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Devocional de hoy

Sábado 16 de octubre de 2021

PROMESAS QUE SE MANTIENEN


«Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había
cesado ya la costumbre de las mujeres. Se rio, pues, Sara entre sí,
diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi
señor ya viejo? Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído
Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? ¿Hay para
Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo
de la vida, Sara tendrá un hijo» (Génesis 18:11-14)

“Yo prometo” todos hemos realizado promesas a otros, y también hemos


recibido de personas a nuestro alrededor por lo menos una promesa. Y si
hay algo difícil de ellas es que son una especie de “contrato moral” que
hacemos con en el que ratificamos que cumpliremos nuestra palabra.
En la escritura de hoy Dios realiza a Sara y Abraham la extraordinaria
promesa de que tendrían un hijo. Por la avanzada edad de ambos y fiada
en su propia prudencia Sara se rio al creer imposible que eso pasaría.
Ante aquella gran muestra de desconfianza y débil fe, el Señor con su
misericordia y sentido de cuidado, optó por responder con su amor
incondicional diciendo: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?”
De esa manera, recordó a Sara que su palabra es cumplida, mediante su
poder. No dependía de Sara, ni de su duda momentánea o poca fe, sino de
la grandeza del Señor y su capacidad para determinar y cambiar la
naturaleza de las cosas. Así más adelante la palabra establece: “Visitó
Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había
hablado. Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo
que Dios le había dicho”. (Génesis 21:1-2)
Cuando leemos una promesa del Señor en su palabra, tengamos por
seguro que ella será cumplida porque Él es constante en su voluntad y
perfecto en sus decisiones. Como establecen las escrituras: Dios no es
hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19)
Cuando la duda haga débil tu fe recuerda: Nada es imposible para Dios.
Cuenta con sus promesas y confía en su obra. Una obra de amor, una obra
de gozo, una obra de paz para aquellos que le sirven y aceptan con
gratitud su voluntad.

Ora: Señor, que tus promesas fortalezcan mi fe, cuando me atrape la


duda. Ayúdame a recordar que en Ti nada es imposible y que tu obra solo
da lugar al regocijo, paz y gozo, de todos los que te siguen y creen en Ti,
en el nombre de Jesús, Amén.

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