II SEMESTRE MUSICA SONIDO O SILENCIO DE LA SOCIEDAD ESTUDIANTE: GIORGINA DE JESUS GUIO VARGAS COD.202012619490
LA MUSICA Y LAS EMOCIONES HUMANAS
La música ha permanecido como algo inherente al desarrollo de los seres humanos a
través de la historia. Nada tiene más impacto sobre el cerebro que la música, ya que afecta la memoria, el movimiento, la concentración, las emociones, y demás. Lo afecta prácticamente todo. Podemos afirmar que la música es una sucesión de señales acústicas que nuestros oídos recogen y envían al cerebro, allí se codifican y se les da significado. Todo esto sucede en fracciones de segundos y para esto nuestro cerebro debe involucrar a las emociones, una de las encargadas de convertir el sonido en algo comprensible. La música resalta las emociones, funciona como indicador para saber en qué dirección nos vamos a mover, con tan solo escuchar algunos segundos de una canción, esta puede lograr ponernos tristes, e incluso atraer recuerdos, mientras que otras nos contagian de alegría y de buen humor. Un claro ejemplo de esto son las películas. En el cine la música es utilizada para llevar a los espectadores por cierto camino, una misma escena podría cambiar dependiendo del fondo musical. Si hablamos de una escena de drama o suspenso, la música utilizada produce cierta angustia en el espectador quien codifica la imagen como una escena en la que algo malo va a pasar, provocando tensión en este, lo mismo sucede en la vida real. El cerebro necesita patrones para entender su entorno y darle sentido, así crea predicciones y forma expectativas, ya sea que estemos dentro de un bosque a mitad de la noche o estemos viendo una película. Así, la música tiene esa capacidad de cambiar o alterar nuestro estado de ánimo. ¿Cómo es esto posible? Estudios neurocientíficos demuestran que la música es capaz de evocar el núcleo mismo de las estructuras cerebrales responsables y creadoras de nuestro universo emocional. Por otro lado, la música afecta la química del cerebro y hace que liberemos dopamina, la horma relacionada con el placer, pero que también está presente en los procesos de aprendizaje, el humor, el comportamiento, etc. Uno de los grandes poderes de la música es que despierta todas esas funciones sociales cuando se hace en conjunto. Como humanos somos una especie social y la música contribuye a formar esos lazos que tanto necesita. Al experimentar toda clase de sentimientos y emociones es capaz de entender y sentir las emociones y sentimientos de otra persona como si fueran propias. Es posible que esta sea una de las razones por las que la música es capaz de alterar nuestras emociones, porque nos permite compartir sentimientos. Las letras de las canciones pueden llegar a describir lo que sentimos en un determinado momento de manera casi exacta, nos sentimos identificados y el cerebro lo vincula de inmediato con nuestras emociones, y el hecho de que una canción pueda expresar lo que nosotros no, nos genera una sensación de alivio o de bienestar, por eso resulta placentero escuchar música triste cuando se está triste, por ejemplo. Asi mismo, las melodías nos unen, nos hacen compartir estados de ánimo, fomentan la cooperación y forman lazos sociales, incluso en algunas culturas se utiliza para disminuir tensiones o para solucionar diferencias entre personas. Otros estudios también han confirmado que somos criaturas musicales de forma innata, y la razón es que necesitamos de esta capacidad para poder hablar, pues aprendemos a hablar al escuchar lo sonidos musicales del lenguaje, así es como los niños aprenden a hablar, escuchando la música del habla. Evidentemente para que nos entiendan es importante jugar con la entonación y el ritmo. En definitiva, la música es una herramienta poderosa para procesar y expresar distintos sentimientos y emociones. Al activar una gran cantidad de áreas, la música penetra en nuestro cerebro y permite que fantaseemos y que sintamos. Es por ello que se utiliza con fines terapéuticos en casos concretos para tratar algunas patologías psicológicas, sobre todo, para mejorar la autoestima y la calidad de vida de las personas.
Referencias: Mosquera, I. (2013). Influencia de la música en las emociones. Realitas, Revista de Ciencias Sociales, Humanas y Artes, 1 (2), 34-38.
Garcia, A. (2016)· Jornadas: La música en el desarrollo emocional y la comunicación afectiva · CEFIRE