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EDICIONES DE
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DE lA GANADERÍA
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HISTORIA
/
DE LA GANADERIA
HISPA OAMERICANA
(Homenaje en su centenario)
© Inés Tudela.
Ediciones de Cult~ra Hispánica. .
AGENCIA ESPANO LA DE COOPERACION INTERNACIONAL. t5J
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Avda. Reyes Católicos, 4. 28040 MADRID. INSTITUTO DE
COOPERi\CION
Diseño y maquetación: Manuel Ponce. IBEROAMERICANA
NIPO: 028-93-018-3.
ISBN: 84-7232-672-1. Ediciones de Cultura Hispánica
Depósito legal: M. 28015-1993.
Imprime: EGRAF, S. A. Luis I, 5-7. 28031 Madrid. Madrid, 1993
OMO es lógico, resulta difícil escribir unas líneas introducto-
rias a una obra que no es tuya y, sobre todo, si esa obra apa-
rece con muchos años de retraso desde que el autor dio por
finalizada la redacción de su manuscrito. En este caso, en la década
Llama de los años sesenta.
Por supuesto, no hemos pretendido hacer una nueva Historia de
Alpaca
la Ganadelia, que nos hubiera resultado más fácil, sino, respetando
el original, hemos intentado actualizarlo. Nuestra introducción es
una síntesis de los valiosos trabajos que han aparecido tanto en Es-
paña como en el extranjero relacionados con la ganadería y su re-
percusión económica en Iberoamérica.
Hemos hecho énfasis en aquellos apartados donde José Tudela
se extendió más en su redacción. Son éstos: La Mesta en la Penín-
sula y La Mesta en América, El desa"ollo ganadero a raíz de la pre-
sencia española, Las haciendas y estancias, Los obrajes y La industria
del cuero. Como complemento añadimos una relación bibliográfica
seleccionada, independiente de la que acompaña a la obra de Tu-
dela, que es suya, y estaba recogida en un fichero que su hija Inés
nos ha entregado.
Con la finalidad de hacer más asequible el original, que su autor
debió redactar pensando en un lector especializado, nosotros hemos
añadido 91 notas, algunas bastante extensas, para facilitar al lector
curioso el contenido; interpretamos que con esta aportación hemos
ampliado conocimientos que son necesario conocer y que en el ori-
ginal se dan por sabidos.
Por último, hen1os completado el original con varios testimonios
directos de los cronistas, referentes a la fauna existente en la Amé-
rica Prehispánica o llevada desde la Península. Son las primeras des-
cripciones que conocemos y que Tudela aisladamente cita en su ma-
nuscrito. Por lo que respecta a la ilustración, el autor había recogi- 23
do bastante n1aterial, material que se publica en este libro, si bien, Finalizada la etapa inicial de conquista y comenzada la de colo-
como es lógico, el equipo de trabajo de Publicaciones de Cultura como indica Céspedes del Castillo, los españoles contaron
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Hispánica ha realizado la búsqueda de nuevo n1aterial gráfico para con extensas tierras de pastos prácticamente vírgenes, que los indios
enriquecer el original. Desde aquí nuestro sincero agradecimiento no cultivaban, bien por ser tierras de pocas lluvias o por los méto-
para todos ellos. Gracias a su apoyo aparece esta obra póstuma de dos rudimentarios agrícolas del indígena, que motivaron que estas
don José Tudela, justo homenaje en el centenario de su nacimiento. tierras estuvieran abandonadas.
Desde el norte de México hasta la Pampa argentina el desarro-
llo del ganado vacuno, caballos y lanar tuvo gran importancia. Cer-
dos, cabras, perros, gatos y aves de corral comenzaron a criarse en
l. LA las tieras americanas, tanto por parte de los españoles como
de los indígenas. Las ovejas se criaron en plena domesticidad y for-
En las tierras americanas descubiertas a partir de eran prác- maron grandes rebaños trashumantes. Su lana dio origen a la pri-
ticamente desconocidos los domésticos excepto en n1era industria indiana: la textil de los obrajes, cuyos productos sos-
la región en el vasto donde la tl!vieron con frecuencia parte de las necesidades del consumo
vicuña se hallaba en de la alpaca se criaba iilierior..
para obtener lana y la se como animal de transporte, El ganado n1ayor alcanzó gran desarrollo y, a diferencia de la Pe-
aprovechándose también su lana, la carne y los excren1entos; éstos, nínsula, adquirió más importancia el vacuno que el caballar. Aquél
secos, se utilizaban como combustible, que los nativos denominaban se extendió por todas las Indias, excepto por las selvas tropicales, du-
waikuna. nas andinas y desiertos. El ganado vacuno, menos vital que el caba-
Con la presencia española en la cordillera andina se siguió uti- llar, tuvo áreas de difusión más reducidas. La multiplicación y ex-
lizando la llama como animal de carga, sobre todo en la explotación tensión se debieron en gran parte a animales abandonados o perdi-
de las minas. Como señala Céspedes del Castillo, las minas de Po- dos, que no tardaron en crear rebaños salvajes o cimarrones, cono-
tosí en el año 1603 consumieron unas 800.000 cargas de waikuna pa- ciéndose con distintos nombres según las regiones: mesteños, cerre-
ra combustible. Enfermedades y epidenlias como la de caracha (la rosJ baguales, etcétera, cuya progresiva adaptación al medio originó
sama) fueron diezmando el número de este ganado. animales cada vez más resistentes y ágiles y dio origen a una cuida-
La incorporación de especies europeas procedentes de la Penín- da selección.
sula supuso un cambio en la actividad de las tierras americanas. Con En un lapso de tiempo relativamente pequeño, unos cuarenta
la hueste conquistadora el el Los años, las gigantescas manadas cimarrones llegaron a suponer un
dos primeros - inicialrnente- con bélicos, el peligro para la agricultura, lo que motivó que se iniciara
tercero como Como señala el Céspedes, a partir una matanza sistemática de ganado salvaje, aprovechándose sola-
del segundo viaje colombino el caballo aparece descrito. Desde la mente el cuero; a lo más se aprovechaba la lengua, que asada se con-
conquista de México el caballo alcanzó gran importancia y es el mis- sumía en algunas reuniones con carácter de diversión.
mo Hernán Cortés quien resalta la ayuda de los caballos: «No te- Según las regiones, entre los años 1550-1600 el ganado vacuno
níamos después de Dios otra ayuda sino la de los caballos». Méxi- fue en aumento. Como señala Céspedes del Castillo, las series de
co se llegaron a pagar hasta 30.000 pesos por un ejemplar, cuando precios conocidas, por incompletas que sean, muestran que la carne
su valor real no era más de 80 pesos. A los caballos se les protegía de ganado vacuno fue comida más barata en el siglo XVI y prin-
de las flechas indígenas con petos -escaupiles- confeccionados cipal alimenticia de los españoles.
bien de cuero o de algodón. En ocasiones, cuando escaseaba el El ganado vacuno ofreció múltiples usos en el desarrollo de la
hierro se aprovechó la plata para hacer herraduras. colonización y se aprovechó al máximo. El cuero se utilizaba en las
El perro fue utilizado a comienzos del con varios fi- tareas de minería y agricultura para confeccionar toda clase de re-
nes: como vigilante y para rastrear a los y atacar a éstos. cipientes flexibles, y en las regiones ganadeeras llegaron a aparecer
El cerdo fue el complemento alimenticio de la hueste indiana. auténticas <\culturas del cuero», que se usaba para calzados, vesti-
Todo se aprovechaba. Tocino y carne salada se consumían en gran dos, prendas de abrigo, sillas de montar, etcétera.
cantidad. Las piaras iban en la retaguardia para aprovechar así la car- A fines del siglo XVI el cuero se exportaba a Europa en canti-
ne fresca cuando fuese necesario. La fácil adaptación de este ani- dades importantes. También el sebo, a falta de otras grasas, se em-
mal, sus características omnívoras, hicieron del cerdo un elemento pleaba en construcciones navales, en industrias jaboneras y en la fa-
casi necesario en las largas maréhas y travesías de los españoles en bricación de velas, demanda que se fue incrementando a medida que
24 las tierras americanas. la población indígena comenzaba a usarlas. En las faenas agrícolas 25
y en el caballos y
yeguas. La .... ...,..__U..._Jl....... U ...... r • ..-n,-,-., un tráfico
de ganado,
demanda.
explotaciones ganaderas fueron de volumen,
aprovechando caza de cimarrones que no dueño.
Las explotaciones pocos trabajadores:. pero sí un reducido
número de buenos Los animales se acosaban y derribaban
para n1arcarlos con el exigía que fuese
practicado en rentable y
económ.ican1ente.
'LP"-'Jl-'-"-'J'·"U'Jl-'-"-'H"v los propietarios ¡;;.,uJlJlU'-<<'V eran
.,...,..,, . . . -. . . . . . varios centenares 0 r:bt"'\1:0.'7'':lC de
¡;;.,U.JLLU.-..V'
A) LAS ESTANCIAS
origen de las estancias hay que buscarlo en normativa dic-
tada por la Corona para ]os repartos de tierra como consecuencia
de la necesidad colono de estancia y pastoreo per-
manente de su ganado. ha historiador Lutgardo Gar-
cía Fuentes, la autorización del establecimiento de estancias se ha-
cía con la obligación de poblar en el plazo de un año y prohibi-
ción de abandonarlas hasta pasados cuatro años. concesión no
confería ni la propiedad ni la posesión, solamente era el derecho a
pastar, construir cabañas para los corrales para el ganado;
los pastos eran comunes. Como señala García Fuentes,
desde el año 1583, con motivo del del valor tnercantil
de los productos ganaderos, aumentó el interés por la y se de que no podían estar situadas a una distancia
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ció el proceso consolidación de la propiedad, de forma que en varas de los poblados indios.
algunas zonas, como en Chile, el derecho sobre estancia fue pa- sistema de estancias en el Virreinato novohispano
ralelo al derecho de propiedad. estaba muy extendido. En algunas había
estancia como explotación ganadera llegó a ser una de las ins- característica fundamental de la
tituciones características de América Hispánica. Existieron dos ti- '-''-~ se había ido adap-
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pos de estancias, la de ganado mayor y las dedicadas a la explota- muy distinto entre unos lu-
ción del ganado menor.
Las pri1meras solían tener una extensión de 5.000 varas cuadra- Galicia la que pu-
26 das y las de ganado n1enor alrededor de 3.000. La legislación seña- ._,_._. , _. ,_.__.__, ... de estancias. Una red
de cañadas comunicaba las tierras de Nueva España, grandes reba- llo y a perseguir al ganado cimarrón. Fue en las regiones meridio-
ños de ovejas eran trasladadas en busca de pastos desde Michoacán nales, en la Pampa, donde el indio utilizó más el caballo, surgiendo
hasta las tierras próximas a la laguna de Chapala. Ganaderos de un tipo de jinete, de recia contextura, vinculado a la tierra y al de-
Queretaro y de otras localidades tenían compradas estancias en Pon- sarrollo de la ganadería; nos referimos al gaucho, que alcanzó gran
citlan sólo para utilizarlas como apostadero; cuando comenzaban las importancia en el siglo XVIII.
lluvias los rebaños se pasaban a Michoacán, recorriendo en ocasio-
En el norte, como señala el profesor Hernández Sánchez-Barba,
nes hasta 300 kilómetros.
las grandes estancias ganaderas con los inmensos rebaños de gana-
La obtención y preparación de cueros era la primera actividad del
do mayor producirán el tipo de vaquero que tanta importancia ten-
ganadero. En segundo lugar, el aprovechamiento de la carne delga-
drá en la vida fronteriza como elemento de avanzada en la conquis-
nado vacuno. Los trabajos en cuero dieron paso a una industria ar-
ta de los espacios vacíos de la periferia del Nuevo Continente.
tesanal especializada en la confección de sillas de montar, serones,
muebles de diverso uso, etcétera. Como indica el profesor citado, en Hemos visto hasta aquí la evolución de la ganadería de Améri-
España los cueros más apreciados eran los de Caracas, Nueva Es- ca; primero fue la caza del ganado cimarrón, después los inicios de
paña, La Habana y Santo Do1ningo. la vaquería y, finalmente, la implantación del sistema estanciero.
Tuvo también importancia el aprovechamiento del sebo; éste era Carlos Alberto Mayo, en su obra La estancia colonial, señala que
de gran utilidad para la fabricación de velas, usadas tanto para las casi siempre su ubicáción respondía a unas características comunes:
necesidades domésticas como en las explotaciones de las minas. «La parte frontal sobre una corriente de agua, y en este sentido los
A fines del siglo XVII las estancias habían evolucionado hasta "rincones" eran los lugares preferidos porque en ellos al juntarse
convertir a la ganadería en producción única de ciertas regiones, o dos ríos o dos arroyos era más fácil el control del ganado, ya que la
bien hasta convertirse en haciendas de tipo mixto: agrícola-ganadero. estancia colonial carecía de cercas. Las dimensiones de la unidad
La ganadería, que había tenido una gran pujanza en la segunda productiva eran 1nuy variables. En la campiña bonaerense, si bien ha-
mitad del siglo XVI, en la centuria siguiente, aunque se redujo, se bía algunas estancias realmente grandes, éstas no abundaban. La me-
consolidó como fuente de producción, imprimiendo a ciertas regio- diana y pequeña explotación rural parecía ser la norma. Sobre un to-
nes un nuevo patrón cultural y un tipo hurnano original: «el hombre tal de 57 estancias bonaerenses, 42, menos de media legua (2,5 Km.)
a caballo», jinete hábil que trabaja, se divierte y vive sobre su cabal- y eran así probablemente, n1enos de una suerte de estancia, sólo po-
gadura, adaptando a ella su traje, sus costumbres y lujo: Inonturas día producir unos 90 cueros anuale-s. La inversión en edificios, ins-
repujadas, espuelas y adornos de plata, estribos cincelados~, cuya des- talaciones, equipanliento, tierra y ganado no era alta.»
treza lla1nó la atención de escritores y poetas al aparecer desde las El ganado, y no la tierra, constituía la principal inversión del es-
tierras calientes de Nuevo México hasta la Pampa argentina perso- tanciero, sobre todo el vacuno. Pero la estancia colonial no se dedi-
najes pintorescos y originales, con1o el vaquero y el gaucho. caba exclusivamente a la cría del vacuno, sino también a las de otros
Junto al amplio predominio de la ganadería, el desarrollo de la ganados. Así, también se criaban mulas, caballos y ovejas. La lana
agricultura indiana se caracterizó por su lentitud, las semillas tuvie- se utilizó para fabricar pellones, pero era también tejida en algunas
ron que ser cultivadas con esmero y con paciencia. estancias del norte y del oeste de la provincia de Buenos Aires.
Entre agricultores y ganaderos, como ha señalado el historiador Los esclavos, como señala Iviayo, allí donde los había, rivaliza-
Hernández Sánchez-Barba, se estableció una lucha callada entre am- ban con la tierra por el segundo y tercer lugar en las inversiones ne-
bos grupos debido al arbitraje de sus pastos y sementeras y los con- cesarias para explotar una estancia. El historiador citado señala que:
siguientes destrozos que podrían hacer los ganados sueltos. El triun- «La variación porcentual de la inversión en esclavos es muy amplia,
fo de una u otra actividad supuso la estabilización de zonas agríco- fluctúa entre el 6,64 y el 82,24 por 100. Pero, ¿cuántas estancias te-
las o ganaderas, como en el caso del virreinato del Plata, donde se nían esclavos? Sólo las grandes y medianas, el resto carecía de ellos».
desarrolló la ganadería debido a las franquicias concedidas al puer- Las instalaciones de estancia eran bastante precarias. Consta-
to de Buenos Aires y los pastos naturales que las extensas llanuras ba de una casa sencilla, muchas veces de adobe, o un simple rancho,
argentinas podían proporcionar como asentamiento importante del que servía de vivienda para el estanciero o el mayordomo. Cerca
ganado. La misma circunstancia se dio en las llanuras mexicanas, so- de ella otro rancho hacía las veces de cocina y en las in1nediaciones
bre todo en las provincias internas de Nueva España, donde tam- era posible encontrar un pozo y un poco más alejado las viviendas
bién se desarrolló esta importante fuente de riqueza, dando lugar a de los peones, si los había. La mayoría de las estancias carecían de
la aparición de una nueva economía. capilla y oratorio, sólo tenían una hornacina y en ella la imagen del
La actividad ecuestre y ganadera de los españoles fue copiada santo o santa del que el estanciero era devoto. Finalmente estaban
28 por los indígenas, quienes también se aficionaron a montar a caba- los recintos destinados a corrales, en donde se depositaba también 29
sumergía trozeada en una durante un mes, después
se guardaba en barriles en capas separadas por la sal. El tasajo o
«charqui» conservaba el prehispánico andino), en cam-
bio, se preparaba con de carne muy delgadas ya saladas que
eran depositadas sobre cueros cubriéndolas con La operación se
repetía varias veces hasta formar una Cuando se había evapo-
rado parte de la salmuera se secaba sol durante varios días hasta
que estaba en condiciones ser consumido.
Con la implantación de los saladeros carne se revalorizó, am-
pliándose la a y donde carne salada .era
consumida por esclavos y las gentes de escasos recursos eco-
nómicos.
condición de estanciero no go-
ser propietario de tierras
la sociedad. tan-
_,_. _. _. '"', .... ...,,.... .,..._.._, políticas y sociales.
el rioplatense no so-
,...,.,.., ........ ,u.-.,•.,..,,, .., de ascendencia sino
un pequeño número animales,
............,.u.,. acoso a la tierra en el litoral
.._,,__,............... 1-,.._...,u "'"" ....'4(\"'" de control sobre ella desde
la de tierras fiscales
1'\r~-..:n1l.::>i"<:~r>A '-1'-VO..J'-"'-f.I.JlV<VJL'U-Vo, .J.JlUVJl<A.I.A generado un grupo hacen-
'-''-.!"..Lill-'.ll'-'1·"-"-"-'-'·"-• Estaba, por
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constante
que respecta a
de calzones, poncho y chaleco.
Los estancieros bonaerenses una posición intermedia
y subordinada a estructura Sólo los que eran
acaudalados y los eran a la vez comerciantes penetraron en
grupos de élite.
A la ganado vacuno había que sumar
fue con el pa-
so de los años. en el continente americano desi-
gual. En las tierras templadas y cálidas se desarrolló bien, no así en
las frías, como ocurrió en cordillera andina.
el siglo las praderas mexicanas servían de pasto a
numerosos rebaños yeguas y potros. hemos señalado an-
teriormente, fue en las tierras del cono sur sudamericano donde el tantes. De ese modo la cría de ganado se convirtió en base de la em-
ganado caballar tuvo mayor desarrollo. presa comercial de Argentina, Uruguay y Paraguay.~~
El ganado mular tuvo gran importancia en el desarrollo y explo-
tación de la minería, tanto para el transporte como en la extracción
de metales. Las mulas se utilizaron también para el funcionamiento C) CIVILIZACIÓN DEL CUERO
de norias y, además, en los molinos para la obtención de harina. Las
principales áreas geográficas en las que las mulas tuvieron gran im- Existió un momento en la historia económica de Iberoamérica
portancia fueron: México, Colombia, Panamá y Perú. Como señala en el que podemos hablar de la civilización del cuero) desde Nueva
García Fuentes, en el siglo XVII entraban a diario en México n1ás España hasta las praderas del Plata, pasando por las sabanas de Ve-
de 3. 000 mulas empleadas en el tráfico mercantil de ciudad con nezuela. Fue una industria abundante, donde, además de su uso
los lugares más activos del virreinato: puerto de Veracruz, comer- corriente en zapatería y talabartería se extendió a las más diversas
cio de cacao con Soconusco; puertos de Acapulco y Campeche, y aplicaciones, y así con cuero se techaban chozas, se cubrían carre-
los distintos centros mineros. tas, se hacían camas, vasijas, bancos, espuertas, serones y petacas;
La demanda de ganado mular era abastecida desde lugares dis- de tiras de cuero de vaca se hadan las huascas) que eran las tiras
tintos que con el se habían especializando en este tipo para la reata, y los tirantes de las boleadoras de los gauchos.
de ganado. Jamaica fue un centro importante de cría y abastecimien- En el Paraguay usaban grandes serones o bolsas de cuero para
to de esta clase de ganado. El tráfico entre Portobelo y Panatná era cargar en las minas. De cuero eran los odres para el aceite y el vino
realizado por numerosas recuas. Había en arrieros pro- al uso rnedíterráneo y también se empleaban en vez de sacas para
pietarios de recuas habían logrado con el alquiler el transporte por mar y tierra del trigo y del cacao. Con cuero se
de ganado. Como señala el investigador García Fuentes en su mi- forraban cajones. El cuero tuvo también un uso en las artes indus-
nucioso trabajo, la demanda de ganado mular aumentaba cuando lle- triales, tanto en la decoración religiosa ~como en la ornamentación
gaban los galeones a tierra finne. de habitaciones de uso privado y doméstico.
las tierras sudamericanas la importancia y herencia de la técnica decorativa del cuero, de procedencia
nos lo hace patente obra Lazarillo de ciegos que de- árabe, arraigó en América, alcanzando un gran desarrollo co-
dica bastantes párrafos a la cría y uso del ganado mular, haciendo mo indun1entaria, desde el traje charro a los ropajes del jinete
énfasis en el modo que los indios para amansar sus mulas: gaucho.
<<A cada uno de éstos les reparte el corregidor una o dos y a mu- El cuero, su industria y su uso han dado lugar a brillantes pági-
chos ninguna, porque no lo necesitaban o no son capaces de pagar- nas y composiciones poéticas de la literatura hispanoamericana.
la. Todos apetecen este repartimiento. Los primeros para servirse
de ellas en el transporte sus efectos y otros venderlas a ín-
fimo precio y servirse de su corto en borrache- LA GANADERÍA ANDINA PERUANO-BOLIVIANA
ras y otros desórdenes>>.
