Está en la página 1de 92

C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Experiencias para un Protocolo Técnico de Actuación tras Terre-


motos. Los movimientos sísmicos de Lorca del 11 de mayo de 2011

Juan Roldán Ruiz


Dr. Arquitecto. Investigador Principal del grupo TECNOS adscrito a la Cátedra de Estructuras Arquitectónicas
de la Escuela Politécnica de la UCAM
Sergio Carrillo Martínez
Arquitecto. Profesor de la Escuela Politécnica y miembro del grupo TECNOS
Jerónimo Granados González
Arquitecto. Profesor de la Escuela Politécnica y miembro del grupo TECNOS
Diego Ruiz López
Arquitecto. Miembro del grupo TECNOS
Jacinto Romera Sastre
Arquitecto Técnico. Miembro del grupo TECNOS
Martín Romera Casado
Arquitecto Técnico. Miembro del grupo TECNOS

Colaboradores
Fulgencio Avilés Inglés
Arquitecto y miembro activo del Grupo 00 en Lorca
Francisco José Sánchez Medrano
Dr. Arquitecto. Profesor de la Escuela Politécnica UCAM

Mayo de 2012

1
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Experiencias para un Protocolo Técnico de Actuación tras Terremotos.


Los movimientos sísmicos de Lorca del 11 de mayo de 2011

© Textos y figuras: Juan Roldán Ruiz


© Esta edición: Fundación Universitaria San Antonio

Créditos foto portada: edificación colapsada en la calle de los Talleres de


Lorca: Juan Roldán. Foto Fig. 4: Fulgencio Avilés.

2ª Ed.: Murcia, julio 2012


I.S.B.N: 978-84-92986-42-2
D.L: MU-712-2012

Impreso en España. Todos los derechos reservados.


Impresión: Industrias Gráficas Libercrom, S.A.

Prohibida la reproducción total o parcial sin permiso expreso y por escrito de


los titulares del Copyright.

2
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

El grupo TECNOS quiere mostrar su agradecimiento y admiración a quie-


nes con su desinteresada participación, e incluso poniendo en riesgo su propia in-
tegridad física, llevaron a cabo tareas de coordinación, inspección, evaluación,
desescombro, apuntalamiento y, en definitiva, de ayuda a quienes lo necesitaban
durante aquellos primeros días tras los terremotos del 11 de mayo de 2011 en
Lorca. Juan Roldán, como coordinador del Grupo 0, tuvo el honor de recoger el
premio a la Labor Profesional en la XVI Edición de los Premios de Arquitectura
de la Región de Murcia concedido a ese colectivo de técnicos, entre los que no
podemos dejar de recordar a Carmen Sandoval, Antonio Mármol, María García,
Francisco García, Carmen Díez, Helena García y Antonio García Herrero, con
especial mención a quienes formaron el Grupo 00: Juan Roldán Ruiz, Sergio Ca-
rrillo Martínez, Fulgencio Avilés Inglés, José Luis Fernández Romero, Francis-
co Barnés Romero, Simón Ángel Ros Perán y Pedro Enrique López Perán.

Este documento está dedicado a todos ellos, a nuestros convecinos lorqui-


nos y, en especial, a las 9 víctimas mortales, a los heridos y a sus familiares.

3
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

4
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Experiencias para un Protocolo Técnico de Actuación tras Terre-


motos. Los movimientos sísmicos de Lorca del 11 de mayo de 2011

Índice:
Resumen
Palabras clave

1.- Introducción ......................................................................................................................... 11


2.- Datos de interés de los recientes terremotos ........................................................................ 12
3.- Descripción de daños en las edificaciones ........................................................................... 15
4.- Sobre las previsiones de la normativa y las mediciones registradas .................................... 22
5.- Análisis de parámetros relevantes según la normativa actual .............................................. 26
6.- Discusión sobre la relación causas/efectos .......................................................................... 33
7.- Algunos apuntes sobre las reparaciones ............................................................................... 39
7.1.- Intervenciones estructurales urgentes .............................................................................. 40
7.2.- Intervenciones urgentes de albañilería ............................................................................ 46
8.- Respuesta social frente a los terremotos .............................................................................. 48
9.- Protocolo técnico de actuación ............................................................................................ 50
9.1.- Fase 0: evaluación de emergencia e inmediata................................................................ 52
9.2.- Fase 1: revisión del apuntalamiento ................................................................................ 54
9.3.- Fase 2: intervenciones urgentes....................................................................................... 55
9.4.- Fase 3: evaluación pormenorizada .................................................................................. 56
9.5.- Fase 4: ejecución de las acciones complementarias ........................................................ 56
9.6.- Cuadro resumen de fases y procedimientos .................................................................... 57
10.- Conclusiones y recomendaciones finales ............................................................................. 58
10.1.- Conclusiones .............................................................................................................. 58
10.2.- Recomendaciones ....................................................................................................... 63

Bibliografía

Anexo FT.- Formatos Tipo:

Fase 0.- Ficha 0.0.- Ficha de evaluación de emergencia


Fase 1.- Doc. 1.0.- Modelo de certificado de revisión del apuntalamiento
Fase 2.- Doc. 2.0.- Índice de memoria valorada de intervenciones urgentes
Fase 2.- Doc. 2.1.- Índice de informe para empresas de Seguros
Fase 2.- Doc. 2.2.- Modelo certificado final de obra de intervenciones urgentes
Fase 3.- Doc. 3.0.- Índice informe de evaluación pormenorizada NCSE
Fase 4.- Doc. 4.0.- Índice proyecto de intervención
Fase 4.- Doc. 4.1.- Libro de órdenes
Fase 4.- Doc. 4.2.- Certificado Final de Obra

5
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

6
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Experiencias para un Protocolo Técnico de Actuación tras Terre-


motos. Los movimientos sísmicos de Lorca del 11 de mayo de 2011
Juan Roldán, Sergio Carrillo, Jerónimo Granados, Diego Ruiz, Jacinto Romera y Martín Romera (*)

Resumen

Desde el inicio, el grupo TECNOS, compuesto por miembros todos lorqui-


nos, ha participado en diversas acciones tras los terremotos de Lorca del 11 de ma-
yo de 2011, lo que nos ha permitido vivir muy de cerca los acontecimientos deve-
nidos desde el primer día. Este trabajo trata de describir los rasgos arquitectónicos
esenciales de la ciudad de Lorca así como los datos más relevantes de los tres te-
rremotos que se dieron entre las cinco de la tarde y las once de la noche de aquel 11
de mayo.

Por otro lado, se describen los daños más importantes sufridos por las edifi-
caciones, agrupados según características comunes y en función del tipo de elemen-
to afectado: estructural, constructivo y acabados; comparándose los parámetros
previstos por la normativa actual (NCSE-02) con los medidos por el Instituto Ge-
ográfico Nacional para, tras un análisis de los factores relevantes, plantear una dis-
cusión sobre las causas y los efectos observados. Se incluye un breve análisis sobre
los tipos de reparaciones que han protagonizado las intervenciones urgentes y se
describe una propuesta de Protocolo Técnico de Actuación tras Terremotos
(PTAT), basado en nuestras experiencias para que sirva de referencia, mejorándolo,
completándolo o adaptándolo, en futuras acciones y, en especial, para apuntar su
consideración en los Grupos de Evaluación Sísmica contemplados en el actual Plan
SISMIMUR-06 ahora en periodo de revisión por la Comisión creada al efecto bajo
la coordinación de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Emergencias
dependiente de la Consejería de Presidencia de la Comunidad Autónoma de la Re-
gión de Murcia, a la que pertenece el grupo de investigación TECNOS en represen-
tación de nuestra Universidad.

Se completa el documento con las conclusiones esenciales de lo tratado pre-


viamente y se aportan veinte reflexiones que sintetizan ciertas recomendaciones tras
nuestra experiencia.

Palabras clave: terremotos, Lorca, intensidad sísmica, magnitud, seísmos, daños,


reparaciones, Protocolo Técnico de Actuación.

(*)
Investigador Principal (IP) y miembros del grupo TECNOS adscrito a la Cátedra de Estructuras
Arquitectónicas UCAM.

7
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

8
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Experiences for a Technical Protocol for Action after Earthquakes.


Seismic movements in Lorca on May 11, 2011
Juan Roldán, Sergio Carrillo, Jerónimo Granados, Diego Ruiz, Jacinto Romera and Martín Romera (*)

Abstract

From the beginning, the TECNOS group, whose all members were born in
Lorca, has participated in some actions after the earthquakes which took place in
Lorca on May 11th, 2011; that allowed us to live “on the stage” the subsequent
events from the very first day. This article attempts to describe the essential archi-
tectural features of the city of Lorca, as well as the most relevant data from the
three earthquakes that took place between 5 p.m. and 11 p.m on that day.

On the other hand, describes the most harmful damages suffered by the
buildings, gathered according to common features and depending on the damaged
element: structural, constructive and finishes, comparing the parameters provided
by the current regulations (NCSE-02) with those measured by the National Geo-
graphic Institute in Spain to raise a discussion on the causes and the effects ob-
served after an analysis of the relevant issues. We also make a brief analysis on the
types of repairs that were urgently fulfilled and describe a proposal of Technical
Protocol for Action after Earthquakes (TPAE) based on our experiences not only to
serve as a reference, but also to be improved, completed or adapted in future ac-
tions and, particularly, to be taken into account in the Seismic Evaluation Groups
referred to in the current “SISMIMUR-06” Plan, now under revision by the Com-
mission founded for that purpose and coordinated by the “Dirección General de
Seguridad Ciudadana y Emergencias”, dependent on the “Consejería de Presiden-
cia” of “Comunidad Autónoma” in Murcia; to which belongs TECNOS research
group, on behalf of San Antonio Catholic University of Murcia.

This document is completed with the essential conclusions of the aforemen-


tioned issues and provides twenty reflections that synthesize some suggestions after
our experience.

Keywords: earthquakes, Lorca, seismic strength, magnitude, damages, repairs,


Technical Protocol for Action.

(*)
Principal Investigator (PI) and members of group TECNOS attached to the Chair of Architecture
Structures UCAM.

9
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

10
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Experiencias para un Protocolo Técnico de Actuación tras Terre-


motos. Los movimientos sísmicos de Lorca del 11 de mayo de 2011

1.- Introducción

La ciudad de Lorca está situada en la zona suroeste de la Región de Murcia


(Figura 1). Dispone de un término municipal muy extenso, casi 1.700 km2, el se-
gundo más grande de toda España. Tiene una población de unos 92.000 habitantes,
repartidos entre las 39 pedanías con las que cuenta el municipio arrojando en con-
junto una baja densidad, del orden de unos 55 habitantes/km2. Sin embargo, la ma-
yoría de la población se concentra en el núcleo urbano principal que aglutina unos
60.000 habitantes (el 65% del total) mientras que el resto se reparten por las pedan-
ías del municipio, algunas alejadas entre sí más de 70 km, que van desde las coste-
ras de Ramonete y Garrobillo hasta las interiores en la zona alta del norte, Coy y
Doña Inés.

Murcia

Lorca
Cartagena

Figura 1 Localización de Lorca en la CA de la Región de Murcia

La arquitectura lorquina refleja, como otras muchas, las raíces que la funda-
ron y que topológicamente están organizadas desde su Castillo, pasando por su fal-
da y esparciéndose por su Huerta. Así, la Edad Media está acotada en sus zonas al-
tas, especialmente desde el Porche de San Antonio hasta la Puerta de Nogalte,
siendo pieza clave el Castillo, desarrollado entre los siglos IX y XV.

11
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

La época renacentista la representa como ningún otro edificio La Colegiata


de San Patricio, iniciada en el siglo XVI y demorándose su finalización hasta el
XVIII, junto a la Plaza de España cuyos laterales están acotados por la Colegiata y
el Ayuntamiento, este último manteniendo su portada original desde la reforma de
1750, siendo anteriormente sede de la Cárcel Real.

Sin embargo, es en el periodo barroco cuando surge el tipo de arquitectura


que predomina en la ciudad monumental, siendo una de las fuentes más importantes
de la Región de Murcia. Así surgieron palacios como la Casa de Guevara (Casa de
las Columnas) y numerosos conventos, como el de Santo Domingo y el San Fran-
cisco (este sobre trazas del siglo XVI), ambos conformados entre los siglos XVII y
XVIII, y actuales sedes de las dos cofradías más importantes de la ciudad, la de
Nuestra Señora del Rosario (Paso Blanco) y la Hermandad de Labradores (Paso
Azul).

Huellas más recientes las representan edificaciones emblemáticas como el


Teatro Guerra, la Casa del Huerto Ruano, el Casino Artístico, la Plaza de Toros, to-
das del siglo XIX. También, el Puente de Piedra (el del Barrio), de finales del XIX
y, especialmente, el Puente de la Torta, de 1910, una de las piezas pioneras en la
utilización del hormigón armado en la Región. Por último, no es posible olvidar la
antigua Escuela de Maestría, obra de Miguel Fisac1, de mediados del siglo XX,
afectada por los terremotos y ya demolida salvo su portada y un cuerpo central pos-
terior.

2.- Datos de interés de los recientes terremotos

El 11 de mayo de 2011 quedará marcado en la memoria histórica de la


ciudad de Lorca como el día en que se registraron varios terremotos en un corto
periodo, en unas 5 horas:

- El primer terremoto se produjo a las 17:05 h, hora local, con una magnitud
de 4,5, intensidad VI, epicentro a 3,5 km e hipocentro a unos 2 km, con una
aceleración media del orden de 0,21g y picos de 0,27g.

- El segundo terremoto se registró a las 18:47 h, hora local, presentó una


magnitud de 5,1, intensidad VII, epicentro a 2,9 km e hipocentro a unos 2
km, con aceleración media del orden de 0,37g y picos de 0,41g.

- El tercer terremoto se registró a las 22:37 h, hora local, arrojó una magnitud
de 3,9, una intensidad de grado IV, epicentro a 4,6 km e hipocentro también
a pocos kilómetros, y con una aceleración media del orden de 0,07g.

1
Premio Nacional de Arquitectura 2003

12
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Todos los datos anteriores según los informes publicados al efecto por los
responsables de la Red Sísmica Nacional del Instituto Geográfico Nacional
dependiente del Ministerio de Fomento (Figura 2).

La posición de España dentro de las zonas de actividad sísmica se encuentra


en el entorno de influencia del movimiento de las placas tectónicas Africana y Eu-
roasiática y, a tenor de los registros mundiales, puede calificarse de exposición mo-
derada sobre todo si se compara con la costa oeste de Estados Unidos, Sudamérica
y los litorales del este de China, Japón, etc., tal y como se puede observar en el es-
quema que se acompaña en el mapa de la Figura 3.

Figura 2 Datos del Instituto Geográfico Nacional. IGN mayo de 2011

Es fácil observar como las zonas de mayor intensidad se dan en las líneas de
contacto entre las placas tectónicas, destacando la movilidad de la placa del Pacífi-
co, que afecta a las dos costas de mayor registro sísmico mundial: las de China,
Japón y la India y, las de la costa oeste americana.

13
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 3 Registro de las zonas sísmicas más relevantes

De forma más cercana, la ciudad de Lorca está afectada por varias fallas que
recorren la Sierra de Tercia, especialmente la procedente de Alhama, junto a otras
transversales detectadas. Son aspectos geológicos vinculados a estas fallas, entre
otras cuestiones, los que han provocado los movimientos antes reseñados y los que
históricamente se han descrito y detectado en el periodo de registro.

14
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

3.- Descripción de daños en las edificaciones

Las edificaciones lorquinas sufrieron un conjunto de daños cuyas


características fueron muy diversas, dependiendo de la localización, del tipo de
edificación, de las características estructurales-constructivas y de la antigüedad y
del mantenimiento y obras de conservación correspondientes. Sin embargo, aunque
no es objeto de este análisis, lo más lamentable fueron las 9 víctimas mortales y los
más de 300 heridos.

El parque de construcciones del núcleo urbano principal es de unos 6.500


edificios que, agrupados según una de sus características estructurales relevantes
como es su mayor o menor carácter hiperestático, presentaron las respuestas que
siguen:

- Las edificaciones de predominante carácter isostático, como las construidas


en la zona alta del Recinto Histórico, de una antigüedad media de unos 80-
100 años, mediante muros de carga de fábricas (mamposterías, ladrillos,
mezclas, etc.) sufrieron daños importantes y en muchos casos casi de forma
irrecuperable. Quedan incluidos en este grupo un conjunto de edificios, de
mediados del siglo XX, con falsa vocación hiperestática, construidos con
pilares de hormigón armado y vigas metálicas, cuya inadecuada unión ha
quedado demostrada si bien antes ya se sabía de su débil respuesta. También
respondieron de forma similar algunos edificios de la zona de la Viña con
una tipología estructural de elementos prefabricados, pilares y vigas con
unión en de cuasi-enchufe, poco eficaz frente a acciones horizontales. Del
orden de unos 200 edificios, de los 2.000 identificables como de este tipo,
tuvieron que ser finalmente demolidos o quedaron a la esperan de una
decisión similar, unos 300 sufrieron daños graves y del orden de 600
registraron daños leves.

