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Gloria AMPARO RODRÍGUEZ & Iván PÁEZ PÁEZ, Temas de derecho

ambiental: una mirada desde lo público, Ed. Universidad del Rosario, Colombia,
2012, 298 pp.

JOSÉ SANTIVAÑEZ

Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Palabras Clave: Tutela jurisdiccional, medio ambiente urbano, estado de derecho, acción
de amparo, necesidades urbanas colectivas y espacio urbano.

Keywords: Jurisdictional protection, urban environment, rule of law, protection action,


collective urban needs and urban space.

El trabajo de Gloria Amparo y Iván Páez, Temas de derecho ambiental: una


mirada desde lo público, se suma a otros libros recientemente publicados que han tenido
entre sus principales objetivos resaltar la trascendencia de la obra del profesor Giovanni
Herrera Carrascal para la filosofía del derecho y la filosofía política ambiental colombiana
de las últimas décadas1. Autor de obras claves como Los Principios del Derecho y la
Gestión Ambiental en Colombia, La función ecológica de la propiedad, Perspectivas del
derecho ambiental en Colombia por enumerar solo algunas. El profesor Giovanni
Herrera, con su incansable labor investigadora y de docencia, ha formado a distintas
generaciones de distinguidos profesionales del derecho que se nutre de los valores de
igualdad, libertad y autonomía personal.

Los autores que aquí se comentan son investigadores colombianos que lleva varios
años trabajando en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Colegio Mayor de
Nuestra Señora del Rosario, suceso que le ha permitido adentrarse, de manera exhaustiva,
en los debates que se han suscitado en las entrañas de la filosófica política colombiana en

1
G. HERRERA CARRASCAL, El espacio público como uno de los componentes del medio
ambiente urbano. Análisis de su protección judicial vía acciones populares, Publicaciones
Pontificia Universidad Javeriana, Colombia, 2010.
los últimos años, muchos de ellos protagonizados por el mismo Giovanni Herrera, sin por
ello perder la valiosa perspectiva que le otorga una suerte de mira externa. La cual ha
permitido desarrollar de manera objetiva, aunque no neutral ni desapasionada, la
aportación de Gloria Amparo y Iván Páez al estudio del Estado de Derecho, los derechos
humanos y ambientales son de clara relevancia no solo en Colombia sino también en
todos los países de Latinoamérica. Dese un enfoque jurídico-político, la obra se estructura
en torno a diez capítulos y unas conclusiones generales.

El primer de ellos esta dedicado a la descripción de la consagración de los


derechos ambientales en la constitución política de Colombia, Ecuador y Bolivia. Uno de
los primeros aciertos del estudio de Gloria Amparo y Iván Páez es situar al lector en un
panorama de la década de los “90 con la proclamación de la constitución colombiana de
1991 por el presidente constituyente Álvaro Gómez Hurtado, posterior a diversos
antecedentes internacionales como la Declaración Universidad de los Derechos Humanos
(1948), Pacto Internacional de los Derechos Sociales y Culturales (1961) y por último la
Conferencia Mundial de Naciones unidas sobre Medio Ambiente Humano (1972). La
discusión acerca de la labor del Estado como ente regular del estado de derecho y la
preocupación de la problemática ambiental, introdujo en la agenda política la dimensión
ambiental como herramienta que permite condicionar y limitar el modelo tradicional de
crecimiento económico y de uso de recursos naturales”. En aquel tiempo la propuesta de
un Estado de Derecho que cobra vida es la cual busca la protección, el manejo, el uso
adecuado y la recuperación del ambiente y de los recursos naturales, como los convenios
internacionales suscritos y ratificados teniendo como premisa principal de lograr las
mejores condiciones de vida para las generaciones presentes y futuras. De esta manera,
el Estado de Derecho es “sobre todo un Estado o sociedad política en el que la ley como
fuente de normas jurídicas tiene una posición dominante”2. El imperio de la ley es
formalmente cumplido cuando en una sociedad se respetan una serie de principios
jurídicos, con lo cual el imperio de la ley es compatible con un Estado de Derecho y
entender los derechos humanos de tercera generación o derechos humanos de solidaridad
como “Los derechos que coadyuvaran a mitigar la crisis global del ambiente solo en
cuanto contribuya a hacer históricamente posible la superación de la pobreza absoluta, de

2
Vid. G. ALARCÓN REQUEJO, Estado de Derecho, derechos humanos y democracia. Pautas para la
racionalidad jurídico-política desde Elías Díaz, op. Cit., p.141.
la inequidad entre pueblos e individuos y de la violencia contra la naturaleza y los seres
humanos”3.

Tomando como base para la discusión el entendimiento del Estado como ente
máximo de protección del Estado de Derecho y la tutela de derecho en casos que
comprometen tanto a las autoridades como a los particulares para el propósito principal
de preservar y mejorar el espacio público.

