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CENTRO REGIONAL UNIVERSITARIO DE COLÓN

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

INTEGRANTES:

Sugey Easey 3-708-1001


Steisy Barranco 3-752-1465
Suhail Ávila 3-701-696
Lauritzen Reyna 3-753-1647
Esmery Lassonde 3-759-1287

II DO AÑO DIURNO 2023

PROFESOR: GILBERTO GONZÁLEZ

DERECHO CONSTITUCIONAL

TEMA: LOS DERECHOS POLÍTICOS


ÍNDICE.

Contenido

INTRODUCCIÓN.......................................................................................................................2

LOS DERECHOS POLÍTICOS.................................................................................................3

I. LA CIUDADANIA...........................................................................................................4

II. EL ELECTORADO............................................................................................................8

III. LOS PARTIDOS POLÍTICOS..................................................................................11

1) Clasificación de los partidos.....................................................................................15

2) El número adecuado de partidos..............................................................................17

IV. EL SUFRAGIO.................................................................................................................19

DIFERENCIAS EN LAS CARATERÍSTICAS......................................................................22

POLÍTICA DE PANAMÁ Y VENEZUELA...........................................................................22

CONCLUSIÓN...........................................................................................................................23

INFOGRAFÍA.............................................................................................................................24

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………….24

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INTRODUCCIÓN.

A continuación, veremos en este contenido sobre los derechos políticos, que nos

enmarca

que son aquellos se refiere a los derechos políticos que posee todo ser humano y a las

diversas formas que adquiere en la variedad de formas de gobierno desde aquellas que

imperaron en la antigua Roma y Atenas, hasta la actual forma de gobierno imperante en

el mundo moderno: la democracia. Veremos más adelante que cada forma de gobierno

es singular en cuanto a la aplicación, así como al otorgamiento de derechos políticos:

 derecho al sufragio,

 a participar en cargos de elección popular

 y el derecho de igualdad ante la ley.

Las diferencias entre una y otra forma de gobierno es, en algunos casos, resaltante

veremos las diferencias de las características políticas de Panamá y Venezuela.

Ingresemos, pues, a este vasto y extenso tema concerniente a los derechos políticos en

las formas de gobierno, y analicemos las razones que llevaron a diferentes países a optar

por una u otra forma de gobierno, definiendo, previamente, cada derecho.

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LOS DERECHOS POLÍTICOS.

La libertad política consiste en la participación del pueblo de un Estado en el ejercicio

de los poderes gubernamentales de este. Y, Según algunos autores, la libertad política

implica, Más que nada, intervención popular, indirecta o directa en el ejercicio de uno

de los poderes estatales, En el legislativo: Así, la libertad política significaría ante todo

participación del pueblo en la formación de la ley, que es la expresión Suprema de la

voluntad soberana. Por ello, dice Hauriou que la Revolución francesa consagró

claramente el principio de la libertad política, cuando en la declaración de los derechos

artículo 6, estableció que la Ley de la expresión de la voluntad general y todos los

ciudadanos tienen derecho a concurrir personalmente o por sus representantes en

formación.

La política se traduce especialmente en participación del pueblo, en la formación de la

ley. Esta libertad solo existiría plenamente en una democracia directa. De esta manera,

solo serían políticamente libres los ciudadanos de un Estado como el ateniense, en el

que concurrieran en persona a la plaza pública a acordar la ley suprema.

Por todo lo antes expuesto, la libertad política en el Estado moderno consiste

primordialmente en la Facultad de los ciudadanos de elegir y ser elegidos y los

derechos políticos que garantizan y reglamentan tal libertad vienen a ser ante todos los

derechos electorales. Poder sufragio.

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Así los derechos políticos son esencialmente aquellos que tienen como objeto consagrar

y establecer los principios. Y normas relativos a la ciudadanía, al electorado, a los

partidos políticos y al sufragio.

I. LA CIUDADANIA

La Constitución de la República de Panamá en el Artículo 131 nos dice en cuanto a la

ciudadanía, que son ciudadanos de la República todos los panameños mayores de

dieciocho años, sin distinción de sexo.


El término proviene del latín ‘civitas’, que significa ciudad. Por tanto, la ciudadanía se ha

definido como la condición que se otorga al ciudadano o la ciudadana de pertenecer a una

comunidad organizada.

La connotación más frecuente está ligada al Derecho, especialmente a los derechos

políticos, sin los cuales la persona no puede intervenir en los asuntos del Estado. Desde

esta perspectiva, la ciudadanía equivale al conjunto de derechos y deberes por los

cuales las personas se sostienen en su relación con la sociedad en la que viven.

La ciudadanía ha sido concebida además de una forma culturalmente homogénea que

se ha usado para legitimar un sistema jerárquico en donde el hecho de quienes quedan

dentro pueda obligar a quienes quedan fuera a obedecer sus leyes y decisiones.

