Está en la página 1de 9

f

t'
1
12 Mario Heler

rias elucubraciones. Por el contrario, como la vida humana, inevitaM l. ¿Ciencia y ética?
blemente relacional, es el resultado del vínculo con mis compañeros
de ruta. Debo por ende agradecer a todos los que contribuyen de dis­
tintos modos a elaborar mis pensamientos y a redactar mis escritos,
donde se reflejan nuestros diálogos e interacciones, y los continúan,
a la vez que extienden el círculo de relaciones. En este momento se
extiende al nuevo grupo docente que trabajará con este libro, gene­
rándonos el desafío de potenciarnos mutuamente.
Dedico este libro a Miguel Lezcano Barrios, él sabe por qué, y
quizá también lo sepan a su manera dos bellísimas y entrañables
gatas siamesas: Filomena -que desde hace un tiempo se ha vuelto
menos insociable- e Isis -la más jovencita-.
1. El problema
MARIOHELER
Buenos Aires, marzo de 2004 La vinculación entre la ciencia y la ética se nos presenta hoy como
un problema.
Las innovaciones científico-tecnológicas afectan profundamente
nuestras formas de vida y la organización social. Nos sumergen en
una actualidad donde lo viejo aún no se ha disipado y lo nuevo no
termina de definirse, cuando irrumpe una nueva innovación. Inmer­
sos en estos cambios, en plena transición, buscamos pautas que nos
guíen en este presente confllso frente a un futuro incierto y vivido
como amenazante. Podemos asociar esta búsqueda de pautas, de
orientaciones, con las demandas éticas que circulan en nuestra socie­
dad. Nuestra actualidad necesita afrontar las transformaciones so­
ciales, impulsadas hoy por las innovaciones tecnológicas de la infor­
mática y la comunicación, la biotecnología y los nuevos materiales 1
con el trasfondo de nuestra precaria situación ecológica (motivada
por las enormes posibilidades abiertas por los resultados que la cien­
cia nos brinda desde los inicios de la modernidad).
Por un.lado, una ·asentada tradición establece que la ciencia con­
siste eÜ la búsqueda del conocimiento por el conocimiento mismo, en
una búsqueda desinteresada que se rige por un único valor: la ver­
dad. Para la concepción predominante de la ciencia, las cuestiones
éticas surgen cuando los conoc;imientos científicos son aplicados en la
sociedad. Pero tales aplicaciones responderían a decisiones ajenas al
ámbito científico: serían tomadas por los "decielidores",los detenta­
dores del poder (politico, militar, económico), quienes determinan los
usos sociales de los conocimientos que la ciencia ha producido. Y se­
rían esos usos los que provocarían los perjuicios que a su vez generan
las demandas éticas que atraviesan nuestra sociedad. Por consiguien-
[ 13 ]
14 Mario Heler
r
i~-
~~ (fiencla y ética? 15

te, sostiene la concepción oficial qt1e ni la ciencia ni los científicos de nuestra moral por efecto del desgaste generado por la inadecua­
poseen responsabilidad alguna en tales perjuicios porque no son los ción de sus mandatos y por nuestros incumplimientos .
encargados de tomar las decisiones acerca del uso social de los avan­
Por un lado la declaración de la falta de incumbencia de la ética
ces científicos. en la actividad,científica; la declaración ele la neutralidad ética de la
Es que la actividad científica produce co11ocimientos que son ins­
ciencia. Por el otro, las actuales dificultades en nuestra relación con
trumentos, y así como el instrumento martillo puede ser utilizado la ética, la vivencia de la crisis de nuestro ethos .
para fines positivos (la construcción de un mueble, por ejemplo) o para
Pero aquella neutralidad puede ser cuestionada y por tanto com­
fines negativos (la violencia contra otro ser humano), las buenas o batida, y la crisis de nuestro ethos no obtura la posibilidad de re­
malas consecuencias de ese uso no califican al instrumento ni como
flexionar sobre la relación entre la ética y la tecnociencia.
bueno ni como malo, sea el martillo o el conocimiento científico. La
La tecnociencia3 constituye una actividad social éntré otras y en
utilización de un instrumento trae consecuencias benéficas o perju­ interacción con ellas, una actividad que contribuye decididamente
d1ciales 1 y la responsabilidad por esas consecuencias les correspon­ en la transformación de nuestro mundo ) afectando nuestra convi­
dería a quienes t9n1an la de_cisión de utilizarlo. El instrumento en­ vencia, nuestra manera de ser y de conducirnos. ¿Pued.e: la ética no
tonces no sería nr bueno ni n1alo, tampoco se le podría atribuir res­ poseer incumbencia en la actividad científica? En otras.palabras, si
ponsabilidad por consecuencias indeseables, sino que las aplicacio­ la dimensión ética atraviesa todas las prácticas sociales -pues en
nes de los conocimientos científicos serían las que resultan buenas o todas ellas hay interacciones, hay convivencia, y el problema ético
malas., y la responsabilidad no recaería en el productor del instru­ concierne a la convivencia entre los seres humanos-, ¿puede la acti·
mento sino en qui-en tuviese el poder para hacer que se aplique. 1 vidad tecnocientífi.ca. estar 'exenta de este atrauesamiento?, es decir,
Por otro la.do , hny las dPn1anlias de éticas provocan en nosotros ¿puedP desentenderse de laf. relaciones sociales en las que estd in mer·
una actitud incrédula y recelosa, básicamente de desconfianza: sos­ _
sa y que la constituyen corno actividad social y excluir tas cuestiones
pechamos hipocresía, intentos de manipulación enmascarados tras
éticas de su campo de preocupaciones y ocupaciones ?
la declaración de grandes ideales . Esta actitud no impide sin embar­ Y si aquella neutralidad puede ser cuestionada, la crisis de nuestro
go nuestros reclamos por el respeto y el reconocimiento recíprocos
ethos hace n1ás perentoria la exigencia de ética,4 de una reflexión críti·
entre los miembros de una sociedad lo más justa posible. Es que las ca sobre hechos y procesos de nuestras circunstancias que se tratan de
innovaciones y los cambios de nuestra actualidad hacen tambalear
nuestras ahora "viejas" pautas de comportamiento, nuestros modos
de conducirnos hasta "ayer" y también nuestra maneras de ser. Po­ íntimo, lo endógeno, aquello de donde se sale y adOnde se vuelve, o, bien aquello de
nen en crisis nuestro ethos. 2 Presenciamos así el desmoronamiento donde salen los propios actos, la fuente de tales actos"; R. Maliandi, Etica: conceptos Y
problemas, Buenos i\ires, Biblos, 1991, p. 14.
3. La expresión "tccnociencia" alude a la unidad e integración de la ciencia Y la tecno­
l. Enrique 1'lari llama a esta forn1a de entender la neutralidad de la ciencia el niodelo logía. Pero esta unidad e integración no es reconocida por la historia oficial sin recelo,
de la "ciencia. martillo". Véase E.E. í\1arí, "Ciencia y ética. El modelo de la ciencia remitiendo a la diferenciación entre ambas: "El objetivo de la ciencia es el progreso del
martillo", en Doxa, N" 10, 1991. conocimiento, mientras que la tecnología tiene por objetivo la transformación de la
2. La palabra griegas ethos se utiliza para referirse al lugar donde estamos "en casa" realidad dada"; J. Ladriere, El reto de la racionalidad, Salamanca, Sígueme-Unesco,
(por haber sido socializados allí) y al n1ismo tiempo refiere a la manera de ser y al 1977, p. 52. Veremos luego por qué es válido hablar de "tecnociencia". De cualquier
modo de conducirse de los miembros del ethos. Connota la dimensión social e indivi­ manera, esta expresión y "ciencia" serán utilizadas como sillónimos.
dual de la existencia humana. "En el lenguaje filosófico general, se usa hoy «ethos" 4. Él uso de los términos "moral" y "ética" suele diferenciarse, y al mismo tiempo,
para a,ludir al conjunto de actitudes, convicciones, creencias morales y formas de con­ confundirse. Si vemos las definiciones, nos encontramos con distintos significados,
ducta, ya sea de una persona individual o de un grupo social, o étnico, etc. [. ..J El ethos más o menos arbitrarios, en vinculación con ciertas tradiciones. Por un lado, "moral"
es un fenómeno cultural (el fenómeno de la moralidad), que no suele estar ausente en alude a hábitos y costumbres, a normas, valores e ideales que de hecho rigen a un
ninguna cultura. Es [. .. J la facticidad normativa que acompaña ineludiblemente a la grupo concreto de hon1bres y ·mujeres, que están vigentes en un grupo o en una socie­
vida human�. [. .. ] El ethos tenía en el griego clásico una acepción más antigua, equiva­ dad. La vigencia remite a lo que de he hecho se considera válido. En cambio, la "ética",
lente a «vivienda», «morada», «sede», «lugar donde se habita». [... J Esta significación refiere a la reflexión sobre la n1oral, pa1·a revisar su validez, esto es, no si de hecho en
no es totalmente extrafia a la otra: ambas tienen en común la alusión a lo propio, lo un grupo se debe hacer tal o cual cosa, sino si se debe hacerlo aun cuando no sea lo que
está vigente . .Por eso, se suele identificar ética con filosofia nioral, en cuanto reflexión