- Las edificaciones más recientes, unos 4.300 edificios, correspondientes al


parque de los últimos 35-40 años, pertenecientes a construcciones con
predominante carácter hiperestático y mayoritariamente de hormigón
armado, tuvieron un mejor comportamiento. Sólo hubo un edificio
colapsado, el ubicado en la esquina de la calle Infante Juan Manuel con la
calle de los Talleres; unos 150 edificios quedaron con daños difícilmente
recuperables (unos 100 ya han sido demolidos o están en proceso); del
orden de 450 edificios arrojaron daños graves y, el resto, unos 3.700
edificios sólo sufrieron daños moderados, leves y/o despreciables.

- Las edificaciones en altura, entre 8 y 12 plantas con estructuras de hormigón


armado y/o entramados metálicos y fundamentalmente localizadas en la Av.
de Juan Carlos I y en alguna otra zona de reciente crecimiento, no sufrieron

15
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

daños importantes, salvo puntualmente como sucedió con el conjunto


residencial San Mateo2 que hubo de ser demolido a las pocas semanas.
Salvo lo indicado, en general, las edificaciones de este tipo sólo fueron
localizadas incidencias en pilares colindantes con otras edificaciones de
distintas alturas parciales de forjados (Figura 4) y totales de la edificación,
zonas de cambios de altura, en las inmediaciones de las juntas y en otras
situaciones similares. Se trata de unos 200 edificios y sólo sufrieron algunos
daños relevantes 5 ó 6.

Figura 4 Pilar dañado por golpeteo de forjados a distinto nivel

Es importante indicar que también sufrió daños importantes el patrimonio


cultural edificado, de tal forma que unas 24 iglesias-centros parroquiales resultaron
con daños importantes, especialmente la iglesia de Santiago, en el interior del
recinto histórico, y resultaron también afectados unos 18 edificios catalogados,
incluyendo el Castillo sobre todo la Torre del Espolón.

2
Edificación construida en 1967. Los daños en este conjunto merecerán en futuros trabajos de inves-
tigación un análisis específico atendiendo a su antigüedad, la forma en U del conjunto y la ubicación
de sus juntas estructurales, junto a la tipología constructiva y estructural que organizaba su respuesta
global.

16
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 5 Localización de las zonas más dañadas

En términos porcentuales los datos anteriores indican que colapsó sólo el


0,02% (sólo un edificio-Figura 6), que resultaron con daños irrecuperables y
finalmente demolidos o en proceso unos 329 edificios (5,06%), que se dieron daños
graves en unos 750 edificios (11,54%) y que el resto, del orden del 83% sufrieron
daños moderados, leves y/o despreciables. En el plano de la Figura 5 se han
reflejado esquemáticamente las zonas más afectadas y los valores globales y
porcentuales antes comentados, pudiendo concluirse que las edificaciones que
resultaron significativamente dañadas (colapsada, con daños irrecuperables, o con
daños graves) representaron un porcentaje inferior al 17%.

Figura 6 Edificio que colapsó: c/ Infante Juan Manuel esquina c/ de los Talleres

17
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Analizando de forma más específica los daños registrados, y centrándonos


en el cuerpo tipológico principal de las edificaciones lorquinas, esto es, las de
entramados de hormigón armado construidas desde mediados de los años 70 hasta
nuestros días, los daños presentan características que permiten agruparlos en tipos
comunes. Así, y atendiendo a la clasificación deducible de la actual Ley de
Ordenación de la Edificación (Ley 38/1999 de 5 de noviembre), en sus artículos 17
a 19, ambos inclusive, los daños provocados en los inmuebles pueden agruparse,
para su descripción, en tres tipos:

- Daños estructurales: fundamentalmente en pilares de planta baja.


- Daños constructivos: en albañilerías, tabiquerías, etc.
- Daños en acabados: en revestimientos, pinturas, escayolas, etc.

Los daños estructurales fundamentales se dieron en pilares de planta baja,


losas de escalera y algunos otros elementos estructurales de forma aislada. Los
daños en pilares cursaron, según su gravedad, en tres tipos: unos con roturas y
desplazamientos de las cabezas respecto a las bases, en algunos casos de hasta 15 y
20 cm (Figura 7); otros con fisuraciones en el tercio superior pero sin
desplazamientos; y por último, otros con ligeros desprendimientos en el cuarto
superior de algunas esquinas. En la mayor parte los daños se localizaron en la zona
superior de los pilares, con muy escasa incidencia en los fustes intermedios y en los
extremos inferiores, y en general con grietas y fisuras inclinadas con la horizontal
entre 30º y 60º aproximadamente. Daños específicos, graves y muy extendidos se
dieron en los pilares cortos, de gran rigidez respecto a su entorno, especialmente los
que servían de apoyo a los forjados elevados de los techos de garajes (Figura 8),
para permitir su ventilación u otros aspectos funcionales.

Figura 7 Algunos pilares con roturas y desplazamiento

Las losas de escalera sufrieron daños en los cambios de plano, con peor
resultado en aquellos quiebros con armaduras traccionadas y con expulsión al

18
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

vacio. También se registraron desgarres en las zonas de enlace con los pilares que
las bordeaban, si bien, del enlace losa-pilar fueron estos últimos los más afectados.

También se detectaron daños estructurales en algunos, pocos, pilares de las


plantas altas, sin criterio general que los agrupe, pues se registraron daños en
pilares de las plantas primeras, pero también en las intermedias sin continuidad en
las plantas altas inmediatas superiores o inferiores, en pilares de esquina y nivel
intermedio, en pilares de las últimas plantas y, en más número, en pilares de
colindancia con distintos niveles de forjados entre edificaciones adyacentes.

Figura 8 Pilares cortos agotados

Algunas vigas, zunchos y nervios de forjados también resultaron afectados,


pero en pocos edificios, y de forma muy localizada. Algunos edificios construidos
con vigas de cuelgue, en el tercio final del siglo XX, registraron daños en la vigas
de tipo moderado si bien algo más generalizados que en aquellos edificios con
forjados de vigas planas o reticulares (cuyos daños se centraron en los pilares), con
fisuraciones y desprendimientos en los extremos de las vigas, pero sin llegar a las
situaciones tan críticas como las que comportaron los daños en pilares de las
plantas bajas, especialmente aquellas plantas con espacios compartimentados con
divisiones de ladrillería tradicional, y aquellos que quedaron confinados
parcialmente entre cerramientos, paredes divisorias, medianeras, entre cajas de
escalera, etc.

Siendo los daños estructurales los más importantes a efectos de estabilidad y


respuesta resistente, los daños constructivos fueron los más aparatosos, los que más
extorsionaron las tareas de inspección y los más costosos frente a las reparaciones
posteriores. Además fueron este tipo de fallos los que contribuyeron, junto a otros
factores, a las lamentables 9 víctimas mortales y a la mayoría de los más de 300
heridos.

Se dieron daños constructivos en elementos comunes como las cajas de


escalera, en los zaguanes, en núcleos de ascensores, en paños concretos de
fachadas, especialmente las de planta baja (Figura 9) y algunas de plantas altas, en
pretiles de cubierta, en cornisas y, en general, en elementos de albañilería

19
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

tradicional que conforman los espacios de recepción, estancia y paso. También se


detectaron desprendimientos de piezas de protección sobre chimeneas de
ventilación, tipo shunt, sobre bajantes, etc. Igualmente se produjeron afecciones
leves en algunas instalaciones generales: disloques en acometidas, cuadros, redes
generales, llaves de corte, etc. Otros daños menores fueron disfunciones en
carpinterías exteriores y en algunas de paso en el interior.

Figura 9 Daños en fachadas de planta baja

En los espacios privativos, fundamentalmente en las viviendas, los daños


constructivos esenciales consistieron de roturas, grietas y fisuras en las tabiquerías
(Figura 10), que variaron entre aquellas viviendas cuyas tabiquerías quedaron
inservibles en casi su totalidad, hasta aquellas en las que el daño no llegaba a nada
más que algunas fisuras leves o irrelevantes. En general, las tabiquerías más
dañadas se dieron en las viviendas de las plantas primeras y fueron perdiendo
intensidad conforme se avanzaba en altura.

Figura 10 Daños en tabiquerías de viviendas

En cuanto a los daños en acabados, estos consistieron en grietas y disloques


en pavimentos de zaguanes, en algunos rellanos, en peldaños de escaleras,
revestimientos de zaguanes y cajas de escalera agrietados y desprendidos, planchas
de escayolas en falsos techos desprendidas (Figura 11), agrietadas y en general

20
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

desplazadas o partidas plenamente, enfoscados desprendidos y fisurados, y daños


complementarios de los anteriores como en pinturas, embellecedores de puertas,
barandillas, luminarias en zonas de paso, etc.

Figura 11 Desperfectos en falsos techos y en revestimientos

Magnitud de los daños


Zona o elemento
Muy Leves Leves Moderados Intensos Muy Intensos
Pilares cortos en PB
Pilares planta baja
Losas de escalera en PB
Zaguanes
Caja ascensor en PB
Fachadas en planta baja
Locales PB divididos
Fachadas en planta 1ª
Viviendas planta 1º
Petos de cubierta
Pilares planta 1ª
Rellanos plantas altas
Viviendas planta 2ª
Otros elem. cubierta
Pilares sótano
Pilares plantas altas
Forjado suelo planta baja
Forjado suelo planta 1ª
Locales PB diáfanos
Viviendas planta 3ª
Fachadas plantas altas
Instalaciones
Forjados otros niveles
Viv. plantas superiores
Figura 12 Resumen tipo general de la magnitud y la localización de los daños

De la descripción de daños generales realizada interesa su agrupación, para


poder analizarlos por tipologías de lesiones o por la posición que ocupan sus
elementos. En ese sentido, en la tabla de la Figura 12 se ha incluido una relación de

21
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

los elementos dañados indicando su posición y ordenándola según su magnitud


general. Es evidente que los daños no tienen la distribución dicha en todos los
edificios, que sería objeto de análisis edificio por edificio, pero la distribución más
característica de aquellos en que se dan es la que se pretende reflejar en la tabla
anunciada.

4.- Sobre las previsiones de la normativa y las mediciones registradas

La norma sísmica actual en España es la NCSE-02 consecuencia del Real


Decreto 997/2002 de 27 de septiembre, por el que aprobó la Norma de
Construcción Sismorresistente: parte general y edificación.

Inicialmente sería la norma MV-101/1962, sobre acciones en la edificación,


la que contemplaba las características de las acciones sísmicas en su capítulo VII.
Posteriormente aparecería la norma PGS-1/1968, primera norma específica sobre
acciones sísmicas y que después sería derogada, incorporando nuevos criterios de
distribución de las acciones, por la norma Sismorresistente PDS-1/1974, coinci-
diendo con las recomendaciones que en 1970 aportó el “Comité ad hoc” que la jun-
ta de Directores del SEAOC de California (Structural Engineers Association of Ca-
lifornia) formó para la revisión de los criterios básicos de diseño sísmico de la nor-
ma SEAOC-1959. Simultáneamente, en España, se creó la Comisión Permanente
de Normas Sismorresistentes que procedió a la redacción de la NCSE-94 y la ac-
tualmente en vigor NCSE-02.

Por otro lado, recientemente ha sido publicada la parte 1 del Eurocódigo 8


dedicado a reglas generales, a acciones sísmicas y a reglas para edificación, de
carácter consultivo con formato UNE-EN 1998-1: 2011, y en vigor a partir del 23
de febrero de 2011. Se trata de una norma con vocación de referencia para los es-
tados miembros de la Unión Europea y, en consecuencia, de indudable valor para
las futuras adaptaciones de nuestra actual NCSE-02.

El objeto esencial de la norma en vigor queda definido en el segundo


párrafo de su artículo 1.1, y es que sus criterios permitan evitar la pérdida de vidas
humanas y reducir el daño y el coste económico que puedan ocasionar los
terremotos futuros. Literalmente indica lo recogido en la Figura 13.

Figura 13 Objeto de la NCSE-02: art. 1.1

En términos generales, el ámbito de aplicación de la norma es muy amplio y


abarca a prácticamente la totalidad de las obras de edificación limitando su
obligatoriedad a aquellas que considera de normal o especial importancia y donde

22
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

se espere una aceleración básica superior o igual a 0,08g, y en algunos otros casos
especiales con menores aceleraciones.

El cumplimiento de la norma se define en tres ámbitos: en la fase de


proyecto, en la fase de construcción y en la fase de vida útil o explotación de la
edificación. En la fase de proyecto (art. 1.3.1) obliga a incluir un apartado de
Acciones sísmicas que recogerá los valores, hipótesis y conclusiones adoptadas,
cálculo y disposición de elementos estructurales, constructivos y funcionales de la
obra, incluyendo el nivel de ductilidad para el que ha sido calculado la estructura.

En la fase de construcción deja la posibilidad de que el Director de la Obra,


ante las acciones sísmicas previsibles, pueda proponer a la Propiedad las
modificaciones y/o cambios que considere oportuno para el buen fin de las
determinaciones sísmicas.

En la fase de periodo de vida útil, es donde indica la obligación para la


Propiedad de llevar a cabo un informe sobre la edificación si se ha producido un
terremoto de intensidad igual o superior a VII en la escala europea EMS. El
segundo de los terremotos de Lorca fue de intensidad VII.

La peligrosidad sísmica está definida por el mapa de peligrosidad de la


Figura 2.1 de la norma, reproducido en la Figura 14 que sigue.

Figura 14 Mapa de aceleración básica en España. NCSE-02

En el mapa se establecen cinco zonas atendiendo a su aceleración básica que


varía en el territorio español desde 0,04g hasta 0,24g. La zona de mayores
aceleraciones básicas se concentran en el sureste: Granada, Almería, Murcia y
Alicante. En Lorca se prevé una aceleración básica de 0,12g.

23
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

La aceleración aplicada en el lugar en cuestión, que es la que se utiliza a


efectos de obtener las acciones en la fase de proyecto, no es la básica del mapa an-
terior, sino la aceleración de cálculo, ac, que la norma NCSE-02 la hace depender
de tres factores:

1. De la aceleración básica, ab, establecida en la norma NCSE-02, y que para


Lorca, como se ha indicado, es 0,12g. (g representa la aceleración de la gra-
vedad: 9,8 m/s2).

2. Del tipo de terreno, mediante el coeficiente S, que para el terreno blando de


Lorca es del orden de 1,30, aceptando un terreno medio tipo III con C=
1,60.

3. Del coeficiente ρ, que mide la probabilidad de que en el período de vida útil


de la edificación se supere la aceleración básica, función del tipo de edificio,
que para los de normal importancia, como las edificaciones de viviendas, es
1.0. Es decir, la previsión de la norma de que se superase la aceleración
básica ab, en 50 años, que es la vida útil actual según el CTE, es mínima,
prácticamente nula.

Con lo dicho la aceleración de cálculo previsible según la norma para prepa-


rar la respuesta de los edificios en la zona de Lorca es del orden de 0,12 g x 1,30 x
1,0 = 0,16g.
0.08g

0.12g

0.16g
0.16g

0.08g
0.12g

0.12g 0.08g
Lorca

0.08g

0.12g

Figura 15 Mapa de aceleración básica en la Región de Murcia. Adaptado de NCSE-02

En la Región de Murcia, el mapa ampliado de aceleración básica se distri-


buye como recoge la Figura 15, de tal forma que entre sus municipios se recogen

24
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

aceleraciones básicas entre 0,07g y 0,16g. Las mínimas aceleraciones básicas se


dan municipios como Calasparra, Caravaca de la Cruz, Cartagena, Jumilla, Morata-
lla, La Unión y Yecla. Se dan aceleraciones básicas máximas, superiores o iguales a
0,15g, en los municipios de Abanilla, Alcantarilla, Beniel, Ceutí, Fortuna, Molina
de Segura, Murcia y Santomera. Es decir, la ciudad de Lorca, con una aceleración
básica de 0,12g, se queda en el grupo de aceleración sísmica media.

Según se ha detallado en el apartado 2, el terremoto de mayor aceleración


registrada en los acelerógrafos del IGN (Instituto Geográfico Nacional), situados en
el centro de Lorca, fue el segundo, que arrojó valores medios de 0,37g (e incluso
picos del orden de 0,41g), es decir, valores superiores al doble de la aceleración de
de cálculo prevista por la norma, que según hemos visto en los párrafos anteriores
es del orden de 0,16g. Es más, incluso en el primer terremoto, con una aceleración
media de 0,21g, ya se llegaron a superar las previsiones de aceleración de cálculo
en más de un 30% (0,21g/0,16g=1,31).

Es decir, en general, a igualdad del resto de parámetros y aceptando propor-


cionalidad entre acciones y aceleración, las edificaciones recibieron una primera
embestida, sobre las 5 de la tarde, con una acción superior en un 30% a la máxima
prevista por la norma, y no colapsó ningún edificio. Después, unos diez minutos an-
tes de las 7 de la tarde (unas 2 horas después de la primera), sufrieron una segunda
embestida con una acción del orden del doble de la prevista por la norma, produ-
ciendo daños muy superiores a la primera, entre otros, el colapso de un edificio en
el barrio de la Viña sin que, sorprendentemente, comportara víctimas mortales ya
que había tres personas en su interior que fueron rescatadas heridas al poco del co-
lapso. También, por caídas de elementos de albañilería y por otros factores, se pro-
dujeron las lamentables 9 víctimas mortales y otros muchos heridos, más de 300.

