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Valoración y depreciación: Los activos fijos tienen un valor contable que debe ser registrado y
actualizado periódicamente. La administración de activos fijos implica la valoración inicial de los
activos al adquirirlos y la aplicación de métodos de depreciación para reflejar su pérdida de valor con
el tiempo. Esto es crucial para mantener registros financieros precisos y cumplir con los principios
contables.
Mantenimiento y reparaciones: Los activos fijos requieren mantenimiento regular para garantizar su
funcionamiento óptimo y prolongar su vida útil. La administración de activos fijos implica la
planificación y coordinación de actividades de mantenimiento preventivo y correctivo, así como la
gestión de los costos asociados.
Reevaluación y ajustes: A medida que cambian las condiciones del mercado o las
necesidades operativas de la empresa, se pueden realizar reevaluaciones
periódicas de los activos fijos para determinar su valor justo y su relevancia
continua para la empresa. Esto puede implicar ajustes en los valores contables,
reevaluaciones de activos y disposiciones de activos obsoletos o no utilizados.
Beneficios por baja de activos: Deducir su valor residual, la empresa puede restar el
valor restante al momento de su baja en su base imponible.