.. ¿Ciencia .y ética? 17
16 Mario Heler

in1poner como un orden de cosas aceptable, y hasta incuestionable, El surgimiento y la consolidación de la ciencia moderna está es­
simplemente por haber acaecido o por estar aconteciendo (el petróleo trechamente vinculado con el desarrollo de la sociedad moderna a
se ter1ninará en algunas décadas, los ríos y las napas de agua se conta­ partir del medioevo. Las ciudades resurgieron alrededor del siglo XI.
minan, hay especies animales en extinción, los vegetales que come­ A partir de allí, podemos rastrear el origen de los bllrgos (mercados)
mos ahora son transgénícos, una economía sana no tiene restricciones donde comienzan a desarrollarse formas de vida que paulatinamen�
a las importaciones, la vida debe ser prolongada artificialmente, el
,;_
te acrecientan su importancia en el orden feudal, sin tener un espa­
trabajo, precario y flexible; el incumplimiento de la norma, lo normal; cio legitimado y, sobre todo ) yendo en contra de prescripciones me­
la exclusión y la marginación, irremediable y en aumento; la desleal­ dievales (el ''justo precio" condena los intercambios en el mercado
i
tad y el engaño, rasgos de las relaciones humanas; la ganancia, lo úni­ pues caen bajo el pecado de la usura, sancionable por la autoridad
J
co valioso; la necesidad de consumir... ; etcétera). terrenal, el rey).
En los siglos 1.v y XVI, época del Renacimiento l un período inter­
t
He aquí entonces el problema: la relación entre ética .Y ciencia,. o
1
1
bien ¿qué lugar tiene la étzca en las prácticas cicntífiCas ( medio Y de transición entre Ju Edad Media y la m odernidad), no pue­
1· La forma d e abórdar n�estro problema 1 e n u n primer rnomento i den pasar ya desapercibidas las transformaciones provocadas por las
con sistirá en la revisión crítica de esta concepción predominante de prácticas de los burgueses en toda la .sociedad. Y éstos comenzarán a
1
! ciencia, la versión oficial, que nos permita, en un segundo momento, operar para lograr un espacio social legítimo y provocarán más cam­
pensar en el lugar de la ética en la actividad científica. Pero antes bios sociales, que a su vez dan inicio a la época moderna, inicio que es
con textualicemos históricamente la ciencia y reconstruyamos la con­ habitual situar en el siglo XVII. Los cambios subsiguientes hasta lle­
cepción hegemónica de ciencia . gar a nu estros días han estado en consonancia con el desarrollo de
las relaciones de producción capitalü,ta. sin ahorrar enfrentam ie11-
tos y revoluciones. Recién al finalizar el .siglo pasado comienza a ha­
2. la ciencia en la modernidad blarse de una nueva época, la pos1n oderna, sin que haya acuerdos al
respecto.
Cuando hablamos de ciencia nioderna nos referin1os a una forma Caractericemos a la rnodernidad con al gunos de sus rasgos dis­
de saber que comienza a manifestarse durante el Renacimiento, en tintivos.
las postrimerías de la Edad Media, y que llega a ser la forma distin­ En primer lugar, la secularización es. un factor generalmente reco­
tiva de conocimiento en la Edad Moderna y se consolida como tal en nocido como fundamental. La sociedad medieval estaba preocupada
el siglo XVIII, con las elaboraciones de la física newtoniana. Esa nue­ por la salvación del alma: importaba entonces la eternidad y no el
va forma de saber continúa desarrollándose hasta nuestros días, y se tiempo (el siglo, lo secular) en que les tocaba habitar este valle de lá­
ha logrado erigir en el único modo racional de conocimiento. grimas. El rey se dedicaba a organizar la vida temporal, pero bajo las
directivas de la Iglesia, que cuidaba que el orden secular, terrenal, se
conformara a la voluntad divina, en aras de la salvación eterna. Las
nuevas prácticas sociales de mercado, las que darán lugar al capitalis­
o conceptualización de la moral. Por otra parte, "moral" connota la conciencia moral
mo, necesitan para desarrollarse una nueva visión de la realidad, pro­
individual, en tanto que a "étíca" se le atribuye carácter social. En lo que aquí impar�
ta, con la modernidad no sólo se trata de cumplir con nuestros deberes sino que ade­ poner otro orden de cosas, donde tengan cabida y legitimidad, y para
ello requieren un orden basado en esteniundo (seguir ocupándose de
"'._., ...
mas debemos establecer por nosotros mismos cuáles son esos deberes, cuáles son las
obligaciones genuinas, ya que en ello se juega el ideal moderno de la autononiia (de la vida eterna reconduciría nuevamente al viejo orden).
"autos" y "nonios" -ley- en griego, significa darse a sí mismo -autos- la ley, autodeter­ La modernidad inaugura entonces la preocupació11 Pºf este ip.uIJ).
minarse) . Por consiguiente, la refiexión ética es una obligació n del ethos moderno, en
tanto no se trata sólo de acatar el mandato vigente sino de reflexionar críticamente
do, por el tiempo; por la actualidad,' y deja a cada ünci o'ciip.arsé de su
para determinar por nosotros mismos, autónomamente, si esos mandatos de nuestro
ethos deben ser así, si son válidos. En tanto que las "demandas éticas" no reclaman un
mero cumplimiento dé obligaciones sino que exigen poner en práctica la ética: revisar
críticamente nuestro ethos, los mandatos vigentes, para poder construir entre todos 5. Véase M. Foucault, "¿Qué es la Ilustración?", en Saber y verdad, Madrid, La Pique­
pautas sociales de comportamiento válidas, pautas compartidas y abiertas a la crítica. ta, 1985. pp. 197-207.
¿Ciencia y ética? 19
18 Mario Heler

