EL RUIDO

Existen varias definiciones de RUIDO. Por ejemplo desde una perspectiva física podemos decir que el
RUIDO es una señal acústica que carece de patrones armónicos o melódicos y que interfiere con la
percepción de sonidos relevantes del entorno.

Cuando hablamos de música, tomamos otra definición más subjetiva, desde la cual el RUIDO es un
sonido no deseado y desagradable, que puede provocar incomodidad, estrés o afectar la salud física
y mental de las personas. El RUIDO es entonces un sonido molesto que nos distrae de nuestras
actividades.

La percepción de un sonido es personal y puede cambiar de acuerdo al momento, el lugar o

la situación en la que nos encontramos. El mismo sonido puede generar una sensación
agradable y otras no tanto, incluso puede molestar bastante.

También varía según la opinión de las personas. Lo que puede resultar agradable para una
persona, puede ser molesto para otra.

Por eso la noción de un RUIDO es SUBJETIVA.

 EL SILENCIO

Haciendo el mismo ejercicio que con el ruido, podemos definir el SILENCIO de 2 maneras
diferentes. Por un lado diremos que se trata de un nivel de presión sonora inexistente, que
representa la ausencia de vibraciones acústicas en el ambiente.

En música definimos el SILENCIO como la ausencia de sonido perceptible, condición que puede
ser calmante o relajante y que puede ayudar a enfocar la mente, mejorando la concentración.
También es fundamental el SILENCIO para poder disfrutar de una escucha atenta de los
fenómenos sonoros y musicales.

En una obra musical, muchas veces el SILENCIO es utilizado por el compositor para poner
énfasis en ciertos pasajes o potenciar el contraste con momentos más abruptos y sonoros,
creando un clima de tensión previo como si se tratara de la calma previa a la tormenta.