Histórica y generalizadamente, uno de los requisitos de la ciudadanía ha sido

la nacionalidad. De hecho, la mayoría de los Estados de la Unión Europea continúan

subordinando la ciudadanía a este requisito.

Sin nacionalidad se priva a las personas de ejercer sus derechos.

Marshall señala que hoy, ser ciudadana o ciudadano de pleno derecho implica “desde

el derecho a un mínimo bienestar y seguridad económica hasta el compartir al máximo

el patrimonio social y a vivir la vida de acuerdo con los estándares imperantes en la

sociedad”.

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En este camino, actualmente, los retos sociales y políticos que están generando la

globalización y el modelo económico imperante capitalista, han conducido a la

denominada ‘ciudadanía global crítica’. Este concepto de ciudadanía supera la

restricción de las formas de participación centradas en el derecho al voto. Las prácticas

se amplían a la participación de las personas y colectivos en la transformación social, a

la reivindicación de derechos y a centrar la acción de la ciudadanía en torno a las

necesidades de las personas.

La ciudadanía global crítica plantea un modelo que se basa en la plena consciencia de la

dignidad intrínseca al ser humano, en su pertenencia a una comunidad local y global.

Desde este enfoque, la persona ciudadana es responsable y comprometida, a nivel

personal y colectivo, con la transformación de la realidad local y global para construir

un mundo más justo, equitativo y respetuoso con la diversidad y con el medio

ambiente, en el que todas las personas puedan desarrollarse libre y satisfactoriamente.

La ciudadanía reviste así al nacional que la adquiere de cierta cualidad especial, le da la

categoría de miembro activo del Estado. Conviene aquí recordar la diferencia existente

entre nacional de un Estado y ciudadano del mismo y asimismo, entre el derecho de

nacionalidad y el de ciudadanía. Que claramente no es lo mismo.

La nacionalidad es una calidad que generalmente adquiere el natural de un Estado

desde el momento en que nace.

La ciudadanía es un derecho que adquiere el nacional de un Estado cuando llega a

cierta edad y reúne otras condiciones. Así puede decirse que, por regla general, todo

ciudadano de un Estado es nacional del mismo, mientras que no todo nacional es

necesariamente ciudadano.

Un menor de edad, por ejemplo, incluso recién nacido, es regularmente nacional del

Estado el que nace, pero no es ciudadano de este hasta que llega a la mayoría de edad.

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Asimismo, las mujeres en Panamá, antes de la vigencia de la actual Constitución, eran

nacionales, pero no ciudadanas aun cuando fueran mayores de edad.

En cuanto a la nacionalidad, esta, como es sabido, se tiene por nacimiento y se adquiere

por naturalización en el último caso sea cuando un extranjero adopta la nacionalidad de

otro Estado, si es mayor de edad, adquiere automáticamente la ciudadanía de este.

En la mayor parte de los países, el nacional adquiere sus derechos de ciudadanía al

llegar a los 21 años, Sin embargo, en la actualidad en nuestro país, Panamá se adquiere

los derechos de ciudadanía al llegar a los 18 años sin distinción de sexo, Según el

artículo de la Constitución panameña, ARTÍCULO 131, Son ciudadanos de la

República todos los panameños mayores de dieciocho años, sin distinción de sexo.

En Rusia, sin embargo, y en otros países como Venezuela, Guatemala, en América la

ciudadanía se adquiere a los 18 años. Por otra parte, hay países donde solo los varones

adquieren derechos ciudadanos, al llegar a la mayoría de edad. Así ocurría en Panamá

hasta el año 1946, cuando entró a regir la actual política Constitución. Esta estableció

por primera vez en nuestro derecho constitucional la ciudadanía para ambos sexos.

Hemos dicho que la ciudadanía es el derecho que faculta a ciertos nacionales de un

Estado para que intervengan directa o indirectamente en el Gobierno de este país. Sin

embargo, es preciso señalar algunas excepciones con respecto a este principio. Por

ejemplo, hay algunos países Donde el sufragio no es un derecho de todo ciudadano,

sino un privilegio que se goza cierto número de ciudadanos que reúne determinados

requisitos. Así hay Estados en la Unión norteamericana. Que exigen que el Estado haya

vivido cierto número de años en la circunscripción en que da a votar. Otros Estados

establecen que solo pueden votar aquellos ciudadanos que saben leer y escribir, en otros

solo votan aquellos que tienen un mínimo de propiedad o de renta y en algunos Estado

de la Unión. Solo aquellos ciudadanos que pagan impuestos pueden votar.

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Vemos así que hay Estados donde la ciudadanía no implica necesariamente el derecho

de sufragio.

