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Hebreos 11:8 nos dice qué fue lo extraordinario de esta partida: “Por la
fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de
recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”.
La fe de Abraham continuó
Después, Abraham llegó a la tierra de Canaán, y continuó siendo un
forastero y peregrino en tierra extraña. Pero él le creyó a Dios, quien le
había prometido que un día, él y sus descendientes heredarían esta
tierra.
La prueba de la fe de Abraham
¡La fe de Abraham fue probada! Hebreos 11:17 nos relata la prueba
suprema de la fe de Abraham: “Por la fe Abraham, cuando fue
probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía
a su unigénito, habiéndosele dicho: en Isaac te será llamada
descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de
entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a
recibir”.
Abraham debió haber creído que Dios tenía una muy buena razón
para pedirle que sacrificara a Isaac, y que de alguna forma Isaac
hubiera sido levantado de la muerte para cumplir las promesas que
Dios había hecho con respecto a él. La disposición de Abraham de
entregar a su hijo, era un prototipo de la disposición de Dios el Padre
de dar su único hijo engendrado (Cristo) como un sacrificio. Nosotros,
que somos de la fe de Abraham también debemos creer que Dios
puede resucitar de la muerte.
Las promesas que le hicieron a Abraham son parte del mensaje del
evangelio. Abraham escuchó y creyó en el evangelio. Gálatas 3:8 dice:
“Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los
gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti
serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son
bendecidos con el creyente Abraham”. (La escritura que se está
citando es una combinación de la promesa en Génesis 12:3 y 22:18.)
Fe y obras
Hay una gran diferencia entre confiar en nuestras propias “obras” y
confiar en Dios, con el fin de ser justificados y ser salvos. Y hay una
diferencia entre confiar en la ley, como los judíos hicieron, y hacer
buenas obras que demuestren obediencia y fe viva.
La fe de Abraham es fe viva
Necesitamos hacer lo que hizo nuestro Padre Abraham. Necesitamos
creer que Dios puede hacer lo imposible y que nada es demasiado
difícil para Dios. Necesitamos creer en el poder y las promesas de
Dios, sin dudar. Necesitamos creer y estar dispuestos a obedecer
voluntariamente a Dios, salir de este mundo y apartarnos del pecado.