dfi\p c¡11g.,:rJ s,11je,tg '.1P .•c.11o.mp·=l�.·'i,m,p>iP�!. P"�ÍYB ?'.,t'J�fJ:l!l,.\J,.'lI12:ft;pte.·


salvación, de s,.1;t.- ·1_'�1ación .con: _la r.eligión; La cuestión central pasa a
ser entónces '1a-·ál'iiOco-n·sel;ViiCió1i:"la preservació11 en el ser a través
.
obj�to, l;'or el contrari.o,. es el su1eto el que constituyear obJeto. Hay .
-·4 a· ·f
coO:cepto porque el sujeto ba organizado los datos sensoriales a par­
del tien1po. Cada individuo necesita ganarse la vida, e11contrar el
modo e11 que obtendrá su sustento, su supervivencia, pero también tir de sus modos de pensar (de sus categorías). 8 Se habla entonces de
la posición predoniinante del sujeto en los mode�os, de un "giro co­
cómo brindará un sentido a su existencia en este mundo ( una vez que
ya no es obligatoria la referencia a la salvación en el otro mundo pernicano" en la concepción del conocimiento (pues así como la visión
después de la muerte). Se concibe entonces un proceso a través del heliocéntrica de Copérnico supone trasladar el centro de la Tierra al
Sol, en el conocimiento se pasa de la centralidad del objeto, a la del
cual se instala en nuestra cotidianidad (en las instituciones y en la
cultura) la preocupación por este mundo, por este tiempo, sin refe­ sujeto).
rencia a instancias divinas: el proceso de sepularización}
En segundo lugar,Jos C'1ll1Pios afectan también la m anera en que ...-:-:
se concibe la relación del hombre 'é:on el mundo. Por un ludo, en el Visión clásica (antigua y medieval)
medioevo, reton1 ando a Aristótele�, se piensa que el hombre tiene
capacidad de conocer porque es ca:paz de reflejar el mundo, actúa Coincidencia: VERDAD

t . +
CD ...-..,"'"':::: s : : :j: : : : :: ::: : : : : o
como un espejo (speculum, en latín, y de allí, "especular" en castella­
no). Pero refleja la realidad quedándose con su imagen, con su con­
cepto; y entonces, ha conbcido. En la relación sujeto-objeto, es el obje­
to el que ocupa un lugar principal. porque sin él no habría imagen­ Visión moderna
concepto y, por tanto, tan1poco conocimiE•nto, en ca mbio el sujeto es
pasivo por ser receptivo. La posición fundamental del objeto es 8oste­
nida en general por los medievalistas. ··••· ·•··•·· ·••··•··• ·•·•·
Los modernos ( a partir de Descarte:.::;6 y luego con Kant)7 sosten-
s ~ o datos sensoriales

6, René Descartes fCartesiu. s, en latínl (1596-1650): Filósofo francés, punto de par_tida S: sujeto; O: objeto; !: imagen-concepto; -: actividad de constitución de! objeto por el
sujeto.
de !a filosofia moderna, iniciador del racionalismo y de la filosofía moderna de la cori­
ciencia. El núcleo de la filosofía cartesiana es el estudio del fundamento en que se
basa el conocimiento humano, h_a:5:�P...e_l puntoJtue A� puede .de<!if_ ��e,.�?n é\ a;g�ece 1�
epistemología o teoría del conoCiiili"e"ñfo �omo· te:m,t.&}if_trar'ae-ia)i�o:5ofi:a,�modt;-rri:a)
Descartes se inspira en las matemáticas para desarrollar un método que aporte certe­
za al espíritu humano en todas las cuestiones. Tendrá por ciertas· sólo aquellas ideas
que se ofrezcan claras (ciertamente presentes a la conciencia) y distintas tbien anali­ ri). es necesario tener conochnientos que no provengan de la experiencia (conocinlien­
zadas) a la consideración de la mente. En re_sumen, la duda I1e1,ra a una primera ver­ to � priori): "Aunque todo nuestro conocimiento empiece con la e.xperiencia, no por eso
dad.: "Pié.n�o, por tanto �xi�f.?�·(cogitoi ..ergó su,n), ya: q�i:i· Styo
··. .. .:· .:dudo, si pi'ellSO.'.(c_ógitbJ. procede todo él de la experiencia". Sólo así el conocimiento empírico p uede tener aque­
. . :..
no plled.O peñS�qüe·yó"üO'�XlStá:�1\rpartir de esta l}riméra certeza'. recupera la idea de
.;_: ·. .......
llas condiciones que exige el verdadero conocimiento (universalidad y necesidad) y
~~ ~