Sin embargo, hay países como el nuestro Panamá en que la ciudadanía implica siempre

el derecho al sufragio, pero en los cuales además algunas personas pueden votar en

ciertos casos sin ser ciudadanos ni nacionales del Estado. Así, nuestra Constitución

confiere el derecho de elegir y ser elegido. Para puestos municipales a ciertas categorías

de extranjeros residentes en El País.

Podemos mencionar que la ciudadanía no es un derecho inalienable. Un titular de esta

puede perderla, ya sea por pérdida de nacionalidad.

Así mismo, los derechos de ciudadanía pueden ser suspendidos a un nacional, según la

Constitución en el artículo N° 13 dónde nos dice que la nacionalidad panameña de

origen o adquirida por el nacimiento no se pierde, pero la renuncia expresa o tácita de

ella misma, la ciudadanía se suspenderá la nacionalidad panameña derivada o

adquirida por la naturalización, se perderá por las mismas causas. La renuncia expresa

de la nacionalidad se produce cuando la persona manifiesta por escrito al Ejecutivo su

voluntad de abandonarla y la tácita cuando se adquiere para nacionalidad o cuando se

entra al servicio de un Estado enemigo.

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II. EL ELECTORADO

El electorado es la parte de la sociedad que disfruta de los derechos civiles.

Por lo tanto, se supone que el electorado se convertirá en una parte políticamente activa

de la población del estado.

Son las personas que hoy tienen la potestad legal de intervenir en la formación y

funcionamiento del gobierno del Estado y en la elaboración de sus leyes. Pues el

electorado es la totalidad de esa parte de la población con derecho a contribuir a la

determinación del poder estatal, y este poder legal para intervenir en el gobierno es el

contenido mismo de los llamados derechos políticos.

Hoy en día algunos utilizan la palabra ciudad como sinónimo de electorado. Crean la

diferencia técnica entre una ciudad y una población. Habría toda la comunidad humana

del Estado, y la nación constituiría sólo la parte de la comunidad que tiene derecho a la

ciudadanía.

Por otro lado, en algunos países latinoamericanos es común utilizar el término

ciudadanía no sólo para denotar los derechos de un ciudadano, sino también como un

término colectivo para todos los ciudadanos. Bueno, escuchamos declaraciones como

está muy a menudo, todos los ciudadanos están a favor de tal solución, hoy los

ciudadanos quieren o quieren algo así, todos los ciudadanos no apoyan tal

comportamiento, etc., todavía hay éxitos en esto también, una excepción que

normalmente tenemos con el uso del término: ciudadanía, ciudadanía. Hoy

encontramos un significado más civil y colectivo de la palabra "electorado" y más

preciso que el término "pueblo" para designar un grupo de ciudadanos dotados de

derechos políticos; Sin embargo, incluso en una democracia radical, sólo una pequeña

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parte de todo el objeto de influencia política es la organización, es decir, el pueblo como

objeto de poder. Algunos límites naturales, como el ejercicio de los derechos políticos,

la edad, las capacidades mentales y morales, obstaculizan la generalización de los

derechos políticos y limitan a las personas en el sentido activo, a menos que se

establezcan límites en el sentido pasivo a la imagen. De la humanidad. Es característico

que la ideología de la democracia reconozca las grandes limitaciones impuestas al

pueblo como grupo de quienes están en el poder. Por lo tanto, está claro que los

ciudadanos, es decir, el electorado, no representan el sector mayoritario. Sólo menores

de edad, como sabemos. No entran en la categoría de ciudadanía, constituyen más de la

mitad de la población de un país. A esta exclusión de los menores en algunos países hay

que sumar las mujeres, que todavía están privadas de derechos políticos en muchos

países, y hay que sumar también las personas mayores que no tienen la ciudadanía por

discapacidad mental y después de todas estas conclusiones, todavía podemos

preguntarnos quiénes son las personas activas, el electorado consciente, todos aquellos

que legalmente tienen derechos políticos. Como sabemos, muchos ciudadanos no

renuncian al ejercicio de sus derechos políticos por apatía o indiferencia cívica. O otros

lo usan sin opinión y criterio propio, hola, y lo que es más lamentable, algunos

consideran que el uso de tal derecho es lo más descarado.

