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2004

AÑO DE LA CONQUISTA
Introducción

Dentro de la familia de la Cruzada y el CENTI siempre se nos ha enfatizado el recordar en


nuestro caminar que somos llamados y apartados para el Señor. Como tales, la
mansedumbre, la sencillez, el hambre y sed por la palabra de Dios y la compasión por los
perdidos, deben ser características esenciales de nuestra vida.

Como llamados y apartados tenemos una visión clara que es la conquista del mundo para
Cristo. En ese caminar hacia el logro de este objetivo, Dios nos ha dejado instrucciones claras
a seguir, con el fin de llegar a todos con su palabra en esta generación.

Durante cuarenta años, a través de nuestro padre en la fe, Dr. Néstor Chamorro, el Señor
nos llevó en la marcha a la tierra prometida, nos enseñó y dejó pautas claras para seguir y
poseer dicha tierra.

En la Biblia encontramos el ejemplo de hombres que fueron comisionados por Dios para una
labor y recibieron de él dirección clara para lograr cumplir la tarea encomendada. En este
primer módulo de la Serie La Conquista, estableceremos a través del ejemplo de Josué, quien
recibiera de manos de Dios el ministerio de Moisés, esos pasos claves, que hoy también son
aplicables para lograr nuestra marcha del Jordán hacia la conquista de la tierra prometida: el
mundo para Cristo.
VISION ESPIRITUAL

Año de la Conquista

La multiplicación y el crecimiento como resultado de la bendición

En la mente de Dios siempre ha estado el deseo de bendecir. Esta es una constante promesa
que vemos en toda la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis.

“Bendecir”, viene del hebreo “barach”, que significa “saludar, felicitar, agradecer,
arrodillarse”. En tiempos del Antiguo Testamento, las personas se arrodillaban, ya fuera ante
Dios, o ante el trono del rey, para recibir una bendición o al disponerse a hablar. Desde la
perspectiva divina, Dios es el que bendice, el que nos prepara para vivir una vida plena y
abundante.

La primera acción de Dios el Creador con el hombre recién creado fue bendecirlo: “Y los
bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en
los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra.” (Génesis 1:28). De esta manera, se demuestra que el hombre y toda la creación
dependen de Dios para su continua existencia y multiplicación. La bendición, entonces, trae
implícita la fructificación.

1. La bendición en los comienzos

Desde la creación, Dios siempre ha bendecido todo. Desde un inicio, la orden fue:
“Fructificad y multiplicaos”. No está en el plan de Dios ningún tipo de esterilidad ni de
improductividad para el hombre. Si estamos bajo la bendición de Dios, de cualquier
manera seremos multiplicados, pues la bendición siempre lleva consigo la fructificación.

 Respecto a la creación: “Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y


llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.” (Génesis 1:22)
 Respecto del hombre: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad
la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Génesis 1:28)
 Se renueva para Noé la primera bendición: “Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les
dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.” (Génesis 9:1). Dios les aseguró a Noé
y a sus hijos su benevolencia y sus buenas intenciones para con ellos.

2. La Bendición antes de la ley

La bendición es el elemento central del pacto de Dios con Abram: “De cierto te bendeciré,
y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la
orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente
serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.” (Génesis
22:17-18).

La bendición de Dios en este caso se dirige a todas las naciones, a través de Abraham y
su simiente, que es Cristo. Queda bien claro, que la iniciativa de la bendición proviene de
Dios; Abraham y su simiente son el instrumento de esa bendición.

Dios nos llamó a dejar una descendencia bendecida y un legado. Ese es el gran ejemplo
que nos dejó nuestro padre en la fe. Él siempre entendió que sólo Dios puede multiplicar.

A Isaac se le confirma la bendición: “Habita como forastero en esta tierra, y estaré


contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y
confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como
las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones
de la tierra serán benditas en tu simiente.” (Génesis 26:3-4).

La bendición se extiende a Jacob a través de Isaac: “Y el Dios omnipotente te bendiga, y


te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé la
bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que
moras, que Dios dio a Abraham.” (Génesis 28:3-4). Entraron a Egipto con Jacob 70
personas, y después de 200 años eran 603.500 (hombres de guerra), según el libro de
Números, sin contar los menores de veinte años, mujeres y otros hombres no aptos para
la guerra.

Éxodo 1:7: “Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y


fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.” Cuatro cosas que son cumplimiento
del pacto Abrahámico.

3. La bendición dentro de la ley

La palabra de Dios se cumple en cualquier tiempo y época. Dios no cambia, y durante la


ley de Moisés, una vez más se ratificó su bendición.

 Israel fue escogido para ser un pueblo especial: “Porque tú eres pueblo santo para
Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que
todos los pueblos que están sobre la tierra.” (Deuteronomio 7:6)
 Escogido para ser bendito y hacerlo fructificar: “Y te amará, te bendecirá y te
multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu
mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró
a tus padres que te daría.” (Deuteronomio 7:13)
 Fruto de obedecer vendría la multiplicación: “Cuidaréis de poner por obra todo
mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y
poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás
de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el
desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habíais
de guardar o no sus mandamientos.” (Deuteronomio 8:1-2)
 A pesar de la dureza y la rebeldía del pueblo, los bendijo: “No pienses en tu corazón
cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me
ha traído Jehová a poseer esta tierra: pues por la impiedad de estas naciones Jehová
tu Dios las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus
padres Abraham, Isaac y Jacob. Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová
tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú.”
(Deuteronomio 9:4-6).

4. La bendición en el Ministerio del Señor Jesús

 El Señor inició su ministerio con 12 discípulos (Lucas 6:13)


 Luego envía a misión a los 70, los cuales son distintos a los doce iniciales (Lucas 10:1)
 En el aposento alto se habla de 120 (Hechos 1:15)
 Pablo habla de los 500 que le vieron resucitado (1 Corintios 15:6)
 Entre los 12 y los 70, podemos hablar de un año
 Entre los 70 y los 120, podemos hablar de un año
 Entre los 120 y los 500, podemos hablar de un año
 Podríamos concluir que el crecimiento que tuvo el ministerio del Señor Jesús fue entre
el 200% y el 500% respecto al año anterior (un crecimiento ponderado)

5. La bendición en nuestros días para la conquista (Juan 15:1-17)

La vid es una planta prolífica que se reproduce abundantemente. Una sola vid produce
muchas uvas. En el Antiguo Testamento, las uvas simbolizan la capacidad de Israel para
llevar fruto haciendo la obra de Dios en la tierra (Isaías 5:1-7)

5.1 El Padre como labrador (Juan 15:1)


En el nuevo Testamento, Cristo es la vid (raíz que sustenta las ramas) y Dios es el
labrador (quien siembra y cuida los pámpanos, para hacer que lleven fruto)

5.2 El que no lleva fruto, será quitado (Juan 15:2)


Los pámpanos fructíferos son los verdaderos hijos de Dios, que, mediante su unión,
viven con Cristo y llevan mucho fruto. Los que se tornan improductivos, los que se
comprometen superficialmente, serán separados de la vid. ¿Por qué? Porque se
rehúsan a permanecer en la vid. Ser improductivos es como estar muertos, por lo cual,
serán cortados y echados fuera. Nuestra preocupación por los discípulos no debe ser el
fruto, sino buscar que permanezcan en la vid (Juan 15:4-5)

5.3 El que lleva fruto, será limpiado (Juan 15:2)


Al que da fruto, buen fruto o demasiado fruto, hay que limpiarlo; necesita ser limpiado
y pastoreado. Jesús establece la diferencia entre los tipos de poda:
 Quitar: Las ramas que no llevan fruto se quitan del tronco, porque no sólo son
inútiles sino que a menudo afectan el resto del árbol; son cortados del poder
vitalizador de Cristo
 Limpiar las ramas: Las ramas que llevan fruto se limpian, a fin de promover el
crecimiento. Dios a veces tiene que disciplinarnos, para formar nuestro carácter y
fortalecer nuestra fe. Esto es parte del amor de Dios, y lo hace para vernos más
realizados cada día.

Al que da resultados no se le puede dejar solo, o quieto (por el hecho de estar


produciendo), sino que debe ser pastoreado, para que dé más fruto. Si el discípulo no
es cuidado, lo estamos preparando para el estancamiento.

5.4 La clave del fruto es permanecer (Juan 15:6)


El objetivo no es el fruto sino permanecer y llevar a otros a que permanezcan en la
Vid. Así se obtiene el fruto. Permanecer tiene que ver con una vida de comunión y
obediencia a los mandamientos de Dios.

5.5 La efectividad de la oración está ligada a la permanencia en Jesucristo (Juan 15:7)


Cuando mantenemos comunión íntima con Cristo, y sus palabras controlan nuestra
conducta, todo lo que pidamos será hecho, porque siempre lo haremos de acuerdo con
su voluntad. De esta manera, la eficacia de la oración está conectada con el fruto, y el
fruto depende de la comunión con el Señor Jesús.

5.6 La conquista tiene dos objetivos (Juan 15:8)


 Glorificar a Dios
 Llevar mucho fruto
Separados de Cristo, nuestros esfuerzos no llevan fruto. Necesitamos ser
alimentados día a día de la vida que ofrece Cristo.
Dios nos ha hecho para que llevemos fruto:
 Está el fruto del carácter cristiano (Gálatas 5:22-23)
 Está el fruto de discipulado (Juan 15)
Ambas manifestaciones de fruto vienen como consecuencia de permanecer en
Jesucristo (la vid). Los frutos vienen de una semilla, la cual debe ser sembrada.
Muchos se quedan con la semilla y no la siembran, por lo tanto, ésta se seca tarde
o temprano.

