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José Tudela _de la Orden

HISTORIA
/

DE LA GANADERIA
HISPA OAMERICANA
(Homenaje en su centenario)

Biografía, introducción, notas,


bibliografía y selección de textos
de Leoncio Cabrero

© Inés Tudela.
Ediciones de Cult~ra Hispánica. .
AGENCIA ESPANO LA DE COOPERACION INTERNACIONAL. t5J
ll~ll
Avda. Reyes Católicos, 4. 28040 MADRID. INSTITUTO DE
COOPERi\CION
Diseño y maquetación: Manuel Ponce. IBEROAMERICANA

NIPO: 028-93-018-3.
ISBN: 84-7232-672-1. Ediciones de Cultura Hispánica
Depósito legal: M. 28015-1993.
Imprime: EGRAF, S. A. Luis I, 5-7. 28031 Madrid. Madrid, 1993
OMO es lógico, resulta difícil escribir unas líneas introducto-
rias a una obra que no es tuya y, sobre todo, si esa obra apa-
rece con muchos años de retraso desde que el autor dio por
finalizada la redacción de su manuscrito. En este caso, en la década
Llama de los años sesenta.
Por supuesto, no hemos pretendido hacer una nueva Historia de
Alpaca
la Ganadelia, que nos hubiera resultado más fácil, sino, respetando
el original, hemos intentado actualizarlo. Nuestra introducción es
una síntesis de los valiosos trabajos que han aparecido tanto en Es-
paña como en el extranjero relacionados con la ganadería y su re-
percusión económica en Iberoamérica.
Hemos hecho énfasis en aquellos apartados donde José Tudela
se extendió más en su redacción. Son éstos: La Mesta en la Penín-
sula y La Mesta en América, El desa"ollo ganadero a raíz de la pre-
sencia española, Las haciendas y estancias, Los obrajes y La industria
del cuero. Como complemento añadimos una relación bibliográfica
seleccionada, independiente de la que acompaña a la obra de Tu-
dela, que es suya, y estaba recogida en un fichero que su hija Inés
nos ha entregado.
Con la finalidad de hacer más asequible el original, que su autor
debió redactar pensando en un lector especializado, nosotros hemos
añadido 91 notas, algunas bastante extensas, para facilitar al lector
curioso el contenido; interpretamos que con esta aportación hemos
ampliado conocimientos que son necesario conocer y que en el ori-
ginal se dan por sabidos.
Por último, hen1os completado el original con varios testimonios
directos de los cronistas, referentes a la fauna existente en la Amé-
rica Prehispánica o llevada desde la Península. Son las primeras des-
cripciones que conocemos y que Tudela aisladamente cita en su ma-
nuscrito. Por lo que respecta a la ilustración, el autor había recogi- 23
do bastante n1aterial, material que se publica en este libro, si bien, Finalizada la etapa inicial de conquista y comenzada la de colo-
como es lógico, el equipo de trabajo de Publicaciones de Cultura como indica Céspedes del Castillo, los españoles contaron
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Hispánica ha realizado la búsqueda de nuevo n1aterial gráfico para con extensas tierras de pastos prácticamente vírgenes, que los indios
enriquecer el original. Desde aquí nuestro sincero agradecimiento no cultivaban, bien por ser tierras de pocas lluvias o por los méto-
para todos ellos. Gracias a su apoyo aparece esta obra póstuma de dos rudimentarios agrícolas del indígena, que motivaron que estas
don José Tudela, justo homenaje en el centenario de su nacimiento. tierras estuvieran abandonadas.
Desde el norte de México hasta la Pampa argentina el desarro-
llo del ganado vacuno, caballos y lanar tuvo gran importancia. Cer-
dos, cabras, perros, gatos y aves de corral comenzaron a criarse en
l. LA las tieras americanas, tanto por parte de los españoles como
de los indígenas. Las ovejas se criaron en plena domesticidad y for-
En las tierras americanas descubiertas a partir de eran prác- maron grandes rebaños trashumantes. Su lana dio origen a la pri-
ticamente desconocidos los domésticos excepto en n1era industria indiana: la textil de los obrajes, cuyos productos sos-
la región en el vasto donde la tl!vieron con frecuencia parte de las necesidades del consumo
vicuña se hallaba en de la alpaca se criaba iilierior..
para obtener lana y la se como animal de transporte, El ganado n1ayor alcanzó gran desarrollo y, a diferencia de la Pe-
aprovechándose también su lana, la carne y los excren1entos; éstos, nínsula, adquirió más importancia el vacuno que el caballar. Aquél
secos, se utilizaban como combustible, que los nativos denominaban se extendió por todas las Indias, excepto por las selvas tropicales, du-
waikuna. nas andinas y desiertos. El ganado vacuno, menos vital que el caba-
Con la presencia española en la cordillera andina se siguió uti- llar, tuvo áreas de difusión más reducidas. La multiplicación y ex-
lizando la llama como animal de carga, sobre todo en la explotación tensión se debieron en gran parte a animales abandonados o perdi-
de las minas. Como señala Céspedes del Castillo, las minas de Po- dos, que no tardaron en crear rebaños salvajes o cimarrones, cono-
tosí en el año 1603 consumieron unas 800.000 cargas de waikuna pa- ciéndose con distintos nombres según las regiones: mesteños, cerre-
ra combustible. Enfermedades y epidenlias como la de caracha (la rosJ baguales, etcétera, cuya progresiva adaptación al medio originó
sama) fueron diezmando el número de este ganado. animales cada vez más resistentes y ágiles y dio origen a una cuida-
La incorporación de especies europeas procedentes de la Penín- da selección.
sula supuso un cambio en la actividad de las tierras americanas. Con En un lapso de tiempo relativamente pequeño, unos cuarenta
la hueste conquistadora el el Los años, las gigantescas manadas cimarrones llegaron a suponer un
dos primeros - inicialrnente- con bélicos, el peligro para la agricultura, lo que motivó que se iniciara
tercero como Como señala el Céspedes, a partir una matanza sistemática de ganado salvaje, aprovechándose sola-
del segundo viaje colombino el caballo aparece descrito. Desde la mente el cuero; a lo más se aprovechaba la lengua, que asada se con-
conquista de México el caballo alcanzó gran importancia y es el mis- sumía en algunas reuniones con carácter de diversión.
mo Hernán Cortés quien resalta la ayuda de los caballos: «No te- Según las regiones, entre los años 1550-1600 el ganado vacuno
níamos después de Dios otra ayuda sino la de los caballos». Méxi- fue en aumento. Como señala Céspedes del Castillo, las series de
co se llegaron a pagar hasta 30.000 pesos por un ejemplar, cuando precios conocidas, por incompletas que sean, muestran que la carne
su valor real no era más de 80 pesos. A los caballos se les protegía de ganado vacuno fue comida más barata en el siglo XVI y prin-
de las flechas indígenas con petos -escaupiles- confeccionados cipal alimenticia de los españoles.
bien de cuero o de algodón. En ocasiones, cuando escaseaba el El ganado vacuno ofreció múltiples usos en el desarrollo de la
hierro se aprovechó la plata para hacer herraduras. colonización y se aprovechó al máximo. El cuero se utilizaba en las
El perro fue utilizado a comienzos del con varios fi- tareas de minería y agricultura para confeccionar toda clase de re-
nes: como vigilante y para rastrear a los y atacar a éstos. cipientes flexibles, y en las regiones ganadeeras llegaron a aparecer
El cerdo fue el complemento alimenticio de la hueste indiana. auténticas <\culturas del cuero», que se usaba para calzados, vesti-
Todo se aprovechaba. Tocino y carne salada se consumían en gran dos, prendas de abrigo, sillas de montar, etcétera.
cantidad. Las piaras iban en la retaguardia para aprovechar así la car- A fines del siglo XVI el cuero se exportaba a Europa en canti-
ne fresca cuando fuese necesario. La fácil adaptación de este ani- dades importantes. También el sebo, a falta de otras grasas, se em-
mal, sus características omnívoras, hicieron del cerdo un elemento pleaba en construcciones navales, en industrias jaboneras y en la fa-
casi necesario en las largas maréhas y travesías de los españoles en bricación de velas, demanda que se fue incrementando a medida que
24 las tierras americanas. la población indígena comenzaba a usarlas. En las faenas agrícolas 25
y en el caballos y
yeguas. La .... ...,..__U..._Jl....... U ...... r • ..-n,-,-., un tráfico

de ganado,
demanda.
explotaciones ganaderas fueron de volumen,
aprovechando caza de cimarrones que no dueño.
Las explotaciones pocos trabajadores:. pero sí un reducido
número de buenos Los animales se acosaban y derribaban
para n1arcarlos con el exigía que fuese
practicado en rentable y
económ.ican1ente.
'LP"-'Jl-'-"-'J'·"U'Jl-'-"-'H"v los propietarios ¡;;.,uJlJlU'-<<'V eran
.,...,..,, . . . -. . . . . . varios centenares 0 r:bt"'\1:0.'7'':lC de
¡;;.,U.JLLU.-..V'

aumento ganado embargo:, un límite. En


el siglo e incluso razones diversas:
agotatniento los y L<Vk3UI-J'LU. .A.VrU'.'--'- de-
manda ganado y
sumo carne de vaca cuando
indio y el de alimañas y . .__.__.__._.__.__._._._. . ...,u ...., ..u ....u...,..,,_ "-'' """·
Los aumentos y descensos del ganado vacuno encontraron es-
tabilización gracias a una legislación proteccionista condujo a la
aparición de la gran estancia.

A) LAS ESTANCIAS
origen de las estancias hay que buscarlo en normativa dic-
tada por la Corona para ]os repartos de tierra como consecuencia
de la necesidad colono de estancia y pastoreo per-
manente de su ganado. ha historiador Lutgardo Gar-
cía Fuentes, la autorización del establecimiento de estancias se ha-
cía con la obligación de poblar en el plazo de un año y prohibi-
ción de abandonarlas hasta pasados cuatro años. concesión no
confería ni la propiedad ni la posesión, solamente era el derecho a
pastar, construir cabañas para los corrales para el ganado;
los pastos eran comunes. Como señala García Fuentes,
desde el año 1583, con motivo del del valor tnercantil
de los productos ganaderos, aumentó el interés por la y se de que no podían estar situadas a una distancia
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ció el proceso consolidación de la propiedad, de forma que en varas de los poblados indios.
algunas zonas, como en Chile, el derecho sobre estancia fue pa- sistema de estancias en el Virreinato novohispano
ralelo al derecho de propiedad. estaba muy extendido. En algunas había
estancia como explotación ganadera llegó a ser una de las ins- característica fundamental de la
tituciones características de América Hispánica. Existieron dos ti- '-''-~ se había ido adap-
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pos de estancias, la de ganado mayor y las dedicadas a la explota- muy distinto entre unos lu-
ción del ganado menor.
Las pri1meras solían tener una extensión de 5.000 varas cuadra- Galicia la que pu-
26 das y las de ganado n1enor alrededor de 3.000. La legislación seña- ._,_._. , _. ,_.__.__, ... de estancias. Una red
de cañadas comunicaba las tierras de Nueva España, grandes reba- llo y a perseguir al ganado cimarrón. Fue en las regiones meridio-
ños de ovejas eran trasladadas en busca de pastos desde Michoacán nales, en la Pampa, donde el indio utilizó más el caballo, surgiendo
hasta las tierras próximas a la laguna de Chapala. Ganaderos de un tipo de jinete, de recia contextura, vinculado a la tierra y al de-
Queretaro y de otras localidades tenían compradas estancias en Pon- sarrollo de la ganadería; nos referimos al gaucho, que alcanzó gran
citlan sólo para utilizarlas como apostadero; cuando comenzaban las importancia en el siglo XVIII.
lluvias los rebaños se pasaban a Michoacán, recorriendo en ocasio-
En el norte, como señala el profesor Hernández Sánchez-Barba,
nes hasta 300 kilómetros.
las grandes estancias ganaderas con los inmensos rebaños de gana-
La obtención y preparación de cueros era la primera actividad del
do mayor producirán el tipo de vaquero que tanta importancia ten-
ganadero. En segundo lugar, el aprovechamiento de la carne delga-
drá en la vida fronteriza como elemento de avanzada en la conquis-
nado vacuno. Los trabajos en cuero dieron paso a una industria ar-
ta de los espacios vacíos de la periferia del Nuevo Continente.
tesanal especializada en la confección de sillas de montar, serones,
muebles de diverso uso, etcétera. Como indica el profesor citado, en Hemos visto hasta aquí la evolución de la ganadería de Améri-
España los cueros más apreciados eran los de Caracas, Nueva Es- ca; primero fue la caza del ganado cimarrón, después los inicios de
paña, La Habana y Santo Do1ningo. la vaquería y, finalmente, la implantación del sistema estanciero.
Tuvo también importancia el aprovechamiento del sebo; éste era Carlos Alberto Mayo, en su obra La estancia colonial, señala que
de gran utilidad para la fabricación de velas, usadas tanto para las casi siempre su ubicáción respondía a unas características comunes:
necesidades domésticas como en las explotaciones de las minas. «La parte frontal sobre una corriente de agua, y en este sentido los
A fines del siglo XVII las estancias habían evolucionado hasta "rincones" eran los lugares preferidos porque en ellos al juntarse
convertir a la ganadería en producción única de ciertas regiones, o dos ríos o dos arroyos era más fácil el control del ganado, ya que la
bien hasta convertirse en haciendas de tipo mixto: agrícola-ganadero. estancia colonial carecía de cercas. Las dimensiones de la unidad
La ganadería, que había tenido una gran pujanza en la segunda productiva eran 1nuy variables. En la campiña bonaerense, si bien ha-
mitad del siglo XVI, en la centuria siguiente, aunque se redujo, se bía algunas estancias realmente grandes, éstas no abundaban. La me-
consolidó como fuente de producción, imprimiendo a ciertas regio- diana y pequeña explotación rural parecía ser la norma. Sobre un to-
nes un nuevo patrón cultural y un tipo hurnano original: «el hombre tal de 57 estancias bonaerenses, 42, menos de media legua (2,5 Km.)
a caballo», jinete hábil que trabaja, se divierte y vive sobre su cabal- y eran así probablemente, n1enos de una suerte de estancia, sólo po-
gadura, adaptando a ella su traje, sus costumbres y lujo: Inonturas día producir unos 90 cueros anuale-s. La inversión en edificios, ins-
repujadas, espuelas y adornos de plata, estribos cincelados~, cuya des- talaciones, equipanliento, tierra y ganado no era alta.»
treza lla1nó la atención de escritores y poetas al aparecer desde las El ganado, y no la tierra, constituía la principal inversión del es-
tierras calientes de Nuevo México hasta la Pampa argentina perso- tanciero, sobre todo el vacuno. Pero la estancia colonial no se dedi-
najes pintorescos y originales, con1o el vaquero y el gaucho. caba exclusivamente a la cría del vacuno, sino también a las de otros
Junto al amplio predominio de la ganadería, el desarrollo de la ganados. Así, también se criaban mulas, caballos y ovejas. La lana
agricultura indiana se caracterizó por su lentitud, las semillas tuvie- se utilizó para fabricar pellones, pero era también tejida en algunas
ron que ser cultivadas con esmero y con paciencia. estancias del norte y del oeste de la provincia de Buenos Aires.
Entre agricultores y ganaderos, como ha señalado el historiador Los esclavos, como señala Iviayo, allí donde los había, rivaliza-
Hernández Sánchez-Barba, se estableció una lucha callada entre am- ban con la tierra por el segundo y tercer lugar en las inversiones ne-
bos grupos debido al arbitraje de sus pastos y sementeras y los con- cesarias para explotar una estancia. El historiador citado señala que:
siguientes destrozos que podrían hacer los ganados sueltos. El triun- «La variación porcentual de la inversión en esclavos es muy amplia,
fo de una u otra actividad supuso la estabilización de zonas agríco- fluctúa entre el 6,64 y el 82,24 por 100. Pero, ¿cuántas estancias te-
las o ganaderas, como en el caso del virreinato del Plata, donde se nían esclavos? Sólo las grandes y medianas, el resto carecía de ellos».
desarrolló la ganadería debido a las franquicias concedidas al puer- Las instalaciones de estancia eran bastante precarias. Consta-
to de Buenos Aires y los pastos naturales que las extensas llanuras ba de una casa sencilla, muchas veces de adobe, o un simple rancho,
argentinas podían proporcionar como asentamiento importante del que servía de vivienda para el estanciero o el mayordomo. Cerca
ganado. La misma circunstancia se dio en las llanuras mexicanas, so- de ella otro rancho hacía las veces de cocina y en las in1nediaciones
bre todo en las provincias internas de Nueva España, donde tam- era posible encontrar un pozo y un poco más alejado las viviendas
bién se desarrolló esta importante fuente de riqueza, dando lugar a de los peones, si los había. La mayoría de las estancias carecían de
la aparición de una nueva economía. capilla y oratorio, sólo tenían una hornacina y en ella la imagen del
La actividad ecuestre y ganadera de los españoles fue copiada santo o santa del que el estanciero era devoto. Finalmente estaban
28 por los indígenas, quienes también se aficionaron a montar a caba- los recintos destinados a corrales, en donde se depositaba también 29
sumergía trozeada en una durante un mes, después
se guardaba en barriles en capas separadas por la sal. El tasajo o
«charqui» conservaba el prehispánico andino), en cam-
bio, se preparaba con de carne muy delgadas ya saladas que
eran depositadas sobre cueros cubriéndolas con La operación se
repetía varias veces hasta formar una Cuando se había evapo-
rado parte de la salmuera se secaba sol durante varios días hasta
que estaba en condiciones ser consumido.
Con la implantación de los saladeros carne se revalorizó, am-
pliándose la a y donde carne salada .era
consumida por esclavos y las gentes de escasos recursos eco-
nómicos.
condición de estanciero no go-
ser propietario de tierras
la sociedad. tan-
_,_. _. _. '"', .... ...,,.... .,..._.._, políticas y sociales.
el rioplatense no so-
,...,.,.., ........ ,u.-.,•.,..,,, .., de ascendencia sino
un pequeño número animales,
............,.u.,. acoso a la tierra en el litoral
.._,,__,............... 1-,.._...,u "'"" ....'4(\"'" de control sobre ella desde

la de tierras fiscales
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estancieros que repro-


y que como ésta había que-
y sus ingresos.» Como señala Mayo,
ascenso social, no tan rápida y

constante
que respecta a
de calzones, poncho y chaleco.
Los estancieros bonaerenses una posición intermedia
y subordinada a estructura Sólo los que eran
acaudalados y los eran a la vez comerciantes penetraron en
grupos de élite.
A la ganado vacuno había que sumar
fue con el pa-
so de los años. en el continente americano desi-
gual. En las tierras templadas y cálidas se desarrolló bien, no así en
las frías, como ocurrió en cordillera andina.
el siglo las praderas mexicanas servían de pasto a
numerosos rebaños yeguas y potros. hemos señalado an-
teriormente, fue en las tierras del cono sur sudamericano donde el tantes. De ese modo la cría de ganado se convirtió en base de la em-
ganado caballar tuvo mayor desarrollo. presa comercial de Argentina, Uruguay y Paraguay.~~
El ganado mular tuvo gran importancia en el desarrollo y explo-
tación de la minería, tanto para el transporte como en la extracción
de metales. Las mulas se utilizaron también para el funcionamiento C) CIVILIZACIÓN DEL CUERO
de norias y, además, en los molinos para la obtención de harina. Las
principales áreas geográficas en las que las mulas tuvieron gran im- Existió un momento en la historia económica de Iberoamérica
portancia fueron: México, Colombia, Panamá y Perú. Como señala en el que podemos hablar de la civilización del cuero) desde Nueva
García Fuentes, en el siglo XVII entraban a diario en México n1ás España hasta las praderas del Plata, pasando por las sabanas de Ve-
de 3. 000 mulas empleadas en el tráfico mercantil de ciudad con nezuela. Fue una industria abundante, donde, además de su uso
los lugares más activos del virreinato: puerto de Veracruz, comer- corriente en zapatería y talabartería se extendió a las más diversas
cio de cacao con Soconusco; puertos de Acapulco y Campeche, y aplicaciones, y así con cuero se techaban chozas, se cubrían carre-
los distintos centros mineros. tas, se hacían camas, vasijas, bancos, espuertas, serones y petacas;
La demanda de ganado mular era abastecida desde lugares dis- de tiras de cuero de vaca se hadan las huascas) que eran las tiras
tintos que con el se habían especializando en este tipo para la reata, y los tirantes de las boleadoras de los gauchos.
de ganado. Jamaica fue un centro importante de cría y abastecimien- En el Paraguay usaban grandes serones o bolsas de cuero para
to de esta clase de ganado. El tráfico entre Portobelo y Panatná era cargar en las minas. De cuero eran los odres para el aceite y el vino
realizado por numerosas recuas. Había en arrieros pro- al uso rnedíterráneo y también se empleaban en vez de sacas para
pietarios de recuas habían logrado con el alquiler el transporte por mar y tierra del trigo y del cacao. Con cuero se
de ganado. Como señala el investigador García Fuentes en su mi- forraban cajones. El cuero tuvo también un uso en las artes indus-
nucioso trabajo, la demanda de ganado mular aumentaba cuando lle- triales, tanto en la decoración religiosa ~como en la ornamentación
gaban los galeones a tierra finne. de habitaciones de uso privado y doméstico.
las tierras sudamericanas la importancia y herencia de la técnica decorativa del cuero, de procedencia
nos lo hace patente obra Lazarillo de ciegos que de- árabe, arraigó en América, alcanzando un gran desarrollo co-
dica bastantes párrafos a la cría y uso del ganado mular, haciendo mo indun1entaria, desde el traje charro a los ropajes del jinete
énfasis en el modo que los indios para amansar sus mulas: gaucho.
<<A cada uno de éstos les reparte el corregidor una o dos y a mu- El cuero, su industria y su uso han dado lugar a brillantes pági-
chos ninguna, porque no lo necesitaban o no son capaces de pagar- nas y composiciones poéticas de la literatura hispanoamericana.
la. Todos apetecen este repartimiento. Los primeros para servirse
de ellas en el transporte sus efectos y otros venderlas a ín-
fimo precio y servirse de su corto en borrache- LA GANADERÍA ANDINA PERUANO-BOLIVIANA
ras y otros desórdenes>>.
Las tierras de (incluidas Uruguay y Como ya hemos señalado, en el antiguo Tahuantinsuyu la llama
Paraguay), como señala Hubert 1-Ierring, carecían de oro y pla- y la alpaca fueron fuente econónüca hnportante. De los dos auqué-
ta, fueron explotadas, sobre ganaderos. <<Los animales nidos fue la llama la más preciada por las poblaciones quechuas y
se hicieron levantiscos; se descarriaron por las anchas pampas, don- aymaras por ser el gran auxilio tanto en las labores agrícolas como
de se multiplicaron y corrían salvajes entre los pastos tiernos. ga- en los desplazamientos de un lugar a otro como animal de carga.
nado errante atrajo a nuevos pobladores y así comenzó industria la actualidad la llama y la alpaca siguen teniendo un papel impor-
ganadera de la Argentina, Uruguay y Paraguay. En los primeros años tante en el altiplano andino.
no había mercados para la carne; sólo se aprovechaban los cueros, El antropólogo Jorge Flores, en su obra Llamichos y paqocheros
dejando las reses muertas a buitres. el siglo las pra- (pastores de llamas y alpacas)J pone de manifiesto la importancia que
deras de pastores eran asunto de los gauchos mestizos, que libraban los dos auquénidos tienen en la actualidad para el hombre del alti-
sangrientas batallas por sus derechos sobre caballos y vacunos plano andino y el cariño que hacia sus animales. Con gran rea-
errantes. Los últimos años coloniales trajeron espléndidos benefi- lismo describe el profesor Flores los sentimientos del indígena del
cios. En 1778 Buenos Aires embarcó 150.000 cueros; en 1780, altiplano andino hacia las llamas y las alpacas, «conversando con un
800.000, y en 1783, 1.400.000. Durante los últimos años del si- pastor de la puna andina -dice Flores-, le pregunté si podía re-
glo XVIII los ganaderos de la Argentina y el Uruguay comenzaron conocer a cualquiera de sus alpacas o llamas donde quiera que las
32 a conservar la carne en saladeros y a embarcarla para mercados dis- viera. Respondió que sí, pero como insistí en indagar cómo sabía 33
que eran suyas, me preguntó: ':¿Y tú puedes re~ono~~r a}us hijo~
donde los veas?". Le dije que si, pero no tengo jQQ hiJOS. Eso que
importa -me replicó-, las alpacas son como nuestros hijos, las re-
conocemos en cualquier parte porque las conocemos y las queremos
a cada una desde que nace".»
Flores en la obra citada, señala que no es frecuente que los pas-
tores bauÚcen a sus alpacas y llamas con nombres propios. Hay ex-
cepciones con los animales que nacen ciertos días considerados es-
peciales. Los nacidos el 6 de enero, día de ,los Reyes, son n~;nados
Revis· si nacen el 20 de enero, que es el dia de San Sebastlan, son
llamados «Sebastián», y si nacen en domingo es posible que se les
bautice como «Domingo>>.
Tan1bién se considera apropiado llamar a las alpacas con nom-
bres que tengan connotación femenina, como niñacha, señuracha
(palabras de origen español) y equivalentes a niñita o señorita, que-
chuizadas, o tikacha (florecita en runa simi). i\_las llamas, y a vec~s
a las alpacas machos, se les denomina wiraqo~ha, que en Ja. actuali-
dad es el mismo término que se usa para refenrse a los mzstzs, es de-
cir, las personas de procedencia urbana y de clase Inedia. Otro tér-
mino genérico para llamas macho es niñucha (niñito).

E) LOS AUQUÉNIDOS SUDAMERICANOS, ENTRE EL MITO


Y LA REALIDAD

Enraizado con el origen mítico de los auquénidos: llama, alpaca,


vicuña y guanaco, los pastores andinos consideran dos clases de ani-
males: los salga o salvajes y los uywa o domesticados. Para el antro-
pólogo Flores son salga los que no están sujetos al control d~l hom-
bre, no le prestan utilidad directa, ~un que en el plano_, mítico son
también considerados como domesticados. Por esa razon son pro-
piedad de los Apu, nombre que se da a las deidades locales y regio-
nales del mundo religioso indígena de la Sierra Sur del Perú. Para
los Apu son su uywa. .
La denominación genérica de los animales domesticados es
uywa, que quiere decir también ganado col! lana, como son todos
los domesticados en el antiguo Perú; es decir, alpacas, llamas y wa-
ri, que producen lana, están representados en el estado ceremonial Los cronistas de los siglos XVI y XVII ensalzaban el valor de los
y s;grado, poseen enga e illa. La oveja está también inclu!da en ~sta auquénidos del Tahuantinsuyu. El Padre José de Acosta nos ha le-
categoría, pero ocupa una posición inferior porque no tiene ubica- gado una completa descripción: «Ninguna casa tiene en Perú de ma-
ción preponderante en el ceremonial y la mitología, aunque pr?du- yor riqueza y ventaja que es el ganado de la tierra,~ que los nuestros
ce lana y es doméstica. También participa en algunas ceremonias y llaman carneros de las Indias, y los indios, en lengua general, las lla-
propiciaciones, ingresa al corral ceremonial, es invocad.a, _r:ero mues- man llamay porque bien mirado es el animal de mayores provechos
tra menor jerarquía e importancia. Posiblemente, Indtca Flores y de menor gasto de cuantos se conocen. Deste ganado sacan comi-
Ochoa, se debe esta tradición en torno a la oveja desde su introduc- da y vestido, como en Europa del ganado ovejuno, y sacan más el
ción por los españoles. . trajín y acarreo de cuanto hay menester, pues les sirve de traer y lle-
El resto de los animales son manamilli, mayug; es dec1r, ganado var sus cargas. Y, por otra parte, no han menester gastar en herraje
34 sin lana, como los caballos y los burros. ni en sillas o jalmas, ni tampoco en cebada, sino que de balde sir- 35
ve a sus amos, contentándose con la yerba que hallan en el campo. te, con Felipe II, el prestigio de la Corona y La Mesta estaban uni-
De manera que les proveyó Dios de ?vejas y d~ jumentos en un ~~s­ das y vinculadas a la supremacía del Poder central. El estancamien-
mo animal y como a gente pobre qutso que ntnguna costa les h~cie­ to de la Mesta fue paralelo al declive de la monarquía, que comen-
se, porque los pastores en la sierra son muchos, y otros gastos n1 los zó a manifestarse en la Península Ibérica a finales del siglo XVI.
pide ni los ha menester este género de ganado. Son estos carneros La importancia de la cabaña castellana supuso el impulso básico
o llamas en dos especies. de la economía nacional del siglo XVI. El maestro de historiadores
Unos, son pocos o carneros lanudos; otros son rasos y de poca don Ramón Carande así lo señaló en uno de sus trabajos: «La ga-
lana y son n1ejores para cargar;. son mayores que carneros. grandes nadería, el pastoreo, además de ser la manifestación más arraigada
y menores que becerros, tienen el cuello muy largo, a semeJanza del de la riqueza del reino, determina un tipo peculiar a nuestra actitud
camello, y hanlo menester porque como son altos y levan~ados de ante la vida. Los afanes y los hábitos del pastor repercuten en las ha-
cuerpo para pacer requiere tener cuello luengo. Son de vanos colo- zafi.as universales de la Historia de España».
res: unos blancos del todo, otros negros del todo, otros pardos, otros Con el mismo énfasis, el historiador francés Braudel defiende la
varios que llaman tnormnoro. Para los sacrificios tenían l~s indios in1portancia de La Mesta. Para él las rutas de la trashumancia de-
grandes advertencias de qué color habían de ser para dt.ferentes sempeñaron una misión fundamental en la génesis histórica de Es-
tiempos y efectos. carne de éstos es buena, aunque recta; __la de paña. Durante mucho tiempo los caminos de merinas desemboca-
sus corderos es de las cosas regaladas que se comen, pero gastando- ron en la vertiente oriental, en Barcelona, que tuvo, entre otras fun-
se poco en esto, porque el principal fruto es la lana para. ha~er ropa ciones, la venta de las lanas hispánicas; posteriormente en Valencia,
y el servicio de traer y llevar cargas. La lana labran los 1ndtos y ha- cuya importancia económica se debió en parte a las exportaciones
cen ropa de que se visten: una grosera y común que llaman hauas- laneras. Después fueron Málaga y A.Jicante las que se convirtieron
ca · otra delicada y fina que llaman cumbi. De la carne de este ga- en grandes puertos laneros del siglo XVI. Para Braudel el triunfo de
n~do hacen cusharqui o cecina, que les dura largo tiernpo, y se gasta autoridad implantado hizo posible el establecimiento de la comuni-
por mucha cuenta; usan llevar manadas de estos cameros cargados cación norte-sur de la economía en circulación en Castilla, que fue
como recua y van en una recua de éstas 300 ó 500 y aun 1.000 car- el de la Reconquista y la serie de rutas de la trashumancia. Ello ex-
neros, que trajinan vino, coca, maíz, chuño y azogue, y otra cual- plicaría la decadencia levantina por el traslado del centro de grave-
quier mercadería, y lo mejor della, que ~s la plata. La ca~ga que lle- dad de Castilla hacia el norte: Medina del Campo, Burgos y Bilbao,
va de ordinario un carnero de estos sera de cuatro o sets arrobas Y desde donde España se vinculaba a los países prósperos de la Euro-
siendo viaje largo no caminan sino dos o tres legu~s, o cuatro a lo pa del Norte.
largo. Tienen sus paradas sabidas los carneros, que llama,n (que son Las rutas de la trashumancia se conocían con diversos nombres:
los que llevan estas re.cuas donde hay p~stos y agua), alh descargan cañadas en Castilla, cabaneras en Aragón, correderas en Cataluña y
y arman sus toldos, y hacen fuego y ~~mtda, y no lo pasan :n-al, aun- azadores reales en Valencia.
que es modo de caminar harto flematlco. Cuando no es m~s de una
Como señala el profesor Reglá, eran los castellanos, que con las
jornada, bien lleva un carnero de estos ?cho arrobas y mas, y anda
zonas de pastos ocupaban gran parte del territorio comprendido en-
con su carga, jornada entera de ocho a d1ez leguas, como lo han usa-
tre la Cordillera Cantábrica y el Sistema Penibético de norte a sur,
do soldados pobres que caminan por el Perú. Es todo este ganado
y el Sistema Ibérico y la frontera portuguesa de este a oeste. Allí ra-
amigo de temple frío y por eso se dan en la sierra y muere en los
dicaban los tres principales sistemas de cañadas reales: el occidental
llanos con el calor». o leonés, el central o segoviano y el oriental o manchego, que enla-
zaban entre sí por un gran trazado de rutas secundarias llamadas cor-
deles v veredas.
L~ Mesta, como hemos señalado anteriormente, comenzó a de-
LA MESTA EN LA PENÍNSULA Y MESTA EN AMÉRICA caer a fines del siglo XVI. En el siglo XVII la proporción entre la
ganadería estante y la trashumante era de cuatro a uno.
Fueron los Reyes Católicos los primeros en poner de ma~ifi~sto Durante la primera mitad del siglo XVI se arbitraron medidas
la importancia de la ganadería, denominándola como «la pnnctpal para impedir la exportación de caballos a Francia y, por el contra-
sustancia de estos reinos». rio, se importaron bueyes de Berbería, Cerdeña y Apulia. Varias dis-
Un historiador especializado en este tema, Julius Kleim,_ al estu- posiciones tendieron a fomentar la riqueza pecuaria. Se ordenó que
diar la cofradía de pastores fundada por Alfonso X el Sabto, puso los ganaderos tuviesen seis vacas de cría por cada l. 000 ovejas. En
de manifiesto la importancia de la ganadería trashumante,. que al- 1552 se autorizó a los labradores a llevar vacas de cría a las dehesas
36 canzó su apogeo en el segundo tercio del siglo XVI y, postenormen- boyales y prados concejiles si la extensión de éstos lo permitía. A par- 37
tir de 1560 se dictaron ordenanzas en virtud de las cuales se prohi- En la segunda mitad del siglo XVIII los productos del campo se
bía el sacrificio de terneros y se prohibía la exportación de pieles. habían revalorizado y con ellos el de la ganadería estante. Así fue
Las exportaciones de lana continuaron formando la mayor parte aumentando el precio de la carne de ganado vacuno. Una libra de
del volumen de la balanza positiva del comercio exterior español. carne de buey en 1756 costaba 36 maravedises; en 1765, 40 marave-
En 1645, según señala Reglá, se exportaron 26.650.000 libras de ve- dises; en 1771, 51 maravedises; en 1758, 57 maravedises, y al finali-
llones, equivalentes a dos tercios del esquileo total. Las exportacio- zar el siglo, en 1798, 79,9 rnaravedises. Con ello se iniciaba la deca-
nes laneras oscilaban anualmente de 36.000 a 60.000 sacos, de los dencia del monopolio de La Mesta.
cuales unos 20.000 salían por el puerto de Bilbao hacia Europa. La fecha del comienzo de la decadencia de La Mesta se sitúa en
En el siglo XVIII el desarrollo y expansión de la agricultura vol- torno al año 1764, cuando Vicente Paíno, diputado por las ciudades
vió a suscitar la competencia entre el labrador y los pastores. Y a des- extremeñas, llevó a las Cortes la situación económica y la miseria de
de el reinado de los Reyes Católicos se había marcado claramente las gentes de la región a causa de los privilegios que gozaban los ga-
el apoyo a los pastores como política proteccionista de La Mesta. Co- naderos. Este debate parlamentario fue el punto de arranque de
mo señalan los historiadores Antonio Domínguez y J. Mercader, las otras reformas sobre el mismo tema. La más revolucionaria fue la
trabas que la ganadería trashumante había puesto al desarrollo agrí- refonna agraria, que provocó diversos informes del Consejo de Cas-
cola de gran parte de Castilla la Nueva y Extremadura condenaron, tilla y la puesta en marcha de tres disposiciones importantes: una au-
en primer lugar, a quienes usufructuaron tan cómodo monopolio, torizando a cerrar las heredades de viñas y olivares (1779); otra abo-
descuidaban el perfeccionamiento-de las razas de ganado y la co- liendo el derecho de posesión y- el régin1en de tasas de los pastos
mercialización de sus productos -tal fue la enseñanza recibida por (1786), y la tercera suprimiendo el cargo de alcalde entregador, en-
la España de los últimos Austrias- que vio decrecer la cabaña na- cargado de defender los intereses de La Mesta respecto a los labra-
cional y sensiblemente reducida la exportación de su principal pro- dores (1796).
ducto: la lana. El rey Carlos IV, obligado por la acuciante situación económica,
La ganadería y La Mesta entraron en el siglo XVIII muy agota- tuvo que transigir en una petición de La Mesta que fue acompaña-
das ...Ante esta situación, en España no se tomaron medidas adecua- da por un donativo de 1.000.000 de reales, por lo que dejaba al ar-
das. Por el contrario, en el extranjero, tanto en Inglaterra, Francia bitrio del presidente de ésta y de sus delegados la determinación de
y el Piatnonte, se aplicaron nuevos métodos para el engorde delga- las tierras roturables.
nado y selección de lanas, lana que procedía, en parte, de ovejas me- No puede decirse, pues, que la política del Despotismo Ilustrado
rinas importadas de España. fuese contraria a la ganadería. Según el censo de 1797 la cabaña na-
Durante medio siglo los Barbones continuaron patrocinando la cional era: ovejas, 11.700.000; cabras, 2.500.000; cerdos, 1.200.000;
organización de La l\1:esta, cuya red de intereses abarcaba a minis- bueyes, 1.650.00; caballos, 230.000. Estas cifras revelan que la polí-
tros, funcionarios y cortesanos. En 1726 extendieron su régimen y tica económica-liberal cuadruplicÓ en breve espacio de tiempo el nú-
su jurisdicción a la Corona de Aiagón, especialmente a las herman- mero de cabezas de ganado existente en el país. Por aquellos años
dades de Daroca, Albarracín y Teruel. En tiempos del rey Fernan- comenzó a ser Galicia la región gaiiadera por excepción.
do VI se renovaron las antiguas leyes que fijaron el predominio de La trashumancia de los ganados fue muy extensiva en las épocas
la ganadería sobre la agricultura. Como señalan los dos historiado- medievales y modernas en la Europa mediterránea, pero donde al-
res en su documentado trabajo, ese predominio de la ganadería se canzó mayor desarrollo fue en las tierras castellanas.
amparó en una copiosa legislación. Derecho de posesión (R. C. de
1753) fijando la tasa de los pastizales en lo que se pagaba en 1692
y prohibición de rompimiento de minas (R. C. de 1749).
Pero poco antes de morir el monarca la situación había cambia- A) INSTITUCIONES Y FUNCIÓN DE LA MESTA
do. La R. C. de 1758 supritniendo el impuesto de servicio y montaz-
go que recaudaba y pagaba La Mesta por un arancel en la exporta- El Consejo de La Mesta fue la institución encargada de proteger
ción de la lana, fue el más duro golpe que sufrió esta institución, el desarrollo de la actividad trashumante de los territorios castella-
puesto que se separaba del Estado el entronque financiero que ha- nos. Aunque en el ámbito de la Corona de Aragón también surgie-
bía sido esencial para su auge. Paulatinamente se empezó a notar el ron instituciones con la misma finalidad: casa de ganaderos de Za-
cambio de signo de rendimiento de la agricultura, superando a la ga- ragoza, Tauste, Egea, Mesta de Albarracín, pero ninguno de ellas al-
nadería, así como las ventajas del rebaño estante sobre el trashu- canzó la importancia de La Mesta castellana. _,
mante y las de la organización comercial sobre la extranjera. Desde Como ha escrito con gran rigor científico el profesor Angel Gar-
1750 se había abierto un nuevo mercado de consumo a la lana cas- cía Sanz, los orígenes de La Mesta se ~emontan a la fecha 1273, cuan-
38 tellana: «la industria textil catalana». do el monarca Alfonso X el Sabio otorgó una serie de privilegios al 39
Concejo de La Mesta de Pastores. Por aquellos años La Mesta de- eran agrupaciones comarcales de ganaderos de León, Soria, Segovia
bía ser el resultado de la integración de numerosas mestas; es decir, y Cuenca. Todos los asistentes tenían voz y voto en las reuniones
asociación de pastores de ámbito local, comarcal y regional que se que anualmente convocaba La Mesta en primavera y otoño. Por el
había ido formando para regular el movimiento de los rebaños contrario, los ganaderos de tierras llanas -riberiegos- estaban ex-
ovinos. cluidos del gobierno de la Institución, aunque sus ganados gozaran
La Mesta, como señala García Sanz, nació con el apoyo de los de los privilegios mesteños.
reyes y nunca hasta su extinción en 1836 se vio falta del apoyo de la Por lo que respecta al disfrute de privilegios, todos los ganados
Corona, siendo la constitución de La Mesta una fuente de recursos del Reino, de cualquier espacio que fueran, tanto si trashumaban o
económicos. no, estaban sometidos a la jurisdicción de La Mesta.
«La IY1esta protegía la trashumancia mediante el ejercicio de la Como señala el precitado historiador: <<Fue en la segunda mitad
capacidad jurisdiccional que ostentaba para hacer respetar una se- del siglo XVIII cuando la cuantía del contingente ganadero trashu-
rie de privilegios a favor de los ganados trashumantes. Estos privi- mante alcanzó su máximo histórico fue entonces cuando se inició
legios se fueron acumulando a lo largo los siglos, y mientras los una seria campaña antimesteña desde las altas instancias guberna-
privilegios otorgados por la monarquía hasta principios del siglo XVI mentales a partir de los planteamientos del liberalismo económico,
se referían a la libertad de paso a la conservación de las cañadas y reacio a todo privilegio que condicionara la libre asignación de los
descansaderos y, en fin, a la protección de los ganados frente a vio- factores productivos. La liquidación de La Mesta en 1836 no obe-
lencias y exacciones locales arbitrarias. En los siglos modernos los deció sólo a factores ideológicos y políticos. En los años veinte del
privilegios mesteños tendieron más bien a asegurar la permanencia siglo XIX las ganaderías trashumantes experimentaban importantes
en pastos abundantes y baratos para los ganaderos.>> pérdidas en sus explotaciones por el hundimiento de los precios de
Los principales privilegios relacionados con los pastizales fueron: la lana y sólo pensaban en deshacerse de sus cabañas. Por eso la li-
el de posesión, puesto en uso desde el siglo XVI. Por este privilegio quidación legal de La Mesta en 1836 fue en realidad sancionar ju-
el ganado no podía ser desahuciado de un pastizal que el ganadero rídicamente la n1uerte de una institución que ya había dejado de te-
hubiera arrendado por más que el dueño de la finca así lo deseara ner interés y había perdido la importancia que tuvo cuando se au-
u otro ganadero lo pretendiera. Otro privilegio fue el de tasa desde torizó su funcionamiento».
el siglo XVIII. Su práctica consistía que en caso de desacuerdo en Tras esta introducción sobre La Mesta castellana analizaremos a
cuanto al precio de las hierbas entre el ganadero y el dueño del pas- continuación la incorporación de la Institución al Nuevo Continen-
tizal, se realizaría una tasación cuyos resultados debían ser acepta- te. Aunque se estableció en todas las Indias, fue únicamente en
dos. La aplicación de estos privilegios fue que los costes de produc- México donde cristalizó.
ción de la lana -el principal producto de los ganados trashuman-
tes- fueran bajos.
El privilegiado cuerpo de mesteños fue objeto de varias recopi-
laciones, denominadas Cuadenws de La lVJesta. B) LA MESTA MEXICANA
El control de La Mesta, la puesta en práctica de los privilegios,
la aplicación de la legislación sobre su control y aplicación necesitó funcionamiento y carácter económico de La Mesta castellana
una complicada burocracia. De mayor a menor encontramos una se- se impuso en el virreinato novohispano, si bien se hicieron algunas
rie de individuos que sin llegar a ser funcionarios del Estado sí con- modificaciones importantes en su organización con respecto al mo-
taban con autoridad suficiente: l.o Los procuradores de Corle y de delo peninsular. Dos factores influyeron en esas modificaciones. De
Chancillería, que defendían los intereses ganaderos en las altas ins- un lado el medio geográfico y de otro la realidad social implantada
tancias. 2. o Los alcaldes de puesto, que recaudaban en los pasos de por las nuevas clases étnicas.
las cañadas el servicio y montazgo una especie de peaje que se en- Como ha señalado el gran americanista, el historiador Ramón
tregaba a las arcas reales. 3. Los procuradores de dehesas, que coor-
0
María Serrera, La Mesta mexicana ofrece más similitudes con las
dinadamente arrendaban pastos para los ganaderos, que eran «her- mestas municipales de tipo andaluz que con la Institución del Con-
manos de La Mesta». 4. Los alcaldes entregadores, que eran unos es-
0
cejo de La Mesta, que reguló la trashumancia del ganado lanar en
trictos vigilantes del cumplimiento de los privilegios. 5. El alcalde en-
0
Castilla.
tregador mayor, que coordinaba el dispositivo burocrático de La Mes- La finalidad de La Mesta novohispana no sólo fue la de regular
ta. A partir de 1500 se nombró un presidente de La Mesta, nombra- la cría del ganado ovino, sino también toda la actividad ganadera en
miento que recaía en el miembro más antiguo del Concejo Real. general. El indígena no participó en el desarrollo administrativo de
La responsabilidad del gobierno de la Institución estaba enco- La Mesta, no fue admitido al régimel} de Gobierno de la misma tan-
40 mendado a los ganaderos serranos encuadrados en las cuadrillas, que to a escala local como provincial. 41
Como señala el doctor Serrera, desde las primitivas ordenanzas El indio mexicano, como señala Serrara, apenas participó en la
de 1537 hasta las definitivas de 1574 existen algunas diferencias. En riqueza animal del territorio. La propiedad corporativa de los fon-
las primeras se percibe una gran influencia de legislación peninsu- dos, el disfrute de los beneficios por los miembros del grupo y la re-
lar, mientras que en las de 1574 ya aparecen incorporados aspectos serva de un capital comunal para fines de utilidad colectiva, la es-
propios de la realidad mexicana. casez de tierras suficientes para practicar un rentable sistema de
Y en esta nueva realidad se incorporaban, como ha estudiado el crianza extensiva, los reducidos rebaños y la falta de excedentes de
historiador n1exicano José Miranda, dos factores específicos que la producción para comerciar en el seno de la oligarquía ganadera fue-
diferencian de La Mesta castellana: «La presencia del indio y la exis- ron las características ganaderas de Nueva España.
tencia de necesidad de explotación ganadera típicamente novohis- La legislación indiana siempre tuvo una preocupación por la ga-
pana como era la estancia>>. nadería y la Mesta: <<Los jueces y ministros en quienes se subdelege
Como hemos visto antes, en la Península, La Mesta fue una aso- la jurisdicción para la venta y composición de los realengos proce-
ciación o gremio de ganaderos, de propietarios de ganado; en cam- derán con suavidad, templanza y moderación con procesos verbales
bio, en la Nueva España La Mesta fue una asociación o gremio cons- y no judiciales en los que se poseyeran los indios y en los demás que
tituido esencialmente por estancieros, es decir, de propietarios de hubiere tnenester, en particular para sus labores, labranza y crianza
estancias. de ganados, pues por lo tocante a las de comunidad y los que están
En la Recopilación de Leyes de Indias de 1680 se recoge lo le- concedidos a sus pueblos para pastos y ejidos que no se han de ha-
gislado hasta entonces sobre el establecimiento y funcionamiento de cer novedad, manteniéndoles en la posesión de ellas y reintegrándo-
La Mesta: «Que en la Nueva España se guarden las ordenanzas de les en las que se hubieren usurpado concediéndoles mayor extensión
La Mesta e introduzca en las demás provincias de las Indias» (El Em- en ellas según la exigencia de la población, no cesando tampoco de
perador Carlos; dada en Valladolid, 4 de abril de 1542). Se refiere rigor con las que ya poseyeren los españoles y gentes de otras cas-
concretamente a Nueva España: <<El beneficio y utilidad que resulta tas, teniendo presente para con unos y otros lo dispuesto por las Le-
de haber introducido La Mesta en estos Reynos de Castilla dieron yes 14, 15, 17, 18 y 19, título XII, libro IV de la Recopilación de
causa a que la ciudad de México, por lo que toca a sus términos y Indias».
provincia de la Nueva España, con orden de don Antonio de Men-
doza, nuestro virrey, hiciese algunas ordenan~as para la cría y au- El historiador Serrera, en su magistral libro Guadalajara gana-
mento de los ganados, remedio y castigo de los grandes y delitos que dera ( 1760-1805), hace un estudio de las cofradías como institución,
con mucha frecuencia se cometían, y habiendo sido por Nos confir- sobre todo de la diócesis de Guadalajara. La cofradía se funda nor-
madas y mandadas guardar y cumplir, es nuestra voluntad que en la malmente con unos fines religiosos (culto a determinada imagen o
Nueva España donde se dio principio a este beneficio común, ten- advocación, misas al patrón del pueblo, procesiones, festividades, ce-
gan cumplido efecto, y en las demás provincias donde no se hubiere lebraciones de difuntos para los miembros de las mismas, devoción
introducido y militare la misma razón que en la Nueva España ha- a las ánimas del Purgatorio, etcétera) y beneficios (fundación de hos-
gan el virrey, presidentes de Audiencia y Gobernadores que se fun- pitales de indios, asistencia en las enfermedades, pestes y epidemias,
de La Mesta, para que con mejor concierto y mayor aumento atien- mantenimiento de un capital de reservas para solucionar urgencias
dan todos a la cría de los ganados y delitos no queden sin castigo de todo tipo, construcción de edificios de utilidad común para sus
sobre lo cual guarden las ordenan~as de México como van en las le- componentes, socorro de las necesidades, etcétera). Los promotores
yes de este titulo y en las demás que en él se contienen». solían ser indios, comunidades de indios o, con frecuencia, sectores
El historiador Serrera, al referirse a la trashumancia en Nueva concretos de estas mismas comunidades. La fundación era volunta-
España, se hace una pregunta: ¿Existió en Nueva España la trashu- ria, a diferencia de lo que ocurría con la comunidad, que estaba vin-
mancia estancional de ganado lanar al igual que en la Península? El culada al pueblo de indios y comprendía todos los componentes del
punto de discusión arranca de una información formulada en 1920 grupo. No todos los miembros de una cotnunidad pertenecían a una
por el especialista extranjero Julius Kleim, quien sostenía que la Ins- misma cofradía, pues de hecho existieron con frecuencia varias en
titución no arraigó en el virreinato novoshispano por la ausencia de una misma población. Estaban sometidas a la jurisdicción eclesiás-
condiciones geográficas favorables que permitiera el tnovimiento es- tica de la diócesis en la que se ubican, sin cuyo pern1iso no podían
tacional de los rebaños. El historiador francés Fran~ois Chevalier intervenir las autoridades civiles. Eran controladas o administradas
sostiene que en 1579 más de 200.000 ovejas se trasladaban en el mes por los párrocos y vicarios del lugar y en ellas ninguna función les
de septiembre desde la región de Querétaro hasta las inmediacio- corresponde a las justicias del distrito ni aun para supervisar la ad-
nes del lago Chapala, recorriendo anualmente de 300 a 400 kilóme- ministración de sus fondos, como ocurre con los propios arbitrios y
42 tros para alimentarse con los pastos de esta zona. bienes de comunidad. El inscribirse en las mismas era voluntario 43
para los indios y no podían ser obligados a préstamos y servicios es-
peciales a la Corona, como sucedía con los bienes de comunidad.
Por lo que respecta a Guadalajara, las cofradías se extendían por
toda la diócesis de Guadalajara, tanto las de indios como españoles,
teniendo como principal empresa la ganadería: vacuno, caballar, mu~
lar, asnal y menor.
La cofradía, que en su origen no era más que una agrupación de
fieles para rendir culto a determinada imagen o advocación, termi-
nó convirtiéndose en el único cauce viable para participar comunal-
mente en una actividad económica a la que con dificultad se podía
tener acceso de forma individuaL
Estimamos que con estas líneas introductorias hemos completa-
do el texto de don José Tudela, actualizando su contenido con las
valiosas publicaciones que han aparecido en los últimos años. Si el
autor en su Historia de la ganadería hispanoamericana se refiere a
HISTORIA
los dos períodos: prehispánico e hispánico, la misma orientación he- /

mos dado a nuestra Introducción.


Podríamos haber hecho referencia a avicultura, apicultura, etcé-
GANADERIA
tera, aspectos que, aunque no son ganaderos, están desarrollados en
el manuscrito original del doctor Tudela de la Orden, pero los con-
sideramos una aportación que se escapa del título del libro. HISPANOAME ICANA
Leoncio CABRERO

Tudela de la Orden

44
,P

CA ITU O I
. . . . . .. . . ., _, DOMÉSTICOS EN LA
INDÍGENA
HIPÓTESIS SOBRE LA ESCASEZ DE ANIMALES DOMÉSTICOS
AMERICANOS. EL PERRO INDÍGENA AMERICANO: PERROS MUDOS,
ESQUIMALES Y DE LAS PRADERAS, LOS GOZQUES, TECHICHÍ, ETC.
PERROS DE CAZA, DE GUARDA Y OVEJERO. LOS AUQUÉNIDOS
(CAMÉLIDOS): VICUÑA, GUANACO, LLAMA, ALPACA VOLATERÍA: LOS
GALLOS DE DOS I\1UNDOS: LA GALLINA EN EL VIEJO MUNDO, EL GALLO
EN EL NUEVO ~1UNDO. EL PAVO EN AMÉRICA DIFUSIÓN DEL PAVO
EN EuROPA EL PÉCARI. EL PATO. EL coNEJO. EL coBAYO.
GANADERÍA MÍNIMA INDUSTRIAL: ABEJAS, GUSANOS DE SEDA Y GRANA
EL BISONTE Y EL CAlMAN.
OMO hay una disconformidad en la determinación de los ani-
males que logró hacer domésticos el indio americano, es ne-
cesario ante todo aclarar qué se entiende como animal do-
méstico.
Esta es la pregunta que se hace René Thevenin al comienzo de
su conocida obra (1), en la que después de exponer unas cuantas de-
finiciones clásicas y de mostrar su disconformidad con ellas, consi-
dera como doméstico «todo animal que ha sido criado de genera-
ción en generación bajo la vigilancia del hombre y que ha evolucio-
nado hasta constituir una especie o una raza diferente de la forma
salvaje primitiva de que procede».
Los animales don1ésticos de la América indígena generalmente
reconocidos son cinco: el perro, el guajolote o pavo común, la lla-
ma, la alpaca, y el cut o cobayo.
Pero junto a los indios an1ericanos vivieron también, en domés-
tica convivencia, según nos cuentan cronistas y viajeros, otros ani-
males, por lo cual esta pequeña serie de cinco ha sido ampliada con
otros dos animales más: el pécari y el pato, pero lo cierto es que los
españoles no encontraron en ninguna parte de América a estos dos
animales domesticados.

HIPÓTESIS SOBRE LA ESCASEZ DE ANIMALES DOMÉSTICOS AMERICANOS


Contrasta la escasez de especies animales que logró domesticar
el indio americano con la abundancia y variedad de las plantas por
él cultivadas.
Para explicar este contraste se han planteado dos hipótesis:
Primera: La incapacidad del indio para domesticar.
Segunda: La escasez en An1érica de animales susceptibles de esta
transformación.