Por lo dicho, se debe considerar que la respuesta de los edificios fue acepta-
ble ante tan bárbara y desmesurada acción. Quizás la expresión más adecuada es
que la respuesta fue lamentablemente aceptable. No hay que olvidar en ello que, al
tratarse de una combinación de acciones accidental (poco probable) el coeficiente
de seguridad de tales acciones es 1,00 y, sin embargo, la naturaleza amplió lo previ-
sible a más del doble.

En la Figura 16 se pueden contrastar los distintos espectros de respuesta de-


rivados de las mediciones llevadas a cabo por el IGN en comparación con las previ-
siones de la norma NCSE-02.

25
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 16 Espectro de respuesta: aceleración medida y prevista NCSE-02: IGN mayo 2011

5.- Análisis de parámetros relevantes según la normativa actual

Para evaluar la fiabilidad de las edificaciones frente a las acciones sísmicas,


la norma NCSE-02 proporciona criterios sobre los cuatros aspectos esenciales que
en ello interviene: las masas a considerar, los periodos y modos de vibración, la
respuesta de la estructura y las condiciones de la verificación de la seguridad
buscada.

Las masas que intervienen son las que proporcionan acciones permanentes:
peso propio de la estructura y resto de acciones permanentes de elementos de
albañilería; más una fracción de las acciones variables debidas a las sobrecargas de
uso, que por ejemplo para vivienda están establecidas en 200 Kg/m2 y de la que se
consideran a efectos sísmicos un 50%, esto es, 100 Kg/m2. Actualmente, el Código
Técnico de la Edificación en el DB-SE-A establece como fracción el 30%, en vez
del 50% reseñado en el art. 3.2 de la NCSE-02.

Las comprobaciones a realizar se llevan a cabo en Estados Límite Últimos,


con coeficientes de seguridad de 1,00 para las cargas permanentes, sobrecargas y
las propias acciones del sismo. La combinación de comprobación no tiene porque
incluir el viento. Igualmente, no se llevan a cabo verificaciones en Estados Límite
de Servicio.

26
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

En general las comprobaciones a la acción horizontal sísmica pueden


llevarse a cabo en dos direcciones ortogonales, combinándose las solicitaciones de
una dirección con el 30% de las de la otra dirección. Las solicitaciones verticales y
en planta pueden comprobarse de forma independiente.

El análisis de la estructura se suele llevar a cabo mediante espectros de


respuesta de la edificación (Figura 17), bien según un método general espacial con
tres grados de libertad por planta o mediante el método aproximado de obtención de
un sistema de fuerzas equivalentes según un grado de libertad por planta y
dirección de cálculo.

Figura 17 Espectro de respuesta elástica del método simplificado: NCSE-02

El método simplificado queda recogido en el art 3.7 de la NCSE-02 y las


condiciones para aplicarlo son (art. 3.5.1): edificios con altura no mayor de 20 plan-
tas ó 60 m sobre rasante, máxima regularidad geométrica en planta y alzado, dispo-
ner de soportes continuos hasta cimentación (no pilares apeados) sin cambios brus-
cos de rigidez, regularidad mecánica en la distribución de rigideces y excentricidad
del centro de masas respecto al de torsión menor del 10%. A los edificios de hasta 4
plantas sobre rasante, de importancia normal, se les puede aplicar el método
aproximado sin que cumplan estrictamente las condiciones anteriores.

El modelo de la estructura a idealizar para aplicar el método simplificado es


el de un oscilador múltiple con un solo grado de libertad de desplazamiento por
planta y dirección considerada. La respuesta se asimila a un conjunto de fuerzas
equivalentes aplicadas en las zonas de concentración de las masas, generalmente los
forjados, manteniendo fija la parte de la edificación bajo rasante, lo que comporta
tres modos de vibración (Figura 18) en función de que el periodo fundamental de
oscilación de la construcción sea corto (hasta 0,75 s), en cuyo caso sólo es preciso
analizar el primer modo, mediano (entre 0,75 y 1,25 segundos) con dos modos o
largo (más de 1,25 s) con los tres modos de vibración.

27
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 18 Modos de vibración según NCSE-02

En las edificaciones de hasta 5 plantas, que son las que más predominan en
Lorca, ejecutadas con pórticos de hormigón armado sin la colaboración de pantallas
rigidizadoras, el periodo fundamental es de 0,09·5=0,45 s, es decir, sólo precisan el
análisis del primer modo de vibración ya que es inferior a 0,75 s, lo que sucede en
edificios con hasta 8 plantas sobre rasante, que son prácticamente la totalidad del
parque edilicio lorquino.

La fuerza sísmica equivalente es el producto del denominado coeficiente


sísmico por el peso de la masa que gravita en la planta que se considera. El
coeficiente sísmico depende de cuatro factores: la aceleración de cálculo, el
coeficiente de amplificación del espectro, del coeficiente de respuesta y del
coeficiente de distribución.

Para los periodos de oscilación indicados como más representativos en los


edificios lorquinos, el coeficiente de amplificación del espectro, es constante y de
valor αi= 2,5 (ver Figura 17), junto a un coeficiente de respuesta de β=0,5,
resultante de la tabla 3.1 de la NCSE-02 para estructuras de hormigón o acero y
ductilidad µ=2, y todo ello unido a la aceleración de cálculo que se indicó en el
apartado anterior de 0,16g, se puede esperar un coeficiente de aplicación a la carga
vertical de 0,16·2,5·0,5=0,20 (20%), distribuida en función de la planta en que se
encuentre según los criterios del factor de distribución del apartado 3.7.3.2 de
NCSE-02. Por otro lado, si aceptamos el comportamiento casi como solido rígido
de las plantas superiores, el coeficiente de respuesta por ductilidad pasaría de 0,5 a
del orden de 1,0 por lo que el coeficiente de aplicación a la carga vertical podría
llegar a duplicarse y, en vez del 20%, rondaría el 40%.

Es decir, la acción sísmica en la mayoría de los edificios de Lorca, respecto


a su carga horizontal, estaba prevista en el entorno del 20% de la carga en vertical
con respuesta dúctiles del orden de 2, por tanto en términos medios la acción
horizontal sobre un forjado sería del orden de (700·1,25)·20%=175 Kg/m2 de
planta, aceptando una carga de reparto horizontal de cálculo de 600+50%·200=700

28
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Kg/m2 y un 25% de incremento por los pesos de fábricas no divisionarias, fachadas,


medianeras, etc.

Para edificaciones de 5 plantas, el factor de distribución, suponiendo alturas


de planta y masas equivalentes en cada planta es del orden de 0.4, 0.8, 1.0, 1.2 y 1.2
(Tabla C.3.1 NCSE-02) para las plantas 1, 2, 3, 4 y cubierta, respectivamente, es
decir, el coeficiente sísmico varía entre el 8% para la planta 1 y el 24% para la
planta de cubierta.

20% P 46% P

P P

Figura 19 Acción sísmica esperada y recibida según datos del IGN. Edificio 5 plantas s/r

Así, por ejemplo, para edificios de cinco plantas, con cinco pórticos de
cuatro vanos de luz media de 5,60 m y con suma de bandas de carga sobre los
pórticos del orden de hasta 15 m, muy habituales en las estructuras de Lorca, y las
cargas de cálculo antes anunciadas, la edificación supondría una carga vertical del
orden de 1500 t sobre rasante (5,60·4·15·0,7·1,25·5=1.470≈1500 t), y sería
previsible hasta una acción horizontal aplicada en su centro de masas del 20%, esto
es, 300 t. Sin embargo la acción que pudo recibir a tenor de las mediciones del ING
sería del orden de 690 t, ya que la aceleración medida fue del orden de 0,37g, un
230% superior a la esperada de 0,16g. Lo anterior indica que la acción esperada
sobre el centro de masas era un 20% (unas 300 toneladas) cuando pudo recibirse
hasta un 46% del peso en vertical (unas 690 toneladas) (Figura 19). Todo lo
anterior para comportamientos de ductilidad del orden de 2, y tendiendo al doble
(92% del peso en vertical) para comportamientos de mínima ductilidad (sólido
rígido en plantas superiores). Realmente, resulta extraño que la acción recibida
pueda estar en este orden de magnitud, con sólo un edificio en el suelo por colapso
inmediato, lo que nos puede llevar a tener que ajustar con más precisión todos los
parámetros que trasladan la aceleración del suelo a la del edificio e, incluso, a la
medición de la primera.

En lo expuesto, se ha utilizado el coeficiente de respuesta β, vinculado con


la ductilidad de la estructura y con el coeficiente de amplificación del espectro,
representado en general para un amortiguamiento del 5% que es la amortiguación
asignada a una edificación de estructura de hormigón o acero compartimentada, en
cuyo caso β es el valor inverso del coeficiente de comportamiento por ductilidad µ.
En términos prácticos, la mayoría de los edificios lorquinos responden a

29
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

ductilidades bajas del orden de µ=2, del tipo de vigas planas, para los que el
coeficiente β de respuesta es del orden de 0,50. En algunas edificaciones de los
años 60-70 proliferaron las estructuras con vigas de canto que podrían amparar
ductilidades más altas, del orden de 3 ó 4 y alcanzar coeficientes de respuesta β de
0,25 a 0,33, si bien en la dirección de los forjados la continuidad de los apoyos de
las viguetas utilizadas era muy cuestionable, por lo que sólo en una de las
direcciones tales ductilidades podrían tenerse en cuenta en la actualidad, salvo en
aquellas estructuras cuyo entramado estructural con vigas de cuelgue lo fue en las
dos direcciones, como sucede en varias edificaciones de barrios de expansión de las
zonas sur y este de la ciudad3. Por otro lado, la influencia de las tabiquerías y
fachadas puede hacer que las plantas altas se comporten con nula o muy baja
ductilidad (sólido rígido) tal y como se ha sugerido en párrafos anteriores, pasando
β a tomar valores muy próximos a 1,0.

La acción sísmica genera desplazamientos en la dirección en que ésta actúa


y en cualquiera en función de las asimetrías que presente la edificación. En general,
se interpreta el desplazamiento a considerar como el desplazamiento en estado post-
elástico, es decir, el que se alcanza sobrepasando los efectos elásticos generales de
la edificación, y se mide como el elástico multiplicado por el coeficiente de
ductilidad (art. 3.7.3.3 NCSE-02), lo que responde a entender la ductilidad como el
número de veces que es capaz de deformase la edificación o alguna de sus partes
respecto a la deformación elástica que se toma como referencia. Así para
ductilidades de la estructura del orden de 3 se esperan deformaciones post-elásticas
del orden del doble de las elásticas, lo que supone una deformación total 3 veces
superior a la elástica.

Las edificaciones colindantes deben separarse cada una de su linde al menos


el desplazamiento lateral máximo esperable, que en cm, puede expresarse como
sigue:
u = 33 ⋅ α1 ⋅ (ac / g ) ⋅ TF2 ≥ 1,5cm
, siendo:

u= desplazamiento en cornisa en cm.


α1= 2,5 para el modo 1 de vibración, el habitual en las edificaciones lorquinas.
ac= la aceleración de cálculo, generalmente del orden de 0,16g y medida 0,37g.
TF= Periodo fundamental de la edificación que para Hormigón Armado= 0,09·n
n= número de plantas de la edificación.

Para los casos más habituales de los edificios lorquinos, mayores de 3


plantas y menores o iguales a 8 sobre rasante, las separaciones entre edificaciones
deben ser al menos el doble de la separación a los lindes, una separación u por cada
lado, lo que supone tener como referencia el cuadro de la Figura 20.

3
En algunas zonas del barrio de San Diego y en la zona de Santa Quintería, además, se trata de edi-
ficaciones sometidas a las agresiones de las inundaciones del año 1973.

30
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Separación entre Separación entre


Nº plantas
edificaciones cm (0,16g) edificaciones cm (0,37g)
Hasta 3 3 5
4 4 8
5 6 13
6 8 18
7 11 25
8 14 32
Figura 20 Juntas entre edificios HA. Al menos doble de u

Lo anterior es importante pues las separaciones de las edificaciones, en el


modo de oscilación 1, que es el habitual en las edificaciones lorquinas, se produce
en la cornisa superior, que para edificios de 6-8 plantas y aceleraciones de cálculo
del orden de 0,16g suponen juntas de unos 8 a 14 cm, y para aceleraciones de 0,37g
, si esta fuese el limite buscado, cosa a debatir muy intensamente, se tendría que
pensar en separaciones del orden de 18 a 32 cm, y del orden de un 25% superiores
si se trata de estructuras de pórticos rígidos de acero. La situación descrita deberá
tenerse muy en cuenta en el diseño de futuras normas urbanísticas, al igual que la
altura de cornisa que actualmente tiene constreñida la posibilidad de utilizar vigas
de cuelgue por lo afinado de aquella, llegando en algunos Planes Generales a
medirse la altura de la edificación en centímetros, y con un margen muy estrecho
para poder utilizar estructuras de adecuada respuesta sin el raquitismo que se
desprende actualmente del corsé regulado en la Normativa Urbanística de
aplicación. No obstante, siendo importante la separación comentada no debe
olvidarse la perjudicial afección que provoca la no coincidencia de niveles de
forjados a cada lado de la junta, sea de la misma o distinta propiedad, sobre la
respuesta al golpeteo entre edificaciones colindantes. Por otro lado, las separaciones
anteriores deben ser compatibilizadas con las reales posibilidades de
mantenimiento, conservación e impermeabilización que resultan de las exigencias
básicas de habitabilidad, por lo que separaciones inferiores a 1-2 m son difíciles de
llevar a cabo, si se quiere no generar mayores problemas que beneficios, por lo que
de atender los limites normativos actuales, entre 8 y 14 cm, se deberá prestar
especial atención a las soluciones constructivas que las amparan.

Los efectos de torsión que se derivan de las asimetrías surgidas por la


distancia entre el centro de masas y el de torsión deben considerarse en las
comprobaciones y/o procurar compensarlas con incremento de rigideces en
elementos que lo precisen para conseguir las uniformidades previstas en la propia
norma. En este sentido es muy oportuno tener en cuenta tales asimetrías en el
diseño que resulte del edificio ya reforzado y/o reparado tras los efectos de los
terremotos en cuestión. En general, el incremento de las acciones horizontales sobre
los pilares implicados por efectos de torsión que no superen excentricidades del 5%
puede asumirse con un coeficiente de amplificación de los cortantes obtenidos no
superior a 1.3, tal y como se deduce del art. 3.7.5 de NCSE-02.

31
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

En cuanto a los efectos de segundo orden, estos llegan a ser importantes a


partir de que el desplazamiento horizontal del edificio, en su cornisa y al estar
sometido al modo 1, supere el 2 por mil de la altura H del edificio, es decir, H/500
tal y como establece el actual CTE DB SE en la verificación a la aptitud al servicio
frente a desplomes. Igualmente si la condición anterior sirve para comparar el
efecto general sobre la edificación, el mismo DB establece una condición específica
para cada planta, de tal forma que limita el desplome entre la base y la cabeza de
los pilares de la misma planta a h/250, siendo h la altura de la planta.

Las condiciones analizadas, tanto en el art. 3.8 de la NCSE-02 como en el


art. 5.3.1 del DB SE-A para estructuras de acero, son muy similares, estableciendo
la condición general de que la distorsión de una planta δ/h no supere el 10% de la
relación entre la acción horizontal y la vertical del pilar considerado, V/P. Mientras
que la distorsión de una planta no supere el 33% de la relación V/P, puede aceptarse
el análisis mayorando la acción horizontal por un coeficiente entre 1 y 1,5.
Igualmente, en términos aproximados, las relaciones anteriores coinciden con que
la edificación tiene una traslacionalidad pequeña frente a la acciones horizontales o
sus efectos son despreciables si la acción horizontal no supera el 4% de la vertical,
aspecto este muy parecido al límite de aplicación de la norma NCSE-02 donde
hasta una aceleración básica de 0,04 g no es obligatoria su consideración. Por lo
dicho, en general, en la práctica totalidad de las edificaciones de Lorca es
recomendable considerar efectos de segundo orden por las acciones sísmicas,
especialmente en pilares, al menos incrementando las acciones horizontales por un
coeficiente entre 1 y 1,5, es decir, de valor medio del orden de 1,25 atendiendo a la
aceleración de cálculo registrada de 0,37g, superior incluso al 33% antes reseñado.

En cuanto a los muros de sótano, por similitud con los de contención en su


mismo carácter, junto a otros ubicados en zonas de paso de vehículos, en rampas,
etc., además de calcularse para las acciones que el terreno les proporciona, deben
someterse a las acción horizontal derivada de un empuje con aceleración igual a la
de cálculo, es decir, en el caso de Lorca, generalmente 0,16g.

Para edificios de 5 plantas, con banda de carga sobre los muros de unos 5,40
m, y cargas verticales del orden de 700 Kg/m2 (600+0,5·200=700 kg/m2) más un
25% de incremento por cerramientos y otras cargas no repercutidas en la uniforme
de cada planta, el peso que reciben los muros por unidad de longitud es del orden
de 5,40·0,5·0,7·1,25·6=14,2 t/m, lo que implicaría una acción sísmica horizontal,
junto otras, en la coronación y/o apoyo del forjado/suelo de planta baja, del 16%,
esto es, 2,3 t/m. La carga anterior quedaría más concentrada en las zonas cercanas a
los arranques de los pilares y podría influir sobre el comportamiento axil del
forjado, vigas o nervios cercanos a esos puntos de descarga, especialmente si no se
produce sintonía entre el movimiento del edificio y el del terreno, cosa previsible en
algún momento del proceso y/o amortiguamiento del conjunto.

