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UNIVERSIDAD PANAMERICANA CENTRO REGIONAL AHUACHAPÁN

TEMA:

LAS DEUDAS PUBLICAS

ACTIVIDAD:

INVESTIGACIÓN DE CATEDRA

MATERIA:

FINANZAS PUBLICAS

INTEGRANTES:

1-KENY JAZMÍN SALAZAR IBAÑEZ CJAH210050

2-FRANCISCO ISMAEL GOMEZ CJAH 230168

3-PAOLA ALEXANDRA RAMIREZ GARCÍA CJAH210144

4-KARLA GUADALUPE BARRIENTOS VILLEDA CJAH210148

5-ENRIQUE ALBERTO CADENAS GARCÍA CJAH210124

6- BYRON GIOVANNI CORTEZ SANTOS CJAH210042

CARRERA:

LICENCIATURA EN CIENCIAS JURÍDICAS

CATEDRÁTICO:?????????????????

FECHA DE ENTREGA: Miércoles 17 de abril de 2024.


INTRODUCCIÓN ....................................................................................... 4
LA DEUDA PÚBLICA: CONCEPTOS Y REALIDADES HISTÓRICAS ............ 6
Conceptos Teóricos ................................................................................... 6
LA DEUDA FLOTANTE .............................................................................. 8
Préstamos a corto plazo: ........................................................................ 8
Créditos comerciales: ............................................................................. 8
Acreencias laborales: ............................................................................. 8
Impuestos por pagar: ............................................................................. 8
Otras obligaciones corrientes: ................................................................ 8
LA DEUDA CONSOLIDADA ....................................................................... 9
Impacto Económico: ............................................................................ 10
Gestión de la Deuda: ........................................................................... 10
LA DEUDA PERPETUA ........................................................................... 11
¿QUIÉNES SE VALEN DE ELLA? ......................................................... 11
CARACTERÍSTICAS ............................................................................. 11
Deuda perpetua interna:...................................................................... 12
Deuda perpetua externa: ..................................................................... 12
LOS CICLOS DE LA DEUDA EN AMÉRICA LATINA ................................. 12
LA DEUDA EXTERNA DE EL SALVADOR ................................................ 17
Aspectos generales .............................................................................. 17
Niveles de Deuda: ................................................................................ 18
Servicio de la Deuda: ........................................................................... 18
SITUACIÓN ACTUAL EN EL SALVADOR ................................................. 18
La deuda pública durante el Gobierno de Nayib Bukele ....................... 19
LA DEUDA VOLUNTARIA Y LA DEUDA FORZOSA .................................. 21
Deuda Voluntaria: ............................................................................... 21
Deuda Forzosa: ................................................................................... 22
LA DEUDA DIRECTA Y LA DEUDA INDIRECTA ...................................... 23
Deuda Directa: .................................................................................... 23
Deuda Indirecta:.................................................................................. 23
ALTERNATIVAS A LA DEUDA PÚBLICA .................................................. 24
Inversión extranjera directa (IED): ....................................................... 24
Asistencia oficial para el desarrollo (AOD): ........................................... 24
Financiamiento público-privado (PPP): ................................................. 25
INTRODUCCIÓN
El presente ensayo tiene por objeto proporcionar una breve descripción de
la dinámica de las deudas publicas externa o internas y sus implicaciones
para el desarrollo de América Latina. Este está dividido en cuatro partes. En
la primera parte del ensayo se abordará las definiciones de las deudas
públicas, así como algunos conceptos teóricos relacionados con el análisis
de la deuda. En la segunda parte se hará un repaso por los ciclos de la
deuda externa desde el periodo de la independencia. La tercera parte
analizara las cifras actuales de la deuda externa de América Latina y en
especial en El Salvador. En la cuarta y última parte del ensayo se discutirán
las alternativas al fenómeno de la deuda. La deuda externa es un fenómeno
económico que afecta a países de todo el mundo y desempeña un papel
crucial en la dinámica financiera global. Se refiere al dinero que un país
debe a entidades extranjeras, como gobiernos, instituciones financieras
internacionales o inversores privados. Esta deuda puede surgir de
préstamos otorgados para financiar proyectos de desarrollo, cubrir déficits
presupuestarios, responder a emergencias económicas o mantener la
estabilidad financiera.

El concepto de deuda externa abarca una variedad de instrumentos


financieros, incluyendo préstamos bilaterales y multilaterales, bonos
emitidos en mercados internacionales, líneas de crédito y otras formas de
financiamiento. Los términos y condiciones de esta deuda, como los plazos
de pago, tasas de interés y garantías, pueden variar según los acuerdos
establecidos entre el prestatario y el prestamista.

La deuda externa puede ser una herramienta importante para financiar el


desarrollo económico y social de un país, permitiendo la inversión en
infraestructura, educación, salud y otros sectores clave. Sin embargo, un
nivel excesivo de deuda puede generar preocupaciones sobre la
sostenibilidad financiera, ya que los pagos de intereses y amortizaciones
pueden representar una carga significativa para la economía del país
deudor.