NOTA: Las notas personales de don José Tudela las hemos distinguido
de las nuestras con las iniciales (J. T.).
(1) 01igine des animaux domestiques. Presses Universitaires. París,
1947 (J. T.).
La primera hipótesis no tiene gran fundamento. Después de cua-
tro siglos de llegar allí otros pueblos, éstos no han logrado tampoco
domesticar ninguna nueva especie zoológica.
Además, es bien conocida la afición de los indios, sobre todo de
los sudamericanos, a vivir rodeados de toda clase de animales, ma-
míferos, aves, reptiles -más o menos amaestrados-, hecho acusa-
do por cronistas y viajeros, y a pesar de esto no lograron aumentar
su acervo a la domesticación.
Es bien sabido también el horror que tiene el indio a matar a los
cachorros de perros y gatos para dejar tan sólo los que pueden criar
bien las hembras; lo que motiva la abundancia de perros y gatos en
las casas, cabañas y poblados indígenas.
No es raro ver que la india críe a sus pechos un perro si ha muer-
to su propio hijo, o que amamante a la vez perro e hijo, y que, al
caminar, coja al perro cansado como pudiera coger al niño.
Otro dato revela la habilidad, paciencia y cariño del indio por
los animales domésticos, y aun no domésticos, de la que con ellos
se usaba en la metrópoli; como la de servirse del ganado vacuno pa-
ra carga y aun para montura, cosa que muy raras veces y sólo como
excepción se ve en la Península.
La segunda hipótesis, la de la escasez en América de especies
zoológicas domesticables, es más cierta y viene a reforzar la tesis con-
traria a la primera, o lo que es lo mismo, lo infundado de ésta. No
se trata sólo de la sociabilidad o simpatía que unos animales tienen
por el hombre, los que siendo salvajes le siguen en su vida nómada
o en sus correrías, comiendo los desperdicios de sus comidas y aun
ayudándole en la caza. «No se trata solamente de esta especie de
de las cultivadas en el mundo; en cambio, fue poco hábil o tuvo po- Cultura colima (del occidente de
buena voluntad por la cual el animal siente simpatía por el hombre, México).
sino de predisposiciones orgánicas que nos ha revelado el estudio ca fortuna en la domesticación de animales, pues tan sólo logró ha-
de la evolución. Los naturalistas nos han demostrado que la domes- cer domésticos cinco: cuatro mamíferos, el perro, la llama, la alpaca
ticación del camello, del asno, del caballo, de la cabra, de la oveja y el cuí o cobayo, y un ave, el guajalote o pavo común.
o de la vaca se verificó sobre especies animales en proceso de evo- Entre las plantas hubo algunas que también logró cultivar el hom-
lución y, por tanto, blandas, maleables» (2). bre del Viejo Mundo, como el algodón, el añil, los bledos y ciertas
Las especies afines a las domesticadas en América no de~ieron calabazas (3), y entre los animales americanos, únicamente el perro
de tener esta crítica y especial disposición evolutiva, pues el btsonte había sido también domesticado, desde remotos tiempos de la pre-
no fue dornéstico ni en el Nuevo ni en el Viejo Mundo. Tampoco historia en el Viejo Mundo. El perro debió de ser el primer animal
las especies afines a las de los auquénidos domesticados, la llatna y dotnesticado por el hombre.
la alpaca, como la vicuña y el guanaco, no llegaron nunca a ser En la América precolombina había tres clases de perros: el de
domésticos. las tierras árticas o perro esquimal, procedente de las costas de Asia,
que llegó muy tarde a aquel continente y de cuya llegada no se pre-
cisan fechas; el perro de las tierras antárticas y de las praderas, cuya
EL PERRO INDÍGENA AMERICANO: PERROS MUDOS, primera descripción, como tantas otras, aparece en un cronista de
ESQUIMALES Y DE LAS PRADERAS
El perro fue el primer animal domesticado en el Nuevo ~1undo. (3) De todas las plantas citadas, la más importante, tanto en el Viejo como en
Así como el indio americano fue muy afortunado en la domes- el Nuevo Mundo, es el algodón. Fue conocido en Egipto e introducido por los fe-
ticación de plantas silvestres, pues logró cultivar casi la quinta parte nicios en Europa (Lieslia). Los árabes lo trasplantaron a España. Existe gran va-
riedad de algodoneros. Los algodoneros de semillas cubiertas (asiáticos, Gossypium
arboreum, G. herbaceum; americanas, G. hirsutum, G. mexicanum y G. peruniarum).
(2) P. Vegret: Geographie de L'elevage. Tom. 23. Colección Geographie Hu- Los algodoneros de semillas desnudas, de procedencia americana, son de varias cla-
maine. París, 1951, p. 18 (J. T.). ses. Destaca el Gossypium bardandese.
50
Indias. (En este caso, en la crónica de la expedición y descubrimien-
Indígenas de Norteamérica.
to del sudoeste del actual territorio de los EE.UU., de Vázquez de
Coronado, descrita por Pedro Castañeda (4) y, por fin, los perros mu-
dos, pequeños y pelones, que nos describen otros cronistas españo-
les en las Antillas, México y Perú (5).
Los dos primeros, el del Ártico y el de las praderas, eran de talla
media y utilizados los dos en tiro y arrastre, para transportar tien-
das, utensilios y víveres, y los terceros, que eran de poca talla, sólo
se destinaban a alimentar a la población indígena.
Del antiguo perro esquimal sólo hay testimonios arqueológicos,
restos óseos encontrados en recientes excavaciones de aquellas cos-
tas, pero faltan representaciones figurativas de esta raza canina. Hay
un testimonio histórico del explorador Martín Forbisher~ que lo en-
contró en 1577 en las costas que luego se llamarían de Cumberland,
el cual nos dice que los perros que tenían los esquimales parecían
lobos y les servían de animales de tiro y además de alirr1entación (6).
Del perro de las praderas tenemos una descripción literaria, la rea-
lizada por el cronista citado, y una representación pictórica, hecha y de Europa hay pieles de bisonte pintadas por estos indios y en el
por indios en una piel de bisonte, como era corriente entre los indios de Denver (Colorado) está la mejor colección de ellas.
(algonquinos, siux, iroqueses y pueblos), que ocupaban la gran cuenca El texto de la crónica de Pedro Castañeda dice: «Andan (los in-
del Misisipí (7). En todos los museos etnológicos de Norteamerica dios) como alábares (nómadas) con sus tiendas y arrias (recuas) de
perros aparejados con lomillos y enjalmas y cincha. Cuando se tuer-
(4) La empresa de Francisco V ázquez de Coronado, en tierras de los actuales ce la carga aúllan llamando quien les aderece».
Estados Unidos, se llevó a cabo desde julio de 1540 a comienzos del año 1542. El En la pintura de piel de bisonte se ve un indio con arco y fle-
7 de julio llegó Coronado a la primera ciudad zuñi, en la que fueron recibidos con chas en la mano, con la aljaba (8) colgada al hombro, vestido con
hostilidad por los indígenas. Allí se informó de la existencia de otras siete ciuda-
des. Hacia el norte, el territorio de los maquis, a donde envió a Pedro de Tovar,
pantalones y cubierto con una especie de manta de piel de bison-
quien tuvo noticia de un gran río, éste ordenó su busca a García López de Cárde- te, horadada por delante y la cabeza tocada con una pluma. Le si-
nas. A los veinte días de marcha Cárdenas descubrió el Gran Cañón del Colorado. gue una mujer, vestida con traje cortado con mangas, también de
(5) Los aztecas tenían algunas variedades de perros. Los denominados perros piel de bisonte, que lleva arrolladas a la espalda otras pieles y se
mudos se criaban como alimento; nunca utilizaron este animal para el transporte. ayuda, para caminar, de un palo. Dos perros, conforme a la des-
En las culturas de occidente mexicano -pretarascas de Colima y Nayarit-, sobre
todo en la primera, han aparecido variadas representaciones de perros. La cultura
cripción literaria, van aparejados arrastrando los palos (travois) y
colimense se caracterizó por una rica escultura en barro por la que desfilan perros las tiendas (tupis) de piel arrolladas, y atravesado en los palos, el
en distintas posturas, lo que nos indica la importancia que tuvo en el mundo pre- paquete de la carga.
hispánico. El nombre indígena más extendido para referirse al perro era tepezcuintle. L' Abbé Domech (9), que viajó a mediados del siglo pasado, tres
(6) La península de Cumberland constituye la extremidad oriental de la tierra siglos después que Coronado, por los grandes desiertos de Nortea-
de Baffin (Canadá). Con el nombre de Cumberland se denomina a las tierras me-
ridionales de la meseta Apalachiana, en el macizo de los Apalaches. El río Cum-
mérica, hace la siguiente descripción del perro de las praderas: «Es-
berland y el Kentucky, afluentes del Ohio, nacen en esta región. tos animales pululan en los pueblos indios como en las ciudades tur-
(7) Como señala el Profesor Ballesteros Gaibrois, desde el mar de Hudson has- cas. Cada familia los tiene, a veces, hasta por docenas, de todos los
ta el cabo Hatteras se extiende la gran familia de los Algonquinos. Los grandes je- tamaños y de todos los colores; unos sirven para la caza, otros para
fes de la resistencia indígena contra los europeos surgieron de sus filas, como Pon- arrastrar fardos y otros para ser cebados con el fin de comerlos ... Es-
tiac y Tecumseh.
tos desgraciados animales reciben más palos que trozos de carne, así
Los Iroqueses estaban formados por un grupo denominado de las cinco nacio-
nes (Cayuga, Mohauc, Oneida, Onondagas y Sénecas). Históricamente se les pue- son hábiles ladrones, lo que es difícil de evitar. Cuando están ham-
de seguir desde el siglo XV, en que constituyeron una confederación, gobernada brientos comen los vestidos de piel que caen bajo sus dientes. Cuan-
por un consejo federal, aunque cada tribu conservó su autonomía. do una tribu cambia de lugar cada perro lleva a sus espaldas paque-
Los Siux o Dacotas eran ocupantes de las grandes praderas. Estaban divididos
en siete grupos o «siete fuegos del consejo». Eran patriarcales y polígamos, gober-
nados por jefes militares. La base de su economía era la caza, sobre todo de qison- (8) Carcaj. Recipiente que se lleva colgado al hombro en el que se tienen las
tes (Ballesteros Gaibrois, M.: Historia de América. Ediciones Istmo. Madrid, 1989, flechas para el arco.
52 pp. 77-78). (9) Voyage pintoresque dans les Grands desert du Nouveau Afonde. París, 1861,
p. 461 (J. T.). 53
tes que pesan de 18 a 20 kilos, atados a los palos de las tiendas que paña, sin describirlas, cinco clases de perros precortesianos: chichi,
arrastran». itzcuitli, xochiocayotl, tetlamin y tehuizotl. Pero el doctor Francisco PERROS GOZQUES
Estas dos razas de perros, unos para tirar de los trineos y otros Hemández (12), médico de Felipe II, primer expedicionario cientí-
DE LOS PERROS QUE HOBO EN
para arrastrar los palos de las tiendas desarmadas, eran mucho n1ás fico que fue a América y cuya gran Historia Natural de las Indias, ESTA ISLA ESPAÑOLA E LOS
corpulentos que los perros indígenas del resto de América; quizá aunque perdida en parte, es la base de todas las posteriores, descri- QUE HAY AL PRESENTE

sean estos perros resultado de los contactos que, en tiempos ya his- be cuatro clases: itzcuintlipotzotli, tepeitzcuintli, joloitzcuintli y techi-
ch~ que son las que enumera el Padre Clavijero en su Historia An-
Perros gozques domésticos
tóricos, debieron de seguir teniendo los pueblos mongólicos de Asia se hallaron en aquesta isla Es-
-siberianos, chinos y japoneses- con los de América. tigua de México (13). pañola (y en todas las otras is-
Todos los perros americanos sirvieron para la alimentación del Todos los animales domésticos y muchos de los salvajes han te- las que están en este golfo po-
nido una significación religiosa para los pueblos primitivos y aun pa- bladas de cristianos), los cua-
hombre, como los perros de los tiempos prehistóricos y los de los les criaban los indios en sus
pueblos primitivos del Viejo Mundo. ra 1os civilizados protohistóricos; así, entre los pueblos precortesia- casas. Al presente no los hay.
Por los cronistas de Indias sabemos que los gozques o pequeños nos de México y de América Central y entre los andinos prehispá- E cuando los hobo, los indios
nicos, que fueron los únicos civilizados de la América indígena, los tomaban con ellos los otros
perros de las Antillas, de México, de América Central y del Perú, animales todos de quien se ha
fueron criados con este fin, sin que tuvieran ningún otro aprovecha- anirnales que lograron domesticar estaban unidos a las creencias y hablado en los capítulos de
miento como no fuera la interferencia religiosa al usar de su comi- ceremonias religiosas de estos pueblos (14). suso. Y eran estos perros de
En la teogonía azteca el perro tenía (según Seler) una misión todas aquellas colores que hay
da con cierto sentido ritual, como puede verse en alguna represen- perros en España: algunos de
tación plástica, hecha en barro cocido, de un perro con máscara. análoga a la de Caronte en la teogonía griega: la de transportar a una sola color, e otros man-
Aunque casi todos los primeros cronistas de Indias citan estos las almas de los muertos sobre las «nueve aguas», sobre el torrente chados de blanco e prieto o
de nueve brazos que corre por el mundo inferior; por esto, entre las bermejo o barcino, o de las
gozques_, no los describen, y gracias a las pinturas de algunos códices colores e pelo que suelen te-
mexicanos, a esas esculturas en barro cocido de vasos funerarios, so- antiguas tribus aztecas había la costumbre de colocar en la tumba ner en Castilla. Algunos bedi-
bre todo, en las culturas del Occidente de México, a algunos vasos con el cadáver humano el de un perro o la efigie de un perro, es de- judos, otros sedeños, otros ra-
cir, un barro cocido, un vaso funerario o un perro de papel colgado sos. Pero los más déstos, acá
pentanos y a una pintura de un códice colonial del Perú, nos pode- son entre sedeño e raso, y el
mos dar idea de cómo fueron esos perros pequeños, mudos y pelo- como joyel del bulto que simulaba al difunto en los aniversarios, pelo de todos ellas más áspe-
nes (10). ro que le tienen los nuestros,
e las orejas avivadas e a la ler-
Son escasas y confusas las noticias que se tienen de los perros in- ta, como la tienen los lobos.
dígenas mexicanos, entre las varias especies o razas que enu- Eran todos estos perros, aquí
de México. A partir de ese momento la actividad observadora de Fray Bemardino en esta e las otras islas, mu-
meraron los cronistas, sólo una, el techichí, es de la que se tienen fue el motivo de que legase a la ciencia universal una gran obra etnográfica, enri- dos, e aunque los apaleasen ni
más testimonios literarios plásticos. techichf, que también se lla- quecida con el conocimiento del nahuatl. El cronista y compañero de Orden, Men- los matasen, no sabían ladrar;
nla aleo, era un cuadrúpedo de México y de otros países de Améri- dieta, se refería con estas palabras a su hermano de religión: «Llegado a esta tierra algunos gañen o gimen bajo
ca que por ser de la figura de perro, fue llamado así por los espa- (fray Bemardino) aprendió en breve la lengua mexicana y súpola tan bien que nin- cuando les hacen mal.
gún otro hasta hoy se le ha igualado en alcanzar los secretos della y ninguno tanto Los españoles que vinieron
ñoles. Era de un aspecto melancólico y enteramente mudo, de don- con el Almirante primero, en
se ha ocupado en escribir en ella».
de tomó origen la fábula de que los perros del Mundo Antiguo en- (12) A comienzos de 1570 el Rey Felipe II concedió al doctor Francisco Her-
el segundo viaje que hizo a es-
mudecen cuando son transportados al Nuevo. Los mexicanos comían ta isla, se comieron todos es-
nández el título de Protomédico de todas las Indias. Con el nombramiento se le hi- tos perros, porque morían de
la carne del techichí y si hemos de dar fe a los españoles que tam- zo entrega de unas minuciosas instrucciones: «la orden que vos Doctor Francisco hambre e no tenían qué co-
bién la comían, era gustosa y nutritiva. Los españoles después de la Hemández, nuestro Médico, habéis de tener en un oficio de nuestro Protomédico mer; pero manjar es para no
conquista de México, no teniendo todavía rebaños de ninguna espe- general de las Nuestras Indias, islas y tierra firme del mar océano en que os habéis desecharle los que le tienen
proveído y en las otras cosas que se os cometen, tocantes a la historia de las cosas en costumbre. En la Tierra
cie, hacían la provisión para sus buques con carne de estos cuadrú- naturales que habéis de hacer en aquellas partes es la siguiente: primeramente, que Firme, en muchas partes de-
pedos y así extinguieron muy en breve la raza, aunque era ffil.:LY en la primera flota que destos reinos partiere para la Nueva España embarquéis y Ha, e en la Nueva España, los
numerosa. vais en aquellas tierras primero que a otro ninguno de las dichas Indias, porque se hay en gran cantidad; e don-
de yo los he visto es en la pro-
El Padre Bemardino de Sahagún, el fundador de la etnología tiene relación que en ella hay más cantidad de plantas y yerbas y otras semillas me- vincia de Sancta Marta, algu-
americana (11); cita en su famosa Historia de las Cosas de Nueva Es- dicinales conocidas que en otra parte». La publicación más completa es la de la Uni- nos, y después vi muchos en la
versidad Nacional de México: Historia Natural de Nueva España. México, 1959, 3 vol. gobernación de Nicaragua, y
( 13) Francisco Javier Clavijero nació en Veracruz en 1731, de padres españo- he comido de algunos dellos y
les. Se educó en el colegio de San Ignacio de Puebla. A los diecisiete años ingresó es muy buen manjar. Y a la
(10) Gozque es sinónimo de perro pequeño. Se usan más los diminutivos: goz- en la Compañía de Jesús. Cuando contaba treinta y seis años se dictó el decreto verdad, de aquel que yo comí,
quecillo o gozquezuelo. de expulsión de los jesuitas, abandonando las tierras americanas. Desterrado en Bo- fueron dos o tres bocados, e
lonia, comenzó a escribir su Storia antica del Messico, publicada en Cesena por los no pensando que era perro. E
(11) Fray Bemardino de Sahagún nació en tierras leonesas en torno a 1499 ó llegué donde ciertos amigos
1500. Durante su estancia en la Universidad de Salamanca le brotó la vocación re- años de 1780 y 1781 y una Storia della California, que se publicó en Venecia en el
comían de uno muy gordo e
ligiosa:, ingresando en el convento de San Francisco: en la misma ciudad castellana. año 1789, dos años después de la muerte de su autor. muy bien asado e untado o
54 En 1529, formando parte de la segunda misión de franciscanos, arribó a las tierras (14) Véase la introducción y el estudio sobre los auquénidos. 55
lardado e con ajos, e no me como el que se ve en el Códice Maglabecchiano y en el del Museo «Gozque peruano». página 25 del
códice colonial de Huaman Poma de
supo mal; antes, de ver aque- de América de Madrid (15). l.J Ayala.
llos compañeros que yo con En la teogonía maya el perro era el símbolo del rayo que al caer
· buen gusto e aliento entraba del cielo quemaba lo que encontraba en la tierra al hundirse en ésta,
en ello, uno dellos dijo: «Se-
ñor, no será malo que nos lle- por esto era el que abría camino al sol al ponerse en la tierra o en
vemos de aquí algunos perros el mar, y, de igual modo, conducía al infierno a las almas de los mor-
déstos, pues que también os tales, como creía tatnbién la teogonía nahua.
saben». En la verdad, a mí me
pesó de haberlo comido, e no En una página de códice maya Tro-Cortesiano, que se conserva
comí más, ni dejara de comer en el Museo de América de Madrid, se representa en los recuadros
hasta. que se acabara; pero, que se repiten a la misn1a altura en la página siguiente, al perro, sím-
pues más no pudo ser de ha-
berlo comido, como quien lo bolo del rayo, llevando en cada mano una antorcha encendida y el
ha probado, digo que me su- primer perro lleva además el rabo encendido también. Cae del cielo
po bien e que quisiera que me y quema una vasija que hay en el suelo, que acaso pudiera repre-
avisaran más tarde. El caso es
que todos los españoles que lo sentar la quema de la cosecha. Representan, por tanto, estos recua-
han probado, loan este man- dros la tempestad y el rayo incendiario (16).
jar e dicen que les paresce no En el recuadro superior de la página 20 del mismo códice se ve
menos bien que cabritos.
En aquella provincia de Ni-
la figura de un perro sentado tocando con las manos un tan1bor, lo
caragua hablan de la misma mismo que la persona que está a su espalda; el perro de orejas gran-
lengua que en la Nueva Espa- des, puntiagudas y tiesas, lanza hacia arriba sus quejidos, puesto que
ña, e al perro llaman xulo1 y no ladraba, cuyo quejido se representa gráficamente de modo pare-
destos xz.tlos crían muchos; y
cuando alguna fiesta principal cido al que usaban los aztecas para representar plásticamente la pa-
se hace entre indios, comen labra. Frente al perro hay una deidad maya que siembra maíz con
estos perros por el más pres- un palo sembrador, por lo cual debe tener relación esta escena, co-
cioso e mejor manjar de to-
dos, e ninguno come la cabe- mo tantas otras de los glifos mayas, con la fuerza generativa de la
za si no es calachuni o teite, i tierra.
es rey o persona la más prin- En los códices mayas su figura se parece a la del jaguar, pero se
cipal del convite; la cual traen
guisada sin quitar della ni de- diferencia de la de éste en que el perro tiene la cabeza más larga,
sechar sino solamente los pe- las orejas alargadas y la cola poblada.
los, porque el cuero e los hue-
sos y todo lo demás está fecho
de manera, en un cierto pota- (15) El códice Magliabecchianus es una serie de dibujos simbólicos utilizados
je, que paresce mazamorra, o por los mexicanos en sus mantas ceremoniales. Contiene las representaciones de
de poleadas, o un almidón. los veinte días del ciclo de los cincuenta y dos años, fiestas, costumbres y otros ritos
y sacrificios. Entre las ediciones importantes, como &eñala Esteve Barba, destacan
José de Acosta la de la Universidad de California, con introducción de Zelia Nuttall y otra hecha
Historia Natural con el apoyo económico del duque de Loubat. Lleva el nombre de su propietario,
y Moral de las Indias Antonio Magliabecchi (1633-1716), cuya colección, constituida por más de 30.000
volúmenes, fue el núcleo de la Biblioteca Nacional de Florencia, donde se conserva.
Relacionado con el anterior está el códice del Museo de América (Madrid) o
Códice Tudela, que cronológicamente puede situarse hacia el año 1530. Se descri--
ben fiestas, dioses, costumbres, ritos, ceremonias y juegos. Describe una cuenta de
El pequeño perro indígena era tenido como animal doméstico,
los años y figuran símbolos de dioses y señores. cebado y castrado para sacrificarlo en honor de los dioses y consu-
(16) Recientemente la Editorial Testimonio (Madrid, 1991) acaba de publicar mido asado como vianda sagrada en las fiestas.
en el número 12 de la Colección Tabula Americae, dirigida por el profesor Fran- En el calendario azteca el signo del día itzcuintli, «perro», se re-
cisco Morales Padrón, la edicíón facsimilar del Códice Tro-Cortesiano o códice de laciona con la imagen del dios de la muerte. Como dios, este perro
Madrid, con introducción de Manuel Ballesteros Gaibrois y estudio crítico de Mi-
guel Rivera Dorado. se representa por medio de la figura de Xolotl, un ser demoníaco
El códice Tro-Cortesiano mide, aproximadamente, 6,55 m. de largo por 22,5 cm. que tiene cabeza de perro y es distintivo del traje de Quetzalcoatl,
de altura. Como señala el Profesor Rivera, siguiendo la costumbre prehispánica, las el dios de la luna, y ésta es imagen de la muerte.
tiras de corteza estaban dobladas en forma de biombo hasta formar 56 hojas. El El Padre Landa en su Historia de las cosas del Yucatán describe
contenido del códice son almanaques adivinatorios para dar a conocer al lector los
días propicios para realizar actividades diversas, tales como la agricultura, la cría unas ceremonias con motivo de la fiesta de la fertilidad, de las que
de abejas, la caza, etcétera. Hay algunas hojas dedicadas a las ceremonias de fin de parece deducirse que se usaban figuritas de perro con tortillas de
56 año y comienzos del nuevo. maíz en las espaldas como portadores de alimentos para los dioses. 57
El glifo del perro tiene como principal elemento el correspon-
diente al mes de abril, que es un esqueleto con las costillas y la co- PERROS GOZQUES
lumna vertebral dibujadas. PERROS GOZQUES EN LA
Aún quedan en México ejemplares más o menos puros de perros TIERRA FIRME
indígenas. Cuando yo estuve allí, en 1954, vi en una casa, como guar-
Dicho tengo de los perros
dados entre algodones, dos perritos de los llamados perros de Chi- gozques de la Tierra Firme,
huahua; 1nuy pequeños, de cabeza gorda, grande, en comparación que los hay en muchas partes,
con el cuerpo, que no tenía éste sino veinte o veinticinco centíme- que no ladran e son mudos, e
muy buenos para comer, y de
tros del cuello a la cola, de ojos grandes y saltones, casi sin pelo, todas colores de perros; y
muy nerviosos y frioleros. Me resisto a creer que estos perros sean también los hobo en esta isla
descendientes directos y puros de una raza indígena de aquel terri- Española e en las otras deste
golfo. Y como lo he dicho en
torio del Norte de México, de las antiguas provincias internas, clima el capítulo V deste libro XII y
extremado de frío y calor, porque tenían que vivir en la capital fe- allí lo puede haber visto el lec-
deral en invierno como plantas de estufa. Estos no se comen ni tie- tor, si desde el principio se ha
querido informar de los ani-
nen carne para comer. males destas partes, por tanto
Según referencia verbal de mi gran amigo el erudito publicista no hay nescesidad de lo repe-
español don Mariano de Cárcer Disdier, aún quedan raros ejem- tir aquí. Y también hay mu-
chos de los que se trujeron de
plares de uno de los típicos perros precortesianos: del escuintli, del España, e muchos dellos se
tamaño de un perdiguero sin pelo, mudo, que no ladra, pero que han alzado e fóchose salvajes,
oye, tnuy manso, pero yo no vi ningún ejemplar. Estos perros, como e andan en los montes e son
muy dañosos.
los de Chihuahua, escasean mucho y por esto tienen elevado precio.
Tampoco vi otro perro de México, que es silvestre, que según Cár- Gonzalo Femández de Oviedo
cer Disdier aún se caza alguna vez por las tierras bajas de México y Historia General
y Natural de las Indias
que se llama Tepezcuintli, · que él había visto cazar en Oaxaca y ha-
bía comido de su carne, que era muy grasosa, de 1950 a 1960. En el
Cultura Colima (Michoacán, Perú fueron más escasos estos perros y allí son más escasas las re-
México). ferencias literarias y las representaciones plásticas.
El Padre Bernabé Cobo en su Historia del Nuevo Mundo, que es
la más prolija y seria de Indias en todo lo referente a su Historia Na-
tural, nos dice que los indios peruanos llamaban al perro, en lengua
quechua, que era la más hablada antiguamente en el territorio del
Perú, ollco, y en lengua aymara, que era y es la más hablada en el
hoy territorio de Bolivia, anocaro, y estos nombres indígenas prue-
ban, dice este cronista, el origen americano de los perros, por ser ín-
dice, sobre todo, si lo es con distintos nombres en diferentes lenguas
autóctonas (17). Como los pueblos andinos prehispánicos civilizados
no conocieron la escritura ni la pintura de códices, y en su abun-
dante cerámica figurativa apenas si se encuentran vasos funerarios
con representación de perros, es de interés reproducir, además de
la figura que es una representación pictórica de los «gozques» pe-

(17) El Padre Bernabé Cobo nació en la localidad de Lopera, provincia de


Jaén. En 1601 ingresó como novicio en la Compañía de Jesús. Estuvo de misionero
en Potosí, Cochabamba, Oruro y La Paz. Aprendió el quechúa y el aymará. La obra
científica del Padre Cobo se halla reunida en una grandiosa Historia del Nuevo Mun-
58 do, dividida en tres partes generales. Cuarenta años tardó en redactarla. La publicó
en 1653. 59
ayuda, que en la batalla que sabían que venía algún perro desmaya- los podían seguir los españo- '
ban y se tenían por perdidos. Y los perros, con el artificio de la les. Cobraron tanto miedo los
guerra y despedazar indios, se hacían bravos como tigres. indios a estos perros de ayuda,
que en la batalla que sabían
Sin embargo, más tarde, en la paz, los indios se aficionaron mu- venía algún perro, desmaya-
cho a ellos y vivían y dormían juntos indios y perros. ban y se tenían por perdidos.
Pero la utilización de los perros españoles por conquistadores y Y los perros, con el ejercicio
de la guerra y despedazar in-
colonizadores merece capítulo aparte. dios, se hacían bravos como
unos tigres.
Después de acabadas las
guerras, sirven a españoles e
indios en todos los usos que
Los PERROS DE CAZA, DE GUARDA Y OVEJERO en España, como es en la ca-
za y en la guarda de las casas
y heredades de su amos. Para
este segundo se estiman en es-
LA GRAN CAZA ta ciudad de Lima los que se
traen de Chile, adonde se
crían los perros mas bravos y
Para diferenciar la caza 1nayor -de ciervos, corzos, lobos, jaba- crecidos que yo he visto en In-
líes, etcétera-, de la caza de leones, tigres, grandes paquidermos, dias; que aun hasta para la ge-
neración de los perros ayuda la
se llama a ésta gran caza, y en América fue gran caza la de bisontes, constelación de aquel reino.
búfalos, jaguares, pumas y dantas, y caza mayor la de venados, pé- El miedo grande que el prin-
caris, coyotes, etcétera. cipio tuvieron los indios a los
perros han convertido des-
Casi todas las cazas -las grandes, las mayores y las menores- pués acá en una tan extraor-
se han hecho con ayuda de perros o de indios. dinaria afición, que causa no
En las grandes cacerías, los chacus, que los reyes incas organiza- pequeña admiración; porque,
demás de haber dejado sus
ban en el Perú, tomaban parte hasta veinte y treinta mil indios, antiguos gozques por nuestros
Ilustración procedente del Códice Tudela (México). Huaco chimú localizado en Chicama (Trujillo) Pe1ú. ojeando extensos cazaderos sin perros, pues los únicos que tenían perros, de manera que no se
Representación animal amamantando crías. halla ya ni uno déllos, no hay
eran los perritos mudos o gozques (19). indio ni india, por pobres y
Los perros de caza fueron introducidos por los españoles que les miserables que sean, que no
ruanos en el famoso códice colonial con escritura española y toscos acompañaron en sus expediciones guerreras; pero como en estas ex- tenga en su casa algún perro,
PERROS ESPAÑOLES dibujos de la «coránica» del indio Huaman Poma de Ayala (18). y no contentos con tener cada
pediciones salía gran caza, caza rnayor o caza menor, los españoles, uno el suyo, crían y sustentan ,
El perro indígena desapareció pronto de América por varias ra-
DE LOS PERROS sobre la marcha, cazaban lo que saltaba a su paso, y en casi todas cuantos pueden haber y los
zones: porque los perros españoles se mezclaron con los naturales las crónicas hechas por soldados se relatan las cazas que hacen de , aman como si fueran sus hi-
Solas dos castas de perros, y de la tierra; porque los indios prefirieron su carne a la del cerdo, jos; duermen ordinariamente
muy diferentes de los nues- bisontes, de venados, de pécaris ... , con el auxilio de los perros, que juntos los perros y los amos, y
que fue la que primero abundó y luego la de los otros ganados de
tros, había en esta tierra antes les servían para este deporte y para el ejercicio de la guerra. cuando caminan, los suelen
de la entrada en ellas de los consumo que los indios desconocían y, por fin, porque los indígenas llevar a cuestas, porque no se
españoles. Después acá se han se aficionaron más a los perros españoles que a los suyos, quizá por cansen, que cierto es motivo
traído de España todas las di- ser más despiertos y más cariñosos, hasta el punto que, según el Pa- de risa encontrar en un cami-
ferencias de perros que allá se LA CAZA DEL BISONTE no una india que lleva a su hi-
crían, de que al presente hay dre Cobo, «habían de estar muy hambrientos para comerlos». jo pequeñito de la mano a pie,
gran cantidad en todas las In- En las pritneras conquistas, dice el Padre Cobo, se ayudaron mu- y muy cargada con su perro en
dias. A este reino del Perú vi- cho de los perros en las guerras que tuvieron con los indios; porque Las primeras noticias que se tienen de la «vaca corcovada», «to- brazos. Pues si les matan algu-
nieron con los primeros espa- ro tnexicano>>, «buey de Indias» o «cíbolo», que eran las denomina- no a los muchachos españoles
ñoles el año de 1531. En las industriados, eran utilísimos, mayormente en tierras fragosas y de se los apedrean, lloran y les
primeras conquistas que nues- bosque, donde por ser los indios gente suelta no los podían seguir ciones que nuestros más antiguos cronistas de México dieron al bi-
echan más maldiciones que si
tros españoles hicieron en las
los españoles. Cobraron los indios tanto miedo a estos perros de sonte, hablan de su caza por los indios en los territorios del Norte aquel mal matrimonio lo hi-
islas de Barlovento y en otras de México, hoy de Estados Unidos; y la relación de la entrada de la cieran a sus hijos. Son de or-
provincias de la Tierra Firme, dinario estos perros de los in-
se ayudaron mucho de los expedición del Marqués de San Miguel de Aguayo en tierras de
dios tan mal tallados, que bas-
perros en las guerras que tu- (18) La Nueva Crónica y Buen Gobierno es el título de la crónica de Felipe Texas, a principios del siglo XVIII, nos habla de la caza de estebó- ta ver su mala catadura para
vieron con los indios; porque Guamán Poma de Ayala. Debió redactar su obra entre los años 1613 y 1615. El ma- vido por el Marqués y los soldados. aborrecelos; porque común-
industriados, eran utilísimos, nuscrito fue hallado en 1908, en Copenhagu,e, por Ricardo Pietschaman, Director mente andan magantos, sar-
mayormente en las tierras fra- nosos, sucios y asquerosos;
d~, la ~i~li~teca de Gotinga. Su de~cubridor publicó la noticia de su hallazgo y vol-
gosas y de boscaje, donde por porque como los indios no tie-
VIO a ms1sbr en 1912. Pero el cromsta no fue conocido en su totalidad hasta 1936 61
ser los indios gente suelta, no (19) Véase la obra de C. Bravo Guerreira: El tiempo de los Incas. Madrid, 1986.
60 en que fue editado en facsímil por el Instituto Etnográfico de París. '
Martínez Compañón (20), se ven también caballos españoles persi- carne de vaca que por los
guiendo a un «tigre», como se llama en América al jaguar, auxilia- campos dejan los criadores de
dos por perros de caza, que si no lograban darle alcance, al subirse ganado cuando hacen coram-
bre; y cuando les falta ésta,
a los árboles, en su huida, allí eran muertos a tiros. matan los becerros y se los co-
Los venados, tan abundantes en América, fueron también obje- men, y así son tan dañosos pa-
to de caza de caballeros, como en España. ra el ganado como en España
los lobos. Salen a caza dellos
con perros mansos, que alen-
tados con las voces de sus
EL PERRO DE GUARDA amos, arremeten y persiguen
a los cimarrones, y para que
se distingan déllos los mansos,
Si el caballo y el perro fueron auxiliares poderosos de los espa- les cortan las puntas de en-
ñoles en la conquista de América, los dos animales siguieron sién- trambas o de la una oreja; y
como todos los domésticos
dolo de las guarniciones militares en la época de la colonia y en las traen esta señal, en viendo un
guerras o expediciones de castigo contra los indios rebeldes. perro con las orejas enteras y
El Padre Paufeke (que en sus cuatro tomos muy ilustrados nos levantdas, conocen ser mon-
taraz.
describe, a fines del siglo XVIII, la vida entre los indios mocobíes Es cosa muy notable y dig-
al Norte de Argentina) ilustra su relato con muchas pinturas en co- na de advertir, que nunca en
lor, entre las que destacan dos. En la primera se ve un puesto avan- estas Indias se haya visto ra-
biar perro ni otro aniaml; de lo
zado de lanceros españoles de soldados de color, seguramente los lla- cual pienso que es la causa no
mados «blandengues», vigilando en un campamento fortificado la hallarse acá tierra donde con-
frontera con los indios rebeldes (21 ). curran las calidades que cau-
san la rabia en los animales,
Allí se ve a los perros descansando, como los soldados, junto a que son extremada sequedad
la cerca de palo o pique, mientras el vigía vigila desde lo alto de una y calor; porque la tierra yun-
Box Americanus, buey almizclado. torre el horizonte. ca, que siempre es muy cálida,
Bos Moschatas de Zimmerman en es juntamente muy húmeda, y
Bison Parks. «Desde que comenzaron a ver los dbolos mataron más de cien En el otro grabado se ve un soldado español con un uniforme de las sierras, que son por extre-
y el Marqués mató cuatro en tres veces, sin que tuvieran que lamen- su época acompañado de un perro de combate. Los perros además mo secas, son así mismo todo
tar desgracia alguna en la gente, sino tan sólo un caballo muerto y de servir con1o armas ofensivas senrían de vigilancia, principalmente el año frías; y en las tierras
dos heridos que sanaron.>:> templadas faltan entrambas
por las noches. causas de la rabia, porque ni
Esta caza se hacía «a la fuerza», persiguiendo a caballo y alcan- son calientes con extremo ni
nen otra cosa con que susten- zando a los bisontes, como se cazaban en España, al uso medieval, secas, sino que antes suelen
tarlos más que sus comidas, los jabalíes, y como se toreaba alanceando a los toros bravos. declinar a húmedas. Y es gran
que son maíz y raíces de le- PERRO OVEJERO providencia de Dios no haber
gumbres, y este mantenimien-
Los soldados, por su parte, procuraban coger vivos algunos, ge- · rabia en esta tierra, a lo me-
to sea muy diferente del que neralmente becerros o novillos, y armando corrales en el campamen- El gran naturalista inglés Darwin, autor del Origen de las espe- nos en este reino del Perú, por
apetece la naturaleza del to los toreaban allí. Para estas cacerías seguramente que etnplearían cies, cuenta en la relación del << \liaje alrededor del Mundo» que hi- haber en él grandes desiertos
perro, han de estar muy ham- perros, como en España, aunque no lo diga la Relación, pues siem- sin agua.
brientos para comerlo. Y aun zo en su juventud las costumbres del perro ovejero en tierras
son parte para que los basti- pre iban acompañados de perros los españoles. Bernabé Cobo
Las primeras representaciones gráficas del bisonte que conoce- uruguayas.
mentas de indios se encarez- Historia del
can; lo cual echando de ver en Inos hechas por europeos son las del Bos Moschatus de Zimrner- Antes de la Independencia, y aun algunos años después, eran Nuevo Mundo
Potosí el virrey don Francisco man, 1876, pues los pintados por los indios en las pieles medio cur- muy raros los rebaños de ovejas en los territorios del antiguo virrei-
de Toledo, mandó hacer ma- nato del Río de la Plata, tanto en la Banda Occidental como en la
tanza general de los infinitos tidas de este salvaje bóvido son muy frecuentes .
perros que allí había, la cual se En la pintura de un cuadro de época romántica, siglo y medio
ejcutó con gran repugnancia y después de la entrada de los españoles en Texas, que representa la
llanto de los indios. (20) Recientemente Ediciones de Cultura Hispánica (Madrid) ha publicado la
En algunas tierras se han
caza del bisonte por los pioneros norteamericanos, vemos varios edición facsímil de la grandiosa crónica gráfica que el Obispo don Baltasar Jaime
mmultiplicado los perros tan perros auxiliando a los cazadores. Martínez Compañón encargó se hiciera en su diócesis de Trujillo. El original se con-
excesivamente, que se han he- serva en la Biblioteca de Palacio (Madrid).
cho cimarrones y andan a ma- (21) Además de la crónica citada por J. T. sobre los mocobies, es interesante
nadas por los campos hacien·· LA CAZA DE JAGUARES Y DE PUMAS consultar la historia redactada por Pedro Lozano con el título: Historia de la Com-
do mucho daño; déstos hay pañía de Jesús en la provincia del Paraguay entre los años 1730 y 1745.
muchos en la isla Española, En otra pintura del siglo XVIII, del álbum de acuarelas manda-
los cuales se mantienen de la En su obra se refiere a varios pueblos del Chaco: Taynuyes, Teutas, Matagua-
62 do hacer a fines del siglo XVIII por el Obispo de Trujillo (Perú) yes, Agoyas, Xolotas, Tobas, Moco bies, Y apitalanguas y Aguilotes. 63
Oriental de este río; en cambio, aún pervivían algunas vacadas y ye-
guadas cimarronas.
La introducción del ganado lanar fino en ambas bandas y luego
en Patagonia fue obra de ganaderos ingleses y de criollos con gana-
dos finos de España y de Inglaterra.
La estancia en donde vio Darwin el perro ovejero cuyas costunl-
bres describe era de un inglés y es de suponer que este perro de ga-
nado era, como las ovejas, inglés también, pues en España aún no
se conocía el perro ovejero y en Francia (según Dechambre, Les
chiens ), fue la Revolución, con la división de las propiedades rústi-
cas, la que fomentó el empleo del perro de pastor que ayudaba a és-
te a conducir el ganado en su pastoreo entre propiedades vedadas.
En España ha sido más reciente aún el uso de este perro, que
no hace muchos años se está introduciendo, desde las provincias del
norte de España, en las de Castilla la Vieja.
Antes sólo llevaba el pastor perros contra los lobos, como los
mastines que aún llevan los rebaños de merinas, o perros de com-
pañía más que perros pastores.
Describe Darwin la educación del perro pastor desde cachorro;
le separaban pronto de la madre para que lo amamantaran una o
dos ovejas. Es de suponer, aunque el naturalista no llo dice, que se
haría como se enmadra a un cordero huérfano con una oveja que
se ha quedado sin cría, cubriéndoles con el pellejo del cordero muer- una
to y haciéndolo en la oscuridad (22). perros no
Así acostumbraban, los criadores de mulas de los potreros del gar con .... ...,.u......,u.~~. ....,..........
Plata, a una yegua a criar un burro garañón (23), para que se acos- Juegos
tumbrara a las yeguas y las yeguas a él, con el fin de vencer la re- «El
pugnancia instintiva a la cruza y la cría de diferentes especies.
Una vez vencida esta inicial resistencia, oveja amamantaba al
perro tres o cuatro veces al día, dormía en una perrera sobre una
cama de pieles de cordero y se le separaba de los demás perros y de
los niños de la familia para acostumbrarlo a vivir exclusivamente jun-
to al rebaño; y para que el instinto genérico no perturbara su vida
de confinamiento y evitar las posibles escapadas fuera del rebaño,
se le castraba cuando era joven y así, entregado a su grey, la defen-
día con el mismo empeño que un perro muy domesticado pudiera
defender a su amo en peligro.
Es muy entretenido, dice Darwin, observar cuando uno se acer-
ca al rebaño, con qué furor ladra el perro y cómo se agrupan detrás
de él los carneros como si fuera el más viejo morueco del rebaño.
Se enseña también n1uy fácilmente a un perro a reunir el rebaño a

el r<->n·~-nn
(22) El naturalista británico Charles Darwin en 1831, animado por el botáni-
co Henslow, participó como naturalista en la expedición del capitán Fitzroy, que a los perros.
bordo del Beagle visitó América del Sur y las islas del Pacífico. De este viaje, que <<Todo esto
duró cinco años (1831-36), aprovechó gran cantidad de documentos, que comenzó de
a publicar a partir de 1840.
64 (23) Semental.
tinto de asociacton. En efecto, no podemos comprender que los j as de aquella tierra yo no las
LLAMAS Y ALPACAS perros salvajes retrocedan ante un solo perro acompañado de su re- he visto.
baño, sino admitiendo en ellos una especie de idea confusa de que Dicen algunos vecinos des-
quien está así, en compañía, adquiere cierto poder, de igual modo ta cibdad de Sancto Domingo
DE LAS OVEJAS E GANADOS que han estado en aquella
DOMÉSTICOS QUE HAY EN LA que si se hallara acompañado de otros individuos de su especie ... , el tierra, que las unas e las otras
TIERRA AUSTRAL, EN TIERRA
FIRME, EN LA GOBERNACIÓN
perro pastor considera a los carneros como a hermanos suyos y ad- es muy buena carne. Son de
quiere así la confianza en sí mismo» y los perros cimarrones respe- las colores que son las ovejas
DE LA NUEVA CASTILLA, DON- en España, blancas e negras, e
DE FUE REY ATABALIBA tan al perro pastor cuando está a la cabeza de su rebaño. mezcladas de ambas colores, e
abundancia de ganado, y sobre todo el dejar a éste muerto y la lana es llana e no merina, e
En la Nueva Castilla e go- desollado en la campaña, fomentó de modo e:xiraordinario las ma- por la mayor parte, las gran-
bernación del marqués don des son rasas e el pelo bajo,
Francisco Pizarro, donde fué
nadas de perros cimarrones, y gracias a ellos y a la aves carniceras aunque en los lomos tienen
rey e señor el riquísimo Ata- se limpió el campo de carroñas, que quedaba sembrado de osa- más larga la lana. Las media-
baliba, tienen los indios tres nas son bermejas e blancas,
mentas. mezcladas de estas dos colo-
maneras de ovejas: unas pe- Abundaron tanto, que ya en tiempo del virrey Francisco de
queñas como cabras de Gui- res juntas e cada una por sí.
nea, e otras algo mayores, e Toledo (24) se mandó hacer matanza general de ellos, del mismo De las pequeñas, que son más
otras mayores que todas. Las modo que tuvieron que hacer de cuando en cuando los alcaldes de salvajes, se acaesce ver, bravas
grandes son del tamaño de as- en el campo, piaras de qui-
nos pequeños; pero son enju-
cuartel en las campañas del Paraguay y del Plata, porque atacaban nienta~ e mili dellas juntas, e
tas de piernas, y el cuello como enormes manadas de lobos los ganados cimarrones y los se- muy. fmas, negras. Estas que
luengo e muy semejantes a los ñalados y herrados, matando muchos terneros y Si un buho- he d1cho que son grandes, asi-
camellos, salvo que éstas no mismo las hay en el río de la
tienen corcova como el came-
nero atravesaba solo un campo donde hubiera perros cimarrones, Plata, de su embocamiento
llo; mas en pies e manos e to- corrían peligro él y su cabalgadura de perecer, como si encontrase adentro en aquella tierra.
do lo demás, muy semejantes una rnanada de lobos. Todos los hombres válidos tenían que acudir Gonzalo Femández de Oviedo
son a los camellos. Rumian a la orden de la autoridad, a caballo y con sus armas: lanzas, des-
como ovejas, e son tales, que Historia General
los indios se sirven dellas de jarretadoras, pistolas, cuchillos, rompecabezas, y con frecuencia se y Natural de las Indias
cargarlas e llevar en ellas lo pagaba un tanto por cabeza o por pellejo de perro cimarrón.
que les place, con que el pe-
so sea moderado. Ya estas
ovejas se vieron en España,
porque el mismo marqués las
llevó a Castilla, donde son va
Los AUQUÉNIDOS (CAMÉLIDOS): GUANACO, ALPACA
notorias; e en esta cibdad hay
algunas que se han traído de Cuatro auquénidos indígenas, de familia de los camélidos,
aquella tierra. En la tierra lla- ven en América: la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco; ellos
na llaman a este animal col, e
en la sierra le dicen llama, e solamente los dos primeros, llama y alpaca, son domésticos; los otros
al macho o carnero déstos lla- dos, vicuña y guanaco, permanecen todavía salvajes.
man urca, e al cordero, uña. La llama y la alpaca viven en los altiplanos andinos, son mansas,
E son lindos animales a la vis- Ofrecimiento en sacrificio de una
ta, e muy mansos e domésti- aquélla más que ésta, pues un niño puede llevarla a donde quiera. llama al dios Viracocha. Códice
cos. Las que son las medianas La llama vive en las sierras andinas, desde las sierras de Quito peruano de G. Poma Ayala.
de los tres géneros que he di- hasta el Norte de Chile, y la alpaca en las más elevadas sierras y al-
cho, ésas son las que tienen la vicuña es el más pequeño de los auquénidos y el más gracio-
lana muy fina, que paresce se- tiplanos del Perú y de Bolivia.
da, de que los indios hacen En tiempos prehistóricos debió de ser más extensa el área de la so. Su talla, menor que la de la llama, es de unos 80 cm.· su lana es
muy rica ropa. llama por el Norte y por el Sur. Nunca se aclimató en el litoral del suave, finísima, de cc:Ior leonado y canela, blanca por el vientre y pe-
A mí me dió el adelantado
Pacífico, hasta donde iban con sus cargas. No pasaban los rebaños cho. ~us mechones henen 15 cm. de longitud.
don Diego de Almagro una de
aquestas ovejas mayores en la de las cabeceras de los valles que bajan a la costa; y hoy, siquiera C1eza de León, en su Historia General del Perú, nos indica «por-
cibdad del Panamá, e la em- q~e destas casas ~omaban 10.000 ó 15.000 cabezas de ganado o el
barqué en una carabela en el viven en ellas.
numero que quena. De la lana de estos ganados o vicuñas se hacían
Nombre de Dios, e viniéndo-
me_ por la mar, se murió en las ropas preciadas para ornamento de los templos y para servicios
aquesto golfo e nos la comi- (24) Fue nombrado Virrey del Perú en 1568. Sin duda fue uno de los mejores del mtsmo Inga y de sus mugeres e hijos» (25).
mos; e es a mi parescer una de gobernantes españoles en las tierras andinas. Fundó las ciudades de Cochabamba
las mejores carnes del mundo. y Oropesa. Ordentó la construcción de hospitales. Redactó unas Infonnaciones re-
Las otros dos maneras de ove- sumen de las obtenidas en el país mediante minuciosas averiguaciones y testimonios. (25) Pedro Cieza de León pasó a las Indias. Es conocido como el Príncipe de 67
66
La vicuña vive en las regiones más altas, fronteras a las nieves Y
VICUÑAS ventisqueros perpetuos en verano, y en los inviernos baja hasta. los
altos y soleados valles desde el Sur del Ecuador. a~ ,NO. argentino:
DE LAS VICUÑAS Y TARUGAS Su caza está nrohibida para evitar su desapancion, pero aun asi
se cazan. En alg~nos cotos se crían con más seguridad, y ~omo en
DEL PERÚ

Entre las cosas que tienen tiempo de los incas se las caza vivas con redes, se las esquila y des ..
las Indias del Perú notables, pués se sueltan otra vez. . .
son las vicuñas y carneros que
llaman de la tierra, que son La lana de vicuña es finísima, suave, esponJosa, de mucho abn-
animales mansos y de mucho go, poco peso y agradable al tacto, por lo que es muy apreciada.
provecho. Las vicuñas son sil- El vellón de vicuña 1.uesa medio kilo.
vestres, y los carneros son ga-
nado doméstico. El vellón de alpaca pesa cinco o seis kilos.
AJgunos han pensado q~e La brizna de la lana de alpaca es de 10 a 20 cm., doble de gruesa
las vicuñas sean las que Ans- que el de la vicuña. color pardo, blanco sucio o negro. La más
tóteles, Plinio y otros autores
tratan cuando escriben de las preciada es la amarilla. . Llama. Llama.
que dícen capreas, que son ca- No las esquilan todos los años sino cada dos, lo que permite al
bras silvestres; y tienen, sin vellón más desarrollo. Vive en semilibertad, sólo cuidan que no se
duda, similitud por la ligereza,
por andar en los montes, que aleje demasiado. . . . un animal de arrastre con carga de poco peso. Tampoco la llama mucho por donde los reyes In-
parecerse algo a cabras. Más, El guanaco tiene la alzada de la llama, vive salva]e por la mtsm.a aguanta mucha carga, tan sólo de veinte a treinta kilos. gas tenían prohibida la caza
en efecto, no son aquéllas, área de la llama y la alpaca y, además, ~e extiende por l~s And~s. chi- El Padre Cobo dice de la llama que «... no es tan grande como ae vicuñas, si no era para fies-
pues las vicuñas no tienen tas con orden suyo. Algunos
cuernos, y aquéllas los tienen, lenos y desciende a las tierras frías y baJaS de la Patagon1a y de flerra un asnillo, de vara y medio de alto, más delgado, crecido de piernas, se quejan que después que en-
según Aristóteles refiere. de Fuego. . las cuales tiene delgadas, con las uñas hendidas, ancho de barriga, traron españoles se ha conce-
Tampoco son las cabras de la dido demasiada licencia a los
Su lana es más fina que la de la llan1a y menos que la de la VI- la cola corta de un palmo, la cual trae siempre muy levantada, la ca- chacos o cazas de vicuñas, y
India oriental, de donde traen
la piedra bezoar; o si son de cuña., su color es semejante al de ésta. Su pellejo .con pelo es u?.cu- beza larga muy parecida a la de la oveja, imita su pescuezo al del que se han disminuido.
brecama muy apreciado en los países donde viVe este camehdo. La manera de cazar de los
aquel género, serán ~sp~cies camello porque es largo dos codos y es delgado; rumia y cría lana indios es chaco, gue es juntar-
diversas, como en ellmaJe de Los onas, ha'bitantes de la Patagonia, lo cazan para comer su car- se muchos de ellos, que a ve-
perros es diversa especie la como la oveja por cuya causa y porque además se le parece en la
ne y utilizan los productos como los q~echua~ y ayma~~s lo hacen ces son mil, y tres mil y más,
del mastín y la del lebrel. cabeza y piernas lo llamán los españoles carnero de la tierra aunque y cercar un gran espacio de
Tampoco son las vicuñas del con la llama, sólo que su piel es su principal abngo y vestldo en aque- no tiene cuernos. Los hay pardos, negros, blancos y pintados de es- monte, y ir ojeando la caza,
Perú los animales que en la llas inhóspitas y frías tierras. " . . hasta juntarse por todas par-
provincia de la Nueva España tos colores. Hay llamas de todos los colores, pero procuran que ca- tes, donde se toman trescien-
tienen las piedra, que allá lla- La llama y la vicuña fueron y son la base economica. de la vida da rebaño sea de un solo color». tas y cuatrocientas, y más y
man bezoares, porque aqué- del indio del Altiplano andino, pues por su gran altitud, unos menos, como ellos quieren, y
Las llamas blancas y las negras eran las preferidas para los sacri- dejar ir las demás, especial-
llos son de especie de ciervos 4.000 metros, y por las heladas nocturnas, es poco apreci.ado el de-
o venados. Así que no sé que ficios que hacían de ellas al dios Viracocha, pues según Cieza de mente las hembras para el
en otra parte del mundo haya sarrollo de la agricultura, que tiene, por tanto, que reducuse al cul- León las desollaban vivas sin degolladas, sacándoles luego con gran multiplico. Suelen trasquilar
estos animales, y de la lana de
este género de animales, sino tivo de tubérculos como la papa (Solanum tuberosum), la oca (Oxa- presteza el corazón y el hígado y con estos víveres hacían sus ellos hacen cubiertas o fraza-
en el Perú y Chile, que se con- lis tuberose) y con riesgo aventurado la quina ulluco (Ullucus tube- das de mucha estima, porque
tinúa con él. auspicios (26). la lana es como una seda blan-
Son las vicuñas mayores rosum ), por esto explotaron la llama y la alpaca, porque eran apro- Según Cieza de León, «llaman los naturales a las ovejas llamas da, y duran mucho; y como el
que cabras, y menores que be- vechadas sus esquilmos al máximo y la llama para transportar pro- y a los carneros urcos». Verdaderamente en la tierra del Callao es color es natural y no de tinte,
cerros; tienen la color que ti- ductos comerciales de estos mismos auquénidos a las tierras más ba- es perpetuo. Son fre~cas y
ra a leonado, algo más clara; gran placer ver salir a los indios con sus arados en estos carneros y muy buenas para en tiempo
no tiene cuernos, como los jas y subir de ellas los productos que necesitaban para completar su a la tarde verlos volver a sus casas cargados de leña. La cecina de de calores; para inflamaciones
tienen ciervos y capreas; apa- economía. de riñones y otras partes las
los guanacos que comió en La Paz le pareció a. Cieza de León la me- tienen por muy sanas, y que
ciéntanse y viven en sierras al- La llama es el único animal de carga de la América indígena, templan el calor demasiado; y
tísimas en las partes más frías jor que había visto en su vida.
pues el perro de los indios de las praderas del Misisipí es más bien lo mismo hace la lana en col-
y despobladas, que allá llaman chones, que algunos usan por
punas. Las nieves y el hielo no salud, por la experiencia que
les ofende, antes parece que de ello tienen. Para otras m-
les recrea; andan a manadas y (26) Como señala la Profesora Bravo Guerreira, es un tema controvertido en disposiciones, como gota, di-
corren ligerísimamente. los Cronistas. La Crónica del Perú, redactada entre 1540 y 1550 es el primer relato las fuentes primarias el de la práctica de sacrificios humanos en las ceremonias re- cen también, que es buena es-
Cuando topan caminantes o vivo de la exploración y conquista de los vastos territorios que hoy pertenecen a C~­ ta lana o frazadas hechas de
ligiosas andinas. Garcilaso de la Vega y el jesuita Blas Valera lo niegan, aseguran- ellas; no sé en esto experien-
bestias, luego huyen, como lombia, Ecuador, Perú y Bolivia. El m_ismo Ci~za la tituló: Pri!_Yle':a Parte de la Cro- do que se limitaron en el Incario a inmolaciones sustitutorias de animales: llamas, cia cierta.
muy tímidas; al huir echan de- nica del Perú. La segunda parte es mas conocida como El senono de los Incas. E~
lante de sí sus hijuelos. No se cuyes, etcétera. Pero numerosas informaciones, corroboradas por estudios arqueo-
la colección Crónicas de América editorial Historia 16, el Profesor Ballesteros Gm- lógicos, nos permiten afirmar que, aunque no fue muy usual esta práctica, no fue
entiende que multipliquen brois ha publicado las dos (núms. 4 y 5). Madrid, 1984 y 1985.
68 ajena a las manifestaciones religiosas de los incas. 69
Después de la conquista se redujo mucho este ganado por varias la picadura de serpiente se aplicaban enteras y para uso interno pul-
La carne de las vicuñas no PIEDRA BEZOAR
es buena, aunque los indios la causas: por el exceso de trabajo a que se le sometió en manos de las verizadas. También las utilizaban como amuletos (27).
comen, y hacen cusharqui o soldadesca, menos escrupulosa y conocedora de esta clase de gana- Estas piedras bezoar tuvieron mucha aceptación en Europa, lo DE LAS PIEDRAS BEZAARES
cecina de ella. Para medicina do que los indios; se redujo también por un mayor consumo de car- que contribuyó tarr1bién a que disminuyese por esto esta clase de ga-
podré yo contar lo que vi: Ca-
minando por la sierra del Pe- ne, pues los conquistadores no se acostumbraban al régimen vege- nado indígena. Entre los indios eolias la deidad principal era una lla- En todos los animales que
rú llegué a un tambo o venta tariano indígena, ya que tanto en la conquista como en las guerras ma blanca, la que creían que pastaba en el firmamento, y estaba re- hemos dicho ser propios del
una tarde con tan terrible do- Perú se halla la piedra bezaar,
lor de ojos, que me parecía se
civiles no guardaban los soldados españoles las reglas prudentes que presentada por la constelación de la Lira. En el templo principal del de la cual han escrito libros
me querían saltar; el cual ac- dieron los incas de no matar llamas hembras para poder conservar- Cuzco (28) se sacrificaba todas las mañanas una llama blanca tras- enteros autores de nuestro
cidente suele acaecer de pasar se los rebaños. Así, al introducir los españoles mulas y burros como quilada; en cada fiesta mensual más de cien, y mil en las grandes fes- tiempo, que podrá ver quien
por mucha nieve y miralla. Es- quisiere más cumplida noticia.
tando echado con tanto dolor,
animales de carga fueron ya inútiles muchas de las antiguas arrie- tividades. También utilizaban el feto de la llama, la grasa y el excre- Para el intento presente bas-
que cuasi perdía la paciencia, rías de llamas y por fin se redujo el de llamas al sobrevenir mento como remedios medicinales. tará decir que esta piedra que
llegó una india y me dijo: Pon- una gran epidemia, una especie de sarna que diezmó los rebaños de La monta entre las llan1as es un acto natural y espontáneo; pero llaman bezaar se halla en el
te, padre, esto en los ojos y es- buche y vientre de estos ani-
tarás bueno. Era una poca de
llamas. entre los ganaderos se procura elegir macho y hembra y ayudar la males, unas veces una, y otras
carne de vicuña recién muer- La llama no necesita pienso, se alimenta exclusivamente del ralo monta, cosa que hace en la fiesta oportuna un indio que se llama dos, tres y cuatro. En la figu-
ta y corriendo sangre. En po- Jarkanako (es el mamporrero de las paradas). La gestación de nue- ra, grandeza y color tienen
niéndome aquella medicina se
pasto que crece en aquellas inmensas y desoladas altitudes. Van mucha diferencia, porque
aplacó el dolor, y dentro de siempre sueltas, en piara, capitaneadas por una llama que, a veces, ve meses, tres meses el celo, el más propicio es el segundo. La lla- unas son pequeñas, como ave-
muy breve tiempo se me qui- la adornaban con lazos, campanillas o cascabeles en las orejas. mita mama un año, al final del cual comienza otra vez el celo. llanas, y aun menores; otras,
tó del todo, que no le sentí El feto de la llan1a, zullu, tiene virtudes mágicas propiciatorias o como nueces; otras, como
más. Siguiendo los españoles la norma general de llevar plantas y ani- huevos de paloma; algunas,
Fuera de los chacos que he males a los sitios donde no eran conocidos, llevaron la llama a Méxi- expiatorias; por esto no sólo se conservan para adornarlos y hacer tan grandes como huevos de
dicho, que son cazas genera- con ellos prácticas de brujería con los fetos naturales, sino que se gallina, y algunas he visto de
co, a Cuba y a España, fracasando, como era natural, en su empe- la grandeza de una naranja.
les, usan los indios particular- provoca el aborto cuando no los hay naturales. Se venden en los mer-
mente para coger estas vicu- ño, por estar fuera de su ambiente. En la figura unas son re-
ñas, cuando llegan a tiro, arro- cados desnudos y luego se atavían con monedas de plata, serpenti- dondas, otras ovadas, otras
la llama el animal indígena más generalmente representado lenticulares, y así de diferen-
janles unos cordelejos con nas de color, cioparrillos, botellitas, latas de alcohol y otros comple-
ciertos plomos, que se les tra- en forma escultórica, no pictóricamente, porque los antiguos perua- tes formas. En el color hay ne-
mentos para traer felicidad, salud y fortuna al hogar. Después es ex- gras y pardas y blancas y be-
ban y envuelven entre los pies, nos no tuvieron pintura; pero en orfebrería de oro y plata y en ce-
y embarazan para que no pue- puesto a los espectadores y luego es enterrado o quemado, previa renjenada y como doradas; no
rámica se la representa en múltiples actitudes. Únicamente en un es regla cierta mirar la color
dan correr; y así llegan y to- la comida y bebida que en fiestas celebran los dueños y familiares,
man la vicuña. Lo principal Códice Colonial del siglo XVI como el de Huaman Poma de Ayala ni tamaño para juzgar que sea
bajo la dirección del brujo «avki» que hace previamente la ofrenda más fina. Todas ellas se com-
porque este animal es digno en la Biblioteca Real de Copenhague y en un álbum de acuarelas
de precio son las piedras be- a Pachacamac. ponen de diversas túnicas o
de Trujillo del siglo )(VIII. láminas, una sobre otra. En la
zaares que hallan en él, de Según Leo Pucher --en Los Auquénidos Híbridos-, en el capí-
que diremos luego. Hay otro De la llama se aprovecha todo: su lana, que se esquila una sola provincia de Jauja y en otras
tulo III nos da a conocer la llamada llama-huanaco, la paco-vicuña del Perú se hallan en diferen-
género que llaman tarugas, vez al morir o al matarla de vieja, para tejidos bastos; su carne, que
que también son silvestres, y y la paco-llama. tes animales bravos y domés-
son de mayor liegereza que las se come, bien fresca o bien seca hecha cecina charqui; su estiércol, El más común es elllama-huanaco porque tienen mayor facili- ticos, como son guanacos y
vicuñas: son también de ma- llamado takio, que se emplea como combustible; sus huesos, que se dad que la llama macho para la cópula, así en la época del celo van
pacos y vicuñas y tarugas;
yor cuerpo y la color más tos- otros añaden otro género, que
aprovechan para hacer puntas para tejer, para confeccionar flautas, a buscar las manadas de llamas para cubrirlas y no necesitan de los dicen ser cabras silvestres, a
tada; tienen las orejas blandas
y caídas. Estas no andan ama- horquetas para cuerdas que han de sujetar las cargas y otros uten- ahijaderos (mamporreros) para la cópula. las que llaman los indios ci-
nadas, como las vicuñas; a lo silios; el pellejo; mal curtido para hacer bolsas, sandalias y tambo- pris. E otros géneros de ani-
menos yo no las vi sino a so- Hay poca diferencia en los productos (y al parecer, según el texto males son muy conocidos en
res, sin curtir para hacer camas y tapar puertas y ventanas, y por fin, de la pág. 66 de Leo Pucher) no son híbridos. Cosa análoga pasa el Perú, y se haya tratado de
las, y de ordinario por riscos
altísimos. De las tarugas sacan sus tripas para hacer lazos y cuerdas. ellos. Los guanacos, carneros
también piedras bezaares, y Como los indios no sabían curtir sus sandalias, ojotas, en tiempo de la tierra y pacos común-
son mayores, y de mayor efi- mente tienen las piedras más
cacia y virtud. de lluvia se ablandaban, al curtirlas bien los españoles entonces les pequeñas y negrillas, y no se
(27) El bezoar es una concreción de cuerpos extraños ingeridos que se acu- estiman en tanto, ni se tienen
sirvieron las pieles de llamas y alpacas para hacer buenas sandalias mula en el aparato digestivo de algunos rumiantes. Son frecuente en animales de
José de Acosta por tan probadas para medici-
Historia Natural
y zapatos, riendas, correones, gruperas, látigos y correas para cin- pelo que lo ingieren al lamer. Al bezoar oriental que se forma en la cabra se le atri- na. De las vicuñas se sacan
y Moral de las Indias chas y sillas. buía. propiedades curativas de la peste. El bezoar occidental formado en las llamas piedras bezaares mayores, y
Pero además de los aprovechamientos o esquileos (como se de- y vicuñas es de diferente composición, más duro, pesado y aplanado. son pardas o blancas o beren-
(28) El templo principal del Cuzco era el Coricancha. En él se presentaban jenadas, y se tienen por mejo-
cía en Castilla) de la llama, se utilizaban de ésta, como de todos los res. Las más excelentes se
las ofrendas, entre ellas llamas que se sacrificaban en presencia del Inca y ante las
auquénidos y de los cérvidos los cálculos intestinales o estomacales «huacas» de todo el Imperio. Después de varios días de ayuno y retiro, el Inca, en
creen ser las de las tarugas, y
(egagrophilo ), que se llama piedra bezoar, muy usada como contra- algunas son de mucha grande-
nombre de la divinidad, procedía a repartir entre los curacas presentes las que ellos za; sus piedras son más co-
70 veneno por su avidez por las sustancias ácidas, para uso externo, en debían llevar a los santuarios regionales. 71
múnrnente blancas y que tiran Lama clama pacos (la alpaca).
a pardas, y sus láminas o túni- Tal son, por signo heráldico, hechas a las alturas, AVES
cas son más gruesas.
a las melancolías y a las serenidades.
DE AVES QUE HAY QUE ACÁ, Y
José de Acosta Aman las cumbres frías, aman las nieves puras, CÓMO PASARON ALLÁ EN IN-
Historia Natural
y Moral de los Indios aman las lejanías, aman las soledades. DIAS

