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Para las mujeres hay aún trabajo por hacer

Carine Lai PUBLISHED : Viernes, 8 de Marzo de 2013

Carine Lai afirma que el cambiante perfil de las mujeres en Hong Kong muestra
muchas mejorías a lo largo de los años, pero también la omnipresencia de la brecha
de género

Si preguntases a un grupo de estudiantes universitarios si la desigualdad de género aún


existe en Hong Kong, las probabilidades son que respondan un contundente “no”. La
mujer joven de hoy ha experimentado poca discriminación abierta. Sin embargo, una serie
de reportes de Civic Exchange comisionados por The Women's Foundation muestran que
el género todavía importa.

Las mujeres sin duda han hecho un progreso inmenso. Las abuelas de las estudiantes de
hoy, gran parte de ellas nacidas en los 40's, vivieron en un mundo en que la poligamia era
legal y en que tener “mui tsai” (niñas esclavas) no era una práctica extinta.

Incluso en la generación de sus madres, no era poco común para las mujeres sacrificar su
educación en favor de sus hermanos. Las mujeres que hoy están alrededor de los
cuarenta años justamente lograron beneficiarse de la introducción de la educación gratuita
obligatoria en los años 70s, pero aquellas nacidas apenas unos años antes no la tuvieron,
con consecuencias de por vida que se ven reflejadas en las estadísticas de ingreso
actuales.

De acuerdo con el censo, luego de sacar el trabajo doméstico de la ecuación, la media de


ganancia mensual de los hombres de 40-49 años era 29% mayor que la de las mujeres en
el mismo grupo de edad en 2011. Pero, respecto a los hombres de 50-59 años, la brecha
de ganancia es de un 52% mayor.
La brecha salarial de género se hace más estrecha para trabajadores en sus treinta años,
y casi desaparece para quienes están es sus veintes. No obstante, esto posiblemente
refleja el hecho de que la gente joven trabaja en posiciones menores, y relativamente
exonerados de responsabilidades familiares. A medida en que pasa el tiempo, las
desigualdades probablemente resurgen. Los datos de educación y empleo reflejan que las
elecciones de materias y carreras universitarias están aún altamente estereotipadas, con
mujeres concentrándose en labores de “cuidado” tales como educación, trabajo social,
salud y servicios personales.

Las barreras de género hoy son más sutiles que evidentes. Reposan en estereotipos
sobre cómo deben comportarse los hombres y las mujeres, aquello que son buenas
haciendo y cuáles deben ser sus roles.

El sesgo de género permea nuestras presunciones sobre el mundo y tiene repercusiones


sobre la sociedad. Por ejemplo, sabemos que 25% de las mujeres en sus treinta dejan de
trabajar luego de casarse, mientras que la participación de los hombres en la fuerza
laboral incrementa ligeramente tras el matrimonio.

También sabemos que los hongkoneses están retrasando el matrimonio, lo cual ocurre a
los 28.9 años para las mujeres y a los 31.2 años para los hombres. Los treintas son ahora
la edad predilecta para tener hijos, si es que se tienen hijos (la tasa de fertilidad está entre
las más bajas del mundo, en 1.2 niños por mujer en 2011).

Sumado, esto dibuja un cuadro de una ciudad no amigable para las familias, que no le ha
dedicado espacio al llamado “trabajo femenino”, más allá de importar trabajadoras para
hacerlo.

Ahora se espera que las mujeres sigan carreras, mientras aún llevan la carga del trabajo
de los cuidados domésticos. Esto crea una inmensa presión para las mujeres,
especialmente si no tienen los medios para contratar ayuda doméstica. A medida en que
la población envejece y los padres se hacen más vulnerables, la carga sólo aumenta.

Si Hong Kong quiere solucionar sus temas de fertilidad y envejecimiento, debe empezar a
prestarle atención al tema género.

Carine Lai es gerente de Proyecto de Civic Exchange.

Este artículo apareció en la edición impresa de South China Morning Post con el título
Trabajo por hacer.

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