Está en la página 1de 6

Sara era una mujer sencilla, hermosa (Génesis 12:11), y muy humana; ella cometió

errores, como todos nosotros. Ella pasó por delante de Dios y trató de manejar Sus
asuntos por su propia cuenta, al enviar de manera insensata a su sierva Agar con
Abraham para concebir el hijo que Dios había prometido. Al hacerlo, se desató una
disputa que ha durado 4.000 años (Génesis 16:3). Ella se rió en incredulidad
cuando, a los 90 años de edad, escuchó que un ángel le dijo a Abraham que ella
iba a quedar embarazada (Génesis 18:12). Sara dio a luz al niño prometido y vivió
otros 30 años, muriendo a la edad de 127 años (Génesis 23:1).
Saraí comenzó su vida en el mundo pagano de Ur, en la tierra de los caldeos, que
estaba ubicada en la zona que hoy se conoce como Iraq. Ella era la media hermana,
así como la esposa de Abram, quien sería llamado Abraham. Sarai y Abram tenían el
mismo padre, pero eran de distintas madres, según Génesis 20:12. En aquellos días, la
genética era más pura de lo que es hoy, y el matrimonio no era perjudicial para los
descendientes de las uniones entre familiares. Además, dado que las personas solían
pasar sus vidas agrupados en unidades familiares, el curso natural era elegir
compañeros desde dentro de sus propias tribus y familias.
Cuando Abram conoció al Dios vivo por primera vez, le creyó (Génesis 12:1-4; 15:6), y
lo siguió, obedeciendo Su mandato de dejar su tierra y parentela para ir a un lugar del
cual nunca había oído hablar, y mucho menos había visto. Sarai fue con él.
Sarai era estéril, un asunto de angustia personal, al igual que de vergüenza
cultural. Abram estaba preocupado de que no tendría ningún heredero. No
obstante, Dios le dio a Abram una visión en la que le prometía un hijo y que sus
descendientes serían tan numerosos como las estrellas del cielo (Génesis 15). Dios
también prometió la tierra de Canaán a la descendencia de Abraham. El problema era
que Sarai permanecía sin hijos. Diez años después de que Dios había hecho su promesa
a Abram, Sarai, siguiendo las normas culturales, le sugirió a Abram que tuviera un hijo
con su sierva Agar. El hijo nacido de esta unión sería contado como hijo de Sarai.
Abram estuvo de acuerdo, y Agar concibió un hijo, a quien llamó Ismael. Sin embargo,
Agar comenzó a mirar a Sarai con desprecio y como resultado Sarai empezó a tratar
duramente a Agar, tanto así que Agar huyó. Dios se encontró con Agar en el desierto y
la animó para que volviera donde Abram y Sarai, lo cual ella hizo (Génesis 16).

Que tu espera no desespere


Dijo entonces Saraí a Abraham: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues,
que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abraham al ruego de
Saraí

(Genesis 16:2).

Reflexión:

 Una de las cosas más complicadas de la vida es tener que esperar, y uno de los
errores que con más frecuencia cometemos es cuando creemos comenzar a ayudar
a Dios a desarrollar su plan de acción y así acelerar el proceso.

 Esto le sucedió a Sara, la esposa de Abraham, quien era de edad avanzada y su


etapa de fertilidad había ya decaído para tener un hijo propio, pero Dios había
prometido dar a su esposo descendencia cuando dijo en Génesis 15: 4 “Luego vino
a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el
que te heredará”, por lo tanto, quizás ella pensó que Dios debería tener algo más
en mente, así que desde su visión limitada acordó junto con su esposo que él tuviera
dicha descendencia con su sierva llamada Agar, y entonces luego Sara podría tomar
al hijo de esta como propio, una costumbre que era común en esos días. Aunque el
plan parecía inofensivo y al principio se desarrolló magníficamente, a lo largo de los
siguientes relatos que narra la Biblia vemos cómo ella se arrepintió del día que
decidió adelantar el plan de Dios, tal como se lee en Génesis 16:5 “Entonces Sara
dijo a Abraham: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose
encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo.”
Conclusión:
Muchas veces cuando atravesamos una larga espera llegamos a pensar que lo que
aguardamos nunca ocurrirá.

 Saraí por ejemplo espero noventa años para ser madre y cuando recibió la promesa
de parte de Dios que lo sería, ella se rio porque no lo creyó, como se señala en
Génesis 18:12 “Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he
envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?”

1. Señor, ayúdame a esperar.


Esperar es difícil, ¿no es así? De todos los frutos del espíritu, la paciencia siempre
dura para mí. Puede ser desalentador cuando sientes que Dios te está ignorando,
pero las Escrituras nos dicen que Él está trabajando en tu nombre para esa
solicitud. Creo que parte de la alegría en el cielo será reconocer todas las formas
en que Dios respondió a nuestras peticiones de una manera que no vimos en la
tierra. Sé paciente. Es difícil, pero al final cambiará tu carácter a alguien más como
Cristo.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el
Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y
una esperanza.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Jeremías 29:11

2. Señor, ayúdame a confiar.


Esto es algo igualmente difícil para nosotros. Tal vez sea porque la vida cristiana
no ha sido fácil para ti, o tal vez no es necesario que tu tengas el control. Confiar
es más fácil decirlo que hacerlo. Cuando confío en Dios, quitó las manos de la
situación, creyendo que las manos de Dios permanecen firmes. Cuando no puedo
escuchar o ver esas manos, mi tendencia es querer alcanzar y reanudar el control.
En su silencio, Dios todavía habla, pero tengo que detener lo que estoy haciendo
para escucharlo.