5.7 La diferencia entre el fruto y los dones del Espíritu Santo


Se hace necesario diferenciar entre el fruto del Espíritu Santo y los dones del Espíritu
Santo.
 Los dones son habilidades impartidas al cristiano desde fuera, mientras el fruto del
Espíritu Santo (singular) son cualidades del carácter, que se manifiestan desde
dentro y se proyectan hacia fuera
 Los dones son diferentes en cada creyente. Las nueve manifestaciones del Espíritu
Santo se dan siempre juntas
 Los dones capacitan, pero no santifican; la presencia de los dones no es sinónimo
de santidad. La santidad está asociada con el permanecer en Cristo
 Independiente de los dones que el Espíritu Santo nos dé, todos debemos llevar
fruto y, además, enseñar a sembrar y a dar fruto
5.8 Avivamiento, es tener el mismo número de hombres y mujeres en discipulado.
La palabra de Dios debe crecer en los discípulos y éstos se deben multiplicar. Al estilo
de la primera iglesia, estamos llamados a aumentar grandemente el número tanto de
hombres, como de mujeres. “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran
número así de hombres como de mujeres”. (Hechos 5:14)

En el libro de los Hechos, había multiplicación, porque la palabra del Señor crecía en
los pámpanos y en los discípulos:
 “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba
grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.”
(Hechos 6:7)
 “Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia.” (Hechos 13:49)
 “Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día.”
(Hechos 16:5)
 “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.” (Hechos 19:20)

Aplicación Teoterápica

La bendición ya está determinada y dispuesta por Dios desde el momento mismo de la


creación. Somos benditos para ser multiplicados, para crecer y para fortalecernos. La
condición ya está dada, y es la permanencia y la obediencia.

Siguiendo esta tarea constante de Fructificación y Multiplicación en la Biblia, nuestro objetivo


como siervos de Dios es permanecer en Cristo (la vid), y dejar una gran descendencia.

El “Año de la Conquista” no puede ser simplemente un lema de nuestra Familia en la fe. La


conquista no es nuestra elección, sino elección de Dios, e implica:
 Una mentalización
 Una obligación
 Un compromiso

Hay muchas cosas que atentan contra la conquista. Existen ramas en los árboles que no dan
sino hojas; son verdes y bonitas, pero no dan fruto. Por alguna razón se han resignado y
están estancadas.

Necesitamos, hoy, evaluar por qué no es realidad Éxodo 1:7 y Juan 15 en nuestras vidas, y
cuál es la causa del estancamiento. En la Biblia no está contemplado el perder, o el
mantenerse. Esto es catalogado en la parábola de los talentos, como negligencia y maldad
(Mateo 25:14-39)
 El nivel crítico en la Cruzada Estudiantil y el CENTI es el distrito
 La persona crítica en la Cruzada Estudiantil y el CENTI es el Director Distrital
 El Director Divisional y el Asesor tienen una exclusiva función: Ser facilitadores.
LOS 40 PASOS PARA LA CONQUISTA

Josué y el pueblo de Dios recibieron instrucciones precisas para tener éxito en la conquista.
Estas características se desarrollan en aquel que verdaderamente actúa como Agente de
Cambio.

Los siguientes 40 puntos deben ser una realidad en nuestras vidas, si queremos participar de
la etapa de la Conquista en la que ahora se encuentra nuestra familia en la fe:

1. Todo lo que acontece en la vida de un agente de cambio, es para que se cumpla la


profecía (Josué 1:1-3)

Este primer paso no es nuevo; fue compartido por nuestro padre en la fe, Néstor
Chamorro Pesantes, cuando enfatizaba que “una de las marcas del agente de cambio es
que todo lo que acontece en su vida, es para que se cumpla la profecía.” En otras
palabras, todo lo que ocurre en su vida – en el día a día – desde su levantar hasta su
descansar, está dentro de los propósitos y la voluntad soberana de Dios. El Agente de
cambio que Dios forma en la marcha cual Moisés, no se queda en el desierto esperando
de manera pasiva que: “se cumpla la voluntad de Dios.” Por el contrario, éste sabe que
él es el instrumento llamado y escogido por Dios para que se cumpla su Palabra en y a
través de su vida.

La palabra de Dios, en Deuteronomio 34:6, enfatiza que el lugar de la sepultura de


Moisés no fue conocido. Hay dos razones fundamentales que deducimos tanto de los
libros que describen la marcha (Éxodo hasta Deuteronomio), como del escrito por Josué:

o El pueblo de Israel era muy inclinado a la idolatría, la cual era (y es) pecado. Muy
seguramente, de saberse la ubicación de la sepultura de Moisés, el pueblo convertiría
dicho lugar en sitio de culto e idolatría hacia un hombre
o No olvidemos que en múltiples ocasiones el pueblo de Israel contra la voluntad de
Dios y de Moisés, en abierta rebeldía, quiso y planeó detenerse y volver nuevamente
a Egipto. Imaginemos lo que pasaría si supieran el lugar de la sepultura de quien fue
su líder durante cuarenta años, es escalofriante. Sin duda alguna, esto se hubiera
convertido en el pretexto perfecto para detenerse y no avanzar. Muy seguramente,
alrededor o muy cerca al lugar de dicha sepultura hubieran construido una ciudad
para permanecer en ella. Y... ¿La tierra prometida? ¿La conquista? ¿Qué pasaría con
la promesa de Dios?

De tiempo atrás nuestro padre en la fe nos pidió que el día que Dios se lo llevara a su
casa, su cuerpo fuera cremado. Cuando cumplimos su deseo a este respecto,
comprendí por qué Dios puso en su corazón que fuera así. Él nunca hubiera
permitido que el lugar de su sepultura se convirtiese en objeto de múltiples visitas y
peregrinaciones. Por el contrario, sus cenizas fueron un pretexto perfecto que Dios
utilizó para nuevamente enfatizarnos su mandato: La Gran Comisión. Nuestro líder,
mientras Dios lo mantuvo con nosotros, nos ordenó que, una vez cremado, sus
cenizas fueran esparcidas por sus hijos en la fe en el mar de la Galilea, donde nació
la Gran Comisión.

Hasta último momento, todo lo que aconteció en la vida de nuestro padre en la fe,
sucedió para que se cumpliese la profecía. Así como Moisés fue el profeta que Dios
levantó en tiempos de Faraón (Deuteronomio 34:10-11), así mismo el Dr. Néstor
Chamorro fue el profeta que Dios dio al mundo a finales del siglo XX y a comienzos
del siglo XXI.

Al igual que Moisés, su ministerio se extendió durante cuarenta años; que fue el
tiempo de la marcha por el desierto al igual que Moisés, Dios se lo llevó justo antes
de la conquista.

La marcha, para nuestro padre en la fe, se inició el 2 de noviembre de 1963, fecha


en la cual fundó la Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia y el Centro
Internacional de Teoterapia Integral (CENTI). Así como el punto de partida de la
conquista fue la muerte de Moisés, así mismo, el inicio de esta nueva etapa de la
familia de la Cruzada y el CENTI ha sido la partida a su hogar de nuestro padre en la
fe. Él marchó delante y al lado nuestro durante 40 años; ahora, nos corresponde dar
el siguiente paso, el cual es ineludible e indiscutible: la Conquista del Mundo para
Cristo.

Nuestro padre en la fe se consideró y vivió como un ciudadano del cielo. Siempre nos
enseñó que nuestra herencia era Dios, que debíamos vivir según las costumbres del
cielo, y no pegarnos a nada en la tierra.

Por lo tanto, en nuestro cálculo de tiempo, como ciudadano que él era del cielo, le
vamos a aplicar el tiempo, según el cielo:
 Según Apocalipsis 11:2; 13:5; 12:13-14; 11:3; 12:6 y Daniel 7:24-25:
- 3.5 tiempos = 1.260 días = 42 meses
- 1 año profético = 360 días
Si el Dr. Chamorro hubiera sido un ciudadano común, no se le contaban los años
proféticos; pero él era un profeta y, por lo tanto, se toman los años proféticos para
su vida.
- Inicia la marcha el 2 de Noviembre de 1963
- Año 1963: son 60 días, del 2 de Noviembre al 31 de diciembre

1964 1974 1984 1994


1965 1975 1985 1995
1966 1976 1986 1996
1967 1977 1987 1997
1968 1978 1988 1998
1969 1979 1989 1999
1970 1980 1990 2000
1971 1981 1991 2001
1972 1982 1992 2002
1973 1983 1993
- De 1964 a 2002, son 39 años x 365 días: 14.235
- Año 2003: son 95 días, así:

Enero: 31 días
Febrero: 28 días
Marzo: 31 días
Abril: 4 + 1 (sepultura) 5 días_
Total 95 días

Ahora sumaremos los años bisiestos, que son cada 4 años. En total, 10 años
bisiestos, luego, se aumentan los 10 días más.

La Sumatoria total es:


60 (días de 1963)
14.235 (días de los 39 años)
10 (días de los años bisiestos)
95 (días del año 2003)
Total: 14.400 / 360 (Año profético) = 40 años

El punto de partida de la Conquista es la muerte del profeta. Estuvo con nosotros 40


años proféticos.