Hoy estos males se agudizan en países como el nuestro debido a la falta de desarrollo

económico y la ignorancia de las masas campesinas. Este significado hoy significa que

muchos de nuestros votantes nominales están lejos de ser votantes conscientes, pero

representan una especie de mercancía sujeta a la ley de la oferta y la demanda. Además,

este panorama un tanto sombrío de cómo funciona la democracia no nos lleva

necesariamente a una visión pesimista. La conclusión sobre las ventajas de esta forma

de gobierno es correcta porque hemos destacado que son pocos los ciudadanos que

ejercen sus derechos políticos por iniciativa propia y según sus propios criterios, pero

esto se puede explicar no sólo en una democracia emergente como el nuestro, pero

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también entre los que tienen gran cultura y virtudes químicas. Hoy en día, los

ciudadanos que actúan políticamente aislados y solos difícilmente pueden influir en la

solución de los problemas del Estado, porque, aunque en teoría el electorado sea una

unidad de personas, esta unidad es sólo imaginaria. Hoy la ciudad es un complejo

bastante amorfo dividido por multitudes. Podemos transformar sus diferencias en

diferencias económicas, sociales, profesionales, ideológicas e intelectuales, geográficas e

incluso religiosas y psicológicas que dividan en diferentes partes esta masa idealizada

que llamamos ciudad y que ha sido difícil concretar la voluntad de la mayoría. De

hecho, en la acción política, cada individuo actuó de forma aislada y según sus propias

preferencias y deseos, es decir. Ya hemos señalado la presencia de partidos políticos, es

decir. Esto nos lleva por tanto a considerar a los partidos políticos como instituciones

necesarias para el pleno ejercicio del derecho al voto.

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III. LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Los partidos políticos son indispensables para el funcionamiento de la democracia y se

sostiene que la idea de que pueda existir una democracia sin partidos políticos es

completamente falsa y equivocada.

PRÉLOT dice que la democracia es un Estado de partido y KELSEN Con su

característica agudeza, coincide en esta opinión cuando afirma que:

solo por ofuscación o dolo puede sostenerse la posibilidad de la democracia sin partidos

políticos. La democracia necesita e inevitable requiere un estado de partidos.

De esta misma manera, o pida Posada que los partidos son instrumentos necesarios en

el mecanismo del régimen constitucional, coma hasta el punto de que ciertas

anormalidades, dificultades y crisis del régimen representativo constitucional son las

consecuencias de la habilitación de los partidos de su degeneración en grupos tan a

menudo de carácter personalista.

Queda demostrado el punto de vista y la importancia de los autores que reconocen a los

partidos políticos. Cabe dar algunas definiciones sobre las mismas grettel, por ejemplo,

dice que un partido político es un grupo de ciudadanos más o menos organizados, que

actúa como unidad política. Y que, a través de su fuerza electoral, aspira a dominar el

Gobierno y a dirigir en general, su política.

Este mismo autor agrega que los partidos políticos constituyen la mejor forma de

organizar la opinión pública y de hacerla efectiva con respecto al Gobierno.

Es imposible exigir a todos lo que forman un partido político absoluta identificación en

cada detalle o aspecto político, por eso la afinidad ideológica que debe estar a la base de

todo verdadero partido ha de ser ante todo sobre principios políticos. Los individuos

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subordinan pequeñas diferencias de opinión y se solidarizan en cuestiones de interés

vital.

Por esta misma razón, son inconcebibles dentro de la doctrina democrática los partidos

compuestos por miembros de un solo sexo, es decir, solo hombres o solo mujeres en

países donde la ciudadanía se extiende a ambos sexos o de partidos que solo tengan

como base la edad o la condición racial o la confesión religiosa o la clase social de sus

miembros. Es así altamente acertada y democrática la disposición contenida en nuestro

Código Constitucional Artículo 139 No es lícita la formación de partidos que tengan

por base el sexo, la raza, la religión o que tiendan a destruir la forma democrática de

Gobierno.

a) Responsabilidad con el sistema Democrático


Al margen de si consideramos a los partidos políticos instituciones de derecho público o

asociaciones de carácter privado, lo cierto es que son los instrumentos idóneos en la

democracia representativa, para conformar la voluntad popular y delegar las cuotas de

soberanía del pueblo a sus representantes. Son también, como dice Mena Keymer:

"instrumentos de representación política y de comunicación entre el Estado y la

sociedad y entre la sociedad y el Estado.

Además, en la línea de pensamiento de Ramón Cotarelo, las sociedades modernas, se

organizan como democracias de masas, en las cuales la representación que viene a

sustituir la participación que se observaba en las antiguas democracias directas- ha

llevado a la cuasi unanimidad de que existe "una consustancialidad de los partidos

políticos con la democracia".

No cabe duda, por tanto, de la enorme responsabilidad que tienen los partidos políticos

con el sistema democrático, por su sola condición de ser instituciones permanentes del

sistema. Aunado a esa calidad intrínseca, encontramos los imperativos funcionales

impuestos por ley, cuando los eleva a rango constitucional y les define los mecanismos

para su constitución, funcionamiento y extinción, acorde con las reglas procesales de la

