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Informática biomédica 3rd Edition

Melchor Sánchez Mendiola


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mendiola/
MELCHOR SÁNCHEZ MENDIOLA ADRIÁN ISRAEL MARTÍNEZ FRANCO

3.ª edición

Facultad de Medic ina

ELSEVIER
,
INFORMATICA
,
BIOMEDICA 3.ª edición

Editores

DR. MELCHOR SÁNCHEZ MENDIOLA


Profesor de carrera titular C de tiempo completo definitivo
División de Estudios de Posgrado
Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México
Socio Numerario de la Academia Nacional de Medicina de México
Ciudad de México, México

MTRO. ADRIÁN ISRAEL MARTÍNEZ FRANCO


Médico cirujano
Especialista y maestro en Administración de Sistemas de Salud
Profesor de Informática Biomédica
Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México
Miembro de lji American Medical lnformatics Association
Ciudad de México, México

Datos de contacto:
melchorsm@unam.mx
adrianfile@gmail.com

Facultad de Medicina

ELSEVIER
, ,
IN DICE DE CAPITULOS

INTRODUCCIÓN A LA INFORMÁTICA BIOMÉDICA


Melchor Sánchez Mendiola / Adrián Israel Martínez Franco /
Luis Femando Kieffer Escobar

2 DATOS, INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO EN MEDICINA 9


Luis Femando Kieffer Escobar / Melchor Sánchez Mendiola

3 COMUNICACIÓN, ESTÁNDARES E INTEROPERABILIDAD 17


Fabián Femández Saldívar / Esteban Arrangóiz Arechavala /
Manuel Millán Hemández

4 BASES DE DATOS Y BIBLIOTECAS MÉDICAS DIGITALES 27


Sandra Guillermina Moneada Hernández / Alejandra Martínez del Prado /
Javier Cruz Díaz Castorena / David Flores Macías

5 ESTRATEGIAS PARA LA RECUPERACIÓN DE LA INFORMACIÓN 41


William Hersh

6 CIENCIOMETRÍA: IMPLICACIONES PARA LA INFORMÁTICA


BIOMÉDICA 51
Layla Michán Aguirre / Eduardo Álvarez López

7 INTERNET Y LA PROFESIÓN MÉDICA 59


Francisco J. Femández Puerto / Fabián Fernández Saldívar /
Jorge Peña Balderas

8 SISTEMAS DE INFORMACIÓN HOSPITALARIA Y EXPEDIENTE


CLÍNICO ELECTRÓNICO 67
Adrián Israel Martínez Franco / Juan Carlos Segundo Elías /
Ana Estela Gamiño Arroyo

9 ÉTICA MÉDICA E INFORMÁTICA PARA PROFESIONALES


DE LA SALUD 81
Alma Jurado N úñez / D iego Monteve rde Suárez

1O APRENDICES Y PROFESIONALES DE LA ERA DIGITAL 89


Guadalupe Vadillo Bueno / Jackeline Bucio García / Melchor Sánchez Mendiola

1 1 REDES SOCIALES EN LAS CIENCIAS DE LA SALUD 97


Alma Jurado N úñez / Tomás García González

12 REDES DE APRENDIZAJE EN EL ÁREA MÉDICA 107


jackeline Bucio García / Guadalupe Vadillo Bueno / Melchor Sánchez Mendiola

13 COMUNICACIÓN Y APRENDIZAJE MULTIMEDIA 115


Patnc,a González Flores / Melchor Sánchez Mendiola

14 SIMULADORES EN MEDICINA Y REALIDAD VIRTUAL 123


Rodrigo Rub,o Martínez

1 S TOMA DE DECISIONES EN MEDICINA: PAPEL


DE LA INCERTIDUMBRE 129
Melchor Sánchez Mendiola

ix
X ÍN DICE DE CAPÍTULOS

16 HEURISTICAS COGNITIVAS EN MEDICINA 141


Melchor Sánche, Mend,ol.1 / Marlcll e LolJ!,to Valverdc

17 USO DEL TEOREMA DE BAYES EN MEDICINA.


ANÁLISIS DE DECISIONES CLiNICAS 151
Un Tonuco García / Melchor S~nche1 Mend,ola

18 INTRODUCCIÓN A LOS ELEMENTOS COGNITIVOS


DE LA INFORMÁTICA DEL DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL 165
Frank J. Pap;,

19 RAZONAMIENTO CLiNICO 181


Un ToinJCo García / Adnán Israel Martfnez Franco /
Melchor Sánchez Mend,ola

20 USO E INTERPRETACIÓN DE PRUEBAS DIAGNÓSTICAS 193


Luis Femando Kieffer Escobar

21 RAZONAMIENTO TERAPÉUTICO 201


Alberto Lifshrtz Guinzberg

22 MEDICINA BASADA EN EVIDENCIAS Y GUÍAS


DE PRÁCTICA CLÍNICA 207
Uri Torruco García / Melchor Sánchez Mendiola

23 PRÁCTICA CLÍNICA ESTÁNDAR Y EJERCICIO


CLÍNICO-PATOLÓGICO 215
Diddier Giovanni Prada Ortega

24 ERROR DIAGNÓSTICO 221


Mark L. Graber

2S SEGURIDAD DEL PACIENTE 227


Adrián Israel Martínez Franco / Melchor Sánchez Mendiola

26 DESARROLLO DE LA PERICIA: DE NOVATO A EXPERTO


EN MEDICINA 235
Melchor Sánchez Mendiola / Tania Vives Varela / Margarita Varela Ruiz

27 APOYO DE DECISIONES CLÍNICAS POR COMPUTADORA 245


Adrián Israel Martínez Franco

28 EVALUACIÓN DE LA TECNOLOGÍA EN SALUD 253


Adrián Alejandro Martínez González / Adrián Pacheco López

29 NANOTECNOLOGÍA, MEDICINA ROBÓTICA Y PRÓTESIS


INTELIGENTES 263
Samuel Paul Gallegos Serrano / Mario Luis Chao de la Cruz

30 BIOINFORMÁTICA (INFORMÁTICA BIOMOLECULAR) 275


Marvin Jaime Merino Casas / Diddier Giovanni Prada Ortega /
Alejandra Camacho Melina

3 1 TELEMEDICINA E IMAGENOLOGÍA 285


Adrián Israel Martínez Franco / Armando lniestra Morales

32 8/G DATA Y ANALÍTICA EN LAS CIENCIAS DE LA SALUD 295


Demetrio Fabián García Nocetti / Francisco Cervantes Pérez

33 PROSPECTIVA DE LA INFORMÁTICA BIOMÉDICA 311


Daniel Luna Biolatto / Álvaro Margolis Hirt /
Fernán González Bernaldo de Quirós

ÍNDICE ALFABÉTICO 319


1
INTRODUCCIÓN A LA
INFORMÁTICA BIOMÉDICA
Melchor Sánchez Mendiola / Adrián Israel Martínez Franco /
Luis Fernando Kieffer Escobar

«Cualquier médícó
OBJETIVO que pueda ser
reemplazado por
Analizar el concepto actual de Informática Biomédica y su importancia en la salud de la población.
una computadora
merece serlo.»
WARN ER V. SLACK

IN TRODUCCIÓN
Imagine cómo sería su vida sin las computadoras ni las tecnologías de información y comunicación
(TIC). ¿Qyé implicaría esta hipotética situación? ¿Puede imaginar una sociedad moderna funcional sin
la presencia ubicua -visible o no- de las computadoras y la tecnología? No hay faceta de las actividades
del ser humano en el siglo XXl que no utilice de alguna manera la búsqueda y aplicación de datos e
información. Ejemplos abundan: instituciones bancarias, agencias de viajes, vuelos en avión, estudios
universitarios, la búsqueda de pareja y, por supuesto, la atención y cuidado de la salud, entre muchos otros.
En la actualidad es imposible aprender y practicar la medicina moderna, así como planear y desarrollar
investigación básica o clínica de calidad en ciencias de la salud, sin el uso efectivo de las tecnologías de la
información para el procesamiento de datos y la generación de conocimiento. La sociedad espera de los
profesionales de la salud que estén capacitados en el uso de la tecnología para proporcionar atención
de calidad, y los pacientes emplean cada vez con más frecuencia la Red y la información disponible para
convertirse en una nueva generación de consumidores informados de su atención médica.
En este capítulo se ofrece un panorama general de la Informática Biomédica (IB) y se analiza
la evolución de su definición y las perspectivas futuras de esta disciplina.

CASO CLÍN ICO

Usted se encuentra en la sala de urgencias de un hospital de segundo nivel de atención en la provincia y recibe
a una mujer de 25 años de edad con embaraw de 38 semanas que acude por dificultad para respirar. Tiene una
evolución de 3 días con rinorrea, tos, fiebre, dolor de garganta, malestar general y dolor muscular, así como
el antecedente de contacto reciente con un caso de infección por virus de influenza HlNL
A la exploración física la paciente tiene fiebre de 39 ºC, frecuencias cardíaca y respiratoria de 110/min
y 30/min respectivamente, presión arterial normal, saturación de oxígeno del 88% y el latido cardíaco fetal es
de 160/min. Muestra datos de dificultad respiratoria con cianosis peribucal, tiros intercostales y estertores
alveolares en ambas bases pulmonares. Usted hospitaliza a la paciente y solicita es tudios de laboratorio
y gabinete para poder tomar decisiones cünicas informadas.

El caso presenta múltiples retos para la obtención efectiva y eficiente de datos e información, los cuales
tienen implicaciones informáticas para su adecuado manejo epidemiológico, diagnóstico y terapéutico:
0 Disponibilidad inmediata de la historia clínica obstétrica previa.
e, Información epidemiológica, clínica y de laboratorio del contacto con HlNl,
e, Registro y captura de los datos clínicos de la paciente en el servicio de urgencias y su disponibilidad
durante el resto de la estancia hospitalaria o para su traslado a un tercer nivel de atención.
0 Procesamiento rápido, disponibilidad e in terpretación de los estudios de laborato rio y gabinete.
0 Reporte adecuado y oportuno a los sistemas de vigilancia epidemiológica locales y nacionales.
© 2018. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
2 INFORMÁTICA BIOMÉDICA

o Recuperación de la evidencia científica publicada relevante de fuentes confiables originales, revisiones


sistemáticas y guías de práctica clínica basadas en evidencia.
• Integración en tiempo real de las múltiples fuentes de datos e información para tornar decisiones
diagnósticas y terapéuticas apropiadas, disminuir el riesgo de errores médicos y mejorar la protección
de la seguridad de la paciente.
• Posibilidad de realizar consulta a distancia con médicos especialistas.
o ¿Cuán difkil cree que sea realizar todo lo anterior en las in stituciones de salud de su país?

ZQUÉ ES LA INFORMÁTICA BIOMÉDICA?


