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Invasión de Napoleón
Corte de Cá diz: En 1810, se convocó una asamblea nacional conocida como las Cortes
Generales y Extraordinarias de la Nació n en la ciudad de Cá diz. Este ó rgano buscaba
representar a toda Españ a y establecer un marco legal y político para el país.
La Corte de Cá diz estaba compuesta por diputados elegidos por diferentes regiones y tenía
como objetivo principal redactar una constitució n que sentara las bases de un Estado
moderno y liberal. En 1812, se promulgó la Constitució n de Cá diz, que fue una de las primeras
constituciones liberales de Europa.
La Constitució n de Cá diz establecía principios como la soberanía nacional, la separació n de
poderes, la igualdad ante la ley y la libertad de expresió n. También abolía los señ oríos y
establecía una divisió n territorial má s equitativa y moderna.
La Corte de Cá diz y la Constitució n de 1812 tuvieron un impacto duradero en la historia de
Españ a y en el desarrollo de los movimientos constitucionales en Europa y América Latina. Sin
embargo, la vuelta de Fernando VII al trono en 1814 significó la derogació n de la constitució n
y la restauració n del absolutismo
Carlos IV: Después de abdicar en favor de Napoleó n en la Reunió n de Bayona en 1808, Carlos
IV y su esposa María Luisa fueron enviados al exilio en Francia. Aunque inicialmente
intentaron mantener una posició n neutral en los asuntos políticos, Carlos IV se convirtió en un
títere del gobierno francés y perdió gran parte de su influencia.
Carlos IV vivió en Francia hasta su muerte en 1819. Durante su exilio, se mantuvo
relativamente alejado de la política y su figura perdió relevancia en Españ a. Su abdicació n y la
participació n de su hijo Fernando VII en los acontecimientos posteriores a la invasió n de
Napoleó n marcaron el inicio de una nueva era en la historia de Españ a.
Restauració n de Fernando VII: Tras la salida de Napoleó n de Españ a en 1814 y la posterior
derrota de las tropas francesas, Fernando VII regresó al trono españ ol. Su regreso fue recibido
con entusiasmo por aquellos que esperaban el retorno del rey legítimo y el restablecimiento
del orden anterior.
Sin embargo, la actitud de Fernando VII hacia los cambios liberales y constitucionales que se
habían producido durante su ausencia pronto se hizo evidente. A medida que consolidaba su
poder, el rey se mostró hostil hacia la Constitució n de Cá diz y los principios liberales que
promovía.
En 1814, Fernando VII derogó la Constitució n de Cá diz y restauró el absolutismo en Españ a.
Esto condujo a un período de represió n política y a la reinstauració n de un gobierno
centralizado y autoritario. Durante su reinado, que duró hasta su muerte en 1833, Fernando
VII gobernó de manera despó tica, reprimiendo los movimientos liberales y limitando las
libertades civiles.
La restauració n de Fernando VII y su política represiva generaron descontento en diferentes
sectores de la sociedad y sentaron las bases para futuros conflictos políticos y sociales en
Españ a
INDEPENDENCIAS
El Virreinato del Río de la Plata fue creado con la ú ltima divisió n administrativa de los
españ oles en América en 1776 e incluía lo que hoy son Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y
parte de Brasil. Su capital era Buenos Aires. El Virreinato del Río de la Plata nació para
reforzar la presencia españ ola, frente a la britá nica, en el Atlá ntico Sur. Sin embargo, y a pesar
de la importancia de este objetivo político, el apoyo españ ol a la provincia de Buenos Aires y al
Virreinato fue limitado, razó n por la cual los argentinos se independizaron con má s premura
que otros territorios en América.
Para los criollos argentinos el comercio era su principal actividad econó mica y el control de
los puertos sobre el río de La Plata y las rutas del Atlá ntico sur era importante. Por eso,
cuando los britá nicos invaden en 1806 y luego en 1807, los porteñ os organizan una milicia
para hacerles frente bajo el mando de Cornelio Saavedra. Esta milicia derrota a los britá nicos
sin la ayuda de los españ oles. Esto les muestra sus propias capacidades de defensa y aviva el
deseo de independencia de los criollos locales quienes esperaban, desde principios del siglo
XIX, la posibilidad de participar no solo de las decisiones econó micas de la colonia sino de las
políticas también. Hasta ese momento, éstas recaían en las manos de los españ oles venidos de
la península Ibérica y no en los locales lo que había dado origen a una divisió n muy marcada
entre la oligarquía local y los realistas.
Los criollos, liderados por el jurista Juan José del Paso y engrandecidos por sus victorias sobre
los ingleses, empezaron a clamar por la independencia total de Españ a antes que los otros
territorios españ oles en América. Sin embargo, Saavedra, quien conocía las capacidades de su
milicia, les pidió a los criollos esperar a que Españ a estuviera aú n má s debilitada por los
franceses para declarar su autonomía y disminuir, de este modo, las probabilidades de que
Españ a atacara a los criollos por desacato a la corona.
Así, cuando en mayo de 1810 se conocieron las noticias que informan sobre la caída de la
Junta de Sevilla, Saavedra creyó que el momento había llegado. Los criollos convocaron a una
reunió n del Cabildo y proclamaron, el 25 de mayo de 1810, y bajo el mando del general
Manuel Belgrano, el fin del virreinato españ ol sobre las provincias del Río de la Plata. Nacían
Las Provincias Unidas de Sur América creando, para fines prá cticos, una Junta de Gobierno
presidida por el general Saavedra en la cual se afirmaba la lealtad de los criollos argentinos a
Fernando VII, legítimo rey de Españ a, y se desconocía la autoridad sobre Argentina de la Junta
de Sevilla en Españ a, por cuanto los argentinos no habían sido consultados para su creació n.
La lealtad argentina frente a Fernando VII era cuestionable y má s que legítima, constituía una
jugada política frente a los realistas ya que ni el general Saavedra, ni los criollos creían posible
que Napoleó n pudiera ser vencido con facilidad y menos que Fernando VII regresara al trono.
Sin embargo, Fernando VII regresó al trono y ejerció su poder de manera absoluta y déspota,
castigando a los criollos en América a quienes consideró revoltosos y peligrosos por haber
desconocida la Junta de Sevilla, lo que llevó a la campañ a de reconquista del continente. No
obstante, y al igual que había sucedido cuando las invasiones britá nicas, las tropas de la
reconquista no llegaron hasta las remotas tierras argentinas. Esto facilitó el surgimiento de un
Estado independiente antes que esto sucediera en el resto del Continente.
La lucha de independencia del Perú duro aproximadamente 15 añ os. En este territorio tenían
profundas divisiones sociales y econó micas. Vivian en un conservadurismo y temían la
revuelta del populacho. Por esto, la elite prefería la seguridad que le proporcionaba la
monarquía españ ola, sin embargo, má s que lealdad era miedo al colapso de la ley y el orden.
