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Monse_kook97
Published: 2021
Source: https://www.wattpad.com
<No puedo hablar, soy muda.> escribió abajo de su nombre y sonrió débilmente.
Todos callaron...
Jennie sabía que el instituto sería un verdadero reto, sabía que no sería fácil,
más si no podía comunicarse con todos.
- Podés sentarte junto a Rosé. - le indicó el profesor y ella asintió.
Camino por el salón y le sonrió a todos sus compañeros que veía
mientras llegaba a su asiento. Algunos le correspondían la sonrisa, otros
simplemente la ignoraban.
*Tal vez la escuela sea más difícil de lo que creí.* Pensó Jennie.
- Mucho gusto, Jennie. - la saludó su compañera de clases, Rosé - Me
alegra ver que estás bien. - dijo.
<Hola Rosé, me alegra compartir clases con vos.> dijo Jennie con señas
de manos.
Rosé y Jennie eran buenas amiga, más bien las mejores amigas. Rosé la
conocía de años, al principio Jennie se comunicaba a través de un cuaderno,
pues Rosé no sabía el lenguaje de señas, pero Rosé quería mucho a su
amiga, y quería que ella también lo supiera, aprendió a leer las señas y
también a hacerlas, fue difícil, pero todo era por alguien a quien quería y no
le importó. En el cumpleaños de su amiga la sorprendió realizando aquellas
señas, mientras le explicó que ahora podían hablar sin la necesidad de un
cuaderno.
Desde ese momento fueron aún más unidas que antes, Rosé dejó de ser
su amiga y se convirtió en una hermana para ella.
- Vamos, te daré un tour por el instituto a terminar la clase. - dijo su
amiga.
Jennie sonrió y asintió. La clase era aburrida, las matemáticas no eran lo
mejor del mundo para la primera clase del día, los chicos recién despiertos
apenas mantenían atención a ésta, otros no podían y terminaban
cabezeando, pero la azabache estaba emocionada, era la primera vez que
estaba en una clase con más gente, no podía darse el lujo de distraerse.
Por otro lado su amiga sonreía al ver el entusiasmo de la azabache, pero
también pudo notar las miradas de otra de sus compañeras sobre la
azabache, y no precisamente de una buena persona, si no de una persona
que le gustaba estar sobre todos, pisar a la gente para sentirse mejor con ella
misma, o al menos eso creía ella, y estaba hablando de Lalisa Manoban la
reina de la escuela y la hija de un gran CEO.
"No tengo un buen presentimiento de esto." Pensó Rosé acomodando sus
anteojos, mientras regresaba la vista al pizarrón.
Pasó el tiempo y la clase terminó, dejando a los jóvenes libres hasta la
siguiente, lo cual aprovecharon algunos para acercarse a Jennie.
- Hola, soy Park JiMin. - se presentó un rubio de ojos oscuros y sonrisa
encantadora.
- Y yo soy Kim TaeHyung, mucho gusto, Jennie. - dijo un chico
ligeramente moreno de gorra y auriculares.
Jennie levantó la mano en forma de saludo, se sentía feliz de que vinieran
algunos de sus compañeros a presentarse, eso la hacía sentir aceptada.
- Mucho gusto Jennie, yo soy Ahn HyeJin pero me podés llamar solo
Hwasa. - se presentó una chica morena de cabello castaño, que se unió
segundos después.
Jennie le sonrió en forma de saludo, abrió su mochila y sacó un cuaderno
grande, todos la miraron un poco confundidos, menos su amiga Rosé, que
se limitó a reír por lo bajo. Jennie comenzó a escribir algo con un plumón,
los tres esperaron pacientes a que la azabache terminara y les mostrara lo
que había hecho.
《 》
Gracias por hablarme. fue lo que escribió y mostró a los chicos, los
cuales se sorprendieron un poco.
- No tenés que agradecer. - dijo el rubio con una sonrisa.
- Vamos, no porque tenga un pequeño problema la trataran de manera
especial. - dijo una voz con tono de desagrado - No me importa su
incapacidad de hablar, no la trataré diferente de como trato a los demás. -
dijo Lalisa desde su asiento.
Todos los que estaban vieron, algunos sorprendidos, otros con desagrado
y otros con miedo. Ella era la reina del instituto, ella podía hacerte pasar un
infierno si así lo quería, nadie podía tocarla, nadie podía hacerla pagar por
sus actos, ella era intocable.
Pero a pesar de que esas palabras eran para hacer sentir mal a la
azabache, ella no pudo sentirse feliz, rápidamente escribió algo en su
cuaderno mientras JiMin le decía lo grosera que había sido, al terminar de
escribir se levantó de su lugar y camino hacía la castaña, todos la miraron
expectantes, no sabían que haría.
《Lo que más quiero es ser tratada como todos, gracias.》 Fueron lo que
Jennie le escribió a Lalisa.
La chica rubia se sorprendió, no esperaba una reacción por parte de la
chica, también se sintió algo alegre, pues todos sus compañeros la veían
como un demonio, solo por ser sincera, de una manera cruel y directa, pero
al fin y al cabo, sincera. Aún así retomó su papel de diva y habló.
- No seré nada amable con vos, rarita. - dijo y salió del salón acompañada
de una pelirroja.
Aún así, Jennie sonreía, camino hacía Rosé y le hizo unas cuantas señas
que los otros tres chicos no pudieron descifrar.
- No. - dijo Rosé en respuesta a lo que le dijo Jennie.
- ¿Podemos saber lo que dijo? - preguntó Hwasa algo confundida.
- Sí, Jennie me preguntó cómo hacerse amiga de La Reina del Drama. -
dijo como si fuera la cosa más horrible del mundo.
- Yo no le veo lo malo. - respondió JiMin - Lisa no están mal... - no
terminó de hablar ya que sus compañeros, a excepción de la azabache lo
miraban con una ceja levantada - bueno... tal vez es un poco mala. - se
cruzó de brazos.
<Quiero ser su amiga.> dijo nuevamente a Rosé, quien fue la única en
entenderla.
- Mmm... - TaeHyung habló - ¿podrías traducirnos, Rosé? - preguntó.
- Como sea... - dijo Rosé algo molesta por lo que traduciría - "Quiero ser
su amiga" eso fue lo que dijo. Y no Jennie, antes sufrirás un infierno en el
instituto antes de ser amiga de Lalisa.
La de ojos grisáceos se cruzó de brazos e hizo un puchero, no estaba
acostumbrada a que se le negaran las cosas, también no entendía porque no
podía ser amiga de la chica que le dijo que la trataría como a cualquiera,
ella había sido amable con ella. O al menos esos eran los inocentes
pensamientos de la chica.
- Olvidemos a Lalisa. - dijo Hwasa - Hablanos de vos, Jennie. - pero al
terminar la oración rápidamente se tapó la boca - Lo siento... - se disculpó,
no se había dado cuenta de que ese comentario podía ser ofensivo.
- No te preocupes, Hwasa, a Jennie no le molesta eso. - dijo Rosé en
lugar de su amiga que se limitó a sonreír.
Todo estaba tranquilo en ese pequeño grupo, Jennie hacía señas y Rosé
las traducía, para hacer más rápida la conversación, era divertido hablar con
más personas. O al menos para ella lo era.
Tal vez esto no sea tan difícil como creí. - pensó la azabache mientras
sonreía ante las historias de sus nuevos amigos.
Primer capítulo.
Toy feliz. :b
Capítulo 2.
Había pasado exactamente una semana desde que Jennie había entrado al
instituto, y ahora entendía porque Rosé le decía que no se acercara a Lalisa,
ella era demasiado presumida y egoísta, y no dudaba en humillar a
cualquiera que estuviera frente a ella.
También había conocido más de sus amigos y había entablado una
pequeña amistad con otras personas y aunque algunos de sus compañeros la
trataran de manera especial por el hecho de no hablar, ella parecía no
incomodarle tanto.
Pero hoy Jennie no iría al instituto, el día anterior había atrapado un
pequeño resfriado, y pues amaneció con fiebre. Ahora estaba en cama y
aburrida, su habitación estaba en el cobertizo, a ella le gustaba la
privacidad, pero en ese momento odio haber pedido que su madre le hiciera
caso.
Tomo su celular, eran las 11:00 a.m., Rosé seguía en clases, así que la
opción de hablar con ella por mensajería no podría ser, así que se puso a
escuchar música, era lo único que podía hacer ahora, no le gustaba estar en
casa, y menos ahora que ya se había acostumbrado a ir al instituto, puede
sonar extraño, pero Jennie amaba ir al instituto, le era divertido y siempre le
encontraba algo nuevo e interesante para ir al día siguiente.
Pero no podían culparla, para ella todo era nuevo, su curiosidad era igual
que la de un pequeño niño, de hecho entró a la biblioteca del instituto estaba
tan emocionada que literalmente estaba saltando de un lado a otro tomando
diferentes libros. Eso era divertido para Rosé y TaeHyung que estaban con
ella dándole un tour por el colegio. De hecho ese día también pudo sacar su
credencial de la biblioteca y pudo sacar prestado uno de los tantos libros
que quería.
Oh, cierto tenía el libro, la chica se levanto de la cama, algo mareada,
pero logró acercarse a su mochila y tomó aquel libro que había traído a
casa, era interesante, y aunque tenía 3 días con él ya había leído más de la
mitad, ¿que podía decir? Le encantaba la lectura. Regreso a la cama y
comenzó a leer.
En verdad que no podía dejar de leer, le era imposible, el simple hecho de
imaginarse ella siendo la protagonista la hacía emocionarse, aunque otras
veces le molestaba las decisiones que estas tomaban, pero allí no podía
hacer ya nada debido a que hacía lo que había puesto la escritora o escritor,
por algo lo hizo, no. En dado momento, la chica de cabello azabache se
quedó dormida debido a la medicina que había tomado momentos antes,
además de que la fiebre no ayudó mucho a mantenerse despierta.
Pero mientras Jennie dormía cómodamente en su casa, una chica de
cabello gris no paraba de pelear con una castaña de ojos oscuros.
- Mira que ya me tenés harta, Lisa. - dijo la chica con anteojos, mientras
la apuntaba con su dedo.
- Para lo que me importa. - respondió con arrogancia - Yo sólo opine a tu
tonto artículo en el periódico. - dijo como si no fuera nada.
- ¿Opinar? - preguntó incrédula la chica - ¡No fue lo que hiciste! ¡Lo
denigraste! ¡Le dijiste basura! ¡Y lo pusiste en tus redes sociales! - gritó
furiosa mientras TaeHyung la sujetaba de la cintura, lo menos que quería el
chico era que expulsaran a su amiga por una pelea que no ganaría.
- Vamos, Rosé, no vale la pena. - susurró Hwasa mientras la tomaba del
brazo para que se retiraran.
- Yo no hice, solo compartí mi opinión con todos, no es mi culpa que lo
que escribes sea tan malo. - escupió Lalisa con intención de molestarla.
- Basta Lisa. - dijo JiMin con seriedad.
Lalisa vio a su amigo, a su único amigo y suspiró, sabía que si seguía él
se enojaria más con ella, y eso quería evitarlo, aún así no se disculparía ni
mucho menos.
- EunHa vámonos. - ordenó la rubia y la pelirroja asintió.
Ambas chicas se alejaron.
- Ya sueltame, TaeHyung. - dijo Rosé obviamente irritada.
- Sí, solo no vayas tras ella, ya sabes que no le podrás hacer nada,
recuerda quien es su padre. - dijo su amigo soltandola.
- Sí - dijo de mala gana -, por eso la odio más.
- No sos la única, la mitad del instituto lo hace. - dijo Hwasa mirando en
dirección donde la castaña había marchado.
- No es su culpa, chicos. -trato de calmarlos JiMin, pero recibió una
mirada fulminante de Rosé - Vamos, lo siento. - se disculpó en lugar de su
amiga.
- Aún no entiendo porque sos su amigo. - dijo Rosé claramente molesta.
- La conozco desde niños, igual que vos con Jennie. - explicó - Ella pasó
por mucho de pequeña, no es su culpa. - dijo con cierta tristeza.
- Eso no es excusa. - dijo Rosé sabiendo a que se refería, pero no
queriendo entrar en ese tema el cual era delicado.
- Mejor pasemos la página. - dijo TaeHyung obviamente incómodo ante
la situación - ¿Iremos a ver a Jennie después de clases? - preguntó tratando
de eliminar el ambiente hostil.
- Yo iré, no sé ustedes. - dijo Rosé.
- Yo también quiero. - dijo Hwasa sonriente.
- Yo no puedo, tengo una sesión de fotos al terminar las clases. - dijo
BamBam.
- Bueno, mandaremos saludos de tu parte. - aseguró Hwasa.
- Bueno, creo que seré el único hombre en el lugar. - dijo TaeHyung con
una sonrisa, no podía sentirse más afortunado.
- Ni creas que te llevaré - dijo Rosé -, tampoco creo que la mamá de
Jennie te deje entrar, tal vez crea que querés aprovecharte de su pequeña. -
dijo jugando.
- Oh sí, me encanta ir a la casa de compañeras enfermas para
aprovecharme de ellas. - siguió el juego.
Todos comenzaron a reír, era típico en ellos hacer roles así debes en
cuando, los cuales dejaron de lado cuando Jennie entró a su grupo de
amigos, ella era demasiado inocente que creía que lo que decían era enserio.
De hecho en una ocasión todos los chicos bromearon de que los viernes
tenían que venir con un traje de superhéroes para la clase deporte, ellos
pensaron que la joven había captado la mentira, pero al día siguiente que
era viernes se dieron cuenta que no, al verla disfrazada bastaron varias
disculpas para que la azabache dejara de sentirse estúpida, desde ese
momento prometieron no hacer más bromas ni pequeñas ni grandes.
Aunque haya sido gracioso.
- Bueno, pues esta decidido, las dos veremos a Jennie mientras que Tae
se queda fuera de la casa. - bromeó la morena.
- Yo estoy de acuerdo. - dijo Rosé.
- Yo no. - dijo TaeHyung riendo.
- Jaja, vamos - dijo BamBam mientras reía -, entremos al salón, no falta
mucho para que comience la última clase. - dijo y todos asintieron.
《》 ...
Me quedé dormida. - pensó la pequeña chica mientras frotaba sus ojos.
Miro la hora, ya habían salido sus amigos, sonrió y tomó su celular, ahora
podría mensajear con Rosé libremente, pero antes de poder escribirle, su
amiga se dio cuenta de que tenía un correo de ella.
^Vamos a tu casa, espero que te sientas mejor, o almenos que estés
presentable.^
Rosé.
Jennie se sorprendió al leer el mensaje, y más cuando allí decía que
vendría más gente con ella. Rápidamente miro a su alrededor, tenía que
asegurarse que su habitación estuviera presentable, ojalá lo hubiera estado.
Había ropa tirada por todos lados, y uno que otro pedazo de papel
arrugado por todo el suelo, ella realmente no era amante de la limpieza ni
mucho menos era ordenada, y ahora mismo odiaba serlo, como pudo se
levantó, levantó todas sus cosas iba a limpiar... o al menos eso quería hasta
que escucho el timbre de la puerta sonar, ellos estaban acá.
Que soy igual a Kim Jennie en esta historia dice.
Ahre
Capítulo 3.
Tres días habían pasado, solamente tres días desde que Jennie había
regresado al instituto luego del resfriado. Aunque su humor lo había
cambiado casi nada, más bien disminuyó, ya no sonreía como antes, ya no
se comunicaba con sus amigos, ahora se la pasaba todo el tiempo en la
biblioteca, ya no podía diseñar ningún vestuario nuevo, al menos no sin
estropearlo con grandes y gruesas líneas de su pluma.
Esta demás decir que que tanto Rosé como sus demás amigos estaban
preocupados por eso, Rosé trato de hablar con ella muchas veces, pero
Jennie solo le decía la misma cosa.
<No es nada.>
- Vamos Jennie, haz ido a la biblioteca toda la semana. - dijo Rosé.
<No es cierto. Aún no voy el viernes y el fin de semana.> informó la
chica.
- Vamos, algo pasa, no hablas con nosotros, y he notado que miras
demasiado a Lisa, ¿te hizo algo? - preguntó pensando que a eso se debía su
extraño comportamiento.
Jennie solo negó con la cabeza y miró hacia un lado encontrándose con la
castaña antes mencionada. Rápidamente su estado de ánimo bajo y frunció
el ceño, lo cual no pasó desapercibido por su amiga quien al seguir la
mirada de su amiga se encontró con Lalisa.
- Otra vez la estas viendo. - comentó Rosé y Jennie aparto la mirada de la
chica, miró a su amiga y suspiró derrotada.
Era tonto, incluso para la azabache estar molesta por algo que no se pudo
evitar y más aún culpar a alguien quien no tenía la intención de dañarla a
ella.
<Sólo... estoy cansada de su actitud.> mintió <Tenés razón, pasó
demasiado tiempo en la biblioteca. Al salir de clases, ¿vamos a mi casa a
ver una película?> preguntó con una sonrisa.
Rosé sonrió ampliamente al leer el mensaje que le dio su amiga.
- ¡Sí! - dijo con entusiasmo y colocó su brazo alrededor de los hombros
de la chica.
El corazón de Jennie se aceleró considerablemente ante esa acción,
lamentablemente eso pasó desapercibido por la chica, quien solo tenía algo
en su mente, contarle un secreto... algo que había sucedido recientemente y
cosa que tal vez arruinaría la tarde de película de su amiga.
Lamentablemente para Jennie la tarde de películas se arruinó en cuanto
entro al salón de clases.
- Hey, Jennie, Rosé. - saludó TaeHyung acercándose a las chicas.
Jennie levantó su mano en forma de saludo, pero Rosé se separó de su
amiga y saludó al chico de una forma no muy común entre amigos.
- Hola, Tae. - dijo tomando su mano y dándole un beso en los labios.
Jennie sintió como el aire se escapaba de sus pulmones, también sintió un
fuerte dolor en el pecho y sintió inmensas ganas de llorar.
¿Por qué tenía que pasar esto justo ahora?
- Veo que convenciste a la fugitiva de volver. - dijo colocando uno de sus
brazos alrededor de los hombros de la chica.
Jennie comenzó a sentirse mal, ojalá fuera físicamente y no emocional,
hubiera sido más fácil ir a enfermería de ésa manera.
- Hey... ¿pasa algo malo? - preguntó Rose al ver a Jennie mirando el
suelo.
<Nada, recordé algo, lo siento pero me tengo que sentar un rato.> dijo y
no le dio oportunidad a su amiga de hablar.
- ¿A dónde vas? - preguntó TaeHyung y algo dentro de la azabache la
hizo detenerse - Ven. - eso se escuchó tan familiar.
Volteo a ver a su amigo y sintió como una oleada de recuerdos
suprimidos la golpeaban de forma bruta haciendo que casi cayera al suelo
de no ser porque Hwasa se acercó y la tomó por detrás evitando que caiga.
