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Como se indicó en el Capítulo 1, existen numerosas definiciones de la política económica en cuanto praxis. Jan
Tinbergen, cuya obra On the Theory of Economic Policy (1952) marcó una línea de desarrollo formal de la política
económica en la que se inscriben economistas tan ilustres como Bent Hansen, H. Theil, K. A. Fox y E. Thorbecke,
se limitó a afirmar que «la política económica consiste en la variación deliberada de los medios para alcanzar
determinados objetivos». J. Meynaud amplió sensiblemente la definición al sostener que la política económica
«la forman el conjunto de decisiones gubernamentales en materia económica, tomando la expresión 'gobierno'
en su sentido lato para que comprenda las diversas autoridades públicas de un país dado». Y el profesor E. S.
Kirschen, y sus colaboradores, se inclinaron por la definición que figura encabezando este texto, aunque en un
trabajo anterior habían adoptado otra más corta, que identificaba simplemente la política económica con la
intervención deliberada del gobierno en los asuntos económicos, para alcanzar sus objetivos»
No resultaría difícil acumular muchas más definiciones sobre la 'política eco nómica' real. La mayor parte de los
textos de introducción en la Economía, los manuales de Macroeconomía y, por supuesto, cualquiera de los
recientes análisis sobre las políticas económicas contemporáneas ofrecen algún tipo de definíción que no se aleja
excesivamente de las anteriores. En realidad, las diferencias que pueden detectarse entre ellas son muy escasas.
En relación con el primero de estos puntos, conviene señalar que la existencia de comunidades de países que
persiguen una mayor integración económica (p. ej., la Unión Europea, o los procesos integradores que se están
desarrollando en el continente americano) hace que también pueda hablarse de una 'política económica' propia
de esas organizaciones supranacionales, pactada o acordada por los respectivos gobiernos y puesta en práctica
por una autoridad que está en alguna medida, al menos- por encima de las de los países integrantes.
El objeto de este capítulo es doble. En primer lugar, propondremos un con- junto de definiciones y conceptos
básicos sobre política económica con el fin de dejarlos ya establecidos para el resto de la obra. Se trata, como se
verá, de una serie de términos y definiciones que, a modo de 'parrilla' de referencia, pueden ser útiles para
desarrollar y/o comprender cualquier análisis o trabajo sobre te- mas de política económica. Clasificar y ordenar
conceptos no constituye, desde luego, un fin en sí mismo, pero. como señalaron E. S. Kirschen y sus colabora-
dores <«la taxonomía es útil si tiene una capacidad explicativa, es decir, si las categorías propuestas sirven para
explicar las diferencias en el tiempo y en el espacio entre las distintas políticas económicas» ¹.
El segundo objetivo del capítulo es ofrecer una primera aproximación a algunos aspectos de las relaciones entre
objetivos e instrumentos, lo que constituye uno de los campos básicos de la teoría de la política económica', de
acuer- do con la expresión acuñada por J. Tinbergen y B. Hansen 2.
El término ‘taxonomia’, compuesto con las raíces del griego: ‘taxis’, ordenación y ‘nomos’, ley, quizá sea algo
excesivo para referirse al propósito de establecer un cierto orden o clasificación de las políticas económicas.
En el caso de la política económica, es posible ofrecer una ordenación tipológica de conceptos básicos que serán
de notable utilidad analítica y para la adecuada comprensión de algunos temas que se desarrollan.
- En función del carácter de los instrumentos cabe distinguir entre políticas cuantitativas, políticas
cualitativas y de reformas
- El nivel de actuación permite diferenciar, a su vez, entre políticas macroeconómicas y microeconómicas.
- La dimensión temporal lleva a calificar las políticas como políticas económicas a corto, a medio y a largo
plazo.
Políticas de proceso: Todas las actuaciones directamente encaminadas a ‘resolver los problemas y desequilibrios
específicos derivados del funcionamiento de la economía’. Se incluyen las políticas sectoriales hasta políticas de
ajuste relativas a la evolución de los precios, equilibrio de balanza de pagos o suavización del ciclo económico.
Políticas cualitativas: Aquellas que se orientan hacia la introducción de cambios estructurales en la economía,
aunque sin afectar a los aspectos esenciales de la organización económico-social. Ej: Una norma que modifique
determinados aspectos del sistema crediticio.
Reformas fundamentales: Cambiar o modificar, totalmente o en parte, los fundamentos mismos del sistema
económico; lo que se pretende es afectar a los aspectos o bases esenciales de la organización socio-económica.
Ej.: La centralización de las decisiones, el control o la anulación de los derechos de propiedad.
Las políticas cuantitativas suponen, simplemente, una modificación de un instrumento que puede afectar a un
objetivo de forma directa y a otros de manera más o menos indirecta. Una política cualitativa, puede dar lugar a
que aumenten (o disminuyan) el número de instrumentos en relación con los objetivos, lo que tendrá influencia
sobre el grado de coherencia posible de las autoridades.
Las políticas microeconómicas se identifican muchas veces con aquellas actuaciones que se dirigen no tanto a
influir en las decisiones de un determinado sujeto, como a un conjunto relativamente delimitado de ellos.
Suelen calificarse como medidas de política microeconómica a todas las que se dirigen a resolver o intentar
solucionar un problema singular que afecte a un grupo de empresas o de individuos.
El corto plazo suele referirse a periodos de tiempo que como máximo abarcan dieciocho meses.
El medio plazo ha solido identificarse con periodos de 4-5 años.
El largo plazo se ha ligado a periodos superiores a los 8 años, pudiendo abarcar hasta los 12-15 años.
Políticas a corto plazo o de carácter conyugal toman como referencia unos objetivos en términos de estabilidad
de precios, tasa de crecimiento del país o reducción del déficit público. Hay otros objetivos cuyo logro requiere
periodos bastante más largos, como acciones encaminadas a mejorar la distribución de la renta de un país.
Políticas a corto y largo plazo con referencia a un mismo objetivo: Políticas de empleo a corto y largo plazo,
crecimiento económico con el logro de una tasa estable (corto plazo), y acciones encaminadas a crear o mejorar
las condiciones de crecimiento y desarrollo de una economía (largo plazo).
FINES GENERALES, OBJETIVOS ECONÓMICOS Y OBJETIVOS DE CARÁCTER SOCIAL
Fines generales: Se identifican con aquellas motivaciones y propósitos más generales que una sociedad desea o
que se ha propuesto alcanzar. Ej.: el bienestar material, la igualdad, las libertades individuales, la solidaridad
interna.
Objetivos: La concreción de los fines de carácter más general, ya que implican una especificación y cuantificación
de las metas concretar a lograr para mejorar el bienestar económico o una mayor igualdad entre los ciudadanos.
Los policy-markers tienen posibilidad de saber si la economía y sus actuaciones concretas se están moviendo en
la dirección deseada
Objetivos de carácter social: Puede ser muy amplio, se integran todos aquellos objetivos que no son propiamente
económicos, pero que, por una parte, se orientan a mejorar o preservar el ‘bienestar social’ y, por otra, absorben
una parte importante de los recursos económicos de la nación.
Objetivos Económicos: Son los que están más íntimamente ligados al bienestar económico general.
- El crecimiento económico
- El logro del pleno empleo
- La estabilidad de precios
- El equilibrio de la balanza de pagos
- Una más equitativa distribución de la renta y la riqueza
Hay dos observaciones. La primera es que el último de estos objetivos difícilmente puede considerarse como
estrictamente ‘económico’. La segunda es que el objetivo ‘equilibrio de la balanza de pagos’ no figura en la relación
que estamos comentando.