32
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Para un muro de sótano de unos 3 m de altura, con un terreno a contener de


peso específico 1,7 t/m3, y un ángulo de rozamiento interno de unos 30º, el
coeficiente de empuje al reposo sería del orden de 0,5 y ello supondría una acción
de cálculo sobre el muro, en situación habitual de no sismo, del orden de
1,7·3,0·0,5·3,0·0,67·1,35= 6,92 t/m (γt=1,35).

Sería extraño adoptar como empuje global la suma del propiciado por la
hipótesis de sismo y la del empuje al reposo, ya que tal combinación dudosamente
se da a la par en su mayor intensidad, pero sí podría aceptarse que la acción
sísmica fuera acompañada del empuje del terreno, no en situación de reposo sino en
situación activa (ka≈0,33), con lo que la acción conjunta podría alcanzar el valor de
5,03 t/m [1,7·3,0·(0,33+0,16)·3,0·0,67=5,03 t/m)], situación ésta cubierta por la
habitual de empuje al reposo al aplicarse una seguridad de 1,35 mientras que para el
efecto conjunto sismo-empuje activo se utiliza una seguridad de 1,0.

Sin embargo, al activarse la acción sísmica el muro más trasero/opuesto a la


dirección al movimiento puede cambiar su empuje receptor para dejar de ser al
reposo y convertirse en pasivo, al moverse el edificio en no sintonía con el terreno,
en cuyo caso el coeficiente de empuje, ahora pasivo, sobre el muro sería del orden
de 2, con lo que la acción que recibiría el muro supondría 1,7·3,0·2,0·3·0,5= 15,3
t/m que respecto a las 6,92 t/m derivadas del máximo de los efectos analizados
previamente, supone una acción de más del doble. Es decir, la aportación de la
acción sísmica sobre el muro podría, en el caso de no acoplamiento terreno-sótano,
multiplicar por dos las acciones habituales en situación de no sismo.

Es importante el análisis anterior pues las inspecciones sobre la edificación


deben amparar minuciosamente el comportamiento de los muros de sótano para
atender posibles situaciones críticas fuera de las tradicionales plantas bajas y
primeras sobre rasante de los edificios, ya que también se pueden provocar
situaciones indeseables en zonas generales o particulares de los muros de sótano y
en los forjados que los arriostran en la zona superior, generalmente los forjados de
suelo de las plantas bajas, algunos de cuyos daños se han podido observar en
edificios lorquinos, sin bien con leve intensidad.

6.- Discusión sobre la relación causas/efectos

Que el resultado de tan exceso de acción fuese un sólo edificio colapsado


(caído) por el terremoto (Figura 21), sólo puede entenderse como aceptable, en
nuestra opinión como lamentablemente aceptable, ya que lo que el análisis previo
sobre el papel hubiera predicho ante tales acciones hubiera sido una catástrofe de
cientos, si no miles, de pérdidas de vidas humanas, cuando las lamentables victi-
mas, siempre muchas por escasas que parezcan, fueron 9 y no por colapso de edifi-
cios sino por desprendimientos de elementos secundarios cuyo análisis habrá que
reservar a factores mucho más pormenorizados que los utilizados hasta ahora.

33
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 21 Imágenes de la edificación que colapsó el 11-05-2011

Durante los días inmediatos, la localización de los epicentros de los terremo-


tos sucedidos en Lorca es la que se recoge en el mapa de la Figura 22, extraída de la
información publicada por el Instituto Geográfico Nacional a través de su Red
Sísmica. En el mapa quedan resaltados los tres terremotos más importantes del día
11 de mayo, destacando el más fuerte de magnitud 5,1. Igualmente son apreciables
las distintas fallas que recorren toda la zona de la sierra de Tercia.

Figura 22 Registro de los terremotos en Lorca entre el 11 y el 24 de mayo 2011. IGN

La posición de los epicentros se localizó en la sierra de Tercia, en la zona


noreste de la ciudad a unos 3 km y según las trazas que se recogen en la Figura 23,
debida a los informes realizados por el Instituto Geológico y Minero de España.

34
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 23 Vista de la zona de Lorca donde se situaron los epicentros de los seísmos. IGME

Figura 24 Evolución de la magnitud de los seísmos entre 11-24 de mayo 2011. IGN

Por otro lado, la evolución de las magnitudes de los terremotos que sucedie-
ron entre el 11 y 24 de mayo fueron, desde 5,1 del día 11 hasta inferior a 2 a la se-
mana siguiente, todo ello según los datos publicados por el Instituto Geográfico
Nacional y recogidos en la tabla de la Figura 24. El número de terremotos se man-
tuvo en una media alta hasta el día 15 de mayo, unos 20 diarios, y descendió a par-
tir del 17 hasta no superar los 5 diarios (Figura 25).

35
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 25 Nº de terremotos entre 11-24 de mayo 2011. IGN

Figura 26 Grafica comparativa de aceleraciones. Horario IGN, horario local: 2 horas más

De lo dicho se pueden extraer, fundamentalmente, cuatro causas que pueden


ayudar a entender los efectos de los terremotos en Lorca:

1. Se produjeron dos terremotos en un periodo muy corto, en menos de 2


horas, siendo la posición de los hipocentros muy superficial (unos 2 km de
profundidad) y la de los epicentros también muy cercana al centro urbano
(unos 3 km), lo que supuso una alta intensidad (del orden de VII) aunque la
magnitud fuese moderada (del orden de 5,3).

2. El terreno amplificó notablemente las acciones por su carácter de blando en


el valle lorquino, alcanzando aceleraciones medias de 0,37g, con picos del
orden de 0,41g, frente las aceleraciones de cálculo previstas en la norma que
están en el orden de 0,16g, es decir, se pudieron alcanzar acciones del or-
den de más del doble de las previstas por la normativa. (Figura 26).

36
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

3. La escasa atención que ha merecido el diseño en fase de proyecto, las carac-


terísticas de los materiales y su puesta en obra final de los elementos de al-
bañilería frente a los elementos estructurales en sí, ha comportado una no-
table infravaloración de la perturbación que provocan estos en el análisis de
los tradicionales entramados esqueléticos estructurales.

4. Las escasas ITEs (Inspecciones Técnicas de Edificios), aun no consolidadas


en la práctica actual, han podido ayudar a infravalorar las consecuencias y
efectos de reparaciones, modificaciones, o acciones de mantenimiento y
conservación de elementos constructivos como: cerramientos, particiones,
locales comerciales, antepechos, cornisas, chimeneas, etc. frente a desplo-
mes, desprendimientos, vuelcos, etc., así como su influencia en el compor-
tamiento de los elementos estructurales principales.

Los efectos provocados en las edificaciones pueden agruparse según


algunos criterios globales que permiten un intento de evaluación general según tres
aspectos principales:

1. Los daños estructurales más importantes se presentaron en los pilares de las


plantas bajas, y generalmente en la zona superior de estos,
fundamentalmente por el efecto de momento flector y esfuerzo cortante en
tales zonas, por plastificación del hormigón de cada lado de la sección de
hormigón, a unos 40-50 cm del forjado del techo de la planta baja y/o por
agotamiento a corte. El reparto de las acciones sísmicas es máximo en los
pilares de planta baja al acumularse el cortante que recogen las plantas altas
y por ello, junto a otros factores, en los fustes de los pilares de la planta baja
su daño ha sido mayor. Sin embargo, debe prestarse una atención especial a
que hayan resultado mayoritariamente dañados las cabezas superiores y no
las inferiores, sobre todo atendiendo al reparto teóricamente constante del
esfuerzo cortante en el fuste y al también teóricamente mayor momento
flector en los extremos inferiores que no en los superiores. Es evidente, que
condiciones de mejora del material en la zona inferior que en la superior,
confinamientos mayores por los cerramientos y tabiques que los bordean,
zona de solapes de armaduras en pilares, etc., pueden ayudar a justificar el
efecto, pero quizás la hipótesis actual de acciones equivalentes, que analiza
el movimiento de la zona superior quedando impedida la inferior, deba ser
cuestionada frente a la más real de que se mueva la zona inferior, la
empotrada en el suelo, y la superior quede inmóvil durante los segundos
esenciales para generar más empotramiento en las cabezas de los pilares que
en sus bases, ya que pueden llegar a tener más capacidad de giro estas
últimas al hacerlo el suelo y con él el cuerpo enterrado de la edificación. El
fenómeno puede entenderse como el que podría denominarse efecto mantel,
representado esquemáticamente en la Figura 27. Como se ve, los nudos
inferiores de los pilares de planta baja pueden presentan más capacidad de

37
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

giro que los superiores que quedan empotrados por el cuerpo casi
indeformable de las plantas superiores, mientras que la sacudida del suelo
hace que este se mueva de izquierda-derecha y de arriba-abajo (y viceversa),
arrastrando al cuerpo semirrígido del sótano, generando un ligero giro en los
nudos inferiores de los pilares de planta baja, que comporta un acercamiento
del punto de inflexión de los pilares hacía la zona baja y con ello un
incremento del momento flector del extremo superior y disminución en el
extremo inferior, todo ello mientras que el esfuerzo cortante se mantiene
prácticamente constante. (Figura 27).

Figura 27 Esquema de uno de los comportamientos probables: efecto mantel

2. Las rigideces complementarias que ofrecen las tabiquerías de las plantas


altas, en viviendas, frente a las débiles divisiones, o más flexibles, o no
retacadas a los techos de los locales comerciales hizo que los pilares
cercanos a las zonas más rígidas de la planta baja, precisamente aquellas
que quedaban coaccionadas por las albañilerías, recibieran más acción. Así
sucedió con pilares bordeados o embebidos en los zaguanes, cajas de
escalera, de ascensor, fachada y/o esquinas de planta baja, etc. En general,
en locales comerciales sin compartimentar las acciones se repartieron de
forma más general sobre los pilares, contribuyendo todos en lo que les
correspondía y, en la mayoría de los casos, sin grandes daños que llegasen a
colapsarlos, ya que parece que intentaban responder realmente a como
habían sido pensados en su fase de diseño y cálculo. Es decir, en plantas
bajas diáfanas predominaron pilares poco afectados, pero en gran número,
en contra de lo que ocurrió en plantas bajas muy compartimentadas, donde
los dañados eran pocos pilares pero muy intensamente, algunos casi
colapsados o colapsados plenamente.

38
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

3. La mayoría de los elementos de albañilería de las plantas bajas, y algunos de


las plantas altas, con una rigidez importante y poca o nula capacidad
resistente, ante las deformaciones tan extraordinarias provocadas por la
aceleración sísmica, sólo pudieron romperse para poder acompañar en su
deformación al esqueleto principal y resistente que era la estructura de la
edificación, que en general permitió actuar con una suficiente capacidad de
disipar energía dada su reservada ductilidad de deformación, pero sin que
tales deformaciones pudieran ser aceptadas por el resto de elementos de
albañilería, fachadas, divisiones, cornisas, recercados, antepechos, etc.

Los tres aspectos anteriores, junto con otros, pueden resultar muy útiles en
la elaboración de futuras recomendaciones prácticas en el diseño frente a sismo.
Incluso pueden ayudar a afinar el proceso de evaluación teórico-analítico pues sus
factores, especialmente las rigideces que aportan los elementos de albañilería,
modifican notablemente los comportamientos esperados de los análisis de
entramados habituales.

7.- Algunos apuntes sobre las reparaciones

En general, durante los primeros días y bajo la coordinación de la Adminis-


tración se intentaron estabilizar las situaciones más críticas, mediante las primeras
evaluaciones, apuntalamientos y otras acciones de carácter de emergencia que in-
cluyeron algunas demoliciones. Después, la necesidad de actuar y la colisión con el
derecho de propiedad propició que las Comunidades de Propietarios, o propietarios
en general, tomaran la iniciativa en una labor necesaria pero realmente muy com-
pleja de solventar si nos atenemos al choque de intereses tan diversos que surgen en
tales momentos: urgencia, escasez económica, diversidad de opiniones, seguros,
empresas y profesionales nuevos en la zona, incertidumbre, desalojos, etc.

De tales iniciativas surgieron sistemas de actuación que trataron de llevar a


cabo intervenciones de carácter urgente, y así fueron entendidas por el Ayuntamien-
to al desarrollar su trámite de concesión de licencias, encaminadas a llevar a cabo
los refuerzos imprescindibles sobre los elementos estructurales afectados que, junto
a otras actuaciones, permitieran retornar al inmueble a sus usuarios.

Sin embargo, las intervenciones realizadas, o una gran mayoría de ellas, sólo
trataron de solucionar de forma puntual los daños allá donde estaban, actuando
sobre los pilares o elementos afectados, sin pretender excluir la necesidad de
completar éstas con una evaluación global de la edificación, que tenga en cuenta los
refuerzos, las reparaciones y otras obras realizadas, junto al tipo de estructura y
resto de elementos de fábrica que componen la edificación para llevar a cabo una
consolidación sísmica global frente a futuros terremotos a tenor de la más reciente
normativa de aplicación. Sin embargo, esta situación merecería un análisis más
amplio e incluir otros factores que van más allá de los estrictamente técnicos:

39
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

sistemas de toma de decisiones de la propiedad, legislación aplicable en la gestión


de la promoción, sistemas de ayudas, derechos consolidados en el régimen de
alquiler, condicionantes en el uso y disfrute, compromisos hipotecarios, valoración
y tasación de inmuebles, etc., todo lo cual excede el objetivo principal de este
documento, pero que debe quedar presente en el análisis de las intervenciones
urgentes llevadas a cabo.

En consecuencia con lo indicado, las intervenciones urgentes que se plantea-


ron fueron de dos tipos:

- Intervenciones estructurales urgentes


- Intervenciones de albañilería urgentes

7.1.- Intervenciones estructurales urgentes

Atendiendo a la tipología de daños relatada, y en lo que a los pilares se re-


fiere, especialmente los de planta baja, las intervenciones llevadas a cabo fueron
generalmente las tradicionalmente previstas para este tipo de reparaciones, resul-
tando para ello esencialmente tres sistemas en función del material utilizado:

- Recrecidos de hormigón o morteros predosificados armados.


- Adheridos mediante de fibras de carbono CRFP4 o composiciones equiva-
lentes.
- Encamisados mediante perfilería y chapas de acero.

Los tres sistemas tienen una aplicación adecuada, en función del caso con-
creto de que se trate, si bien cada uno presenta un conjunto de ventajas e inconve-
nientes que deben chequearse antes de tomar una decisión concreta. Así:

- Los recrecidos de hormigón pueden parecer los más compatibles sobre pila-
res de hormigón, si bien suelen ser sistemas lentos y exigen una mayor es-
pecialización en su utilización para determinar dosificaciones, sistema de y
control de puesta en obra, etc. Por otro lado, generalmente están pensados
para recrecer todo el fuste del pilar intervenido, cosa que no siempre es pre-
ciso en los pilares dañados. Solucionan muy bien la protección al fuego que
puede exigírsele a la reparación, si bien pueden modificar notablemente la
rigidez de los elementos intervenidos y los cercanos.

- Respecto a la utilización de CFRP su uso es adecuado para conseguir confi-


namientos de pilares, lo que incrementa su comportamiento a compresión al
acotar la deformación transversal del elemento. Es preciso disponer de fus-
tes preparados, no dislocados y sin fracturas con desplazamiento para que la
intervención sea sencilla y ágil. Aporta un aumento de la resistencia y ducti-

4
Carbon Fiber Reinforced Polymer: Fibra de Carbono Reforzada con Polímero

40
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

lidad de las piezas sin comportar notables modificaciones de su rigidez.


Presenta algunos problemas con la resistencia al fuego de las resinas que se
utilizan para la unión y precisan protección externa. Exigen un personal
previamente adiestrado en la utilización de los materiales y en su puesta en
obra.

- En cuanto a los elementos metálicos, se trata de la utilización de perfiles la-


minados y chapas metálicas unidas con soldadura y con el complemento de
resinas y morteros predosificados para rellenar los huecos con el pilar repa-
rado o para pegar las piezas a los elementos a intervenir. Es un método muy
extendido, quizás el históricamente más utilizado y que puede resultar ágil y
rápido en su puesta en obra, con gran disponibilidad de material en la zona,
y con recursos materiales y humanos de la propia ciudad. Puede responder
para descargas plenas de pilares, para confinamientos completos de fustes
(Figura 28) y para confinamientos parciales de cabezas. Incrementa nota-
blemente la rigidez de las zonas intervenidas y precisan de protecciones al
fuego, si bien se trata de materiales de uso muy habitual.

Figura 28 Confinamiento de núcleo y fuste

Centrándonos en este último sistema, y especialmente en aquellas interven-


ciones en las que hemos participado más directamente, una forma de llevar a cabo
las intervenciones puede ser disponer de modelos de reparación en función del daño
y exigencias del pilar a intervenir. Así, se pueden plantear, por ejemplo, cuatro mo-
delos de intervención:

- RP-1.- Pilares muy dañados: rotura con gran desplazamiento.