La chica comenzó a ver imágenes confusas recorrer su mente al igual que
comenzaba a sudar frío.
Todos se acercaron ante lo que sucedía, Jennie abrió la boca ligeramente
y un sonido salió de ella provocando sorpresa en todos.
- A... a... - salió de la azabache antes de caer inconsciente.
《》 ...
- ¡Papi! - gritó con terror la pequeña niña.
Los hombres que lo golpeaban no paraban de reír.
Uno de los hombres del grupo, que parecía el más joven, se acercó a
Jennie, quien solo caminó hacia atrás sintiendo miedo.
- No tengas miedo pequeña. - dijo con tono amable mas su expresión era
de maldad.
El joven tomó a la pequeña Jennie y saco un navaja.
- ¡Papi! - gritó desesperada por la situación.
- Ya cállate. - dijo con enojo y pasó la navaja por la garganta de la niña,
arrojandola una vez que termino.
La sangre comenzó a fluir de la herida de la menor, el aire comenzó a
faltar, el dolor en el cuello era insoportable.
- Vámonos. - dijo uno de los hombres y todos obedecieron dejándolos
allí.
El padre de la pequeña se levantó y tomó a la pequeña en sus manos, con
todo el dolor de su cuerpo por la golpiza que recibió, corrió hacia la calle
concurrida y pidió ayuda, la cual fue dada rápidamente.
La pequeña Jennie apenas podía mantenerse consciente de lo que
ocurría a su alrededor, además de que trataba inútilmente de hablar, solo
para que a los pocos minutos perdiera el conocimiento.
《》 ...
Jennie abrió los ojos y por reflejo colocó una de sus manos en su
garganta, podía sentir aquella herida abierta, todo aquello se sintió tan real,
el dolor, el miedo...
- Jennie... - habló Rosé al ver a su amiga reaccionar - ¿Estás bien? -
preguntó con preocupación.
La azabache miro con terror todo el lugar, se encontraba confundida, no
parecía recordar donde estaba o que estaba haciendo anteriormente, aunque
realmente Jennie no reconocía a ninguna persona presente allí, rápidamente
busco con la mirada algo, pero no lo encontró.
Con su mano en su garganta trató de hablar, fallando totalmente.
- Jennie, cálmate. - dijo la chica a su amiga.
La enfermera entró tras ser llamada por uno de los estudiantes al ver el
extraño comportamiento de la azabache, rápidamente se acercó a la chica.
- ¿Que sucedió? - preguntó a los chicos sabiendo la incapacidad de hablar
de la chica.
- No lo sé, simplemente cayó y comenzó a actuar así. - comentó Rosé
preocupada por su amiga.
- Bien. - dijo y puso su atención total en la chica - Jennie, asiente con la
cabeza si me entiendes. - dijo y espero la respuesta de la chica, la cual no
llego, solo veía aterrada a todos a su alrededor - Jennie. - dijo ganando la
atención de la chica, quien pareció relajarse levemente ante la presencia de
un adulto - Todo esta bien. - dijo.
Jennie separó sus manos de su cuerpo y abrazó a la enfermera mientras
lágrimas salían de sus mejillas. Tenía miedo, no sabía donde se encontraba,
tampoco reconocía a las personas a su alrededor, y más importante, aún no
sabía donde estaba su padre.
Capítulo 6.
Una rubia iba caminando por las calles de la ciudad de Seúl, estaba enojada
e insultaba a la chica que la había acusado antes, de ser la causante del mal
de Jennie.
- EunHa, dame mi Latte de Makachinno. - dijo con arrogancia.
Su asistente y amiga obedeció y se lo dio, pero en cuanto la rubia lo
probó lo escupió en la cara de la pobre chica.
- Que asco. - dijo y tiró el vaso con todo y líquido al suelo - No podés
hacer na... - pero guardo silencio al ver el edificio frente a ella - Pero que
tenemos acá...
[...]
Jennie se encontraba dibujando, algo que sería normal, si no fuera de que
en lugar de ropa dibujaba siluetas de personas sin rostro...
Eran muchos los días en los que Jennie pasaba sin dormir por las muchas
pesadillas que tenía, de las cuales no entendía ninguna.
Se sentía perdida y sola, no importaba que su madre estuviera allí para
ella, o Rosé quien decía ser su amiga la visitara todos los días, aún así sentía
miedo.
"No podrá hablar otra vez... tiene suerte de haber sobrevivido."
Jennie abrió rápidamente los ojos, otra vez se había quedado dormida,
aunque solo lo había hecho por un pequeño momento. Tenía que evitarlo,
sólo así mantendría alejadas las pesadillas.
- Jen, una... amiga vino a verte. - dijo su madre desde el marco de la
puerta.
La chica solo la observó sin hacer otro movimiento, a lo que su madre
interpretó como un bueno.
Con la mirada baja, la mujer bajó, Jennie intuyó que era para atraer a la
supuesta amiga que claramente no era Rosé ya que hoy tenía algo que hacer
y aunque estuviera libre ella entraría como si nada a su habitación.
No pasó mucho cuando escuchó una voz en su puerta, que no se oía para
nada amistosa.
- Vos - Jennie levantó la mirada y se encontró con una rubia molesta
señalandola con su perfecta manicura -, he recibido una acusación falsa por
tu culpa. - dijo y se acercó a la chica.
Jennie al verla acercarse entro en pánico, no la reconocía y parecía
enojada, su instinto la hizo retroceder y esconderse tras su escritorio.
La rubia al ver la reacción de la chica se sorprendió un poco,
normalmente cuando se veían, la azabache le sonreía o algo parecido, pero
ahora parecía asustada, más bien aterrada ante su presencia, lo cual hizo que
recordara cosas que no le agradaban tanto.
《》 ...
- No le hables tanto, es hija de un hombre muy rico, si la molestas quien
sabe lo que pasaría. - la voz de un niño se escuchó en susurros.
- Tal vez haga desaparecer a nuestras familias. - seguían los murmullos.
Todos hablaban y hacían sus teorías de lo que ocurriría si ella se
enojaba con alguno de ellos.
- Yo no soy así... - murmuró la pequeña mientras apretaba los puños y
trataba de no llorar.
¿Por qué no podía ser igual que los otros niños y jugar sin importar su
estatus social? ¿Por qué le tenían tanto miedo sin siquiera conocerla bien?
Lalisa no pidió ser rica, no pidió ser temida, solo quería a alguien para
jugar...
- ¿Lisa? - la voz de una mujer sonó y la pequeña alzó la vista para ver
una mujer en la entrada de la escuela.
- Mamá... - dijo y sonrió olvidando toda la tristeza que sentía en ese
momento - ¡Mami! - gritó saltando a los brazos de su madre.
Ella era la única que la hacía olvidar de su dolor y tristeza al no ser
aceptada, su madre era la única que la hacía soportar todo ese dolor.
《》 ...
- Jennie. - habló la rubia más calmada.
A los ojos de Lalisa, Jennie parecía indefensa, vulnerable, veía en ella
una niña la cual buscaba un abrazo protector... le recordaba a ella buscando
el abrazo protector de su madre.
La chica miró por encima de su escritorio y se encontró con la mirada
triste de la rubia, todas sus defensas bajaron, su miedo disminuyó, no diré
que se sentía segura porque no lo hacia, todavía sentía peligro, siempre lo
hacia.
- Jennie, ¿podemos hablar? - preguntó Lalisa dudando un poco si podía
usar ese término, después de todo Jennie era muda, ¿no?
La azabache asintió levemente y se encaminó a su cama, realmente
Jennie lo hacía porque sentía curiosidad, no había muchas personas a las
que había visto desde que salió del hospital, solo había visto a su madre y a
Rosé, ¿su padre? El ni siquiera vino a verla.
Pero eso no importaba ahora.
Jennie llegó a su cama y alzó la almohada para sacar una libreta y un
lápiz el cual normalmente utilizaba para hablar con Rosé y a veces con su
madre.
<Ola> escribió con una falta se ortográfica y apenas una letra legible.
Hasta podría decir que un niño de cinco años escribía mejor que ella.
Pero eso a Lalisa le pareció gracioso.
- Hola. - saludó. Parecía como si lo que acababa ee pasar hace segundos
realmente no hubiera pasado - ¿Qué estabas haciendo antes de que llegara?
- preguntó mientras miraba con detenimiento el lugar.
Jennie colocó el lápiz sobre el papel y comenzó a escribir lentamente,
tratando de que su letra pudiera ser leída por la chica en su habitación.
<Mantenía fuera las pesadillas.> fue lo que escribió y Lalisa logro leer.
- ¿Pesadillas? ¿Tenés pesadillas? - preguntó.
La azabache solo asintió y comenzó a rayar su cuaderno nuevamente.
<Personas hablan... sangre y oscuridad...> se leyó del cuaderno de
Jennie.
Lalisa sintió su piel erizarse ante lo escrito por Jennie. ¿Por qué le sonaba
tan familiar aquello?
- ¡Bien! - dijo la rubia alzando la voz - Te mostraré algo para mantener
alejadas esas pesadillas. - dijo Lalisa pero su actitud cambió un poco y miro
a Jennie de manera seria - Si le dices a alguien que vine, te haré la vida
cuadritos. - amenazó.
Jennie asintió con un poco de miedo y Lalisa la ignoró para luego sacar
su celular, parecía buscar algo pues sus expresiones eran de concentración
pura.
- Lo encontré. - dijo celebrando su búsqueda - Mira. - dijo mostrándole la
pantalla de su celular.
¿Super-Girl?
Jennie miró a Lalisa, estaba realmente confundida, ¿para qué le enseñaba
un cómic?
- Mi madre de pequeña me leía estos cómics - comenzó a contar la rubia
con nostalgia -, ella es una superheroína, ella aleja cualquier mal que podés
encontrar... o al menos eso era lo que mi madre me decía. - dijo Lalisa algo
avergonzada por su entusiasmo.
Jennie miró nuevamente el móvil, se grabó la apariencia de la chica del
cómic y sonrió. Tomo su cuaderno nuevamente y volvió a escribir.
<Gracias.> fueron las palabras escritas en aquella hoja.
Lalisa sonrió para si misma, se sentía bien ser buena debes en cuando,
con alguien que no es ella misma...
JAJAJAJAJA
Realmente ni yo sé porque puse a SuperGirl, solo disfrutenlo.
JAJAJAJAJAJ
Capítulo 8.
- Todo era perfecto hasta que vos apareciste. - decía Rosé furiosa, aún sin
percatarse que su amiga se había desaparecido hace rato.
- Yo no tengo nada que ver en eso. - dijo y trató de buscar con la mirada a
la azabache pero no la encontró, ¡no estaba! - ¿Jennie? - preguntó
angustiada y volteó hacia los lados esperando verla.
Rosé dejó su pelea de lado y preocupada por su amiga la comenzó a
buscar.
- Le hiciste algo, ¿cierto? - la acusó sin prueba alguna.
- No tengo tiempo para esto. - dijo la rubia ignorando a la chica que la
veía furiosa.
- No huyas. - le dijo deteniendola.
- No lo hago. - dijo la chica mirando con desagrado a la chica - Así que
arreglemos esto otro día, ahora estoy más... quiero ver que esa niña no se
haya lastimado. - dijo y corrigió sus palabras - Te diría que buscaras a tu
amiga también, pero al parecer la perdiste hace tiempo, ¿no? - dijo
recordándole las palabras que la chica había dicho... o dio a entender.
Rosé solo se quedó viendo como Lalisa caminaba caminaba en dirección
contraria, apretó los puños y sintió sus ojos picar, quería llorar, tal vez y
solo tal vez Jennie se había ido por las palabras que ella había dicho... y no
porque Lalisa le haya hecho algo malo.
Deseaba estar equivocada.
Por otro lado, una chica corría por las calles de Seúl, se sentía triste y las
lágrimas que recorrían sus mejillas lo revelaban.
Quería recordar, quería hacerlo.
Todos los días trataba de recordar lo que ella era, lo que ella fue... lo que
ella quería ser.
Los álbumes de fotos eran de gran ayuda pero no recordaba nada, no
recordaba los sentimientos que experimentó esos días, ni como actuaba con
personas.
Su diario le daba una pequeña y vana idea de cómo era ella, de su
personalidad y de como veía a las personas, pero ahora se veía como una
completa desconocida para todos.
No era como Jennie. La Jennie que todos conocen era alegre, ingeniosa,
generosa amable, servicial, algo torpe, una buena chica. La Jennie que era
ahora era totalmente diferente.
Tenía miedo, era antisocial, egoísta, reservada, retraída, lo torpe se quedó
al menos, pero no servía de nada.
"No sos ella."
Era lo que se repetía una y otra vez.
Quería recuerdos... y no sus pesadillas llenas de sangre y miedo, quería
recuerdos con su familia y no personas con objetos quirúrgicos en mano.
Deseaba no sentir su dolor en la garganta.
Tal vez debió prestar atención a su camino, pues tropezó con una piedra
del lugar, perfecto, se decía mentalmente, lo último que necesitaba era ser la
torpe niña de siempre.
Las lágrimas no se detenían, su manos comenzaron a arder debido a la
caída. Era débil, una inútil niña que no entendía la situación.
- ¿Je-jennie? - una suave y débil voz sonó llamando la atención de la
chica - ¡Oh por Dios! ¿Jennie te en-encuentras bien? - el chico pelirrojo se
acercó con rapidez y fue rechazado por la azabache con miedo.
Jennie movía la cabeza de lado a lado, negaba repetidas veces, no
conocía al chico, no sabía lo que le haría.
- Calma... estoy acá, solo soy yo, Mark. - dijo el chico tratando de
acercarse a su amiga.
"Aléjate... Aléjate, aléjate" decía una y otra vez la chica en su mente,
cerró los ojos por reacción, había entrado en pánico.
Mark decidió no acercarse, lo último que deseaba era asustar más a la
chica, miró a sus lados y notó las miradas curiosas de las personas, algunas
miraban con desagrado, otros con pena y otros con burla. Pero nadie se
acercaba a ayudar.
- ¿Te gustan los dibujos? - preguntó con una voz suave.
Jennie abrió los ojos confundida, miró al chico, ahora parecía inofensivo,
su mirada era suave y tranquila, su sonrisa tímida... no había peligro.
- A mí me encanta dibujar... - comentó sacando su libreta de bocetos de
su mochila -... en este cuaderno realizo mis trabajos. - dijo aproximando el
cuaderno a la chica.
Jennie miró el cuaderno un momento y lo tomó aún con dudas, lo abrió y
encontró dentro de el varias ilustraciones hechas a mano, personas, objetos,
animales... había una gran cantidad de cosas en las hojas.
- Jennie. - habló el joven y ella lo miró - Vamos, levántate. - dijo con una
sonrisa y extendió su mano.
La azabache dudo unos segundos si tomarla o no, pero debía levantarse,
así que tomo la mano del pelirrojo y se levantó, pero su vista regresó al
cuaderno rápidamente mirando los dibujos, hasta que uno captó su atención.
Lalisa...
Jennie miró a Mark y levantó el cuaderno enseñándole el dibujo hecho
por él.
- Oh... sí, lo hice porque ella me lo pidió, pero al momento de querer
dárselo dijo que no era tan bueno... - dijo el chico algo enojado.
Jennie frunció el ceño, miró el dibujo nuevamente pensó que era
perfecto. Reflejaba claramente la imagen de Lalisa, sus ojos reflejaban su
seguridad y su cuerpo mostraba elegancia, simplemente se miraba hermosa.
¿Por qué la rubia diría que no era bueno?
- De hecho ya debo deshacerme de el, si ella llega a verlo conmigo de
nuevo, me matará. - dijo con temor el joven y trató de tomar de nuevo su
cuaderno.
Jennie retrocedió unos cuantos pasos hacia atrás y negó con la cabeza
varias veces, miró a Mark de manera suplicante y el chico tardó unos
segundos en recordar como debía respirar.
- ¿L-lo querés? - preguntó algo nervioso ante la mirada de la chica.
La azabache sonrió entusiasmada y asintió repetidas veces entregándole
el cuaderno al chico quien arrancó con cuidado la hoja y se la entregó con
cuidado a la chica.
"Lalisa" dijo su nombre en su mente y sonrió, ella era la única que le
había dado algo en lo que apoyarse.
- ¿Querés que te acompañe a casa?... digo al instituto ya... ya no podemos
ir, aunque ya yo iba tarde, jeje. - dijo el pelirrojo bastante nervioso.
La azabache negó suavemente con su cabeza y señaló un parque que
estaba cerca.
- ¿Querés ir al parque? - preguntó, y obtuvo un sí por parte ella - ¿Querés
que te acompañe? - preguntó tímidamente y recibió un no, lo cual lo
deprimió un poco - ya... ya veo...
Jennie sacó su celular ya que había tirado su libreta en alguna parte del
camino.
<Quiero estar sola, necesito pensar.> le mostró lo que había escrito y el
chico sonrió un poco.
- Entiendo... bien, nos vemos Jennie. - se despidió y se fue alejando.
La azabache respiró con dificultad, tenía miedo, pero debía quitárselo, no
podía huir por todo a la vida. Camino al parque y se sentó en una de las
bancas del lugar, miró el cielo por un momento y sonrió al ver una nube con
forma de mariquita, o al menos eso era lo que ella veía.
"Tengo que ser fuerte como SuperGirl. No tengo porque tener miedo a
las pesadillas, no son reales." Pensó y su mano se posó en su garganta, "yo
nací así, yo nací así... lo hice... yo..."
^Ya cállate.^
Los ojos de la azabache se abrieron de golpe y apretó un poco el agarre
de su cuello, lo había visto, había visto nuevamente al chico con la navaja,
había sentido nuevamente el dolor.
"¡Papá!" Trato de gritar, pero nada salió. Ni un sonido, lo que frustro a la
azabache. "¡¡¡ALGUIEN QUIEN SEA, POR FAVOR...!!!" gritaba, pero
nadie la oía, no había sonido, sus manos se posaron en su cabeza y su
mirada en el suelo.
"¡¡¡AYÚDENME!!!"
:D
¿Team Lisa? O ¿Team Rosé?
¿Quién cree que llegue? :)
¿O Mark? Ahre él no.
JSJSJSJSJSJS
Capítulo 11.
Una chica lloraba en los brazos de su novio, sólo había pasado uno hora
desde que Jennie se había ido, y él la había encontrado llorando.
- Vamos Rosé, dime, ¿qué pasó? - preguntó el chico preocupado.
Pero la chica no hablaba, se sentía triste y estúpida, por todo lo que había
dicho en presencia de su amiga. Había dicho que perdió a su amiga, no se
podía imaginar lo que Jennie sintió luego de que ella le aseguró que eran
amigas.