Las tierras de (incluidas Uruguay y Como ya hemos señalado, en el antiguo Tahuantinsuyu la llama
Paraguay), como señala Hubert 1-Ierring, carecían de oro y pla- y la alpaca fueron fuente econónüca hnportante. De los dos auqué-
ta, fueron explotadas, sobre ganaderos. <<Los animales nidos fue la llama la más preciada por las poblaciones quechuas y
se hicieron levantiscos; se descarriaron por las anchas pampas, don- aymaras por ser el gran auxilio tanto en las labores agrícolas como
de se multiplicaron y corrían salvajes entre los pastos tiernos. ga- en los desplazamientos de un lugar a otro como animal de carga.
nado errante atrajo a nuevos pobladores y así comenzó industria la actualidad la llama y la alpaca siguen teniendo un papel impor-
ganadera de la Argentina, Uruguay y Paraguay. En los primeros años tante en el altiplano andino.
no había mercados para la carne; sólo se aprovechaban los cueros, El antropólogo Jorge Flores, en su obra Llamichos y paqocheros
dejando las reses muertas a buitres. el siglo las pra- (pastores de llamas y alpacas)J pone de manifiesto la importancia que
deras de pastores eran asunto de los gauchos mestizos, que libraban los dos auquénidos tienen en la actualidad para el hombre del alti-
sangrientas batallas por sus derechos sobre caballos y vacunos plano andino y el cariño que hacia sus animales. Con gran rea-
errantes. Los últimos años coloniales trajeron espléndidos benefi- lismo describe el profesor Flores los sentimientos del indígena del
cios. En 1778 Buenos Aires embarcó 150.000 cueros; en 1780, altiplano andino hacia las llamas y las alpacas, «conversando con un
800.000, y en 1783, 1.400.000. Durante los últimos años del si- pastor de la puna andina -dice Flores-, le pregunté si podía re-
glo XVIII los ganaderos de la Argentina y el Uruguay comenzaron conocer a cualquiera de sus alpacas o llamas donde quiera que las
32 a conservar la carne en saladeros y a embarcarla para mercados dis- viera. Respondió que sí, pero como insistí en indagar cómo sabía 33
que eran suyas, me preguntó: ':¿Y tú puedes re~ono~~r a}us hijo~
donde los veas?". Le dije que si, pero no tengo jQQ hiJOS. Eso que
importa -me replicó-, las alpacas son como nuestros hijos, las re-
conocemos en cualquier parte porque las conocemos y las queremos
a cada una desde que nace".»
Flores en la obra citada, señala que no es frecuente que los pas-
tores bauÚcen a sus alpacas y llamas con nombres propios. Hay ex-
cepciones con los animales que nacen ciertos días considerados es-
peciales. Los nacidos el 6 de enero, día de ,los Reyes, son n~;nados
Revis· si nacen el 20 de enero, que es el dia de San Sebastlan, son
llamados «Sebastián», y si nacen en domingo es posible que se les
bautice como «Domingo>>.
Tan1bién se considera apropiado llamar a las alpacas con nom-
bres que tengan connotación femenina, como niñacha, señuracha
(palabras de origen español) y equivalentes a niñita o señorita, que-
chuizadas, o tikacha (florecita en runa simi). i\_las llamas, y a vec~s
a las alpacas machos, se les denomina wiraqo~ha, que en Ja. actuali-
dad es el mismo término que se usa para refenrse a los mzstzs, es de-
cir, las personas de procedencia urbana y de clase Inedia. Otro tér-
mino genérico para llamas macho es niñucha (niñito).
Tudela de la Orden
44
,P
CA ITU O I
. . . . . .. . . ., _, DOMÉSTICOS EN LA
INDÍGENA
HIPÓTESIS SOBRE LA ESCASEZ DE ANIMALES DOMÉSTICOS
AMERICANOS. EL PERRO INDÍGENA AMERICANO: PERROS MUDOS,
ESQUIMALES Y DE LAS PRADERAS, LOS GOZQUES, TECHICHÍ, ETC.
PERROS DE CAZA, DE GUARDA Y OVEJERO. LOS AUQUÉNIDOS
(CAMÉLIDOS): VICUÑA, GUANACO, LLAMA, ALPACA VOLATERÍA: LOS
GALLOS DE DOS I\1UNDOS: LA GALLINA EN EL VIEJO MUNDO, EL GALLO
EN EL NUEVO ~1UNDO. EL PAVO EN AMÉRICA DIFUSIÓN DEL PAVO
EN EuROPA EL PÉCARI. EL PATO. EL coNEJO. EL coBAYO.
GANADERÍA MÍNIMA INDUSTRIAL: ABEJAS, GUSANOS DE SEDA Y GRANA
EL BISONTE Y EL CAlMAN.
OMO hay una disconformidad en la determinación de los ani-
males que logró hacer domésticos el indio americano, es ne-
cesario ante todo aclarar qué se entiende como animal do-
méstico.
Esta es la pregunta que se hace René Thevenin al comienzo de
su conocida obra (1), en la que después de exponer unas cuantas de-
finiciones clásicas y de mostrar su disconformidad con ellas, consi-
dera como doméstico «todo animal que ha sido criado de genera-
ción en generación bajo la vigilancia del hombre y que ha evolucio-
nado hasta constituir una especie o una raza diferente de la forma
salvaje primitiva de que procede».
Los animales don1ésticos de la América indígena generalmente
reconocidos son cinco: el perro, el guajolote o pavo común, la lla-
ma, la alpaca, y el cut o cobayo.
Pero junto a los indios an1ericanos vivieron también, en domés-
tica convivencia, según nos cuentan cronistas y viajeros, otros ani-
males, por lo cual esta pequeña serie de cinco ha sido ampliada con
otros dos animales más: el pécari y el pato, pero lo cierto es que los
españoles no encontraron en ninguna parte de América a estos dos
animales domesticados.
NOTA: Las notas personales de don José Tudela las hemos distinguido
de las nuestras con las iniciales (J. T.).
(1) 01igine des animaux domestiques. Presses Universitaires. París,
1947 (J. T.).
La primera hipótesis no tiene gran fundamento. Después de cua-
tro siglos de llegar allí otros pueblos, éstos no han logrado tampoco
domesticar ninguna nueva especie zoológica.
Además, es bien conocida la afición de los indios, sobre todo de
los sudamericanos, a vivir rodeados de toda clase de animales, ma-
míferos, aves, reptiles -más o menos amaestrados-, hecho acusa-
do por cronistas y viajeros, y a pesar de esto no lograron aumentar
su acervo a la domesticación.
Es bien sabido también el horror que tiene el indio a matar a los
cachorros de perros y gatos para dejar tan sólo los que pueden criar
bien las hembras; lo que motiva la abundancia de perros y gatos en
las casas, cabañas y poblados indígenas.
No es raro ver que la india críe a sus pechos un perro si ha muer-
to su propio hijo, o que amamante a la vez perro e hijo, y que, al
caminar, coja al perro cansado como pudiera coger al niño.
Otro dato revela la habilidad, paciencia y cariño del indio por
los animales domésticos, y aun no domésticos, de la que con ellos
se usaba en la metrópoli; como la de servirse del ganado vacuno pa-
ra carga y aun para montura, cosa que muy raras veces y sólo como
excepción se ve en la Península.
La segunda hipótesis, la de la escasez en América de especies
zoológicas domesticables, es más cierta y viene a reforzar la tesis con-
traria a la primera, o lo que es lo mismo, lo infundado de ésta. No
se trata sólo de la sociabilidad o simpatía que unos animales tienen
por el hombre, los que siendo salvajes le siguen en su vida nómada
o en sus correrías, comiendo los desperdicios de sus comidas y aun
ayudándole en la caza. «No se trata solamente de esta especie de
de las cultivadas en el mundo; en cambio, fue poco hábil o tuvo po- Cultura colima (del occidente de
buena voluntad por la cual el animal siente simpatía por el hombre, México).
sino de predisposiciones orgánicas que nos ha revelado el estudio ca fortuna en la domesticación de animales, pues tan sólo logró ha-
de la evolución. Los naturalistas nos han demostrado que la domes- cer domésticos cinco: cuatro mamíferos, el perro, la llama, la alpaca
ticación del camello, del asno, del caballo, de la cabra, de la oveja y el cuí o cobayo, y un ave, el guajalote o pavo común.
o de la vaca se verificó sobre especies animales en proceso de evo- Entre las plantas hubo algunas que también logró cultivar el hom-
lución y, por tanto, blandas, maleables» (2). bre del Viejo Mundo, como el algodón, el añil, los bledos y ciertas
Las especies afines a las domesticadas en América no de~ieron calabazas (3), y entre los animales americanos, únicamente el perro
de tener esta crítica y especial disposición evolutiva, pues el btsonte había sido también domesticado, desde remotos tiempos de la pre-
no fue dornéstico ni en el Nuevo ni en el Viejo Mundo. Tampoco historia en el Viejo Mundo. El perro debió de ser el primer animal
las especies afines a las de los auquénidos domesticados, la llatna y dotnesticado por el hombre.
la alpaca, como la vicuña y el guanaco, no llegaron nunca a ser En la América precolombina había tres clases de perros: el de
domésticos. las tierras árticas o perro esquimal, procedente de las costas de Asia,
que llegó muy tarde a aquel continente y de cuya llegada no se pre-
cisan fechas; el perro de las tierras antárticas y de las praderas, cuya
EL PERRO INDÍGENA AMERICANO: PERROS MUDOS, primera descripción, como tantas otras, aparece en un cronista de
ESQUIMALES Y DE LAS PRADERAS
El perro fue el primer animal domesticado en el Nuevo ~1undo. (3) De todas las plantas citadas, la más importante, tanto en el Viejo como en
Así como el indio americano fue muy afortunado en la domes- el Nuevo Mundo, es el algodón. Fue conocido en Egipto e introducido por los fe-
ticación de plantas silvestres, pues logró cultivar casi la quinta parte nicios en Europa (Lieslia). Los árabes lo trasplantaron a España. Existe gran va-
riedad de algodoneros. Los algodoneros de semillas cubiertas (asiáticos, Gossypium
arboreum, G. herbaceum; americanas, G. hirsutum, G. mexicanum y G. peruniarum).
(2) P. Vegret: Geographie de L'elevage. Tom. 23. Colección Geographie Hu- Los algodoneros de semillas desnudas, de procedencia americana, son de varias cla-
maine. París, 1951, p. 18 (J. T.). ses. Destaca el Gossypium bardandese.
50
Indias. (En este caso, en la crónica de la expedición y descubrimien-
Indígenas de Norteamérica.
to del sudoeste del actual territorio de los EE.UU., de Vázquez de
Coronado, descrita por Pedro Castañeda (4) y, por fin, los perros mu-
dos, pequeños y pelones, que nos describen otros cronistas españo-
les en las Antillas, México y Perú (5).
Los dos primeros, el del Ártico y el de las praderas, eran de talla
media y utilizados los dos en tiro y arrastre, para transportar tien-
das, utensilios y víveres, y los terceros, que eran de poca talla, sólo
se destinaban a alimentar a la población indígena.
Del antiguo perro esquimal sólo hay testimonios arqueológicos,
restos óseos encontrados en recientes excavaciones de aquellas cos-
tas, pero faltan representaciones figurativas de esta raza canina. Hay
un testimonio histórico del explorador Martín Forbisher~ que lo en-
contró en 1577 en las costas que luego se llamarían de Cumberland,
el cual nos dice que los perros que tenían los esquimales parecían
lobos y les servían de animales de tiro y además de alirr1entación (6).
Del perro de las praderas tenemos una descripción literaria, la rea-
lizada por el cronista citado, y una representación pictórica, hecha y de Europa hay pieles de bisonte pintadas por estos indios y en el
por indios en una piel de bisonte, como era corriente entre los indios de Denver (Colorado) está la mejor colección de ellas.
(algonquinos, siux, iroqueses y pueblos), que ocupaban la gran cuenca El texto de la crónica de Pedro Castañeda dice: «Andan (los in-
del Misisipí (7). En todos los museos etnológicos de Norteamerica dios) como alábares (nómadas) con sus tiendas y arrias (recuas) de
perros aparejados con lomillos y enjalmas y cincha. Cuando se tuer-
(4) La empresa de Francisco V ázquez de Coronado, en tierras de los actuales ce la carga aúllan llamando quien les aderece».
Estados Unidos, se llevó a cabo desde julio de 1540 a comienzos del año 1542. El En la pintura de piel de bisonte se ve un indio con arco y fle-
7 de julio llegó Coronado a la primera ciudad zuñi, en la que fueron recibidos con chas en la mano, con la aljaba (8) colgada al hombro, vestido con
hostilidad por los indígenas. Allí se informó de la existencia de otras siete ciuda-
des. Hacia el norte, el territorio de los maquis, a donde envió a Pedro de Tovar,
pantalones y cubierto con una especie de manta de piel de bison-
quien tuvo noticia de un gran río, éste ordenó su busca a García López de Cárde- te, horadada por delante y la cabeza tocada con una pluma. Le si-
nas. A los veinte días de marcha Cárdenas descubrió el Gran Cañón del Colorado. gue una mujer, vestida con traje cortado con mangas, también de
(5) Los aztecas tenían algunas variedades de perros. Los denominados perros piel de bisonte, que lleva arrolladas a la espalda otras pieles y se
mudos se criaban como alimento; nunca utilizaron este animal para el transporte. ayuda, para caminar, de un palo. Dos perros, conforme a la des-
En las culturas de occidente mexicano -pretarascas de Colima y Nayarit-, sobre
todo en la primera, han aparecido variadas representaciones de perros. La cultura
cripción literaria, van aparejados arrastrando los palos (travois) y
colimense se caracterizó por una rica escultura en barro por la que desfilan perros las tiendas (tupis) de piel arrolladas, y atravesado en los palos, el
en distintas posturas, lo que nos indica la importancia que tuvo en el mundo pre- paquete de la carga.
hispánico. El nombre indígena más extendido para referirse al perro era tepezcuintle. L' Abbé Domech (9), que viajó a mediados del siglo pasado, tres
(6) La península de Cumberland constituye la extremidad oriental de la tierra siglos después que Coronado, por los grandes desiertos de Nortea-
de Baffin (Canadá). Con el nombre de Cumberland se denomina a las tierras me-
ridionales de la meseta Apalachiana, en el macizo de los Apalaches. El río Cum-
mérica, hace la siguiente descripción del perro de las praderas: «Es-
berland y el Kentucky, afluentes del Ohio, nacen en esta región. tos animales pululan en los pueblos indios como en las ciudades tur-
(7) Como señala el Profesor Ballesteros Gaibrois, desde el mar de Hudson has- cas. Cada familia los tiene, a veces, hasta por docenas, de todos los
ta el cabo Hatteras se extiende la gran familia de los Algonquinos. Los grandes je- tamaños y de todos los colores; unos sirven para la caza, otros para
fes de la resistencia indígena contra los europeos surgieron de sus filas, como Pon- arrastrar fardos y otros para ser cebados con el fin de comerlos ... Es-
tiac y Tecumseh.
tos desgraciados animales reciben más palos que trozos de carne, así
Los Iroqueses estaban formados por un grupo denominado de las cinco nacio-
nes (Cayuga, Mohauc, Oneida, Onondagas y Sénecas). Históricamente se les pue- son hábiles ladrones, lo que es difícil de evitar. Cuando están ham-
de seguir desde el siglo XV, en que constituyeron una confederación, gobernada brientos comen los vestidos de piel que caen bajo sus dientes. Cuan-
por un consejo federal, aunque cada tribu conservó su autonomía. do una tribu cambia de lugar cada perro lleva a sus espaldas paque-
Los Siux o Dacotas eran ocupantes de las grandes praderas. Estaban divididos
en siete grupos o «siete fuegos del consejo». Eran patriarcales y polígamos, gober-
nados por jefes militares. La base de su economía era la caza, sobre todo de qison- (8) Carcaj. Recipiente que se lleva colgado al hombro en el que se tienen las
tes (Ballesteros Gaibrois, M.: Historia de América. Ediciones Istmo. Madrid, 1989, flechas para el arco.
52 pp. 77-78). (9) Voyage pintoresque dans les Grands desert du Nouveau Afonde. París, 1861,
p. 461 (J. T.). 53
tes que pesan de 18 a 20 kilos, atados a los palos de las tiendas que paña, sin describirlas, cinco clases de perros precortesianos: chichi,
arrastran». itzcuitli, xochiocayotl, tetlamin y tehuizotl. Pero el doctor Francisco PERROS GOZQUES
Estas dos razas de perros, unos para tirar de los trineos y otros Hemández (12), médico de Felipe II, primer expedicionario cientí-
DE LOS PERROS QUE HOBO EN
para arrastrar los palos de las tiendas desarmadas, eran mucho n1ás fico que fue a América y cuya gran Historia Natural de las Indias, ESTA ISLA ESPAÑOLA E LOS
corpulentos que los perros indígenas del resto de América; quizá aunque perdida en parte, es la base de todas las posteriores, descri- QUE HAY AL PRESENTE
sean estos perros resultado de los contactos que, en tiempos ya his- be cuatro clases: itzcuintlipotzotli, tepeitzcuintli, joloitzcuintli y techi-
ch~ que son las que enumera el Padre Clavijero en su Historia An-
Perros gozques domésticos
tóricos, debieron de seguir teniendo los pueblos mongólicos de Asia se hallaron en aquesta isla Es-
-siberianos, chinos y japoneses- con los de América. tigua de México (13). pañola (y en todas las otras is-
Todos los perros americanos sirvieron para la alimentación del Todos los animales domésticos y muchos de los salvajes han te- las que están en este golfo po-
nido una significación religiosa para los pueblos primitivos y aun pa- bladas de cristianos), los cua-
hombre, como los perros de los tiempos prehistóricos y los de los les criaban los indios en sus
pueblos primitivos del Viejo Mundo. ra 1os civilizados protohistóricos; así, entre los pueblos precortesia- casas. Al presente no los hay.
Por los cronistas de Indias sabemos que los gozques o pequeños nos de México y de América Central y entre los andinos prehispá- E cuando los hobo, los indios
nicos, que fueron los únicos civilizados de la América indígena, los tomaban con ellos los otros
perros de las Antillas, de México, de América Central y del Perú, animales todos de quien se ha
fueron criados con este fin, sin que tuvieran ningún otro aprovecha- anirnales que lograron domesticar estaban unidos a las creencias y hablado en los capítulos de
miento como no fuera la interferencia religiosa al usar de su comi- ceremonias religiosas de estos pueblos (14). suso. Y eran estos perros de
En la teogonía azteca el perro tenía (según Seler) una misión todas aquellas colores que hay
da con cierto sentido ritual, como puede verse en alguna represen- perros en España: algunos de
tación plástica, hecha en barro cocido, de un perro con máscara. análoga a la de Caronte en la teogonía griega: la de transportar a una sola color, e otros man-
Aunque casi todos los primeros cronistas de Indias citan estos las almas de los muertos sobre las «nueve aguas», sobre el torrente chados de blanco e prieto o
de nueve brazos que corre por el mundo inferior; por esto, entre las bermejo o barcino, o de las
gozques_, no los describen, y gracias a las pinturas de algunos códices colores e pelo que suelen te-
mexicanos, a esas esculturas en barro cocido de vasos funerarios, so- antiguas tribus aztecas había la costumbre de colocar en la tumba ner en Castilla. Algunos bedi-
bre todo, en las culturas del Occidente de México, a algunos vasos con el cadáver humano el de un perro o la efigie de un perro, es de- judos, otros sedeños, otros ra-
cir, un barro cocido, un vaso funerario o un perro de papel colgado sos. Pero los más déstos, acá
pentanos y a una pintura de un códice colonial del Perú, nos pode- son entre sedeño e raso, y el
mos dar idea de cómo fueron esos perros pequeños, mudos y pelo- como joyel del bulto que simulaba al difunto en los aniversarios, pelo de todos ellas más áspe-
nes (10). ro que le tienen los nuestros,
e las orejas avivadas e a la ler-
Son escasas y confusas las noticias que se tienen de los perros in- ta, como la tienen los lobos.
dígenas mexicanos, entre las varias especies o razas que enu- Eran todos estos perros, aquí
de México. A partir de ese momento la actividad observadora de Fray Bemardino en esta e las otras islas, mu-
meraron los cronistas, sólo una, el techichí, es de la que se tienen fue el motivo de que legase a la ciencia universal una gran obra etnográfica, enri- dos, e aunque los apaleasen ni
más testimonios literarios plásticos. techichf, que también se lla- quecida con el conocimiento del nahuatl. El cronista y compañero de Orden, Men- los matasen, no sabían ladrar;
nla aleo, era un cuadrúpedo de México y de otros países de Améri- dieta, se refería con estas palabras a su hermano de religión: «Llegado a esta tierra algunos gañen o gimen bajo
ca que por ser de la figura de perro, fue llamado así por los espa- (fray Bemardino) aprendió en breve la lengua mexicana y súpola tan bien que nin- cuando les hacen mal.
gún otro hasta hoy se le ha igualado en alcanzar los secretos della y ninguno tanto Los españoles que vinieron
ñoles. Era de un aspecto melancólico y enteramente mudo, de don- con el Almirante primero, en
se ha ocupado en escribir en ella».
de tomó origen la fábula de que los perros del Mundo Antiguo en- (12) A comienzos de 1570 el Rey Felipe II concedió al doctor Francisco Her-
el segundo viaje que hizo a es-
mudecen cuando son transportados al Nuevo. Los mexicanos comían ta isla, se comieron todos es-
nández el título de Protomédico de todas las Indias. Con el nombramiento se le hi- tos perros, porque morían de
la carne del techichí y si hemos de dar fe a los españoles que tam- zo entrega de unas minuciosas instrucciones: «la orden que vos Doctor Francisco hambre e no tenían qué co-
bién la comían, era gustosa y nutritiva. Los españoles después de la Hemández, nuestro Médico, habéis de tener en un oficio de nuestro Protomédico mer; pero manjar es para no
conquista de México, no teniendo todavía rebaños de ninguna espe- general de las Nuestras Indias, islas y tierra firme del mar océano en que os habéis desecharle los que le tienen
proveído y en las otras cosas que se os cometen, tocantes a la historia de las cosas en costumbre. En la Tierra
cie, hacían la provisión para sus buques con carne de estos cuadrú- naturales que habéis de hacer en aquellas partes es la siguiente: primeramente, que Firme, en muchas partes de-
pedos y así extinguieron muy en breve la raza, aunque era ffil.:LY en la primera flota que destos reinos partiere para la Nueva España embarquéis y Ha, e en la Nueva España, los
numerosa. vais en aquellas tierras primero que a otro ninguno de las dichas Indias, porque se hay en gran cantidad; e don-
de yo los he visto es en la pro-
El Padre Bemardino de Sahagún, el fundador de la etnología tiene relación que en ella hay más cantidad de plantas y yerbas y otras semillas me- vincia de Sancta Marta, algu-
americana (11); cita en su famosa Historia de las Cosas de Nueva Es- dicinales conocidas que en otra parte». La publicación más completa es la de la Uni- nos, y después vi muchos en la
versidad Nacional de México: Historia Natural de Nueva España. México, 1959, 3 vol. gobernación de Nicaragua, y
( 13) Francisco Javier Clavijero nació en Veracruz en 1731, de padres españo- he comido de algunos dellos y
les. Se educó en el colegio de San Ignacio de Puebla. A los diecisiete años ingresó es muy buen manjar. Y a la
(10) Gozque es sinónimo de perro pequeño. Se usan más los diminutivos: goz- en la Compañía de Jesús. Cuando contaba treinta y seis años se dictó el decreto verdad, de aquel que yo comí,
quecillo o gozquezuelo. de expulsión de los jesuitas, abandonando las tierras americanas. Desterrado en Bo- fueron dos o tres bocados, e
lonia, comenzó a escribir su Storia antica del Messico, publicada en Cesena por los no pensando que era perro. E
(11) Fray Bemardino de Sahagún nació en tierras leonesas en torno a 1499 ó llegué donde ciertos amigos
1500. Durante su estancia en la Universidad de Salamanca le brotó la vocación re- años de 1780 y 1781 y una Storia della California, que se publicó en Venecia en el
comían de uno muy gordo e
ligiosa:, ingresando en el convento de San Francisco: en la misma ciudad castellana. año 1789, dos años después de la muerte de su autor. muy bien asado e untado o
54 En 1529, formando parte de la segunda misión de franciscanos, arribó a las tierras (14) Véase la introducción y el estudio sobre los auquénidos. 55
lardado e con ajos, e no me como el que se ve en el Códice Maglabecchiano y en el del Museo «Gozque peruano». página 25 del
códice colonial de Huaman Poma de
supo mal; antes, de ver aque- de América de Madrid (15). l.J Ayala.
llos compañeros que yo con En la teogonía maya el perro era el símbolo del rayo que al caer
· buen gusto e aliento entraba del cielo quemaba lo que encontraba en la tierra al hundirse en ésta,
en ello, uno dellos dijo: «Se-
ñor, no será malo que nos lle- por esto era el que abría camino al sol al ponerse en la tierra o en
vemos de aquí algunos perros el mar, y, de igual modo, conducía al infierno a las almas de los mor-
déstos, pues que también os tales, como creía tatnbién la teogonía nahua.
saben». En la verdad, a mí me
pesó de haberlo comido, e no En una página de códice maya Tro-Cortesiano, que se conserva
comí más, ni dejara de comer en el Museo de América de Madrid, se representa en los recuadros
hasta. que se acabara; pero, que se repiten a la misn1a altura en la página siguiente, al perro, sím-
pues más no pudo ser de ha-
berlo comido, como quien lo bolo del rayo, llevando en cada mano una antorcha encendida y el
ha probado, digo que me su- primer perro lleva además el rabo encendido también. Cae del cielo
po bien e que quisiera que me y quema una vasija que hay en el suelo, que acaso pudiera repre-
avisaran más tarde. El caso es
que todos los españoles que lo sentar la quema de la cosecha. Representan, por tanto, estos recua-
han probado, loan este man- dros la tempestad y el rayo incendiario (16).
jar e dicen que les paresce no En el recuadro superior de la página 20 del mismo códice se ve
menos bien que cabritos.