RETOS DE UNA DEFINICIÓN
La viñeta clínica descrita pone de manifiesto varias de las posibles aplicaciones de la informática en la
práctica de la medicina clínica, propicia la reflexión sobre el potencial impacto de la 1B en la calidad de
la atención de los pacientes, y nos conduce a explorar el modelo conceptual de su definición. ¿Qyé es
la Informática Biomédica? ¿Es el simple uso de las computadoras en la práctica de la medicina o algo
más? Tradicionalmente, cuando los profesionales de las ciencias de la salud o la comunidad en general
piensan en informática, lo primero que les viene a la mente es el uso del equipo de cómputo (hardware
y software) en las actividades cotidianas: administración del hospital o el consultorio, historia clínica
electrónica, aparatos de radiodiagnóstico y de laboratorio, programas de estadística y análisis de datos,
entre otras. Esta percepción superficial dista mucho de la compleja realidad actual de la 1B porque se
limita al uso de las herramientas tecnológicas, cuando el concepto moderno de IB abarca mucho más
(Bernstam et al., 2010; Hersh, 2009; Shortliffe y Blois, 2014). .
Desde hace medio siglo, los profesionales que trabajan en 1B han discutido qué nombre asignar al uso
de las ciencias relacionadas con las computadoras (ciencia de las computadoras, ciencias de la información,
ciencias cognitivas, por ejemplo), cuya historia puede revisarse en los tratados de la materia (Shortliffe y
Blois, 2014; van Bemmel y Musen, 1997). Como resultado de estas reflexiones, a lo largo de las ültimas
décadas diversos autores han propuesto definiciones con orientaciones diferentes acordes con su origen
profesional u orientación académica.
El campo científico que surgió del encuentro de la medicina y la biología con la computación, se
enfrenta al reto conceptual de intentar definirlo, a menudo cualquier actividad relacionada con la com-
putación se etiqueta como informática y existen mültiples campos disciplinarios que estudian alguna de
las áreas de lo que ahora conocemos como 1B (Bernstam et al., 2010; Musen, 2002). ¡Intentar definir
un concepto se encuentra con el problema de que existe por lo menos una docena de definiciones de
«definición»! (Wikipedia, 2017a). Incluso suscita controversia intentar poner límites concretos a la dis-
ciplina de IB, porque cualquier definición puede excluir áreas de trabajo importantes.
Para fines del estudio de la 1B en las ciencias de la salud es conveniente formular una definición
obtenida por consenso. El propósito es que las personas que se inician en este campo del conocimiento
tengan un punto de partida conceptual. Definir la disciplina no intenta ser un juicio de valor, pero es
importante reconocer la categoría de ciencia en la 1B por las siguientes razones conceptuales y prácticas
(Bernstam et al., 2010; Kulikowski et al., 2012; Musen, 2002): diseño de programas educativos (cursos
de pregrado, posgrado y educación continua); comunicación entre las diversas disciplinas tradicionales
que integran la IB, así como entre las organizaciones formales de la disciplina; decisiones adminis-
trativas (creación de departamentos académicos en instituciones educativas y de salud, contratación de
profesores y personal auxiliar, asignación de áreas físicas y oficinas); reconocimiento de la madurez que la
disciplina ha alcanzado en varias partes del mundo; la amplia diversidad profesional de sus integrantes;
sus fundamentos científicos y las contribuciones que ha realizado al saber humano; y, por ültimo y tal vez
más importante, la creación de una agenda de investigación que produce conocimiento original sobre la
disciplina para identificar sus preguntas fundamentales de investigación básica y aplicada (Figura 1.1).
Para establecer una definición integradora de IB, algunos autores han propuesto considerar categorías
de definiciones (Bernstam et al., 2010; Hersh, 2009; Staggers yThompson, 2002):
0 Definiciones orientadas a la tecnología de la información: este grupo hace énfasis en las computado-
ras y las tecnologías como herramientas que definen la disciplina, al usar términos como «computación
en medicina» y «computación clínica». Aunque es obvio que las computadoras son herramientas
muy importantes para la práctica de la medicina, enfocarse en la herramienta más que en el trabajo
y los conceptos de la disciplina en sí hace que la perspectiva sea inadecuada. Citando a Bernstam
(2010), es como si definiéramos la cardiología como «el uso de los estetoscopios en medicina»; es
CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN A LA INFORMÁTICA BIOMÉDICA 3

Naturaleza interdlsclpllnaria de la lnfonnátlca Biomédica

Ciencia de las Cien cia de las


computadoras com putado ra s
(hardware } (so~ware)

Cienci as
cognitivas, Bioingeni eria
toma de
decisiones Informática
Biomédica

Epidemiología
Ciencias y estadística
administrativas

Ciencias
Ciencias
biomédicas
clínicas
básicas

FIGURA 1. 1 Esquema de las diferentes ciencias y disciplinas que confluyen en la Informática Biomédica. (Adaptado a partir
de un diagrama provisto por la American Medica/ lnformatics Association [AMIA], abril de 2017. Reproducido por cortesía de la AMIA
y del Dr. Edward Shortliffe.)

un enfoque demasiado restrictivo. Esta categoría de definiciones tiene dos consecuencias negativas:
lleva a introducir el uso de las computadoras en todos los puntos posibles para resolver problemas
en medicina («si lo que tienes es un martillo, todo te parece un clavo»), cambiando el objetivo de
mejorar la calidad de la atención médica por el de «computarizar» el sistema de salud, lo cual no
necesariamente es bueno sin una estrategia integral con visión de largo plazo; y la segunda, quizá
más importante, es que estas definiciones no contienen los conceptos más importantes del uso de la
IB que no recurren a las computadoras, como los procesos cognitivos de razonamiento clínico, las
heurísticas que los profesionales de la salud utilizamos en las decisiones diagnósticas y terapéuticas,
los flujos de trabajo en los ambientes clínicos, los factores de ingeniería humana para la prevención
de errores en medicina, entre otros.
o Definiciones basadas en roles, tareas o dominios: esta categoría se centra en la función de la
informática dentro de las organizaciones; por ejemplo, informática de enfermería, informática de
salud pública e informática clínica. La desventaja de esta definición es que tiende a fragmentar la
disciplina de la IB y sus interacciones entre los componentes del equipo de salud (médico, veterinario,
enfermera, salubrista, ingeniero, odontólogo, administrador, laboratorista), e implica que los proyectos
de informática elaborados solo serán aplicables y relevantes al área en que se generaron.
o Definiciones orientadas a conceptos: se dirigen a modelos conceptuales específicos, como el de datos,
información, conocimiento y sabiduría (Ackoff, 1989). Estas definiciones se enfocan en conceptos
más amplios e importantes que las herramientas; el inconveniente es que en ocasiones pueden ser
definiciones muy complejas y no lo suficientemente detalladas para operacionalizarse y ser entendidas
"= por los usuarios (Tabla 1.1).


'O

Para fines de este libro se usará la definición de la American M edica! Informatics Association (AMIA,
g www.amia.org), la organización más importante del mundo que agrupa a los expertos de esta disciplina:
" «Informática biomédica es el campo científico interdi sciplinario que estudia y persigue el uso efectivo
.i de datos, información y conocimientos biomédicos, para la indagación científica, la solución de pro-
g- blemas y la toma de decisiones, motivada por los esfuerzos para mejorar la salud humana» (Kulikowski
B et al., 2012; Shortliffe, 2010). Esta definición es una de las más aceptadas por los organismos académicos
internacionales que se dedican a la investigación y aplicación de la disciplina, y combina las categorías
-~ de rol, tarea o dominio con la orientada a conceptos (datos, informac ión, conocimiento). Consideramos
que la taxonomía de datos-información-conocimiento-sabiduría tiene la suficiente importancia como
@ para dedicar un capítulo de este libro al tema (capítulo 2).
4 INFORMÁTICA BIOMÉDICA 7
TABLA 1. 1 Algunas definiciones de Informática Biomédica
Autores
G rNme$ y ShortlifTe, 1990
Deflnlclón
Ca'.npo que _se OC\1p• de lns tarens cognitivas, de procesamiento
d~ mfo~nnnón y de comunicaci6n de b prJctica, educación
Categorfa
Basad:1 en dominio,
y r.ueas
-
e 11 wcst1gaci6n médirns, incluyendo las ciencias de l:1 información
J' la tecnología parn apoyar estas tareas.
Shortliffe y Blois, 20 14 Campo científi co que se ocu pn de la in fo rm ación, los datos Orientada
Y el conocimiento biomédicos, y su alm acenamien to, recuperación a concepto~
Yuso óptimo para resolver problemas y tomar decisiones.
Van Bemmcl, 1984 Comprende los aspectos teóricos y prácticos del procesa miento Y Basada en dominios
la comunicación de la información basados en el conocimiento y rareas
Yla experiencia derivados de los pr~cesos en medici na y el cuidado
de la salud .
Van Bemmel En la informática médica se desarrollan y evalúan métodos Basada en roles,
y Musen, 1997 y sistemas para la adquisición, el procesamiento y la interpretación tareas y dom inios
de datos del paciente con ayuda del conocimie nto que se obtie ne
en la investigación científica.
Wikipedia, 2017b Es la aplicación de la informática y las comunicaciones al área de O rientada
la salud mediante el uso del software médico, form ando parte a tecnología
de las tecnologías sanitarias. Es la intersección de las ciencias de la de la información
información, las ciencias de la computación y la atención de la salud.
Se ocupa de los recursos, los dispositivos y los métodos necesarios
para optimizar la adquisición, el almacenamiento, la recuperación
y la utilización de la información en salud y biomedicina.
Bcmstam et al., 2010 Es la ciencia de la información en la cual esta se define como Orientada
datos con significado. Informática biomédica es la ciencia a conceptos
de la información aplicada a, o estudiada en, el contexto de
la biomedicina.

