Está en la página 1de 4

TP III.

TEORICO
Prof. Ma. José Pérez
Unidad III. Estructura del lenguaje. Ferdinand de Saussure.

Vamos a trabajar la idea de signo lingüístico propuesto por Ferdinand de Saussure, específicamente en
su texto “Curso de lingüística general” y estaremos relacionándolo con la propuesta de Lacan para
transformar este concepto.
Analicemos concretamente un fragmento bastante pequeño y específico del Curso de lingüística
general con la edición de la editorial Losada. Hoy trabajemos en torno a la primera parte, al capítulo 1
particularmente. La primera parte se llama de Principios Generales y específicamente el capítulo 1:
Naturaleza del signo lingüístico. Estoy en la página 127, punto 1: signo, significado, significante. Así
arranca el texto: “Para ciertas personas, la lengua, reducida a su principio esencial, es una
nomenclatura, esto es, una lista de términos que corresponden a otras tantas cosas”. Está diciendo:
hay gente que cree que el lenguaje funciona esencialmente como una nomenclatura, es decir ponerle
nombres a las cosas. Entonces él pone dos ejemplos acá, de árbol y caballo, los pone en latín. Entonces
pone la figura de un árbol y junto a esta la palabra arbor, pone la figura de un caballo y junto a esta
pone Equos. Esta es la idea una nomenclatura, porque entonces yo le pongo un nombre a las cosas para
referirme a las cosas, entonces básicamente en ese sentido, el lenguaje sería una nomenclatura que nos
ayuda a sustituir las cosas por sus nombres y por ende nos ayuda básicamente a nombrarlas.
Esa no es la propuesta de Saussure, ni mucho menos la de Lacan pero es como un primer nivel de
lenguaje, digamos alguien que quizás no sabe sobre lingüística o nunca se ha preguntado sobre los
problemas del lenguaje, quizás puede pensar que el lenguaje funciona esencialmente como una
nomenclatura. Sigo en la 127: “Esta concepción es criticable por muchos conceptos. Supone ideas
completamente hechas preexistentes a las palabras no exactamente [O sea hay ideas que son anteriores
a las palabras y nosotros podemos entonces tomar cosas y asignarles nombres a esas cosas, pero eso
implicaría que hay ideas anteriores a las palabras]“…no nos dice si el nombre es de naturaleza vocal
o psíquica, pues arbor puede considerarse en uno u otro aspecto; por último, hace suponer que el
vínculo que une a un nombre a una cosa es una operación muy simple, la cual está muy lejos de ser
verdad. Sin embargo, esta perspectiva simplista, puede acercarnos a la verdad al mostrarnos que la
unidad lingüística es una cosa doble, hecha con la unión de dos términos.
Entonces, si bien esta idea de nomenclatura no es del todo correcta dice eso sirve, por lo menos nos da
una pista de por dónde va la cosa porque ya nos da cuenta de que hay dos términos distintos. O sea,
por un lado, está aquello que supuestamente se nombraría y por otro lado está el término con el que
supuestamente se nombraría.
Ahora va a proponer lo que podemos pensar como un segundo nivel para entender el lenguaje que ya
es abiertamente su propuesta. Dice en la página 128: “Lo que el signo lingüístico une no es una cosa
y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica”. Entonces en la primera concepción lo que
tenemos es que el lenguaje lo que hace es unir cosas con palabras o cosas con sus nombres o sea es
una nomenclatura, en este nivel ese signo lingüístico une dos cosas distintas, no una cosa con su
nombre, sino un concepto con una imagen acústica.
“La imagen acústica no es el sonido material, cosa puramente física, sino su huella psíquica, la
representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos; esa imagen [representación] es
sensorial, y si llegamos a llamarla “material” es solamente en este sentido y oposición al otro término
de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto” (p.128). Entonces el signo lingüístico
tiene dos partes primera parte el concepto, segunda parte la imagen acústica.
Arranquemos por la imagen acústica: no es estrictamente, dice él, una cosa puramente física o sea no
se refiere necesariamente a la vibración del aire, del tímpano, se refiere más bien a una representación
psíquica de ese sonido. Podríamos decir que la imagen acústica es la parte material del signo solamente
en el sentido en que en relación con el concepto es mucho menos abstracta. El carácter físico de

