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INTRODUCCIÓN A LA MICROBIOLOGÍA MÉDICA

En principio los microorganismos pueden subdividirse en cuatro grupos: virus, bacterias,


hongos y parásitos, dotado cada uno de ellos de su propia complejidad

VIRUS: partículas infecciosas de menor tamaño, con un diámetro generalmente


inferior a 200 nm, por lo que no puede visualizarse mediante el microscopio óptico. Los
virus contienen típicamente ADN y ARN pero no ambos. Los ácidos nucleicos víricos
necesarios para la replicación están envueltos en una cubierta de proteínas, con o sin
una cubierta de membrana lipídica. Los vírus son parásitos verdaderos, que necesitan
de las células del huésped para su replicación. Las células a las que infectan y la
respuesta del hospedador ante la infección condicionan la naturaleza de las
manifestaciones clínicas. Se han descrito más de 2.000 especies de virus, de las que
unas 650 infectan a las personas y los animales. La infección puede ocasionar una
replicación rápida y la destrucción celular, o dar lugar a una relación crónica latente en
la que puede ocurrir que la información genética del virus se integre en el genoma del
hospedador.
Por ejemplo, la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), agente
etiológico del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), puede provocar una
infección latente de los linfocitos CD4 o una replicación activa con destrucción de estas
células de gran importancia para el sistema inmunitario. Asimismo, la infección puede
propagarse a otras células susceptibles (p. ej., las células microgliales del cerebro), lo
que ocasiona la aparición de las manifestaciones neurológicas del SIDA. El virus
determina la enfermedad, que puede variar desde un resfriado común y episodios de
gastroenteritis hasta cuadros clínicos mortales como la rabia, la enfermedad de Ébola,
la viruela y el SIDA.
BACTERIAS: son microorganismos procariotas, es decir, unos microorganismos
unicelulares sencillos, sin membrana nuclear, mitocondrias, aparato de Golgi ni retículo
endoplasmático que se reproducen por división asexual. La pared celular que rodea a
las bacterias es compleja, y existen dos formas básicas: una pared celular grampositiva
con una gruesa capa de peptidoglucano y una pared celular gramnegativa con una
delgada capa de peptidoglucano, así como una membrana externa.
Para realizar una clasificación preliminar de las bacterias se utiliza su tamaño (de 1 a 20
µm o más), forma (esferas, bastoncillos, espirales) y disposición espacial (células
aisladas, en cadenas, formando cúmulos), mientras que su clasificación definitiva se
refiere a sus propiedades fenotípicas y genotípicas. El organismo humano está
habitado por miles de especies bacterianas distintas; mientras algunas mantienen una
relación parasitaria temporal, otras habitan en el ser humano de manera permanente.
También se encuentran bacterias en el ambiente, como el aire que se respira, el agua
que se bebe y los alimentos que se comen; aunque muchas de ellas son relativamente
avirulentas, otras son capaces de provocar enfermedades potencialmente mortales. La
enfermedad puede deberse a los efectos tóxicos de los productos bacterianos
(sustancias conocidas como toxinas) o bien a la invasión de tejidos y líquidos
corporales que acostumbran a ser estériles.
HONGOS: Son microorganismos eucariotas que poseen un núcleo bien definido,
mitocondrias, aparato de Golgi y retículo endoplasmático. Los hongos pueden existir
en una forma unicelular (levadura) capaz de replicarse de manera asexual, o en una
forma filamentosa (moho) capaz de replicarse de manera tanto asexual como sexual.
La mayoría de los hongos existe en forma de levadura o bien en forma de moho. Sin
embargo, algunos de ellos pueden adoptar ambas morfológicas; se trata de los
llamados hongos dismórficos, como Histoplasma, Blastomyces y Coccidioides.
PARÁSITOS: son los microorganismos con mayor grado de complejidad. Aunque todos
los parásitos se clasifican como eucariotas, algunos son unicelulares y otros son
pluricelulares.