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misma democracia. y si quisiéramos ser aún más exigentes con sus compromisos hacia

el sistema democrático, bastaría recordarles el financiamiento público (directo o

indirecto) que les proporciona el estado, y que no viene de otra fuente que no sean los

impuestos con los que cada uno de los ciudadanos contribuimos al presupuesto

nacional. En ese orden de ideas, los partidos políticos deben cumplir con su

compromiso democrático desde su propia especificidad. Para lo cual se requiere tanto la

voluntad de asumir ese compromiso, como la concertación y/o coordinación, con otras

instituciones del estado y/o de la sociedad civil. Existen múltiples formas de abordarlo,

desde las formulación de macro políticas públicas que apunten a la solución de los

grandes problemas nacionales y que podrían ser asumidas por otros actores sociales

para buscar su implementación, presentar propuestas de reformas para mejorar el

orden jurídico institucional, ante los organismos correspondientes del estado, hasta

desarrollar campañas de educación cívica y fortalecimiento democrático, que es sin

duda lo más cercano al tema que estamos tratando.

b) Posibilidades y Limitaciones
Las posibilidades que se abren a los partidos políticos para contribuir en la construcción

de una cultura democrática, se encuentran por una parte, en la dimensión de los

imperativos éticos, en el deber ser; ya que a ningún líder político por anacrónico que

fuera su pensamiento, se le ocurriría en estos tiempos repetir la indigna frase de Millán

Astray, lanzada a la cara del Rector de la Universidad de Salamanca: "Viva la Muerte,

Muera la inteligencia", en los oscuros tiempos del franquismo en España; por el

contrario, aun a reserva de estar plenamente convencidos de sus bondades en el largo

plazo, todos apoyarían los proyectos de educación para la democracia. En el otro

extremo, esas posibilidades se vuelven cada vez más concretas y aprovechables, si nos

detenemos a revisar los recursos financieros, las infraestructuras materiales, los cuadros

intelectuales y técnicos con que cuentan los partidos, y que con un pequeño esfuerzo y

re orientación, podrían ser la base inicial para estos programas de largo alcance La

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sociedad actual, está desencantada con los partidos políticos, vuelve la espalda a sus

peleas internas y participa cada vez menos en sus actividades, incluso en algunos países

se manifiesta su descontento mediante los altos porcentajes de abstencionismo

observados durante las elecciones; como dice Mena Keymer: " la política ha dejado de

ser el núcleo central que orienta el conjunto de la sociedad. En definitiva, nos

encontramos bajo un vacío de sentido, de valores, y normas, que no sólo afecta a las

personas, sino también a las organizaciones y, de manera muy especial, a los partidos

políticos cualquiera que sea su signo ideológico y su posición.

c) Planes y Programas Educativos


Una de las críticas que con frecuencia se les hacen a los partidos políticos, es su divorcio

con la sociedad; al parecer se han quedado encerrados en sus torres de marfil mientras

los ingentes y nuevos problemas nacionales (e internacionales) ha sido retomados en las

agendas de otros actores sociales. Los partidos al igual que las elites intelectuales y

económicas, se han distanciado de la ciudadanía, convirtiendo en un improductivo

monólogo, lo que siempre fue un debate político educativo, es decir la discusión de [os

grandes problemas y la búsqueda común de sus soluciones. Algo similar nos dice Jaime

Durán cuando subraya que: " El mundo del poder juega y se reproduce a si mismo sin

tomar en cuenta que muchas cosas que en él son fundamentales, son irrelevantes para el

ciudadano común. Muchos debates que los que los políticos se juegan por entero, son

poco o nada conocidos por las grandes mayorías y carecen de todo interés para ellas.

Las intensas polémicas personales, tan frecuentes en varios de nuestros países, sólo

interesan, en la mayoría de los casos, a sus protagonistas, y desprestigian a la clase

política en su conjunto y al sistema democrático." Y de ahí que, para restablecer ese

diálogo roto con la sociedad, se requiera de nuevos códigos de comunicación, puntos de

encuentro, temas de interés común, entre los cuales la sociedad, los sectores y [os

ciudadanos vean, reconozcan y acepten tanto sus problemas más importantes como las

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propuestas viables para resolverlos. Un programa de educación para la democracia no

necesariamente tiene que ser una guía enumerativa de la problemática nacional o

internacional, menos aún parte de una estrategia en la búsqueda de soluciones, puesto

que ello constituye parte esencial del trabajo de [os partidos en su lucha por el poder;

sin embargo, conocer las plataformas partidarias, estudiarlas, criticarlas y dar aportes

para su actualización y mejoramiento, puede ser parte de un programa educativo

cívico-político. A efecto de brindar algunos elementos que podrían ser útiles en la

planificación y programación de actividades, orientadas a promover la educación para

la democracia, los partidos políticos deberían tener en cuenta tres escenarios. Primero

las actividades que pueden desarrollar desde su propia dimensión partidaria, con sus

miembros y adherentes; segundo las que se podrían implementar en los espacios de la

sociedad civil, con el apoyo de sus instituciones específicas, dependiendo de la

naturaleza de los temas; y, finalmente, aquellas que por ser de interés general se deben

impulsar desde el Estado. Desde luego que todas ellas deben tener como objetivo

primordial, desarrollar en los ciudadanos los valores democráticos y fortalecer

mediante el conocimiento y el estudio comparado, las prácticas políticas y actitudes

cotidianas de la vida en democracia.