El grupo de trabajo de la AMIA agrega los siguientes cuatro corolarios a la definición anteriormente
anotada (Kulikowski et al., 2012):
l . La IB desarrolla, estudia y aplica teorías, métodos y procesos para la generación, almacenamiento,
recuperación, uso y compartición de datos, información y conocimientos biomédicos.
2. La IB aporta y potencia a las ciencias y tecnologías de la computación, de la comunicación y de la
información para su aplicación en medicina y ciencias biomédicas.
3. La IB investiga y apoya el rawnamiento, el modelaje, la simulación, la experimentación y la trans-
lación a través de todo el espectro de moléculas a poblaciones, tratando con una variedad de sistemas
biológicos y construyendo puentes entre la investigación básica clínica y la práctica en los sistemas de
atención de la salud.
4. La IB utiliza las ciencias sociales y de la conducta para informar el diseño y evaluación de soluciones
técnicas y la evolución de sistemas complejos económicos, éticos, sociales, educativos y organizaciona-
les, reconociendo que los usuarios de la información biomédica en última instancia son seres humanos.
La página de Internet de la AMIA contiene una sección dedicada a «la ciencia de la informá-
tica» donde puede obtenerse una presentación en PowerPoint del modelo conceptual propuesto:
h ttp://www.amia.org/abo ut-amia/science-informatics.
La Figura 1.2 muestra de manera gráfica la 1B en perspectiva, mostrándola como un continuo extenso,
desde el aspecto más básico con sus respectivas teorías, métodos y técnicas (lo que la hace ciencia per se)
hasta sus interacciones bidireccionales con las diferentes aplicaciones en las ciencias de la salud (desde
la bíoinformática hasta la salud pública) en el creciente espectro de procesos moleculares a aplicaciones
poblacionales (Kuhn et al., 2008; Kulikowski et al., 2012; Shortliffe y Blois, 2014).
Es importante aclarar que "bioinformática» se refiere específicamente a la informática biomolecular
con aplicaciones en genómica (capítulo 30) y que lo que antes se llamaba «informática médica» ahora se
refiere como informática clínica, por lo que el término «Informática Biomédica» usado en este libro cubre
las dos y, aún más, incluye la informática en enfermería, en salud pública, etc. Otro término que también
se emplea en el área es «informática en salud» (health infarmatics, e-health), que generalmente engloba
la informática clínica y la informática en salud pública (Hersh et al., 2010; Shortliffe y Blois, 2014).
CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN A LA INFORMÁTICA BIOMÉDICA S

También vale la pena sefialar que la disciplina de 1B tiene límites indefinidos; por ejemplo, la farma-
cogenómica, en la que se superponen _la_ inform:í_ti ca cl1~ica y 1~ ~ioinf~rmática; las_ imáge~es bio~o-
leculares, en las cuales se mezclan la b10111formáttca y la mformattca de tmagenologia; y la mfo rm áttca
del consumidor de servicios de salud, en la que se combinan la info rm áti ca clínica y la informática de
salud pública. Al superponerse varias de las disciplinas sefialadas en la Figura 1.2, las fronteras que las
dividen se convierten en un blanco móvil que fluye de manera permanente de acuerdo con los avances
de las diferentes ciencias, como un todo en el que los componentes se nutren y potencian entre sí, un
sistema complejo adaptativo y dinámico (Shortliffe y Blois, 2014; Stead et al. , 2011).
Se remite a los lectores interesados en la historia de la IB al tratado de Edward Hance Shortliffe
(Shortliffe y Blois, 2014) y a la siguiente fuente en la Red: http://www.m c.vanderbilt.edu/dbmi/
bmigradprog/background.html.
El lector puede consultar a Bernstam et al. (2010) para una discusión más amplia sobre las di-
ferentes implicaciones de la definició n moderna de IB. El texto ofrece varias perspectivas que
propician una profunda reflexión sobre el tema, entre ellas la distinción clara de la IB con campos
como la ciencia de las computadoras y la inteligencia artificial; la brecha que separa a los seres hu-
manos de las computadoras, con énfasis en la superioridad del ser humano sobre la máquina; y la re-
levancia educativa del estudio de la información, además de otros aspectos importantes (Bernstam
et al. , 2010).

PERSPECTIVAS ACTUALES Y FUTURAS


DE LA INFORMÁTICA BIOMÉDICA
Después de explorar los aspectos conceptuales de la definición de IB, volvamos a las reflexiones del caso
clínico con el que iniciamos el capítulo: la solución de problemas en medicina representa un continuo
que incluye las bases científicas de las ciencias biológicas, sociomédicas y clínicas; la captura, colección
e interpretación de señales, y la aplicación de los datos y la información para generar conocimiento
y sabiduría en la atención clínica del individuo y la población.

Informática Biomédica en perspectiva

Métodos, técnicas y teorías


de la Informática Biomédica
Investigación
básica

Investi gación Informática


Informáti ca Inform ática
apl icada de salud
Bioinformátíca de imagen clínica
y práctica pública
' ;:ñ

.s
c..
8 Procesos
Tejidos
8 celulares y Individ uos Poblacio nes
& moleculares y órganos (pacientes ) y sociedad
..:
-~ 12
FIGURA · ES.quema conceptual de la Informática Biomédica y sus múltiples relaciones con los espectros de la investigación
¡;¡ Y de la com_ple¡,dad de los sistemas biológicos. {Adaptado de un diagrama provisto por la American M edica/ lnformatics Association
© [AMIA] , abnl de 2017. Reproducido por corres/a de la AMIA y del Dr. Edward Short/iffe.)
6 INFORMÁTICA BIOMÉDICA
7
Para la solución del problema clínico descrito se requieren algunas piezas fundamentales: la repre-
sentación de datos, información y conocimiento; el almacenamiento y recuperación de la información
(tanto de la estructurada corno de la no estructurada); el procesamiento de las señales; el análisis de
decisiones; los sistemas expertos (naturales y artificiales); el diseño de la interfaz de la tecnología con el
usuario; y los diversos estándares para tener una comunicación y un funcionamiento fluidos y efectivos
en la atención médica .
La c.iencia de la IB tiene múltiples áreas de aplicación en la atención de la salud, incluidas las si-
guientes:
• Modelos biomoleculares, medicina genómica.
• Sistemas de archivo y transmisión de imágenes (PACS, picture archiving and communications system)
digitales.
O Sistemas de cardiología.
0 Sistemas de información de laboratorios clínicos y de investigación.

• Expediente clínico electrónico.


• Telemedicina.
0 Sistemas de información hospitalaria y de salud pública.

GI Herramientas educativas.

La 1B se ha convertido en uno de los pilares de la atención médica de calidad en varias partes del
mundo y existe el consenso de que aún es dolorosamente subutilizada en países tanto desarrollados
como en vías de desarrollo (Kuhn et al., 2008; Shortliffe y Blois, 2014); en consecuencia, es necesario
promover su conocimiento a todos los niveles de las instituciones educativas y de salud, iniciando
desde la formación de pregrado y continuando en el posgrado (Hersh et al., 2010; Sánchez-Mendiola
et al., 2011, 2013; Shortliffe, 2010). El crecimiento e incorporación de la 1B en la práctica de la medicina a
nivel internacional ha avanzado al grado de que, en el año 2011, el American Board ofMedical Specialties
de Estados Unidos aprobó la 1B como una nueva especialidad clínica. Lo anterior ocurrió después de un
largo y complejo proceso que legitimó esta disciplina ante la comunidad médica internacional y que ha
llevado a la elaboración tanto de las competencias nucleares de IB necesarias para impartir educación de
posgrado en la disciplina como de los exámenes para certificar a médicos con la especialidad (Kulikowski
et al., 2012).
En la actualidad existen varias fuerzas que impulsan el desarrollo y crecimiento de la IB:

o Costos de la atención de la salud.


o Apoyo de decisiones, errores médicos.
o Medicina genómica, medicina individualizada.
o Crecimiento explosivo de las publicaciones médicas y de las ciencias biológicas.
o Expediente clínico centrado en el paciente.
o Aspectos éticos como la privacidad y confidencialidad de la información.
o Investigación «traduccional» (translational research).
o Desastres naturales y problemas de salud pública.
o Avances tecnológicos vertiginosos y costos más accesibles del hardware.
o Utilización creciente de la Red y las herramientas de Web 2.0 por la sociedad y los profesionales de
la salud.
Afortunadamente, como respuesta a todo lo anterior, la 1B se está consolidando como una disciplina
específica con enorme potencial para transformar la atención de la salud; existen varias organizaciones
profesionales que se dedican al avance y difusión de la disciplina, así como revistas científicas de alto
impacto que publican los trabajos de investigación relevantes para el desarrollo de la IB, lo que garantiza
que la disciplina continuará creciendo en el futuro cercano hasta ocupar el lugar que se merece en el
concierto científico y de atención de la salud internacional (Tabla 1.2).

ACTIVIDADES DEL CAPÍTULO Y CON CLUSION ES


Elabore un mapa conceptual sobre el concepto de IB. Puede utilizar CmapTools, una herramienta
poderosa y gratuita para construir mapas conceptuales diseñada por el Florida Institute for Human and
Machine Cognition (http://cmap.ihmc.us/).
CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓ N A LA INFORMÁTICA BIOMÉDICA 7

TABLA 1.2 Algunas organizaciones y revistas periódicas de importancia


para la Informática Biomédica a nivel internacional
N ombre Dirección electrónica
American f\icd.i ca.l l nfonmttics Associ:1tion www.amia .org

lntcmational Medica! lnfonnntics Association www.imia-mcd in fo.o rg


Federación de l nfom1iltica Médica paro A mérica Latina http ://www.imi alnc.org
y e! Caribe
Socicty for M edica! Decision M aki ng www.smdm.org
]oun111/ ofthc Amr,-irnn Medien! lnfa,·m11tic5 Associntfon http://jami a. bmj .com
M edirnl D trisio11 Mnking http: //journals.sagepub.co m/ home/mdm
Computrrs in Biology nnd M ediri11e http://www.scicnccdirect.com/scicnce/journal/00104825
https:// www.journals.clsevicr.com/
computcrs-in -biology-and- mcdicinc
Artificial l 11telligence in Medicine www.aiimjournal.com
Journal ~(Medica/ I nternet Research www.j mir.org
http://www.ncbi .nlm.nih.gov/pmc/journals/224
BMC Medica/ l nfarmatics and Dcrisio11 Making http://www.biomcdcentral.com/bmcmedinfo rmdecismak
journal of Biomedical lnformatics https://www.journals.elsevier.com/
journal-of-biomedical-informatics
Souru Code for Biology and Medicint http://link.springer.com/journal/13029
H ealth lnfarmatics Journa/ http://journals.sagepub.com/home/jhi
Methods oflnformation in Medicine http://journals.sagepub.com/home/jhi

Ahora imagine el siguiente desenlace del caso clínico, analícelo y reflexione sobre él:
o Resultó imposible conseguir el expediente obstétrico previo de la paciente y fue necesario integrar
un nuevo expediente en papel, en el que capturó otra vez la información para enviarlo a la sala de
hospitalización.
o Los estudios de laboratorio y gabinete se realizaron y tuvo que recogerlos personalmente en diferentes
lugares del hospital y a distintas horas, con la pérdida de tiempo que ello implica.
o El acceso a Internet es deficiente, así que no pudo enviar el reporte al sistema epidemiológico local
de manera oportuna; tan solo se limitó a escribir un documento en el formato en papel que remitió
a la instancia administrativa correspondiente.
o Al no tener información científica reciente y de calidad disponible electrónicamente, y con la biblioteca
del hospital cerrada por ser de noche, solo dispuso como fuente de consulta de una edición antigua
del Harrison de medicina interna.
et Pidió consulta con el ginecólogo y el infectólogo del hospital, quienes no estaban disponibles por el
momento (les dejó un recado escrito en el puesto de enfermeras).
o Ante este escenario, usted decidió solicitar el traslado de la paciente a otro hospital para su atención
médica apropiada, lo cual lo obligó a escribir una nota e indicaciones de traslado en un formato en
papel (lo que requiere capturar de nueva cuenta toda la información porque el expediente y las notas
que se generaron al ingreso se quedarán en el archivo del hospital).
·,:;
-'5 Ahora discuta con sus compañeros sus experiencias person al es con el sistema de salud (como paciente,