Menos dificultad tiene


Vicugna vicugna (la vicuña). creer lo mismo de aves, que
Vicuñas fugitivas de alada ligereza, hay del género de las de acá,
hacia las nieves corren a reflejar sus sombras, como son perdices y tórtolas y
palomas torcaces y codornices
como si las guiaran instintos de pureza y diversas castas de halcones,
y sus pies delicados reclamaron alfombras. que por muy preciados se en-
vían a presentar ~e la ~ueva
España y del Peru a senores
Y del poeta A. Rivera de Pierola: de España. Itero, garzas y
águilas de diversas castas. Es-
Lama glama (la llama). tos y otros pájaros se!llajantes
Pasan sobre la cresta del Ande lentamente no hay duda que pudieron pa-
sar y muy mej~r como. pasa-
erguidas las cabezas en un gesto triunfal. ron los leones, tigres y ciervos.
Mirando con sus dulces ojos serenamente Los papagayos también son
el fondo de los valles o el roído peñascal. de gran vuelo, y se ~allan co-
piosamente en Indias, espe-
cialmente en los Andes del
Perú· en las islas de Puerto
LA VOLATERÍA Rico' y Santo Domingo andan
bandas de ellos como de pa-
Además de los auquénidos, animales domésticos ya citados, el in- lomas.
Finalmente, las aves con sus
dio americano, como otros pueblos del Viejo Continente, lograron alas tienen camino a do quie-
amansar otros animales que no llegaron a la domesticación; es de- ren; y al pasar el golfo n_o, l~s
cir, a la crianza continua y permanente de generaciones y genera- será a muchas muy dificil;
pues es cosa cierta, y la afir-
ciones de animales en convivencia con el hombre. ma Plinio, que mu~has pasan
Esta diferencia entre animales domésticos y animales amansados la mar y van a regiones muy
ha puesto alguna confusión en los texios de los cronistas, historia- extrañas aunque tan grande
dores y viajeros, pues si en algunas tribus de Sudamérica vieron al- golfo, c~mo el mar océano .de
Indias, no sé yo que escnba
gunos pécaris junto a las chozas de los indios, estos paquidermos, nadie que lo pasen aves a vue-
muy parecidos al cerdo, no eran animales domésticos sino aman- lo. Mas tampoco lo tengo por
Representación de una llama del todo imposible, pues de
(Huaman Poma de Ayala), sados. algunas es opinión comú~ de
Lo mismo se puede decir de los patos y aun de los ñandús que marineros que se ven dosCien-
con los huanacos y alpacas, pero éstos con frecuencia son verdade- tenían tanto los antiguos mexicanos como los antiguos peruanos, que tas, y aun muchas más _l,eguas
ros híbridos. guardaban y cebaban para utilizar luego sus plumas, como lo hacen lejos de tierra; y tamb1en se-
gún que Aristóteles enseña,
Los paco-llamas son los híbridos menos vistos, arficicial por ca.. con los loritos y papagayos que tenían en cautividad no en abierta las aves fácilmente sufren es-
pricho, estériles, y no ofrecen ventaja . . . . ¡;o,, ............ . y libre crianza, cuyas plumas arrancaban una vez al año, de la mis- tar debajo del agua, porque su
El paco-vicuña es difícil de obtener, reúne las buenas cualidades rna forma que esquilaban en el Viejo Mundo a las ovejas para tejer respiración es poc~, como lo
vemos en aves mannas, que se
de ambos, produce la lana de vicuña en más abundancia, de 500 a con ellas mantas, trajes, sombreros y adornos con singular maestría. zabullen, y están buen rat?; y
600 gramos del vellón de la vicuña, a cuatro o cinco kilos el del pa- Moctezuma tenía una especie de jardín zoológico con alimañas así se podrá pensar que paJa-
co-vicuña. Cuando recién nacidos se crían juntos para evitar re- ros y aves que se hallan. en is-
capturadas vivas y con pájaros de vistoso plumaje a los que arran- las y tierra firme de Indms ha-
pugnancias. caban las plumas todos los años para que los amantecas o artistas yan pasado la mar descansan-
Según Leo Pucher, todos estos animales se acoplan y en condi- plurnajeros hicieran sus preciosos n1osaicos de plumas de colores pa- do en islotes y tierras, que con
ciones favorables sus uniones son fecundas dentro de ciertos límites. instinto natural conocen ,co-
ra las bellas labores de estos artistas (29). mo de algunos lo refiere Pli-
Como colofón a este estudio sobre los auquénidos, y del poeta nio; o quizá deján~ose c~er en
José Santos Chocano, tomamos unos preciosos versos dedicados a el agua cuando estan fatigadas
(29) El Emperador Moctezuma II había dispuesto el enriquecimiento de par- de volar, y de allí, después de
72 la alpaca y la vicuña: ques zoológicos y jardines de recreo. Eran su entretenimiento en las horas de ocio. 73
descansar un rato, tornando a Los pájaros más corrientemente empleados para estos usos eran ser introducida desde Oriente en el siglo VII a. J.C., pues se le de-
' proseguir su vuelo. los guacamayos, las garzas y los colibríes. Los guacamayos tenían nomina «pájaro persa», y en Egipto en la época helenística. GALLINAS
Y cuando a los pájaros que además otro atractivo, que era el de imitar voz y la palabra hu-
se hallan en islas, donde no se El origen de su domesticación debió de ser la India, donde aún DE LAS GALLINAS
ven animales de tierra, tengo
manas, por lo que fueron preferidos a las demás aves de plumaje vis- vive en estado salvaje el gallo bankhiva (Gallus gallus), que se ex-
por sin duda que han pasado toso. En el arte Maya del Viejo Imperio vemos algunas veces repre- tiende también por Birmania, Indochina, las islas de la Sonda hasta En algunas de las historias
en una de los dos maneras di- sentado escultóricamente al guacamayo. de indias que han salido a luz,
chas. Cuanto a las demás que la de Timor; aunque René Thévenin sugiere la hipótesis de que los
he leído cómo en algunas
se hallan en tierra firme, galos bien pudieron haber domesticado, en el territorio de la Fran- tierras, entre los demás basti-
máxime las que no son de vue- cia actual, ciertas especies de gallináceas que existían allí en el cua- mentas que los indios ofrecían
lo muy ligero, es mejor cami- Los GALLOS DE DOS MUNDOS ternario (Thévenin, 1947, págs. 96 y ss.). a los españoles, solían presen-
no decir que fueron por do los tar gallinas; de donde podría
animales de tierra que allá hay el Museo Arte Hamburgo hay un cuadro que repre- El gallo fue considerado por los antiguos mardeanos como pája- inferir alguno que no se truje-
de los de Europa. Porque hay ron de España, sino que las
aves también en Indias muy senta la pelea de un y de un pavo, del holandés Paúl de ro sagrado, como animal bienhechor que hacía huir a los devas, es-
debía de haber en esta tierra.
pesadas, como avestruces, que Vos. pecie de demonio (30), y en Persia como en Occidente era, ante to- Pero creer esto sería manifies-
se hallan en el Perú, y aun a La de este cuadro nos sugiere la siguiente consi- do, el heraldo anunciador de la aurora, que despertaba a los hom- to engaño; porque, aunque
veces suelen espantar a los muchas veces hacen mención
carneros de la tierra que van deración: ¿fue un encuentro histórico el de estas dos gallináceas?, bres para que se entregaran al trabajo y a la oración.
de gallinas las historias de In-
cargados. Pero dejando estas ¿dónde debió ocurrir este encuentro? En el Irán fue considerado como el anunciador de la resurrec- dias, no se ha de entender que
aves, que ellas por sí se go- Podemos afirmar el primer encuentro histórico de estas dos hablan de las nuestras, sino de
biernan, sin que los hombres
ción que sacaba a los muertos de la tumba, y esta relación entre el
las de la tierra; porque en la
cuiden de ellas, si no es por gallináceas tuvo que ocurrir en Nicaragua y en a comienzos gallo y la resurrección persiste también en el mundo cristiano. Nueva España suelen llamar
vía de caza; de aves domésti- del siglo El gallo debió llegar a la antigua Grecia a fines del siglo VII o con nombre de gallinas a las
cas me ha maravillado de las Intentamos en este capítulo exponer sistemáticamente el origen pavas de la tierra; y en el des-
gallinas, porque, en efecto, las comienzos del VI antes de J.C. Gallos de tipo oriental decoran va-
cubrimiento y conquista de las
había antes de ir españoles; y y difusión del gallo y del gallipavo en uno y otro mundo. sos n1icénícos y cretenses (Cumont, 1943, págs. 121-126). provincias del Paraguay y Tu-
es claro indicio tener nombres cumán se hace también men-
de allá, que a la gallina llaman famosa la referencia que hizo Temístocles a la valentía de los
ción algunas veces de gallinas,
gualpa y al huevo ronto; y el gallos en sus riñas en su arenga a los atenienses, en vísperas de la
mismo refrán que tenemos de GALLINA EN EL VIEJO Mu~TDo por haberse hallado allí unas
batalla de Salamina, porque estas aves luchaban hasta el último aves tan parecidas a ellas, que
llamar a un hombre gallina, me certificó don Francisco de
para notalle de cobarde, ese De todas las aves domesticadas por el hombre, como la gallina, aliento sólo por el placer de vencer, mientras que los atenienses te-
Alfaro, oidor de la Audiencia
propio usan los indios. Y los el pato, la oca, la el pavo, la pintada, el el cormorán, nían que luchar por su patria y por su libertad; por esto se recomen- de los Charcas, que por orden
que fueron al descubrimiento daba en la educación griega que los jóvenes asistieran a estas peleas de Su Majestad visitó aquellas
de las islas de Salomón refie- el faisán:¡ el pavo real, la tórtola, el avestruz, el el canario y
de gallos. Hasta en las monedas y en el casco de Palas Atenea figu- provincias (el cual, por ser
ren haber visto allá gallinas de los loritos ... , ha sido la gallina, sin duda alguna, el ave cuya cría se persona curiosa, iba de cami-
las nuestras. ha extendido más por el mundo y se ha explotado y explota con ma- raba el gallo como símbolo de valentía (Daremberg y Saglio, 1873 y no advirtiendo los secretos de
Puédese entender que, co- sigs., t. I). la tierra), que la primera vez
mo la gallina es ave tan do- yor intensidad, debido a la doble utilización de su carne y de sus hue-
que las vió las tuvo por galli-
méstica y tan provechosa, los vos, de excelente calidad como alimento hu1nano, y además a su gran En Atenas una ley ordenaba que todos los años se celebrara so- nas, hasta que en el correr las
mismos hombres las llevaron domesticidad y a la facilidad de su crianza. lemnemente una riña de gallos a costa del tesoro público, en recuer- desconoció.
consigo, cuando pasaron de También no han faltado es-
unas partes a otras, como hoy Aunque esta lista de aves domesticadas por el hombre es, como do de la alocución de Temístocles.
critores que, engañados por el
día vemos que caminan los in- se ve, muy variada, es lo cierto que, salvo las seis primeras, las de- Y a ponían los griegos espolones metálicos a los gallos de pelea nombre de hualpa que dan los
dios llevando su gallina o po- más son criadas como aves de lujo, de entretenimiento o para la ex- para hacer más cruenta y dramática esta lucha. indios a las gallinas, escribie-
llito sobre la carga que llevan sen que se hallaron acá; en el
a las espaldas; y también las plotación de sus plumas, sin que algunas de ellas hayan alcanzado Las peleas de gallos se ven representadas entre los griegos no só- cual engaño no cayeran, si ad-
llevan fácilmente en sus galli- una perfecta domesticación. lo en los vasos, sino en algún relieve, como en el brazo de un sillón virtieran que en todas estas
neros hechos de paja o de pa- El hombre prehistórico no debió llegar a domesticar la gallina, Indias, donde a cada paso se
lo. Finalmente, en Indias hay
o
de mármol del teatro Dioniso de Atenas (Enciclopedia de Avicultu-
ya que no han aparecido restos de este animal en los yacimientos hablan diferentes lenguas y en
muchas especies de animales ra, 1950). En los relieves etruscos se ven circulando entre los comen- cada una se halla su nombre
y aves de las de Europa que neolíticos; es ya en épocas históricas cuando aparecen testimonios sales gatos, perros y gallinas. Entre los romanos, la más famosa re- propio para cualquiera cosa
Jas hallaron allá los españoles, literarios y plásticos de su existencia. de las que son naturales de la
como son las que he referido presentación plástica es el mosaico de Pompeya, reproducido en el
En el Antiguo Testamento no se la cita nunca, ni en los textos tierra, nunca se halla otro
y otras que otros dirán. Diccionario de Daremberg y Saglio, en el que se ve el final de una nombre para la gallina sino el
homéricos, ni en las obras de Hesiodo. el mundo griego debió de hualpa el cual corre sola-
José de A costa
Historia Natural mente por todo lo que fué del
y Moral de las Indias Imperio de los reyes Incas y
Había una gran pajarera en Tenochtitlan, no lejos de los palacios, provista de diez (30) Deva es una voz sánscrita. Se da en la India a los seres divinos en gene- no más. El fundamento que
grandes estanques para los peces de agua dulce y de agua salada que servían de ali- hubo para que los indios des-
ral. Se atribuye generalmente a las divinidades inferiores. El significado de esta raíz
mento a las aves de tierra y acuáticas y una casa de fieras con sólidas jaulas de te reino diesen a la gallina
indica que al principio los dioses en la India han sido personificaciones de los fe- nombre de hualpa fué aqués-
74 madera. nómenos luminosos de la naturaleza, el sol, la luna, la aurora, el día, el relámpago. 75
pelea de gallos y sus respectivos dueños, triste el uno y alegre el otro, te. Cuando el marqués don
que recibe en premio, por el gallo vencedor, una palma, y además Francisco Pizarro prendió y
un fresco en la misma ciudad representa unas gallinas atadas por las quitó la vida en el pueblo de
Cajamarca al Inca rey de Qui-
patas. to, llamado Atauhualpa, los
En la Edad Media el gallo es símbolo de vigilancia ante las ace- indios de las provincias del
chanzas del demonio, por lo cual se colocaba su figura, forjada en Cuzco vasallos del Inca Huas-
car, por el aborrecimiento
hierro, como remate de las veletas, coronando las torres y cúpulas grande que tenían a Atau-
de los templos cristianos. Por esto se llama en Salamanca Torre del hualpa como a cruel tirano
Gallo a la románica de la Catedral 'Vieja. que se había alzado con el rei-
no, quitando la vida a su her-
Sin entrar en más divagaciones sobre este punto, es lo cierto que mano mayor Huascar, que era
1

en los comienzos del siglo XVI, cuando se establece el intercambio el legítimo heredero, se holga-
continental de estas gallináceas entre América y España, la cría de ron grandemente de que los
españoles le quitasen la vida;
la gallina estaba ya difundida por todos los países en que actualmen- y como en aquel lugar que pa-·
te se practica. só esto, tuviesen los españoles
gallinas, y los indios oyesen
cantar un gallo, dijeron que,
para mayor infamia del tirano
Atauhualpa, aquellas aves de
EL GALLO EN EL NUEVO MUNDO los españoles repetían su
Mosaico de Pompeya. Riiía de gallos. nombre cuando cantaban, pa-
(Dice. Daremberg y Saglio.) ra que su memoria fuese más
En el segundo viaje de Cristóbal Colón se inicia la fecunda tras- aborrecida; y así, en oyendo
culturación alimenticia entre el Viejo y el Nuevo Mundo, con el in- cantar el gallo, repetían los in-
dios el nombre de Atauhual-
tercambio continental de plantas y animales de consumo. pa al tono del gallo; tanto cun-
La introducción progresiva de ganados españoles en aquel con- dió en breve esto por todo el
tinente provocó enseguida, no sólo una gran revolución alimenticia, reino, que los muchachos in-
dios, dondequiera que des-
sino otras de carácter económico, social y político. pués oían cantar los gallos, los
En este segundo viajP. embarcó Colón en Sevilla caballos y va- remedaban cantando como
cas; y en Canarias, en la isla de Gomera donde hace escala, becerros, ellos y repitiendo el nombre
de Atauhualpa al mismo tono
cerdos y gallinas (Colón, pág. 139; Las Casas, cap. LXXXIII). Este que ellos; de donde se vino a
lote de ganado, que va desde el ''iejo al Nuevo Mundo, forma la quedar la gallina con el nom-
base inicial de la gran ganadería am.ericana, que en menos de un si- bre de atahualpa; aunque, pa-
ra abreviarle, le suelen quitar
glo se ha de extender por aquel continente (31). las dos primeras sílabas, lla-
Quizá no haya en la historia de la Economía un hecho similar a mándola hualpa; el cual nom-
este segundo viaje colombino, tan sencillo y tan trascendente. bre es ya en todo el Perú tan
común y usado, que hasta los
Es muy significativo que salieran de las Islas Canarias plantas y españoles que viven entre in-
ganados, pues tan sólo catorce años antes del Descubrimiento los dios llaman a la gallina, hual-
Reyes Católicos habían enviado a conquistar y colonizar aquellas is- pa, hablando con ellos; y éste
fué el origen del nombre de
las a Juan Rejón y a Pedro Vera, y después de dominar algunas is- hualpa que los indios dan a la
las, en 1493 se enviaron, también desde Sevilla, ganados y plantas gallina en este reino del Perú;
para su colonización; por tanto, había ya en estas islas no sólo las que en las demás provincias
no tienen nombre distinto del
plantas y animales domésticos indígenas, propios de la próxima cos- nuestro castellano.
ta africana, como rnijo, cebada, plátanos, cabras, ovejas y puercos, Trujeron consigo las gallon-
sino plantas y ganados llevados allí, por primera vez, por los con- mas los españoles, cuando vi-
nieron a conquistar este reino;
quistadores españoles, como trigo, arroz, naranjas, caña de azúcar, y aun tres años antes, cuando
limones y melones, y además caballos, vacas, burros y gallinas de reconocieron la primera vez
Castilla, aunque la terminación de la conquista canaria la logró su costa, las traían también,
de donde tomó entonces el
nombre que ahora tiene la is-

76
\ (31) Véase estudio introductorio.
la del Gallo, y han multiplica-
do notablemente en todas
77
l

partes, mayormente en este


Alonso de Lugo en 1496 intensificando su colonización (32). No de- gente a ver esta pelea, de que
reino. Adonde, para que en bía de haber en Canarias aún gallinas de Guinea, porque no lo di- los chinos sacan algún interés.
breve creciesen y hubiese cen ni Colón ni Bartolomé de las Casas, que son los más di- Bernabé Cobo
abundancia dellas, usaron los
conquistadores deste medio; y
rectos cronistas de este segundo viaje, y porque aparece como intro- Historia del
ductor tardío de la gallina de Guinea en Indias el canónigo don Die- Nuevo Mundo
fué, que los solares que se da-
ban a los pobladores de Lima go Lorenzo, que las llevó de las islas de Cabo Verde, según la rela-
para que edificasen sus casas,
eran con gravamen de que ha-
ción que en 1549 escribió el Bachiller Lara, y después los negreros
bían de dar cada año al Cabil- siguieron llevándola a An1érica.
do de la ciudad cierto núme- la importancia que dio Colón a la introducción de la gallina
ro de gallinas; y lo mismo hi-
cieron en los tributos que im-
en las islas primeratnente descubiertas, las Antillas, nos da idea el
pusieron a los indios. El cual 1nemorial que, en 1494, dirige al Obispo Fonseca, encargado por los
medio salió tan bueno y efi- Reyes para ayudarle a preparar el tercer en cuya petición ha-
caz, que así los españoles co-
mo indios se dieron a criarlas
ce el cálculo del mantenimiento e instalación de personas, en un
con gran cuidado; de suerte año, para que prepare el embarque de doce yeguas, doce asnos y as-
que no hay ahora viviente de nas, c1en carneros y y cabras, veinte vacas y terneras y tres-
los traídos de España que tan-
to se haya extendido entre los
cientas gallinas. proyecto no se a realizar, pero siguieron
indios; porque no hay pobla- enviándose, por orden real, en todos los navíos que fueran a las Is-
ción dellos, que apartada que las (Antillas) y a Tierra Firme (Nicaragua) ganados de todas clases.
esté del trato y comunicación
de los españoles, donde no las
Las gallinas, como los den1ás animales domésticos, fueron lleva-
críen y tengan gran cantidad das por los españoles en las expediciones colonizadoras que seguían
dellas; y con esta abundancia a las de conquista; aunque muchas veces estas expediciones re-
que dellas hay, han venido a
ser el más ordinario manteni-
vestían este doble carácter, pues los conquistadores llevaban en la
miento que se halla en los retaguardia de sus pequeños ejércitos no sólo bastimentas de guerra
tambos y pueblos de indios; sino semillas, aperos y ganados.
porque acontece llegar un pa-
sajero a un tambo, donde mu-
Por lo general, las gallinas se bien en las tierras bajas tro-
picales y aun en meseta mexicana, pero no en el altiplano andino.· Contabilidad de pavos y gallinas en
chas veces no hallará pan ni un códice colonial.
vino ni otra cosa que comer, y De su rápida nos da idea lo que dice Gonzalo Femández
le trairán los indios al punto
las gallinas, pollos y huevos
de Oviedo (Femández de y Valdés, 1851-55, t. I, lib.
que quisiere, a precios muy cap. 3): «Gallinas como de Castilla, no las había; pero de las que
baratos. En esta ciudad de Li- se han traído de España, se han fecho tantas que, en parte del mundo
ma vale comúnmente una ga-
llina gorda de ocho a nueve haber porque raras veces sale huevo falto de cuantos se
reales, y cuatro, un pollo; y las echan a una gallina de los que ella puede cubrir con sus alas y cuer-
que se traen de la Sierra, por po». [)iego de Landa dice en su Relación de las cosas de Yucatán:
llegar flacas y venderse por
junto, se compran de los in-
«Hanse dado a criar (los indios) aves de Espafla, gallinas, y crian a ma-
dios a cuatro y a cinco reales ravilla y en todos los tiempos del año pollos de ellas».
cada una; pero en lo restante Por el contrario, como dice Garcilaso de la Vega, el Inca: <<En
deste reino, fuera desta co-
marca de Lima, valen mucho
el Cuzco tardaron treinta años las gallinas en aclimatarse y propa-
más baratas: en unas partes a garse, pues todos los pollos morían al salir de la cáscara» (Primera
cuatro reales y en otras a dos parte de los Comentarios Reales, lib. cap. 23).
y a uno. No sólo sirven las ga-
llinas de sustento para los El orden de aparición de los ganados en México fue el siguiente clasificó Carlos Pereira (Pereira, 1930, pág. 79) de «animales de con-
hombres, sino también los ga- (Chevalier, 1952): primero el caballo, el perro y el cerdo; a los que quista», pues el cerdo era el alimento preferido de los conquistado-
llos de entretenimiento, como
pasa en México, adonde los res, que lo llevaban en piaras en la retaguardia de sus expediciones;
chinos los imponen en pelear y después, como animales colonización~, en primer lugar, las galli-
unos con otros, y para esto los (32) Alonso Fernández de Lugo en abril de 1494 partió de Gran Canaria con nas, después el ganado vacuno y el ovino y, por último, el mular y
arman con unas agudas nava- una hueste numerosa, desembarcando en Añaza, donde fundó Santa Cruz de Te-
jas que les ponen en los espo- el asnal, aunque con poca diferencia de tiempo entre unos y otros y
nerife. Tras duros enfrentamientos con los jefes guanches logró el sometimiento de
lones; y ellos se embisten con
éstos. En 1496 los Reyes Católicos le nombraron Gobernador y Justicia Mayor de según las regiones. También es sabido que la bondad del clima, la
tanto coraje, que se matan escasísima densidad de población, la falta de cercos o cerramientos
unos a otros. Acude no poca Tenerife y la Palma y más tarde Adelantado, a las que se unió la costa de África:
78 Ifni y Sahara españoL y la de pastores, se alzaba ganado doméstico y ya en libertad 79
se criaba a su albedrío haciéndose cimarrón; llegando a poblarse Riña de gallos en Trujíllo del Perú, a
PALOMAS pampas, sabanas y praderas de toda clase de ganado salvaje. fines del siglo XVIII (Album de
acuarelas. Biblioteca de Palacio,
DE LAS DEMÁS AVES TRAÍDAS
Tan sólo dos especies de ganado no pudieron hacerse cimarro- Madrid.)
DE ESPAÑA nes por falta de defensas contra las alimañas: la gallina y la oveja.
En cambio la gallina de Guinea, de más largo vuelo y de más aco-
Sacando las palomas torca-
ces, no había otras en estas In- metividad que la gallina de Castilla, también huyó a la selva y se hi-
dias; se han traído de España zo cimarrona y llegó a cazarse como se cazaban los pavos y los pa-
las caseras llamadas palomas tos silvestres. A esta gallina de Guinea silvestre se la llamó pintada.
duendas, y las que se dicen zu-
ritas, y se han extendido por En los preliminares de la conquista del Perú hay dos datos refe-
todas partes. Críanlas en sus rentes a los gallos y gallinas llevados de España por los conquista-
casas y heredades cuantos dores. En primer lugar, el nombre de la isla del Gallo, donde tuvo
quieren, sin que haya prohibi-
ción para ello, que como la lugar el hecho heroico de quedarse en la para proseguir las ex-
tierra es tan espaciosa y abun- ploraciones de conquista los <<iTrece de la fama!»; pero no sabemos
dante de comidas, no se repa- por qué se denominó así esta isla. Después sabemos que con los dos
ra en el daño que suelen ha-
cer en los sembrados. españoles que se quedaron en Tún1bez dejaron los Pizarra una cer-
Respecto de haber gran da preñada y un lote de gallinas con su gallo, que fueron las prime-
cantidad de patos caseros en ras gallinas de Castilla que llegaron a aquellas tierras.
esta tierra, aunque algo dife-
rentes de lo de España, se han Es bien conocida la repugnancia que casi todos los pueblos sien-
extendido poco los que de allá ten por los alimentos exóticos, y a esto fue debida la resistencia de
se han traído; especialmente los indios a cultivar las plantas y a criar algunos animales de los lle-
los gansos, que son menos an-
tiguos que yo en este reino del vados por los españoles; por esta razón se tomaron medidas de or-
Perú. den político para fomentar esos cultivos y crianzas. En México se da-
De pocos años a esta parte ban tierras en repartimiento a los indios si en ellas cultivaban trigo;
he visto traer buen número de
canarios enjaulados a perso- además, a estos nüsmos indios se les exigía que por lo nle- Riña de gallos. Siglos XIX y XX
nas que de aquí van a España, nos, doce gallinas de Castilla y seis de la tierra (pavos), y veinticua-
y dado que no han hecho cas- tro colmenas de abejas, según lo ordenó don Antonio de Castro.
ta en este reino, nunca faltan
algunos en esta ciudad, por el En y otras poblaciones, para fomentar la crianza de galli-
cuidado que se tiene de irlos nas se les exigía cierto número de ellas por el cabildo de la ciudad
trayendo de cuando en cuan-
do. como tributo del reparto de solares, y así «los indios se dieron a criar-
las con gran cuidado, de suerte que no hay ahora viviente de los traí-
Bernabé Cobo
Historia del dos de España que tanto se haya e:xiendido entre los indios, porque
Nuevo Mundo no hay población de ellos, por apmtada que esté del trato y comu-
nicación de los españoles, donde no las críen y tengan gran cantidad
de ellas; y con esta abundancia que de ellas hay, han venido a ser el
más ordinario mantenimiento que se halla en los tambos y pueblos
de indios; porque acontece llegar un pasajero a un tambo) donde mu-
chas veces no se hallará pan ni vino ni otra cosa que comer y le
traían los indios al punto las gallinas} pollos y huevos que quisiere a
precios muy baratos».
«No sólo sirven las gallinas -sigue diciendo el Padre Cobo- de
sustento para los hombres, sino también los gallos de entretenimien-
to, como pasa en México, adonde los chinos los imponen en pelear
unos contra otros y para esto los arman con unas agudas navajas que
les ponen en los espolones y ellos embisten con tanto coraje que se
matan unos a otros. Acude no poca gente a ver esta pelea de que
los chinos sacan algún interés.»
No tardó en pasar al Perú esta costumbre, que el Padre Cobo
80 atribuía a fines del siglo XVI sólo a México, y en una pintura del ál-
bum de pinturas del Obispo· de Trujillo del ~erú, de fines del si.glo «El pavo aparece en la página 71 del Códice Borgia como el no-
XVIII de la Biblioteca de Palacio de Madnd, se muestra ya viva, veno de los trece pájaros señores de la hora del día y, por eso, en
' . /
el Tonalamatl) de Aubin, como imagen o disfraz del dios de la
en tierras peruanas, esta costumbre que tanto arraigo tomo antes en
las Antillas y en México. vía, Tlaloc. La hembra representa, según esto, el agua (at) v tam-
Los ingleses y los holandeses, por su parte, introduje~on sus ga- bién como Chalchiutotolin -gallina de piedra preciosa-, el chal-
nados al colonizar Norteamérica y una clase de gallina mglesa fue chiuhatl el agua de piedra preciosa, o sea sangre, la sangre del sa-
tan difundida a últimos del siglo XIX que constituyó una gran fuen- crificio, la sangre de la penitencia. Por esto es el pavo en el Tona-
te de riqueza en el Estado de Rhode Island; por est~ se levant~ un lamatl, el calendario augural, la persqnificación del signo del día tec-
monumento a esta gallina, Rhode Island Red, en la ciudad de Little patl) "cuchillo de pedernal", por tanto, también soberano de par-
Compton, de dicho Estado. te 17 del Tonalamatl. Como representa el agua que está contra-
puesta al fuego, es contrapuesta al águila, que es el emblema del
sol y el de la luna. esto aparecen los pájaros unidos en el tron-
EL PAVO EN AMÉRICA co hueco de madera teponaztli o atabal sobre el que se marca el
compás la danza de los guerreros (34). se tiene en cuenta tam-
El gu,ajolote o pavo común (Meleagris gallopavo L.) vive aún sil- Lienzo de Tlaxcalla pos-corlesiano.
vestre en los bosques de América Central y del Este de Norteamé- Pintado por los tlaxcaltecas en
ochenta recuadros, con la historia
rica. Los más corpulentos son los de Kentucky que:, a veces, pesan gráfica de su ayuda a España. Oferla
unos veinte kilos. No pasaron el istmo de Panamá, así es que no fue de pavos y huevos de pava a Hemán
Conés y doña Marina. Los pavos se
conocido ni silvestre ni doméstico, en la Sudamérica indígena. representan vivos y asados.
Los i~dios de México y de América Central lograron domesti-
carlo y en la cautividad se redujo su tamaño.
El pavo tuvo una significación religiosa entre los pueblos pre-
cortesianos análoga a la que tuvo el gallo entre los pérsicos mardea-
nos, y todavía en la etnología indígen.a de aquell?~ pue~los. 9ue~~n ·
prácticas y creencias en las que pervive esta rehg1osa stgniftcacton
(Seler, 1902-23, t. 3, pág. 373). .
Los huicholes de Jalisco (México), al pasar por pnmera vez el
sol por el cenit le ofrecen al astro rey un pavo en sacrificio, y los to-
tonacas del Estado de Veracruz, hasta hace poco metían un pavo
vivo en el hoyo que hacían para hincar en tierra el palo del volador,
sacrificándole así al sol al que adora y saluda desde lo alto del palo,
el capitán de los voladores, antes de lanzarse éstos al espacio, en su
famoso juego (Seler, 1922-23, t. 3, pág. 540) (33). .
El pavo~, entre los aztecas, estuvo asociado al culto del dtos Tez-
bién que las dos palabras uexolotl y totolin entran en la composición
catlipoca, deidad gemela y antitética de Quetzalcoatl, el Apolo nahua.
de muchas palabras de nombres y lugares y de personas, no es de
Muchos animales estaban dedicados al dios Sol, a Tonatiuh, ante todo
extrañar que en los manuscritos no escaseen las imágenes del pavo.»
el pavo y el conejo. En el lugar de Tatontitla, al Sur de los huicholes,
tejen todavía los indios con tiras de las hojas de un ágave llamado s.o-
tol unas figuras de animales, entre ellos la del pavo y la del coneJO, (34) Jacques Soustelle nos describe el angustioso sonido de los teponaztlis: «La
animales dedicados al dios Sol (Seler, 1922-23, t. 4, pág. 616). noche, a la vez temible y atrayente, ofrecía sus horas sombrías a las visitas más im-
portantes, a los ritos más sagrados, al secreto de los amores que mantenían los
De Seler tomamos también estas otras noticias: «El pavo se lla- guerreros con las cortesanas. Con mucha frecuencia el Emperador, en medio de
ma en nahua uexolotl y la hembra totolin, que originariamente sig- las tinieblas, abandonaba el lecho para ir a ofrecer su sangre y sus plegarias. Si un
nificó pájaro por antonomasia». observador dotado de sentidos muy sutiles hubiera podido dominar, colocado en la
parte más alta de uno de los volcanes, el conjunto del valle habría podido ver pal-
pitar a largos trechos las llamas y percibir la música que amenizaba las fiestas, el
(33) Pueblo amerindio perteneciente a la familia lingüística uto.azteca. Los hui- paso rítmico de los danzantes, la voz de los cantores y después, a intervalos, el batir
choles habitan en las montañas que se alzan entre los Estados meXIcanos de Zaca- de las teponaztlis y el ulular de los caracoles marinos. Así transcurría la noche, sin
tecas y de Nayarit. Están estrechamente relacionados con los guachichil. Actual- que jamás la mirada humana dejara de escudriñar la bóveda celeste en la espera
mente conservan la lengua indígena, aunque también hablan el español. siempre angustiosa de una mañana que podría no presentarse más».
82
gunos hay domésticos en las casas, que los toman pequeños ... », ha-
ciendo una detenida descripción de ellos.
Otra descripción tan detallada como ésta hace, un siglo más
tarde, el Padre Bernabé Cabo, el más minucioso cronista de la His-
toria Natural de las Indias y da a continuación la siguiente noticia:
«No lo había (el guajolote o pavo) en este reino del Perú, adon-
de lo trujeron los españoles de la provincia de Nicaragua, por don-
de suelen llamar a estas aves gallinas de Nicaragua. Por asemejarse
al pavo real en hacer rueda le pusieron los españoles nombre de ga-
lipavo, para abrazar los dos nombres con que lo llaman en diversas
partes destas Indias». Y en nota suya añade el cronista: «Y yo, en
varios lugares de Centroamérica (oí nombrarlo): guanajo, chumpipe
y huehuecho».
Al Perú debió de llegar en la expedición que Almagro organizó
en 1532 en Panamá con tropas del Darién y de Nicaragua para auxi-
Representación de aves. liar a Pizarra en la conquista del Perú (36).
Pintura de manta ceremonial del No es raro encontrar representaciones plásticas del pavo en los
códice azteca pos-cartesiano de
Magliacecchiano, de la Biblioteca monumentos y códices pre-cortesianos: en una «palma totonaca» del
Nacional de Florencia. Es copia de Museo de Historia Natural de Viena, tallado en uno de sus lados
un prehispano y se ve un pavo pelado DIFUSIÓN DEL PAVO EN EUROPA
asándose al fuego. gura un pavo, mientras que en el otro hay una cara de lechuza vista
de frente (Seler, 1922-23, t. 3, pág. 703).
En los códices mayas, en el de Dresde y en el Tro-Cortesiano No existían los pavos en las Antillas a principios del siglo XVI
dellVIuseo de An1érica de Madrid, aparece el pavo, juntamente con como algunos historiadores han creído, ni tampoco es cierto que los
la iguana, con un pez y con un ciervo, como símbolos de los cuatro primeros pavos que llegaron a España procedían de México.
puntos cardinales. Tatnbién se ve una cabeza de pavo en una de las Cabe a nuestro gran amigo don Mariano de Cárcer Disdier, in-
páginas del Códice prehispánico Féjerváry-J\1ayer; y en el Maglia- fatigable investigador de la trasculturación alimentaria entre ambos
becchiano de la Biblioteca Nacional de Florencia (e. Nuttall, 1903, continentes, la gloria de demostrar que diez años antes de la con-
fol. 7) se representa uno entero y pelado asándose al fuego, como quista de M;éxico por Cortés ya se enviaban desde Nicaragua pavos
símbolo de una de las diversas mantas jerárquicas que describen el a España. Examinando Cárcer Disdier en el Archivo de Indias de
Códice del Museo de América y la obra del P. Bemardino de Saha- Sevilla la Colección de documentos históricos, noticias y extractos pues-
gún, de la Biblioteca de Palacio de Madrid. tos en orden alfabético por Fernando Be/monte y Clemente, y siguien-
En los códices postcortesianos se ve el pavo más frecuentemen- do las indicaciones que en este escrito se referían al pavo, se encon-
te: en varios recuadros del Lienzo de Tlaxcalla, en dos recuadros del tró una real cédula, fechada en Burgos (24 de octubre de 1511), por
Códice Sahaguntino de Florencia, en el Códice Sierra, etcétera. Her-
nán Cortés en su III Carta Relación, y Bernal Díaz del Castillo en
el Cap. XIII de su Historia Verdadera, nos dan ya cuenta de la exis- muy bien y en grande abundancia, e hay muchos e muy hermosos capones y en gran
tencia de las «gallinas de la tierra», de los pavos domésticos, pero cantidad en todas estas partes de Indias. Hanse traído algunos pavos de los de Cas-
tilla, pero no se hacen ni multiplican bien como en España. Y lo mesmo digo de
es la descripción que del pavo hace el príncipe de los cronistas de los ansaress de Castilla, porque los que acá vienen no multiplican ni se dan tam-
Indias, Gonzalo Fernández de Oviedo, la primera detallada que se bién como allá, aunque hay algunos ánades de los caseros de Castilla que se han
hace de la gallinácea americana (35). traído asimismo, e hanse hecho muy bien e hay muchos dellos, puesto que destas
«Hay unos pavos rubios y otros negros y las colas tiénenlas de hay acá, naturales, infinitos, pero muy chiquitos».
la hechura de los pavos de España ... Estos pavos son salvajes y al- (36) Según las capitulaciones firmadas en Toledo, 1529, a Diego de Almagro
se le concedieron la tenencia de la fortaleza de Túmbez, una renta de 100.000 ma-
ravedises al año y otros 200.000 anuales de ayuda de costa. Pizarra salió en 1531
de Panamá, donde se quedó Almagro, para seguirle más tarde con el resto de la
(35) Gonzalo Fernández de Oviedo dedica un extenso párrafo a la descripción expedición. Almagro llegó a Puerto Viejo con tres embarcaciones, 150 hombres y
de las aves que se habían traído desde España y las compara con las de Indias, con- 50 caballos, importante refuerzo para las ulteriores conquistas. En Cajamarca, don-
cretamente el pavo: «Hanse traído a esta isla e a las otras e a la Nueva España e de se presentó con su gente a mediados de febrero de 1533, fue recibido con ale-
84 a la Tierra Firme muchas gallinas e gallos de los nuestros de España, e hanse hecho gría por Pizarra y su hueste. 85
cado los caballos en las Antillas se ordenó, en 1507, que se suspen-
diese el embarque de caballos. PUERCOS MONTESES
Durante el siglo XVI los piratas ingleses debieron introducirlo (PÉCARI)
en Gran Bretaña porque fueron frecuentes sus correrías, en la se-
gunda mitad de este siglo por las costas del Golfo de México y del QUE TRATA DE LOS PUERCOS
Mar Caribe, donde se encontraba silvestre y doméstico. MONTESES DE LA TIERRA
FIRME, EN DIVERSAS
A mediados del siglo XVII~ decía el P. Cobo, «es ya tan conoci-
PROVINCIAS
do el guajalote en toda Europa que no hay región donde no se ten-
ga noticia de él».
En Europa una tradición pretende hacerlo aparecer por primera Muchas e grandes manadas
de puercos hay naturales de la
vez en R-ancia en la mesa de Carlos IX en el banquete nupcial de Tierra Firme; y en Castilla del
su boda, en 1570. Sin embargo, Geoffrey Saint-Hilarie indica que Oro, en la provincia de Cue-
existía ya en Inglaterra en tiempos de Enrique VIII y en Francia va, los llaman chuche, e los in-
dios en otras provincias lo lla-
bajo Luis XII, mientras que Pierre Belon lo describe y lo dibuja en man báquira. E como andan
su Portraits d'oiseaux, en su edición de 1557. en manadas juntos, no osan
Según Darwin, la solera de nuestros pavos domésticos no debe acometerlos los otros anima-
les, puesto que no tienen col-
ser la especie que vive del Canadá a Florida, sino la del pavo de millos; mas muerden muy re-
México, del espléndido pavo ocelado que vive en el Yucatán, en ciamente e matan los perros
Guaten1ala y Honduras. a bocados. Estos puercos son
algo menores que los nues-
De España se enviaban en el siglo XVI las novedades que llega- tros e más peludos o cubier-·
ban de Indias -joyas, frutos y animales- a Roma para el Papa, o tos de cerdas ásperas. Tienen
a Flandes, Austria o Alemania para Carlos V cuando se hallaba por el ombligo en medio del espi-
aquellas tierras. nazo, y en los pies traseros no
tienen dos pezuñas, sino una
Estas joyas y estos frutos y animales fueron, a veces, pintados por en cada pie, e cuando se em-
Durero y relacionados por Rembrandt en su correspondencia. Así bravescen o están enoja dos,
baten las quijadas u hocico
se extendería el pavo por Europa y así llegó a pintarlo Paúl de Vos tan apriesa como suelen las
en el cuadro del 1:1useo de Hamburgo que ha dado lugar a estos cigüeñas sonar el pico, dando
comentarios. tabletadas. En todo lo demás
son como los nuestros.
Cuando los cristianos to-
pan alguna manada dellos,
procuran de se subir sobre al-
guna piedra o tronco de ár-
EL PÉCARI bol, aunque no sea más alto
que tres o cuatro palmos, e
desde allí, como pasan, con
i\unque tenemos testimonios de viajeros de haber visto criar pé- un lanzón hiere dos o tres e
caris a ciertas tribus de indios en la zona ecuatorial, es lo cierto que los que más puede, e so-
la cría del pécari ni estuvo generalizada en esta zona ni ha pervivido corriendo los perros, quedan
algunos dellos desta manera
a través del tiempo, lo que indica que debió de ser un amansamien- muertos. Son muy peligrosos,
to más que una domesticación. cuando así se hallan en com-
Paul de Vos. Pintor holandés. Pelea la cual se ordenaba a Miguel de Pasamonte que enviase a Sevilla en pañía, si no hay lugar desde
de gallo y pavo. Kunsthalle El pécari es un paquidermo muy parecido al jabalí, sólo que tie-
cada navío desde Tierra Firme diez pavos, la mitad machos y la otra donde el montero los pueda
(Hamburgo). ne una glándula en el lomo cuya secreción muy odorífera es seme- herir como es dicho. Algunas
mitad hembras, «para que hagan casta» y los entregasen a los ofi- jante a la que también tiene el buey almizclero. veces se hallan e se toman al-
ciales de la Casa de Contratación de Indias (Disdier, 1953). Vive en manadas en las selvas tropicales y a veces, cuando está gunos lechones, cuando las
puercas se apartan a parir; e
Por esta real cédula se deduce que en esta fecha ya eran cono- hambriento y es atacado, arremete a su vez en manada contra el ca- tienen muy buen sabor, e hay
cidos los pavos en la corte de España y por esto se encarga se trai- zador, siendo entonces un animal terrible. muchedumbre deste ganado
gan en todos los navíos machos y hembras «para hacer casta»; de Algunas tribus indias de las regiones tropicales y ecuatoriales de salvaje.
igual modo que se había encargado a todos los navíos que partían América criaban pécaris, cogidos de pequeños, y que vivían en los Gonzalo Femández de Oviedo
de Sevilla que llevaran machos y hembras de todos los ganados que poblados entre ellos; por esto algunos viajeros creyeron que el pé- Historia General ·
y Natural de las Indias
86 faltaban en las Islas y en la Tierra Firme; y por haberse ya multipli- cari había sido reducido a domesticidad por estas tribus, pero es 87
CONEJOS
DE LOS CONEJOS +•·?·Y> ...... n.f'n. ri.ah.011"o/1lr'><' al como ani-
"""'''"'"''rlo·... .-..-r

Aunque en muchas partes "-"'V.U. .J.""'-''-''""'-' U.Jl.I.JLV.LJLVU..U'V' algunos cronistas nos lo indiquen,
.......... 11 ......... .....,

destas Indias se hallaron cone- Padre Cobo.


jos monteses de la misma es-
pecie que los de España, con
todo eso, ni los había en este
reino del Perú, fuera de la
provincias de Quito, ni nación PATO
alguna de indios usó criarlos
caseros; y así, todos los que
crían caseros los españoles en
este reino del Perú, son traí- afirman que los
dos de España, y déstos no sé caseros algo diferentes de
que se hayan hecho montara- los gansos, a los
ces. Trujéronse al principio de
la población deste reino con
los demás animales europeos. pág. nos «hay una (ave)
Hay muchas conejeras dellos tamaño de un gran pato; a ésta crían
en esta ciudad, adonde vale
un conejo de seis a ocho rea- ~·JLU u"' y buenas para comen>. Sa-
...... .., ........

les. que no se refiere al pavo.


Bernabé Cobo hace constar que los indios
DE LOS CONEJOS E LIEBRES
o pato turco procede del Nuevo Continente y
'-"J""''-''-"'-'
Conejos e liebres hay en la
Tierra Firme en muchas par- estaba en estado silvestre en ell\Iagdalena. Los antiguos mexicanos
tes della y en Castilla del Oro, tenían patos y años arrancaban las plumas,
en la lengua de Cueva. Tienen con las comercio. Incluso hacían mantas
el lomo e pelo como de liebre,
e lo demás es blanco, así co-
mo el vientre e las hijadas; e
los brazos e piernas son algo
pardicos, y a mi parescer, és-
tos tienen más parte de liebres
que de conejos, aunque son
menores que los conejos de
España. Tómanse las más ve-
ces, cuando se queman los algo diferente del euroasiático, tuvo una
montes, y asimismo con lazos.
Mas en Nicaragua hay mu- mixteca-zapoteca y azteca y así lo
.. ....,uc:.,;u ......

chos conejos así como los de vemos, con representado en los -;<Códices» y en uno de
España, de los cuales yo he los cuatro elementos que entran en el juego cronológico de los años
comido muchos, e los indios
los salan e tienen mucho tiem- con el la casa y el jaguar (37).
po así en cecina para cuando mantas, que eran muy estimadas de los
.................. u

les falta la carne fresca. E asi- como debió vivir domesticado en templos y pa-
mismo hacen muy buenos ta-
sajos de venados e los tienen Jl_,_,., ..... como animal doméstico de los _u .... ...,_...._,_...,

mucho tiempo. E asimismo es aztecas.


buena cecina de los perros que
llaman xulos e ellos crían para
comer, e que tienen en casa e
los estiman mucho. E estas ce-
cinas usan por mercadería, (37) En la religión azteca el calendario adivinatorio o tonalpohualli resultaba
porque tienen abundancia de de la combinación de 13 números -dell al 13- y de 20 nombres: cípactli, coco-
todos estos animales. drilo o monstruo acuático; ehecatl, viento; calli, casa; cuetzpalin, iguana, lagartija;
coatl, serpiente; miquiztli, muerte; mazatl, venado; tochtli, conejo; atl, agua; itzcuint-
Gonzalo Femández de Oviedo li, perro; ozomatli, mono; malinalli, hierba; acatl, caña; ocelotl, jaguar; gu.auhtli, águi-
Historia General
y Natural de las Indias la; cozcaquauhtli, zopilote; ollin, movimiento; tecpatl, pedernal; quiahuitl, lluvia; xo-
88 chitl, flor. Cada uno de los nombres de los días estaba representado por un signo. De la obra del Obispo Martínez de Compañón. 89
EL COBAYO De la obra de Martínez de Compañón.
CONEJILLO
DE INDIAS
DEL ANIMAL LLAMADO CORÍ El Padre Cobo dice de él que «es el menor de los anin1ales man-
Corí es un animal de cuatro sos y domésticos que tenían los naturales de estas Indias, el cual cria-
pies, e pequeño, del tamaño ban dentro de sus casas y en los mismos aposentos como lo hacen
de gazapos medianos. Pares-
cen estos coris especie o géne- hoy día ... ». «Es poco mayor que una rata, en la figura semejante al
ro de conejos, aunque el hoci- conejo, el pelo blando y corto; carece de cola, en cada uno de los
co le tienen a manera de ra- pies tiene tres uñas pequeñuelas y cuatro en cada una de sus mane-
tón, mas no tan agudo. Las
orejas las tienen muy peque- cillas. No tiene más de dos dientes en la parte alta de la boca y otros
ñas, e tráenlas tan pegadas o dos en la baja, muy largos y delgados. Los hay de muchos colores:
juntas continua o naturalmen- blancos, negros, pardos, cenicientos, bermejos y algunos pintados de
te, que parece que les faltan o
que no las tienen. No tienen varios colores. Tienen una voz baja con que hacen ruido como cria-
cola algunas. Son muy delica- turas que lloran o gimen, aunque cuando los cogen dan más fuertes
dos de pies e manos, desde las chillidos.>>
junturas o corvas para abajo;
' tienen tres dedos, e otro me- Su nombre quechua es cuy, y en aymará, guanco, pero es cono-
nor, e muy sotiles. Son blan- cido en América y en Europa con el de cobayo) palabra quizá chib-
cos del todo, e otros de todo cha, pues en Colombia así se le llama y con este nombre y con el de
punto negros, y los más, man-
chados de ambas colores. conejo de Indias es conocido en todo el mundo.
También los hay bermejos del En frecuente encontrar en las ricas colecciones de vasos antiguos
todo, e algunos manchados de peruanos de los museos de América y Europa vasos funerarios con
blanco e bermejo. Son mudos
animales, e no enojosos e muy la forma cuy.
domésticos, e ándanse por ca- Los indios lo comen con piel como si fuera un lechoncito; pero
sa e tiénenla limpia, e no chi-
llan ni dan ruido, ni roen pa- como el perro, sólo era consumido con motivo de alguna festividad.
ra hacer daño. Pacen hierba, Es el único mamífero americano cuya cría se hace en ambos con-
e con un poco que les echen tinentes. Su difusión por América y por el Viejo Mundo es reciente,
de la que se les da a los caba-
llos, se sostienen; pero mejor data del desarrollo de las investigaciones biológicas de últimos del
con un poco de cazabi, e más siglo XIX, para las que el cobayo, como las ratas, son elementos va-
engordan; aunque la hierba liosos de experimentación.
les es más natural. Yo los he
comido e son, en el sabor, co- De Francisco Hernández en sus cuatro libros de la Naturaleza y
mo gazapos, puesto que la virtudes .medicinales de las plantas y animales de la Nueva España,
carne es más blanda e menos Morelia, Imp. y Lit. Escuela de Artes, 1888, tomamos un extracto
seca que la del conejo. Hartos
hay al presente aquí y en otras sobre el cori, pág. 257, cap. «De los corys o conejos del Piru».
muchas islas y en la Tierra «El cori es un animalejo de quatro pies de tatnaño, de un conejo
Firme; en especial en ·la pro-
vincia de Venezuela son muy mediano, es sin duda, especie de rata tiene ocico a m0do de la rata,
mayores de lo que es dicho, e salvo que no es tan agudo, tiene las orejas muy pequeñas y muy pe-
cuasi tamaños como conejos; gadas a la cabe~a que parece muchas veces que no la tiene, no tiene
pero más salvajes que los que
es dicho de suso, e el pelo co- cola alguna, son muy delicados de pies y manos, tienen en cada una
mo hardas. de las piernas, seis dedos, y otro más pequeño, muy sutiles de mu-
Gonzalo Fernández chas y barias colores cada uno, y se an dado tanto en esta nueva Es- GANADERÍA MÍNIMA INDUSTRIAL
de Oviedo paña que en cada casa los ay parecen bien, y son muy limpios, y no
Historia General enojosos, sustentarse de pan yerbas que come, y es tan domestico ABEJAS, GUSANOS DE SEDA Y GRANA
y Natural de las Indias
que se anda, por toda la casa con una apasible seguridad, el mismo En la América indígena había muchas variedades de abejas, pe-
dia que pare la embra aquel dia se buelve a emprenar, son buenos ro todas eran silvestres. En el códice maya Tro-Cortesiano del Mu-
de comer, como yo losé comjdo, y que difieren muy poco de lacar- seo de América de Madrid hay muchos dibujos de abejas y, según
ne de nuestros conejos solo que esta es algo más blanda, y menos sus intérpretes, también de trozos de panales. Los chiriguanos del
seca disimulase esto quando bien adere~ados, no se que sean para Paraguay y del Brasil buscan y catan aún con gran habilidad las col-
90 otro buenos en nada.» menas silvestres, lo que dio lugar a que un autor francés ha- 91
De la obra de Manínez de Los amerindios no conocieron el gusano de seda, sino una espe-
Compañón.
cie de oruga silvestre, de diferente familia que este gusano, que les
proporcionaba materia prima para hacer pañuelos de seda en la Mix-
teca y en Tuxtla, cerca de Chipalcingo (38).
Se ha considerado a Hernán Cortés el introductor del gusano de
seda en Nueva España, pues entre las semillas que pidió a las An-
tillas y a España figuraban moreras para seda; pero no todo lo que
pidió debió de llegarle, pues el cronista Antonio de Herrera nos di-
ce que fue Francisco de Santa Cruz quien llevó a México (de 1528
a 1531) una cuarta de onza de simiente que dio el oidor Delgadillo,
«que, como hombre de Granada, sabía cómo se había de criar, para
que en una huerta que tenía, una legua de México, adonde había
buenos morales, se procurase de beneficiarlo ... ».
Toscano, que trata también este tema, trae el parecer de Icaz-
balceta de que fue un tal Martín Cortés, que no debe confundirse
con el hijo del Conquistador, el primero que «ha criado árboles de
morales y ha criado u aparejado seda», según dice en un documen-
to de 1537, en el que también consta que tenía moreras en Huejot-
zingo, Cholula y Tlascala.
Más tarde un dominico, Fray Domingo de Santa María, llevó gu-
sanos y moreras a la Mixteca, que fue famosa por la calidad de su
seda.
mediados del siglo XVI se cosechaba bastante seda en Pue-
bla, Pánuco, Oaxaca y la Mixteca, 'en donde hay pueblos que llevan
nombres significativos, como Tepexe de la Seda y San Francisco de
la Seda; pero la política del Consejo de Indias, temerosa de la com-
petencia que pudiera hacer a la seda de la metrópoli, por un lado,
y la importación de seda de Filipinas, por otro, arruinaron esta in-
dustria (39).
La grana cochinilla es un insecto, parásito del nopal, que fue co-
nocido y explotado por los pueblos indígenas antes de la llegada de