1) Clasificación de los partidos


Existen algunos criterios para clasificar los partidos políticos. Uno de los más comunes

es el dividirlos en partidos de derecha y partidos de izquierda. Este tipo de clasificación

tuvo origen durante la revolución francesa. En las Asambleas representativas

instituida, durante la revolución integral tomaban asiento en el ala izquierda de la sala,

y que a la derecha de la mesa directiva se sentaban los que se oponían a tales

transformaciones y defendían, más bien, el tradicional estado de cosas.

Actualmente se considera de izquierda aquellos partidos que promulgan una radical

transformación del régimen político y social vigente; y se denominan de derecha los

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partidos que abogan por el mantenimiento del actual orden de cosas y se oponen a la

revolución social que, con mayor o menor acento, favorecen los diferentes partidos de

izquierda.

Desde luego, entre los partidos llamados izquierda los hay de diferente intensidad. Así,

se habla de partidos de Extrema izquierda entre los que se suele ubicar al comunismo y

al socialismo revolucionario; se habla, asimismo, de izquierda moderada; e incluso de

partidos izquierdizantes.

La derecha tiene también sus tonalidades; desde la extrema derecha, que se confunde

con la reacción, hasta la derecha moderada, que llega a situarse casi en el centro. Esta

última posición da lugar a los partidos llamados de centro que tratan de alejarse por

igual de los extremos de la izquierda y la derecha. Roosevelt, como es sabido,

acostumbra a situarse políticamente diciendo que estaba un poco hacia la izquierda del

centro.

Otra clasificación es la que divide a los partidos en reaccionarios y revolucionarios. Los

reaccionarios vendrán a ser los de la extrema derecha y los revolucionarios se

identificarían, en cierto modo, con los izquierdistas radicales. Pero esta segunda

clasificación resulta un poco imprecisa en la práctica.

Por una parte, el término reaccionario tiene cierta connotación, aun cuando en realidad

lo sea. Y, por otra, el término revolucionario ha sido un tanto prostituido, pues por

razones demagogias, muchos partidos se denominan “revolucionarios”, cuando, en

verdad, no tienen el menor propósito de realizar transformaciones revolucionarias y, en

muchos casos, son francamente reaccionarios.

También algunos clasifican los partidos en radicales y moderados. Y hay la idea popular

de que un partido radical es un partido revolucionario o de extrema izquierda. Pero no

necesariamente es así. Puede haber radicalismo revolucionario y reaccionario de

derecha y de izquierda Radical es simplemente quien propone una solución política

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extremista. Pero en la práctica, el concepto de radicar también ha sido un tanto

desfigurado; y así nos encontramos con partidos que llamándose radicales, distan

mucho de ser extremistas.

2) El número adecuado de partidos


Panamá tiene un sistema político multipartidario. Aunque algunas veces han existido

tradicionalmente dos fuerzas políticas que han controlado una mayoría en el

parlamento, los partidos se ven en la necesidad de formar coaliciones para gobernar. Al

año 2022, están registrados en el Tribunal Electoral 9 partidos políticos legalmente

constituido:

 Partido Revolucionario democrático

 Partido Popular

 Partido Molirena

 Partido cambio democrático

 Partido alianza

 Partido realizando metas

 Partido político alternativa independiente social- PAIS

 Partido movimiento otro camino

 Partido panameñista

Si bien es cierto como se ha dicho que la democracia debe ser un Gobierno de partidos

sin embargo no se ha mencionado cuántos debe haber en un país. Y cuando se habla de

partidos en términos plurales nos indica que hay más de uno la pregunta es cuántos

debieran ser.

Realizar una aproximación al tema de los partidos políticos implica reflexionar sobre la

importancia que revisten estas instituciones en el desarrollo de la democracia.

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La definición más universalmente aceptada de partidos políticos es la de instituciones

encargadas de agrupar las preferencias política de una sociedad para construir el interés

generar mediante los cuales se decide qué políticas públicas deben efectuarse para

garantizar la convivencia pacífica y el progreso social.

La función de los partidos, por lo tanto, es transformar las distintas preferencias de los

ciudadanos en plataforma programática donde las diferentes dimensiones de lo público

se agrupan y se traten en forma más o menos coherente. En este proceso los partidos

reducen las dimensiones de la decisión colectivas a una dimensión izquierda a derecha,

facilitando que las decisiones sean transitivas y por tanto estables. En dicho proceso los

partidos políticos apelan a la ideología universal e imaginaria colectivos en el proceso

de representación y construcción del interés general.