41
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

- RP-2.- Pilares con daños medios: grietas y fisuras sin desplazamiento o con
desplazamiento despreciable.
- RP-3.- Pilares con daños localizados: fisuras en parte, generalmente cabezas
o arranques, sin desplazamiento.
- RP-4.- Pilares con daños leves: desprendimientos y fisuras en revestimien-
tos, esquinas, etc.

La intervención RP-1 trata de reparar totalmente el pilar dañado hasta el


punto de poder asumir el conjunto aportado, junto a cierta contribución del núcleo
de hormigón existente más la resina inyectada, la totalidad de las cargas gravitato-
rias que la superficie tributaria reparte sobre el soporte y con la suma de todas las
plantas superiores. La reparación no sólo afecta al pilar dañado sino que puede
abarcar también a los que bajan hasta la cimentación, donde se produce la descarga
total de la carga asumida. La transmisión de la carga a las piezas se realiza desde el
capitel superior del pilar confiando la tracción inferior del forjado/viga, que genera
el nuevo ángulo de las bielas de compresión, a las armaduras inferiores de la propia
viga/forjado ya existentes además de encontrarse en zonas de compresión por la
flexión habitual, junto a la fricción entre perfilería, resinas de relleno y superficie
del hormigón, de tal forma que la descarga en la base del pilar ya se prevé suficien-
te a las nuevas piezas, que transmite la acción a las piezas de la reparación inferior
y así hasta la cimentación. La transmisión de las cargas en las zonas del forjado se
realiza mediante cuatro cuadradillos/redondos cuya sección es capaz de absorber la
carga que se transmite, si bien también colabora la propia zona comprimida del
hormigón. (Figura 29).

Figura 29 Reparación tipo RP-1

42
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

La intervención RP-2 trata de reparar la totalidad del fuste del pilar dañado.
La reparación sólo alcanza al pilar en la planta dañada, y trata de zunchar la defor-
mación transversal del pilar original incrementado su respuesta a compresión sin
recibir, las nuevas piezas, carga axil directa salvo la que la propia fricción en las
zonas de transición pueda aportar, y sin que se retaquen contra los forjados que
quedan separados unos centímetros, por lo que la afección sobre las zonas superior
e inferior de contacto entre pilar y forjado no reciben carga que pudieran provocar
acciones de plastificación o perturbación en la descarga. (Figura 30).

Figura 30 Reparación tipo RP-2

La intervención RP-3 es una reparación parcial del fuste de las zonas afecta-
das por los efectos del sismo, localizadas en los capiteles y/o bases, fundamental-
mente en los primeros, y cuya intervención trata de reparar la zona afectada convir-
tiéndola en una zona zunchada, donde las nuevas piezas no asumen carga axil direc-
tamente salvo la que la propia fricción en las zonas de transición pueda aportar, si-
no que mediante el confinamiento de la zona del núcleo del pilar, cuyo estado es
aprovechable, se incrementa la respuesta a compresión del conjunto en la zona tra-
tada que es donde sólo se cuestiona su perdida. (Figura 32).

43
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 31 Vista de distintos tipos de reparaciones: RP-1, RP-2 y RP-3

Figura 32 Reparación tipo RP-3

La intervención RP-4 es una reparación superficial de las zonas dañadas del


elemento, generalmente en esquinas con cierto desprendimiento del recubrimiento
de hormigón que bordea las armaduras, o en alguna otra zona con desperfectos. La
reparación consiste en el saneado de la zona (repicado), eliminación del oxido de
existir, la pasivación de las armaduras (revestimientos, pinturas, etc.), y la regene-
ración del hormigón desprendido mediante morteros de dosificación especial.
(Figura 33).

Igualmente si se trata de un encuentro con la cimentación, en fase de ejecu-


ción, es oportuno valorar la necesidad de proteger frente a humedades con revesti-

44
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

mientos hasta la altura precisa con morteros especiales en edificios con cimentacio-
nes superficiales, sin sótano, y con soleras que descansan sobre el propio terreno
para conformar los suelos de los locales comerciales, situación está muy habitual en
Lorca en edificaciones de los años 1960-70.

Figura 33 Reparación tipo RP-4

Por otro lado, suele resultar muy útil disponer de sistemas de reparación de
las losas de escalera que hayan podido resultar lesionadas, siendo recomendable re-
parar antes que demoler, siempre que el daño lo permita, ya que la reparación puede
ser parcial y no afectar a los nudos entre losas y forjados, especialmente sensibles a
perturbaciones del entorno en caso de demolición. En la Figura 34 se han recogido
alguno de los refuerzos posibles utilizando chapas metálicas, distinguiendo entre
zonas de quiebro con empuje al exterior del canto, es decir al recubrimiento (casi al
vacio), o zonas de quiebro con empuje al interior del canto.

Es evidente que se precisan muchos más tipos de intervenciones, según cada


caso y según el análisis concreto del problema. A modo de ejemplo, los que siguen:

- Reparación de zunchos, nervios y vigas de algunos forjados; pocos, pero ne-


cesarios en algunos edificios en los que hemos intervenido.

- Reparación y/o descargas de muros estructurales de fábrica: ladrillo, mam-


postería, etc. Grapado de grietas y/o atirantado de esquinas.

45
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

- Reparación, sustitución y/o embebido de pilares cortos en muros de sótano.

- Reparación y/o adecuación de voladizos con pilares apeados en punta. En


algún caso con carga en punta de las 5 plantas superiores.

- Recalce de cimentaciones superficies con desmoronamiento del terreno so-


bre el que apoyaban.

- Arriostramiento de estructuras, metálicas o con forjados de viguetas sin con-


tinuidad en apoyos, sin rigidez eficaz en una o en las dos direcciones princi-
pales.

- Etc.

Figura 34 Reparación de losa de escalera

7.2.- Intervenciones urgentes de albañilería

Como trabajos previos, simultáneos y/o complementarios a las


intervenciones estructurales, es preciso llevar a cabo actuaciones de albañilería que
permitan habilitar las zonas comunes de la edificación con la finalidad de que los
usuarios /propietarios puedan retornar a sus viviendas. Una relación, no exhaustiva,
de las acciones que resultaron más habituales es la siguiente:

- Trabajos de apuntalamiento y apeos complementarios de los soportes y


otros elementos, parcial o total hasta la cimentación con carácter previo a

46
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

las actuaciones de reparación en los pilares con intervención RP-1, RP-2 y


losas de escalera.

- Realización de catas para la inspección de los fustes de pilares (generalmen-


te las cabezas), ocultos por cerramientos, divisiones, falsos techos y/o reves-
timientos.

- Trabajos de demolición, adecuaciones y desvío de instalaciones necesarios


para la realización de los refuerzos estructurales.

- Obras de adecuación de las zonas de zaguán de acceso a la edificación:


zonas de suelos, techos y paredes afectadas; así como otros elementos del
zaguán que resultan esenciales para permitir el acceso a las viviendas.

- Adecuación de cerramientos y revestimientos en las zonas de las cajas de


escalera, incluyendo la adecuación de los peldaños afectados, fundamental-
mente desde el tramo de planta baja a la planta primera.

- Obras de adecuación de los cerramientos de la caja de ascensor/es, inclu-


yendo el acabado de revestimientos en jambas, laterales y frontales.

- Adecuación de la maquinaría de ascensor, nivelación de guías, comproba-


ción de maquinarias y puesta a punto en las paradas de todas las plantas. In-
cluyendo certificación de revisión de la empresa de mantenimiento.

- Adecuaciones de la instalación de electricidad, fontanería e instalaciones


complementarias, en las zonas afectadas, fundamentalmente en los cuadros
de distribución ubicados en planta baja, en los zaguanes.

- Obras de reconstrucción de cerramientos comunes, como fachadas dañadas


en planta baja y en zonas altas, antepechos, chimeneas, etc., cuya reparación
resulta urgente y necesaria para el retorno de los usuarios o por generar
riesgo a la vía pública.

47
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

8.- Respuesta social frente a los terremotos

La respuesta de las edificaciones tras un terremoto suele ser un análisis im-


portante y determinante para evaluar futuros sistema de actuación frente a situacio-
nes futuras y similares. No obstante, no deja de ser menos importante la respuesta
que dan las personas frente a este tipo de catástrofes ante los aspectos técnicos que
las bordean. En este sentido, puesto que en otros ya hay análisis psicológicos y an-
tropológicos que han abordado el comportamiento de los individuos y el grupo y lo
seguirán haciendo, nos parece oportuno comentar la visión que las experiencias vi-
vidas en Lorca nos han aportado sobre la cuestión.

Así, es importante distinguir la repuesta de, al menos, tres grupos de perso-


nas (Figura 35): los auxiliadores formados (Cuerpos de Seguridad, Bomberos,
UME, ONGs, voluntarios organizados, etc.), la ciudadanía en general y los delin-
cuentes habituales tanto individuales como en grupo. Por otro lado, el análisis o la
respuesta no es la misma en los primeros días que en los ya avanzados. Así:

- El grupo de auxiliadores formados parte de un nivel de solidaridad general-


mente más alto que el medio de la ciudadanía global, y en los primeros días,
en torno a los dos primeros, su predisposición solidaria de eleva casi lineal-
mente hasta alcanzar un máximo durante la primera semana. Después, se va
generando un ligero descenso, poco significativo, y se mantiene en unas co-
tas de solidaridad dignas de mención, incluso pasados varios meses. La de-
dicación de algunos de los intervinientes comportó una y otra vez riesgos
personales en no pocas ocasiones, por lo que el agradecimiento a quien
ofrece todo lo que puede en ayuda de los demás, siempre debe recibir un al-
to reconocimiento.

- La ciudadanía en general, durante los primeros días, no digamos el primero,


aun partiendo de niveles solidarios inferiores a los de los auxiliadores for-
mados, rápidamente alcanza y llega a superar a aquellos, con muestras des-
interesadas, con riesgo de su integridad física, con predominio de lo colecti-
vo frente a lo individual, etc. Sin embargo, tal situación alcanza un máximo
entre el segundo y tercer día y comienza una pendiente descendiente brusca,
donde lo solidario pasa a ser secundario y prima el interés cercano, proba-
blemente entendible una vez que se es consciente del problema en primera
persona, o en la afección a los familiares más próximos. Durante la semana
siguiente los niveles descienden a umbrales no habituales, inferiores a los
medios del inicio, coincidiendo con el desembarco en la zona de las pólizas
de seguros, las empresas constructoras, los técnicos, los agravios comparati-
vos, el orden de prioridades, etc. No obstante, en las semanas siguientes, la
curva se va alternando, subiendo y bajando en solidaridad, con tendencia a
la normalidad en un periodo de meses, y puede que de años.

48
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Figura 35 Curvas de respuesta solidaria. Experiencia lorquina

- Existe un tercer grupo de personas, que no pueden ser obviadas, esto es, los
grupos de delincuencia tanto a nivel individual como organizada. Durante
los primeros días, el primero o como mucho hasta el segundo, la delincuen-
cia parece tener adormecida su finalidad principal y, a pesar de partir de ni-
veles más bajos que en la ciudadanía en general, su solidaridad aumenta o al
menos no aparece como extorsionadora. Sin embargo, esta situación dura
muy poco y rápidamente durante la semana siguiente se dan todo tipo de si-
tuaciones: robos, engaños, timos, saqueos, etc. La situación de la delincuen-
cia, igual que con el resto de los grupos se va apaciguando durante los me-
ses siguientes sobre todo con la certera intervención de la policía.

Según se aprecia en las curvas de la Figura 35, se pueden prever tres perio-
dos en todo el proceso:

1. El periodo de fortalecimiento, donde casi todos aportan ayuda, sólo se plan-


tea formas de solucionar los innumerables problemas con que se cuenta. Es
un periodo corto, uno o dos días, pero muy útil para orientar adecuadamente
los restantes, especialmente el que sigue a los pocos días.

2. El segundo periodo es un momento crítico, donde la prudencia debe presidir


la toma de decisiones. Abarca entorno a una semana, y coincide con un per-
turbaciones ajenas al terremoto, sino derivadas de él. Es el momento en que
los implicados empiezan a medir las consecuencias directas e indirectas del
terremoto, donde las víctimas han generado el dolor real de la pérdida más

49
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

allá del impacto inmediato, donde el reposo de la desgracia enciende el cho-


que de intereses, donde hacen acto de aparición multitud de agentes de muy
diversa calaña: seguros, empresas, técnicos, gestores, orientadores, etc.

3. El último periodo abarca muchos meses, e incluso puede que años, se trata
del periodo de regresión a la normalidad. Los auxiliadores formados van
acomodando su situación a lo habitual, la ciudadanía da bandazos solidarios
de uno y otro signo, y la delincuencia empieza actuar como lo hacía antes
del terremoto. Sólo algunos grupos aislados mantienen estrategias especia-
les si bien quedan más cercanas al mundo socio-político que al técnico.

9.- Protocolo técnico de actuación

La experiencia en Lorca, y en otros lugares, nos debe animar a generar pro-


tocolos que en el ámbito de la intervención técnica permitan reducir los niveles de
improvisación a los justamente tolerables. Esta es una de las intenciones, entre
otras, de la reciente Comisión de Revisión del Plan SISMIMUR-065 generada en el
seno de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Emergencias dependiente
de la Consejería de Presidencia de la Comunidad Autónoma de la Región de Mur-
cia, en la que están presentes además de la propia Administración, varias Organiza-
ciones Profesionales y las Universidades de la Región. Nuestra Cátedra participa
representado a la UCAM.
Director del Plan

Comité Asesor Jefe de operaciones Gabinete información

Coordinador bomberos Coordinador puesto Coordinador sanitario


de mando avanzado

Grupos de acción

Grupo de in- Grupo de eva- Grupo de restable- Grupo Grupo de Grupo Grupo de ac-
tervención luación símica cimiento de servi- sanitario orden logístico ción social
cios esenciales

Figura 36 Esquema de la estructura y organización general del Plan SISMIMUR

La participación técnica en el actual Plan SISMIMUR-06 está prevista, fun-


damentalmente, en el apartado 7.8.2 destinado al Grupo de Evaluación Sísmica
(GES-Figura 36), desarrollando quienes lo integran y sus funciones. Quizás, la in-

5
Plan especial de protección civil ante el riesgo sísmico en la Región de Murcia (SISMIMUR).
Homologado por la Comisión Nacional de Protección Civil en la reunión de 18/07/2006 y aprobado
por Consejo de Gobierno de la CARMU en su sesión de 20/10/2006.

50
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

tención de dotar al GES de un Protocolo Técnico de Actuación tras Terremotos


(PTAT) puede completar el Plan SISMIMUR en aquello que se ha podido compro-
bar que es necesario.

Con base en las experiencias extraídas de nuestra participación en diversas


tareas vinculadas con los terremotos de Lorca, y otros, expondremos a continuación
el protocolo que hemos seguido en muchas de nuestras intervenciones, cuya organi-
zación general se ha reproducido en el esquema de la Figura 37. La intención es que
sirva de referencia para quien lo quiera aplicar, adaptar, modificar, completar y/o
mejorar en aras de uno final que pueda ser asumido en la futura adaptación del Plan
SISMIMUR-06.

Figura 37 Organización general del PTAT

El protocolo se centra la intervención técnica y consta de 5 Fases (0, 1, 2, 3


y 4), que abarcan desde el momento inmediato tras el terremoto hasta la ejecución
de las obras necesarias para reparar los daños causados. Se excluye del protocolo la
que podíamos denominar Fase 5 que consistiría en todo el proceso encaminado a la
consolidación sísmica global de las edificaciones frente a futuros terremotos, pues
tal acción debe estar a los criterios de la legislación vigente, no sólo sísmica, al im-
plicar otros factores de índole económica, gestión promocional, derechos de pro-
piedad privada y colectiva, etc., ajenos al protocolo en cuestión. Las cinco fases
son:

51
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

- Fase 0: evaluación de emergencia e inmediata


- Fase 1: revisión del apuntalamiento
- Fase 2: intervenciones urgentes
- Fase 3: evaluación pormenorizada
- Fase 4: ejecución de las acciones complementarias

En cada una de las fases se prevén formatos tipo a utilizar en función de los
momentos de cada intervención. Los formatos, como los procedimientos, deben ser
recomendablemente sencillos, fácilmente aplicables, y fácilmente adaptables a si-
tuaciones no tipificadas.

9.1.- Fase 0: evaluación de emergencia e inmediata

La Fase 0 se lleva a cabo desde los momentos posteriores al terremoto hasta


unos pocos días más. El protocolo incorpora dos documentos esenciales: el flujo de
información de los equipos técnicos intervinientes y el modelo de ficha de evalua-
ción inmediata.

Figura 38 Organigrama básico del flujo de información. Fase 0

El flujo de información (Figura 38) es importante canalizarlo mediante una


Coordinación General, en contacto directo con la autoridad responsable, que comu-
nique los dos tipos de agentes técnicos más inmediatos en esta fase: los grupos de
evaluación sísmica y los grupos de intervención, tal y como quedan denominados
en la estructura y organización del Plan SISMIMUR-06. Igualmente, la Coordina-
ción General deberá ser la que solvente los aspectos legales para el acceso a propie-
dades privadas y/o públicas.

52
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Los grupos de evaluación deben estar dirigidos por técnicos acreditados en


las tareas de evaluación sísmica, siendo recomendable contar con técnicos acompa-
ñantes conocedores de la ciudad, entre otros. Quizás el número ideal de cada grupo
de zona sea entre 2 ó 3 miembros.

