas, se pueden encontrar desde los más
tradicionales (pizarras, cartulinas, impresos, retroproyector...) hasta los más recientes
(internet, ordenadores, cañones multimedia, equipos digitales...). Todos ellos se
organizarán para:

 Aprovechar el carácter multifuncional de los espacios, adaptándose a las


características y finalidades de su uso.
 Fomentar un uso creativo de los mismos.
 Evitar su mal uso, derroche y deterioro.
 Crear oportunidades para la participación, protagonismo, creatividad, relación y
ampliación de posibilidades del usuario respecto de los demás y de su entorno.
 Que existan unas condiciones claras de uso y mantenimiento: horarios, cuadrantes
de uso y reserva, responsables, normas de mantenimiento, etc.

Recursos financieros

Se refieren a cómo se prevén los gastos del proyecto y qué institución o instituciones van a
financiarlo. Es necesario clarificar los siguientes elementos:

1. Modelo presupuestario que articula la intervención. El más habitual es el


presupuesto, basado en previsión de ingresos y gastos, aunque existen otras
posibilidades, como pre. supuestos por programas, partidas (personal,
actividades...), presupuestos de tiempo, espacio, materiales y productos (en
términos físicos en vez de monetarios), gastos de capital, etc.
2. Elementos que componen las fuentes de gastos e ingresos. Por un lado, el
material (fungible como papelería, duradero como equipos, fotocopiadora, etc.,
alquiler puntual para actividades concretas), personal, transporte, locales y
alojamiento, formación, imprevistos, etc. Y, por otro lado, los ingresos según
provengan de subvenciones públicas, patrocinadores o financiación propia a través
de socios o actividades.
3. Criterios para configurar el presupuesto. Flexibilidad, reflejo de gastos e
ingresos, previsión del flujo de caja y la liquidez, facilitar el control y la planificación
de la acción, coherencia con los objetivos, racionalidad en las asignaciones y ajuste
a las necesidades reales.

Recursos humanos

Consisten en dividir la cantidad y la calidad de las personas necesarias para la ejecución


de las actividades de la intervención cultural. Para mayor eficacia y eficiencia en su
aplicación, es conveniente conocer:

 Quién desarrolla cada actividad o tarea.


 El grado de preparación, titulación, experiencia y tiempo que dedicará a la tarea.
 La procedencia de los recursos humanos, especificando si los aporta la institución o
provienen del exterior.
 El grado de responsabilidad en el proyecto y la toma de decisiones.
22
 Otros aspectos, como la relación contractual, el salario, la identificación con la
institución o el establecimiento de una formación específica.

Los aspectos que hay que considerar en cualquier organización son:

 La estructura del equipo: si tiene carácter permanente o es para una tarea temporal,
el grado de autonomía y composición, las relaciones funcionales y de poder, las
áreas de trabajo y los canales de comunicación.
 La dinámica del grupo: se refiere al flujo interno de trabajo según concentre las
tareas o las distribuya, su carácter endógeno o de proyección y relación con el
exterior, su visión retrospectiva (detección de errores, evaluación, observación de
progresos...) o anticipatoria (previsión de dificultades, planificación...).
 La formación: tanto individual como colectiva, es un aspecto prioritario para la
mejora, consolidación y progreso de la tarea.
 La participación de cada miembro y del equipo.
 Las relaciones con otros equipos.

2.6. La gestión cultural y la Administración


2.6.1. La gestión cultural en España

Desde el Estado se otorga a la cultura una importancia social muy elevada, y la gestión
cultural se caracteriza por una participación y responsabilidad relevante del sector público.
Esta es común a todos los niveles de gobierno.

La Administración central tiene gran influencia en la cultura, y sus prioridades son la


conservación del patrimonio histórico, la promoción de las artes e industrias culturales, la
cooperación interministerial, la proyección exterior de la lengua y la cultura y la renovación
y el desarrollo de las grandes instituciones culturales.

Las administraciones regionales han sido objeto de un proceso de descentralización que


va desde la creación de estructuras de gestión y planificación hasta el desarrollo de
políticas culturales.

Por último, las administraciones locales han alcanzado un gran protagonismo y concentran
la mitad del gasto púbico en cultura.

2.6.2. La gestión cultural desde el Ministerio de Cultura

En el siguiente cuadro se establece una clasificación de las líneas de actuación respecto a


dicha gestión según su origen y sus funciones.

