Está en la página 1de 2

Yo, la Gordofobia y el Racismo

Yo soy Maryi Castro, nací en un pueblo del Cauca y esta es mi historia.

Cuando yo era pequeña, en la escuela me hacían bullying, aunque en ese momento yo no sabía que
así es como le llaman a lo que yo vivía en aquel momento. Me hacían comentarios como “Buñuelo
con patas”. Hasta ahora veo las consecuencias de ello en mi vida, pues ahora no tengo autoestima y
estado de ánimo depende directamente de mi aspecto físico. Por lo que, hasta hace un año, hacía
ejercicio para tratar de mejorar mi autopercepción corporal y mi autoestima; sin embargo, al entrar
a la universidad dejé de hacer ejercicio por falta de tiempo y, no sé si sea por la comida o por él
estrés, en este momento estoy en sobrepeso y me siento muy mal, así que estoy pensando en volver
al gimnasio, para ver si de alguna manera consigo sentirme bien conmigo misma. Auto
reflexionando sobre este tema recuerdo un texto que leí el semestre pasado en la universidad
titulado “Deberías adelgazar, te lo digo por te quiero” , es una auto etnografía sobre la gordura
escrita por Nina Navajas-Pertegrás, que me hizo analizar el por qué de mi dependencia anímica
hacia como me veo y como la sociedad me ve, pues Nina Navajas plantea que la gordura esta vista
como un problema de autocontrol, autocuidado y salud que para solucionar hay que tener un “estilo
de vida saludable”, ¿Cuantas veces no me he reprochado por tener “una mala alimentación” incluso
si es la única forma en la que puedo comer?, cuando tengo todo el control sobre lo que consumo
siento que estoy en un estado pleno de satisfacción, pero cuando lo pierdo me siento como si cayera
en picada de un acantilado, he vuelto a ser lo que no quería ser nunca más porque la sociedad me ha
hecho pensar que serlo es un problema. Esto no sólo me ha sucedido con la gordofobia, también
con el racismo, porque aparentemente en la ciudad de Cali, ser negro esta mal. Cuando vivía en el
Cauca no había nada de malo con mi color de piel, de hecho, ni siquiera sabía que era negra hasta
que llegué a esta ciudad, pues de donde yo soy “todo el mundo” es negro. Cuando estaba en
séptimo una compañera me dijo “Ay, esque tú eres un carbón”, recuerdo que claramente ese era un
comentario era con la intención de hacerme sentir mal por lo que soy, cosa que al final logró.
Cuando llegué a la universidad y comencé a leer textos académicos como “Contra el Racismo” de
Ramón Flecha y Lidia Puigvert Mallart, me di cuenta de que no había nada malo conmigo, sino con
el comportamiento de ella, que al final no es más que el reflejo de la jerarquía establecida por el
racismo, en la cual los negros somos inferiores a los que se consideran de “raza blanca” y que, por
lo tanto, ellos tienen derecho a denigrarnos con esos comentarios. A pesar de esta conciencia sobre
el racismo en la universidad, aún se siguen viviendo situaciones de discriminación en este lugar,
por ejemplo, una vez en la pagina de “Chismes Icesi” en una caja de confesiones que decía “¿Por
qué terminaste con tu ex?” alguien publicó “porque hacía mucha bulla”, a lo que otra persona
respondió “de seguro era negro”, como si nosotros fuéramos los únicos escandalosos. Así como
este tengo muchos ejemplos de cómo todas las características negativas para la sociedad nos las
atribuyen a nosotros, nuevamente por esa jerarquía basada en un concepto discriminatorio como la
“raza”, el racismo nos ha hecho creer que por ser blanco se es superior y por ser negro, gitano,
indígena o de otra etnia somos inferiores en todo.

Bibliografía:

 Flecha García, J. R., & Puigvert Mallart, L. (2011). Contra el racismo. Acciones e
Investigaciones Sociales, 11, 135. https://doi.org/10.26754/ojs_ais/ais.200011187}
 Navajas-Pertegás, N. (2021). «Deberías adelgazar, te lo digo porque te quiero»: Reflexiones
autoetnográficas sobre la gordura. Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación
social, 21(1). https://doi.org/10.5565/rev/athenea.2434

También podría gustarte