En aquella provincia de Ni-
la figura de un perro sentado tocando con las manos un tan1bor, lo
caragua hablan de la misma mismo que la persona que está a su espalda; el perro de orejas gran-
lengua que en la Nueva Espa- des, puntiagudas y tiesas, lanza hacia arriba sus quejidos, puesto que
ña, e al perro llaman xulo1 y no ladraba, cuyo quejido se representa gráficamente de modo pare-
destos xz.tlos crían muchos; y
cuando alguna fiesta principal cido al que usaban los aztecas para representar plásticamente la pa-
se hace entre indios, comen labra. Frente al perro hay una deidad maya que siembra maíz con
estos perros por el más pres- un palo sembrador, por lo cual debe tener relación esta escena, co-
cioso e mejor manjar de to-
dos, e ninguno come la cabe- mo tantas otras de los glifos mayas, con la fuerza generativa de la
za si no es calachuni o teite, i tierra.
es rey o persona la más prin- En los códices mayas su figura se parece a la del jaguar, pero se
cipal del convite; la cual traen
guisada sin quitar della ni de- diferencia de la de éste en que el perro tiene la cabeza más larga,
sechar sino solamente los pe- las orejas alargadas y la cola poblada.
los, porque el cuero e los hue-
sos y todo lo demás está fecho
de manera, en un cierto pota- (15) El códice Magliabecchianus es una serie de dibujos simbólicos utilizados
je, que paresce mazamorra, o por los mexicanos en sus mantas ceremoniales. Contiene las representaciones de
de poleadas, o un almidón. los veinte días del ciclo de los cincuenta y dos años, fiestas, costumbres y otros ritos
y sacrificios. Entre las ediciones importantes, como &eñala Esteve Barba, destacan
José de Acosta la de la Universidad de California, con introducción de Zelia Nuttall y otra hecha
Historia Natural con el apoyo económico del duque de Loubat. Lleva el nombre de su propietario,
y Moral de las Indias Antonio Magliabecchi (1633-1716), cuya colección, constituida por más de 30.000
volúmenes, fue el núcleo de la Biblioteca Nacional de Florencia, donde se conserva.
Relacionado con el anterior está el códice del Museo de América (Madrid) o
Códice Tudela, que cronológicamente puede situarse hacia el año 1530. Se descri--
ben fiestas, dioses, costumbres, ritos, ceremonias y juegos. Describe una cuenta de
El pequeño perro indígena era tenido como animal doméstico,
los años y figuran símbolos de dioses y señores. cebado y castrado para sacrificarlo en honor de los dioses y consu-
(16) Recientemente la Editorial Testimonio (Madrid, 1991) acaba de publicar mido asado como vianda sagrada en las fiestas.
en el número 12 de la Colección Tabula Americae, dirigida por el profesor Fran- En el calendario azteca el signo del día itzcuintli, «perro», se re-
cisco Morales Padrón, la edicíón facsimilar del Códice Tro-Cortesiano o códice de laciona con la imagen del dios de la muerte. Como dios, este perro
Madrid, con introducción de Manuel Ballesteros Gaibrois y estudio crítico de Mi-
guel Rivera Dorado. se representa por medio de la figura de Xolotl, un ser demoníaco
El códice Tro-Cortesiano mide, aproximadamente, 6,55 m. de largo por 22,5 cm. que tiene cabeza de perro y es distintivo del traje de Quetzalcoatl,
de altura. Como señala el Profesor Rivera, siguiendo la costumbre prehispánica, las el dios de la luna, y ésta es imagen de la muerte.
tiras de corteza estaban dobladas en forma de biombo hasta formar 56 hojas. El El Padre Landa en su Historia de las cosas del Yucatán describe
contenido del códice son almanaques adivinatorios para dar a conocer al lector los
días propicios para realizar actividades diversas, tales como la agricultura, la cría unas ceremonias con motivo de la fiesta de la fertilidad, de las que
de abejas, la caza, etcétera. Hay algunas hojas dedicadas a las ceremonias de fin de parece deducirse que se usaban figuritas de perro con tortillas de
56 año y comienzos del nuevo. maíz en las espaldas como portadores de alimentos para los dioses. 57
El glifo del perro tiene como principal elemento el correspon-
diente al mes de abril, que es un esqueleto con las costillas y la co- PERROS GOZQUES
lumna vertebral dibujadas. PERROS GOZQUES EN LA
Aún quedan en México ejemplares más o menos puros de perros TIERRA FIRME
indígenas. Cuando yo estuve allí, en 1954, vi en una casa, como guar-
Dicho tengo de los perros
dados entre algodones, dos perritos de los llamados perros de Chi- gozques de la Tierra Firme,
huahua; 1nuy pequeños, de cabeza gorda, grande, en comparación que los hay en muchas partes,
con el cuerpo, que no tenía éste sino veinte o veinticinco centíme- que no ladran e son mudos, e
muy buenos para comer, y de
tros del cuello a la cola, de ojos grandes y saltones, casi sin pelo, todas colores de perros; y
muy nerviosos y frioleros. Me resisto a creer que estos perros sean también los hobo en esta isla
descendientes directos y puros de una raza indígena de aquel terri- Española e en las otras deste
golfo. Y como lo he dicho en
torio del Norte de México, de las antiguas provincias internas, clima el capítulo V deste libro XII y
extremado de frío y calor, porque tenían que vivir en la capital fe- allí lo puede haber visto el lec-
deral en invierno como plantas de estufa. Estos no se comen ni tie- tor, si desde el principio se ha
querido informar de los ani-
nen carne para comer. males destas partes, por tanto
Según referencia verbal de mi gran amigo el erudito publicista no hay nescesidad de lo repe-
español don Mariano de Cárcer Disdier, aún quedan raros ejem- tir aquí. Y también hay mu-
chos de los que se trujeron de
plares de uno de los típicos perros precortesianos: del escuintli, del España, e muchos dellos se
tamaño de un perdiguero sin pelo, mudo, que no ladra, pero que han alzado e fóchose salvajes,
oye, tnuy manso, pero yo no vi ningún ejemplar. Estos perros, como e andan en los montes e son
muy dañosos.
los de Chihuahua, escasean mucho y por esto tienen elevado precio.
Tampoco vi otro perro de México, que es silvestre, que según Cár- Gonzalo Femández de Oviedo
cer Disdier aún se caza alguna vez por las tierras bajas de México y Historia General
y Natural de las Indias
que se llama Tepezcuintli, · que él había visto cazar en Oaxaca y ha-
bía comido de su carne, que era muy grasosa, de 1950 a 1960. En el
Cultura Colima (Michoacán, Perú fueron más escasos estos perros y allí son más escasas las re-
México). ferencias literarias y las representaciones plásticas.
El Padre Bernabé Cobo en su Historia del Nuevo Mundo, que es
la más prolija y seria de Indias en todo lo referente a su Historia Na-
tural, nos dice que los indios peruanos llamaban al perro, en lengua
quechua, que era la más hablada antiguamente en el territorio del
Perú, ollco, y en lengua aymara, que era y es la más hablada en el
hoy territorio de Bolivia, anocaro, y estos nombres indígenas prue-
ban, dice este cronista, el origen americano de los perros, por ser ín-
dice, sobre todo, si lo es con distintos nombres en diferentes lenguas
autóctonas (17). Como los pueblos andinos prehispánicos civilizados
no conocieron la escritura ni la pintura de códices, y en su abun-
dante cerámica figurativa apenas si se encuentran vasos funerarios
con representación de perros, es de interés reproducir, además de
la figura que es una representación pictórica de los «gozques» pe-
el r<->n·~-nn
(22) El naturalista británico Charles Darwin en 1831, animado por el botáni-
co Henslow, participó como naturalista en la expedición del capitán Fitzroy, que a los perros.
bordo del Beagle visitó América del Sur y las islas del Pacífico. De este viaje, que <<Todo esto
duró cinco años (1831-36), aprovechó gran cantidad de documentos, que comenzó de
a publicar a partir de 1840.
64 (23) Semental.
tinto de asociacton. En efecto, no podemos comprender que los j as de aquella tierra yo no las
LLAMAS Y ALPACAS perros salvajes retrocedan ante un solo perro acompañado de su re- he visto.
baño, sino admitiendo en ellos una especie de idea confusa de que Dicen algunos vecinos des-
quien está así, en compañía, adquiere cierto poder, de igual modo ta cibdad de Sancto Domingo
DE LAS OVEJAS E GANADOS que han estado en aquella
DOMÉSTICOS QUE HAY EN LA que si se hallara acompañado de otros individuos de su especie ... , el tierra, que las unas e las otras
TIERRA AUSTRAL, EN TIERRA
FIRME, EN LA GOBERNACIÓN
perro pastor considera a los carneros como a hermanos suyos y ad- es muy buena carne. Son de
quiere así la confianza en sí mismo» y los perros cimarrones respe- las colores que son las ovejas
DE LA NUEVA CASTILLA, DON- en España, blancas e negras, e
DE FUE REY ATABALIBA tan al perro pastor cuando está a la cabeza de su rebaño. mezcladas de ambas colores, e
abundancia de ganado, y sobre todo el dejar a éste muerto y la lana es llana e no merina, e
En la Nueva Castilla e go- desollado en la campaña, fomentó de modo e:xiraordinario las ma- por la mayor parte, las gran-
bernación del marqués don des son rasas e el pelo bajo,
Francisco Pizarro, donde fué
nadas de perros cimarrones, y gracias a ellos y a la aves carniceras aunque en los lomos tienen
rey e señor el riquísimo Ata- se limpió el campo de carroñas, que quedaba sembrado de osa- más larga la lana. Las media-
baliba, tienen los indios tres nas son bermejas e blancas,
mentas. mezcladas de estas dos colo-
maneras de ovejas: unas pe- Abundaron tanto, que ya en tiempo del virrey Francisco de
queñas como cabras de Gui- res juntas e cada una por sí.
nea, e otras algo mayores, e Toledo (24) se mandó hacer matanza general de ellos, del mismo De las pequeñas, que son más
otras mayores que todas. Las modo que tuvieron que hacer de cuando en cuando los alcaldes de salvajes, se acaesce ver, bravas
grandes son del tamaño de as- en el campo, piaras de qui-
nos pequeños; pero son enju-
cuartel en las campañas del Paraguay y del Plata, porque atacaban nienta~ e mili dellas juntas, e
tas de piernas, y el cuello como enormes manadas de lobos los ganados cimarrones y los se- muy. fmas, negras. Estas que
luengo e muy semejantes a los ñalados y herrados, matando muchos terneros y Si un buho- he d1cho que son grandes, asi-
camellos, salvo que éstas no mismo las hay en el río de la
tienen corcova como el came-
nero atravesaba solo un campo donde hubiera perros cimarrones, Plata, de su embocamiento
llo; mas en pies e manos e to- corrían peligro él y su cabalgadura de perecer, como si encontrase adentro en aquella tierra.
do lo demás, muy semejantes una rnanada de lobos. Todos los hombres válidos tenían que acudir Gonzalo Femández de Oviedo
son a los camellos. Rumian a la orden de la autoridad, a caballo y con sus armas: lanzas, des-
como ovejas, e son tales, que Historia General
los indios se sirven dellas de jarretadoras, pistolas, cuchillos, rompecabezas, y con frecuencia se y Natural de las Indias
cargarlas e llevar en ellas lo pagaba un tanto por cabeza o por pellejo de perro cimarrón.
que les place, con que el pe-
so sea moderado. Ya estas
ovejas se vieron en España,
porque el mismo marqués las
llevó a Castilla, donde son va
Los AUQUÉNIDOS (CAMÉLIDOS): GUANACO, ALPACA
notorias; e en esta cibdad hay
algunas que se han traído de Cuatro auquénidos indígenas, de familia de los camélidos,
aquella tierra. En la tierra lla- ven en América: la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco; ellos
na llaman a este animal col, e
en la sierra le dicen llama, e solamente los dos primeros, llama y alpaca, son domésticos; los otros
al macho o carnero déstos lla- dos, vicuña y guanaco, permanecen todavía salvajes.
man urca, e al cordero, uña. La llama y la alpaca viven en los altiplanos andinos, son mansas,
E son lindos animales a la vis- Ofrecimiento en sacrificio de una
ta, e muy mansos e domésti- aquélla más que ésta, pues un niño puede llevarla a donde quiera. llama al dios Viracocha. Códice
cos. Las que son las medianas La llama vive en las sierras andinas, desde las sierras de Quito peruano de G. Poma Ayala.
de los tres géneros que he di- hasta el Norte de Chile, y la alpaca en las más elevadas sierras y al-
cho, ésas son las que tienen la vicuña es el más pequeño de los auquénidos y el más gracio-
lana muy fina, que paresce se- tiplanos del Perú y de Bolivia.
da, de que los indios hacen En tiempos prehistóricos debió de ser más extensa el área de la so. Su talla, menor que la de la llama, es de unos 80 cm.· su lana es
muy rica ropa. llama por el Norte y por el Sur. Nunca se aclimató en el litoral del suave, finísima, de cc:Ior leonado y canela, blanca por el vientre y pe-
A mí me dió el adelantado
Pacífico, hasta donde iban con sus cargas. No pasaban los rebaños cho. ~us mechones henen 15 cm. de longitud.
don Diego de Almagro una de
aquestas ovejas mayores en la de las cabeceras de los valles que bajan a la costa; y hoy, siquiera C1eza de León, en su Historia General del Perú, nos indica «por-
cibdad del Panamá, e la em- q~e destas casas ~omaban 10.000 ó 15.000 cabezas de ganado o el
barqué en una carabela en el viven en ellas.
numero que quena. De la lana de estos ganados o vicuñas se hacían
Nombre de Dios, e viniéndo-
me_ por la mar, se murió en las ropas preciadas para ornamento de los templos y para servicios
aquesto golfo e nos la comi- (24) Fue nombrado Virrey del Perú en 1568. Sin duda fue uno de los mejores del mtsmo Inga y de sus mugeres e hijos» (25).
mos; e es a mi parescer una de gobernantes españoles en las tierras andinas. Fundó las ciudades de Cochabamba
las mejores carnes del mundo. y Oropesa. Ordentó la construcción de hospitales. Redactó unas Infonnaciones re-
Las otros dos maneras de ove- sumen de las obtenidas en el país mediante minuciosas averiguaciones y testimonios. (25) Pedro Cieza de León pasó a las Indias. Es conocido como el Príncipe de 67
66
La vicuña vive en las regiones más altas, fronteras a las nieves Y
VICUÑAS ventisqueros perpetuos en verano, y en los inviernos baja hasta. los
altos y soleados valles desde el Sur del Ecuador. a~ ,NO. argentino:
DE LAS VICUÑAS Y TARUGAS Su caza está nrohibida para evitar su desapancion, pero aun asi
se cazan. En alg~nos cotos se crían con más seguridad, y ~omo en
DEL PERÚ
Entre las cosas que tienen tiempo de los incas se las caza vivas con redes, se las esquila y des ..
las Indias del Perú notables, pués se sueltan otra vez. . .
son las vicuñas y carneros que
llaman de la tierra, que son La lana de vicuña es finísima, suave, esponJosa, de mucho abn-
animales mansos y de mucho go, poco peso y agradable al tacto, por lo que es muy apreciada.
provecho. Las vicuñas son sil- El vellón de vicuña 1.uesa medio kilo.
vestres, y los carneros son ga-
nado doméstico. El vellón de alpaca pesa cinco o seis kilos.
AJgunos han pensado q~e La brizna de la lana de alpaca es de 10 a 20 cm., doble de gruesa
las vicuñas sean las que Ans- que el de la vicuña. color pardo, blanco sucio o negro. La más
tóteles, Plinio y otros autores
tratan cuando escriben de las preciada es la amarilla. . Llama. Llama.
que dícen capreas, que son ca- No las esquilan todos los años sino cada dos, lo que permite al
bras silvestres; y tienen, sin vellón más desarrollo. Vive en semilibertad, sólo cuidan que no se
duda, similitud por la ligereza,
por andar en los montes, que aleje demasiado. . . . un animal de arrastre con carga de poco peso. Tampoco la llama mucho por donde los reyes In-
parecerse algo a cabras. Más, El guanaco tiene la alzada de la llama, vive salva]e por la mtsm.a aguanta mucha carga, tan sólo de veinte a treinta kilos. gas tenían prohibida la caza
en efecto, no son aquéllas, área de la llama y la alpaca y, además, ~e extiende por l~s And~s. chi- El Padre Cobo dice de la llama que «... no es tan grande como ae vicuñas, si no era para fies-
pues las vicuñas no tienen tas con orden suyo. Algunos
cuernos, y aquéllas los tienen, lenos y desciende a las tierras frías y baJaS de la Patagon1a y de flerra un asnillo, de vara y medio de alto, más delgado, crecido de piernas, se quejan que después que en-
según Aristóteles refiere. de Fuego. . las cuales tiene delgadas, con las uñas hendidas, ancho de barriga, traron españoles se ha conce-
Tampoco son las cabras de la dido demasiada licencia a los
Su lana es más fina que la de la llan1a y menos que la de la VI- la cola corta de un palmo, la cual trae siempre muy levantada, la ca- chacos o cazas de vicuñas, y
India oriental, de donde traen
la piedra bezoar; o si son de cuña., su color es semejante al de ésta. Su pellejo .con pelo es u?.cu- beza larga muy parecida a la de la oveja, imita su pescuezo al del que se han disminuido.
brecama muy apreciado en los países donde viVe este camehdo. La manera de cazar de los
aquel género, serán ~sp~cies camello porque es largo dos codos y es delgado; rumia y cría lana indios es chaco, gue es juntar-
diversas, como en ellmaJe de Los onas, ha'bitantes de la Patagonia, lo cazan para comer su car- se muchos de ellos, que a ve-
perros es diversa especie la como la oveja por cuya causa y porque además se le parece en la
ne y utilizan los productos como los q~echua~ y ayma~~s lo hacen ces son mil, y tres mil y más,
del mastín y la del lebrel. cabeza y piernas lo llamán los españoles carnero de la tierra aunque y cercar un gran espacio de
Tampoco son las vicuñas del con la llama, sólo que su piel es su principal abngo y vestldo en aque- no tiene cuernos. Los hay pardos, negros, blancos y pintados de es- monte, y ir ojeando la caza,
Perú los animales que en la llas inhóspitas y frías tierras. " . . hasta juntarse por todas par-
provincia de la Nueva España tos colores. Hay llamas de todos los colores, pero procuran que ca- tes, donde se toman trescien-
tienen las piedra, que allá lla- La llama y la vicuña fueron y son la base economica. de la vida da rebaño sea de un solo color». tas y cuatrocientas, y más y
man bezoares, porque aqué- del indio del Altiplano andino, pues por su gran altitud, unos menos, como ellos quieren, y
Las llamas blancas y las negras eran las preferidas para los sacri- dejar ir las demás, especial-
llos son de especie de ciervos 4.000 metros, y por las heladas nocturnas, es poco apreci.ado el de-
o venados. Así que no sé que ficios que hacían de ellas al dios Viracocha, pues según Cieza de mente las hembras para el
en otra parte del mundo haya sarrollo de la agricultura, que tiene, por tanto, que reducuse al cul- León las desollaban vivas sin degolladas, sacándoles luego con gran multiplico. Suelen trasquilar
estos animales, y de la lana de
este género de animales, sino tivo de tubérculos como la papa (Solanum tuberosum), la oca (Oxa- presteza el corazón y el hígado y con estos víveres hacían sus ellos hacen cubiertas o fraza-
en el Perú y Chile, que se con- lis tuberose) y con riesgo aventurado la quina ulluco (Ullucus tube- das de mucha estima, porque
tinúa con él. auspicios (26). la lana es como una seda blan-
Son las vicuñas mayores rosum ), por esto explotaron la llama y la alpaca, porque eran apro- Según Cieza de León, «llaman los naturales a las ovejas llamas da, y duran mucho; y como el
que cabras, y menores que be- vechadas sus esquilmos al máximo y la llama para transportar pro- y a los carneros urcos». Verdaderamente en la tierra del Callao es color es natural y no de tinte,
cerros; tienen la color que ti- ductos comerciales de estos mismos auquénidos a las tierras más ba- es perpetuo. Son fre~cas y
ra a leonado, algo más clara; gran placer ver salir a los indios con sus arados en estos carneros y muy buenas para en tiempo
no tiene cuernos, como los jas y subir de ellas los productos que necesitaban para completar su a la tarde verlos volver a sus casas cargados de leña. La cecina de de calores; para inflamaciones
tienen ciervos y capreas; apa- economía. de riñones y otras partes las
los guanacos que comió en La Paz le pareció a. Cieza de León la me- tienen por muy sanas, y que
ciéntanse y viven en sierras al- La llama es el único animal de carga de la América indígena, templan el calor demasiado; y
tísimas en las partes más frías jor que había visto en su vida.
pues el perro de los indios de las praderas del Misisipí es más bien lo mismo hace la lana en col-
y despobladas, que allá llaman chones, que algunos usan por
punas. Las nieves y el hielo no salud, por la experiencia que
les ofende, antes parece que de ello tienen. Para otras m-
les recrea; andan a manadas y (26) Como señala la Profesora Bravo Guerreira, es un tema controvertido en disposiciones, como gota, di-
corren ligerísimamente. los Cronistas. La Crónica del Perú, redactada entre 1540 y 1550 es el primer relato las fuentes primarias el de la práctica de sacrificios humanos en las ceremonias re- cen también, que es buena es-
Cuando topan caminantes o vivo de la exploración y conquista de los vastos territorios que hoy pertenecen a C~ ta lana o frazadas hechas de
ligiosas andinas. Garcilaso de la Vega y el jesuita Blas Valera lo niegan, aseguran- ellas; no sé en esto experien-
bestias, luego huyen, como lombia, Ecuador, Perú y Bolivia. El m_ismo Ci~za la tituló: Pri!_Yle':a Parte de la Cro- do que se limitaron en el Incario a inmolaciones sustitutorias de animales: llamas, cia cierta.
muy tímidas; al huir echan de- nica del Perú. La segunda parte es mas conocida como El senono de los Incas. E~
lante de sí sus hijuelos. No se cuyes, etcétera. Pero numerosas informaciones, corroboradas por estudios arqueo-
la colección Crónicas de América editorial Historia 16, el Profesor Ballesteros Gm- lógicos, nos permiten afirmar que, aunque no fue muy usual esta práctica, no fue
entiende que multipliquen brois ha publicado las dos (núms. 4 y 5). Madrid, 1984 y 1985.