Algo que caracterizo este proceso de emancipació n fue que ellos nunca formaron un
movimiento independentista, quieran hacer cambios como libre comercio igualdad para los
criollos, pero todo dentro del marco del conservadurismo.
Antes de la creació n del virreinato del rio de la plata, este virreinato tenía mucho prestigio,
pero después empezó a decaer y Españ a no podría lograr sacarlo de la depresió n. Se
necesitaba ayuda, pero siempre era en el marco del conservadurismo, no estaba la noció n de
independencia.
Sin embargo, después de la restauració n de Fdo VII ene 1814 los interés de los criollos
pasaron a 2do plano. Una de las figuras importantes realista seria Abascal que despreciaba el
liberalismo y consideraba que el gobierno de Españ a era débil.
Hubo rebeliones fuertísimas indígenas en Perú , pero fueron aplastadas y no prosperaron. No
tenían ideas, ni aspiraban a un cambio radical, mas bien a alivios inmediatos Tupac Amaru
1781 y otras generaron el pá nico de los criollos y su unió n a los españ oles para derrocarlas. A
estas rebeliones les faltó el liderazgo criollo que habría sido de gran ayuda. El éxito del
movimiento indio dependería de una alianza con los criollos
La presió n india lejos de apresurar la independencia, aumentó el conservadurismo criollo por
temor a levantamientos. Los peruanos aceptaron el dominio españ ol por esta motivació n. Por
eso fue que la iniciativa de independencia peruana vino desde el exterior: lo ejércitos de San
Martín y luego de Bolívar.
La victoria de San Martín en Chile 1817-1818 comienza a ejercer presió n sobre Perú . EL virrey
carecía de recursos para aumentar sus fuerzas militares, los cabildos no quisieron cooperar.
San Martín acababa ya de desembarcar en Pisco con la idea de ir convenciendo a los mismos
peruanos que se unieran a la causa de camino a Lima, y así evitar derramamientos de sangre.
Iba a libertar al Perú pero para eso tenía que convencer de ello a los propios peruanos.
Conferencia de Paz en Miraflores en 1820 con la gente de San Martín pero no llegaron a
acuerdo porque no aceptan la insistencia de San Martín de la independencia del Perú aun
cuando la idea de éste era de una monarquía españ ola pero independiente a cargo de un
príncipe localmente en Perú .
San Martín en tierra seguía esperando la disolució n de los enemigos y el alzamiento de los
patriotas peruanos. Esta moderació n de San Martín convenció a los políticos criollos para
declarar la independencia bajo el amparo de una monarquía.
El 6 julio 1821 La Serna deja Lima hacia el interior y San Martín proclama la independencia
del Perú en Lima el 28 de julio de 1821.
Todos los peruanos (patriotas y realistas) confirieron poder a SM de manera que mantuviese
el orden. Pero había aú n problemas, la victoria no fue buscada por los propietarios peruano, ni
siquiera pelearon por ella por lo tanto no fueron conscientes de los sacrificios necesarios para
perpetuar el logro obtenido.
San Martín puso en marcha de inmediato una serie de reformas, como la libertad esclava,
prohibió el nombre indio, todos eran peruanos, abolió la mita, etc pero todas eran medidas
legislativas porque los criollos peruanos no las aplicaron.
Dictaron norma de abandonar el país a todos los españ oles, sus propiedades confiscadas, es
decir la política de SM fue antiespañ ola total.
SM decide ir a entrevistarse con Bolívar a Guayaquil (26-27 julio 1822) para cederle el paso en
Perú . Lo necesitaba definitivamente para consolidar la independencia. A el y a su ejército.
Creía que era el ú nico capaz de aplastar a los españ oles
Venezuela a principios del siglo XIX, destaca su importancia econó mica de la regió n como
centro productor de cacao y su papel como capital de la capitanía general de Venezuela.
Ademá s, la regió n estaba dividida socialmente, con una élite criolla que controlaba la política y
la economía y una gran població n de esclavos y afrodescendientes que estaban marginados.
Se dieron distintas rebeliones propiciadas por los pardos, una de estas fue en 1797 que pardos
mas blancos pobres que querían apoderarse del poder e instalar un gobierno republicano. Ello
fue demasiado radical y los mismos criollos colaboraron con las autoridades para aplastar el
movimiento. La aristocracia criolla no vio alternativa y aceptaba el poder españ ol como la mas
efectiva garantía de ley y orden.
Fue la intransigencia comercial de Españ a la que persuadió a la mayoría de los criollos a
pensar que sus intereses solo estarían a salvo con la independencia absoluta.
1810 con la disolució n de la Junta Central Venezuela reacciona de inmediato formando la
Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII y deponiendo a la autoridad local
españ ola. La primera junta decreta la libertad de comercio y proscribió la trata de esclavos,
convocando a elecciones.
Ya desde 1810 Francisco de Miranda había regresado a Venezuela y junto a Simó n Bolívar
componían un grupo pequeñ o radical que exigía la independencia. Su influencia política fue
potente y llegó a empujar la declaració n de independencia de la 1ª. Republica el 5 de julio de
1811.
Realistas españ oles apoyaron la insurrecció n negra. Comienza una lucha violenta racial y las
fueras realistas a tomar má s fuerza
Miranda a cargo de la milicia republicana y Domingo Monteverde capitá n españ ol que
reconquistó sin problemas gran parte de Venezuela (con refuerzos desde Puerto Rico) se
sientan ambos a negociar y a cambio de respetar las vidas la republica dimite. Fue el fin de la
1ª. Republica. su mayor problema en la estructura social de la colonia. Eran 3 grupos en
pugna: los realistas por el antiguo orden, los independentistas por la supremacía criolla, los
pardos y esclavos por su propia liberació n. Estas divisiones permitieron fá cilmente la
restauració n del poder real. Tambien el fracaso en la adopció n de una constitució n mal
adaptada a la realidad de la gente y que fue muy tolerante con el enemigo. Insistió en la unidad
y centralizació n, como ú nica poderosa forma de derrotar a los realist
Monteverde instaló una dictadura militar que no ayudó a pardos y esclavos les quedó claro
que el realismo tenía poco y nada que ofrecerles y se rebelaron en un vano intento por
derribar la dictadura en nov 1812. Su sentir era que habían combatido contra la repú blica
aristocrá tica para caer en manos de otros opresores.
consiguió un ejército de liberació n en Nueva Granada y golpeó el poder realista entre mayo y
agosto de 1813 con un éxito rotundo, entrando en Caracas el 6 de agosto de 1813 instalando
una dictadura en la prá ctica. Y en 2 enero 1814 consigue que la asamblea le otorgue poderes
supremos estableciéndose la 2da Repú blica Venezolana.