Dios conio iafalltía' dé la \•érd3.d, i)ára luego afirmar que sólo existe sustancia pensan­ que la sola experiencia no puede otorgar. Esto equiVale a un cambio de método; al
te y sustancia extensa, y que el hombre es la vez ambas cosas. afirn1ar que no es el entendinliento el que se deja gobernar por los objetos, sino que
7. Immanuel Kant (1724-.1 894): Nació en Ki:inigsberg':tPruSi�'orieÍl.tal entonléS·Y,·:en la ·' son éstos los que se someten a las leyes del conocimiento impuestas por el entendi-
actu.alíd�:d1 provincia· _rusa){Su siste·ma filosófico recibe" el nombre gener.il de criticis- 1niento humano establece un "giro copernicano", una perspectiva radicalmente nueva.
1no o filosofí¿ ériticit y se halla expuesto, sobre todo,.en las tres obras fundamentales 8. Cate,f.¡orías: modos generales de pensar la realidad. Están supuestos en las teoriza�
Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica Y. Crítica deljuicio. En Kant, a ciones de la realidad. Por ejemplo, para Aristóteles, toda la realidad puede pensarse
priori significa independieÚte de la experiencia, y por eso universal y necesario; a con dos categorías: sustancia y accidente; lo que existe o bien es una cosa o bien es una
posteriori , dependiente de la experiencia y, en consecuencia, particular y contingente; propiedad, atributo o accidente de una cosa, Sustancia: mesa; accidentes: de madera,
en tanto que trascendental es aquello que es condición de posibilidad a priori del cono­ i
circular, perteneciente a Fulanito, cubierta por un mantel, etcétera.
cimiento. Kant determina que, para entender la experiencia (conocimiento a posterio· l
l
¡ •


20 Mario He!E?r -¿Ciencia y ética? 21

�,�;· t,.;i . .!:�/


::�
.......�. on este cambio se modifica la concepción
Claro que
.J.
importandlól ele! inc;911sciente enJa vid'\ humana (Freud)" · cuestiona-;
'··,···. de ve_r,:dad. ·
D E. r
7
,,
~

verd'\p. �� entiende .........., desde la antigüedad clásica co'!!o adecuación o


.
.¡ rá el gobierno racional de la conducta. '
éoiñ�ideíiéi; entrii'é!obJeto conocido y Ía imageií-coiicepfoi Pero con Sin embargo, rec reando esa i má�fJn teológica, la·.moder,.iida � t:;ons�'
la revolución copernicana tal coincidencia pierde sentido: la activi­ tituye su 1:ropi?. .i.n�{J�(nf!1.�i1,_ ._f?�f�:ti:f;l<!'.��-·,�.11,.. !tf.8: :P?�.fclf{lfiJ�<ji§�;;qU:f..J_9 )
dad de conocimiento del sujeto construye el ol\jeto, o lo constituye. Es razón bfíndd (ll hómbre ·ae c'onStrfjif- ZJ,ri Ínuh (io a·_su· nÍédidÓ,� ....é(/ii'úlr,i.'
tiénd ... ·art[fice de. su propio
..... ?se ·en destinp. $!' confq pna ¡,sí elide'll . (l�,·
un resultado del proceso de conocimiento y no es factible entonces
\¡?
• '\. !Y<I ..._. ......

compararlú co11 la "realidad" del objeto, si su "realidad" há sido cons­ utopía).cle !'l cpn§trucció'} de 1
. 1n PatfLÍS9 '.l'e r,:�naient�ndiJ() ¿!'IBQ
~

··•¡t.; ., __...__ . .,
Reino de)a Libertad, sin soinetimiento ala necesidad ni ; !� ti�'a�i�
~1'o

tituida por la razón. Sin em bargo, no se trata de una construcción


..... ..._ of

arbitraria del sujeto, ni una renuncia a la universalidad y necesarie­ so,i¡;,l, y construido en este mundo por el trabajo de generaciones de
dad de los conocin1ientos. indiyid11os:
... _. En tercer lugar, �)t� cambio en la conc�pción _del conocimiento se
vincula ccm la actiti1d del hombre frente al mundo. Para los antiguos
5 · En quinto lugar, si el hombre puede crearse a sí mismo, forjándo-
se un destino� a diferencia de las sociedades estamentales basadas
y medievales, e] inundo era u:n kos1nos, u11 todo ordenado, bello y en la herencia -en el lugar de nacimiento- de la Edad Media, es por­' .
bueno, y la actividad más excelsa era dedicarse a contemplarlo (de­ que la modernidad postula la libertad y la igualdad de todoslos hom­
jar que ese orden, esa belleza y esa bondad, se refl�jaran en el alma).9 bres. No establece en los hechos esa igualdad y libertad, sino que sólo
Por tanto, valoraban la vida contemplativa por sobre todas las cosas. la postula; postula un ideal que exige realización. Pero con ello, y en
En cambio 1 los 1nodernos tcnnan para sí -secularizándola- la idea consonancia con el desarrollo del capitalismo, abre la posibilidad de
cristlana dél ho1nbre creado u iinagen y se1nejanza de Di.os, y si la la movilidad social; reconoce el derecho de cada individuo de ocupar
imagen se posee, la semejanza es la tarea humana: hacerse dios en la en la sociedad el lugar que sepa ganarse .
Tierra, enseiiorearse del ,nundo en forma sin1ilar al modo en que Dios En sexto lugar, este postulado requiere remover la idea de que el
es el Señor del un"iverso. Entonces, en la modernidad se privilegia la orden social, por ser expresión del orden divino, fuera incuestionable.
vida activa, la vida dedicada a transformar y cambiar el mundo para Con la modenúdad, se extiende la reflexividad, 12 esto• : es, r , derecho
-:. • : el ""-"'' de
adueñarse de él y ponerlo al servicio de la humanidad.
Pero, en cuarto lugar, la ünportancía que adquiere el sujeto en la
modernidad, en el conocimiento y en la acción en el mundo aca:i;rea la lL Sigmund Freud (1856-1939): l'v1 édico neurólogo, inventor del psicoallálisis. La im­
pérdida de su lugar privilegiado en el cosmos, de ese lugar que ocu­ portancia de la sexualidad como causa n1aterial de la neurosis encamina a Freud ha­
paba el ser hmnano, creado n imagen y semejanza de Dios. El hom­ cia uno de sus principales descubrimientos: el complejo de Edipo, complejo nuclear del
inconsciente que se constituye por un conflicto de sentimientos, originados por la in­
bre ya no puede ubicarse en e,! centro del universo (la Tierra ya no se tervención del padre en la relación del niño con la madre. Iniciando, de esta manera,
concibe co1no el ce11tro de la creación) y, en tanto vaya avanzando el el descubrimiento del incoru-cient1:. sus orientaciones no cesarán de evolucionar en
proceso de secularización, co1nienza a ser problemática su propia con­ una triple dirección: un procedimiento de inve$tigación de los procesos psíquicos, un
sideración bíblica como la coronación del mundo: la evolución desde método terapéutico en el tratamiento de la neurosis y una serie. de conceptos <¡ue se
el mOno ro1nperá el vínculo con la creación divina (Darwin) lº y la reivindicarán como ciencia. fr��1.. i.�terpreta que se ha:n:Pl'.oduci,d o.uttes.: hetidai..,("geÍ:'.i
.
amor propio" de la humanidad: Gé's pués· de Copérnico, que pl!SOfiii:�rfa:·�ilUsión...·:.COSID . O.::.)
lógica", asignando al hombre y a la tierra su posición relativa _én el·orde�·aer üfi1v'.rirsc{'..i
después de Darwin, que lo reinsertó en la cad.ena de los seres. :viv:os;-.destrµyendo la::-,'.
9 . Theoria en 1triego significa visióu, contemplación. ''il��.�1�. !?_i ?l�gi�_ -�;;.!. Y5'.!,?§!�2_�1;;1!!l9J,�..p..� ,!F.��-r.f�17!!!1�º- al �º- a:l}n.é�,;t-� ��. �_Í )��iqui�mo.�
esta 1dea de _una alteridad 1nterna", lo 1nconsc1ente. Revolución eh el cofa.Zón ~ ,. " . mfümo/
10. Chades Robnrt. Daru•in (1809�1882): Célebre naturalista inglés. autor de la teoría
de la evolucilin <le las especies por nelección natural. Darwin expone una . cq_nce;vción de!'_é?�!.l�liñi�-�·�.o'?,U ID.it"rl<>'·qu;, ·'rOni1:Í"itia 'túiiüact 'JII'-éUJétci·· e1í''re1a�üirtcon-sitsa¡;-�;-y
de Ju naturalm�a nada bucólica o arn16nica: la vida es lucha, por la supervivencia. Se ha 'verdad.'
con4'..su...... : : ,.!...... .

