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Instituto de Estudios Superiores en Administración Pública

Maestría en Administración de Hospitales y Salud Pública.


BIOÉTICA

TRABAJO FINAL:
ANÁLISIS BIOÉTICO DE
LA PANDEMIA DE COVID

MTRA. ALICIA AMALIA KASSIAN RANK

María Magdalena Martínez Rojas.


Grupo 138 A.
5º. Trimestre.
ANÁLISIS BIOÉTICO DE LA PANDEMIA DE COVID.
La respuesta del gobierno mexicano a la pandemia se vio limitada por la transición
del Seguro Popular, que había sido sustituido por el Instituto de Salud para el
Bienestar (INSABI) y no contaba con infraestructura suficiente ni con reglas de
operación. También se había disminuido el presupuesto para salud, se puede decir
que el gobierno faltó a dos principios fundamentales en la ética de la salud pública:
el de protección y el deber de planear. El gobierno mexicano no cumplió con su
responsabilidad ética de planear con tiempo la respuesta pública a una pandemia
ya muy anunciada por los epidemiólogos desde por lo menos 2009, en que se dio
en México el brote de influenza A(H1N1).

Sin tener la idea de aplicar maleficencia a la población vulnerable, se observó lo


siguiente: Las medidas de confinamiento y de distanciamiento social han tenido
efectos nocivos particularmente en mujeres que sufren violencia doméstica, niños,
y migrantes.

Muchos casos de violencia doméstica y sexual contra las mujeres terminan en


embarazos no planeados ni deseados, Sin embargo, las condiciones de
emergencia sanitaria dificultan que las mujeres pudieran acceder a servicios
sanitarios públicos de aborto seguro; la pandemia ha orillado a las mujeres a
buscar abortos clandestinos con riesgo de su salud y de su vida, recursos
económicos y sanitarios que en circunstancias normales estarían destinados a la
salud de las mujeres, bajo la emergencia sanitaria se han desviado hacia el
combate a la pandemia.

Entre otras, en México distintas campañas de vacunación infantil se han


interrumpido, tratamientos oncológicos y terapias de rehabilitación se han dilatado
y en la mayoría de los casos suspendido. Pero tal vez los efectos negativos más
generalizados que ha tenido la pandemia sobre la población infantil y adolescente
sean los ocasionados por el distanciamiento social y el cierre de centros
escolares. Esto ha dificultado que se garantice el derecho a la educación
Si normalmente muchos sistemas de salud en el mundo trabajan con escasez de
recursos, una pandemia pone todavía más presión sobre ellos, forzando a
profesionales de la atención a la salud y a las autoridades sanitarias a tomar
decisiones que establezcan prioridades en el uso de esos recursos. Esta
priorización debe hacerse en varios niveles: en el nivel individual, por ejemplo, en
el triage en el que se le asigna un respirador mecánico a un paciente en un
hospital, en el nivel organizacional (por ejemplo, al establecer servicios prioritarios
dentro de un hospital), y en el nivel poblacional, por ejemplo, al priorizar a ciertos
grupos para vacunación.

Principio de Beneficencia:

Con el objetivo salvar vidas y reducir el impacto en el sistema de salud.

La beneficencia se aplica por el personal de salud con el fin común en el deber de


ayudar a los demás. Sobrevivir a la infección con el menor impacto posible en la
salud física y mental y en las actividades diarias y el tratamiento o medidas de
rehabilitación deben ser adoptadas inmediatamente y su eficacia será mayor y
mejor será el beneficio potencial.

Lamentablemente se presentó un déficit de recursos humanos tanto en el primer


nivel, como en el segundo y tercer nivel, ya que las autoridades de salud
mexicanas dieron una licencia especial para dejar de prestar servicios al
profesional de la atención a la salud que tuviera alguna de condición crónica, que
pudiera hacerlos susceptibles de riesgo para infectarse de SARS CoV 2 y padecer
complicaciones. En algunos debates públicos esta decisión ha sido cuestionada,
dado que mucha de esta gente contaba con altos niveles de especialización y con
mucha experiencia en el tratamiento de pacientes y en la protección de sí mismos
que los hace difícilmente sustituibles. Es difícil reemplazar a una intensivista o a
una anestesióloga con muchos años de práctica con médicos no especializados
que no cuentan con experiencia.
Esta situación afecta al personal de salud, y aquí el principio de beneficencia no se
aplicó, la sobrecarga de trabajo, las jornadas intensa y largas horas sin dormir,
aislamiento forzoso provocó que el personal se contagiará y en algunos casos
fallecieran.

Al inicio de la pandemia, los recursos materiales de protección para el personal


que tomaba las pruebas eran deficientes en calidad y cantidad, Cabe mencionar
que la cantidad de pruebas al día eran impresionantes.

Con el objetivo de reducir la cantidad de pacientes infectados complicados con


neumonía, se dio auge a la aplicación de vacunas, las cuales se aplicaron a
grupos vulnerables como son adultos mayores y personal de salud. Tengo que
mencionar que los niños fueron los últimos en ser beneficiados con las
inmunizaciones.

El diagnóstico y el inicio tardíos de un tratamiento, puede resultar en mayor


afectación sistémica por la enfermedad y peor pronóstico. Maximizar las
posibilidades de supervivencia del individuo y promover su autonomía y calidad de
vida son objetivos esenciales de un esfuerzo terapéutico que promueva el bien del
paciente de manera sistémica. En el escenario científico actual, no hay
justificación para guiar al paciente a soportar la enfermedad y buscar atención solo
cuando presenta un síntoma de gravedad, que es disnea.