INMUNOLOGÍA:

ENFERMEDADES MICROBIANAS: la mayoría de los microorganismos tan solo provoca


enfermedad en unas condiciones bien definidas (p. ej., introducción de un
microorganismo potencialmente patógeno en una localización normalmente estéril
como el cerebro, el pulmón y la cavidad peritoneal). Algunas enfermedades aparecen
cuando un individuo se expone a los microorganismos a través de fuentes externas. Se
denominan infecciones exógenas, y engloban ejemplos como las enfermedades
causadas por el virus de la gripe, C. tetani, Neisseria gonorrhoeae, Coccidioides immitis
y Entamoeba histolytica. Sin embargo, la mayoría de las enfermedades del ser humano
se deben a la infección por microorganismos presentes en su microflora que se
diseminan (esparcen) a localizaciones del organismo que normalmente son estériles
(infecciones endógenas).
La interacción entre un microorganismo y el ser humano es compleja. Puede producir
una colonización transitoria, una relación simbiótica crónica o bien la aparición de una
enfermedad. El resultado final de esta interacción se encuentra determinado por la
virulencia del microorganismo, el lugar de la exposición y la capacidad de respuesta del
hospedador. Por tanto, las manifestaciones clínicas de la enfermedad pueden variar
desde síntomas leves hasta el fracaso multiorgánico y la muerte.
El organismo humano está muy adaptado a controlar la exposición a microorganismos
patógenos. Distintas barreras físicas impiden la invasión por los microorganismos; las
respuestas innatas reconocen patrones moleculares característicos de los
componentes microbianos y activan los mecanismos de defensa local y las respuestas
inmunitarias específicas que actúan contra el microorganismo con el propósito de
eliminarlo. Lamentablemente, la respuesta inmunitaria es, con frecuencia,
excesivamente tardía o lenta. Para mejorar la capacidad de prevención de la infección
del organismo humano se puede potenciar el sistema inmunitario mediante la
transferencia pasiva de anticuerpos incluidos en preparaciones de inmunoglobulinas o
mediante la vacunación con componentes microbianos (preparaciones denominadas
vacunas). No obstante, los microorganismos pueden mutar y compartir informaci6n
genética, y los que no puedan ser reconocidos por la respuesta inmunitaria debido a la
variación antigénica o los que sean resistentes a los antibióticos se seleccionaran y
perduraran, En consecuencia, persiste la batalla por el control entre el microorganismo
y el hospedador sin que ninguno de ellos haya podido proclamar aun la victoria
(aunque los microorganismos han demostrado ser bastante más ingeniosos que los
seres humanos). Es evidente que no existe ninguna «receta mágica» que haya
erradicado las enfermedades infecciosas.
EL MICROBIOMA HUMANO EN LA SALUD Y EN LA ENFERMEDAD

El microbioma es una comunidad que mantiene una relación simbiótica (simbiosis: asociación
de individuos animales o vegetales de diferentes especies) con su huésped, aportando
funciones metabólicas necesarias, estimulando la inmunidad innata e impidiendo la
colonización por patógenos no deseados. Por tanto, puede haber variaciones interpersonales
del microbioma en personas sanas siempre que se satisfagan las funciones necesarias.

TIPOS DE MICROBIOMAS: la mayoría de las personas comparten un microbioma


nuclear, que se define arbitrariamente como las especies que están presentes en una
localización especifica en al menos el 95% de las personas. Los máximos números de
especies compartidas están presentes en la boca, seguida por la nariz, el intestino y la
piel, y el menor número de especies compartidas se encuentra en la vagina. Además,
los pequeños números de especies que forman el microbioma nuclear son las especies
más numerosas, que representan la mayor parte de la población total; mientras que la
porción restante de la población (microbioma secundario) está formada por pequeñas
cantidades de muchas especies que pueden no estar compartidas ampliamente por
diversas personas. Esto implicaria que los miembros del microbioma nuclear tienen
una importancia fundamental porque aportan funciones esenciales que se deben
conservar para mantener unas actividades metabólicas e inmunitarias normales, y que
las funciones que aporta el microbioma secundario también tienen una importancia
fundamental, aunque pueden ser aportadas por diversos microorganismos.

FLORA NORMAL: la flora normal de una parte


concreta del cuerpo está formada por una
comunidad especifica de microbiota nuclear y
secundaria que ha evolucionado mediante
una relación simbiótica con el huésped y una
relación competitiva con otras especies. El
huésped ofrece un lugar que colonizar,
nutrientes y cierta protección frente a
especies no deseadas (respuestas
inmunitarias innatas). Mientras que los
microorganismos aportan funciones
metabólicas necesarias, estimulan la
inmunidad innata y reguladora e impiden la
colonización por patógenos no deseados.