considerado que, como Nicolás Copérnico, que asestó un golpe decisivo a la soberbia 12. La capacidad de "re-flexión", y la consecuente reflexividad, está dada por el hecho
.
hun1ana que hacfat del hombre el centro del universo, :O��,.. tn. .PE?.�t��f.ª.,�-�J�J�5v;iJt�\ de que el ser humano puede volver sobre sí misma (re-) la "flexión" que podríamos
cia _Y ' �itun?�. <i_l : h om�i:� ent�e :1?�
5'':�?·�. . ��im,al-.e:�i. .Jar,, Aift;ir;.����·�·:\ t<,?n,.1:�.iP��t,9,:�!{Q$
( .
) llamar "natural" hacia las cosas del mundo. La reflexión entonces supone no sólo la
. _ . .
sOhreriatUrarSiriO früfO
clla'l�i{íí0.'sólf'd<3 ü'iúl:'ñ:alüra:leZá·-
,: : :
ae la misma evolución biolów dirección (flexión) de un sujeto que conoce un objeto, sino también la atención a la
gié:a o'i:ierant&'éú 'tbaa·1fr'i'f8.tüi:'aleza. relación entre él, sujeto, y el objeto, así como considerar sus vivencias y las operado-


22 Mario Heler . ·cai•
·Ciencia
l '•
Y etl 23

toclos a criticar, a poner e11 cuestión y _a revisar las creencias hereda] El éxito en el desempeñ.o de la tarea de la ciencia y la tecnología ¡,;
da; y vigentes én la sociedad, para llegar a co11c1usíones prg¡fü¡s :7 otorga el prestigio que hoy posee la ciencia mo¡lerna . �� [�'!.{�11{i;i
Se iÍnpone así la libertad de pensamiento como un derecho y un . ,
dad científica se p,:es.enta entonces no sólo como modelo parad1gmá,
deber, pues es la condición necesaria para que cada uno construya stt tió:f Siliéftáiñhféll -26:inü ·coriCiéCi'ó1i" supe:rfr)l' de la razón hum �� ª··
destino y dé forma a su vida según su mejor entender. Si embargo,
sólo se admite la posibilidad de pensar críticamente todo lo que se
quiera; la libertad de acción es postergada, ha�ta q11e la razón ilumi­
3. La historia oficial
ne las conductas de todos los hombres. 13
Es que - .........se
: .. :t.terné el accfopaf
·r: ,: : ·,,; ··~
·1.

tutorI,; que
..... ~-.
de esos individuos··- ..... libres e iguales, liberados de.:.-:.-t�da . La versión predon1inante de la ciencia moderna puede . im��narM
puedan deddir"por sí mismos sus formas de vidá.!4 •'
••¡ • •