68 ajena a las manifestaciones religiosas de los incas. 69
Después de la conquista se redujo mucho este ganado por varias la picadura de serpiente se aplicaban enteras y para uso interno pul-
La carne de las vicuñas no PIEDRA BEZOAR
es buena, aunque los indios la causas: por el exceso de trabajo a que se le sometió en manos de las verizadas. También las utilizaban como amuletos (27).
comen, y hacen cusharqui o soldadesca, menos escrupulosa y conocedora de esta clase de gana- Estas piedras bezoar tuvieron mucha aceptación en Europa, lo DE LAS PIEDRAS BEZAARES
cecina de ella. Para medicina do que los indios; se redujo también por un mayor consumo de car- que contribuyó tarr1bién a que disminuyese por esto esta clase de ga-
podré yo contar lo que vi: Ca-
minando por la sierra del Pe- ne, pues los conquistadores no se acostumbraban al régimen vege- nado indígena. Entre los indios eolias la deidad principal era una lla- En todos los animales que
rú llegué a un tambo o venta tariano indígena, ya que tanto en la conquista como en las guerras ma blanca, la que creían que pastaba en el firmamento, y estaba re- hemos dicho ser propios del
una tarde con tan terrible do- Perú se halla la piedra bezaar,
lor de ojos, que me parecía se
civiles no guardaban los soldados españoles las reglas prudentes que presentada por la constelación de la Lira. En el templo principal del de la cual han escrito libros
me querían saltar; el cual ac- dieron los incas de no matar llamas hembras para poder conservar- Cuzco (28) se sacrificaba todas las mañanas una llama blanca tras- enteros autores de nuestro
cidente suele acaecer de pasar se los rebaños. Así, al introducir los españoles mulas y burros como quilada; en cada fiesta mensual más de cien, y mil en las grandes fes- tiempo, que podrá ver quien
por mucha nieve y miralla. Es- quisiere más cumplida noticia.
tando echado con tanto dolor,
animales de carga fueron ya inútiles muchas de las antiguas arrie- tividades. También utilizaban el feto de la llama, la grasa y el excre- Para el intento presente bas-
que cuasi perdía la paciencia, rías de llamas y por fin se redujo el de llamas al sobrevenir mento como remedios medicinales. tará decir que esta piedra que
llegó una india y me dijo: Pon- una gran epidemia, una especie de sarna que diezmó los rebaños de La monta entre las llan1as es un acto natural y espontáneo; pero llaman bezaar se halla en el
te, padre, esto en los ojos y es- buche y vientre de estos ani-
tarás bueno. Era una poca de
llamas. entre los ganaderos se procura elegir macho y hembra y ayudar la males, unas veces una, y otras
carne de vicuña recién muer- La llama no necesita pienso, se alimenta exclusivamente del ralo monta, cosa que hace en la fiesta oportuna un indio que se llama dos, tres y cuatro. En la figu-
ta y corriendo sangre. En po- Jarkanako (es el mamporrero de las paradas). La gestación de nue- ra, grandeza y color tienen
niéndome aquella medicina se
pasto que crece en aquellas inmensas y desoladas altitudes. Van mucha diferencia, porque
aplacó el dolor, y dentro de siempre sueltas, en piara, capitaneadas por una llama que, a veces, ve meses, tres meses el celo, el más propicio es el segundo. La lla- unas son pequeñas, como ave-
muy breve tiempo se me qui- la adornaban con lazos, campanillas o cascabeles en las orejas. mita mama un año, al final del cual comienza otra vez el celo. llanas, y aun menores; otras,
tó del todo, que no le sentí El feto de la llan1a, zullu, tiene virtudes mágicas propiciatorias o como nueces; otras, como
más. Siguiendo los españoles la norma general de llevar plantas y ani- huevos de paloma; algunas,
Fuera de los chacos que he males a los sitios donde no eran conocidos, llevaron la llama a Méxi- expiatorias; por esto no sólo se conservan para adornarlos y hacer tan grandes como huevos de
dicho, que son cazas genera- con ellos prácticas de brujería con los fetos naturales, sino que se gallina, y algunas he visto de
co, a Cuba y a España, fracasando, como era natural, en su empe- la grandeza de una naranja.
les, usan los indios particular- provoca el aborto cuando no los hay naturales. Se venden en los mer-
mente para coger estas vicu- ño, por estar fuera de su ambiente. En la figura unas son re-
ñas, cuando llegan a tiro, arro- cados desnudos y luego se atavían con monedas de plata, serpenti- dondas, otras ovadas, otras
la llama el animal indígena más generalmente representado lenticulares, y así de diferen-
janles unos cordelejos con nas de color, cioparrillos, botellitas, latas de alcohol y otros comple-
ciertos plomos, que se les tra- en forma escultórica, no pictóricamente, porque los antiguos perua- tes formas. En el color hay ne-
mentos para traer felicidad, salud y fortuna al hogar. Después es ex- gras y pardas y blancas y be-
ban y envuelven entre los pies, nos no tuvieron pintura; pero en orfebrería de oro y plata y en ce-
y embarazan para que no pue- puesto a los espectadores y luego es enterrado o quemado, previa renjenada y como doradas; no
rámica se la representa en múltiples actitudes. Únicamente en un es regla cierta mirar la color
dan correr; y así llegan y to- la comida y bebida que en fiestas celebran los dueños y familiares,
man la vicuña. Lo principal Códice Colonial del siglo XVI como el de Huaman Poma de Ayala ni tamaño para juzgar que sea
bajo la dirección del brujo «avki» que hace previamente la ofrenda más fina. Todas ellas se com-
porque este animal es digno en la Biblioteca Real de Copenhague y en un álbum de acuarelas
de precio son las piedras be- a Pachacamac. ponen de diversas túnicas o
de Trujillo del siglo )(VIII. láminas, una sobre otra. En la
zaares que hallan en él, de Según Leo Pucher --en Los Auquénidos Híbridos-, en el capí-
que diremos luego. Hay otro De la llama se aprovecha todo: su lana, que se esquila una sola provincia de Jauja y en otras
tulo III nos da a conocer la llamada llama-huanaco, la paco-vicuña del Perú se hallan en diferen-
género que llaman tarugas, vez al morir o al matarla de vieja, para tejidos bastos; su carne, que
que también son silvestres, y y la paco-llama. tes animales bravos y domés-
son de mayor liegereza que las se come, bien fresca o bien seca hecha cecina charqui; su estiércol, El más común es elllama-huanaco porque tienen mayor facili- ticos, como son guanacos y
vicuñas: son también de ma- llamado takio, que se emplea como combustible; sus huesos, que se dad que la llama macho para la cópula, así en la época del celo van
pacos y vicuñas y tarugas;
yor cuerpo y la color más tos- otros añaden otro género, que
aprovechan para hacer puntas para tejer, para confeccionar flautas, a buscar las manadas de llamas para cubrirlas y no necesitan de los dicen ser cabras silvestres, a
tada; tienen las orejas blandas
y caídas. Estas no andan ama- horquetas para cuerdas que han de sujetar las cargas y otros uten- ahijaderos (mamporreros) para la cópula. las que llaman los indios ci-
nadas, como las vicuñas; a lo silios; el pellejo; mal curtido para hacer bolsas, sandalias y tambo- pris. E otros géneros de ani-
menos yo no las vi sino a so- Hay poca diferencia en los productos (y al parecer, según el texto males son muy conocidos en
res, sin curtir para hacer camas y tapar puertas y ventanas, y por fin, de la pág. 66 de Leo Pucher) no son híbridos. Cosa análoga pasa el Perú, y se haya tratado de
las, y de ordinario por riscos
altísimos. De las tarugas sacan sus tripas para hacer lazos y cuerdas. ellos. Los guanacos, carneros
también piedras bezaares, y Como los indios no sabían curtir sus sandalias, ojotas, en tiempo de la tierra y pacos común-
son mayores, y de mayor efi- mente tienen las piedras más
cacia y virtud. de lluvia se ablandaban, al curtirlas bien los españoles entonces les pequeñas y negrillas, y no se
(27) El bezoar es una concreción de cuerpos extraños ingeridos que se acu- estiman en tanto, ni se tienen
sirvieron las pieles de llamas y alpacas para hacer buenas sandalias mula en el aparato digestivo de algunos rumiantes. Son frecuente en animales de
José de Acosta por tan probadas para medici-
Historia Natural
y zapatos, riendas, correones, gruperas, látigos y correas para cin- pelo que lo ingieren al lamer. Al bezoar oriental que se forma en la cabra se le atri- na. De las vicuñas se sacan
y Moral de las Indias chas y sillas. buía. propiedades curativas de la peste. El bezoar occidental formado en las llamas piedras bezaares mayores, y
Pero además de los aprovechamientos o esquileos (como se de- y vicuñas es de diferente composición, más duro, pesado y aplanado. son pardas o blancas o beren-
(28) El templo principal del Cuzco era el Coricancha. En él se presentaban jenadas, y se tienen por mejo-
cía en Castilla) de la llama, se utilizaban de ésta, como de todos los res. Las más excelentes se
las ofrendas, entre ellas llamas que se sacrificaban en presencia del Inca y ante las
auquénidos y de los cérvidos los cálculos intestinales o estomacales «huacas» de todo el Imperio. Después de varios días de ayuno y retiro, el Inca, en
creen ser las de las tarugas, y
(egagrophilo ), que se llama piedra bezoar, muy usada como contra- algunas son de mucha grande-
nombre de la divinidad, procedía a repartir entre los curacas presentes las que ellos za; sus piedras son más co-
70 veneno por su avidez por las sustancias ácidas, para uso externo, en debían llevar a los santuarios regionales. 71
múnrnente blancas y que tiran Lama clama pacos (la alpaca).
a pardas, y sus láminas o túni- Tal son, por signo heráldico, hechas a las alturas, AVES
cas son más gruesas.
a las melancolías y a las serenidades.
DE AVES QUE HAY QUE ACÁ, Y
José de Acosta Aman las cumbres frías, aman las nieves puras, CÓMO PASARON ALLÁ EN IN-
Historia Natural
y Moral de los Indios aman las lejanías, aman las soledades. DIAS
en los comienzos del siglo XVI, cuando se establece el intercambio el legítimo heredero, se holga-
continental de estas gallináceas entre América y España, la cría de ron grandemente de que los
españoles le quitasen la vida;
la gallina estaba ya difundida por todos los países en que actualmen- y como en aquel lugar que pa-·
te se practica. só esto, tuviesen los españoles
gallinas, y los indios oyesen
cantar un gallo, dijeron que,
para mayor infamia del tirano
Atauhualpa, aquellas aves de
EL GALLO EN EL NUEVO MUNDO los españoles repetían su
Mosaico de Pompeya. Riiía de gallos. nombre cuando cantaban, pa-
(Dice. Daremberg y Saglio.) ra que su memoria fuese más
En el segundo viaje de Cristóbal Colón se inicia la fecunda tras- aborrecida; y así, en oyendo
culturación alimenticia entre el Viejo y el Nuevo Mundo, con el in- cantar el gallo, repetían los in-
dios el nombre de Atauhual-
tercambio continental de plantas y animales de consumo. pa al tono del gallo; tanto cun-
La introducción progresiva de ganados españoles en aquel con- dió en breve esto por todo el
tinente provocó enseguida, no sólo una gran revolución alimenticia, reino, que los muchachos in-
dios, dondequiera que des-
sino otras de carácter económico, social y político. pués oían cantar los gallos, los
En este segundo viajP. embarcó Colón en Sevilla caballos y va- remedaban cantando como
cas; y en Canarias, en la isla de Gomera donde hace escala, becerros, ellos y repitiendo el nombre
de Atauhualpa al mismo tono
cerdos y gallinas (Colón, pág. 139; Las Casas, cap. LXXXIII). Este que ellos; de donde se vino a
lote de ganado, que va desde el ''iejo al Nuevo Mundo, forma la quedar la gallina con el nom-
base inicial de la gran ganadería am.ericana, que en menos de un si- bre de atahualpa; aunque, pa-
ra abreviarle, le suelen quitar
glo se ha de extender por aquel continente (31). las dos primeras sílabas, lla-
Quizá no haya en la historia de la Economía un hecho similar a mándola hualpa; el cual nom-
este segundo viaje colombino, tan sencillo y tan trascendente. bre es ya en todo el Perú tan
común y usado, que hasta los
Es muy significativo que salieran de las Islas Canarias plantas y españoles que viven entre in-
ganados, pues tan sólo catorce años antes del Descubrimiento los dios llaman a la gallina, hual-
Reyes Católicos habían enviado a conquistar y colonizar aquellas is- pa, hablando con ellos; y éste
fué el origen del nombre de
las a Juan Rejón y a Pedro Vera, y después de dominar algunas is- hualpa que los indios dan a la
las, en 1493 se enviaron, también desde Sevilla, ganados y plantas gallina en este reino del Perú;
para su colonización; por tanto, había ya en estas islas no sólo las que en las demás provincias
no tienen nombre distinto del
plantas y animales domésticos indígenas, propios de la próxima cos- nuestro castellano.
ta africana, como rnijo, cebada, plátanos, cabras, ovejas y puercos, Trujeron consigo las gallon-
sino plantas y ganados llevados allí, por primera vez, por los con- mas los españoles, cuando vi-
nieron a conquistar este reino;
quistadores españoles, como trigo, arroz, naranjas, caña de azúcar, y aun tres años antes, cuando
limones y melones, y además caballos, vacas, burros y gallinas de reconocieron la primera vez
Castilla, aunque la terminación de la conquista canaria la logró su costa, las traían también,
de donde tomó entonces el
nombre que ahora tiene la is-
76
\ (31) Véase estudio introductorio.
la del Gallo, y han multiplica-
do notablemente en todas
77
l
Aunque en muchas partes "-"'V.U. .J.""'-''-''""'-' U.Jl.I.JLV.LJLVU..U'V' algunos cronistas nos lo indiquen,
.......... 11 ......... .....,
chos conejos así como los de vemos, con representado en los -;<Códices» y en uno de
España, de los cuales yo he los cuatro elementos que entran en el juego cronológico de los años
comido muchos, e los indios
los salan e tienen mucho tiem- con el la casa y el jaguar (37).
po así en cecina para cuando mantas, que eran muy estimadas de los
.................. u
les falta la carne fresca. E asi- como debió vivir domesticado en templos y pa-
mismo hacen muy buenos ta-
sajos de venados e los tienen Jl_,_,., ..... como animal doméstico de los _u .... ...,_...._,_...,
1
lejana ciudad que visitó Vázquez de Coronado (42) (el cual llamaba
al bisonte «vaca corcovada» como otros cronistas de Indias). Bien
podría ser que la ciudad se llamó así por haber tomado este nombre
de los animales que vivían en sus praderas; pero ésta es cuestión que
a los lingüistas corresponde dilucidar.
Las descripciones más o menos exactas de Gonzalo Fernández
de Oviedo, de Fray Bernardino de Sahagún, de López de Gómara ... ,
de V ázquez de Coronado, quizá el primer cronista que los vio en su
malograda expedición de 1540 a Cíbola y Quivira... son descripcio-
nes conocidas.
Las primeras noticias que hemos encontrado del alanceo, enso-
gado y toreo de los cíbolos están en los manuscritos de la «Historia
de Texas» de la colección del Padre Manuel Vega, como debiera lla-
marse a la de «Memorias de Nueva España» conocida con el nom-
bre de BOTURINI, cuya colección de treinta volúmenes (sin dos
que le faltan y que están en el Archivo General del Ministerio de
Hacienda de Madrid) se conservan en la Biblioteca de la Real Aca-
demia de la Historia (43).
En el Derrotero para las Misiones de los Presidios Internos desde
Saltillo a Asanay (pág. 101 del t. XXVII), dice así: «El día 27 ma-
yo de 1716 cazaron seis cíbolos y llevaron al Real dos becerritos con
los quales tuvimos fiestas, por ser bastante bravos».
Otra descripción del bisonte la debemos al capellán Bachiller
Juan Antonio de la Peña, que escribió el Diario del vzaje del M"ar-
qués de San 1'Jiguel de Aguayo» a la Movila y Seno Mexicano, para im-
pedir la intromisión de los franceses (t. XXVIII).
día 23 de mayo de 1722 matan un cíbolo: «Es el cíbolo el toro
mexicano que llamarán los primeros españoles que es monstruoso o
la corneja de los animales, givada y corbada de espalda como el ca- ción como en la ligereza; carne muy sabrosa como la de la mejor Piel de bisonte de los indios de
nlello, enjuto el hijar, corta cola y pelada como el cerduno, me- vaca ... ». Norteamérica.
nos el remate que tiene lana crecida de que está cubierta toda la domingo logrado cíbolas se
piel que es oscura (y curtida aunque no tan fina se parece a la del trajo a.cordel a uno vivo al que sirvió de diversión y provecho».
oso) tiene barbas como la cabra y el cuello y la frente con guedeja El jueves. y fue ésta última caza que se hizo,
de media bara, como el león, que casi le cubre los ojos que tiene que es prop1a por ser montería de fieras habiendo
mui grandes y negros, hendido el pie y armada frente como el mu.er~o más de ciento, desde que se etnpezaron a encont~ar, de que
toro, cuya ferocidad imita, sobre ser mucho mayor, así en la execu- se Infiere la suma agilidad, no sólo de los soldados, sino
. " los capitanes, el señor quatro, en tres veces que sa-
ho de caza y no en la habiendo que-
(42) El salmantino Francisco Vázquez de Coronado en 1541~ apoyándose en dado muerto sólo un que se sanaron».
unas informaciones indígenas, organizó una expedición hacia la legendaria Quivi- Como lapones beduinos del camello los
ra. Recorrió los llanos de los Cibolas (bisontes); el Llano Estacado, inmensa plani- indios de las praderas '
cie donde vio nada más que algunas tribus. Localizaron Quivira, pobre aldea de pie- López de Gómara en su
les rojas, en el actual Estado de Kansas. Los hombres de V ázquez Coronado re- representación <rr·~•"r-"'
corrieron miles de kilómetros a través de las actuales Texas, Oklahoma y Kansas. de la realidad; no se
Coronado decepcionado, después de pasar el invierno de 1541 a 1542 en Nuevo
México, abandonó la conquista y regresó a Nueva España en la primavera de 1542. se extiende:
(43) Colección de Documentos inéditos para la Historia de España, tomos V y que un buey, la pesuña son sumamen-
VI. Edición, prólogo y notas por Manuel Ballesteros. Madrid, 1948. En el primer te negras más cortas y tiene
tomo se recogen los datos biográficos del caballero Lorenzo Boturini Benaduci. En hasta la frente un copete se hace un grande
96 el segundo, su obra titulada Historia General de la América Septentrional. de él, le y por eso corre contra el huele mu-
Piel de bisonte de los indios de
Hazen, en fin, tantas cosas dellos, quantas han menester o quantas
N orteamérica. les basten para su vivienda.»
Vemos el estilo sencillo, claro y preciso de López de Gómara
para describirnos el exhaustivo aprovechamiento del bisonte que
contrasta con otras descripciones del cronista de la expedición que
hizo De Mezieres al servicio de España en 1779 por tierras de Texas.