(38) El gusano de seda, procedente del Extremo Oriente, se introdujo en Nue-


va España en la segunda mitad del siglo XVI. En 1559 el virrey don Luis de Ve-
lasco inició los preparativos de una expedición hacia las islas del Pacífico, que ha-
ya escrito un libro con el título «La civilización de la miel», pero no bía descubierto Magallanes en su viaje de 1520. En 1564, cuando había muerto Ve-
responde exactamente el título al contenido. lasco, la Audiencia novohispana se encargó de finalizar los largos preparativos de
Tenemos pocas noticias de la entrada de las abejas europeas en la expedición al mando de Miguel López de Legazpi y como asesor náutico, el pa-
dre Andrés de Urdaneta. Fundada en 1565 la primera ciudad en la isla de Cebú,
Indias. Humboldt nos dice en el Ensayo polftico sobre la Isla de Cu- Urdaneta regresó a México para informar del viaje y pedir refuerzos para conti-
ba que fueron introducidas desde Europa por la Florida y que su co- nuar la conquista. El viaje de retorno, el Tornaviaje, abrió la nueva ruta de comu-
mercio no fue muy importante hasta finales del siglo XVIII. nicación entre Filipinas y el puerto mexicano de Acapulco.
Sabemos también que se llevaban velas de cera de España para (39) Véase nuestro estudio introductorio y notas a la edición española de la
el culto, pues para las casas se empleaban de sebo. obra de William Lytle Schurtz El Galeón de Manila. Traducción de Pedro Ortiz Ar-
La península de Yucatán y la isla de Cuba fueron las regiones mengol, Ediciones de Cultura Hispánica. Madrid, 1992. En este trabajo hacemos
un análisis de la problemática económica planteada como consecuencia de la im-
más productoras, que exportaban a México su producción para el portación de seda china desde Filipinas a Nueva España, al competir con la seda
propio consumo de las iglesias de Nueva España y para el de otros de procedencia andaluza que se consumía en México. La rivalidad entre comer-
virreinatos, p~es aparece en la lista de exportaciones a otras provin- ciantes andaluces y novohispanos obligó a las autoridades filipinas a dictar medidas
92 cias españolas americanas con el mismo fin. restrictivas en cuanto al valor de la seda transportada en la Nao. 93
los españoles. Los aztecas la llamaban nochitxtlí, la recogieron de
los nopales silvestres y la criaron en domesticidad con minuciosos BISONTES
cuidados; por esto la grana doméstica fue mucho más fina y más
DE LAS VACAS DE LA TIERRA
grande que la silvestre y logró alcanzar el tamaño de un grano de SEPTENTRIONAL
trigo.
Las hembras una vez secas y molidas, convertidas en polvo, se Hay en la Tierra Firme e
empleaban como tinte por el color rojo vivo que daban, muy apre- parte septentrional, a las es-
ciado en la industria del tinte antes del descubrimiento de las anili- paldas de la provincia que lla-
man la Florida, segund me
nas minerales (40). han certificado los que en
Como el cultivo del cacao y el del algodón, el de las nopaleras aquella tierra del Norte han
andado, muchas vacas y toros
para la grana se extendió muchísimo en la época virreina!, pues no montenses, que comúnmente
sólo satisfacía su producción al consumo creciente de la colonia, si- son mayores reses o animales
no que fue exportada a España y a muchos países europeos, llegan- que nuestro ganado vacuno.
Tienen los pescuezos muy lle-
do a ser, después de los metales preciosos y del cacao, el producto nos de lana, e la cabeza traen
de mayor exportación en Indias. algo más baja que nuestras va-
Por eso interesaba el fomento de su cría y las autoridades espa- cas de España; y desde las cor-
vas o medias piernas abajo,
ñolas pidieron informaciones y memorias sobre su cultivo; unas fue- hasta las uñas, están asimismo
ron publicadas, como la de don Pantaleón Ruiz de Montoya, y otras con muchas lana, e todo lo
están inéditas, con ilustraciones, como la que conserva, con intere- restante de sus cuerpos es ra-
sante documentación de Indias, la familia Alegría, de Murcia, y la so el pelo. Las colas tienen
largas e de la manera de nues-
que trajo de México el Cardenal Lorenzana, que existe, con sus li- tras vacas, e las uñas hendidas
bros y manuscritos, en la Biblioteca de Toledo. al propio; pero los cuernos
tienen puntiagudos, e el uno
Hasta en España se intentó implantar esta explotación, como se contra el otro, e de la mandí-
ve por la «Instrucción sobre el cultivo del nopal y cría de la cochi- bula baja la cuelga una gran
nilla en América, publicada para uso de los labradores», que en 1825 barba de aquella lana que es
dicho. Los toros o machos tie-
editó la Sociedad Económica de .Amigos del País de Cádiz con el nen una corcova alta sobre los
fin de introducirlo en Andalucía. hombros, en la cruz o juntura .
alta, e las hembras no tienen
la dicha corcova. La lana o pe-
lo de lo restante del cuerpo es
EL BISONTE Y EL CAIMÁN como merina espesa. No anda
ni se mueve a paso portante o
de andadura ni galope, sino a
Casi todos los cronistas de Indias que historian la naturaleza de la par, como acá haría un ca-
ballo maniatado; pero son
Nueva España, al hacer las descripciones de los animales de aque- sueltos o ligeros animales, e
llas tierras destacan la del bisonte, por ser la bestia más corpulenta muy salvajes, e innumerables
de América (41). en cantidad. La carne dellos
es buena, o el cuero es muy
La denominación de este bóvido es muy variada, llamado por al- recio, e la color de todos ellos
gunos «toro mexicano», por otros «vaca corcovada», o «buey de In- es de leonado escuro. Hay
dias»; algunos conocedores de este animal más concretamente le lla- destos animales en mucha
parte de la Tierra Firme, al
man «cíbolo» o «cjbola~,, nombre que puede haberse tomado de la Norte o parte septentrional,
como tengo dicho.
Gonzalo Fernández de Oviedo
(40) En la época preshipánica se utilizó, sobre todo, por la cultura mixteca de Historia General
la región de Oaxaca. Fue una de las mercancías de intercambio entre las diversas y Natural de las Indias
culturas mesoamericanas.
(41) José Alcina Franch en su clásico Manual de Arqueología Americana. Edi-
torial Aguilar, Madrid, 1965, señala que el bisonte ha constituido la caza principal
de grandes grupos humanos. Sus restos se han encontrado en numerosos yacimien-
tos arqueológicos. A tenor de los hallazgos prehistóricos, se han clasificado tres ti-
94 De la obra de Martínez de Compañón. pos: Bison Taylori, Bison Antiqus y Bison occidentalis (pp. 74-75). 95
J

1
lejana ciudad que visitó Vázquez de Coronado (42) (el cual llamaba
al bisonte «vaca corcovada» como otros cronistas de Indias). Bien
podría ser que la ciudad se llamó así por haber tomado este nombre
de los animales que vivían en sus praderas; pero ésta es cuestión que
a los lingüistas corresponde dilucidar.
Las descripciones más o menos exactas de Gonzalo Fernández
de Oviedo, de Fray Bernardino de Sahagún, de López de Gómara ... ,
de V ázquez de Coronado, quizá el primer cronista que los vio en su
malograda expedición de 1540 a Cíbola y Quivira... son descripcio-
nes conocidas.
Las primeras noticias que hemos encontrado del alanceo, enso-
gado y toreo de los cíbolos están en los manuscritos de la «Historia
de Texas» de la colección del Padre Manuel Vega, como debiera lla-
marse a la de «Memorias de Nueva España» conocida con el nom-
bre de BOTURINI, cuya colección de treinta volúmenes (sin dos
que le faltan y que están en el Archivo General del Ministerio de
Hacienda de Madrid) se conservan en la Biblioteca de la Real Aca-
demia de la Historia (43).
En el Derrotero para las Misiones de los Presidios Internos desde
Saltillo a Asanay (pág. 101 del t. XXVII), dice así: «El día 27 ma-
yo de 1716 cazaron seis cíbolos y llevaron al Real dos becerritos con
los quales tuvimos fiestas, por ser bastante bravos».
Otra descripción del bisonte la debemos al capellán Bachiller
Juan Antonio de la Peña, que escribió el Diario del vzaje del M"ar-
qués de San 1'Jiguel de Aguayo» a la Movila y Seno Mexicano, para im-
pedir la intromisión de los franceses (t. XXVIII).
día 23 de mayo de 1722 matan un cíbolo: «Es el cíbolo el toro
mexicano que llamarán los primeros españoles que es monstruoso o
la corneja de los animales, givada y corbada de espalda como el ca- ción como en la ligereza; carne muy sabrosa como la de la mejor Piel de bisonte de los indios de
nlello, enjuto el hijar, corta cola y pelada como el cerduno, me- vaca ... ». Norteamérica.
nos el remate que tiene lana crecida de que está cubierta toda la domingo logrado cíbolas se
piel que es oscura (y curtida aunque no tan fina se parece a la del trajo a.cordel a uno vivo al que sirvió de diversión y provecho».
oso) tiene barbas como la cabra y el cuello y la frente con guedeja El jueves. y fue ésta última caza que se hizo,
de media bara, como el león, que casi le cubre los ojos que tiene que es prop1a por ser montería de fieras habiendo
mui grandes y negros, hendido el pie y armada frente como el mu.er~o más de ciento, desde que se etnpezaron a encont~ar, de que
toro, cuya ferocidad imita, sobre ser mucho mayor, así en la execu- se Infiere la suma agilidad, no sólo de los soldados, sino
. " los capitanes, el señor quatro, en tres veces que sa-
ho de caza y no en la habiendo que-
(42) El salmantino Francisco Vázquez de Coronado en 1541~ apoyándose en dado muerto sólo un que se sanaron».
unas informaciones indígenas, organizó una expedición hacia la legendaria Quivi- Como lapones beduinos del camello los
ra. Recorrió los llanos de los Cibolas (bisontes); el Llano Estacado, inmensa plani- indios de las praderas '
cie donde vio nada más que algunas tribus. Localizaron Quivira, pobre aldea de pie- López de Gómara en su
les rojas, en el actual Estado de Kansas. Los hombres de V ázquez Coronado re- representación <rr·~•"r-"'
corrieron miles de kilómetros a través de las actuales Texas, Oklahoma y Kansas. de la realidad; no se
Coronado decepcionado, después de pasar el invierno de 1541 a 1542 en Nuevo
México, abandonó la conquista y regresó a Nueva España en la primavera de 1542. se extiende:
(43) Colección de Documentos inéditos para la Historia de España, tomos V y que un buey, la pesuña son sumamen-
VI. Edición, prólogo y notas por Manuel Ballesteros. Madrid, 1948. En el primer te negras más cortas y tiene
tomo se recogen los datos biográficos del caballero Lorenzo Boturini Benaduci. En hasta la frente un copete se hace un grande
96 el segundo, su obra titulada Historia General de la América Septentrional. de él, le y por eso corre contra el huele mu-
Piel de bisonte de los indios de
Hazen, en fin, tantas cosas dellos, quantas han menester o quantas
N orteamérica. les basten para su vivienda.»
Vemos el estilo sencillo, claro y preciso de López de Gómara
para describirnos el exhaustivo aprovechamiento del bisonte que
contrasta con otras descripciones del cronista de la expedición que
hizo De Mezieres al servicio de España en 1779 por tierras de Texas.
«Solo el cíbolo, a más de su carne ... les franquea liberal quanto
apetecen para comodidades.: se dedican los sesos a ablandar las pie-
les:; las bastas a cucharas y vasos de bever; la paleta a cavar y lim-
piar la tierra; el nervio a hilo y cuerdas de arco; la pesuña a cola pe-
gadiza de frechas; con la cerda se hazen sogas y cinchas; con la lana
ligas, ceñidores y varios adornos. La piel da equipaje de caballo, rea-
tas, escudos, riendas, camisas, botas, calzados y mantas preservati-
vas del frío; alajas verdaderamente apreciables, cuya adquisición fá-
cil, posesión quieta, pérdida leal, suplen ampliamente entre infinitas
gentes que notamos de míseras, aquel superfluo necesario que va
eternizando nuestras pesquisas, inquietudes y discordias; pero des-
dichado el que, por la corpulencia de este animal, así duda de su agi-
leza o haviéndole impunemente herido, se persuade encontrar siem-
pre igual disimulo de las ofensas. Llegó el tiempo o llega el tiempo
en que arrebatado el toro por los deleites del amor se enciende con-
tra el cazador que le divierte sus gozos, con el mismo furor con que
enviste a sus ribales; llega otro, en que parida la hembra, no gasta
menor sentimiento si lo apartan del cuidado de la cria, sus insidio-
sas frentes, que ocultan tupidísimas cerdas, y encorbadas hasta sus
jibosas espinas, se parecen a las de los camellos; sus cuerpos son bes-
tidos de lana morena y suave como la de las ovejas, sus colas vello-
sas, vistosas en el cabo, se parecen a las del león: tremendos brutos
en quienes concurre la deformidad para espantar, el genio para en-
colerizarse, la ferocidad para acometer, desmedidas fuerzas para lo-
grar trágicos sucesos.»
La retórica y el bucolism.o de las descripciones se acentúa en la
que sigue, que transcribimos aunque no se refiere a nuestro asunto:
«... Al tiempo que sus doradas flores, lucido esmalte de los cam-
pos, tributaran a la abeja su caudal, con que grata recompensara el
vienechor que se empeñara en congregarla y reducirla a vida socia-
ble. Los cerdos engordan gratuitamente con la vellota, sin que con-
tribuyan los graneros a su costoso cebo: se sacará un primoroso azei-
te de nueces y siempre que quieran los osos participar de ellos, no
darán inferior manteca, compensando el daño con mayor utilidad ... »
cho, no oye tanto y menos vee, por razón del expresado copete, ~a
En el Museo de América de Madrid hay tres pieles de cíbola de-
cola tiene de marrano y su gruñir; corre mucho, que es necesano
coradas, estudiadas por Manuel Ballesteros Gaibrois (44 ). Estas pie-
sea bueno el caballo que lo alcanzare, tiene la carne de dos bueyes
les, según las «Memorias de Nueva España», eran pintadas por las
muy buena y sana». . . . indias. «Las mugeres si, que se aúpan en curtir y adovar los cueros
«No tienen sus dueños otra nqueza, n1 haz1enda. Dellos comen,
beven, visten, cal~an y hazen n1uchas cosas. De los cueros c.asas, calq-
do, vestido y sogas. De los huessos punsones. De los ne~1.os y pelo,
hilo. De los cuernos, buches y vexigas, vasos. De las bon1gas, lum- (44) Manuel Ballesteros Gaibrois y Paul Kirchhoff. Arte antiguo norteamerica-
bre.. Y de las terneras odres, en que traen y tienen agua. no. Pieles de bisonte pintadas. 10 págs.+ VIII láminas. Madrid, 1943. 99
98
de las cíbolas que ellos matan y ellas curiosamente las pintan.» Las
mujeres curten, pintan y cosen las pieles.

EL CAIMÁN
De la caza y «toreo>:> del caimán hay también descripciones en
nuestros cronistas de Indias. Los que historian regiones tropicales
nos los describen también, aunque no con la novedad del bisonte,
por ser ya conocidos los caimanes o cocodrilos en el mundo medi-
terráneo, en Egipto.
La caza del caimán tiene algo de toreo. La mejor descripción
que de ella hemos leído es la de don Diego d'Avalos Figueroa en
su mismísima Miscelánea Austral. El indio empuñando verticalmen- CAPÍTULO 11
te un palo, corto y grueso, aguzado por las puntas y forrado todo él
de carnaza y atado el palo con una fuerte soga a un árbol, al ver al
caimán lo citaba y «con el brazo firme y derecho, él aguardaba a la
orilla del río ... y como llegando a suficiente distancia, abre el cai-
LOS ANIMALES DE CONQUISTA
mán la boca~ el indio con grave reportación y flema (de que son más
enriquecidos que de ánimo) aguarda el golpe con seguridad de po-
Los CABALLOS EN LA HISTORIA. Los CABALLOS DE CORTÉS Y
der sacar la mano libre; porque como el cayman se enclavaba boca, PIZARRO. Los CABALLOS EN LAS DEMÁS CONQUISTAS.
por la parte alta y baja, no llegan los dientes a ojenderla; el cayman EL CABALLO EN LOS CÓDICES INDÍGENAS MEXICANOS Y EN
en viendose asido y lastimado procura huir, mas como la cuerda ha-
ce oficio de fiador, tienelo preso, hasta que assí muere». LA CULTURA INCAICA. EL PERRO EN LA CONQUISTA.
Otras veces en lugar de atrapar al caimán con este artilugio, lo
mataba el indio con una lanza que le hundía en las fauces, como San
Jorge al dragón; pero siempre esperando al bicho <<con grave repor-
tación y flema».

100
Los CABALLOS EN LA HISTORIA
Desde que el hombre domó a su más noble animal doméstico y
montó sobre él, sobrepasando en más de un metro las cabezas de
los peatones, aumentando a la vez prodigiosamente su poder y su
mobilidad, debió sentirse, como jinete, un hombre superior, y al
acrecer con tan prodigioso y vital instrumento en casa y en guerra
sus facultades económicas, sociales y políticas, quedó unido al uso
del caballo y aun a su mismo nombre, una nueva y elevada categoría
social, la de caballero.
Esta antigua clasificación social de peones y caballeros se acentúa
entre los conquistadores españoles en Indias en atención a la mayor
importancia que en aquellas conquistas tiene el empleo del caballo,
por el terror que infundían a los indios y por las enormes distancias
que habría que recorrer, razón por la cual los jinetes tienen distinto
trato, remuneración y participación que los peones en los bélicos
botines (45).
El caballo ha sido siempre el animal de guerra por excelencia;
superior al perro de con1bate, al tigre amaestrado y al elefante
amansado, que fueron utilizados también por otros pueblos.
/ Las más antiguas civilizaciones: la sumeria, la egipcia, la siria,
la caldea y la china, que lo tuvieron domesticado, lo aprovecharon
para la guerra, bien montado por guerreros o enganchado en
bélicos carros, como vemos en los relieves. y pinturas de estos
pueblos.
En la Grecia antigua los caballos eran una posesión costosa y
rara. Agamenón, en el Canto IX -123- de la Ilíada promete a

(45) La diferencia social entre peones y caballería aparece ya en el mundo


clásico. En la sociedad romana existió entre los patricios un partido ecuestre
relacionado con el mando militar. En la Alta Edad Media se desarrolló una idea
de caballero vinculada con la preocupación por la búsqueda del Santo Grial y el
rescate de Jerusalén. Reyes y señores feudales ennoblecieron a sus soldados más
escogidos armándoles caballeros. La categoría de caballero llevaba la obligación de
la posesión y mantenimiento de un caballo.
Aquiles doce caballos si vence a JlJl"'"'"'L'Jl en el combate. Los caballos CÓDICE VATICANO.
]J. Representación del Capitán Nuño de
eran empleados de los carros de guerra de dos Guzmán. Un jinete y junto a él una
ruedas. serpiente que baja del cielo.
Los troyanos eran los que más corceles tenían. Aquella alta
sociedad griega se '"''--'A'""'~--'-''-'-''"'·''-" en el noble como lo demuestran
los epítetos dedica en boca de los jinetes a sus corceles:
(Canto Caballos: Caballos de sólida pezuña,
rápidos inmortales, caballos de bellas crines,
bravos patas galopantes, eúreas crines
ondean volando entre nubes de polvo por
el

de como es,
rh-1-.c.-.·on-t.,::.

pero de ningún pueblo puede decirse esto, en mayor fundamento,


que de los pueblos de An1érica>>.
Sin el no hubiera podido realizarse la conquista de
América con la rapidez con que se hizo, pues en poco más de tnedio
siglo dominaron los españoles parte habitable del continente,
desde California y Nuevo a los lagos chilenos y la parnpa
argentina.
son frecuentes las frases que
confirman este aserto: Cortés (47) dice: <·~ ... no teníamos,
después de sino la de los caballos»; Bernal J)íaz
del Castillo pudimos hacer que los jinetes no
aparecieron en el o esta otra frase análoga a la de Cortés:
« ... porque después debemos a los caballos ... »; y
Garcilaso de Vega jineta».
En toda como en la aparición
de los jinetes causaba a los indios idéntica sorpresa, eltnismo terror.
Creían a los caballos, como a los españoles, seres sobrenaturales,
que formaban con caballero un nüsmo ser, una especie de
centauros; que los caballos mordían y desgarraban las carnes de los
indios como los perros de guerra, y les temían como si fueran tigres
o leones; que los caballos se alimentaban como los hombres y por
esto les llevaban gallinas, perros indígenas y legumbres guisadas, y
que tenían inteligencia, por lo cual algunos conquistadores,
· aprovechándose de esta credulidad (como hizo Sertorio con una
cierva entre los iberos), se valieron de trucos y simulaciones para CÓDICE VATICANO.
engañar a los indios, pero pronto se dieron cuenta éstos que, como Representación del Capitán Nuño de
Guzmán.

los españoles~ los caballos eran mortales, y aunque el efecto mágico


(46) El caballo de América. Buenos Aires, 1946 (J. T.). que su presencia les causaba fuera difícil de reprimer, les atacaban
(47) Carta. Relación al Emperador Carlos V (J. T.). y mataban, siendo tnás de estimar para ellos la caída de un caballo
(48) En su Historia verdadera de la conquista de Nueva España tiene muchas que la de un español.
frases semejantes a ésta (J. T.). Si todo buen jinete amó a su caballo y el árabe lo asin1iló en sus
104 (49) Historia del Perú T.). afectos a la mujer, el conquistador español montado en Indias ama 105
y cuida a su caballo más que así mismo, pues de él depende su Castilleja de la Cuesta (Sevilla).
categoría jerárquica dentro del ejército conquistador, y para el Pueblo en donde murió Hemán
Cortés.
español siempre ha sido más la fama, el poder y la distinción que el
dinero y la misma vida.
Tuvieron los jinetes empeño en el arte de poner el pie en el
estribo como símbolo de dominación.
Así, nos refiere el Inca Garcilaso de la Vega el modo de montar
que tenían los conquistadores, con estribo corto, al estilo árabe, para
montar caballos ligeros y alancear, con lanza de poco peso o con
pica, pues el otro modo de montar de los españoles era "<a la brida»,
con silla pesada y estribo largo, que era lo usado por los caballeros
medievales cuando en guerras o en torneos luchaban defendidos con
sus pesadas armaduras contra otros caballeros armados de modo
semejante y con pesadas lanzas que apoyaban en los ristres de sus
petos.

Los CABALLOS DE CoRTÉS Y PlzARRO


Los primeros equinos que pisaron tierra mexicana fueron los
once caballos y las cinco yeguas que Bernal Díaz del Castillo con su
profundo sentido histórico y su estilo expresivo, popular, que ha Castilleja de la Cuesta (Sevilla).
Convento de las Irlandesas.
hecho famosa, con justo merecimiento¡ su Historia ·verdadera de la
Conquista de Nueva España, enumera así en el capítulo XXIII:
<<Quiero aquí poner por memoria todos los caballos e yeguas que
pasaron:
Capitán Cortés, un caballo castaño zaíno, que luego se le murió
en San Juan de Ulua.
Pedro de Alvarado y Hernán López de Ávila, una yegua alazana
·muy buena, de juego y de carrera, y desde que llegamos a la Nueva
España el Pedro de Alvarado le compró la mitad de la yegua o se
la tomó por la fuerza.
Alonso Ifernández Puerto Carrero, una yegua rucia de buena
carrera que le compró Cortés por las lazadas de oro.
Joan V elázquez de León, otra yegua rucia muy poderosa que
llamábamos la Rabona, muy revuelta y de buena carrera.
Cristóbal de Olid, un caballo castaño oscuro harto bueno.
Francisco de Montejo y Alonso de Ávila, un caballo alazán
tostado; no fue bueno para cosa de guerra.
Francisco de Morla, un caballo castaño oscuro, gran corredor y
revuelto.
Juan de Eslante, un caballo castaño claro, tresalbo; no fue bueno.
Diego de Ordaz, una yegua rucia, machorra, pasadera, y aunque
corría poco,
Gonzalo Domínguez, un muy extremado jinete, un caballo
106 castaño oscuro muy bueno e gran corredor. 107
Pedro González de Trujillo, un buen caballo castaño que corría
CABALLOS para arriba, como yo lo he vis-
muy bien. to hacer y se han logrado los
DE LOS CABALLOS Morón, vecino del Bayamo, un caballo overo, labrado de las ma- potrillas. Pero los que moran
en semejantes tierras frías
El animal que de mayor im- nos y era bien revuelto. donde no hay crías de caba-
portancia ha sido para los es- Baena, vecino de la Trinidad, un caballo overo, algo sobre mor- llos, se proveen déllos de las
pañoles de cuantos se han cillo; no salió para cosa ninguna. tierras templadas más cerca-
traído a estas Indias, es el ca- nas, como lo hacen los que
ballo; porque con su ayuda Lares, "El muy buen jinete", un caballo muy bueno, de color cas- moran en las dichas provin-
han podido hacer tantas y tan taño claro e buen corredor. cias del Callao. En general
insignes conquistas, han des- ellos sirven a los españoles en
cubierto tantas regiones, y se Ortiz, "el Músico", y un Bartolomé García, que solía teper mi- la paz y en la guerra, en las
han extendido tan en breve nas de oro, un buen caballo oscuro que decían el Arriero. Este fue prosperidades y regocijos, y
por tantas y tan espaciosas uno de los buenos caballos que pasamos en la armada. en las adversidades y trabajos
tierras. Porque en las guerras hasta de sustento, cuando no
con los naturales déllas han si- Joan Sedeño, vecino de La Habana, una yegua castaña, y esta ye- en pocas ocasiones los ha
do gran parte los caballos pa- gua parió en el navío. Este Joan Sedeño pasó el más rico soldado constreñido la hambre a ma-
ra conseguir la victoria, los tar los caballos en que iban a
cuales, con sola su vista, po- que hobo en toda la armada, porque trujo navío suyo, y la yegua, y nuevas conquistas, para su
nían gran terror y espanto a un negro e cazabe, e tocino, porque en aquella sazón no se podía mantenimiento.
los indios. Porque una tropa hallar caballos negros si no era a peso de oro, y a esta causa no Los primeros que de Espa-
de solos treinta españoles a ña se trujeron a estas Indias
caballo, como sea en campa- pasaron más caballos porque no los había ni de qué comprallos. Y fueron los que el almirante
ña rasa donde se pueden re- dejallo he aquí, y diré lo que allí nos avino, ya que estábamos a pun- Colón trajo a la isla Española
volver, no hay ejército de in- to para pasarnos embarcar» (50). el año de 1493, y los años si-
dios que no rompan y desba- guientes, por algún tiempo, se
raten, aunque sean muchos, Con estos bellos párrafos estos caballos de la expedición de Cor- fueron trayendo otros mu-
muy valientes y vengan pues- tés entran en la Historia. chos. Y de aquella isla se lle-
tos en ordenanza; respecto de varon todos cuantos se han
que en todas las naciones des- La Historia ha relatado hazañas de los grandes militares jun- extendido por el resto destas
te Nuevo Mundo no se halló to a sus corceles. Pasaron a la posteridad caballos de famosos capi- Indias. Y en las otras islas sus
industria ni armas bastantes tanes o emperadores; como Bucéfalo) de Alejandro; Cincinato_, de vecinas, que son la de Cuba,
para resistir y rechazar la arre- Puerto Rico y Jamaica, se die-
metida impetuosa de los ca- Calígula; Babieca, del Cid, o el de algún poeta, como el caballo de ron muchos españoles al prin-
ballos. paseo y viaje de Goethe que se llamaba Poesía. cipio en hacer caballos, vien-
Demás desto, para tan lar- Esta breve caballada que cita Berna! Díaz del Castillo se incre- do la buena salida que había
gos y dificultosos caminos, va- déllos para las nuevas tierras
dear ríos, llevar cargas de mentó poco después con algunos aportes: con los caballos de la fra- que se iban descubriendo y
unas partes a otras, son tan casada expedición de Pánfilo Nat\,áez; con un lote que arribó en pacificando. A este reino de la
necesarios, que no se empren- un barco que iba al Pánuco y con otros más menudos. Nueva Castilla del Perú truje-
de descubrimiento y conquis- ron los primeros el año de
ta de nuevas tierras, que lo Al iniciar Cortés el asalto definitivo a Tenochtitlán contaba con 1531 sus conquistadores, que
primero de que los descubri- ochenta y seis, y a los dos años, varios cientos de caballos, ya que en él entraron aquel año con
dores se aperciben no sea de el gobernador don Francisco
caballos. Han sido en todo es- pudo proporcionar a Pedro de Alvarado una hermosa cabalgada pa- Castilleja de la Cuesta (Sevilla). Lugar donde fue ente1Tado el caballo de Hemán Cortés, Pizarra.
te Nuevo Mundo compañeros ra la conquista de Guatemala, otra a Gonzalo de Sandoval para la Cordobés. La admiración que los ca-
tan inseparables de todos los expedición de Guanalcualca, la que el propio Cortés llevó a las Hi- ballos causaron a los indios
españoles, que no hay provin- luego que los vieron, excede a
cia poblada déllos donde no bueras, después de dejar otra de guarnición en México y los 120 pa- La subida a la altiplanicie del Petén guatemalteco, un trayecto
todo encarecimiento; porque
se críen también caballos, ra pacificar el Pánuco. de 40 km., les costó doce días, atravesando agrestes sierras en las casi en todas las provincias de
aunque con esta diferencia: Mas la expedicón de las Hibueras (Honduras) merece párrafo que Cortés perdió despeñados y sacrificados por haberse quebrado la América tuvieron al caballo
que en las tierras calientes y las patas sesenta caballos de los ciento setenta que llevó en 1523. y al caballero por una sola co-
templadas nacen y se crían aparte. sa, pensando que estaban uni-
muy bien, pero en las muy No sabemos cómo se llamaba el caballo que Cortés montó en la
Esta famos'a expedición, dice Cabrera, «es tal vez la más terrible dos, o que era algún animal
frías y de rigurosos páramos, expedición de las Hibueras, que era un caballo oscuro, morcillo y monstruoso. En suma, no hu-
como son las del Callao, en el prueba colectiva de resistencia física, así para caballos como para ji-
que herido en una pata dejó Cortés al cuidado de un cacique y fue bo cosa de cuantas de Europa
Perú, no hay cría déllos, a cau- netes que registra la historia», atravesando el istmo de Tehuantepec. entre los indios considerado como un dios, al que le dieron culto an- se han traído, que más los ad-
sa de morirse las crías con el mirase y asombrase. Queda-
rigor del temple. Verdad es tes y después de muerto. ban como fuera de sí de estu-
que no se morirían, si cuando Rmno se llamaba el caballo que montó Cortés en uno de los por, viendo correr un español
son pequeñas las tuviesen con combates de la definitiva conquista de Tenochtitlan cuando fue co- a caballo con un pretal de cas-
las madres en la caballeriza (50) Bernal Díaz del Castillo: Historia verdadera de la conquista de Nurva Es-
gido por los indios y salvado por los suyos; ,Matilla, Cabeza cabeles. Y así, en aquellos pri-
hasta que fuesen de un año paña. Edición Miguel León Portilla. Colección Crónicas de América, núm. 2. Edi~ meros años, pasaron a los es-
108 torial Historia 16. Madrid, 1984. ' de Moro y por fin Cordobés, que es el caballo que está en- 109
antiguo palacio de Castilleja de la Cues- Estos ganados poblaron las inmensas praderas del Misisipí y del siderare los precios excesivos
pañoles cuentos donosos con
los indios en esta materia. ~~ ~~A
... .....CAA Cortés, y allí se ve la lápida que lo recuer- Misouri por los ganados alzados y por los que los indios llegaron a en que se vendían. Solíase
Una vez, llegando unos espa- domesticar y herrar. vender urrcaballo en este rei-
ñoles cansados y sedientos no por tres o cuatro mil pesos
se sabe el nombre de su yegua, La cabalgada de Pizarra al entrar en el Perú era de treinta y cin- de oro, que según el valor que
ellos y sus caballos a un pue-
blo de una provincia que an- co caballos; poco más del doble que los desembarcados por Cortés entonces tenía la moneda, era
daban descubriendo, pidieron así eran pocos caballos para tan gigantescas empresas; por en Tabasco; pero tras él llega Ahnagro con yeintisiete caballos más más que si ahora se vendiera
agua a unas indias, y después en catorce mil ducados. Uno
de haber bebido ellos, le pi-
esto adquieren fabulosos de cuatro pesos de oro; ocho de refuerzo; encontrándose ya éste en Cajamarca, al dar el golpe de de los primeros conquistado-
dieron de beber para sus ca- mil y aun como el caballo que desjarretó Diego rnano que hizo caer el imperio incaico, con sesenta y uno; y en 1536 res del Perú y pobladores des-
ballos; las mujeres trujeron, de convencer a unos caciques peruanos de que les. te- logró tener hasta doscientos. ta ciudad de Lima, llamado el
como para los caballeros, sen- capitán Diego de Agüero,
dos jarros de agua para cada
que a su caballo; gesto que ellos prenlia- A esta cabalgada al subir desde la costa a Cajamarca, a más de yendo desde el Cuzco a la
caballo, la cual hicieron los es- oro y plata en esa cantidad. dos mil metros de altitud por agrestes y pedregosos caminos, le fal- conquista de la provincia de
pañoles echar en una vasija rescate taron las herraduras y co1no no tenían hierro para forj arias tuvieron Quito, habiéndosele cansado
grande, y como hiciesen mu- su caballo en el camino, lo tro-
chos caminos trajeron jarros
que calzar sus caballos con herraduras de plata, que por ser blandas có por otro que estaba holga-
de agua y no se acabasen de tenían que reponer con frecuencia. do, y dió encima mil pesos de
hartar de beber los caballm~ a Poco después llegaron más caballos con Sebastián de Benalcázar oro.
quedaron las indias pasmadas Mas, si en esta ocasión com-
y llenas de admiración, y dije-
ta y la y Juan Fernández que habían llegado por el Norte, desde Santa !v1ar- pró tan caro aquel caballo,
ron a los españoles: «En ver- ta mayor. pesos oro a ta (Colombia), y con Pedro de Alvarado desde Nicaragua, por el dentro de muy poco tiempo le
dad, señores, que si estos ani- y 360.994 a la .lJLILL<-U.J.'-~'.l..I.U? pesos oro, Mar del Sur, hasta Guayaquil, y desde allí, subiendo al altiplano, lle- pagaron a él uno a tan buen
males comen tanto como be- precio, que por ser el caballo
ben, que no hay en toda nues-
también el caballos y de cosas que ga al Perú en durísima travesía. más bien pagado que ha habi-
tra tierra con qué poderlos escaseaban. De la conquista de Chile quedan tres no~bres: Montalbán, el ca- do en este reino, quiero con-
sustentar». Porque debieron Pocos años después, en cuanto se caballos en las con- ballo de Francisco Villagrá; Zapatilla, el de Alvaro Núñez, y Rolda- tar cómo pasó. Y fué el caso,
sin duda de pensar que les ha- que luego que el marqués don
bían de dar de comer de los
quistadas, u¡.. hasta valer un caballo en
HUUJLLJLV ..U.LV nillo) el de Francisco Xofré. Francisco Pizarro fundó esta
mismos manjares que a los es- el Perú "'"''n""' 1
......., De Gonzalo Pizarra, hermano de Francisco, se conocen tres nom- ciudad de Lima, repartió en-
pañoles; que destos engaños bres: Villano, Zainillo y Salinillas, que fue este último el que pidió pres- tre los pobladores della los in-
tuvieron muchos. dios de su comarca, y al dicho
A algunos indios viejos que tado al capitán Garcilaso de la Vega para huir y que le valió al padre capitán le encomendó uno de
vieron entrar los españoles en VUJL.... ~.Lll""'' .. " " ' ' para roan- del Inca, historiador, !a enemistad y el recelo de los realistas. los mejores repartimientos de
este reino del Perú, por oírlos precios del Como el regalo de buenos caballos fue siempre un presente re- Lima, que fué el valle y pro-
contar destas admiraciones, vincia de Lunaguaná, que te-
solía yo preguntarles de lo gio, que era habitua~ en las relaciones entre príncipes, así recibió Pi- nía diez mil indios tributarios;
que les había pasado la pri- ""~-''JVJc..........,j,v_._. ganadera zarra, juntamente con el título de Marqués de los Aravillos, el ob- cuyos caciques vinieron luego
mera vez que vieron españo- ....... U.'LI'-'L•U. de Vaca sequio de un caballo semental y de una yegua, que fue autorizado a esta ciudad a visitar y dar la
les y cosas de Castilla; uno de obediencia al encomendero
los cuales me respondió una para sacar de España a Juan Suárez de Carbajal por resolución del que les había cabido. El capi-
vez, que lo que mayor admi- el verdadero intro- Consejo de Indias de 19 de julio de 1534. tán Diego de Agüero, que era
ración le causó fué ver los ca- Suroeste los Es- Para remediar la falta de caballos después de las guerras civiles mozo afable y de noble condi-
ballos con los frenos en las ción, los recibió con mucho
bocas, porque entendió que
que se comprometió a colonizar se establecen de modo creciente yeguadas en los valles andinos pro- agrado y muestras de amor, y
comían y se sustentaban de ..,_u,_..,._.. ...., . . _.._._. yeguas, otros tantos potros y picios para esta crianza, y así, al final del siglo XVI sólo en el par- para más granjearlos las vo-
aquel hierro que les vió estar veinticinco ..,,_u_.. .......... v"' "'..., ... _...,_..,,L. . . U.JI.VL>o potrillas. tido de Jaén de Bracamoros (52) había, según el Padre Cappa, luntades, les fué mostrando
royendo; mas que, cuando les toda su casa y las cosas de Es-
vió quitar los frenos, echarles paña que en ella tenía, que
hierba y que la comían, se es- era lo que más novedad y ad-
pantó mucho de que comie- (51) El pueblo de Castilleja de la Cuesta pertenece a la provincia de Sevilla, (52) La profesora María Concepción Bravo Guerreira, en su trabajo «Un pro- miración causaba a los indios;
sen hierba como los otros ani- y después que hubieron visto
males, y por vérsela comer, situado al oeste de la capital. Tiene tres iglesias importantes. La iglesia de Santiago ceso de regionalización precoz en el virreinato del Perú. El caso de Loja: siglos XVI- despacio cuanto había de cu-
descaeció de aquel concepto el Mayor es de origen mudéjar; en el retablo se conserva una bella imagen de la XIX», Revista de Indias, Vol. XLVIII, pp. 23-58, Madrid, 1988, hace un estudio ex- riosidad, los llevó a la caballe-
que a la primera vista había Virgen del Rosario de fines del siglo XVI; conserva una pila bautismal, vidriada, tenso sobre las etnias indígenas de esta región andina: «El caso de los Pacamuros riza, para que viesen un her-
hecho dellos. de comienzos del siglo XVI. La iglesia de la Concepción tiene una sola nave cu- o Bracamoros es el más significativo. El verse unido su nombre a la fundación de moso cghal]Q que tenía, que
Pero, dejada la admiración bierta con artesonado y bóveda vaída en el presbiterio; el retablo mayor, del si- la ciudad de Jaén de la Frontera, en los límites septentrionales de la actual repú- entonces era la pieza más es-
que los primeros caballos acu- glo es obra de Cristóbal de Guadix. En la nave y en las capillas del Sacra- blica peruana, ha contribuido a consagrar un error que se ha mantenido durante timada que un español poseía.
saron a los indios, vengamos a mento y Bautismal se guardan bellos retablos barrocos e imágenes de la misma épo- siglos sin que haya habido el más mínimo interés por verificar la autenticidad de Los indio§, cuando lo vieron
ver la estimación que déllos ca, entre las que destaca el Nazareno éle Guía. En las cercanías del pueblo se alza esa identificación. Los Pacamuros o Bracamoros son, en consecuencia, uno de los tan brioso y regalado y que el
tenían los españoles en aque- la ermita de Nuestra Señora de Guía; en el exterior tiene decoración mudéjar. El amo hacía dél tan grande es-
grupos étnicos as-entados tradicionalmente en la región oriental de la demarcación tima, si habían quedado admi-
llos principios, que no menos
espanto causara a quien con- palacio de Hernán Cortés ha sufrido grandes reconstrucciones en diversas épocas, de Loxa,. desde el curso alto del río Zamora, aunque posiblemente sus numerosos rados de las cosas que hasta
110 por lo que se ha perdido su estructura original. grupos hubieron podido extender su hábitat hasta tierras más meridionales».
allí les había mostrado, aquí
tres mil setecientas yeguas madres; por esto, después de los centros
perdieron pie y no acertaron productores de ganado caballar que por orden cronológico tuvo
por un largo rato a hablar América: las Grandes Antillas, Nicaragua, Nueva España y Santa
palabra. Marta, es el Perú el último de ellos desde el cual se extiende este
Preguntóles su encomende-
ro qué les parecía de aquel ca- ganado, como se ha visto, a Quito, Chile, Charcas y Tucumán.
ballo, a que respondieron así
los caciques: «Lo que nos pa-
rece es que aunque nosotros
somos tus criados y nos habe-
mos de emplear en tu servicio, CABALLOS EN LAS DEMÁS CONQUISTAS
con todo eso, no muestras te-
nernos tanto amor y estima-
ción de nosotros como deste La historia del caballo en América es la mistna que la de las con-
animnal, lo cual colegimos de quistas; así, nos encontramos que en Honduras y Nicaragua se rea-
ver el gran regalo con que lo
tienes y sustentas dentro de tu liza el contacto de las expediciones del Norte: la de Fernández de
casa.» El caballero los procu- Córdoba con caballos de La Española y la de Cristóbal de Olid con
ró con razones sacar de aquel caballos de Hernán Cortés procedentes de Cuba, y la expedición del
engaño, diciéndoles cómo los
estimaba a ellos sin compara- Sur de González Dávila con caballos procedentes también de La
ción mucho más que aquel y Española.
cuantos caballos había en el De Santo Domingo pasaron los primeros caballos a Centroamé-
mundo, porque eran hombres
criados a imagen de Dios, pa- rica en 1509 con las expediciones de Alonso de Ojeda y Diego de
ra gozar de la vida eterna, y Nicuesa, aunque el desastroso fin de ellos hace suponer que ningún
aquel caballo era un animal caballo pudo tener mejor suerte que los soldados que las componían.
bruto que crió Dios para ser-
vicio del hombre, cuya alma En Santa Marta, luego virreinato de Nueva Granada, hoy Co-
moría con el cuerpo. Los ca- lom.bia, fue introducido el caballo, según Cabrera, por Rodrigo de
ciques, no dando crédito a es- Bastidas, fundador de esta ciudad, que por capitulación fechada en
tas palabras, perseveraban en Pintura ~ndígena del Códice Florentino del Padre Sahagún que representa, al modo
su engaño. El caballero, como Madrid a 6 de noviembre de 1524 se obligó a llevar allí «doscientas sun·eahsta, la caída en uno de los canales del antiguo México, en la huida de la
gran cristiano que era, para vacas e trescientos puercos e veinte y cinco :yeguas y otros animales '<Noche Triste>', de jinetes, caballos y una india, acaso Marina.
que aquellos gentiles, que aún de cría>>.
no eran bautizados, saliesen
de su error, viendo que no Los caballos de Jiménez de Quesada, después de subir a la me-
aprovechaban razones para seta de Bogotá tras mil fatigas, los pocos caballos que le quedan lle-
sacarlos dél, vino a las obras, gan descalzos; así, caballos y herraduras, después de capturar el con-
y echando mano a su espalda,
les dijo: «Pues ya que no que- quistador el tesoro del rey Zipa, adquieren precios aún más fabulo-
réis dar crédito a mis pala- sos que los alcanzados en el Perú después del botín de Cajamarca, Códice Florentino del Padre Sahágún. Tzompantli, altar de las Primera lámina de la edición facsimilar del Códice
bras, creed las obras»; y di- víctimas descorazonadas sacrificadas a sus dioses, en el que se ven las Florentino del Padre Sahagún. Desembarco.
ciendo esto, dejarretó el caba- llegando a valer los caballos buenos más de dos mil y sólo el cabezas de los barbados conquistadores y abajo las de sus caballos.
llo a vista déllos. Quedaron herrar uno, ciento cincuenta, como si las herraduras en lugar de
los indios con este hecho ató- hierro fueran de oro.
nitos y pasmados, y sin hablar
palabra se salieron por la Cree Cabrera que aunque fuera Ocampo el introductor de este
puerta fuera; y el siguiente día ganado en 'YTenezuela, fueron los alemanes, principalmente Feder-
volvieron con un presente de man, por la cuantía de su importancia, los que establecieron en este
oro y plata para su encomen-
dero, de valor de treinta mil país la cría caballar en gran escala.
pesos de oro, y se lo ofrecie- También se ha salvado el renombre BoscanilloJ el caballo del
ron diciendo los perdonase, lugarteniente de Gonzalo, el famoso Carvajal <<el Demonio de los
que por ser pobres no le ofre-
cieran más, y que le hacían Andes», que aunque en sus rápidas expediciones andinas montaba
aquel pequeño presente en se- siempre en mula, para pelear montaba a caballo y con éste luchó y
ñal de agradecimiento por las cayó prisionero en la fatal batalla de Sacsahuaman.
muestras que el día antes les
había dado de lo mucho que Otros nombres de caballos de conquistadores se han salvado del
los amaba y estimaba, de los anonimato: Aceituno) favorito de Soto en la expedición de la Flori-
cual habían quedado muy sa- da, y Matamoros) que el capitán Palomino montó primero en el Pe-
tisfechos. No tengo notieia de
112 rú y luego en Nueva Granada. 113
Suárez de Peralta en su Libro de Albeyteria cita~ según Chevalier,
que otro caballo haya sido tan
bien pagado en estas Indias, un caballo llamado Deguisado que fue de un conquistador, caballo
pues le valió a su dueño trein- que vivió cincuenta años. Otro, VastedillasJ de un conquistador de
ta mil pesos de oro, que eran Tucamán.
entonces más que ahora
ochenta mil ducados. La expedición de Almagro a Chile no dejó rastro alguno gana-
Más, levantando los ojos de dero, pues sólo fue una exploración sin el menor dominio ni colo-
la consideración a los efectos nización; pero dejó abierto el camino para ambas cosas.
de la Divina Providencia, ha-
llo yo que quiso Dios premiar El verdadero conquistador y colonizador de Chile fue el capitán
de su mano, aun acá en la Pedro de Valdivia, que con setenta jinetes además de sus peones y
tierra, obra tan insigne de pie-
dad como hizo este caballero, los indios amigos, entra en Chile sin grandes dificultades; poco des-
para enseñanza de aquellos pués recibe otros setenta que de refuerzo le envía del Perú 'laca de
gentiles, con haberle fundado Castro, y algunos pequeños y esporádicos aportes de otros capita-
una casa y familia tan ilustre
y rica, que se aventaja en bie- nes y otros n1ás tarde.
nes temporales a todas las de La abundancia de caballos con que se preparó aquella conquis-
los otros conquistadores de ta, favorecida por las especiales condiciones topográficas y climáti-
Indias, con un mayorazgo que
tiene en esta ciudad de Lima cas de esta Capitanía General y por el especial cuidado que durante
tan opulento, que consta de la Colonia y la República se prestó a este ganado, han hecho que
igual número de casas y puer- Chile sea una de las naciones hispanoamericanas de mejor tradición
tas a la calle que días tiene el
año; el cual, si bien no renta y selección caballar.
de presente más que de doce El segundo viaje de Cristóbal Colón fue no sólo el primer viaje
a catorce mil pesos al año, res- de colonización sino también el primer viaje de conquista, pues las
pecto de estar algunas de las
casas dadas por algunas vidas, mismas· naves que llevaron ganados, plantas, semillas, apareos y
cuando vengan a quedar libres herramientas, cargaron también armas, caballos y pertrechos de
todas, llegará la renta a guerra.
ochenta mil pesos; y este ma-
yorazgo goza hoy el maestre En el alarde o revista que solemnemente hizo Colón ante las au-
de campo don Diego de toridades y el pueblo de Sevilla de las :fuerzas y gentes que llevaba entonces, como en los de Nicolás Ovando, Vicente Y áñez Pinzón y Representación del ejército español en
Agüero, bisnieto del susodi- en este viaje, figuraban «veinte lanzas ginetas a caballo, cinco con Indias. Siglo XVI.
cho conquistador. otros, siguen llevando ganado a las Indias hasta que en 1507 prohí-
Han multiplicado en todas sus dobladuras, de la Santa Hermandad de Granada>>; es decir, vein- be el Rey Fernando la salida de caballos para las Islas recién descu-
las Indias los caballos tanto, ticinco caballos, a los que los mozos de cuadra dieron el «cambia- biertas, porque ya en 1500 había en La Española una yeguada real
que son los animales más co- zo», pues en el memorial de quejas que en enero de 1494 elevó el
munes y ordinarios de que se además de otras particulares y de allí se habían llevado ganados pa- taraces, que llamamos ci-
sirven, así los españoles como Almirante a los Reyes Católicos, según cita Cabrera, se lee: «Diréis ra la repoblación pecuaria de Cuba, Jamaica y Puerto Rico, donde marrones, especialmente en la
los indios, en todos los minis- a sua Altezas cómo los escuderos de caballo que vinieron de Gra- también se organizan yeguadas de la Corona que son las que pro- isla Española, adonde, cami-
terios; porque en los trabajos nada, en el alarde que ficieron en Sevilla mostraron buenos caballos nando yo, ví por los campos
en que en España sirven los veen de caballos a los conquistadores del continente americano. y vegas grandes manadas dé- ·
jumentos, como es a los agua- e después el embarcar yo no los vi porque estaba un poco dolient~, Esta gratuita real aportación de caballos para las expediciones llos, que, en viendo gente, se
dores, leñateros y en el e metieronlos tales que el mejor dellos nos parece que vale dos mil de conquista es casi la única ayuda económica que los reyes propor-
1

· espantan y huyen como los


acarreo de los frutos de las he- varavedíes, porque vendieron los otros e compraron éstos». demás animales monteses. Pe-
redades, en esta tierra sirven cionan a la gran empresa del dominio indiano que, como es sabido, ro en mucho mayor número
de ordinario caballos, los cua- Como es frecuente que en la vida, en el arte y en la literatura de fue obra de la iniciativa particular en dinero y en sangre de los es- los hay en las provincias del
les, por la abundancia que dé- España, vaya lo místico, lo platónico y lo heroico entreverado c?n Paraguay y Tucumán. Destos
llos hay, son baratísimos. En pañoles, ya que fueron muy pocas las expediciones financiadas por
lo realista, )o popular y lo picaresco, en este solemne momento l~ts­ caballos cimarrones se .cogen
esta ciudad de Lima, un buen la Corona. algunos potros para domados,
rocín de carga no -vale más tórico Cristóbal Colón encontró en sus naves, en lugar de los bno- Es de recordar que el interés de los criadores particulares de ca- y van a caza dellos como si
que de seis a doce pesos, y si sos corceles granadinos, unos pencos matalones sevillanos. fueran a caza de jabalíes o de
es de camino, cuando muy ex- ballos en La Española estuvo a punto de retrasar y dificultar la con-
A pesar de todo, estos jamelgos cumplieron como buenos su bé- otras fieras. El modo como los
tremado, apenas llega a cua- quista, pues se confabularon con las propias autoridades para impe- cogen es haciendo un corral
renta pesos; un caballo rega- lica misión de aterrorizar a los indios de La Española. dir la salida de yeguas de La Española para el continente con el fin de empalizada por donde sue-
lado de carrera, ya hecho, sue- Después del segundo viaje pide Colón a los Reyes el envío de len ellos pasar más de ordina-
le valer de doscientos a tres- de seguir manteniendo el monopolio de la producción caballar y ob-
«asnas y asnos y yeguas para trabajo y simiente que ninguna de estas rio, y desde la puerta, que de-
cientos pesos. tener altos precios de este ganado; por esto es Jamaica la provee- jan abierta, hacen dos hileras
En muchas provincias de la anomalías hay de que el hombre se pueda ayudar y valer», y ellos dora que suple a La Española en el envío de caballos y de yeguas, de empalizadas que se van
América hay gran suma de ca- se los envían en cantidad sufiente. En el tercer viaje, en otros com- apartando la una de la otra a
ballos alzados al monte o mon- hasta que en Nueva España y en Nicaragua se organizan otras
114 plementarios de los colombinos y en todos los que se hicieron manera de pirámide por un
yeguadas. 115
En la pampa del Plata (Argentina) fue don Pedro de Mendoza gran trecho; luego atajan por
quien llevó, con su famosa y fracasada expedición, los primeros todas partes de manada de ca-
caballos. ballos que hallan, y los van es-
pantando hasta que embocan
Según capitulaciones firmadas en Toledo en 1534 con el Empe- por la empalizada, los cuales,
rador, se le autorizaba a traer de España cien cabezas de ganado ca- viéndose atajados por los la-
ballar, pero sólo llegaron setenta y dos a la ciudad que fundó de dos, corren hasta entrar en el
corral, adonde al punto les
Nuestra Señora Santa María del Buen Aire (53). cierran la puerta, y ellos, vién-
Después de cinco años se aumentó por cría esta población equi- dose encerrados, dan espanto-
na, pero también disminuyó por las luchas con los indios charrúas sos bufidos y se embravecen
como unos leones. Los que los
(54) y por haber llevado Irala a la Asunción parte de este ganado. han encerrado, van desde la
Así, que al abandonar la ciudad fundada por Mendoza se deja- talanquera enlazando los po-
tros que quieren, dejando las
ron allí libres a su aventura, cuarenta y cuatro equinos, que fueron yeguas y los caballos viejos por
el plantel inicial de las cimarronadas o bagualadas del Plata. no ser de provecho; y en ha-
Cuando la segunda fundación de Buenos Aires hecha por Juan biendo enlazado y amarrado
los potros, abren la puerta y
de. Garay, ya estaba poblada la pampa de vacas y caballos cimarro- dejan ir libres los demás. Do-
nes y cerca estaban también las caballadas y vacadas del Paraguay; man estos potros a carreras y
por esta razón, por tener una base económica, no fracasó ya esta se- echándoles muy pesadas car- '
gas; pero como el hacerlo es
gunda y definitiva fundación de Buenos Aires. con tanta violencia, suelen
Los equinos conducidos por Irala a la Asunción desde la aban- quedar quebrantados y no sa-
donada ciudad de Buenos Aires fueron el núcleo inicial de la caba- lir tan buenos caballos como
los que se doman de los do-
llada del Paraguay. _._t\ ella se unió en 1541 otro aporte que llevó de mésticos y mansos. Los mejo-
España Alvar Núñez Cabeza de Vaca. res caballos que se crían en to-
das las Indias son los del rei-
Más tarde llegaron al Paraguay otras aportaciones ganaderas a no de Chile; por donde se ve
incrementar sus caballadas y sus vaquerías, las llegadas desde de claramente la mucha parte
Charcas con Chaves, Cáceres, Garay y Hernandarias. que tiene la constelación de la
tierra en la generación de los
En la Banda Orientai (Uruguay) se ha creído que el primer ga- animales, pues habiéndose lle-
nado introducido fue el que Hernandarias de Saavedra hizo desem- vado deste reino del Perú al
barcar en la Ensenada de las Vacas, compuesto de cien vacunos de Chile los primeros caballos
de quien descienden todos los
y dos manadas de equinos; pero Cabrera cree que ya habían lle- de aquel reino, hacen auéllos
gado antes a estas praderas caballos llevados allí desde el lado tan conocida ventaja, así a los
Occidental del río, descendientes de los llevados por Mendoza y del Perú como a todos los de-
más destas Indias; y es la cau-
sa, el temple y .clima de Chile,
que es muy semejante al de la
Andalucía en España.
(53) La flota de Pedro de Mendoza partió de Sanlúcar de Barrameda en agos-
to de 1535. En la isla de San Gabriel, en el estuario del Plata, se reunieron Men- Bernabé Cobo
doza y su hermano Diego. Pasó Mendoza a la orilla meridional y allí, cerca de la Historia del
boca del Riachuelo -curso de agua que serviría de puerto- fundó la ciudad de Nuevo Mundo
Buenos Aires. La fecha de fundación se sitúa en los primeros días de febrero de
1536. La región estaba habitada por los querandíes.
(54) Domingo Martínez de Irala pasó muy joven a América en la expedición
de Pedro de Mendoza al Río de la Plata. Fue testigo de la fundación de Buenos
Aires. Comenzó a sobresalir cuando Mendoza envió a Juan de Ayolas a descubrir
la Sierra de la Plata, por el río Paraná. En septiembre de 1541 fundó Irala el pri-
mer Ayuntamiento de Asunción.
Los indios charrúas en J.a época del descubrimiento ocupaban en conjunto un ex-
tenso territorio a ambas orillas del río Uruguay, llegando hasta el Paraná, el Atlán-
tico y el Río de la Plata, cuya orilla septentrional poblaban. Sobre los rasgos somá-
ticos de los charrúa todos los autores coinciden en que eran de estatura regular,
más bien altos, corpulentos, de cara ancha, cabeza grande y pómulos salientes. Es-
116 Álbumes de Trujillo. Biblioteca del Palacio Real de Madrid. Siglo XTIIII. tán incluidos por sus caracteres antropológicos en la raza pámpida. 117
Diversas escenas campesinas de los Indios tarascas. Ilustración procedente
de la Relación de Michoacán.
indios mocabies. Siglo XVIII.

Cabeza de Vaca y de las otras aportaciones que más tarde recibió


el Paraguay.
Como la conquista y la colonización de América se hizo con el
hierro y el acero, que manufacturado o en barras se llevaba de Esd·
paña, faltó a veces para las herraduras de los caballos de los con- en las pampas, en las sierras, en los bosques y en los valles.
quistadores, sobre todo en regiones montañosa, por lo cual tuvieron iLos caballos eran fuertes!
algunas veces que hacerlas de plata en la conquista del Perú y de iLos caballos eran ágiles!
oro en la de Nueva Granada; con aleación, en ambos casos, de co- Un caballo fue el primero
bre, para. darles mayor dureza. en los tórridos manglares,
Y se cierra esta apartado con una bellísimas estrofas del gran cuando el grupo de Balboa caminaba,
poeta peruano José Santos Chocano, que con su genio épico cantó despertando las dormidas soledades,
también: que, de pronto, dio el aviso
«Los caballos de los conquistadores>>
del Pacífico Océano, porque ráfagas del aire
al olfato le trajeron
H_,os caballos eran fuertes! las salinas humedades;
iLos caballos eran ágiles! y el caballo de Quesada, que en la curnbre
1No! No han sido los guerreros solamente se detuvo, viendo en lo hondo de los valles
de corazas y penachos y tizonas y estandartes el FUETAZO de un ton·ente
los que hicieron la conquista como el gesto de una cólera salvaje,
de las selvas y los Andes: saludó con un relincho
los caballos andaluces, cuyos nervios la sabana interminable...
tienen chispas de la raza voladora de los árabes, y bajó con fácil trote,
estamparon sus gloriosas herraduras los peldaños de los Andes
en los secos pedregales, cual por unas milenarias escaleras
en los húmedos pantanos, que crujían bajo el golpe de los cascos musicales...
en los ríos resonantes iLos caballos eran fuertes!
118 en las nieves silenciosas, iLos caballos eran ágiles!... »
EL CABALLO EN LOS CÓDICES INDÍGENAS MEXICANOS Indios arreando cimarrones.