Solo culpaba a Lalisa porque no sabía que hacer, extrañaba a su amiga, la
Jennie que se encontraba ahora era una completa extraña.
- Por favor, Rosé, háblame. - dijo TaeHyung algo desesperado al no saber
la razón de las lágrimas de su novia.
- Jennie... - susurró y el chico frunció el ceño.
Otra vez ella, nuevamente Jennie era la causante de las lágrimas de Rosé,
de la atención de la chica, de su preocupación y su cuidado, de todo, y ¿él
que?
Desde antes del accidente Rosé se la pasaba hablando de Jennie, de como
todo cambio cuando entró al instituto era algo tedioso pero podía tolerarlo,
pero ahora se había vuelto realmente molesto. Podía sentirse la diferencia
entre él y Jennie en el corazón de Rosé, la azabache ocupaba la mayor parte
del corazón de ella, y al chico eso no le gustaba.
- ¿Podés parar? - preguntó separándose de la chica - Jennie esto, Jennie
aquello, Jennie, Jennie, Jennie... - sus celos comenzaron a mostrarse.
- Eso no es cierto. - dijo Rosé enojada - Ella es mi mejor amiga, es
normal que este pendiente de ella, además ella es diferente.
- No lo es. - dijo TaeHyung - Ella no es diferente a nosotros, deja de
tratarla como algo frágil, solo le haces daño a ella también. - dijo.
La chica apretó los puños, ¿cómo se atrevía decirle eso? Él no era un
santo y se lo diría en la cara.
- No sé de que vas, vos no sos el mejor, vi las fotos. - dijo y vio como el
chico se tensaba un poco.
- Si te referís a eso, fue el día que me cancelaste por ir con la mudita esa.
- dijo sin pensarlo bien realmente.
Rápidamente una mano se levantó y cayó sobre la mejilla del moreno,
Rosé había abofeteado a TaeHyung, la cual la sorprendió así misma, pero
no dejaría que él notara su nerviosismo.
- No te permito que le digas así a mi amiga. - dijo con una expresión seria
y algo nerviosa.
TaeHyung tenía sus ojos abiertos, sentía su mejilla arder, volteó a ver a su
novia y una sonrisa amarga se posó en sus labios.
- ¿Así que así será ahora? - preguntó con una sonrisa seca - La mudita
para sobre mí... - dijo y se pudo notar como sus ojos comenzaron a
cristalizarse - Por favor Rosé... ¿¡Crees que soy un maldito idiota!? - gritó
logrando que la chica se sobresaltara un poco.
- ¿Que querés decir? - preguntó al no entender lo que ocurría con él.
- No estoy ciego, lo quise ignorar desde un principio, y cuando aceptaste
ser mi novia lo olvidé por completo. - dijo mientras apretaba los puños para
evitar llorar - Solo admítelo de una vez.
- No te entiendo. - dijo la chica.
- ¡Sentís más que amistad por ella! - gritó.
Ahora Rosé abrió los ojos sorprendida por las palabras de su novio.
- ¿De qué hablas? Ella es mi amiga. - dijo y TaeHyung bufó irritado.
- Por favor. - dijo - Es obvio. Le hablas de una forma diferente, hablas de
ella de una forma especial, te preocupas por ella cuando no es tu
responsabilidad, y simplemente como la miras... - dijo apretando los puños,
pero ahora con rabia.
- ¿De qué hablas, Tae? Vos sos el que me gusta, ¡por eso acepté ser tu
novia! - gritó algo alterada.
- Sí... sos mi novia. - dijo con una sonrisa muy falsa - La que no me ha
prestado atención desde que toda esta cosa pasó, desde que Jennie llegó al
instituto pase de ser el plato principal a ser el plato de segunda mesa. Era
como si no quisieras que ella se enterara de lo muestro. - dijo finalmente y
notó como la mirada de Rosé pasaba de confusión a culpa.
- Tae... no es a... - pero fue interrumpida por el chico.
- Olvídalo... ve y búscala. - dijo y se fue, dejando a la chica confundida y
con un pequeño sentimiento de culpa en su interior.
- Haces todo mal, Rosé. - se dijo mientras sentía sus mejillas mojadas
nuevamente.
[...]
- ¿Te encuentras mejor? - preguntó Lalisa con voz suave.
La azabache asintió y lentamente se separó para ver los ojos avellana de
la rubia, una pequeña sonrisa en sus labios, Lalisa imitó su acción y aunque
espera la hermosa sonrisa de la azabache, se conformó con esa.
- ¿Que te parece ir por un postre? Yo te invito. - ofreció la rubia con una
sonrisa y al ver los ojos de la azabache con emoción, supuso que era un sí -
Bien, vamos. - dijo y le extendió la mano.
Jennie miró con curiosidad la mano de la chica por unos segundos y
recordó la escena del cómic de su superheroína, una parte importante y
significativa o al menos para la azabache.
Confianza...
Sin pensarlo más tomo la mano de la rubia y comenzaron su camino a
algún lugar.
"Prometo ayudarte... ahora y siempre." Fue el pensamiento de Lalisa
quien sonreía al tener la mano de Jennie entrelazada con la suya.
Pero... ¿podrá cumplirlo?
Amo a Lalisa Manoba ¿ok? Ok
¡Se ve jodidamente perfecta en el póster, no me imagino en el MV!
Me vo' a morir de tanta perfección, asies 😔❤
Capítulo 13.
Hoy a sido un día muy divertido, Rosé me llevó al parque de animales y fue
increíble. Había un hipotamo y una girafa, también habían delfines y
pingüinos.
Quiero volver a ir con Rosé pronto...
Allí se encontraba Jennie otra vez, leyendo nuevamente uno de los pocos
diarios que tenía guardados, al parecer tenía una edad de 7 o 10 años ya que
tenía escritas mal unas palabras.
Jennie aún no entendía porque ella guardó sus diarios y algunas libretas
que utilizaba para comunicarse, parecía que no quisiera olvidar, aunque ya
era tarde, no recordaba nada de lo que era antes.
"Tiene que haber algo acá que me ayude a regresar a la antigua Jennie."
Pensaba la chica mientras buscaba en su habitación.
Solo habían pasado dos días desde aquel día fuera del instituto, dos días
donde al volver a casa no quiso saber nada de nadie, por lo que las visitas su
habitación estaban totalmente prohibidas.
Jennie supo que Rosé había venido a su casa, la escuchó hablar con su
mamá, escuchó como pedía verla, pero su madre simplemente le negó la
entrada a petición de Jennie, algo similar con una rubia que se presentó en
su casa, pero ésta no insistió cuando le dijeron que no estaba disponible.
El celular de Jennie se encontraba apagado debido a las constantes
llamadas y mensajes de cierta chica.
Aún recordaba las palabras de Rosé y el dolor que le transmitían.
"Perdí a mi mejor amiga."
No eran amigas, no eran nada, ni siquiera podía ser un reemplazo de si
misma. Era una inútil.
No importaba cuanto investigara en internet, no había nada que le diera
respuesta a su situación, ir al médico no servía de nada ya no había nada
anormal en su sistema por lo que no había algo que ellos pudieran hacer.
Aunque algo positivo había pasado, encontró su vieja libreta que alguna
vez utilizó para aprender lenguaje de señas...
- Jennie, ¿querés comer algo? - preguntó su madre detrás de la puerta,
pues la azabache se rehusaba a salir de la alcoba o abrir la puerta.
Jennie golpeó la madera dos veces en forma negativa, un toque para sí, y
dos para no, fácil.
En pocas palabras, Jennie se sentía triste y herida, pero no dejaba que la
afectara... tanto. Tal vez no comía a su horas y no socializaba, pero no era
como si se matara de hambre, cuando la noche caía Jennie hacía un
pequeño viaje y robaba algo para comer, la parte de socializar... eso sí no
podía hacerlo.
Jennie camino alrededor de su habitación, pensaba que hacer... no fue
hasta que escucho su puerta ser golpeada, eso le extraño, normalmente su
madre dejaba de insistir desde el primer llamado.
- Kim, sé que estás allí. - una voz masculina sonó... no la reconocía pero
se le hacía familiar - Abre la puerta.
Sin duda no abriría.
- Vamos joven, ella no saldrá... retirese. - la voz femenina de su madre
sonó y Jennie se alivió un poco al saber que ya se marcharía el joven
desconocido.
- ¡Jennie sal! - su voz aumentó lo que causó que Jennie obedeciera con
cierto miedo.
La puerta se abrió con cierta timidez, detrás de ella apareció una
azabache algo desmejorada.
Su cabello estaba desareglado y en una mala coleta, tenía puesta su
pijama la cual se encontraba muy arrugada, y por sus ojeras se notaba que
no dormía muy bien, sin contar el hecho de que estaba más pálida de lo
normal.
- Bien. - dijo el chico moreno de gafas y gorra, miraba a la azabache con
seriedad lo cual le causaba incomodidad y miedo.
Aquel chico desconocido causaba en Jennie un sentimiento de desagrado,
enojo y miedo... pero no entendía la razón.
- Deja de jugar, Kim. - dijo el chico - Estas matando a Rosé con esto.
Jennie bajó la mirada, lastima a la chica que se suponía era su amiga, se
supone que las amigas se apoyan y cuidan... ¿qué clase de amiga era ella?
<Lo citó.> movió sus manos tratando de disculparse, pero aún se le
dificultaba recordar como se formaban las palabras u oraciones...
- ¿Que? - dijo mirando irritado a la chica, él tenía entendido que la chica
había olvidado todo y no se comunicaba a través de sus señas, ¿acaso todo
era una mentira de la azabache?
- ¿Lo citó...? - murmuró su madre con confusión, pero rápidamente
entendió el mensaje - Se está disculpando. - aclaró la madre.
En la mente del chico se creó toda una historia llena de suposiciones y
especulaciones suyas... su ira aumentó al pensar que quizá Jennie no tenía
nada.
- No puedo creerlo. - susurró el chico - Rosé está mal por no poder
"hablar" con vos a través de tus estúpidas señas y vos podés hacerlas sin
problemas. - dijo el chico enojado.
Jennie sintió una opresión en el pecho... más que sentirse triste se sintió
enojada... ella estaba igual o peor que su amiga.
No sabía gran cosa de ella y lo poco que recordaba eran borrosas y
desagradables, trataba de salir adelante, de volver a la "normalidad" ¿qué
acaso nadie lo veía?
<Yo hago lo que puedo... quiero regresar... quiero ser yo de nuevo.>
movió sus manos y sintió sus ojos arder.
El chico claramente no entendía nada y eso le irritaba más.
- Vos venís conmigo. - dijo y tomó de la mano a la chica y sin esperar
nada comenzó a sacarla de la habitación.
- Oye déjala. - dijo su madre y el chico la miró con mala cara.
- La llevaré con Rosé, a que resuelvan sus problemas. - dijo, y era la
verdad.
Aunque él estaba enojado, dolido y deprimido, no quería ver a la chica
que le gustaba tan triste, esperaba que con esto, la chica de la chal se
enamoró, regresará aunque no fuera a su lado.
La azabache se resistía y oponía resistencia, pero claramente era más
débil que el chico.
Al salir del edificio un auto los esperaba, JiMin estaba ayudando a sus
amigos y Hwasa... ella solo quería ser popular...
Jennie se sentía vulnerable...
La imagen de un hombre acercándose vino a su mente y sus ojos se
cerraron.
Comenzaba a recordar...
Amé el capítulo, asies.
Grita*
¡Mañana sale el MV! Bueno es a la 1a.m., a madrugar, pero...
¡Se viene arte!
Veamos si sobrevivo. 😔
Capítulo 14.
Correr.
Era lo único que la chica hacía.
No importaba nada más, tenía que huir.
¿Que ocurría? Algo la perseguía y no sabía que era o que intenciones
tenía, tampoco iba a averiguarlo.
Pero aunque corría a gran velocidad pareciera que no avanzaba nada y
eso aumentaba más su desesperación.
Poco a poco sintió un líquido recorrer su cuello y mojar su pecho, con
una de sus manos tocó su cuello y al verlo quedó helada.
Rojo...
Sangre...
Todo comenzaba a dar vueltas, se sentía enferma.
Colocó su mano en su garganta tratando de que la sangre parara, todo
su cuerpo temblaba, tenía miedo, miró hacia los lados buscando ayuda,
pero lo único que encontró fue unos ojos grisáceos viéndola con seriedad.
Sus ojos se abrieron.
Frente a ella estaba... ¿ella misma?
《》 ...
Un chico de cabello rizado y tez ligeramente morena se encontraba en su
cama, sus audífonos estaban en sus oídos y alejaba cualquier sonido que no
fuera la música.
Su mejilla ardía, Lalisa le había dado una buena bofetada, pero eso no le
molestó, lo que lo molestó fue ver llegar a Rosé a la casa preguntando por
Jennie.
- ¿Cuál es su problema? - se preguntó, nuevamente su música se vio
interrumpida por una llamada a su móvil.
Hwasa y JiMin llamaban al chico, regañandolo por lo ocurrido, y más por
haberle mentido a su amiga.
[- ¿Dónde está Jen?
- No lo sabemos, cuando llegamos ya estaba la ambulancia. - dijo el
moreno y se comenzó a alejar.]
No lo hizo con la intención de mentir, pero no podía decirle que Jennie
cayó de las escaleras por su culpa y menos que se sintió bien al verla
inconsciente.
No, no podía...
- Maldita sea... - maldijo el chico lanzado los audífonos a la cama, estaría
enojado mas no era idiota, no rompería los audífonos por una estupidez.
Se levantó de su lugar y comenzó a caminar por su habitación, aún
recordaba las palabras de la rubia al enterarse de lo ocurrido.
[- Será mejor que encuentre un buen abogado si no querés acabar en
prisión.]
TaeHyung sabía que no podría hacer nada contra él. Había una razón para
ello, una simple y estúpida razón.
Él no la tiró por la escaleras.
Ni siquiera estuvo cerca de hacerlo, solo la siguió hasta la cocina y se
detuvo ya que la señora no lo dejó entrar más, luego de allí solo se escuchó
un ruido y lo último que supo es que ella había caído. Él no tuvo nada que
ver... ¡nada!
Camino un rato más por su habitación hasta que su celular comenzó a
sonar nuevamente.
Eso era todo, iba a apagarlo.
- ¿Rosé...? - fue lo que dijo al ver quien le estaba hablando.
Algo dudoso contestó, tenía mucho sin hablar con ella, desde su pelea se
veía obligado a alejarse. Ahora... ¿cómo tenía que actuar? ¿Por qué tenía
miedo y culpa?
- ¿Bueno? - fue lo que dijo al contestar el celular, pero lo que escuchó
después lo dejó helado.
Se podían escuchar sollozos y sonidos de máquinas...
- Tae... - la voz quebrada de la chica sonó y él sintió su corazón estrujarse
- Jen... está... está... - el llanto nuevamente.
¿Tan grave estaba?
Fue allí cuando la realidad golpeó al chico.
Fue allí cuando el chico vio lo que realmente había provocado...
Cortó la llamada y apagó su celular.
- Yo no hice nada. - dijo y sus pasos se volvieron más apresurados -
Nada... yo no provoque esto. - se decía, tratando de mentirse a sí mismo era
la forma en la que evitaba quebrarse.
《》 ...
¿Cuánto tiempo había pasado?
¿Un día? ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Dos? ¿Años? ¿O tal vez unas
cuantas horas? O minutos...
No lo sabía con exactitud.
La azabache se encontraba en el suelo el cual se encontraba cubierto de
sangre.
No sabía que hacer.
A veces se veía a sí misma frente a ella, pero nunca se hablaban, más
bien la otra la veía con cierto rencor o algo por el estilo.
¿Había muerto?
Esperaba que no.
Tenía que ver a Rosé, tenía que disculparse, tenía que decirle que ella
era su amiga...
Pero además tenía que hablar con Lalisa... tenía que agradecerle por
todo lo que hacía por ella y disculparse por apartarla sin razón.
¿Cuánto tiempo estaría allí?
Se lo preguntaba mucho, pero no había respuesta a su pregunta.
No tenía sentido nada, así que solo cerró los ojos... tal vez así el tiempo
pasara más rápido y ella despertara...
Tal vez... no debió cerrar los ojos...
《》 ...
Una rubia caminaba al estacionamiento del hotel, solo habían pasado
unas horas desde lo sucedido con la azabache y la chica no podía sentirse
agotada.
Sentía que su cabeza explotaría, sus ojos dolían debido a cuanto había
llorado y cuanto más quería llorar.
Pero tenía que soportarlo, por Jennie.
Camino con paso firme hasta llegar a su auto, iría a la oficina de su padre
y le pediría su ayuda, su dinero, influencia y todo lo que tiene para ayudar a
la situación de Jennie.
No quería vivir nuevamente una pérdida, no ahora que apenas había
encontrado algo que amaba.
¿Amaba? No... no era eso...
Era cariño... sí.
Definitivamente solo le había tomado afecto a la chica, nada más.
Todo el camino hacia la oficina de su padre sintió sus ojos arder debido a
las lágrimas que quería derramar, su pecho dolía de igual forma debido a la
culpa que no debería sentir.
¿Por qué le importaba la niña en primer lugar?
Debería ignorarla como lo hacía con todo mundo y seguir su monótona y
falsa vida...
Oh... por eso no lo hacía...
Desde que la azabache llegó a su vida, la hizo olvidar su pequeña y
aburrida vida, la inocencia de la chica ganó un pequeño lugar en su corazón,
la sinceridad de la chica la hizo pensar que si había oportunidad para ella.
Pero ahora... ¿qué pasaría?
Cerró sus ojos para impedir que las lágrimas cayeran por sus mejillas...
pero en un movimiento seco, el auto frenó de golpe y la rubia se sacudió
dentro del auto.
Luego el sonido de los metales chocando se hizo presente.
《》 ...
Sus ojos se abrieron con pesadez, un techo blanco fue lo que vio.
Se encontraba recostada en una cama la cual desconocía, miró a su
alrededor en busca de algo que la ayudara a recordar.
Nada.
Todo el lugar estaba vacío... y las pocas cosas que habían estaban
ordenadas.
La chica de ojos grisáceos se levantó con cuidado y sintió algo halarla
hacia atrás.
Cables conectados a su cuerpo.
El miedo la invadió y arrancó con temor aquellos cables, aquello le
resultaba tan familiar y aterrador que no quería sentirlo más.
El sonido de la puerta se escuchó y la chica fijo su mirada a ella.
Un hombre alto y fornido entró, le resultaba familiar.
El hombre al verla sonrió con tristeza y se acercó a la azabache, ella por
su parte no se sintió amenazada, más bien se sentía cómoda... incluso
podría decirse que feliz.
Cuando aquel hombre se encontraba lo suficientemente cerca de la
chica, ella lo reconoció.
- Papá... - dijo y se sobresaltó.
¿Qué había sido esa voz?
Miro a todos lados en busca de la voz, pero solo estaban ellos dos.