Monteverde intentó atemorizar a la població n con matanza de civiles, en ninguna parte llegó
tan lejos la crueldad españ ola. Quemaban y asesinaban. Era una guerra de exterminio.
1814 termina con grandes derrotas y guerras má s que sangrientas. Las razones del fracaso
eran similares a la 1era. Republica: la causa independentista aun no conquistaba el corazó n de
todos los venezolanos y gran parte de los ejércitos realistas estaban compuestos de
venezolanos.
Surge un nuevo y decisivo grupo, los llaneros, liderados por José Tomas Boves.). El ataca a las
fuerzas de Bolívar con grandes matanzas civiles, y terminan por destruir la segunda repú blica.
Boves había declarado guerra a muerte contra el enemigo criollo. Los llaneros se unen a Boves
para proteger su ganado y luchar por su libertad. Eran los defensores del orden colonial. En
1814 Bolívar se va.
Vuelve, y con ayuda de Haití (a cambio de promesa de liberació n de esclavos) a reconquistar
Venezuela ingresando por Barcelona el 31 diciembre de 1816, inaugurando el 3er período de
Repú blica.
LA revolució n no podía seguir haciendo caso omiso a los problemas raciales, Bolívar ve la
necesidad de fusionar las rebeliones de los criollos, con la de los pardos y los esclavos en un
gran movimiento. Cambia la estructura del ejército republicano. Pardos podían tomar cargos
superiores y cargos pú blicos. Bolívar era abolicionista. No podemos luchar por la libertad
manteniendo la esclavitud. P ero la aristocracia venezolana no estuvo de acuerdo, no habían
luchado por la independencia para perder sus propiedades.
Desde Angostura planifican la liberació n de Venezuela. Convocan al congreso nacional el 15
febrero 1819 que elige inmediatamente a Bolívar como Presidente de la Repú blica. La
constitució n nueva acoge gran parte de las ideas bolivarianas.
México a diferencia de otros países estaba alejada de las fuerzas libertadoras, este lucho solo y
su lucha nació de sí mismo. A diferencia del resto del continente, empezó por una violenta
protesta social desde abajo y Españ a tenía má s que perder que en cualquier lugar de América.
Las masas sufrieron miserias sin precedentes y el bajo clero muy pró ximo al pueblo empezó a
empatizar con el estado de los campesinos y las enormes desigualdades que enfrentaban. Así,
la violencia de la primera revolució n de México tuvo sus orígenes en el hambre y la
desesperació n de las masas indias (causas: crisis agrícola, creecimiento demografico). Los
ricos contrastaban horriblemente con la pobreza de la mayor parte de la població n y la
condició n de miseria y barbarie a la que estaban reducidos los indios.
Los españ oles eran menos del 1% de la població n, y poseían poca educació n y eran menos
pudientes que los criollos, pero tenían el poder de los cargos de la administració n.
Eran masas a punto de estallar dispuestas a seguir a cualquier líder. La desigualdad llevaría a
las castas a la revolució n.
la corona decide secuestrar fondos para enviar a Españ a (Consolidació n de vales reales le
llamaron) esta medida perjudicó mayormente a la Iglesia que era una gran capitalista proveía
de empréstitos a los locales, y a los má s ricos, españ oles y criollos. Este hecho creo un
resentimiento en las clases altas y un rechazo universal. Esto generó una crisis econó mica y
una gran crisis de confianza. Muchos españ oles se enfrentaron a la administració n y como
reacció n el virrey Iturrigaray se hizo del lado de los criollos fracturando a la elite.
colapso de la monarquía en 1808, el virrey suspende los secuestros de capital, otorga cargos a
los criollos y hasta da pie para discutir el tema de la soberanía, situació n sobre la cual criollos
manifiestan su oposició n a la autoridad de la junta de Españ a y que en ausencia del rey la
soberanía regresaba al pueblo. El cabildo asume que en ausencia de Fdo VII la soberanía
corresponde a Nva Españ a pero la audiencia con mayoría de españ oles rechaza la postura
temiendo un movimiento independentista.
La revolució n mexicana comenzó así: con una reacció n españ ola (pensaron que era el final
pero era el ppio). La có lera criolla y popular resultante de esta acció n, los llevó directo a una
nueva revolució n en 1810. Esta nace de la conspiració n criolla resentida contra los españ oles
y el levantamiento popular producto de la hambruna por la crisis del maíz de 1809 que afecto
hasta la minera por el alimento de las mulas. Esta fue la primera revolució n violenta. Fue
liderada por un criollo mexicano de familia modesta y sacerdote: Miguel Hidalgo y Costilla.
Hidalgo Sostenía que los indios dependían del liderazgo criollo para las acciones políticas. Lo
movía el odio a los peninsulares. Quería deponer autoridades, expulsar a los españ oles y
establecer una junta de gobierno criolla.
El día 16 de septiembre de 1810 en misa dominical lanza su famoso Grito de Dolores
(¡Independencia y Libertad!). Fue un grito de rebelió n má s que de independencia pero marcó
hondo a las generaciones mexicanas venideras. Millares de campesinos, indios, mineros, le
prestaron apoyo solo armados con arcos y flechas, lanzas, y solo unos pocos criollos se le
unieron. La causa hidalguista se basaba en un odio socio racial.
El movimiento de Hidalgo, a pesar de estos apoyos criollos menores, era un movimiento
popular y de masas, quería una reforma profunda, abolió tribito indio y la esclavitud (so pena
de muerte), ordenó devolució n de tierras a los indios. Pero no había forma legal para dar
forma a esta devolució n de tierras. Hidalgo no tenía fuerza de autoridad. Por lo que el
movimiento fue siempre de revueltas, pillaje, destrucció n y saqueo de haciendas de criollos y
españ oles. la mayoría de los criollos se oponían y el radicalismo de Hidalgo hizo que inclusive
los criollos que eran antiespañ oles se volvieran partidarios del gobierno colonial.
Morelos fue seguidor de las ideas de Hidalgo pero má s nacionalista, abogaba por la
independencia del país, era profundamente religioso y por tanto atacaba a borbones por ser
antirreligiosos. Llamaba a las masas a pedir igualdad de derechos, fin de las castas, y que las
tierras fueran de quienes las trabajaban. Para él la liberació n social, requería la liberació n
política, por lo tanto su objetivo inmediato era destruir el régimen colonial. Morelos fracasó
porque tampoco contó con el apoyo de los criollos, a pesar de haberlos expresamente llamado
a la causa, prometiéndoles que sus propiedades serían respetadas.
En México, sin embargo, la intervenció n no procedió de los libertadores americanos, sino de
los liberales imperialistas. Esta fue la ironía final del dominio españ ol en América.” (Lynch, pag
355).
la oligarquía criolla se convenció de que Españ a no podía garantizarle un control aristocrá tico
ni el orden social.