Y EN LA CULTURA INCAICA

Los indios, según los cronistas, creyeron que los caballos eran
carnívoros y pretendieron darles de comer «gallinas» de la tierra, es
decir, «guajolotes» (pavo) o caza guisada.
Los mexicanos en sus batallas contra los españoles no pretendían
n1atar a los caballos, sino herirles o inutilizarlos ante sus ídolos en
lo alto de sus templos y sacrificarlos ante soldados y caballos, para
colocarles en otra clase de altares en los TzopantlísJ que eran unos
enrejados de palos de madera en los que ataban las cabezas de las
víctimas; así vemos en las pinturas de los códices indígenas mexica-
nos cabezas de caballo y barbudas cabezas de conquistadores atadas
en estos macabros altares, como en el Códice Florentino del Padre
Bernardino de Sahagún y en uno de los cuadros del Lienzo de Tlax-
cala que aquí reproducin1os (55).
Las primeras representaciones figurativas los caballos fueron
hechas por los Tlacuilos mexicanos, que eran los escribas, ya que úni-
camente algunos de los pueblos precortesianos -mayas, misteco-za-
potecas y aztecas principalmente- fueron lo que conocieron la es-
critura; una escritura jeroglífica del tipo ideográfico y acrofónico; es
decir, pintando las palabras con las cosas cuya primera sílaba em-
pieza por la sílaba que quieren representar.
Estos Tlacuilos pintaban muchas clases de códices en cuero de
venado o de jaguar, en lienzos de algodón o en papel, que sabían
fabricar con albura (56) de una especie de hígado llamado amatleJ
por lo que al papel le llamaban amate.

(55) Los Tzompantli o «empalizadas de cráneos» aparecen asociados a los sa-


crificios humanos que los aztecas ofrecían a sus divinidades, sobre todo al dios Tez-
catlipoca. George C. Vaillant, en su obra La civilización azteca_, México, 1965, p. 186,
señala: «La ceremonia en honor del dios Tezcatlipoca era impresionantemente dra-
mática, matizada con el sentimiento conmovedor con que vemos la supresión deli-
berada de una vida. Un año antes de su ejecución se escogía al prisionero de guerra
más hermoso y valiente. Los sacerdotes le enseñaban modales regios y mientras se
paseaba tocando melodías divinas en su flauta, recibía los homenajes que se le tri-
butaban al mismo Tezcatlipoca. Un mes antes del día del sacrificio cuatro donce-
llas, atavidadas como diosas, se convertían en sus compañeras, le complacían en to-
dos sus deseos. El día de su muerte se despedía de sus llorosas consortes, para en-
cabezar una procesión en su honor que se distinguía por el júbilo y los festines. Des-
pués decía el último adiós al brillante cortejo y entraba a un pequeño templo, acom-
pañado de ocho sacerdotes que lo habían atendido todo el año. Los sacerdotes su-
bían primero las gradas del templo y él los seguía, rompiendo en cada grada una
flauta que había tocado anteriormente. En lo alto de la plataforma los sacerdotes
le tendían en la piedra de los sacrificios y le arrancaban el corazón. En considera-
ción a su calidad divina anterior, su cuerpo era conducido, no arrojado ignominio-
samente por la escalera, pero su cabeza iba a reunirse con los otros cráneos ensar-
tados en una empalizada colocada junto al templo».
(56) Literariamente significa blancura, clara de huevo. En botánica se emplea
la palabra albura para describir la capa blanda blanquecina situada inmediatamen- Escena ecuestra procedente de un
120 te debajo de la corteza de los troncos de los árboles o de los tallos leñosos. códice colonial. 121
Con estas pinturas escribían sus historias, sus libros rituales reli- Todos estos códices menos los dos últimos son historias crono-
giosos, sus calendarios augurales, sus listas de tributos, mapas, itine- lógicas del pueblo mexicano en las que debajo del signo correlativo
rarios, planos de fincas y, como los reporteros gráficos de ahora, pin- del año correspondiente ponían las figuras y signos que indicaban
taban cuanto pudiera interesar a sus reyes, a sus caciques o a sus los acontecimientos más notables que en ellos sucedieron. Algunos
sacerdotes. cotnienzan desde principios del siglo XV, y año tras año van pintan-
Así pintaron las extrañas cosas que vieron al llegar los españoles: do figuras o signos de terremotos, eclipses, cometas, etc., continuan-
las cosas que venían por el mar, los dioses blancos barbudos que en do así hasta fines del siglo XVI.
ellas venían, los grandes venados que traían y los rayos y truenos Otros son de ciclo más corto, pero también dan signos anuales,
que lanzaban. y lo curioso del caso es que al llegar a los años correspondientes a
Entre los códices indígenas que pintan la conquista de México 1518 y 1519 de la cronología europea aparece (trece conejo de su
no sabemos fijamente si alguno fue estrictamente contemporáneo cronología). En 1518, en el Códice en Cruz se representa un bar-
de la llegada de los españoles, pero sí que fueron pintados por in- quito con dos españoles armados a la llegada a las costas mexicanas
dios que la vieron. de la expedición de Grijalva (59), tan sólo un año anterior a la de
Estos códices ilustrados de la Conquista, unos son de puro estilo Cortés, y en el Códice Vaticano Ríos, al llegar a 1519 (uno caña de
indígena y de estilo mestizo con influencia mayor o menor de estilo su cronología) aparece Hernán Cortés a caballo con una espada en
europeo. No hay que olvidar que apenas conquistada la antigua ca- la mano derecha y un escudo y una cruz con bandolera en la izquier-
pital de la federación azteca, Tenochtitlan,. que era el nombre de la da que recibe el presente que un indio le entrega: un collar de pie-
antigua ciudad de México, comenzó la aculturación española, prin- dras de chalchihuites o jadeíta, que era la joya por ellos más preciada.
cipalmente la evangélica y luego de la lengua, primero por los frai- Al Códice Telleriano-Remense le faltan estas primeras páginas
les franciscanos, después por los dominicos y agustinos y, a fines del referentes a la llegada de los españoles, pero tiene luego otros ca-
siglo XVI, también por los jesuitas. ballos análogos a los del Códice Ríos: el del Capitán Nuño de Guz-
El primer maestro que tuvieron los indios de arte decorativo co- mán, uno de los conquistadores 1nás crueles y odiosos, enemigo de
lonial fue Fr. Pedro de Gante, uno de los pocos frailes flamencos Cortés, que murió castigado, confinado en su pueblo.
que fueron a América, cuyo retrato aparece en una página del Có- Uno de los caballos mejor pintados es el único que aparece en
dice Osuna (57). el Códice Baranda, que se conserva en el Museo de México. Es cu-
Los códices de más puro estilo indígena están pintados con su pro- riosa la escena. En ella se ve a pie al Capitán don Pedro de Alvarado,
pia técnica: coloreados con colores planos sin sombras dentro de las conquistador de las tierras del Istmo de Tehuantepec, cuyo jeroglí-
siluetas; con cabezas y pies de perfil y cuerpos de frente sin perspec- fico se ve en el Códice, y de las tierras de Guatemala y de El Sal-
tiva y casi sin agrupación. Los códices indígenas que tienen pintados vador. En la escena aparece el Capitán recibiendo el presente de
caballos son los síguientes: el Vaticano-Ríos; el Telleriano-Remense unas joyas. Como escena de paz aparecen en tierra las armas, tanto
de la Biblioteca Nacional de París, copia uno del otro; el Códice Ba- las de los indios, una macana y un escudo, como las de _/\]varado, su
randa del Museo de México y otros códices indígenas ilustrados de arcabuz y su caballo, que está aparejado, saltando en corbeta. Es
la Conquista, como el Códice en Cruz, el Mapa de Tepexpan de Pa-
rís y el Códice i\ubin de Berlín (58).

gráfica, publicado en la Revista de Indias, C.S.I.C., Madrid, hace una catalogación


de los manuscritos novohispanos en cinco grupos, teniendo en cuenta su conteni-
El amatl o amate es de procedencia mesoamericana. Es un árbol de la famiHa Fi- do: a) códices calendario-rituales; b) códices de tributos; e) códices históricos; d) có-
cus que crece en las regiones cálidas de México. La corteza del amate era utilízada dices topográfícos; e) códices techialoyans. En total estudia 50 códices. Cronológi-
por los aztecas para confeccionar papel y su jugo lechoso se usaba como fármaco. camente abarcan el período precortesiano y el período hispánico.
(57) El verdadero nombre era Peter van der Moere. Nació en Gante e ingresó (59) Juan de Grijalva participó en la conquista de Cuba realizada por Diego
en la orden franciscana como lego. Con permiso del Emperador Carlos 1 y de su Velázquez en 1511. Éste le encomendó el mando de la expedición destinada a pro-
provincial marchó en 1523 juntamente con otros dos frailes a México. Tan pronto seguir el descubrimiento del Yucatán realizado anteriormente por Hemández de
llegó a Veracruz, llevado de su afán de observación, comenzó a conocer las cos- Córdoba. Grijalva abandonó Cuba en enero de 1518, descubriendo en mayo la isla
tumbres indias, iniciando el aprendizaje de la lengua indígena. En 1524 llegó Fray de Cozumel, que llamó Santa Cruz. Posteriormente recorrió la costa este del Yu-
Martín de Valencia y sus «doce frailes», quedando los religiosos flamencos bajo la catán, pasó por Isla Mujeres, cabo Catoche -ya visto por Córdoba-. Recorrió
autoridad de aquél. Fray Pedro de Gante fue gran defensor de los indios, enseñán- una amplia zona costera habitada por indígenas mayas. Localizó las desembocadu-
doles a leer, escribir y cantar. En caracteres nahuas escribió un Catecismo. Se le con- ras del río Usumacinta y del Tabasco (río Grijalva). En el llamado río Banderas re-
sidera uno de los grandes educadores de Nueva España. cibió a unos consejeros de Moctezuma con valiosos regalos. En las playas de Ulúa,
(58) José Alcina Franch en un trabajo clásico, pionero en el campo de la his- donde hoy está Veracruz, tomó posesión, en junio de 1518, de Santa María de las
122 toriografía americana: Fuentes indígenas de México, Ensayo de sistematización biblia- Nieves, primer nombre español de México. 123
quizá la más bella y más perfecta representación de un caballo en ganados indígenas y de caza, la alimentación de carne, pues el indio
un Códice mexicano de estilo indígena, con su cabezada, su petral, americano fue, sobre todo el civilizado, e1ninentemente vege-
su grupera y su arzón andaluz con sus estribos vaqueros. tariano.
Los otros códices ilustrados de la Conquista de México son de Caballos y perros de combate paraban los ataques de los indios;
estilo mestizo, muy influidos ya del estilo de los dibujos y lán1inas eran, según Pereyra, arma paralizante; los caballos para tierras lla-
hechos por españoles. Estos códices son, entre otros, el de Azcatit- nas y los perros para las fragosas.
lan, de París; la Relación de Michoacán, de El Escorial; el Códice En el Códice Osuna, en la Biblioteca Nacional de Madrid, que
Beaumont, de México; el Lienzo de Tlaxcala, perdido; el Códice del es fragmento del primitivo y original, tenemos dos pinturas de ca-
Padre Sahagún, de Florencia, y el Códice Durán, de Madrid. ballos: una de la expedición a «La Florida», donde vemos un alférez
Todos éstos tienen representaciones de caballos, sobre todo el a caballo con escudo y lanza, llevando esta lanza el águila mexicana
Lienzo de Tlaxcala, que, aunque perdido, conocemos por una copia sobre el nopal y seguido de cuatro infantes; y otra, la cuadra del
antigua. Este lienzo fue pintado para mostrar a Carlos V plástica- Dr. Puga, con seis caballos y al margen los jeroglifos de los diez pue-
mente la relación gráfica de la Conquista de México en aquellos epi- blos que proveían de forraje a los caballos.
sodios en los que intervinieron los tlaxcaltecas como poderosos y de- En todo el continente causó el caballo a los indios idéntica im-
cisivos auxiliares de los españoles. Son ochenta los recuadros pinta- presión, y cada cual a su modo, según su cultura, dejó rastros de es-
dos en este famoso lienzo y en muchos de ellos aparecen pintados ta sorpresa; aun pueblos que desconocían la escritura, pueblos pri-
caballos. mitivos, salvajes, que como el hon1bre prehistórico dejó en las pin-
Uno corresponde a la batalla de Tezcoco, según se lee en letras turas de las rocas muestra de lo que veía, más por razones mágicas
góticas; en su parte superior se ven dos jinetes, uno con caballo pa- que por impulso artístico.
rado, parece Hemán Cortés, lleva una capita sobre los hombros y No abundan tanto en el Nuevo cotno en el Viejo Mundo esta cla-
está en actitud de parlamentar con un indio emisario que aparece se de pinturas, pero por razones que los etnólogos llamamos de pa-
delante de él, en plano más elevado, llevando en las manos una in- ralelismo se producen también en América y no faltan estudios so-
signia de plumas. A la derecha, abajo, se ve un soldado español a ca- bre estas pictografías.
ballo que acomete con lanza a un grupo de indios. Los caballos, uno Aquí reproducimos dos de ellas: una tomada del citado libro del
parado y el otro galopando, están perfectamente dibujados y el de profesor Cabrera, del Cerro Colorado en Córdoba (Argentina), don-
Cortés, sin nariguera, tiene la cabeza un poco vuelta hasta mostrar de se ve el singular combate entre un español a caballo, que con una
un poco su ojo izquierdo. Los dos llevan petrales sin gruperas ni ba- mano tiene las riendas y con la otra blande una espada luchando con-
ticolas; el de Cortés con petral de arandas, cascabeles, como nos cuen- tra un indio armado.
ta Bemal Díaz del Castillo, para meter bulla en la refriega. Los dos
llevan estribos vaqueros y en lugar de espuelas los jinetes llevan aci-
cates (60) morunos. Lo más notable de esta lámina es, sin duda, ver CóDICE SIERRA o CóDEX DE TEXUPÁN,
en lo alto del cu o templo, junto a la imagen del dios, una cabeza de POR DON JusTo SrnRRA
caballo en un Tzopantlí, como se ve una entre cabezas barbudas de
conquistadores en una pintura del Códice Sahaguntino de Florencia. En el Códice Sierra, que es una lista de gastos de la comunidad
En la otra lámina del Lienzo de Tlaxcala se ve a un jinete que india del pueblo de Santa Catalina de Texupán (Oaxaca) hechos en-
avanza al pie de un volcán en erupción -quizá el Popocatepetl- tre 1550 y 1564; es decir, un libro de contabilidad en jeroglifos, se
precedido de un perro y por delante se ven unas púas en el suelo. ven ~os asientos referentes a caballos; uno en la página 20, que di-
No son magueyes, sino púas de madera que solían poner los indios ce: «Item. Setenta y cinco pesos se dieron para comprar dos caba-
enterradas para lastimar los cascos y las patas de los caballos con1o llos que necesitó la comunidad», y aparecen los dos caballos echa-
arma defensiva. dos y tres signos de veinte con su banderola y quince monedas de
Según dijimos, el P. Pereyra clasificó en tres los animales de la real que entre todo hacen los 75 pesos.
conquista de Atnérica: el perro y caballo, los dos como arn1as de- Las cabezas de los caballos están mal dibujadas, como se trata
fensivas, y el cerdo, como decía Foxá, «como intendencia». de un calco, quizá se calcaron mal. Por el texto nahua y escritura eu-
Casi todas las empresas de los conquistadores se hicieron lle- ropea sabemos que «setenta y cinco pesos se dieron para comprar
vando en la retaguardia piaras de cerdos para suplir, a falta de dos caballos que necesitó la comunidad». Las palabras caballo y co-
munidad están en castellano.
En la página 38 se ve pintado un a~zón con la cifra 2 encima y
124 (60) Espuela con una sola punta de hierro. a la derecha el texto correspondiente: «Item. Diez pesos gastados en 125
rnás arquitectónica que escultórica no tiene sino rara vez pintura fi-
gurativa, aunque en los Keros cuzqueños de madera vemos embuti-
da en lacas de colores en vasos de la época colonial alguna rarísima
representación de soldados españoles pero nunca de caballos.
De comienzos del siglo XVII es el célebre Códice de la famosa
Crónica y buen gobierno de Guamán Poma de Ayala, con texto ma-
nuscrito en el que este indio ladino cuenta, a su modo, la Historia
del antiguo Perú y de la conquista española, ilustrado por él con mu-
chos dibujos. Este Códice, que está en la Biblioteca Real de Co-
penhague, fue reproducido en forma facsimilar en París por Mr.
Rivet.
Hay un Códice Colonial peruano del siglo XVIII, que es más
que un Códice una serie de ocho volúmenes en papel, todos llenos
de pinturas de animales y de plantas seis de ellos, y dos tan sólo de
monumentos, tipos, trajes y costumbres del virreinato. Lo mandó
hacer el Obispo de Trujillo, en la costa Norte, don Baltasar Jaime
Martínez Compañón, un hombre con las inquietudes y curiosida-
Indios tamemes (cargadores) con Códice Sierra. Asiento de sillas para des de la «Ilustración» que hizo por su cuenta excavaciones arqueo-
representación de acatas. En la parte montar.
inferior, representación de la entrada .lógicas en las célebres huacas del Sol y de la Luna, mandando pin-
de Cristóbal de Olid en Michoacán tar las pirámides de adobe, las sepulturas, las momias, los vasos y
(procede de la Crónica de
Beaumont). componer dos sillas estradiotas las cuales quedaron muy bien>>, y de- objetos encontrados, además de los tipos y costumbres del virrei-
bajo pintura de los diez reales en dos grupos de cinco. nato.
Las sillas o arzones son de tipo andaluz, jerezano, y las llaman Contemporánea de estos álbumes pintados del Perú es la His-
estradiotas (61). toria de los indios mocobíes, escrita por el jesuita alemán Padre
Tenemos tan1bién en este Códice dos asientos de monturas. En Paucke e ilustrada con multitud de pinturas en color hechas por
una de las páginas dice: «Ítem. Se con1praron dos sillas estradiotas los de estas jusuiticas misiones entre 1749 y 1767, en el
de montar para caballos y se dieron cuarenta pesos». Norte de Argentina y Sur de Paraguay, con muchas pinturas de
El comentarista del Códice, don Nicolás León, arqueólogo de caballos.
Michoacán, nos explica qué es silla estradiota -«era montar a caba- No hace muchos años que fue publicada esta interesantísima His-
llo con estribos largos, las piernas tendidas, las sillas con barrenas, toria con sus muchas láminas coloreadas. Aquí se reproducen tres
donde encajan los muslos, y los frenos del caballo con las camas lar- de estos dibujos hípicos: en uno los indios, con boleadoras, arma in-
gas»; o sea, «a la brida». dígena sudamericana que servía para guerra y para caza y para co-
En el Perú, que fue el otro foco de alta cultura indígena prehis- ger ganado cimarrón, lo que era una especie de caza; en otra la mis-
pánica, por no haber tenido escritura jeroglífica no hubo indios pin- ma operación con los lazos españoles, y una tercera que es una re-
tores tlacuilos peruanos. Es verdad que hubo en la costa Sur y aun vista o fiesta militar de gran parada en la que toman parte todo un
en parte del centro del antiguo Perú una cerámica sumariatnente. es- ejército de caballería de indios cristianizados.
cultórica, pero muy pintada. Esa pintura era puramente decorativa, Para terminar esta serie de representaciones pictóricas hípicas
con elementos figurativos realistas, como cabezas, trofeos, armas, de la América Hispánica presentamos dos pinturas hechas por in-
frutos, alas de mariposa, flores y elen1entos imaginativos corno dios de las Praderas, de la cuenca del Misisipí, pintadas en pieles de
monstruos y figuras antropoides fantásticas de carácter religioso, bisonte.
como las pinturas de los vasos de cultura Nazca,. lea, Recuay, etc. Es bien conocida la abundancia de estas pieles de bisonte pin-
La cerámica de la costa Norte, que fue sumariamente pictórica. fue, tadas por estos indios sioux. Las hay en una menor abundancia y
por el contrario, ricamente escultórica, quizá más escultórica de con mayor o n1enor riqueza representativa en todos los museos
toda la historia ceránlica del mundo, que es la que producen las cul- etnológicos de Europa y antropológicos (Antropología cultural que
turas Mochica o Proto Chimu y la Chimu y, por fin, la cerámica es Etnología) de América. La más notable colección de estas pieles
pintadas está en el Museo de Denver, Estado de Colorado de Esta-
(61) La palabra estradiota se refiere al soldado estradiote, soldado mercena- dos Unidos. De esta colección son las dos ilustraciones que publi-
126 rio de a caballo procedente de Albania. camos; ellas nos muestran gráficamente lo que sabemos por los ero- 127
nistas españoles, franceses y luego norteamericanos: que los indios
del Norte de México, al hacerse caballeros, al habituarse al manejo
del caballo, se convirtieron en peligrosos enemigos de los europeos.
Los tehuelches del Sur de Chile y de la Argentina (62) llegaron a
adorar al caballo, a alimentarse casi exclusivamente con su carne, a
tener fábulas y mitos en los que yeguas y caballos encarnaban divi-
nidades mestizas; pero como no tenían la tradición pictórica de los
indios de Norteatnérica, en mosaicos de tierras de colores como los
navajos, ni en pinturas de pieles como los sioux, los indios de la Pam-
pa no nos dejaron sino pinturas rupestres.

PERRO EN LA CONQUISTA

Los perros españoles eran mucho mayores y más ligeros que los
gozques americanos, mayores aún que los perros de los indios de las
Praderas y que los de los esquimales. Los que fueron a América de-
bieron ser alanos y lebreles, que son los nombres que emplean los
cronistas. En la caza mayor se empleaban en España esta clase de
perros y además los mastines y los podencos, pues éstos pueden con-
fundirse, a veces, con los lebreles.
Acometían a los indios, sobre todo en terrenos fragosos donde
la caballería no podía perseguirlos. El terror que inspiraban era se-
mejante al que provocaban los caballos.

(62) Los tehuelches aparecen descritos por primera vez en la crónica Primer
viaje Alrededor del Mundo, escrita por Antonio de Pigafetta, que acompañó aMa-
gallanes-Ele ano en el viaje de circunnavegación. Con su realismo característico los
describe así: «Un día, de pronto, descubrimos a un hombre de gitantesca estatura,
el cual, desnudo, sobre la ribera del puerto!, bailaba, cantaba y vertía polvo sobre
su cabeza. Mandó el Capitán General (Magallanes) a uno de los nuestros hacia él
para que imitase tales acciones en signo de paz y lo condujera ante nuestro dicho
jefe. Cuando se halló en su presencia y la nuestra se maravilló mucho, y hacía ges-
Museo de América. Tablas enconchadas. Entrada de Hernán Cortés tos, con un dedo hacia arriba, creyendo que bajábamos del cielo. Era tan alto él
en México. Pintura de Miguel González, con laca. 1768.
que no ]e pasábamos de la cintura, y bien conforme; tenía las facciones grandes,
Pictografía rupestre de jinetes españoles con espada. Pintados por los pintadas de rojo, y alrededor de los ojos de amarillo, con un corazón trazado en el
indios del NO de Argentina. centro de cada mejilla. Los pocos cabellos que tenía aparecían tintos en blanco; ves-
tía piel de animal, cosida sutilmente en las juntas. Cuyo animal tiene la cabeza y
orejas grandes, como una mula, el cuello y el cuerpo como un camello, de ciervo
l las patas y la cola de caballo, como éste relincha. Calzaba sus pies abarcas del mis-
mo bicho, que no los cubrían peor que zapatos>>.
Die !barra Grasso, en su obra Argentina Indígena, nos brinda una clasificación
de los tehuelches, patagones o chon, que con los tres nombres se les conoce. Se dis-
tinguen tres grupos: a) los patagones del sur o aónikenk; b) el de los patagones de
la cordillera o teuesch; e) el de los patagones del norte o poyniken. Los patagones
del norte terminaron por asimilarse a la cultura del caballo, en tanto que los del
sur continuaron siendo cazadores a pie. En conjunto fueron pueblos de economía
fundamentalmente de cazadores nómadas, especializados en la caza del guanaco y
el avestruz. Como hemos señalado, el nombre de patagones es de procedencia es-
pañola, el de tehuelches dado por los araucanos, y en su propia lengua chon, que
128 significa hombre. 129
Los perros distinguían los indios enemigos de los indios aliados, Refiriéndose a la del Nuevo Reino de Granada, dice el Padre
seguramente porque les hacían convivir con éstos para acostumbrar- Aguado, que en la provincia de Muso los indios se ponían en un al-
les a su olor. to a dar gritos, e insultar a los españoles, y que los perros, por su
Aparecen los perros de combate en las primeras batallas dadas propia cuenta, «con su natural instinto, echando de ver que eran ene-
por Colón a los indios antillanos, pues en la conquista de la !sabela migos se iban a ellos por partes encubiertas, por no ser vistos, y los
(Cuba) utilizó veinte perros corsos, y el Capitán Sancho de Arango, saltaban de repente y hacían en ellos el daño que podían». «Han he-
en la de Boriquen (Puerto Rico) se halló muy apretado luchando cho (los perros) tanto provecho en estas provincias, por ser la tierra
con los indios, a pesar de tener la ayuda, dice Antonio de Herrera, tan áspera y fragosa y no poder andar por ella caballos ... »
del famoso perro Becerrillo, que murió en la batalla, pue~ al echa~s~ En las conquistas complementarias de la de Cortés en México sí
al agua tras un indio caribe, otro indio que estaba en tierra le tiro fueron usados perros de combate: los empleó el Capitán Pacheco en
un flechazo y lo mató: «Cosa que fue muy sentida de los castella- tierras de los zapo tecas (63) y luego, allí mismo, Pedro de Alvarado
nos, por la particular a~yuda que en este perro tenían». exigió a los indios le labraran cadenas para sus perros bravos.
No mencionan los cronistas los perros de combate en la conquis- (}onzalo Pizarra llevó a la conquista del País de la Canela ciento
ta de l\t1éxico; quizá no los usaron, porque los mexicanos iban muy cincuenta caballos, una jauría de perros y una piara de cerdos, y una
bien protegidos con escaupiles de algodón, especie de corazas he- gran parte de todos estos animales sirvieron para aplacar el hambre
chas de mantas de algodón acolchadas, más irr1penetrables a las es- de los españoles y de los indios aliados de esta frustrada expedición,
padas que las armaduras de ]os españoles. en la que llegaron a comerse cocidas las guarniciones de cuero de
En ninguna parte de las tres primeras y fracasadas expediciones los aparejos de los caballos.
a La Florida fueron utilizados los perros, quizá porque las tierras lla- No es necesario seguir, paso a paso, la intervención de los perros
nas son más aptas para los caballos, a diferencia de las agrestes y las de combate en la conquista de América, pues con las muestras da-
selvas tropicales. das basta para tener una idea de su valor bélico.
pesar de esto, Hernando de Soto llevó con su expedición un Y es que el perro posee algunas condiciones superiores a las de
perro de caza que sirvió en alguna ocasión también como perro de los caballos para el con1bate: tiene una mayor movilidad y ligereza
guerra y se hizo famoso. Era un lebrel al que llamaban Bruto. Rela- de movimiento, más inteligencia y mayor facilidad de adiestramien-
ta Garcilaso de la Vega, el Inca, en su Florida, una hazaña de este to, y rnás desarrollado el sentido del olfato, sobre todo los de caza.
lebrel al perseguir y capturar a cuatro indios escapados, a la vez, del Con este olfato distinguieron los indios aliados de los que no lo eran,
cuartel general de Soto: «Anduvo entre ellos (entre los indios) con además por el oído, aún más fino que el de los caballos, servían, co-
tanta destreza y maña -dice Garcilaso-, soltando al que dernbaba mo éstos, de vigilantes nocturnos en campamentos y poblados, sien-
y prendiendo y derribando al que se levantaba, y amedrentándoles do más sonoros y amenazadores los ladridos de los perros que los
con grandes ladridos, al tie1npo de echarles mano que los embara-
1•
relinchos de los caballos.
zó y detuvo hasta que llegó el socorro de los españoles, que pren- Carlos Pereyra dice de los perros de guerra que tenían un «po-
dieron los cuatro indios y los volvieron al real». El fin de este perro der paralizante», por la sorpresa que producía su rápida aparición y
B1uto fue el mismo que el de Becerrillo en San Juan, muriendo en acometida y el pavor que infundían; pues no hay que olvidar el sig-
el agua persiguiendo a unos indios, al ser atravesado por varias fle- nificado religioso y el valor mágico que los perros indígenas tenían,
chas que desde la orilla le tiraban otros indios; al salir a tierra mu- al igual que casi todos los animales, entre los indios.
rió. «Era pieza rarísima y tnuy necesaria para la conquista -dice el Como a los soldados y a los caballos también defendieron los es-
Inca- en la cual en lo poco que duró (allí) había hecho en los in- pañoles a los perros con escaupiles de algodón, ajustados al cuerpo,
dios e~emigos, de noche y de día, suertes de no poca admiración.» para defenderles de las flechas y dardos enemigos.
Cuenta el Inca y lo repite Herrera, que al dueño del perro Be- lDe qué raza eran estos perros? Parece ser que la mayor parte
cerrillo, en Puerto Rico, le pagaban parte y media de las ganancias de ellos eran alanos, o fueron llamados así aunque no pertenecieran
que correspondían a un arcabucero. A un hijo suyo, Leoncillo, perro
de Vasco Núñez de Balboa, sigue diciendo el Inca, le cupo una par-
tida de 500 pesos de oro de las ganancias habidas en· el Darien. (63) En la actualidad los zapotecas forman la parte más numerosa de la po-
Fueron utilizados los perros de guerra en la conquista de Nica- blación del Estado de Oaxaca. Es el más indígena de todos los Estados mexicanos.
Los primeros centros zapoteos prehispánicos se localizaron en los alrededores de
ragua, de Nueva Granada (Colombia), de Venezuela, en la entrada
la actual ciudad de Oaxaca y en los valles que se extienden desde esta ciudad hacia
de Coronado en la Mobila (Arizona y Nuevo México), en la de Gon- el noroeste, sureste y sur. Su expansión comenzó cuando sostuvieron sangrientas lu-
zalo Pizarra al país de la Canela (Alto Marañón) y en las conquistas chas con los mixes de la región istmeña. Muy próximos a la llegada española los
de Tucumán y Chile. zapotecas se vieron invadidos por sus vecinos occidentales, los mixtecas. 131
130
a esta raza, pues es la denominación más usada por los cronistas. El
perro alano, según el Diccionario de la Acadenúa, es cruzado de do-
go y lebrel (A. Salas dice que de dogo y mastina) (64). <<Es corpu-
lento y fuerte: tiene grande la cabeza, las orejas caídas, el hocico ro-
mo y arremangado, la cola larga y el pelo corto y suave.»
También se citan en los cronistas los lebreles o galgos, los mas-
tines y los perros corsos (¿de Córcega ?) que usó Cristóbal Colón en
la !sabela. No aparece por pinguna parte la denominación de po- _
denco, perro muy usado hoy en España en caza mayor y que reuni-
ría excelentes condiciones bélicas, sobre todo en terrenos agrestes.
Alberto Mario Salas:. al final del capítulo dedicado a los perros
en su documentado libro sobre Las mmas de la conquista, del que
hemos tomado no pocos datos, relaciona los nombres de los perros
famosos de la conquista, como hizo antes en el capítulo dedicado a
los caballos.
CAPÍTULO 111
Ya se han citado a Becenillo, Leoncillo y Bruto, a los que añade
otros como Amadís, Turco, Calixto, Turquillo, Amigo y Atfenelao.
Aún son menos frecuentes los dibujos y pinturas de perros de
ANIMALES DE COLONIZACIÓN.
combate que los de perros indígenas de América.
Aquí tan sólo se reproducen unos perros de gran caza y de guerra
AMÉRICA, PARAÍSO DE
de la India, tomados del Dictionnaire des Antiquités grecques et ro-
maines, de Daremberg y Saglio; las viñetas de la primera edición de
LOS GANADOS
las Décadas, de Antonio de Herrera, y la única pintura de perro es-
ABUNDANCIA DE GANADOS. POBLAMIENTO PECUARIO. ANIMALES DE
pañol que trae un recuadro del Lienzo de Tlaxcala.
En la famosa obra del Padre Paufeke, de mediados del si- COLONIZACIÓN. Los CIMARRONES. EL CABALLO. CAZA Y DOMA.
glo XVIII, sobre los indios mocobíes del Paraná y del Paraguay, ve- TROPILLAS Y MADRINAS. GANADO DE CERDA. EL CERDO Y
nlos un perro como auxiliar de las tropas españolas que defendían
EL PIMENTÓN. ÜVEJAS Y CABRAS. CAMINOS PECUARIOS.
estas misiones en la frontera del Brasil.
Carlos Pereira equipara los perros de combate a la caballería li- LA MESTA EN AMÉRICA. LAS ANTILLAS.
gera, llamándolo arma paralizante, por el terror que, como el caba-
llo, inspiró a los indios, y Germán Arciniegas (65) ha dicho que «el
hombre:, el caballo y el perro constituyen la gran trilogía de la
Conquista».
En todos los tiempos de guerra se han utilizado todas las armas
útiles sin preocupaciones morales, díganlo modernamente los gases
asfixiantes, los lanzallamas y las bombas atómicas.
No fueron empleados los perros en la conquista de México y se-
gún Carlos Pereira debido, quizá, a ir los guerreros aztecas am1ados
y vestidos con escaupiles acolchados de algodón.

(64) El autor se refiere a la obra de Alberto Salas: Las Armas de la Conquista.


Buenos Aires, 1950.
(65) En su obra .Jiménez de Quesada (J. T.).

132
ABUNDANCIA DE GANADOS
El rápido incremento de los ganados en tierras americanas, tan-
to de los n1ansos como de los cerriles y cimarrones, llegó a revestir
en algunas regiones el carácter de una verdadera plaga, al destruir
plantíos y sembrados y al invadir los poblados, metiéndose en casas
e iglesias si las reses encontraban sus puertas abiertas. En algunas
regiones de Nueva España esta invasión pecuaria les obligó a los in-
dios a abandonar sus poblados y a refugiarse en las montañas para
poder reconstruir su vida económica.
El virrey Luis de V elasco tuvo que prohibir la crianza ganadera
en algunos valles cercanos a México, obligando, en otros casos, a los
ganaderos a cerrar sus haciendas con piedra o con palos. El valle de
Toluca, a 12 leguas de Méxjco, se comenzó a poblar de ganado en
1535 y en menos de veinte años había 150.000 reses vacunas y caba-
llares en más de 60 estandas.
A principios del siglo XVIII se exportaban anualmente por el
puerto de Buenos Aires más de 50 . 000 cueros, y se necesitaban unas
80.000 reses muertas para elegir los cueros «de ley» con las medi-
das, limpieza y peso reglamentarios.
Había en México quien tenía 10, 20 ó 30.000 bestias; algunos lle-
gan a 100.000, y los jesuitas, 300.000 lanares.
En México el desarrollo de la ganadería mayor fue lento en los
primeros años posteriores a la conquista, pero después fue intenso
y rapidísimo.
A principios pocas vacas para carretas y laboreo.
Hubo españoles (en el Perú) que tenían mil o dos mil, algunos
10.000 vacas y 20.000 cabezas de otros ganados.
El incremento pecuario de Nueva España fue lento en los años
posteriores a la conquista de México . El primer ganado que se ex-
plotó como negocio fue el de cerda y su carne la única consumida
allí hasta 1532. Fue fácil alimentar este ganado por la abundancia
de maíz procedente de los tributos de los indios, y cimentó tanto su
producción que produjo la baja de su precio y la quiebra de sus
criadores .
El ganado lanar tardó más en difundirse por la meseta del Aná-
huac y el vacuno sólo se empleó en la carretería y en los cultivos,
prohibiéndose además por su escasez su matanza en los mataderos. 135
La cría caballar sólo se organizó al principio para cubrir las ne-
cesidades rnilitares.
A pesar de esto, el ritmo de crecimiento de la ganadería se ace-
leró rápidamente. El ganado vacuno fue al principio sólo empleado
para las carretas y los cultivos y por ser escaso se prohibía su ma-
tanza en los mataderos. La cría caballar tardó más en desarrollarse
principalmente para las necesidades militares de carga y de silla. En
los pastizales entre Querétaro y San Juan del Río había diez mil ye-
guas y muchas más reses lanares y vacunas, y en Tacuba había tres"
mil caballerías de carga para el transporte de lana y de maíz del va-
lle de Toluca.
La difusión de los ganados hasta los territorios septentrionales
ocupados por los indios nómadas contribuyó al descubrimiento de
las primeras grandes minas del Norte, como las de Zocatecas.
Consecuencia de la abundancia de ganado en cuanto a minas:
0
1. Las migraciones ganaderas contribuyeron al descubrimien-
to de minas.
0
2. Se explotaron las minas por la abundancia del ganado de
consumo y de trabajo.
La política de los virreyes tendía a alejar las grandes vacadas de
los pueblos y las ciudades, y como la baja de precios de la carne no
compensaban su explotación a los pequeños ganaderos, sólo pudie-
Doma caballar (Manínez de Compañón).
ron dedicarse a ellas los poderosos, ya que para tener grandes reba-
Escena familiar (Mmtínez de Compaiíón).
ños se necesitaban grandes estancias y además vaqueros y esclavos
Doma caballar y herraje (Martínez de Compañón). Ganado y escena de ordeño (Manínez de Compañón). negros para el cuidado de los animales, pudiendo así pasar los ga-
nados pastando sin cambios por montes y baldíos, los cuales no se
podían roturar. Más tarde se marcaron también entre éstos.
Las vías pecuarias comprenden: las cañadas, de 92 varas de an-
cho; los cordeles, mtás estrechos, de tres veredas; los descansaderos,
los abrevaderos y las caladas. Corno eran muchas, largas y anchas
las vías pecuarias, al decaer la ganadería trashumante fueron ocu-
padas por cultivos, por casas y aun pueblos, por ello se estableció
una revisión para dejar sólo las necesarias y además reducir su an-
chura a lo preciso.

POBLAMIENTO PECUARIO

Después de la domesticación de los animales en el Neolítico, qui-


zá no haya en lo que pudiéramos llamar Historia de la Ganadería
un fenómeno biológico de tanta importancia con1o el poblamiento
pecuario -en cincuenta años- de casi todo el continente america-
no, desde las praderas de Arizona hasta la pampa argentina.
Es bien sabido que el Nuevo Mundo fue un continente virgen de
ganado, pues si el amerindio aportó un importante lote de plantas
cultivadas a la revolución alimenticia mundial en los siglos XVI,
XVII y XVIII, fue muy pequeño el lote de animales que logró do-
136 mesticar. Pero no fue por incapacidad del indígena, como se ha 137
supuesto, sino porque los animales salvajes de América no se pres- Este fenómeno biológico se dio primero en la Mesa mexicana de
taron como otras especies a la domesticación. Tan sólo, como se ha mediados del siglo XVI a fines del XVII; en las praderas del Plata
dicho, logró hacer doméstico al perro, como en el ·viejo Mundo; el del siglo XVII a mediados del XIX; en las de Texas y Nuevo Méxi-
pavo o guajalote en América del Norte; el cui o cobaya en los valles co en los siglos XVIII y XIX y, en menor escala, en los Llanos de
andinos, y la llama y la alpaca, únicos ganados en los altiplanos, cu- Venezuela del siglo XVIII al XX, pues hasta nuestros días han per-
ya excepción confirma el anterior aserto. vivido allí en ellos los últimos restos del cimarroneo americano; pe-
Al darse cuenta de esta carencia, los descubridores y conquista- ro donde se dio este fenómeno con mayor intensidad fue en los ex-
dores instaron de la Corona el envío -en todas las naves que fue- tensos pastizales del Plata, que comprendían la pampa argentina y
ran a tierras recién descubiertas- de plantas, plantones y semillas la Banda Oriental del estuario que formó luego la República del
de los vegetales comestibles en España y que allí no se producían. Uruguay.
Además, machos y hembras de todos los ganados mayores y meno- Como hemos dicho, en poco más de medio siglo -de 1520 a
res, desde vacunos y equinos hasta la volatería. Los ganados se asen- 1580- un continente virgen de ganados (66) se convierte en el pa-
taron en las distintas bases económicas de la colonización. Los ani- raíso de los ganados, pues partiendo éstos espontáneamente de los
males, al encontrarse con ricos y extensos pastizales sin guardas ni primeros asientos colonizadores, se difunden por aquellos inmensos
cercas, siguieron su instinto centrífugo de libertad en busca de agua- territorios, llegando a poblar en tan breve tiempo, con mayor o me-
das y de pastos salitrosos. Así el ganado se crió libremente «sin nor densidad, los extensos pastizales de América desde Nuevo Méxi-
hierro ni señal», orejano; reproduciéndose en progresión geométri- co a la pampa argentina.
ca en cimarroneo. La causa inicial de este poblamiento pecuario fue la Conquista,
Tan sólo dos especies de ganado no se alzaron, la oveja y la ga- ya que sus bases fueron las mismas bases económicas que tuvieron
llina, porque no podían luchar contra las alimañas. Y en este régi- los conquistadores, principalmente ganadera: unos, antes de ser sol-
men de libertad y de aislamiento, al cabo de sucesivas generaciones dados, como Hernán Cortés, y otros, después de serlo, como Bernal
comenzaron a aparecer algunos caracteres morfológicos de su an- Díaz del Castillo.
cestral origen paleolítico. Los ganados más apreciados y criados entonces fueron los caba-
Este mismo fenómeno volvió a repetirse en menor escala tres si- llos y los cerdos, a los que, con los perros de combate, llamó Carlos
glos más tarde en Australia. Pereyra «animales de conquista», aunque luego lo fueron también
La repercusión que esta avalancha de ganados tuvo en la vida de colonización; y así como en muchas ciudades de América hay tra-
del indio fue extraordinaria. En primer lugar, porque cambió radi- dición de quién fue el primer español o española que introdujo el
calmente su alimentación, pues si todos los indígenas fueron en su primer trigo, el prin1er arroz, las olivas, la vid, las pepitas de naran-
mayor parte casi exclusivamente vegetarianos, al poco tiempo todos ja, etc., así se citan en algunas historias provinciales y locales de
ellos, menos los de las regiones ecuatoriales, poco propicios a la cría América, quién fue el que llevó las primeras vacas, ovejas, cabras,
de ganados, tuvieron las reses al alc:ance de su mano para nutrirse cerdos o burras con sus respectivos sementales; pues los caballos y
abundantemente de carne, rica en proteínas animales, que escasea- las yeguas llegaron en las avanzadas de las expediciones explo-
ron secularrrwnte en su comida. Quizá por haber tenido más abun- radoras.
dante caza, los indios de las Praderas del Misisipí, con el bisonte, y La difusión de los ganados se hizo, en parte, sobre la marcha del
los pampas y patagones con el guanaco y el ñandú, tuvieron más al- poblamiento humano y, en parte, con estímulos legales para fomen-
ta talla y más recia complexión que el resto de los amerindios. tar la colonización económica: unas veces con el reparto entre los
Solamente en los ruedos de los pueblos podía haber cultivos, pues indios de los productos que más apetecían los pobladores -trigo, ga-
en ellos estaban prohibidos los ganados sueltos. llinas, ganado menor ... - con la obligación de pagar tributo en esas
La situación de pugna y lucha entre labranzas y crianzas duró en especies, y otras con el repartimiento forzado y pagado de mulas y
América hasta mediados del siglo XIX en que se introduce el alam- burros para facilitar el transporte de mineral, productos agrícolas y
brado para cercar heredades, lo que revoluciona la agricultura y la mercancías.
ganadería, extendiéndose aquélla a los terrenos más fértiles sin cor- Cita el padre B. Cobo, entre las causas de esta difusión, la gran
tapisa; intensificando y seleccionándose ésta en régimen de explota- afición que los indios tomaron a estos animales, conviviendo con
ción intensiva hasta lograr el gran progreso técnico y mecánico de
los tiempos actuales.
Los vacunos, por ser más resistentes y rr1ás sobrios que los equi- (66) Confirma esta generalización el único pastoreo prehispánico de llamas y
138 nos, se reprodujeron y difundieron con muchísima intensidad. alpacas (J. T.). 139
ellos, como lo hacían con los que tenían antes de la conquista; lo Carneros. Códice Sierra, 1560.
cual viene a demostrar que si fue escaso el acerbo del amerindio a
la domesticación de los animales comparado con sus tnuchas plan-
tas cultivadas, no fue por incapacidad domesticadora sino por ca-
rencia de especies animales do1nesticables.
Mas no fue la explotación doméstica de los ganados en ciuda-
des, pueblos y reducciones, ni siquiera la de las primeras estancias,
la que forjó la gran ganadería extensiva americana, sino el cimarra-
neo como fuerza centrífuga de dispersión de los ganados por aque-
llas inmensas praderas, contrarrestado por el rodeo como fuerza cen-
trípeta de contención del ganado doméstico y de asentamiento del
disperso, hasta que las cercas de alambre terminaron, en la segunda
mitad del siglo XIX, con este arcaico tipo de explotación ganadera.
Por sus altos pastizales quedaba en los llanos venezolanos mu-
cho ganado sin rodear, por lo que allí abundaba el ganado cimarrón
(sobre todo el caballo) más que en los sertones amazónicos, aun en
los tiempos modernos. También aquí se practicaba, como en aque-
llas regiones, la trashumancia tropicaL
Más tarde llegaron al Paraguay otras aportaciones ganaderas a
incrementar sus yeguadas y sus vaquerías; las llevadas de Charcas
por Chaves, Cáceres, Garay y Hernandarias.
ANIMALES DE COLONIZACIÓN Se ha creído que el primer ganado introducido en la Banda
Oriental (Uruguay) fue el que Hernandarias de Saavedra hizo de-
Pronto los caballos como los cerdos se convirtieron en animales sembarcar en la Ensenada de las Vacas, compuesto de cien vacunos
de colonización. y dos manadas de equinos; pero ya habían llegado antes a estas pra-
El caballo, una vez terminada la conquista, fue un gran ele:men- deras caballos traídos allí desde el lado occidental del río, descen-
to colonizador, al ser utilizado como montura para los viajes por dientes de los llevados por Mendoza y Cabeza de Vaca, y de las otras
tierras americanas; para los pastores de ganado mayor con el fin de aportaciones que más tarde recibió el Paraguay.
cuidar sus enormes rebaños, y para las tropas y milicias montadas,
encargadas por los virreyes de vigilar, dentro y fuera de los límites
virreinales, a los enemigos de la Corona de España.
Con los caballos que tenía Cortés después de la conquista de
México y los que vienen de las Antillas, caballos y no yeguas, ya que
los hacendados españoles en estas islas se negaron a enviar hembras
para asegurar su monopolio abastecedor de este ganado, se organi-
zan las conquistas marginales del reino de Michoacán, de Panamá y
la que dirige Pedro de Alvarado en Guatemala.
Más tarde los conquistadores hacendados tienen en sus hacien-
das vacadas y yeguadas.
Cuando la segunda fundación de Buenos Aires, hecha en 1580
por Juan de Garay, ya estaba poblada la pampa de vacas y caballos
cimarrones y cerca estaban también las caballadas y vacadas del Pa-
raguay; por esta razón y por tener una base económica, no fracasó
ya esta segunda y definitiva fundación de Buenos Aires.
Los equinos conducidos por Irala a la Asunción desde la aban-
donada ciudad de Buenos Aires fueron el núcleo inicial de las ca-
halladas del Paraguay. A ellas se unió, en 1541, otro aporte, que lle-
140 vó de España Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Códice Sierra, 1560. 141
En Brasil, por carecer de una base económica próxima, ya que Ya hemos visto cómo fue el primer Buenos Aires, una vez aban-
aún no las había en la costa brasileña, fracasó la expedición de don donado, el centro productor de los primeros yeguarizos pampeanos;
Pedro de Mendoza, porque no pudo contrarrestar los continuos y du- pero fue la ciudad de Santa Fé, a orillas del Paraguay, la que fue ba-
ros ataques de los indios charruas, que tenían bloqueados contra el se de concentración y de difusión de ganados en tierras argentinas.
mar a los españoles, sin poder reponer hombres, armas y bastimen- Primero, su fundador, Hernandarias, seguramente que dejaría
tas, lo que le obligó a reembarcar los restos de su expedición en caballos y yeguas en Santa Fé, que serían los primeros ganados que
1549, tan sólo a los cinco años de su arribada a aquellas playas. Por llegaban a esta ciudad. En segundo lugar, llegó en 1573 desde la
consejo de Irala dejó en esas tierras cinco yeguas y siete caballos i\sunción Juan de Garay con ganados caballares y lanares. Después,
abandonados, que al criarse y multiplicarse en libertad, y en aquel en tercer lugar, aparece, según Mendoza y Giberti, la llegada en 1576
propicio clima, fueron el origen de los primeros caballos cimarrones de vacunos desde Santiago del Estero, antes mencionada, sin que se
de la pampa argentina. diga la importancia de este lote ni quién lo lleva y, por fin, un cuar-
En 1542, un año después de la fundación de Buenos Aires y de to posible aporte, hecho nuevamente por Juan de Garay cuando va,
Asunción, llega a esta ciudad, desde la bahía de Santa Catalina, en en 1580, con pobladores y ganado caballar, vacuno y ovino desde la
la costa brasileña, Alvar :Núñez Cabeza de Vaca, nuevo gobernador Asunción a fundar de nuevo la ciudad de Buenos Aires, con arraigo
de Asunción, con otro lote de caballos. Dice Giberti <<que llegaron definitivo y al pasar por Santa Fé para reforzar su colonización. Qui-
entonces también algunos garañones, con los que se obtuvieron las zá llevara entre estas tres clases de ganado algunos garañones, para
primera mulas». No nos dice dónde consta tan importante noticia, comenzar, en Santa Fé y en Buenos Aires, como se había hecho ya
porque en los potreros paraguayos se han de criar más tarde las mu- en Asunción, la cría de mulas.
letadas, que han de llegar hasta Minas Geraes y Bahía para surtir Desde Santa Fé se aprecia en el n1apa de Mendoza y Coni la in-
de mulas las arrierías brasileñas; de igual modo será de interés co- troducción en Córdoba, en 1572, de vacas y bueyes.
nocer la fecha de introducción de los primeros garañones en los po- El caballo pronto pasó a ser usado también por indios y mesti-
treros del Plata, de donde han de salir tainbién las muletadas pam- zos, así aumentó su cría en poco tiempo y dentro de zonas con con-
peras para descansar en la feria de Salta y hacer en el Perú el tráfi- diciones propias para su cría.
co de las minas y del comercio. No se empleó en labores agrícolas, ya que el ganado vacuno se
Una tercera expedición, ésta de ovejas y cabras, es la que hace, extendió con rapidez y bueyes y vacas se utilizaron en cultivos lo mis-
en 1550, Nuño de Chaves, al regresar a Asunción desde Lima, adon- mo que en Europa. Ni se empleó como animal de tiro, tan sólo pa-
ra los carruajes de los virreyes y, por supuesto, si el pavimento era
de le había enviado Irala. Esta primera empresa colonizadoras des-
propio, y lo mismo en el campo y los caminos entre pueblos si eran
de el Perú se realiza años después del contacto y el empalme de las
blandos y llanos.
dos corrientes conquistadoras en esta región sudamericana; entre los
La alta burguesía y mandatarios iban en coche a misa, a las ter-
conquistadores de la Cuenca del Paraná y del Paraguay, a cuyo fren-
tulias de los salones, a los paseos por la ciudad y a las visitas de
te iba Irala, que se dirigía de Este a Oeste, y la de los conquistado-
recreo.
res del Perú, que iban de Oeste a Este. Se extendió la costumbre de usar mulas en tiros de coches, y en-
La cuarta expedición ganadera es la llamada de las <<Siete vacas tonces los virreyes dieron prohibiciones porque el uso iba en detri-
de Goes», con un toro; y según Coni, no fueron portugueses sino es- mento de la cría caballar, tan necesaria para servicios de paz y de
pañoles los que, con monedas peruanas de oro las compraron en guerra.
San Vicente, en la costa del Brasil, y las sacaron de allí sin real li- En Cuba se adoptó para el transporte urbano y para viajes entre
cencia. Mendoza y Coni fechan esta primera importación de gana- pueblos una variedad de la calesa española: la volanta o quitrín, con
do en el Paraguay en 1552 y Giberti, con más probabilidad, en 1555, grandes ruedas y varas más largas que la calesa, y el cochero se mon-
pues el requerimiento que cita y que existe en el Archivo de Indias taba en el caballo de tiro o bien en uno de los troncos como si fuera
de Sevilla, que recuerda esta introducción, es de 1559. un postillón.
La quinta entrada de ganados en el Paraguay es de 1568 y la hace Llegaron a ser tan abundantes los caballos que incluso en algu-
la expedición de Felipe de Cáceres desde Santa Cruz de la Sierra, nos lugares no costaban nada. Jiménez de la Espada vio en el si-
hoy Bolivia, llevando a la Asunción ganados caballares, vacunos, la- glo XIX, en Montevideo, jinetes mendigos pidiendo limosna.
nares y cabríos. Con estas cinco importaciones se organiza la gana- En Jamaica, conquistada por Juan de Esquive! en 1509, se orga-
dería paraguaya, que por la bondad del clima y la del carácter de niza enseguida otra yeguada real semejante a la de La Española, pe-
los indios guaraníes ha de prosperar rápidamente y ha de servir de ro con mayor ventaja, pues no se hicieron estas reses cimarronas.
base para formar las ganaderías de las regiones vecinas: la del Plata De Jamaica se da a Francisco Pizarra para la conquista del Perú
142 y la del Uruguay. veinticinco yeguas. 143
Un hacendado y su mayordomo. Las causas de alzarse el ganado son varias: el libre careo delga-
Según la obra titulada: «Voyage
Pittoresque et Archéologique dans la
nado sin pastor que, en busca de pasto jugoso o de agua, camina sin
partie la plus interessante du Mexique», obstáculo alguno; al haberse despoblado la granja o pueblo al que
por C. Nebel, architecte. A Paris, 1836. pertenecía, al espantarse de alguna alimaña -oso, lobo, zorro, ti-
Imprimé chez Paul Renouard.
gre, puma, jaguar-; por el incendio de pastizales, de bosques o sel-
vas, o por el propio hombre, de mayor peligrosidad, si provoca el pá-
nico para robarlo, o por los ataques de los indios, por el ruido de
las armas de fuego ... , cualquier susto que hace al ganado salir de «es-
tampida», al dispersarse, provoca el alzamiento si no acierta otra vez
a reunirse en grey; las sequías que obligaban al ganado a ir en busca
de agua y de pastos frescos y lejanas tierras y, finalmente, las incur-
siones de indios, mamelucos y cuatreros y los ataques de los perros
cimarrones a las crías.
Una serie de generaciones en los ganados cimarrones produce,
a la larga, cambios somáticos, morfológicos, materiales, de impor-
tancia, según la comarca en que vivan. Los más frecuentes son el em-
bastecimiento y abundancia de pelo y la tendencia a unificar su co-
lor, la disminución de la talla, el aumento de la largura de crines,
copetes, pezuñas, cuernos ... , con la acentuación de algunos caracte-
res originarios, según las especies.
Al hacerse más rústico, el ganado es más resistente a las enfer-
medades, más duro para la carrera, más ágil; con vista y oído más
agudos, con un gran sentido de orientación.
Casi todas las especies de animales domésticos en determinadas
circunstancias se hacen cimarrones, menos la oveja, que por la de-
ficiencia de sus defensas, su timidez y su debilidad, es el ganado de
mayor instinto gregario y el más doméstico de todos.