23
Líneas de actuación en gestión cultural del Ministerio de Cultura de España
 Herramientas para la Administración electrónica.
Administración electrónica y
 Acceso en la red a los procedimientos administrativos.
sociedad de la información  Sistemas informáticos.
 Conservación y fomento del patrimonio documental español.
 Difusión nacional e internacional del patrimonio documental
Archivos y de los archivos.
 Formación y asistencia técnica.
 Cooperación archivística nacional e internacional.
 Gestión directa de proyectos.
Artes escénicas y música  Colaboración con otras instituciones públicas y privadas.
 Convocatorias de ayudas.
 Cooperación y coordinación bibliotecaria.
 Desarrollo y modernización de los servicios bibliotecarios.
Bibliotecas
 Preservación y difusión del patrimonio bibliográfico.
 Creación y desarrollo de bibliotecas digitales.
 Fomento, promoción y ordenación de las actividades
cinematográficas y audiovisuales españolas en sus tres
aspectos de producción, distribución y exhibición.
Cine y audiovisuales  Difusión de la cinematografía española en el exterior.
 Recuperación, restauración, conservación y difusión del
patrimonio cinematográfico.
 Cooperación nacional e internacional.
 Cooperación internacional.
 Promoción y difusión de la cultura española.
 Formación de profesionales de la cultura.
Cooperación cultural
 Cooperación y comunicación con las comunidades
autónomas.
 Información y asesoramiento.
Estadística  Elaboración, explotación y difusión.
 Establecimiento de medidas de calidad.
Fundaciones  Información.
 Difusión.
 Promoción del libro.
Libro  Promoción de la lectura.
 Promoción de las letras españolas.
 Impulso y consolidación de la red de museos estatales.
 Adquisición, conservación, exhibición, investigación y
comunicación de las colecciones de los museos.
Museos  Promoción de los museos.
 Infraestructuras.
 Cooperación.
 Protección del patrimonio histórico.
 Enriquecimiento de las colecciones estatales.
 Inversión en patrimonio histórico.
Patrimonio histórico.  Coordinación y comunicación entre las comunidades
autónomas.
 Cooperación internacional.
 Conservación y restauración.

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 Investigación.
 Formación.
 Documentación.
 Difusión de la cultura y del patrimonio cultural.
 Promoción de la creación artística.
Promoción del arte  Formación en gestión de exposiciones.
 Colaboración con otras instituciones públicas y privadas.
 Información al ciudadano.
 Actuaciones legislativas.
 Comunicación.
Propiedad intelectual  Cooperación.
 Defensa y protección de la propiedad intelectual.
 Publicaciones.
Publicaciones, información y
 Información.
documentación  Documentación.

2.6.3. Normativa vigente

Un paseo por la cultura puede ser totalmente alternativo, pero todo se organiza y responde
a ciertas normas de obligado cumplimiento. Otras leyes disponen cómo debe llevarse a
cabo esa organización.

Como ya hemos nombrado anteriormente, estas son algunas de las normas (en orden
cronológico) que permiten comprender esta organización a nivel estatal:

 Constitución española de 1978, a través de su articulado, entre los que se pueden


nombrar los artículos 9, 10, 14, 22, 46, 48 y 149.
 Ley 16/1985, de 28 de junio, del Patrimonio Histórico Español.
 Ley 36/1994, de 23 de diciembre, de incorporación al ordenamiento jurídico español
de la Directiva 93/7/CEE del Consejo, de 15 de marzo, relativa a la restitución de
bienes culturales que hayan salido de forma ilegal del territorio de un Estado
miembro de la Unión Europea.
 Ley 23/2006, de 7 de julio, por la que se modifica el texto refundido de la Ley de
Propiedad Intelectual, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de
abril.

2.6.4. La gestión cultural en el ámbito internacional

Al hablar del interés por la cultura en general, se puede calificar como europeo siempre y
cuando presente una proyección que vaya más allá de lo local.

Uno de los objetivos que se persigue con esta iniciativa es lograr que, a través del turismo,
todos los europeos conozcan el patrimonio europeo y adquieran conciencia europea.