- Jaja... - la risa del hombre sonó y la chica lo miró confundida - Parece
que mi pequeña princesa olvidó como sonaba su voz. - dijo y la chica abrió
sus ojos sorprendida.
- Mi... voz... - dijo y se sorprendió nuevamente... ¿así era su voz? Se
escuchaba algo ronca y grave.
- Sí, aunque creo que no la has usado mucho. - dijo y acarició la cabeza
de la chica - Me alegro de verte, Jen.
La chica sonrió y las lágrimas comenzaron a caer de por sus mejillas sin
saber realmente la razón. Trato de levantarse, pero algo se lo impedía, pero
ahora no sabía lo que era.
- ¿Papá? - dijo al verlo alejarse - ¡Vuelve! - dijo y trato de sujetarlo,
pero sus manos no llegaban a él - ¡Papá! ¡No me dejes! - era tan familiar -
¡Papá!
《》 ...
Sus ojos se abrieron de golpe, su respiración era agitada y se encontraba
algo aturdida.
- Señorita Lisa, ¿se encuentra bien? - preguntó su chófer quien se giró
para verla.
La chica miró hacia el frente y se encontró con un accidente de autos,
solo un poco más y ellos pudieron haber acabado allí.
- Sí... - dijo tragándose el nudo que se formó en su garganta.
Suerte... era la único que pensó...
Tuvo suerte de no salir herida...
- ¿Quiere que la lleve a casa? - preguntó el hombre preocupado por ella.
- No... sigue, tengo que ver a mi padre. - dijo y retomaron camino.
Era la hora... hablaría con su padre.
Capítulo 17.
Pov' Jennie:
Sentía mi cuerpo pesado y adolorido, era como si hubiera ejercitado al
día anterior, pero eso era imposible, soy muy mala en los deportes, además
de que soy demasiado torpe para ello.
Trate de abrir mis ojos pero la luz me hizo volver a cerrarlos. ¿Por qué
hay tanta luz? Dios, me duele la cabeza.
Trate de levantarme utilizando mis brazos de soporte, pero uno de ellos
me dolió bastante, así que volví a caer a la cama provocando un pequeño
ruido, pero eso no era importante, mi mano sí y duele.
Abrí mis ojos y fue cuando vi a dos personas frente a la cama. Reconocí
rápidamente a mi madre, quien al verme noté como sus ojos se cristalizaban
y tapaba con sus manos su boca para callar los sollozos, pero sin éxito, pues
podía oírlos claramente.
- Mi niña. - dijo y se acercó rápidamente para envolverme en sus brazos.
Correspondí su cálido abrazo con mi mano derecha, ya que la otra dolía
con solo moverla, oculte mi rostro entre su cuello cerré mis ojos para
disfrutar el abrazo de mi madre. Desde que era una niña recuerdo abrazar a
mi madre para buscar seguridad, ella siempre ha sido mi refugio, incluso
aquellos días.
- Me alegro que despertaras. - dijo mi madre acariciando mi espalda y
sollozando un poco - Nos tenías preocupados. - dijo y yo me confundí un
poco.
Oh cierto. Rosé y los demás deben estar asustados... aunque realmente no
recuerdo que pasó, lo único que sé es que tuve un pequeño accidente que
me provocó ciertas lesiones, y un golpe muy fuerte en la cabeza, no sé que
pasó pero si me conozco bien, tal vez caí de las escaleras o el baño, no me
extrañaría.
Mi madre se separó de mí y medio sonrió, lo cual correspondí, fue allí
cuando vi algo o alguien moverse en la habitación, moví un poco mi cabeza
y vi a una chica de cabellera rubia mirándome con unos ojos llenos de
ternura... sentí como mis mejillas se calentaban y bajé la mirada, pero había
una sonrisa en mi rostro.
- Hola... - saludó Lisa y volví a verla.
Una sonrisa se formó en mi rostro al verla, había venido a verme, se
había tomado el tiempo de venir y ver como estoy. Sabía que ella es una
persona amable y confiable.
Vi como sus mejillas se sonrojaron levemente, pero sacudió la cabeza,
¿que le pasa?
"Que rara es."
¿Eh? ¿Por qué Lalisa está acá? Me separé de mi madre y miré a todos
lados en busca de mis amigos, Rosé no me dejaría sola con esta chica
egoísta, molesta y cruel.
- Jen... - la voz de mi madre hizo que parara de buscar lo que sea y la
miré directamente - Lisa nos ha ayudado bastante. - dijo y abrí mis ojos.
¿Ayudar con qué? ¿Ella no era un ser egoísta?
Mi mirada se dirigió nuevamente a la chica de cabellera rubia quien me
miraba con... ¿preocupación? ¿Miedo? ¿Nervios? Realmente no logro
distinguir muy bien lo que trata de decirme con la mirada, así que
nuevamente miro a mi madre, en busca de una explicación más clara de lo
que ocurría acá.
Levanté mi mano derecha, ya que la izquierda con solo moverla comenzó
a dolerme, no quiero lastimarme más y quedarme acá más tiempo del que
debería.
<¿Ayudar con qué?> pregunté lo cual resultó más difícil al solo poder
comunicarme con una mano.
- Ella se hará cargo de todos los gastos médicos. - dijo y mis ojos casi se
salen de la impresión.
Giré rápidamente mi cabeza a dirección de la chica y creo que fue mala
idea, mi cabeza volvió a doler, además de un dolor de cuello. Aún así, ¿por
qué Lalisa haría algo así?
Desde que había entrado al instituto ella me había... molestado, creo que
me ha humillado al igual que a mis compañeros... ella no es una persona
que ande realizando servicio comunitario así porque así.
Noté la mirada de Lalisa, parecía... ¿triste? ¿Por qué está triste? No
debería de estarlo, ¿o sí?
<Mamá, quiero hablar con ella...> comencé a comunicar <Podrías
traerme una libreta, por favor.> realmente era muy difícil realizar el
lenguaje de señas con una mano, tarde más del doble de tiempo en
realizarla, por su suerte mi madre tenía una gran paciencia y, a pesar de
equivocarme un poco, logró entenderme.
- Claro hija. - dijo mi madre, besó mi frente y se levantó - Ahora vuelvo.
- dijo y miró a Lalisa - Cuidala. - dijo en lo bajo pero entendí claramente.
¿Desde cuándo son tan buenas amigas?
Miraba a la chica en la habitación, ella miraba a todas partes menos a mí,
y cada vez que me miraba retiraba sus ojos de mí. No entiendo nada.
Trate de levantarme nuevamente de mi lugar, trate de sentarme, pero me
era imposible, hice una mueca de dolor y si no fuera por mi ausencia de
voz, hubiera dado un grito.
- No te esfuerces demasiado, Jennie. - dijo Lalisa acercándose a mí y
ayudándome a levantarme.
Acomodó mi almohada un poco y por fin pude estar bien sentada.
Cuando se separó de mí la vi mejor, se veía diferente, no tenía ese aire de
superioridad, sus ojos no mostraban la burla de siempre y por alguna razón
no me sentía molesta con ella.
- ¿Querés leer el nuevo volumen de SuperGirl? - preguntó de repente y la
miré confundida - Salió ayer, y como estabas... dormida pues no lo viste...
tengo la copia en digital. - dijo mientras miraba su celular... eso, el celular -
Tal vez sí lees un poco te distraiga... - decía nerviosa.
Pero... ¿quién es... SuperGirl?
"-Mi madre de pequeña me leía cómics, ella es una superheroína, ella
aleja cualquier mal que podés encontrar... o al menos eso era lo que mi
madre me decía.-"
Sentí como alguien me sacudía un poco, al voltear un poco me encontré
con la mirada preocupada de Lalisa.
- ¿Estás bien? - preguntó y asentí - Parecías ida. - dijo mientras se
mostraba aliviada.
Sonreí ante su preocupación, ella es así, desde que la vi en mi habitación
aquel día, ella se ha mostrado atenta conmigo. Me ha cuidado y... mi
cabeza.
Poco a poco mi cabeza comenzó a doler, como si algo la estuviera
comprimiendo hasta tal punto en el que quisiera que explotara. Coloque mi
mano sobre mi sien, mi vista se tornó borrosa y sentía que alguien me
hablaba, pero realmente el dolor me mataba.
Mi cabeza era un total desastre, imágenes iban y venían, unas que
conocía, otras que me confundían, unas que ni siquiera recordaba y otras
que parecían conocidas.
Mi respiración se volvió agitada y comencé a temblar, sentía que en
cualquier momento me iba a desmayar... y de repente todo se volvió negro.
Maratón 3/3
Bueno, este es el fin del mini-maraton, pronto volveré a a actualizar
seguido, hasta entonces.
Capítulo 22.
Pov' Lalisa.
Mi cuerpo se paralizó y a la vez se estremeció completamente al sentir
sus suaves y delgados labios fundirse con los míos.
Era una sensación indescriptible, una mezcla de sentimientos y
adrenalina. Mi corazón latía de forma descontrolada, era como si en algún
momento fuera a explotar por la fuerza en la que latía.
Sentí como se separaba de mí lentamente, sentí que el frío invadía mis
labios y la vi a los ojos. Note un rubor cubrir sus mejillas y en sus ojos se
reflejaba miedo, duda y... amor.
Sus manos continuaban en mis mejillas, quería hablar, decir algo para
expresar lo que sentía en estos momentos. Pero solo lograba abrir y cerrar la
boca como si fuera una tonta, mi corazón latía a gran velocidad y sentía mi
respiración entre cortada.
- Yo... - trate de hablar pero las palabras salían torpemente - Vos... yo. -
deje de hablar cuando sentí una caricia en mi mejilla.
Mire los ojos de Jennie nuevamente y sentí el mundo detenerse, sabía lo
que quería. Tal vez no podía expresarlo pero lo sabía, solo tenía que
demostrarlo. Tomé una gran bocanada de aire y me acerqué a los labios de
Jennie nuevamente, sentirlos sobre los míos era lo más maravilloso de este
mundo.
- Auch... - me separé rápidamente al sentir dolor en mi labio, todo por el
maldito golpe de la estúpida de Roseanne - Creo... que no puedo besarte
mucho por ahora. - le dije dándole una sonrisa en modo de disculpa.
Jennie me miraba sorprendida, sus mejillas se encontraban temidas de
rojo y temblaba un poco, se veía demasiado adorable. Sus manos ya no se
encontraban en mi rostro por lo que me faltaba su calidez, pero no la
presionaria... estoy segura de que ella no entiende lo que acabo de hacer.
Sonreí un poco triste y comencé a alejarme lentamente.
- Bueno, me tengo que ir. - le dije al notar su mirada de confusión -
Tengo que ir a... otro lugar. - mentí, ni tenía nada que hacer, pero tenía que
salir de acá... por mi bien. - Nos vemos después, Jennie. - dije desviando la
mirada y caminando a la salida.
Abrí la puerta y no me detuve hasta salir de la habitación, cerré la puerta
y sentí una inmensa soledad. No quería irme, no quería dejarla, ahora
extrañaba sus labios, pero tenía que hacerlo, debo cumplir con las
condiciones de mis padre.
Comencé a caminar hacia la salida del hospital, mi chófer me esperaba en
el estacionamiento, tendría que darle indicaciones para que me lleve a la
oficina de mi padre nuevamente... bueno tal vez mañana, hoy he tenido
demasiadas emociones.
Llegué hasta el auto de mi padre y miré a JongDae, estaba sentando
leyendo el periódico como siempre lo hacia, suspiré y camine a su
dirección.
- Llévame a mi casa. - le ordené y él bajo rápidamente del auto, su
expresión me decía que estaba asustado.
Me tiene miedo... como todos los del instituto, ser la hija de aquel
reconocido CEO tiene grandes ventajas, pero al mismo tiempo crueles
desventajas.
《》 ...
- Entonces, sos hija del señor Manoban. - dijo una chica con un tono
amable totalmente falso - Eso es increíble, debes de tener mucha influencia.
Así era siempre, cuando alguien sabía quien era rápidamente intentaba
acercarse, muchos tratando de hacerse mis amigos, los cuales he terminado
de alejar. No necesito hipócritas cerca de mí, no importa cuánto luche por
quitar esta imagen que tienen de mí, jamás se quitara.
- Lisa. - la voz de EunHa me sacó de mis pensamientos - Acá están las
cosas que me pediste. - dijo algo nerviosa.
- Bien. - dije y tome la pequeña bolsa de plástico con aquellos
medicamentos que le pedí.
EunHa era la única persona que podía considerar amiga, era la cosa
más cercana a eso, ella era muy honesta en cuanto a las cosas que le
gustaban, además de noble e ingenua, su voluntad es débil y fácil de
manipular.
Me siento un poco por tratarla como asistente o subordinada, pero no
puedo tratarla como algo más, la gente normalmente me trata como algo
para hacerse más populares. Aunque EunHa se ha mostrado honesta de su
amistad hacia mí, no puedo dejar de pensar en que ella buscara alguna
ventaja de juntarse conmigo, como todos lo hacen.
- Podés retirarte, te llamaré si hay algo más. - dije y ella asintió.
Comencé a caminar hacia mi casa, los nervios comenzaron a aparecer,
mi respiración era irregular y mi corazón latía rápidamente, tal vez hoy lo
vería.
¿Hablaríamos? ¿Me daría un abrazo? ¿O simplemente me ignoraria
como en otras ocasiones?
Entre al hotel como siempre, y allí en recepción encontré a mi padre
junto a algunos empleados, parecían discutir por algo importante del hotel.
- Papi, buenos días. - dije acercándome para darle un abrazo.
- Oh... hola hija. - dijo acariciando mi cabeza - Que bueno que te veo, no
llegaré a casa hoy, toma algo de dinero y no sé, sal un rato con tus amigas.
- dijo entregándome el dinero y se comenzó a alejar.
Mire el dinero en mis manos y sentí un dolor en mi pecho, el mismo dolor
que había estado sintiendo desde hace ya años.
- Claro. - dije sabiendo que no me escuchaba y camine al ascensor.
Esto no era nada nuevo para mí, así era mi vida desde aquel día, tengo
todo lo que quiero, ropa, dinero, celulares de alta tecnología, pretendientes
dispuestos a todo para estar conmigo, amigos interesados que les importa
más el dinero y posición económica que lo que soy.
No importaba que era lo que pedía, siempre lo obtenía. O al menos la
mayoría.
Entre a mi habitación una vez que llegue a mi piso. Se podía sentir el frío
del lugar, lo solitario que era aquel lugar que, sin importar los hermosos
colores ya agradable decoración no lograban transmitir el calor de un
hogar... mi viejo hogar.
《》 ...
Baje del auto una vez que éste se detuvo frente al gran edificio que era mi
hogar, camine al interior colocándome unas gafas de sol, tendré que ir
directamente a la habitación para que nadie vea estos jodidos moretones.
Llegue hasta el elevador y presione el botón para poder ir a mi
habitación, espere un poco hasta que éste se abrió, pero me sorprendí al ver
a mi padre salir de éste con una señora.
Cabello desordenado, respiraciones agotadas, ambos acomodando su
ropa... mirada nerviosa.
- ¿Papá...? - pregunte al ver que él no se movía y me veía con cierto
miedo.
Las palabras no salían, pero no era una idiota, sabía perfectamente lo que
había ocurrido dentro de ese ascensor... sabía perfectamente quién era esa
mujer, no era estúpida.
- Hija... - dijo aclarándose la garganta - Iba de salida. - me informó y
comenzó a revisar sus bolsillos.
- Guárdate tu dinero. - dije enojada, por primera vez en años le había
faltado el respeto a mi padre - No lo quiero. - dije y camine hacia el
ascensor de al lado. Ni loca usaría aquel sucio ascensor - Y ni pienses que
cumpliré con lo que acordamos ahora que sé de esto. - dije mirándolo con
desagrado.
- Hija... - hablo de forma seria - Me pediste ayuda, y realizamos un trato,
debes cumplirlo. - dijo y sonreí de forma burlona.
- Jamás cumpliría un trato con una hombre que se acuesta con... - mire a
la mujer que se encontraba junto a mi padre quien solo tenía la mirada baja,
avergonzada de haber sido atrapada -... una oportunista y zorra. - dije
mirando con odio a la mujer.
Un fuerte sonido se escuchó en el lugar y mi mejilla nuevamente ardía
por la bofetada por parte de mi padre. Mis ojos se abrían lo más que podía
por la sorpresa del golpe, lo miré y noté su severa mirada.
- No te atrevas a hablar así de Lawan. - dijo y apreté la mandíbula.
- ¿Cómo se siente solo ser el reemplazo de tu hermana? - le pregunte a la
mujer que en algún momento fue mi tía, y sin esperar respuesta entre al
elevador y presione un botón para cerrar la puerta.
Mi espalda choco con la pared una vez dentro de mi habitación, una
opresión en el pecho me hacía difícil respirar, mi mejilla ardía de una
manera horrible, y mis ojos picaban debido a las lágrimas que evitaba
derramar.
Poco a poco me deslice por la pared hasta sentarme en el suelo, escondí
mi rostro en mis rodillas y mi llanto comenzó mientras me abrazaba a mi
misma en la soledad de mi habitación.
- Maldición... - dije entre sollozos - Maldición... te odio...
Era tan patética... llorar sola en mi habitación, con maletas a medio
hacer... me iría... me iría de acá... y no podía hacer nada para detenerlo.
Lo siento... Jennie... no puedo quedarme a tu lado después de todo...
¡Buenas!
Acá estoy de nuevo, uwu.
Ahora, ¿qué pasará? Ahre, posiblemente hoy publique otro, hasta
entonces.
Bai.
Capítulo 29.
Jennie corría por los pasillos del instituto, hoy era el día en que presentaría
su examen para la universidad, su alarma no sonó y el auto de su madre se
descompuso precisamente ese día.
Llegó a la puerta frente al salón donde presentaría el examen, se detuvo
un momento y trató de calmarse para regular su respiración, segundos
después tocó la puerta que fue abierta mostrando a un hombre mayor con
canas en su cabello y una expresión seria.
- ¿Si? - preguntó con tono molesto y Jennie solo sacó una nota de su
pantalón y se la entregó al profesor - Ya veo... llega tarde. - dijo y Jennie
solo asintió avergonzada - Entre pero el tiempo sigue siendo igual, no por el
llegar tarde tendrá tiempo extra. - dijo y Jennie solo entró tratando de
ignorar el mal genio del profesor.
El tiempo comenzó a pasar y Jennie se encontraba muy concentrada en
su examen, tenía que salir bien en aquel examen, ya que ella quería estudiar
y salir adelante. Regresar al instituto nuevamente, ya que cuando volvió a
caminar ella decidió terminar la preparatoria en línea, por lo que termino
antes que sus amigos.
- El tiempo terminó. - anunció y Jennie dejo el examen.
