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Seminario Provincial San Carlos Borromeo

Fecha: 19/08/2022
Samith Benitez Castillo
Configuración ministerial: I

Revisar la teología sacramental. Claves bíblico-teológicas.

En este segundo documento se nos va a pedir una reflexión teológica sacramental,


pero llevada a la urgencia de los sacramentos. La globalización del mundo en el que
vivimos nos invita también a ir reflexionando con él para buscar métodos de evangelización
mas acorde a nuestra realidad, más exactamente, a todas estas tendencias que se han venido
desarrollando a lo largo del tiempo. Lo más urgente es la reflexión teología sacramental
para que el mensaje se trasmita fielmente y llegue a su destinatario y que este lo haga suyo,
teniendo así, un sentido catequético, espiritual y celebrativo, pero sobre todo teniendo
como base las Sagradas Escrituras como fuente inspiradora del Espíritu Santo.

Se presenta una reflexión teológica desde tres miradas salvíficas promesa-alianza-


sacramento, recorriendo así el antiguo y nuevo testamento donde se desarrolla toda la
historia de salvación de Dios con el hombre, escogiendo así a su pueblo en la antigua
alianza y terminando con la nueva y eterna alianza en Cristo sumo y terno sacerdote,
victima inmolada y alimento de vida nueva y que continua su misión a través de la iglesia.

En el Antiguo Testamento:

En el querer de Dios, en escogerse a un pueblo, con el cual hace una alianza “yo
seré tu Dios y tu mi pueblo” y al cual le regala una tierra donde emana leche y miel
(Canaán). Es la promesa echa vida en Dios y culminada en su hijo Jesucristo. Una promesa
que se cumple a cabalidad, inquebrantable, que dura por la eternidad y que se expresa en
fidelidad y en su verdad. Es una promesa que hace a Abrahán, a su descendencia, es una
promesa antigua por boca de sus Santos profetas. Esta promesa tiene una sacramentalidad
en la eficacia que hace en la salvación de un pueblo que era esclavo, pero que con Yahvé
como Dios y Señor gozan de libertad. Es la fidelidad de Dios a una promesa echa y la cual
da cumplimiento en la obediencia por parte de los destinatarios de dicho juramento, este
juramento es la promesa que se selló en el pacto de la alianza, en una alianza nueva y terna
que se concreta en Jesucristo, promesa que se relaciona con el Espíritu Santo y promesa que
se convierte en el comienzo de la vida en la Iglesia.

En el Nuevo Testamento:

En el Nuevo Testamento se puede analizar la alianza que Dios hace con el pueblo
de Israel y que está impreso en el corazón de las sagradas Escrituras, de este modo la
palabra alianza se encuentra varias veces en la Biblia y es que es una gran fortuna en
descubrir el rostro de Dios a través de la alianza y las promesas que Él nos hace a nosotros
que somos su pueblo. En cuanto al contenido de las promesas, el Nuevo Testamento se
refiere ante todo al Espíritu Santo, quien es prometido en primer lugar con ocasión del
primer Pentecostés y luego en la sucesión de los tiempos. Todos los creyentes de la nueva
alianza son hijos de la promesa o mejor, “herederos de la promesa” que es Cristo y
coherederos del reino de Dios. Para todos igualmente es la promesa de la vida eterna en
Jesucristo.

Esta promesa abarca, pero no agota la la acción de Dios en el hombre, vemos que
por la acción del Espíritu Santo, el cristiano está llamado hacer cosas más grandes que el
mismo Cristo, estamos llamados a estar unidos íntimamente con la Trinidad, nuestra
humanidad alcanzó la glorificación de la carne y participa de esta vida trinitaria.

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