La capacidad de tolerar la cantidad de


oxígeno o la falta de este (estado de
oxidorreducción) y el pH y la concentración
de sales, además de la fijación de minerales
esenciales y la captación y el metabolismo de
los nutrientes disponibles, determinan el número y la naturaleza de las especies que pueblan
una parte del cuerpo. Las bacterias anaerobias o anaerobias facultativas colonizan la mayoría
de las partes del cuerpo debido a la falta de oxígeno en zonas como la boca, el intestino y el
aparato genitourinario. La composición de la microbiota depende de la higiene personal (p. ej.,
uso de jabón, desodorantes, exfoliación cutánea, duchas vaginales, etc), la alimentación, la
fuente de agua para beber, los fármacos (especialmente antibióticos) y la exposición a toxinas
ambientales. Beber agua de pozo o agua clorada del suministro de una ciudad, o consumir una
alimentación que incluye más o menos fibra, azúcar o grasas, puede seleccionar diferentes
bacterias intestinales debido a su capacidad de utilizar los minerales (p. ej., hierro) y los
nutrientes esenciales. La alteración del entorno con alimentos o fármacos también puede
modificar la microbiota. Estos cambios pueden ser aceptables si se mantienen el microbioma y
las propiedades funcionales básicas del microbioma,
aunque pueden producir enfermedades si se pierden estas
funciones.

LA IMPORTANCIA DEL MICROBIOMA EN ESTADOS DE


ENFERMEDAD

La alteración de la microflora normal (denominada


habitualmente disbiosis) puede producir enfermedades
por la eliminación de microorganismos necesarios o
porque permite la proliferación de bacterias perjudiciales.

BACTERIOLOGÍA

DIFERENCIAS ENTRE EUCARIOTAS Y PROCARIOTAS: las


células de los animales, las plantas y los hongos son
EUCARIOTAS (palabra de origen griego que significa
«NÚCLEO VERDADERO»), mientras que las bacterias, las
archaea y las algas azul verdosas son miembros de las
PROCARIOTAS (del griego «NÚCLEO PRIMITIVO»).
CLASIFICACIÓN BACTERIANA

Las bacterias se pueden clasificar según su aspecto macroscópico y microscópico, por el


crecimiento y las propiedades metabólicas características, por su antigenicidad y, por último,
por su genotipo.

DISTINCIÓN MACROSCÓPICA Y MICROSCÓPICA: el aspecto microscópico, incluido el


tamaño, la forma y la configuración de los gérmenes (cocos, bacilos, curvos, espirales y
vibrios), y la capacidad de captar la tinción de Gram (grampositivos o gramnegativos)
son el principal modo de distinguir las bacterias.
La tinción de Gram es una prueba rápida, potente y sencilla que permite al clínico
distinguir entre dos clases fundamentales de bacterias, establecer un diagnóstico inicial
e iniciar el tratamiento basándose en las diferencias inherentes entre las bacterias. Las
bacterias GRAMPOSITIVAS se tiñen de MORADO porque el colorante queda atrapado
en una GRUESA CAPA DE PEPTIDOGLUCANOS a modo de malla entrelazada, que rodea
a la célula. Las bacterias GRAMNEGATIVAS tienen una CAPA DE PEPTIDOGLUCANOS
DELGADA que no retiene el violeta cristal, de forma que las células se tiñen de color
ROJO/ROSADO.

DIFERENCIA METABÓLICA, ANTIGÉNICA Y GENÉTICA: depende de las características


metabólicas de las bacterias, incluidas la necesidad de un entorno aerobio o anaerobio,
la exigencia de nutrientes específicos (p. ej., la capacidad de fermentar carbohidratos
específicos o emplear distintos compuestos como fuentes de carbonos para el
crecimiento) y la producción de productos metabólicos característicos (ácidos,
alcoholes) y enzimas especificas (p. ej., catalasas de los estafilococos).
El método más exacto para clasificar a las bacterias es el análisis de su material
genético. Los nuevos métodos distinguen las bacterias mediante la detección de
secuencias del ADN características específicas. Entre estas técnicas se incluyen la
hibridación del ADN, la amplificación mediante reacción en cadena de la polimerasa
(PCR) y la secuenciación del ADN.

