LOMO FASCÍCULO - ÁREA DE PEGUE 16

FASCÍCULO No. CINTA ADHESIVA DE DOBLE FAZ

15
huila
LA HISTORIA CONTADA DESDE LAS REGIONES
7
15
Sumario
Una región de contrastes 452

Pueblos indómitos 454

INDIO DE ALMAGUER. ÁLBUM: IMPRESIONES DE UN VIAJE A AMÉRICA 1870-1884 - BANCO DE LA REPÚBLICA

Pueblos indígenas 457

Tierra grande 458

“El Huila es un río” 461

Entre haciendas
y campesinos 462

Con aroma propio 466

En el corazón del virreinato 467

La frontera del
mundo andino 468

Entre conservadora
y radical 470

Un pueblo con todos

los colores y razas 474

¡Fiesta! 476

Al filo del mañana 477

Para entender al Huila 478

Asesores históricos
Jean Paul de Ángelo Ruiz Martínez

Agradecimientos
Universidad Surcolombiana, Academia Huilense
de Historia, Museo del Oro, Archivo General de
la Nación, Museo Nacional, Biblioteca Luis Ángel
Arango, Biblioteca Nacional, Biblioteca Pública
Piloto de Medellín, Instituto Caro y Cuervo,
Universidad Nacional de Colombia, Gobernación
del Huila, Biblioteca Darío Echandía.

Foto portada: Excursión a San Agustín, 1957.

Ernesto Guhl. Biblioteca Luis Ángel Arango.
LA HISTORIA CONTADA DESDE LAS REGIONES

huila

UNA INICIATIVA DE

ALIADOS PRINCIPALES
L HUILA
Una región de contrastes
Entre valles ardientes y nieves perpetuas, la vida vegetal, animal y humana ha desarrollado
formas increíbles de adaptación, que constituyen la principal riqueza del Huila.
E
l Huila está en el corazón geo-
gráfico de Colombia. Sembra-
do en la cuenca alta del río
Magdalena, este departamento conecta
el sur andino y la Amazonia la cordillera
Oriental y la Orinoquia, la cuenca del
río Cauca con la cordillera Occidental,
y el sur con el norte del país a través
de Magdalena.
Su territorio comprende ecosistemas o
zonas de vida que van desde las ardientes
riberas del Magdalena, a unos 400 metros
de altura sobre el nivel del mar, hasta las
nieves perpetuas, más allá de los 5.000
metros, en los nevados Huila y Puracé.
Todos estos forman parte de la cuenca del
río Magdalena, a la que se han adaptado
diferentes formas de vida y grupos humanos.
Una de las regiones más importantes
del país, la Estrella Fluvial de Colombia,
queda al sur del departamento. En ella
nacen los ríos Cauca y Magdalena que
desembocan en el mar Caribe; el Patía, en
el océano Pacífico, el Caquetá, en ese mar
interior que es el Amazonas, y muchos
otros. Por este motivo, esta zona tiene
interés estratégico para la vida.
El desierto de la Tatacoa es en realidad
un bosque seco tropical, habitado por
varias especies, entre ellas, la cascabel
o tatacoa que le otorga su nombre.
452
Los registros arqueológicos de los pri- Los españoles conquistaron el Alto
meros seres humanos en Huila datan del Magdalena tras vencer a los pueblos
año 1000 a. C. Nadie conoce su origen, mencionados para someterlos en las en-
pero varias hipótesis apuntan a diferentes comiendas y quedarse con sus tierras. En
procedencias: del Amazonas, del mundo territorio yalcón, Pedro de Añasco fundó
inca o del propio Magdalena. Los pri- Timaná en 1538. Algunos descendientes
meros pobladores de estos indígenas
ocuparon casi todo
el espacio habitable.
K LAS RIQUEZAS Y sobrevivieron en las
llanuras de Matanzas
De ellos se han en- DIVERSIDAD DE CLIMAS EN EL hasta inicios del siglo
contrado vestigios HUILA, COMO OTRAS REGIONES, XX, cuando colonos
en Santa Ana, en MARCARON LO QUE HA SIDO los despojaron de sus
la cuenca del río EL DESARROLLO ECONÓMICO Y últimas tierras.
Cabrera. También, SOCIAL DE ESTE DEPARTAMENTO. L os conquis-
han aparecido hue- tadores fundaron,
llas en las montañas del Macizo Andino, desde temprano y con éxito relativo,
exactamente en San Agustín, San José de centros poblados como Villavieja (1550),
Isnos, Alto de los Ídolos, La Chaquira, Neiva (1612), Yaguará (1623) y Sala-
El Tablón o Lavaderos, y en los actuales doblanco (1626). Durante la colonia,
municipios de Villavieja, Aipe, Timaná, siguieron fundando pueblos conforme
Garzón, Gigante, Acevedo, Pitalito, La expandían su presencia. De esta época
Plata, Suaza y Saladoblanco, entre otros. proceden los actuales municipios de La
Los pueblos responsables del arte mo- Plata (1651), Nátaga (1652), Isnos (1653),
numental o del arte labrado en la piedra Teruel (1656), El Hobo (1663), El Pital
desaparecieron, y los científicos debaten (1664), Íquira (1694), Paicol (1701), Gua-
sobre su destino final. Lo más claro hasta dalupe (1715), Gigante (1750), Agrado
ahora es que desde el siglo VIII apa-
recieron los pueblos yalcones, paeces y
JUAN CARLOS SIERRA
pijaos, que se enfrentarían, siglos
después, a los conquista-
dores españoles.
 El volcán nevado del Huila
es uno de los sitios de
SEBASTIÁN VILLEGAS