se en términos de una Cenicienta reivindicada y triunfante. Como


En séptin10 Iugit.í:,"1a '!zustracL6ri-eS".precis3.íñBñte la pri.mera siste­
ella, sufrió humillación, maltrato y hostigamiento." Como ella logró
matización del proyecto moderno. Es· el movimiento que defiende _la convertirse en una reina, la reina de los saberes. Pero en su Y!ct?� ta•''
idea del progreso de la humanidad , de un progreso que se orienta ,:,.
no hav nada de másico. Fue obra de una lucha contra el saber hege, .
hacia la recuperación, en este .mundo, del Paraíso Perdido. Para ello nióni�o: la _ ciencia. ::iedie yal, (fylllla . de�p u�s a� . h'1b7,·«
r 4�s,tr9paj\49· a
recomienda el uso de la razón, con el objetivo de dominar la 1.Vatura� la rei!l3. vléjá. C�inO éll ·ei cuenfo 'sú éxito es!ari.l:l)ustificado en sus
leza, la Necesidad (a través del desarrollo de las ciencias de la natu­ méritos, y también se espera que reine haciendo sól? el bien.
raleza) y lograr la organización racional de la sociedad (mediante los La historia oficiaJ17 se enorgullece de contar el triunfo de la cien­
saberes de las ciencias sociales). Para la modernidad y con la ilustra­
cia como un combate contra sus enemigos: los dogmas, los prejuicios.
ción, primero hay que saber para poder luego actuar exir.oHamente
.
En la modernidad, la razón "ilumina" las cosas y nos permite descu­
brir en su luz las posibilidades de la transformación de la realidad y
las forn1as de concretarlas. 15. Técnica: procedim1entos parr:i controlar y <lomihar los fenónlenos. V1rn11{ogía : prQw
En la modernidad, en un: mundo que se seculariza, donde ocupa cedímientos para controb.r y donnnar !os fenónlenos con bases científicas.
una posició11 fundamental el sujeto, se valora la vida activa, en tanto 16. Recordemos las persecuciones de la Inquisición, sus torturas Y sus hogueras,. d�sM
que la pérdida del lugar central enlacr�ación divina se compensa tinadas a eliminar las disidencias, tas herejíis de tos nuevos físicos, de los alqu1m1s�
con el po�tulq._ifp_cfe lq libertad e igúaidiúldé ios individuos, que habi­ tas, de las brujas, pero también ·de todos aquellos que eran un mal ejemplo para la
sociedad (prostitutas, homosexuales, delincuentes, etcétera).
lita la reflexividad como un derecho, y se confía en el camino del
17 . En la actualidad, la acá llamada "historia oficial" de la ciencia se presenta com� _el
progreso hacia el Paraíso Terrenal, ·empleando las luces de la razón; relevo histórico de la visión whig de la historia de la. ciencia en tanto cumple la func1on
el papel que deben desempeñar las cienc_ias requiere entonces de i.ni 1 de entorpecer y obstaculizar la producción de una comprensión contextualizad� de '.ª
nuevó tfpo 4e· coriocimiento:· � cónocinii�tjt? que r'eúri.8. 'Srj.tJ.ér:. y p'p·2 t
práctica social d� la ciencia. La -histori9grafio. whiµ� es la int:rpr:tació� de �a hi�to:na
de1'. Las ciencias deben generar un conocimiento capaZ d"e prÜIOngllr­
se en el poder de transformar la realidad natural y social para cons­
!j desde el punto de vista de los ruienibros protestantes del partido liberal ingles. N� e1da
entre los historiadores ingleses whig del siglo XIX, se caracterizaba por: 1) estudiar el
~. pasado con. la niirada del presente; 2) elevar al rango de principal criterio de clasificaM
truir progresivamente entre todos un Paraíso en este mundo. ción la división entre a<1entes del progreso (v.g. , agentes que impulsaron el progreso
científico) y agentes deioscurantismo (v.g., agente$ que intentaron impedirlo); 3) re·
ducir la función de la historia a la indicación de las semejanzas entre el pasado estu­
nes que él realiza tanto coltlo las ideas y conceptos que piensa, imagina, relaciona, etc. diado y el presente vivido, y 4) explicar la pres� ncia de lo: �iver.sos ev.e��os hist?ric�s
La posibilidad de la reflexividad se encuentra en el lenguaje, y es en el medio (en y a mediante causación sin1ple. Por su parte, la aca llan1ada histona oficial de la ciencia
través) del lengua.je que existe el mundo sinibólico de los seres humanos. cumple la función de: a) reforzar la concepción lineal, continuista Y totalizad.ora ?e la
13. "Pensad todo lo que queréis, pero obedeced",.es el lema de la Ilustración. Véase I. historia de la ciencia y, en el campo general de la reflexión sobre lo que es. la cienci� ; b)
Kant, "¿Qué es la Ilustración?", en Filosofía de la historia, México, Fondo de Cultura establecer un vínculo accesorio entre el aspecto teórico y el a.specto práctico de la c1enM
Económica, 1981. cia, y c) cancelar la dimensión ética de las �rácticas ci�?tífi�s. Sob�e . la c�n�epció�
14. Véase M. Heler, lndiui4uos. Persistencias de una idea nioderna, Buenos Aires,
whig de la ciencia, véase �:\�B!trJ��IBr ,'.:�.i.}.�Jr;g;:.�!�.1�:1 !?.�t�.,�,:J�,�lS"��r�!,:·}..
. �F1 ·n:ila i � �º B
;��:Jt::.
,
de Asúa_ _ L<t ..h{Sto.ri_f:'_ �� l� éi?iú1ía:··
•t.··. f 1J � l f
\'"•1 _ -� \ _ _
rans_
f or a
n¡, �� ones, uenos fil.res,
Biblos, 2000. ceñtio·'.Jiditoi 'di:AmiriCá Lati'!lá: l9'g3; V'oL i-, ·pp'. 125'..133'." .,..,
:t;;
·"
p;
¡¡:
.!'
24 Mario Heler , . ¿Ciencia y ética? 25

la arbitrariedad,
,., el autoritarisino, el oscurantismo; en sun1a: la irra­ su conexión con los l1echos. Ju11tos y en correlación dan validez al
ci9nalidad...,,, En esta narración la razón queda del lado de la actividad conocín1iento científico.
ciBi{títYCü. La ciencia moderna es entonces un saber objetivo en dos sentidos:
Si en sus con1ienzos, entre los siglos XV y XVII, fue una her�jía y uµ · ·.) por un lado, por referir a la realidad, al objeto del conocimiento; por
sacrilegio, pudo con el tiempo convertirse en el saber capaz de ofre7 otro, porque a diferencia de un saber stibjetivo que varía con cada
cer una verdad racional. Logró luego extender su poder erigiéndose uno, es posible que cualquier sujeto racional concuerde con sus afrr­
.; en el único saber válido. Sus categorías, conceptos y procedimientos n1aciones. Es un conocimiento intersubjetiva, es válido en tanto sería
! se presentan corno garantía de verdad y objetivida.d 1 sirviendo como posible el consenso sobre su verdad : el acuerdo entre los sujetos ba­
parán1etros de evaluación para actividades teóricas y prácticas. sado en las razones que muestran su validez.
Hoy el calificativo de "científico" representa un preciado valor que En la historia oficial se reconoce además la falibilidad humana.
otorga prestigio y ganancias (piénsese en la apelación a la cientifici­ En contraposició11 con el dogmatismo de la ciencia n1edieval que to­
dad de los productos en la publicidad !. Concedemos tanto crédito a la maba sus verdades como incuestionables,. asume que nuevos elemen­
ciencia. que la actividad científica parece haber recuperado para si la tos pueden n1odiíicar los conocimientos ya adquiridos . Es un saber
incuestionabilidad del saber teológico y su capacidad de decidir acer' p rovisorio, y en cónsecuencia requiere que la investigación no se de­
ca de la validez de todo conocimiento. tenga, para seguir en la ruta del progreso.
En este estado de situación, no sería necesaria la pref,runta acerca En su peculiaridad de ser un saber de leyes, se descubre el lado
de las razones del triunfo de la ciencia . La respuesta serí� deinasiado práctico de la ciencia. Al enunciarse las relaciones invariantes entre
obvi a. No podría ser otra que la superioridad del saber científico frenb? los fen ómenos. la ciencia arlquiere un poder muy particular: el poder
a los otrot'l tipos de �abi�r. No súlu se trataría d (• una superiorülod de predicción . Si conozco qur- tal relación se- repite siempre entre de­
teórica, como forma de conocimiento, sino ta,nbién práctica : la cien­ terrniI1ados tipos de l1echos, sé qué va a ocurrir cuando se produzca
cia además es útil. Pero este segundo aspecto se nos dice que no es el esa relación: puedo decir con antelación lo que va a suceder. Tal posi­
principal . bilidad permite l a contrastación con los fenómenos mediante la expe·
La concepción hegemónica identifica. la actividad científica con la rimentación , esto es, provocando en la realidad la relación que la ley
búsqueda desinteresada de la verdad, y declara que sólo ·secundaria­ conjetura y que es de este modo puesta a prueba. En la contrastación
mente tiene utilidad. La ciencia entonces respondería esencialmente experimental se trata de hacer visible si la relación propuesta da
al afdn humano por saber. Sus potencialidades prácticas estarían cuenta de los hechos, si los explica. Para señalar su originalidad, su
supeditadas a ese afán, si bien la actualización de tales potencialida­ peculiaridad, se llamó a la ciencia moderna "ciencia experimental".
des impacta fuertemente en la vida cotidiana, sometiéndola a cons- Pero además, la capacidad de predicción hace posible actuar so·
tantes innovaciones y cambios. y :.,7,· ·>.· bre la realidad a voluntad. Capacita al hombre para intervenir en los
Se nos dice que la peculiaridad del saber científico reside en la hechos, produciendo la relación que la ley especifica, o bien evitando
búsqueda de las leyes que regulan los fenómenos; esto es, se dedica a que suceda. En un ejemplo trivial: la construcción científica de un
enunciar las relaciónes invariantes entre los mismos. Su indagación dique se realiza prediciendo la relación de fuerzas necesaria para
es metódica y sisteniática., ya que sigue procedimientos explícitos y detener la corriente de agua del río. Sabiendo que una fuerza se de­
repetibles, así como organiza los conocimientos obtenidos en teorías, tiene con otra de sentido inverso y de igual o mayor magnitud (rela­
donde éstos son integrados e interrelacionados, mostrando el funda­ ción invariante), puedo diseñar la resistencia que debe tener el dique
mento de su verdad. para cumplir con su cometido, y evitar así, v.g. , las inundaciones in­
La ciencia refiere a la realidad; no es una mera lucubración fanta­ deseables.
siosa sin correlato en los fenómenos. Por el contrario, contrasta sus La ciencia moderna, por ser un con9cimiento de leyes, proporcio­
hipótesis con los hechos, con '!a empiria (experiencia, en latín). El na el poder de predicción que habilita al hombre a enseñorearse de la
conocimiento científico se estructura sobre la base de relaciones lógiM naturaleza. Asimismo, el conocimiento de las relaciones humanas que
cas con referencias empíricas precisas. En el nivel lógico asegura la las ciencias sociales estudian debería permitir una organización ra­
consistencia y la fundamentación del conocimiento; en el empírico, cional de la sociedad .


