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PRÓLOGO

Las diferentes ramas de la filosofía:

La necesidad de una ética pura:

● Las leyes morales deben ser necesarias universalmente, no sólo para los seres
humanos.
● Se debe estudiar cada parte de la filosofía pura por separado.
● Las leyes morales deben estar fundamentadas de manera a apriorística, sin tomar
nada de mundo empírico.
● Hay que diferenciar leyes morales (absolutas) de reglas prácticas (contingentes).
● Se requiere de la experiencia para desarrollar un buen Juicio (facultad de juzgar)
acerca de cómo aplicar las leyes morales en el mundo práctico y no dejarse llevar
solo de inclinaciones (deseos habituales).
● Se requiere una metafísica de las costumbres para poder enjuiciar las acciones
moralmente reprochables en base a leyes morales absolutas.
● Lo moralmente bueno no es aquello que sea conforme a la ley moral, sino aquello
que proviene de ella.
● La filosofía que mezcla lo empírico con los principios puros no merece llamarse
filosofía, ya que la filosofía distingue las cosas para estudiarlas, no deja las cosas
mezcladas y confusas, eso solo lo concibe el conocimiento vulgar.

La filosofía de la voluntad en cuanto tal:

● Wolff propone una filosofía práctica universal, pero no una metafísica de las
costumbres; es decir, no fundamenta su filosofía praćtica en principios a priori, sino
que considera el querer general.
● La voluntad para Kant es una voluntad pura.
● El objeto de investigación de la metafísica de las costumbres es la voluntad pura
posible.
● Universalizar una serie de reglas prácticas, extraídas de la observación empírica, no
las vuelve decretos morales absolutos como han creído varios autores que profesan
tener conocimiento de cuáles son las leyes y obligaciones morales mediante
generalizaciones de la voluntad humana.

El propósito de la Fundamentación:

● La razón humana, en lo que respecta a la moral, es más fácil de ser conducida hacia
la exactitud y la precisión; mientra que, en lo que respecta a la facultad especulativa,
suele caer en mayores contradicciones (es dialéctica).
● Se busca presentar la unidad entre la razón práctica y la especulativa, sólo
diferenciándose en la aplicación.
● Se separan los fundamentos de la misma metafísica de las costumbres porque estos
están hechos para un entendimiento más refinado, mientras que la metafísica de las
costumbres puede ser comprendida por toda clase de personas. Básicamente, esta
es la parte académica que la gente no quiere leer y lo otro es lo más mainstream.

El método de la Fundamentación:

● Pasar analiticamente del conocimiento vulgar al principio supremo y luego retornar


del principio supremo para extraer conocimiento prácticos.

La división es, pues, como sigue:


1.º Primer capítulo.—Tránsito del conocimiento moral vulgar de
la razón al conocimiento filosófico.
2.º Segundo capítulo.—Tránsito de la filosofía moral popular a
la metafísica de las costumbres.
3.º Tercer capítulo.—Último paso de la metafísica de las
costumbres a la crítica de la razón pura práctica.

CAPÍTULO I. Tránsito del conocimiento moral vulgar de la razón al conocimiento


filosófico.

La buena voluntad:

● La buena voluntad es lo único que puede ser considerado bueno en sí mismo, tiene
un valor intrínseco e incondicional.
● Las cualidades por sí mismas no son buenas ni malas, dependerá más del uso que
haga una persona de ellas; es decir, de si tiene o no una buena voluntad.
● Es la buena voluntad lo que nos hace dignos de ser felices.

La buena voluntad y sus resultados:

● La buena voluntad no es buena por las acciones que realiza, es buena en sí misma,
que sea útil o no a los propósitos particulares no condiciona su valor.