2. En la conquista, el Agente de Cambio obedece y sigue las instrucciones dadas por el


profeta (Josué 1:5, 7, 13; 3:7; 4:10, 12, 14; 8: 32, 35; 9: 24; 11:12, 15, 20, 23; 14:2, 5,
9; 17:1; 20:1, 2; 21:2, 8; 22:2, 4, 5, 9; 23:6)

 Lo que llevó a Josué a alcanzar el éxito, fue que hizo todo aquello en lo que fue
instruido por parte de Moisés. Los mandamientos y promesas dados por Dios a
Moisés no murieron con él; por el contrario, se cumplieron y ejecutaron a través de
Josué. Mientras muchos hijos de Dios se inventan nuevas fórmulas e interpretan a su
acomodo la voluntad de Dios para esta familia, expresada en su Palabra, Josué nos
enseña que en la conquista, el camino excelente – aquel que me lleva a dicho fin - es
el obedecer y el seguir las instrucciones dadas por Dios al profeta
 Durante 40 años Dios dio a esta familia de la Cruzada y del CENTI unos fundamentos
conceptuales basados en la visión de conquistar el mundo para Cristo. No hay que
inventarse algo nuevo, ya todo está dado
 Aunque muchos obedecen, muy pocos siguen instrucciones. Nuevamente hay que
enfatizar que la interpretación impide el cumplimiento de la voluntad de Dios en y a
través de mi vida: El camino fácil y cómodo es hacer lo que yo quiera, y como yo
quiera. Pero el obedecer y el seguir instrucciones es sólo para los esforzados y los
valientes; no para los fracasados y mediocres, ni para los rebeldes e inseguros.
Cuando Moisés murió, Dios le ordenó a Josué (1:7-9):
o Esfuérzate para cuidar de
hacer conforme
a toda (no lo que
Josué escogiera o Consecuencia:
quisiera) la ley que
mi siervo Moisés te 1. Serás
mandó (es decir, prosperado
obedecer) en todo
o Sé muy No te apartes de 2. Yo (tu Dios)
valiente esta ley ni a diestra estaré
ni a siniestra (sigue contigo
instrucciones)
Mantente firme.

 Una y otra vez Dios le reitera a Josué que así como estuvo con Moisés, estaría con
él. Al fin y al cabo, Josué había sido testigo fiel de la manera como Dios amó,
respaldó y usó a Moisés. ¿Qué más promesa necesitaría Josué? Aquellos que
presenciamos la obra sobrenatural de Dios en y a través de la vida de quien fue
nuestro pastor, sabemos que si Dios nos respalda como lo hizo con él, la conquista
está garantizada. Dios sólo nos demanda y ordena a cada uno: “Esfuérzate y sé
muy valiente ...”

3. En la Conquista, el Agente de Cambio desconfía de sí mismo, pero confía plenamente en


Dios y en su Palabra (Josué 1:3, 5, 7; 10:8; 11:6)

 Continuamente Dios exhorta a Josué a no tener temor de los hombres, del futuro, de
las circunstancias, ni de los desafíos. Josué sabía que cumplir el mandato de la
conquista no sólo era difícil, sino imposible
 Durante la marcha, mientras Moisés vivía, se había demostrado que Josué era un
varón muy valioso para Dios y para Moisés. Junto a Caleb, Josué no era un hombre
del montón. Pero de manera sorprendente y paradójica, encontramos que Josué era
un hombre temeroso ¿Temeroso de qué? ¡De confiar en sus propias fuerzas! De creer
que separado de Dios podía derrotar ejércitos, tomar pueblos y conquistar. Josué era
muy temeroso de apartarse, así fuera un centímetro, de los mandatos que Dios le
entregó a Moisés. Por eso, una y otra vez Dios le recuerda y reitera las promesas
dadas a su siervo Moisés.

4. En la conquista, la unanimidad en el Espíritu y la disciplina militar son fundamentales


(Josué 1:16-18)

 La unidad no es producida por el hombre sino por el Espíritu


 Sin unidad no hay conquista; sólo a través de ésta, podremos alcanzar el mundo para
Cristo (Juan 17:23)
 La unidad siempre es en torno a Dios dentro de un liderazgo. Bien lo resumía el rey
Josafat: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y
seréis prosperados.” (2 Crónicas 20:20)
 La unidad nos lleva a ser Agentes de Cambio. El Agente de Cambio no actúa como
una isla independiente sino dentro del contexto de familia, sabiendo que, aunque el
cuerpo es uno, tiene muchos miembros
 La unidad nos lleva a la victoria y a la conquista. Tal fue el caso de Débora y Barac al
derrotar los ejércitos de Sísara (Jueces 4:8-9). Así mismo, observamos que los 300
soldados de Gedeón derrotaron a los miles actuando unánimes, con disciplina militar,
bajo el mando de Gedeón (Jueces 7:17-18). Igual podríamos mencionar el caso de
los renombrados valientes de David (2 Samuel 23:8-39; 1 Crónicas 12:1-40)

5. El Agente de Cambio, en la conquista, se levanta muy temprano (Josué 3:1; 6:12; 7:16;
8:10)

 Al igual que en la marcha, durante la conquista, el Agente de Cambio se levanta muy


temprano porque para él es imperativo y una necesidad tener intimidad con Dios, y
estar con él, cara a cara
 Antes de planear el día y trabajar, el Agente de Cambio aparta un valioso tiempo, a
primera hora, para estar a solas con su Padre
 El no hacerlo, me llevará a la desnutrición espiritual y, por ende, a no disfrutar de
Dios ni del ministerio el cual he recibido de él. La conquista se convierte en algo
rutinario y en una carga, la cual me llevará a perecer en el camino
 El hacerlo diariamente, como Jesucristo lo hizo (Marcos 1:35), me llevará a
“esforzarme y ser muy valiente”. El no hacerlo llevará mi esfuerzo a ser inútil,
improductivo y frustrante.

6. En la conquista, vamos a pasar por lugares nunca antes recorridos (Josué 3:4)

 “Dios nos llevará de gloria en gloria”, decía nuestro pastor; también repetía, “lo mejor
está por venir”. ¿Usted lo cree? Nosotros, sus hijos, no solamente lo creemos, sino
que estamos convencidos de ello
 Los cimientos de la conquista fueron echados en la marcha. Sobre esos fundamentos,
nuestro padre, como pilar, como apóstol y profeta (Efesios 2:20), edificó, sabiendo
que el crecimiento lo da Dios. Sin embargo, este edificio aún no ha llegado a su
límite. En la conquista hemos de edificar mucho más de lo que se construyó en la
marcha; hemos de llegar a ciudades, países y pueblos nunca antes recorridos; hemos
de llenar estadios que nunca hemos ocupado y escenarios que el mundo nunca ha
colmado; hemos de llegar a conquistar democracias locales, regionales y nacionales
con hombres y mujeres de Dios
 El querer mantener el “status quo” por parte de muchos siervos de Dios, basado en
la inseguridad y el miedo ante lo desconocido, será un factor fundamental ante lo
cual tendremos que lidiar en la Conquista. Pero, la conquista es algo irreversible e
incuestionable, la cual se hará únicamente con los esforzados y valientes. Aquellos
que orgullosamente nos llamamos hijos en la fe del Dr. Néstor Chamorro, aprendimos
de él a pedirle a Dios: “Entrégame el mundo o me muero”. Si usted se resiste a ello,
pues vive lleno de miedos, de manera calculada, siendo de vergüenza para sus hijos;
sepa algo: la conquista se hará con o sin usted. ¿Cuál es su repuesta a Dios y a esta
familia? Si es afirmativa, crea firmemente, sin doblez de corazón, que el Señor estará
con usted todos los días, hasta el fin del mundo, y que él lo hará prosperar.

7. En el camino a la conquista, hay que santificarse (Josué 3:5)

 En la palabra de Dios lo santo involucra lo apartado, separado o consagrado a Dios.


Cuando Josué le dice al pueblo que debe santificarse, es de entenderse que Dios es
el que me escoge y me santifica o aparta para él. Me corresponde entonces
comprender y vivir la santificación. Si soy santo, entonces soy único y singular para
Dios.
 El santificarme es reconocer a Dios en su santidad; yo soy santo sólo porque Él es
santo. Sólo en Cristo me puedo santificar. Al fin y al cabo la voluntad de Dios es
nuestra santificación (1 Tesalonicenses 4:3), es decir, que seamos conformados a la
imagen de Jesucristo (2 Corintios 3:17-18), y hagamos su voluntad
 Dios santificó su propio nombre al cumplir en su pueblo su propósito (Ezequiel 36:23;
Isaías 29:23). ¡Qué bendición tan grande! Usted y yo, como pueblo de Dios, como
iglesia y como familia, provocamos que el Padre se santifique cuando cumplimos la
voluntad del Hijo, que es la suya propia
 La santificación es el estilo de vida del Agente de Cambio. He de santificarme
momento a momento y segundo a segundo, todos los días de mi vida. El santificarme
me lleva a tener y experimentar una identidad con sentido.

8. En el camino a la conquista, los sacerdotes van delante y dan ejemplo de fe (Josué 3:6)

 En el camino se observa que el primer obstáculo no fue el muro de Jericó sino el río
Jordán. Dios ya tenía en mente obrar sobrenaturalmente para que Josué y su pueblo
cruzaran y vencieran el río. Sin embargo, Dios actuaría únicamente cuando los
sacerdotes le creyeran a Dios y a Josué. Fue así como el río se detuvo ante el acto de
fe de los sacerdotes
 Los sacerdotes irán siempre adelante, mostrando el camino y siendo ejemplo de fe.
El sacerdote no dice “vayan”, sino “Vamos, pero yo voy delante.” El sacerdote por su
llamado y condición, debe estar dispuesto a pagar el precio de abrir el camino. De ahí
que el sacerdote depende totalmente de Dios, no sólo en su provisión material, sino
en su diario caminar hacia la conquista. El día que no sea así, el sacerdote perece; no
por las circunstancias y obstáculos (el río Jordán), sino por rehusarse a seguir las
instrucciones del escogido de Dios y a vivir por fe.