Ella no había tenido problemas en terminarlo, sabía que lo había
contestado todo y sabía que le iría bien, ya que lo que único había hecho
durante un año fue estudiar sin parar.
Salió del salón para ir a encontrarse con JiSoo, una amiga que hizo en
línea, al principio fue extraño, ya que la azabache no confiaba mucho en las
personas, ni siquiera en sus propios amigos, que ya conocía. Pero conocer
gente nueva no estaba demás, además de que había sido recomendación del
psicólogo, aunque él jamás especificó donde debía buscarlos.
JiSoo era una chica de veinte años, era dos años mayor que Jennie, era
unos centímetros más pequeña que ella y su cabello era largo, con
tonalidades moradas, unos hermosos y oscuros ojos, era realmente atractiva,
para los ojos de un hombre y también a los ojos de Jennie.
La conoció en una página de chat en la cual entró solo por aburrimiento,
al principio le pareció extraño chatear con una total desconocida, no sabía si
realmente le estaba diciendo la verdad o se estaba haciendo pasar por otra
persona, pero con el tiempo Jennie le tomó cariño a la chica y sus
conversaciones se volvieron más largas. Aún recordaba cuando JiSoo o
Chicken-Love1995, como se hacia llamar en el chat le sugirió hacer una
video llamada.
Jennie lo dudo, pero quería saber a quién le hablaba en el chat, así que
acepto, no podía olvidar su sorpresa al encontrarse el rostro de una joven
tan hermosa como JiSoo, fue una sorpresa para Jennie cuando JiSoo
confesó que la conocía, aunque fuera de vista. Ya habían pasado diez meses
desde que se conocían en persona más los dos que pasaron hablando pro
chat.
- ¡Jendeukie! - saludó JiSoo al ver a Jennie llegar a su encuentro.
Jennie sonrió y levanto la mano para devolver el saludo. A diferencia de
los demás amigos de Jennie, JiSoo no había aprendido el lenguaje de señas,
y no porque no le interesara, de hecho lo encontraba fascinante y divertido,
pero el trabajo y la universidad no se lo permitían. Aún así Jennie se
encargaba de enseñarle algunas palabras.
- ¿Cómo crees que te fue en la prueba? - preguntó la pelimorada tomando
la mano de la azabache y entrelazando sus dedos.
A Jennie no le parecía extraño, eran amigas de todos modos, eso hacían
las amigas, ¿no?
<Bien, sé que aprobare.> escribió Jennie en su celular para luego
mostrárselo a JiSoo.
- Sé que lo harás. - dijo soltando su mano para darle un abrazo.
Jennie correspondió el abrazo, era una gran amiga y muy divertida,
siempre que estaba con ella se sentía... especial. Olvidaba sus
preocupaciones y tristezas, olvidaba lo sola que se sentía sin Lalisa.
- ¿Querés ir por un helado? - preguntó JiSoo rompiendo el abrazo con
Jennie quien solo asintió - Bien, así aprovecho para comentarte algo. - dijo
ganando una expresión de confusión por parte de la azabache - Cuando
tengamos el helado hablamos. - dijo mientras comenzaba a caminar y
tomaba nuevamente la mano de la azabache.
Jennie sentía curiosidad de lo que su amiga le quería contar, aunque sabía
lo misteriosa que era ella, pero no era algo que le molestara ya que se le
hacia divertido.
Una vez que ambas tenían el helado se dedicaron a caminar por el
parque, JiSoo vio a Jennie un momento y suspiro.
- JenJen. - habló rompiendo el silencio - Cuando entres a la universidad,
vos... ¿quisieras mudarte conmigo? - preguntó deteniendo su paso y
mirando a Jennie con esperanza.
Jennie bajó su helado al escuchar la pregunta de JiSoo, eso la había
tomado por sorpresa, aún así una pequeña sonrisa se formó en sus labios y
asintió con alegría.
[...]
Del otro lado de la ciudad una joven bajaba del avión, volviendo a Corea
del Sur, lugar donde vivió gran parte de su vida, lugar donde dejó lo más
importante de su vida sin decirle ni una sola palabra de despedida.
- Señorita Manoban. - un hombre mayor se acercó a la rubia - La
esperaba. - sonrió de manera amable.
- Gracias. - dijo simplemente mientras caminaba hacia la salida del
aeropuerto, lo último que quería era seguir en ese lugar - ¿Cómo está mi
padre? - preguntó desinteresada.
- El señor está bien. - respondió el hombre.
- ¿Sabe que llegue hoy? - preguntó y el hombre negó.
- No, como usted me lo ordeno, no dije nada. - dijo el hombre.
- Bien. - dijo sonriendo - Llevame a la casa de los Park. - dijo.
- Como ordene. - ambos llegaron al automóvil y el hombre abrió la
puerta para que la rubia tomara asiento.
Lalisa pensaba en lo feliz que se pondría JiMin al verla nuevamente
luego de dos largos años, aunque también debía disculparse con él por
haberlo dejado de esa manera. Pero al mismo tiempo pensaba en la pequeña
que había dejado sin decirle nada, que, aún luego de tanto tiempo se sentía
culpable por lo que hizo.
Solo esperaba volver a verla pronto y rogaba para que Jennie no la odiara
por lo que había pasado hace dos años.
Se va la Rosé y aparece la JiSoo 7u7.
Además de la aparición de Lisa, se va a poner buena lo cosa.
<333
Capítulo 32.
Las cosas iban bien, los días comenzaban a pasar y la espera por saber si
Jennie había quedado en aquella universidad se acercaba cada vez más y
vivir junto a JiSoo era una gran experiencia.
- Jen. - Hablo la pelimorada mientras se acercaba a la chica - Hoy llegaré
un poco tarde por el trabajo. - dijo y la azabache asintió - ¿No tendrás
problemas en cenar vos sola? - pregunto preocupada ya que seria la primera
vez en los pocos días que vivían juntas que llegaría tarde.
Por su parte Jennie sonrio ante la preocupación de la chica y negó, tomó
su cuaderno y escrito algo para calmarla un poco.
<Sólo será una noche sin vos, creo poder sobrevivir a eso.>Escribió con
gracia mientras le daba una sonrisa burlona.
- Bien. - sonrio divertida la chica mientras abrazaba a Jennie - Nos vemos
después. - dijo con cariño mientras depositada un suave beso en la mejilla
de la azabache. - Te quiero. - dijo en despedida mientras rompía el abrazo y
salía de la casa.
Jennie miro con una sonrisa a la chica hasta que ella salió de la casa. Se
sentía feliz de poder convivir más con JiSoo, realmente le gustaba estar con
ella, pero sabía que JiSoo quería algo más con ella que una simple amistad
y Jennie no estaba muy segura si ella podía dárselo. No es que no le gustará
JiSoo, es decir, la chica era guapa e inteligente, amable, divertida, tierna,
algo cursi y honesta, era casi imposible no fijarse en ella.
Pero Jennie sentía miedo, estaba insegura de que algo funcionará si ella
decidiera dar un paso más, aun recordaba la vez que JiSoo le confesó sus
sentimientos, Jennie aun no podía creer que existiera una persona que la
pudiera amar o algo por el estilo, pero ahí estaba JiSoo declarando sus
sentimientos sin miedo a ser rechazada.
Aún recuerda como la rechazó, contándole la verdad y el como se sentía,
contándole su historia con su primer amor y el como terminó, diciendo
como aquello la dejó y el como ahora no quiere una relación. Jennie ese día
pensó que JiSoo la dejaría, pero se sorprendio al comprenderla y darle su
apoyo en todo lo que ocupará.
Jennie quería a JiSoo, en serio la quería pero aun no estaba lista para
comenzar algo con la chica.
Salio de sus pensamientos luego de escuchar el sonido de su estómago,
tenía hambre, camino hacia la cocina y busco algo para comer, la cena de
anoche sería una buena opción para no cocinar más.
Al terminar de comer comenzó a alistarse, no iba a quedarse toda la tarde
en su casa si hacer nada, iba a ver a uno de sus amigos los cuales había
estado muy ocupado las últimas semanas.
Sabía que el chico estaría en su casa, pues no había escuela y el chico no
salía mucho de casa. Le daría una sorpresa con su peqeuña visita y también
aprovecharía para pedirle un consejo con respecto a su relación con JiSoo.
Camino por la casa un poco antes de ir con su destino, entró en su
habitacion y camino hacia uno de los muebles que tenía en el. Abrió unos
de los cajones y miro su contenido, negó con su cabeza y cerró el cajón para
salir de su habitación.
Salio de la casa con una enorme sonrisa en su rostro, sabía que las cosas
estaban por cambiar, tenía ese presentimiento y aunque se sentía algo
preocupada iba a arriesgarse para cambiar.
Tal vez si hubiera sabido lo que le esperaba en la casa de su amigo habría
decidido no salir de su casa ese día.
En el camino pensaba en lo mucho que las cosas estaban mejorando,
pensaba en cómo por fin estaba cambiando y olvidando el pequeño
incidente de hace dos años.
Pero no podía sentirse feliz y lo sabía, estaba mintiendo y lo sabía, la
conversación que tuvo con Mark la había dejado pensando en lo que estaba
haciendo, en sí era correcto lo que hacia. Tal vez depender de una droga
para sentirse feliz no era bueno, pero las necesitaba.
Tal vez ocultarles el hecho de que habia dejado el psicólogo por decision
propia a sus amigos no era una gran idea, ella sólo estaba harta de ir todos
los días a tratar de "hablar" con un señor que no hacia un intento por
entenderla realmente.
Además de ocultarles sus demás problema. ¿Estaba siendo mala amiga al
no decirles la verdad?
Antes de que se diera cuenta ya se encontraba frente a la casa de su rubio
amigo, pero ahora tenía varias cosas en su cabeza, tanto buenas como
malas, tal vez hablar honestamente con JiMin la ayudará a sentirse mejor, y
tal vez fue mala idea no haber tomado su medicina antes de salir pero no
habia nada que la alterará de alguna forma...
El timbre sonó y la azabache sonreía mientras esperaba que la puerta se
abriera, el auto negro que había afuera de la propiedad del rubio era nuevo
para Jennie tal vez el chico tenía visitas.
- ¿Jennie? - Hablo el chico al abrir la puerta, parecía sorprendido y
asustado - ¿Qué haces acá? - pregunto mirando nerviosamente el interior de
la casa.
<Hola a vos también.>Dijo Jennie con una sonrisa. <Estoy bien gracias.>
- Lo-lo siento es sólo que me sorprendí un poco al verte acá. - dijo el
chico pasando su mano por el cabello.
<No te preocupes.> dijo Jennie quien notaba a su amigo todavía
nervioso. <¿Mal momento para una visita?> pregunto y miro a el rubio
dudar entre hablar o no.
- La verdad es que... - pero antes de que pudiera decir algo una voz sonó.
Una que Jennie nunca olvido.
- JiMin, ¿Quien es tan importante como para dejarme esperan...? - La
chica calló al ver a la azabache en la puerta.
Ambos corazones comenzaron a latir con intensidad, luego de dos largos
años ambas volvían a verse.
Lalisa pudo notar como el cabello de la azabache había crecido, los dos
años le habían hecho justicia a la azabache ya que su cuerpo se encontraba
bien formado, se veía aun más hermosa que antes a los ojos de la rubia.
Pero Jennie no estaba viendo el cambio de la rubia, ella estaba
recordando todo lo que había pasado aquel dia en el hospital, recordando.
Por fin luego de dos años volvía a verla.
- Jennie... - Hablo Lalisa tratando de acercarse a la pequeña.
¿Qué debía decir? ¿Cómo debería dirigirse a la chica que abandonó? No
lo sabía, tenía mucho que no hablaba con ella, no sabía como hablarle, tenía
miedo.
Jennie cerró sus ojos rápidamente y negó con su cabeza rápidamente,
quería que fuera una ilusión, una mala y cruel broma de su mente causada
por la falta de su medicina, se negaba a creer que aquello que veía fuera la
realidad.
Sintió como le comenza a faltar el aire, sus músculo se tensaron un poco
y sintió enormes ganas de correr pero su cuerpo no se movía, no le
obedecía, sintió sus manos temblar, ahora sabía que había sido mala idea no
haber tomado aquellas pastillas.
- Jennie, ¿te encuentras bien? - pregunto JiMin al mirar a su amiga en un
estado diferente y distante.
Ella sólo negó y retrocedió unos pasos, cerró sus ojos y dejó de oír a su
amigo, trató de controlar su respiración como su doctor le había dicho, pero
la ansiedad era más grande.
El sudor se hizo presente y un nudo en la garganta se formó, comenzó a
sentir miedo, su corazón latía a gran velocidad y su pecho comenzó a doler,
sentía ahogarse y eso la estaba desesperado, su piel comenzó a perder el
color y sus ojos se nublaron.
- ¡Jennie! - se acercó JiMin asustado al ver a su amiga colocar sus manos
en su pecho - Por Dios Jennie... - dijo mientras se colocaba a su lado para
sostenerla.
Lalisa por su parte miraba asustada a la chica, su miedo era enorme, no
sabia como reaccionar y veía con terror como la chica que amaba sufría un
ataque de algo que desconocía.
Jennie miró a su amigo antes de caer inconsciente al suelo.
¿Y ahora? ¿Que pasará con la Jennie?
Ahre, JAJAJA
Capítulo 35.
- Ella... - trato de decir algo la chica pero le era imposible terminar una
simple frase.
- Estará bien, sólo se desmayó... - dijo JiMin mirando a la azabache quien
se encontraba acostada en su sofá - Tendré que llamar a... - guardo silencio
y vio a su amiga.
- ¿Quien? - pregunto la chica al notar al chico dudar.
- JiSoo... - dijo tomando su celular.
- ¿Quien? - pregunto Lalisa algo confundida al no reconocer el nombre
de aquella chica.
- JiSoo. Una amiga nuestra. - dijo el rubio pensando en sí decirle todo o
no.
- No hay razón para llamar a una amiga, vos lo dijiste, Jennie estara bien.
- dijo Lalisa un tanto molesta.
El rubio suspiro y apartó su vista del celular para enfocarla en la chica, en
algún momento Lalisa se enteraria de la verdad y era mejor que lo hiciera
pronto a que intentará algo con Jennie.
- JiSoo y Jennie viven juntas. - dijo provocando que la rubia casi perdiera
el equilibrio.
¿Vivían juntas? ¿Eran pareja? ¿Realmente había perdido a su azabache?
- ¿Que..? - dijo Lalisa con su voz débil.
Sentía un gran dolor en su corazón y sentía como las lagrimas
amenazaban por salir, pero debía ser fuerte.
Ella sabía que Jennie no la esperaría dos años, ni siquiera se había
despedido de la chica. Lalisa podía comprender el punto de vista de Jennie.
Cualquiera odiaria a una persona que te ilusiona y te deja sin decir nada.
- Vuelvo en un minuto. - dijo dejando la habitación.
Lalisa miro a Jennie recostada en el sofá, se sentía triste al saber que ella
era la causante del estado actual de la azabache, odia ser la razón del
desmayo de la chica. ¿Tan malo fue verla?
Algunas pequeñas lagrimas cayeron por las mejillas de la rubia quien las
secó con rapidez, suspiro tratando de alejar toda la culpa y tristeza que
sentía por haber dejado a Jennie.
Cuando se calmó un poco se comenzó a acercar a la azabache y se
arrodilló para estar estar su altura.
- Lo siento tanto Jennie. - dijo en un susurro mientras tomaba la mano de
la chica y la acariciaba lentamente - No sabes cuanto me dolió haberte
dejado de esa forma. - confesó aun sabiendo que la chica era incapaz de
oírla - Mi intención jamás fue hacerte daño, eso era lo que menos quería
hacer, yo te quería, aun lo hago. - dijo mientras comenzaba a acariciar su
mejillas -Siento tanto que las cosas hayan terminado así... - dijo mientras
apartaba su mano de la mejilla y comenzaba a levantarse.
- Siento hacerte esperar. - dijo el rubio entrando nuevamente a la sala -
Ella llegará en unos minutos. - dijo mirando a su amiga con pena.
- No me mires asi. - dijo Lalisa con una sonrisa triste. - No es como si
ella y yo hubiéramos sido algo. - dijo mirando a Jennie - Aún cuando yo
sienta algo por ella...
- Lo siento... - dijo el chico bajando la mirada y acercándose a su amiga -
Se lo que ella significa para ti, me lo has dicho estos días... y yo sólo te he
ocultado muchas cosas. - dijo el chico triste.
- No importa JiMin, mi vida fue más fácil que la de Jennie, yo sólo tuve
que lidiar con problemas familiares. - dijo mientras miraba a Jennie - Yo no
fui a un psicólogo por alejarme de la persona que amaba, tampoco entre en
una gran depresión o algo parecido. - mientras sentía las lagrimas en sus
ojos.
- Lalisa no podés sentirte mal por eso, Jennie a diferencia nuestra no
sabía mucho de... muchas cosas, ella me confesó que antes de ir a la
escuela, nunca había salido realmente al mundo exterior.
- No importa eso. - dijo Lalisa tratando de ocultar su culpa - Yo
realmente... lo único que hice fue aceptar que no la tendría, que no podría
verla, lloré unas semanas y seguí adelante como si nada hubiera pasado. -
dijo limpiando las lagrimas que comenzaban a escapar.
- Eso no te hace mala persona, sos fuerte. - dijo JiMin acercándose a su
amiga - Jennie no lo fue, ella fue débil y se negó a aceptar la realidad. - dijo
tomando a la rubia por los hombros - No podemos cambiar nada de lo que
paso, sólo podemos seguir adelante, y aprender a vivir con eso.
Lalisa miro a el rubio por unos segundos antes de asentir y apartar sus
manos con cuidado para darle la espalda.
- Tenes razón, tengo que continuar viviendo. - dijo mientras miraba a la
azabache. - Y no importa nada más. - dijo con voz firme volteando
nuevamente hacia su amigo - No volveré a dejar a Jennie, ahora lucharé por
ella.
[...]
Una preocupada chica conducía su automóvil por la calle en dirección a
la casa de JiMin. Agradecía al cielo que le dieran aquel permiso para salir
de su trabajo para ir a ver a la chica.
Estaba preocupada pero sabía que ella estaba en buenas manos.
Trató de ignorar su preocupación para así concentrarse en el camino y no
tener un accidente.
Aún se preguntaba el por que la azabache se había desmayado, no
recordaba que Jennie tuviera algo para provocar tal cosa, comía bien, hacia
ejercicio en las mañanas. No había nada que provocará tal cosa en la chica.
Pero ahora mismo sólo quería llegar a donde ella se encontraba para
cuidarla, asegurarse que estuviera bien y no perder su razón de vida.
El camino no fue tan largo debido a los atajos que ella tomaba y en
cuestión de minutos llegó a la casa del rubio, apagó el motor de su auto y
bajo de el no sin antes colocar el seguro y su alarma.
