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Permítaseme detenerme un momento en una novela que ha hecho soñar a varias generaciones de lectores.
Pienso en Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. Quizá sea posible reencontrar en la lúcida
locura de Aureliano Buendía la fecunda inutilidad de la literatura. Encerrado en su taller secreto el coronel
revolucionario fabrica pescaditos de oro a cambio de monedas de oro, oro que después se funden para
producir de nuevo otros pescaditos, Circulo vicioso que no escapa a las criticas de Úrsula, a la mirada
afectuosa de la madre que se preocupa por el futuro del hijo:
Con su terrible sentido práctico, ella (Úrsula) no podía entender el negocio del coronel, que cambiaba los
pescaditos por monedas de oro, y luego convertía las monedas de oro en pescaditos, y así sucesivamente,
de modo que tenía que trabajar cada vez mas a medida que mas vendía, para satisfacer un círculo vicioso
exasperante. En verdad, lo que le interesaba a él no era el negocio si no el trabajo (p. 184).
Por lo demás, el coronel mismo confiesa que sus «sus únicos instantes felices, desde la tarde remota en que
su padre lo llevo a conocer el hielo, habían transcurrido en el taller de platería, donde se le iba el tiempo
armando pescaditos de oro»:
Había tenido que promover treinta y dos guerras – sigue aclarando García Márquez--, y había tenido que
violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir
con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad (p. 158).
Ordine, N. (2013), la utilidad de lo inútil, p. 30, Madrid: Acantilado.
A. Citar autoridades, con la intención de mostrar que la literatura es útil desde todo punto de vista.
B. Exagerar, con la intención de persuadir al lector de que la literatura no tiene ningún valor particular.
C. Aceptar una realidad, con la intención de mostrar que la literatura tiene un valor que no es monetario.
D. Enfatizar, con la intención de señalar que la literatura se debe hacer dado que no tiene ninguna
utilidad.
A. El autor presenta una analogía entre la literatura y el ejercicio de un personaje literario. Luego,
desarrolla la analogía, mostrando pasajes donde describen la situación del personaje y, finalmente,
se concluye una tesis sobre la literatura.
B. El autor quiere defender una tesis sobre la literatura. Para ello, propone como ejemplo varias acciones
circulares de personajes literarios. Así, concluye el autor, la literatura es tan circular como bien lo
muestran los ejemplos mencionados.
C. El autor quiere mostrar una tesis acerca de la utilidad que conlleva buscar beneficios económicos.
Para ello, propone una analogía: la situación de Aureliano Buendía, quien se dedicaba hacer
pescaditos de oro y venderlos para hacer más pescaditos de oro.
D. El autor quiere proponer que el ejercicio de Aureliano es completamente inútil. Para ello, realiza una
analogía entre el ejercicio de Aureliano y la utilidad monetaria de la literatura, y concluye que el
ejercicio del coronel Aureliano no tiene ningún valor monetario.
1) Quizá sea posible reencontrar en la lúcida locura de Aureliano Buendía la fecunda inutilidad de la
literatura.
2) Es probable que el acto creativo que da vida a lo que denominamos literatura se base precisamente
en esta simplicidad, motivada tan solo por un autentico gozo y ajena a cualquier aspiración al
beneficio.
¿Cuál de las siguientes opciones describe la relación entre los dos enunciados?
Otra de las aportaciones de Peirce al campo de la semántica (el estudio de los significados) fue la clasificación
de los signos por tipos. En función de la relación existente entre signo y objeto, Peirce definió tres tipos de
signos: íconos, indicios y símbolos. Los íconos son signos que mantienen una relación de semejanza con
aquello que representan. Por ejemplo, en la fotografía en una casa reconocemos algunos de los atributos
formales de una casa (las proporciones, los elementos que la componen, etc.) y, por lo tanto, interpretamos
que lo que estamos viendo es este elemento. De mismo modo, para que podamos considerar una
determinada ilustración como el ícono de una casa, tiene que tener una serie de rasgos que la hagan
identificable, como un tejado, una chimenea o una puerta de entrada. Una fotografía tiene un grado alto de
iconicidad mientras que un dibujo seguramente lo tiene más bajo (normalmente diremos que es menos
“realista”), pero ambos casos son íconos, porque se asemejan al objeto que representan. El segundo tipo de
signo, los indicios, mantiene una conexión asociativa real con el objeto, a menudo mediante una relación
causa/efecto. Una huella es un indicio del paso de un animal por un determinado lugar, una columna de humo
es un indicio de la presencia de fuego, etc.; sin embargo, ni la huella ni el humo son en sí mismos la imagen
del animal o del fuego. Y, por último, los símbolos. Los símbolos son signos que no mantienen una relación
lógica o intuitiva con su significado, sino que están conectados con él por una convención.