ELCABAI..LO
Los CIMARRONES
En toda comarca de gran extensión, sin cercas naturales ni setos Los caballos cimarrones tienen en América diferentes nombres:
artificiales, propicia a la cría ganadera, y si ésta se hace en régimen baguales) en la Argentina; cerreros, en Venezuela; mesteños) en Méxi-
de pastoreo extensivo, sin suficientes pastores, sin parideras, ni co, y su derivado mustangs en las praderas del Oeste norteamerica-
corrales, sin cuadras ni majadas, viviendo y reproduciéndose el ga- no. Hoy sólo deben de existir en los llanos venezolanos.
nado siempre al aire libre, éste propende necesariamente a alzarse Alzada una yeguada, vive su aventura a campo libre en manadas
y a convertirse en cimarrón. o tropas de cientos de cabezas.
En España se ha producido este fenómeno en otros tiempos de De los lobos se defienden haciendo un círculo en el que meten
mayor amplitud de pastizales, así como en Rusia, en Polonia y Hun- la cría, volviendo grupas al exterior para cocear a los atacantes.
gría, en las estepas de Asia, en las praderas de Australia y en otros Barruntan a largas distancias las mansas caballadas o caravanas
países. de viajeros, a las que acuden en tropel, sin miedo al hombre, lla-
En América, según Cabrera, se ha dado en la isla de Santo Do- mando cariñosamente a los equinos domésticos con relinchos, atra-
mingo, en los Llanos de Venezuela, en la pampa argentina y en las yendo, apartando y raptando a los renuevos o crías que van sueltos,
praderas norteamericanas, que se hicieron famosas por sus ci- los que se marchaban gozosos con los cimarrones incorporados a su
144 marronadas. tropa, como verdaderos ladrones de ganados mansos. 145
Cuando acudían así en ciega avalancha, en tropel, en busca de ba y procuraba meterle en la boca una lazada, sujetándole lengua y
las caballadas o de las caravanas, se estrellaban a veces contra las mandíbula en la forma ya indicada; montándole después. Aun usa-
carretas. ban otro procedimiento más duro, que era atar corto al potro cerril
Eran cientos de miles los caballos que fonnaban estas caballadas enlazado a un fuerte poste hincado en el suelo, que llamaban «pa-
cimarronas. lenque», y allí lo tenían sin comer ni beber hasta que estaba exhaus-
A pesar de esto el caballo no es el animal emigrante, pues aun to, Y. ~ntonces se acercaban llevándole poco a poco comida y agua,
en invierno se queda en los nlismos parajes, que si son fríos y nieva acanctándole para que perdiera el miedo y haciéndole desear la
en ellos quitan la nieve con los cascos para comer el pasto helado. compañía del hombre.
Hasta las mulas se alzaron para hacer vida cimarrona; pero al no También usaban los gauchos o pastores montados del Plata las
poder reproducirse no alcanzaron este último grado de regresión zoo- boleadoras para cazar los caballos cerriles, cimarrones o alzados. Es-
lógica. A estas mulas alzadas se las llama en los documentos colonia- te arte de cazar era de origen indígena (pues el enlazado se usó ya
les mulas cen·eras, porque andaban a su albedrío por los cerros. en el Viejo Continente) y con él cazaban no sólo la caza mayor
Las demás especies -asnos, cabras y cerdos-- alcanzaron tam- -guanacos, avestruces, tigres ... - sino la pequeña, liebres y pájaros.
bién este grado de regresión, pero lo fueron circunstancialmente, Los indios las usaron también como arma de guerra no sólo en-
pues tan sólo los ganados caballar y vacuno lograron vivir en enor- tre ellos sino contra los conquistadores y en sus guerras civiles del
mes manadas cimarronas por las extensas praderas americanas. siglo XIX.
La más primitiva boleadora fue de una bola y las había de dos,
como las avestruceras, pero generalmente era de tres, de piedra,
CAZA Y DOMA ~etobadas o forradas o no con cuero, sujetas a sendas cuerdas, dos
Iguales y otra más corta que correspondía a la bola que se empuña-
ba para lanzarla hacia la res. Al chocar las boleadoras con ella se le
explotación de esta riqueza equina, cimarrona o alzada es pro-
enroscan las bolas por la fuerza que llevaban, trabándolas.
piamente una caza de caballos salvajes, para la cual utilizaron los es-
Este procedimiento de las boleadoras sólo ha sido usado casi ex-
pañoles, y luego los indios, distintos procedimientos. clusivamente en las pampas orientales y occidentales del Plata.
El más frecuente consistía en preparar en el campo un círculo
Después y aun antes de la doma, en cierta época, se herraban
de altas estacas y empalizadas, un rodeo de alguna amplitud com.o
los potros, enlazándose y tumbándolos para ponerles en el anca iz-
para contener cien caballos. quierda la marca del dueño con un hierro candente.
Desde la puerta de este cercado salía, también hecha de estacas,
De los dos modos clásicos de montar, <<a la brida» y «a la jineta»
una manga o calle que se abría hacia afuera unos cien o doscientos
el primero, que era el tradicional español, de estribo largo, fue el usa-
metros, ensanchando su boca, como para contener cien caballos.
do por los conquistadores, y el segundo, que fue introducido en Es-
Localizada una tropa de caballos cimarrones o alzados en un pa-
paña por los árabes, de estribo corto, lo practicaron sobre todo los
raje, el equipo de pastores montados lo rodeaba con sus caballos ha-
gauchos.
cia la manga, y una vez que entraba el tropel en ella iba empuján-
A los pasos naturales del caballo: paso, trote y galope con sus ace-
dolo hacia el rodeo, cerrándose las puertas o tranquillas en cuanto
leraciones dentro de cada uno, practicaron los jinetes de Indias:, so-
la tropa estaba dentro del corral. bre todo en los llanos de Venezuela y en la pampa argentina, un pa-
Allí escogían los potros que deseaban domar y, desde fuera del
so artificial llamado de «andadura» en España y sobrepaso y «gua-
cercado, lanzaban sus lazos a los elegidos para sujetarlos, soltando
trapeo>.'> en Indias; un paso rápido, de suaves movimientos, que re-
el resto de la tropa. quiere caminos llanos y limpios porque el caballo cae con facilidad
Después sujetaban con más lazos al enlazado, pasaban unas
al tropezar.
huascas de cuero por la boca, sujetándole la mandíbula ínlerior, y
así lo montaban, poniéndole una cincha, hábiles jinetes hasta cau-
sarle. Otras veces se les cazaba a campo libre, metiéndose el jinete
dentro de la manada cimarrona a galope, enlazando el cuello al po- TROPILLAS Y MADRINAS
tro elegido. En este momento el gaucho se echaba al suelo y tenien-
do siempre tirante la reata o cuerda del lazo, y al faltarle la respi- El ganado caballar en libertad tiende a formar tropas de cuaren-
ración al potro enlazado, éste caía. Entonces se acercaba el gaucho ta a sesenta cabezas que son guiadas por la yegua más fuerte. Cada
cautelosamente sin aflojar la cuerda y con un maneador o traba de tropa tiene su caballo semental o padrillo) como le llaman en la Ar-
cuerda o correa se sujetaba las manos al animal, aflojando el lazo gentina; único nombre español dado al caballo semental, que como
para que pudiera respirar. Se sentaba en su cuello, le acaricia- única excepción no tiene, sin embargo, en España. Es un nom- 147
146
bre específico, semejante al del toro, garañón, morueco, berraco, ca-
brón, etcétera. No es el caballo semental, sino la yegua más fuerte,
la que capitanea a la tropa, por esto se le pone a ésta una collera
con una campanilla que sirva para agrupar a su son espontáneamen-
te todos los animales de la tropilla. A esta yegua con collar y cam-
panilla se la llama «madrina» y cuando está dispersa la tropa basta
pasear a la madrina por aquel campo para recoger la tropa y con-
ducirla a los corrales.
En las grandes estancias americanas los pastores montados reu-
nían de tiempo en tiempo todas las tropillas en un sitio para hacer
el recuento de cabezas, y por permanecer cada grupo junto asuma-
drina, así podían contarse bien. De modo que podría saberse no só-
lo si faltaba alguna cabeza sino si se había juntado a la yeguada al-
guna res ajena, a la que se miraba si estaba herrada para devolverla
al dueño, y si no lo estaba, sil era <<tnesteña», sin hierro ni señal, se
la llevaba a un lugar determinado, donde de tiempo en tiempo se
reunían los pastores o ganaderos a reconocer y recoger sus reses
perdidas.
En las recuas de mulas también se usaban mulas o yeguas ma-
drinas con colleras de campanillas para guíar la partida de ganado.
Tampoco fue empleado como animal de tiro, sólo en los coches,
en algunas, pocas, ciudades virreinales, cuando su pavilnento lo con-
sentía, y en el campo, cuando los caminos eran llanos y blandos.
Sabemos por los cronistas de la colonia que la vida fastuosa de
las cortes virreinales impuso la costumbre, entre gentes de calidad,
de ir siempre en coche, acompañada de cochero y de lacayo.
En coche se iba a misa, a las tertulias de los locutorios conven-
tuales, a las visitas de alto copete, al santuario próximo, a la quinta
de recreo y al paseo de la ciudad.
Como se extendiera la moda de usar mulas en los tiros de los co-
ches, dictaron los virreyes disposiciones prohibitivas, porque tal uso
iba en detrimento de la cría caballar, tan útil no sólo para los servi-
cios de paz sino también para los de guerra.
En alguna provincia, como en Cuba, se adoptó para el transpor-
te urbano y para los viajes rurales una variedad de la calesa españo-
la: la airosa volanta o quitrín:. cuyas características eran el tener rue-
das más grandes y varas más largas y el montarse el cochero en el
caballo de tiro o en uno de los del tronco, a lll}Odo de postillón, en
lugar de sentarse en el arranque de una de las varas de la calesa.
Fueron tan abundantes los caballos que en algunos sitios no cos-
taban nada y aun vio a mediados del siglo XIX Jiménez de la Espa-
da, en Montevideo, pedir limosna a los mendigos montados a
caballo.

GANADO DE CERDA

El ganado de cerda fue el primer ganado europeo que en grey


148 hubo en _América, pues aunque llegaron allí los caballos de los Matanza (Martínez de Compañón). 149
soldados al mismo tiempo que los cerdos, éstos fueron transporta- las piaras de cerdos sólo hacían el viaje de ida, de Extremadura y creíble el consumo que hay
CERDOS dos en piaras y en piaras siguieron a las expediciones militares opas- Andalucía a las dos Castillas, para ser vendidos los «gorrinos», al fia- della, por gastarse en todas las
torearon en aldeas o pueblos de asiento, ya que las yeguadas y va- do, a los campesinos castellanos, que los engordaban, sacrificándo- Indias en los guisados cuares-
DEL GANADO DE CERDA males en lugar de aceite, y en
cadas tardaron más en organizarse. les en noviembre, para San Martín, constituyendo su carne, en dis- otros muchos usos; y hay
Aunque se hallaron en esta Aunque Carlos Pereira llamó a los cerdos animales de conquis- tintas formas, la base de la alimentación animal de estos campesi- siempre muchos hombres que
tierra tres o cuatro castas de ta, no los incluye Salas, como es natural, entre los animales ofensi- nos. Hoy son transportados en ferrocarril como las ovejas. no tienen otro trato que cebar
puercos monteses, pero de los puercos y hacerlos manteca
vos, sino que los considera tan sólo como bastimento para los /,-Esto explica que en el trópico, con clima templado y zonas hú- para vender; y es granjería
domésticos y comunes de Eu-
ropa no había en toda ella. conquistadores. medas, ríos y ciénagas, el cerdo se encontrara en su predilecto ele- gruesa y de conocida ganan-
Son estos animales los prime- Muerto y vivo acompañó el cerdo a los conquistadores españo- mento y se alimentara de raíces, de frutos, de pequeños reptiles y cia. Suele hacerse manteca to-
ros que llevan los españoles a do el cebón sin sacar más que
les en sus empresas de América; muerto, como tocino salado, sus- hasta fuese invulnerable por su gruesa piel a las picaduras de las los perniles y la demás carne
los descubrimientos que ha-
cen de provincias y tierras tento corriente en todas las exploraciones marítimas de entonces; y serpientes. magra, de que se hacen longa-
nuevas, no sólo para perpe- vivo, porque formando piaras acompañó en la retaguardia las prin- No faltan representaciones gráficas de este animal en la época nizas y otros adobos de rega-
tuallos en ellas, sino también lo, de que carecían antes los
cipales exploraciones: la de Hernán Cortés a las Hibueras, la de de la colonia; por esta razón no se ilustra con ellas este apartado co- indios. Una botija grande de
paraa mantenerse dellos en
las tales jornadas, si se viesen Francisco Pizarra al Perú, la de Gonzalo Pizarra al País de la Ca- tno se ha hecho en los anteriores. manteca vale en esta ciudad
necesitados de bastimentas; nela y la de Hernando de Soto a la Florida. La cría de cerdos es la primera actividad ganadera de México, desde siete hasta diez pesos;
que por ser ganado tan fecun- La alimentación del indio americano fue muy pobre, en general, en la Sierra se gastan gran
do, da muy en breve copioso
por ser más fácil de organizar y de vigilar para que no se hagan ci- cantidad della en curar las lla-
fruto. Y, así, los trujeron con- en proteínas animales, y a ella no se resignaban los conquistadores. marrones, sobre todo teniendo abundante n1aíz de los tributos de mas o cameros de la tierra de
sigo los primeros españoles En la carta V de Cortés al Emperador, en la que narra aquél su ex- los indios y ser su carne muy apetecida por los españoles que iban la caracha, que es un género
que entraron en este reino del pedición a las Hibueras y su lucha más que con los indios con la selva de sarna o roña que da a este
Perú con su conquistador, el
acudiendo a México. ganado, y la cura más eficaz es
marqués don Francisco Pi- tropical durante más de mil kilómetros de malísimos caminos, cruzan- Según el Padre Cobo, hay en el Perú tres o cuatro piaras de puer- con manteca o grrasa y azufre.
zarra, el año de 1531; y cre- do engañosas ciénagas, abruptas sierras y peligrosos y tupidos bosques, cos monteses: «Son estos animales los primeros que llevan los espa- También en algunas partes se
cieron y multiplicaron tan en atacado por indios y por insectos y pestilencias, nos dice que seguía a hace el jabón de manteca, co-
breve, que la primera carne de
ñoles a los descubrimientos y hacen de provincia y tierra nueva, no mo es en la Nueva España, en
Castilla que se pesó en lacar- su ejército de españoles y de indios aliados una piara de cochinos, cu- sólo para perpetuarlos en ellas sino también para mantenimiento de- que se gasta muchísima; más,
necería desta ciudad de Lima, yos últimos cerdos, vivos aún, llegaron hasta Honduras. llos en las tales jornadas, si se viesen necesitados de bastimentas que en este reino del Perú, no se
luego que se fundó, fué de Las expediciones de conquista fueron por lo general, en toda hace sino con sebo.
puerco. Porque, habiéndose
por ser ganado tan fecundo, de muy en breve seguro puerto». Hanse multiplicado los
fundado esta ciudad el año de
Alnérica, mixtas, de soldados españoles de a pie y de a caballo, por Los cerdos entraron en el Perú con Pizarra en 1531. puercos con tanto exceso en
1535, el siguiente de 36, y 14 lo regular pocos y en minoría estos últimos, y de ejércitos de indios La primera carne de Castilla que se pesó en la primera car- muchas partes, que se han he-
días del mes de agosto, man- amigos y de indios aliados, a quienes habían vencido previamente, cho cimarrones y andan en
dó el Cabildo que se matase
nicería de Lima fue de puerco, el día 14 de agosto de 1536 (se fun- grandes manadas por los cam-
para dominar y derrotar luego juntos a los pueblos enemigos. Se- dó Lima en 1535) y se mataba cada día un puerco a 20 reales. Se pos y desiertos, sin dueño; con
cada día un puerco, y se pesa-
se a veinte reales la arroba, sin guía a las tropas mixtas combatientes la intendencia, compuesta de mataba por algunos años carne de otros ganados de los de Espa- que se hacen bravos como si
que se matase por algunos tamemes (cargadores) indios amigos e indios sometidos, cargados fueran jabalíes. En la isla Es-
años carne de otros ganados
ña (67). pañola hay mucho deste gana-
con toda la impedimenta de alimentos -maíz, fríjoles, ají, municio- No hay población de españoles e indios que no los críe. do alzado, y van a caza dél co-
de los de España.
Háse extendido tanto por nes, ropas, herramientas, cántaros para agua, etcétera-. Detrás de En Lima un cebón vale de 8 a 10 pesos. mo de cualesquiera otros ani-
toda la América este ganado, esta impedimenta iban las piaras de cerdos, alimentándose por el ca- males monteses. La carne des-
que no hay población de espa-
Los más y mejores en el valle de Jauja, Cuzco, Charcas, Tunja. tos puercos montaraces no es
mino, a cuatro jornadas de la vanguardia, con gran lentitud y cau- El precio de la manteca es muy grande respecto de las demás co- tan buena como la de los man-
ñoles e indios donde no se
críe copiosamente. Vale en tela, guardados por españoles para evitar que los soldados y los in- sas y merecible el consumo que hay de ella por gastarse en todas las sos, por ser mucho más flaca
esta ciudad de Lima un cebón dios expedicionarios matasen furtivamente cerdos de la piara. Indias en los guisados cuaresmales en lugar de aceite y en otros usos.
y no de tan buen gusto. Cuan-
de ocho a diez pesos) pero en Sorprenderá a quien no conozca las cualidades del cerdo ibérico do se matan muchos en la ca-
otras partes andan mucho más El cebar puercos y vender manteca «a granjería gruesa y de co- za, lo que hacen para guardar
baratos. Donde se crían los que un animal de esta especie pudiera hacer tales caminatas. algunos días de carne sin que
nocida ganancia».
mejores y en más abundancia Este cerdo, de cabeza alargada, negro o rojo, pelón o peludo, Suele hacerse manteca todo el cebón sin secar más que los per- se dañe es asarla en barba-
en este reino es en el valle de que vive en régimen de pastoreo y montanera en las dehesas y en- coas, la cual, así asada, van
Jauja, desta diócesis de Lima; niles y la demás carne magra de que se hacen longanizas y otrora gastando después en los gui-
en la ciudad del Cuzco, y en cinares del sur de la Península Ibérica de España y de Portugal, es sados; lo cual aprendieron los
de las de regalo, de que carecían antes los indios.
la diócesis de los Charcas, en muy voraz, muy resistente al hambre y aun a la sequía a pesar de españoles de los indios, que
el valle de Tarija, donde no no traspirar su piel, por lo que gusta de revolcarse en agua y en barro no supieron hacer otro géne-
vale un buen cebón más de ro de cecina sino éste, para
cuatro pesos, que es lo mismo
los días calurosos. En tiempos atrás eran muy andarines de sur a nor- guardar por algún tiempo la
(67) En enero de 1535 Pizarra fundó la ciudad de los Reyes como capital de
que si valiera ocho reales en te por los caminos pecuarios, por las cañadas de la Mesta que re- Perú, mejor comunicada que el Cuzco, que había sido conquistada en noviembre carne. La cual, aunque no se
España. El precio que tiene la corrían también los rebaños de ovejas trashumantes. Pero estos re- corrompe luego, no dura tan-
de 1533. La ciudad de los Reyes al poco tiempo tomó el nombre de Lima, de Li- to como salada. En algunas
manteca es muy grande res- baños lo hacen dos veces al año, en viajes de ida a los agostaderos
pecto de las demás cosas, e in- mac, como llamaban al río Rimac. El mismo año Pizarro fundó en la costa norte tierras calientes se tiene por
150 y de vuelta «a extremos», como se llamaba a los invernaderos; n1as la ciudad de Trujillo. 151
Una botija grande de manteca vale de 8 a 10 pesos. En otra ocasión, también por necesidad, «fueron cuatro puercos
tan sana la carne de puerco
fresca, que la dan a los enfer- En la sierra se usa para curar a las llamas de la caracha (sarna que mataron para socorrer la gente que eran grandes, con que sa-
mos juntamente con las aves; o roña), mezclada con azufre. camos (dice Alonso de Carmona, informante del Inca) el vientre de
y, así, se matan cada día en los También se hace con ella jabón, como en Nueva España. Pero mal año».
hospitales los puercos que son
necesarios; y en las carnicerías en el Perú se hace con sebo. «El gobernador Hernando de Soto llevó ganado prieto (negro)
se pesa todo el año su carne, Y se han multiplicado tanto que se han hecho cimarrones. de cerdo ibérico para criar en La Florida y lo traía con mucha guar-
para proveimiento del pueblo. En La Española se caza como jabalíes. Su carne no es tan bue- da para lo sustentar y aumentar y por tenerlo en este alojamiento
Bernabé Cobo na. Si cogen mucha se asa en barbacoas y así van gastando des- de Chicaza más guardado de noche:, le habían hecho un corral de
Historia del pués en los guisados, lo cual aprendieron los españoles de los in- madera, dentro del pueblo con muchos palos hincados en el suelo
Nuevo Mundo dios, que no supieron hacer otro género de cecina sino éste, para y su cobertizo de paja por cima. Pues como el fuego de aquella no-
guardar por algún tiempo la carne, pero no dura tanto como la che de la batalla (de Chicaza) fuere tan grande, lo alcanzó también
salada. a ellos y los quemó todos, que no escaparon sino los lechones que
Su carne fresca se cuece igual que las aves para enfermos y por pudieron salir por entre palo y palo de cerco. Estaban tan gordos
esto se matan cada día en los hospitales. Berna! Díaz del Castillo, con la mucha comida que en aquel territorio hallaron que corrió la
capítulo CLXXIV, al describir «la carabana» de soldados e impedi- manteca dellos más de doscientos pasos. No se sintió esta pérdida
menta de la expedición de las Hibueras, dice que iba una gran ma- menor que las demás porque nuestros castellanos padecían mucha
nada de puercos que venía cmniendo por el camino. necesidad de carne y guardaban ésta para el regalo de los en-
Diez años después de la conquista de México los cerdos se mul- fermos.»
tiplican y su carne es la única consumida por los españoles, por tan- «Atocinaron los puercos que hasta entonces con todos los traba-
to el cerdo fue el primer ganado explotado como tal en Nueva Es- jos pasados habían sustentado para críar y todavía reservaron doce-
paña; fue cebado con el maíz de los tributos evitando de este tnodo na y media dellos porque no tenían perdida la esperanza de poblar
su cimarroneo. cerca de la mar si hallasen buena disposición. A cada uno de los ca-
Del libro de «La Florida del Inca», del famoso autor Garci- ciques amigos dieron dos hembras y un macho para que criasen. La
laso de la Vega, y al final del capítulo tomamos los maravillosos carne de los que mataron echaron en sal para el camino y con la
párrafos sobre el ganado de cerda: manteca en lugar de aceite templaron la aspereza de la resina de los
«Llevó más de trescientas cabezas machos y hembras, que mul- árboles con que breaban los bergantines para que se hiciese suave
tiplicaron grandemente y fueron de mucho provecho en grandes ne- y líquida que pudiese correr.» «También mezclaron tocino salado pa-
cesidades ... el gobernador daba a los curacas amigos, se perdieron ra comer grasa de este tocino con betún de la mar para que el be-
muchos por los caminos aunque sobre ellos llevaban mucha guarda tún corriese al carenar y calafatear por última vez los bergantines
y cuidado; que particularrnente se las señalaba, cuando caminaban, en la costa de Panuco.»
una de las compañías de a caballo que por su rueda (turno) los En el siglo XVII se llevó a ~féxico, desde Manila, el cerdo fili-
guardasen.» pino, que llegaba inclusive a cegarse por la gordura de sus carrillos,
«Así Hernando de Soto en momentos de escasez echaba mano pero esta variedad se extendió poco (69).
de los cochinos «viendo que no se podía llevar tanta hambre ... man-
Según Cieza de León y Garcilaso de la Vega fueron los perua-
dó que matasen algunos cochinos de los que llevaban para críar y se
nos los primeros que en América se dedicaron a criar animales do-
diesen de socorro ocho onzas de carne a cada español; socorro más
mésticos europeos. A mitad del siglo XVI se valoraron así:
para acrecentar la hambre que para entretener; de la carne también
partieron los españoles con los indios porque vieren que no querían
aventajarse en cosa alguna, sino pasar igual necesidad con ellos>> (ca-
pítulo VI, libro III) (68). (69) Tanto los pueblos de procedencia indonésica, como malayos, en Filipi-
nas,, en la época prehispánica consumieron carne de cerdo con fines religiosos y en
las fiestas sociales. La carne de cerdo se ofrecía a los espíritus, los anitos. Los ritos
agrícolas de los igorrotes, desde la siembra del arroz hasta la recogida y almacena-
(68) El lector puede consultar una magistral edición facsimilar, con introduc- miento en los alang, se celebraban con sacrificios de cerdos. Según la clasificación
ción y notas de Sylvía Lin Hilton. Fundación Universitaria Española. Madrid, 1982. zoológica hay dos familias de cerdo. El jabalí de Europa (Sus seroJa) se considera
El título completo, según la edición de 1605 impresa por Pedro Crasbesck en Lis- como el tronco de todas las razas domésticas de Europa, pero los cerdos andalu-
boa es: La Florida del Inca. Historia del Adelantado Herriando de Soto, governa- ces, napolitanos y húngaros son sin duda de origen hindú y se formaron a partir
dor y capitán general del Reyno de la Florida, y de otros heroicos cavalleros espa- del cerdo doméstico (Sus cristatus) de toda Asia media y meridional y de la isla de
ñoles e indios. escrita por el Y nca Garcilaso de la Vega, capitán de su Magestad, Sonda, de donde procede el cerdo filipino. En Nueva Guinea existe el cerdo papú
152 natural de la gran dudad del Cuzco, cabe<;a de los Reynos y provincias del Perú. (Sus papuensis) en estado salvaje y doméstico. 153
Dos cerdos en el Perú, 1.600 pesos; un camello, 7.000; un borri- en forma muy primitiva: ahumándolas o salándolas, lo que daba lu-
co, 1.940; una vaca, 1.004, y un carnero, 40 pesos. gar a una conservación poco variada y poco sabrosa.
Las especias orientales ya eran conocidas en Europa desde la an-
tigüedad clásica, como cosa de gran lujo y rareza. En la Edad Me-
dia son algo más conocidas, pero poco también, llegando a las cos-
EL CERDO Y EL PIMENTÓN tas orientales del Mediterráneo transportadas por el comercio terres-
tre de las caravanas o el marítimo del Mar Rojo y son difundidas lue-
Colón, en su segundo viaje, llevó de las Islas Canarias a las An- go por las naves venecianas.
tillas los primeros cerdos, y Hernán Cortés, en su primera expedi- La toma de Constantinopla por los turcos y su consiguiente do-
ción descubridora, transportó en sus naves tocino salado para ali- minio del oriente mediterráneo interrumpió el comercio europeo de
mentar sus tropas y tripulaciones y también, como éste, una vez con- artículos orientales, sedas y especias, principalmente, lo que impul-
solidada la conquista de Ivléxico, pidió a Cuba ganado de cerda vivo só a)os portugueses a llegar a los lejanos países productores rodean-
y comenzó a criarlo en Nueva España, hasta el punto de que fue és- do Africa, y también al propio Colón a buscarlos por el camino di-
ta la primera cría de ganado español que se hizo en el Continente. recto, a través del Océano.
Además se ha dicho anteriormente que Hernán Cortés inicia una De modo que ha podido decirse, con fundamento, que la busca
norma, que han de seguir luego casi todos los conquistadores de In- de las especias estimuló los grandes descubrimientos de fines del si-
dias: la de hacer acompaíiar en la retaguardia· de sus expediciones glo X\l (71). Las especias además de su valor gastronómico intrín-
conquistadoras piaras de cerdos, para suplir la forzosa alimentación seco de enriquecer los sabores, tienen otro que pudiéramos llan1ar
Fvegetariana de los españoles con algo de alimentación animal; por extrínseco: el de favorecer la conservación de las carnes crudas en-
riqueciendo así también notablemente el repertorio de los alimen- '
! esto ha podido decirse, con razón, que la conquista de la América
. española se hizo al ritmo del paso de las piaras porcinas. tos cárnicos .
/ En los países tropicales, que fueron los que antes se conquista- Ésta es la revolución que producen las especias orientales en la
ron y colonizaron, el cerdo se mantenía con gran facilidad en medio alimentación humana, acrecentada luego de modo considerable, en
de aquella lujuriosa vegetación; por esto prosperó tanto su crianza, lo referente a chacinería, con un sazonador americano de función
sobre todo en terrenos húmedos o pantanosos, en los que podía re- análoga a la de las especias: el pimiento rojo seco y molido, llamado
frescar su impermeable piel. Allí el consumo de su carne se hizo en pimentón.
fresco y fue el primer ganado que se sacrificó en todos los matade- Es bien sabido que el pimiento es una planta domesticada por
ros de la América llispana. el amerindio en el hogar andino. Capsicum annuum, cuya variedad
En España, como en América, la carne preferida entonces en los
hospitales era la carne fresca de cerdo. islas de la Especiería. La pimienta, el clavo, la nuez moscada, el giroflé, etcétera,
La cría de este ganado estaba generalizada, entonces como aho- fueron una sustanciosa fuente mercantil durante el Medioevo e incluso antes. Ya
ra, en toda la Península, criándose en la propia casa del campesino Plinio nos habla del valor de la pimienta para los romanos.
A partir del siglo XIII todo el comercio que las naciones europeas mantenían
español o en el anejo corral, donde engorda uno o dos cerdos por fa- con Asia estuvo controlado y monopolizado por dos ciudades italianas, Génova y
milia, y su matanza constituye, en el otoño, una gran fiesta familiar. Venecia, que utilizaron indistintamente dos vías de penetración para mantener el
Todos las partes de esta res son consumidas en distintas formas, tráfico comercial. Una, continental, atendida por caravanas, que desde el Mar Ne-
y en parvas porciones bien administradas sirven para completar, con gro y Siria llegaba hasta China (El Catay) atravesando Asia Central. Esa ruta -la
ruta de la seda- fue explotada por los comerciantes genoveses. La otra, a través
proteínas animales, la comida cotidiana del campesino durante todo
del mar, conocida como la ruta de las epecias, partía de Alejandría hasta China pa-
el año, salvo algún mayor consumo en las fiestas mayores y en la re- sando por el Mar Rojo y Ceylán.
colección de la cosechas. · (71) Con la toma de Ceuta (1415) los portugueses iniciaron la conquista naval
Los productos más preciados derivados de la matanza del cerdo del Atlántico africano bajo el asesoramiento náutico y cartográfico del príncipe don
eran y son los embutidos, los embuchados y los jamones, que son, Enrique. Los descubrimientos portugueses condujeron a éstos hasta Malaca y des-
de aquí hasta las preciadas islas de la Especiería, el Maluco. Con el viaje de Ma-
en fin de cuentas, diversas form_as de carne en conserva. gallanes-E lean o la Corona española también llegó a las especias, sólo que por la
La conservación de carnes en Europa antes del descubrimiento vía del continente americano.
de América y de la revolución de las especias orientales (70) se hacía Las disputas ibéricas por las Molucas motivaron una larga guerra, que se pro-
longó hasta 1536 a pesar de haberse firmado en 1529 el Tratado de Zaragoza, por
el que España empeñaba sus derechos a las islas de la Especiería a Portugal. Des-
de comienzos del siglo XVII los ataques holandeses motivaron que las posesiones
(70) La importancia económica de las especias es anterior a la situación con- lusitanas, salvo Timor, quedaran en poder de aquéllos. Las Molucas habían dejado
154 flictiva entre Portugal y España por el control y dominio de las islas Molucas, las de ser portuguesas. 155
Rebaño de ovejas y camero (Martínez Para comprender bien la importancia que tuvo allí la grasa de
de Cornpañón).
cerdo, hay que tener presente que la tradicional cocina española era OVEJAS
y es a base de aceite de oliva, aunque entonces se usaban también
DEL GANADO OVEJUNO
como lípidos, en el norte de la Península, la grasa de cerdo, y en las
sierras castellanas, el sebo. Una cosa he observado des-
Por esto en la época de la colonia llegó a tener la grasa de cerdo te ganado que muestra cuán
mayor valor que su carne y fue altamente remuneradora la cría de grande sea su mansedumbre y
cortedad, y es, que habiendo
este ganado, a pesar de que requería muchos más gastos y cuidados de todas las especies de ani-
que la crianza de cualquier otro. males que se han traído de Es-
En la región andina fueron entonces famosos los jamones de Ta- paña a esta tierra, en muchas
partes della gran cantidad de
rija, Paria y Puná. Se hacía charquí de carne de cerdo por el mismo ganado cimarrón, sólo las ove-
procedimiento que con la carne de llama, llegándose a consumir jas en ninguna tierra se han al-
anualmente en Potosí, según el Padre Cappa, 30.000 arrobas zado al monte y hecho ci-
marronas, aunque en algunas
(345.000 kilos) y 25.000 tinajuelas de grasa, y en Lima se mataban provincias hay mayor copia
12.000 cerdos al año en el siglo XVIII. dellas que de los otros gana-
dos. Debe de ser, sin duda,
En México, hasta los tiempos modernos fue muy floreciente la por ser la oveja animal tan fla-
cría de ganado de cerda. co y cobarde, que no pueda vi-
U na marrana le costó a Benalcázar 800 pesos y no pudo resistir vir sin la defensa y amparo del
hombre. Trujo las primeras
a la tentación de comérsela en un banquete. ovejas a este reino del Perú el
Raúl Porras Barrenechea hizo una comunicación al XXVI Con- capitán Salamanca, uno de sus
greso de Americanistas, celebrado en Sevilla en 1935, con un estu- primeros conquistadores,
dentro de cuatro o seis años
dio sobre Una relación inédita de la conquista del Perú (La crónica que se conquistó este reino.
de Diego de Trujillo) y en la pág. 11 estudia una parte de la crónica, Es el ganado que menos ex-
que dice así: «La parte más penosa del viaje es la de Puerto Viejo tendido está en estas Indias de
cuantos se han traído de Es-
a la Puná. La tierra se vuelve seca y agrietada ... El agua es la única paña; no porque sea poco en
obsesión de la tropa ... Hvllan una laguna dulce ... El agua espanta- número el que hay, sino por-
nosa, pero la gente la bebe con alegría y una manada de puercos que que no se cría en las tierras
yuncas, por no serie a propó-
era de Hernando Pizarra -leyenda de los porquerizos ilustres- se sito el temple, como son todas
precipita en el charco y lo revuelve todo en barro». las costas de la Mar del Norte
y parte de la del Sur, y no po-
cas tierras mediterráneas. En
suma, no crían bien las ovejas
ÜVEJAS Y CABRAS en todo lo que cae dentro de
más conocida lleva por toda Hispanoamérica el nombre de chile o los trópicos, sino en las sierras
y tierras frías y templadas, co-
ají; es de sabor picante y se consume bien verde o bien rojo, madu- El ganado lanar, como todos los ganados, fue llevado por Colón mo son los Llanos del Perú y
ro, pero no seco y molido. a La Española en su segundo viaje, pero en el clima tropical de las las serranías que corren por
Su descubrimiento culinario parece haber sido hecho por los es- todo él; de donde viene que
. Antillas y de Tierra Firme, aunque hubo algunas piar':ls de este ga- en las tierras yuncas, que son
pañoles, pues no se conoce su empleo entre los indígenas. nado, no pudieron prosperar. Hasta que los españoles no conquis- las calientes y húmedas, no se
En el altiplano andino no era necesario, pues la sequedad del taron la meseta mexicana y llevaron a aquellas alturas sus rebaños, come ordinariamente camero.
aire y las bajas temperaturas favorecían la conservación de las car- Y ha mostrado la experiencia
puede decirse que no arraigó este ganado en Indias. en este Nuevo Mundo, que to-
nes; la carne de llama se consumía seca y helada por los indios: el Don Sebastián Ramírez de Fuenleal (72) que, según hemos da tierra que no es aparejada
charqu~· y en las zonas tropicales, aun embutida y empimentada se para el ganado ovejuno, es
conserva malla carne de cerdo, por lo cual es de suponer que lacha- malsana para los españoles, y,
por el consiguiente, está poco
cinería a base de pimentón acaso naciese en los templados valles pe- (72) La desacertada actuación de la primera Audiencia novohispana, que se poblada dellos.
ruanos o chilenos, donde se domesticó el chile o ají. caracterizó por sus abusos, obligó al Emperador Carlos a nombrar una Segunda Au- Críase gran suma deste ga-
La grasa de cerdo desempeñó también un importante papel en diencia presidida por Sebastián Ramírez de Fuenleal, juntamente con los oidores nado en este reino del Perú,
Vasco de Quiroga, Alonso Maldonado, Francisco Ceynos y Juan Salmerón, en 1530. por las muchas sierras frías y
la alimentación de los españoles residentes en América, al sustituir páramos que hay en él, parti-
Procuró Fuenleal y sus compañeros gobernar con rectitud, a diferencia de sus an-
con ella, en sus guisos, al aceite mediterráneo, hasta que el olivo lle- tecesores, especialmente en el trato a los indios, e intentando evitar las encomien-
cularmente en las extendidas
gó a cultivarse en algunas raras regiones de aquel continente. pampas y punas de las provin-
156 das perpetuas. La Audiencia organizó la administración, aumentó las rentas reales, 157
cias del Collao. Mas, sobre to-
visto, pedía borricas para México, también pidió, y le enviaron, ove- aparejada al ganado ovejuno, es malsana para los españoles y está
tras, becerros y corderos que no
das las provincias, se aventaja jas merinas. poco poblada». ll~gasen a diez, sino fuese por
en ganado ovejuno el reino de En el Perú las introdujo el Capitán Salamanca a los cuatro o seis En muchos sitios se hacen fieltros para sombreros «que por ir ya concierto. Y fué. diputado el
Chile, porque el clima le es los indios entrando en el uso dellos son infinitos los que se gastan. veedor García tfe Salcedo, pa-
muy favorable y los pastos años de la conquista. ra que tasase lo que se había
más abundantes y sustancio- En los altos valles del Perú y sobre todo en los de Chile prospe- De todas estas cosas y de los oficios e instrumentos que para su be- de pagar de diezmo. El modo
sos. Vale muy barato el came- ró mucho este ganado, que desde estos reinos se extendió luego a neficio se requieren, carecía este valle, cuyos moradores gastaban po- de dezmar que se tuvo por en-
ro en todo este reino; porque co en vestirse, porque la mayor parte dellos andaban como nacieron tonces fué éste: que el señor
en esta ciudad de Lima, que las regiones del Río de la Plata. de ganado manifestaba cada
es donde anda más caro, no A Nuevo 11éxico debió ir en la expedición de Coronado a la Mo- y de los que cubrían sus carnes usaban de ropas de algodón». año el sobredicho veedor el
cuesta más un camero que multiplico que había tenido su
diez o doce reales; y, compra- vila, aunque, como sucedió con los caballos, su verdadera introduc- ganado, y él tasaba el valor de
dos por junto, se hallan a ocho ción con arraigo definitivo en aquellas tierras debió de ser posterior. cada cabeza, potro o becerro y
reales; y en las sobredichas En los primeros tiernpos, tanto en las Antillas como en el con- los demás; y los señores de ga-
provincias del Collao se com- GANADO CABRÍO nado pagaban la décima par-
pran grandes partidas dellos tinente por falta de esquiladores y de tijeras no se esquilaba el ga- te dél en dinero a los dez-
para llevar a Potosí, y no cues- nado, que perdía la lana sin provecho y hasta se daba al que lo meros.
tan más que cuatro reales ca- esquilase. Es tan general en América como el que más porque se cría en
da camero, que es tan barato Bernabé Cobo
como si en España no valiera Pronto los indios aprendieron a trasquilar, y así vemos, por la co- tierras frías y calientes. En el Perú más en los llanos que en las Historia del
más que un real. No hay ove- piosa documentación de sus Fuentes para la Historia del Tn;:bajo en sierras, por la algarroba silvestre o guarango. Su carne sirve fresca Nuevo Mundo
jas burdasen todo el Perú; to- y salada para sustento de toda la gente de servicio, pero los cabritos
das son merinas de muy bue- Nueva España, de Silvia Zavala y iviaría Castelo, que se pedía por
nas carnes y finas lanas. Gás- los ganaderos el envío, en servicio personal remunerado, de cuadri- a todos. El cabrito a ocho reales. Los primeros se llevaron hacia
tase gran cantidad de cameros llas de trasquiladores para sus estancias, y, como en España,. había 1516. Se han hecho cimarrones sobre todo.
en este reino, por ser susten- El ganado cabrio se extendió tanto como el vacuno por todo el
to de toda suerte de gente, de pueblos de indios que eran todos de este oficio.
pobres y ricos, amos y criados, Las lanas valían en el Callao de seis a ocho reales vellón y a dos continente, r por vivir bien lo mismo en tierras frías que calientes.
que por andar a precio tan ba- en otras muchas estancias. También se hacía fácilmente cimarrón; por esto no fue explotado.
jo, todos lo alcanzan. Se llevaron a América de España, de las Islas Canarias, de las de Ca-
La copia que hay de lanas Los españoles fundaron obrajes en los que se hacen paños bas-
bo Verde y de Guinea, como las gallinas, con el tráfico negro.
es muy grande, y tan baratas, tos y finos, sayales, cordellates, bayetas, jerguetas, frasadas y hasta
que en esta ciudad de Lima se Este ganado prosperó sobre todo en Quito, Perú y Chile, pues
venden de ordinario cada se-
alfombras en la ciudad de Quito, que en fineza de colores querían
eran famosas las suelas de 11amara, Lugo y Chilaos y los cueros y
ñor de ganado, y no llegar el competir con las turcas, lo cual ha sido de gran socorro para la gen-
multiplico de cada año a po-
cordobanes de Quito y Cuzco.
te pobre, que si hubiera que vestir de la ropa que trae la flota no
der dezmar de diez uno; y de- En Lambayeque se mataban 60.000 cabras al año y en Chile has-
alcanzaría su caudal a poderse sustentar.
más desto, porque creciese y ta 80.000.
se aumentase presto, se excu- Donde más se teje es en Quito, Perú y Puebla. Su carne, de no ser la del cabrito, no era apreciada; en cambio,
sasen de pagar diezmo, hubo Se batanan con manteca en lugar de aceite, quedando muy finos.
en esta ciudad de Lima sobre era muy apreciada su piel para hacer cordobanes (73) y el sebo para
esto un pleito muy reñido en- La producción lanar tuvo como consecuencia inmediata la im_- fabricar velas.
tre los dezmeros y señores de plantación de los telares de lana, primero con las técnicas indíge- Isidoro de María en su Compendio de la Historia de la República
ganados, el cual decidió el Ca-
bildo de la ciudad en 2 de ma- nas de hilados de algodón y luego con hilanderas mecánicas y tela- Oriental del Uruguay (T. I., cap. IV, pág. 44) nos relata: «Por este
yo de 1539, ordenando que, res de pedal y batanes con artificio movidos por agua. En el Perú tiempo arribó Nuño de Chaves con 40 voluntarios españoles del Pe-
porque hasta entonces no se los antiguos obrajes de algodón se transformaron, en parte, para te-
había señalado el diezmo que rú, conduciendo las primeras ovejas y cabras que se introdujeron al
se debía llevar de los potros, jer lana. Paraguay en 1550, siguiéndose poco después en 1554la introducción
becerros, caballos y corderos de Con su acostumbrada elegancia de estilo y su aguda observación del primer ganado vacuno, llevado a Asunción por los hermanos
Castilla, por no haber abun- nos dice el Padre Cobo: «Sólo éste (ganado) por su mansedutnbre Goes de la costa del Brasil...».
dancia para dezmar de diez
uno, por ser tierra nueva, se y cortedad no se hace cimarrón, sin duda por ser animal tan flaco y
señalase persona que tasase el cobarde que no puede vivir sin la defensa y amparo del hombre», y
valor de lo que valía el diez- añade: «Es el ganado menos extendido de los que se han traído de
mo, y eso se diese hasta que (73) A partir del siglo VIII, y por influjo de los artesanos árabes, muy hábiles
hubiese abundancia destos ga- España. N o se cría en las tierras yuncas (calientes de la costa) ni en en el trabajo y curtido de los cueros, España alcanzó fama ppr la excelencia de los
nados. Y el año de 1541, a 11 los trópicos. En estas tierras no se come cordero. La tierra no es cordobanes, que se realizaban en diversas ciudades: Sevilla, Toléaó, y muy especial-
de enero, porque debía de du- mente en Córdoba. El trabajo del cuero de Córdoba, o cordobán, se caracterizó por
rar todavía el pleito y deman- la utilización de pieles de cabra o macho cabrío, que se decoran a base de motivos
da de los dezmeros, volvió a en relieve, grabados o gofrados, a veces pintados y recamados de oro y plata. Ac-
ordenar el Cabildo que ningu-
no pagase diezmo de los po- fomentó la agricultura y ganadería, se extendió la labor evangelizadora, destacando tualmente se imita el cordobán mediante estampados realizados con planchas gra-
158 la tarea misionera de Fray Pedro de Gante. badas que reproducen los motivos ornamentales realizados antiguamente a mano. 159
CAMINOS PECUARIOS [ \

No nos referimos aquí a las vías pecuarias de trashumancia o tras-


terminanci~, de los que tratamos en el apartado sobre «La Mesta en
América», sino de los caminos que llevaban y, en parte, aún llevan
los ganados en algunos países desde las estancias de cría a los cen-
tros de consumo o embarque.
Estos caminos los ha habido en todas partes; en Andalucía lla-
maban «caminos de la carne» a los que seguían los ganados desde
las dehesas a los mataderos de Córdoba y Sevilla; como se llamaba
«caminos de la sal>> a ciertas rutas seguidas por los antiguos arrieros
de este importante producto .
Algunos caminos pecuarios sudan1ericanos han sido estudiados
por el Prof. Otto Quelle en un interesante trabajo (74), del que to-
mamos casi todos los datos que damos a continuación.
En 1929 viajó por el Brasil y es a los caminos brasileños a los
que se refiere principalmente este estudio.
Es bien sabido que la colonización portuguesa, por tradición his-
tórica, en general, y en el Brasil, además por imperativo geográfico,
fue periférica. Surgen las primeras ciudades en el litoral y la coloni-
zación más o menos extensiva va calando poco a poco, a ritmo len-
to, el inmenso territorio brasileño, cuajado de selvas tropicales.
En el siglo XVI bastan para abasto de las principales ciudades
de la Corte, Recife (Pernambuco), San Salvador (Bahía), Santa Cruz
o Santos ... , los ganados criados en sus contornos, pero al aumentar
la población crece el consumo y como no siempre hay regiones próxi-
tnas a las ciudades susceptibles de explotación pecuaria, comienza
en el siglo XVII la saca de ganados de las mesetas sertones del in-
terior a los centros de consun1o de la costa, a través de largos cami-
nos sólo utilizados en épocas propicias. En este siglo XVII, en 1669,
se construyó un camino para llevar el ganado vacuno desde el Sur
de Maranhao y Pianhy a Belem (Pará) a una longitud de cerca de
1.000 kilómetros.
En los siglos XVII y XVIII ya iban los rebaños por los valles del
río Mearim y el Hapicurí hacia el Norte, hacia la costa.
Más importantes que los caminos pecuarios de la costa Norte
fueron los que iban desde la cuenca del Parahyba a la costa orien-
tal, a Pernambuco y Bahía. Las reses se alimentaban en estos tra-
yectos en los prados interiores de Ceará y Parahyba. «Los trayectos
que el ganado tenía que recorrer, dice Quelle, hasta estas ciudades
de la costa oriental se pueden calcular entre 1.200 y 1.500 kilóme-
tros.» Desde la segunda mitad del siglo XVI se debieron desarrollar
los caminos pecuarios de Bahía.

(74) Los caminos pecuarios continentales de América del Sur, por el Profesor
Doctor Otto Quelle, publicado en «Petermanns Mittelilungen». Berlín, 1934, 1
(J. T.).
160 Caminos de herradura (iY.tartínez de Compañón). 161
El crecimiento de las ciudades del litoral brasileño en númer~ Y importante asociación de ganaderos trashumantes, para proteger a
población, al mismo tiempo que_ la colonización interior de aquel In- sus ganados un famoso privilegio, que llegaron a constituir uno de
menso territorio, hacen que, a fines del XVIII y sobre todo ya en el los más serios obstáculos al desarrollo de la agricultura. Menos co-
siglo XIX y en el XX, llegue~ a las ciudade~ del litoral lo~ gana~os nocidas son las otras instituciones análogas del reino de Aragón, co-
de los pastizales de Matto Grosso y de Minas Geraes, situados a mo «La Casa de Ganaderos de Zaragoza» y «La Mesta de Albarra-
1.000 kilómetros de distancia. cín», el «Ligajo de Calatayud», etcétera, con análoga legislación
Como era natural, el transporte de ganados entre pu~tos tan ex- protectora.
tremos se hizo, como siempre, escalonadamente, ~eteniendose du- Al desarrollarse de modo tan extraordinario la ganadería en Nue-
rante meses en regiones de pastos naturales estacionales, que des= va España, los ganaderos pidieron a la Corona la autorización para
pués se convirtieron en prados artificiales. . . crear en México un «Concejo de la Mesta», con el fin de recuperar
Estos caminos pecuarios se llaman en Brasil «estradas das b?Ia- las reses perdidas, 1nostrencas, y así nace el 31 de julio de 1537 y se
das» (caminos de vacadas) o «estradas reaes dos gados» (caminos non1bran en 1538 los Alcaldes de Mesta, elegidos por la Municipa-
reales de ganados). . , . . lidad, antes de la aprobación de los Estatutos por el Virrey, según
Pero los más largos caminos pecuanos de Sudamen~a debieron nos informa el Profesor Chevalier en sus trabajos sobre estos
ser los que seguían en el siglo X~III los n:ulos que se cnaban en las temas.
llanuras del Plata y en las estancias del Rto Grande do S~l Y se lle- Formaban parte de ella principalmente los ganaderos de ovejas.
vaban a las regiones mineras de Minas Ge~aes y de . Bahta, con ,.un A sen1ejanza de la «Mesta de Castilla», se reunían otros concejos
recorrido de unos 3.000 kilómetros; un camino semeJante recornan anuales, uno en febrero en Tepeapulpo y otro a finales de agosto en
las muletadas del Plata a las minas del Perú después de descansar Toluca. Enseguida otras provincias ganaderas, como Puebla, Oaxa-
en los potreros de Salta. . ca y Michoacán, establecieron sus propias ~1/lestas, hasta que las Or-
No eran sólo vacunos y mulas los ganados que transitaban p~r denanzas de 1574 organizaron una «Mesta» general para toda la
estos caminos sino también piaras de 250 a 300 cerdos, en recor~l­ Nueva España.
dos mucho más cortos, de 300 a 325 kilómetros, que vio el propto Como en España, también reguló La Mesta mexicana la reco-
Quelle en 1927, que en jornadas de 8 a 10 kilómetro~ iban desde la gida del ganado vacuno, orejano, o sea, perdido, sin hierro y se-
cabecera del río Cantas, donde se cría en abundancia este ganado, ñal, en los rodeos que se hacían con este fin y adjudicar este ga-
hasta Bahía, por can1inos que llevan su específico nombre de «es- nado sin dueño al que demostrase serlo o, si no, en proporción a
tradas dos parcos». . ,. los herrados de cada uno. La Mesta prohibió en México, por las
En España antes y aun después de la constru~cton de los _ferro- Ordenanzas citadas., el uso de la media luna para desjarretar reses
carriles transitaban las cañadas de La Mesta no solo los rebanas de vacunas.
ovejas de los ganaderos trashumantes en sus viajes d.e ida a los agos- Como en la «Mesta Castellana>:} se elegían anualmente los Alcal-
taderos de las sierras castellanas y de vuelta a los Invernaderos. de des de Mesta; y como los cultivos eran escasos, muy espaciados y es-
«extremos» (La Mancha, Extremadura y Andalucía) sino tambtén parcidos generalmente en los ruedos de los pueblos, los ganados tras-
piaras de cerdos que los guarreros serranos compraban en Andalu- humantes que pasaban de la mesa mexicana a las laderas descen-
cía y los llevaban a Castilla, donde en los mercados comarcales los dentes de la Sierra Madre, no se encontraban a su paso «las cinco
vendían uno a uno a los campesinos para engordados éstos en sus cosas vedadas: panes, vides, huertas, plantíos y prados de guadaña»,
casas y sacrificarlos en la «matanza»,. gran fiesta familiar. por eso no fueron allí necesarias las cañadas o veredas.
De modo que, como en los «caminos de la carne», este ganad? La «Mesta» sólo funcionó en México, sin implantarse en otros
porcino sólo iba por ellos en única dirección, de las dehesas men- virreinatos.
dionales a los pueblos castellanos. Según Humboldt, estuvo muy descuidada esta crianza en Nue-
Hoy este tráfico pecuario de ganado de cerda, como el ~el lanar va España, como en todas las colonias españolas de América; y es
trashumante, se hace en sus mayores trayectos en ferrocarnl. probable que el primer ganado lanar que se introdujo en el si-
glo XVI no fuera de raza merina trashutnante. En este siglo ya
hubo ganado merino en Nueva Espafia y con sus viajes trashu-
mantes.
LA MESTA EN ÁMÉRICA Aun es verdad lo que añadía el mismo Humboldt: «No hay mie-
do de que en varios siglos, estos viajes (de trashumancia) perjudi-
Conocida es la importancia que tuvo en el ~eino de Castilla, quen en nada a la agricultura», sobre todo en el Norte de México y
162 desde el siglo XIII al XIX, el «Honrado ConceJO de la Mesta», SO de Estados U nidos.
En el Virreinato del Río de la Plata (75) no se llegó a estable- rebaños se necesitaban grandes estancias y además vaqueros y escla-
e hay asaz ganado deste gé-
DE LOS ANIMALES TERRES- cer, aunque se siguieron normas análogas a las seguidas por el Con- vos negros para el cuidado de los animales, pudiendo así pasar los nero.
TRES QUE SE TRAJERON DE
cejo de la Mesta en España para la adjudicación de las reses mos- ganados pastando sin caminos, por montes y baldíos, los cuales no De los puercos ha habido
ESPAÑA A ESTA ISLA ESPAÑO- se podían roturar. Más tarde se marcaron también entre éstos. grandes hatos en esta isla, e
LA, DE LOS CUALES ACÁ NO HA- trencas en proporción a las herradas y declaradas en las haciendas después que se dieron los po-
BÍA ALGUNO DE ELLOS. de la comarca. Las vías pecuarias comprenden: las cañadas, de 92 varas de an-
bladores a la granjería de los
En esta isla Española ni en Tiene gran auge en esa zona el facendeiro, el gran ganadero o cho; los cordeles, más estrechos, de tres veredas; los descansaderos, azúcares, por ser dañosos los
parte alguna destas partes no hacendado, y en el Brasil se da, más que en otras regiones ganade- los abrevaderos y las caladas. Como eran muchas, largas y anchas puercos para las haciendas del
había caballos, e de España se las vías pecuarias, al decaer la ganadería trashumante fueron ocu- campo, muchos se dejaron de
trujeron los primeros e prime- ras, la trashumancia tropical. tales ganados; pero todavía
ras yeguas, e hay tantos, que
padas por cultivos, por casas y aun pueblos, por ello se estableció hay muchos, e los campos es-
ninguna necesidad hay de los una revisión para dejar sólo las necesarias y además reducir su an- tán llenos de salvajina, así de
buscar ni traer de otra parte; chura a lo preciso. vacas e puercos monteses, co-
antes en esta isla se han fecho LA MESTA EN NuEVA EsPAÑA mo de muchos perros salvajes
e hay tantos hatos de yeguas, que se han ido al monte e son
e se han multiplicado en tan- peores que lobos, e más daño
ta manera, que desde aquesta la revista Historia de América, nún1. 17, junio 1944, México, hacen. E asimismo, muchos
isla los han llevado a las otras don José Miranda hace un estudio «Sobre la introducción de La MIGRACIONES DE GANADO gatos de los domésticos, que
islas que están pobladas de se trujeron de Castilla para las
cristianos, donde los hay asi- Mesta en Nueva España>:• y nos explica el rotundo fracaso que acom- casas de morada, se han ido al
mismo en mucho número e pañó a la introducción de La Mesta en Nueva España por Hernán campo e son innumerables los
abundancia; e a la Tierra Fir- Cortés y sus continuadores, muchos de ellos familiarizados con la ga- MIGRACIÓN VACUNA DE BOLIVIA A CHILE que hay bravos o cimarrones,
me, e a la Nueva España, e a que quiere decir, en la lengua
la Nueva Castilla se han lleva- nadería trashumante. En México como en Santo Domingo los es- desta isla, fugitivos.
do desde aquesta isla, e de la fuerzos para introducir la trashumancia del ganado lanar se frustra- El Beni es una región de Bolivia fronteriza con Brasil, en el río Hay asimismo muchos as-
casta de los de aquí, se han fe- ron debido a la falta de condiciones geográficas y por la fuerza de Amamoré, con explotación de gomales. De Beni (Bolivia) a Santa nos, en esta isla, de la casta de
cho en todas las otras partes Cruz de la Sierra y de allí a Villamonte (en el Pilcomayo) pasaban los que se trajeron de España,
de las Indias donde los hay. E atracción que tuvo la industria minera. e machas e machos que se han
ha llegado a valer un potro o Pero la única parte del «Cuaderno de Leyes de la Mesta» que miles de bueyes a Jacuiba (fronteriza con Argentina). Los bueyes lle- criado e se hacen muy bien
yegua domada, en esta isla, sobrevivió fue la <<.referente a los Concejos Semestrales para dispo- vaban el ato, y otros bueyes iban montados por indios nativos; al acá; _pero porque de todas es-
tres e cuatro o cinco castella- frente de la boyada iba un capataz en cabeza, llamado narucho, cori tas cosas se ha dicho en parti-
nos, o pesos de oro, e menos. ner de las reses descamadas>>. cular, e yo no soy amigo de re-
De las vacas digo lo mismo, Así, el juicio de este autor induce a menospreciar el papel de La una corneta de cuerno para que lo siguiesen. ferir una cosa muchas veces,
en cuanto a ser ya innumera- l\1esta en América. En tres meses de viaje desde el Beni a Embarcaciones, llegaban baste lo que está dicho destos
bles, pues que es notorio que muy delgados; desde la Argentina van sobre el río Bermejo, antes siete géneros de animales que
en esta isla hay muy grandes Para ser Hermano de La Mesta en Nueva España se necesitaba acá se trujeron de Castilla;
hatos e vacadas e vale una res tener 300 cabezas de ganado menor o 20 de mayor, teniendo que lle- Puntarieles, donde se embarcaban para llevarlos a Salta a invernar, porque las mulas e los machos
un peso de oro, e muchos las var al Concejo las cabezas que no fuesen suyas. donde se vendían y transportaban a Chile (antes se hacía todo a pie). acá se acrescentaron de la
han muerto e alanceado, per- En Salta ya eran arreados con peones montados en mulas. En el mixtión de los asnos y yeguas.
diendo la carne de muchas de- Cuando don Luis de Velasco (76) dicta las Ordenanzas de Agos- Y como en otra parte de la
Has, para vender los cueros y tadero, incluidas en el segundo Cuaderno de la Mesta, hacía ya al- Valle de Lerma (en Salta) invernaban en fincas particulares, como historia dije, torno a decir o
enviarlos a España; e cada gún tiempo que la trashumancia se practicaba. Dicha Ordenanza lo las llamadas «La Silleta)>, «San Rarnón>>, «Potrero Linares»; para lle- acordar al letor, que vale el
año van muchas naos carga- var el ato usaban pozuelos (especie de petaca). arrelde de la vaca en esta cib-
das destas corambres. E hay atestigua. El capítulo 36 de estas Ordenanzas es el relativo a las ca- dad a dos maravedíes; la cual
hombres en esta cibdad y en ñadas. No es un mero y rutinario traslado de la legislación peninsu- Los bolivianos con las ganancias de la venta de bueyes compra- arrelde es de peso sesenta e
la isla, de a dos, e tres, e cua- lar a Indias, para no cumplirse. Las múltiples resoluciones de los ban mulas y asnos (los asnos en Santiago del Estero y las mulas en cuatro onzas. E mátanse, cada
tro, e cinco, e seis, e siete, e Córdoba, Santa Fé, Entrerríos y Corrientes), de 800 a 1.000 n1ulas, día qu es de comer carne, en
ocho, e nueve e diez mill ca- virreyes en aplicación de preceptos a casos particulares lo confirman. esta cibdad de Sancto Domin-
bezas deste ganado, e muchas La política de los virreys tendía a alejar estas grandes vacadas de para ser llevadas a los gomales, donde viven un año o año y medio. go de la isla Española.
más, en cantidad. Público es los pueblos y las ciudades, y como la baja de precios de la carne no Actualmente se hace este tráfico en tren. Hánse traído conejos blan-
que la viuda, mujer que fué de cos e prietos a esta ciudad, e
Diego Solano, tiene diez e compensaban su explotación a los pequeños ganaderos, sólo pudie-
algunos hay en las casas de al-
ocho o veinte mili cabezas ron dedicarse a ellas los poderosos, ya que para tener grandes gunos vecinos particulares;
deste ganado; y el obispo de LAS ANTILLAS pero no es granjería útil, por
Venezuela, deán desta Sancta lo que se ha visto de su au-
Iglesia de Sancto Domingo, La incipiente colonización de La Española comenzaba con el se- mentación en las islas de Ca-
tiene veinte e cinco mili cabe- (75) El virreinato del Plata se estableció en 1777, englobando las nuevas in-
gundo viaje colombiano. Veamos ahora, rápidamente, cómo se em- naria, e naturalmente son da-
zas, o más, como lo dije en el tendencias de Buenos Aires, Córdoba de Tucumán, Salta, Paraguay, La Paz, Poto- ñosos en los heredamientos. E
libro III, cap. XI. Y deste nú- sí, Cochabamba, la presidencia de Charcas, la provincia de Chiquitos, las misiones prenden la conquista y la colonización de las otras Antillas desde La si ocurrimos a lo que está es-
mero abajo, hay señores de de guaraníes y Montevideo incluido en la intendencia de Buenos Aires. Española. cripta, ya se halla haberse en
mucha cantidad deste ganado (76) La etapa de mando en Nueva España del Virrey don Luis de Velasco cu- España deshabitado una cib-
vacuno. Ovejas se trujeron e Por orden de don Diego Colón de 1511, conquista don Diego
brió un amplio período, desde 1550 hasta su muerte, ocurrida en 1564. Su gobierno dad por el escarbar e moltitud
carneros, de que se ha fecho
se caracterizó por ser una etapa de gran prosperidad para el virreianto novohispano. Velázquez de Cuéllar la isla de Cuba, que realizó en tres años, 165
164
de los conejos, segund escribe
llevando allí ganados para las primeras encomiendas y repartimien-
Plinio. tos, que organiza, en el triángulo oriental de la isla, en el Puerto San-
Cabras se han traído de Es- to, que fue luego el pueblo de Nuestra Señora de la Asunción de Ba-
paña y de las islas de Canaria racoa, hoy Baracoa.
y de las de Cabo Verde, e al-
gunos hatos hay deste ganado, Pánfilo de N arváez fue el ayudante de Velázquez en esta empre-
e las que mejor acá prueban, sa y Hemán Cortés uno de los primeros hacendados que se estable-
son las pequeñas de Guinea e ce en la encomienda que le dio su cuñado Diego de V élazquez en
de Cabo Verde e aquellas is-
las; pero deste gando no hay Manicarao (Baracoa) y allí cría vacas y yeguas. Por el extremo orien-
mucho en estas islas. Pero de tal de la isla comienza su colonización.
los otros géneros que dije de No debió de ser ésta muy rápida, pues a los siete años, en 1518,
suso, así como yeguas e caba-
llos, vacas, e ovejas e puercos, encuentra Hernán Cortés dificultades para reunir los diez y seis ca-
llenas están esta isla e la de ballos que llevó a la conquista de México.
Sact Joan, e Cuba, e Jamaica También fueron encomenderos en Cuba otros conquistadores,
e mucha parte o poblaciones
de españoles. Tienen de to- como Montejo, Duero y .Alvarado. CA ÍTULO IV
dos, los unos e los otros, en la Las primeras explotaciones debieron ser las de cerdos, pues Her-
Tierra Firme, e en especial en nán Cortés carga en Cuba, como bastimento para su expedición, to-
la Nueva España, en mucha
cantidad de los unos e de los cino salado,. que era uno de los comestibles más apetecidos por na- ANIMALES CONSUMO ~
otros, y cada día se aumentan vegantes y conquistadores, pero pronto debieron multiplicarse los
do quiera que los cristianos
pueblan.
demás ganados después de estos primeros años de establecimientos, EN AMERICA
ya que de Cuba envían a Cortés ganado de cerda y de La Española
Gonzalo Femández de Oviedo y de Cuba procedían los caballos que llevaron a México Pánfilo de LAS PRJMERAS VACADAS. EL RAJ\l"CHO, VAQUEROS. LAS VAQUERÍAS DEL
Historia General
y Natural de las Indias
Narváez para quitar el mando a Hernán Cortés y Cristóbal de Olid PLATA. EL GANADO VACUNO EN MÉXICO. LA CARNE DE VACA. LAS·
para explorar el Pánuco.
TABLADAS Y LOS SALADEROS. GANADOS HERRADOS; HIERROS Y SEÑALES.
LAS HACIENDAS. HACIENDAS DE RELIGIOSOS. BREVE HISTORIA DEL
CURTIDO EN AMÉRICA. LAS ESTANCIAS. LA REVOLUCIÓN DEL ALAMBRE. Los
FRIGORÍFICOS.