Tocó el timbre de un forma algo impaciente y espero a que esta fuera
abierta, lo cual no demoró mucho.
- JiSoo. - dijo en rubio al abrir la puerta.
- ¿Dónde esta ella? - pregunto preocupada mientras entraba a la casa sin
importarle pedir permiso o algo.
- En el sofá. - dijo y la castaña se dirigió al lugar con prisas.
Al entrar vio a Jennie recostada en uno de los sofás, parecía dormir
plácidamente y tal vez lo hacía. Camino hacia ella y se arrodilló para poder
quedar a su altura, suspiro al ver que no era tan malo como parecía, y con
una de sus manos acarició la mejilla de la chica, ignorando por completo la
presencia de otra persona en la habitación.
En el otro extremo de la habitacion una irritada Lalisa se encontraba
mirando la escena con molestia, sentía grandes ganas de acercarse y alejar a
esa chica de la azabache, pero sabía que aquello no haría nada más que
crear problemas. Así que sólo aclaró su garganta de tal modo en el que la
pelimorada logrará oírlo y volteara a verla reconociendo su existencia.
- Oh... - JiSoo hablo al ver a Lalisa y se levantó despacio - Disculpa no te
había visto. - dijo sin malicia pero eso sólo irritó a la rubia.
- Lo noté. - dijo Lalisa indiferente mientras se acercaba a la chica -
¿Cómo te llamas?
- Mi nombre es JiSoo. - dijo amable mientras extendía su mano para un
saludo formal, acompañado de una pequeña reverencia.
- Soy Lalisa. - dijo y notó un pequeño cambio en la expresión de la
pelimorada que la hizo sonreír más.
- Ya veo... - dijo bajando su mano al notar que no recibiría un saludo por
parte de la chica.
Un silencio incomodo se apoderó de la habitación, el cual JiSoo decidió
ignorar concentrándose únicamente en la azabache.
- Jendeukie, por favor despierta. - dijo en un susurro mientras se
arrodillaba nuevamente.
Lalisa sintió su sangre hervir al ver aquella interacción y decidió que era
mejor irse, así que camino hacia la puerta con la intención de salir de
aquella casa pero algo la hizo detenerse.
- ¿Jennie? - la voz de la pelimorada se elevó un poco. - JiMin ¡Ella
despertó! - grito mientras sostenía a la azabache en sus brazos.
Lalisa volteó nuevamente para encontrarse a Jennie levemente sentada y
con la vista clavada en ella.
Ya se conocieron, ya Jennie despertó, será hasta la próxima semana,
JAJAJA, ya sé, soy relativamente mala, pero bueh, hasta entonces.
No olviden votar y comentar, bai
Capítulo 36.
Nervios. Eso era lo que Jennie sentia en esos momentos, tener a Lalisa
cerca nuevamente la hacia sentir nerviosa y también provocaba que
aquellos recuerdos que tanto había tratado de olvidar regresarán.
¿Por que tenía que haber vuelto? ¿No pudo quedarse en donde estaba en
lugar de volver para lastimarla?
Al menos agradecía la presencia de JiSoo en la habitación ya que sus
caricias la calmaban un poco y le ayudaban a no sentirse intimidada ante la
intensa mirada de la rubia.
Por su parte Lalisa sentía celos al ver como Jennie se encontraba entre los
brazos de la chica recibiendo caricias por parte se la pelimorada, grandes
eran sus ganas de acercarse a ellas y apartar a esa de su chica, pero sabía
que si lo hacía probablemente Jennie se enojara con ella por eso.
JiSoo por su parte miraba a Jennie mientras le daba suaves caricias en sus
brazos, sabía que aquellas acciones tranquilizarian a la pequeña, pues era
consiente que la presencia de la rubia la incomodaba. De hecho JiSoo
conocía a Lalisa también como podía, pues en el pasado Jennie le había
hablado de ella y le había dicho todo lo que había pasado.
Cualquier persona se hubiera sentido amenazada por la presencia del
primer amor de la persona que te gusta, pero JiSoo no, ella sabía que quien
tenía que decidir era la azabache, sentirse insegura y celosa solo seria una
tonteria e incluso podia molestar a la azabache si actuaba de forma posesiva
o algo cuando ellas no tenian una relacion mas haya de una amistad. Eso no
significaba que dejaría que ella se ganará a la chica, lucharía por conquistar
el corazón de la azabache pero trataría al mismo tiempo no la presionaria
pues sabía lo emocionalmente dañada que se encontraba la chica y no
quería lastimarla más.
- Creo que JiMin ya se tardó demasiado. - dijo JiSoo parando las
cararicias de Jennie para mirar a la rubia y así por fin notando su rostro de
molestia.
- Si. - sólo fue eso lo que respondió Lalisa de manera indiferente.
Jennie bajo la mirada hacia sus manos, sentía nervios y esperaba que el
chico llegar lo más pronto posible para romper esa tensa situacion Lalisa no
apagaba la mirada de la azabache, la miraba con tanta intensidad que
incluso llegó a incomodar a la pelimorada.
- Podrias dejar de verla asi. - pidió JiSoo con amabilidad tomando la
mano de la azabache para tranquilizarla un poco debido a lo tensa que se
había puesto - La pones incómoda. - comentó.
Lalisa apretó su mandíbula sintiéndose ofendida y molesta de que ella le
dijera aquello. Aún así tenia razón, incluso la rubia podía notar la
incomodidad de la azabache.
- Jennie. - Lalisa se dirigió a la azabache quien dirigió su mirada a la
rubia algo intimidada - Tememos que hablar. - dijo la rubia provocando que
Jennie se tensara aun más.
La mirada de Jennie se dirigió rápidamente a JiSoo, era suplicante y llena
de pánico, no queria estar a solas con ella, no sabía si sería capaz de hablar
con la rubia realmente. El sólo hecho de tenerla frente a ella ya era una
tortura pues sus emociones y sentimientos estaban en una guerra. Sabía que
llegando a casa tomaría una buena dosis de aquellas pastillas para olvidar
todo lo que estaba ocurriendo aquí, o al menos para intentarlo.
- Creo que su platica será en otra ocasión. - hablo JiSoo recibiendo una
mirada de enojo por por parte de la rubia.
- Tengo que hablar con ella. - dijo Lalisa con enojo por la intromisión de
la pelimorada, ¿Quien se creía ésa?
- Lo entiendo. - dijo JiSoo con sinceridad, ella sabía que la azabache
merecía una explicación de lo que sucedió aquel dia, de la razón por la cual
hizo lo que hizo - Pero Jennie no desea hablar con vos ahora.
Lalisa apretó su mandíbula, no le gustaba nada esa chica, era linda,
madura, honesta, todo lo contrario a Roseanne que alguna ves se interpuso
ante Jennie y ella... eso no era bueno.
- Jennie por favor. - dijo mientras miraba a la chica de forma suplicante.
El corazón de la azabache se aceleró y se odio por esa reacción así que
rápidamente tomó su celular y comenzó a escribir en el.
<Lo que me tengas que decir dilo frente a JiSoo.> fue lo que escribió y se
lo dio a la pelimorada.
- Lo que me tengas que decir dilo frente a ... ¿A mi? - pregunto la
pelimorada mirando algo confundida a la azabache quien sólo asintió.
- No lo haré frente a ella, esto es algo entre nosotras dos. - dijo Lalisa
enojada. Sólo quería hablar con la azabache y disculparse con ella por ser
una completa idiota.
- Bien. - Hablo JiSoo al ver el estado de Lalisa - Sólo calmate, estas
alterada y no quiero que hagas que Jennie se sienta más incómoda. - dijo
mientras soltaba el agarre de la azabache - Estaré en la cocina unos
minutos, sólo escuchala y decides después. Yo estaré en la cocina si ocupas
cualquier cosa rompe esa lampara y vendré enseguida. - dijo con una
sonrisa - Ya veré yo como pago esa cosa. - dijo para luego levantarse y
caminar hacia la cocina.
Lalisa siguió con la mirada a la chica hasta asegurarse de que ya no se
encontraba en la habitación.
- Jennie... - Hablo y notó a la azabache temblar antes de verla - Sé que te
debo una explicación. Pero debes saber que realmente jamás quise irme. -
decia mientras se levantaba de su lugar y caminaba para acercarse a la chica
frente a ella.
"No le creas." - era lo que su mente le decía a gritos. "Ella volvió...
realmente lo hizo" - y esas eran las palabras de su corazón.
Jennie se encontraba dividida entre dos bandos dentro de si, una quería
odiar y olvidar a la rubia, pero la otra parte quería olvidar y perdonar todo
lo que paso, pero realmente no sabía que hacer.
- Jennie yo...ese día en el hospital... - comenzó a decir y Jennie se tenso.
La sola mención de aquella institución médica le hacía recordar las dos
semanas que espero a la rubia, esos días en el que creyó ciegamente que
estaría ahí al salir de ahi, la hizo recordar su primer beso, su primera cita, la
hizo sentirse triste de nuevo por que luego de esos días sólo hubo tristeza y
dolor.
Jennie creyó durante gran parte del tiempo que Lalisa no queria nada con
una muda. No sólo ella, pensó que nadie podría amarla realmente, ¿Quien
amaría a una persona que no puede ni propiciar su propio nombre...?
- Jennie... yo sentí algo con ese beso. - escucho por parte de la rubia y la
miro con temor.
Rápidamente negó con su cabeza y tomó su celular para escribir algo.
- Deja que termine Jennie. - dijo la rubia y la azabache sólo negó.
Luego de eso tiró la lámpara y le dio el celular a Lalisa levantándose para
acercarse a la puerta de la cocina.
- ¿Que paso? - pregunto JiSoo algo asustada al ver a Jennie con los ojos
cristalinos - Jennie, ella... - trato de adivinar y esta sólo negó para abrazar a
la castaña, se quería ir - Esta bien... - dijo mientras acariciaba la espalda de
la chica y miraba a una celosa Lalisa - Nos retiramos, lo siento. - dijo y
salió de la casa junto a la azabache.
- No. - dijo Lalisa mirando con enojo a JiSoo - No le he dicho nada. - dijo
ahora más calmada - Por favor.
- No es mi decisión Lalisa. - dijo mirando con comprensión a la chica -
Pero Jennie no quiere hablar con vos. Será en otra ocacion. - dijo para luego
salir de ahi junto a la azabache.
Lalisa sintió sus lagrimas aculumularse en sus ojos, esto no era como ella
lo había imaginado, ella esperaba que la azabache la escuchará, y tenía la
esperanza que tal vez la perdonará y todo volviera a lo de antes.
Pero antes de comenzar a llorar recordó el celular que la azabache le dio
antes de irse, lo miro y miro el mensaje que le dejo.
<No quiero oirte, no quiero verte, sólo me haces daño. Por favor deja de
lastimarme.>
Fue ahí cuando las lagrimas comenzaron a caer...
Posiblemente todxs lxs que leen esta historia deben estar re sacados de
onda, pero ya no pude más, so, acá un capitulo, pronto un segundo,
esperenlo uwu
Capítulo 37.
Pov' Jennie.
Me había encerrado en mi habitación en cuanto llegamos a la casa, JiSoo
no me había dicho o preguntado nada al respecto lo cual agradecí, tal vez
ella esperaba que estuviera a su lado pero realmente quería estar sola en mi
habitación. Ver nuevamente a Lisa fue demaciado para mi, necesitaba
aquellas pastillas para poder calmar el dolor que sentía en mi pecho antes de
perder lo único que me quedaba de cordura.
Por lo tanto camine a mi mueble y abrí el primer cajón mirado todos los
frascos que tenía dentro de el, tomé uno de ellos y lo abri.
Por Dios la había extrañado, había llorado tanto por ella durante un año,
me volví loca por ella durante un año, todo por no saber la razón de su
partida, todo por no saber en donde se encontraba o como se encontraba.
Pero al tenerla nuevamente frente a mi me llenó de panico, no queria
escuchar lo que decía por el miedo de que aquello me dañara aun más de lo
que lo habia hecho con su partida.
Había soñado varias veces con el regreso de Lisa, un año completo soñé
con que ella volvería y yo me lanzaría a sus brazos, pero ahora que la tenía
frente a mi sentí pánico, enojo, y confusión. ¿Sentía algo por ella? Obvio
que si, aun yo sentía algo por aquella chica que había conocido en la
escuela, con aquella que me ayudó cuando yo más pérdida me sentía,
cuando me tendió su mano ofreciendome la salvación que yo pedía. Pero
por lado tenía a JiSoo quien ahora formaba parte de mi vida, ella me había
ayudado cuando mi vida comenzó a perder sentido, ella me comprendió
cuando le explique lo que sentía, ella me apoyo cuando caía, ella se
encontraba a mi lado, Lisa me había dejado y no debía aferrarsme a ella, no
más.
- Jennie. - la voz de JiSoo me saco de mis pensamientos y mire hacia la
puerta - Por favor... abreme, has estado encerrada durante 3 horas... - decía,
su tono de voz me indicaba que estaba preocupada y desesperada - Por
favor me estoy asustando. - dijo y escuché como su voz se quebraba
levemente.
Un sentimiento de culpa invadió mi cuerpo, ella no merecía lo que hacia,
no podía hacerle eso a ella quien me había brindado el afecto que tanto me
hacia falta...
Deje el frasco de pastillas en mi cajón nuevamente no sin antes tomar dos
de esas pastillas para controlar mejor mi ansiedad, cerré el cajon para luego
dirigirme a la puerta y la abrí encontrandome con JiSoo detrás de ella.
- Jendeukie... - dijo para luego refugiarme en sus brazos, sentí como me
hacia falta tanto aquel abrazo así que lo correspondi con la misma
intencidad que ella - Tranquila... -dijo mientras acariciaba mi espalda, eso
sólo lo hacía cuando yo me encontraba llorando... y en esos momentos eso
era lo que hacia... - No te mortifiques... no estabas lista... eso es todo... -
dijo y sentí como un peso se me quitaba de encima.
Las siguientes horas me las pase junto a JiSoo, quien no me cuestionó en
lo que paso cuando me quedé sola con Lisa, lo cual agradeci, estuvimos
viendo películas, comiendo helado, y todo el día abrazadas.
En ningún momento me sentí incómoda ante las caricias de JiSoo, me
encantaba estar con ella, ella me respetaba y cuidaba, no intentaba nada y
aunque estaba consciente de mi historia con Lisa quien por fin conoció, no
parecía afectarle en ningún sentido.
Poco tiempo después de que la tercera película que veíamos se acabará,
note como ella se había quedado dormida, sonreí al verla asi y no pude
resistir acariciar su mejilla con cuidado. Su piel era suave y cálida, siempre
me había fascinado la belleza de ella, era hermosa sin siquiera intentarlo,
ella fácilmente podría tener a cualquier persona a su lado pero ahí estaba
ella buscando la forma de entrar en mi corazón.
Me acomode un poco en el cuerpo de ella y me recoste, no estaría mal
una pequeña siesta junto a ella. Poco a poco fui cerrando los ojos, pues
estos comenzaban a sentirse pesados, trate de olvidar todo aquello que me
preocupaba y concentrarme únicamente en la persona que tenía junto a mi
en esos momentos...
《》 ...
La tenía nuevamente frente a mi, sólo que esta vez su mirada mostraba
indiferencia, había decidido hablar con ella otra vez y escuchar su versión
de la historia, oír el porque de su partida y si se podía el significado de
aquel beso que me dio aquel dia.
Me sentía nerviosa, al menos esa vez no había olvidado tomar mi
medicamento por lo cual no tendría algún ataque o algo.
Tomé con cuidado la libreta que había llevado y comencé a escribir.
<Habla.>fue lo único que pude escribir, no me sentía lista pero sabía
que esto no terminaría hasta hablar con Lisa, si no terminaba con mi
pasado jamás podría formar mi presente y futuro con JiSoo.
- ¿Hablar? - pregunto con un tono burlón - Ya no hay nada de que
hablar. - dijo haciendo que yo me congelará... ella no se parecía en nada a
la chica que había visto tan sólo unos días atrás quien rogaba por
explicarme las cosas - ¿O de que quieres hablar? -pregunto haciendo que
un hueco que formará en mi estómago.
<De la razón por la que te fuiste.> escribí rápido y se lo mostré.
No te cono una sonrisa burlona crecia en aquel rostro que me había
fascinado años atrás.
- No quería estar con vos. - dijo tranquilamente haciendo que mi corazón
dejará de latir. - Pero sentía lástima y pena por vos. - dijo con indiferencia
y frialdad, se notaba las intenciones de lastimarme - Por favor no me mires
asi. - dijo pero no lo dijo en un tono amable o comprensible, sonaba
irritada y molesta - ¿Que acaso mi papi no te dijo la razón por la que me
fui? - pregunto y yo sentí mi corazón romperse un poco al recordar ese día,
así que sólo asenti - Bueno pues esa es la verdad Jennie. - dijo haciendo
que mi corazón terminará por romperse completamente.
Las lagrimas rápidamente se formaron y nublaron mi visión, retrocedi
lentamente mientras me negaba a creer aquella verdad.. podía notar la
mirada fría que me daba Lisa y eso me provocaba más dolor.
Sentí mi pecho oprimirse y el aire faltar, mi cuerpo comenzó a temblar y
apenas podía sostenerme de pie. Cerré mis ojos en un intento por
controlarme, pronto mis pies dejaron de tocar el suelo y sentí como caía de
una gran altura.
《》 ...
Abrí mis ojos rápidamente y mi respiración se encontraba irregular, mis
latidos eran demasiado rápido y mi cuerpo se encontraba bañado en sudor,
recorrí el lugar con la mirada y sentí la necesidad de correr.
- Jen... - una voz sonó detrás de mi, era suave y sonaba cansada - ¿Pasa
algo? - pregunto y voltee a verla.
Al parecer la había despertado pues tallaba uno de sus ojos mientras
soltaba un pequeño bostezo.
Mi único instinto fue refugiarme en ella con un abrazo mientras sentía mi
cuerpo temblar debido a mi pesadilla, JiSoo se soprendio pero no me
cuestionó y sólo acarició mi espalda mientras cantaba un linda canción con
la intención de calmarme...
Pero yo sólo sentía que estaba volviendo a quebrarme...
Segundo capítulo de la noche, tal vez mañana termine de publicar
TODO lo que queda de la historia, so, disfrutenlo.
Capítulo 38.
Antepenúltimo.
Los días comenzaban a pasar y Jennie se sentía cada vez más ansiosa, le
daba miedo salir y encontrarse con Chloe en algún lugar de la calle, pero
tampoco podía quedarse encerrada en su casa por el resto de su vida.
Poco a poco la cantidad de pastillas en los frascos disminuyó y eso sólo
preocupaba a la azabache... ¿Acaso estaba abusado de aquellas pastillas?