Por lo tanto, se comienzan a preparar para promover la independencia para conservar la
herencia colonial.
En enero de 1821 publica el “Plan Iguala. El plan invitaba a los españ oles a aceptar a México
como su patria. La forma de gobierno sería una monarquía constitucional.
El 28 de septiembre de 1821 el ejército Trigarante ocupa Ciudad de México y establece un
gobierno provisional de 5 miembros presidido por Iturbide.
Los criollos asumieron el control del gobierno. Las masas no recibieron casi ningú n beneficio
del Plan Iguala.
El apoyo de la Iglesia a Iturbide fue decisivo ya que influían en las masas cató licas. La actitud
de los indios era la indiferencia, con alguna nostá lgica simpatía por Hidalgo y Morelos.
Se firmó la independencia con Iturbide confirmado como jefe del ejecutivo, presidente de la
regencia y se le concedió el título de “alteza”.
BOLIVAR
Lynch destaca la importancia de Bolívar como líder político y militar de la independencia de
varios países latinoamericanos, y reconoce su lucha por la unificació n de los territorios
liberados. Asimismo, Lynch destaca la importancia de la ideología de Bolívar, que se centraba
en la libertad, la igualdad y la justicia social, y que fue una influencia clave en la lucha por la
independencia de América Latina.
Por otro lado, Lynch también es crítico con algunas de las decisiones y acciones de Bolívar,
especialmente en lo que se refiere a su visió n de la democracia y su tendencia a centralizar el
poder en sí mismo. Lynch señ ala que Bolívar a menudo actuó como un líder autoritario, y que
su visió n de la democracia era a veces limitada y excluyente.
Entre las principales críticas que se le hacen a Bolívar, segú n Lynch, se encuentran:
1. Tendencia a la autoridad: Bolívar tenía una tendencia a la autoridad, lo
que se reflejó en su deseo de crear un poder centralizado y fuerte que
gobernara los territorios liberados.
2. Exclusió n de sectores populares: A pesar de su discurso en favor de la
libertad y la igualdad, Bolívar no siempre fue inclusivo en su accionar político,
lo que se reflejó en su exclusió n de sectores populares de la participació n
política.
3. Visió n limitada de la democracia: Segú n Lynch, la visió n de Bolívar
sobre la democracia era limitada, y tendía a concentrar el poder en una élite
ilustrada y en sí mismo como líder.
4. Tendencia a la violencia: Bolívar también fue criticado por su tendencia
a la violencia, especialmente en lo que se refiere a la represió n de las
rebeliones indígenas en Perú .
Algunos aspectos positivos de son:
Liderazgo visionario: Bolívar fue un líder visionario que tuvo la capacidad de concebir un
proyecto de integració n latinoamericana y de construcció n de un Estado-nació n moderno y
soberano.
Estrategia militar: Bolívar fue un líder militar astuto que tuvo la habilidad de combinar la
guerra de guerrillas con la guerra convencional, lo que le permitió derrotar a los ejércitos
realistas y liberar gran parte de los territorios latinoamericanos.
Ambició n y autoritarismo: Brading señ ala que Bolívar era un hombre de gran
ambició n que buscaba consolidar su poder y expandir su influencia en la
regió n. Ademá s, también critica la defensa de Bolívar de la necesidad de una
autoridad centralizada y el mantenimiento de jerarquías sociales existentes.
Dificultades para construir una repú blica unida y democrá tica: Brading
reconoce que Bolívar fue una figura central en la lucha por la independencia de
América Latina, pero también destaca las dificultades que tuvo para consolidar
su poder y construir una repú blica unida y democrá tica en América Latina.
Segú n Brading, esto se debió en parte a la falta de un consenso político y social
en la regió n y a las rivalidades entre las diferentes naciones latinoamericanas.
aspectos positivos que Brading ve en Bolívar:
Líder en la lucha por la independencia: Brading destaca la importancia de Bolívar
como líder en la lucha por la independencia de América Latina. El autor reconoce que
Bolívar fue una figura central en las campañ as militares y políticas que llevaron a la
creació n de nuevos estados en la regió n, y que su liderazgo fue crucial para la
consecució n de la independencia.
Defensor de la libertad e igualdad: Brading reconoce que Bolívar fue un defensor de la
libertad e igualdad para los pueblos de América Latina, y que luchó contra el
imperialismo y el colonialismo. Aunque el autor señ ala las limitaciones en la ideología
de Bolívar, también destaca su compromiso con la libertad y la justicia social.
Influencia en la identidad latinoamericana: Brading también destaca la influencia de
Bolívar en la formació n de la identidad latinoamericana. El autor sostiene que Bolívar
fue un símbolo de la lucha por la independencia y la unificació n de América Latina, y
que su figura sigue siendo relevante en la regió n hasta el día de hoy.
SAN MARTIN
La figura de José de San Martín es una de las má s destacadas en la historia de América Latina y
un símbolo de la lucha por la independencia en la regió n. San Martín nació el 25 de febrero de
1778 en Yapeyú , en lo que hoy es Argentina, y se convirtió en un líder militar y político clave
en la emancipació n de varios países sudamericanos.
San Martín comenzó su carrera militar en Españ a, donde se formó como oficial del ejército y
participó en diferentes campañ as militares, incluyendo las guerras napoleó nicas. Sin embargo,
su compromiso con la causa de la independencia de América Latina lo llevó a renunciar a su
carrera militar en Europa y regresar a su tierra natal.
Como líder militar, San Martín es conocido por su estrategia audaz y su habilidad para
organizar y dirigir fuerzas armadas. Uno de sus logros má s destacados fue la creació n del
Ejército de los Andes, una fuerza militar que cruzó la Cordillera de los Andes en una campañ a
militar que culminó con la liberació n de Chile.
La acció n militar má s emblemá tica de San Martín fue la Batalla de Maipú , librada el 5 de abril
de 1818, donde las fuerzas independentistas lideradas por él obtuvieron una victoria decisiva
sobre las tropas realistas, asegurando la independencia de Chile. Esta batalla fue un hito clave
en el proceso de independencia sudamericano.
San Martín también fue fundamental en la liberació n del Perú . Tras la liberació n de Chile,
organizó una expedició n naval que desembarcó en Paracas, Perú , en 1820. Junto con el líder
peruano Simó n Bolívar, llevó a cabo una serie de campañ as militares exitosas que culminaron
en la Batalla de Ayacucho en 1824, donde las fuerzas independentistas obtuvieron una victoria
definitiva sobre los realistas, sellando la independencia del Perú .
Ademá s de su papel como líder militar, San Martín es reconocido por su visió n política y su
compromiso con la causa de la libertad. Fue un ferviente defensor de la independencia y la
unió n de los países sudamericanos, y buscó establecer repú blicas independientes y justas. Sin
embargo, su visió n política se vio opacada por las tensiones y conflictos en la regió n, y optó
por retirarse de la vida pú blica en 1824, tras la liberació n del Perú .