·e como familiar de paciente y como profesional de la salud) y las implicaciones que percibe para el uso de
2
¡¡ la IB en escenarios similares.
-~ En conclusión, es necesario incorporar de manera razonada la IB en nuestros procesos de atención

l
de la salud, y los profesionales de la medicina deben adquirir las competencias necesarias en este campo de
la ciencia.
&
... Referencias
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·,:
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COMUNICACIÓN,
ESTÁNDARES
E INTEROPERABILIDAD
Fabián Fernández Saldívar / Esteban Arrangóiz Arechavala /
Manuel Millán Hernández

«La comprensión
OBJETIVO mutua sería
Describir los elementos necesarios para el manejo de información en sistemas relacionados
enormemente
facilitada por el
con las ciencias de la salud: comunicación, estándares e interoperabllldad.
uso de una lengua
universal.»
N IKOLA TESLA

IN TRODUCCIÓN
Como se describió en capítulos anteriores, la Informática Biomédica implica el manejo y uso de infor-
mación para lograr establecer elementos de certeza en la toma de decisiones y la solución de problemas
en medicina. Para este capítulo se analizaron diversos modelos teóricos que describen la importancia
de procesar adecuadamente los datos que provienen del entorno, para convertirlos en información
que potencialmente tenga la capacidad de brindar la comprensión o el aprendizaje de un fenómeno
relacionado con las ciencias de la salud. De este modo, entendemos que, cuando existe esta comprensión,
se tiene el potencial de predecir el comportamiento del fenómeno de estudio ante la variación de los
factores implicados, es decir, de adelantarse a los resultados posibles luego de intervenir y así poder elegir
el resultado más favorable: una decisión médica acertada. Por esta razón, la optimización del sistema de
información dentro del fenómeno de la comunicación puede proporcionar una ventaja considerable en
la solución de problemas.
Es evidente que existen diversos niveles de incertidumbre en la toma de decisiones en medicina,
dependiendo del número de variables relacionadas, las consecuencias de la decisión que se va a elegir,
los costos implicados, el tiempo disponible para seleccionar una solución, y todo esto está estrechamente
relacionado con la cantidad de información disponible; de este modo, mientras más información acertada
se logre obtener respecto al comportamiento de un sistema, menor será la incertidumbre de los posi-
bles resultados. A continuación, analizaremos la estrecha relación entre la información y el proceso de
comunicación.

CASO CLÍN ICO

Dos pacientes adultos que presentan múltiples lesiones secundarias a un accidente automovilístico acuden
para recibir atención médica al servicio de urgencias de un hospital de segundo nivel. Al intentar realizar el
interrogatorio de primer contacto, el personal de salud se percata de que los pacientes son sordomudos, lo
cual dificulta el proceso de atención médica. (¿Usted qué haría para brindar la atención?) El médico adscrito
a cargo de la guardia le indica a su equipo de trabajo que navegue en Internet para consultar herramientas
que les ayuden a traducir el lenguaje de señas y poder realizar el interrogatorio.

En el caso descrito resulta evidente la necesidad de expresar y comprender las manifestaciones presentes
en el proceso de salud-enfermedad y la importancia de las tecnologías como elementos potenciadores de
las capacidades humanas, para poder ver, escuchar, expresar y entender más allá de nuestras posibilidades;
en la actualidad, las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y los estándares representan un
elemento indispensable en el proceso de atención médica, desde la obtención, almacenamiento y manejo
de los datos, hasta la interoperabilidad para su intercambio y uso en la toma de decisiones.

© 2018. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos 17


18 INFORMÁTICA BIOMÉDICA

Dchemus consielcmr que los sistemas de comunicación que integran la toma de decisiones en medicina
numcntnn ele c:omplejidnd al agregar otros elementos de por medio, como sistemas automáticos de manejo
y nn~lisis ele in fo rm ación, sistemas ele t·elecomunicacioncs y sistemas de alm ace namiento y difusión,
~ntrc otros. De este modo, se d~l~c anali za r el fcnóm ~no de cormrni cación _en lo_s sistemas tecnológicos
111vol11crados en la toma de dec1s1oncs para los profcs1onales de la salud e 1dcnt1ficar la importancia de
estable'.'~r estñ~1?arc ~ entre h~manos-humanos, hum anos-máquinas y máqu inas-máquinas para lograr
transmitir y ut1h z.ar 111formac1ón.

COMUN ICACIÓN
Exi sten múltiples niveles de interacción entre los sistemas que competen a la Informática Biomédi ca,
y en todos ~ll_os existe m_1 potencial intercambio de información que puede aportar elementos en la
~oma de dec1s1ones; por e_¡emplo, la composición molecular en el material genético de un paciente, al ser
interpretada_ adecuad~mente, puede proporcionar información respecto a la probabilidad de desarrollar
acondroplasia produc'.d~ por las mutaciones c. l 138G >A (p.Gly380Arg) 0 c.1138G > C (p.Gly380Arg)
del FGFRJ (?antillan-Garzón et al., 2015), como si se tratara de un mensaje codificado en el material
geneti~o del paciente, con el potencial de ser comprendido una vez que se descodifique en términos
entend1bles para los médicos.
Ejemplificad_o en_ otro nivel, un hombre de 22 años de edad acude a consulta para conocer la probable
causa de d?s ep1sod1?s de pérdida de conciencia. La historia clínica del paciente describe antecedentes
de convuls10nes febnles cuando era niño. Los resultados del examen neurológico, el electrocardiograma
)' la tomografía computarizada fueron normales. También se realizó una prueba de inclinación de 80º
)' sus resultados fueron compatibles con el diagnóstico de síncope vasovagal (Noguera Alfonso et al., 2007).
En este caso se puede identificar cómo la información relevante se encuentra en un mensaje codificado
)' almacenado años atrás en la historia clínica del paciente y en los estudios realizados.
El proceso de intercambio de información ha sido descrito en diversos modelos de comunicación pro-
puestos por autores como Lasswell, quien plantea las siguientes preguntas para identificar los elementos
presentes: ¿quién dice qué? -emisor/mensaje-, ¿en qué canal? -medio-, ¿a quién? -receptor-
)' ¿con qué efecto?-reacción/decisión- (Lasswell, 1985).
Imaginemos a un médico analizando los estudios de un paciente preguntándose: ¿qué me tratan de
decir todos estos hallazgos clínicos? Le sugerimos al lector que relacione estas preguntas con los escenarios
clínicos descritos e intente identificar los elementos de comunicación y las potenciales causas de errores
en todo el proceso, derivando en la toma de decisiones equivocadas o acertadas.
Como Sajid Lonngi menciona, «la comunicación es una actividad de intercambio de información
entre dos o más participantes que transmiten o reciben significados a través de un sistema compartido
de signos y normas semánticas» (Lonngi, n.d.). Es interesante reflexionar que muchos pacientes envían
múltiples mensajes al médico aun sin la intención de hacerlo, por ejemplo, mediante la manera en que
describen elementos subjetivos u objetivos, o mediante el análisis del laboratorio; del mismo modo, si un
médico no puede ocultar su reacción al estar revisando los resultados del laboratorio frente al paciente,
puede estar enviando mensajes de certeza o incertidumbre sin darse cuenta.
Finalmente, Lonngi describe tres categorías de sujetos principales en las que se puede clasificar la
comunicación en general: los seres humanos (lenguaje), los organismos vivos (biosemiótica) y los dis-
positivos de comunicación habilitados (cibernética). En nuestro contexto, los tomadores de decisiones
en las ciencias de la salud pueden actuar dependiendo de la información que procede de los pacientes, de
sus pares, de investigadores y científicos, del análisis computarizado de dispositivos tecnológicos e incluso
de fenómenos holísticos relacionados. De este modo, la complejidad del análisis de los fenómenos de
comunicación resulta ingente; sin embargo, en este capítulo nos centraremos (desde la perspectiva de la
Informática Biomédica) principalmente en los elementos de cibernética que intervienen en el proceso
de intercambio de información en ciencias de la salud.
Nuestra limitación para predecir el resultado futuro de las acciones tomadas hace complicada la toma
de decisiones, pero la información disponible de los posibles resultados disminuye la incertidumbre;
de este modo, integrar un análi sis probabilístico entre los factores de error en la transferencia de los
mensajes y la capacidad de predecir los efectos que un mensaje puede causar 1se convierte en un elemento

'Como el propuesto por Weaver y Sh annon (1 964), teoría de la inform ación o teoría matemática de la comunicación, quienes
establecieron los _principios para el manejo auto matizado de información codificando mensajes matemáticamente en su obra
Recm t Contnbullons lo The Mathmwticnl Theory oJC0111111unimtion.
CAPÍTU LO 3 COMUNICACIÓN , ESTÁNDARES E INTEROPERABI LIDAO 19

Fuente de inform ación


(emisor)

· ransm isor Seña


_ , .l. .