- Jendeukie, ¿estas bien? - la voz de JiSoo la saco de su cabeza y volteo a
verla - ¿Quieres salir a comer algo o..? - pregunto algo nerviosa, no sabía
que hacer para poder traer devuelta a la pequeña que tanto la había
enamorado.
La azabache dudo un poco pues sabía que había una pequeña posibilidad
de encontrar a Lalisa pero no queria abusar más de la amabilidad de JiSoo.
Asintió levemente y miro un brillo hermoso en los oscuros ojos de la chica,
lo que provocó que ella también sintiera un poco al ver que ella había
logrado hacerla feliz.
- Vamos. - dijo más entusiasmada y extendió su mano hacia la pequeña.
Ambas salieron de la casa y optaron por caminar en lugar de usar el auto
de la mayor, sería más divertido según JiSoo. Durante el camino la
pelimorada le contaba cosas que habían pasado en su trabajo y el la
Universidad, cada cosa que salía de la boca era atentamente escuchada por
la azabache.
Pero dentro de la pelimorada un pequeño sentimiento de culpa crecía en
su interior, sabía que lo que iba a hacer podia romper la confianza que la
azabache tenía en ella pero sabía que era lo correcto, sabía que ambas
chicas debían hablar por eso le pidió al rubio que hiciera lo posible por
llevar a Lalisa a la heladería cerca del parque para que ambas pudieran
hablar.
En el fondo sabía que había una pequeña posibilidad de que Jennie aun
sintiera algo por la rubia, y mentiría si dijera que no temía a esa posibilidad
pero ver a Jennie era más fuerte por sus deseo de que la menor le
perteneciera sólo a ella.
Un pequeño tirón en su mano le indicó que la pequeña había dejado de
caminar y volteó sólo para mirar que la azabache miraba algo con miedo,
siguió la mirada de la pequeña y se encontró con la persona a la que veía.
Lalisa se encontraba sentada en una de las mesas de aquella heladería, no
lo había notado pero el camino al lugar había sido muy corto.
- Vamos, JenJen. - dijo con un tono dulce y jaló con cuidado la mano de
la azabache para que volviera a caminar - Sabes que deben hablar... - decía
mientras veía como la pequeña negaba - No estarás sola. - dijo mientras
apretaba más su agarre - Nunca lo estarás.
La pequeña miro a JiSoo y una pequeña sensación de confianza llegó a
ella, tomó aire y con una mirada llena de determinación comenzó a caminar
hacia el lugar para enfrentar su pasado nuevamente y esta vez terminar con
todo.
La puerta de aquel lugar sonó dando a entender que un cliente había
llegado, Lalisa alzó su vista algo lento pues no tenía esperanza de ver a
Jennie llegar, pero se sorprendió al verla entrar, una pequeña sonrisa se
formó rápidamente en su rostro y se levantó rápidamente con la intención
de acercarse a ella para poder hablar y explicarle todo, pero se detuvo al
observar que la azabache no venía sola, y un pequeño dolor vino al ver las
manos entrelazadas de las chicas.
- Jennie, JiSoo, hola. - saludo el rubio quien se encontraba junto a su
amiga.
- Hola JiMin, gracias por venir. - dijo la pelimorada y Lalisa fruncio el
ceño. ¿Acaso ella había planeado todo esto para restregarle que tenía a
Jennie? - Lisa, creo que tienen una platica pendiente. - dijo mientras
señalaba a la azabache con su cabeza.
Por un momento Lalisa se sintió una tonta por pensar que la chica tenía
una mala intención, pero aun así se sentía molesta al verla tan cerca de la
chica de la cual seguia enamorada.
- Si... - fue lo único que respondió.
- Creo que... nosotros estaremos por haya. - dijo el rubio señalando una
mesa un poco alejada de las chicas - Sólo para darles privacidad.
- No te molesta ¿O si Jennie? - pregunto JiSoo con un poco de
preocupación.
La azabache negó levemente tratando de mostrar seguridad aunque en
realidad se moría de nervios.
- Toma. - se acercó JiMin a la azabache para entregarle una pequeña
libreta y un lápiz.
Ahora Lalisa entendía por que su amigo había traído aquellos objetos a
su "paseo".
[...]
Ambas se encontraban sentadas una frente a la otra sin saber exactamente
como iniciar la conversación, Jennie sentía sus manos sudar y temblar
mientras se sentía incómoda por el silencio que había entre ellas, sólo
agradecía el hecho de haber tomado sus pastillas pues sin ellas
posiblemente hubiera tenido un ataque al ver nuevamente a la chica. Lalisa
por su parte no sabía como dirigirse a la azabache sin causar una respuesta
negativa, tenía miedo de hacerla enojar o incomodarle más de lo que ya
estaba.
- Esto es un poco más difícil que el otro día... - dijo Lalisa soltando una
pequeña risa para aligerar el ambiente pero no hubo reacción por parte de la
azabache - Bien... Jennie... preguntame lo que quieras. - dijo mostrando su
lado seguro y sereno.
En ningún momento Jennie le dirigió la mirada a la rubia, pues si lo hacía
perdería todo el valor y determinación que JiSoo le había brindado antes.
Tomo el lápiz en su mano y comenzó a escribir su pregunta en aquella
libreta.
<¿Por que volviste?> fue la primera pregunta que la azabache realizó.
Lalisa se sintió un poco triste al leer la pregunta pues ella esperaba otra
clase de pregunta, algo relacionado a ellas y su pasado.
- Este es mi hogar, después de todo. - comenzó la rubia notando un poco
de decepción en los ojos de la azabache - Además vos estabas acá. - dijo
logrando por fin que Jennie levantará la mirada y mostrando el leve sonrojo
en sus mejillas - Nada fue lo mismo sin vos.
Jennie sintió la necesidad de saltar a los brazos de Lalisa y olvidar todo
lo que había pasado, pero se detuvo pues el miedo de que todo fuera
mentira seguía en su mente y lamentablemente no se iría tan pronto.
<¿Qué paso por tu cabeza el día en el que te fuiste?>fue su siguiente
pregunta.
Lalisa se sintió algo confundida por la pregunta pero sabía exactamente
como responderla.
- Lo que paso por mi cabeza... - repitió en un murmullo y sonrio con
nostalgia - Pues en lo idiota que era por dejar a la persona mas importante
para mi... pensar en cómo había roto mi promesa de cuidarte y nunca
dejarte sola... en lo mucho que me odiaba y en cuanto te extrañaría... - dijo
provocando una gran guerra en la mente y corazón de la azabache.
<¿Por que no fuiste a verme luego de... el beso?> fue la siguiente
pregunta de Jennie, esta fue más difícil de escribir que las anteriores pues la
azabache no queria recordar aquellos días en donde pensaba que aquel beso
había sido el responsable de la partida de la chica pero necesitaba una
respuesta sin importar cual fuera.
- Miedo. - respondió tan rápido como leyó aquella pregunta y notó la
mirada confundida de la chica - Yo era consciente de mis sentimientos hacia
vos antes de aquel beso. - explicó - Pero comencé sentir miedo por eso,
¿Gustarme una mujer? Jamás me había pasado, no sabía como tomarlo, me
dio miedo y al besarte... bueno... - Jennie sentía las lagrimas formarse en
sus ojos... ¿Lalisa se avergonzaba de haber sentido algo por ella? - No supe
como reaccionar, me gustó y quería volver a hacerlo pero... ¿Era normal,
sería bien visto, mi padre lo aceptaría? Mi inmadurez actuó y los miedos
controlaron mis acciones... - Terminó mirando como la azabache baja la
mirada a sus piernas.
Jennie quería detener todo de una vez e irse a su casa pero sabía que
debía terminar de una vez con aquel capítulo de su vida.
Ella sabía que su tiempo se había detenido el día en el que supo de la
partida de la rubia, desde ese momento nada fue lo mismo y sabía que
jamás lo sería si lo dejaba ir todo eso que la detenía.
<¿Alguna vez pensaste en cómo me tomaría tu repentina partida?
¿Consideraste en lo que tu ya significabas para en esos momentos?>fueron
sus preguntas causando culpa en la rubia.
- Sí. - confesó Lalisa mirando a Jennie en todo momento - Pensaba en lo
mucho que podría dolerte, en cómo tratarias de entender el porque me fui...
pero trataba de evitarlo pues eso sólo provocaba que llorara y la culpa
creciera.
Jennie sintió un poco de alivio al saber que Lalisa si llegó a sentir culpa o
que pensó en ella en el momento en el que se fue, aun a sí era el momento
de acabar con todo eso.
<Gracias por responder mis preguntas, además me alegro de saber que
estas bien, no sabes cuanto te extrañe estos dos años> escribió la azabache y
Lalisa sonrio.
- Y yo a vos... hay muchas cosas que aun faltan por... - trato de hablar
pero fue detenida cuando la azabache levantó su mano mientras negaba con
la cabeza, casi indicando que la dejará continuar.
<Te estoy agradecida por todo lo que hiciste por mi, jamás podré
pagartelo. Gracias por cuidarme, hacerme feliz, no dejarme sola el tiempo
que estuviste junto a mi, por ayudarme y ayudar a mi madre, gracias a vos
aprendí un monto de cosas que desconocía. Gracias por ser parte de mi
vida...> cada palabra escrita sólo provocaba un gran dolor en el corazón de
la rubia quien sabía lo que significaba aquella "carta".
- Jennie... no... por favor... - comenzó a hablar.
<Gracias por permitirme enamorarme de vos.> en esos momentos las
lagrimas de Lalisa ya habían comenzado a recorrer sus mejillas. <Pero llegó
el momento de dejarte ir, soltar aquello que me tiene detenida en el tiempo.
Gracias por todo, Lisa.>
- No por favor Jennie, no quiero que todo termine asi, por favor, se que
me equivoqué me arrepiento de eso cada día de mi vida. Pero por favor no
me dejes, no asi. - dijo entre lagrimas la rubia mientras tomaba las manos
de la azabache entre las suyas.
Jennie negó con la cabeza mientras se resistía a derramar lagrimas frente
a ella, con cuidado separó sus manos y escribió para Lalisa.
<Déjame ir, sueltame y vive. Es por nuestro bien, si no lo haces jamás
podrás seguir adelante.>
-No quiero dejarte ir, me gustas. -confesó Lalisa mientras se levantaba de
su asiento mientras Jennie se sorprendía ante su revelacion - Por favor
Jennie...
La azabache negó con su cabeza y su corazón latir con rapidez, esto no
era lo que se supone que debía pasar, se supone que ambas dejarían irse y
vivirían sus vidas separadas... tenía que hacer algo para detenerla. Tenía que
protegerse.
<Y yo lo hacía hace un año atrás. Pero ya no siento lo mismo... me gusta
alguien más..>
¿Quien hubiera pensado que aquella mentira sólo provocaría que Jennie
se rompiera nuevamente?
Pido perdón por ser así
Capítulo 39.
Penúltimo.
Sus ojos se encontraban mirando el reloj que se encontraba en la pared,
se sentía nerviosa al estar en aquel lugar, no le gustaba y quería irse de
inmediato pero sabía que debía quedarse por su bien.
- Señorita Kim. - Hablo la enfermera haciendo que la pelimorada saltará
un poco de su asiento.
- Buenos días. - saludo torpemente la chica levantándose de su asiento.
El hospital no era el lugar favorito de JiSoo, quien lo evitaba lo más que
podía pues aun cuando lo odiara era necesario para su vida.
- El doctor puede atenderla ahora. - dijo mostrando una pequeña sonrisa
que la pelimorada no noto al estar nerviosa al entrar a el consultorio.
Camino y abrió la puerta dejando ver una habitación blanca y
perfectamente ordenada, una camilla podía verse al fondo de la habitación,
al igual que varios objetos médicos. Nada que la hiciera sentir menos
incómoda.
- Hola JiSoo. - saludo el doctor con una gran confianza.
- Doctor, Lee. - dijo en modo de saludo.
El hombre sonrio de lado por la forma tan tosca de tratarlo.
- No hay necesidad de tanta formalidad y lo sabes. - dijo mirando
significativamente a la pelimorada quien sólo fruncio el ceño algo molesta.
- Déjalo TaeYong. Sólo quiero terminar con esto de una vez. - dijo
secamente - Odio los hospitales.
- Bien si así lo quieres... - dijo suspirando levemente. - Primero que
nada... sabes las probabilidades ¿cierto? - Le pregunto.
- Si. - dijo y el hombre vio un poco de miedo en los ojos de JiSoo.
- Bien.
[...]
Sus ojos miraban fijamente el techo en una busca de alguna solución a su
situación, ella realmente se sentía triste al saber que la azabache había
renunciado a ella.
Ese día luego de que ambas chicas se fueron del lugar juntas Lalisa sintió
su mundo caer en pedazos, lloro toda la noche en los brazos de su amigo y
se culpó por permitir que eso sucediera.
La opción de dejar a Jennie seguir con su vida a lado de la chica
pelimorada cruzó por su cabeza causando un gran dolor en el pecho de la
chica, lo cual la hizo deshacerse de la idea tan rápido como esta apareció.
Había decidido no rendirse. Sabía que no sería fácil, sabía que tratar de
acercarse a Jennie sería aun más complicado que antes, tal vez ni siquiera la
pequeña dejaria que se acercara.
Miro el reloj de su celular y notó que eran las dos de la tarde, no se había
levantado de su cama en todo el día y tampoco tenía ganas de hacerlo,
quería y extrañaba a Jennie.
- Vamos Lisa. - se dijo a sí misma para levantarse pues sabía que más
daño se haría a ella si se seguía lamentando de esta manera.
Así que se levantó tomo una larga ducha con agua caliente, se vistió con
la mejor ropa de marca que tenía y salió de su casa decidida a no perder a
Jennie.
Salio de su casa con una mirada llena de determinación, su paso era firme
y decidido, pero su camino fue interrumpido por el sonido de un claxon,
volteó a ver de quien podría tratarse sólo para encontrarse con una castaña
sonriendole de manera amistosa.
- Lisa. - dijo en modo de saludo la chica lo cual provocó una confusión
en la rubia.
- ¿Que? - pregunto pero su tono no fue el más suave que tenía por lo que
sonó molesta.
- Creo que me odias. - dijo soltando una pequeña risita. No había malicia
ni intenciones ocultas en su comentario.
Lalisa podía entender un poco por que la azabache podía haberse
enamorado de aquella chica.
- No te odio. - Dijo con verdad, ya que aunque no lo aceptará, aquella
chica era una gran persona y no había razones válidas para odiarla - Sólo
que me sorprendió el hecho de que Jennie y vos...- dijo algo incómoda.
- Ni hablar. - dijo la chica negando con su cabeza mientras sonreía - Jen y
yo no tenemos nada, sólo somos amigas. No te negaré que me gusta mucho
Jen, ella lo sabe. - confesó ganando sorpresa por parte de Lalisa -Pero ella
no siente lo mismo por mi.
- ¿A que te refieres? - pregunto la rubia interesada en aquella
información.
- No creo que este sea el mejor lugar para hablar. - dijo JiSoo mirando
que aun se encontraban a media calle y ella aun estaba en el carro.
- Oh...
- Vamos sube iremos a mi casa. - dijo la pelimorada mientras sonreía y un
brillo extraño pasaba por su ojos.
- Yo... esta bien. - dijo poco convencida, pero aun así subió al auto y
espero a que la chica arrancará.
- Tienes que hablar con ella. - solto tan rápido que Lalisa pensó que lo
habia imaginado - Ella te necesita en su vida, no importa de que manera.
- No te entiendo. - dijo Lalisa interrumpiendo a la chica - ¿Estas diciendo
que puedo acercarme a la chica que te gusta y que sabes que me gusta
sabiendo que tuvimos algo antes? - dijo tratando de entender su lógica. -
Sos idiota y no quiero ofenderte pero no te entiendo.
JiSoo miro unos pocos segundos a Lalisa con una seriedad que logró
intimidar a la chica pero pronto está comenzó a reír como si le hubieran
contado el mejor chiste de su vida.
- Tienes razón debo de ser una idiota. - dijo mientras reía y tapaba sus
ojos con su mano.
Lalisa no se podía ni imaginar que era lo que pasaba en la mente de
aquella chica de cabello morado, pero no era algo que odiara, pues ella era
honesta o al menos eso creía la rubia, ya que no tenía ni idea del secreto que
guardaba aquella chica.
- ¿Realmente quieres que me acerqué a Jennie? - pregunto. Aunque poco
le importaba su consentimiento pues se acercaría a la chica aun si la
pelimorada se lo negará.
- Honestamente... no... - confesó mientras sus ojos continuaban debajo de
sus manos... - Pero no importa lo que yo quiera o desee... sino lo que es
mejor para Jennie aunque ella crea lo contrario. - dijo mientras destacaba
por fin sus ojos mostrando lagrimas acumuladas que poco a poco fueron
bajando por sus mejillas.
Lalisa sabía el significado de aquellas lagrimas, sabía lo difícil que era
para JiSoo soltar su felicidad, sacrificarla sólo por la felicidad de su persona
amada.
Fue ahí cuando Lalisa se pregunto si podría hacer ella lo mismo.
¿Podría dejar ir a Jennie si no fuera feliz a su lado?
No estaba muy segura pues ella sabía que era egoísta y sabía que no
quería dejarle a Jennie a nadie.
- Bien fue una buena charla. - dijo JiSoo repentinamente de buen humor -
Vamos a casa, tienes una platica más con cierta chica. ¿O no? - pregunto
mientras le daba una sonrisa a la chica.
- Creo que si. - dijo algo extrañada por el repentino cambio de humor de
la chica.
Ninguna se imagino que al llegar a la casa no encontrarían a la chica que
tanto amaban.
[...]
Su mente se encontraba pérdida, en su interior sentía un gran vacío y el
tiempo que ella sentía que se había detenido ahora lo sentía congelado.
Jennie nunca se imagino que haber roto los lazos que la unía a Lalisa
haría que un vacío creciera en ella, nunca pensó que la extrañaría más que
cuando no la veía.
Ahora la pequeña se sentía vacía, su ansiedad había crecido con los pocos
días que habían pasado tras ese suceso.
"No tiene caso seguir así..." era una voz que sonaba dentro de su cabeza,
hace tiempo que la oía y sabía que aquella voz comenzó a aparecer ahora
por la falta de su medicamento.
<No puedo seguir asi..>pensó la azabache quien se encontraba recostada
en su cama mirando fijamente su mueble de ropa.
"Sólo unas pastillas necesitas para acabar con todo." La voz dijo con
malicia."Y con un poco de alcohol todo terminará."
<Sólo unas pastillas..> decía la pequeña quien no pensaba con claridad
luego de largas noches en vela y terribles pesadillas su mente se encontraba
confunsa y tal vez alucinaba un poco.
"Vamos..." la voz la alentó y Jennie se levantó con lentitud y camino
hacia su cajón donde se encontraba sus medicamentos.