~-
·'te .•,.,.
¡ ·,·

~'-·
{~
26 Mario Heler ~;~ '¿.Ciencia y ética? 27

La niara villa de la ciencia se enct1entra precisamente en que, pre­ Pero sin e1nbargo, aunque la ciencia provea un poder de manipu­
ocupada sólo por conocer el mund0, convierte ese conocimiento en un lación de la naturaleza que ha generado sufrimientos y destrucción
instrumento capaz de dominar los fenómenos. La ciencia de la Anti­ para los seres humanos, las calamidades y la perversión no serían en
güedad buscaba conocer el cosmos para acomodarse a su orden. La realidad resultados de la ciencia, sino producto de su mal uso. En
ciencia moderna busca también ese saber. Pero la forma en que se todo caso, serían mal usados sólo ciertos desarrollo s tecnológicos (con
propone ese saber y su modalidad. de conocimiento brindan una posi­ el palmario ejemplo de las tecnologías armamentísticas), y aun en
bilidad impensada para los griegos: hacer del mundo un lugar que
·¡
estos casos su utilización no dependería de la decisión de sus creado­
responda a los deseos de los hombres. En la modernidad , no se trata 1 res. Por lo tanto, deberemos pensar que la ciencia moderna sería ino­
de acomodarse al orden existente sino de transformar/o. ~¡ cente y carecería de responsabilidad frente a tales calamidades y per­
Todas estas cualidades de la ciencia moderna mostrarían su supe­ versiones. 20
rioridad, tanto teórica como práctica. Explicarían su triunfo por la La responsabilidad de la ciencia y de los científicos concerniría
índole del saber que produce: un saber legalista , mctódico 1 sistemáti� únic&"!lente al respeto de las exigencias de la honestidad intelectual
co, fundamentado racionalmente ( lógicamente )_y en correspondencia en la búsqueda de la verdad. Las únicas objeciones aceptables serían
con la experiencia (empírican1ente), un saber objetivo que se acepta por tanto aquellas que se dirigen contra un desempeño en el que no
como provisorio porque está en progreso, siendo además un saber se haya cumplido con las exigencias de veracidad, de lucidez, de obje­
útil socialmente por sus aplicaciones prácticas. tividad, del uso prudente de los recursos, de lealtad en la competen­
Aunque es cierto que en el desarrollo de la tecnocienciajunto a los cia, etc. 21 Tales virtudes dependerían de la observancia de las reglas
beneficios innegables que nos ha proporcionado se manifieRtan pro­ de comportamiento que exige la metodología científica (requisitos
blemas. Al '-lado luminoso,. de los avances cient1ficos tia prolongación in ternos de la producción cientifica.i.
de la vida, la seguridad y la confortabilidad que ha brindado a la Por otra parte, la ciencia sería capaz de resolver lo& a&pectos ne­
existencia humana, el alivio del dolor y la cura de enfermedades, las gativos que acompañan al progreso como resultado de la aplicación
posibilidades de comunicación y de traslados, las redes de circula­ de los conocimientos. científicos. Pero lamentablemente los avances
ción de la información, etc.) se le opone el "lado oscuro" \del que al­ científicos tendrían un tiempo de gestación que no siempre coincide
canza con nombrar la situación ecológica planetaria, incluida la nu­ con las urgencias sociales. La ciencia y la tecnología regida sin res­
clear). Los perjuicios ocasionados por las "'aplicaciones" de la ciencia tricciones por la dinámica .interna a su quehacer harían posible la
en la sociedad se presentan hoy con suma gravedad. Amenazan la
s upervivencia de la humanidad. La realización de la racionalidad
científica se ha materializado no sólo trayendo seguridad y conforta­
bilidad, sino también sufrimiento y destrucción. En esto consiste la !- 20. Tal inocencia puede matizarse si se considera la división de la actividad .científica
' ea ciencia pura. ciencia aplicada y te('nología. Esta dh·isión define tareas que avanzan
"tragedia del des arrollo", 18 esto es, en las consecuencias "no queri­ en la posibilidad de con taminarse con el juego de intereses y poderes involucrados ea
das" del progreso. Auschvátz e Hiroshima son dos contrajemplos con­ las decisiones acerca de las aplicaciones científicas. Las tareas de la ciencia. pura, que
tundentes contra la confianza y la esperanza en el progreso hacia el darían las bases del desarrollo científico, son separadas de las de la ciencia aplicada y
Reino de la Libertad viabilizado por la ciencia, en tanto patentizan la de las de la tecnología. Por la proximidad con las decisiones acerca de los usos .socia·
"dialéctica perversa" que conduce del dominio de la naturaleza al les de los resultados científicos, sólo la tecnología estaría ce.rcana a: la fatalidad de
aquella contaminación, y consecuentemente cabría adjudicarle algun grado de res·
dominio de los hombres. 19 ponsabilidad por los problemas actuales. Sin embargo, las relaciones entre las tres no
son lineales, sino que se dan interacciones y procesos de retroalimentación entre ellas.
Por ejemplo, a veces existen primero las tecnologías, los procedimientos para manipu·
lar los fenómenos, y luego se formulan la o las leyes que los justifican en un nivel
18. Véase M. Berman, Todo lo sólido se disuelve en el aire. La experiencia. de la nwder­ mayor de abstracción, otras nuevas tecnologías permiten investigaciones puras antes
nidad, Buenos Aires, Siglo Veintiuno-Catálogos, 1989. impensables, etcétera.
19. Véanse M. Horkheimer y Th. Adorno, Dialéctica de la Ilustración, Buenos Aires, 21� Véase la lista de deberes del científico propuesta por K. Popper, "Tolerancia y
Sudamericana, 1987, y M. Horkheimer, La critica de la razón instrumental, Buenos responsabilidad intelectual", en Sociedad abierta, universo abierto, Madrid, Tecnos,
Aires, Sur, 1973. 1984, pp. 155-158.