«Solo el cíbolo, a más de su carne ... les franquea liberal quanto
apetecen para comodidades.: se dedican los sesos a ablandar las pie-
les:; las bastas a cucharas y vasos de bever; la paleta a cavar y lim-
piar la tierra; el nervio a hilo y cuerdas de arco; la pesuña a cola pe-
gadiza de frechas; con la cerda se hazen sogas y cinchas; con la lana
ligas, ceñidores y varios adornos. La piel da equipaje de caballo, rea-
tas, escudos, riendas, camisas, botas, calzados y mantas preservati-
vas del frío; alajas verdaderamente apreciables, cuya adquisición fá-
cil, posesión quieta, pérdida leal, suplen ampliamente entre infinitas
gentes que notamos de míseras, aquel superfluo necesario que va
eternizando nuestras pesquisas, inquietudes y discordias; pero des-
dichado el que, por la corpulencia de este animal, así duda de su agi-
leza o haviéndole impunemente herido, se persuade encontrar siem-
pre igual disimulo de las ofensas. Llegó el tiempo o llega el tiempo
en que arrebatado el toro por los deleites del amor se enciende con-
tra el cazador que le divierte sus gozos, con el mismo furor con que
enviste a sus ribales; llega otro, en que parida la hembra, no gasta
menor sentimiento si lo apartan del cuidado de la cria, sus insidio-
sas frentes, que ocultan tupidísimas cerdas, y encorbadas hasta sus
jibosas espinas, se parecen a las de los camellos; sus cuerpos son bes-
tidos de lana morena y suave como la de las ovejas, sus colas vello-
sas, vistosas en el cabo, se parecen a las del león: tremendos brutos
en quienes concurre la deformidad para espantar, el genio para en-
colerizarse, la ferocidad para acometer, desmedidas fuerzas para lo-
grar trágicos sucesos.»
La retórica y el bucolism.o de las descripciones se acentúa en la
que sigue, que transcribimos aunque no se refiere a nuestro asunto:
«... Al tiempo que sus doradas flores, lucido esmalte de los cam-
pos, tributaran a la abeja su caudal, con que grata recompensara el
vienechor que se empeñara en congregarla y reducirla a vida socia-
ble. Los cerdos engordan gratuitamente con la vellota, sin que con-
tribuyan los graneros a su costoso cebo: se sacará un primoroso azei-
te de nueces y siempre que quieran los osos participar de ellos, no
darán inferior manteca, compensando el daño con mayor utilidad ... »
cho, no oye tanto y menos vee, por razón del expresado copete, ~a
En el Museo de América de Madrid hay tres pieles de cíbola de-
cola tiene de marrano y su gruñir; corre mucho, que es necesano
coradas, estudiadas por Manuel Ballesteros Gaibrois (44 ). Estas pie-
sea bueno el caballo que lo alcanzare, tiene la carne de dos bueyes
les, según las «Memorias de Nueva España», eran pintadas por las
muy buena y sana». . . . indias. «Las mugeres si, que se aúpan en curtir y adovar los cueros
«No tienen sus dueños otra nqueza, n1 haz1enda. Dellos comen,
beven, visten, cal~an y hazen n1uchas cosas. De los cueros c.asas, calq-
do, vestido y sogas. De los huessos punsones. De los ne~1.os y pelo,
hilo. De los cuernos, buches y vexigas, vasos. De las bon1gas, lum- (44) Manuel Ballesteros Gaibrois y Paul Kirchhoff. Arte antiguo norteamerica-
bre.. Y de las terneras odres, en que traen y tienen agua. no. Pieles de bisonte pintadas. 10 págs.+ VIII láminas. Madrid, 1943. 99
98
de las cíbolas que ellos matan y ellas curiosamente las pintan.» Las
mujeres curten, pintan y cosen las pieles.
EL CAIMÁN
De la caza y «toreo>:> del caimán hay también descripciones en
nuestros cronistas de Indias. Los que historian regiones tropicales
nos los describen también, aunque no con la novedad del bisonte,
por ser ya conocidos los caimanes o cocodrilos en el mundo medi-
terráneo, en Egipto.
La caza del caimán tiene algo de toreo. La mejor descripción
que de ella hemos leído es la de don Diego d'Avalos Figueroa en
su mismísima Miscelánea Austral. El indio empuñando verticalmen- CAPÍTULO 11
te un palo, corto y grueso, aguzado por las puntas y forrado todo él
de carnaza y atado el palo con una fuerte soga a un árbol, al ver al
caimán lo citaba y «con el brazo firme y derecho, él aguardaba a la
orilla del río ... y como llegando a suficiente distancia, abre el cai-
LOS ANIMALES DE CONQUISTA
mán la boca~ el indio con grave reportación y flema (de que son más
enriquecidos que de ánimo) aguarda el golpe con seguridad de po-
Los CABALLOS EN LA HISTORIA. Los CABALLOS DE CORTÉS Y
der sacar la mano libre; porque como el cayman se enclavaba boca, PIZARRO. Los CABALLOS EN LAS DEMÁS CONQUISTAS.
por la parte alta y baja, no llegan los dientes a ojenderla; el cayman EL CABALLO EN LOS CÓDICES INDÍGENAS MEXICANOS Y EN
en viendose asido y lastimado procura huir, mas como la cuerda ha-
ce oficio de fiador, tienelo preso, hasta que assí muere». LA CULTURA INCAICA. EL PERRO EN LA CONQUISTA.
Otras veces en lugar de atrapar al caimán con este artilugio, lo
mataba el indio con una lanza que le hundía en las fauces, como San
Jorge al dragón; pero siempre esperando al bicho <<con grave repor-
tación y flema».
100
Los CABALLOS EN LA HISTORIA
Desde que el hombre domó a su más noble animal doméstico y
montó sobre él, sobrepasando en más de un metro las cabezas de
los peatones, aumentando a la vez prodigiosamente su poder y su
mobilidad, debió sentirse, como jinete, un hombre superior, y al
acrecer con tan prodigioso y vital instrumento en casa y en guerra
sus facultades económicas, sociales y políticas, quedó unido al uso
del caballo y aun a su mismo nombre, una nueva y elevada categoría
social, la de caballero.
Esta antigua clasificación social de peones y caballeros se acentúa
entre los conquistadores españoles en Indias en atención a la mayor
importancia que en aquellas conquistas tiene el empleo del caballo,
por el terror que infundían a los indios y por las enormes distancias
que habría que recorrer, razón por la cual los jinetes tienen distinto
trato, remuneración y participación que los peones en los bélicos
botines (45).
El caballo ha sido siempre el animal de guerra por excelencia;
superior al perro de con1bate, al tigre amaestrado y al elefante
amansado, que fueron utilizados también por otros pueblos.
/ Las más antiguas civilizaciones: la sumeria, la egipcia, la siria,
la caldea y la china, que lo tuvieron domesticado, lo aprovecharon
para la guerra, bien montado por guerreros o enganchado en
bélicos carros, como vemos en los relieves. y pinturas de estos
pueblos.
En la Grecia antigua los caballos eran una posesión costosa y
rara. Agamenón, en el Canto IX -123- de la Ilíada promete a
de como es,
rh-1-.c.-.·on-t.,::.
Y EN LA CULTURA INCAICA
Los indios, según los cronistas, creyeron que los caballos eran
carnívoros y pretendieron darles de comer «gallinas» de la tierra, es
decir, «guajolotes» (pavo) o caza guisada.
Los mexicanos en sus batallas contra los españoles no pretendían
n1atar a los caballos, sino herirles o inutilizarlos ante sus ídolos en
lo alto de sus templos y sacrificarlos ante soldados y caballos, para
colocarles en otra clase de altares en los TzopantlísJ que eran unos
enrejados de palos de madera en los que ataban las cabezas de las
víctimas; así vemos en las pinturas de los códices indígenas mexica-
nos cabezas de caballo y barbudas cabezas de conquistadores atadas
en estos macabros altares, como en el Códice Florentino del Padre
Bernardino de Sahagún y en uno de los cuadros del Lienzo de Tlax-
cala que aquí reproducin1os (55).
Las primeras representaciones figurativas los caballos fueron
hechas por los Tlacuilos mexicanos, que eran los escribas, ya que úni-
camente algunos de los pueblos precortesianos -mayas, misteco-za-
potecas y aztecas principalmente- fueron lo que conocieron la es-
critura; una escritura jeroglífica del tipo ideográfico y acrofónico; es
decir, pintando las palabras con las cosas cuya primera sílaba em-
pieza por la sílaba que quieren representar.
Estos Tlacuilos pintaban muchas clases de códices en cuero de
venado o de jaguar, en lienzos de algodón o en papel, que sabían
fabricar con albura (56) de una especie de hígado llamado amatleJ
por lo que al papel le llamaban amate.
PERRO EN LA CONQUISTA
Los perros españoles eran mucho mayores y más ligeros que los
gozques americanos, mayores aún que los perros de los indios de las
Praderas y que los de los esquimales. Los que fueron a América de-
bieron ser alanos y lebreles, que son los nombres que emplean los
cronistas. En la caza mayor se empleaban en España esta clase de
perros y además los mastines y los podencos, pues éstos pueden con-
fundirse, a veces, con los lebreles.
Acometían a los indios, sobre todo en terrenos fragosos donde
la caballería no podía perseguirlos. El terror que inspiraban era se-
mejante al que provocaban los caballos.
(62) Los tehuelches aparecen descritos por primera vez en la crónica Primer
viaje Alrededor del Mundo, escrita por Antonio de Pigafetta, que acompañó aMa-
gallanes-Ele ano en el viaje de circunnavegación. Con su realismo característico los
describe así: «Un día, de pronto, descubrimos a un hombre de gitantesca estatura,
el cual, desnudo, sobre la ribera del puerto!, bailaba, cantaba y vertía polvo sobre
su cabeza. Mandó el Capitán General (Magallanes) a uno de los nuestros hacia él
para que imitase tales acciones en signo de paz y lo condujera ante nuestro dicho
jefe. Cuando se halló en su presencia y la nuestra se maravilló mucho, y hacía ges-
Museo de América. Tablas enconchadas. Entrada de Hernán Cortés tos, con un dedo hacia arriba, creyendo que bajábamos del cielo. Era tan alto él
en México. Pintura de Miguel González, con laca. 1768.
que no ]e pasábamos de la cintura, y bien conforme; tenía las facciones grandes,
Pictografía rupestre de jinetes españoles con espada. Pintados por los pintadas de rojo, y alrededor de los ojos de amarillo, con un corazón trazado en el
indios del NO de Argentina. centro de cada mejilla. Los pocos cabellos que tenía aparecían tintos en blanco; ves-
tía piel de animal, cosida sutilmente en las juntas. Cuyo animal tiene la cabeza y
orejas grandes, como una mula, el cuello y el cuerpo como un camello, de ciervo
l las patas y la cola de caballo, como éste relincha. Calzaba sus pies abarcas del mis-
mo bicho, que no los cubrían peor que zapatos>>.
Die !barra Grasso, en su obra Argentina Indígena, nos brinda una clasificación
de los tehuelches, patagones o chon, que con los tres nombres se les conoce. Se dis-
tinguen tres grupos: a) los patagones del sur o aónikenk; b) el de los patagones de
la cordillera o teuesch; e) el de los patagones del norte o poyniken. Los patagones
del norte terminaron por asimilarse a la cultura del caballo, en tanto que los del
sur continuaron siendo cazadores a pie. En conjunto fueron pueblos de economía
fundamentalmente de cazadores nómadas, especializados en la caza del guanaco y
el avestruz. Como hemos señalado, el nombre de patagones es de procedencia es-
pañola, el de tehuelches dado por los araucanos, y en su propia lengua chon, que
128 significa hombre. 129
Los perros distinguían los indios enemigos de los indios aliados, Refiriéndose a la del Nuevo Reino de Granada, dice el Padre
seguramente porque les hacían convivir con éstos para acostumbrar- Aguado, que en la provincia de Muso los indios se ponían en un al-
les a su olor. to a dar gritos, e insultar a los españoles, y que los perros, por su
Aparecen los perros de combate en las primeras batallas dadas propia cuenta, «con su natural instinto, echando de ver que eran ene-
por Colón a los indios antillanos, pues en la conquista de la !sabela migos se iban a ellos por partes encubiertas, por no ser vistos, y los
(Cuba) utilizó veinte perros corsos, y el Capitán Sancho de Arango, saltaban de repente y hacían en ellos el daño que podían». «Han he-
en la de Boriquen (Puerto Rico) se halló muy apretado luchando cho (los perros) tanto provecho en estas provincias, por ser la tierra
con los indios, a pesar de tener la ayuda, dice Antonio de Herrera, tan áspera y fragosa y no poder andar por ella caballos ... »
del famoso perro Becerrillo, que murió en la batalla, pue~ al echa~s~ En las conquistas complementarias de la de Cortés en México sí
al agua tras un indio caribe, otro indio que estaba en tierra le tiro fueron usados perros de combate: los empleó el Capitán Pacheco en
un flechazo y lo mató: «Cosa que fue muy sentida de los castella- tierras de los zapo tecas (63) y luego, allí mismo, Pedro de Alvarado
nos, por la particular a~yuda que en este perro tenían». exigió a los indios le labraran cadenas para sus perros bravos.
No mencionan los cronistas los perros de combate en la conquis- (}onzalo Pizarra llevó a la conquista del País de la Canela ciento
ta de l\t1éxico; quizá no los usaron, porque los mexicanos iban muy cincuenta caballos, una jauría de perros y una piara de cerdos, y una
bien protegidos con escaupiles de algodón, especie de corazas he- gran parte de todos estos animales sirvieron para aplacar el hambre
chas de mantas de algodón acolchadas, más irr1penetrables a las es- de los españoles y de los indios aliados de esta frustrada expedición,
padas que las armaduras de ]os españoles. en la que llegaron a comerse cocidas las guarniciones de cuero de
En ninguna parte de las tres primeras y fracasadas expediciones los aparejos de los caballos.
a La Florida fueron utilizados los perros, quizá porque las tierras lla- No es necesario seguir, paso a paso, la intervención de los perros
nas son más aptas para los caballos, a diferencia de las agrestes y las de combate en la conquista de América, pues con las muestras da-
selvas tropicales. das basta para tener una idea de su valor bélico.
pesar de esto, Hernando de Soto llevó con su expedición un Y es que el perro posee algunas condiciones superiores a las de
perro de caza que sirvió en alguna ocasión también como perro de los caballos para el con1bate: tiene una mayor movilidad y ligereza
guerra y se hizo famoso. Era un lebrel al que llamaban Bruto. Rela- de movimiento, más inteligencia y mayor facilidad de adiestramien-
ta Garcilaso de la Vega, el Inca, en su Florida, una hazaña de este to, y rnás desarrollado el sentido del olfato, sobre todo los de caza.
lebrel al perseguir y capturar a cuatro indios escapados, a la vez, del Con este olfato distinguieron los indios aliados de los que no lo eran,
cuartel general de Soto: «Anduvo entre ellos (entre los indios) con además por el oído, aún más fino que el de los caballos, servían, co-
tanta destreza y maña -dice Garcilaso-, soltando al que dernbaba mo éstos, de vigilantes nocturnos en campamentos y poblados, sien-
y prendiendo y derribando al que se levantaba, y amedrentándoles do más sonoros y amenazadores los ladridos de los perros que los
con grandes ladridos, al tie1npo de echarles mano que los embara-
1•
relinchos de los caballos.
zó y detuvo hasta que llegó el socorro de los españoles, que pren- Carlos Pereyra dice de los perros de guerra que tenían un «po-
dieron los cuatro indios y los volvieron al real». El fin de este perro der paralizante», por la sorpresa que producía su rápida aparición y
B1uto fue el mismo que el de Becerrillo en San Juan, muriendo en acometida y el pavor que infundían; pues no hay que olvidar el sig-
el agua persiguiendo a unos indios, al ser atravesado por varias fle- nificado religioso y el valor mágico que los perros indígenas tenían,
chas que desde la orilla le tiraban otros indios; al salir a tierra mu- al igual que casi todos los animales, entre los indios.
rió. «Era pieza rarísima y tnuy necesaria para la conquista -dice el Como a los soldados y a los caballos también defendieron los es-
Inca- en la cual en lo poco que duró (allí) había hecho en los in- pañoles a los perros con escaupiles de algodón, ajustados al cuerpo,
dios e~emigos, de noche y de día, suertes de no poca admiración.» para defenderles de las flechas y dardos enemigos.
Cuenta el Inca y lo repite Herrera, que al dueño del perro Be- lDe qué raza eran estos perros? Parece ser que la mayor parte
cerrillo, en Puerto Rico, le pagaban parte y media de las ganancias de ellos eran alanos, o fueron llamados así aunque no pertenecieran
que correspondían a un arcabucero. A un hijo suyo, Leoncillo, perro
de Vasco Núñez de Balboa, sigue diciendo el Inca, le cupo una par-
tida de 500 pesos de oro de las ganancias habidas en· el Darien. (63) En la actualidad los zapotecas forman la parte más numerosa de la po-
Fueron utilizados los perros de guerra en la conquista de Nica- blación del Estado de Oaxaca. Es el más indígena de todos los Estados mexicanos.
Los primeros centros zapoteos prehispánicos se localizaron en los alrededores de
ragua, de Nueva Granada (Colombia), de Venezuela, en la entrada
la actual ciudad de Oaxaca y en los valles que se extienden desde esta ciudad hacia
de Coronado en la Mobila (Arizona y Nuevo México), en la de Gon- el noroeste, sureste y sur. Su expansión comenzó cuando sostuvieron sangrientas lu-
zalo Pizarra al país de la Canela (Alto Marañón) y en las conquistas chas con los mixes de la región istmeña. Muy próximos a la llegada española los
de Tucumán y Chile. zapotecas se vieron invadidos por sus vecinos occidentales, los mixtecas. 131
130
a esta raza, pues es la denominación más usada por los cronistas. El
perro alano, según el Diccionario de la Acadenúa, es cruzado de do-
go y lebrel (A. Salas dice que de dogo y mastina) (64). <<Es corpu-
lento y fuerte: tiene grande la cabeza, las orejas caídas, el hocico ro-
mo y arremangado, la cola larga y el pelo corto y suave.»
También se citan en los cronistas los lebreles o galgos, los mas-
tines y los perros corsos (¿de Córcega ?) que usó Cristóbal Colón en
la !sabela. No aparece por pinguna parte la denominación de po- _
denco, perro muy usado hoy en España en caza mayor y que reuni-
ría excelentes condiciones bélicas, sobre todo en terrenos agrestes.
Alberto Mario Salas:. al final del capítulo dedicado a los perros
en su documentado libro sobre Las mmas de la conquista, del que
hemos tomado no pocos datos, relaciona los nombres de los perros
famosos de la conquista, como hizo antes en el capítulo dedicado a
los caballos.
CAPÍTULO 111
Ya se han citado a Becenillo, Leoncillo y Bruto, a los que añade
otros como Amadís, Turco, Calixto, Turquillo, Amigo y Atfenelao.
Aún son menos frecuentes los dibujos y pinturas de perros de
ANIMALES DE COLONIZACIÓN.
combate que los de perros indígenas de América.
Aquí tan sólo se reproducen unos perros de gran caza y de guerra
AMÉRICA, PARAÍSO DE
de la India, tomados del Dictionnaire des Antiquités grecques et ro-
maines, de Daremberg y Saglio; las viñetas de la primera edición de
LOS GANADOS
las Décadas, de Antonio de Herrera, y la única pintura de perro es-
ABUNDANCIA DE GANADOS. POBLAMIENTO PECUARIO. ANIMALES DE
pañol que trae un recuadro del Lienzo de Tlaxcala.
En la famosa obra del Padre Paufeke, de mediados del si- COLONIZACIÓN. Los CIMARRONES. EL CABALLO. CAZA Y DOMA.
glo XVIII, sobre los indios mocobíes del Paraná y del Paraguay, ve- TROPILLAS Y MADRINAS. GANADO DE CERDA. EL CERDO Y
nlos un perro como auxiliar de las tropas españolas que defendían
EL PIMENTÓN. ÜVEJAS Y CABRAS. CAMINOS PECUARIOS.
estas misiones en la frontera del Brasil.
Carlos Pereira equipara los perros de combate a la caballería li- LA MESTA EN AMÉRICA. LAS ANTILLAS.
gera, llamándolo arma paralizante, por el terror que, como el caba-
llo, inspiró a los indios, y Germán Arciniegas (65) ha dicho que «el
hombre:, el caballo y el perro constituyen la gran trilogía de la
Conquista».
En todos los tiempos de guerra se han utilizado todas las armas
útiles sin preocupaciones morales, díganlo modernamente los gases
asfixiantes, los lanzallamas y las bombas atómicas.
No fueron empleados los perros en la conquista de México y se-
gún Carlos Pereira debido, quizá, a ir los guerreros aztecas am1ados
y vestidos con escaupiles acolchados de algodón.
132
ABUNDANCIA DE GANADOS
El rápido incremento de los ganados en tierras americanas, tan-
to de los n1ansos como de los cerriles y cimarrones, llegó a revestir
en algunas regiones el carácter de una verdadera plaga, al destruir
plantíos y sembrados y al invadir los poblados, metiéndose en casas
e iglesias si las reses encontraban sus puertas abiertas. En algunas
regiones de Nueva España esta invasión pecuaria les obligó a los in-
dios a abandonar sus poblados y a refugiarse en las montañas para
poder reconstruir su vida económica.
El virrey Luis de V elasco tuvo que prohibir la crianza ganadera
en algunos valles cercanos a México, obligando, en otros casos, a los
ganaderos a cerrar sus haciendas con piedra o con palos. El valle de
Toluca, a 12 leguas de Méxjco, se comenzó a poblar de ganado en
1535 y en menos de veinte años había 150.000 reses vacunas y caba-
llares en más de 60 estandas.
A principios del siglo XVIII se exportaban anualmente por el
puerto de Buenos Aires más de 50 . 000 cueros, y se necesitaban unas
80.000 reses muertas para elegir los cueros «de ley» con las medi-
das, limpieza y peso reglamentarios.
Había en México quien tenía 10, 20 ó 30.000 bestias; algunos lle-
gan a 100.000, y los jesuitas, 300.000 lanares.
En México el desarrollo de la ganadería mayor fue lento en los
primeros años posteriores a la conquista, pero después fue intenso
y rapidísimo.
A principios pocas vacas para carretas y laboreo.
Hubo españoles (en el Perú) que tenían mil o dos mil, algunos
10.000 vacas y 20.000 cabezas de otros ganados.
El incremento pecuario de Nueva España fue lento en los años
posteriores a la conquista de México . El primer ganado que se ex-
plotó como negocio fue el de cerda y su carne la única consumida
allí hasta 1532. Fue fácil alimentar este ganado por la abundancia
de maíz procedente de los tributos de los indios, y cimentó tanto su
producción que produjo la baja de su precio y la quiebra de sus
criadores .
El ganado lanar tardó más en difundirse por la meseta del Aná-
huac y el vacuno sólo se empleó en la carretería y en los cultivos,
prohibiéndose además por su escasez su matanza en los mataderos. 135
La cría caballar sólo se organizó al principio para cubrir las ne-
cesidades rnilitares.