9. El Agente de Cambio no hace lo bueno, sino aquello que lo lleva a cumplir el objetivo
(Josué 3:16)

 Dentro del contexto geográfico en el cual estaba Josué y el pueblo, resalta el hecho
que cruzaran el río por el lugar que lógica y humanamente, era el menos adecuado.
Cuando Josué dio la orden de cruzarlo, estaban muy cerca de la desembocadura de
éste en el mar Muerto, o sea en el delta. Este es el lugar más ancho, más inseguro y
más peligrosos del río. Si hubieran caminado un poco más al norte, con seguridad
hubieran encontrado una locación más segura para atravesar el río
 Josué no se dejó llevar por la lógica ni por su propia sabiduría. Podríamos deducir
que Josué era un torpe y fatuo para los hombres, pero sabio para Dios. Al fin y al
cabo, el éxito no radicaba en su astucia sino en la obediencia y en seguir instrucción.
Josué sabía que si algo salía mal el problema era de Dios y no suyo. Por eso, en el
camino a la conquista, hemos de dirigirnos en línea recta, sin distraernos en
discusiones buenas, ni vanas, pues ambas nos evitan llegar al objetivo.

10. En la conquista, se sigue instrucción con prontitud (Josué 4:10)

 Hemos enfatizado que el obedecer no es suficiente; hay que seguir instrucción.


Muchos siervos obedecen a Dios a su estilo. Por ejemplo, saben lo que tienen que
hacer pero no lo ejecutan pronto (no siguen instrucción). Josué no conocía la palabra
“cuándo”. Para el Agente de Cambio y para aquel que sigue instrucción, el “cuándo“
es “ya” y “ahora”. ¿Qué hubiera ocurrido si Moisés no hubiera hablado a Faraón
cuando Dios se lo ordenó? ¿Qué tal que David no hubiera enfrentado a Goliat cuando
lo hizo? ¡Si Juan el Bautista no hubiera iniciado su ministerio cuando Dios así lo quiso,
nuestro Señor Jesucristo no hubiera podido iniciar el suyo! ¿Qué hubiera pasado si en
el jardín de Getsemaní nuestro Señor le hubiera dicho al Padre que haría su voluntad,
pero un poco después? Usted estaría perdido y muerto en sus pecados. A Dios hay
que decirle siempre sí y ahora
 El esperar ya no es una opción en la conquista, pues éste es síntoma de inseguridad
y de falta de fe. El hacer lo que debo en mi tiempo y a mi manera es obedecer pero
sin seguir instrucción. Josué y el pueblo, no sólo cruzaron el río, sino que lo hicieron
con prontitud y con prisa.

11. En la conquista, siempre hay un “Gilgal” (Josué 4:19)

 Gilgal era un campamento que estableció el pueblo de Israel al occidente del río
Jordán, después de cruzarlo. Este lugar fue usado temporalmente por Israel como un
punto de partida para marchar hacia las grandes guerras y un punto de regreso de
éstas. Así mismo, Gilgal sería un lugar de reposo y donde trabajarían la tierra para
comer de ella
 En Gilgal, el pueblo se circuncidó y se celebró la Pascua. Fue allí donde se le apareció
a Josué el varón de Dios con la espada desenvainada
 En este lugar, el pueblo puso sus tiendas; nunca se pensó siquiera en construir una
ciudad permanente en este lugar. A pesar de ser un lugar de paso, su tierra era rica
y fértil, y, por lo tanto, apta para trabajarla y comer de su fruto. Allí fue donde
dejaron de depender del maná
 Josué hubiera podido asumir una posición cómoda celebrando convenios y alianzas
con los reyes de aquella tierra y quedarse viviendo en Gilgal, sin preocupación
alguna. Pero, ¿dónde hubiera quedado la conquista? Como Agente de Cambio, debo
comprender que mi objetivo no es Gilgal (mi distrito). Puede que allí las cosas sean
muy cómodas, al fin y al cabo en mi distrito (mi iglesia local) me quieren, me
pastorean, me soportan y me alimentan espiritualmente. Pero mi objetivo es el
mundo para Cristo
 Tarde o temprano tengo que salir de Gilgal. Seguramente el nido donde nací y donde
recibí mi leche espiritual es muy cómodo y tranquilo; pero algún día tengo que salir
para dejar de ser un aguilucho y convertirme en un águila imperial, que eleva su
vuelo de manera ilimitada por todos los surcos celestiales.

12. En la conquista, las acciones del Agente de Cambio hacen desfallecer a los opositores
(Josué 5:1)

 Los cananeos contaban con que el río Jordán serviría de barrera contra cualquier
invasión de su territorio por parte de cualquier pueblo o ejército. Al ser notificados
que el pueblo de Israel había vencido el primer obstáculo, se llenó de desaliento,
porque sabían que había sido Dios quien había detenido las aguas y presagiaban que
ese mismo Dios los derrotaría
 Cuando hablamos de las acciones del Agente de Cambio, nos referimos a aquellas
sobrenaturales originadas por Dios y activadas por la fe y la obediencia pronta de su
pueblo
 Mientras que en la marcha muchos, por su inseguridad y miedo, se acobardaron y
anhelaron en rebeldía volver atrás, en la conquista son los cananeos los que
desfallecen a pesar de su fortaleza. Muchos en el mundo nos veían como algo
pequeño e insignificante. Ahora nos miran con temor y respeto, pues ya están
palpando que Dios está con nosotros. La fuerza incontenible del amor y el poder de
Dios hará desfallecer el corazón de quienes, como gigantes indestructibles e
intimidantes, se han apoderado de naciones enteras, sometiéndolas a sus intereses y
a la pobreza. Que no le quepa a alguno la menor duda que los hijos de Dios de esta
familia, la Cruzada Estudiantil y el CENTI, aquellos que hemos heredado el legado de
bendición del Dr. Néstor Chamorro, nos tomaremos a Colombia, el Ecuador y muchas
naciones más, para someterlas a la libertad y al amor de Dios. ¿Difícil? No.
¡Imposible! ¿Cómo lograrlo? Crea que Dios lo hará; al fin y al cabo, si Dios es
conmigo ¿Quién contra mí?

13. En la conquista, es mandatoria la circuncisión de las nuevas generaciones (Josué 5:2-5)

 La circuncisión significa dejar el oprobio de Egipto y tomar el sello de la promesa de


Dios de una tierra prometida
 Con el mandato de la circuncisión, Dios reconfirmaría a las nuevas generaciones que
Israel era su pueblo escogido y como tal tendría que distinguirse de otros
 Todos los que habían salido de Egipto eran circuncidados; sin embargo, las nuevas
generaciones, aquellas que durante cuarenta años habían nacido en el desierto, no lo
eran. Muchos hombres y mujeres han llegado recientemente, y seguirán llegando, a
esta familia grancomisionista de la Teoterapia. Si no son circuncidados con la nueva
circuncisión – la de Cristo (Colosenses 2:11), la del corazón (Romanos 2:29) – nunca
sabrán ni conocerán cómo salimos de Egipto, cómo fueron los orígenes de la
Cruzada, el precio que se tuvo que pagar, ni del Moisés que nos lideró durante 40
años. Por eso, es muy difícil que éstos se identifiquen con el legado y la herencia de
la familia de la Cruzada y el CENTI
 No sólo es necesario sino mandatorio que, en la conquista, la circuncisión se lleve a
cabo en todas las generaciones. En nuestros distritos debemos enseñar con orgullo,
entre otros, la reseña histórica, la revolución espiritual, la declaración de fe y el
objetivo triuno de la Cruzada:
o Necesario: responde a la pregunta ¿Qué queremos? Esto sólo tiene una respuesta:
la Gran Comisión en esta generación (Mateo 28:18-20)
o Funcional: CREACIÓN DE UN MOVIMIENTO PERMANENTE DE CÉLULAS
MULTIPLICADORAS DE DISCÍPULOS DE Jesucristo en el corazón de cada
ciudadano (Colombiano, Ecuatoriano, Español, etc.)
o Medular: Traer la primavera del Espíritu Santo. Clave: No hacer únicamente lo que
sea bueno sino aquello que nos permita llegar al objetivo.

14. En la conquista, hay que celebrar la Pascua (Josué 5:10)

 La pascua se celebró por los Israelitas para conmemorar la liberación de Egipto


 El Nuevo Testamento nos interpreta literalmente el significado que hoy tiene la
pascua: “...nuestra pascua que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.” (1
Corintios 5:7b)
 En cuanto al aspecto teoterápico de la pascua, podríamos retomar las siguientes
frases:
“El equivalente en el Nuevo Testamento es la Cena, que conmemora la pascua en el
sentido neotestamentario, exactamente como lo hacían los padres apostólicos.
Trayendo el acto presente y llevando el corazón al futuro, identificados en la santa
cena, pero viviendo en la resurrección. El significado real es: “Ven Señor Jesús”.

La Santa Cena es la conmemoración que tiene sentido con la enseñanza histórica,


para vivir el presente organizadamente, planeando el futuro. Es un desafío a vivir la
vida de fe de Abraham, de gloria en gloria.”
(Las Fiestas Solemnes del Señor, Néstor Chamorro Pesantes, pg. 29-30)

 De la pascua judía podríamos extraer muchas aplicaciones útiles para nuestra familia.
Así como la pascua nos lleva a recordar, de igual manera en este período de la
conquista nunca debemos olvidar:
 ¿De dónde salimos?
 ¿Cuándo salimos?
 ¿Quién nos sacó?
 ¿Qué somos ahora?