' 1. ~ . ) '~ .- ¡

166
LASPR]MERASVACADAS

Si América, como hemos dicho, fue el paraíso de los ganados, el


vacuno fue el más favorecido, pues se extendió por todo el conti-
nente americano menos en la selva tropical, en la puna andina, en
los desiertos del Oeste y en las tierras subárticas.
Los equinos y ovinos, menos vitales, redujeron su espacio vital a
unas limitadas comarcas.
Su entrada en el Nuevo Mundo la hicieron las vacas, a la vez que
los otros ganados, en el segundo viaje de Colón; sólo que, como no
animal de conquista sino de colonización, en las Antillas aguar-
este ganado la hora de la paz. A la vanguardia fueron caballos,
perros y cerdos y en la retaguardia las den1ás especies domésticas.
Las primeras vacadas se constituyeron y organizaron a la vez que
las yeguadas en todas las _Antillas; primero con los viajes colombi-
nos y con los de otros navegantes y conquistadores. Era firme pro-
pósito de los Reyes Católicos y luego del Emperador Carlos repo-
blar de plantas y ganados de España las islas de Tierra Firme.
En las Antillas, las vacadas, como las yeguadas, se hicieron ci-
marronas, menos en La !sabela, pero en Cuba ocurrió que como pa-
ra las conquistas del continente no se sacaban de aquella base eco-
nómica sino caballos, las vacas aumentaron sobremanera hasta cons-
tituir un peligro para los cultivos.
Análogo fenómeno ocurrió en México después de la conquista
en el siglo XVI, y en las tierras del Plata en el siglo XVII. La pro-
fusión de ganado, sobre todo vacuno, invadió cultivos y poblados,
asoló sembrados, entrando en las iglesias y santuarios que encontra-
ban abiertos, pues no respetó sino cercas o puertas cerradas.
Los indios abandonaron sus labranzas ante esta invasión y fue-
ron a refugiarse, otra vez, en las sierra~. Los virreyes tuvieron que
poner coto a esta plaga ganadera, obligando a los ganaderos a cer-
car sus estancias, a matar el ganado disperso, llegando a prohibir las
crianza en ciertos valles para proteger a la agricultura.
Su asombrosa multiplicación, muy superior a las necesidades de
población humana, hizo que se cazaran y mataran únicamente pa-
ra el aprovechamiento de los cueros. De modo que los vaqueros pro- 169
vistos de una media luna cortante, colocada al extremo de una larga El rodeo propiamente dicho se hacía con el ganado marcado, y
OVEJAS Y VACAS causa de ser la yerba alta y la
pértiga, a manera de puya, perseguían a caballo la res que querían según el grado de su cerrilidad y domesticación así eran más o me- tierra tan viciosa, que no pue-
sacrificar y al alcanzarla le cortaban los jarretes (77) de las patas tra- nos frecuentes estas concentraciones. den apacentarse sino ganados
DE LOS GA.NADOS OVEJUNO mayores; y así de vacuno hay
Y VACUNO
seras con la media luna, dejando tumbada a la res sin poderse le- Estos rodeos no se hacían sólo para aquerenciar el ganado al ran- innumerable multitud. Y de
vantar y entonces el vaquero echaba pie a tierra, la apuntillaba con cho colonial, sino también para contarlo; para sacrificar a las rebel- esto en dos maneras: uno ga-
De tres maneras hallo ani- su cuchillo, desollándola después, cargando las pieles en caballerías des con el fin de evitar los alzamientos, fomentando, por el contra- nado manso, y que anda en
males en Indias uno, que han preparadas para su porteo. Estas pieles, en crudo, eran la única mer- sus hatos, como en tierra de
sido llevados de españoles; rio, la cría de reses mansas. El rodeo más importante del año era el los [... ] en otras provincias
otros, que aunque no han si- cancía aprovechable de las vaquerías cimarronas, objeto de comer- de yen·a o marcado de las reses jóvenes y de las que no llevaban mar- del Perú y en toda la Nueva
do llevados por españoles, los cio exterior después de cubrir las escasas necesidades interiores. ca, bien por haber sido incorporadas al rebaño en vaquería de vida España. De este ganado se
hay en Indias de la misma es- aprovechan, como en España,
pecie que en Europa; otros, Más tarde se aprovechó también el sebo para hacer velas y o espontáneamente venidas a la estancia. Los ganados con diferente para carne y manteca y teme-
que son animales propios de jabones. hierro o marca eran entregados a sus dueños. En este rodeo se ca- ras, y para bueyes de arado,
Indias y no se hallan en Espa- Las aves de rapiña, los perros cimarrones y el fuego consumían paba a los novillos para bueyes y a los potros que había que domar, etcétera. En otra forma hay
ña. En el primero modo son de este ganado alzado al mon-
ovejas, vacas, cabras, puercos, las reses desolladas, quedando la pampa sembrada de cráneos y de aunque el pastor montado prefería para su uso el caballo entero. te; y así por la espereza y es-
caballos, asnos, perros, gatos y osamentas. Las vaquerías de vida se hacían en primavera y el rodeo de yerra pesura de los montes, como
otros tales, pues estos géneros en otoño; los demás rodeos según las necesidades de cada estancia; por su multitud, no se hierra,
los hay en Indias. Tres dases de ganado pastaban por las praderas indianas; el mar-
pues cuando ya estaba formado el rebaño de ganado manso se ha- ni tiene dueño propio, sino
El ganado menor ha multi- cado, el orejado o alzado y el cünarrón. como caza de monte, el pri-
plicado mucho; y si se pudie- El marcado era el que tenía hierro y señal de su dueño; hie- cía diariamente recogiéndolo al ponerse el sol y llevándolo a la agua- mero que la montea y mata es
ran aprovechar las lanas en- da al amanecer. el dueño. De este modo han
viándose a Europa, fuera de rro en el anca o en la nariz, y señal, con un corte especial, en la oreja. multiplicado las vacas en la is-
las mayores riquezas que tu- El orejano u orejisano, que no tenía ni hierro ni señal en la oreja Con esta práctica, sin necesidad de alambradas, se contuvo el ga- la Española, y en otras de
vieran las Indias. Porque el
se llamaba también alzado porque ya adulto ·después de criado no nado fomentando su querencia. aquel contorno que andan a
ganado ovejuno allá tiene millares sin dueño por los
grande abundancia de pastos, había podido aún ser capturado para ponerle las señales de propie- montes y campos.
sin que se agoste la yerba en dad y servidumbre del dueño. Este ganado vivía a su albedrío mez- Aprovéchanse de este gana-
muchas partes; y es de suerte do para cueros: salen negros y
la franqueza de pastos y dehe- clándose con los ganados vecinos.
RANCHO blancos en sus caballos con
sas, que en el Perú no hay pas- El ci.marrón ya se ha dicho que procedente de ganados alzados desjarretaderas al campo, y
tos propios: cada uno apa- o herrados se había hecho salvaje. corren los toros o vacas, y la
cienta do quiere. Por lo cual Las condiciones topográficas del rancho, origen de la estancia, res que hieren y cae es suya.
la carne es comúnmente La legislación reguló los tiempos y los modos de herrar y seña- Desuéllanla, y llevando el cue-
abundante y barata por allá; y lar; forma de buscar y de repartir las reses mostrencas, limitando contribuyeron notablen1ente a la formación de las primeras ganade-
ro a su casa dejan la carne
los demás provechos que de la
el derecho de vaquear y prohibiendo la matanza de ganado en el rías en la época colonial; las ]slas fluviales fueron como estancias perdida por ahí, sin haber
oveja proceden, de quesos, le- alambradas, y las penínsulas y las orillas de los ríos y aún del mar quien la gaste ni quiera por la
che, etcétera. Las lanas se de- campo sólo para «cuerear». sobra que hay de ella. Tanto,
jaron un tiempo perder del to- tenían naturalmente cercados uno o varios lados del rancho y los bos-
Al finalizar el siglo según Levene, la ganadería del Plata que en aquella isla me afirma-
do, hasta que se pusieron ques y el monte bajo, donde los hubo, también fueron aprovecha- ron que en algunas partes ha-
obrajes, en los cuales se hacen decayó por varias razones: l. a Por los «malones» o entradas de los
dos como obstáculo al alzanliento del ganado. bía infección de la mucha car-
paños y frazadas, que ha sido indios. 2.a Por los años de pertinaz sequía que entonces hubo. ne que se corrompía. Esta co-
gran socorro en aquella tierra Un buen terreno de pasto, algo inclinado para que no se forma-
3.a Por los robos y matanzas de cuatreros . 4.a Por el aumento de rambre que viene a España es
para la gente pobre, porque la ra barrizal, cercano a buen aguadero, era el terreno ideal para fijar una de las mejores granjerías
ropa de Castilla es muy costo- perros cimarrones. 5.a Por el aumento de las chacras o sembrados.
allí el rancho y la cabaña, al que se aquerenciaba el ganado. Así se de las islas y de Nueva Espa-
sa. Hay diversos obrajes en el Al apartado de ganado vacuno cimarrón se le llamó en las prade- ña. Vinieron de Santo Domig-
Perú; mucho más copia de hincaba el poste de ñandubay de dura madera, en el que se rascaba
ras del Plata vaquería de vida_, muy diferente de la vaquería de muer- no en la flota del ochenta y
ellos en Nueva España, aun- el ganado vacuno, y el palenque, en el que se domaba a los potros siete, treinta y cinco mil cua-
que agora sea la lana no ser te, pues en ésta se desjarrestaba y degollaba a las reses vacunas ci- cerriles. trocientos cuarenta y cuatro
tan fina, agora los obrajes no marronas para desolladas allí, aprovechando de ellas primero sólo cueros vacunos. De la Nueva
labralla tan bien, es mucha la el cuero y más tarde además partes escogidas de la canal para sa- España vinieron sesenta y
ventaja de la ropa que va de cuatro mil y trescientos y cin-
España, a la que en Indias se laderos y graserías.
cuenta cueros, que los valua-
hace. Había hombres de se- Unas y otras vaquerías fueron reguladas por los Cabildos; pero ron en noventa y seis mil y
tenta y de cien mil cabezas de VAQUEROS quinientos y treinta y dos pe-
ganado menor; y hoy día los las más de las veces, sobre todo las de muerte, fueron objeto enor-
sos. Cuando descarga una flo-
hay poco menos, que a ser en me contrabando. ta de éstas, ver el río de Sevi-
Europa, fuera riqueza, grande Al constituir el ganado vacuno la más numerosa y más esparcida
lla y aquel arenal donde se po-
y allá lo es moderada. población pecuaria de América, tuvo que ser también la profesión ne tanto cuero y tanta merca-
En muchas partes de In- de vaquero la más difundida y uniforme, aunque no la más nume- dería es cosa para admirar.
dias, y creo son las más, no se El ganado cabrío también
cría bien ganado menor, a (77) Derivado del francés jarret. Parte alta y carnosa de la pantorrilla hacia la rosa porque con pocos vaqueros se cuidaban y cazaban miles de re-
corva, especialmente en las reses. se da; y ultra de los otros pro-
ses; pero sí fue una de las formas de vida más típicas y definidas.
vechos de cabritos, de leche,
Esencialmente no hay diferencia profesional entre el pastor de procurando tener cerca buenos abrevaderos, cebarlo en casos nece-
etcétera, es uno muy principal yeguadas y el de vaquerías. sarios y acercarle a tierras salitrosas, pues el ganado es siempre go-
el sebo, con el cual común- «La profesión de vaquero en el Plata, según el mismo autor, Ca- loso de sal, sobre todo en las zonas tropicales.
mente se alumbran ricos y po-
bres, porque como hay abun-
ni, no dejaba de tener atractivos para una profesión sin aprendizaje Para el ganado mayor fue indispensable el pastor montado, que
dancia, les es más barato que ni instrucción, casi un deporte entre guerra y caza a caballo, lo que tuvo dos manifestaciones diferentes según se tratara de cazar el ga-
aceite, aunque no es todo el daba una cierta distinción al oficio, con buena comida asegurada y nado vacuno cimarrón -para formar o enriquecer vacadas cerriles
sebo que en esto se gasta de
macho. También para el cal- no gran trabajo, salvo en ciertas épocas. Con un caballo, las volea- que eran las vaquerías de vida-· o para aprovechar tan sólo el cue-
zado aderezan los cordovanes; doras, el lazo y el cuchillo cogen y matan reses con que ganar lo su- ro en las vaquerías de muerte. En este último caso matando y deso-
mas no pienso que son tan ficiente para tabaco y mate, que tomaban sin azúcar, únicos vicios llando en el campo las reses, cuyos cueros, por cientos de miles, se
buenos como los que llevan de
Castilla. poco costosos del gaucho, sin contar las apuestas y el juego.» exportaban. Los pastores aprovechan para su consumo solamente las
Caballos se han dado, y se <<Para comer no necesitaban trabajar. Se juntaban cuatro o cinco lenguas y los caracuces o tuétanos de los largos huesos y dejaban de-
dan escogidamente en mu- y con el pretexto de ir al campo a divertirse n1ataban una vaca o un s?llada la res para pasto de caranchos (especie de buitres) y de perros
chas partes o las más de In- novillo para comer el matarnbre:o la lengua, o bien se les antojaban
dias, y algunas razas hay de ctmarrones.
ellos tan buenos como los me- caracuces» (tuétanos). Hay también en América otros tipos marginales de pastor mon-
jores de Castilla, así para Esta característica forma de vida, con sus tipos representativos, tado, de ámbito vitaltnás reducido y menos exclusiva vocación pas-
carrera y gala como para ca- fue común a todo el continente en sus zonas vaqueriles, pero tam,..
mino y trabajo. Por lo cual toril, como el huaso chileno, el chalán peruano y el sabanero
allá el usar caballos para ca- bién con sus rasgos diferenciales en cada una, como son el gaucho, colombiano.
mino es lo más ordinario, aun- argentino; el guaso, chileno; el chan-o, mexicano; el llanero, de Ve-
que no faltan mulas y muchas, nezuela; el vaqueiro, en el Brasil, y el cm,v-boy, en las praderas
especialmente donde las re-
cuas son de ellas, como en tejanas.
Tierra Firme. De asnos no hay Tipos humanos, fraternos de sus precedentes del 'viejo Mundo, Los GAUCHOS
tanta copia, ni tanto uso; y pa- del vaquero andaluz, del pastor montado de la estepa húngara, del
ra trabajo es muy poco lo que
se sirven de ellos. Camellos al- beduino criador de caballos del Y emen en la Arabia y del pastor de
El tipo más representativo del pastor montado -y quizá el pri-
gunos, aunque pocos, vi en el caballos y de yacks (78) de las altiplanicies asiáticas.
Perú llevados de las Canarias, mero- es el gaucho.
y multiplicados allá, pero cor-
El traje y los aperos de los vaqueros americanos tienen un mis-
Recordamos que al retirarse el Adelantado Pedro de Mendoza
tamente. mo origen: el del vaquero andaluz. Todos ellos tienen semejanza en
de su fracasada empresa que iniciara en 1536 fundando la primera
Perros en la Española han espuelas, látigos, botas y el atalaje del caballo.
crecido en número y en gran- Buenos Aires, dejó la ciudad abandonada y caballadas que se trans-
deza, de suerte que es plaga formaron en cimarrones. Don Juan de Garay, el segundo fundador,
de aquella isla, porque se co- encontró la pampa poblada de ganado cimarrón descendiente de
men los ganados y andan a
manadas por los campos. Los EL PASTOR MONTADO aquellos primeros equinos. A su vez, dicho ganado se incrementó
que los matan tienen premio con caballos cerriles y domados y, posteriormente, con vacunos, que
por ello, como hacen con los se extendieron por ambas bandas del Plata.
lobos en España. Verdaderos Para contrarrestar el instinto disgregador del ganado, los gana-
perros no los había en Indias, deros tuvieron que estimular otro instinto de los animales, un ins- Y este pastoreo llegó a constituir una típica forma de vida que
sino unos semejantes a perri- tinto centrípeto: la querencia. tuvo su más rica representación en ambas bandas del Río de la Pla-
llos, que los indios llamaban ta: en la Oriental y en la Pampa.
aleo; y por su semejanza a los Así surge el pastor montado, semejante al prehístórico del Viejo
que han sido llevados de Es- Mundo. Se ha insistido en que el gaucho es de origen andaluz. La cir-
paña, también los llaman aleo;
Para evitar la diáspora, rodean al ganado disperso, lo agrupan cunstancia de que la enorme pampa argentina estaba sin población
y son tan amigos de estos humana tuvo que ver con el hecho de que sus pastores fueron crio-
perrillos, que se quitarán el en hatos y rebaños, aquerenciándolo en lugares propicios fáciles de
comer por dárselo; y cuando guardar, agrupándolo de cuando en cuando, para hacer el apartado llos, mezclándose luego en muy escasa proporción con los indios.
van camino los llevan consigo
del ganado de trabajo y de consumo y para curarles las mataduras Emilio Coni, en su breve y documentada Historia de las vaque-
a cuestas o en el seno. Y si es- rías de Río de La Plata, encuentra el primer rastro documental so-
tán malos, el perrito ha de es- o heridas, para pelar el caballar del copete, crín y cola («la rapa das
tar allí con ellos, sin servirse bestias>)) como se hace en 1Galicia con el ganado cerril de Sabucedo, bre el gaucho en dos cartas del Gobernador del Río de La Plata,
de ellos para cosa, sino sólo Hemandarias, fechadas en 1617 y 1618, y cree, por su parte, que los
para buena amistad y corn- primeros gauchos fueron criollos, hijos de conquistadores, santafe-
pañía.
(78) Mamífero rumiante de gran tamaño, propio de las altiplanicies del Tíbet.
rinos, por ser esta región eminentemente ganadera y surgidos de las
José de Acosta primeras vaquerías que los sacaron del poblado; así como su afán
Historia Natural Vive entre los 4.000 y 6.000 metros de altitud. En la actualidad existen en estado
y Moral de las Indias doméstico y son aprovechados como animales de labor, de montura y de carga, sien- de novedades y su rebeldía los apartó del hogar familiar y su vida
172 do también aprovechable su leche, su carne y su lana. rústica campera los alejó de la sociedad urbana. 173
que es como la literatura, la pintura, la música y el espectáculo lo
han interpretado. Ni una cosa ni otra.
Se olvida por los progresistas que el gaucho de las pampas, co-
mo el charro de Nuevo México y el cow-boy de las praderas tejanas,
eran tipos sociales que correspondían sociológicamente a ciertas fa-
ses del desarrollo de una nueva sociedad ganadera y el repudiarlos
es renegar de los orígenes nacionales respectivos, cuando la gana-
dería extensiva ha sido su base inicial.
Precisamente por vivir estos tipos sociales en el margen de la ci-
vilización y de la ley, el «limes» americano, tenían que luchar con
indios salvajes, a los que fueron conquistando el terreno, que otros
pioneros, de fases sociales y económicas más adelantadas, iban lue-
go colonizando.
Esta vida azarosa, aventurera, de guerra y de caza, pues era más
deporte que profesión el menester del gaucho, hizo que estos hom-
bres templaran su ánimo para la vida dura y pudieran ser luego va-
lientes soldados como realistas o como insurgentes, como federales
o como «blandengues>> (lanceros de la Pampa).
El propio Sarmiento, que fue el campeón del progresismo, es,
sin embargo, el mejor pintor de algunos de estos magníficos tipos so-
ciales, nacionales de la entraña argentina: el gaucho, el baquiano, el
rastreador, el payador y el chacarero.
La sabiduría popular del gaucho, sus creencias, sus supersticio-
nes, sus romances y cantares, sus imágenes y sentencias, como su mú-
sica y sus danzas, a pesar de su ignorancia alfabética, valían cien ve-
ces más que la mentalidad amorfa y la moderna cultura sin perso-
nalidad del obrero o del empleado de una ciudad americana y
europea.
El gaucho también será el más aculturado por el folklore anda-
luz. Su propio ingenio lo enriquecerá con su literatura popular y
otras variantes camperas, recogidas por gran folklorista argentino
Alfonso Carrizo. Nace así la literatura gauchesca, inspirada en ese
personaje y en sus costumtbres cuya cumbre habrá de ser el Martín
Fierro de José Hernández, apreciado como gran poema de la hispa-
El gaucho y sus armas. Por Carlos Es de gran interés la opinión de un comisionado que en 1721 vi- nidad por don Miguel de Unamuno.
Moral. sitó la Banda Oriental, al decir «que aquellas campañas están llenas La literatura gauchesca había cornenzado previamente con Hi-
de peones vagabundos que viven a su antojo sin Dios, sin Rey y sin lario Ascasubir y Estanislao del Campo, con versos que exaltan el
Ley». Estas referencias, dice Coni, dejan bien pintado al gaucho universo rural y a su gente. En prosa la cima será alcanzada por
nómada. Don Segundo Sombra, de Ricardo Güiraldes. No se puede olvidar
autor del Lazarillo de ciegos caminantes nos describe también al Zogoibi de Enrique Larreta, ni las in1portantes obras de Eduar-
a fines del siglo XVIII a los gauchos como una especie de gitanos do Gutiérrez (Juan Moreira, Santos Vega) y de Benito Lynch (Los
del Tucumán. caranchos de La Florida, El inglés de los huesos), ni las magníficas
Al gaucho como personalidad histórica y social se le ha enjuicia- descripciones que presenta el Facundo, de Domingo Faustino Sar-
do desde dos puntos de vista distintos, casi antagónicos: como vaga-
miento, aunque no sea encuadrado dentro de la literatura gau-
bundo montado, como cuatrero y bandolero, rémora de la moderna
chesca.
civilización a la cual se contrapuso con excesivo desdén 1~ «civiliza-
ción del cuero»; le enjuiciaron historiadores, políticos progresistas y Este último autor nos describe -entre otros muchos- cuatro ti-
n1odernos sociólogos, o bien se ha considerado al gaucho como una pos característicos de gaucho: el baqueano, el rastreador, el paya-
figura nacional, romántica, poética, caballeresca, casi legendaria ... , dar y el gaucho malo. Como lancero, pelea por la causa de la inde-
pendencia argentina y luego, como federal, contra los unitarios al la- de jaripeo sin hablar del pastor montado ni de su régimen pastoril,
do del general Rosas, el gran gaucho que sometió definitivamente a así como tatnpoco de su intervención en la historia de su país. VACAS Y VAQUEROS
los indios rebeldes, pacificando la pampa. Por ser México el principal foco cultural prehispánico y el más
DE LAS VACAS
La lucha entre cbacareros y vaqueros de la Argentina, como la poblado, se produjo allí el más fecundo mestizaje de todo el conti-
que se encuentra en México entre haciendas y estancias, o en Espa- nente. Esa es la razón por la cual el charro mexicano fue sólo mes- Después de los caballos, se
ña entre los Hermanos del Concejo de la Mesta y los labradores ... ~ tizo de criollo e india. debe a las vacas el segundo lu-
es la eterna lucha de labranzas y pastorías, que tiene ya su signifi- Como en Nueva España hubo grandes hacendados de vida fas- gar, por cuanto son de no me-
nor utilidad que ellos. Es tan
cación simbólica en la fraterna rivalidad de Caín y Abel. tuosa, convirtieron algunas de las necesarias o no necesarias opera- común y general en toda la
Y a veremos más adelante las medidas que se toman por virreyes ciones de pastoreo montado en deporte, a cuyo conjunto se llamó América el ganado vacuno,
y gobernadores para ir armonizando esta lucha ancestral al repro- jaripeo. Consistía en lacear, colear y jinetear en suertes tan peligro- que no queda en esta parte in-
ferior a los caballos; antes se
ducirse en el suelo americano, cuando tratemos de los otros gana- sas como el salto de la muerte, al brincar el charro desde el caballo les aventaja mucho, porque
dos, sobre todo el vacuno y el lanar. que jmonta al toro o al caballo cerriL hasta en las tierras de riguro-
El traje de charro, adornado y enriquecido, se convirtió en traje sos y destemplados páramos,
donde no se crían caballos,
de fiesta o parada, para bailar las bellas danzas populares mexicanas. nace y multiplica grandemen-
EL CHARRO MEXICANO te, y así viene a ser el más ge-
neral que hay en todo el Nue-
vo Mundo y de que más abun-
Tiene su origen en el charro salmantino y es el de menor impor- dan todas las regiones dél, con
Los LLANEROS cuya carne se ha abastecido
tancia de estos cinco pastores montados, tanto etnológica como his- mucho toda la tierra, que an-
tóricamente. El libro de Carlos Rincón, El libro del charro mexica- El llanero venezolano es el pastor montado de la extensa sabana tes era muy falta deste alimen-
no, aunque documentado en otros detalles de la charrería, no toca to. En las provincias de tem-
que ocupa los llanos de aquella nación. Es mestizo de criollo e in- ple yunca, donde no se cría
ninguno de estos dos aspectos. Explica, comenta e ilustra el deporte dia, y n1ás reciente también de raza africana. Vaqueiros y llaneros ovejuno, no se pesa de ordi-
son los más mestizados antropológicamente. Sin embargo, de los cin- nario otra carne en los rastros
y carnicerías sino de vaca y
co tipos de pastoreos mencionados, el llanero es, después del gau- ternera; y tiene una propiedad
cho, el más aculturado. Por su ascendencia andaluza gusta de com- la carne de vaca en las dichas
poner versos, refranes, canciones y bailes. Aquí aparece el arpa co- tierras calientes, que en todos
tiempos es muy tierna. Delia
mo instrumento musical, sin que sepamos a ciencia cierta su origen, se hace gran cantidad para
pues la guitarra procede de España· y la maraca de África. matalotaje en las navegacio-
Todos los pastores montados tuvieron un arma de guerra. Utili- nes; y de la utilidad de sus
cueros no sólo goza esta
zaron la lanza, instrumento de unos tres metros de largo. Fueron pre- tierra, sino también España y
cisamente los lanceros venezolanos los que salieron de sus llanos pa- otros reinos de Europa, adon-
ra ayudar al general Páez en su guerra de Independencia, entrando de se llevan cada año muchos
navíos cargados desta mer-
así en la Historia. cancía. Los bueyes labran la
Se han inspirado en su heroica vida pastoril como tema noveles- . tierra y tiran de los carros; y
co, Rómulo Gallegos: Doña Bárbara y Cantaclaro, y Arturo Uslar hasta los indios, que tanto
miedo tuvieron al principio
Pietri, Las lanzas coloradas, entre otros. destos animales y de ]os caba-
llos, con el uso lo han ido per-
diendo y se van aficionando a
ellos, de manera que en mu-
EL VAQUEIRO O BOYADEIRO BRASILEÑO chas partes han dejado ya su
antiguo uso de tanta proliji-
Es el segundo tipo pastor montado de América. La gran ex- dad y trabajo de arar la tierra
tensión y variedad de las regiones geográficas del Brasil, así como a fuerza de brazos, y la aran
ya con bueyes y usan carretas,
la de sus habitantes, originan también diferentes tipos de vaqueiros: instrumento que no se cono-
los de Río Grande, los de la isla de Marajó, los de los sertones del ció antes en todas las Indias,
nordeste, en los que don1ina la catinga seca y espinosa. Es el de ma- porque nunca dieron los in-
dios en la invención de rue-
yor variedad racial, el más mestizado, pues tiene sangre portuguesa, das. Y aun se sirven destos
indígena, negra y muy recientemente llegan indios de las posesiones animales en ministerios que
asiáticas portuguesas con ganado vacuno cebú. U san el lazo y las bo- nunca vi yo en España hasta
Charro mexicano jineteando un toro. Figurita de cera del Museo Charro me--cicano coleando un toro. Figurita de cera del Museo de que vine a esta tierra; porque,
176 de América de Madrid. América de Madrid. leadoras, marcando el límite septentrional de la difusión de este ins- 177
trumento indígena. No sólo está menos aculturado en las dos cultu- estos rebaños; por todo lo cual fueron disminuyendo poco a poco, con ser increíble la cantidad
estando yo en la ciudad del
Cuzco, vi muchas veces por ras el vaqueiro que el gaucho pampeano, sino también peor alimen- lo que provocó ciertas medidas protectoras por parte de las autori- que dellas se gasta en todas
las calles y plazas llevar a los tado y peor vestido, sin tradición literaria activa ni pasiva. dades locales, como la de cazar, por concurso vecinal, los perros ci- las Indias; porque ricos y po-
indios cargas de leña para bres no se alumbran con otra
marrones; la de prohibir vaquear sin licencia del Cabildo; el contro- cosa; y es tan general el uso
vender, y los jumentos en que
las llevaban no eran otros que lar las matanzas autorizadas, y las salidas de corambres por el puer- déllas para este efecto, como
toros, de tan lindo talle y dis- to, etcétera. el del aceite en España; y has-
posición, que parecían habían ta los indios han entrado en el
De la lectura del folleto de Coni se desprende que la explota- uso de alumbrarse de noche
de ser bravos como unos leo-
nes; y a la verdad no eran si- VAQUERÍAS DEL ción de las vaquerías del Plata pasaron por diferentes fases: con velas de sebo; cosa que
no más domésticos y mansos Primera, de fines del siglo XVI a principios del siglo XVII en antes de la venida de los espa-
que unos borricos; que los in- ñoles, nunca conocieron, ni
Del documentado estudio de Emilio Coni, Historia de las va- que predomina el ganado doméstico sin que se planteen conflictos tuvieron más luz que la que
dios, con su extraña flema, los
amansan tanto como a estos. querías del Río de Plata (Buenos 1948), extract~mos este de propiedad pecuaria. les enviaba el cielO y la que les
Y en la misma ciudad del Segunda, durante todo el siglo XVII en que predomina el gana- daba el fuego que en sus ca-
Cuzco, hallándome yo en ella
apartado. La primet:a introducción de ganado vacuno en tlerras del sas encendían para calentarse
el año de 1610 en unas fiestas Paraguay debió hacerse en 1552 con siete vacas llev~das de San do cimarrón u orejano, que por ser procedente del de los viejos ga- y guisar de comer. tienen al
públicas que la ciudad hizo, cente, de la costa brasileña. La segunda, unos ctentos de reses, naderos «accioneros» o accionistas de esta riqueza mostrenca parti- presente tanta estima del uso
salió un indio a la plaza en un cipaban en las vaquerías en proporción a sus reses señaladas y de las candelas, que pregunta-
caballo ricamente aderezado a
la afectuó en 1568 Felipe de Cáceres, desde Santa de la Sierra, do una vez a un indio de mu-
dar una lanzada a un toro, la a donde habían llegado procedentes tierras peruanas, de este herradas. cha razón cuál le parecía la
cual dió con maravilloso brío rebaño salieron las vacas que poblaron todas regiones ambas Tercera, comprende el final del mismo siglo, pues al extenderse cosa de mayor utilidad para la
y destreza, con no poca admi- tanto este ganado cimarrón estima la Corona y, por ello los gober- vida humana de cuantas han
ración de todo el público, por Bandas del Plata. traído los españoles, respon-
ser cosa muy nueva para un Don Pedro de Mendoza no llevó vacas en su fracasada expedi- nadores, que, según la Recopilación de Leyes de Castilla, las cosas dió que el uso de las velas,
indio. De donde se ve cuán ción, pues por ser sólo. de conquista única~e~~e llevó caballos,. ~ero sin dueño son regalía real y es la Corona la que debe autorizar y co- porque con ellas alargan los
perdido tienen el miedo a es- brar los permisos de vaquear. Sin embargo, siguiendo el espíritu de hombre la vida, haciendo de
Juan de Garay, al por segunda deftnttlva vez Buenos Alres, la noche día. Es mercancía de
tos animales, lo que, cuando los privilegios del Concejo de la Mesta sobre ganados mostrencos y
entraron los españoles en la llevó de la Asunción un rebaño de no pequeña granjería el sebo
tierra, lo cobraron tan gran- do, que fue incrementado por nuevas mesteños, la Corona apenas hizo uso de su derecho. de vacas, el cual se trajina de
des, que en ninguna parte se Cuarta fase. Con1prende el final del siglo XVII y hasta 1718 en unas provincias a otras, así pa-
tenían por seguros delante dé- doba Tucumán. en ra hacer candelas como para
llos. Han entrado en el uso de ganado, haciéndose VHJLII.UI.Jl..Jl..'J.U.o
que se hace la última vaquería cimarrona. Las vacadas domésticas, la carena de los navíos.
comer esta carne con tanto En 1608 aparece primera a un particular para cue~· por razones apuntadas, también disminuyen. Las primeras vacas que se
gusto, que no hay fiestas para trujeron de España fue a la is-
rear ganado alzado, dada por los ganaderos Aires. Quinta fase, de 1718 a 1750. Sigue decayendo la ganadería do- la Española, en los principios
ellos como matarles una vaca
y convidados a ella. Final- El gobernador Hernandarias de en vista de los abusos méstica porque se saca ganado vivo para Mendoza, Paraguay y otras de su conquista, de adonde se
mente, sirve la vaca con todas que se cometían vaqueando o cuereando, confisca los desjarretade- provincias y por la invasión de los indios. fueron extendiendo por las
las partes de su cuerpo así a demás provincias de la Amé-
ras y gracias a su previsora se multiplican profusamente has- Aunque el estudio de Coni termina en 1750, puede seguirse la rica, como se iban pacifican-
indios como a españoles, en
todos los usos que en Europa, ta lejanas tierras las vacadas cimarronas. Los vecinos de Santa re- evolución de las vaquerías del Plata en la Historia de la Nación Ar- do. A este reino del Perú se
de los cuales careció siempre cogen en dos años, de 1619 a 1621, más 50.000 con gentina, de Levene. Se incrementa la ganadería doméstica, que ocu- trujeron primero a esta ciudad
esta tierra, pues hasta del cue- de Lima tres o cuatro años
que repoblaron sus estancias. pa los antiguos portizales de la cimarrona estimulada por el incre- después de su fundación. Por-
ro se hace cola, de que no he
hallado que hubiese antes al- Del Plata salen tropas de este ganado a invernar a Salta para mento del comercio de corambres y tasajos y por el aumento de las que el año de 1539, a 20 de ju-
gún uso entre los indios, ni sar luego a Potosí, donde hay, por las minas, un buen centro graserías. nio, presentó una petición an-
tampoco tenían para qué fue- te el Cabildo y teniente desta
consumo. Veamos, por fin, cómo se pobló de este ganado la Banda de los ciudad, Fernán Gutiérrez, re-
se menester.
Por la grande abundancia El ganado cimarrón procedente los ganados de Buenos Aires Charruas, la «Otra Banda o Banda Oriental» (actual República del gidor, pidiendo en ella que,
que hay de cueros deste gana- al extenderse tierra adentro llegó a confundirse con vaquerías de Uruguay). atento a que había traído va-
do vacuno, sirve en esta tierra cas para que se perpetuasen
no sólo en. todos los usos que
Córdoba y por esto pleitean las dos ciudades. El gobernador Hernandarias introdujo en 1611 el ganado vacu- en la tierra, le diesen un sitio
en España, sino en otros mu- Pleitean también los antiguos ganaderos o accioneros con la Co- no en la Banda Oriental y en 1617 hizo otra remesa del mismo ga- para una estancia en la Sierra
chos más, pues hasta sogas ha- rona sobre la propiedad de los ganados cimarrones. nado desde la Banda Occidental del Plata. de la Arena (dista seis leguas
cen dellos, espuertas, serones, de Lima), el cual le concedió
camas, petacas y otras mil co-
Se ha exagerado la cuantía y difusión de estos ganados, pues no En 1620 los jesuitas, que habían establecido otras misiones en el el teniente de gobierno Fran-
sas. La mayor parte del sebo, todas las tierras del de la Plata eran propicias a este pastoreo Alto Uruguay, fronteras de las del Paraguay, introdujeron por el cisco de Chaves. Y el mismo
así del ganado vacuno como del ganado silvestre por falta de aguadas naturales. otra parte, Norte este ganado. Estas aportaciones fueron el origen de las va- año pidieron otras personas
de los otros, se gasta en can- asientos para vacas en los tér-
delas para alumbrarse de no-
estas vacadas sufrían grandes tnortandades los años de sequía en que querías de la Banda Oriental, que se desarrollaron libremente du- minos desta ciudad, y decretó
che en las casas, y de día y de los pastos se agostaban y las aguas se sumían; por los perros cimarro- rante el siglo XVII sin ser explotadas por ser abundantes las de la el Cabildo que se diesen para
noche en las minas de plata y nes que atacaban los terneros y por los vaqueros que vaqueaban a otra Banda; pero al escasear éstas en el siglo XVIII, comenzaron los asiento de cada estancia diez
azogue; y valen baratísimas, solares, y que de una estancia
178 su albedrío matando más reses de las que naturalmente criaban
' j
vecinos de Buenos Aires, Santa Fé y Corrientes a vaquear al otro 179
a otra hubiese espacio de un
lado del Plata para evitar, además, las matanzas que hacían los por-
cuarto de legua, y que los pas- tugueses en las vaquerías de esta Banda, por no tener gente para
tos de unos asientos y otros vaquear. \
fuesen comunes. Estas vaquerías fueron muy inferiores en cantidad a las de Bue-
Por la gran copia que hay
de ganado vacuno en todas las nos Aires; las explotaron de 1710 a 1743 en que se extingue el ga-
Indias, es muy barato; don.de nado cimarrón y en esta fecha se introduce ganado doméstico de
más caro anda es en esta cm- Buenos Aires.
dad de Lima, y con todo eso
no cuesta ·un novillo más que En México disminuyen al final del siglo XVI las vaquerías; las
doce o catorce pesos; y por causas son debidas a los propios indios y a los perros cimarrones.
menudo se pesa en la carne-
cería a cinco reales la arroba
de carne de vaca. Donde más
barato vale en este reino del EL GANADO VACUNO EN ~iÉXICO
Perú es en las provincias del
Collao, adonde el valor de un
novillo no es más de cuatro Del tomo «Opúsculos varios Il», de don J. García Icazbalce-
pesos; que es lo mismo que si ta, México, 1895, tomamos algunas consideraciones.
se vendiera por ocho reales en
la Andalucía; y una ternera va- La gran cerca del valle de Toluca se mandó hacer para proteger
le dos pesos, que correspon- de los ganados a los cultivos.
den a cuatro reales en Espa- En el valle de Matalcuyo está Toluca en la cabecera, tiene el va-
ña. En otras muchas partes es
de balde la carne, porque los lle 15 leguas de largo y 3, 4 y 5 de ancho, con más de 60 estancias
señores de ganado, cuando de ganados en los que <<hay 150.000 cabezas de vacas y yeguas». Los
hacen corambre, no se apro- indios pidieron al virrey don Luis de Velasco en 1555 que sacara di-
vechan más que del cuero y
sebo de las vacas; y los vaque- cho ganado del valle porque recibían grandes daños en sus tierras y
ros y gente de servicio de las sen1enteras y haciendas y que no las osaban labrar, ni salir de sus
estancias, que de ordinario casas, porque los toros los corrían y mataban. «Los españoles y el
son negros, indios y mulatos y
algún español mayordomo, cabildo de la Iglesia le pedían que no se sacara el ganado, se mandó resto de la res, casi toda ella, una vez desollada quedaba abandona- Matadero de reses. Por Carlos
sacan de las reses las lenguas, se hiciese una cerca y dividiese las tierras de los indios de las de esas da para pasto de aves carniceras y de perros cimarrones. Enrique Pellegriní (ilustración del
lomos, tuétanos y lo demás siglo XIX).
estancias»; se hizo y tiene «más de diez leguas medidas por cordel>> En pueblos y ciudades se consumía el ganado vacuno de las de-
que han menester para sus
sustento, y la carne la dejan en y se tasó en 17.000 pesos de oro común. (Real Cédula 3 de junio de hesas próximas, y :si éste no bastaba, era conducido, en rodeo, de
los campos perdida para las 1555, dada en Valladolid.) otras dehesas más lejanas a alguna inmediata al poblado destinada
aves y fieras. En el reino de a mantener el ganado de abasto de las carnicerías, donde esperaba races, las cuales matan quien
Chile, porque no inficione el quiere, porque no tienen due-
aire, la queman y sirve de le- su turno para su sacrificio en el n1atadero. ño.
ña para secar el sebo. LA CARNE DE VACA, LAS TABLADAS YLOS SALADEROS La carne era baratísima, casi regalada, pues los n1endigos no pe- Para que vea que también
El modo que se tiene en dían de limlosna ni pan ni carne, sino ropas viejas, mate, tabaco o en nuestros tiempos se hallan
matar el ganado vacuno es aguardiente. Quizá no haya habido en el mundo ocasión ni lugar en en los animales brutos tan ra-
muy de ver y de gran recrea- Así como el cerdo se crió generalmente en pueblos y ciudades o ros ejemplos de agradecí-·
ción, porque salen los vaque- en sus aledaños, el ganado vacuno se crió, sobre todo, en los inmen- que fuese más abundante la carne como alimento de la población miento, como de algunos nos
ros en caballos ligeros con humana. dejaron escritos los antiguos,
unas astas largas en las manos, sos latifundios indianos. quiero referir aquí un caso
Y a bien entrado el siglo XVIII, primero en México y luego en
a modo de lanzas, que cada Y a se ha visto el desarrollo y la abundancia de este ganado, con que aconteció no ha muchos
una tiene un hierro bien afila- Buenos Aires, comenzó a organizarse la industria de la salazón de años en la provincia de Santa
cuya carne se alimentó toda la población de Atnércia; pues la del cer-
do de figura de media luna, carnes para conservar y aprovechar la que antes se desperdiciaba, pa- Cruz de la Sierra, en este rei-
que del oficio para que son to- do fue, por lo regular, más consumida por los blancos en las ciuda- ra lo cual se escogían los lomos y las piernas, que cortadas en trozos no del Perú, el cual pasó des-
man el nombre y se llaman de- des, aunque luego, al uso de Castilla, muchas familias de indios tu- convenientes eran secados y salados, y luego, en barriles, se enviaba ta manera. Un mancebo de
jarretadoras, y arrancando a vieron su lechón. nación indio de hasta diez y
toda fueria con sus caballos a otras partes de América, como a Brasil, a las Antillas y aun a la ocho a veinte años, sacando
tras el ganado, van dejarretan- Como la crianza de vacuno manso y la caza del cimarrón se ha- metrópoli. las vacas de su amo al pasto y
do cuantas reses alcanzan, cía, no por su carne sino por su cuero, los pastores montados que Comían en las praderas carne seca de bisonte, bien molida, mez- yendo tras ellas, vió en un pa-
dándoles con la dejarretadera mataban las reses en el campo no aprovechaban otra cosa para co- jonal una ternera recién muer-
en el corvejón, hasta derribar clada con harina de semillas o hierbas. En Buenos Aires llamaron a ta, y parándosela a mirar, un
el número que quieren, en lo mer allí que la lengua, los sesos, los solomillos y los «caracuces», co- estos comprimidos «pastillas de sustancia>>, y eran unas tortas de car- tigre que estaba comiendo y
cual están muy diestros. En al- mo llamaban a la médula de los grandes huesos, que asados al fue- ne de vaca seca, molida y mezclada con grasa seca también, con ha- por el ruido de las vacas se ha-
gunas provincias se han hecho go de yerbas o de huesos secos, eran cascados y abiertos, como lo bía escondido, saltó sobre él,
las vacas cimarronas y monta- rina de cereales y leguminosas y alguna especia o sazonador para y dándole una manotada en la
180 hacía el hombre del Paleolítico, para extraer y comer la médula. El darle gusto. 181
Pero fue la salazón de carnes, la preparación de tasajo, la indus- Herraje de ganado (ilustración
cabeza, lo derribó en tierra y siglo XIX).
se puso encima dél maltratán- tria que tomó gran in1portancia, pareja de la industria de las grase-
dolo; el mozo dió voces, las rías, aunque ésta no fue industria alimenticia sino de fabricación de
cuales, reconociendo las va-
cas, volvieron corriendo y cer- jabones y de velas de sebo.
caron al tigre a la redonda; y
un toro arremetió a él, y dán-
dole una cornada, le echó de
allí. El vaquero, mal herido, se
volvió al pueblo, donde, cura- PRECIOS DEL GANADO
do, sanó; porque el golpe que
le dió el tigre no le cogió de
lleno, que si lo cogiera, le des- Los precios del ganado bajaron tanto que un novillo no valía más
pedazara la cabeza. Cuando el que dos o tres pesos y al no ser re1nuneradora su explotación sino
indio contaba este caso, solía en gran escala, con vaqueros esclavos negros y grandes estancias, de-
decir que, reconociendo las
vacas la voz de su pastor, lo saparecieron los pequeños ganaderos.
habían socorrido y librado de Hubo grandes hacendados con varias e inmensas estancias con
la muerte, que ya tenía traga- cientos de nüles de animales.
da, viéndose en las garras de
la fiera. ' Según la carta del Obispo de Puebla de los Ángeles, el Venera-
Bernabé Cobo
ble Palafox, al Papa, los jesuitas tenían en Nueva España más de tres-
Historia del Nuevo Mundo cientas mil cabezas de ganado lanar.
De la abundancia del ganado vacuno cimarrón en la pampa del
Plata nos da idea el número de cueros exportados algunos años en
los siglos XVII y XVIII, que fue la época de mayor abundancia en ganado vacuno y al m.enor se le hace además otra marca suplemen-
la época colonial; pues ahora a los cien años de la introducción del taria, que consiste en un corte en una de las dos orejas; un corte es-
alambrado de los campos y de la intensiva explotación ganadera, es pecial para cada propietario, que es lo que se llama señal, la cual vie-
muchísimo mayor y muchísimo más selecta la población pecuaria del ne a confirmar la marca y a suplirla cuando, por cualquier causa, el
Plata. hierro o marca no ha formado cicatriz en la piel de la res, no ha si-
Decía en 1550 el primer Virrey don Antonio de Mendoza a su do bien marcada o se le ha caído la lana o el pelo de la marca.
sucesor (79): «Que vuestra Señoría sepa que si se autorizan los gran- En el pastoreo extensivo, es decir, el que se hace en regiones des-
des rebaños se destruye a los indios». pobladas con poca vigilancia de pastores, son más· necesarias •estas
marcas y señales porque los ganados se pierden, se alejan o se mez-
clan con los de otros ganaderos; por esta razón en los Cuadernos de
Privilegios y ordenes del Concejo de la Mesta se establece la obli-
gación de todos los ganaderos, sean o no hermanos de este Conce-
GANADOS HERRADOS: HIERROS Y SEÑALES
jo, de marcar y señalar sus ganados, castigándose con ciertas penas
esta negligencia; y en reglamentación ganadera de las vaquerías del
En toda ganadería, y en la extensiva con mayor razón, se hierran Plata se establece tatnbién esta obligación de herrar y de señalar los
los ganados; es decir, se les marca con un signo hecho con varilla ganados, y hasta se manda hacer en ciertas localidades registros de
de hierro de dimensiones variables, de diez a veinte centímetros, su- marcas y señales con el fin de conocer fácilmente las reses que per-
jeto a un mango de madera de cuarenta o sesenta, aplicándolo a la tenecen a cada ganadero.
res bien en seco, estando reciente la marca, que se calienta en un El término pastoril castellano de ganado orejano, que significaba
buen brasero, o untada de pez: el ganado mayor en un anca y al me- el ganado sin hierro ni señal, era un ganado de nadie, mostrenco. El
nor en un lado del vientre. Este signo, que suele ser una letra, un ténnino orejano viene de orejisano; es decir, de oreja sin cortar, por-
esquemático anagrama o un sencillo símbolo, es la marca, que indi- que, como se ha dicho, la señal pecuaria se hacía con un corte es-
ca a qué propietario pertenece la res que la lleva. Pero además al pecial para cada ganadero, que se hacía en una o en las dos orejas
de la res.
En la ganadería peninsular era raro el ganado orejano; era más
(79) La Corona estableció el primer Virreinato de Nueva España en 1535, sien-
frecuente encontrarlo entre el ganado vacuno cerril o los ganados
do nombrado para desempeñar el cargo don Antonio de Mendoza. Se caracterizó
su gobierno por el fomento de la ganadería, se amplió la tierra cultivada y el nú- trashumantes.
mero de estancias. Se desarrollaron los obrajes de lana. Bajo su mandato tuvo gran Los hierros de las ganaderías famosas ·eran bien conocidos y hoy
182 importancia el desenvolvimiento de la minería, en especial en Zacatecas. son utilizadas estas marcas, por su indudable belleza y expresividad, 183
Hacienda de Cumaral. (América como motivo decorativo en la arquitectura campera de España v de Es decir, que las ideas más antiespañolas, las ideas indigenistas, Hacienda de la Vanguardia (América
Pintoresca, Barcelona, 1884). América. ., apoyaban su política social en la tradición colonial hispánica. Pintoresca, Barcelona, 1884).
Tan usual es en el lenguaje ganadero la expresión marca, hierro Durante el siglo XIX la situación del indígena fue lamentable,
o señal, que ha pasado al romancero, al refranero y a los modismos aún más que bajo la dominación española. Sabemos que las Leyes
del lenguaje popular. de In~ias en sus dictados más perfeccionistas del indio dejaron de
Y don Miguel de Unamuno, que incorporó a la lengua literaria cumplirse con gran frecuencia; sin embargo, existían instituciones re-
y a la popular tantas bellas y expresivas palabras camperas, solía de- ligiosas y jurídicas que lo defendían contra los abusos de encomen-
cir para indicar su independencia política, sin partido ni filiación al- deros y colonizadores, protección que desapareció encontrándose in-
guna, que él vivía «como el becerro orejano>.>; es decir, en libertad, defensa contra los caciques y hacendados, hasta que la legislación so-
cial de últimos del siglo XIX y sobre todo del XX ha sido más efi-
sin hierro ni señal política alguna.
caz en sus propósitos.
Los nombres de ingenio de azúcar y beneficio de café, así como
obraje de añil, con que son denonlinadas las industrias que produ-
LAS HACIENDAS cen, explotan y transforman estos productos, están tomados de la no-
menclatura minera los dos primeros, y de la textil, la última.
Uno de los orígenes de las «Haciendas» americanas es el repar- Las Juntas de Comunidad eran una especie de pósitos que pro-
timiento o la ocupación de los valdíos o «egidas» comunales, que porcionaban adelantos, préstamos de simiente, auxilios, etcétera, a
desmontados y roturados dieron lugar a fincas de labor. las comunidades de indios. No sólo fueron corrientes en las misio-
Las fincas repartidas, cuando se hicieron a favor de vecinos~ sin nes sino también en las comunidades de indios.
La explotación del indio en tiempos independentistas fue intensi-
prohibición de venta, refluyen enseguida a las manos más podero-
va. El patrón, el hacendado, tenía comercio, tienda de todo, comesti-
sas, constituyendo nuevos latifundios, como sucedió en España con bles, vestidos ... , y pagaba en fichas equivalentes a moneda que sólo va-
los repartimientos de propios. lía en su comercio. El patrón explotaba al indio en la paga y además
Otras veces fueron meras ocupaciones, desmontes y roturaciones en el comercio, con adelantos y deudas, quedando de hecho es-
arbitrarias. clavizado.
La política de reconstitución de los egidas vecinales en México Del Código rural y Valentín Alsina, escrito por Ricardo Levene,
fue llevada a cabo por partidos políticos que se apoyaban en una tra- entresacamos uno de los párrafos más significativos sobre las
184 dición hispánica. haciendas. 185
la n'l.nnn'JI hombres era dueño de canl- productos sostenían los colegios. Reducciones, después en-
piña de ,._,U
JL.J .......... Jl .... (1793-1877) llegó a poseer al dilatado señar a los indios fe, se les enseñaban técnicas agrícolas y artes
dominio antecedente que contribuye a el po- mecánicas.
der 8'!C~~::!t.S'!'! ....... ...,,...,_._....,.........'-' por él (80). Alrededor de los grandes pro- Había en las Misiones depósitos centrales de herramientas, se-
pietarios no . . ._. . '"'--'-""'"' "'"' de pobres». Por entonces había millas, ropas, armas, como en las de Juli, en el cerca Puno,
veintidós más de dos mil cabezas de para las Misiones de los Mojos; otra en Asunción para los de
ganado mayor. Paraguay.
Ferrer, tomo tomamos unas notas sobre las
''"'""-.-.,-~"'" de
Los jesuitas tuvieron la simpatía de los indígenas y juntamente
con los franciscanos fueron los únicos que encontraron gracia ante
«Cuando estas como por los
los ojos de un mestero español, como Guzmán Poma de Ayala dice
cabildos) tenían los cerdos, los llama-
en su Nueva crónica y buen Gobierno del Perú.
sitios o IJA¡;;;.,,... ..,_..,_ nombrando. Si eran

para """"'''..-""''"""~ no1nbrabánlas hacien-


Los más grandes agricultores y ganaderos de Nueva España
das o cual estos terrenos los de- ron sin duda alguna los jesuitas, sus fincas las mejor explotadas y ad-
dicaban a algún plantas . . . . . . . JL ........"'_ ........., ....... u peculiares aquel ministradas y las n1ás florecientes del Virreinato ya desde 1572, año
clima, non1brabanlos como hoy estancias. en que llegan los primeros jusuitas a Nueva España. Siguiendo los
El sistema métrico agrario era el sel viejo de la antigua legisla- consejos de un potentísimo hacendado, Alonso de Villaseca, los je-
ción foral vasca, era cierto ideal entre los partícipes en suitas adquirieron «haciendas de campo a medio hacer» porque con
cuyo centro se situaba el piedra cenizal del hogar un poco de gasto las ponían en explotación.
pastoril y como la pastoría fue de la propiedad La Compañía de Jesús buscaba en estas explotaciones un rendi-
cubana ... , luego el centro es el bra- miento económico con el que atender a sus grandes colegios, como
IYYlfl'¡fltn'·no a coto redondo. los de San Pedro y San Pablo, en México, y las misiones de Sonora,
de este coto redondo Sinaloa, Nuevo l\1éxico y California.
y una legua a o sztws. Son sus reglas orden técnico, muy minuciosas sobre la mane-
..,..._..,JVU-"-'-'-'- y en cordeles o caballerías de ra de dirigir la explotación de las haciendas rurales: los cultivos de
así también se estableció //cereales, los ingenios azucareros, los obrajes de telares de lana y es-
hectáreas francesas con pecialmente los rebaños de vacas y ovejas, los molinos de agua, et-
cétera. Un cuidado especial se dedica a la contabilidad.
Eran granjerías modelo en las que no sólo era ejemplar enton-
ces el modo de llevar la explotación técnica, sino también el modo
DE RELIGIOSOS de tratar a los obreros de la hacienda.
La hacienda de Santa Lucía fue la más importante de todas las
religiosos provenían bien limosnas Indias del Norte. 60.000 cabezas de ganado lanar.
adquiridas concesión o compra. Con sus El Padre Odón, Provincial de México, dio una Ordenanza para
la buena marcha de los molinos de azúcar del Colegio Máximo, pe-
ro es la «Instrucción que han de guardar los hermanos administrado-
(80) Juan Manuel de Rosas fue un militar y político argentino. Por su trabajo res de haciendas del campo» la que resume toda la experiencia y co-
se convirtió en gran propietario de la Pampa, llegando incluso a monopolizar la ex- nocimiento de los jesuitas durante los años de explotación de fincas
portación de productos pecuarios. Organizó en su estancia un ejército personal pa- en Nueva España. Sólo los franciscanos no poseyeron tierras. En el
ra combatir a los indios en el que admitió a gauchos y campesinos, pero también siglo XVIII sólo las necesarias para el sostenimiento en las peque-
a malhechores a los que protegió de la justicia.
Tras la independencia de Argentina, la nueva República se vio envuelta en una ñas misiones (California), y algunas labores y ganados en las provin-
larga y cruenta guerra civil entre los dos partidos, unitarios y federales. Rosas, des- cias lejanas.
de 1828 tomó parte activa en la política, convirtiéndose en un dictador hasta febre- Los dorninicos tuvieron el gran ingenio Cuantlo··Acuilpes. Los
ro de 1852, en que las tropas de Urquiza derrotaron a las de Rosas en la batalla agustinos tuvieron más haciendas para construir grandes templos, re-
de Caseros.
(81) La palabra fanega procede de la árabe faniga, saco grande. Varía su ca- tablos, y sus misiones, sobre todo en Michoacán. La hacienda de San
pacidad según las comunidades españolas, variando, incluso, entre zonas de una Nicolás tenía 400 bueyes de trabajo, 150 mulas, producía 10.000 fa-
misma comunidad. Lo mismo ocurre con la fanega de tierra, medida agraria de su- negas de trigo (5.500 hectolitros) y una renta neta de 6.000 pesos,
perficie que se emplea en la Península Ibérica y Canarias. para la cual tenía 150 indios de ración.
Iglesia de San Francisco en Cali Como hemos dicho, los jesuitas tuvieron las más ricas hacien-
(Cauca). América Pintoresca
(Barcelona, 1884). das, las mejor cultivadas y las más florecientes del Virreinato.
En las célebres polémicas que tuvo el Obispo de Puebla don
Juan de Palafox y Mendoza con los jesuitas, aquél escribió al Papa
una carta, en 1649, en la que reprochaba a la Compañía que para
sostener solo dos colegios tuviese 300.000 cabezas de ganado la-
nar, sin contar el ganado mayor; seis grandes ingenios de azúcar,
haciendas de cuatro y ,~eis leguas de anchas, talleres~~ almacenes,
mataderos y carnicerías comerciando además, con China y Fili-
pinas.
El autor omite, dice Chevalier, que los jesuitas llevaban una vi-
da sencilla y que los colegios que sostenían daban una enseñanza
gratuita muy superior a la que daban las otras órdenes.
Mientras en algunas de estas órdenes había divisiones a fondo
entre criollos y españoles en las que llegaron a hacer uso de las ar-
mas, la Compañía de Jesús permaneció unida.