A pesar de esto, el ritmo de crecimiento de la ganadería se ace-
leró rápidamente. El ganado vacuno fue al principio sólo empleado
para las carretas y los cultivos y por ser escaso se prohibía su ma-
tanza en los mataderos. La cría caballar tardó más en desarrollarse
principalmente para las necesidades militares de carga y de silla. En
los pastizales entre Querétaro y San Juan del Río había diez mil ye-
guas y muchas más reses lanares y vacunas, y en Tacuba había tres"
mil caballerías de carga para el transporte de lana y de maíz del va-
lle de Toluca.
La difusión de los ganados hasta los territorios septentrionales
ocupados por los indios nómadas contribuyó al descubrimiento de
las primeras grandes minas del Norte, como las de Zocatecas.
Consecuencia de la abundancia de ganado en cuanto a minas:
0
1. Las migraciones ganaderas contribuyeron al descubrimien-
to de minas.
0
2. Se explotaron las minas por la abundancia del ganado de
consumo y de trabajo.
La política de los virreyes tendía a alejar las grandes vacadas de
los pueblos y las ciudades, y como la baja de precios de la carne no
compensaban su explotación a los pequeños ganaderos, sólo pudie-
Doma caballar (Manínez de Compañón).
ron dedicarse a ellas los poderosos, ya que para tener grandes reba-
Escena familiar (Mmtínez de Compaiíón).
ños se necesitaban grandes estancias y además vaqueros y esclavos
Doma caballar y herraje (Martínez de Compañón). Ganado y escena de ordeño (Manínez de Compañón). negros para el cuidado de los animales, pudiendo así pasar los ga-
nados pastando sin cambios por montes y baldíos, los cuales no se
podían roturar. Más tarde se marcaron también entre éstos.
Las vías pecuarias comprenden: las cañadas, de 92 varas de an-
cho; los cordeles, mtás estrechos, de tres veredas; los descansaderos,
los abrevaderos y las caladas. Corno eran muchas, largas y anchas
las vías pecuarias, al decaer la ganadería trashumante fueron ocu-
padas por cultivos, por casas y aun pueblos, por ello se estableció
una revisión para dejar sólo las necesarias y además reducir su an-
chura a lo preciso.
POBLAMIENTO PECUARIO
ELCABAI..LO
Los CIMARRONES
En toda comarca de gran extensión, sin cercas naturales ni setos Los caballos cimarrones tienen en América diferentes nombres:
artificiales, propicia a la cría ganadera, y si ésta se hace en régimen baguales) en la Argentina; cerreros, en Venezuela; mesteños) en Méxi-
de pastoreo extensivo, sin suficientes pastores, sin parideras, ni co, y su derivado mustangs en las praderas del Oeste norteamerica-
corrales, sin cuadras ni majadas, viviendo y reproduciéndose el ga- no. Hoy sólo deben de existir en los llanos venezolanos.
nado siempre al aire libre, éste propende necesariamente a alzarse Alzada una yeguada, vive su aventura a campo libre en manadas
y a convertirse en cimarrón. o tropas de cientos de cabezas.
En España se ha producido este fenómeno en otros tiempos de De los lobos se defienden haciendo un círculo en el que meten
mayor amplitud de pastizales, así como en Rusia, en Polonia y Hun- la cría, volviendo grupas al exterior para cocear a los atacantes.
gría, en las estepas de Asia, en las praderas de Australia y en otros Barruntan a largas distancias las mansas caballadas o caravanas
países. de viajeros, a las que acuden en tropel, sin miedo al hombre, lla-
En América, según Cabrera, se ha dado en la isla de Santo Do- mando cariñosamente a los equinos domésticos con relinchos, atra-
mingo, en los Llanos de Venezuela, en la pampa argentina y en las yendo, apartando y raptando a los renuevos o crías que van sueltos,
praderas norteamericanas, que se hicieron famosas por sus ci- los que se marchaban gozosos con los cimarrones incorporados a su
144 marronadas. tropa, como verdaderos ladrones de ganados mansos. 145
Cuando acudían así en ciega avalancha, en tropel, en busca de ba y procuraba meterle en la boca una lazada, sujetándole lengua y
las caballadas o de las caravanas, se estrellaban a veces contra las mandíbula en la forma ya indicada; montándole después. Aun usa-
carretas. ban otro procedimiento más duro, que era atar corto al potro cerril
Eran cientos de miles los caballos que fonnaban estas caballadas enlazado a un fuerte poste hincado en el suelo, que llamaban «pa-
cimarronas. lenque», y allí lo tenían sin comer ni beber hasta que estaba exhaus-
A pesar de esto el caballo no es el animal emigrante, pues aun to, Y. ~ntonces se acercaban llevándole poco a poco comida y agua,
en invierno se queda en los nlismos parajes, que si son fríos y nieva acanctándole para que perdiera el miedo y haciéndole desear la
en ellos quitan la nieve con los cascos para comer el pasto helado. compañía del hombre.
Hasta las mulas se alzaron para hacer vida cimarrona; pero al no También usaban los gauchos o pastores montados del Plata las
poder reproducirse no alcanzaron este último grado de regresión zoo- boleadoras para cazar los caballos cerriles, cimarrones o alzados. Es-
lógica. A estas mulas alzadas se las llama en los documentos colonia- te arte de cazar era de origen indígena (pues el enlazado se usó ya
les mulas cen·eras, porque andaban a su albedrío por los cerros. en el Viejo Continente) y con él cazaban no sólo la caza mayor
Las demás especies -asnos, cabras y cerdos-- alcanzaron tam- -guanacos, avestruces, tigres ... - sino la pequeña, liebres y pájaros.
bién este grado de regresión, pero lo fueron circunstancialmente, Los indios las usaron también como arma de guerra no sólo en-
pues tan sólo los ganados caballar y vacuno lograron vivir en enor- tre ellos sino contra los conquistadores y en sus guerras civiles del
mes manadas cimarronas por las extensas praderas americanas. siglo XIX.
La más primitiva boleadora fue de una bola y las había de dos,
como las avestruceras, pero generalmente era de tres, de piedra,
CAZA Y DOMA ~etobadas o forradas o no con cuero, sujetas a sendas cuerdas, dos
Iguales y otra más corta que correspondía a la bola que se empuña-
ba para lanzarla hacia la res. Al chocar las boleadoras con ella se le
explotación de esta riqueza equina, cimarrona o alzada es pro-
enroscan las bolas por la fuerza que llevaban, trabándolas.
piamente una caza de caballos salvajes, para la cual utilizaron los es-
Este procedimiento de las boleadoras sólo ha sido usado casi ex-
pañoles, y luego los indios, distintos procedimientos. clusivamente en las pampas orientales y occidentales del Plata.
El más frecuente consistía en preparar en el campo un círculo
Después y aun antes de la doma, en cierta época, se herraban
de altas estacas y empalizadas, un rodeo de alguna amplitud com.o
los potros, enlazándose y tumbándolos para ponerles en el anca iz-
para contener cien caballos. quierda la marca del dueño con un hierro candente.
Desde la puerta de este cercado salía, también hecha de estacas,
De los dos modos clásicos de montar, <<a la brida» y «a la jineta»
una manga o calle que se abría hacia afuera unos cien o doscientos
el primero, que era el tradicional español, de estribo largo, fue el usa-
metros, ensanchando su boca, como para contener cien caballos.
do por los conquistadores, y el segundo, que fue introducido en Es-
Localizada una tropa de caballos cimarrones o alzados en un pa-
paña por los árabes, de estribo corto, lo practicaron sobre todo los
raje, el equipo de pastores montados lo rodeaba con sus caballos ha-
gauchos.
cia la manga, y una vez que entraba el tropel en ella iba empuján-
A los pasos naturales del caballo: paso, trote y galope con sus ace-
dolo hacia el rodeo, cerrándose las puertas o tranquillas en cuanto
leraciones dentro de cada uno, practicaron los jinetes de Indias:, so-
la tropa estaba dentro del corral. bre todo en los llanos de Venezuela y en la pampa argentina, un pa-
Allí escogían los potros que deseaban domar y, desde fuera del
so artificial llamado de «andadura» en España y sobrepaso y «gua-
cercado, lanzaban sus lazos a los elegidos para sujetarlos, soltando
trapeo>.'> en Indias; un paso rápido, de suaves movimientos, que re-
el resto de la tropa. quiere caminos llanos y limpios porque el caballo cae con facilidad
Después sujetaban con más lazos al enlazado, pasaban unas
al tropezar.
huascas de cuero por la boca, sujetándole la mandíbula ínlerior, y
así lo montaban, poniéndole una cincha, hábiles jinetes hasta cau-
sarle. Otras veces se les cazaba a campo libre, metiéndose el jinete
dentro de la manada cimarrona a galope, enlazando el cuello al po- TROPILLAS Y MADRINAS
tro elegido. En este momento el gaucho se echaba al suelo y tenien-
do siempre tirante la reata o cuerda del lazo, y al faltarle la respi- El ganado caballar en libertad tiende a formar tropas de cuaren-
ración al potro enlazado, éste caía. Entonces se acercaba el gaucho ta a sesenta cabezas que son guiadas por la yegua más fuerte. Cada
cautelosamente sin aflojar la cuerda y con un maneador o traba de tropa tiene su caballo semental o padrillo) como le llaman en la Ar-
cuerda o correa se sujetaba las manos al animal, aflojando el lazo gentina; único nombre español dado al caballo semental, que como
para que pudiera respirar. Se sentaba en su cuello, le acaricia- única excepción no tiene, sin embargo, en España. Es un nom- 147
146
bre específico, semejante al del toro, garañón, morueco, berraco, ca-
brón, etcétera. No es el caballo semental, sino la yegua más fuerte,
la que capitanea a la tropa, por esto se le pone a ésta una collera
con una campanilla que sirva para agrupar a su son espontáneamen-
te todos los animales de la tropilla. A esta yegua con collar y cam-
panilla se la llama «madrina» y cuando está dispersa la tropa basta
pasear a la madrina por aquel campo para recoger la tropa y con-
ducirla a los corrales.
En las grandes estancias americanas los pastores montados reu-
nían de tiempo en tiempo todas las tropillas en un sitio para hacer
el recuento de cabezas, y por permanecer cada grupo junto asuma-
drina, así podían contarse bien. De modo que podría saberse no só-
lo si faltaba alguna cabeza sino si se había juntado a la yeguada al-
guna res ajena, a la que se miraba si estaba herrada para devolverla
al dueño, y si no lo estaba, sil era <<tnesteña», sin hierro ni señal, se
la llevaba a un lugar determinado, donde de tiempo en tiempo se
reunían los pastores o ganaderos a reconocer y recoger sus reses
perdidas.
En las recuas de mulas también se usaban mulas o yeguas ma-
drinas con colleras de campanillas para guíar la partida de ganado.
Tampoco fue empleado como animal de tiro, sólo en los coches,
en algunas, pocas, ciudades virreinales, cuando su pavilnento lo con-
sentía, y en el campo, cuando los caminos eran llanos y blandos.
Sabemos por los cronistas de la colonia que la vida fastuosa de
las cortes virreinales impuso la costumbre, entre gentes de calidad,
de ir siempre en coche, acompañada de cochero y de lacayo.
En coche se iba a misa, a las tertulias de los locutorios conven-
tuales, a las visitas de alto copete, al santuario próximo, a la quinta
de recreo y al paseo de la ciudad.
Como se extendiera la moda de usar mulas en los tiros de los co-
ches, dictaron los virreyes disposiciones prohibitivas, porque tal uso
iba en detrimento de la cría caballar, tan útil no sólo para los servi-
cios de paz sino también para los de guerra.
En alguna provincia, como en Cuba, se adoptó para el transpor-
te urbano y para los viajes rurales una variedad de la calesa españo-
la: la airosa volanta o quitrín:. cuyas características eran el tener rue-
das más grandes y varas más largas y el montarse el cochero en el
caballo de tiro o en uno de los del tronco, a lll}Odo de postillón, en
lugar de sentarse en el arranque de una de las varas de la calesa.
Fueron tan abundantes los caballos que en algunos sitios no cos-
taban nada y aun vio a mediados del siglo XIX Jiménez de la Espa-
da, en Montevideo, pedir limosna a los mendigos montados a
caballo.
GANADO DE CERDA
(74) Los caminos pecuarios continentales de América del Sur, por el Profesor
Doctor Otto Quelle, publicado en «Petermanns Mittelilungen». Berlín, 1934, 1
(J. T.).
160 Caminos de herradura (iY.tartínez de Compañón). 161
El crecimiento de las ciudades del litoral brasileño en númer~ Y importante asociación de ganaderos trashumantes, para proteger a
población, al mismo tiempo que_ la colonización interior de aquel In- sus ganados un famoso privilegio, que llegaron a constituir uno de
menso territorio, hacen que, a fines del XVIII y sobre todo ya en el los más serios obstáculos al desarrollo de la agricultura. Menos co-
siglo XIX y en el XX, llegue~ a las ciudade~ del litoral lo~ gana~os nocidas son las otras instituciones análogas del reino de Aragón, co-
de los pastizales de Matto Grosso y de Minas Geraes, situados a mo «La Casa de Ganaderos de Zaragoza» y «La Mesta de Albarra-
1.000 kilómetros de distancia. cín», el «Ligajo de Calatayud», etcétera, con análoga legislación
Como era natural, el transporte de ganados entre pu~tos tan ex- protectora.
tremos se hizo, como siempre, escalonadamente, ~eteniendose du- Al desarrollarse de modo tan extraordinario la ganadería en Nue-
rante meses en regiones de pastos naturales estacionales, que des= va España, los ganaderos pidieron a la Corona la autorización para
pués se convirtieron en prados artificiales. . . crear en México un «Concejo de la Mesta», con el fin de recuperar
Estos caminos pecuarios se llaman en Brasil «estradas das b?Ia- las reses perdidas, 1nostrencas, y así nace el 31 de julio de 1537 y se
das» (caminos de vacadas) o «estradas reaes dos gados» (caminos non1bran en 1538 los Alcaldes de Mesta, elegidos por la Municipa-
reales de ganados). . , . . lidad, antes de la aprobación de los Estatutos por el Virrey, según
Pero los más largos caminos pecuanos de Sudamen~a debieron nos informa el Profesor Chevalier en sus trabajos sobre estos
ser los que seguían en el siglo X~III los n:ulos que se cnaban en las temas.
llanuras del Plata y en las estancias del Rto Grande do S~l Y se lle- Formaban parte de ella principalmente los ganaderos de ovejas.
vaban a las regiones mineras de Minas Ge~aes y de . Bahta, con ,.un A sen1ejanza de la «Mesta de Castilla», se reunían otros concejos
recorrido de unos 3.000 kilómetros; un camino semeJante recornan anuales, uno en febrero en Tepeapulpo y otro a finales de agosto en
las muletadas del Plata a las minas del Perú después de descansar Toluca. Enseguida otras provincias ganaderas, como Puebla, Oaxa-
en los potreros de Salta. . ca y Michoacán, establecieron sus propias ~1/lestas, hasta que las Or-
No eran sólo vacunos y mulas los ganados que transitaban p~r denanzas de 1574 organizaron una «Mesta» general para toda la
estos caminos sino también piaras de 250 a 300 cerdos, en recor~l Nueva España.
dos mucho más cortos, de 300 a 325 kilómetros, que vio el propto Como en España, también reguló La Mesta mexicana la reco-
Quelle en 1927, que en jornadas de 8 a 10 kilómetro~ iban desde la gida del ganado vacuno, orejano, o sea, perdido, sin hierro y se-
cabecera del río Cantas, donde se cría en abundancia este ganado, ñal, en los rodeos que se hacían con este fin y adjudicar este ga-
hasta Bahía, por can1inos que llevan su específico nombre de «es- nado sin dueño al que demostrase serlo o, si no, en proporción a
tradas dos parcos». . ,. los herrados de cada uno. La Mesta prohibió en México, por las
En España antes y aun después de la constru~cton de los _ferro- Ordenanzas citadas., el uso de la media luna para desjarretar reses
carriles transitaban las cañadas de La Mesta no solo los rebanas de vacunas.
ovejas de los ganaderos trashumantes en sus viajes d.e ida a los agos- Como en la «Mesta Castellana>:} se elegían anualmente los Alcal-
taderos de las sierras castellanas y de vuelta a los Invernaderos. de des de Mesta; y como los cultivos eran escasos, muy espaciados y es-
«extremos» (La Mancha, Extremadura y Andalucía) sino tambtén parcidos generalmente en los ruedos de los pueblos, los ganados tras-
piaras de cerdos que los guarreros serranos compraban en Andalu- humantes que pasaban de la mesa mexicana a las laderas descen-
cía y los llevaban a Castilla, donde en los mercados comarcales los dentes de la Sierra Madre, no se encontraban a su paso «las cinco
vendían uno a uno a los campesinos para engordados éstos en sus cosas vedadas: panes, vides, huertas, plantíos y prados de guadaña»,
casas y sacrificarlos en la «matanza»,. gran fiesta familiar. por eso no fueron allí necesarias las cañadas o veredas.
De modo que, como en los «caminos de la carne», este ganad? La «Mesta» sólo funcionó en México, sin implantarse en otros
porcino sólo iba por ellos en única dirección, de las dehesas men- virreinatos.
dionales a los pueblos castellanos. Según Humboldt, estuvo muy descuidada esta crianza en Nue-
Hoy este tráfico pecuario de ganado de cerda, como el ~el lanar va España, como en todas las colonias españolas de América; y es
trashumante, se hace en sus mayores trayectos en ferrocarnl. probable que el primer ganado lanar que se introdujo en el si-
glo XVI no fuera de raza merina trashutnante. En este siglo ya
hubo ganado merino en Nueva Espafia y con sus viajes trashu-
mantes.
LA MESTA EN ÁMÉRICA Aun es verdad lo que añadía el mismo Humboldt: «No hay mie-
do de que en varios siglos, estos viajes (de trashumancia) perjudi-
Conocida es la importancia que tuvo en el ~eino de Castilla, quen en nada a la agricultura», sobre todo en el Norte de México y
162 desde el siglo XIII al XIX, el «Honrado ConceJO de la Mesta», SO de Estados U nidos.
En el Virreinato del Río de la Plata (75) no se llegó a estable- rebaños se necesitaban grandes estancias y además vaqueros y escla-
e hay asaz ganado deste gé-
DE LOS ANIMALES TERRES- cer, aunque se siguieron normas análogas a las seguidas por el Con- vos negros para el cuidado de los animales, pudiendo así pasar los nero.
TRES QUE SE TRAJERON DE
cejo de la Mesta en España para la adjudicación de las reses mos- ganados pastando sin caminos, por montes y baldíos, los cuales no De los puercos ha habido
ESPAÑA A ESTA ISLA ESPAÑO- se podían roturar. Más tarde se marcaron también entre éstos. grandes hatos en esta isla, e
LA, DE LOS CUALES ACÁ NO HA- trencas en proporción a las herradas y declaradas en las haciendas después que se dieron los po-
BÍA ALGUNO DE ELLOS. de la comarca. Las vías pecuarias comprenden: las cañadas, de 92 varas de an-
bladores a la granjería de los
En esta isla Española ni en Tiene gran auge en esa zona el facendeiro, el gran ganadero o cho; los cordeles, más estrechos, de tres veredas; los descansaderos, azúcares, por ser dañosos los
parte alguna destas partes no hacendado, y en el Brasil se da, más que en otras regiones ganade- los abrevaderos y las caladas. Como eran muchas, largas y anchas puercos para las haciendas del
había caballos, e de España se las vías pecuarias, al decaer la ganadería trashumante fueron ocu- campo, muchos se dejaron de
trujeron los primeros e prime- ras, la trashumancia tropical. tales ganados; pero todavía
ras yeguas, e hay tantos, que
padas por cultivos, por casas y aun pueblos, por ello se estableció hay muchos, e los campos es-
ninguna necesidad hay de los una revisión para dejar sólo las necesarias y además reducir su an- tán llenos de salvajina, así de
buscar ni traer de otra parte; chura a lo preciso. vacas e puercos monteses, co-
antes en esta isla se han fecho LA MESTA EN NuEVA EsPAÑA mo de muchos perros salvajes
e hay tantos hatos de yeguas, que se han ido al monte e son
e se han multiplicado en tan- peores que lobos, e más daño
ta manera, que desde aquesta la revista Historia de América, nún1. 17, junio 1944, México, hacen. E asimismo, muchos
isla los han llevado a las otras don José Miranda hace un estudio «Sobre la introducción de La MIGRACIONES DE GANADO gatos de los domésticos, que
islas que están pobladas de se trujeron de Castilla para las
cristianos, donde los hay asi- Mesta en Nueva España>:• y nos explica el rotundo fracaso que acom- casas de morada, se han ido al
mismo en mucho número e pañó a la introducción de La Mesta en Nueva España por Hernán campo e son innumerables los
abundancia; e a la Tierra Fir- Cortés y sus continuadores, muchos de ellos familiarizados con la ga- MIGRACIÓN VACUNA DE BOLIVIA A CHILE que hay bravos o cimarrones,
me, e a la Nueva España, e a que quiere decir, en la lengua
la Nueva Castilla se han lleva- nadería trashumante. En México como en Santo Domingo los es- desta isla, fugitivos.
do desde aquesta isla, e de la fuerzos para introducir la trashumancia del ganado lanar se frustra- El Beni es una región de Bolivia fronteriza con Brasil, en el río Hay asimismo muchos as-
casta de los de aquí, se han fe- ron debido a la falta de condiciones geográficas y por la fuerza de Amamoré, con explotación de gomales. De Beni (Bolivia) a Santa nos, en esta isla, de la casta de
cho en todas las otras partes Cruz de la Sierra y de allí a Villamonte (en el Pilcomayo) pasaban los que se trajeron de España,
de las Indias donde los hay. E atracción que tuvo la industria minera. e machas e machos que se han
ha llegado a valer un potro o Pero la única parte del «Cuaderno de Leyes de la Mesta» que miles de bueyes a Jacuiba (fronteriza con Argentina). Los bueyes lle- criado e se hacen muy bien
yegua domada, en esta isla, sobrevivió fue la <<.referente a los Concejos Semestrales para dispo- vaban el ato, y otros bueyes iban montados por indios nativos; al acá; _pero porque de todas es-
tres e cuatro o cinco castella- frente de la boyada iba un capataz en cabeza, llamado narucho, cori tas cosas se ha dicho en parti-
nos, o pesos de oro, e menos. ner de las reses descamadas>>. cular, e yo no soy amigo de re-
De las vacas digo lo mismo, Así, el juicio de este autor induce a menospreciar el papel de La una corneta de cuerno para que lo siguiesen. ferir una cosa muchas veces,
en cuanto a ser ya innumera- l\1esta en América. En tres meses de viaje desde el Beni a Embarcaciones, llegaban baste lo que está dicho destos
bles, pues que es notorio que muy delgados; desde la Argentina van sobre el río Bermejo, antes siete géneros de animales que
en esta isla hay muy grandes Para ser Hermano de La Mesta en Nueva España se necesitaba acá se trujeron de Castilla;
hatos e vacadas e vale una res tener 300 cabezas de ganado menor o 20 de mayor, teniendo que lle- Puntarieles, donde se embarcaban para llevarlos a Salta a invernar, porque las mulas e los machos
un peso de oro, e muchos las var al Concejo las cabezas que no fuesen suyas. donde se vendían y transportaban a Chile (antes se hacía todo a pie). acá se acrescentaron de la
han muerto e alanceado, per- En Salta ya eran arreados con peones montados en mulas. En el mixtión de los asnos y yeguas.