Las nuevas generaciones que han nacido y seguirán naciendo espiritualmente dentro de
nuestra familia deberán ser enseñadas acerca de nuestro origen y nuestra historia, para
evitar que ocurra lo relatado en Jueces 2:10.

15. En la conquista, se manifiesta el Príncipe del ejército de Jehová (Josué 5:13-15)


 Las manifestaciones de Dios se hacen presentes cuando el Agente de Cambio actúa
cerrando toda posibilidad de volver atrás, pues el río Jordán ya había sido cruzado y
estaba a sus espaldas
 Independiente de mi cargo, de mi lugar dentro del cuerpo de Cristo, de mi
antigüedad y de mi responsabilidad, Dios me recuerda que soy y siempre seré un
soldado de los ejércitos del Dios viviente, del cual Cristo es su Comandante, su Jefe y
su Príncipe
 La espada desenvainada en mano de nuestro Señor significa que Jesucristo está más
listo que cualquiera de nosotros para conquistar y poseer la tierra. El mensaje es
claro: la guerra no es mía sino de Dios. La conquista no es posible sino cuando el
Príncipe de los Ejércitos de Jehová va delante de mí
 Al Agente de Cambio le caracteriza tres hechos:
o Se postra sobre su rostro en tierra únicamente delante del Príncipe de los Ejércitos
de Jehová
o Adora a aquel que es su único Dios
o Se somete a la voluntad de aquel que es su Señor
 El mismo Dios que se manifestó a Josué, el hombre de la conquista, es el mismo que
se manifestó a Moisés, el hombre de la marcha (“Quita el calzado de tus pies, porque
el lugar donde estás es santo.”). Por consiguiente, es el mismo que actúa en mí.

16. En la conquista, no operan los instrumentos humanos sino la estrategia de Dios ( Josué
6:3)

 Los pueblos y naciones que se establecieron en la tierra de Canaán lo hicieron de tal


forma que su derrota fuera casi un imposible. En su conjunto tenían cuatro
mecanismos de defensa:
o El río Jordán. Este obstáculo natural ubicado al este de Canaán era el primero
que tenían que vencer quienes decidieran invadir cualquiera de sus naciones.
Además, en el momento en el cual el pueblo no estaba al este del Jordán,
planificando cruzarlo, el río estaba desbordado (Josué 3:15). Por eso, los
habitantes de aquella tierra, al ver que los hijos de Israel habían cruzado el Jordán,
se llenaron de desaliento y desfallecimiento. Este acontecimiento era más que
suficiente para que fuera interpretado por éstos como señal de la mano poderosa
de Dios que estaba con Israel
o Los muros de Jericó. Para aquellos que por alguna razón, penetraron Canaán
por el este, superando el río Jordán, se enfrentarían con la primera ciudad: Jericó.
Sin duda alguna esta ciudad era la más resguardada de todas desde el punto de
vista arquitectónico. Se calcula que los muros de esta antigua ciudad medían hasta
7.5 metros de alto y 6.0 metros de ancho. Jericó era un símbolo de poder militar y
los Cananeos la consideraban invencible. Sin duda alguna, Josué sabía que
cualquier estrategia militar, por numeroso, profesional y valiente que fuera su
ejército, estaría destinada al fracaso. La batalla dependería de Dios y su estrategia,
Josué sólo le creyó al Altísimo y actuó de conformidad a su fe
o Un ejército propio. Aunque la Biblia no especifica el número de soldados con
que contaba el ejército de Jericó, sí lo hace con respecto al de Israel: 40.000
(Josué 4:13). Del relato del libro de Josué se puede deducir que el ejército de
Jericó era muy fuerte y más numeroso que el de Israel. De ahí la necesaria
intervención sobrenatural de Dios y su accionar en y a través de Josué y sus
hombres para derrotar a Jericó
o La alianza Geo-política. Era evidente que los pueblos o naciones que habían
ocupado Canaán lo harían sobre la base de una alianza política entre ellos, la cual
garantizaba su estabilidad y su protección. Un ataque contra una, era un ataque
contra todas (Josué 10:3-5). La ubicación geográfica de cada una de sus naciones
convertirían su destrucción en un virtual imposible.
1) Al este tenían al río Jordán como obstáculo natural. Si alguno lograra cruzarlo
y vencerlo, tendría que enfrentar la imponente Jericó y sus gigantescas
murallas
2) Al norte estaban asentadas naciones que componían la coalición de los
ejércitos del norte la cual haría imposible penetrar Canaán por dicha región
3) Al oeste estaba el extenso mar Mediterráneo, lo cual era garantía total de
protección; más aún, cuando la navegación marítima en ese tiempo era
insignificante
4) Al sur estaban ubicados los amorreos, los cuales sólo con su aspecto físico
infundían temor, pues eran gigantes. Cuarenta años atrás, éstos fueron los
que aterrorizaron a diez de los espías que habían ido a reconocer la tierra por
instrucción de Moisés.

17. En la conquista, todo el pueblo se compromete a cumplir su delegación (Josué 6:3,5;


7:20; 8:1,5)

 En la conquista todo el pueblo pasa, rodea la ciudad y cada uno asume su


responsabilidad
 Todos los hombres de guerra estaban presentes en la toma de Jericó. De acuerdo
con Josué 3:15 y 6:3, eran 40.000 soldados. Los sacerdotes también desempeñaron
la función que les encomendó Josué, yendo detrás de los hombres de guerra.
Todos los hijos de Dios, más aún los que hemos nacido espiritualmente en esta
familia, hemos sido llamados y apartados para conquistar nuestra nación y el mundo
para Cristo. Ninguno tiene excusa para que, habiendo cruzado el Jordán, se quede
pasivo observando que otros hagan el trabajo de conquista
 Todos éstos pasaron y rodearon la ciudad de Jericó, la cual era la más próxima al
Gilgal, el campamento de los israelitas. Aquí aprendemos que para conquistar el
mundo para Cristo, primero tengo que conquistar mi país, tengo que conquistar mi
ciudad para él; pero para conquistar mi ciudad para Cristo, primero tengo que ganar
mi barrio, mi comunidad, mi vecindario y mi familia para él
 En el libro “La Vida en Célula: un aporte para la paz”, el Dr. Néstor Chamorro
enfatiza: “La célula es la estrategia dada por Dios a esta familia, a fin de generar un
movimiento permanente de reproducción de Discípulos, para el cumplimiento de la
Gran Comisión. Nuestro objetivo funcional, como familia de la Cruzada y el CENTI, lo
lograremos desarrollando un movimiento permanente de Células multiplicadoras de
discípulos de Jesucristo” (pagina 105).

18. En la conquista no hay descanso


 En la conquista no hay, ni puede haber descanso, pues la conquista no es de
hombres sino de Dios. Muchos creen que descansar es hacer nada, o dormir o
dedicarse por un tiempo a la holgazanería. De nuestro padre en la fe aprendimos que
el descansar es cambiar de actividad dentro de mis responsabilidades
grancomisionistas. Cuando hablaba cara a cara con Dios, Moisés le manifestó lo
pesada que era la carga que él llevaba sobre sus hombros, de sacar al pueblo solo:
“Tú no me has declarado a quién enviarás conmigo” (Éxodo 33:12). Dios le
responde: “Mi presencia ira contigo, y te daré descanso” (Éxodo 33:14). Algo
maravilloso que Moisés comprende y que Josué heredó y aplicó en la tierra de
Jericó, es que mi descanso es Dios y su voluntad. Cuando hago la voluntad de Dios,
Él está conmigo, Él me dará descanso. Si el mandato superior de la Gran Comisión es
la voluntad de Dios para mi vida, entonces la conquista es mi responsabilidad, mi
meta y mi descanso
 Nuestro Señor Jesucristo mientras oraba al Padre, enfatizó que el hombre es incapaz
de traer descanso para sí mismo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28). El cansancio es producto del
trabajo llevado a cabo en el esfuerzo propio. Quien esté identificado con Cristo y con
su mandato grancomisionista, no tiene dónde recostar su cabeza (Mateo 8:20).

19. En la conquista, lo que el mundo pone como obstáculo, puede convertirse para el Agente
de Cambio en su principal aliado (Josué 6:20)

 El apóstol Pablo estaba convencido que a todo aquel que ama Dios (que ha sido
llamado conforme a su propósito, que le obedece y hace su voluntad), todas las
cosas le ayudan a bien (Romanos 8:28). Cuando Pablo dice: “... conforme a su
propósito”, quiere decir que no es por méritos o por esfuerzo propio. Cuando dice:
“todas las cosas”, involucra también las injusticias, adversidades, obstáculos,
enfermedades y el sufrimiento que enfrentamos frecuentemente. Pero por difícil que
parezca comprenderlo, Dios permite y utiliza todo para bien. Esas dificultades las
utiliza Dios no sólo para formar en mí el carácter de Cristo, sino que las convierte en
mecanismos para avanzar más rápidamente a la conquista
 Los cuatro mecanismos indestructibles de defensa que tenían los habitantes de
Canaán, y concretamente los de Jericó, descritos en el paso número 16, fueron todos
convertidos por Dios en contra de ellos y a favor de Josué.
o El río Jordán fue causa de desaliento al ser cruzado por el pueblo de Israel
o Las imponentes murallas, al ser derribadas, no sólo dejaron desprotegida a Jericó
sino que ocasionaron la muerte de muchos de sus soldados y habitantes en el
momento en el cual cayeron
o La inquebrantable alianza política fue objeto de división cuando supieron que los
gabaonitas se habían hecho súbditos de Israel, por el temor que se apoderó de
ellos. Además, el hecho de haber iniciado la conquista por el centro, entrando por
el este, causó una división estratégica en Canaán, que la alianza no pudo combatir
tácticamente
o Un ejército propio. Sin duda alguna los soldados de Jericó, ubicados encima y
detrás de las murallas, constituían el elemento ofensivo de dicha nación. Junto con
las murallas, eran la combinación militar perfecta para combatir cualquier ejército
enemigo que osara atacarlos. Pero, nuevamente, al caer las murallas, los primeros
que murieron fueron sus hombres de guerra, permitiendo así el paso de todos los
efectivos de Israel
 Si antes éramos menos, en la conquista somos todos los que tenemos que avanzar.