Fuentes de ruido

Situación o contexto
Situación o contexto
del em iso r
del receptor

FIGURA 3. 1 Esquema del modelo de comunicación adaptado del diagrama esquemático de un sistema general de comunicación .
(Adoptado de Shonnon. 200 / .)

relevante en la toma de decisiones y solución efectiva de problemas. A continuación, describimos los


elementos básicos mencionados en diversos modelos de comunicación (Figura 3.1) y los posibles errores
de comunicación que pueden derivar de cada elemento.
Iniciaremos describiendo al emisor, que es la entidad que se encarga de generar los datos que se
transmitirán mediante un mensaje. Al respecto, es común que los estudiantes en formación confundan
al emisor con un transmisor, por ejemplo, si argumentan que su fuente de información es «Internet o
Google», cuando en realidad deberían referirse al autor de la publicación. Un escenario común de error
por parte del emisor se presenta cuando el médico intenta explicarle a su paciente las causas y efectos
de su enfermedad, utilizando terminologías técnicas que el paciente no conoce y, por lo tanto, este no
comprende la explicación; del mismo modo, en nuestro caso clínico de estudio, los principales2 emisores
son los pacientes sordomudos.
Una vez emitido un mensaje, un transmisor transforma y codifica la información, y genera señales
electromagnéticas que pueden ser enviadas a través de diversos medios, como el sistema de telemedicina
de un hospital o el canal de videos en un portal de Internet. Los errores de comunicación por parte de
los transmisores generalmente están asociados con problemas técnicos o de interoperabilidad y sus-
ceptibilidad al ruido que interfiera en el mensaje original. Pensemos, por ejemplo, en todos los errores
que pueden derivarse durante una teleconferencia acerca de la prevalencia combinada de sobrepeso y
obesidad en México, que será «transmitida» a través de Internet mediante la página web de la institución
organizadora, considerando toda la infraestructura y tecnología necesaria para el enlace, y la capacidad del
servidor local para responder a las peticiones de todos los dispositivos que intentan acceder al contenido,
con todos los requerimientos técnicos y de infraestructura que esto implica durante una fuerte tormenta.
En nuestro caso clínico, la transmisión se realiza mediante las manos, que describen el lenguaje de señas.
El medio físico a través del cual se transmite el mensaje desde el emisor hasta el receptor se denomina
_g «canal de comunicación», y puede ser el mismo aire mediante el cual viajan las ondas acústicas de la
voz en una clase magistral, las ondas del espectro electromagnético de la luz visible (como en el caso de
mensajes transmitidos con lenguaje de señas en el caso clínico descrito al inicio del capítulo), el papel y
la tinta de una receta escrita o un medio digital de fibra óptica que transporta un mensaje entre sistemas
-~ de información hospitalaria. Los errores que derivan de este elemento están ampliamente asociados con
·g ruidos o barreras físicas que limitan o distorsionan el mensaje original.
« La entidad que recibe el mensaje emitido se denomina «receptor» y es la que realiza un proceso
::: inverso al del emisor, ya que descifra e interpreta los signos, es decir, descodifica el mensaje. El receptor

re-: generalmente tiene una capacidad limitada para recibir todos los datos enviados por el en1isor y logra
recibir adecuadamente solo algunos; esta cantidad de info rmación que un receptor tiene la capacidad de

"
-~ 'Vale la pena aclarar que el fe nómeno de com unicación puede se r comp lejo y dinám ico, considerando que también el personal de
it primer contacto o los médicos tratantes se convierten en em isores de in formación (p. ej. , emiten el mensaje de que desconocen
W el lenguaje de señas) ; sin embargo, manrend rcmos los ejemplos de los concept os mci1¡:ionad" s relacionados con los elementos
(Q) más representati vos por sentido común.
20 INFORMÁTICA BIOMÉDICA

percibir se conoce como «capta•. En una consulta médica, por ejemplo, el paciente (emisor) provee de
datos al médico tratante (receptor), quien debe descodificar la información que llega a él de manera verbal,
mediante la ex-ploración física o exámenes de gabinete o de laborato rio. Los errores de comunicación
que pueden derivar de parte del receptor están asociados con la incapacidad de descodificar el mensaje
por falta de contexto, desconocimiento de la codificación, actitud inadecuada debido a prejuicios, falta
de empat:ía o voluntad e incapacidades físicas, entre otros . En los escenarios clínicos es común el error
de cierre premat1.1ro en los diagnósticos, un fen ómeno que limita a los médicos para que amplíe n el
contexto de la infom1ación analizada de un paciente con datos adicionales (a pesar de que estos datos
puedan estar disponibles), ignorando de este modo posibilidades O resultados relevantes en el proceso
diagnóstico. Este error se atribuye al médico como receptor, al limitar su capacidad de integrar la mayor
cantidad de información disponible en su generación de diagnósticos. .
El contexto donde se desarrolla la comunicación se denomina «situación o marco de referencia",
y es el conjunto de circunstancias que afectan tanto al emisor como al receptor condicionando la inter-
pretación del mensaje . Las circunstancias involucradas pueden tener una connotación política, social,
cultural e incluso ~emporal; por ejemplo, cuando un paciente proveniente del municipio de Zinaca~tán,
en el estado de Chiapas, en México, quien únicamente habla la lengua tzotzil, se encuentra en una umdad
de atención médica en Ciudad de México y recibe una explicación por parte del personal de enfermería
respecto a la suministración de su tratamiento después de presentar un probable cuadro de influenza. En
este caso, resulta evidente que la diferencia en el contexto cultural, social, político e incluso religioso entre
el personal de enfermería (emisor) y el paciente (receptor) representa un reto en la transmisión eficiente
de la información. En este caso, al igual que en el caso clínico del inicio del presente capítulo, es posible
conocer el estándar utilizado en la codificación establecida por el emisor con ayuda de herramientas
tecnológicas, por ejemplo, traductores.
En un sentido más general, el objeto de la comunicación es la transmisión de un mensaje, definido
como la secuencia de signos, símbolos o señales que el emisor elabora y envía a uno o varios receptores
a través de un canal de comunicación. Cuando el mensaje aporta elementos de utilidad que el receptor
logra identificar o contextualizar, entonces el mensaje se considerará como información. Como describe
la Norma Oficial Mexicana NOM-024-SSAJ-2012, la información (en el contexto clínico) proporciona
elementos relevantes para la salud o el tratamiento de un paciente y se registra por o en nombre de un
profesional de la salud; puede incluir información del paciente, de los familiares o del entorno. Im-
plica la codificación de datos (como potencial información, conocimiento y evidencias) relacionados
con la generación, acceso, difusión y uso del personal, servicios, recursos, afiliados, derechohabientes,
beneficiarios, pacientes, tratamientos y resultados dentro del sector salud. Incluye indistintamente
información estadística, epidemiológica y financiera {Secretaría de Salud, 2012).
La representación de una idea o fenómeno contenido en el mensaje mediante un vocabulario o
conjunto de signos y símbolos no arbitrarios se denomina «codificación». Esta codificación permite
también el almacenamiento del mensaje, como es el caso de libros de texto (codificados con letras), bases
de datos, documentos, publicaciones, historias clínicas, imágenes radiológicas, etc. En general, hay dos
niveles de codificación de estos datos médicos: la abstracción y la representación. La abstracción implica
la exploración de los datos registrados y su asociación con una terminología o etiqueta que los describa
de forma general y breve. Por ejemplo, a un paciente que fue admitido en el hospital y cuenta con un
largo y complejo historial médico, con fines de facturación y administración, puede referírsele únicamente
con un diagnóstico de infarto de miocardio, o «121», reduciendo el conjunto completo de información
a un código único. La representación, por otro lado, busca codificar tanto detalle como sea posible;
por ejemplo, incluir en extenso un registro médico con los códigos para cada hallazgo físico, examen
de laboratorio realizado y medicamento administrado. Estas codificaciones facilitan la comunicación
y el intercambio automático de información entre sistemas. Cuando dos o más tecnologías, sistemas o
componentes tienen la capacidad para intercambiar información y usarla, se dice que tienen el atributo
de interoperabilidad (Ojeda, 2017). La capacidad de generar sistemas interoperables ha implicado un
avance considerable en el manejo eficiente de la información, integrando diversas organizaciones con
objetivos consensuados y comunes, obteniendo beneficios mutuos.
Para ejemplificar la relevancia de la codificación en medicina, imaginemos cómo sería trabajar en un
hospital donde cada paciente tuviera una historia clínica con datos en diferentes sistemas de unidades,
es decir, en el que algunos pacientes tuvieran el registro de su talla expresada en centímetros, otros en
yardas y unos más en pulgadas; la temperatura de unos en grados Fahrenheit y la de otros en grados centí-
grados, y el peso, en kilogramos o libras. Esto generaría una gran confusión, problemas de comunicación
_ _ _ _ _ __ CA
_· E
_s_
rA_'N_D
_A_R_Es_E_1_

y un potencia] de errores muy alto en la obtención de la información requerida y la toma de decisiones.


N_TE
_R_o_PE
_RA 27
_ s,_u_oA_o_ _

Por esta razón son necesarios normns o acuerdos que permitan el uso de la mi sma codificación entre
diferentes sistemas para incrementar la posibilid ad de transmitir y obte ner datos médicos con menor
probabilidad de errores, por ejemplo, pílrn compartir In información de los pacientes entre diversas ins-
tituciones medi!lntc e.,pedientes clínicos electrónicos.
Integrar la capacid ad de comunicación entre di fe rentes tecnologías para el intercambio y uso de
díltos de fo rma eficn, precisa y sólida requiere una codificación cntendible por parte de todos los sis-
temas implicados en el proceso, es decir, una codificación estandarizada, normada o regulada para poder
funcionar (Organización P!lnamerirnna de la Salud, 2011). Además de fac ilitar el manejo e intercambio
de la información, los estándares deben considerar la seguridad de la inform¡¡ción, garantizando la con-
fidencialidad o propiedad por la que la información no estará disponible y no será revelada a individuos,
entidades o procesos sin autorización.

ESTÁN DARES DE COMUN ICACIÓN EN MEDICIN A


Actualmente, además de desarrollar sistemas interoperables, se busca que los dispositivos interconectados
puedan «entender» el significado de los datos que contienen, como información clínica, resultados de
laboratorio, medicamentos, alergias, problemas y procedimientos, y sugerir prácticas seguras y eficientes;
procesos que se han favorecido en la actualidad debido al creciente aumento de la capacidad de procesa-
miento de datos mediante múltiples tecnologías actuales, así como la capacidad de mantener dispositivos
interconectados entre sí mediante Internet (Internet de las cosas), enviando mensajes en todo momento
con potentes y versátiles herramientas de comunicación e información que tienen la capacidad de hacer
un análisis masivo de la información procesada (big data). La funcionalidad de la comunicación en estos
sistemas demanda una terminología controlada mediante estándares. Según la Organización Mundial
de la Salud (OMS), un estándar es la definición clara de un concepto, modelo, criterio, regla de medida
o de los requisitos mínimos aceptables para la operación de procesos específicos con el fin de asegurar
la calidad en la prestación de los servicios de salud. En general, describen especificaciones de forma
consensuada y han favorecido la unificación de productos, procesos o servicios.
Para establecer este lenguaje común se deben definir criterios de calidad y seguridad mediante
documentos prácticos que fijen metas alcanzables y sujetos a revisión constante, permitiendo mejoras
de manera congruente con las tecnologías disponibles. Los estándares pueden describir formatos de
archivos con información médica (como el formato de imágenes DICOM), códigos de enfermedades
(como el de la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima versión [CIE-10)), hallazgos o
fenómenos clínicos (p. ej., la forma de representar el dolor de un paciente con+++), especificaciones,
tratamientos o manuales (como las guías de práctica clínica) y protocolos de comunicación, entre
otros_ A continuación se enumeran algunos organismos de estandarización relevantes en el campo
de la medicina.

