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Capítulo 12 - El crecimiento de la economía mundial

El comercio a larga distancia experimentó un notable aumento en el siglo XIX, con el volumen
de comercio exterior per cápita en 1913 siendo veinticinco veces mayor que en 1800. Europa
fue el epicentro del comercio, con el 60% o más del total de importaciones y exportaciones.
El crecimiento más rápido ocurrió entre 1840 y 1873, superando el 6% anual, cinco veces
más rápido que el crecimiento poblacional y tres veces más rápido que el aumento de la
producción. La migración y la inversión extranjera también se aceleraron, estableciendo una
economía mundial donde Europa era dominante. A principios del siglo XX, los obstáculos
naturales y artificiales al comercio internacional disminuyeron significativamente debido al
avance del transporte, como el ferrocarril y los barcos de vapor, así como la reducción de
aranceles y prohibiciones en la importación de ciertos productos. Sin embargo, hacia finales
del siglo, algunos países reintrodujeron aranceles proteccionistas.

1. Gran Bretaña opta por el libre comercio


Los argumentos a favor del libre comercio datan de antes del tratado de Adam Smith,
"La riqueza de las naciones", pero este libro elevó su credibilidad. En el siglo XVIII, la
práctica del contrabando y la necesidad de aumentar los ingresos fiscales y los
beneficios empresariales llevaron a una reconsideración de las prohibiciones y
aranceles elevados por parte de los gobiernos. A pesar de que el gobierno británico
empezó a cambiar su postura proteccionista a fines del siglo XVIII, las guerras
napoleónicas retrasaron estos esfuerzos. Adam Smith defendió el comercio libre
basándose en la especialización y la división del trabajo, mientras que David Ricardo
introdujo el principio de la ventaja comparativa. Estas teorías, respaldadas por
argumentos lógicos, comenzaron a ganar terreno en la opinión pública,
especialmente entre los comerciantes internacionales y las clases medias urbanas.
La abolición de las Leyes del Cereal en 1846 marcó un punto de inflexión en el Reino
Unido, estableciendo el libre comercio como una política predominante. Este cambio
político también redefinió los partidos, con los whigs convertidos en liberales
partidarios del libre comercio y los tories en conservadores, defensores del
imperialismo. Además, la abolición de leyes mercantilistas como las Leyes de
Navegación contribuyó a consolidar la política de libre comercio.

2. La era del librecambio


El tratado Cobden-Chevalier, también conocido como tratado anglofrancés, firmado
en 1860, marcó un hito en el movimiento hacia el libre comercio. Francia, que había
mantenido una política proteccionista, se movió hacia el liberalismo económico bajo
la influencia del emperador Napoleón III y el economista Michel Chevalier. El tratado
estableció la eliminación de aranceles británicos sobre productos franceses, con
excepción del vino y el brandy, mientras que Francia redujo significativamente sus
aranceles sobre productos británicos. La cláusula de "nación más favorecida"
garantizaba que cualquier beneficio otorgado a un tercer país se extendería
automáticamente a las partes del tratado anglofrancés. Este tratado estimuló el
comercio internacional, especialmente dentro de Europa, y provocó una
reorganización industrial al fomentar la competencia y la modernización de las
empresas. La red de tratados comerciales resultantes condujo a un crecimiento
significativo del comercio durante la década de 1860, aproximadamente del 10%
anual, y promovió la eficiencia técnica y el aumento de la productividad en las
industrias afectadas.