Sin embargo, no todo puede considerarse patrimonio europeo. La Comisión Europea exige
el cumplimiento de una serie de requisitos, entre los que destacan los siguientes:

1. Deben organizarse en torno a un tema europeo.


25
2. Tienen que respetar los valores europeos.
3. Han de ser comunes a varios países de la Comunidad Europea.
4. Tienen que ser desarrollados por un grupo de expertos de carácter multidisciplinar.
5. Deben ser representativos de la memoria, la historia y el patrimonio europeo.
6. Han de contribuir a la diversidad de una Europa contemporánea.
7. Tienen que prestarse al intercambio cultural y educativo para los jóvenes.

Al mismo tiempo, Europa presenta una serie de prioridades de actuación:

 Cooperación en investigación y desarrollo


 Turismo cultural sostenible
 Intercambios culturales entre los jóvenes
 Práctica cultural y artística contemporánea
 Valoración de la memoria, la historia y el patrimonio europeo

Existe un interés común por ofrecer una visión de conjunto de la Europa de hoy,
recuperando una historia, una formación intelectual y una identidad común de los
europeos, aprovechando la diversidad y la riqueza que guardan España y los países
vecinos.

El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (ICOMOS) es la única


organización internacional no gubernamental que tiene como cometido promover la teoría,
la metodología y la tecnología aplicada a la conservación, protección, realce y apreciación
de los monumentos, los conjuntos y los referidos sitios. Estos son los objetivos que
persigue:

a) Actuar como un foro internacional que ofrezca todo tipo de posibilidades para el
diálogo y el intercambio a los profesionales de la conservación
b) Reunir, profundizar y difundir información sobre los principios, técnicas, legislación y
políticas de conservación y salvaguarda.
c) Colaborar, en el ámbito nacional e internacional, en la creación de centros
especializados de documentación.
d) Fomentar la adopción y aplicación de las convenciones y recomendaciones
internacionales relativas a la protección, conservación, realce y apreciación de los
monumentos, los conjuntos y los sitios histórico-artísticos.
e) Participar en la elaboración de programas de formación de especialistas en
conservación.
f) Poner su red de expertos al servicio de la comunidad internacional.

En 1965, a instancias de la Unesco, se decidió la creación, en el seno de ICOMOS, de un


organismo internacional de documentación sobre conservación y restauración del
patrimonio monumental. Hoy día, este centro de documentación está abierto a todas las
personas e instituciones interesadas en la conservación del patrimonio histórico y se va
acrecentando cada vez más gracias a donaciones e intercambios de distinta procedencia y
a la Unesco, que deposita los expedientes del Patrimonio Mundial.

26
ICOMOS-España está integrado por profesionales de alto nivel, especialistas en la defensa
y conservación del patrimonio histórico cultural (miembros de reales academias,
catedráticos y profesores universitarios de distintas disciplinas, arquitectos, juristas,
arqueólogos, ingenieros, paisajistas, profesionales con destacada experiencia en la
Administración, historiadores del arte, filósofos, etc.). Además, colabora estrechamente con
la Administración central española, las comunidades autónomas, la Administración local, la
Iglesia, las universidades, los colegios profesionales y otras muchas instituciones públicas
y privadas.

2.7. La gestión cultural y los medios de comunicación


Los desarrollos tecnológicos actuales en medios de comunicación han sido factores
esenciales para la creación de cultura correspondiente a la civilización de masas La
multiplicación d medios v la extensión de sus mensajes han implicado un profundo cambio
en las bases culturales y antropológicas de la sociedad.

En la sociedad actual se ha desarrollado mucho el consumo de los medios de información


social como resultado, por un lado, de una amplia red de canales de difusión cultural y, por
otro lado, de unos recursos económicos y cantidad de tiempo libre cada vez mayor del que
disponen los individuos. Es necesario, por tanto, educar para el ocio y el tiempo libre.

Los medios de comunicación modernos han cambiado la experiencia de la sociedad con-


temporánea, incluyendo la organización social y la percepción humana por lo que se refiere
a cómo ver las cosas. Cada medio ejerce una serie de efectos sobre cómo trabaja la
mente, independientemente del contenido transmitido.

Es preciso el examen de los aspectos que configuran los medios de comunicación social y
al mismo tiempo, establecer conclusiones sólidas de dicha cuestión. Así:

a) Deben examinarse los efectos concretos que aportan a la sociedad la existencia y la


actuación de estos medios.
b) Debe tenerse en cuenta el sentido informativo que posee cada medio de
comunicación.
c) Deben considerarse los efectos que ofrece al ciudadano la instrumentalización,
objeto de aprendizaje.

