En Bolivia, el comercio informal y el contrabando han sido temas de gran preocupación
durante el año 2024. La economía boliviana ha experimentado altibajos en este período. Mientras el gobierno insiste en la estabilidad, muchos ciudadanos y sectores empresariales expresan sus inquietudes. La caída de las reservas, el déficit fiscal, la escasez de dólares y la subvención de combustibles son factores que han contribuido a la incertidumbre económica. Por otro lado el contrabando ha sido un desafío constante en Bolivia. Según un estudio de la Cámara Nacional de Industria (CNI), el contrabando alcanzó un valor de más de 3.300 millones de dólares anuales, aproximadamente el 8% del Producto Interno Bruto (PIB). Este fenómeno afecta directamente a 38.000 industrias y pone en riesgo las más de 600.000 fuentes de trabajo generadas por el sector manufacturero. La informalidad, que ronda el 90%, agrava aún más la situación. El comercio informal también ha dejado su huella en las calles bolivianas. Vendedores ambulantes invaden los espacios públicos, y el 90% de estas actividades son ilegales. Esta situación afecta al sector formal, que cumple con sus obligaciones tributarias, y crea tensiones entre los diferentes actores económicos.