3. La «Gran Depresión» y la vuelta al proteccionismo


El aumento del comercio internacional y la industrialización condujeron a la
sincronización de los movimientos de precios a través de las fronteras.
Anteriormente, las fluctuaciones de precios eran locales o regionales debido a
causas naturales, pero ahora estaban más relacionadas con el estado del comercio y
se transmitían entre países a través de los canales comerciales. Se identificaron
diversos tipos de ciclos comerciales, desde ciclos de inventario a corto plazo hasta
tendencias seculares a largo plazo. Las fluctuaciones de precios afectaron a la
producción, pero la tendencia a largo plazo era ascendente.
En el siglo XIX, los precios alcanzaron su punto máximo antes del final de las guerras
napoleónicas, pero luego disminuyeron gradualmente debido a innovaciones
técnicas y mejoras en la eficiencia. Los descubrimientos de oro en California y
Australia aumentaron los precios en la década de 1850. Sin embargo, la Gran
Depresión de 1873, seguida de una caída de precios hasta finales del siglo XIX, afectó
a la economía mundial.
La competencia internacional en la agricultura debido a la mejora del transporte llevó
a un aumento de la protección en muchos países, como Alemania y Francia. Esta
tendencia hacia el proteccionismo se intensificó a finales del siglo XIX, con guerras
arancelarias y políticas proteccionistas en varios países. Aunque hubo algunos
defensores del libre comercio, como Gran Bretaña, la mayoría de las naciones
optaron por políticas proteccionistas.
A pesar de la vuelta al proteccionismo, el comercio internacional continuó creciendo,
con las exportaciones representando una parte significativa de la renta nacional en
muchos países. La economía mundial estaba más integrada y era más
interdependiente que nunca de la Primera Guerra Mundial, lo que llevó a una
comprensión de la importancia del comercio internacional en la estabilidad
económica y el desarrollo de las naciones.

4. El patrón oro internacional


La integración económica mundial a finales del siglo XIX estuvo impulsada
principalmente por dos factores: la adhesión al patrón oro internacional y el papel
central de Gran Bretaña en la economía global. El patrón oro, que establecía el valor
de la moneda en términos de oro, fue adoptado por varios países, siendo Gran
Bretaña un líder en esta práctica. El Banco de Inglaterra desempeñaba un papel
crucial al comprar y vender oro a un precio fijo, respaldando así la oferta monetaria
del país.
Inicialmente, otros países también adoptaron el patrón oro, pero algunos intentaron
alternativas, como la Unión Monetaria Latina liderada por Francia en las décadas de
1860 y 1870. Sin embargo, esta unión fracasó debido a fluctuaciones en los precios
relativos del oro y la plata. Alemania fue una de las naciones que adoptó el patrón oro
después de su victoria sobre Francia en la guerra franco-prusiana.
En Estados Unidos, la transición al patrón oro fue gradual, marcada por la emisión de
papel moneda durante la guerra de Secesión y la adopción legal del patrón oro en
1900. Rusia y Japón también adoptaron el patrón oro a finales del siglo XIX.
Aunque la mayoría de las naciones importantes adoptaron el patrón oro, esta era de
integración económica mundial duró menos de dos décadas antes de la interrupción
causada por la Primera Guerra Mundial.

5. Migración e inversión internacionales


En el siglo XIX, junto con el auge del librecambio, se produjo un importante
movimiento de población y capital a nivel internacional. Cerca de 60 millones de
personas emigraron de Europa hacia otros continentes, principalmente a países con
abundante tierra como Estados Unidos y el Imperio británico. Esta migración alivió las
presiones demográficas en los países de origen y proporcionó mano de obra a las
regiones receptoras. La exportación de capital, especialmente de Gran Bretaña,
también fortaleció la integración económica internacional, con inversiones en
diferentes sectores en países de Europa, América Latina, Estados Unidos y Asia.
Alemania pasó de ser deudora a acreedora gracias al capital extranjero, mientras que
países como Bélgica, Países Bajos y Suiza se convirtieron en acreedores al final del
siglo. Estados Unidos se destacó como receptor y luego como acreedor principal de
inversiones extranjeras. En contraste, las inversiones en Latinoamérica y Asia se
dirigieron principalmente a la extracción de materias primas, sin impulsar el
desarrollo económico interno.

6. El renacimiento del imperialismo occidental


El texto señala que Asia y África inicialmente tuvieron una participación mínima en la
expansión comercial del siglo XIX, manteniéndose aislados del mundo occidental.
China, Japón y otras regiones asiáticas rechazaron la influencia occidental, limitando
el comercio y expulsando a misioneros. África, con su clima hostil, enfermedades y
falta de desarrollo político y económico, también estaba apartada de los intereses
europeos. Sin embargo, a pesar de estas barreras, eventos inevitables llevaron a Asia
y África a participar en la economía mundial antes del final del siglo XIX.