Los medios de comunicación de masas suelen producir unos efectos ideológicos y culturales entre el público.
La televisión sirve para inculcar símbolos en la conciencia de los espectadores, produciendo una forma de
expresión cultural por los valores que transmite y, junto con el cine, difunde una forma de ser y de pensar,
transmitiendo normas sociales, ideologías.

2.8. La gestión cultural y las TIC


Las tecnologías de la información y la comunicación permiten disfrutar de la cultura desde
cualquier parte. Para ello, solo hay que conectarse a la red, salvando así cualquier barrera
geográfica, pues cualquier persona puede relacionarse con los demás a través de internet.
27
El continuo avance en las TIC provoca que cualquier organismo, empresa o entidad que
pretenda organizar algún programa cultural deba buscar la forma de mantenerse en
continua formación para informar de sus inquietudes a través de la red.

Algunas aportaciones que ofrece el uso de las TIC

 Acceso a la información sobre cualquier tema y cualquier formato


 Proceso de datos de forma rápida, sencilla y fiable
 Canales de comunicación para difundir cualquier información y contactar con
cualquier persona
 Almacenamiento de grandes cantidades de información en pequeños soportes de
fácil transporte
 Automatización de tareas a través de los periféricos
 Interactividad a través del software

Las nuevas tecnologías han modificado las formas tradicionales de construcción y


consumo de la cultura, pasando de las tradicionales publicaciones impresas, las salas de
cine, los discos y Casetes, las fotografías, etc., a una transformación de los mecanismos
de producción, almacenamiento, difusión y acceso a la información. Hoy se puede hablar
de internet, móviles, redes sociales... En resumen, de era digital.

 LA BIBLIOTECA UNIVERSAL: Es un inmenso almacén de información


 EL MERCADO GLOBAL: Es un vasto zoco o mercado de productos y servicios
digitales
 LAS REDES SOCIALES: Es un espacio público o ágora de interacción humana
 LA COMUNICACIÓN MULTIMEDIA Y AUDIOVISUAL: Es un escenario de
representación y expresión multimodal
 LOS ENTORNOS VIRTUALES INTERACTIVOS: Es un ecosistema artificial para la
experiencia humana

Al referirse a la gestión y promoción cultural, una de las herramientas TIC más utilizadas
son las redes sociales que millones de personas usan

El uso intensivo y cada vez más integrado de las TIC es una característica y un factor de cambio de la
sociedad actual en continua evolución.

28
FUENTE: https://unavidaonline.com/estadisticas-redes-sociales/
29
Resumen

 A lo largo de las últimas décadas, el disfrute de la cultura ha pasado de ser algo


elitista a abrir un amplio abanico de posibilidades para todos los públicos.
 Cualquier programación cultural requiere de una rigurosa planificación que de forma
a las intervenciones y ate todos los cabos sueltos en su organización.
 La organización de actividades culturales requiere de una serie de espacios y
equipamientos que garanticen su éxito. Cualquier falta de recursos o la inadaptación
de estos puede poner en peligro el programa organizado.
 Al igual que los espacios, dotar de los recursos necesarios a todas las actividades
que forman parte de la planificación garantiza el éxito. Los recursos humanos, mejor
calidad que cantidad y los recursos materiales deben ser prácticos, duraderos y
suficientes en número y los recursos financieros deben ajustarse al presupuesto
calculado inicialmente.
 Conocer los ámbitos en los que trabaja el Estado referidos a la cultura permiten
experimentar un mayor número de propuestas culturales.
 Saber cómo funcionan los medios de comunicación permite elegir las propuestas
más adaptadas al perfil y a las preferencias de cada persona.

Proyecto
Investigación sobre un centro cívico

Formaremos grupos dentro de la clase.

Cada uno de ellos investigará algún centro cívico de la localidad (si no hay ninguno,
localizad uno por internet). El trabajo de campo consistirá en conocer sus instalaciones, su
funcionamiento y las posibilidades del grupo de utilizarlo para alguna actividad.

Se trabajarán también las opciones laborales que puede tener un técnico en animación
sociocultural y turística en un centro cívico.

Todo ello se expondrá posteriormente en clase.

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