diendo la carne de muchas de- Cuando don Luis de Velasco (76) dicta las Ordenanzas de Agos- Y como en otra parte de la
Has, para vender los cueros y tadero, incluidas en el segundo Cuaderno de la Mesta, hacía ya al- Valle de Lerma (en Salta) invernaban en fincas particulares, como historia dije, torno a decir o
enviarlos a España; e cada gún tiempo que la trashumancia se practicaba. Dicha Ordenanza lo las llamadas «La Silleta)>, «San Rarnón>>, «Potrero Linares»; para lle- acordar al letor, que vale el
año van muchas naos carga- var el ato usaban pozuelos (especie de petaca). arrelde de la vaca en esta cib-
das destas corambres. E hay atestigua. El capítulo 36 de estas Ordenanzas es el relativo a las ca- dad a dos maravedíes; la cual
hombres en esta cibdad y en ñadas. No es un mero y rutinario traslado de la legislación peninsu- Los bolivianos con las ganancias de la venta de bueyes compra- arrelde es de peso sesenta e
la isla, de a dos, e tres, e cua- lar a Indias, para no cumplirse. Las múltiples resoluciones de los ban mulas y asnos (los asnos en Santiago del Estero y las mulas en cuatro onzas. E mátanse, cada
tro, e cinco, e seis, e siete, e Córdoba, Santa Fé, Entrerríos y Corrientes), de 800 a 1.000 n1ulas, día qu es de comer carne, en
ocho, e nueve e diez mill ca- virreyes en aplicación de preceptos a casos particulares lo confirman. esta cibdad de Sancto Domin-
bezas deste ganado, e muchas La política de los virreys tendía a alejar estas grandes vacadas de para ser llevadas a los gomales, donde viven un año o año y medio. go de la isla Española.
más, en cantidad. Público es los pueblos y las ciudades, y como la baja de precios de la carne no Actualmente se hace este tráfico en tren. Hánse traído conejos blan-
que la viuda, mujer que fué de cos e prietos a esta ciudad, e
Diego Solano, tiene diez e compensaban su explotación a los pequeños ganaderos, sólo pudie-
algunos hay en las casas de al-
ocho o veinte mili cabezas ron dedicarse a ellas los poderosos, ya que para tener grandes gunos vecinos particulares;
deste ganado; y el obispo de LAS ANTILLAS pero no es granjería útil, por
Venezuela, deán desta Sancta lo que se ha visto de su au-
Iglesia de Sancto Domingo, La incipiente colonización de La Española comenzaba con el se- mentación en las islas de Ca-
tiene veinte e cinco mili cabe- (75) El virreinato del Plata se estableció en 1777, englobando las nuevas in-
gundo viaje colombiano. Veamos ahora, rápidamente, cómo se em- naria, e naturalmente son da-
zas, o más, como lo dije en el tendencias de Buenos Aires, Córdoba de Tucumán, Salta, Paraguay, La Paz, Poto- ñosos en los heredamientos. E
libro III, cap. XI. Y deste nú- sí, Cochabamba, la presidencia de Charcas, la provincia de Chiquitos, las misiones prenden la conquista y la colonización de las otras Antillas desde La si ocurrimos a lo que está es-
mero abajo, hay señores de de guaraníes y Montevideo incluido en la intendencia de Buenos Aires. Española. cripta, ya se halla haberse en
mucha cantidad deste ganado (76) La etapa de mando en Nueva España del Virrey don Luis de Velasco cu- España deshabitado una cib-
vacuno. Ovejas se trujeron e Por orden de don Diego Colón de 1511, conquista don Diego
brió un amplio período, desde 1550 hasta su muerte, ocurrida en 1564. Su gobierno dad por el escarbar e moltitud
carneros, de que se ha fecho
se caracterizó por ser una etapa de gran prosperidad para el virreianto novohispano. Velázquez de Cuéllar la isla de Cuba, que realizó en tres años, 165
164
de los conejos, segund escribe
llevando allí ganados para las primeras encomiendas y repartimien-
Plinio. tos, que organiza, en el triángulo oriental de la isla, en el Puerto San-
Cabras se han traído de Es- to, que fue luego el pueblo de Nuestra Señora de la Asunción de Ba-
paña y de las islas de Canaria racoa, hoy Baracoa.
y de las de Cabo Verde, e al-
gunos hatos hay deste ganado, Pánfilo de N arváez fue el ayudante de Velázquez en esta empre-
e las que mejor acá prueban, sa y Hemán Cortés uno de los primeros hacendados que se estable-
son las pequeñas de Guinea e ce en la encomienda que le dio su cuñado Diego de V élazquez en
de Cabo Verde e aquellas is-
las; pero deste gando no hay Manicarao (Baracoa) y allí cría vacas y yeguas. Por el extremo orien-
mucho en estas islas. Pero de tal de la isla comienza su colonización.
los otros géneros que dije de No debió de ser ésta muy rápida, pues a los siete años, en 1518,
suso, así como yeguas e caba-
llos, vacas, e ovejas e puercos, encuentra Hernán Cortés dificultades para reunir los diez y seis ca-
llenas están esta isla e la de ballos que llevó a la conquista de México.
Sact Joan, e Cuba, e Jamaica También fueron encomenderos en Cuba otros conquistadores,
e mucha parte o poblaciones
de españoles. Tienen de to- como Montejo, Duero y .Alvarado. CA ÍTULO IV
dos, los unos e los otros, en la Las primeras explotaciones debieron ser las de cerdos, pues Her-
Tierra Firme, e en especial en nán Cortés carga en Cuba, como bastimento para su expedición, to-
la Nueva España, en mucha
cantidad de los unos e de los cino salado,. que era uno de los comestibles más apetecidos por na- ANIMALES CONSUMO ~
otros, y cada día se aumentan vegantes y conquistadores, pero pronto debieron multiplicarse los
do quiera que los cristianos
pueblan.
demás ganados después de estos primeros años de establecimientos, EN AMERICA
ya que de Cuba envían a Cortés ganado de cerda y de La Española
Gonzalo Femández de Oviedo y de Cuba procedían los caballos que llevaron a México Pánfilo de LAS PRJMERAS VACADAS. EL RAJ\l"CHO, VAQUEROS. LAS VAQUERÍAS DEL
Historia General
y Natural de las Indias
Narváez para quitar el mando a Hernán Cortés y Cristóbal de Olid PLATA. EL GANADO VACUNO EN MÉXICO. LA CARNE DE VACA. LAS·
para explorar el Pánuco.
TABLADAS Y LOS SALADEROS. GANADOS HERRADOS; HIERROS Y SEÑALES.
LAS HACIENDAS. HACIENDAS DE RELIGIOSOS. BREVE HISTORIA DEL
CURTIDO EN AMÉRICA. LAS ESTANCIAS. LA REVOLUCIÓN DEL ALAMBRE. Los
FRIGORÍFICOS.
' 1. ~ . ) '~ .- ¡
166
LASPR]MERASVACADAS
el
cabezada, ni rienda,
. . , ..................~~ para su liviana carga. En
a de haber tenido, como
Perú, notables no practicaron la Tan sólo
llegaron a domesticar algunas gallináceas y unos perros que no
draban, los no en ganadera.
«Civilización del cuero>> llamó el gran polígrafo argentino Hasta la época en que se dictaron los reglan1entos del comer-
don F. Sarmiento, en su famosa novela Facundo, a la civilización cio libre (1778) la exportación anual de cueros se calculaba en
del gaucho, aplicable también a la de todos los pueblos eminente- ciento cincuenta mil. A partir de esa fecha subió rápidamente has-
mente ganaderos. ta ochocientos mil y después de la paz de Versalles (1783) se ex-
El cuero fue, en ciertas épocas de su evolución económica, la portaban anualmente un millón cuatrocientos mil cueros. Aparte
principal y casi única mercancía de exportación de las mesas de de este número de cueros de toro, novillos y vacas es necesario
Nueva España:. de las sabanas de Venezuela y de las praderas del admitir las grandes cantidades del comercio clandestino y lo que
Plata; y como era tan abundante se aprovechaba para múltiples se gastaba en el país.
usos, además de los corrientes en zapatería y talabardería; su uso Azara, con gran visión profética, creía que las minas y mone-
se extendió a las más diversas aplicaciones: con cueros se techaban das de ambas Américas no llegaban a la mitad de lo que podía
las chozas y cuadras, se cubrían carretas y coches, se hadan camas, producir la ganadería.
vasijas, bancos, espuertas, serones, petacas; de tiras de cuero de Las tiendas donde vivían los pastores, traje, calzado, arneses,
vaca se hacían huascas, que eran las tiras para la reata o lazo y los camas, vasos, arcas y baúles, alforjas, imágenes religiosas de made-
tirantes de las boleadoras de los gauchos. ra retobadas de cuero y pintadas, faldas de las carretas, bancos, ar-
En el Paraguay usaban grandes serones o bolsas de cuero, que quetas, serones, etcétera, todo estaba confeccionado con cuero.
una vez llenas de mies bien apretada, eran arrastradas por caballos
o vacas desde los campos donde había sido segada hasta la era,
donde se trillaba. LAS ESTANCIAS
También usaban estas bolsas para guardar el trigo, después de
limpio y cernido, cosiendo bien los bordes y untando las costuras La división de las grandes propiedades territoriales y con ella
con estiércol fresco de vaca para evitar que entraran insectos; y la de sus rebaños originó la delimitación, siquiera fuera por mojo-
aún tenían otra manera de guardar el trigo y el maíz más original: nes visibles, de las estancias; la extinción del ganado cimarrón por
muerto el buey y después de cortada la cabeza, le abrían una aber- las abusivas vaquerías y el aumento de valor del ganado por el me-
tura a lo largo del lomo, desollándolo hacia abajo, conservando só- jor aprovechamiento de sus productos estimuló a los ganaderos
lo las pezuñas; lavaban y limpiaban bien la piel volviéndola a su para arbitrar una serie de recursos con el fin de evitar que se alza-
estado natural, rellenando de grano el espacio que antes ocupó la ran sus reses y se n1ezclaran con las de las estancias vecinas.
carne y el esqueleto del buey. Después de bien apisonado, se tapa-
ba el lomo con otro cuero y se cosía como en el caso anterior, (83) Es una palabra de escaso uso en España, no así en Hispanoamérica. En
apoyando sobre estacas unas pieles con otras, de modo que más Argentina y Chile se utiliza con el sentido de forrar o recubrir algo con cuero.
192 que granero parecía un cercado de bueyes descabezados. Retobada se utiliza también en esos países como persona reservada, cauta. 193
Las Estancias. Escena gauchesca. América una verdadera revolución, primero ganadera y luego agrí-
Tentadero en la Estancia. cola.
Ya se ha visto en capítulos anteriores cómo la falta de cerramien-
tos por carencia de piedras y de maderas obligó a un especial régi-
men pastoril casi sin pastores: el rodeo, fundado en la querencia de
los ganados, que reforzaba con frecuentes movimientos y recuentos
del ganado, su aquerenciamiento a su estancia o finca en la que se
criaba; y cómo por falta de estas cercas, por diversas causas -por
carencia de pastores, por sequías, por «estampidas» etcétera-, se al-
zaron muchos de estos ganados mansos y alejándose de sus rodeos
se hicieron cimarrones.
Tan sólo en algunas estancias rodeadas de agua por varias par-
tes y por monte o peñas por otras, pudo conservarse el ganado co-
mo en una estancia cercada; a estas fincas de cerramiento natural
se las llamó «rincones», por lo que algunas de ellas llevaron y aún
llevan sus expresivas denominaciones de Rincón, como Rincón de
Gila (Badajoz), Rincón de Noario y Rincón de Viezma (Argentina),
Rincón (Nuevo México).
Esta ganadería extensiva originó las formas de vida típicas del
primero de estos recurso~ fue el ~ás viejo y tradici?nal d.e pastoreo montado en América, que impidió, por una parte, la me-
herrar y de señalar las teses -hierro y senal- que hemos visto uti- jora de las ganaderías y, por otra, el cultivo agrícola en tierras muy
lizar en todos los tiempos la ganadería amencana. _ propicias para ello por la proximidad de los ganados sin pastores.
El segundo recurso fue el de el ga.nado co?. senue- también se ha visto en capítulos anteriores cómo la gran ex-
los_; es decir, con ganado manso y aquere~c1a~o, que al.fiJarse al tensión de los pastizales, la gran escasez de población de pastores,
terreno evitaba que el cerril o chúcaro,. por Instinto gregano, se ale- la falta de cerramientos por carencia de piedras, de madera y de ma-
jase de los señuelos. . no de obra, y otras causas, originaron el sisterna de pastoreo exten-
El tercero consistía en aquerenciar el ganado a la f~nca, ya- sivo, las formas de vida deí pastoreo montado, el cimarroneo, las va-
ra lo cual de cuando en cuando, según el personal que dispusiese querías... , obligando a los ganaderos a explotar sus rebaños, conte-
el ganadero, los reunían en un lugar cén!rico de esta~cia, o por niéndolos en sus fincas sin cerramientos, contrarrestando sus im-
medio de los pastores a que recogian el g~nado disperso por pulsos de alzamiento con un régimen pastoril muy primitivo, pero
ello, ayudados por los señuelos o cabest~o.s, reuniendo todo el reba- el único eficaz en aquellos inmensos y abiertos pastizales: el rodeo,
ño en este paraje, que había de s~r codicioso para ~as reses por sus que, como se ha visto, consistía en contrarrestar los impulsos mi-
pastos o por sus aguas, y si el ganadero podta, d~ba la ce_ba- gratorios y errabundos del ganado; es decir, la fuerza centrífuga de
da o algún pienso barato o con algo de sal para aquerenciado meJor. unos instintos reforzando otros instintos del ganado de tendencia
Un cuarto recurso fue utilizado por algunos ganaderos para este centrípeta por medio del rodeo, reforzando su querencia, recogién-
fin en estancias que se prestasen para ello, que fue el cercar de ra- dolo y juntándolo, de vez en vez, según las condiciones de las fin-
mas o cardos las lindes más peligrosas la finca, o la de cavar ~an: cas, llevándolos a sitios querenciosos, para curar las reses heridas
jas en estos linderos; pero el~ n;tedio más . y el que revoluciono y enfermas, para darles sal en ocasiones y así reforzar aque-
el régimen ganadero en Amenca fue el qutnto recurso. renciamiento.
Este quinto recurso fue la cerca de alambre. Con la cerca de alambres de las fincas ya no hubo necesidad de
estos rodeos, aunque se hicieran para otros fines -recuentos, cu-
ras, apartados, etcétera-, pues ya no podían escapar, y con estos
LA REVOLUCIÓN DEL ALAMBRE cerramientos se transforma, mejor dicho, se revoluciona, el régimen
pastoril de América.
El descubrimiento industrial que acontece en Inglaterra, la fa- Aunque ya casi había desaparecido el ganado cimarrón y el al-
bricación en grandes cantidades del alambre aplicado a, cer~amien zado, aun en las estancias sin cercar la vida del pastor montado cam-
tos de fincas, comienza a usarse en Europa poco despues, sin gran- bia totalmente. Es menos deportiva, menos aventurera, menos pin-
des cambios,' en las explotaciones agrícolas y ganaderas y origina en toresca, pero eficaz, más racional, más progresiva. 195
194
Con las cercas de alambre hay posibilidad de mejorar y de selec-
ALAMBRE DE A~ER~ INVENLIBLE DEL
cionar las ganaderías, se pueden hacer apartados de equinos y va-
cunos para la selección y cruzatnientos, para mejorar su alimenta-
ción y vigilar su crianza. Comienzan a importarse reproductores eu-
ropeos, principalmente de Inglaterra.
Al ganado cerril y al cimarrón lo hostigaban en el campo los pas-
tores montados hacia unos corrales circulares hechos con fuertes es-
tacas, con una en forma de embudo, amplio y largo que se estrecha-
ba hasta la puerta del corral donde entraba la tropa de caballos y
una vez dentro del rodeo cogían los pastores a lazo los potros que
querían domar soltando las demás reses.
El potro cerril era tumbado y trabado, le encinchaban y encabe-
zaban para que el destrabador o domador una vez destrabado lo
montara, se pudiera sujetar y él lo pudiera dominar y así a fuerza
En 1875 un estanciero criollo, D. Miguel A. Lima, inventa este aparato para man-
tener tensos los hilos de un alambrado. Esta especie de torniquete, al que deno- de castigo lo humillaba y con caricias lo domaba.
mina La Criolla, se aplicaba individualmente a cada alambre, que se mantenían se- El alambre sustituyó a las zanjas que circundaban las heredades,
parados con duelas de bordelesas, en lugar de varillas. El aparato constaba de un
largo tornillo que pasaba a través de un agujero practicado en el poste; en su ex- e incluso a los arbustos espinosos protectores de las propiedades.
Es :oo.ej or tremo libre, giratorio, se ataba el alambre, que luego era estirado al hacer correr Las zanjas evitaban el paso de los vacunos, animales más salvajes
Dura :oo.aa dicho tomillo sobre una tuerca especial mediante el movimiento impreso con una
Es :oo.as barato manivela que aquel poseía en el otro extremo. (Cf. ~<Anales de Agricultura», Bue- que los caballos, asnos o mulas.
FUERZA-DURACION·ECONOMIA nos Aires, 1 de marzo de 1876.) Al llegar el alambre espinoso libró al «zanjeador>> de su duro tra-
L. GRÉGO:IRE y C 1.'!' bajo, oficio rural, hecho a menudo por emigrantes irlandeses en
EXCLUSII'OS l!iTROl!UCfOI\ES
(!NtCO OCP081TO ltN BUE:NOIO A1Rit6
El alambre. tierras argentinas y que fue sustituido por el oficio de «alabrador>>,
235-CA!.LE CORRlENTES-235 De la «Historia del alambrado en Argentina»,
L. D. i·'OI\Gt:ES
por N oel H !barra.
generalmente hecho por vascos, a veces incluso por criollos, puesto
R•prG6GIUAJl~
dtl Cuujof ...
que un gaucho porteño prefería las labores «a caballo» y desdeñaba
las de <<a pie>>.
Según el escritor argentino Noel H. lb arra, en su libro Historia
del alambrado en Argentina y en el VI capítulo de su obra, titulado
- \
<<El primer alambrado>>, nos dice que Mr. Richard B. Newton, súb-
dito británico, en 1845 trajo de Inglaterra la novedad del alambre
espinoso de un dedo de grueso con el fin de cercar su hacienda «San-
ta María>>.
El año 1855 es el año del alambre, ya que por primera vez figu-
ró como artículo de importación en los anales del comercio ar-
gentino.
Este régimen colonial de ganadería extensiva duró en América
Joseph F. Glidden, November 24, 1874, Illinois hasta últimos del siglo y fue la introducción del alambre espi-
noso, que cerró los can1pos, el primer paso para la transformación
de este pastoreo heroico en la explotación racional, selectiva e in-
tensiva que ha llegado a ser la ganadería americana.
Los FRIGORÍFicos
CA I UL V
DE
LIBERACIÓN DEL INDIO CARGADOR. EL TRANSPORTE EN AMÉRICA.
LA MULA. LA CRÍA DE LA MULA. FERIAS Y CAMINOS MULEROS.
Los BURROS. UN REGALO DE CARLOS III A WÁSHINGTON.