ESTRUCTURA BACTERIANA

ESTRUCTURAS CITOPLÁSMICAS: el citoplasma de la célula bacteriana contiene ADN


cromosómico, ARN mensajero (ARNm), ribosomas, proteínas y metabolitos. La célula
también puede poseer plásmidos, unas moléculas extra cromosómicas circulares más
cortas de ADN. Los plásmidos, aunque por regla general no son esenciales para la
supervivencia de la célula, le proporcionan a menudo una ventaja selectiva: muchos de
ellos confieren resistencia contra uno o más antibióticos.
El ribosoma bacteriano consta de dos subunidades de 30S y 50S que forman un
ribosoma 70S. Este ribosoma es distinto del ribosoma 70S (subunidades 40S y 60S) de
los eucariotas. Las proteínas y el ARN del ribosoma bacteriano son muy distintos de los
observados en los ribosomas de los eucariotas y constituyen un señalado objetivo de
los fármacos antibacterianos.
La membrana citoplásmica posee una estructura lipídica de doble capa semejante a la
observada en las membranas de los eucariotas, pero no contiene esteroides. La
membrana citoplásmica lleva a cabo muchas de las funciones, de las cuales destacan el
transporte de electrones y la producción de energía, que normalmente se realiza en las
mitocondrias (las cuales están ausentes en las bacterias).
PARED CELULAR: las bacterias grampositivas se diferencian de las gramnegativas en la
estructura de la pared celular, en sus componentes y sus funciones.
- BACTERIAS GRAMPOSITIVAS: una bacteria grampositiva posee una pared celular
gruesa que consta de varias capas y está formada principalmente por
peptidoglucano (150 a 500 AA) que rodea la membrana citoplásmica.
Este peptidoglucano puede degradarse mediante un tratamiento con lisozima, está
encima puede encargarse de desdoblar el esqueleto del glucano y producir así una
LISIS CELULAR (desaparición de la célula), producto de las diferentes presiones
osmóticas existentes a uno y otro lado de la membrana.
- BACTERIAS GRAMNEGATIVAS: las paredes celulares gramnegativas son más
complejas (tanto desde el punto de vista estructural como químico) que las de las
células grampositivas. Desde el punto de vista estructural, una pared celular
gramnegativa contiene dos capas situadas en el exterior de la membrana
citoplásmica. Inmediatamente por fuera de la membrana citoplásmica se
encuentra una delgada capa de peptidoglucano que representa tan solo entre un 5
y un 10% del peso de la pared celular del germen gramnegativo. En la parte
externa de la capa de peptidoglucano se halla la membrana externa, la cual es
exclusiva de las bacterias gramnegativas. La zona comprendida entre la superficie
externa de la membrana citoplásmica y la superficie interna de la membrana
externa se conoce como espacio periplásmico. Este espacio es un compartimento
que contiene componentes de los sistemas de transporte para el hierro, azucares y
otros metabolitos, y diversas enzimas hidrolíticas importantes para la degradaci6n
y metabolización por la célula de las macromoléculas de gran tamaño.
Habitualmente, estas enzimas son proteasas, fosfatasas, lipasas, nucleasas y
enzimas metabolizadoras de carbohidratos. En el caso de las especies bacterianas
gramnegativas patógenas, muchos de los factores de virulencia (p. ej., colagenasas,
hialuronidasas, proteasas y B-lactamasa) se encuentran en el espacio periplásmico.
DIVISIÓN CELULAR: la replicación del cromosoma bacteriano desencadena también el
inicio de la división celular. La producción de dos células hijas exige el crecimiento y la
ampliación de los componentes de la pared celular, seguidos de la formación de un
tabique (pared cruzada) que dividirá las bacterias hijas en dos células.
Este tabique se compone de dos membranas separadas por dos capas de
peptidoglucano. El tabique crece a partir de zonas opuestas hacia el centro de la célula
y provoca la separación de las celular hijas.

VIROLOGÍA

Los virus son parasites intracelulares obligados que dependen de la maquinaria bioquímica de
la célula hospedadora para su replicación.