1
nuestras imágenes acústicas aparece claramente cuando observamos nuestro propio lenguaje. Sin
mover los labios ni la lengua podemos hablarnos a nosotros mismos o recitarnos mentalmente un
poema y porque las palabras de la lengua son para nosotros imágenes acústicas hay que evitar hablar
de los fonemas (unidad mínima fonológica) de que están compuestas. Entonces fíjense como el término
este de imagen acústica que a veces es difícil de pensar cuando uno recién se aproxima esta propuesta,
porque imagen acústica suena como dos cosas distintas. Lo que está diciendo es: se ve muy claramente
que el lenguaje funciona así porque nosotros podemos pensar en palabras o hablar en nuestra mente,
sin tener que emitir ningún sonido, sin mover la boca, sin mover los labios. Entonces son claramente
representaciones.
“El signo lingüístico es, pues, una entidad psíquica de dos caras, que puede representarse por la
siguiente figura” , en la página 129 van a ver la figura es importante que la dibujen en papel y lápiz.
Tenemos el concepto arriba, una línea divisoria y abajo la imagen acústica. Y tenemos tres elementos
más el círculo que engloba todo eso y las flechas: la de la derecha apunta para abajo, la de la izquierda
apunta para arriba. ¿Por qué están encerradas en un círculo? ¿Por qué hay dos flechas que cada una
apunta para un lado?
Dice S. entonces: “Estos dos elementos [o sea el concepto y la imagen acústica] están íntimamente
unidos [por eso están englobadas en un círculo] y se reclaman recíprocamente”. O sea, tanto el
concepto apunta hacia la imagen acústica como la imagen acústica apunta al concepto, se requieren el
uno al otro recíprocamente. ¿Por qué? Porque si bien la imagen acústica sería la huella psíquica que
evoca lo que es el término, al mismo tiempo tenemos que asociarlo en nuestra mente con algún
contenido. Por, ej. cuando escuchamos la palabra árbol, si bien nos representa algo psíquicamente,
porque lo escuchamos en un idioma que conocemos, tenemos que entender que eso apunta hacia un
concepto, que es el concepto de árbol. El concepto es la idea que rellena la imagen acústica. Entonces
la imagen acústica siempre apunta un concepto y el concepto siempre rellena la imagen acústica, que
si no fuese rellenada por nada sería un cascarón vacío, sería solamente un término que no refiere a
nada, sin contenido.
Pone el ejemplo con árbol, dice: “Ya sea que busquemos el sentido de la palabra latina arbor o la
palabra con que el latín designa el concepto árbol, es evidente que sólo las vinculaciones consagradas
por la lengua son las únicas que nos aparecen conformes con la realidad, y descartamos cualquier
otra que se pudiera imaginar” (p.129)
Vemos 2 figuras más en la p. 129: como el término en latín arbor apunta hacia el concepto árbol, y al
lado dibuja un arbolito para dar cuenta que en realidad si bien la imagen acústica es arbor, eso apunta
conceptualmente a lo que nosotros pensamos cuando pensamos en un árbol, ese sería el concepto.
Justo ahí abajo esta definición de signo: “Llamamos signo a la combinación del concepto y de la
imagen acústica: pero en el uso corriente este término designa generalmente la imagen acústica sola,
por ejemplo, una palabra (arbor, etc). Se olvida que si llamamos signo a arbor no es más que gracias
a que conlleva el concepto árbol, de tal manera que la idea de parte sensorial implica la del conjunto”.
“ Y proponemos conservar la palabra signo para designar en conjunto, y reemplazar concepto e
imagen acústica respectivamente por significado y significante…” Así que tiene la primera
equiparación.
Entonces mantenemos el nombre de signo lingüístico, pero a lo que llamamos concepto e imagen
acústica respectivamente, ahora le vamos a poner significado y significante. O sea que el concepto es
el significado y la imagen acústica es el significante.
Es decir, aquella huella que nosotros escuchamos es el significante, a lo que ese significante refiere o
sea el contenido de significante es el significado del término y todo significado apunta siempre un
significante y todo significante si no tiene significado está carente de contenido está vacío es un
cascarón vacío, entonces la relación para Saussure es de estar íntimamente unidos y además requerirse
recíprocamente. “…estos dos últimos términos tienen la ventaja de señalar la oposición que los
separa, sea entre ellos dos, sea del total del que forman parte” ( p.129). Entonces la totalidad de la
que forman parte va a ser llamada signo lingüístico y cada uno de esos elementos se diferencia del

