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Hoy deseo hablarte del Coro de las Dominaciones, el primer coro de la segunda jerarquía

angélica, conformada por las Dominaciones, Potestades y Principados.

Sin embargo, y antes de comenzar directamente sobre la segunda jerarquía, es necesario


aclarar que si bien hay bastante unanimidad entre los autores en admitir que la primera
jerarquía está conformada por los Serafines, Querubines y Tronos; no así en los nombres y
secuencia que conforman los coros de la segunda y tercera jerarquía.

Los diversos autores les dan diferentes nombres y la secuencia de los coros no es siempre
igual, así por ejemplo puedes encontrar que para algunos autores el primer coro de la
segunda jerarquía sea el coro de las Virtudes y para otros es el coro de las Dominaciones.

Las razones para que exista esa diversidad o falta de unanimidad son varias, y entre ellas
es que el mismo San Pablo en sus cartas no siempre sigue el mismo orden; otra razón es
que Dionisio, aquel que escribió sobre la Jerarquía Celeste, escribió su libro en Griego, y al
momento de hacer la traducción al latín y a los idiomas modernos, se buscó la traducción
que más se acercara al latín y no al griego que fue el idioma original y, además, no siempre
una palabra que suena parecida al latín en los idiomas modernos significa lo que significa
la palabra en latín.

Como hablaba anteriormente, Dios nos ha dado a unos compañeros y a un coro especial
para liberarnos de aquello que nos esclaviza y no nos deja ser libres para amar y caminar
por las sendas de la santidad. Estos son los ángeles que pertenecen al Coro de las
Dominaciones; los cuales, y siguiendo a Santo Tomás, tienen el poder de gobierno, que
ejercen no de manera soberana, sino vienen a ser como administradores. Vienen a ser
príncipes y no reyes, el Rey es Dios.

Los ángeles que pertenecen a este Coro reflejan la Majestad y soberanía de Dios. Esta
soberanía es la soberanía en el amor, y estos ángeles la reflejan, reflejan la libertad y
majestad del Amor, Dios es amor. En este sentido este coro te enseña a tener soberanía
sobre tu ser, majestad en tu actuar, una majestad que viene del amor y del ser hijo de
Dios. Estos buenos amigos elevan tu alma para que no pierdas el ánimo, a pesar de
contradicciones, dificultades, malos entendidos, y sigas por el camino de los
mandamientos y de la voluntad de Dios.
Como príncipes, los ángeles de las Dominaciones, dice Dionisio Areopagita, rechazan todo
lo que es vano, para estar siempre contemplando la verdad de Dios, y compartiéndola,
llevándola a todo lo creado.

Las Dominaciones vienen a traernos esta libertad para acoger el amor y el llamado a la
santidad, sin miedo, sabiendo que “depender de él [de Dios] nos libera de las esclavitudes
y nos lleva a reconocer nuestra propia dignidad”. Es este el papel de las Dominaciones, te
llevan a ser soberano y liberarte de las pasiones desordenadas.

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