Por tanto, es necesario a persona que vaya a interpretarlos haya aprendido antes cuál es la relación que se
establece entre un símbolo y su significado. Por ejemplo, casi todo el mundo reconoce el símbolo de la Cruz
Roja, aunque no posea ningún rasgo físico que lo conecte con aquello que simboliza. La imagen de arriba
contiene estas tres categorías de signos. El gallo, un conocido souvenir que nos sirve también como símbolo
de Portugal, es un ícono. La cabeza gacha y la lagrimita con la que hemos modificado la imagen original son
indicios de que el país, o más concretamente, su economía, no va bien.
Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se
alteren o exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué queremos en esta nación, por encima de todo? La gente
quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? “Quiero ser feliz", dice la gente. Bueno,
¿no lo son? ¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que
vivimos, ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita
en abundancia [...] A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente
incómoda con La cabaña del Tío Tom. A quemarlo. Escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón.
¿Los fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. Serenidad, Montag. Libérate de tus tensiones
internas. Mejor aún, lánzalas al incinerador. ¿Los funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos también
[...] No sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente
todo. El fuego es brillante y limpio [...] No se puede construir una casa sin clavos en la madera. Si no quieres
que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión,
para preocuparle; enséñale solo uno o, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosa
llamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los
impuestos, mejor es que sea todo eso, y no que la gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag. Dale a
la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de
las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles,
lánzales encima tantos "hechos" que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a la información.
Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán
felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como
Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía [...] He
de marcharme, el sermón ha terminado. Espero haber aclarado conceptos. Lo que importa qué recuerdes,
Montag, es que tú, yo y los demás somos los Guardianes de la Felicidad. Nos enfrentamos con la pequeña
marea de quienes desean que todos se sientan desdichados con teorías y pensamientos contradictorios.
Tenemos nuestros dedos en el dique. Hay que aguantar firme. No permitir que el torrente de melancolía y la
funesta Filosofía ahoguen nuestro mundo. Dependemos de ti. No creo que te des cuenta de lo importante
que eres para nuestro mundo feliz, tal como está ahora organizado.
Tomado de: Bradbury, R. (2006). Fahrenheit 451, pp. 62 - 63. Almería: Ediciones Perdidas.
8. El anterior es un discurso
9. Considere el siguiente fragmento: 10. De acuerdo con el texto, se puede afirmar que
La cabaña del Tío Tom es
Tenemos nuestros dedos en el dique. Hay que
aguantar firme. No permitir que el torrente de A. un libro que trata sobre gente de color.
melancolía y la funesta Filosofía ahoguen
B. un lugar donde habita gente de color.
nuestro mundo. Dependemos de ti. No creo
que te des cuenta de lo importante que eres C. un libro sobre tabaquismo y cáncer de
para nuestro mundo feliz (...). pulmón.
D. un lugar donde la gente se dedica a los
Mediante estas palabras, la persona que placeres.
pronuncia el discurso busca
A. deleitar y adular a su interlocutor. 11. De acuerdo con el anterior texto, conocer dos
aspectos de una misma cuestión es una fuente
B. echarle en cara a su interlocutor su falta de inevitable de
compromiso.
A. paradojas.
C. recriminarle a su interlocutor su ignorancia
sobre el tema que les ocupa. B. serenidad.
C. felicidad.
D. motivar y comprometer a su interlocutor en
la lucha a favor de una causa D. preocupaciones.
Yo creo que un buen conversador puede llamarse aquel que sabe manejar la batuta en la tertulia, sin dejar
decaer a los que en ella actúan como lo hace el director de orquesta con los músicos del concierto... El que
acepta las interrupciones y las aliña con su ingenio o su gracia... El que habla poco de sí mismo...Y del
prójimo, solamente cuando se llegue el caso de contar de él alguna anécdota sustanciosa.
Y, ahora que hablamos de anécdotas, reconozcamos que siempre han sido ellas la sal de la conversación.
Nada hay tan interesante como conocer la personalidad de las gentes a través de los hechos de su vida. Y
el tema es inagotable, porque la humanidad es una mina que jamás acabaremos de explotar.