Los virus más sencillos consisten en un genoma de ácido desoxirribonucleico (ADN) o ácido
ribonucleico (ARN) empaquetado en una cubierta protectora y, en algunos casos, rodeados por
una membrana. Los virus carecen de la capacidad de generar energía o sustratos, no pueden
fabricar sus propias proteínas y no pueden replicar su genoma independientemente de la
célula hospedadora. Para utilizar la maquinaria biosintética de la célula, el virus debe adaptarse
a las reglas bioquímicas de la célula.

CLASIFICACIÓN

Los virus varían desde los pequeños y estructuralmente sencillos PARVOVIRUS y PICORNAVIRUS
hasta los grandes y complejos POXVIRUS y HERPESVIRUS. Sus nombres pueden describir
características virales, las enfermedades a las que se asocian o incluso el tejido o la localización
geográfica en la que fueron identificados por primera vez.

El método de clasificación más consistente y actual es el que tiene en cuenta las características
físicas y bioquímicas, como el tamaño, la morfología (p. ej., la presencia o ausencia de una
cubierta membranosa), el tipo de genoma y el método de replicación.

ESTRUCTURA DE LOS VIRIONES

El virión (la partícula vírica) consiste en un genoma de ácido nucleico empaquetado en una
cubierta proteica (cápside) o una membrana (envoltura).

El genoma del virus consiste en ADN o ARN. El ADN puede ser monocatenario o bicatenario,
lineal o circular. El ARN puede ser de sentido positivo (+) (como el ARN mensajero [ARNm]), de
sentido negativo (-), de doble cadena (+/ -) o de doble polaridad (ambisense) (contiene
regiones de ARN+ y unidas por los extremos terminales).

La capa externa del virión es la capside o envoltura. Estas estructuras son las encargadas del
transporte, la protección y el empaquetado durante la transmisión del virus de un hospedador
a otro y para la extensión dentro del hospedador a la célula diana. Es una estructura rígida
capaz de soportar condiciones ambientales adversas.

La envoltura es una membrana compuesta de Iípidos, proteínas y glucoproteínas. La estructura


membranosa de la envoltura solo puede mantenerse en soluciones acuosas. Se altera
fácilmente mediante la desecación, las condiciones acídicas, los detergentes y los disolventes,
como el éter, lo que resulta en la inactivación del virus. Como resultado, los virus con envoltura
deben permanecer húmedos y por lo general se transmiten par media de fluidos, gotículas
respiratorias, sangre y tejido. La mayoría no pueden sobrevivir en las condiciones desfavorables
del tracto gastrointestinal.

REPLICACIÓN VIRAL

Los principales pasos de la replicación viral son los mismos para todos los virus. La célula actúa
como una fábrica, proporcionando los sustratos, la energía y la maquinaria necesaria para la
síntesis de las proteínas víricas y la replicación del genoma. Los procesos no proporcionados
por la célula deben ser codificados en el genoma del virus. La forma en la que cada virus realiza
estos pasos y supera las limitaciones bioquímicas de la célula es diferente para las distintas
estructuras del genoma y del virión (según posea una cápside con envoltura o una cápside
desnuda).

Una sola secuencia del ciclo de replicación viral puede separarse en varias fases. Durante la
fase temprana de la infección, el virus debe reconocer una célula diana apropiada, unirse a
ella, penetrar la membrana plasmática, introducirse en la célula, liberar su genoma en el
citoplasma y, en caso necesario, transportar el genoma hasta el núcleo. La fase tardía
comienza con el inicio de la replicación del genoma y la síntesis macromolecular vírica y tiene
lugar mediante el ensamblaje y la liberación de los virus. La liberación del genoma de la
capside o la envoltura durante la fase temprana anula la capacidad infectiva y altera la
estructura identificable, iniciando el periodo de eclipse. El período de eclipse, como un eclipse
solar, finaliza con la aparición de nuevos viriones tras el ensamblaje viral. El periodo de
latencia (no confundir con la infección latente), durante el que no se detectan virus infecciosos
extracelulares, incluye el periodo de eclipse y finaliza con la liberación de nuevos virus.

