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Carolina Serrano González

Dios de Tomás de Aquino 2º BCT


Tomás de Aquino comienza en La Suma Teológica su discurso sobre el problema teológico de la
existencia de Dios.
Para explicar la necesidad de Dios y la contingencia del mundo, Aquino se aleja de la metafísica
aristotélica. Recurre a la esencia y a la existencia. La esencia de algo es independiente de su
existencia, algo puede ser, sin necesidad de existir, es inalterable. Para que la esencia exista,
necesita de otra entidad que le diese existencia porque nada puede existir y no ser, aquí la
existencia depende de la esencia. Por lo tanto, todo lo que existe es un compuesto de esencia y
existencia. Esas cosas son contingentes, pueden existir o no existir, no tienen en sí mismas la
necesidad de existir. Aquí es donde entra el Dios tomista, que sí que tiene necesidad en sí
mismo de existir. En él coinciden esencia y existencia.
La Cinco Vías son pruebas de la existencia de Dios, que constituyen el núcleo de la filosofía
tomista. Estas son el movimiento, la eficiencia, la contingencia, los grados de perfección y la
finalidad.
La primera vía es el movimiento, que evidencia la existencia de Dios por su significado. Todo
móvil es movido por otro, así se produce el movimiento. Si así se explica, debe de haber un
primer motor que sea inmóvil que haya iniciado el movimiento. Ese motor inmóvil es Dios.
Como segunda vía se encuentra la eficiencia. Existen causas eficientes que no son causa de sí
mismas, pues tendrían que haber existido antes de existir, algo imposible. Como tampoco se
puede admitir una serie de causas que sea eficiente, por eso tiene que existir una primera causa
eficiente incausada, la cual es Dios.
La contingencia es la tercera vía que explica que, al haber seres que existen y luego perecen,
son contingentes, significa que no son necesarios. Salvo que, si todos fueran contingentes, no
existiría ninguno, pero existen, con que deben de ser causados por un ser necesario, el cual es
Dios.
La siguiente vía son los grados de perfección. Estos grados, como la belleza, califican a los seres
de este mundo. Los grados se basan en un modelo supremo, con el que comparamos lo que
vemos, que alberga la perfección absoluta, un modelo de un ser verdadero y supremo. Este ser
es Dios.
La última vía es la finalidad, donde se observa que los bienes inorgánicos, que carecen de
inteligencia y conocimiento, son destinados a un fin. Esto necesita ser realizado y organizado por
un ser inteligente: Dios.

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