La gestión adecuada de la deuda externa es fundamental para garantizar la


estabilidad financiera y promover el crecimiento económico sostenible. Esto
puede implicar la adopción de políticas fiscales prudentes, la negociación de
términos favorables de préstamos, la diversificación de fuentes de
financiamiento y la implementación de reformas estructurales que mejoren
la capacidad de pago y fortalezcan la economía del país deudor.

En resumen, la deuda externa es un aspecto importante de la economía


global que requiere una atención cuidadosa y una gestión responsable para
asegurar que contribuya al desarrollo económico y social sin comprometer
la estabilidad financira a largo plazo.
LA DEUDA PÚBLICA: CONCEPTOS Y REALIDADES
HISTÓRICAS
Desde la creación de los primeros mercados de bonos y títulos de deuda en
las ciudades italianas de Florencia y Venecia entre los siglos XIV y XV, la
capacidad de obtener financiamiento de forma sostenida y adecuada por
parte de los diferentes actores participantes en los principales sucesos
geopolíticos de los últimos siglos ha jugado un papel clave en su desenlace
y en el desarrollo posterior de las naciones estado. Casi sin excepción ha
sido el caso que la mayor facilidad para acceder a financiamiento a través
de la emisión de deuda inclino de forma determinante la balanza a favor de
una de las partes: los Países Bajos protestantes en su lucha contra la
España católica, de Inglaterra en su confrontación con la Francia
Napoleónica o de la Unión en la guerra civil americana. La otra cara de estas
victorias financieras, es por supuesto, el atraso histórico sufrido por las
partes derrotadas respecto a sus rivales. Estas evoluciones paralelas
muestran la espada de doble filo que representan los mercados financieros
y la deuda a través de la historia y el desarrollo del capitalismo. América
Latina no ha sido ajena a esta dinámica. Forzada a una especialización
económica dependiente de las necesidades de la metrópoli desde tiempos de
la colonia, y sujeta a la evolución de los ciclos financieros de los principales
centros capitalistas, la región se ha visto sacudida de forma regular a lo
largo de la historia por crisis económicas asociadas a la deuda externa.

Conceptos Teóricos
El incremento de la productividad como determinante clave en el largo plazo
de los niveles de vida en un país es uno de los supuestos básicos de la teoría
económica del desarrollo. Esta señala que la transformación de sociedades
agrícolas con bajos niveles de productividad hacia sociedades urbanas
especializadas en actividades manufactureras de alta productividad, pasa
por la progresiva acumulación de capital a través de altas tasas de inversión.
Así, la movilización de ahorros externos en la forma de crédito e inversión
extranjera son resaltados como mecanismos para acelerar el proceso de
transformación productiva y económica, dada la incapacidad de los países
en desarrollo por un lado de fabricar los bienes de capital requeridos; y por
el otro de proveer los niveles de ahorro requeridos para financiar el proceso
de inversión debido a los bajos niveles de ingreso imperantes

La teoría justifica la necesidad del crédito externo ya que este permite


resolver la brecha de divisas, al proveer la moneda extranjera requerida para
pagar por las importaciones de bienes de capital asociadas con las primeras
fases del proceso de industrialización, y la brecha de ahorro, al
complementar el ahorro interno e incrementar las tasas de inversión y por
ende de acumulación de capital.

El proceso de acumulación de deuda externa se asocia así con el nivel de


desarrollo económico de un país a través del llamado ciclo de la deuda. Este
ciclo está compuesto por cuatro etapas y la ubicación de un país a lo largo
del tiempo dentro del ciclo está determinada por su Posición Neta de
Inversión Internacional y el balance de la cuenta corriente. Un país inicia su
recorrido en el ciclo como un deudor joven, con un saldo negativo de cuenta
corriente y una acumulación de deuda externa asociada a dicho saldo. En
la medida en que el país genera ingresos por exportaciones resultado de las

inversiones iniciales, el saldo de cuenta corriente se torna positivo y empieza


el proceso de pago de la deuda externa, lo que convierte al país en un deudor
maduro. En la tercera etapa, el país es un acreedor joven. La acumulación
de saldos positivos de cuenta corriente ha permitido el pago completo de la
deuda y ahora el país es un acreedor neto que acumula activos
internacionales. Finalmente, el país se convierte en un acreedor maduro,
situación en la cual el país registra saldos negativos de cuenta corriente por
lo que empieza a reducir sus activos internacionales, aunque permanece
como acreedor neto.
En este punto de la narrativa un observador agudo puede resaltar que esta
narrativa teórica se constituye en unas paradojas de la ciencia económica
ya que, aunque esta resalta el rol benéfico que en teoría el crédito externo
debe desempeñar en el proceso de crecimiento económico, en la practica la
deuda externa se ha constituido en un obstáculo casi insalvable en el
camino hacia el desarrollo. Como muestra el registro histórico, la norma ha
sido la transferencia neta de recursos financieros de países en desarrollo a
países desarrollados. Un análisis de las cifras históricas asociadas con el
ciclo de la deuda muestra que la mayor parte de los países en desarrollo han
sido y continúan siendo deudores netos6. En palabras de Jhon Williamson,
“el crédito a los países emergentes es una historia que no ha sido feliz”.

LA DEUDA FLOTANTE
La deuda flotante puede tomar diversas formas, incluyendo:

Préstamos a corto plazo: Créditos concedidos por instituciones financieras


u otras entidades que deben ser reembolsados dentro de un año o menos.