Como grupo transversal, para la reevaluación de situaciones especialmente


críticas o dudosas, es conveniente la organización del Grupo 0, formado por miem-
bros especialmente acreditados para situaciones de evaluación extrema y/o críticas.
Este grupo puede subdividirse, si la extensión lo requiere, en Subgrupos 0.1, 0.2,
etc. Se trata de un grupo no asignado a un área concreta sino transversal a todas
ellas, para servir de apoyo a los grupos de cada zona, así como para la evaluación
de las edificaciones de especial importancia tal y como se recogen en la normativa
sísmica habitual. El Grupo 0 puede estar formado por unos 7 miembros, seis de los
cuales pueden generar tres subgrupos y el restante actuar de coordinador en las de-
pendencias de la Coordinación General.

Un modelo de ficha de evaluación se ha recogido en el Anexo FT (de forma-


tos tipo) de este documento, la denominada Ficha 0.0, que responde al modelo que
se utilizó en las más de 6.500 evaluaciones llevadas a cabo en Lorca en los prime-
ros días tras los terremotos.

Figura 39 Cuerpo central de la Ficha 0.0 de evaluación de emergencia: inmediata

53
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

La ficha contiene tres bloques esenciales: el encabezamiento donde se forma


sencilla se identifica el inmueble y el grupo de evaluación, el cuerpo de evaluación
en sí donde se debe optar por tres situaciones (Figura 39), que se corresponden con
tres colores: verde, amarillo y rojo, y un cuerpo inferior destinado a breves obser-
vaciones a la par que se reproduce en esquema de flujo a utilizar, de tal forma que
no se produzcan interferencias por desconocimiento del mimo. Se puede completar
el tercer bloque con una relación telefónica de los puestos esenciales del flujo de in-
formación.

Es evidente que la ficha no trata de extraer toda la información rigurosamen-


te necesaria para abordar completas evaluaciones de los daños, sistema estructural
de las edificaciones y su respuesta, etc., por lo que su uso debe reservarse a grupos
adiestrados, experimentados y acreditados ante tales situaciones. La evaluación
pormenorizada se llevará a cabo, más pausadamente en fases posteriores, especial-
mente en la Fase 3.

9.2.- Fase 1: revisión del apuntalamiento

Evaluado el parque edilicio es conveniente ir devolviendo el protagonismo a


los propietarios de las edificaciones cuyas acciones complementarias permitan lle-
varse a cabo sin la intervención de la Administración. Así, las edificaciones deben
entrar en un proceso que acabe con el retorno de los usuarios a todos aquellos edifi-
cios cuya situación lo permita, todo ello pasando por la revisión de las situaciones
que, en estado de emergencia, fueron evaluadas en la Fase 0. Se trata de ratificar la
asignación de colores de las situaciones frontera, de tal forma que el código quede
ratificado o ajustado tras una evaluación más específica y detenida.

El proceso incluye el traspaso de colores, de tal forma que los edificios se-
ñalados en rojo puedan pasar a amarillo, y estos a verde si se van dando las condi-
ciones para ello, ya indicadas en la Ficha 0.0. Algunos en código rojo podrán entrar
en un procedimiento de demolición si se dan todas las circunstancias técnicas y le-
gales que así lo determinen.

Por lo dicho, y en general por iniciativa de los propietarios, individuales o


en régimen de comunidad, los edificios deben pasar una revisión para la verifica-
ción y/o adecuación de los apuntalamientos que por vía de emergencia se llevaron a
cabo los días inmediatos a los terremotos. Un modelo de certificado correspondien-
te a la revisión, Doc. 0.1, se acompaña en el Anexo FT de Formatos Tipo.

El cuerpo principal del certificado es conveniente que dé respuesta a cinco


aspectos:

1. Que se han revisado los elementos estructurales esenciales y que sus apunta-
lamientos son suficientes para la estabilidad de la edificación.

54
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

2. Que se han inspeccionados los elementos constructivos, fundamentalmente


las albañilerías exteriores, y que junto a las medidas adoptadas presentan
fiabilidad suficiente ante caídas, desplomes y degradaciones.

3. Que con base en lo anterior la edificación presenta fiabilidad suficiente para


permitir el acceso y la recogida de las pertenencias de los moradores del
edificio, siempre de forma puntual y en condiciones que se deben especifi-
car.

4. Que la propiedad deberá propiciar, en el menor tiempo posible, el refuerzo


estructural urgente de los elementos afectados antes de poder acceder de
forma continuada a la edificación.

5. Que tras la certificación de los refuerzos y la adecuación de las condiciones


mínimas de habitabilidad, la edificación podrá retornar a uso habitual de-
biendo someterse posteriormente, para su uso pleno, a la evaluación estruc-
tural pormenorizada y las acciones que resulten de las determinaciones del
art. 1.3.3 de la NCSE.

9.3.- Fase 2: intervenciones urgentes

La Fase 2 trata de llevar a cabo, por vía de urgencia, las intervenciones es-
tructurales y de albañilería que no tengan espera para garantizar la fiabilidad es-
tructural de la edificación, alguna de sus partes y/o las posibles repercusiones a las
colindantes y a la vía púbica. Los documentos principales de la fase son:

- Doc. 2.0.- Memoria Valorada de las intervenciones urgentes. Es el docu-


mento que principalmente las define y se acompaña como Doc. 2.0 en el
Anexo de Formatos Tipo (FT). Recoge tanto las intervenciones urgentes es-
tructurales como las de albañilería que sean imprescindibles para dotar al
inmueble de la fiabilidad estructural necesaria y las condiciones de habitabi-
lidad exigibles, para que los usuarios/propietarios puedan retornar a sus vi-
viendas. Este documento puede servir para la solicitud de licencia de obras
urgentes ante el Ayuntamiento por lo que debe contener todos los externos
que son exigibles, tal y como se han incorporado en el índice tipo adjunto en
Doc. 2.0 del Anexo FT.

- Doc. 2.1.- La necesidad de dar respuesta a las peticiones que los organismos
implicados hacen a los damnificados, fundamentalmente el Consorcio de
Compensación de Seguros, puede hacer recomendable proporcionar un in-
forme resumen de los costes previsibles para subsanar los daños en cuestión.
El documento tipo se acompaña como Doc. 2.1 en el Anexo FT.

55
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

- Doc. 2.2.- Una vez finalizadas las intervenciones contenidas en el Doc. 2.0
debe procederse al Certificado Final de las Obras, lo que dará pie a que el
Ayuntamiento pueda modificar el color del inmueble, pasando de rojo o
amarillo a verde, en función de su estado inicial y las obras contempladas en
el Doc. 2.0.

9.4.- Fase 3: evaluación pormenorizada

La actual norma sísmica, NCSE-02, Norma de Construcción Sismorresisten-


te: parte General y Edificación, publicada en el 11 de octubre de 2002, en el Boletín
Oficial del Estado nº 244, mediante desarrollo en el RD 997/2002 de 27 de sep-
tiembre, establece en su apartado 1.3.3 la necesidad de realizar un informe, tras un
terremoto, de cada construcción situada en zonas de intensidad igual o superior a
VII (EMS), tal y como se recoge en el literal del texto de la Figura 40.

Por lo dicho, a las edificaciones en cuestión les puede ser de aplicación el


artículo indicado y, en su caso, procede la evaluación de la edificación pormenori-
zada, que se prevé en la Fase 3 del protocolo, cuya finalidad es analizar dos aspec-
tos esenciales (1er párrafo art. 1.3.3 NCSE-02):

− Las consecuencias del sismo sobre la edificación


− Determinar el tipo de medidas que, en su caso, corresponda adoptar.

Figura 40 Art. 1.3.3 NCSE-02

El formato previsto para ello se recoge como Doc. 3.0 en el Anexo de For-
matos Tipo.

9.5.- Fase 4: ejecución de las acciones complementarias

La Fase 4 es una fase posterior y última para el protocolo analizado, cuya


capacidad activa recae en la propiedad de la edificación y tiene por finalidad llevar
a cabo todas dos tipos de acciones:

56
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

- Las acciones que se deriven de la evaluación pormenorizada de la Fase 3


cuyos resultados se reflejan en el informe Doc. 3.0. Las acciones de inter-
vención se clasifican en: a corto, medio y largo plazo. Obviamente las ac-
ciones a corto plazo son las que se recomienda a la propiedad que lleven a
cabo a continuación, si no a la par, de la Fase 3, para garantizar el retorno a
la fiabilidad inicial en la respuesta estructural de la edificación o evitar ries-
gos de desprendimientos sobre los usuarios o sobre la vía pública.

- Las acciones añadidas que el propietario quiera llevar a cabo por motivos de
mantenimiento, mejora, adecuación, etc. y que resulten de su interés aten-
diendo al estado tan extraordinario a que se vio sometida la edificación.

Es conveniente volver a reseñar que, tras la Fase 4, sería oportuno completar


las recomendaciones de los informes previos con una evaluación global de la
edificación, que tenga en cuenta los refuerzos, las reparaciones y otras obras
realizadas, en todas las fases, junto al tipo de estructura y resto de elementos de
fábrica de la edificación para componer una consolidación sísmica global de la
edificación frente a futuros terremotos a tenor de la más reciente normativa de
aplicación, situación esta no contemplada en las fases antes relatadas.

La documentación relevante de la Fase 4 serían los tres documentos que


siguen:

- Doc. 4.0.- Proyecto de intervención. Su índice se ha incorporado como Doc.


4.0 en el Anexo de Formatos Tipo. Recoge todos los apartados del actual
CTE, junto al conjunto de anexos que son imprescindibles. Este documento
puede servir para tramitar la petición de la correspondiente licencia de obras
ante el Ayuntamiento y es previsible que sólo sea preciso hacerlo para
edificaciones con código rojo. En código amarillo puede resultar suficiente
una petición de licencia de obra menor.

- Doc. 4.1.- Libro de Órdenes, según modelo habitual.

- Doc. 4.2.- Certificado Final de Obra. Modelo mancomunado Colegio Oficial


de Arquitectos y Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos en
su caso.

9.6.- Cuadro resumen de fases y procedimientos

Las fases, los formatos y la aplicación esperada en función del código de


color del resultado de la evaluación en la Fase 0 se recogen en el cuadro de la
Figura 41.

57
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Códigos de colores en edificios Tiempo


Fase Formato Descripción estimado
Verde Amarillo Rojo
Al origen
Evaluación de emergencia e
0 Ficha 0.0 1-5 días
inmediata
1 Doc. 1.0 Certificado apuntalamientos 5-20 días
Memoria valorada
Doc. 2.0 1-2 meses
intervenciones urgentes
2 Doc. 2.1 Informe Seguros 1-2 meses
Pasa a Pasa a amarillo
Doc. 2.2 Certificado Final verde ó a verde s/CFO
3-4 meses
3 Doc. 3.0 Informe pormenorizado NCSE 3-4 meses
Proyecto intervenciones
Doc. 4.0 5-8 meses
complementarias
4
Doc. 4.1 Dirección obra 10-12 meses
Doc. 4.2 Certificado Final Pasa a verde 10-12 meses
Figura 41 Fases, formatos y procedimientos

10.- Conclusiones y recomendaciones finales

Las conclusiones que se recogen a continuación tratan de resumir los aspec-


tos y los análisis que se han realizado en los apartados anteriores. Sin embargo, las
recomendaciones, pretenden proponer reflexiones sobre parámetros confusos, alter-
nativos y con vocación de despertar una respuesta clara, sencilla y útil para quienes
tengan que aplicarlas.

10.1.- Conclusiones

En los apartados anteriores se han desarrollado diversos aspectos encamina-


dos a analizar los efectos provocados por los terremotos del 11 de mayo de 2011 en
Lorca. Las conclusiones más relevantes se resumen a continuación:

1. El 65% de la población lorquina se concentra en el núcleo urbano principal,


que es donde con mayor intensidad se manifestaron los terremotos. La ar-
quitectura lorquina responde a las tradicionales etapas históricas, si bien su
patrimonio principal se centra en el periodo barroco que dotó a la ciudad de
un vasto y diverso conjunto de edificaciones de indudable interés.

2. El 11 de mayo de 2011 se produjeron en Lorca tres terremotos relevantes,


según los datos suministrados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
El primero sobre las cinco de la tarde, con una intensidad de VI. El segundo,
poco antes de las siete de la tarde, con una intensidad de VII (puede que
VIII según algunos criterios). Y, el tercero, de intensidad menor que los an-
teriores, IV, sobre las diez y media de la noche. Todos se localizaron a esca-
sa profundidad y distancia del núcleo urbano principal, del orden de 2 a 4
km.

58
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

3. Las consecuencias de los terremotos fueron 9 víctimas, más de 300 heridos,


un edificio colapsado, unos 329 edificios demolidos o en espera de demoli-
ción, del orden de 750 edificios con daños graves y, el resto, hasta unos
6.500 del núcleo urbano, con daños moderados, leves y/o despreciables.
Deben añadirse unos 42 edificios históricos y/o catalogados que resultaron
con daños importantes. En términos porcentuales y referido a las edificacio-
nes, las cantidades anteriores suponen que un 17% de los edificios recibie-
ron daños importantes: colapsó el 0,02%, resultaron irrecuperables y/o de-
molidos el 5,06%, se dieron daños graves en el 11,54%; en el resto, el 83%,
se dieron daños moderados, leves y/o despreciables.

4. Un análisis global de los daños permite clasificarlos en tres tipos: estructura-


les, constructivos y en acabados.

- Los daños estructurales fundamentales se dieron en los pilares de las plantas


bajas, especialmente en las secciones superiores, cebándose con gran inten-
sidad en los pilares cortos, sobre todo los que servían de apoyo a los forja-
dos elevados de los techos de sótano. También se dieron daños en losas de
escalera y en algunos otros elementos de forma aislada.

- Los daños constructivos, en fachadas, zaguanes, núcleos de ascensor, tabi-


querías, antepechos de cubiertas, cornisas, etc., fueron muy aparatosos y di-
ficultaron muy notablemente las tareas de inspección, evaluación e incluso
reparación. Es importante resaltar que fueron elementos desprendidos de es-
te grupo los que ocasionaron las víctimas mortales y la mayoría de los heri-
dos.

- Los elementos de acabado sufrieron numerosos daños, bien de forma especí-


fica o por formar parte de los elementos estructurales o constructivos prin-
cipales. Así, se dieron daños en revestimientos de zaguanes, de fachadas, en
placas de escayola, enfoscados agrietados y/o desprendidos, etc.

5. Con este estado de daños, es oportuno platearse cuales eran las previsiones
de la norma y los parámetros finalmente medidos, para poder fundar ade-
cuadamente la discusión de las causas esenciales. Así, la aceleración medida
en el primer terremoto (0,21g) ya superó en un 30% la de cálculo prevista
para las edificaciones habituales en Lorca (del orden de 0,16g). El segundo
terremoto, que no fue una réplica del primero, sino otro con foco en otra po-
sición, aportó una aceleración medida de 0,37g, superando en más del doble
la de cálculo antes mencionada.

6. La normativa actual frente a sismos (NCSE-02), determina como finalidad


última, en su art. 1.1 “…evitar la pérdida de vidas humanas y reducir el da-
ño y el coste económico que puedan ocasionar los terremotos…”. En Lorca

59
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

murieron 9 personas, por lo que no podemos decir que se cumpliera el pri-


mer objetivo y, las edificaciones severamente dañadas representaron del or-
den del 17%. Es oportuno tener presente, como antes se anunció, que las
victimas fundamentalmente lo fueron por elementos constructivos y de aca-
bado desprendidos, que las acciones sísmicas pudieron duplicar, y a la se-
gunda embestida, las previstas para las edificaciones, y que con todo ello,
no podemos más que concluir que los efectos fueron lamentables pero acep-
tables, quizás como una situación de resignación pues, al menos en el papel,
si los parámetros registrados no son erróneos, podríamos haber esperado
una gran catástrofe en victimas y en edificios colapsados.

7. Las edificaciones lorquinas de los últimas décadas, en su mayor parte son de


no más de 5 plantas, con pórticos de hormigón armado sin vigas colgadas y
sin la colaboración de pantallas, con periodos de oscilación bajos, de menos
de medio segundo, por lo que sólo precisan ser analizados en el primer mo-
do de vibración. En este tipo de edificios, la aceleración de cálculo prevista
en Lorca (≈0,16g) pasa a la edificación afectada de varios factores que ge-
neran el coeficiente sísmico, que aplicado al centro de masas, quedaba limi-
tado en el cálculo normativo a 0,20g (0,16g·2,5·0,5·1=0,20 g), cuando apli-
cado a la aceleración medida por el IGN podría haber alcanzado el valor de
0,46g (0,92g si aceptamos escasa ductilidad en las plantas altas). Es decir,
que las edificaciones pudieron recibir una fuerza en horizontal del 46% del
peso que tenían en vertical (92% en el caso de mínima ductilidad de las
plantas altas). Así, para un edificio habitual de 5 plantas y unos 350 m2 de
proyección, cuyo peso es del orden de unas 1500 t, se podían esperar accio-
nes horizontales del orden de 300 t y pudieron darse del orden de 690 t. Lo
anterior es realmente sorprendente, pues no se cayó nada más que un edifi-
cio por colapso inmediato. Es esta una situación que exige cierta reflexión
bien para ratificar los criterios actuales, ajustarlos o reflejar sistemas o fac-
tores de medida que puedan corregir algunas apreciaciones si es que ello
comporta alguna mejora, como por ejemplo, el que se ha descrito como el
efecto mantel como explicación del tipo de agotamiento de la mayoría de pi-
lares de la planta baja.