mayor valor ecosistémico

del departamento. Su
última erupción data del
año 2008.

(1753), Acevedo (1756), Pa- que agrupan a las mayorías menzaron a poblar y explotar el bosque
lermo (1774), Tesalia (1775), indígenas del departamento. premontano en las cordilleras Oriental y
Garzón (1783), Tarqui (1787) Por su alta productividad, Occidental, en municipios como Alge-
y San Agustín (1790). desde el siglo XX los hacendados ciras, Acevedo, Pitalito, Timaná, Pales-
En el siglo XIX, las coloni- y terratenientes han concentrado tina, Nátaga, San Agustín, etcétera. Más
zaciones desde otras regiones
no afectaron significativamente 70 en pocas manos las tierras bajas, arriba, la mayor parte del territorio se
con agricultura mecanizada y ga- encuentra dentro del sistema de parques
al Huila. En cambio, migracio- por ciento del agua que nadería extensiva, pero también naturales, desde los 3.000 metros sobre
se consume en el país
nes internas ampliaron la fron- procede del Macizo con deforestación y contamina- el nivel del mar. Lo conforman bosques
tera agraria y crearon poblados. Colombiano, región ción del agua. Ello ha empujado pluviales montanos, de páramo, super-
En ese siglo aparecieron las montañosa que a los labriegos a colonizar gra- páramo y la zona nival, destinados a la
hace parte del Huila,
poblaciones de Campoalegre Cauca y Nariño.
dualmente las montañas, cada conservación y estudio de la naturaleza.
(1809), Tello (1811), Pitali- vez a mayor altitud. No obstante, algunos inescrupulosos han
to (1818), Rivera (1888), El Con el cultivo del café, usado esas tierras para cultivar papa,
Hobo (1805), Elías (1830), El Agrado desde el siglo XIX los huilenses co- cebolla y para levantar ganado.
(1837), Suaza (1842), Baraya (1843),
Colombia (1845), Altamira (1855),
Oporapa (1860), Palestina (1860), Aipe
(1872), Saladoblanco (1874), Baraya
(1883), La Argentina (1884) y Algeciras { Fundada
(1898). Para el comienzo del XX, prácti-
camente ya existían todos los municipios
muchas veces
del Huila: el último, Santa María, fue La guerra de conquista del Alto Magdalena exigió
fundado en 1923. fundar Neiva en tres oportunidades distintas. En
IVÁN PARRA

