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I.

INTRODUCCIÓN
La transformación del Código Procesal Penal desde su versión de 1940 hasta su
reforma en 2004 marca un hito significativo en la evolución del sistema de justicia
penal del país. Durante más de medio siglo, el Código de Procedimientos Penales
de 1940 fue el marco legal que regía los procesos judiciales en materia penal en
Perú. Sin embargo, con el paso del tiempo, surgieron diversas críticas sobre su
eficacia, equidad y adecuación a los estándares internacionales de derechos
humanos.

La reforma llevada a cabo en 2004 representó un cambio sustancial al adoptar un


modelo procesal penal de corte acusatorio. Este cambio implicó una
reconfiguración completa del sistema, pasando de un modelo inquisitivo a uno más
transparente y equitativo, donde se separan claramente las funciones de
investigación, acusación y juzgamiento.

Esta transformación no solo buscó modernizar el sistema de justicia penal


peruano, sino también fortalecer el Estado de derecho, promover el respeto por los
derechos individuales y garantizar un proceso penal más ágil y eficiente. La
transición hacia un modelo acusatorio representó un compromiso con los
principios de legalidad, imparcialidad y garantía de un juicio justo para todas las
partes involucradas.

II. ¿POR QUÉ Y QUE MODELO HA ASUMIDO EL CPP2004?

El código procesal penal del 2004 asumió el modelo acusatorio. Este modelo se
caracteriza por establecer una clara separación entre las funciones de investigación y
acusación, llevadas a cabo por el Ministerio Público, y la función judicial, a cargo de los
jueces. En este sistema, el Ministerio Público tiene la responsabilidad de investigar los
delitos y presentar la acusación ante el juez, mientras que este último actúa como un
tercero imparcial que garantiza un juicio justo y equitativo.

Este modelo se caracteriza por la separación de funciones entre el órgano acusador


(generalmente el Ministerio Público) y el órgano juzgador (el Poder Judicial). El Ministerio
Público es responsable de investigar los delitos y presentar la acusación, mientras que el
Poder Judicial es responsable de juzgar imparcialmente los casos basados en la
evidencia presentada por ambas partes. Este modelo busca garantizar un proceso penal
más justo y transparente.

Este cambio significativo en el sistema procesal penal peruano se fundamenta en varios


aspectos:

 Garantía de derechos individuales: El modelo acusatorio se basa en la premisa


de que el acusado tiene derechos fundamentales que deben ser protegidos
durante todo el proceso penal. Al separar claramente las funciones de
investigación, acusación y juzgamiento, se busca garantizar un juicio justo y
equitativo para todas las partes involucradas.

 Transparencia y equidad: Al delegar la función de investigación y acusación al


Ministerio Público y mantener la función judicial como un árbitro imparcial, se
promueve la transparencia en el proceso penal. Esto ayuda a prevenir posibles
abusos de poder y asegura que el proceso se base en pruebas objetivas y no en
influencias indebidas.

 Eficiencia en la administración de justicia: El modelo acusatorio permite una


distribución más eficiente de las responsabilidades dentro del sistema de justicia
penal. Al concentrar la investigación en una institución especializada como el
Ministerio Público, se agiliza el proceso de recolección de pruebas y se facilita la
presentación de la acusación ante el juez.

 Adaptación a estándares internacionales: La adopción del modelo acusatorio


por parte del Perú responde a la tendencia global hacia sistemas de justicia penal
más modernos y alineados con estándares internacionales de derechos humanos.
Este cambio refleja el compromiso del país con el fortalecimiento del Estado de
derecho y el respeto por los derechos individuales.

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