2
otro. El significante es aquello que uno escucha, digamos, el término en tanto tal, la evocación psíquica
de ese sonido, mientras que el significado es el concepto al cual apunta, es el concepto que rellena el
término.

Basándose en estas ideas Lacan lo que va a hacer es operar de tres formas diferentes sobre este signo
sausurriano. Lo primero que va a hacer es eliminar las flechas, eliminar el círculo que las rodea, e
invertir el orden de los términos. Entonces en Saussurre tenemos el concepto arriba de la imagen
acústica que está abajo, o sea que el significado arriba del significante.
Lacan lo va a invertir. El pone significante arriba y significado abajo. El significante tiene una
primacía por sobre el significado, es decir en la construcción de significados. El significante tiene un
lugar predominante y además esa barra se vuelve la barra infranqueable, porque como ya para Lacan
no va a haber relación entre un significante y un significado, esa barra va a ser infranqueable. Entonces
el significante no va a apuntar hacia abajo hacia la significación, va a apuntar hacia el costad en todo
caso, va a tener que desplazarse hacia otro significante. ¿Qué es lo que eliminan cuando elimina el
círculo, cuando elimina las flechas? Cuando elimina el círculo lo que hace es desunir esa relación,
porque S. había pensado que la clave de esta relación es que esa relación se mantiene estática, es como
si fuese una unidad, una unidad conformada de dos partes, pero esencialmente una unidad: un
significado con un significante. Esta relación total en Lacan se desarma, porque va a dar a entender
que en realidad un significante en tanto tal no significa nada, entonces cada vez que ustedes tengan un
término significante necesariamente van a tener que hacer que ese significante apunte hacia otro
significante para dar algún tipo de efecto de sentido, porque en la propuesta de Lacan la relación entre
un significante y un significado está perdida. Las flechas en S. indican que una cara del signo requiere
de la otra, que un significante es solamente el cascarón vacío del término y que necesita tener un
concepto que lo rellene, y todo concepto necesita tener un término que lo nombre. En Lacan no
funciona así porque al no tener ya la necesaria relación con el significado, entonces no es cierto que
un significante apunta siempre a un concepto, a una idea, ya no necesariamente es así y por ende nos
damos cuenta que los sentidos, lo que podríamos llamar en S. los significados, en realidad no son más
que articulaciones significantes, entonces Lacan borran también las flechas.
Esos son los tres efectos que Lacan ha generado sobre el signo saussuriano: invierte el orden, pone el
significante arriba y el significante abajo, determina que esa barra es una barra infranqueable o sea que
la barra de la significación no se puede atravesar, por ende, virtualmente no tenemos un significado
para un significante. Además, tenemos estos otros dos movimientos: borra el círculo de la relación
establecida que hace de dos uno y borra las flechas que explican que hay una relación de reciprocidad
entre todo significante y su significado. Esa la operatoria que hace Lacan.

Ahora vamos a ver dos principios que Saussure propone.