6.1 África
La colonia del Cabo, establecida por los holandeses en el siglo XVII, fue conquistada
por los británicos durante las guerras napoleónicas. Esto desencadenó la Gran
Migración de los bóers hacia el norte para escapar de la influencia británica,
fundando nuevas colonias. Los conflictos entre británicos, bóers y tribus africanas
marcaron el siglo XIX en Sudáfrica. El descubrimiento de diamantes y oro transformó
la economía y la política de la región, con figuras como Cecil Rhodes desempeñando
un papel importante. Mientras tanto, Francia consolidaba su imperio en el norte de
África, y el control del canal de Suez se volvía crucial para Gran Bretaña. En África
central, la carrera colonial se intensificaba, culminando en la Conferencia de Berlín
de 1884, que dividió el continente entre las potencias europeas. África fue colonizada
en su mayoría antes de la Primera Guerra Mundial, excepto Etiopía y Liberia, que
mantuvieron su independencia.

6.2 Asia
La dinastía Manchú, debilitada internamente, permitió la intervención occidental en
China. La guerra del Opio (1839-1842) comenzó por la prohibición del opio,
culminando en el Tratado de Nankín, que concedió concesiones comerciales a Gran
Bretaña. La debilidad del gobierno chino alentó más intervenciones extranjeras y
rebeliones internas. La rebelión Taiping y la rebelión de los boxers reflejaron la
agitación contra los extranjeros. China se debilitó mientras las potencias
occidentales y Japón se aseguraban tratados favorables. En Corea, la rivalidad entre
China y Japón resultó en la anexión japonesa en 1910. En el sudeste asiático, Francia
estableció su control en Indochina, mientras Tailandia permanecía independiente
gracias a políticas astutas de sus gobernantes.

6.3 Razones del imperialismo


El texto aborda la expansión imperialista más allá de Europa, incluyendo a Japón y
Estados Unidos. Se destaca la diferencia entre imperialismo y colonialismo, así como
las diversas motivaciones económicas, políticas y militares detrás del imperialismo.
Se mencionan las teorías de Marx y Lenin sobre el imperialismo, así como las
influencias del darwinismo social en la mentalidad imperialista.

Capítulo 14 - La desintegración económica internacional


El texto destaca la diferencia entre los cambios económicos, que suelen ser graduales y
prolongados, y los cambios políticos, que pueden ser repentinos y tener consecuencias
económicas significativas. Se menciona que la Primera Guerra Mundial provocó una ruptura
abrupta en el sistema internacional del trabajo, que había generado bienestar y riqueza
previamente. A pesar de los esfuerzos por restaurar la normalidad después de la guerra, la
economía mundial enfrentó dificultades para recuperarse debido a los impactos
devastadores del conflicto.

1. Consecuencias económicas de la Primera Guerra Mundial


El texto describe las enormes consecuencias de la Primera Guerra Mundial en
términos económicos. Destaca el impacto devastador en términos humanos, con
millones de muertos y heridos, así como las pérdidas económicas directas e
indirectas. Se menciona cómo la guerra interrumpió el comercio internacional y las
relaciones económicas normales, lo que tuvo efectos duraderos en la economía
mundial. Además, se señala cómo la guerra estimuló la producción agrícola en
algunas áreas y provocó la superproducción y la caída de precios en otras. También
se aborda la inflación resultante de las finanzas de guerra y la impresión masiva de
papel moneda. En resumen, la Primera Guerra Mundial causó una perturbación
masiva en la economía global que tuvo consecuencias duraderas y profundas.
2. Consecuencias económicas de la paz
El texto describe cómo la Paz de París después de la Primera Guerra Mundial
exacerbó los problemas económicos en lugar de resolverlos. Los tratados de paz,
especialmente el de Versalles con Alemania, impusieron fuertes condiciones,
incluyendo la pérdida de territorio y el pago de indemnizaciones. Estas condiciones
contribuyeron al crecimiento del nacionalismo económico y a problemas monetarios
y financieros en toda Europa.
El texto también menciona el surgimiento de nuevos estados después del
desmembramiento del Imperio austro-húngaro y el colapso del Imperio otomano, así
como los problemas económicos enfrentados por Gran Bretaña después de la guerra,
incluyendo altas tasas de desempleo y la vuelta al patrón oro.
Se destaca la crisis económica en Alemania, exacerbada por las indemnizaciones de
guerra y la hiperinflación, que llevó a la ocupación del Ruhr por parte de Francia y
Bélgica, y finalmente a la intervención del Préstamo Dawes para estabilizar la
economía alemana.
La conclusión del texto señala que, a pesar de un período de aparente prosperidad en
la década de 1920, la fragilidad de la economía internacional dependía de la continua
ayuda financiera de Estados Unidos a Alemania y otros países europeos.