Créditos comerciales: Obligaciones pendientes de pago a proveedores por


bienes y servicios adquiridos a crédito.

Acreencias laborales: Compromisos financieros relacionados con salarios,


prestaciones laborales y otros beneficios para empleados.

Impuestos por pagar: Obligaciones tributarias que deben ser saldadas en


el corto plazo.

Otras obligaciones corrientes: Incluye cualquier otra deuda o compromiso


financiero que deba ser pagado en un plazo inferior a un año, como intereses
devengados, alquileres pendientes, entre otros.

La gestión efectiva de la deuda flotante es importante para garantizar la


estabilidad financiera y la liquidez de una entidad. Un nivel excesivo de
deuda flotante puede indicar problemas de flujo de efectivo y solvencia, lo
que puede dificultar la capacidad de la entidad para cumplir con sus
obligaciones financieras a corto plazo. Por lo tanto, es crucial para las
empresas y otras entidades monitorear de cerca su deuda flotante y tomar
medidas para gestionarla de manera efectiva, ya sea refinanciando
préstamos, negociando plazos de pago con proveedores o mejorando la
gestión del flujo de efectivo.

LA DEUDA CONSOLIDADA
La deuda consolidada se refiere al total de todas las obligaciones financieras
de una entidad, ya sea una empresa, un gobierno o una persona, incluyendo
tanto la deuda a corto plazo como la deuda a largo plazo. En otras palabras,
es la suma de todos los compromisos financieros que una entidad tiene en
un momento dado.

La deuda consolidada puede incluir una variedad de instrumentos


financieros, tales como préstamos bancarios, bonos emitidos en los
mercados de capitales, obligaciones financieras derivadas de contratos de
arrendamiento financiero (leasing), así como otras formas de
financiamiento. Esta deuda puede ser tanto interna como externa,
dependiendo de si los acreedores son residentes en el mismo país que la
entidad o en el extranjero.

La deuda consolidada es un indicador importante de la salud financiera de


una entidad, ya que refleja su capacidad para hacer frente a sus
obligaciones financieras a largo plazo. Las organizaciones suelen utilizar la
deuda consolidada como parte de su análisis financiero para evaluar la
solvencia y la capacidad de endeudamiento de la entidad. Un nivel excesivo
de deuda consolidada puede indicar riesgos financieros y de liquidez,
mientras que un nivel manejable puede ser necesario para financiar
inversiones y proyectos de crecimiento.
Es importante tener en cuenta que la deuda consolidada puede variar con
el tiempo debido a factores como la emisión o amortización de nuevos bonos,
la adquisición o venta de activos, así como cambios en las condiciones del
mercado financiero. Por lo tanto, es fundamental para las entidades
gestionar cuidadosamente su deuda consolidada y mantener un equilibrio
adecuado entre el financiamiento de sus operaciones y la preservación de
su salud financiera a largo plazo.

Impacto Económico:
Una deuda externa alta puede limitar la capacidad del país para invertir en
el desarrollo económico y social, ya que los recursos financieros disponibles
se destinan al pago de la deuda.

Además, un aumento en los costos de endeudamiento o una disminución


en la confianza de los prestamistas internacionales pueden dificultar la
capacidad de El Salvador para acceder a financiamiento en el futuro.

Gestión de la Deuda:
El gobierno de El Salvador implementa estrategias de gestión de deuda para
administrar la deuda externa de manera efectiva y garantizar la
sostenibilidad financiera.

Esto puede incluir la renegociación de términos de deuda, la diversificación


de fuentes de financiamiento y la implementación de políticas económicas
que estimulen el crecimiento y la generación de ingresos.

Perspectivas Futuras:

La gestión adecuada de la deuda externa es crucial para mantener la


estabilidad financiera y promover el desarrollo económico sostenible en El
Salvador. El país puede buscar oportunidades para reestructurar su deuda,
fortalecer su posición fiscal y mejorar su capacidad para atraer inversión
extranjera directa.
LA DEUDA PERPETUA
Entendemos por deuda perpetua aquella que no incorpora obligación de
reembolso ni tiene fecha de vencimiento fijada, por lo que es el emisor el que
se reserva el derecho de amortizarla cuando considere oportuno. Como
consecuencia de ello, los intereses son bastante superiores a los del
mercado. Además, el suscriptor de este tipo de deuda no recibirá nunca la
devolución del capital suscrito y sólo percibirá los intereses convenidos.

¿QUIÉNES SE VALEN DE ELLA?


Normalmente, son los Estados los que emiten este tipo de deuda con el
objetivo de obtener liquidez en un momento determinado. Igualmente, las
empresas privadas, sobre todo las grandes compañías, aprovechan este
instrumento financiero para conseguir capital. Además, las empresas que
emiten esta deuda evitan hacer ampliaciones de capital en las que el valor
de la acción se diluye.

CARACTERÍSTICAS
Ofrece más rentabilidad al ahorrador, pero, al mismo tiempo, implica más
riesgo. Los beneficios, a diferencia de los bonos de renta fija tradicionales,
se ligan a los resultados de la empresa, por lo que si ésta no obtiene
beneficios el ahorrador no cobra intereses. Además, en caso de quiebra, los
propietarios de los títulos de deuda perpetua están en penúltima posición
para reclamar sus derechos (los últimos son los accionistas).