Uno es por un lado la arbitrariedad del signo y por otro lado el carácter lineal del significante.
1-Volvamos al texto a la pág. 130, dice: “el lazo que une el significante al significado es arbitrario; o
bien, puesto que entendemos por signo el total resultante de la asociación de un significante con un
significado, podemos decir más simplemente: el signo lingüístico es arbitrario”. Entonces el signo
lingüístico es arbitrario, lo que significa que la relación entre un significante y un significado es
arbitraria. Es decir, tal concepto no está ligado “ por relación alguna interior con la serie de
sonidos…” que le sirve de significante, también “podría estar representada tan perfectamente por
cualquier otra secuencia de sonidos. Sirvan de prueba las diferencia entre las lenguas y la existencia
misma de lenguas diferentes”.
Lo que está diciendo S. es que esa relación entre el significante y el significado o sea el signo
lingüístico es absolutamente arbitrario, es decir por acuerdo se lo llamó así a ese concepto. Como
prueba esto, dice S., en distintos idiomas el mismo concepto se llama diferente, o sea porque ustedes
pueden tener un árbol en latín o un árbol en castellano o tree en inglés, va cambiando el significante,

3
porque en realidad es un acuerdo, se puso ese nombre. Arbitrario significa consenso, se ha llegado al
consenso y vamos a llamarle así entonces.
Hay una aclaración muy importante en la pág. 131, para que se entienda que arbitrario implica mucho
más consensuado que otra cosa, dice: “La palabra arbitrario necesita también una observación. No
debe dar idea de que el significante depende de la libre elección del hablante (ya veremos luego que
no está en manos del individuo cambiar nada en un signo una vez establecido en un grupo lingüístico);
queremos decir que es inmotivado, es decir arbitrario en relación con el significado, con el cual no
guarda en la realidad ningún lazo natural”.
Entonces cada uno no le llama como quiera a las cosas, los individuos en realidad tienen una relación
pasiva con respecto al lenguaje. Arbitrario significa entonces que esa relación es inmotivada que no
hay ninguna razón para pensar que una es causa de la otra, que esto se llama así por una razón lógica
entendida en el origen o en la naturaleza de ese término No hay relación natural entre significante y
significado.
2- El segundo principio es el carácter lineal del significante. Esto es muy interesante también porque
van a ver como influye en la propuesta de Lacan.
Dice en Pág. 133: “El significante, por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el tiempo
únicamente y tiene los caracteres que toma del tiempo: a) representa una extensión, y b) esa extensión
es mensurable en una sola dimensión; es una línea”. O sea que la relación de ordenación del
significante es lineal, se desarrolla solo temporalmente. Un término viene después de otro término, hay
una relación temporal. Sigo: “Por oposición a los significantes visuales señales marítimas, por
ejemplo) que pueden ofrecer complicaciones simultáneas en varias dimensiones, los significantes
acústicos no disponen más que de la línea del tiempo; sus elementos se presentan uno tras otro, forman
una cadena”.
Los significantes acústicos solamente se desarrollan en un sentido, en el sentido temporal sus
elementos se presentan uno tras otro forman una cadena.
La idea de cadena es muy característica de la primera propuesta de L. de la cadena significante.
“Este carácter se destaca inmediatamente cuando los representamos por medio de la escritura, en
donde la sucesión en el tiempo es sustituída por la línea espacial de los signos gráficos” (p.133)
Cuando ustedes van escribiendo hacen lo mismo, ponen un término en un espacio, otro término en otro
espacio. Por ejemplo, una persona que escriba en el mismo lugar varios términos, podría darnos cuenta
de que estamos hablando de alguien que tiene un problema de lenguaje. Imagínense que alguien
pudiera decir tres o cuatro palabras al mismo tiempo no se entendería nada.
Vimos así, cuál es la propuesta de Saussure, cómo funciona el signo lingüístico, qué relación hay entre
el significante significado, las modificaciones que hace Lacan y sobre los dos principios de ordenación
del significante.

También podría gustarte