8. De lo anterior, se pueden apuntar cuatro causas que ayudan a entender los


efectos causados por los terremotos del 11 de mayo en Lorca:

- Se produjeron dos terremotos en menos de 2 horas, el segundo fue de mayor


magnitud e intensidad que el primero. Ambos, se produjeron muy cerca y
casi superficiales, a unos 2-3 km.

- El terreno blando de la zona lorquina pudo amplificar notablemente las ac-


ciones, que pudieron responder a más del doble de las esperadas.

60
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

- La escasa atención que ha merecido el diseño, las características y la puesta


en obra de elementos de albañilería complementarios a los esqueletos es-
tructurales, ha infravalorado la perturbación que aquellos provocan en el
comportamiento estructural global de los edificios.

- Las nulas o mínimas Inspecciones Técnicas de Edificios, pudieron ayudar a


esa infravaloración en obras de mantenimiento, reparación y/o conserva-
ción.

9. Las intervenciones que han resultado precisas pasan por varios momentos.
Inicialmente y con carácter de emergencia, se llevaron a cabo inspecciones,
apuntalamientos y labores de adecuación de zonas con riesgo instantáneo.
Después, se verificaron apuntalamientos y con carácter de urgencia se pro-
piciaron dos tipos de intervenciones: las aplicadas a los elementos estructu-
rales en sí, y las aplicadas a las albañilerías que eran necesarias para propi-
ciar condiciones de habitabilidad que permitieran el retorno de los usuarios
a las edificaciones que así resultó posible. Por último, se completaron las ac-
tuaciones, algunas aun en marcha, con las precisas tras las evaluaciones
pormenorizadas que siguieron a las reparaciones urgentes.

10. En cuanto a las reparaciones urgentes estructurales, fundamentalmente, se


han utilizado tres tipos: recrecidos de hormigón o morteros predosificados
armados, confinamientos mediante fibras de carbono tipo CFRP, y encami-
sados mediante perfilería y chapas metálicas.

11. Una forma de tipificar las intervenciones en pilares podría ser la división en
4 tipos de reparaciones, en función del daño principal de aquellos. Así se
obtendría: RP-1 para reparación de pilares muy dañados, con rotura y des-
plazamiento que aconsejan la transferencia plena a las nuevas piezas; RP-2,
para pilares con daños medios, que sólo precisan confinamiento del fuste;
RP-3, para pilares con daños muy localizados, que sólo exigen confinamien-
to del extremo, generalmente el superior; y, RP-4, para pilares con daños
muy leves, que más que una reparación sólo necesitan el saneado y reposi-
ción de los recubrimientos desprendidos.

12. Si la repuesta técnica es importante no lo es menos la respuesta social con la


que se codea ésta continuamente. Así, es conveniente tener presente tres pe-
riodos que miden de forma dispar la evolución de la solidaridad de los dis-
tintos agentes intervinientes. Un primer periodo de fortalecimiento, de 1, 2 ó
3 días de duración, donde casi todos los agentes elevan su respuesta social
respecto a la habitual. Le sigue un segundo periodo, de unos 7-8 días, que
podemos denominar crítico, donde la respuesta de algunos agentes decae
casi en picado, es el momento de la aparición de todo tipo de situaciones,
nuevos agentes, intereses dispares, criterios dispares, inicio de las pólizas de
seguros, aparición del régimen de propiedad horizontal, delincuencia, etc.

61
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Es un momento especialmente importante que debe comportar mucha sere-


nidad y lo que es mejor, un protocolo que regularice la respuesta para redu-
cir las incertidumbres. Por último, con una larga duración de meses, e inclu-
so años, aparece un periodo de regresión a la normalidad. En este periodo
algunos agentes van dando bandazos de solidaridad, de uno y otro signo, en
función de cómo se les solucionan o no sus problemas.

13. Como complemento a todo lo dicho, es posible aportar un esquema de Pro-


tocolo Técnico de Actuación tras Terremotos (PTAT), que parte de nuestras
experiencias directas en Lorca, y que sólo tiene la voluntad de servir de re-
ferencia para su mejora, modificación, adaptación o ajuste por aquellos que
consideren oportuno un sistema de respuesta prediseñado que no improvisa-
do. Así, como propuesta inicial enfocada al Grupo de Evaluación Sísmica
previsto en el actual Plan SISMIMUR, se plantean 5 fases de actuación: Fa-
se 0 de evaluación de emergencia; Fase 1 de revisión de apuntalamientos;
Fase 2 de intervenciones urgentes; Fase 3 de evaluación pormenorizada
según NCSE, y Fase 4 de acciones e intervenciones complementarias. Todo
ello según lo desarrollado en los apartados previos de este documento y con
los formatos tipo incorporados en el Anexo FT, siendo recomendable su in-
clusión en una aplicación informática que permita disponer de bases de da-
tos agiles e incluso previas a la acción sísmica, permitiendo adelantarse me-
diante el conocimiento previo de la vulnerabilidad de las edificaciones.

14. Por último, y como se ha indicado en varios apartados previos, es necesario


aclarar que el protocolo indicado finaliza en la Fase 4, pero que sería
oportuno completar las acciones que se han indicado con una fase final que
comportara una evaluación global de la edificación, que tenga en cuenta los
refuerzos, las reparaciones y otras obras realizadas, en todas las fases, junto
al tipo de estructura y resto de elementos de fábrica para componer una
consolidación sísmica global de la edificación frente a futuros terremotos a
tenor de la más reciente normativa de aplicación, situación esta no
contemplada en las fases antes relatadas y realmente compleja de llevar a
cabo.

Figura 42 Una de las demoliciones en el barrio de la Viña

62
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

10.2.- Recomendaciones

Sin perjuicio de otras principales o complementarias, tras las experiencias


acaecidas en Lorca, consideramos oportuno apuntar las siguientes reflexiones sobre
posibles recomendaciones en zonas de relevante actividad sísmica:

1. El diseño frente a los efectos de los terremotos comienza en el planeamiento


urbano. La distribución de usos, el reparto de suelo tras una reparcelación,
la forma de las parcelas y de los edificios, su altura entre plantas, su altura
total, la de sus colindantes, la existencia de desniveles, las alineaciones, las
rasantes, etc., son parámetros urbanísticos con gran influencia en el compor-
tamiento final de los edificios que se construyan siguiendo tales criterios.

2. El diseño urbano debe desarrollarse atendiendo, también, a las característi-


cas geotécnicas y geológicas de la zona. Ambas materias no deben analizar-
se como si su influencia fuese individual para cada edificio, cuando su va-
riabilidad excede la minúscula área de influencia de lo ocupado por cada
edificio, siendo más determinante la magnitud de lo urbanizado y, aun más,
la magnitud de lo planificado. Es en este orden inverso donde debería radi-
car el interés por el comportamiento sísmico.

3. Sería recomendable que las edificaciones se separasen entre sí al menos la


distancia que permita el mantenimiento del espacio que queda entre ellas.
Esto se consigue a partir de una separación del orden de 2 a 3 m, lo que
permitiría además iluminar y/o ventilar las actuales estancias interiores, aun
respetando las condiciones de servidumbres de vistas. En cualquier caso, al
menos sería deseable una separación de 8-14 cm entre edificios de hasta 6-8
plantas para evitar acciones de golpeo indeseables, tal y como insisten las
normativas al respecto, si bien en este caso se debe prestar especial atención
a la solución constructiva de la junta.

4. Las separaciones entre edificaciones, de propietario distinto o de la misma


propiedad, son especialmente importantes cuando las alturas de los forjados
colindantes no coinciden en su rasante, situación está muy a considerar en
los trámites de revisión, visado y/o autorización administrativa.

5. Debe presidir un diseño de edificios con la máxima regularidad y simetría


en planta y alzado, tanto de masas como de rigideces, especialmente de rigi-
dez al desplazamiento. En zonas sísmicas es recomendable que el edificio
tenga una forma sencilla que permita aminorar la incertidumbre sobre su
comportamiento estructural.

63
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

6. Los edificios bajos, aproximadamente hasta 6 plantas, llevan asociados pe-


riodos de oscilación cortos, del orden de medio segundo, ya que se compor-
tan con una gran rigidez interna, pareciéndose más a un sólido rígido mo-
viéndose que a un cuerpo con deformaciones relativas entre sus partes. Por
lo dicho, las plantas de viviendas, atendiendo a la altura habitual entre forja-
dos y a lo tupido de las tabiquerías, suelen responden con la rigidez interna
de cuasi-solido rígido requerida por el edificio. Sin embargo, en las plantas
bajas el carácter de rigidez puede resolverse con el esqueleto estructural jun-
to a divisiones rígidas y resistentes, que deberán tenerse en cuenta en el pro-
ceso de diseño estructural, buscando un comportamiento de solido rígido
similar a las plantas altas, o puede optarse por resolverse con la estructura
esquelética exclusivamente, utilizando entonces pocas o nulas divisiones, o
divisiones poco rígidas y poco resistentes que permitan las deformaciones
de la edificación sin romperse.

7. Los edificios altos, del orden de 10 plantas y más, llevan asociados periodos
de oscilación más largos, rondado al menos el segundo, tendiendo a un
comportamiento de mayor desplazamiento conforme avanzamos en altura, y
donde se suele dar más un desplazamiento relativo de sus elementos sobre
todo en las plantas del tercio inferior y zonas de inflexión del desplazamien-
to, más que a un movimiento en bloque de un sólido-rígido, por lo que pue-
de resultar más eficaz utilizar tabiquerías, fachadas y, en general, elementos
de albañilería poco rígidos y poco resistentes, con capacidad de adaptación a
las deformaciones que permitan acompañarlas sin romperse, confiando la
rigidez y resistencia al esqueleto estructural diseñado al efecto, pudiendo ser
conveniente utilizar métodos de dimensionamiento basados en la capacidad
de generar ductilidad en el conjunto (diseño por capacidad).

8. Resultaría conveniente difundir la utilización de pilares apantallados (del


orden de h=2,5b) en las dos direcciones principales y, preferentemente, en la
zona central tanto del perímetro como de la edificación, buscando la si-
metría antes aludida. Esta recomendación es especialmente útil en las plan-
tas bajas y, muy oportuna, en el resto del tercio inferior del total de plantas,
aunque es conveniente hacerlo con la disminución progresiva de rigidez
conforme avanzamos en altura.

9. La recomendación anterior, de extenderse para forjados reticulares, quizás


sea la mejor forma de conseguir rigidez al desplazamiento si se quiere man-
tener el resto de ventajas que comporta su proceso de diseño, cálculo y
construcción, sin introducir elementos de arriostramiento unidireccional con
descuelgue que perturben, además, su proceso de transmisión de cargas. Por
otro lado, en forjados unidireccionales, para obtener un mayor rendimiento,
debería valorarse la utilización de vigas de cuelgue que, para las luces habi-
tuales de edificación (≤ 6,0 m), dispusieran de cantos del orden del 6-7% de
la luz a la que sirven, en ambas direcciones y arriostrando a los pilares en

64
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

sus ejes. Para forjados sería suficiente con cantos del orden del 5% de la luz
que predomina en su flexión. Se ha de entender que, en una retícula ideal,
las vigas se ocupan de la luz mayor y los paños de forjados de la menor. Es-
tas recomendaciones ayudan a incrementar la respuesta al desplazamiento
horizontal del conjunto de la edificación, dotándolo de mayor rigidez y duc-
tilidad, y especialmente, para responder adecuadamente frente a las defor-
maciones por flexión a carga vertical tan problemáticas actualmente, ayu-
dando a compatibilizar las deformaciones entre elementos estructurales y
albañilerías.

10. Los extremos de pilares y vigas deben quedan muy confinados por cercos.
El extremo se ha de considerar como mínimo hasta el doble del canto desde
la cara libre del nudo, tanto para vigas como para pilares. Una recomenda-
ción sería utilizar en los extremos cercos de barras de diámetro 8 mm sepa-
rados no más de 7 cm en pilares, y en vigas no más de 10 cm. En el resto del
elemento, no más de la mitad del canto.

11. No deben utilizarse pilares cortos, con especial mención a las elevaciones de
los suelos de plantas bajas, para ventilación y/o iluminación de sótanos, sus-
tituyendo estos por la continuación del muro salvo pequeños huecos en su
fuste que no excedan del 15% de la parte elevada.

12. De utilizar cuerpos rígidos de fábrica: pantallas, cajas de escalera, cajas de


ascensor, es recomendable que sean armados en sus tendeles y situarlos en
la zona central y cuidando la simetría general. Si no, es mejor no hacerlo,
utilizando para ello divisiones poco rígidas.

13. Las losas de escalera no deben degollar a los pilares, deben desarrollarse al
margen de estos sobre muros o sistemas estructurales independientes (cajas
de escalera).

14. Es recomendable no utilizar aplacados, y en general revestimientos de pie-


zas, con sistemas de anclaje mecánico que propicien la rotura frágil de las
piezas o sus uniones.

15. Las fachadas de fábrica deben apoyar en todo su espesor en los forjados,
preferentemente retranqueadas de los bordes, y quedar arriostradas con
elementos o armaduras anclados a los forjados inferior y superior. Las fa-
chadas de fábrica, especialmente las de ladrillo cara vista, deben disponer de
celosías armadas en sus tendeles, de tal forma que acepten cierta capacidad
de deformación sin agrietarse frente a deformaciones horizontales, todo ello
con más intensidad en los entrepaños de huecos.

65
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

16. En cerramientos de dos hojas, muros capuchinos, ambas deben arriostrarse


con llaves trasversales siendo recomendable disponer de al menos 2 unida-
des cada m2 de cerramiento.

17. Los antepechos de cubierta deben ejecutarse con pilarcillos en su paño,


arriostrados entre sí por un zuncho de coronación sobre el peto de fábrica.
Es preferible que se ubiquen en la línea de fachada y no en la de vuelo. Una
posible recomendación es que los antepechos de no más de 1,50 m de altura,
desde cara superior del forjado, sean al menos de 20 cm de espesor con un
entramado de pilarcillos, separados no más de 4,0 m, y zuncho de arriostra-
miento de 20x20 cm2 con 4r16 y estribos de r8 cada 15 cm.

18. Las chimeneas, tubos y conducciones sobre cubierta deben quedar anclados
ante caídas y desplomes, cuidando especialmente la esbeltez que pueden al-
canzar, especialmente, si se encuentran con riesgo de caída sobre la vía
pública o, en general, zona transitable tanto interior como exterior.

19. Resultaría oportuno potenciar el sistema de Inspección Técnica de Edificios


(ITE), incluyendo en ellos los procedimientos que verifiquen la validez en el
momento de las condiciones iniciales, el chequeo de las reparaciones, las
modificaciones particulares introducidas durante el uso de los inmuebles, y
en general que permitan registrar la evolución y acciones de conservación
efectuados sobre el edifico.

20. Es necesario potenciar la disposición de manuales sencillos de diseño sis-


morresistente así como la de Protocolos Técnicos de Actuación tras sus sa-
cudidas, incluyendo equipos de respuesta técnica debidamente acreditados a
la par que completar los puntos anteriores con procedimientos informatiza-
dos que aporten bases de datos de uso rápido y eficaz, e incluso que permi-
tan adelantarse a la acción sísmica analizando la vulnerabilidad de las edifi-
caciones con carácter previo a aquella.

66
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

BIBLIOGRAFÍA

AMBROSE, J; VERGUN, D. Design for Earthquakes. John Wiley & Sons, INC. ISBN 0-471-
24188-1. United States of America, New York 1999.

ARRIETA TORREALBA, J.M. La evaluación de la seguridad en una estructura dañada. Curso so-
bre durabilidad y reparación de estructuras de hormigón. Centro de Estudios y Experimentación
de Obras Públicas (CEDEX). Madrid, 1998.

BELLMUNT, R; CASANOVAS, X; FERNANDEZ CANOVAS, M; DÍAZ, C; HELENE, P.R.L;


ROSELL, J; ROSELL, J.R; VÁZQUEZ, E. Manual de diagnosis e intervención en estructuras
de hormigón armado. Manuales de diagnosis del CAATB. Barcelona, 2000.

BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, R. IETcc; CSIC. Informes de la construcción nº 447. Enfoque y avances


conceptuales de la nueva norma española de construcción sismorresistente NCSE-94; Instituto
Eduardo Torroja; Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, nº 447, enero-febrero
de 1997.

CALAVERA RUIZ, J. Patología de estructuras de hormigón armado y pretensado. Tomos 1 y 2.


Instituto Técnico de Materiales y Construcciones (INTEMAC). Madrid, 1996.

CARREÑO, M.L; CARDONA, O.D; BARBAT, A.H. Evaluación “expost” del estado de daño en
los edificios afectados por un terremoto. Monografía Centro Internacional de Métodos Numéri-
cos en Ingeniería. ISBN: 84-95999-76-5. Barcelona, 2005.