Bendito el varón que confía en Jehová,


y cuya confianza es Jehová.
Porque será como el árbol plantado junto a las aguas,
que junto a la corriente echará sus raíces,
y no verá cuando viene el calor,
sino que su hoja estará verde;
y en el año de sequía no se fatigará,
ni dejará de dar fruto.
Jeremías 17:7-8

Fíate de Jehová de todo tu corazón,


Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
Proverbios 3:5-6

Orar por un aumento en la confianza me permite frenar lo suficiente como para


escuchar lo que Dios dice en Su silencio.

Señor, ayúdame a confiar en tu plan y deja de lado el impulso de controlar mi


propia vida.Señor, ayúdame a esperar con esperanza y expectativa, sabiendo que
siempre estás conmigo y resolviendo mi situación para siempre.

Si actualmente pasas por situaciones que parecieran estar en espera es necesario


que comprendas que esto forma parte del proceso de Dios para ti, quizás necesitas
aprender a tener paciencia y crecer en fe; esperar en Dios no es del todo complicado
porque haciéndolo reforzamos nuestra confianza en Él ¡No permitas que en tu espera
caigas en la desesperación! Dios te Bendiga.
Oración
Oración de la paciencia y la humildad Jesucristo, que dijiste «aprendan de mí que
soy paciente y humilde de corazón» (Mt. 11,29), concédeme la PACIENCIA
suficiente para soportar las largas esperas, para adaptarme a los imprevistos, para
tolerar lo que me da fastidio para convivir con mis límites. Cristo, concédeme la

PACIENCIA necesaria para dialogar con quien es insensible, para preservar ante
las frustraciones, para afrontar la adversidad para creer en lo que es posible.

Señor, concédeme la PACIENCIA indispensable para apreciar las cosas sencillas,


para asumir el desafío de cada día, para poseer un corazón servicial y para confiar
en tu providencia.

CRISTO de la PACIENCIA, que se cumpla en mí tu promesa: Felices los


pacientes, porque recibirán la tierra en herencia». (Mt. 13,4)

Señor Yo sé que uno de mis peores enemigos es la impaciencia. La impaciencia


rápidamente me lleva al desánimo.

Señor, enséñame una vez más a entender que las respuestas instantáneas no
siempre son los caminos del cielo para hacer las cosas. Ayúdame a aprender a
ser paciente, y no impetuoso ante la adversidad, a serenarme y pensar con
claridad. Quiero ser uno de aquellos que en medio de la ansiedad, decide esperar
pacientemente en su altar, sabiendo que tu tienes un plan maravilloso para cada
uno de nosotros.

Dios paciente y maravilloso, glorioso es tu Nombre. Alabado seas mi Dios. Dios


fuerte y poderoso, libertador, Santificado seas, perfecto en santidad y gloria. Te
doy gracias en esta hora. Amen
 ¿A quién llamaba Jesús “los hijos del trueno”?
R/: Jacob y Juan (Marcos 3:17)

 ¿Cuántos libros conforman el nuevo testamento?


R/: 27

 ¿En cuántas partes se divide la biblia?


R/: En dos partes, al antiguo testamento y el nuevo testamento.

 ¿De quién fue hijo el Rey David?


R/: de Isaí (Mateo 1:6).

 ¿Cómo limpiará el joven su camino?


R/: Guardando la palabra de Dios (Salmo 119:9).

1. ¿Cuántos libros en total tiene la biblia?


66 libros

¿Cuántos y cuáles animales hablaron según la Biblia? R= dos: la serpiente (Génesis


3:1-5); el asna de Balaam (Números 22:21-33)

¿Cuántos se convirtieron a Jesucristo, en el discurso de Pedro en Pentecostés?

R=Aproximadamente 3,000 personas (Hechos 2:41)

¿Cuál mujer aconsejó a su esposo que se muriera? R= La mujer de Job (Job 2:9)

¿Cuál es el salmo que en todos sus versículos terminan con la misma frase? R=
Salmo 136:26 La frase es: “Porque para siempre es su misericordia.”

¿Hacia donde huyó Jonás por no predicar en Nínive? R= Hacia Tarsis (Jonás 1:3)

¿Qué parentesco había entre Jonatán y David? R= Cuñado (1Samuel 18:20-30)

¿Quién dijo a Jesús: “Tú tienes palabras de Vida Eterna”? R= Pedro (Juan 6:68)

¿Cómo es llamado el ángel que mató a 185,000 Asirios? R= El ángel de Jehová


(Isaías 37:36; 2Reyes 19:35; 2Crónicas 32:21; Hebreos 11:28; Éxodo 12:23;
Hechos 12:23; 1Crónicas 21:12 y 15; 2Samuel 24: 16-17; Hechos 27:23; Job 4:18;

Job 15:15; solo versión R.V.1Corintios 6:3; Hebreos 1:5-7 y 13-14; Salmo
103:20-22; 35:5-6; Apocalipsis 3:21)

También podría gustarte