La deuda perpetua, tanto interna como externa, se refiere a un tipo especial


de instrumento financiero que no tiene una fecha de vencimiento específica
para el reembolso del capital. En lugar de eso, el emisor paga intereses de
forma indefinida, a menudo en pagos semestrales o anuales, pero el capital
principal nunca se reembolsa. Esto significa que el emisor no tiene la
obligación de devolver el principal a los inversionistas en una fecha
determinada.
Deuda perpetua interna:
La deuda perpetua interna se emite y se vende dentro del país emisor, es
decir, el emisor y los inversionistas son residentes del mismo país.

Estos instrumentos pueden ser emitidos por el gobierno central, gobiernos


regionales o entidades del sector público como forma de financiamiento para
proyectos de infraestructura, servicios públicos, o para cubrir déficits
presupuestarios.

La deuda perpetua interna puede ser atractiva para los inversionistas


locales debido a su relativa seguridad y estabilidad, así como a la posibilidad
de obtener ingresos regulares a través de los pagos de intereses.

Deuda perpetua externa:


La deuda perpetua externa se emite y se vende fuera del país emisor, es
decir, el emisor y los inversionistas son residentes de diferentes países.

Este tipo de instrumento financiero puede ser emitido por gobiernos,


empresas o instituciones financieras de un país con el fin de obtener
financiamiento en mercados extranjeros.

La deuda perpetua externa puede ser atractiva para los inversionistas


internacionales debido a la diversificación de riesgos que ofrece, así como a
la posibilidad de obtener rendimientos más altos en comparación con otros
instrumentos de renta fija.

LOS CICLOS DE LA DEUDA EN AMÉRICA LATINA


Lejos de representar una novedad las crisis de deuda externa han sido un
elemento constante en la historia de los mercados financieros
internacionales. Desde principios del siglo XIX se pueden identificar
claramente 4 ciclos de capital a nivel global. El primer ciclo tuvo lugar
durante las Guerras Napoleónicas y concluye con la ola de defaults que tuvo
lugar entre 1830 y 1840. El segundo ciclo acontece entre 1850 y 1890,
concluyendo con otra ola de defaults entre 1870 y 1890. El tercer ciclo
ocurre en el periodo posterior y
concluye con los defaults externos asociados a la Gran Depresión de los
años 30. El último ciclo de capital internacional empieza en el periodo de
posguerra y termina con la crisis de la deuda de los años 80.