r·f' 1'!i'º""
"l
·~;.

l;
!f.,1 28 Mario Heler J~ (Ciencia y ética! 29

í:I
i..
,1
4. Algunas cuestiones
·I

n
¡
producción de los instrumentos científicos necesarios para remediar .)
e: esos males. Constituirían la herramienta racional que los seres hu­
.-]
,:·
1
manos disponen para seguir construyendo el Reino de la Libertad U na historia oficial representa la concepción hegemónica, la con­
!
; impulsand o necesarias transformaciones y al mismo tiempo resol: cepción que impregi1a nuestro imaginario social, y muchas veces opera
¡-1, vie11do los efectos adversos que se presenten. inadvertidamente. Es generahnente una apologíU, una defensa y una
Por lo tanto, las cr(ticas al desarrollo de la ciencia moderna sobre alabanza, aquí de la ciencia n1oderna. Cuenta una versión lineal de
.1 la base de tales efectos adversos serían infundadas, ya que no se la historia, donde 110 se atienden conflictos ni problemas graves. Sin
podría atribuir a la ciencia responsabilidad por ellos. Y al obstaculi­ en1bargo, quizá poda1nos señalar al 1nenos algunas cuestiones que
zar el libre avance de la Ínl}estigación científica, tales críticas sólo plantea la historia oficial de la ciencia moderna, y sobre las cuales
retardarían las soluciones. Los intentos actuales de crítica a la cien­ profundizaremos más adelante.
·;•. cia y la tecnología continuarían conspirando contra ellas como lo hi­
cieron los viejos enemigos de la ciencia y, como el diablo, poseerían el a) Puede llan1ar la atención el vínculo accesorio, y hasta casi azaroso,
don de la ubicuidad y de innumerables disfraces. 22 El triunfo de la que se establece en esta historia oficial entre el aspecto teórico y el
ciencia moderna habría sido posible gracias a la conquista (si bien práctico de la ciencia, entre la ciencia pura y la tecnología. La desco­
nuoca definitiva) de un desarrollo libre del conocimiento, sin interfe­ nexión de la actividad científica con las necesidades prácticas y los
rencias ni obstáculos. Pese a los graves perjuicios para la humanidad intereses sociales sorprende cuando el desarrollo científico m anifies­
y su planeta que acarrean ciertas aplicaciones de los resultados cien­ ta una extraordinaria producción de recursos para transformar el
tíficos, el saldo seguiría siendo favorable para la humanidad. En con­ inundo h tnn ano conforn1e a eHas necesidades y esos intereses. Ber­
secuencia, nada debería afectar su libre desarrollo. trand Russell, por ejemplo, después de caracterizar a la ciencia "en
¿Quién podría racionalmente, al mismo tiempo que disfruta de prinier luga1; co,no conoci1niento'\ tiene que reconocer que "gradual­
las contribuciones científica,s , negar la libertad de investigación que mente, sin einbargo, el aspecto de la ciencia como conocirniento es
la ciencia requiere para así continuar aun1entando ese saldo f3.vo­ desplaza.do a segundo término por el aspecto de la ciencia co1no poder
rable? manipulador", es decir, por la consideración de la "cie11cia como téc­
Tendría1nos por ende que concluir que tales objeciones y críticas nica". 24
no serían n1ás que reaccio11es retrogradadas, irracionales, que pre­ La división en ciencia pura7 a.plica.da y tecnología25 indicaría dife­
tenden anular l a herramienta más eficaz que el hombre ha desarro­ rentes tareas que hacen poRible la transfiguración del saber teórico
llado. En su absurdo, tales críticas desearían que la humanidad re­
gresara a la época de las cavernas, donde ya no habría que sufrir los
beneficios ni los supuestos perjuicios de la tecnociencia. video "Sáhato y lo$ amantes regresivos de la oscuridad" (guión y di rección: G. Balbue�
En estos términos queda encerrada la discusión acerca de la cien­ na. O. Cuervo, H. Fenoglio, L. Rayes; Buenos Aires, Taller de Pensruniento, CBC/UBA.
1995).
cia. Se dividen entonces las aguas entre los defensores de la versión
oficial y sus detractores. En la historia oficial, los segundos son cali­ 24. B. Russell. f.,a perspectiva cienli{íca., Barcelona, Ariel, 1969, p. 109 (el subrayado
'.:
me corresponde l. La "técníca" puedP. definirse cmno un saber hacer (know how), un
1 ficables de románticos imprudentes en el mejor de los casos y en el sabe 1· sobre los procedinlientos parn controlar y doniina.r las fenónwnos. En tanto, la
·f peo r, de reaccionarios irraciona]istas. 23 1 "tecnología" es una técnica que aplica conocinliento científico. Por ejemplo, las técni­
1 1 cas cotidianas para·codnar se translbnnan en tecnología cuando se trata de la indus­
! {

! tria alhnent.uria.
¡: 25. J�sta diviBión de la ciencia señala tareas y resultados diferentes. La ciencia pura
'
22. Esta analogía. con P-1 diablo nos rncuerda a un viejo contrincante: la ciencia medie­ produce teorias, leyes, explicaciones del mundo. La ciencia aplicada elabora modos de
l val regida por la téología y respaldada por el poder de la Iglesia. Recordemos que
Galileo Galih!í ( 1 569-1642) tuvo que optar entre renunciar a las primeras verdades de s
resolver problcn1as prácticos, se supone aplicando el conocimiento producido por la
ciencia pura. La tecn.ologla brinda procedimientos concretos para operar o intervenir
J
.,,: la ciencia 1noderna y la hoguera. Y tisas hogueras contra la herejía y la brujería siguie­ 'i
: en la realidnd, y a su manera aplica los desarrollos de la ciencia aplicada a situaciones
ron prendiéndose aún durante el siglo XVIII. 'l particulares. D� esta n1anera esta usual manera de dividir la actividad científica Y
1 23. Sigue siendo una buena muesti·a del estado de la discusión en la Argentina el sus productos no sólo realiza una división del trabajo sino que además establece una
11
'

)

También podría gustarte