3. La Gran Recesión, 1929-1933


En Estados Unidos, tras la Primera Guerra Mundial, la economía experimentó un
rápido crecimiento, convirtiéndose en un acreedor poderoso. Sin embargo, en 1929,
la Bolsa de Valores colapsó, desencadenando la Gran Depresión. Esta crisis
económica se extendió por todo el mundo, exacerbada por políticas unilaterales y la
falta de cooperación internacional. Factores como la interrupción del comercio, la
quiebra del patrón oro y las políticas económicas nacionalistas contribuyeron al caos.
Estados Unidos, al no asumir un liderazgo más activo en la economía mundial,
prolongó y profundizó la recesión. Las consecuencias a largo plazo incluyeron un
mayor papel del gobierno en la economía y el surgimiento de movimientos políticos
extremistas, lo que indirectamente condujo al estallido de la Segunda Guerra
Mundial.

4. Intentos antagónicos de reconstrucción


El texto aborda la llegada al poder de Franklin Roosevelt durante la Gran Depresión en
Estados Unidos en 1933 y la implementación de su programa New Deal para combatir
la crisis económica y social. Se destaca la creación de la Administración de
Reconstrucción Nacional y la Ley de Reconstrucción de la Industria Nacional como
parte de este esfuerzo. Aunque algunas reformas tuvieron éxito, la economía continuó
enfrentando dificultades.
Se menciona la devastación sufrida por Francia durante la Primera Guerra Mundial y
sus esfuerzos de reconstrucción, así como las dificultades económicas posteriores a
la guerra, incluida la inflación y la recesión. Se describe la formación del Frente
Popular en Francia y sus políticas, aunque no lograron resolver completamente los
problemas económicos.
Se analiza la situación económica en otros países europeos, como Italia, donde se
estableció el fascismo y se implementó el Estado corporativo, y Alemania nazi, donde
se logró una recuperación económica significativa mediante programas de obras
públicas y rearme. También se aborda la situación en España, donde se estableció un
régimen autárquico después de la Guerra Civil.

5. Las revoluciones rusas y la Unión Soviética


La Rusia imperial entró en la Primera Guerra Mundial con esperanzas de victoria, pero
la ineficacia y corrupción llevaron a una revolución en 1917. Tras la abdicación del zar,
se formó un gobierno provisional que compartía poder con los soviets. Lenin, líder
bolchevique, aprovechó la situación para tomar el control y formar un nuevo gobierno.
Siguió una guerra civil y la implementación del comunismo de guerra. La NEP de Lenin
intentó revitalizar la economía, pero fue Stalin quien consolidó el poder y lanzó planes
quinquenales masivos, con una gran planificación estatal y la colectivización forzada.
Los resultados fueron mixtos, con graves costos humanos. La Gran Purga durante el
Segundo Plan Quinquenal llevó a miles de ejecuciones y afectó la producción. La
invasión alemana interrumpió el Tercer Plan Quinquenal, llevando a un retorno al
"comunismo de guerra".

6. Aspectos económicos de la Segunda Guerra Mundial


La Segunda Guerra Mundial fue la más masiva y destructiva de todas las guerras, con
una amplia participación global. Se caracterizó por la innovación tecnológica y el uso
intensivo de la propaganda. Fue una guerra de movimiento en tierra, aire y mar, con un
énfasis en la producción industrial y la capacidad económica. Los costos humanos
fueron devastadores, con millones de muertos y heridos, incluyendo víctimas del
Holocausto. Los daños materiales fueron extensos, especialmente debido a los
bombardeos aéreos, dejando ciudades enteras destruidas. La economía europea
quedó gravemente afectada, enfrentando desafíos enormes para la reconstrucción.

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