El inicio de cada uno de estos ciclos coincide con situaciones de altos niveles
de liquidez en las economías desarrolladas las cuales propician un
incremento en el apetito de riesgo de los inversores en dichos mercados. La
búsqueda de mayor rentabilidad se traduce a su vez en un incremento en
los flujos de capital hacia las economías en desarrollo. De forma invariable,
cada uno de estos periodos de “boom” se ha visto seguido por episodios de
colapsos financieros generalizados. Es así que en términos históricos el
default sistemático sobre la deuda externa representa la norma, no solo en
América Latina, sino también a nivel global. En el caso específico de la
región, el primer ciclo de la deuda tiene lugar en el momento en el cual la
mayor parte de las naciones de América Latina obtienen su independencia
formal de España a principios del siglo XIX. Entre 1821 y 1825, 7 países de
la región emitieron bonos soberanos en Londres10. Es de resaltar que las
condiciones en las cuales se emitían los bonos, con la ayuda por parte de
los principales bancos de la City londinense, resultaban en una situación
en la cual menos del 60% del valor suscrito de los bonos terminaba
efectivamente en manos de los gobiernos emisor. Esta primera experiencia
con los mercados financieros internacionales y el crédito externo termino en
un default sistemático por parte de todos los países de la región hacia finales
de la década por una combinación de factores que se volverían comunes
durante los dos siglos siguientes: caída de los precios internacionales de
materias primas, alzas de las tasas de interés y una súbita contracción de
los flujos de capital, en este caso a raíz del colapso de la bolsa de Londres
en 182512. Esto en un contexto nacional caracterizado por débiles
estructuras fiscales, y un aparato productivo con bajos niveles de desarrollo
tecnológico y altamente dependiente de la extracción de materias primas
como principal fuente de ingresos. Eventualmente, en la medida en que los
ingresos por exportaciones de la región se recuperaron gracias al desarrollo
de exportaciones no tradicionales tales como el café, azúcar y guano, los
países latinoamericanos volvieron a entrar al circuito deendeudamiento a
mediados del siglo XIX. Como en el primer experimento, una crisis
financiera generalizada en Europa causo el colapso del crédito y de nuevo
una ola de defaults hacia 1876, la cual alcanzo a 11 países de la región. La
negativa de los gobiernos para continuar el pago de la deuda externa tuvo
como respuesta la utilización extensiva por parte de Gran Bretaña de la
diplomacia militar con el objeto de hacer efectivos los pagos a sus inversores.
(UCA, 2006) Entre dichas acciones de diplomacia militar destacan el bloqueo
del Río de la Plata en 1850, la guerra contra Paraguay por parte de Brasil,
Uruguay y Argentina pero financiada por el Reino Unido entre 1865 y 1870,
la guerra entre Bolivia, Chile y Perú por el control de los depósitos de guano
entre 1879 y 1883, y el bloqueo naval a Caracas en 190215. Ante la
incapacidad de generar excedentes para el servicio de la deuda, los
gobiernos se veían forzados a entregar el control sobre componentes
estratégicos de sus economías, tales como ferrocarriles, minas y derechos
de navegación sobre ríos y lagos, entre otros, a los diplomáticos invasores.
La deuda externa se configura desde entonces, no solo como un mecanismo
para la transferencia de recursos desde la región hacia los países
desarrollados sino también como una herramienta que permite supeditar la
estructura económica nacional a los intereses del capital extranjero. Esta
dinámica de incrementos de flujos de capital y colapso financiero se repite
de nuevo en el periodo comprendido entre el fin de la Primera Guerra
Mundial y la Gran Depresión. El tercer ciclo de la deuda en la región se
diferencia de los dos primeros por el papel preponderante que empieza a
jugar los Estados Unidos como principal socio comercial, inversor, así como
repetido agresor militar, en América Latina. Durante el citado periodo
Estados Unidos desplaza al Reino Unido y Alemania como el primer acreedor
de los países en el continente. De hecho, la creciente importancia de las
rutas de comercio en el caribe tras la apertura del canal de Panamá, llevo al
refinanciamiento generalizado de la deuda de la región por parte de bancos
de norteamericanos. El objetivo estratégico detrás de esta acción era impedir
el retorno de la diplomacia militar ejercida por potencias europeas al que
ahora Estados Unidos consideraba su patio trasero. Por otra parte, es
importante señalar que en este ciclo el catalizador del incremento de la
deuda fue la mayor integración económica de América Latina a los mercados
globales posibilitados por el desarrollo de infraestructura portuaria, la caída
de los precios de transportación, y tecnologías de refrigeración que
facilitaron la exportación transoceánica de productos agrícolas. El crash de
Wall Street en 1929 trajo este ciclo a su fin (UCA, 2006). El cierre de los
mercados de crédito, así como el colapso del comercio internacional que
trajo consigo la Gran Depresión dio inicio a una serie de defaults sobre la
deuda externa que para 1935 habían alcanzado a 14 países17. Este default
regional se dio en el marco del proceso de cancelación de deudas asociadas
a la primera guerra mundial entre los países desarrollados ocurrida entre
1931 y 1946. La incapacidad de Alemania de hacer frente a las reparaciones
exigidas por parte de los países aliados establecidas en el Acuerdo de
Versalles, llevo a una cadena de defaults, en la medida en que Francia y el
Reino Unido dependían parcialmente de estos pagos para servir su deuda
con los Estados Unidos. Eventualmente la Gran Represión llevo primero a
la moratoria y luego a la cancelación completa de la deuda18. Es así que la
característica clave de este periodo es el hecho que la declaración unilateral
de default por parte de los países deudores se tradujo, sin mayores
excepciones, en cancelaciones totales de la deuda por parte de los
acreedores. Finalmente el cuarto ciclo de crédito externo tiene sus orígenes
en el periodo de posguerra y el sistema de Bretton Woods. En un intento de
evitar la repetición de la Gran Depresión, los países desarrollados liderados
por Estados Unidos establecieron las instituciones del Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional. En el papel el Banco estaría a cargo de
financiar la reconstrucción de Europa tras la guerra y el desarrollo de los
países atrasados, mientras el Fondo jugaría el papel de regulador de los
flujos internacionales de capital y prestamista de ultima instancia para
países con problemas de balanza de pagos. En la práctica ambas
instituciones se convirtieron en las herramientas de los países desarrollados
para obligar a los países en desarrollo a implementar políticas económicas
favorables a los intereses del capital transnacional. El sistema vivió un
inusitado periodo de estabilidad en la medida que los flujos internacionales
de capital fueron estrictamente regulados durante las décadas de los 50 y
60s. Sin embargo, el colapso del sistema de tipos de cambio fijos basado en
el patrón dólar oro, entre 1971 y 1973, cambio esta situación. Las
principales instituciones financieras internacionales presionaron por la
desregulación de los flujos internacionales de capital ante el masivo
incremento de liquidez provocada por el reciclaje de los excedentes de
exportaciones de los países en desarrollo asociadas al alza de los precios de
las materias primas. Los flujos de capital a la región se multiplicaron por un
factor de 15, pasando de 4 millardos de dólares anuales a 62 millardos entre
1970 y 1981. Como en los ciclos anteriores, una rápida modificación de las
condiciones de liquidez en las economías desarrolladas puso fin a este
capítulo del crédito externo. La radical alza en las tasas de interés llevada a
cabo por el Banco de la Reserva Federal Americana entre 1979 y 1981 causo
el cierre del crédito hacia los países en desarrollo, así como una profunda
recesión a nivel global. La caída de los ingresos por exportaciones al mismo
tiempo que el servicio de la deuda externa creció radicalmente a causa de la
suba de las tasas de interés, causo una cadena de default en la región.
Empezando por México en 1982, los principales países de América Latina
entraron en cesación de pagos a lo largo de la década. La resolución de esta
crisis tuvo carácter radicalmente diferente a lo ocurrido 40 años atrás. En
vez de negociar sobre la base del default unilateral de la deuda, los países
de la región negociaron de forma individual con un bloque de acreedores
internacionales
apoyados por el FMI. Dicho proceso de negociación eventualmente le dio
forma al llamado Plan Brady. A través del mismo, los países de la región
reestructuraron su deuda externa, a través de la emisión de nuevas
obligaciones externas con el apoyo del Tesoro de los Estados Unidos y el
FMI. El nuevo incremento del endeudamiento externo que trajo consigo el
retorno de los países de América Latina a los mercados financieros
internacionales a principios de los años noventa vino de la mano con la
implementación de la agenda neoliberal del consenso de Washington. Esta
incluyo la apertura irrestricta a los flujos de capital internacional,
eliminación de barreras arancelarias, privatización y extranjerización de
segmentos significativos de las economías nacionales, reducción de las
redes de seguridad social y flexibilización de los mercados laborales. De
nuevo este ciclo ratifico el rol de la deuda externa como mecanismo para
incrementar la sujeción de las economías de América Latina a los intereses
del capital extranjero.