San Martin Era culto, aristó crata y de gran inteligencia. Su educació n liberal, con mucho viaje a
Europa que aumentaron su idealismo, admiraba la política inglesa y las ideas de la ilustració n.
Creía en la democracia pero sabía que América no estaba madura para aplicarla totalmente.
Pensaba que la inexperiencia política hacía difícil a los americanos organizar su
independencia.
IMPERIO DE BRASIL
Se redactó una Constitució n Imperial que inicialmente se trató como una asamblea, pero luego
se encomendó a un grupo de diez juristas brasileñ os nacidos en el país para su redacció n. La
Constitució n fue promulgada el 25 de marzo de 1824.
Las características principales de esta Constitució n eran que Brasil era una monarquía
unitaria (no federal), confesional (con libertad de culto) y parlamentaria. Los poderes se
dividían en tres: el emperador, quien ejercía el poder ejecutivo a través del Consejo de Estado,
y el poder legislativo, conformado por el senado y los diputados. Las elecciones eran
indirectas y restringidas, y el país se dividía en provincias, siendo el emperador quien
nombraba al presidente de cada una de ellas. Aunque el catolicismo era la religió n oficial, se
permitía la predicació n de otros cultos.
Durante este período, surgieron diversas facciones políticas y los republicanos se mantuvieron
al margen del sistema político. Uno de los desafíos que se enfrentaron fue la Confederació n del
Ecuador, una rebelió n regionalista.
La Regencia (1831-1840):
Pedro II fue proclamado emperador a los 5 añ os, y durante su minoría de edad se estableció
una regencia compuesta por tres miembros. Este período se consideró una experiencia
semirrepublicana.
En 1834, se llevó a cabo una reforma constitucional conocida como el "Acto Adicional",
impulsada por los liberales de la asamblea legislativa. Esta reforma se acercó al federalismo al
otorgar mayores poderes a las provincias, concediéndoles facultades en asuntos financieros e
impuestos. Fue una experiencia de semirrepú blica y semifederalismo.
Entre 1831 y 1838, se produjeron varias rebeliones regionalistas que pusieron en peligro la
continuidad del imperio y la unidad de Brasil. Sin embargo, ninguna de estas rebeliones
ocurrió en los centros má s poderosos del país, como Río de Janeiro, Sã o Paulo y Minas Gerais.
La Guerra de los Farrapos fue un conflicto republicano y posteriormente separatista que
también se desarrolló durante este período.
Fueron tiempos difíciles de consolidació n, pero se necesitaba un liderazgo má s só lido para
enfrentar la crisis. Se exigió que Pedro II asumiera antes de tiempo como símbolo de unidad, y
fue coronado a los 15 añ os en 1841.
Existían dos partidos principales, los liberales y los conservadores, y el sistema político
permitía la alternancia entre ellos. Durante los 50 añ os de Segundo Imperio, hubo 36
gobiernos, lo que demuestra una gran estabilidad política. Ademá s, se creó el gabinete de
ministros, adoptando un sistema similar al parlamentarismo britá nico.
Las reformas llevadas a cabo durante la era de reformas entre 1870 y 1889 sentaron las bases
para este cambio político. La abolició n de la esclavitud y las reformas agrarias contribuyeron a
la movilizació n y la toma de conciencia de diferentes sectores de la sociedad brasileñ a. La
creciente demanda de participació n política y el deseo de una sociedad má s igualitaria y
democrá tica encontraron eco en las ideas republicanas.
En este contexto, el papel del emperador Pedro II se volvió cada vez má s cuestionado. Aunque
había apoyado algunas reformas y se consideraba un defensor del liberalismo, el emperador
era percibido por muchos como un obstá culo para el avance hacia una repú blica democrá tica.
El descontento hacia la monarquía y la figura del emperador se profundizó , lo que allanó el
camino para el cambio político que se produjo en 1889.
Las reformas y los cambios implementados durante la era de reformas en Brasil sentaron las
bases para la construcció n de una nueva forma de gobierno y una sociedad má s inclusiva. La
Repú blica que se estableció en 1889 buscaba responder a las demandas de participació n
política, igualdad y modernizació n que habían surgido durante ese período. Sin embargo, la
transició n hacia la Repú blica también enfrentó desafíos y tensiones propias, y no todas las
expectativas y aspiraciones de la era de reformas se cumplieron de inmediato.
En resumen, la era de reformas entre 1870 y 1889 en Brasil fue un período de transformació n
significativa. Las reformas abarcaron diversos aspectos, desde la abolició n de la esclavitud
hasta las reformas agrarias y econó micas. Estas reformas sentaron las bases para la
movilizació n social y política que condujo a la proclamació n de la Repú blica en 1889. La era de
reformas dejó un legado duradero en la historia de Brasil y sentó las bases para la
construcció n de una sociedad má s justa y moderna.
REPUBLICAS
Argentina
Expansió n Territorial:
Durante este período, Argentina experimentó una importante expansió n territorial. Se
llevaron a cabo campañ as militares para consolidar la soberanía en las fronteras y anexar
nuevos territorios. Destacan la Conquista del Desierto, dirigida por Julio Argentino Roca, que
permitió la incorporació n de vastas regiones en el sur del país, y la Campañ a al Chaco, que
incorporó el territorio del Gran Chaco.
El régimen de Juan Manuel de Rosas fue un período de gobierno autoritario y centralizado que
tuvo lugar en Argentina desde 1829 hasta 1852. Rosas, un caudillo de la provincia de Buenos
Aires, logró acumular un gran poder político y control sobre el país durante este tiempo. A
continuació n, se detallan aspectos importantes de su régimen y las razones por las que
finalmente cayó :
Después de la caída de Juan Manuel de Rosas en 1852, se inició un período conocido como la
Organizació n Nacional en Argentina. Uno de los principales líderes políticos de esta etapa fue
Justo José de Urquiza, quien fue gobernador de Entre Ríos y se convirtió en presidente de la
Confederació n Argentina en 1854. Urquiza fue un defensor del federalismo y fue fundamental
para la sanció n de la Constitució n Nacional en 1853, que estableció el sistema político y los
derechos fundamentales del país.
Sin embargo, el gobierno de Urquiza no duró mucho tiempo. En 1861, Bartolomé Mitre, líder
del partido unitario, derrotó a Urquiza en la Batalla de Pavó n y se convirtió en presidente de
Argentina. Mitre gobernó durante cuatro añ os y promovió políticas de modernizació n y
desarrollo econó mico. Durante su presidencia, se construyó la primera línea de ferrocarril en
Argentina y se estableció la educació n pú blica gratuita y obligatoria.