En las denominadas cuestiones iniciales, se detalla las diversas falencias


conceptuales en la regulación colombianas, como el caso de medio ambiente urbano y
los dos componentes inmersos tácitamente en esta. El primero de ellos es el espacio
público definido como “el conjunto de inmuebles públicos y elementos arquitectónicos y
naturales de los inmuebles privados, destinados por su naturaleza a la satisfacción de
necesidades urbanas colectivas que trascienden, por tanto, los limites de los intereses
individuales de los habitantes”4. Por otro lado, el segundo componente seria los elementos
naturales tales como las fuentes de agua, los parques, las plazas, las zonas verdes y
similares, las áreas para la conservación y preservación del paisaje, los elementos
naturales del entorno de la ciudad, los necesarios para la preservación y conservación de
las playas marinas y fluviales, consisten en la conceptualización de la proyección
colectiva de la sociedad para la preservación de la biodiversidad y así poder hacer uso de
estas como zonas para el uso o el disfrute colectivo. Por último, con los fundamentos
anteriormente explicados los autores afirman que la conceptualización del medio
ambiente urbano es todo aquellos ámbitos o aspectos que inciden en el entorno de la
ciudad, y que, en consecuencia, tienen la potencialidad de afectar la calidad de vida de
los habitantes de una urbe.

En las cuestiones intermedias, los autores cuestionan la consagración e


interpretación del derecho subjetivo al espacio publico en la Constitución Política
Colombiana de 1991, que dice lo siguiente: “Es deber Estado velar por la protección de
la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece
sobre el interés particular”; adicional a ello la Corte Constitucional expreso: “Sin duda,
el espacio público es una de las manifestaciones del principio constitucional que identifica
a Colombia como un Estado Social de Derecho guarda relación con la garantía de una

3
J. BORRERO NAVIA, Los derechos ambientales. Una visión desde el sur, Argentina: FIPMACELA,
1994, p.9
4
Colombia, Ley 9ª de 1989, art. 5, inciso 1.-
serie de derechos sociales y colectivos como la recreación (artículo 52 C.P.), el
aprovechamiento del tiempo libre (Ibíd.), y el goce de un medio ambiente sano (artículo
79 C.P.) que dependen de la existencia de un espacio físico a disposición de todos los
habitantes. (…)”5. Por lo cual, los autores frente a la redacción actual consideran
pertinente que se hubiera consagrado dicho derecho de forma similar al derecho al
ambiente sano y adicional a ello se debió esclarecer la responsabilidad que les atañe a los
particulares frente al adecuado uso común de los espacios colectivos, sin desconocer lo
propio respecto de las obligaciones a cargo del Estado. De conformidad a lo expuesto,
Giovanni Herrera da un concepto mas acertado al siguiente tenor literal: “Todas las
personas tienen derecho al espacio público. Es deber del Estado y de los particulares
velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso
común, el cual prevalece sobre el interés particular”.6

Tomando como base para la discusión se puede llegar a concluir preliminarmente


que el Estado tiene el deber de velar por la protección de la integridad del espacio publico
y por su destinación al uso común, correlativamente todos los ciudadanos tenemos el
derecho a utilizar el espacio público, de conformidad con las normas urbanísticas y
ambientales que regulan la materia, expedidas por las autoridades competentes para el
efecto.

En las denominadas cuestiones finales, los autores demarcan que el texto


constitucional comentado, la defensa del espacio público, en general, y de los bienes de
uso público, en particular, corresponde al cumplimiento del deber que tiene asignado el
Estado en su integralidad, y no solo a las autoridades administrativas de las entidades
territoriales con competencias específicas en estas materias.7 Así, los juzgados,
tribunales y altas cortes de la República de Colombia, como integrantes del Estado
colombiano, vía acciones populares –entre otras acciones judiciales–, tienen que cumplir
dicho deber de protección efectiva, el cual prevalece sobre el interés particular. En dicho
aspecto, la acción popular son los medios procesales por el cual se protegen los derechos
e intereses colectivos, incluidos los derechos al espacio público y al medio ambiente sano,
entre otros de igual naturaleza; en donde, dicha medida también puede ser utilizada para

5
Corte Constitucional – M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Sentencia C-265, Colombia, 2002.
6
G. HERRERA CARRASCAL, El Espacio Público como uno de los componentes del medio ambiente
urbano. Análisis de su protección judicial vía acciones populares, Colombia, 2010, p. 9.
7
Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP), Código Nacional de
Policía, Colombia, 1998.
solicitar la indemnización de perjuicios cuando se haya ocasionado un daño a un derecho
o interés colectivo en favor de la entidad pública no culpable que lo tenga a su cargo.8 En
la propuesta de Giovanni Herrera detalla que “Las acciones populares son un mecanismo
cuya presentación puede ser en general por todas las personas (naturales o jurídicas), por
las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones populares, cívicas o de índole
similar, por las entidades públicas que cumplan funciones de control, intervención o
vigilancia, siempre que la amenaza o vulneración a los derechos e intereses colectivos no
se haya originado en su acción u omisión”. Es por ello que, afirmando la postura anterior
Gloria Amparo e Iván Páez menciona que se podrá demandar mediante la acción popular
a cualquier particular, persona natural o jurídica, o a la autoridad pública cuya actuación
u omisión se considere que amenaza, viola o ha violado el derecho o interés colectivo. En
el evento que se desconozca quién es el responsable de la vulneración, corresponderá al
juez determinarlo en cada caso concreto.

En la propuesta de Giovanni Herrera el estado Colombia debe satisfacer las


necesidades urbanas colectivas representadas en el espacio público y en general en el
medio ambiente urbano, con igual o mayor empeño con el reflejado en las necesidades
insatisfechas de la población en cuanto a salud, educación, saneamiento ambiental y agua
potable.

8
Gobierno de la Republica de Colombia, Ley 472, Colombia, 1998.

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