Según algunos autores el mejor sistema es el de dos partidos, Pero en este caso no sería

en nada democrático en algunos países el sistema bipartidista resulta el mejor para

mantener un estado de cosas, como parece ser el caso de los Estados Unidos de

Norteamérica y en cierto modo el de Inglaterra, pero no significa que funcionen bien

aquella democracia donde solo existan dos partidos.

Muchos partidos serían perjudiciales si estos no obedecen a diferencias doctrinarias sino

más bien a intereses personalistas, lo mejor sería tener un número reducido pero que

recojan las grandes corrientes ideológicas los principales intereses existente de un país.

Las ideologías políticas ofrecen algún programa político cultural para un cierto orden

social una ideología política se ocupa mucho de cómo el poder debería asignarse y a

cuáles fines debería concertar.

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IV. EL SUFRAGIO

El término “sufragio” proviene etimológicamente de la voz latina suffragium, que

significa apoyo o auxilio, y se define como: El sistema electoral para la provisión de

cargos. Este surgió, a raíz de la falta de igualdad; provocada por la falta de propiedad,

ingresos, capacidad impositiva, educación, religión, sexo u orientación política.

Históricamente, numerosos colectivos fueron excluidos del derecho a votar por muchas

razones: unas veces porque sus miembros eran súbditos de reyes feudales y no se les

consideraba hombres libres; otras veces porque la exclusión de la votación dependía de

una política explícita claramente establecida en las leyes electorales. En unas ocasiones

el derecho a votar excluía a grupos que no cumplían ciertas condiciones (exclusión de

analfabetos, impuestos de capitación, etc.); en otras ocasiones a un grupo se le permitió

votar, pero el sistema electoral o las instituciones del gobierno fueron diseñadas a

propósito para darles menos influencia que otros grupos más favorecidos. Por estas

razones se consideran que algunos países en la antigüedad no existían la legitimidad

política, ya que, los derechos de elegir y ser elegidos no existían para ciertos grupos

sociales. Con la evolución del Estado y la creación de los partidos políticos, se

implementó un régimen electoral llamado el sufragio; este viene a ser un régimen

electoral que fue establecido para la provisión de ciertos cargos políticos.

El sufragio abarca el activo, donde se determina quiénes tienen derecho al voto (uso

más común); y el pasivo, que se refiere a quiénes y en qué condiciones tienen derecho a

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ser elegidos. También puede ser directo e indirecto. Es directo cuando los ciudadanos

votan directamente por las personas que han de ocupar los puestos públicos del caso, y

es indirecto; cuando el ciudadano vota por electores que luego se reúnen para escoger

ellos a los funcionarios objeto de la elección. Se habla así mismo, de sufragio universal

y de sufragio restringido. Es universal aquel en que pueden votar todos o casi todos los

ciudadanos, sin diferencia de preparación, clase social, fortuna o sexo. Y es restringido

aquel en que se reserva el voto para los ciudadanos que reúnen ciertas condiciones.

El sufragio se clasifica en: sufragio secreto y sufragio no secreto. El sufragio secreto es

aquel en que se toman todas las precauciones para que sólo el volante sepa por quién

depositó su voto. Y el sufragio no secreto, ya sea cuando es público o bien cuando no se

toman todas las medidas para asegurar la emisión absolutamente secreta del sufragio.

Se habla, también, de voto igualitario o igual. Se trata en este caso del tipo de sufragio

en que todos los votos tienen el mismo valor e importancia.

En nuestro país, como en la mayoría de los Estados democráticos, el sufragio es

universal, directo, igualitario y secreto. Sin embargo, estas condiciones son violadas a

nivel mundial ya que la corrupción se ha tomado el sufragio, atentando contra la

democracia a lo largo del tiempo.

El concepto de democracia vive momentos difíciles que tienen que ver con las malas

prácticas, la corrupción y el condicionamiento de la decisión pública por fuerzas

incontroladas que obedecen al nuevo orden (o más bien, desorden) económico global.

De manera gráfica y deliberadamente exagerada, una vez perdida la verdadera libertad

de decidir, los políticos tienden a asemejarse a lo que serían las marionetas movidas por

su propia vanidad. En efecto, para hablar de democracia y de elecciones libres se

necesitan opciones políticas identificables como tales y candidatos que representen

opciones ideológicas diferenciadas. Las elecciones suponen, si se nos permite la

limpieza, posibilidad de elegir entre alternativas ciertas.

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El objeto principal de este análisis es abordar, que el elemento esencial a la hora de

afrontar los problemas del derecho de sufragio no es otro que la existencia de un

régimen de opinión pública libre. Dicho régimen implica, desde luego, la existencia de

prensa libre y de ciudadanos con una mínima formación en principios y valores

constitucionales que les permitan tomar conciencia del sentido y de la trascendencia

que encierra el ejercicio del derecho de sufragio o voto.