Organismos de estandarización
Clasificación Internacional de Enfermedades
Revisada por la OMS, la CIE-10 (o ICD-10 en inglés) se publicó en 1992. Consiste en una codificación
de una letra y dos dígitos seguidos de un punto y un tercer dígito que proporciona un nivel adicional
.§ de detalle, por lo general, .Oa .7, que se utiliza para especificar otras formas del término principal; .8, que
::g:: suele referirse a «otro», y .9, que designa «sin especificar» (Cuadro 3.1). Los términos tienen una es-
: tructura jerárquica, como se muestra en el Cuadro 3.1, que indica la clasificación específica de las neu-
,g" monías debidas a otros microorganismos infecciosos.
-~ Puede consultarse desde diversos catálogos disponibles en Internet o directamente en la página web
·~ dela OMS.
:,
"'
-~ SNOMED
.g_ Contiene los términos para más de 344 000 conceptos. SNOMED CT (c!inical termi110/ogy, terminología
clínica) permite agrupar un alto nivel de detalle, descripciones de los conceptos en múltiples idiomas,
extensibilidad con términos locales, defini ción de subconjuntos, etc. Intenta abarcar todo el espectro del
-~ control del vocabulario en el dominio de la salud y no se limita a proveer una lista válida de términos,
1;l sino que cada término está definido por sus relaciones con el resto, y estas relaciones son entendibles
¡;j
@ por un sistema informático.
22 INFORMÁTICA BIOMÉDICA

Cuadro 3. 1 EJEMPLO DE LA CODIFICACIÓN EN LA CIE- 10 CORRESPONDIENTE


A NEUMONÍAS DEBIDAS A ORGANISMOS INFECCIOSOS NO BACTERIANOS

J16 N eumonía debida a otros microorganismos Infecciosos, no claslflcados en otra parte


Excl.: omitosis (A70):
• Neumocístos1s (1359)
• Neumonía:
o NOS0IB.9)
o Congénita (P23)

J16.0 N eumonía por clamidla


J16.8 N eumonía debida a otros microorganismos infecciosos especificados

Es posible navegar la estructura de SNOMED CT mediante un software denominado «CliniClue


Xplorer». Este software lo provee The Clinical Information Consu1tancy Ltd. y posee una versión gratuita.
Es necesario contar con este software y con la base de datos actualizada llamada «ClueData».

Logical Observation ldentifiers Names and Codes (LOINC)


Es un estándar universal y una base de datos para la identificación de resultados de laboratorio que
permite el intercambio y almacenamiento de información en muchos sistemas independientes dedicados
al cuidado clínico, la investigación, etc.

Medical Subject Headings (MeSH)


Los MeSH, mantenidos por la National Library ofMedicine (NLM) y actualizados anualmente, son
los términos que indexan la bibliografía médica mundial. Los términos están organizados en jerarquías.

Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS)


Es un vocabulario estructurado y trilingüe creado para servir como un lenguaje único en la indexación de
artículos de revistas científicas, libros, anales de congresos, informes técnicos y otros tipos de materiales,
así como para usarse en la búsqueda y recuperación de asuntos de la bibliografía científica en las fuentes
de información disponibles en la Biblioteca Virtual en Salud, como LILACS, Medline y otras.

Health Level Seven lnternational


Health Level Seven International (HL7 [Salud Nivel Siete Internacional]) es una organización in-
ternacional generadora de estándares de interoperabilidad para informática médica, enfocada en el
entendimiento y uso de la información más que en los mecanismos para transportarla. Crea métodos
para la interoperabilidad y el intercambio de datos entre sistemas de salud, y concentra datos cünicos,
administrativos, de proveedores, de consultores, de grupos gubernamentales y otros. El estándar HL7
incluye plantillas para la administración de pacientes, como los ingresos, egresos y traslados, entrada de
pedidos, consultas, informes, observaciones, programación, referencias y muchos más.

DICOM
Imágenes Digitales y Comunicación en Medicina (DICOM) se ha convertido en uno de los estándares
más populares en este campo. Permite la comunicación de diagnósticos, información de tratamientos,
imágenes y datos asociados de cualquier tipo. El estándar DICOM está estructurado como un documento
multicapa en el que cada una puede integrar diferentes tipos de información; se basa en estándares
de salud desarrollados por el American National Standards lnstitute (ANSI) y el Health lnformation
Standard Board (HISB), y en cooperación activa con Health Leve! Seven (HL7 [http://www.hl7.org]).
Además de utilizarse en procedimientos radiológicos típicos, también se emplea en cardiología, endos-
copia y oftalmología.

f SISTEMAS DE COMUN ICACIÓN


Los sistemas de salud en México y el mundo se han visto impactados por la evolución de las TIC,
particularmente la revolución de Internet, reflejada en los medios sociales de comunicación e infor-
mación con los pacientes, la comunidad médica y los laboratorios, las instituciones formadoras de
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other hand, though they may show a degenerate condition of the
ovigerous appendages (Fig. 72, D), never develop a single positively
male characteristic. On dissecting crabs of these various categories it
is found that the generative organs are in varying conditions of
degeneration and disintegration.
The most remarkable fact in this history is the subsequent
behaviour of males which have assumed perfect female external
characters, if the Sacculina drops off and the crabs recover from the
disease. It is found that under these circumstances these males may
regenerate from the remains of their gonads a perfect hermaphrodite
gland, capable of producing mature ova and spermatozoa. The
females appear quite incapable, on the other hand, of producing the
male primary elements of sex on recovery, any more than they can
produce the secondary. Exactly analogous facts have been observed
in the case of the hermit-crabs parasitised by Peltogaster, but here
the affected males produce small ova in their testes before the
parasite is got rid of. Here, too, the females seem incapable of
assuming male characters under the influence of the parasite.
To summarise shortly the conclusions to be deduced from these
facts—certain animals react to the presence of parasites by altering
their sexual condition. This alteration consists in the female sex in an
arrest of reproductive activity, in the male sex in the arrest of
reproductive activity coupled with the assumption of all the external
characters proper to the female. But in these males it is not merely
the external characters that have been altered; their capacity for
subsequently developing hermaphrodite glands shows that their
whole organisation has been converted towards the female state.
That this alteration consists in a reorganisation of the metabolic
activities of the body is clearly suggested, and in the succeeding
paragraph we furnish some further evidence in support of this view.
Fig. 73.—Inachus mauritanicus, × 1. A, Low male; B, middle
male; C, high male; the great chela of the right side is the only
appendage represented.

Partial and Temporary Hermaphroditism. High and Low Dimorphism.

The reproductive phases of animals are frequently rhythmic,


periods of growth alternating with periods of reproduction. This is
well exemplified in the case of the ordinary males of Inachus
mauritanicus, of some other Oxyrhynchous crabs, and of the
Crayfish Cambarus.[77] During the breeding season the males of I.
mauritanicus fall into three chief categories: Small males with
swollen chelae (Fig. 73, A), middle-sized males with flattened chelae
(B), and large males with enormously swollen chelae (C). On
dissecting specimens of the first and third categories it is found that
the testes occupy a large part of the thoracic cavity and are full of
spermatozoa, while in the middle-sized males with female-like chelae
the testes appear shrivelled and contain few spermatozoa. These
non-breeding crabs are, in fact, undergoing a period of active growth
and sexual suppression before attaining the final state of
development exhibited by the large breeding males. This
phenomenon is obviously parallel to the “high and low
dimorphism”[78] so common in Lamellicorn beetles, where the males
of many species are divided into two chief categories, viz. “low
males” of small size in which the secondary sexual characters are
poorly developed, and “high males” of large size in which these
characters are proportionately much more highly developed than in
the low males. The only difference between the two cases is that
whereas in the beetles growth ceases on the attainment of maturity
in the low degree, in the Crustacea the low male passes through a
period of growth and sexual suppression to reach the high degree of
development.
The condition of the middle-sized males may be looked upon as
one of partial hermaphroditism, indications of the female state being
found in the flattened chelae and in the reduced state of the testes.
This interpretation is greatly strengthened by the state of affairs
observed in the life-history of the male Sand-hoppers, Amphipods of
the genus Orchestia.[79] In the young males of several species of this
genus, at the time of year when they are not actively breeding, small
ova are developed in the upper part of the testes of more than half of
the male individuals, these ova being broken down and reabsorbed
as the breeding season reaches its height. Nor is this phenomenon
confined to this genus; in the males of a number of widely different
Crustacea these small ova are found in the testes at certain periods of
the life-history (e.g. Astacus[80]), when the animal is not breeding.
The foregoing facts indicate unmistakably that the males of a
number of Crustacea under certain metabolic conditions, i.e. when a
stage of active growth as opposed to a stage of reproductive activity is
initiated, alter their sexual constitution in such a way that the latent
female characteristics are developed, and the organism appears as a
partial hermaphrodite. In the preceding paragraph we saw that the
males of a number of animals, especially Crustacea, react to the
metabolic disturbance set up by the presence of a parasite in exactly
the same way, i.e. by developing into partial or total hermaphrodites.
From these two converging bodies of facts we may conclude, firstly,
that sex and metabolism are two closely connected phenomena; and,
secondly, that the male sex is especially liable to assume
hermaphrodite characters whenever its metabolic requirements are
conservative, assimilatory, or in a preponderating degree anabolic, as
when a phase of active growth is initiated, or the drain on the system,
due to the presence of a parasite, is to be made good.

Normal Hermaphroditism in Cirripedia and Isopoda Epicarida.