CARMU. Plan Especial de Protección Civil ante el riesgo Sísmico en la Región de Murcia (SIS-
MIMUR).Consejería de Presidencia de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Direc-
ción General de Protección Civil. Murcia, 2006.

CÓDIGO MODELO CEB/FIP 1990. Código Modelo CEB/FIP 1990 para hormigón estructural.
Comité Europeo del Hormigón y Federación Internacional del Pretensado. CICCP-GHEO-
ATEP. Traducción al español. Madrid 1995.

CTE. Código Técnico de la Edificación. Ministerio de Vivienda. RD 314/2006 de 17 de marzo.


CTE-DB-SE. Documento Básico de Seguridad Estructural. Parte general. CTE-DB-SE-AE. Do-
cumento Básico de Seguridad Estructural de Acciones en Edificación. CTE-DB-SE-C. Docu-
mento Básico de Seguridad Estructural de Cimientos.

DELIBES LINIERS, A. Estructuras de hormigón armado: técnicas de inspección. Curso de Rehabi-


litación. Tomo 5 “La estructura”. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. 1984.

DE MIGUEL RODRÍGUEZ, J.L. Acción sísmica sobre los edificios. Colegio Oficial de Arquitectos
de Murcia y Consejería de Política Territorial y Obras Públicas. Murcia, 1988.

EHE-08. Instrucción de hormigón estructural. Comisión Permanente del Hormigón. Ministerio de


Fomento. RD 1247/2008 de 18 de julio. Centro de Publicaciones. Especialmente Anejo 10. Ma-
drid, 2008.

EUROCÓDIGO 8. Disposiciones para el proyecto de estructuras sismorresistentes. Norma Europea


Experimental. AENOR. Madrid, 2011.

67
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

FERNÁNDEZ CASADO, M. Patología y terapéutica del hormigón armado. Colegio de ICCP,


colección escuelas. Edición 3ª, Madrid, 1994.

GARCÍA MESEGUER, A; MORÁN CABRÉ, F; ARROYO PORTERO, J.C. Jiménez Montoya


Hormigón Armado. GUSTAVO GILI. Barcelona, 2009.

GEHO-CEB; ATEP. Guía FIP de Buena Práctica. Reparación y Refuerzo de Estructuras de Hor-
migón. Grupo Español del Hormigón; Asociación Técnica Española del Pretensado. Madrid,
1994.

GOULA, X; IRIZARRY, J; FIGEURAS, S; MACAU, A; BARBAT, A; CARREÑOM M, VLA-


CARCEL, J. El terremoto de Lorca del 11 de mayo de 2011. Informe de la inspección y de los
trabajos de campo realizados. Monografies técniques. UPC; AEIS ; Generalitat de Catalunya,
Institut Geológic de Catalunya, desembre 2011.

GREEN, NORMAN B. Edificación, diseño y construcción sismorresistente. Editorial Gustavo Gili


S.A. Barcelona, 1980.

HART, G.C. Uncertainty analysis, loads, and safety in structural engineering. Prentice-Hall Civil
Engineering and Engineering Mechanics Series. Englewood Cliffs. New Jersey .1982.

IGN: Instituto Geográfico Nacional. Serie terremoto NE Lorca (Murcia) 11 de mayo de 2011. Red
Sísmica Nacional. Ministerio de Fomento. Madrid, mayo de 2011.

IGN: Instituto Geográfico Nacional; UCM; UPM; IGME; AEIS. Informe del sismo de Lorca del 11
de mayo de 2011. Madrid, julio de 2011.

IGME: Instituto Geológico y Minero de España; UCM; UAM; URJC. Informe geológico preliminar
del terremoto de Lorca del 11 de mayo de 2011. Madrid, marzo de 2011.

IECA LEVANTE. Técnicas Avanzadas de Evaluación Estructural, Rehabilitación y Refuerzo de Es-


tructuras. Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones - Levante. Jornadas Técnicas cele-
bradas en Murcia, noviembre de 2000.

KUNZ, P.; BEZ, R; HIRT, M.A. L´évaluation des structures existantes. Ingénierurs et Architectes
Suisses, vol. 120, nº 5. Lusanne, 1994.

MAS-GUINDAL LAFARGA, A.J. La reparación de la estructura. Manuales técnicos, Estructuras


nº 2, Fundación cultural COAM. Madrid, 1998.

MONJO CARRIÓ, J; MALDONADO RAMOS, L. Patología y técnicas de intervención en


estructuras arquitectónicas. Ediciones Munilla-Leira. Madrid, 2001.

MERRITT, F.S; RICKETTS, J.T. Manual Integral para Diseño y Construcción. Edit. MacGRAW-
HILL. Colombia, 1997.

NCSR-02. Norma de Construcción Sismorresistente: parte general y edificación. MF, RD 997/2002


de 27 de septiembre.

OÑATE, E; HANGANU, A; CANET, J.M; SUÁREZ, B. Simulación por ordenador del comporta-
miento resistente de estructuras: el laboratorio virtual de estructuras (LAVE). Jornadas sobre
Técnicas Avanzadas de Evaluación Estructural, Rehabilitación y Refuerzo de Estructuras. Insti-
tuto Levantino del Cemento y sus Aplicaciones. IECA LEVANTE. Murcia, 2000.

68
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

REGALADO TESORO, F. Los pilares: criterios para su proyecto, cálculo y reparación. Cype In-
genieros. Alicante, 2001.

SOBRINO ALMUNIA, J.A. Ejemplos de evaluación estructural mediante técnicas de fiabilidad


Jornadas sobre Técnicas Avanzadas de Evaluación Estructural, Rehabilitación y Refuerzo de Estruc-
turas. Instituto Levantino del Cemento y sus Aplicaciones. IECA LEVANTE. Murcia, 2000.

TANNER, P. La evaluación de la fiabilidad de estructuras existentes. GEHO-CEB Jornadas sobre


el Estado del Arte en Reparación y Refuerzo de Estructuras de Hormigón. Madrid, junio de
1995.

UBC-1988. Uniform Building Code 1988. International Conference of Building Officials. Whittier.
California, 1994.

69
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

70
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Anexo FT
Formatos tipo

Fase 0.- Ficha 0.0.- Ficha de evaluación de emergencia

Fase 1.- Doc. 1.0.- Modelo de certificado de revisión del apuntalamiento

Fase 2.- Doc. 2.0.- Índice de memoria valorada de intervenciones urgentes


Fase 2.- Doc. 2.1.- Índice de informe para Seguros
Fase 2.- Doc. 2.2.- Modelo certificado final de obra de intervenciones urgentes

Fase 3.- Doc. 3.0.- Índice informe de evaluación pormenorizada NCSE

Fase 4.- Doc. 4.0.- Índice proyecto de intervención


Fase 4.- Doc. 4.1.- Libro de órdenes
Fase 4.- Doc. 4.2.- Certificado Final de Obra

71
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

72
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Ficha 0.0

73
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

74
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Doc. 1.0

Exp: 000-00
Doc. 1.0
Terremoto en Ciudad (00-00-0000)
Fase 1: APUNTALAMIENTO

Edificio:
Situación:
Peticionario:
NIF CP:
Representante:
DNI:

Atendiendo al encargo llevado a cabo por el peticionario en


representación de la Propiedad del edificio de referencia, y ante las accio-
nes de apuntalamiento y otras medidas de prevención urgentes llevadas a
cabo por distintos agentes a tenor de los efectos causados en el edificio por
las sacudidas sísmicas acaecidas en Ciudad el 00 de mes de 0000;

CERTIFICAMOS

1. Que se han inspeccionado los elementos principales de la estructura


de la edificación, especialmente en las zonas donde la acción sísmica
se ha cebado sobre los elementos estructurales esenciales: pilares, lo-
sas de escalera, vigas, zunchos y forjados; y que las acciones de
apuntalamiento de tales zonas son suficientes, aunque provisionales,
para asegurar su adecuada respuesta gravitatoria en servicio ocasio-
nal, siendo oportuno llevar a cabo las reparaciones estructurales de
los elementos afectados con la mayor diligencia posible.

2. Que se han inspeccionado los elementos constructivos exteriores


esenciales de la edificación: fachadas, petos, barandillas, cornisas,
revestimientos, etc., así como a las zonas comunes del interior que
permiten el acceso puntual a las distintas viviendas, locales y plazas
de garaje resultando un estado, junto a los apuntalamientos y fijacio-
nes provisionales llevados a cabo, con suficiente fiabilidad frente a
caídas, desplomes y degradaciones.

3. Que atendiendo a los puntos anteriores, y salvo vicios ocultos, la edi-


ficación presenta fiabilidad suficiente para permitir el acceso y la re-
cogida de las pertenencias de los moradores del edificio, siempre de
forma puntual y conociéndolo algún acompañante que deberá per-
manecer fuera. El acceso se realizará de forma ordenada y sin que se
golpeen, varíen o modifiquen bajo ninguna circunstancia los medios

75
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

de apuntalamiento, señalización o protección dispuestos, represen-


tando cualquier alteración la anulación de los efectos del presente
certificado hasta una nueva valoración.

4. La propiedad deberá propiciar, en el menor tiempo posible, la repa-


ración estructural de los elementos afectados según las directrices del
equipo técnico contratado al efecto antes de poder acceder de forma
continuada a la edificación, especialmente para pernoctar, para lo
que será preceptivo el correspondiente certificado final de los refuer-
zos que acredite la verificación de su puesta en obra.

5. Tras la certificación de las reparaciones y la adecuación de las con-


diciones mínimas de habitabilidad, la edificación podrá retornar a
uso habitual debiendo someterse posteriormente, para su uso pleno, a
la evaluación estructural pormenorizada y las acciones que resulten
de las determinaciones del art. 1.3.3 de la Norma de Construcción
Sismorresistente: parte general y edificación, NCSE.

Lo anteriormente expuesto así lo certificamos a los efectos


legales oportunos, según nuestro leal saber y entender.

Ciudad a 00 de mes de 0000

Firma de los Técnicos que certifican

Anexos al certificado de apuntalamiento:

- Situación y emplazamiento de la edificación


- Croquis de localización del apuntalamiento
- Reportaje fotográfico del apuntalamiento

76
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Doc. 2.0

Exp.: 000-00
Doc. 2.0
MEMORIA VALORADA DE INTERVENCIONES DE URGENCIA

Edificación:
Situación:
Peticionario:
CIF:

MEMORIA DE INTERVENCIONES DE URGENCIA EN LA


EDIFICACIÓN COMO CONSECUENCIA DE LOS TERREMOTOS
ACAECIDOS EN CIUDAD EL 00 DE MES DE 00001

Índice:

1.- Antecedentes ……………………………………………………………… ss


2.- Daños en la edificación …………………………………………………… ss
2.1.- Daños en elementos comunes……………………………………. ss
2.2.- Daños en elementos privativos ………………………………….. ss
3.- Análisis de causas …………………………………………………………. ss
4.- Intervenciones urgentes …………………………………………………… ss
4.1.- Intervenciones estructurales urgentes …………………………… ss
4.2.- Intervenciones urgentes de albañilería ………………………… ss
5.- Presupuesto de las intervenciones urgentes ………………………………. ss
5.1.- PEM intervenciones estructurales urgentes …………………….. ss
5.2.- PEM intervenciones de albañilería urgentes ……………………. ss
5.3.- Resumen del presupuesto de las intervenciones ………………… ss

Situación y emplazamiento de la edificación……………………………………. ss


Croquis de localización de las reparaciones urgentes.………………………….. ss
Croquis de localización de albañilerías urgentes.………………… …………….. ss
Reportaje fotográfico…………………………………………………………….. ss

Anexo 1.- Plan de Control de Calidad…………………………………………… ss


Anexo 2.- Estudio de gestión de residuos………………………… …………….. ss
Anexo 3.- Seguridad y Salud. Coordinador Seguridad…………… …………….. ss
Anexo 4.- Detalles Constructivos. Especificaciones……………… …………….. ss

77
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

78
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Doc. 2.1

Exp.: 000-00
Doc. 2.1
INTERVENCIONES COMUNES Y VALORACIÓN
Seguros

Edificación:
Situación:
Peticionario:
CIF:

INFORME DE INTERVENCIONES COMUNES Y SU VALORACIÓN EN


LA EDIFICACIÓN COMO CONSECUENCIA DE LOS TERREMOTOS
ACAECIDOS EN CIUDAD EL 00 DE MES DE 0000

Índice:

1.- Antecedentes……………………………………………………………… ss
2.- Daños en la edificación…………………………………………………… ss
2.1.- Daños en elementos comunes……………………………………. ss
2.2.- Daños en elementos privativos………………………………….. ss
3.- Análisis de causas …………………………………………………………. ss
4.- Intervenciones previstas …………………………………………………… ss
4.1.- Fase 1: apuntalamientos………………….……………………… ss
4.2.- Fase 2: Intervenciones urgentes…………………………………. ss
4.2.1.- Intervenciones urgentes estructurales…………………. ss
4.2.2.- Intervenciones urgentes albañilería..…..………………. ss
4.3.- Fase 3: Evaluación pormenorizada…………………..…………. ss
4.2.- Fase 4: Intervenciones complementarias finales……..…………. ss
5.- Valoración de las intervenciones……………………….…………………. ss
5.1.- Presupuesto de las intervenciones iníciales y urgentes…………….. ss
5.2.- Presupuesto de las intervenciones complementarias………………. ss
5.3.- Resumen del presupuesto de las intervenciones………………… ss

Situación y emplazamiento de la edificación……………………………………. ss


Croquis de localización de intervenciones Fase 2……………………………….. ss
Reportaje fotográfico…………………………………………………………….. ss

Anexos:
Presupuesto Constructora reparaciones iniciales y urgentes
Presupuesto Constructora Reparaciones complementarias
Presupuesto honorarios técnicos
Otros presupuestos

79
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

80
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Doc. 2.2

Exp.: 000-00
Doc. 2.2
Terremoto en Ciudad (00-00-0000)
Fase: CERTIFICADO FINAL DE INTERVENCIONES URGENTES

Edificio:
Situación:
Peticionario:
NIF CP:
Representante:
NIF:
Constructor:

Atendiendo al encargo llevado a cabo por el representante de


la Propiedad del edificio de referencia, y ante las acciones de REPARA-
CIÓN de algunos elementos estructurales cuya ejecución, junto a otras
medidas urgentes de albañilería, se ha llevado a cabo por la empresa del
encabezamiento, todo ello a tenor de los efectos causados en el edificio por
las sacudidas sísmicas acaecidas en Ciudad el 00 de mes de 0000;

CERTIFICAMOS

1. Que tras el apuntalamiento provisional que se llevó a cabo como Fa-


se 1 de las intervenciones previstas en la edificación se procedió al
análisis mecánico de las acciones gravitatorias sobre los elementos
estructurales afectados.

2. Que del resultado del análisis anterior resultó imprescindible la in-


tervención urgente en el conjunto de elementos que se reflejan en el
croquis de localización, fundamentalmente en algunos pilares de la
edificación, en el sentido de restituir su respuesta estructural actual,
según cuatro tipos de intervenciones.

3. Las intervenciones respondieron a las determinaciones contenidas en


el documento Doc. 2.0 de Memoria Valorada que fue objeto de la
autorización correspondiente para la ejecución de obras por parte del
Ayuntamiento.

4. Como trabajos previos, simultáneos y complementarios a las inter-


venciones estructurales, fue preciso llevar a cabo actuaciones de al-
bañilería que permitieran habilitar las zonas comunes de la edifica-
ción con la finalidad de que los usuarios /propietarios pudieran re-
tornar a sus viviendas.

81
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

5. Que atendiendo a los puntos anteriores, y salvo vicios ocultos ajenos


a las intervenciones aquí reseñadas, la edificación presenta fiabilidad
suficiente para permitir el acceso a sus usuarios, una vez adecuadas
las condiciones mínimas de habitabilidad, con las limitaciones deri-
vadas de no llevar a cabo intervenciones estructurales y/o alteracio-
nes de las cargas de uso previstas, así como las demás limitaciones
que la legislación actual establezca o las que se deriven de su régi-
men de propiedad horizontal y, en especial para alcanzar su uso ple-
no, la realización de la evaluación estructural pormenorizada y las
acciones que resulten de las determinaciones del art. 1.3.3 de la
Norma de Construcción Sismorresistente, NCSE.

Lo anteriormente expuesto así lo certificamos a los efectos


legales oportunos, según nuestro leal saber y entender.

Ciudad a 00 de mes de 0000

Firma de los Técnicos que certifican

Anexos al certificado de apuntalamiento:

- Situación y emplazamiento de la edificación


- Croquis de localización de las reparaciones e indicación de su tipología
- Reportaje fotográfico del apuntalamiento

82
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Doc. 3.0

83
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

84
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Doc. 4.0

85
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

86
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Anexo 01.- Estudio de Seguridad y Salud


Anexo 02.- Memoria medioambiental
Anexo 03.- Estudio de gestión de residuos
Anexo 04.- Mediciones y Presupuesto

87
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

88
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Doc. 4.1

Fase 4: Doc. 4.1.- Libro ordenes

89
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

90
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

Doc. 4.2
Fase 4: Doc. 4.2.- Certificado Final de obra

91
TECNOS
C Á T E D R A D E E S T R U C T U R A S A R Q U I T E C T Ó N I C A S

92
TECNOS

También podría gustarte