EL TORO COMO ANIMAL DE CARGA. Uso PACÍFICO DEL
CABALLO Y LA MULA
(84) El ingeniero francés Charles Tellier, entre los años 1868 y 1869, ideó
una serie de aparatos, entre los que se destaca una máquina frigorífica de com-
presión para conservar mercancías perecederas. En 1876 acondicionó un buque,
«El Frigorífico», en el que se realizó el primer transporte a larga distancia de car-
ne refrigerada (travesía Buenos Aires-Ruán), origen del intenso tráfico entre
198 América y Europa.
LIBERACIÓN DEL INDIO CARGADOR
su primera expedición existía toda una serie de categorías diversas, que recibían tí-
tulos distintos. Existían los tecuhnenenque, «señores viajeros respetados por todos
a causa de sus lejanas y peligrosas expediciones>-~; los nahualoztomeca, «comercian-
tes disfrazados» que no dudan en usar el vestido y en aprender la lengua de las po-
blaciones hostiles a fin de comprar en el misterioso Tzinacantlan el ámbar y las plu-
mas de quetzal; los tealtianime, que habían ofrecido esclavos en sacrificio; los te-
yauallouanime, «los que sitúan al enemigo»; los tequanime, «fieras». Estos dos úl-
timos títulos pueden parecer extraños aplicados a comerciantes. Pero es que su ne-
gocio era una aventura perpetua. Cuanto más se alejaban de México, más peligro-
sos se hacían sus caminos. Considerados como comerciantes y espías a la vez, se
enfrentaban a la hostilidad de las tribus que todavía no habían sido dominadas. Sus
mercancías solicitaban la codicia de los montañeses. Las caravanas eran asaltadas
por merodeadores y el pochtecatl tenía que transformarse en guerrero para poder
202 Carguero del Quindio con su silleta. sobrevivir» (J. Soustelle: La vida cotidiana de los aztecas, pp. 72-73). 203
blo, enseñaros a los trabajos y fatigas que habéis de sentir en el co- En estas regiones, su misma abundancia obligó a emplearlos en
razón y en el cuerpo, durmiendo en los rincones, en las casas aje- modestos y serviles menesteres, como el porteo de leña, de hierba ASNOS Y MULAS
nas, en los portales de las casas donde no conocéis. Párrafo 32: <<Ha- o de agua, propio del ganado asnal.
ceos a los trabajos de pasar los arroyos, de subir las cuestas y de pa- DE LOS JUMENTOS Y MULAS
sar los páramos; haceos a los trabajos de pasar grandes soles y gran- Aunque en algunas provin-
des fríos, do habéis menester de templar el calor del sol con el aven·- cias han multiplicado tanto los
tadero de plumas que habéis de llevar en la mano; haceos a los tra- asnos como los caballos, de
bajos de comer pan seco con maíz tostado; no penséis, hijo, que de LA MULA. LA CRÍA DE LA MULA suerte que los hay también ci-
marrones, como es en la isla
aquí en adelante habeis de vivir de regalos y de delicadezas, por que de Jamaica y en algunas otras
habéis con vuestro sudor de ganar la comida; y a nadie se le viene Esta cría sólo pudo hacerse en domesticidad completa, ya que partes, con todo eso, no se
a casa lo que dé de cotner y beber; a nadie se le cae delante lo que un burro semental, cubridor de yegua, necesitaba cuidados especia- han extendido hasta ahora por
les con el fin de acostumbrar al garañón a las yeguas, y éstas a su toda la América en tanta
ha de menester; no se junta la hacienda sin trabajo, es menester tra- abundancia como los caballos
bajar con todas las fuerzas para alcanzar la misericordia de Dios. No vez al garañón. y vacas; y debe de ser la causa
hay otra cosa que os decir, quedad en buena hora>>. La mula se utilizaba para el cultivo de tiernas, para carga y silla; la gran copia que hay en to-
era un ganado potente, de pisada firme, más segura que la pisada das partes de caballos que sir-
ven de carga, y así no se ha he-
del caballo, especialmente en caminos pedregosos, estrechos y difí- cho mucha estima de los fu-
ciles y no húmedos. La mula se difundió después de la conquista mentas para este menester. Y
EL TRANSPORTE EN ÁMÉRICA mexicana, y en sus mesetas era más útil que el caballo así ocurrió también por ser para menos
trabajo en estas Indias que en
después en el altiplano andino. España; porque, según el ruin
El transporte en la América indígena fue efectuado por el indio Por tanto, este animal fue el elegido para silla en terrenos mon- talle que tienen, no prometen
cargador, el indio remero, la llama y el perro indígena. tañosos, para tiro, a veces por una moda establecida, como en los ser para mucho, porque co-
múnmente son pequeños y só-
En la América colonial se dio en gran escala el transporte por coches de las ciudades virreinales, o bien debido a que las fincas de lo se hallan algunos, entre
medio del caballo de la colonización, las mulas y con ellas sus arrie- recreo estaban a las afueras de las ciudades y los caminos no eran muchos, de buen cuerpo.
ros, los carreteros con sus carretas y carreterías, y el burro:; que fue buenos. Al principio se estimaban
mucho para crías de mulas;
en realidad el animal que liberó al indio de su carga. En los campos de Buenos Aires, Santa Fé y Corrientes se cria- para el cual efecto tienen aho-
El caballo, como anteriormente hemos expuesto, desempeñó fun- ron bien las mulas; cuando tenían dos años se las sacaba de la ye- ra también algún valor más
ciones militares en guarniciones de vigilancia y defen.sa. Pero el ca- guada debido a que los terrenos no eran buenos para sujetar este ga- que para lo que ellos son por
su trabajo. Trujéronse de Es-
ballo fue instrumento indispensable para la explotación de las ha- nado, que ya estaba muy crecido, y entonces las llevaban a los po- paña a la isla Española los pri-
ciendas ganaderas y de las estancias agrícolas y mixtas, fiel compa- treros de Córdoba de Tucumán, a las cuales se unían las proceden- meros, y a este reino del Perú
iíero y auxiliar de encomenderos, hacendados, estancieros, mayor- tes de los valles chilenos. los trajo de la isla de Jamaica
el capitán Diego Maldonado,
domos, administradores y guardas de los latifundios ultramarinos y Así estos potreros tucumanos reunían muletas del Este y Oeste uno de los primeros conquis-
fue asimismo muy importante el papel del pastor montado en la vi- de Sudamérica, y con ellos se recriaban, fortalecían en los inviernos tadores deste reino, que fué
da económica, social y política del continente americano. duros y luego pasaban a los pastos de Salta durante una estancia de tan rico, que le dieron por so-
brenombre Diego Maldonado
El caballo en ciudades y villas de Indias fue objeto de lujo, pa- ocho meses y descansaban. el rico; el cual dejó en esta
seo y parada y de festejos entre la clase acomodada. Pero se da el En el Valle de Lerma (Salta) se celebraban las mayores ferias ciudad de Lima fundado un
caso de que en una y otra banda del Río de la Plata fueron tan abun- muleteras; hasta llegó a haber 60.000 mulas y 4.000 caballos, que du- mayorazgo que posee al pre-
sente don Diego Maldonado,
dantes los caballos que apenas si tenían valor y, según Jiménez de rante las noches se encerraban en an1plios corralones que cercaban su bisnieto. El valor de los ju-
la Espada, a mediados del siglo XIX, en Montevideo, los pordiose- con maderos de los vecinos bosques. mentos es de diez a quince pe-
ros y mendigos pedían limosna montados a caballo (87). Los únicos compradores de este ganado eran los corregidores de sos cada uno en esta ciudad.
Las mulas eran al principio
las provincias andinas y luego lo repartían en recuas pequeñas a los de tan grande estimación y
arrieros que se dedicaban al tráfico de las mismas. andaban a precios tan subi-
(87) Marcos Jiménez de la Espada nació en 1831 y murió en Madrid en 1898. Las ágiles mulas subían por el callejón de Andahuaylas en losAn- dos, que los más caminaban
en caballos, por no alcanzar su
Estudió Ciencias en Sevilla y Madrid. Muy joven fue profesor auxiliar en la Facul- des, entre cerros empinados, al Altiplano, en reatas más menores caudal a comprar mulas, en
tad madrileña y en el Museo de Ciencias Naturales. Fue nombrado catedrático po- que las que habían atravesado la pampa argentina. Unas mil bestias las cuales andaban sólo los ri-
co antes de su muerte. cos. Pero con las muchas crías
En 1862 se incorporó a la Comisión Científica del Pacífico. Formó parte de la
tenía cada recua y como iban pastando se extendía cerca de una le- que ya hay dellas en todas par-
Comisión de Límites entre Venezuela y Colombia, sometidos al juicio de España gua; trabajo duro para los peones que, montados, se encargaban de tes, en especial en este reino
(1881-1891). Fue miembro activo de la formación de la Sociedad Geográfica de Ma- su vigilancia. del Perú, hay muchas y valen
drid y en la de Historia Natural. Jiménez de la Espada está considerado el gran ame- En las faenas agrícolas de Indias apenas se utilizó el ganado mu- muy baratas. En esta ciudad,
204 ricanista de la segunda mitad del siglo XIX. el valor de una mula de carga
lar, sino el vacuno, pero los indígenas durante mucho tiempo fue- 205
es de treinta a cuarenta pesos, ron reacios a dejar su palo cavador y aún hoy en día lo emplean en xico, capital del virreinato, se empleaban 5.000 en lujo de los tiros.
y una de caballería, de sesen- algunas regiones apartadas. Por tanto, debemos considerar la importancia de este animal en el
ta a ciento, y una muy escogi- Cuando poco a poco se fue introduciendo el arado y el carro los trasiego para atender las necesidades de transporte entre el puerto
da y aventajada, llega a valer indios se fueron acostumbrando a los animales de transporte y, so-
de doscientos a trescientos pe- de Acapulco, el comercio con la vecina Guatemala, Nuevo México,
sos. Son comúnmente las mu- bre todo, de trabajo: vacas, yeguas y burros, puesto que las mulas San Luis Potosí, Monterrey, Valladolid, Guadalajara, etc., y com-
las desta tierra de mediano apenas se emplearon en la arriería. prenderemos cómo entonces estos caminos recorridos por recuas ab-
cuerpo, pero bien hechas y La cría de ganado mular fue una explotación importante, de la sorbían una población de indios y mestizos dedicados a la arriería.
fuertes y para mucho trabajo. cual tenemos conocimiento por El lazarillo de ciegos caminantes) que
Aconteció en esta ciudad de De las carreterías del Río de la Plata y de las carreterías del Nor-
Lima más ha de cincuenta surtía de este ganado al Altiplano andino; todo el tráfico comercial te de México tenemos algunas noticias documentales porque eran
años, un caso que admiró a to- era por medio de mulos; solamente en Río de la Plata y en Nuevo
dos por tan raro, y fué que pa- los únicos terrenos llanos a ello se prestaban.
México se usaron las carreterías de bueyes (88).
rió una mula, la cual era del Por I-Iumboldt sabemos que en el comercio veracruzano el nú- 1580 ya había carretería entre Santa Fé y Córdoba de Tucu-
doctor Roca, cura de la Cate- mán, en 1583 de Buenos Aires a Córdoba y
dral, que después fué obispo mero de las m.ulas ocupaban al año 70.000 ejemplares, y que en Mé-
de Popayán. Mas si entonces
admiró mucho aquel suceso,
fué por ser el primero que se
había visto en esta república;
mas ya no es de tanta admira-
ción, porque después acá han
sucedido otros dos o tres par-
tos de mulas; y no ha más que
dos años que parió una en el
puerto del Callao, la cual vi yo
con su cría, que parecía potri-
lla, y le daba de mamar la
madre.
Bernabé Cobo
Historia del Nuevo Mundo
(88) El título completo de esta obra es bastante largo: «Concolmvorco. El La- a Mendoza, y en el mismo año se abre entre Buenos Aires y Cór-
zarillo de ciegos caminantes. Desde Buenos Aires hasta Lima, con sus itinerarios, se-
gún la más puntual observación, con algunas noticias útiles a los nuevos comercian- doba, sin pasar por Santa Fé, otro camino directo, y que luego este
tes que tratan en mulas y otras noticias, sacado de las memorias que hizo don An- camino directo, por ser camino real, seguirá a Tucumán y a
tonio Carrión de la V andera, en este dilatado viaje y comisión que tuvo por la Cor- Charcas.
te para el arreglo de Correos y estafetas, situación y ajuste de postas desde Mon-
tevideo. Por don Calixto Bustamante Carlos Inca, alias Concolorcorvo, natural de
Hasta el momento en que praderas de Misisipí fueron domi-
Cuzco, que acompañó al referido comisionado en dicho viaje y escribió sus extrac- nadas por los indios y recorridas caravanas de carretas, es la
tos». (Estudio preliminar de José J. Real Díaz. Edición de Juan Pérez de Tudela. carretería argentina la más importante en el continente americano.
Biblioteca de Autores Españoles, tomo CXXIII, Ediciones Atlas, Madrid, 1959.) carreta de la pampa es tenido más descripción literaria
El capítulo VII está dedicado al origen de las mulas: «Para concluir un asunto
que interesa tanto a los comerciantes que más estimo entre los trajinantes voy a y ha sido frecuentemente representada dibujantes y pintores.
dar una razón al público ignorante en estas materias del origen y propagación de Humboldt, en su Ensayo político sobre la isla de Cuba, comenta
tanta multitud de mulas, que nacen en las pampas de Buenos Aires de madres ye- que en Cuba había 2.500 calesinas o volantes que ocupaban tres mil
guas. Estas, naturalmente, se juntan al caballo, como animal de su esfera, como las
burras a los asnos, que se pueden considerar como a dos especies distintas, que crió mulos. En Perú al año se necesitaban 50.000 para el porteo minero,
206 Dios y entraron en el arca de Noé». excepto en Huancavelica, donde para este trajín usaban llamas. 207
Para cada importante viaJe iban varias recuas, incluso hasta PRNCI'P.U..
diez, y cada una llevaba 30~ 40 o hasta 100 n1ulas.
Cada recua tenía su yegua madrina con su campanilla en la co-
llera. Cuando el ganado se extendía para pacer en sus descansade-
ros, los recueros paseaban por el campo a la yegua madrina y así
cada animal al oír el son de la campanilla de su madrina acudía a
la llamada, y es curioso decir que aunque en el campo hubiera es-
parcidas cientos y cientos de bestias, todas se reunían en el lugar
oportuno. Pero las viejas mulas, aunque fueran retenidas o retrasa-
das, seguían celosamente la pista que la madrina les había dejado,
como nos relata Danvin en su Viaje alrededor del.mundo.
El peso que cada m_ula podía soportar llegaba a los 190 kg., pe-
ro en país abrupto y montañoso había que rebajar a 45 ó 50 kilos
el peso a soportar.
Podía servir incluso de consumo este ganado en la arr1ena,
puesto que por cansancio o excesivo trabajo morían muchas de
ellas, y especialmente en años de sequía aumentaba su mortandad.
La historia de las carreterías en América ha sido plasmada en
multitud de dibujos y pinturas por viajeros del Río de la Plata.
El oficio de arriero en Indias posiblemente fuera una de las
profesiones más penosas y duras dentro de la vida colonial. Sus
penosísimos viajes a través del continente con la variación de cli-
mas y pampas, mesetas, selvas, sabana, bosque, desiertos, por
terrenos calientes o tierras heladas, con los vientos del Altiplano,
resistiendo lluvias torrenciales e incluso los ataques de los indios o
bandoleros, fueron obstáculos constantes que tuvo que afrontar el
arnero.
No cabe duda que indios y mestizos preferían esta vida vaga- Mulas. Recibo de mercancías de
aniero. México, 1837.
bunda a los oficios sedentarios a pesar de ser vida dura, durmien-
do cada día en un mesón, venta o «casa de comunidad para viaje-
ros» y muchas veces al año al sereno.
En V eracruz había caminos insanos, los trayectos y estadías de
la meseta Central; allí arrieros y soldados sufrían el vómito negro
y muchísimos morían. Por tanto, y según el camino a realizar, las
recuas se componían de distinta manera debido a los problemas
del clima, accidentes del camino y de la mercancía a transportar.
Así la organización era de esta manera: el mayordomo iba al
frente de la recua; casi siempre solía ser el propietario de ella y des-
pués bajo su mando un equipo de hombres de distintos cargos y
funciones; los cargadores eran, como es lógico, los que cargaban y
descargaban los bultos con gran habilidad y fuerza; se ponían para
proteger su indumentaria unos petos o pechera de cuero fuerte, cin-
to, carzonera de gamuza o estezado y media bota de campana de
piel de potro o ternera; los sabaneros, nombre derivado de la Saba-
na, región de la selva del trópico, eran gente joven, n1ozos de mulas
que debían alimentar y cuidar las caballerías; por fin los atajadores,
palabra que venía o viene de atajo o recua, iban cuidando a ambos
lados de la recua y con su látigo o chicote arreaban al ganado pere-
208 zoso, sostenían a las que se adelantaban, encaminaban a las que se 209
salían a la orilla de los caminos. También estos mozos debían pre- Bueyes; Carretas en Argentina
parar con tiempo las ventas y posadas antes de llegar las caravanas, y Paraguay.
o buscar sitio propicio en los caminos para comida o bebida, junto
a ríos o fuentes, y buscar para los hombres y mulas buen acomodo.
Las mulas más fuertes eran las caponeras, capitanas y en la pam-
pa argentina la yegua madrina; como hemos dicho anteriormente, las
madrinas dirigían y guiaban a las demás caballerías, iban adereza-
das con colleras de campanillas o cascabeles, adornadas, a la vez, de
frontaleras, antojeras, quijeras y muserolas bordadas en sedas de co~
lores y con hilos de plata. Curioso es comentar que pueblos enteros
estaban dedicados a la arriería y se les llamó pueblos fleteros; asi;
ocurría en tierras mexicanas de Míchoacán (89) con «los fabulosos
trenes de mulas, de miles de mulas de cotija, que conducían produc-
tos de Tecaltepec hasta las remotas tierras de Tabasco», según las
crónicas.
La indumentaria de los arrieros tnontados era muy parecida a la
de los vaqueros: ponchos, tnangos, zarapes, estriberas, que el ma-
yordomo, si era presumido, como el vaquero o el gaucho, solía ador-
nar y aumentar su riqueza con sedería y platería, así como también
solía enriquecer el atalaje de sus monturas.
En México todas las arrierías que llegaban a la capital desde A.ca-
pulco y Veracruz, desde Nuevo México o Guatemala, rendían viaje
en la Plaza de Santo Domingo; esta plaza se poblaba hasta llenarse
de recuas, carruajes, carretas, arrieros, viajeros, comerciantes... es-
ta plaza fue el centro de inspección del fisco; allí se cobraban im-
puestos de las cargas que salían o entraban. aduana era otro cen-
tro de control de vigilancia de estos mercados. El alcohol y tabaco
era lo más inspeccionado, debido al gran fraude se hacía entre
la arriería.
de ciegos
FERIAS Y CAMINOS MULEROS
LOS BURROS
Colón llevó a América «bestias asnales» a las Antillas, donde se
hicieron cimarronas, especialmente en Jamaica; y en Perú, en las
provincias de Cailloma y de Cañete.
«Trescientas borricas para repartirlas entre los indios» pidió el
Obispo Virrey de México y Presidente de la Audiencia, don Sebas-
tián Ramírez de Fuenleal, a la Corte española.
Como se retrasó el permiso de autorizar a los indios a montar a
caballo, pues era privilegio exclusivo de los españoles y mestizos, la
solución fue el borrico, que humildemente desempeñó un gran pa-
pel en la economía colonial de Indias.
El borrico fue para el indio elemento tan esencial como lo fue
en la cuenca mediterránea; sirvió para cortos viajes, pequeñas car-
gas, trabajos moderados. El borrico, animal sufrido, manso, más so-
brio que el caballo y la mula, estaba al alcance de una familia de in-
dios pobres; su crianza, empleo y mantenimiento estaba al alcance
de sus manos y podían tnanejarlo mujeres, niños y alimentarlo con
gran frugalidad. 215
UN REGALO DE CARLOS A WÁSHINGTON Ejemplo de esta acrecentada mansedumbre lo dieron los indios
al utilizar los toros en algunas regiones de América como animales
Las relaciones entre Carlos y el gran libertador de EE. UU. de carga y de montura, según nos dicen algunos cronistas, y pode-
de América eran muy estrechas al final del siglo La Corona mos ver representados estos usos gráficamente en la litografía de vis-
española ayudó y fomentó la independencia del primer Estado ame- · tas y costumbres cubanas.
ricano y en Madrid había un representate de este Estado america- El Padre Cabo dice, a principios del siglo XVII: «Vi muchas ve-
no. El General Wáshington escribió a su representante en Madrid, ces por las calles y plazas de Cuzco llevar a los indios cargas de leña
Mr. Carmichoel, una carta en 1784 para que le comprara un burro para vender y los jumentos en que llevaban no eran otros que toros,
semental, un garañón, y se lo enviase a EE. UU. de tan lindo talle y disposición, que parecían habían de ser bravos
Suponemos que el general, bien por una visión de futuro políti- cotno leones».
co de extender sus territorios el y Suroeste, o bien por un Por su parte los españoles llevaron a Indias sus fiestas y sus jue-
ensayo ganadero en sus propiedades, el caso es que con aguda in- gos y entre las más gratas, las corridas de toros bravos, al uso de su
tuición para uno y otro proyecto solicitó el del garañón. tieinpo. En la Historia del toreo en México nos cuenta su autor, Ran-
Pero estaba prohibido en toda Europa la salida de ganados vivos gel, que el conquistador Licenciado Juan Gutiérrez Altamirano, pri-
y sobre todo sementales. En Encargado de Negocios de UU. en mo de Hernán Cortés, formó una hermosa hacienda en el valle de
España inició las gestiones, pero el Conde de Floridablanca, Secre-
tario de Estado, al enterarse de los deseos \Váshington se lo co-
nlunicó al Rey Carlos quien quiso entonces hacer este regalo y
temiendo que el burro pudiera enfermar o morir en tan largo viaje
transoceánico, dispuso adquirir a su costa dos garañones en lugar de
uno. El Jefe de Postas de Zamora, región rica y famosa en este ga-
nado, fue el encargado de la compra. El expediente de esta compra
se tramitó en dos años. Vemos por él dónde y a quién se compran
y el cuidado y traslado desde Zamora a Bilbao y de Bilbao a Nueva
York; sabemos por el documento el coste de la alimentación, gastos
de mozos de mulas, etcétera. Un burro murió en el viaje y el otro
llegó a la finca del General Jorge W áshington. Pedro TéUez fue el
mozo de mulas, que no quiso ninguna gratificación, y a su vuelta el
Conde de Floridablanca le otorgó una plaza de guarda de las alca-
balas de Zan1ora.
Así se inicia en el Norte de UU. la cría de las mulas, pues Caza de toros cimarrones en América.
en el Sur y Suroeste, en los Estados de Florida, Texas, Arizona, Nue-
vo México y California, ya se encontraron los norteamericanos este Toluca, a donde hizo llevar desde Navarra (España) doce pares de
ganado al incorporar estas extensísimas provincias a su confe- toros y vacas seleccionados «que sirvieron de pie veterano a la mag-
deración. nífica ganadería que ha llegado a nuestros días y que se propagó de
tal manera que en 1554 se quejaban los indios de los perjuicios que
les causaba este ganado porque los toros los corrían y mataban».
EL TORO COMO ANIMAL DE CARGA En el siglo XVIII eran famosas las ganaderías del Conde de Re-
gla, la de la Viuda de Lecumberri y la de «Bellas Fuentes».
Se ha dicho anteriormente que los amerindios fueron poco afor- En todas las grandes fiestas del santoral y en las celebradas con
tunados en la domesticación de animales, lo que se ha atribuido o motivo de proclamaciones de reyes o entrada de virreyes, las fiestas
a su ünpericia o a la carencia de animales aptos para la domestica- de toros eran número obligado en las grandes plazas de las más im-
ción. Esta última atribución parece ser la cierta, pues después de la portantes ciudades, así como en las haciendas privadas, las fiestas fa-
conquista no se ha logrado domesticar ningún otro animal salvaje miliares del hacendado y la recogida de frutos eran solemnizadas
de aquel continente que no hubiera sido ya reducido a mansedum·· con capeas en sus corrales.
bre antes del descubrimiento y, además, a los animales importados N o sólo los toros bravos y cerriles torearon los españoles en
de Europa los hicieron aún más mansos de lo que eran en el Viejo México, sino los bisontes de las llanuras texanas en sus expediciones
216 Mundo. de Conquista. 217
los dos tomos inéditos dedicados a la Historia de Texas, de
las célebres «Memorias de Nueva España», vemos cón1o mientras el
Marqués de Aguayo con sus capitanes alanceaba bisontes en las lla-
nuras texanas, sus soldados capturaban novillos de «toro mexicano»
o novillas de «Cíbolas» o «vacas corcovadas», como llamaban a los
bisontes, y en unos rodeos improvisados los toreaban.