RECONOCIMIENTO Y ADHESIÓN A LA CÉLULA DIANA

Los receptores celulares del virus pueden ser proteínas o carbohidratos de glucoproteínas o
glucolípidos. Los virus que se unen a receptores expresados en tipos celulares específicos
pueden verse limitados a ciertas especies (rango de hospedadores) (p. ej., ser humano,
ratones) o a ciertos tipos celulares específicos.

PENETRACIÓN

La mayoría de los virus sin envoltura penetran en la célula por endocitosis mediada por
receptores o mediante viropexia.

Los virus con envoltura fusionan sus membranas con las membranas celulares para introducir
la nucleocápside o el genoma directamente en el citoplasma. El pH óptimo para la fusión
determina que la penetración ocurra en la superficie celular con pH neutro o si el virus debe
ser internalizado mediante endocitosis, y la fusión tiene lugar en un endosoma con pH acido.

PERDIDA DE LA ENVOLTURA

Una vez internalizados, la nucleocápside debe llegar al lugar de replicación en el interior celular
y se debe eliminar la cápside o la envoltura. El genoma de los virus ADN, excepto en el caso de
los poxvirus, debe alcanzar el núcleo, mientras que la mayoría de los virus ARN permanecen en
el citoplasma. El proceso de perdida de la envoltura debe iniciarse tras la adhesión al receptor
o debe ser promovido por el entorno ácido o por proteasas localizadas en endosomas o
lisosomas. Los virus con envoltura son liberados al fusionarse con las membranas celulares. La
fusión de la cubierta de los herpesvirus con la membrana plasmática libera su nucleocápside,
que se une a la membrana nuclear para transportar su genoma ADN directamente al sitio de
replicación.

VIRUS ADN

La transcripción del genoma de los virus ADN (excepto los poxvirus) tiene lugar en el núcleo,
empleando las polimerasas de la célula hospedadora y otras enzimas para la síntesis de ARNm
viral. La transcripción de los genes virales es regulada por la interacción de proteínas
específicas de unión al ADN con elementos facilitadores y promotores del genoma viral. El
promotor viral y los elementos facilitadores poseen una secuencia similar a la de la célula
hospedadora, lo que permite la unión de los factores de activación de la transcripción de la
célula y la ARN polimerasa dependiente de ADN. Las células de algunos tejidos no expresan las
proteínas de unión al ADN necesarias para activar la transcripción de los genes virales, por lo
que la replicación de los virus en dichas células es limitada o no tiene lugar.

Diversos virus ADN controlan la duración, la cronología y la cantidad de síntesis de proteínas y


genes virales en formas diferentes. Los virus más complejos codifican sus propios activadores
transcripcionales, que facilitan o regulan la expresión de los genes virales.

VIRUS ARN

La replicación y la transcripción de los virus ARN son procesos similares, porque los genomas
virales suelen ser un ARNm (ARN de cadena positiva). La replicación y la transcripción de los
virus ARN son procesos similares, porque los genomas virales suelen ser un ARNm (ARN de
cadena positiva) o un patrón para el ARNm (ARN de cadena negativa). Durante la replicación y
la transcripción, se forma un ARN bicatenario replicativo intermedio. En las células no
infectadas normalmente no se observa ARN bicatenario, que es un potente inductor de la
protección innata del hospedador.

Los genomas virales ARN de cadena positiva de los picornavirus, calicivirus,


coronavirus, flavivirus y togavirus actúan como ARNm, se unen a ribosomas y dirigen la
síntesis de proteínas. El genoma viral ARN desnudo de cadena positiva es suficiente
para iniciar la infección por sí mismo.
Los genomas virales ARN de cadena negativa de los rabdovirus, ortomixovirus,
paramixovirus, filovirus y bunyavirus son los patrones para la producción de ARNm. El
genoma ARN de cadena negativa no es infeccioso por sí mismo, y junto al genoma se
debe introducir una polimerasa en el interior celular (asociada con el genoma, como
parte de la nucleocápside) para sintetizar ARNm individuales para las diferentes
proteínas virales. Como resultado, la polimerasa viral también debe producir un ARN
de cadena positiva y longitud completa para que actúe coma patrón para generar más
copias del genoma. Excepto en los virus de la gripe, la transcripción y la replicación de
los virus ARN de cadena negativa tienen lugar en el citoplasma.

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