Está en la página 1de 2

Algunas conclusiones teológicas acerca la continuidad, discontinuidad y progresión de la

alianza entre el Antiguo y Nuevo Testamento, deducibles a partir del artículo “La Nueva
Alianza En Jeremías 31,31-34: Un Texto Enlace De La Relación Entre Los Dos Testamentos”
son:

• Continuidad en la promesa de Dios: Hay una continuidad en la promesa de Dios de


establecer una relación especial con su pueblo, a pesar de que la alianza se presenta
de manera diferente en los textos del Antiguo y Nuevo Testamento. En Jeremías
31,31-34 se menciona una nueva alianza que no anula la antigua, sino que la renueva
y la eleva a un nivel más profundo e individual.
En Hebreos reconoce que el objetivo de la alianza divina de establecer una relación
redentora con su pueblo sigue siendo el mismo, que el del Antiguo Testamento.
• Discontinuidad en los medios de la alianza: La promesa de Dios no ha cambiado,
pero los medios para cumplirla han cambiado mucho. La alianza se inició en el
Antiguo Testamento a través de la Ley y el sacerdocio, pero en el Nuevo Testamento,
la alianza se materializó plenamente en la obra redentora de Cristo. Esto indica una
discontinuidad en los medios, pero no en la intención de Dios de establecer una
relación salvífica con su pueblo.
• Progresión hacia una alianza más profunda y universal: La revelación de la
alianza de Dios con su pueblo se intensifica a medida que avanzamos del Antiguo al
Nuevo Testamento. La alianza del Nuevo Testamento es más profunda, universal y
eficaz que la del Antiguo Testamento. Cristo es el mediador de esta nueva alianza, y
su sacrificio perfecto y su resurrección abren el camino para que todos,
independientemente de su origen étnico o cultural, puedan participar en ella.
Pablo avanza en su comprensión de la alianza divina en la carta a los Gálatas,
especialmente en cuanto a la inclusión de los gentiles en el pueblo de Dios. Pablo
ilustra cómo la nueva alianza en Cristo trasciende las barreras étnicas y legales del
Antiguo Testamento a través de la alegoría de las dos mujeres, Agar y Sara, y sus
respectivos hijos, Ismael e Isaac. Esta progresión demuestra que la alianza del Nuevo
Testamento es más amplia e inclusiva que la del Antiguo Testamento.
En resumen, la relación entre la Antigua y la Nueva Alianza implica una combinación de
continuidad en la promesa divina, discontinuidad en los medios para cumplirla y progreso
hacia una alianza más profunda y universal en Cristo. Estas conclusiones teológicas reflejan
la comprensión bíblica de la historia de la salvación y el plan redentor de Dios que se ha
revelado gradualmente a lo largo del tiempo. Además, Hebreos destaca la discontinuidad en
los medios de la alianza, destacando que el sacerdocio de Cristo es superior al sacerdocio de
Levítico del Antiguo Testamento. En Gálatas, se destaca el avance hacia una alianza más
amplia y universal, lo que demuestra cómo la obra redentora de Cristo trasciende las barreras
étnicas y legales del Antiguo Testamento.

Referencias
Camelo V., Miguel Antonio. «LA NUEVA ALIANZA EN JEREMÍAS 31,31-34: UN TEXTO
ENLACE DE LA RELACIÓN ENTRE LOS DOS TESTAMENTOS» 42, n.o 98
(diciembre de 2015): 439-458.

También podría gustarte