La deuda flotante, también conocida como deuda circulante o deuda a corto


plazo, se refiere a las obligaciones financieras de una entidad que deben ser
pagadas en un período relativamente corto, generalmente dentro de un año.
A diferencia de la deuda a largo plazo, que se compone de préstamos y
obligaciones que vencen en un plazo superior a un año, la deuda flotante es
de naturaleza más inmediata y suele incluir compromisos financieros que
deben ser saldados en un corto período de tiempo.

LA DEUDA EXTERNA DE EL SALVADOR


Aspectos generales
La deuda externa de El Salvador es un tema relevante en el ámbito
económico del país. Aquí tienes información sobre la situación actual de la
deuda externa en El Salvador:
Niveles de Deuda:
Según datos del Banco Central de Reserva de El Salvador (BCR), la deuda
externa del país alcanzó aproximadamente XX mil millones de dólares,
representando un porcentaje significativo del Producto Interno Bruto (PIB).

La deuda externa puede estar compuesta por préstamos bilaterales


(concedidos por otros gobiernos), préstamos multilaterales (de instituciones
como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), bonos emitidos
en los mercados internacionales y otros tipos de financiamiento.

Servicio de la Deuda:
El Salvador destina una parte considerable de su presupuesto nacional al
servicio de la deuda, que incluye el pago de intereses y la amortización del
capital.

La carga del servicio de la deuda puede afectar la capacidad del gobierno


para financiar programas sociales y proyectos de infraestructura.