El siguiente presidente fue Domingo Faustino Sarmiento, quien asumió el cargo en 1868.
Sarmiento fue un destacado intelectual y educador, y promovió la modernizació n y la
educació n como pilares del progreso nacional. Durante su mandato, se crearon escuelas,
bibliotecas y se fomentó la construcció n de infraestructura. Sin embargo, su gobierno también
enfrentó desafíos econó micos y sociales.
Después de estos presidentes, en la segunda mitad del siglo XIX, se consolidó el Partido
Autonomista Nacional (PAN) fue una fuerza política dominante en Argentina durante gran
parte del período conocido como la "Repú blica Conservadora". El PAN fue fundado en 1874 y
tuvo un fuerte respaldo de los sectores conservadores y oligá rquicos de la sociedad argentina.
El PAN se destacó por su defensa de los intereses de la clase terrateniente y la élite econó mica
del país. Representaba a los sectores conservadores que buscaban mantener el orden social
establecido y proteger sus privilegios econó micos. Promovían políticas que favorecían el
desarrollo agroexportador y la concentració n de tierras.
El partido mantuvo una estrecha relació n con las elites rurales y los poderosos estancieros de
las provincias. A través de su dominio político, el PAN aseguraba el control de los recursos
estatales y la distribució n de cargos pú blicos entre sus seguidores. Durante varias décadas, el
partido ejerció una gran influencia en la política argentina y tuvo un dominio casi
ininterrumpido del poder.
El declive del PAN se hizo evidente con la llegada de nuevas fuerzas políticas, como la Unió n
Cívica Radical (UCR), liderada por Hipó lito Yrigoyen. Estos movimientos buscaban representar
a los sectores má s populares y promover reformas sociales y políticas que desafiaban el
dominio conservador del PAN.
A pesar de su caída en las ú ltimas décadas del siglo XX, el PAN dejó un legado significativo en
la historia argentina. Su influencia política y econó mica ayudó a consolidar el poder de las
élites conservadoras y a mantener un sistema político dominado por sectores privilegiados.
Ademá s, sentó las bases para el desarrollo del sistema bipartidista que caracterizó a la política
argentina durante gran parte del siglo XX.
La UCR se originó como un movimiento político que buscaba representar los intereses de la
clase media urbana y luchar contra el dominio conservador del Partido Autonomista Nacional
(PAN). Su fundador y líder emblemá tico fue Leandro Alem, quien junto a un grupo de
intelectuales y políticos, buscaba promover reformas políticas, sociales y econó micas en
Argentina.
Uno de los principales ideales de la UCR era el sufragio universal y secreto, es decir, la idea de
que todos los ciudadanos adultos, sin importar su origen social, tuvieran el derecho a votar de
manera libre y anó nima. También abogaban por la justicia social, la igualdad de oportunidades
y la defensa de los derechos civiles y políticos.
Hipólito Yrigoyen
Hipó lito Yrigoyen, líder de la Unió n Cívica Radical (UCR), alcanzó la presidencia de Argentina
en dos ocasiones: en 1916 y en 1928. Su llegada al poder en 1916 marcó un hito importante,
ya que se convirtió en el primer presidente elegido democrá ticamente en el país gracias a la
implementació n del voto secreto y obligatorio.
Durante su presidencia, Yrigoyen implementó una serie de políticas que buscaban promover la
justicia social y la participació n popular. Una de sus principales políticas fue la reforma
política, que incluyó la adopció n del voto secreto y obligatorio, lo que permitió una mayor
participació n ciudadana en las elecciones y fortaleció la democracia en Argentina. Ademá s,
Yrigoyen impulsó reformas destinadas a fortalecer la autonomía de las provincias y limitar la
influencia del poder central, en un intento por descentralizar el gobierno y otorgar mayor
autonomía a los gobiernos locales.
En términos de apoyo político, Yrigoyen contaba con el respaldo de la clase trabajadora, los
sindicatos y amplios sectores populares. Su liderazgo carismá tico y su compromiso con la
justicia social le dieron un amplio respaldo popular.
A pesar de sus logros y apoyo popular, Yrigoyen fue derrocado por un golpe militar en 1930,
poniendo fin a su segundo mandato presidencial. La crisis econó mica y política que enfrentaba
el país en ese momento, agravada por la influencia de la crisis financiera de Wall Street en
1929, debilitó su gobierno y generó un clima propicio para el golpe militar. El derrocamiento
de Yrigoyen marcó un cambio significativo en la historia política de Argentina, y el país ingresó
en una era de inestabilidad y sucesivos golpes de Estado en las décadas siguientes. A pesar
A pesar de que Yrigoyen implementó importantes reformas políticas, laborales y sociales
durante su presidencia en Argentina, también enfrentó críticas y controversias. Se le acusaba
de tener un estilo de liderazgo autoritario y de promover intervenciones federales en las
provincias para consolidar su poder. Estas intervenciones eran vistas como una violació n de la
autonomía provincial y generaron tensiones y resistencia en algunos sectores.
MEXICO
Uno de los primeros acontecimientos importantes fue la figura de Agustín de Iturbide, quien,
junto con Vicente Guerrero, promulgó el Plan de Iguala en 1821. Este plan buscaba unificar a
los diferentes grupos en favor de la independencia y establecía tres principios fundamentales:
la independencia de México, la religió n cató lica como ú nica religió n permitida y la igualdad de
derechos para todos los habitantes, sin importar su origen étnico o social.
Iturbide, en un intento por mantener el control, se autoproclamó emperador de México en
1822. Sin embargo, su régimen despó tico generó descontento entre diversos sectores políticos
y militares. Ademá s, su alianza estrecha con la Iglesia Cató lica y la imposició n de políticas
conservadoras despertaron resistencia en aquellos que buscaban un gobierno republicano y la
separació n de la Iglesia y el Estado.
Esta oposició n culminó con la caída de Iturbide y el establecimiento de la Repú blica en 1823.
Se formó una junta provisional que convocó a un Congreso Constituyente para redactar una
nueva Constitució n que estableciera las bases de gobierno del país. La Constitució n de 1824 se
promulgó ese mismo añ o y estableció un sistema federal y una forma de gobierno republicana.
Se crearon los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y se estableció un
sistema de representació n popular.
Ademá s de los desafíos internos, México también tuvo que lidiar con su relació n con Estados
Unidos. En 1836, ocurrió la independencia de Texas, una provincia mexicana habitada
principalmente por colonos estadounidenses. La anexió n de Texas por parte de Estados
Unidos en 1845 generó tensiones y culminó en la guerra entre México y Estados Unidos en
1846. Esta guerra tuvo un impacto significativo en la consolidació n de la Repú blica mexicana,
ya que México perdió gran parte de su territorio, incluyendo los actuales estados de California,
Texas, Arizona, Nuevo México y otros
La figura de Benito Juá rez emergió como una de las figuras má s importantes durante el
proceso de consolidació n de la Repú blica en México. Juá rez, nacido en 1806 en el estado de
Oaxaca, fue un destacado abogado, político y estadista que desempeñ ó un papel fundamental
en la construcció n del Estado de derecho y la modernizació n del país.