The above-mentioned groups contain the only normally


hermaphrodite Crustacea, and since they are in most respects highly
specialised, we may be certain that they have been secondarily
derived from dioecious ancestors. They both lead a sessile or
parasitic life, and it is noteworthy that this habit is often associated
with hermaphroditism, e.g. in Tunicates. A sessile or parasitic mode
of life is one in which the metabolic functions are vegetative and
assimilatory rather than actively kinetic or metabolic. It is in this
state that we have seen the males of a number of Crustacea taking on
a temporary or partial hermaphroditism. We may, therefore, inquire,
whether in these cases of normal hermaphroditism there is any
evidence to show that here too the hermaphroditism has been
acquired by the male sex as a response to the change in the metabolic
conditions. In the parasitic Isopoda Epicarida (see pp. 129–136) the
hermaphroditism is of a very simple kind; all the individuals are at
first males, whose function it is to fix on and fertilise the adult
parasites. These subsequently develop into females which are in their
turn cross-fertilised by the young larvae derived from a previous
generation. All the individuals being alike, it seems probable that
they have been derived from one sex, and the general nature of
hermaphroditism deduced above may lead us to suppose that that
sex was originally male, the female having been suppressed. In
certain Cirripedia, e.g. most species of Scalpellum, there exist,
besides the hermaphrodite individuals, complemental males, so that
here a superficial conclusion might be drawn that the
hermaphrodites represent the female sex. But if we can suggest that
the complemental males are in reality similar in derivation to the
hermaphrodite individuals, we shall be in a position to claim that the
hermaphrodite Cirripedes are similar to the Isopoda Epicarida, and
have probably also been derived from the male sex. There is decided
evidence pointing to this conclusion. In the first place, the
complemental males of at least one species of Scalpellum, S. peronii,
do show an incipient hermaphroditism[81] in the presence of small
ova in their generative glands, which, however, never come to
maturity.
The condition of the degenerate males in the Rhizocephala may
also be interpreted in the same manner. These never pass beyond the
Cypris stage of development, in which they resemble in detail the
Cypris larvae of the ordinary hermaphrodite individuals, and they
are quite useless in the propagation of their species.
It is more reasonable to suppose that these Cypris larvae, which fix
on the mantle-openings of adult parasites, are in reality identical
with the ordinary Cypris which infest crabs and develop into the
hermaphrodites, than that they represent a whole male sex doomed
beforehand to uselessness and degeneration. If we suppose that the
Cirripedes have passed through a state of protandric
hermaphroditism similar to that of the Isopoda Epicarida, it is plain
that all the larvae must have originally possessed the instinct of first
fixing on the adult parasites, and we may suppose that this instinct
has been retained in the Rhizocephala, but is now only actually
fulfilled by a certain proportion of the larvae, which, under existing
circumstances, are useless and fail to develop further; while the rest
of the larvae, not finding an adult parasite to fix upon, go straight on
to infect their hosts and develop into the adult hermaphrodites.
The same explanation would apply to the complemental males in
Scalpellum, etc., these individuals being also potential
hermaphrodites, which are arrested in development, though not so
completely as in the Rhizocephala, owing to the position they have
taken up.
This theory throws light on another dark feature of Cirripede life-
history, namely, the gregarious instinct. The associations of
Cirripedes are not formed by a number of Cypris larvae fixing
together on the same spot, but rather by the Cypris larvae seeking
out adolescent individuals of their own species and fixing on or near
them. Now, if we suppose that the Cirripedes have passed through a
condition of protandric hermaphroditism similar to that of the
Isopoda Epicarida, it is clear that a slight modification of the sexual
instinct of the larvae would lead to the gregarious habit, while its
retention in some individuals in its original form accounts for their
finding their way to the mantles of adult individuals and developing
into the so-called complemental males.
Certain Cirripedes, viz. certain species of Scalpellum and Ibla and
all the Acrothoracica, are dioecious. It is impossible to decide at
present whether these species retain the primitive dioecious
condition of the ancestral Cirripedes, or whether they too have been
derived from an hermaphrodite state, but in the present state of
knowledge they hardly affect the validity of the theory that has been
proposed to account for the nature of the complemental males and
the hermaphrodite individuals.

Order IV. Ostracoda.

The Ostracoda are small Crustacea, the body consisting of very few
—about eight—segments, and being completely enclosed in a
carapace, which has the form of a bivalve shell. Development is
direct, without a Nauplius stage.
The Ostracoda[82] are marine and fresh-water animals that can be
divided into several families, differing slightly in habits and in
structures correlated with those habits.
The Cypridae and
Cytheridae include all the fresh-
water and a vast majority of
marine genera, adapted for a
sluggish life among water-plants,
though some can swim with
considerable activity. The
common Cypris and Candona of
our ponds and streams are
familiar instances. The Fig. 74.—Candona reptans. A, Natural
movements of these animals are size; B, X 15. a, 1st antennae; b, 2nd
effected by means of the two pairs antennae; c, walking legs. (After Baird.)
of uniramous pediform antennae
which move together and in a vertical straight line. In the Cypridae
(Fig. 74) there are, besides the mandibles, two pairs of maxillae, a
pair of walking legs, and, lastly, a pair of appendages, which are
doubled up into the carapace, and are used for cleaning purposes. In
the marine Cytheridae there is only one maxilla, the last three
appendages being pediform and used in walking. The telson in the
Cytheridae is rudimentary, but is well developed in the Cypridae. The
heart is altogether absent.
In many of the fresh-water forms, e.g. common species of
Candona and Cypris, males are never found, and parthenogenetic
reproduction by the females appears to proceed uninterruptedly.
Weismann[83] kept females of Cypris reptans breeding
parthenogenetically for eight years. He also remarks on the fact that
these, and indeed all parthenogenetic female Ostracoda, retain the
receptaculum seminis, used normally for storing the spermatozoa
derived from the male, unimpaired.
Some of the Cytheridae occur in deep water. Thus Cythere dictyon
was frequently taken by the Challenger in depths of over 1000
fathoms, but the majority prefer shallow water.

Fig. 75.—Asterope oblonga, ♀ , removed from its carapace, × 25.


A, Alimentary canal; A1, A2, 1st and 2nd antennae; E, eye; G, gills;
G.O, generative opening; H, heart; M, mandible; T, 6th
appendage; T′, last appendage (cleaning foot). (After Claus.)

The Halocypridae and Cypridinidae comprise marine genera


of a pelagic habit. The first antennae are chiefly sensory, but the
second antennae are biramous, and they do not merely move up and
down, as in the preceding families, but sideways like oars, the valves
of the shells being excavated to admit of free movements. There are
two pairs of maxillae; the succeeding limbs differ in the two families.
In the Cypridinidae, e.g. Asterope (Fig. 75), the first leg (T) is
lamelliform and is used as an accessory maxilla, while the second leg
(T’) is turned upwards into the shell as a cleaning organ. In the
Halocypridae the first leg is pediform, and differs in the two sexes,
while the second leg is rudimentary and points backwards. In
Asterope peculiar branchial organs (G) are present on the back. Both
families possess a heart; the Halocypridae are blind, while the
Cypridinidae possess eyes.
The Polycopidae and Cytherellidae are curious marine families
of a pelagic habit, with biramous second antennae well adapted for
swimming, and very broad. The first maxilla in the Polycopidae is
also employed in swimming, while the second is modified into a
branchial organ; the maxillae of the Cytherellidae are more normal
in structure, but both carry branchial lamellae. The posterior limbs
are altogether absent in Polycopidae, and in the Cytherellidae are
only represented by the copulatory organs of the male.
CHAPTER V
CRUSTACEA (CONTINUED):
MALACOSTRACA: LEPTOSTRACA—
PHYLLOCARIDA: EUMALACOSTRACA:
SYNCARIDA—ANASPIDACEA: PERACARIDA
—MYSIDACEA—CUMACEA—ISOPODA—
AMPHIPODA: HOPLOCARIDA—
STOMATOPODA

SUB-CLASS II.—MALACOSTRACA.

The Malacostraca are generally large Crustacea, and they are


characterised by the presence of a definite and constant number of
segments composing the body. In addition to the paired eyes we can
distinguish two pairs of antennae, a mandibular segment, and two
maxillary segments composing the head region proper; there then
follow eight thoracic segments, the limbs belonging to the anterior
thoracic segments being often turned forwards towards the mouth,
and modified in structure to act as maxillipedes, while at any rate the
last four are used in locomotion and are termed “pereiopods.”[84] The
abdomen is composed of six segments, which typically carry as many
pairs of biramous “pleopods,” and the body terminates in a telson.
Not counting the paired eyes or the telson, there are present nineteen
segments. The excretory organs in the adult open at the bases of the
second antennae, and are known as “green glands,” but in the larva
maxillary glands may be present homologous to those which persist
in the adult Entomostraca. This is the typical arrangement, but
sometimes the maxillary glands persist in adult Malacostraca, e.g.
Nebalia, Anaspides, and some Isopods.
The hepato-pancreatic diverticula are directed posteriorly, and not
anteriorly as in most Entomostraca, and the stomach is often
furnished with chitinous teeth and ridges forming an elaborate
gastric mill, especially in the larger Decapods.
SERIES 1. LEPTOSTRACA.

Division. Phyllocarida.

The small shrimp-like Crustacean Nebalia, which is found


burrowing in the superficial layers of sand in the littoral and
sometimes the deeper regions of most seas, has been regarded, ever
since its anatomy was made out by Claus,[85] as a connecting link
between Entomostraca and Malacostraca, and has been placed in a
separate group Leptostraca.
The segmentation of the body is Malacostracan, save that two
extra segments are present in the abdomen, and the paired
compound eyes are borne upon stalks. The eight thoracic limbs are
all very similar; they are built on the typical biramous plan, and each
carries a bract; they have been compared, owing to their flattened,
expanded shape, to the foliaceous limbs of the Phyllopods. The
abdominal appendages are also biramous. The heart is greatly
elongated, stretching through thorax and abdomen; there are present
both the antennary excretory glands characteristic of adult
Malacostraca and the maxillary glands characteristic of adult
Entomostraca, and both the posterior and anterior livers
characteristic of the two Orders respectively are present. This
combination of characters justifies the belief that Nebalia represents
a primitive form, standing to some extent in an intermediate position
between Entomostraca and Malacostraca, but it may be doubted if
the special relationship to the Phyllopoda, claimed on the strength of
the foliaceous appearance of the thoracic limbs, can be legitimately
pressed.
Nebalia shows the clearest signs of relationship to the other
primitive Malacostraca, and especially to the Mysidae, which it
resembles not only in general form and in the essentially biramous
character of its appendages, but also in many embryological points
and in the similarity in development of the brood-pouch.[86]
A large number of very ancient palaeozoic fossils are known which
are placed provisionally with Nebalia in the Division Phyllocarida,
and some of these are no doubt closely related to the existing isolated
genus. Hymenocaris from the Cambrian.
Fig. 76.—Nebalia geoffroyi, ♀ , × 20.
A.1, A.2, 1st and 2nd antennae; Ab.1,
Ab.6, 1st and 6th abdominal
appendages; A.G. antennary gland; C,
half of caudal fork; E, eye; G, ventral
ganglionic chain; H, heart; I, intestine;
L, upper liver-diverticulum; M,
adductor muscle of halves of carapace;
MX, palp of 1st maxilla; O, ovary; R,
rostrum. (After Claus.)