Además de estos, donde habita la 1539, el capitán Juan de Cabrera la estableció en

mayoría de la población, en la actualidad
existen los resguardos de Tama Paez
La Gabriela, Huila Rionegro, Nuevo
Amanecer, Pickwe Ikh, Nam Misak,
La Reforma, La Gaitana, Estación Ta-
laga, Juan Tama, Potrerito, Nam Misak,
Llano Buco, Bache, Rumiyaco, Tamas
del Caguán Paniquita, San Agustín y La
Tatacoa. A estos se suman 14 cabildos
territorio de los indios tamas por orden de Sebastián
de Belalcázar. Este poblado sucumbió a la guerra
11 años después. Luego de este primer revés, Juan
Alonso ubicó a San Juan de Neiva en el sitio de
la actual Villavieja, pero los pijaos la destruyeron.
Por último, el capitán Diego de Ospina y Medinilla
la refundó el 24 de mayo de 1612, como Villa de
Nuestra Señora de Limpia Concepción del Valle de
Neiva. Esta sería la definitiva.
L HUILA

SMITHSONIAN INSTITUTION. BUREAU OF AMERICAN ETHNOLOGY, 1901

El pueblo Nasa, del
macizo colombiano,
ha liderado desde
hace décadas
la organización
indígena y la
recuperación de
tierras en varios
departamentos.

Pueblos indómitos
Los conquistadores españoles tuvieron que luchar para subyugar a los indígenas antes de
empezar a formar la identidad económica y social de Huila. Por fortuna, las huellas de pueblos
desaparecidos y la presencia de los que sobrevivieron hacen parte de su riqueza cultural.
Por María Angélica Suaza Español
Antropóloga, magíster en Historia, doctora en Estudios Arqueológicos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (Enah) de México

L
os primeros seres
humanos habita-
ron el actual te-
rritorio del Tolima hacia el
año 3000 a. C. Pequeños
grupos familiares de ca-
zadores-recolectores ubi-
caban sus campamentos a
cielo abierto, sobre terrazas
aledañas a los ríos y que-
bradas del norte del Huila,
en los actuales municipios
de Neiva, Villavieja, Pa-
lermo y Aipe. Después de
mucho tiempo, cuando
surgieron el sedenta-
rismo, la agricultura y
la alfarería, comenzó
un extenso periodo de
transformaciones so-
ciales divisibles en tres
grandes etapas: forma-
tivo, clásico y reciente.
El formativo (1000
a. C.-300 d. C.) se
caracterizó por la do-
mesticación de algunas
especies vegetales y,
más tarde, animales.
La agricultura generó
nuevas comunidades,
con relaciones políticas
y procesos productivos
más complejos que las
de los cazadores-reco-
1.300
acuerdos han firmado
lectores. Hacia el año
50 a. C. el clima empezó
a cambiar, aumentó la
los indígenas del Huila temperatura y disminu-
con el Estado, en
la última parte del yeron las precipitaciones.
siglo XX. En esta época surgieron
los cacicazgos en el sur
y el occidente del Huila.
Estas sociedades se carac-
terizaron por la jerarquiza-
ción sociopolítica, por tener
un fuerte vínculo religioso
y por especializarse en la
producción y la agricultura.
Alrededor del 300 d.
C., en el periodo clásico,
se presentó una mayor
concentración demográ-
fica en torno a los centros
monumentales, caracteri-
zados como sedes de los