La función de la razón:

● “Admitimos como principio que en las disposiciones naturales de un ser organizado,


esto es, arreglado con finalidad para la vida, no se encuentra un instrumento,
dispuesto para un fin, que no sea el más propio y adecuado para ese fin” (p.56).
● Si la finalidad del ser humano fuera la felicidad, la naturaleza no nos habría dotado
de razón, ya que para lograr dicha finalidad habría bastado el instinto. O, en todo
caso, de ser necesaria la razón, esta nunca se habría volcado hacia un uso práctico,
se quedaría simplemente en lo especulativo.
● Las razones cultivadas que buscan la felicidad terminan más insatisfechas de lo que
empezaron al emprender tan erróneo propósito.
● La razón nos ha sido concedida como facultad práctica, es decir, tiene influjo sobre
la voluntad (empírica).
● La finalidad de la razón práctica es la de producir una buena voluntad, no como
medio, sino buena en sí misma. Para este propósito, la razón sí resulta
absolutamente necesaria.
● Esta voluntad es el bien supremo y la condición de cualquier otro.
● Hay una satisfacción peculiar en la realización de un fin que solo la razón determina,
aunque se acompañe de un sufrimiento por no obedecer a los fines de la inclinación.

La buena voluntad y el deber:

● En el sano entendimiento natural ya se encuentra el concepto de una buena


voluntad, para sacarlo a la luz se usará el concepto del deber.

El motivo del deber:

● Queremos averiguar cuáles son las acciones que se dan por deber para ahondar en
lo que puedan decirnos acerca de la buena voluntad. Para este propósito:
- No se tratarán las acciones catalogadas como contrarias al deber.
- No se tratarán las acciones conformes al deber, pero impulsadas por una
inclinación egoísta.
- Las acciones realizadas conforme al deber por una inclinación inmediata no
son por deber.

● El valor del carácter moral está en hacer el bien, no por inclinación, sino por
deber.

El principio forma del deber:

● “Una acción hecha por deber tiene su valor moral, no en el propósito que por medio
de ella se quiere alcanzar, sino en la máxima por la cual ha sido resuelta” (P.17).
● El valor moral reside en el principio de la voluntad, sustraído de toda
materialidad. No importa la acción misma, ni sus resultados, sino que la
máxima haya sido por deber.

Respeto a la ley:

● “El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley” (p.18).


● Lo que determina la voluntad objetivamente es la ley; y subjetivamente, es el
respeto puro a dicha ley.
● El respeto sólo puede sentirse por las leyes morales.
● El bien moral es la representación de la ley misma.

El imperativo categórico:

● El principio de la voluntad es que yo no debo actuar nunca más que de modo que
pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal.
● No se debe proponer una máxima por las consecuencias individuales que esta
pueda generar; debo proponerla solo si es universalizable, no apartarme del
principio mismo.
● La máxima debe convenir como principio a una legislación universal posible.

Razón práctica ordinaria:


● En la razón vulgar ya se encuentra el principio del conocimiento moral, aunque no
reflexiona sobre este, sí lo usa como criterio para determinar las acciones buenas y
malas.

La necesidad de la filosofía:

● El hombre se debate entre la ley moral que le provoca respeto y sus inclinaciones y
deseos que lo llevarían a la felicidad. Por esta razón, es necesaria la elucidación
filosófica de los principios morales, para que la dialéctica natural que se forma en el
interior del hombre ordinario quede resuelta, de tal forma que pueda seguir las leyes
morales sin que sus inclinaciones se lo impidan.

CAPÍTULO II. Tránsito de la filosofía moral popular a la metafísica de las costumbres.

El uso de ejemplos:

● No hay forma de saber con certeza mediante la observación empírica que lo que
lleva a un hombre a actuar conforme al deber sea también realizado por deber.
● Aunque no haya en el mundo ningún ejemplo de una acción llevada a cabo por
deber, eso no quiere decir que la razón deje de ordenar la ley moral; esta es un
fundamento a priori, está antes que toda experiencia y sigue existiendo aunque no
haya sido ejecutada en el mundo empírico.
● La ley moral tiene vigencia para todo ser racional de modo absolutamente necesario.
● Se habla un poco de Dios como voluntad libre al final de esta parte.

Filosofía popular:

● Primero hay que fundamentar bien los principios mediante un conocimiento racional
puro, una metafísica de las costumbres, para después poder llevarlo a una filosofía
práctica popular.

Revisión de conclusiones:

● Todos los conceptos morales tienen su origen, completamente a priori, en la razón.


● No deben estar contaminados de la experiencia, debe exponerselospor separado de
todo lo empirico, es decir, como metafísica.
● No debemos atenernos a la naturaleza de la razón humana, sino que más bien se
debe concebir que estos principios morales son válidos para todo ser racional.

Imperativos en general:

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