Por ejemplo, a don Pepe Sierra ─el acaudalado antioqueño que no dejó al morir sólo millones, sino también
sabias reglas para llegar a conseguirlos─ lo pinta de cuerpo entero la anécdota de la vaca:
— Don José María ─le dijo alguna vez el encargado de una de sus haciendas─ se acaba de rodar por el
precipicio una de las vacas y la encontraron muerta en la cañada...
— Pues no hay más remedio que enterrarla, mi amigo.
— ¿Enterrarla, don Pepe...? La vaca estaba sana .... y los peones me piden que les deje aprovechar la carne...
— No importa... Que la entierren ligerito. No quiero que se me sigan rodando las demás.
Tomado de: Ospina de Navarro, S. (1983). El arte de Conversar. En Crónicas. Medellín: Susaeta,
A. una explicación de la forma adecuada de tratar con el ganado sano que muere víctima de accidentes.
B. la justificación de cómo don Pepe Sierra obtuvo fama y fortuna a través del trato cauteloso que les
daba a sus empleados.
C. un ejemplo de la manera en que se puede conocer la personalidad de la gente a través de los sucesos
de su vida.
D. un argumento que prueba cuál es la manera correcta de conducir una conversación interesante, sin
dejar decaer a los participantes de esta.
Según la autora, el buen conversador no es aquel que habla de sí mismo; más bien, es el que dirige una
conversación, procurando que todos participen. El buen conversador emplea relatos valiosos que
permiten conocer la personalidad de los individuos a través de los eventos de su vida, como ocurre, por
ejemplo, con la anécdota de la vaca, gracias a la cual se puede conocer la personalidad del acaudalado
antioqueño don pepe Sierra, quien cuidaba de sus bienes.
La anterior síntesis es
A. incompleta, puesto que no reproduce la anécdota de la vaca, por lo que no es posible ver la relevancia
que tiene la anécdota para el autor.
B. completa, pues recoge las ideas centrales del autor sobre el arte de conversar y la importancia que
les confiere a las anécdotas.
C. precisa, ya que usa las mismas palabras del autor para dar cuenta de su tesis central y las razones
para defenderla.
D. imprecisa, dado que no emplea las mismas palabras que emplea el autor para exponer sus puntos
de vista.
UN COMPAÑERO EN LA BALSA
Casi a las dos me sentí completamente agotado. Crucé los remos y traté de dormir. En ese momento había
aumentado la sed. El hambre no me molestaba. Me molestaba la sed. Me sentí tan cansado que apoyé la
cabeza en el remo y me dispuse a morir. Entonces fue cuando vi, sentado en la cubierta del destructor al
marinero Jaime Manjarrés, que me mostraba con el índice la dirección del puerto. Jaime Manjarrés, bogotano,
es uno de mís amigos más antiguos en la marina. Con frecuencia pensaba en los compañeros que trataron
de abordar la balsa, {…} Sin embargo, tan pronto como cerraba los ojos aparecía Jaime Manjarrés, sonriente,
primero señalándome la dirección del puerto y luego sentado en el comedor, frente a mí, con un plato de
frutas y huevos revueltos en la mano.
Al principio fue un sueño. Cerraba los ojos, dormía durante breves minutos y aparecía siempre, puntual y en
la misma posición, Jaime Manjarrés. Por fin decidí hablarle. No recuerdo qué le pregunté en esa primera
ocasión. No recuerdo tampoco qué me respondió. Pero sé que estábamos conversando en la cubierta y de
pronto vino el golpe de la ola, la ola fatal de las 11.55, y desperté sobresaltado, agarrándome con todas mis
fuerzas al enjaretado para no caer al mar.
Pero antes del amanecer se oscureció el cielo. No pude dormir más porque me sentía agotado, incluso para
dormir. En medio de las tinieblas dejé de ver el otro extremo de la balsa. Pero seguí mirando hacia la
oscuridad, tratando de penetrarla. Entonces fue cuando vi perfectamente, en el extremo de la borda, a Jaime
Manjarrés, sentado, con su uniforme de trabajo: pantalón y camisa azules, y la gorra ligeramente inclinada
sobre la oreja derecha, en la que se leía claramente, a pesar de la oscuridad: "A. R. C. Caldas".