Lamentablemente tratando de contener la pandemia, se solicito a la población


solamente acudir a las unidades de primer, segundo y tercer nivel con la presencia
de complicaciones, cuando nuestro sistema de salud quiere fomentar la
prevención, promovimos el aislamiento y provocamos alteraciones de la Salud
Mental.

Autonomía:

Respeto al paciente y al profesional de la salud.

Frente a la autonomía del médico para ejercer la medicina basada en la mejor


evidencia científica disponible y preceptos éticos centrados en el bien del paciente
y la experiencia profesional, el principio de respeto por el paciente evoca la
posibilidad de prescribir un tratamiento precoz, incluso si todavía no hay un
protocolo de carácter estable.

Recordemos que se ignoraba inicialmente la agresividad del virus en el ser


humano, se dio tratamiento establecido, pero realmente no nos guiamos por la
evidencia científica, ya que no la había, se aplicó conocimientos y experiencia,
realmente prueba y error. Se crea un vacío de información y pone en riesgo el
resultado de la atención médica, restringiendo la aclaración necesaria para una
toma de decisiones consciente y responsable por parte del paciente y el médico.

Por lo tanto, estar adecuadamente informado sobre las posibilidades terapéuticas


existentes basadas en los diversos niveles de evidencia consiste en una buena
práctica médica y es un derecho inalienable del paciente, del reconocimiento
necesario para el debido respeto a la dignidad humana. Descuidar el estudio
directo de la literatura científica en el contexto actual puede establecer una falta de
respeto al verdadero concepto de autonomía y lo que esta implica: el
esclarecimiento que precede al plan terapéutico a ser adoptado y el
consentimiento para su aplicación.

Durante la pandemia se debió establecer el consentimiento informado, por la gran


cantidad de fallecimientos, así como la ley de voluntad anticipada como parte del
protocolo de ingreso hospitalario de los pacientes.

Justicia:

Libertad de conciencia y bien de la sociedad.

Abarca expresiones y conceptos como equidad e igualdad.

Nuestro Sistema de salud tan fragmentado, no permitió que los pacientes pudieran
acudir a cualquier institución clínica pública, así mismo la poca existencia de
medicamentos a nivel público, hizo que aumentara el gasto de bolsillo y una gran
afectación económica a las familias mexicanas.

Durante la pandemia se tuvo que emplear los pocos recursos médicos en gente
que se beneficiará de ellos. Un ejemplo un joven de 20 años sin antecedentes de
enfermedades contra un adulto mayor de 75 años con diabetes mellitus,
insuficiencia renal y cardiopatía

Por eso, salvar la mayor cantidad de vidas posibles se suele combinar con otro
principio que también busca maximizar recursos: 2) utilizar los recursos
disponibles para maximizar el número total de años de vida o años de vida
ajustados por calidad. Aquí se trata de salvar a la gente que tiene la mayor
probabilidad de vivir más años en el mejor estado de salud posible. Si no hay
recursos suficientes, los que haya no se usarán para quienes tengan pocas
probabilidades de vivir más años en estado saludable. Sin embargo, se han
criticado estos principios porque no toman en cuenta a aquellos que están en peor
situación.

No maleficencia

Aplica en este principio la seguridad del paciente.

Los medicamentos de uso antiguo como la cloroquina, la hidroxicloroquina, la


dexametasona, la azitromicina, ivermectina y la nitaxozanida tienen su perfil de
seguridad y datos farmacocinéticos y farmacodinámicos conocidos desde hace
décadas. No obstante, si se usan incorrectamente, pueden generar efectos
colaterales y tienen el potencial de empeorar la condición de un paciente ya
debilitado. Por lo tanto, es necesario garantizar el acceso a la información para
que el uso de ciertos medicamentos sea más seguro, evitando impactos aún
mayores de la pandemia en el sistema de salud.

Durante la pandemia los médicos de instituciones publicas como privadas,


prescribieron en dosis altas y como recetas de cocinas a todos los pacientes, en
muchas ocasiones con excesivas dosis, causando efectos colaterales graves.

Olvidamos que existen pacientes con enfermedades graves y que necesitan el


servicio y lo suspendimos por dar prioridad a Covid 19. Muchos de los pacientes
con cáncer no recibieron su tratamiento con quimioterapia y radioterapia, que
pudieron ayudar en su curación.
CONCLUSIÓN.

Hay demasiada evidencia de que durante y posterior a la pandemia no se aplico


los principios de bioética, por lo cual se deberá capacitar a todas las instituciones
publicas y privadas en esta materia, que nos permitirá corregir en caso de nuevas
crisis de salud nacional e internacional.

Es necesario contar con documentos de normalización técnica específicos para la


atención de estas personas usuarias, en los cuales se promueva la equidad y la
igualdad, por lo que el “orden de llegada”, edad o condición de vulnerabilidad no
deben ser el único elemento por considerar para priorizar su acceso a servicios de
salud, ingreso o permanencia en hospitalización general o en las UCI.
Promover la atención y dedicación que requieran las personas con COVID-19, sin
olvidar la necesidad y la obligación de atender a otras personas con una
enfermedad de gravedad similar, pero de origen distinto al virus.

Promover la autorización institucional para implementar tratamientos o


indicaciones basados en la mejor evidencia científica disponible.

Aplicar protocolos o guías internacionales que promuevan la recopilación de datos


e información relevante para la posterior toma de decisiones clínicas y la gestión
de los servicios de salud

REFERENCIAS

León Correa F. Fundamentos y principios de Bioética Clínica, Institucional y Social. Acta Bioeth.
2009; 15(1): 70-78. 22.
Ministerio de Salud de Chile. Recomendaciones para los comités de ética asistencial en el apoyo de
toma decisiones éticas de los equipos de salud, en contexto de pandemia por COVID-19. Chile:
Ministerio de Salud; 2020.

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