20. En la conquista, el Agente de Cambio se vuelve un hombre de fama (Josué 6:27)

 En la medida en que crece el nombre y la fama de Jehová nuestro Dios (Josué 9:9),
se divulga la fama del AGENTE DE CAMBIO
 El objetivo del Agente de Cambio no es divulgar su fama, sino dejar que el Espíritu
Santo lo use para glorificar a Cristo. Dentro de este objetivo grancomisionista, hemos
de divulgar:
o Nuestra fe por todo el mundo (Romanos 1:8)
o La palabra del Señor (1 Tesalonicenses 1:8). Como consecuencia de esto, de
conquistar el mundo para Cristo, Dios trae fama al Agente de Cambio
 El Agente de Cambio será un hombre de fama, porque Jesucristo lo fue (Mateo 4:24;
14:1; Lucas 5:15)
o El apóstol Pablo fue un hombre de fama, porque imitó a Cristo (1 Corintios 11:1).
De manera que limitándose a imitar a Cristo, seré un hombre de fama como él lo
fue
o El Señor Jesucristo fue un hombre de fama por las obras que el Padre hizo a
través de él (Juan 14:10). Sólo con creer en él, el Agente de Cambio hará esas y
aún mayores obras (Juan 14:12). Se deduce entonces, que el Agente de Cambio
será, por las obras que Dios haga a través de él, un hombre de fama
 La fama de un hombre de este mundo se basa en muchas cosas; sin embargo, la
fama del Agente de Cambio – la buena fama, la que viene de Dios – es de más
estima que la plata y el oro (Proverbios 22:1).

21. En la conquista, nada se da por hecho (Josué 7:3)

 Después de la contundente toma de Jericó, Josué envió hombres a la ciudad de Hai


para reconocerla. Estos a su vez, al regresar, aconsejaron a Josué no enviar a todo el
ejército, sino solamente unos dos mil o tres mil hombres, puesto que no era
necesario desplazar más. Josué escuchó la voz de sus hombres, dio por hecho que
era una batalla fácil, y envió unos tres mil hombres. ¿Resultado? Los israelitas fueron
derrotados, y los de Hai mataron a treinta y seis de sus soldados
 Si bien es cierto que la derrota se debió al pecado de Acán (Josué 7:13), más cierto
es que ese pecado llevó Josué y al pueblo a dar por hecho muchas cosas. Es decir, el
pecado, la desobediencia y el no seguir instrucción, me lleva a darlo por hecho
 Josué quita el anatema de Israel, y Dios le reconfirma, así como en la toma de Jericó,
que estaría con él y que le daría la victoria contra Hai. Pero, esto no implica que
Josué no vaya preparado, pues Dios le ordenó que fuera con toda la gente de guerra
(Josué 8:1)
 En la conquista no se puede dar nada por hecho, por lo tanto, nuestro trabajo debe
estar respaldado no sólo en la planeación, dirección y organización, sino supervisión
a inmediato, corto y mediano plazo.

22. En la conquista, el Agente de Cambio no puede escuchar la voz de los hombres sino la
de Dios (Josué 7:3-5)

 El escuchar la voz de los hombres le costó a Josué su primera y única derrota en


Canaán. Seguramente la sugerencia que hicieron los hombres a Josué era muy bien
intencionada, pero tenía un problema: estaba basada en la lógica, y no en la
revelación de Dios
 Saúl, el primer rey de Israel, fue un hombre a quien Dios escogió para liderar su
pueblo. Sin embargo, fue desechado por Dios cuando le desobedeció, porque temió a
su pueblo y consintió a la voz de ellos (1 Samuel 15:24). Cuando escucho la voz de
los hombres y no la de Dios, desecho la Palabra de mi Señor y él me desecha como
Agente de Cambio (1 Samuel 15:25)
 Dios le había advertido al pueblo de Israel, a través de Moisés, lo mandatorio que era
el oír sus estatutos y decretos, para que de esta manera – ejecuntándolos y
viviéndolos – entren y posean la tierra prometida (Deuteronomio 4:1; 11:26-28)
 El escuchar la voz de Dios no sólo conlleva el oír, leer, estudiar, memorizar y meditar
su Palabra, sino el oírla a través de los hombres y mujeres a quienes Dios puso para
instruirnos y darnos dirección (Josué 11:15; Proverbios 1:8; Filipenses 4:9; 2 Timoteo
2:2).

23. En la conquista algunos caen (Josué 7:21)

 Codiciar, tomar y esconder


 Desafortunadamente, no todo aquel que cruza el Jordán disfrutará de la tierra
prometida. Acán fue un hombre que visualizó la mano poderosa de Dios sobre Israel.
Este hombre, conocido como el anatema, fue testigo, entre muchas cosas, de cómo
el pueblo fue alimentado por Dios a través del maná, del cruce del río Jordán, de la
caída de las murallas de Jericó y la subsiguiente derrota de dicho pueblo
 Cuando Acán vivió por fe, cayeron los muros de Jericó (Hebreos 11:30); pero,
cuando dejó de vivir por fe se llenó de temores e inseguridades, y dejó de agradar a
Dios (Hebreos 11:6). Si lo que no agrada a Dios es pecado, entonces la falta de fe es
rebeldía contra Dios. Acán cayó al codiciar y tomar lo que no le correspondía, y se
convirtió en un obstáculo para la bendición de Dios sobre Israel
 Cuando un individuo o un pueblo se deja llevar por la lógica y no somete su
entendimiento a la revelación de Dios, cae (Oseas 4:14b)
 Al igual que Acán, muchos siervos de Dios – a quienes Él ha usado de manera
sobrenatural siendo grandes líderes, maestros y pastores – caen enredándose otra
vez en las contaminaciones del mundo. Lo triste de esto es que, en vez de volver sus
ojos a Dios y arrepentirse, se llenan de ceguera espiritual y orgullo acarreando para
sí mismos y para sus hijos un futuro sin unción (2 Pedro 2:20-21).

24. En la conquista, Dios da las estrategias (Josué 8:1,6,15)


 El Agente de Cambio es una persona de respuesta integral, tanto para el individuo
como para la comunidad. El Agente de Cambio es aquel que hace presencia en las
instancias democráticas de su país, para cambiar las costumbres políticas. ¿A quién le
conviene que los hijos de Dios asuman su responsabilidad en el presente y futuro de
su nación? ¡A nadie! La dirigencia tradicional y corrupta quiere seguir en el poder
para continuar usufructuando de la riqueza de su tierra a costa de la miseria de la
gente
 En Colombia, algunos siervos de Dios han llegado a ciertas corporaciones públicas.
Sin embargo, aunque se han obtenido victorias significativas, el régimen los ha
derrotado en algunas ocasiones. Los partidos tradicionales – los cuales han llenado
nuestra tierra de violencia, corrupción, pobreza y engaño – calculan eliminar a los
hijos de Dios de la escena democrática con sus estrategias y reformas políticas. Pero,
al igual que en la toma de Hai, Dios es el que da las estrategias, pues al fin y al cabo
la guerra es suya. En este caso específico de Josué, los israelitas se fingieron
vencidos y huyeron como la primera vez que fueron derrotados. Pero, Josué puso
emboscadas, y el contraataque fue impredecible y fulminante.

25. En la conquista, habrá engaño y engañadores (Josué 9:3-4)

 Cuando Josué y su pueblo derrotaron Jericó y Hai, los de Gabaón sabían que ellos
eventualmente serían derrotados por el sucesor de Moisés. Los gabaonitas usaron la
astucia, fingiendo ser lo que no eran, logrando una alianza de paz con Josué.
Recordemos que Dios había prohibido, desde los tiempos de Moisés, hacer alianza
con nación o pueblo alguno. Fue tal el engaño, que siendo Josué un hombre que
obedeció y siguió las instrucciones de Moisés, cedió ante los encantos de los
gabaonitas, violando el mandato de Dios. Al percatarse de los resultados electorales y
del potencial que representa el pueblo cristiano, muchos políticos han planteado
coaliciones y alianzas. Sin embargo, Dios nos ha escogido, no para ser hombres y
mujeres de alianzas, sino de pacto y de compromiso. Dios nos ha dado la tierra para
conquistarla y esto lo lograremos por fe, no con alianzas (Hebreos 11:32-33)
 El error de los hijos de Israel se resume en cuatro palabras: “No Consultaron a
Jehová” (Josué 9:14). Cuando dejo de tener comunión con Dios y consulto mi propia
sabiduría, experiencia y capacidades, me convierto en presa fácil del engaño y los
engañadores.