-Hola -le dije sin sobresaltarme. Seguro de que Jaime Manjarrés estaba allí. Seguro de que allí había estado
siempre. Sí esto hubiera sido un sueño no tendría ninguna importancia. Sé que estaba completamente
despierto, completamente lúcido, y que oía el silbido del viento y el ruido del mar sobre mi cabeza. Sentía el
hambre y la sed. Y no me cabía la menor duda de que Jaime Manjarrés viajaba conmigo en la balsa.
- ¿Por qué no tomaste bastante agua en el buque? -me preguntó. -Porque estábamos llegando a Cartagena
-le respondí. Estaba acostado en la popa con Ramón Herrera. No era una aparición. Yo no sentía miedo. Me
parecía una tontería que antes me hubiera sentido solo en la balsa, sin saber que otro marinero estaba
conmigo.
- ¿Por qué no comiste? -me preguntó Jaime Manjarrés. Recuerdo perfectamente que le dije: -Porque no
quisieron darme comida. Pedí manzanas y helados y no quisieron dármelos. No sé dónde los tenían
escondidos.
{…} Pero ya no estaba ahí. Se había ido. Yo estaba solo en la balsa y las luces del puerto eran los primeros
rayos del sol. Los primeros rayos de mi tercer día de soledad en el mar.
Tomado de: García Márquez, G (1970). Relato de un náufrago, p 44-46 Bogotá, D.C.;oveja Negra
15. En la oración “Sin embargo, tan pronto como 17. ¿Cuál de las siguientes opciones resume lo
cerraba los ojos aparecía Jaime Manjarrès, que ocurre durante el dialogo entre el narrador
sonriente, primero señalándome la dirección y Jaime Manjarrès?
del puerto y luego sentado en el comedor,
frente a mí, con un plato de frutas y huevos A. El náufrago alucinó que hablaba con un
revueltos en la mano”, el conector “sin compañero.
embargo” expresa:
B. Los sobrevivientes del náufrago hablan
A. una reformulación de la idea anterior. mientras los rescatan.
B. Un contraste con la idea anterior.
C. El fantasma de un compañero del náufrago
C. Una semejanza con la idea anterior. lo visita en la balsa.
D. Una corrección de la idea anterior.
D. El náufrago sueña con un compañero
durante la noche del naufragio.
16. En el texto anterior, las luces del puerto que ve
el protagonista son
18. A partir de la lectura del texto anterior NO se
A. las luces de Cartagena. puede afirmar que el protagonista
B. los primeros rayos del sol.
A. sea náufrago.
C. un espejismo. B. esté sediento.
C. tenga amigos.
D. las tinieblas.
D. esté en Bogotá.
“A lo largo de la accidentada primera noche que el náufrago pasó a la deriva en el mar, el hambre, la
sed, la fatiga y la soledad casi hicieron que perdiera la razón: la acumulación de circunstancias adversas
contribuyó a que su mente concibiera extrañas alucinaciones”.
El resumen anterior es
A. Inexacto, pues los hechos descritos en el resumen no transcurren durante el primer día.
B. Premonitorio, pues nos anticipa que el nàufrago sufrirá alucinaciones posteriormente.
C. Exagerado, pues el náufrago afirma que no tenía hambre, si no que tenía mucha sed.
D. Sentimental, puesto que describe las sensaciones que el personaje tiene en su vida.
20. ¿Cuál es la intención que denotan las dos preguntas formuladas por Jaime Manjarrés, hacia el final del
texto?
21. La oración «Entonces fue cuando vi perfectamente, en el extremo de la borda, a Jaime Manjarrés,
sentado, con su uniforme de trabajo: pantalón y camisa azules, y la gorra ligeramente inclinada sobre la
oreja derecha, en la que se leía claramente, a pesar de la oscuridad: A. R. C. Caldas» constituye:
A. Una personificación del naufragio vivido, donde el color de la ropa de Manjarrés simboliza el mar y la
gorra inclinada evoca un barco a punto de naufragar.
B. Una exhortación a no permanecer inactivo sino valerse por sí mismo, ya que se le presenta en
uniforme de trabajo.
C. Una descripción que pone de manifiesto el carácter realista de la alucinación.
D. Una comparación entre una persona real y otra imaginaria.
Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes. Volvió a abrirla
cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los
personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una
cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles.
Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante
posibilidad de intrusiones, dejo que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso
a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas;
la ilusión novelesca lo gano casi enseguida.
Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba. Y sentir a la vez que
su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo de alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance
de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra,
absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y
adquirían color y movimiento, fue testigo el ultimo encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la
mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente
restañaba ella la sangre con sus besos, pero el rechazaba las caricias, no había venido para repetir las
ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se
entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un dialogo anhelante corría por las paginas
como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que
enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura
de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A
partir de esa hora cada instante tenia su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se
interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.
Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que le esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella
debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr
con el pelo suelto, […] subió los tres peldaños del porche y entro. Desde la sangren galopeando en sus oídos
le llegaban las palabras de la mujer; primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada.
En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces
el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verdee, la cabeza del
hombre en el sillón leyendo una novela.
Tomado y adaptado de: Cortázar, J (1964) continuidad de los parques. En final del juego. Buenos aires: sudamericana.
22. ¿Cuál de las siguientes opciones describe correctamente los eventos narrados en el texto anterior?
23. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones a propósito del hombre del sillón NO se infiere a partir de la
narración?
A. Espera armado.
B. Le gustan los cigarrillos.
C. Es propietario de la finca.
D. El amante atacará al esposo.
RESPONDA LAS PREGUNTAS 24 A 26 DE ACUERDO CON LA SIGUIENTE INFORMACIÓN
24. En caso de que la víctima no respire, ¿Qué procedimiento se sugiere seguir en la infografía?
25. ¿Cuál de las siguientes opciones NO presenta 26. De acuerdo con la infografía, ¿en que
una buena razón para incluir imágenes en la momento se requiere proceder a efectuar una
infografía? reanimación cardiaca?
D. Se deben representar los pasos que D. En caso de que ningún otro método de
debe dar una persona para reanimar a reanimación haya funcionado.
otra.
RESPONDA LAS PREGUNTAS 27 Y 28 DE ACUERDO CON LA SIGUIENTE INFORMACIÓN
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27. ¿Por qué es razonable afirmar que las llaves cruzadas del escudo representan poder?
28. Considere el refrán popular “el hábito no hace al monje” y el hecho de que la anterior infografía se publicó
a propósito de la renuncia del papa de ese momento, ¿Aplica este refrán apropiadamente a la situación
presentada en la infografía?
A. No, porque al hacer entrega de los símbolos dejara de ser el sumo pontífice y pasara a ser nuevamente
Joseph Ratzinger.
B. Si, porque no se deja de ser el Papa por no llevar los símbolos, sino que se dejan de llevar los símbolos
al dejar de ser el Papa.
C. No, porque el hábito que se menciona en el refrán equivale a los símbolos y el monje que se menciona
equivale al Papa.
D. Si, porque Joseph Ratzinger habría dejado de ser el sumo pontífice en todas las ocasiones en que no
llevara los símbolos.
Si te casas sin amar, eso no significa que después no amaras a la persona con la que te casaste. Y si te
casas con la persona que amas, eso no significa que siempre amaras a esa persona. La cantidad de
divorcios, en promedio, es bastante baja en muchos países que tienen matrimonios arreglados. Y la tasa de
divorcios es bastante alta en países en donde la gente basa su decisión de casarse en el amor.
Tomado y adaptado de: Hammoud, A. (2000. 18 de febrero), Acepto a este hombre sólo en la riqueza.
The New York Times.
29. ¿Cuál de los siguientes títulos sería el más 30. ¿Cuál de las siguientes opciones contradice
adecuado para el texto? una de las afirmaciones del autor?
En septiembre de 2009, la revista científica Nature publicó un especial en el que trataba de establecer los
límites planetarios que la humanidad no podría sobrepasar pues, de lo contrario, enfrentaría una situación
irreversible. Los artículos fueron elaborados por un grupo de 28 reconocidos investigadores liderados por
Johan Rockström, un científico sueco especializado en temas de sostenibilidad mundial y director de
Resiliencia de Estocolmo.
“Se trata de un intento meritorio de cuantificar las limitaciones de nuestra existencia en la Tierra y proporcionar
una buena base para la discusión y el futuro. La definición de los límites para nuestro crecimiento y existencia
en este planeta no sólo es un gran desafío intelectual; también es una fuente potencial de información
necesaria para los políticos”, dijo entonces Nature en su editorial.
Ahora, cinco años y medio después de haber dado a conocer esos nueve desafíos, un par de nuevas
investigaciones advierten sobre una realidad que la ciencia había vaticinado desde hace tiempo: cuatro de
esos límites planetarios, entre los que también se encuentran el uso de agua dulce, la acidificación de los
océanos y la modificación de organismos, ya fueron superados. Se trata del cambio climático, la pérdida de
biodiversidad, el cambio en el uso de la tierra y los altos niveles de nitrógeno y oxígeno generados por el
excesivo uso de fertilizantes.