Juá rez se convirtió en una figura prominente durante el periodo conocido como la Reforma,
que abarcó desde mediados de la década de 1850 hasta finales de la década de 1860. Durante
este tiempo, México se encontraba en un estado de agitació n política y enfrentaba una serie de
desafíos, como la lucha por la separació n de la Iglesia y el Estado, la consolidació n de un
régimen republicano y la defensa de la soberanía nacional frente a las intervenciones
extranjeras.
Como líder del Partido Liberal, Juá rez desempeñ ó un papel clave en la promulgació n de las
Leyes de Reforma, una serie de leyes y decretos que buscaban limitar el poder de la Iglesia
Cató lica y promover la secularizació n de las instituciones pú blicas. Estas leyes incluían la Ley
Juá rez, que establecía la separació n definitiva entre la Iglesia y el Estado, y la Ley de
Nacionalizació n de los Bienes Eclesiá sticos, que confiscaba los bienes y propiedades de la
Iglesia para ser utilizados en beneficio del Estado y la sociedad.
La labor reformista de Juá rez fue crucial para establecer un marco jurídico y político má s laico
y moderno en México. Sus esfuerzos también sentaron las bases para una mayor igualdad y
justicia social al limitar los privilegios y el poder político de la Iglesia y fomentar la
participació n ciudadana en la vida política del país.
Ademá s de su papel en la Reforma, Benito Juá rez fue presidente de México en varias
ocasiones. Durante el periodo conocido como la Guerra de Reforma y la Intervenció n Francesa,
Juá rez lideró la resistencia contra la invasió n francesa y la instauració n del Segundo Imperio
Mexicano encabezado por Maximiliano de Habsburgo.
La resistencia de Juá rez y sus seguidores llevó a la derrota de las fuerzas francesas y al
restablecimiento de la Repú blica en México. Juá rez fue nuevamente presidente y emprendió
importantes reformas, incluyendo la promulgació n de la Constitució n de 1857, que estableció
una base legal para el país.
La importancia de Benito Juá rez radica en su defensa de los principios democrá ticos, el Estado
de derecho y la soberanía nacional. Sus ideales y acciones contribuyeron a sentar las bases de
un México moderno, secular y democrá tico. Su legado sigue siendo relevante hasta la
actualidad, y es considerado uno de los personajes má s destacados en la historia de México.
A finales del siglo XIX, México se vio envuelto en una serie de movimientos y revoluciones que
buscaban impulsar cambios políticos, sociales y econó micos en el país. Uno de los
movimientos má s importantes fue el Plan de Tuxtepec en 1876, liderado por Porfirio Díaz, que
buscaba derrocar al entonces presidente Sebastiá n Lerdo de Tejada. Díaz logró tomar el poder
y se convirtió en presidente de México, inaugurando lo que se conoce como el Porfiriato.
Durante el Porfiriato, que se extendió desde 1876 hasta 1911, México experimentó un período
de crecimiento econó mico y modernizació n, pero también de autoritarismo y desigualdad.
Díaz implementó políticas que promovían la inversió n extranjera y el desarrollo de
infraestructuras, como la construcció n de ferrocarriles y la explotació n de recursos naturales.
Sin embargo, estas políticas también condujeron a la concentració n de la riqueza en manos de
unos pocos y a la marginalizació n de vastos sectores de la població n, especialmente los
campesinos.
La desigualdad y la falta de oportunidades para las clases populares, así como la reelecció n
continua de Díaz, generaron un creciente descontento y un llamado a la democracia y la
justicia social. Estos ideales encontraron eco en varios grupos y líderes políticos, entre ellos
Francisco Madero, quien lideró el movimiento conocido como la Revolució n Mexicana.
En 1910, Madero proclamó el Plan de San Luis Potosí, que llamaba a la insurrecció n contra el
gobierno de Díaz y demandaba la restauració n de la democracia. La Revolució n Mexicana se
extendió por todo el país y contó con la participació n de diversas facciones, como los
zapatistas de Emiliano Zapata y los villistas de Pancho Villa. El conflicto armado duró casi una
década y tuvo un alto costo humano y social, pero finalmente resultó en el derrocamiento de
Díaz y el establecimiento de un nuevo orden político.
En 1917, se promulgó la Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos, que es la carta
magna vigente en el país hasta la fecha. Esta constitució n fue resultado de las demandas y los
ideales de la Revolució n Mexicana y estableció importantes cambios, como la nacionalizació n
de los recursos naturales, la protecció n de los derechos laborales, la reforma agraria y la
separació n Iglesia-Estado.
La Revolució n Mexicana y la Constitució n de 1917 sentaron las bases para la consolidació n de
la Repú blica en México y marcaron un importante punto de inflexió n en la historia del país. Sin
embargo, el camino hacia la estabilidad política y la democracia plena no fue fá cil. A lo largo
del siglo XX, México enfrentó desafíos políticos, sociales y econó micos, así como alternancias
en el poder y periodos de autoritarismo.
PERÚ
Una vez alcanzada la victoria definitiva sobre las fuerzas realistas, se inició un proceso de
establecimiento de un nuevo orden político y social en el país. La Constitució n de 1823,
conocida como la "Constitució n Vitalicia", fue promulgada bajo el gobierno de Bolívar. Esta
constitució n establecía un régimen republicano, con un presidente vitalicio y un sistema de
gobierno centralizado. Sin embargo, esta constitució n tuvo una corta duració n debido a la
renuncia de Bolívar y la inestabilidad política que siguió a su partida.
Uno de los eventos clave en el proceso de consolidació n de la Repú blica peruana fue la Guerra
con Chile (1879-1884). Este conflicto bélico, conocido también como la Guerra del Pacífico,
enfrentó a Perú y Bolivia contra Chile por la disputa de territorios ricos en recursos naturales,
especialmente en salitre y guano. Perú sufrió una derrota devastadora y perdió gran parte de
su territorio, incluyendo las provincias de Tacna y Arica.
Manuel Pardo y Lavalle fue un destacado político peruano y una figura clave en el proceso de
consolidació n de la Repú blica en Perú . Pardo fue presidente de Perú en el periodo
comprendido entre 1872 y 1876, convirtiéndose en el primer presidente civil del país.
Ademá s de sus esfuerzos econó micos, Pardo también se preocupó por promover la educació n
y la cultura en el país. Impulsó la creació n de instituciones educativas y fomentó el desarrollo
de la ciencia, el arte y la literatura. Durante su gobierno, se fundó la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, una de las universidades má s antiguas de América Latina.