26. En la conquista, Dios pelea por Israel (Josué 10:14; 23:3)

 Sin duda alguna, quien cruza el río Jordán, debe estar preparado para pelear la
guerra espiritual. Si la conquista consiste en cumplir la gran comisión, sembrando a
Jesucristo en el corazón de cada persona, el enemigo hará todo lo posible para evitar
que eso suceda. El control que Satanás tiene sobre el mundo – tomándose los
medios masivos de comunicación, poniendo y quitando gobernantes, convenciendo
gente sin temor de Dios que lleguen a los parlamentos para expedir leyes que acaben
con la familia – será utilizado para confundir y engañar a muchos para no aceptar el
mensaje teoterápico del amor de Dios
 Como Agente de Cambio, lo mío es esforzarme, ser valiente y no dedicarme a la
holgazanería porque, “Jehová pelea por mí”. Si no me esfuerzo, Dios no peleará por
mí y la batalla será sólo mía
 Dios le muestra a Josué que, así como peleó por Moisés, así lo hará por él (Éxodo
14:14). Cuando Dios me llama para él, me advierte que muchos pelearán contra mí,
pero que serán vencidos, porque Él estará conmigo para librarme (Jeremías 1:19)
 Cuando Dios pelea por mí, la victoria está garantizada (2 Samuel 8:6b; 1 Crónicas
18:6b; Proverbios 21:31).

27. En la conquista, hay que ir hasta lo más remoto de la tierra (Josué 12)

 A lo largo de la conquista vemos cómo Josué se desplaza continuamente desde Gilgal


(ubicado al este de Canaán), hacia los diferentes puntos cardinales, cumpliendo y
derrotando diferentes ejércitos. Su objetivo no era parte de la tierra prometida, sino
toda
 Asimismo, nuestro trabajo y objetivo de conquista es el mundo. En Mateo 5:14, Jesús
dice que nosotros somos la luz del mundo, no del vecindario, ni de mi iglesia local o
distrito, ni de mi ciudad. Nuestro Señor también enfatiza que la luz somos “nosotros”
(plural). Es decir, la luz iluminará al mundo cuando todos la encendamos de manera
unánime y perseverante. De manera que, para que seamos la luz del mundo, cada
uno de nosotros como antorcha, tiene que brillar intensamente, mediante el fuego
del Espíritu, de manera unánime y esparcidos por toda a tierra. Esto es, ni más ni
menos, la Gran Comisión.

28. En la conquista, se necesita perseverancia (Josué 11:18)

 Los éxitos pasados no garantizan el éxito en el futuro.


 Sin duda alguna la perseverancia fue un factor clave que ejercitó Josué para
conquistar la tierra prometida. Pues, no era una nación la que se tendría que
derrotar, sino una alianza compuesta por decenas de pueblos. El relato bíblico
enfatizo que Josué tuvo guerra con varios reyes por mucho tiempo. Josué salía de
una guerra y le tocaba prepararse de inmediato para la siguiente. Este conquistador
no podía darse el lujo siquiera de perder contra una nación, pues esto implicaría su
derrota total, su desaparición y su muerte
 Uno de los verbos más importantes en la Biblia es perseverar. El secreto de los
apóstoles y discípulos del primer siglo fue precisamente esto:
o Perseveraban unánimes en oración (Hechos 1:14)
o Perseveraban en la doctrina de los apóstoles (Hechos 2:42)
o Perseveraban en hacer el bien (Romanos 2:7)
 En esta etapa de la conquista, el secreto está en el trabajo silencioso pero
perseverante de cada uno. Las estrategias explosivas que no van acompañadas de
una labor perseverante a largo plazo son desgastadoras e inútiles. Es más saludable
ejercitarse una hora diaria, que hacerlo cinco horas en un solo día. El éxito, por
supuesto, consiste en practicar el ejercicio todos los días, todos los años. Así mismo,
nuestra labor de conquista no puede ser esporádica sino permanente. Si cada uno de
nosotros lo hace así, tenemos la certeza que conquistaremos el mundo para Cristo en
esta generación. El fruto de estos cuarenta años de ministerio, se debe precisamente
a la perseverancia.

29. La conquista se alcanza poco a poco (Josué 11:18)

 A pesar de querer alcanzar la conquista de un momento a otro, de la noche a la


mañana, no va a ser así. Todo mandato que Dios da al hombre se ha de cumplir
dentro de un proceso. El proceso es necesario, puesto que a través de él aprendemos
lo que de otra manera no fuera posible y recibimos el trato necesario de Dios para
nuestra vida
 De tiempo atrás, Dios le advirtió a Moisés que la conquista se lograría “poco a poco”
(Éxodo 23:29-30):
o Para que no quede la tierra desierta
o Para que no se aumenten contra él las fieras del campo (sus enemigos)
o Para dar tiempo a que se multipliquen y puedan tomar posesión física de toda la
tierra
 El que la conquista se logre poco a poco, no significa que sea lenta, sino que se debe
hacer en la medida en la cual vayamos creciendo y multiplicando. Por eso, la Biblia
en Hechos 1: 8 establece los pasos que conlleva el “poco a poco”:
o Conquistar Jerusalén (mi ciudad)
o Conquistar Judea (mi estado, provincia o departamento)
o Conquistar Samaria (los países vecinos al mío)
o Conquistar hasta lo último de la tierra (todas las naciones)

30. En la conquista, a medida que se avanza, la guerra se torna más difícil (Josué 11:4, 21)

 En la medida en la cual se iban derrotando los pueblos que ocupaban Canaán, la


guerra se tornaba humanamente más difícil. Recordemos alguna parte de la
cronología de las guerras de Josué:
o Enfrenta a Jericó y la destruye
o Enfrenta a Hai y la asoló
o Cuando el rey de Jerusalén se enteró de las victorias de Josué, no lo enfrentó solo,
como los dos pueblos anteriores, sino que se alió con otros cuatro reyes. A pesar
de esto, Josué los venció
o Las noticias de las victorias de Josué hizo que los reyes de la región de la Galilea y
del occidente se aliaran contra él. Este ejército conjunto era como la arena del mar
en número, con muchísimos caballos y carros de guerra. Aunque la victoria era
imposible, Dios le entregó a Josué todas estas naciones, las cuales sucumbieron
ante el ejército de Israel
o Posteriormente, Josué enfrenta a los anaceos. Estos hombres eran gigantes que
habitaban en el sur y que habían atemorizado a los espías hacía más de cuarenta
años. En esta oportunidad, Josué los venció
 En la medida en que avancemos en nuestro objetivo grancomisionista, debemos
depender más de nuestro Señor siendo hombres y mujeres de más oración y palabra
de Dios. Sólo así Dios nos dará la victoria permanente frente a los desafíos que cada
vez más grandes, tendremos que enfrentar.
31. En la conquista, se cumplen las promesas dadas por Dios al patriarca y profeta (Josué
11:23; 23:14)

 Aunque la promesa de la tierra fue dicha por Dios a Moisés cuando lo llamó en Éxodo
3: 8, el primero que la escuchó fue el patriarca Abraham en Génesis 3: 15-16. De
igual manera, cuando Dios llamó a nuestro padre en la fe, Néstor Chamorro, lo
escogió para ser padre de multitudes, y para hacer su descendencia como el polvo de
la tierra. Él hizo suya la promesa de Dios hecha a Abraham y a Moisés
 En la conquista nos corresponde a nosotros, los herederos del legado que nos dejó
nuestro padre en la fe – nuestro patriarca y profeta – cruzar el Jordán y entrar a
conquistar la tierra. La conquista es ahora y es con nosotros. La promesa de Dios, de
la cual nuestro padre se apropió, fue la de ver cumplida la Gran Comisión en esta
generación. Él marchó delante, al lado y detrás nuestro, durante cuarenta años –
siendo ejemplo, modelo y molde – en pos del cumplimiento de esa promesa. Como
Moisés, él se fue al cielo, y es ahora cuando esa promesa se cumple en nosotros, su
descendencia.

32. Dios da la mejor tierra de todas para conquistar (Josué 2:24)

 El hecho que, por lo menos, treinta y tres reinos se hayan establecido en la localidad
de Canaán, significa que dicha tierra era extremadamente apetecida y pretendida
más que cualquier otra. Esta región, que sin duda alguna era la mejor de todas, fue
la que Dios dispuso, de tiempo atrás para su pueblo. Más aún, cuando Josué repartió
la tierra, ninguna de las tribus se sintió perjudicada o desmejorada, pues cada rincón
de ella era lo mejor
 Así mismo en este período de conquista hemos de bendecir la tierra (el país, el clima,
el pueblo, la topografía), donde Dios nos ha puesto como embajadores de su reino
(Deuteronomio 8:10). En la conquista, no hay heredad mala, ni tierra estéril; lo malo
es la visión que como misioneros tenemos con respecto a lo que Dios nos entrega.
Como hijos de Dios debemos recordar que tenemos las herramientas para
transformar y cambiar el entorno donde somos enviados a abrir obra misionera,
pues somos Agentes de Cambio
 Independiente del lugar donde esté, he de “procurar la paz de la ciudad a la cual
Dios me hace transportar, y rogar por ella a Jehová; porque en su paz tendré paz.”
(Jeremías 29:7).

