DESAFÍOS ÉTICOS Y LECCIONES APRENDIDAS EN UN CENTRO DE CONSEJERÍA DE LIMA METROPOLITANA, PERÚ El artículo presentado plasma el auge importante que cobró la salud mental a inicios de la pandemia y a los cambios a los que tuvo que someterse frente a un aislamiento social que impidió establecer el contacto físico que en situaciones así fortalece el estado socioemocional del individuo. Tal es así que se menciona en el texto que durante el 2020 el MINSA elaboró un plan nacional de salud mental cuyo objetivo fue promover la atención de diversas problemáticas psicológicas, sociales y otros dadas a consecuencia del confinamiento obligatorio y de la epidemia mundial. Es así que la salud mental vino cobrando importancia con un proceso de reforma desde el 2015 que dado así en la pandemia la atención primaria en salud mental promovió un espacio idóneo que permitió al usuario mantener un dialogo recibiendo un acompañamiento; dando así paso a la valorización del ámbito de la consejería que está enmarcada dentro de la ciencia psicológica, menciona la autora del artículo la iniciativa de la UARM, denominándose Centro de Escucha de la Ruiz (CE) quienes de forma gratuita ofrecen acompañamiento psicológico y consejería a adolescentes y adultos en un marco de 10 sesiones y en el periodo pandémico sus atenciones cobraron notable importancia formándose un numeroso equipo que brinda atención primaria en salud mental de forma gratuita. Ante ello, la investigación realiza un estudio cualitativo basándose en las experiencias de participantes quienes dentro su narrativa permitió el desarrollo de la investigación presentada, de igual manera los autores establecieron protocolos para las atenciones tanto de manera remota como éticos, una base de datos de atenciones en los años 2020 y 2021; y con toda esa información se realizó la triangulación de las fuentes para organizar las diversas experiencias obteniéndose resultados detallados posteriormente. Dado ello, se considera que frente a una problemática de gran impacto como una epidemia mundial colapsó el sistema de salud médico, por ende el sistema de salud mental que empezaba a iniciarse con fuerza en el país sufrió fuertes alteraciones, la iniciativa que se tiene gracias al Centro de Escucha de la Ruiz (CE) fue y es de gran utilidad al usuario, que llevaron sus herramientas científicas a fortalecer el campo de la prevención en alteraciones de la salud mental que atacaba a diversos ciudadanos; otra propuesta que pudiera haber seguido fortalecido el alcance de un seguimiento psicológico como tal, era a través de telellamadas, puesto que en diversas zonas existen poblaciones que no poseían la economía para financiar acceso a internet, y más aún en zonas rurales donde la tecnología era aún complejo instalarse, en tales casos se extendería una consejería a través de fuentes de comunicación como “radiofrecuencia”, que si ben no hubiese podido ser de forma individualizada sin embargo la población experimentaría el hecho que su estado emocional fue tomada en cuenta y no descartada; que si bien las teleconsultas y llamadas fueron elementos instaurados en el confinamiento, no toda la población pudo ser participe de ello dado que los sistemas públicos de salud no lograban darse abasto; por tanto instituciones privadas lanzaron sus propias iniciativas para contribuir con la prevención y contención de patologías asociadas a la salud mental desde la posibilidad de sus alcances y sin poner aun mas en riesgo su salud; quizá en ese aspecto el MINSA e instituciones asociadas a la salud mental pudieron hacer una exhortación para que todo espacio privado se sume a la iniciativa de brindar consejería y acompañamiento emocional a través de las fuentes de comunicación puesto sus servicios a la población más vulnerable, ello sin desatender las necesidad emocionales de aquellos encargados de ser el personal que asumió el reto de acompañar emocionalmente a los usuarios, personal de salud y relacionados sufrieron muchos episodios que en muchas ocasiones no fueron atendidas y respondidas. Es así, que en el articulo se reconoce que durante el primer año de pandemia el proceso se tornó desordenado, lo cual invitó a establecer y a repensar en nuevos métodos que permitan un adecuado abordaje en casos que venían obteniendo mayor incidencia según porcentajes señalaron que 15.19% asociados a estrés y/o ansiedad, 12.66% con tristeza y depresión, 12.66% en casos reportados de duelo, y otros más que surgieron en demasía durante la epidemia global. Otro aspecto que resulta clave en el texto, es el abordaje que realizaron en casos de violencia sobre todo considerando que era un fenómeno previo a pandemia, promoviendo al sistema a mejorar las atenciones en casos como estos desde un confinamiento obligatorio, tales como redoblar las prácticas preventivas, poner a disposición de la población los canales gratuitos de atención para la notificación de casos por parte de las víctimas. Se aplaude el acto de servicio que puso en marcha años antes de la pandemia el Centro de Escucha de la Ruiz (CE) quienes que a través de un grupo humano sirvieron gratuitamente al peruano en situación de necesidad emocional sobre todo en un periodo crítico para la salud pública. Otro aspecto que resaltan en el artículo es el potencial que tienen los actores sociales e iniciativas tales como el Centro de Escucha de la Ruiz (CE) que brindan sus servicios a la población y cuenta con supervisión de profesiones calificados, por tal motivo incitan a que se sumen mayores aliados para obtener resultados favorables que sumen a la promoción de salud mental. Finalmente, todo ello radica en seguir potenciando los niveles de atención primaria puesto que ellos son los encargados de promover factores protectores que prevengan situaciones de riesgo fomentando a una menor incidencia de casos observados en salud mental, es tarea de todos los agentes aliados a la salud.