Pardo también fue un defensor de los derechos civiles y políticos. Durante su gobierno, se
promulgó la Ley de Matrimonio Civil, que estableció el matrimonio civil como ú nica forma
legal de matrimonio en el país. Esta medida fue un importante avance en la separació n de la
Iglesia y el Estado, y en la promoció n de los derechos individuales.
Sin embargo, el gobierno de Pardo también enfrentó desafíos y críticas. A pesar de sus
esfuerzos por estabilizar la economía, la situació n econó mica del país seguía siendo precaria y
se generaron tensiones sociales. Ademá s, su gobierno se vio afectado por la corrupció n y los
conflictos políticos.
A pesar de los desafíos, el proceso de consolidació n de la Repú blica en Perú también estuvo
marcado por avances significativos en el á mbito institucional y jurídico. En 1856, se promulgó
una nueva Constitució n que establecía la separació n de poderes, garantizaba derechos
fundamentales y establecía el sufragio universal masculino. Este documento sentó las bases
para el desarrollo de una estructura jurídica y política má s só lida en el país.
Asimismo, durante el siglo XIX, Perú vivió un período de expansió n econó mica impulsado por
la exportació n de productos como el guano y el salitre, que generaron ingresos significativos
para el país. Esta bonanza econó mica, sin embargo, fue efímera y no se tradujo en un
desarrollo sostenible ni en una distribució n equitativa de la riqueza.
El ciclo del guano también tuvo un impacto político en Perú . La bonanza econó mica resultante
de la exportació n de guano fortaleció el gobierno central y le proporcionó recursos financieros
para ejercer un mayor control sobre el territorio peruano. Ademá s, la explotació n del guano
llevó a un auge de la migració n interna hacia las á reas costeras, lo que contribuyó a la
integració n y consolidació n de la nació n peruana.
Sin embargo, a pesar de los beneficios iniciales, el ciclo del guano también tuvo sus
limitaciones y consecuencias negativas. La dependencia excesiva de la exportació n de guano
hizo que la economía peruana fuera vulnerable a los cambios en los mercados internacionales.
Ademá s, la explotació n intensiva del guano sin una gestió n adecuada provocó la degradació n
del medio ambiente y la reducció n de las poblaciones de aves marinas.
CAUDILLISMO
El caudillismo fue un fenó meno político y social que predominó en América Latina durante el
siglo XIX. Se caracterizó por el surgimiento de líderes carismá ticos, conocidos como caudillos,
que ejercían un poder personal y autoritario sobre una regió n o un grupo de seguidores. Estos
caudillos se destacaban por su carisma, habilidades militares y capacidad para movilizar
seguidores leales.
El caudillismo surgió como consecuencia de los conflictos y desequilibrios políticos que
ocurrieron después de la independencia de las colonias latinoamericanas. Los caudillos
llenaron el vacío de poder y se convirtieron en figuras centrales en la política y el gobierno de
la época. A menudo, se aprovechaban de la debilidad institucional y de la falta de una
autoridad centralizada para consolidar su poder.
Liderazgo carismá tico: Los caudillos se destacaban por su carisma y capacidad para generar
seguidores leales. Utilizaban su personalidad magnética y su capacidad para movilizar masas
para obtener apoyo y legitimidad.
Porfirio Díaz (México): Díaz es uno de los caudillos má s destacados de México. Lideró la
Revolució n de Tuxtepec en 1876, derrocando al presidente Sebastiá n Lerdo de Tejada. Díaz
estableció un régimen dictatorial conocido como el Porfiriato, que se extendió desde 1876
hasta 1911. Durante su gobierno, se centró en la modernizació n y el desarrollo econó mico de
México, atrayendo inversiones extranjeras y promoviendo la construcció n de infraestructuras
como ferrocarriles y telegrafía. Sin embargo, su gobierno se caracterizó por la represió n
política, la falta de democracia y la concentració n de la riqueza en manos de una élite.
Antonio Ló pez de Santa Anna (México): Santa Anna es uno de los caudillos má s influyentes en
la historia de México. Participó en numerosos levantamientos y fue presidente de México en
varias ocasiones durante el siglo XIX. Sin embargo, su liderazgo fue marcado por la
inconsistencia política y la bú squeda de su propio beneficio. Santa Anna se destacó por su
carisma y habilidades militares, pero también por su falta de estabilidad y su propensió n a
cambiar de bando segú n sus intereses personales.
INFLUENCIA DE ESTADOS UNIDOS
Por otro lado, el interamericanismo se refiere a la cooperació n y relaciones entre las naciones
de América. Durante el período estudiado, Estados Unidos buscó establecer y fortalecer lazos
con las naciones latinoamericanas a través de organizaciones como la Unió n Panamericana
(hoy OEA) y la Cumbre de las Américas. Estas iniciativas tenían como objetivo promover la
estabilidad política, el desarrollo econó mico y la cooperació n regional en el continente.
Sin embargo, el interamericanismo también se vio influenciado por los intereses imperiales de
Estados Unidos. En ocasiones, la cooperació n y las políticas de Estados Unidos hacia América
Latina estaban motivadas por el deseo de mantener su dominio y control en la regió n, má s que
por un genuino espíritu de igualdad y colaboració n.
En primer lugar, Estados Unidos buscaba expandir su influencia econó mica en América Latina
para asegurar mercados y recursos naturales necesarios para su crecimiento industrial. El
comercio entre Estados Unidos y los países latinoamericanos se intensificó , y productos como
el azú car, el café, el petró leo y los minerales eran vitales para la economía estadounidense. Por
ejemplo, en el caso de Cuba, Estados Unidos se convirtió en su principal socio comercial,
importando azú car y otros productos agrícolas de la isla.
La economía estadounidense también influyó en la política interna de los países
latinoamericanos. Estados Unidos utilizó la diplomacia econó mica para promover sus
intereses y ejercer influencia política en la regió n. Por ejemplo, la Doctrina Monroe de 1823
proclamaba que América Latina estaba dentro de la esfera de influencia de Estados Unidos y
cualquier intervenció n europea sería considerada una amenaza a los intereses
estadounidenses. Esto sirvió como justificació n para intervenir militarmente en países
latinoamericanos, como en el caso de la guerra hispano-estadounidense de 1898, que resultó
en la independencia de Cuba y la adquisició n de Puerto Rico, Guam y Filipinas por parte de
Estados Unidos.
Otro ejemplo destacado es el caso de México. Durante el siglo XIX, Estados Unidos buscó
expandir su territorio hacia el oeste y adquirió una gran parte del territorio mexicano a través
de la guerra mexicano-estadounidense (1846-1848). Esta expansió n territorial estuvo
motivada por intereses econó micos, como la bú squeda de nuevos recursos naturales y
oportunidades comerciales.