BREVE HISTORIA DEL CURTIDO EN ÁMÉRICA

Los indios americanos, con su proverbial habilidad normal y su


extraordinaria meticulosidad, asimilaron rápidamente la técnica es-
pañola del laboreo artístico de las pieles, imprimiéndole en los di-
bujos y hasta en la preferencia de sus técnicas un sello especial
que cualifica y distingue este arte en América.
Como era natural, donde primero se refleja este arte es en los
objetos de más uso de los pastores de vacas y caballos, en los jae-
ces de sus rocinas y en el vestuario y arnés pastoril.
No se limitan, gauchos, llaneros y charros, a labrar primorosa-
mente el cuero, sino que lo adornan con herrajes de plata (valga
la paradójica expresión) cincelada~ repujada o fundida, lo que da
lugar a todo un arte, mitad del cuero, mitad de platería, caracterís-
tico, con piezas preciosas.
La base de la industria del curtido es la industria ganadera; por
eso, hasta que los españoles no llevaron a América nuestros gana-
dos apenas usaron los curtidos los indígenas de aquel Continente.
La ganadería tan sólo fue practicada en las sierras y mesetas
andinas que hoy forman parte del Perú y de Bolivia, pastoreando
dos clases de camélidos: la llama y la alpaca. En el resto del Con-
tinente no se conoció esta forma de vida.
El Padre José Acosta, en su notable «Histmia Natural y Moral
de las Indias», nos dice que «estos carneros o llamas son de dos
especies: unos son pacos o carneros lanados» (alpacas), «otros son
rasos y de poca lana y son mejores para carga» (lla1nas).
«Ninguna cosa tiene el Perú de mayor ventaja y riqueza -si-
gue diciendo el Padre Acosta- que el ganado de la tierra ... , por-
Iglesia del Convento de Santo
Domingo en Ibangué (Colombia). que es el animal de mayor provecho y de menor gasto de cuantos
188 América Pintoresca, 1884. se conocen. De este ganado sacan comida y vestido, como en 189
y sacan además el trajín y acarreo de La poca carne que comían se la principalmente
les sirve de traer y llevar sus cargas.» la caza, y la caza fue también la proveyó de las pieles, que
menester en gastar en herraje, ni en secaban y adobaban a curtir. Los mate-
sillas o .........,,. . ~-''-''"''""' en cebada... manera que les prove- riales de construcción, mercancías y hasta
yó nrrT~~<.>rn·tu.• en un mismo animal.» «La lana chos hombres, por los «tamenes», como ................. . ,.._.._._Jl.Jl
labran los que se visten.» «De la carne de aún en México a los cargadores.
este ganado ,,..,.,,, . ."-'" o cecina, les dura largo tiempo y La caza mayor la ..,V....IJ.._._,.~_. ... los tigres, los
,_Jl.J. antas y
se gasta con ,.,..,.,r>a-•.., ........................ , usan m<madas de estos carneros los bisontes.
éstas, trescientos o En las llanuras y en las tierras de Nuevo
coca, maíz, chuño abundaban sobremanera «cíbolas» o «toros mexicanos», o «va-
.~ . .......,JL..., ...........
,A ...... , y lo mejor de ella que es nuestros cronistas a los ""'"'",., . . ""'"
JLJL ••U.Jl.llU.J,V.ll.ll

al camino de Potosí- a de ellos vivían las praderas, que los y con


otro tiempo salían fueron desapareciendo, ambos como muestras
barras zoológicas o etnográficas en las reservas los EE. UU.
llegaron
como en el tan sólo a secarlas, y
las, decorándolas luego con adornos y pinturas y em-
pleándolas en usos; otras veces
cuenta el en su de una
alzada dentro del lago de Tezcoco: «la desollaron y adobaron el
pellejo el la cabeza,

el

cabezada, ni rienda,
. . , ..................~~ para su liviana carga. En
a de haber tenido, como
Perú, notables no practicaron la Tan sólo
llegaron a domesticar algunas gallináceas y unos perros que no
draban, los no en ganadera.

(82) El carácter agrario que mantuvieron las sociedades andinas marca la


pauta del sistema en el que se sustentó la economía del Tahuantinsuyu. El de-
sarrollo de la agricultura en todos los niveles ecológicos y el control de los recur-
sos ganaderos fueron los objetivos que impulsaron esa economía. La disponibili- mo
dad de una mano de obra numerosa y bien organizada, gracias al sistema deci-
mal, y de vastas tierras de cultivo, pastos y bosques, además del control del agua,
hicieron posible la seguridad económica del Imperio. Hans Horkhheimer en su li-
bro Alimentos en el Perú prehispánico_, Universidad Mayor de San Marcos, Lima,
1973, recoge una minuciosa y detallada descripción de todas las plantas alimenti~
cias aprovechadas en el área andina.
La explotación pecuaria deja de ser caza para convertirse en De cuero eran los odres para el aceite y el vino, al uso medi-
industria, con selecciones y cruzamientos, a] dominar o expulsar de terráneo, y también se empleaban en lugar de sacos para el trans-
las praderas a los indios, al disminuir o desaparecer las luchas civi- porte por mar y por tierra del trigo y del cacao; con zurrones de
les, sobre todo al entrar el a]ambre espinoso para dividir las fincas cuero se retobaban (83) los cajones de quina, las vasijas de azogue
y sujetar al ganado; al funcionar los ferrocarriles, que podían y las barras de plata de las remesas, y aún hoy en México las vasi-
transportar pieles y carnes, y, sobre todo, en este siglo, con la im- jas de fermentación alcoholera del «pulque>> son cueros de ganado
plantación de los vagones, depósitos y barcos frigoríricos para vacuno burdamente curtidas y con el pelo en contacto con el
transportar la carne congelada a Europa. líquido.
Los españoles enseñaron además a curtir las pieles a los pue- Con cuero dorado y estampado se hacían los pabellones o do-
blos .americanos y allí encontramos un árbol, el «quebracho», cuya seles para los estrados y las camas señoriales, y se cubrían los mu-
madera, riquísima en tanino, supera a la cáscara de la encina aquí ros de las habitaciones de recibir de las casas señoriales de cuero
usada, y se comenzó la explotación, sobre todo en el Chaco argen- pintado se hacían altares o se forraban los bultos de madera de las
tino, de este durísimo árbol silvestre, que hoy se ha convertido en imágenes ... , siguiendo la tradición artesana española, de origen
el curtiente universal empleado por todo el mundo. musulmán, de los famosos guadamecíes.

«LA CIVILIZACIÓN DEL CUERO» COMERCIO DEL CUERO

«Civilización del cuero>> llamó el gran polígrafo argentino Hasta la época en que se dictaron los reglan1entos del comer-
don F. Sarmiento, en su famosa novela Facundo, a la civilización cio libre (1778) la exportación anual de cueros se calculaba en
del gaucho, aplicable también a la de todos los pueblos eminente- ciento cincuenta mil. A partir de esa fecha subió rápidamente has-
mente ganaderos. ta ochocientos mil y después de la paz de Versalles (1783) se ex-
El cuero fue, en ciertas épocas de su evolución económica, la portaban anualmente un millón cuatrocientos mil cueros. Aparte
principal y casi única mercancía de exportación de las mesas de de este número de cueros de toro, novillos y vacas es necesario
Nueva España:. de las sabanas de Venezuela y de las praderas del admitir las grandes cantidades del comercio clandestino y lo que
Plata; y como era tan abundante se aprovechaba para múltiples se gastaba en el país.
usos, además de los corrientes en zapatería y talabardería; su uso Azara, con gran visión profética, creía que las minas y mone-
se extendió a las más diversas aplicaciones: con cueros se techaban das de ambas Américas no llegaban a la mitad de lo que podía
las chozas y cuadras, se cubrían carretas y coches, se hadan camas, producir la ganadería.
vasijas, bancos, espuertas, serones, petacas; de tiras de cuero de Las tiendas donde vivían los pastores, traje, calzado, arneses,
vaca se hacían huascas, que eran las tiras para la reata o lazo y los camas, vasos, arcas y baúles, alforjas, imágenes religiosas de made-
tirantes de las boleadoras de los gauchos. ra retobadas de cuero y pintadas, faldas de las carretas, bancos, ar-
En el Paraguay usaban grandes serones o bolsas de cuero, que quetas, serones, etcétera, todo estaba confeccionado con cuero.
una vez llenas de mies bien apretada, eran arrastradas por caballos
o vacas desde los campos donde había sido segada hasta la era,
donde se trillaba. LAS ESTANCIAS
También usaban estas bolsas para guardar el trigo, después de
limpio y cernido, cosiendo bien los bordes y untando las costuras La división de las grandes propiedades territoriales y con ella
con estiércol fresco de vaca para evitar que entraran insectos; y la de sus rebaños originó la delimitación, siquiera fuera por mojo-
aún tenían otra manera de guardar el trigo y el maíz más original: nes visibles, de las estancias; la extinción del ganado cimarrón por
muerto el buey y después de cortada la cabeza, le abrían una aber- las abusivas vaquerías y el aumento de valor del ganado por el me-
tura a lo largo del lomo, desollándolo hacia abajo, conservando só- jor aprovechamiento de sus productos estimuló a los ganaderos
lo las pezuñas; lavaban y limpiaban bien la piel volviéndola a su para arbitrar una serie de recursos con el fin de evitar que se alza-
estado natural, rellenando de grano el espacio que antes ocupó la ran sus reses y se n1ezclaran con las de las estancias vecinas.
carne y el esqueleto del buey. Después de bien apisonado, se tapa-
ba el lomo con otro cuero y se cosía como en el caso anterior, (83) Es una palabra de escaso uso en España, no así en Hispanoamérica. En
apoyando sobre estacas unas pieles con otras, de modo que más Argentina y Chile se utiliza con el sentido de forrar o recubrir algo con cuero.
192 que granero parecía un cercado de bueyes descabezados. Retobada se utiliza también en esos países como persona reservada, cauta. 193
Las Estancias. Escena gauchesca. América una verdadera revolución, primero ganadera y luego agrí-
Tentadero en la Estancia. cola.
Ya se ha visto en capítulos anteriores cómo la falta de cerramien-
tos por carencia de piedras y de maderas obligó a un especial régi-
men pastoril casi sin pastores: el rodeo, fundado en la querencia de
los ganados, que reforzaba con frecuentes movimientos y recuentos
del ganado, su aquerenciamiento a su estancia o finca en la que se
criaba; y cómo por falta de estas cercas, por diversas causas -por
carencia de pastores, por sequías, por «estampidas» etcétera-, se al-
zaron muchos de estos ganados mansos y alejándose de sus rodeos
se hicieron cimarrones.
Tan sólo en algunas estancias rodeadas de agua por varias par-
tes y por monte o peñas por otras, pudo conservarse el ganado co-
mo en una estancia cercada; a estas fincas de cerramiento natural
se las llamó «rincones», por lo que algunas de ellas llevaron y aún
llevan sus expresivas denominaciones de Rincón, como Rincón de
Gila (Badajoz), Rincón de Noario y Rincón de Viezma (Argentina),
Rincón (Nuevo México).
Esta ganadería extensiva originó las formas de vida típicas del
primero de estos recurso~ fue el ~ás viejo y tradici?nal d.e pastoreo montado en América, que impidió, por una parte, la me-
herrar y de señalar las teses -hierro y senal- que hemos visto uti- jora de las ganaderías y, por otra, el cultivo agrícola en tierras muy
lizar en todos los tiempos la ganadería amencana. _ propicias para ello por la proximidad de los ganados sin pastores.
El segundo recurso fue el de el ga.nado co?. senue- también se ha visto en capítulos anteriores cómo la gran ex-
los_; es decir, con ganado manso y aquere~c1a~o, que al.fiJarse al tensión de los pastizales, la gran escasez de población de pastores,
terreno evitaba que el cerril o chúcaro,. por Instinto gregano, se ale- la falta de cerramientos por carencia de piedras, de madera y de ma-
jase de los señuelos. . no de obra, y otras causas, originaron el sisterna de pastoreo exten-
El tercero consistía en aquerenciar el ganado a la f~nca, ya- sivo, las formas de vida deí pastoreo montado, el cimarroneo, las va-
ra lo cual de cuando en cuando, según el personal que dispusiese querías... , obligando a los ganaderos a explotar sus rebaños, conte-
el ganadero, los reunían en un lugar cén!rico de esta~cia, o por niéndolos en sus fincas sin cerramientos, contrarrestando sus im-
medio de los pastores a que recogian el g~nado disperso por pulsos de alzamiento con un régimen pastoril muy primitivo, pero
ello, ayudados por los señuelos o cabest~o.s, reuniendo todo el reba- el único eficaz en aquellos inmensos y abiertos pastizales: el rodeo,
ño en este paraje, que había de s~r codicioso para ~as reses por sus que, como se ha visto, consistía en contrarrestar los impulsos mi-
pastos o por sus aguas, y si el ganadero podta, d~ba la ce_ba- gratorios y errabundos del ganado; es decir, la fuerza centrífuga de
da o algún pienso barato o con algo de sal para aquerenciado meJor. unos instintos reforzando otros instintos del ganado de tendencia
Un cuarto recurso fue utilizado por algunos ganaderos para este centrípeta por medio del rodeo, reforzando su querencia, recogién-
fin en estancias que se prestasen para ello, que fue el cercar de ra- dolo y juntándolo, de vez en vez, según las condiciones de las fin-
mas o cardos las lindes más peligrosas la finca, o la de cavar ~an: cas, llevándolos a sitios querenciosos, para curar las reses heridas
jas en estos linderos; pero el~ n;tedio más . y el que revoluciono y enfermas, para darles sal en ocasiones y así reforzar aque-
el régimen ganadero en Amenca fue el qutnto recurso. renciamiento.
Este quinto recurso fue la cerca de alambre. Con la cerca de alambres de las fincas ya no hubo necesidad de
estos rodeos, aunque se hicieran para otros fines -recuentos, cu-
ras, apartados, etcétera-, pues ya no podían escapar, y con estos
LA REVOLUCIÓN DEL ALAMBRE cerramientos se transforma, mejor dicho, se revoluciona, el régimen
pastoril de América.
El descubrimiento industrial que acontece en Inglaterra, la fa- Aunque ya casi había desaparecido el ganado cimarrón y el al-
bricación en grandes cantidades del alambre aplicado a, cer~amien­ zado, aun en las estancias sin cercar la vida del pastor montado cam-
tos de fincas, comienza a usarse en Europa poco despues, sin gran- bia totalmente. Es menos deportiva, menos aventurera, menos pin-
des cambios,' en las explotaciones agrícolas y ganaderas y origina en toresca, pero eficaz, más racional, más progresiva. 195
194
Con las cercas de alambre hay posibilidad de mejorar y de selec-
ALAMBRE DE A~ER~ INVENLIBLE DEL
cionar las ganaderías, se pueden hacer apartados de equinos y va-
cunos para la selección y cruzatnientos, para mejorar su alimenta-
ción y vigilar su crianza. Comienzan a importarse reproductores eu-
ropeos, principalmente de Inglaterra.
Al ganado cerril y al cimarrón lo hostigaban en el campo los pas-
tores montados hacia unos corrales circulares hechos con fuertes es-
tacas, con una en forma de embudo, amplio y largo que se estrecha-
ba hasta la puerta del corral donde entraba la tropa de caballos y
una vez dentro del rodeo cogían los pastores a lazo los potros que
querían domar soltando las demás reses.
El potro cerril era tumbado y trabado, le encinchaban y encabe-
zaban para que el destrabador o domador una vez destrabado lo
montara, se pudiera sujetar y él lo pudiera dominar y así a fuerza
En 1875 un estanciero criollo, D. Miguel A. Lima, inventa este aparato para man-
tener tensos los hilos de un alambrado. Esta especie de torniquete, al que deno- de castigo lo humillaba y con caricias lo domaba.
mina La Criolla, se aplicaba individualmente a cada alambre, que se mantenían se- El alambre sustituyó a las zanjas que circundaban las heredades,
parados con duelas de bordelesas, en lugar de varillas. El aparato constaba de un
largo tornillo que pasaba a través de un agujero practicado en el poste; en su ex- e incluso a los arbustos espinosos protectores de las propiedades.
Es :oo.ej or tremo libre, giratorio, se ataba el alambre, que luego era estirado al hacer correr Las zanjas evitaban el paso de los vacunos, animales más salvajes
Dura :oo.aa dicho tomillo sobre una tuerca especial mediante el movimiento impreso con una
Es :oo.as barato manivela que aquel poseía en el otro extremo. (Cf. ~<Anales de Agricultura», Bue- que los caballos, asnos o mulas.
FUERZA-DURACION·ECONOMIA nos Aires, 1 de marzo de 1876.) Al llegar el alambre espinoso libró al «zanjeador>> de su duro tra-
L. GRÉGO:IRE y C 1.'!' bajo, oficio rural, hecho a menudo por emigrantes irlandeses en
EXCLUSII'OS l!iTROl!UCfOI\ES
(!NtCO OCP081TO ltN BUE:NOIO A1Rit6
El alambre. tierras argentinas y que fue sustituido por el oficio de «alabrador>>,
235-CA!.LE CORRlENTES-235 De la «Historia del alambrado en Argentina»,
L. D. i·'OI\Gt:ES
por N oel H !barra.
generalmente hecho por vascos, a veces incluso por criollos, puesto
R•prG6GIUAJl~
dtl Cuujof ...
que un gaucho porteño prefería las labores «a caballo» y desdeñaba
las de <<a pie>>.
Según el escritor argentino Noel H. lb arra, en su libro Historia
del alambrado en Argentina y en el VI capítulo de su obra, titulado
- \
<<El primer alambrado>>, nos dice que Mr. Richard B. Newton, súb-
dito británico, en 1845 trajo de Inglaterra la novedad del alambre
espinoso de un dedo de grueso con el fin de cercar su hacienda «San-
ta María>>.
El año 1855 es el año del alambre, ya que por primera vez figu-
ró como artículo de importación en los anales del comercio ar-
gentino.
Este régimen colonial de ganadería extensiva duró en América
Joseph F. Glidden, November 24, 1874, Illinois hasta últimos del siglo y fue la introducción del alambre espi-
noso, que cerró los can1pos, el primer paso para la transformación
de este pastoreo heroico en la explotación racional, selectiva e in-
tensiva que ha llegado a ser la ganadería americana.

Los FRIGORÍFicos

La necesidad de exportar carne en fresco obligó a convocar su-


Jacob Haish, August 31, 1875, Illinois cesivos concursos en los años 1868 y 1872 sin resultado eficaz, a pe-
sar de la concurrencia de concursantes.
Los dos primeros modelos prácticos de alambre de púas. Pero el invento del ingeniero francés Carlos Tellier hace que se
196 solucione tan importante problema. 197
Se construyó un vapor, <.<La Frigorifique», que salió del puerto
de Ruán el día 20-IX-1876 con reses vacunas, ovinas y de cerda san-
gradas y 50 gallinas muertas con su pluma, y el vapor llegó a Bue-
nos Aires el 25 de diciembre con éxito, a pesar de algunos grandes
contratiempos (84).
De regreso cargó 17.539 kg. de carne vacuna y 3.500 de ovina de
la Sociedad H.ural Argentina. Parte de Buenos Aires a finales de ma-
yo de 1877 y llega al puerto francés de Ruán el 14 de agosto.
Fue un gran acontecimiento este hecho del transporte y a pesar
de algunas deficiencias, fue un hecho trascendental.
El segundo ensayo fue en el vapor «Le Paraguay>> en el año 1877.
A partir de entonces se construyeron numerosos barcos frigoríficos. /

CA I UL V

DE
LIBERACIÓN DEL INDIO CARGADOR. EL TRANSPORTE EN AMÉRICA.
LA MULA. LA CRÍA DE LA MULA. FERIAS Y CAMINOS MULEROS.
Los BURROS. UN REGALO DE CARLOS III A WÁSHINGTON.
EL TORO COMO ANIMAL DE CARGA. Uso PACÍFICO DEL
CABALLO Y LA MULA

(84) El ingeniero francés Charles Tellier, entre los años 1868 y 1869, ideó
una serie de aparatos, entre los que se destaca una máquina frigorífica de com-
presión para conservar mercancías perecederas. En 1876 acondicionó un buque,
«El Frigorífico», en el que se realizó el primer transporte a larga distancia de car-
ne refrigerada (travesía Buenos Aires-Ruán), origen del intenso tráfico entre
198 América y Europa.
LIBERACIÓN DEL INDIO CARGADOR

Antes de la llegada de los españoles, y por falta de ganadería ma-


yor, el indio era el único medio de transporte; transporte de víveres,
de mercancías y de materiales de construcción. Sabemos que por la
fuerza y sudor de estos hombres fueron sacados de las canteras, lle-
vados y colocados, los gigantescos sillares de las enormes construc-
ciones peruanas y de las más menudas y ricas de los monumentos
precortesianos. Es curioso cómo a pesar de su constitución débil
aguantaban duras cargas, por difíciles caminos y largas jornadas; de-
bemos anotar que por la coca en el Perú, el pulque en México y el
mate en Paraguay, los indios fueron capaces de soportar tal sacrifi-
cio (85).
En esta situación permaneció el indio hasta que aparece y se ex-
tiende el ganado de carga: caballos, mulas, asnos.
El huancalero, en su huacal de juncos llevaba su aparatosa carga
de cacharros, y los tamenws, que llevaban el peso a la espalda en el
cacaxtli suspendido de la frente por el nzecapalli; eran dos tipos co-
munes de la sociedad mexicana (86).

(85) Existe una obra de contenido científico titulada: El maguey y el pulque en


los códices mexicanos, de la que es autor Oswaldo Gon~alvez de Lima, Fondo de
Cultura Económica, México, 1956. Este autor señala que «la savia de los magüe-
yes, el mecutli, que antes se empleaba principalmente en la elaboración de la miel
espesa, necutlatetzaualli; la miel clara, yatac necutli, y la oscura, tlitica necutli; se uti-
lizó cada vez más en la fermentación del pulque común, el yetac octli; la industria
indígena de miel de maguey, un producto que Cortés describe en su segunda carta
al Emperador como «miel de unas plantas que llaman en las otras y éstas maguey»
fue sustituida por la fabricación de azúcar y mieles de la caña advenediza. Los ven-
dedores de corteza de maguey, los necunamacac, generalmente poseedores de ma-
gueyales propíos, se transformaron gradualmente en fabricantes y comerciantes de
pulque, y así, el octli de los aztecas, lejos de persistir apenas como una mera remi-
niscencia de su pasado autónomo pudo pasar, aunque en condiciones sociales bien
distintas, a la vida colonial mexicana, acompañando a través de los siglos la melan-
cólica asimilación del pueblo».
(86) Los tamemes, en la sociedad azteca, estuvieron casi siempre al servicio de
una clase privilegiada, los pochteca, comerciantes, que fue una clase dominante y
de prestigio social. Entre los jefes supremos y el joven comerciante que emprendía 201
Los españoles pusieron en funcionamiento el servicio de comu-
nicaciones y de transporte, a principios de la colonia, a base de ser-
vicio personal de indios cargadores.
En el pueblo de Tancítaro tenía que proporcionar al explotador
de minas, su encomendero, dos caminos, de cien indios cada uno,
en servicio personal, con el fin de hacer la conducción de las mer-
cancías a sus minas y para llevar el mineraL
Pero deben1os advertir que la palabra camino se debe entender
como caravana de tamemes, de cargadores, no como vereda o paso.
Por tanto, en zonas de un gran tráfico es curioso observar cómo ha-
bía dos veredas para estos caminos de cargadores, aunque estuvie-
sen juntas o casi unidas, una era para los que iban y otra para los
que venían; así en algunos puntos conflictivos las caravanas no se es-
torbaban. Por la abundancia de ríos aparece allí el buey de carga y
el de montura, que se ve también en la Bolivia amazónica y en los
llanos venezolanos hasta las Antillas.
Por lo que respecta a la carga de los indios, según Torquemada,
tomó III, libro XVII, cap. XIX, pág. 255: «En las Ordenanzas de To-
ledo (1\Tuevas Leyes) de 1528 manda S. M. que ningún español de
cualquier edad y condición no fuese osado de cargar a indio alguno
para que le llevase alguna cosa a cuestas de un pueblo a otro, ni por
fuerza ni de grado, so pena de pagar, por la primera vez, de cada
indio cien pesos de oro, por la segunda 300, por la tercera tuviese
perdidos sus bienes». Más convencido el rey de que no había otro
medio de transporte por falta de carretas y bestias y caminos, orde-
nó «que se pudiera cargar a los indios como fuese y con su voluntad
y pagándoles bien su trab3jo y con que la carga no pasare de dos
arrobas» (Provisión dada en 13-IX-1533).
Esteban de Garibay y Zamalloa, en su Libro VI del Cmnpendio
historial de las Crónicas de todos los reinos de España, en el
cap. XXIII, pág. 157, párrafos 31 y 32 nos relata: Los consejos de la
suegra al recién casado (macegual), o sea, el futuro yerno cargador.
Párrafo 31: «Porque ya sois del estado de los casados, que es Tla-
palini; comensad de trabajar en llevar cargas a cuestas por los cami-
nos, como es chilli y sal y salitre y peces andando de pueblo en pue-

su primera expedición existía toda una serie de categorías diversas, que recibían tí-
tulos distintos. Existían los tecuhnenenque, «señores viajeros respetados por todos
a causa de sus lejanas y peligrosas expediciones>-~; los nahualoztomeca, «comercian-
tes disfrazados» que no dudan en usar el vestido y en aprender la lengua de las po-
blaciones hostiles a fin de comprar en el misterioso Tzinacantlan el ámbar y las plu-
mas de quetzal; los tealtianime, que habían ofrecido esclavos en sacrificio; los te-
yauallouanime, «los que sitúan al enemigo»; los tequanime, «fieras». Estos dos úl-
timos títulos pueden parecer extraños aplicados a comerciantes. Pero es que su ne-
gocio era una aventura perpetua. Cuanto más se alejaban de México, más peligro-
sos se hacían sus caminos. Considerados como comerciantes y espías a la vez, se
enfrentaban a la hostilidad de las tribus que todavía no habían sido dominadas. Sus
mercancías solicitaban la codicia de los montañeses. Las caravanas eran asaltadas
por merodeadores y el pochtecatl tenía que transformarse en guerrero para poder
202 Carguero del Quindio con su silleta. sobrevivir» (J. Soustelle: La vida cotidiana de los aztecas, pp. 72-73). 203
blo, enseñaros a los trabajos y fatigas que habéis de sentir en el co- En estas regiones, su misma abundancia obligó a emplearlos en
razón y en el cuerpo, durmiendo en los rincones, en las casas aje- modestos y serviles menesteres, como el porteo de leña, de hierba ASNOS Y MULAS
nas, en los portales de las casas donde no conocéis. Párrafo 32: <<Ha- o de agua, propio del ganado asnal.
ceos a los trabajos de pasar los arroyos, de subir las cuestas y de pa- DE LOS JUMENTOS Y MULAS
sar los páramos; haceos a los trabajos de pasar grandes soles y gran- Aunque en algunas provin-
des fríos, do habéis menester de templar el calor del sol con el aven·- cias han multiplicado tanto los
tadero de plumas que habéis de llevar en la mano; haceos a los tra- asnos como los caballos, de
bajos de comer pan seco con maíz tostado; no penséis, hijo, que de LA MULA. LA CRÍA DE LA MULA suerte que los hay también ci-
marrones, como es en la isla
aquí en adelante habeis de vivir de regalos y de delicadezas, por que de Jamaica y en algunas otras
habéis con vuestro sudor de ganar la comida; y a nadie se le viene Esta cría sólo pudo hacerse en domesticidad completa, ya que partes, con todo eso, no se
a casa lo que dé de cotner y beber; a nadie se le cae delante lo que un burro semental, cubridor de yegua, necesitaba cuidados especia- han extendido hasta ahora por
les con el fin de acostumbrar al garañón a las yeguas, y éstas a su toda la América en tanta
ha de menester; no se junta la hacienda sin trabajo, es menester tra- abundancia como los caballos
bajar con todas las fuerzas para alcanzar la misericordia de Dios. No vez al garañón. y vacas; y debe de ser la causa
hay otra cosa que os decir, quedad en buena hora>>. La mula se utilizaba para el cultivo de tiernas, para carga y silla; la gran copia que hay en to-
era un ganado potente, de pisada firme, más segura que la pisada das partes de caballos que sir-
ven de carga, y así no se ha he-
del caballo, especialmente en caminos pedregosos, estrechos y difí- cho mucha estima de los fu-
ciles y no húmedos. La mula se difundió después de la conquista mentas para este menester. Y
EL TRANSPORTE EN ÁMÉRICA mexicana, y en sus mesetas era más útil que el caballo así ocurrió también por ser para menos
trabajo en estas Indias que en
después en el altiplano andino. España; porque, según el ruin
El transporte en la América indígena fue efectuado por el indio Por tanto, este animal fue el elegido para silla en terrenos mon- talle que tienen, no prometen
cargador, el indio remero, la llama y el perro indígena. tañosos, para tiro, a veces por una moda establecida, como en los ser para mucho, porque co-
múnmente son pequeños y só-
En la América colonial se dio en gran escala el transporte por coches de las ciudades virreinales, o bien debido a que las fincas de lo se hallan algunos, entre
medio del caballo de la colonización, las mulas y con ellas sus arrie- recreo estaban a las afueras de las ciudades y los caminos no eran muchos, de buen cuerpo.
ros, los carreteros con sus carretas y carreterías, y el burro:; que fue buenos. Al principio se estimaban
mucho para crías de mulas;
en realidad el animal que liberó al indio de su carga. En los campos de Buenos Aires, Santa Fé y Corrientes se cria- para el cual efecto tienen aho-
El caballo, como anteriormente hemos expuesto, desempeñó fun- ron bien las mulas; cuando tenían dos años se las sacaba de la ye- ra también algún valor más
ciones militares en guarniciones de vigilancia y defen.sa. Pero el ca- guada debido a que los terrenos no eran buenos para sujetar este ga- que para lo que ellos son por
su trabajo. Trujéronse de Es-
ballo fue instrumento indispensable para la explotación de las ha- nado, que ya estaba muy crecido, y entonces las llevaban a los po- paña a la isla Española los pri-
ciendas ganaderas y de las estancias agrícolas y mixtas, fiel compa- treros de Córdoba de Tucumán, a las cuales se unían las proceden- meros, y a este reino del Perú
iíero y auxiliar de encomenderos, hacendados, estancieros, mayor- tes de los valles chilenos. los trajo de la isla de Jamaica
el capitán Diego Maldonado,
domos, administradores y guardas de los latifundios ultramarinos y Así estos potreros tucumanos reunían muletas del Este y Oeste uno de los primeros conquis-
fue asimismo muy importante el papel del pastor montado en la vi- de Sudamérica, y con ellos se recriaban, fortalecían en los inviernos tadores deste reino, que fué
da económica, social y política del continente americano. duros y luego pasaban a los pastos de Salta durante una estancia de tan rico, que le dieron por so-
brenombre Diego Maldonado
El caballo en ciudades y villas de Indias fue objeto de lujo, pa- ocho meses y descansaban. el rico; el cual dejó en esta
seo y parada y de festejos entre la clase acomodada. Pero se da el En el Valle de Lerma (Salta) se celebraban las mayores ferias ciudad de Lima fundado un
caso de que en una y otra banda del Río de la Plata fueron tan abun- muleteras; hasta llegó a haber 60.000 mulas y 4.000 caballos, que du- mayorazgo que posee al pre-
sente don Diego Maldonado,
dantes los caballos que apenas si tenían valor y, según Jiménez de rante las noches se encerraban en an1plios corralones que cercaban su bisnieto. El valor de los ju-
la Espada, a mediados del siglo XIX, en Montevideo, los pordiose- con maderos de los vecinos bosques. mentos es de diez a quince pe-
ros y mendigos pedían limosna montados a caballo (87). Los únicos compradores de este ganado eran los corregidores de sos cada uno en esta ciudad.
Las mulas eran al principio
las provincias andinas y luego lo repartían en recuas pequeñas a los de tan grande estimación y
arrieros que se dedicaban al tráfico de las mismas. andaban a precios tan subi-
(87) Marcos Jiménez de la Espada nació en 1831 y murió en Madrid en 1898. Las ágiles mulas subían por el callejón de Andahuaylas en losAn- dos, que los más caminaban
en caballos, por no alcanzar su
Estudió Ciencias en Sevilla y Madrid. Muy joven fue profesor auxiliar en la Facul- des, entre cerros empinados, al Altiplano, en reatas más menores caudal a comprar mulas, en
tad madrileña y en el Museo de Ciencias Naturales. Fue nombrado catedrático po- que las que habían atravesado la pampa argentina. Unas mil bestias las cuales andaban sólo los ri-
co antes de su muerte. cos. Pero con las muchas crías
En 1862 se incorporó a la Comisión Científica del Pacífico. Formó parte de la
tenía cada recua y como iban pastando se extendía cerca de una le- que ya hay dellas en todas par-
Comisión de Límites entre Venezuela y Colombia, sometidos al juicio de España gua; trabajo duro para los peones que, montados, se encargaban de tes, en especial en este reino
(1881-1891). Fue miembro activo de la formación de la Sociedad Geográfica de Ma- su vigilancia. del Perú, hay muchas y valen
drid y en la de Historia Natural. Jiménez de la Espada está considerado el gran ame- En las faenas agrícolas de Indias apenas se utilizó el ganado mu- muy baratas. En esta ciudad,
204 ricanista de la segunda mitad del siglo XIX. el valor de una mula de carga
lar, sino el vacuno, pero los indígenas durante mucho tiempo fue- 205
es de treinta a cuarenta pesos, ron reacios a dejar su palo cavador y aún hoy en día lo emplean en xico, capital del virreinato, se empleaban 5.000 en lujo de los tiros.
y una de caballería, de sesen- algunas regiones apartadas. Por tanto, debemos considerar la importancia de este animal en el
ta a ciento, y una muy escogi- Cuando poco a poco se fue introduciendo el arado y el carro los trasiego para atender las necesidades de transporte entre el puerto
da y aventajada, llega a valer indios se fueron acostumbrando a los animales de transporte y, so-
de doscientos a trescientos pe- de Acapulco, el comercio con la vecina Guatemala, Nuevo México,
sos. Son comúnmente las mu- bre todo, de trabajo: vacas, yeguas y burros, puesto que las mulas San Luis Potosí, Monterrey, Valladolid, Guadalajara, etc., y com-
las desta tierra de mediano apenas se emplearon en la arriería. prenderemos cómo entonces estos caminos recorridos por recuas ab-
cuerpo, pero bien hechas y La cría de ganado mular fue una explotación importante, de la sorbían una población de indios y mestizos dedicados a la arriería.
fuertes y para mucho trabajo. cual tenemos conocimiento por El lazarillo de ciegos caminantes) que
Aconteció en esta ciudad de De las carreterías del Río de la Plata y de las carreterías del Nor-
Lima más ha de cincuenta surtía de este ganado al Altiplano andino; todo el tráfico comercial te de México tenemos algunas noticias documentales porque eran
años, un caso que admiró a to- era por medio de mulos; solamente en Río de la Plata y en Nuevo
dos por tan raro, y fué que pa- los únicos terrenos llanos a ello se prestaban.
México se usaron las carreterías de bueyes (88).
rió una mula, la cual era del Por I-Iumboldt sabemos que en el comercio veracruzano el nú- 1580 ya había carretería entre Santa Fé y Córdoba de Tucu-
doctor Roca, cura de la Cate- mán, en 1583 de Buenos Aires a Córdoba y
dral, que después fué obispo mero de las m.ulas ocupaban al año 70.000 ejemplares, y que en Mé-
de Popayán. Mas si entonces
admiró mucho aquel suceso,
fué por ser el primero que se
había visto en esta república;
mas ya no es de tanta admira-
ción, porque después acá han
sucedido otros dos o tres par-
tos de mulas; y no ha más que
dos años que parió una en el
puerto del Callao, la cual vi yo
con su cría, que parecía potri-
lla, y le daba de mamar la
madre.
Bernabé Cobo
Historia del Nuevo Mundo

Tipos populares de México. Siglo XIX


(Grab. de Decaen.) Animales de carga (Brasil).

(88) El título completo de esta obra es bastante largo: «Concolmvorco. El La- a Mendoza, y en el mismo año se abre entre Buenos Aires y Cór-
zarillo de ciegos caminantes. Desde Buenos Aires hasta Lima, con sus itinerarios, se-
gún la más puntual observación, con algunas noticias útiles a los nuevos comercian- doba, sin pasar por Santa Fé, otro camino directo, y que luego este
tes que tratan en mulas y otras noticias, sacado de las memorias que hizo don An- camino directo, por ser camino real, seguirá a Tucumán y a
tonio Carrión de la V andera, en este dilatado viaje y comisión que tuvo por la Cor- Charcas.
te para el arreglo de Correos y estafetas, situación y ajuste de postas desde Mon-
tevideo. Por don Calixto Bustamante Carlos Inca, alias Concolorcorvo, natural de
Hasta el momento en que praderas de Misisipí fueron domi-
Cuzco, que acompañó al referido comisionado en dicho viaje y escribió sus extrac- nadas por los indios y recorridas caravanas de carretas, es la
tos». (Estudio preliminar de José J. Real Díaz. Edición de Juan Pérez de Tudela. carretería argentina la más importante en el continente americano.
Biblioteca de Autores Españoles, tomo CXXIII, Ediciones Atlas, Madrid, 1959.) carreta de la pampa es tenido más descripción literaria
El capítulo VII está dedicado al origen de las mulas: «Para concluir un asunto
que interesa tanto a los comerciantes que más estimo entre los trajinantes voy a y ha sido frecuentemente representada dibujantes y pintores.
dar una razón al público ignorante en estas materias del origen y propagación de Humboldt, en su Ensayo político sobre la isla de Cuba, comenta
tanta multitud de mulas, que nacen en las pampas de Buenos Aires de madres ye- que en Cuba había 2.500 calesinas o volantes que ocupaban tres mil
guas. Estas, naturalmente, se juntan al caballo, como animal de su esfera, como las
burras a los asnos, que se pueden considerar como a dos especies distintas, que crió mulos. En Perú al año se necesitaban 50.000 para el porteo minero,
206 Dios y entraron en el arca de Noé». excepto en Huancavelica, donde para este trajín usaban llamas. 207
Para cada importante viaJe iban varias recuas, incluso hasta PRNCI'P.U..
diez, y cada una llevaba 30~ 40 o hasta 100 n1ulas.
Cada recua tenía su yegua madrina con su campanilla en la co-
llera. Cuando el ganado se extendía para pacer en sus descansade-
ros, los recueros paseaban por el campo a la yegua madrina y así
cada animal al oír el son de la campanilla de su madrina acudía a
la llamada, y es curioso decir que aunque en el campo hubiera es-
parcidas cientos y cientos de bestias, todas se reunían en el lugar
oportuno. Pero las viejas mulas, aunque fueran retenidas o retrasa-
das, seguían celosamente la pista que la madrina les había dejado,
como nos relata Danvin en su Viaje alrededor del.mundo.
El peso que cada m_ula podía soportar llegaba a los 190 kg., pe-
ro en país abrupto y montañoso había que rebajar a 45 ó 50 kilos
el peso a soportar.
Podía servir incluso de consumo este ganado en la arr1ena,
puesto que por cansancio o excesivo trabajo morían muchas de
ellas, y especialmente en años de sequía aumentaba su mortandad.
La historia de las carreterías en América ha sido plasmada en
multitud de dibujos y pinturas por viajeros del Río de la Plata.
El oficio de arriero en Indias posiblemente fuera una de las
profesiones más penosas y duras dentro de la vida colonial. Sus
penosísimos viajes a través del continente con la variación de cli-
mas y pampas, mesetas, selvas, sabana, bosque, desiertos, por
terrenos calientes o tierras heladas, con los vientos del Altiplano,
resistiendo lluvias torrenciales e incluso los ataques de los indios o
bandoleros, fueron obstáculos constantes que tuvo que afrontar el
arnero.
No cabe duda que indios y mestizos preferían esta vida vaga- Mulas. Recibo de mercancías de
aniero. México, 1837.
bunda a los oficios sedentarios a pesar de ser vida dura, durmien-
do cada día en un mesón, venta o «casa de comunidad para viaje-
ros» y muchas veces al año al sereno.
En V eracruz había caminos insanos, los trayectos y estadías de
la meseta Central; allí arrieros y soldados sufrían el vómito negro
y muchísimos morían. Por tanto, y según el camino a realizar, las
recuas se componían de distinta manera debido a los problemas
del clima, accidentes del camino y de la mercancía a transportar.
Así la organización era de esta manera: el mayordomo iba al
frente de la recua; casi siempre solía ser el propietario de ella y des-
pués bajo su mando un equipo de hombres de distintos cargos y
funciones; los cargadores eran, como es lógico, los que cargaban y
descargaban los bultos con gran habilidad y fuerza; se ponían para
proteger su indumentaria unos petos o pechera de cuero fuerte, cin-
to, carzonera de gamuza o estezado y media bota de campana de
piel de potro o ternera; los sabaneros, nombre derivado de la Saba-
na, región de la selva del trópico, eran gente joven, n1ozos de mulas
que debían alimentar y cuidar las caballerías; por fin los atajadores,
palabra que venía o viene de atajo o recua, iban cuidando a ambos
lados de la recua y con su látigo o chicote arreaban al ganado pere-
208 zoso, sostenían a las que se adelantaban, encaminaban a las que se 209
salían a la orilla de los caminos. También estos mozos debían pre- Bueyes; Carretas en Argentina
parar con tiempo las ventas y posadas antes de llegar las caravanas, y Paraguay.
o buscar sitio propicio en los caminos para comida o bebida, junto
a ríos o fuentes, y buscar para los hombres y mulas buen acomodo.
Las mulas más fuertes eran las caponeras, capitanas y en la pam-
pa argentina la yegua madrina; como hemos dicho anteriormente, las
madrinas dirigían y guiaban a las demás caballerías, iban adereza-
das con colleras de campanillas o cascabeles, adornadas, a la vez, de
frontaleras, antojeras, quijeras y muserolas bordadas en sedas de co~
lores y con hilos de plata. Curioso es comentar que pueblos enteros
estaban dedicados a la arriería y se les llamó pueblos fleteros; asi;
ocurría en tierras mexicanas de Míchoacán (89) con «los fabulosos
trenes de mulas, de miles de mulas de cotija, que conducían produc-
tos de Tecaltepec hasta las remotas tierras de Tabasco», según las
crónicas.
La indumentaria de los arrieros tnontados era muy parecida a la
de los vaqueros: ponchos, tnangos, zarapes, estriberas, que el ma-
yordomo, si era presumido, como el vaquero o el gaucho, solía ador-
nar y aumentar su riqueza con sedería y platería, así como también
solía enriquecer el atalaje de sus monturas.
En México todas las arrierías que llegaban a la capital desde A.ca-
pulco y Veracruz, desde Nuevo México o Guatemala, rendían viaje
en la Plaza de Santo Domingo; esta plaza se poblaba hasta llenarse
de recuas, carruajes, carretas, arrieros, viajeros, comerciantes... es-
ta plaza fue el centro de inspección del fisco; allí se cobraban im-
puestos de las cargas que salían o entraban. aduana era otro cen-
tro de control de vigilancia de estos mercados. El alcohol y tabaco
era lo más inspeccionado, debido al gran fraude se hacía entre
la arriería.

de ciegos
FERIAS Y CAMINOS MULEROS

A pesar del enorme tráfico de arrierías que hubo en América en


la época de la colonia, tan sólo tenemos noticias de una feria de mu-
las, la famosísima de Salta, al pie de los Andes argentinos y perua-
nos, y referencias detalladas de uno de los dos largos caminos mu-
leros, el que seguían las muletadas_ del Plata hasta el altiplano pe-

(89) En la actualidad el Estado de Michoacán tiene más de 60.000 Km2 • La ca-


pital es Morelia. Limita al norte con los Estados de Jalisco, Guanajuato y Queré- parcos» y un . . . """ . . . . . . . , . .
taro; al este con los de México y Guerrero; al sur con el de Guerrero y el océano nados»; es
Pacífico, y al oeste con los de Colima y Jalisco. La historia prehispánica de Michoa- poco la '"'""''"''-'.ll.ll.HJt.au.v.av.u.
cán la conocemos a través de una valiosa crónica titulada La relación de Michoa-
cán. El manuscrito original se conserva en la Biblioteca de El Escorial. Puede con-
sultarse una cómoda edición en la Colección Crónicas de América, núm. 52. Edi- (90) Los caminos continentales de América del Sur, por el Profesor Quelle, pu-
210 ción y estudio introductorio de Leoncio Cabrero. Madrid, 1989. blicado en Petermans. Meitteilungen. Berlín, 1934 T.).
Estos caminos muleteros fueron los más largos caminos pecua-
rios de América. Hubo dos que partían casi del mismo centro, del
Nordeste del Virreinato de la Plata y del Sudeste colindante del Bra-
sil, de donde salían: uno hacia el Noroeste, de los pastizales de.l Pla-
ta al altiplano peruano, y otro hacia el Nordeste, ~esde los m:smos
pastizales plantenses, atravesando el Oeste del Brasil hasta las tierras
de Bahía.
El Lazarillo es quien nos ilustra acerca de estas muletadas pla-
tenses. «Las mulas se criaban en los campos de Buenos Aires, Santa
Fé y Corrientes hasta la edad de dos años en que se sacaban de las
yeguadas porque no tenían terrenos a propósito para sujetar este ga-
nado desde que salía del pie de la madre.»
Desde estas campiñas del Plata llevaban estas muletas en tropi-
llas a los potreros de Córdoba de Tucumán, donde se re~nían tam-
bién las que se criaban en las yeguadas de los valles de Chile; de mo-
do que del Oriente y del Occidente de Sudamérica se reunían en los
potreros tucumanos las muletas de dos años· y allí se recriaban y
fortalecían.
«Las tropas que salen de las campañas de Buenos Aires, dice el
Lazarillo, sólo se componen de seiscientas o setecientas mul~s, por
la escasez de aguadas, en las que no pueden beber muchas JUntas,
a que se agrega la falta de montes para formar corrales y encerrar- res del Altiplano andino, que eran casi los únicos compradores de Paraguay. Carreta de bueyes.
las de noche; y para suplir esta necesidad se cargan unos estacones, este ganado, para llevárselo a sus respectivos partidos, provincias o
y con unas sogas de cuero se hace un cerco para sujetar las mulas, corregimientos, con el fin de destinar la mayor parte al transporte
a que se une el sumo trabajo de doce hombres que las velan por tan- de mineral, desde las minas a las fundiciones y casas de moneda, a
das, para lo cual son necesarios cuarenta caballos.» las ciudades y puertos del virreinato, y parte también «en reparti-
<<Cada tropa de mulas necesitaba dos caballadas, la una para miento» o compra forzosa a la que se obligaba a los indios.
apartar y recoger el ganado ... y la otra para atajar y contener las mu- Por el callejón de Andahuailas subían las tropas de mulas al Al-
las que salen lozanas y muy briosas de la invernada de Salta. Cada tiplano peruano; y perdido ya el primer ímpetu, caminaban entre los
mozo de mulas necesita para su servicio tres caballos por el duro ser- empinados cerros, donde ya no necesitaban hacer cercas para con-
vicio que tiene, pues tienen que ir casi siempre a _galope para evita~ tener el ganado. Cada una de estas tropas, que salía de Salta, era
que las mulas se disparen y vuelvan a la querencm; por lo cual cas1 unas cuatro veces mayor que las que atravesaban la Pampa y se com-
todos los caballos se consumen en este servicio. los potreros cor- ponía de unas dos mil y como solía ir espaciada, pues al ir pastando
dobeses invernaban las muletas, pagando a los tucumanos un tanto ocupaba cada tropa una extensión aproximada de una legua y los mo-
por cabeza por las hierbas, y desde allí pasaban a los potreros de Sal- zos de mulas y los peones montados necesitaban mucho trajín para
ta. donde descansaban otra vez cerca de ocho meses» (91 ). vigilarlas.
- En Salta se celebraba entonces la mayor feria de mulas deltnun-
Calcula el autor del Lazarillo en 500.000 mulas las que entraron
do, en sus propios potreros, a donde acudían los alcaldes corregido-
de los potreros de Salta al Perú en un decenio, o sea, 50.000 mulas
por año, y se repartían y vendían «desde los Chichas hasta los Hua-
rochivies sin que pasen a otras provincias».
(91) El Lazarillo de ciegos caminantes nos hadejado una descripción de Sal- Del otro largo camino mulero de Sudamérica, el del Brasil, te-
ta: «Salta, con el título de San Felipe el Real. Es ciudad célebre por las numerosas
asambleas que en ella se hacen todos los años, en los meses de febrero y marzo. nemos menos referencias, las pocas que nos da Otto Quelle en el
Está situada al margen del valle de Lerma, en sitio cenagoso y rodeada toda de un artículo citado.
foso cubierto de agua. Su entrada se hace por una calzada tan infeliz que no llega
a cubrir el barranco, que aunque no tiene mucha extensión ni profundidad la im-
pide a todo género de bagajes en tiempo de lluvias, en la cual no se puede atrave-
sar la ciudad a caballo porque se atascan en el espeso barro que hay en las calles. y aun preciso, atravesar la ciudad a pie, arrimados a las casas) que por lo regular
212 Y así los pasajeros, en el referido tiempo de lluvia, tienen por más inconveniente, tienen unos pretiles no tan anchos y también fabricados como los de Buenos Aires». 213
De las mismas haciendas del Plata, de Buenos Aires, Santa Fé y
Corrientes que proveían de mulas al Virreinato del Perú salían tam-
bién tropas de muleros hacia el Norte, hacia el Brasil, para cubrir
las necesidades del transporte minero de Minas Geraes.
A este mismo centro de consumo de este ganado acudían las mu-
letadas criadas en tierra brasileña, en las estancias de Río Grande
de Sul, y como más al Norte, en tierras de Bahía, también se nece-
sitaba este ganado para el transporte de personas y mercancías, has-
ta esta región llegaban estas muletadas del Norte argentino y del Sur
del Brasil.
No conocemos más datos sobre este segundo camino muletero
de Sudamérica, pero los dos constituyen los dos o más largos cami-
nos pecuarios, no sólo de América sino quizá de toda la Tierra.
Según el historiador Rodríguez Ferrer en su libro Naturaleza y
civilización en la isla de Cuba, y publicado en 1876 en Madrid, nos
dice: «En Baracoa y por todo el interior de la comarca el buey hace
el papel de caballo, mula o asno para sus habitantes, y lo he visto
correr y trotar dirigido por las riendas, casi como llevar encima la
carga cualquiera de otra bestia». Este hecho se confirma por una es-
tampa de una serie de costumbres cubanas a mediados del siglo XIX.
En el camino de Honda a Bogotá. América Pintoresca (Barcelona, 1884). Los «canlinos» de cargadores eran nutridas de cuadrillas de unos
cien tametnes portadores de cargas, que de uno en uno, en fila in-
Los pantanos de Cañitas. América Pintoresca (Barcelona, 1884). dia, como en la selva tropical, cruzaban la Nueva España por doble
y cercana senda, una para cada dirección. Tenían sus descansade-
ros, como los carreteros en el Viejo Mundo, y como éstos llevaban
sus repuestos. En el lenguaje vulgar se decía que tal pueblo estaba
obligado a pagar a su encomendero uno o dos caminos de tantos in-
dios cada uno.

LOS BURROS
Colón llevó a América «bestias asnales» a las Antillas, donde se
hicieron cimarronas, especialmente en Jamaica; y en Perú, en las
provincias de Cailloma y de Cañete.
«Trescientas borricas para repartirlas entre los indios» pidió el
Obispo Virrey de México y Presidente de la Audiencia, don Sebas-
tián Ramírez de Fuenleal, a la Corte española.
Como se retrasó el permiso de autorizar a los indios a montar a
caballo, pues era privilegio exclusivo de los españoles y mestizos, la
solución fue el borrico, que humildemente desempeñó un gran pa-
pel en la economía colonial de Indias.
El borrico fue para el indio elemento tan esencial como lo fue
en la cuenca mediterránea; sirvió para cortos viajes, pequeñas car-
gas, trabajos moderados. El borrico, animal sufrido, manso, más so-
brio que el caballo y la mula, estaba al alcance de una familia de in-
dios pobres; su crianza, empleo y mantenimiento estaba al alcance
de sus manos y podían tnanejarlo mujeres, niños y alimentarlo con
gran frugalidad. 215
UN REGALO DE CARLOS A WÁSHINGTON Ejemplo de esta acrecentada mansedumbre lo dieron los indios
al utilizar los toros en algunas regiones de América como animales
Las relaciones entre Carlos y el gran libertador de EE. UU. de carga y de montura, según nos dicen algunos cronistas, y pode-
de América eran muy estrechas al final del siglo La Corona mos ver representados estos usos gráficamente en la litografía de vis-
española ayudó y fomentó la independencia del primer Estado ame- · tas y costumbres cubanas.
ricano y en Madrid había un representate de este Estado america- El Padre Cabo dice, a principios del siglo XVII: «Vi muchas ve-
no. El General Wáshington escribió a su representante en Madrid, ces por las calles y plazas de Cuzco llevar a los indios cargas de leña
Mr. Carmichoel, una carta en 1784 para que le comprara un burro para vender y los jumentos en que llevaban no eran otros que toros,
semental, un garañón, y se lo enviase a EE. UU. de tan lindo talle y disposición, que parecían habían de ser bravos
Suponemos que el general, bien por una visión de futuro políti- cotno leones».
co de extender sus territorios el y Suroeste, o bien por un Por su parte los españoles llevaron a Indias sus fiestas y sus jue-
ensayo ganadero en sus propiedades, el caso es que con aguda in- gos y entre las más gratas, las corridas de toros bravos, al uso de su
tuición para uno y otro proyecto solicitó el del garañón. tieinpo. En la Historia del toreo en México nos cuenta su autor, Ran-
Pero estaba prohibido en toda Europa la salida de ganados vivos gel, que el conquistador Licenciado Juan Gutiérrez Altamirano, pri-
y sobre todo sementales. En Encargado de Negocios de UU. en mo de Hernán Cortés, formó una hermosa hacienda en el valle de
España inició las gestiones, pero el Conde de Floridablanca, Secre-
tario de Estado, al enterarse de los deseos \Váshington se lo co-
nlunicó al Rey Carlos quien quiso entonces hacer este regalo y
temiendo que el burro pudiera enfermar o morir en tan largo viaje
transoceánico, dispuso adquirir a su costa dos garañones en lugar de
uno. El Jefe de Postas de Zamora, región rica y famosa en este ga-
nado, fue el encargado de la compra. El expediente de esta compra
se tramitó en dos años. Vemos por él dónde y a quién se compran
y el cuidado y traslado desde Zamora a Bilbao y de Bilbao a Nueva
York; sabemos por el documento el coste de la alimentación, gastos
de mozos de mulas, etcétera. Un burro murió en el viaje y el otro
llegó a la finca del General Jorge W áshington. Pedro TéUez fue el
mozo de mulas, que no quiso ninguna gratificación, y a su vuelta el
Conde de Floridablanca le otorgó una plaza de guarda de las alca-
balas de Zan1ora.
Así se inicia en el Norte de UU. la cría de las mulas, pues Caza de toros cimarrones en América.
en el Sur y Suroeste, en los Estados de Florida, Texas, Arizona, Nue-
vo México y California, ya se encontraron los norteamericanos este Toluca, a donde hizo llevar desde Navarra (España) doce pares de
ganado al incorporar estas extensísimas provincias a su confe- toros y vacas seleccionados «que sirvieron de pie veterano a la mag-
deración. nífica ganadería que ha llegado a nuestros días y que se propagó de
tal manera que en 1554 se quejaban los indios de los perjuicios que
les causaba este ganado porque los toros los corrían y mataban».
EL TORO COMO ANIMAL DE CARGA En el siglo XVIII eran famosas las ganaderías del Conde de Re-
gla, la de la Viuda de Lecumberri y la de «Bellas Fuentes».
Se ha dicho anteriormente que los amerindios fueron poco afor- En todas las grandes fiestas del santoral y en las celebradas con
tunados en la domesticación de animales, lo que se ha atribuido o motivo de proclamaciones de reyes o entrada de virreyes, las fiestas
a su ünpericia o a la carencia de animales aptos para la domestica- de toros eran número obligado en las grandes plazas de las más im-
ción. Esta última atribución parece ser la cierta, pues después de la portantes ciudades, así como en las haciendas privadas, las fiestas fa-
conquista no se ha logrado domesticar ningún otro animal salvaje miliares del hacendado y la recogida de frutos eran solemnizadas
de aquel continente que no hubiera sido ya reducido a mansedum·· con capeas en sus corrales.
bre antes del descubrimiento y, además, a los animales importados N o sólo los toros bravos y cerriles torearon los españoles en
de Europa los hicieron aún más mansos de lo que eran en el Viejo México, sino los bisontes de las llanuras texanas en sus expediciones
216 Mundo. de Conquista. 217
los dos tomos inéditos dedicados a la Historia de Texas, de
las célebres «Memorias de Nueva España», vemos cón1o mientras el
Marqués de Aguayo con sus capitanes alanceaba bisontes en las lla-
nuras texanas, sus soldados capturaban novillos de «toro mexicano»
o novillas de «Cíbolas» o «vacas corcovadas», como llamaban a los
bisontes, y en unos rodeos improvisados los toreaban.

Uso PACÍFICO DEL CABALLO Y LA MULA


Conforme se terminaba la conquista de los territorios america-
nos, los caballos de guerra se fueron empleando en servicios pacífi-
cos, actividad que desde los inicios de la conquista habían realizado
equinos de inferior calidad.
En las provincias propicias la cría caballar de este ganado se in-
crementó notablemente en pocos años.
El principal uso pacífico del caballo en aquel continente fue co-
mo montura; el único medio de transporte usado por los españoles,
cuando lo tenían; y, al poco tiempo, empleado también por indios y
mestizos.
También fue para yegüeros y vaqueros montados un indispensa-
ble instrumento de trabajo en el régimen obligado de pastoreo ex-
tensivo en yeguadas y vaquerías.
Solamente en territorios no dominados del todo, de insegura es-
tabilidad, como el centro de Chile, la pampa argentina y las prade-
ras de Nuevo México o Texas; es decir, en los extremos meridiona-
les y septentrionales de la .América hispana, se organizó una socie-
dad colonial de tipo fronterizo 7 con fuertes artillados y guarniciones
militares de caballería, como en las antiguas «marcas» europeas me-
dievales, con un régirnen mixto de guerra y de paz, con presidios y
fuerte; con yeguadas establecidas en próximas regiones por los ca-
pitanes generales y por los virreyes para proveer de cabalgaduras a
las guarniciones militares.
Como el incremento y difusión del ganado mular, por hacerse su
reproducción artificialmente, fue lento, se hizo generalmente el
transporte de carga con caballos; y en las regiones donde abundan,
se llegaron a emplear hasta para portear leña o agua, servicios hu-
mildes que en España sólo prestaban los asnos.
No fue utilizado el caballo como animal de trabajo en las labo-
res agrícolas porque el rapidísimo incrernento de las vacadas prove-
yó de abundantes reses, vacas y bueyes para los primeros cultivos al
uso europeo; para arar y para acarrear .

218 Viaje a caballo.

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