SERIES 2. EUMALACOSTRACA.
Before entering on a description of the members of this Series it is
necessary to introduce and justify a new scheme of classification
which has been proposed by Dr. W. T. Calman. This scheme
necessitates the abandonment of the old Order Schizopoda, and also
ignores the distinction which used to be considered fundamental
between the sessile-eyed Crustacea (Edriophthalmata) and the stalk-
eyed forms (Podophthalmata).
The old group of Schizopoda, to which Nebalia and the isolated
form Anaspides, to be considered later, are undoubtedly related,
represent very clearly the stem-forms from which the various
branches of the Malacostracan stock diverge. No doubt they are
themselves specialised in many directions, since they are a dominant
group in present day seas, but their organisation is fundamentally of
a primitive type. We see this especially in the comparative absence of
fusion or reduction of the segments of the body externally and of the
nervous system internally, and in the simple undifferentiated
character of the trunk-limbs, all of which conform to the primitive
biramous type. The most anterior thoracic limbs of the Schizopods
are of particular interest. In the higher Malacostraca three of these
limbs are usually turned forwards towards the mouth to act as
maxillipedes, and the most anterior of all, the first maxillipede, is
apt, especially in the Decapoda, to take on a flattened foliaceous form
owing to the expansion of the basal segments to act as gnathobases
(see Fig. 1, A, p. 10). Now this appendage in the Schizopods preserves
its typical biramous character, and resembles the succeeding thoracic
limbs, but in many of the species the basal joints show a tendency to
be produced into biting blades (Fig. 1, E, p. 10), thus indicating the
first step in the evolution of the foliaceous first maxillipede of the
Decapoda. The primitive character of the Schizopods is also
indicated by the fact that most of the Decapoda with uniramous
limbs on the five hinder thoracic segments pass through what is
known as the “Mysis stage” in development, when these limbs are
biramous, the exopodites being subsequently lost in most cases.
The “Schizopoda” include a very large number of pelagic Crustacea
of moderate size, which superficially appear to resemble one another
very closely. The slender, elongated body, the presence of biramous
limbs on all the thoracic and abdominal segments, and the
possession of a single row of gills at the bases of the thoracic limbs,
are, generally speaking, typical of the families Mysidae,
Lophogastridae, Eucopiidae, and Euphausiidae, which go to make up
the old Order Schizopoda.
It has, however, been pointed out first by Boas,[87] and
subsequently by Hansen and Calman,[88] that the Euphausiidae are in
many respects distinct from the other three families, and agree with
the Decapoda, while the Eucopiidae, Lophogastridae, and Mysidae
agree with the Cumacea, Isopoda, and Amphipoda.
It has, therefore, been suggested by these authors that the
classification of the Malacostraca should be revised, and Calman (loc.
cit.) has brought forward the following scheme:—
The division Peracarida, including the Eucopiidae,
Lophogastridae, and Mysidae (= Mysidacea), the Cumacea, Isopoda,
and Amphipoda, is characterised by the fact that when a carapace is
present it leaves at least four of the thoracic segments free and
uncoalesced: by the presence of a brood-pouch formed from the
oostegites on the thoracic limbs of the female: by the elongated
heart: by the few and simple hepatic caeca: by the filiform
spermatozoa: and by the direct method of development without a
complicated larval metamorphosis. The biting face of the mandible
has a movable joint, the “lacinia mobilis.”[89]
The division Eucarida, on the other hand, including the
Euphausiidae and the Decapoda, shows the converse of these
characters. The carapace coalesces with all the thoracic segments,
there is never a brood-pouch formed from oostegites, the hepatic
caeca are much ramified, the heart is short, the spermatozoa are
spherical with radiating pseudopodia, the development is indirect
with a complicated metamorphosis, and the mandible is without a
lacinia mobilis.
Corresponding divisions are made by Calman to receive the other
Malacostraca, namely, the Phyllocarida for Nebalia, the Syncarida
for Anaspides, and the Hoplocarida for the Stomatopoda or
Squillidae.
The important array of characters which separates the
Euphausiidae from the other Schizopods and unites them with the
Decapoda can no longer be neglected, and the consideration of
Anaspides and its allies will further emphasise the extreme difficulty
of retaining the Schizopoda as a natural group. In the sequel
Calman’s proposed scheme will be adopted.

DIVISION 1. SYNCARIDA.

There is no carapace, and all the eight thoracic segments may be


free and distinct. Eyes may be pedunculate or sessile. The mandible
is without a lacinia mobilis. There is no brood-pouch, the eggs being
deposited and hidden after fertilisation. The spermatozoa are
filiform, the hepatic caeca very numerous, and the heart tubular and
elongated, with ostia only in one place in the anterior thoracic
region. The auditory organ is at the base of the first antennae.

Order. Anaspidacea.

Fam. 1. Anaspididae.—The mountain-shrimp of Tasmania,


Anaspides tasmaniae, was first described by Thomson[90] in 1893
from specimens taken in a little pool near the summit of Mount
Wellington; it was redescribed by Calman,[91] who drew attention to
its remarkable resemblance to certain Carboniferous fossils of
Europe and N. America (Gampsonyx, Palaeocaris, etc.).
The creature appears to be confined to the deep pools of the rivers
and tarns on the mountains of the southern and western portions of
Tasmania.[92] The waters in which it occurs are always cold and
absolutely clear, and there is no record of its living at altitudes much
below 2000 feet, while it frequently occurs at 4000 feet. The body
may attain upwards of two inches in length; it is deeply pigmented
with black chromatophores, and it is held perfectly horizontal
without any flexure. The animal rarely swims unless disturbed,
usually walking about on stones and water-plants at the bottom of
deep pools. In walking the endopodites of the thoracic limbs are
chiefly instrumental, but they are assisted by the exopodites of the
abdominal limbs.
When frightened the shrimp can dart rapidly forwards or sideways
by the strokes of its powerful tail-fan, but it never jumps backwards
as do the other Malacostraca. It appears to browse upon the algal
slime covering the rocks and on the submerged liver-worts and
mosses, but it does not refuse animal food, even feeding on the dead
bodies of members of its own species. The thoracic limbs, which are
all biramous except the last pair, carry a double series of remarkable
plate-like gills on their coxopodites. The slender and setose
exopodites of the thoracic limbs are respiratory in function, being
kept in continual motion even when the animal is at rest, and serving
to keep up a current of fresh water round the gills.
Anaspides shows a remarkable combination of structural
characters, some of which are peculiar, while others are possessed in
common with the Peracarida or Eucarida. The chief peculiar
characters are the entire absence of a carapace, and the freedom of
the eight thoracic segments, with eight free thoracic ganglia in the
nerve-cord; the peculiar double series of plate-like gills; the structure
of the alimentary canal; and the fact that the eggs, instead of being
carried in a brood-pouch, or affixed to the abdominal limbs, are
deposited under stones and among water-plants.[93]
Fig. 77.—Anaspides tasmaniae in natural position for walking, ×
1. The last two pereiopods point backwards and are overlapped by
the first two pleopods.

The Peracaridan features, uniting it especially with the Mysidacea,


are the structure of the elongated heart, the filiform spermatozoa,
and the fact that no complicated metamorphosis is passed through,
the young hatching out in a condition similar to, though possibly not
identical with, the adult form.
The Eucaridan, especially Decapodan, features are the presence of
an auditory sac on the basal joint of the antennules, and the
modification of the endopodites of the first two abdominal
appendages in the male to form a copulatory organ.
A type of a new genus of this family was found by me in the littoral
zone of the Great Lake of Tasmania at an elevation of 3700 feet, and
named Paranaspides lacustris.
This little shrimp (Fig. 78), which does not appear to grow to more
than an inch in length, is totally different in appearance from
Anaspides, being pale green and transparent, with a very marked
dorsal hump as in Mysis, to which it bears a very striking superficial
resemblance. It leads a more active swimming life than Anaspides,
and with this habit is correlated the flexure of the body and the
greater size of the tail-fan and the scale of the second antenna. The
mandible is peculiar in being furnished with a four-jointed biramous
palp, while that of Anaspides is three-jointed and uniramous, and
the first thoracic appendage is provided with a setose biting lobe on
the antepenultimate joint, thus more resembling a maxillipede. In
other respects it agrees essentially in structure with Anaspides.

Fig. 78.—Paranaspides lacustris, × 4. a1, a2, First and second


antennae; Ab.1, first abdominal segment; ep, epipodites or gills on
the thoracic legs; md, mandible; Pl.1, first pleopod; T, telson;
Th.8, eighth free thoracic segment; U, uropod, or sixth pleopod.

Fam. 2. Koonungidae.—The sole representative of this family,


Koonunga cursor, has been recently described by Mr. O. A. Sayce,[94]
of Melbourne University, from a small stream some miles to the west
of Melbourne. Although plainly belonging to the Anaspidacea, this
interesting little animal, which only measures a few millimetres in
length, and follows a similar habit to Anaspides, running about with
its body unflexed, differs from all the other members of the Division
in possessing sessile instead of stalked eyes, in the first thoracic
segment being fixed to the head, and in a number of minor
anatomical points.
It is impossible at present to assign the Carboniferous forms
(Gampsonyx, Palaeocaris, etc.) to their exact position in the
Division, but it seems that they agreed more closely with Anaspides
than with the other two genera. From the position in which the
fossils are preserved, it would appear that they followed a similar
walking habit to Anaspides, and that the body was unflexed.

DIVISION 2. PERACARIDA.

The carapace, when present, leaves at least four of the thoracic


somites distinct; the first thoracic segment is always fused with the
head. The eyes are pedunculate or sessile.
The mandible possesses a lacinia mobilis. A brood-pouch is
formed in the female from oostegites attached to the thoracic limbs.
The hepatic caeca are few and simple; the heart is elongated and
tubular; the spermatozoa are filiform, and development takes place
without a complicated metamorphosis.

Order I. Mysidacea.

The Mysidacea, although pelagic, are not very often met with in
the true plankton on the surface; they generally swim some way
below the surface, going down in many cases into the abysses. For
this reason they thrive excellently in aquaria, and the common Mysis
vulgaris is often present in such numbers in the tanks at the
Zoological station at Naples as to damage the other inmates by the
mere press of numbers. The Mysidacea, like the majority of the
Peracarida, undergo a direct development, and hatch out with the
structure of the adult fully formed.
Many of the Mysidacea bear auditory sacs upon the sixth pair of
pleopods, a characteristic not found in the Euphausiacea.
Fam. 1. Eucopiidae.—The curious form Eucopia australis (Fig.
79) described by Sars,[95] may be chosen as an example of the
Mysidacea.
The peculiarity of this form consists chiefly in the immense
elongation of the endopodites of the fifth, sixth, and seventh thoracic
appendages. Characteristic of the Mysidacea is the freedom of the
hinder thoracic segments from fusion with the carapace, otherwise
this animal is seen closely to resemble the Euphausia figured (Fig.
102). Eucopia australis, like so many of the Mysidacea, is a deep-sea
animal, being brought up with the dredge from over 1000 fathoms; it
is very widely distributed over the Atlantic Ocean.

Fig. 79.—Eucopia australis, young female, × 3. A, 1st antenna;


Ab.1, 1st abdominal segment; Ab.6, 6th abdominal appendage; E,
eye; T, telson; Th, 5th thoracic appendage. (After Sars.)

Fam. 2. Lophogastridae.—The members of this family


(Lophogaster, Gnathophausia) agree with the Eucopiidae in the
possession of branched gills on some of the thoracic limbs, in the
absence of auditory sacs on the sixth pair of pleopods, in the
presence of normally developed pleopods in both the male and
female, and in the brood-lamellae being developed on all seven of the
thoracic limbs. The endopodites of the posterior thoracic limbs are,
however, of a normal size.
Fam. 3. Mysidae.—These differ from both the foregoing families
in the absence of gills, in the presence of an auditory sac on the sixth
pleopods, in the reduction of the other pleopods in the female, and in
the brood-lamellae being developed only on the more posterior pairs
of thoracic limbs. A number of closely related genera compose this
family, of which Mysis,
Boreomysis, and Siriella may be
mentioned. Mysis oculata, var.
relicta, is a fresh-water form from
the lakes of northern and central
Europe.

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