SITUACIÓN ACTUAL EN EL SALVADOR


El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró que su gobierno pagó
la “totalidad” y los intereses de los bonos por 800 millones de dólares que
vencían el mes de enero del 2023.“Bueno, acabamos de pagar en su
totalidad 800 millones de dólares más intereses”, publicó el mandatario en
X (antes Twitter) en una cadena de mensajes en inglés y luego criticó a los
medios de comunicación internacionales. “Todos dijeron que sin llegar a un
acuerdo (con el) FMI (Fondo Monetario Internacional), no podríamos pagar
nuestro bono de 2023, debido a nuestras ‘pérdidas Bitcoin’”, añadió
Bukele. Sin embargo, las dudas sobre la salud financiera del país persisten,
sobre todo tras una reforma en el sistema de pensiones que permitirá al
gobierno no pagar intereses, ni capital de la deuda previsional hasta
2027. Ese año el país deberá saldar otro vencimiento de la deuda total, esta
vez por cerca de los 2700 millones de dólares (EXPANSION, 2022).
La deuda pública durante el Gobierno de Nayib Bukele, ha aumentado
8896.8 millones de dólares. En 2023, superó los 25 709 millones. Este
es el segundo monto más alto desde hace 20 años. Entidades como el
FMI han advertido de la insostenibilidad.El Personal Técnico del Fondo
Monetario Internacional señalaba en febrero pasado, después del análisis
del Artículo IV, que la máxima prioridad para El Salvador es “el desarrollo
de un plan fiscal y de financiamiento completo y ambicioso, destinado a
reconducir la deuda a una senda sostenible y a facilitar el acceso al mercado
internacional de capitales”.La deuda pública total de El Salvador alcanzó los
$28,615 millones en junio de este año, cifra que equivale al 83.7 % del
Producto Interno Bruto (PIB), según datos del Banco Central de Reserva
(BCR). Un hecho relevante para la forma en que se venía registrando la
deuda pública en El Salvador ocurrió en diciembre del año pasado, luego de
que la Asamblea Legislativa aprobara la última reforma de pensiones. El
paquete de enmiendas incluyó la creación del Instituto Salvadoreño de
Pensiones (ISP), una entidad de “carácter financiero”, que asumió los activos
y pasivos del extinto INPEP, del Fideicomiso de Obligaciones Previsionales
(FOP), así como la emisión de los nuevos Certificados de Obligaciones
Previsionales (COP). A partir de este cambio y del canje de títulos
previsionales, la deuda de pensiones ya no se coloca en el Sector Público No
Financiero (SPNF), sino en el Sector Público Financiero (SPF), junto a
instituciones como el BCR. El canje de la deuda previsional, en abril pasado,
implicó la derogación de los Certificados de Inversión Previsional (CIP) y su
sustitución por los Certificados de Financiamiento de Transición (CFT) bajo
nuevos términos. Con esto Bukele logró evitar algunos pagos inmediatos,
pero a costa de seguir acumulando deuda y de un impago técnico a algunos
de los cotizantes, según algunos analistas en San Salvador. El Gobierno de
El Salvador tiene tres grandes acreedores: la banca internacional, la banca
local y los cotizantes en el sistema de pensiones. A los dos primeros, Bukele
les ha cumplido por ahora, pero a una parte del tercer grupo ha dejado de
pagarles capitales e intereses con la reforma de pensiones de diciembre
pasado. En diciembre de 2022, la deuda pública total del país era de 25 350
millones de dólares, un 78 % del PIB. Esta deuda histórica se bajó
“artificialmente” a 19 762 millones. Sin embargo, así como los 8852 millones
emitidos en los certificados de pensiones antiguos, como los de la transición
y los COP, “reflejan un aumento de la deuda por pagar,“Lo que solo se ha
evitado es el pago de intereses y principal (capital) por cuatro años, pero la
deuda sigue siendo deuda. Sigue ahí presente e incluso se mantiene estable
en lo que corresponde a los Certificados de Obligaciones Previsionales y
los Certificados de Financiamiento de Transición, pero periódicamente
habría que irle agregando los intereses que se van acumulando en el
informe. La reforma a las pensiones, que estipula el no pago de capitales e
intereses a los trabajadores en los próximos cuatro años, permitirán un
ahorro de unos 500 millones de dólares desde 2023 a 2026. Sin embargo, a
partir de ese último año, tal como la ley está por ahora, el gobierno deberá
empezar a asumir obligaciones de nuevo por unos 600 millones de dólares
anuales. En 2027, el gobierno deberá de sumar pagos inmediatos de 800
millones de dólares a acreedores internacionales, 500 millones de
amortización a multilaterales y otros 175 millones de deuda interna. Esto
es más de 2000 millones en un sólo año. A partir del 2027, los
requerimientos de nueva deuda rondarán los 3000 millones al año. En torno
a la deuda pública, El Salvador es el país más endeudado de Centroamérica,
con un porcentaje del 76.4 % de su PIB comprometido. Además, las
proyecciones del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI)
para 2024 no cambian mucho, pues prevén que su porcentaje de
endeudamiento rondará el 73.3 %. Si bien el gobierno de Nayib Bukele
heredó una deuda pública de 12 717 millones de dólares a mediados de
2019, su Gobierno ha hecho que la deuda crezca de forma acelerada hasta
los 17 898 millones actualmente (sin tomar en cuenta la deuda relacionada
con las pensiones). Al analizar la tasa de crecimiento de la deuda de los
últimos diez años, Bukele ha sido el presidente que más aceleró el ritmo de
endeudamiento, sobre todo, entre 2020 y 2021. A esto se suma, el saldo rojo
de El Salvador en Inversión Extranjera Directa (IED), según los datos del
último informe sobre Inversión Extranjera Directa, publicado en julio de este
año por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),

El Salvador junto con Guatemala fueron los dos países de Centroamérica


que cerraron el 2022 con una Inversión Extranjera Directa negativa.
Guatemala tuvo $61 millones en inversión menos que en 2021 y El Salvador
$131 millones menos.

Según el Banco Central de Reserva, es la primera vez que el flujo de la IED


neta cierra en negativo desde 2010. En aquel entonces, la economía
salvadoreña estaba en recuperación de la crisis financiera de 2009.

En resumen, la deuda externa es un aspecto importante de la economía


salvadoreña que requiere una gestión cuidadosa para evitar riesgos
financieros y garantizar un desarrollo económico sostenible. (DIVERGENTE,
2024)

LA DEUDA VOLUNTARIA Y LA DEUDA FORZOSA


La deuda voluntaria y la deuda forzosa son conceptos relacionados con la
forma en que una entidad incurre en deuda y las circunstancias que rodean
esa deuda. Aquí está la diferencia entre ambas:

Deuda Voluntaria:
La deuda voluntaria se refiere a la deuda que una entidad elige asumir de
forma deliberada y consciente.

Por lo general, la deuda voluntaria se contrae como resultado de una


decisión estratégica, ya sea para financiar proyectos de inversión, expandir
operaciones, gestionar la liquidez o aprovechar oportunidades de
crecimiento.
Este tipo de deuda implica que la entidad asume la responsabilidad de los
términos y condiciones de la deuda y está dispuesta a cumplir con sus
obligaciones de pago de forma regular y oportuna.

Ejemplos de deuda voluntaria incluyen préstamos bancarios, emisión de


bonos corporativos, líneas de crédito y otros instrumentos financieros que
la entidad decide adquirir para financiar sus actividades.

Deuda Forzosa:
La deuda forzosa, por otro lado, se produce cuando una entidad se ve
obligada a asumir deuda debido a circunstancias fuera de su control o a la
falta de opciones alternativas.

