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ARBITROS: …………………………………………………………………...
Del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a
Inversiones (CIADI).
ANTECEDENTES:
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3. El derecho aplicable a la presente disputa no ha sido objeto de
controversia entre las Partes. El presente arbitraje se ha presentado ante
el Tribunal de conformidad con una solicitud de arbitraje amparada en
el APPRI. Dicho Tratado dispone, en las partes pertinentes, el arbitraje
ante el Centro (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones – CIADI), establecido por el Convenio sobre
Arreglo de Diferencias relativas a las Inversiones entre Estados y
Nacionales de Otros Estados (Convenio CIADI), el cual entró en vigor
el 14 de octubre de 1966. Asimismo, el APPRI establece que el derecho
aplicable abarcará la legislación vigente de la Parte Contratante en la
controversia que acepta la inversión incluyendo las reglas sobre
conflicto de leyes, las disposiciones del APPRI, así como también los
principios generalmente reconocidos del derecho internacional
aceptados por ambas Partes Contratantes.
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2. En el año 2004, la Superintendencia Nacional de Administración
Tributaria de Perú (SUNAT) comenzó a llevar a cabo una serie de
acciones que, según el Demandante, destruyeron las operaciones
comerciales y la viabilidad económica de TSG. Según se alegó, la
causa inmediata de este impacto en la empresa habría sido el embargo
ilegal y arbitrario de las cuentas de la empresa que le impidió
operar sin interrupciones. En virtud de las circunstancias descritas, el
Demandante manifestó que sus derechos, según se han vulnerados los
siguientes artículos del APPRI Perú-China:
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REGLAS GENERALES RESPECTO DE LA INTERPRETACIÓN DE
LOS TRATADOS:
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Artículo 32 Medios de Interpretación Complementarios:
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ARGUMENTOS DE LA PARTE DEMANDADA:
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Las Declaraciones de los expertos presentados por la Parte Demandada
afirman entonces que, en virtud de lo anterior, existiría una categoría especial
de nacionales chinos: aquéllos que no obstante gozar de la nacionalidad china,
no tendrían la capacidad de valerse de los Acuerdos de Promoción y
Protección Recíprocos de Inversión (AAPPRI) suscritos por la China en virtud
de su residencia en Hong Kong. A su parecer, los numerosos AAPPRI
suscritos por Hong Kong con terceros países con sus propias definiciones de
lo que constituye un «inversionista» así lo confirmarían. Agrega además que
esta situación habría sido evidente en la fecha en que Perú y China
suscribieron su APPRI (1994) y por lo tanto no habría requerido hacerse
explícita en el texto del mismo
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Por último, el Demandante argumenta que la definición de inversionista en el
APPRI con respecto a la República Popular China se limita a exigir
nacionalidad china sin entrar a hacer distinciones con base en su domicilio o
residencia. Señala adicionalmente que no existen indicios que indiquen que en
este caso el inversionista ostente una nacionalidad dominante o efectiva
distinta a la china.
RECOMENDACIONES:
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