Abrió el primer cajón de el mueble y tomó un frasco mirando levemente
el nombre de aquellas pastillas, camino hasta salir de su habitación sólo
para llegar a la cocina, sabía que JiSoo guardaba una botella de vino en uno
de los anaqueles de ahi.
"Hazlo... Hazlo... ¡¡HAZLO!!"
El frasco se abrió y un puño de pastillas terminó en la mano de la
azabache quien sin titubear se las llevo a su boca y con la ayuda de aquel
vino se las paso sin tanto problema.
Cerro sus ojos y espero pacientemente que las pastillas causarán alguna
reacción en ella.. pero cuando estas comenzaron a surtir efecto sintió como
su pecho comenzaba a doler, la botella que tenía en sus manos cayó al suelo
rompiéndose en el acto. Retrocedió varios pasos con sus manos en su pecho
tratando de parar aquel dolor que sentía en su cuerpo, las lagrimas
comenzaron a caer a monto y deseaba con toda sus fuerzas que terminará.
Cayó de rodillas y trató de gritar por ayuda aun sabiendo que nadie
podría oírla jamás, su cuerpo comenzó a realizar ciertos movimientos
involuntarios, y su mente comenzó comenzó perderse...
Sus ojos comenzaron a pesar y el dolor iba desapareciendo... todo parecía
estar mejor pero ella sabía que estaba muriendo...
En efecto, terminaré de publicar la historia hoy.
Capítulo 40.
Último.
Poco a poco sentía como recuperaba la conciencia, podía oír algunas
voces lejanas pero no sabía lo que estas decían. Poco a poco menso a abrir
los ojos con algo de dificultad pues sus ojos aun tardaron en acostumbrarse
a la luz del día.
Lo primero que pudo distinguir a medias fue la silueta de una chica, no
podía decir de quien se trataba pues su mente aun estaba algo confundida.
Aquellas voces que se escuchaban a la lejanía comenzaron a sonar más
fuerte y comenzaron a ser oraciones claras en lugar de ruidos y murmuros.
- ¡Jennie! - era una voz familiar y cálida - Jennie por favor... - fue por fin
ahí cuando la pequeña logró ver a la chica que tanto la llamaba.
"Lisa" fue lo que quiso decir más eso se quedo en su corazón y una
pequeña pero tierna sonrisa creció débilmente en los labios de la chica.
Sus ojos pronto se acostumbraron a la luz y lo primero que vio fue a la
rubia con lagrimas en los ojos y una exprecion de preocupación.
- Jen... - dijo Lalisa al notar la mirada de la azabache y no contuvo las
lagrimas por más tiempo.
Sintió un gran alivio al saber que Jennie había despertado.
- Jendeukie. - otra voz sonó y la azabache no tardó en saber de quien
provenía.
"JiSoo." se dijo a si misma y volteó un poco su rostro para encontrarse
con una angustiada chica quien no ocultaba sus lagrimas y sonreía al ver a
la menor mejor.
- Nos diste un buen susto pequeña - dijo la pelimorada con una sonrisa
mientras pequeños sollozos salían de sus labios.
Jennie dejó de verlas y fijo su vista al techo, no recordaba mucho de lo
que había pasado antes de cerrar los ojos, todos sus recuerdos e imágenes se
encontraban borrosas y algo confusas, sólo recordaba dolor y un inmenso
sentimiento de asfixia.
De hecho ahora que lo notaba no se encontraba en su casa, pues el techo
de aquella habitación era demaciado diferente a la de cualquier habitación
de la casa, incluso el olor del lugar era muy diferente. Entonces lo supo, se
encontraba en un hospital...
¿Había tenido otro ataque? ¿Una convulsión? ¿Se desmayó debido a su
extremo cansancio?
No lo sabía.
- ¡Tonta! - exclamó Lalisa ganando la atención de la azabache - ¿Qué se
te había metido en esa cabeza para cometer tal estupidez? - grito la chica y
Jennie sólo la veía algo confundida -Sos una idiota. - decía mientras las
lagrimas continuaban cayendo.
- Tranquila, Lisa. - dijo JiSoo colocándose a lado de la chica - Deja a
Jennie descansar un poco, acaba de despertar, luego la puedes regañar hasta
que se te vaya la voz. - dijo la pelimorada ganando una respuesta afirmativa
por parte de la rubia.
Jennie trató de levantarse un poco pero rápidamente fue detenida por
Lalisa.
- No te levantes. - dijo y su mirada reflejaba tanta preocupación por ella
que Jennie no pudo evitar que su corazón se acelerará.
Ambas chicas no apartaron la mirada, se podía notar rápidamente el amor
que ambas sentían por la otra, y eso lo pudo notar JiSoo quien sintió una
gran punzada en su pecho, sonrio de una manera sincera y se levantó
haciendo que ambas chicas cortarán esa mirada.
JiSoo lo sabia, nunca podría tener una parte del gran corazón de la menor,
supo desde el primer momento en el que Jennie hablo de Lalisa ella jamás
podría sustituirla, y mucho menos podría ser un remplazo de ella.
Aún sabiendo todo eso lo intento, trató de ayudar a reparar aquel
hermoso corazón aunque es significará romper su propio corazón.
- Lisa, por favor. - dijo JiSoo dándole una mirada significativa que
rápidamente la rubia entendió.
- Claro, esperaré... afuera. - dicho eso la chica salió de la habitación
dejándolas solas.
Jennie miro a JiSoo, tratando de entender el porque hizo que la rubia
saliera de la habitación pues siendo sincera ella deseaba estar con Lalisa
más tiempo.
- Jen. - hablo la castaña mientras miraba a la azabache - Me gustas. - dijo
repentinamente que provocó que la azabache se sorprendiera - Se que no
soy yo la persona que tienes en tu corazón, no soy con la personas que
sueñas cada noche ni con la que imaginas un futuro, conozco tu historia y
cada uno de tus detalles, los que me has dicho y los que he descubierto yo
misma, sos honesta y amable, lista e inocente, frágil y sensible... sos un ser
humano increible y te amo - dijo mientras tomaba una de las manos de
Jennie - Por eso he decidido que debo dejarte ir... yo nunca seré lo que
buscas... no importa cuanto me esfuerce cuanto lo intenté, jamás tendré tu
corazón en mis manos como tú tienes el mío... - decía mientras acariciaba
una de las mejillas de la azabache quien a este punto se encontraba llorando
- Por favor Jendeukie. .. vive... vive por vos, tu felicidad... no trates de huir
por miedo... no la dejes si es lo que en verdad amas... por... - su voz fue
callada por unos delicados labios que impactaron con los suyos de una
manera torpe.
JiSoo sintió una gran corriente de electricidad recorrer su cuerpo y su
corazón romperse... sabía el gran significado de aquel beso, el sabor salado
debido a las lagrimas de la menor lo decía de una manera muy clara. Aún
así no lo rompió y lo correspondió con gusto, sabía que esto sólo le causaría
un gran dolor a ella misma, pero aun así lo deseaba tanto que soportaría
cualquier castigo por eso.
El beso no duró más que unos segundos pero fue como una eternidad
para la pelimorada, aun así sabía que esta era la forma de la azabache de
decirle adiós...
- No me arrepiento de haberme enamorado de vos. - dijo la mayor
mientras depositaba un suave beso en la frente de Jennie - Gracias por
dejarme amarte.
Luego de eso JiSoo dejó la habitación sin decir nada más ni derramar una
sola lágrima, indicándole a la azabache que no dejaría ver cuán afectada
estaba en realidad.
Jennie sintió una gran culpa en su pecho pues sabía que había hecho lo
mismo que Lalisa le había hecho el día en que la dejó, la había besado para
luego dejarla... pero era lo mejor, Jennie no podría realizar nada solido con
nadie pues realmente aun amaba a otra persona.
- Jennie. - la voz de Lalisa hizo que la azabache la volteara a ver - Lo
siento... - se disculpó la chica y Jennie tuvo una vaga idea de la razón de la
disculpa - Se que... ella te amaba... y vos la querías - dijo mirando con
tristeza a la azabache....
Jennie seco un poco sus empapadas mejillas y negó suavemente. Estiró
su mano en señal que deseaba la cercanía de ella y por supuesto Lalisa
entendió el mensaje pues con paso veloz se acercó entrelezando las manos
con la azabache.
"Vos sos la única persona que realmente amo." Pensó Jennie y por más
que esas palabras quisiera decir, le era imposible expresarlas... al menos
verbalmente por lo que optó por una opción más directa y con cuidado jaló
a la rubia hacia ella para sellar sus labios con un delicado beso.
Ese beso que tanto había anhelado desde la primera vez que habia
provado sus labios, todos sus sentidos se encendieron y se encontraban
locos, un gran alboroto se sentía en su estómago y su corazón latía
velozmente. Jennie se sentía maravillada con aquel beso, y lo mejor de todo
era que era correspondido por la rubia quien no dudo ni un segundo en
profundizar aquel beso.
"Jennie."
Su manos viajaron hasta el cuello de la rubia tratando de alguna manera
estar aun más cerca de ella.
"Jennie... por favor...
Todo era tan perfecto...
"No me dejes.."
Ambas se separaron y se vieron fijamente a los ojos mientras en sus
labios se encontraban unas amplias y grandes sonrisas.
- Quédate conmigo... - dijo Lalisa mirando a Jennie con tanta adoracion
que sintió como su cuerpo se estremecia.
<Sí.> asintió con una gran sonrisa.
Y sin saber exactamente la razón un sentimiento de paz invadió en
corazón de Jennie, todas sus preocupaciones y miedos parecían haberse ido
sabía cual era la razón pues la tenía frente a ella.
Abrazo a Lalisa y cerró sus ojos sintiendo un cálido sentimiento, sabía
que estaba segura y no volvería a sufrir..
- Te amo... - dijo Lalisa mientras abrazaba a la azabache con un poco más
de fuerza y unas cuántas lagrimas caían por sus mejillas...
<Te amo... también lo hago... así que por favor... Perdóname... por lo que
hice... no importa que... yo siempre te amaré...>decia Jennie en su corazón.
Poco a poco sintió como el cansancio la vencía y cayó dormida en los
brazos de Lalisa.
Para no volver a despertar.
No me maten por favor QwQ
Epílogo.
La lluvia caía por la ciudad de Seúl, parecía como si el mismo cielo supiera
que aquella chica alegre se hibiera ido y este estuviera triste.
Lágrimas caían por las mejillas de una chica quien se encontraba
sentada en la sala de su propia casa mirando por la ventana aquellas
grandes y oscuras nubes que sólo le hacían recordar que no había nada
hermoso el día de hoy o en los siguientes.
Lalisa aun podía recordar aquel dia en el que perdió a el amor de su
vida, aun recuerda con detalle todo lo que vio y sintió aquel dia.
Recuerda como la encontró en el suelo inconciente, todo se desmoronó
en ese instante, sin pensarlo dos veces corrió a su lado y trató de
despertarla sin saber realmente lo que había ocurrido, podia oír a JiSoo
hablar por su celular, posiblemente a una ambulancia pero ella sólo podía
concentrarse en el pequeño cuerpo que tenía entre sus brazos.
Aún recuerda como la pequeña abrió sus ojos recuperando su poca
consciencia, trató de mantenerla despierta pero la más chica sólo la
miraba con una mirada perdida y nublada, no parecía saber donde estaba.
JiSoo lloraba mientras decía que no quería perderla, no de esta
manera... Lalisa por su parte sólo decía su nombre y rogaba por que los
paramédicos llegarán de una vez.
Pero estos no llegaron a tiempo, Lalisa sintió como la pequeña se
desvaneció en sus brazos mientras una pequeña sonrisa se colocaba en sus
labios.
Ese día Jennie había muerto en sus brazos, ese día Jennie estaba
sufriendo, ese día ella no estaba ahi. Otra vez había llegado tarde...
Ese día jamás se iría de su mente y viviría con eso el teatro de su vida...
Fin...
Cerró su libro con cuidado, había pasado varios días leyendo aquella
historia que tanto había esperado y ahora no sabía exactamente que sentir
pues aquella historia había despertado tantas emociones en ella y la forma
en la que esta había terminado sonaba tan injusta pero real.
- Jennie. - la voz de su mejor amiga sonó sacándole de su pequeña
burbuja - Vamos que ya es tarde. - le aviso señalando su muñeca como si
ahí hubiera algún reloj o algo.
La azabache sólo se levantó de su asiento y camino hacia la repisa donde
había tomado aquel libro que semanas atrás había llamado su atención y lo
colocó nuevamente en su lugar.
- Vamos rápido. - apresuró la pelirroja mirando su celular como si su vida
dependiera de eso.
- Ya voy. - dijo mientras tomaba su mochila y salía del lugar junto a
Rosé.
Caminaron por todo el campus de la escuela hablando de cualquier
tontería que se les ocurriera, reían y bromeaban de cosas sin sentido.
- Aún me cuesta trabajo creer que te hayas pasado semanas encerrada en
la biblioteca sólo por un libro. - dijo su amiga mientras la miraba con
reproche.
- No podés culparme, ese libro me enamoro por completo. - dijo mientras
miraba hacia el cielo con una gran sonrisa.
- Me imagino, los chicos realmente creían que jamás te verían
nuevamente, te aseguró que cuando te vean bromearan con eso. - advirtió y
la azabache sólo rió por su comentario.
Siguieron así por unos cuantos minutos más hasta que llegaron a una
cafetería cerca de su campus, ahí vieron a su grupos de amigos riendo de
alguna tontería que TaeHyung decía.
Jennie sonrio pues aunque amara leer libros más que nada en el mundo,
extrañaba la compañía de sus amigos más que nada.
- Hey pero miren quien decidió aparecer. - dijo TaeHyung ganando la
atención de todos - Ya se me había olvidado como te veías. - dijo
provocando que todos rieran.
- Y a mi se me olvidó que tan ruidoso sos. - dijo con un tono burlón - Tal
vez debí quedarme más tiempo en la biblioteca. - dijo y el moreno rió como
si hubieran dicho el mejor chiste de su vida.
- Vamos Jennie siéntate. - dijo JiMin quien en sus manos tenía un
expreso.
- Si, los días sin vos fueron totalmente aburridos. - dijo Hwasa
acercándose a la chica para darle un abrazo.
- Saben que pudieron venir a la biblioteca conmigo. - dijo ganando un
bufido de TaeHyung y algunos quejidos de los demás - Se me olvidaba que
la biblioteca es un lugar peligroso para sus frágiles mentes.
Todos rieron ante el comentario de la chicas pues todos sabían que jamás
entrarían a una biblioteca por voluntad propia.
- Por cierto. - dijo Jennie mirando al rededor notando que alguien
faltaba.-¿Dónde esta Lisa?-pregunto con un ligero sonrojo en sus mejillas.
- Oh ella... - dijo Rosé mirando hacia el techo - Creo que se vería con
alguien hoy... creo que un chico se le va a declarar o algo así. - dijo sin darle
mucha importancia.
Jennie miro hacia el suelo y sintió un ligero dolor en su pecho, sabía que
era tonto sentir celos por algo asi, sabía que Lalisa rechazaría a aquel chico
como a todos los anteriores pero aun así sentía celos de ellos.
Ella también deseaba poder demostrar su afecto hacia la rubia sin tener
miedo de lo que pudiera pasar sólo por que ella amaba a una mujer.
- Bien... - dijo sintiendo un poco deprimida - Voy a ordenar algo. -
mientras se dirigía al mostrador.
Pidió un Frappe de chocolate con trocitos de fresas, espera que algo dulce
quitará el amargo sabor de boca que tenía al saber que la chica que le
gustaba se encontraba todos los días con chicos, aunque fuera sólo para
rechazarlos.
Pasaron un ratos todos juntos hablado de varias cosas, de la escuela, la
familia, pero jamás tocaron un tema romántico.
- Por cierto Jennie. - Hablo Hwasa ganando la atención de la más chica -
¿De que trataba el libro que tanto leias? - pregunto haciendo que la
azabache sonriera.
- Habla sobre la vida de una chica que no podía hablar y de su
experiencia conociendo el mundo luego de vivir la mayoría de su vida
encerrada, también habla sobre su experiencia romántica pero eso es más
triste y el final no es precisamente feliz. - dijo recordando cuanto había
llorado al leer aquella historia.
De alguna extraña manera se sentía identificada con Ruby Jane, la
protagonista de la historia, pero al mismo tiempo eran tan diferentes.
- Lamento llegar tarde. - dijo Lalisa entrando al lugar.
Como siempre vestía a la última moda, y su peinado era el mejor, o al
menos así lo veía la azabache quien bajo la mirada rápidamente y fingió ver
su Frappe como si eso fuera de lo más interesante.
- Oh Jennie por fin saliste de tu agujero. - dijo Lalisa sentándose a lado
de JiMin.
Jennie apretó sus puños y sonrio de manera forzada, pues aunque la
azabache sintiera una gran atracción hacia la chica esta sólo se burlaba de
ella.
- Y bien, Lisa, ¿como te fue con el chico? - pregunto Rosé algo
interesada por el tema.
- Nada lo mismo de siempre, me dijo que le gustaba y cuando le pregunté
que era lo que más le gustaba de mi me dijo que era hermosa. - contestó con
indiferencia.
"Claro que sos hermosa.... además de lista, claro... tu personalidad es
algo difícil y sueles tratar mal a las personas pero eres amable con quienes
en verdad te importan, cuidas y proteges a tus amigos y aunque seas
grosera, eres honesta y firme con tus ideales..." - pensó Jennie mientras
tomaba de su bebida.
- Entonces, ¿lo rechazaste? - pregunto TaeHyung mirando su celular.
- Si. - dijo mirado de reojo a la azabache quien parecía más entretenida
con su bebida que con la plática - Aunque creo que debería salir con alguien
de una vez. - dijo mirando como la azabache se tensaba pero no le dirigía la
mirada.
- Acabo de recordar que tengo algo pendiente con una persona. - dijo
Jennie levantándose de su lugar algo incómoda.
- ¿Iras a la biblioteca otra vez? - pregunto Lalisa con un poco de burla.
- Tal vez. - dijo la azabache un poco molesta - Hay alguien a quien quiero
ver. - dijo y notó como la sonrisa burlona de la chica desaparecía
rápidamente.
- Uy Jennie tiene novio. - dijo TaeHyung y todos comenzaron a hacer
ruidos graciosos menos Lalisa quien miraba seria a la azabache.
- No es así. - dijo Jennie caminando hacia la salida - Porque es una chica.
En todo caso sería mi novia. - dijo y salió del lugar dejando a sus amigos
callados y a una rubia molesta.
Jennie caminaba hacia alguna dirección, pero eso ya será para otra
historia.
Y así, amores de mi vida, la historia de Lisa y Jennie finalizó, o tal vez
no... ahre
Hasta mañana.
Segunda Temporada.