Este tipo de deuda puede surgir como resultado de crisis económicas,


emergencias financieras, desastres naturales, conflictos políticos u otras
situaciones que obligan a la entidad a buscar financiamiento para cubrir
sus necesidades inmediatas.

A diferencia de la deuda voluntaria, la deuda forzosa puede imponer una


carga financiera adicional a la entidad, ya que puede estar sujeta a
condiciones menos favorables, tasas de interés más altas o plazos más
cortos debido a la urgencia de la situación.

Ejemplos de deuda forzosa pueden incluir rescates financieros


gubernamentales, préstamos de último recurso del banco central, o
reestructuraciones de deuda en situaciones de crisis.

En resumen, la diferencia principal entre la deuda voluntaria y la deuda


forzosa radica en la naturaleza de la decisión de asumir la deuda: mientras
que la deuda voluntaria es el resultado de una elección consciente y
estratégica, la deuda forzosa se produce como respuesta a circunstancias
externas o situaciones de emergencia que requieren acción inmediata.
LA DEUDA DIRECTA Y LA DEUDA INDIRECTA
La deuda directa y la deuda indirecta son términos que describen diferentes
formas en las que una entidad puede asumir obligaciones financieras. Aquí
te explico cada una:

Deuda Directa:
La deuda directa se refiere a la obligación financiera que una entidad
contrae de manera directa con un prestamista específico.

En este caso, la entidad recibe fondos directamente del prestamista y se


compromete a devolver el capital principal más los intereses de acuerdo con
los términos y condiciones del contrato de préstamo.

La deuda directa suele implicar una relación directa entre el prestatario y el


prestamista, y puede tomar la forma de préstamos bancarios, bonos
corporativos emitidos por la entidad, financiamiento a través de
instituciones financieras internacionales, entre otros.

Deuda Indirecta: se refiere a una situación en la que una entidad incurre


en obligaciones financieras a través de intermediarios financieros u otros
terceros.

En este caso, la entidad no recibe los fondos directamente del prestamista,


sino que los obtiene a través de un intermediario financiero, como un banco,
una institución financiera internacional o un fondo de inversión.

La deuda indirecta puede tomar varias formas, como líneas de crédito


bancarias, préstamos sindicados, financiamiento estructurado, emisión de
bonos respaldados por activos, entre otros.

En resumen, la diferencia principal entre la deuda directa y la deuda


indirecta radica en la forma en que se establece la relación entre el
prestatario y el prestamista. Mientras que en la deuda directa la relación es
directa y la entidad recibe los fondos directamente del prestamista, en la
deuda indirecta la relación puede ser intermediada por terceros, como
instituciones financieras u otros intermediarios financieros.

ALTERNATIVAS A LA DEUDA PÚBLICA


Existen varias alternativas a la deuda pública externa e interna para los
países que buscan financiar sus operaciones y proyectos sin recurrir a
préstamos. Aquí hay algunas opciones:

Ingresos fiscales: Los países pueden aumentar sus ingresos fiscales a través
de impuestos, aranceles y otras fuentes de ingresos gubernamentales. Esto
les permite financiar proyectos y programas sin incurrir en deuda. Sin
embargo, aumentar los impuestos puede tener implicaciones políticas y
sociales, y es importante equilibrar la carga fiscal con las necesidades y
capacidades de la población.

Inversión extranjera directa (IED): La inversión extranjera directa implica


la entrada de capital extranjero en forma de inversiones en empresas,
infraestructura y otros activos en el país receptor. La IED puede
proporcionar una fuente de financiamiento sin generar deuda, aunque los
países a menudo compiten para atraer inversiones extranjeras mediante
políticas y regulaciones favorables.

Asistencia oficial para el desarrollo (AOD): La asistencia oficial para el


desarrollo consiste en la ayuda financiera y técnica proporcionada por
países desarrollados y organismos multilaterales a países en desarrollo.
Esta ayuda puede tomar la forma de subvenciones, préstamos concesionales
y asistencia técnica para proyectos de desarrollo. Aunque la AOD puede no
ser una solución sostenible a largo plazo, puede ayudar a financiar
proyectos específicos sin generar deuda onerosa.

Financiamiento basado en recursos naturales: Los países ricos en recursos


naturales pueden optar por financiar sus operaciones y proyectos a través
de la explotación y comercialización de sus recursos naturales, como
petróleo, gas, minerales y productos agrícolas. Sin embargo, este enfoque
puede ser vulnerable a la volatilidad de los precios de los productos básicos
y plantea desafíos en términos de gestión ambiental y equidad social.

Financiamiento público-privado (PPP): Los proyectos de asociación


público-privada implican la colaboración entre el sector público y el sector
privado para desarrollar, financiar y operar proyectos de infraestructura y
servicios públicos. Esta forma de financiamiento puede proporcionar capital
privado para proyectos de interés público sin aumentar la deuda del
gobierno, aunque requiere una cuidadosa gestión de riesgos y contratos
claros entre las partes involucradas.

Estas son solo algunas alternativas a la deuda externa e interna que los
países pueden considerar al buscar financiar sus operaciones y proyectos.
Cada opción tiene sus propias ventajas, desafíos y consideraciones
específicas, y es importante evaluarlas en función de las necesidades y
circunstancias particulares de cada país.

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