Esa fue la conclusión a la que llegaron dos estudios publicados en la revista Science y coordinados por Will
Steffen, director del Instituto del Cambio Climático de la Universidad Nacional de Australia (ANU) e
investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo.
De acuerdo con Steffen, el auge económico que vive la humanidad desde 1950 ha acelerado la trasgresión
de esos límites. “La población urbana se ha multiplicado por siete, el uso de energía se ha quintuplicado y la
cantidad de fertilizantes es ocho veces mayor. La pérdida de biodiversidad es cien veces más rápida de lo
experimentado hasta mediados del siglo XX. Nos estamos acercando a unos puntos críticos que será mejor
no atravesar”, dice.
Entre las amenazas más graves que hoy enfrenta el mundo están la expansión de zonas urbanas, la
sobrepoblación, las altas emisiones de CO2 (hasta el momento hemos lanzado 1.900 gigatoneladas, cuando
el máximo posible es 2.900) y la excesiva deforestación de zonas tropicales como los bosques del Amazonas.
En esta región, el área de selva destruida en los últimos cuarenta años fue equivalente a dos veces la
superficie de Alemania: 763.000 km².
Estar al límite no implica estar al borde del precipicio, pero sí es una gran advertencia, a la que debería
sumarse otro factor que ratificaron el pasado viernes la Nasa y la Administración para el Océano y la
Atmósfera de Estados Unidos: 2014 fue el año más caluroso de toda la historia.
Para los autores del artículo, esto indica que en un futuro no muy lejano el mundo va a ser menos hospitalario
para las sociedades. “Estos cambios están llevando a la Tierra a un estado más hostil para los humanos”.
Tomado y adaptado de: Medio Ambiente (2015, 18 de enero). La tierra sobrepasa sus límites planetarios. Recuperado de
https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/tierra-sobrepasa-sus-limites-planetarios-articulo-538608
C. La supervivencia de la humanidad en la
Tierra está en riesgo.
En esto, parece ser, o que el frío de la mañana, que ya venía, o que Sancho hubiese cenado algunas cosas
lenitivas, o que fuese cosa natural -que es lo que más se debe creer-, a él le vino en voluntad y deseo de
hacer lo que otro no pudiera hacer por él; más era tanto el miedo que había entrado en su corazón, que no
osaba apartarse un negro de uña de su amo. Pues pensar de no hacer lo que tenía gana, tampoco era
posible; y así, lo que hizo, por bien de paz, fue soltar la mano derecha, que tenía asida al arzón trasero, con
la cual, bonitamente y sin rumor alguno, se soltó la lazada corrediza con que los calzones se sostenían, sin
ayuda de otra alguna, y, en quitándosela, dieron luego abajo y se le quedaron como grillos. Tras esto, alzó
la camisa lo mejor que pudo y echó al aire entrambas posaderas, que no eran muy pequeñas. Hecho esto -
que él pensó que era lo más que tenía que hacer para salir de aquel terrible aprieto y angustia-, le sobrevino
otra mayor, que fue que le pareció que no podía mudarse sin hacer estrépito y ruido, y comenzó a apretar
los dientes y a encoger los hombros, recogiendo en sí el aliento todo cuanto podía; pero, con todas estas
diligencias, fue tan desdichado que, al cabo al cabo, vino a hacer un poco de ruido, bien diferente de aquel
que a él le ponía tanto miedo. Oyólo don Quijote y dijo:
Tornó otra vez a probar ventura, y sucedióle tan bien que, sin más ruido ni alboroto que el pasado, se halló
libre de la carga que tanta pesadumbre le había dado. Mas, como don Quijote tenía el sentido del olfato tan
vivo como el de los oídos, y Sancho estaba tan junto y cosido con él que casi por línea recta subían los
vapores hacia arriba, no se pudo escusar de que algunos no llegasen a sus narices; y, apenas hubieron
llegado, cuando él fue al socorro, apretándolas entre los dos dedos; y, con tono algo gangoso, dijo:
Tomado de: Cervantes, M (2014), Don Quijote de la Mancha. Capitulo XX,editorial Punto de Lectura.