33. En la conquista, Dios es la heredad de los sacerdotes (Josué 13:14,33)

 Si bien es indiscutible que Dios, en su soberanía, escogió un pueblo, así mismo Dios
escogió una tribu de entre Israel: la sacerdotal, la de Leví. Los sacerdotes habían de
ministrar de tiempo completo al resto de las tribus, y éstas entregarían los diezmos
de todo a ellos
 Cuando la palabra de Dios menciona la manera en que fue distribuida la tierra,
enfatiza que la tribu de Leví fue exceptuada de dicha repartición, por cuanto “Jehová
Dios de Israel, es la heredad de ellos.” Nuestro padre en la fe nos exhortaba a los
misioneros continuamente a no enraizarnos y apegarnos a las cosas pasajeras de la
tierra, porque, decía él, “mi heredad es Dios”
 Esto nos hace reflexionar acerca de nuestra ciudadanía en Cristo Jesús. Los levitas,
aquellos que le sirven al Señor de tiempo completo, no pueden ni deben tener otra
función que la de ejercer el ministerio pastoral de manera exclusiva. Si bien es cierto
que todos los hijos de Dios somos embajadores del Reino de los Cielos en la tierra,
los levitas tenemos una herencia de la cual debemos apropiarnos desde aquí y desde
ahora.

34. En la conquista, es clave la visión de Israel (Josué 14:6-15; Números 13:30-33)

 Sólo el que tenga visión de Israel, entrará a conquistar; quien no, perecerá
 Sólo aquellos que tuvieron la visión correcta de la tierra prometida, Josué y Caleb,
pudieron entrar a ella, conquistarla y poseerla. Estos dos varones, junto con otros
diez, habían sido enviados por Moisés para reconocer la tierra y presentar un informe
detallado de ésta a su pueblo y a sus ciudades
 En su informe, Josué y Caleb le expresaron al pueblo: “La tierra por donde pasamos
para reconocerla, es tierra en gran manera buena.” (Números 14:7). Por otro lado,
Números 14:36-37 enfatiza que los otros diez espías volvieron para:
1. Hacer murmurar a la congregación contra Moisés
2. Desacreditar aquel país
3. Hablar mal de la tierra
 La bendición para un hombre que tuvo la visión de Israel, como Caleb, fue doble de
acuerdo con Números 14:24:
1. Él alcanzaría la promesa de la tierra prometida
2. Su descendencia también alcanzaría dicha promesa
 Pero, la consecuencia para los diez espías y para todo el pueblo que les creyó, fue
contundente: ninguno de ellos vería la tierra prometida; todos perecerían en el
camino (Números 14:23).

35. En la conquista, no hay subsidios (Josué 17:14-18)

 Si bien la palabra de Dios nos exhorta a perseverar en “el partimiento del pan”
(Hechos 2:42, 46) y a “repartir a todos según la necesidad de cada uno” (Hechos
2:45), también nos convida primero a asumir responsabilidades personales dentro de
la familia de la fe, tales como:
1. Recibir la Palabra (Hechos 2:41)
2. Ser bautizado (Hechos 2:41)
3. Perseverar en la doctrina (Hechos 2:42)
4. Perseverar en la comunión unos con otros (Hechos 2:42)
 Es curioso ver como muchos hijos de Dios exigen ayuda y subsidios esgrimiendo
Hechos 2:42-47, pero al mismo tiempo, hacen lo que les da la gana, no siguen
instrucciones, se inventan sus propias visiones y estrategias y se niegan a vivir en
comunión con el resto de la familia cristiana. Aquellos que, según el apóstol Pablo,
andan desordenadamente no trabajando en nada, sino entrometiéndose en lo que no
tienen que hacer, no pueden ni deben ser objeto de ayuda ni de subsidio. A estos se
les exhorta a trabajar (dentro de los lineamientos de dirección), o de lo contrario,
que no coman (2 Tesalonicenses 3:10-12)

36. En la conquista, también hay negligentes (Josué 18:2-3)

 Si todos trabajaran cada uno de los pasos de la conquista, de manera sabia y


comprometida, las metas las sobrepasaríamos en cada distrito de la Cruzada y el
CENTI con creces. Es más, los objetivos trazados serían bajos al momento de la
ejecución mes a mes. Pero, desafortunadamente, hay muchos que creen que se
pueden seguir recostando sobre el trabajo de otros, asumiendo una posición
negligente
 Negligencia es iniciar un adiestramiento (Curso de Formación Cristiana) y no
esforzarse para continuarlo y terminarlo
 Negligencia es no orar ni preparar el tema de la reunión de célula
 Negligencia es no atender bien a aquellas personas que van a los distritos y a las
iglesias con necesidades personales y pastorales
 Negligencia es demandar siempre atención y pastoral de la Cruzada y sus líderes y
negarse a discipular a otros, “porque no tiene tiempo”
 Negligencia es justificarse de mil maneras para no leer la Biblia y orar con sus hijos
todos los días, para recibir la bendición de Dios y, asimismo, bendecirlos
 Negligencia es no esforzarse y ser valiente en el tiempo de la conquista
 Negligencia es justificar siempre el porqué no cumplo los objetivos
 Tarde o temprano, al negligente se le tiene que quitar la responsabilidad, y
entregársela al que produce, al “buen siervo y fiel” (Mateo 25:28-29).

37. En la conquista, el Agente de Cambio vela por el bienestar de su pueblo (Josué 19:49)

 Si sirvo al pueblo, mi provisión viene por añadidura


 Nuestro padre en la fe decía “quien se ocupa de las cosas del Señor, Dios se ocupa
de las suyas”. En otras palabras, cuando me ocupo de ganar para Cristo y edificar en
el espíritu a otros, Dios se ocupa de mis cosas
 Abraham comprendió el “Dios proveerá” (Jehová Jireh), como ningún otro en el
Antiguo Testamento. Para el Agente de Cambio, él es el proveedor de todo, de todos
y en todo momento
 El apacentar las ovejas involucra velar por el bienestar de ellas; si el pastor se
preocupara por su propio bienestar, no tendría ovejas que proveyeran la lana, pues
éste huiría siempre de las bestias del campo, salvando su vida. Por eso, “el buen
pastor da su vida por las ovejas” (Juan 10:11)

38. En la conquista, los levitas reciben de Dios, a través de las tribus (Josué 21:2-3)

 Así como Dios provee para todas las tribus de Israel, éstas han de ser el medio a
través del cual él provee para la de Leví. Puesto que los levitas no tendrían heredad
en la tierra, su provisión vendría directamente de Dios, a través del pueblo. Es claro
en la Biblia que aquellos que se dedican totalmente al evangelio, deben vivir del
evangelio. Es una bendición, un deber y un mandato para el pueblo (la feligresía), el
cual, como Abraham, entregó los diezmos de todo para el sostenimiento de los
sacerdotes y para la proyección grancomisionista, a través de las misiones
 Gracias al cumplimiento de este principio bíblico es que Dios ha permitido que la
Cruzada Estudiantil y el CENTI tengan presencia misionera en más de 40 países con
casi mil quinientos distritos (iglesias locales). Durante estos siete años de conquista
(2004 – 2010), nuestra prioridad será la misión internacional donde se enviarán a
muchos países, sólo de Colombia y Ecuador, más de cien personas, para cumplir el
mandato grancomisionista. Aún así, hay muchos que se resisten a cumplir con el
mandato - promesa de dar, justificando su actitud de mil maneras. Si todos los hijos
de Dios de esta maravillosa familia cumpliéramos con este principio, créame que en
el año 2010, estaremos en cien países con cinco mil distritos.

39. En la conquista, los levitas han de ir por todo el mundo (Josué 21:41-42)

 La conquista no puede ser parcial, debe ser total. Por eso, nuestro padre en la fe
siempre habló de “el mundo para Cristo”. Él también nos recordaba que “mi objetivo
es el mundo”. Por eso, cada persona que ingresa como misionero debe tener en
mente que, eventualmente, debe salir de su terruño (la tierra de su parentela), al
país y a la ciudad que el Señor quiera, para cumplir la voluntad grancomisionista de
Dios
 Aun cuando mi responsabilidad actual como misionero sea un pequeño distrito
(iglesia local) con poca gente, mi visión debe ser el mundo. Si mi objetivo es el
mundo, entonces debo esmerarme por capacitar y formar hombres y mujeres para
que, como Agentes de Cambio, también sean enviados al mundo
 Durante los cuarenta primeros años de marcha mucho es lo que se ha logrado, pero
también es mucho lo que nos hace falta. Si hemos de tener presencia en todo el
mundo, entonces debemos tener misioneros en cada país, en cada provincia,
departamento o estado de cada país, en cada municipio, pueblo y vereda, y en cada
barrio o vecindario de cada ciudad. Se puede deducir, por lo tanto, que es mucho lo
que tenemos por conquistar. Pero, tenga la certeza, que lo vamos a lograr. En la
Cruzada y en el CENTI no descansaremos hasta que así sea.

40. En la conquista, el Agente de Cambio lleva a su pueblo a servir al Señor todo el tiempo
(Josué 24:31)

 Independiente de mi condición actual, sea misionero o involucrado del CENTI o la


Cruzada, mi función pastoral es siempre llevar a mi pueblo (mi familia, mis discípulos,
mi ministerio, etc.) a servir al Señor
 El llevar a mi pueblo (mis discípulos, mi distrito) a servir al Señor con todo el corazón,
conlleva el no ministrarle sobre cosas pasajeras ni vanas, puesto que son sin
provecho (1 Samuel 12:20-21). Por eso, nuestro ministrar debe estar basado en la
pastoral teoterápica personal y en la vida en célula. Como siervo de Dios, tengo la
función sacerdotal de llevar a mi pueblo a ocuparse, no de las cosas de este mundo,
sino de las de Dios. El servir al Señor en todo tiempo es la mejor decisión y la mejor
manera de vivir, puesto que es invertir en la eternidad.

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