En base a todo lo expuesto, podemos manifestar que; el derecho de sufragio es el

elemento arquitectural básico de la cláusula constitucional de un Estado democrático.

Sin embargo, es un derecho subjetivo y también una pieza clave del Estado

democrático, en la medida en que, sin elecciones y sin derecho de sufragio, no es posible

la renovación y la continuidad del sistema institucional sobre el que descansa la

democracia.

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DIFERENCIAS EN LAS CARATERÍSTICAS

POLÍTICA DE PANAMÁ Y VENEZUELA.

ELEMENTOS DEL ESTADO PANAMEÑO: ELEMENTOS DEL ESTADO


VENEZOLANO:
1. Gobierno
2. Pueblo 1) posee gobierno (poder político)
3. Territorio 2) tiene un pueblo (como nación)
4. soberanía 3) ostenta territorio
4) son soberanos
FORMA DE GOBIERNO EN PANAMÁ:
FORMA DE GOBIERNO EN
1. REPÚBLICA
VENEZUELA:
2. ESTADO UNITARIO
1. PRESIDENCIALIMO
3. PRESIDENCIALISMO
2. REPÚBLICA FEDERAL
4. REPÚBLICA CONSTITUCIONAL

LOS ÓRGANOS QUE EJERCEN SU


LOS ÓRGANOS QUE EJERCEN SU
ESTADO SON 3: ESTADO SON 5:
1. Legislativo (Asamblea Nacional de 1. Poder Ejecutivo presidencial.
Panamá), 2. Poder Legislativo.
2. Ejecutivo (presidente de la República y
Consejo de Gabinete) 3. Poder Judicial.
3. Judicial (Corte Suprema de Justicia). 4. Poder Ciudadano.

los cuales actúan, limitada y 5. Poder Electoral.


separadamente, pero en armónica
colaboración. QUE TIPO DE DEMOCRACIA SE
PRACTICA EN VENEZUELA
QUE TIPO DE DEMOCRACIA SE
PRACTICA EN PANAMÁ La República Bolivariana de Venezuela es
un Estado Federal descentralizado en los
Nación. El presidente de la República al ser la
términos consagrados en pág. esta22
cabeza del Ejecutivo es a quien le corresponde
Constitución, y se rige por los principios
la administración central del estado. Su
de integridad territorial, cooperación,
Gobierno es unitario, republicano, democrático
solidaridad, concurrencia y
y representativo.
CONCLUSIÓN.

El mundo está poblado por miles de millones de habitantes, cada uno con diferente

manera de pensar, cual huellas dactilares, imposible de hallar uno igual que otro. Si

cada uno de nosotros tuviéramos la oportunidad de ser elegido gobernantes de nuestro

país, nuestras acciones estarían motivadas a regirnos por los que nos dice nuestra

Constitución Política de Panamá para servir al país al pueblo y a la patria.

El hecho de adoptar una u otra forma de gobierno no implica tener que gobernar con

"injusticia", aunque es sabido que visto de diversas perspectivas la justicia es distinta

para cada ser humano.

Sin embargo, existen parámetros que nos orientan a fin de ser lo "más justos posibles",

esto es ser elegidos de manera imparcial, sin manipuleos, sin discriminación.

Instintivamente reconocemos que la "democracia" es la forma de gobernar.

Una de las características de los derechos humanos es la progresividad esperemos que a

medida que nos desarrollemos como seres humanos se desarrollen también formas de

gobierno adecuadas y convenientes para beneficio de todos los panameños.

pág. 23
Vivimos en un país Democrático, donde creemos y confiamos que si hace alguna

reforma (ya que hay puntos exactos que se deberían de hacer cambios), de nuestra carta

magna es para el beneficio de nuestra población.

INFOGRAFÍA.

 https://diccionario.cear-euskadi.org/ciudadania/#:~:text=Por%20tanto%2C%20la

%20ciudadan%C3%ADa%20se,en%20los%20asuntos%20del%20Estado.

 https://core.ac.uk/download/pdf/162564792.pdf

 https://www.google.com/search?

q=que+forma+de+estado+tiene+venezuela&sca_esv=572370827&bih=646&biw=13

18&hl=es&sxsrf=AM9HkKnPDjDtY5AjclyTDAtmE0QBtlEzzQ

%3A1696983660458&ei=bOolZau7G5PV5NoPmNiN2AY&oq=que+forma+de+esta

do+tiene+&gs_lp=Egxnd3Mtd2l6LXNlcnAiGnF1ZSBmb3JtYSBkZSBlc3RhZG8gd

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pág. 24
BIBLIOGRAFÍA

 Constitución Política de la República de Panamá.

 Libro Principios de Ciencias Políticas autor César A Quintero.

pág. 25

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