35. La situación narrada en el fragmento ocurre 36. ¿Cuál de los siguientes fragmentos seria la
continuación más coherente del texto, según
A. a media noche. su contenido y estilo?
Si le dijera a un cristiano o a un musulmán que en el universo hay más de 400.000 millones de galaxias y
que cada una de ellas contiene más de 400.000 millones de estrellas, y que Dios, sea Alá u otro, no podría
haber hecho esto, mejor aún, no tendría ningún motivo para hacerlo, me responderían indignados que, para
Dios, sea Alá, sea otro, nada es imposible. Excepto, por lo visto, añadiría yo, establecer la paz entre el islam
y el cristianismo, y de camino, conciliar a la más desgraciada de las especies animales que se dice que ha
nacido de su voluntad (y a su semejanza), la especie humana, precisamente.
No hay amor ni justicia en el universo físico. Tampoco hay crueldad. Ningún poder preside los 400.000
millones de galaxias y los 400.000 millones de estrellas que existen en cada una. Nadie hace nacer el Sol
cada día y la Luna cada noche, incluso cuando no es visible en el cielo. Puestos aquí sin saber por qué ni
para qué, hemos tenido que inventarlo todo. También inventamos a Dios, pero Dios no salió de nuestras
cabezas, permaneció dentro, como factor de vida algunas veces, como instrumento de muerte casi siempre.
Podemos decir "aquí está el arado que inventamos", no podemos decir "aquí está el Dios que inventó el
hombre que inventó el arado". A ese Dios no podemos arrancarlo de dentro de nuestras cabezas, ni siquiera
los ateos pueden hacerlo. Pero por lo menos, discutámoslo. No adelanta nada decir que matar en nombre
de Dios es hacer de Dios un asesino. Para los que matan en nombre de Dios, Dios no es sólo el juez que los
absuelve, es el Padre poderoso que dentro de sus cabezas antes juntó la leña para el auto de fe y ahora
prepara y coloca la bomba. Discutamos esa invención, resolvamos ese problema, reconozcamos al menos
que existe. Antes de que nos volvamos todos locos. Aunque ¿quién sabe? Tal vez ésa sea la manera de que
no sigamos matándonos los unos a los otros.
37. En el texto, Saramago defiende la idea de que 38. Considere el siguiente fragmento del texto
la religión es motivo de división entre los seres anterior:
humanos. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones
contradice lo dicho por el autor? “Discutamos esa invención, resolvamos ese
problema, reconozcamos al menos que existe.
A. Las practicas y los dogmas religiosos Antes de que nos volvamos todos locos”.
suelen ser similares en los diferentes
credos. Lo que el autor propone en el texto supone que
Además, de sufrir las consecuencias del cambio climático, la agricultura también es una de sus
causas.
Víctima y culpable del cambio climático mundial, la agricultura también querría demostrar que puede ser una
solución al calentamiento global, gracias a un mejor uso de los suelos y tierras agrícolas. Este año, Marruecos
vio cómo sus cosechas de trigo caían un 70% por la sequía. Francia también recolectó un 30% menos de
trigo respecto al año pasado, tras una primavera de lluvias e inundaciones. En América Latina, el fenómeno
de El Niño ha provocado drásticos recortes en las cosechas.
Además de sufrir las consecuencias del cambio climático, la agricultura también es una de sus causas, al ser
responsable de al menos un cuarto de las emisiones mundiales de gas con efecto invernadero. Contribuye
directamente al calentamiento global al menos en un 17%, sobre todo por la ganadería, al que se suma de
7% a 14%, relacionados con las modificaciones de las tierras (deforestación...), según la OCDE.
Un desafío colosal
Un grupo de científicos franceses propone un proyecto llamado "4 por 1000" o “agro-ecología”. Según ellos,
si se utilizan cada año un poco más los prados y los campos para bombear carbono, al mismo tiempo que se
cultiva de otra forma, se podría conseguir almacenar 0,4% más de carbono por año en los suelos, y frenar
así el aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera. El uso de las tierras agrícolas se ha convertido
en un tema central en las negociaciones sobre el clima que se están llevando a cabo en Marrakech esta
semana, bajo los auspicios de la ONU.
Tomado de: AFP. (2016, 10 de noviembre) la agricultura quiere ser una solución al cambio climático. Semana Sostenible
“Además de sufrir las consecuencias del cambio climático, la agricultura también es una de sus causas, al
ser responsable de al menos un cuarto de las emisiones mundiales de gas con efecto invernadero”.