454
cacicazgos, que podían
agrupar entre 1.000 y
5.000 personas bajo una
autoridad política. In-
vestigaciones recientes
señalan la estrecha rela-
ción entre la estatuaria
monumental y las élites
de esta época. Los centros
funerarios más complejos
son el Alto de los Ídolos
y Las Mesitas. Se desco-
noce el destino final de
la cultura San Agustín,
como se conoce a los res-
ponsables de estas obras.
Hacia el 900 d. C. los
pueblos abandonaron la
construcción monumen-
tal, pero desarrollaron
nuevos trabajos de dre-
naje para la agricultura
con el fin de alimentar a
una población creciente.
Cuando Sebastián
de Belalcázar comenzó a
conquistar este territorio
alrededor de 1539, encontró
varias sociedades indígenas.
Al norte, los pijaos, duhos,
pataes y poncos. Al sur, los
andakíes y paeces, asen-
tados en paisajes y climas
diversos. Los españoles lle-
garon al Alto Magdalena
en busca de oro debido a la
noticia sobre la existencia
de un gran señor llamado
Neiva, en cuyo dominio
abundaban minas de este
mineral. No obstante, en
su búsqueda la mayor parte
de la tropa murió por enfer-
medades tropicales.
La conquista española
del Alto Magdalena some-
tió a los indígenas a las en-
comiendas o los combatió.
En esta situación, las enfer-
medades, el trabajo excesivo
y la guerra diezmaron a la
población nativa. Con el
tiempo, muchos pasaron a
trabajar en las haciendas,
pese a que la ley prohibía
esta práctica, mientras otros
huían a las selvas. Algunas
sociedades indígenas no se
resignaron y emprendieron
la resistencia. Las autori-
dades españolas iniciaron
una campaña de reducción
y pacificación de los pijaos
y paeces; de este modo,
evitaban el asedio de un
territorio cercano a Santa
Fe de Bogotá y frenaban
los ataques contra los co-
merciantes que transitaban
entre la capital del virreina-
to, Popayán y Quito.
En 1608 la guerra ter-
minó, pero los españoles
no doblegaron todos los
pueblos, pues en el siglo
XVIII seguían lidiando
con algunos que conti-
nuaban en rebeldía. Fi-
nalmente, al reducir y
pacif icar a los pijaos y
los paeces comenzó la
conquista del territorio,
se afianzó la hacienda en
la provincia de Neiva y
comenzaron las misiones
para enseñar la doctrina
cristiana en los territorios
indígenas. Enfocaron la
catequización en los res-
guardos consolidados de
pijaos, tamas, paeces y
yanaconas.
Después
de la guerra
contra los in-
dígenas rebeldes,
las autoridades
españolas, en-
cabezadas por
el presiden-
te Juan de
Borja, deci-
dieron reunir
Indígenas tama,
retratados en 1873.
Actualmente, sus
descendientes
habitan en el
resguardo Tamas
del Caguán.
a los nativos sobrevivientes deber de adoctrinarlos.
en resguardos y pueblos de Los encomenderos, a
indios, reorganizar la es- su vez, se quejaban del
tructura política indígena poquísimo tributo reco-
y nombrar caciques. lectado, que ni siquiera
En la provincia de alcanzaba para pagar el
Neiva, en el siglo XVII, cura doctrinero y cubrir
las encomiendas se ca- sus necesidades.
racterizaron por la diver- Durante los siglos
XVII y XVIII, la guerra
continuó contra los an-
K MUCHOS DE LOS COLONOS dakíes, quienes habitaban
EXPULSADOS HACIA LA el territorio del sur de la
AMAZONÍA, POR EL AVANCE provincia. Estos nativos
DE LAS HACIENDAS HUILENSE atacaban a los pueblos de
FUERON INDÍGENAS, COMO EL indios, al camino real y a
CASO DE LOS ANDAKÍ. las haciendas. La última
expedición contra ellos
tuvo lugar entre 1663 y
sidad étnica y el exiguo 1665. Sin embargo, du-
número de tributarios. rante el siglo XVIII, las
En las encomiendas per- entradas para reducir-
sistían tamas, otongos, los continuaron. En su
paeces, pijaos, guarapas mayoría, los soldados se
y timanaes. Frecuen- repartían los indios cap-
temente, acusaban a turados y los conducían a
los encomenderos de las haciendas en calidad
maltratar, no pagar los de esclavos.
trabajos, trasladar sin
autorización a la po- INDEPENDENCIA
blación en sus hacien- En la guerra de indepen-
das e incumplir su dencia, los dirigentes pa-
triotas buscaron el apoyo
de indígenas y esclavos.
Los paeces de Tierraden-
tro desempeñaron un papel
notable. En su paso por la
provincia de Neiva, durante
la expedición al sur (1814),
Antonio Nariño contaba
con el respaldo de Martín
Astudillo, cacique paez de
La Plata, así como de los
indios de su comunidad,
para cruzar el páramo de
Guanacas en su camino
ÁLBUM: IMPRESIONES DE UN VIAJE A AMÉRICA 1870-1884 - BANCO DE LA REPÚBLICA
hacia Popayán y Pasto.
Con la independencia
comenzó un proceso para
derogar el tributo indíge-
na y liquidar el régimen
colonial de propiedad co-
lectiva de la tierra, dentro
del proyecto republicano
de crear una ciudadanía
homogénea. Desde 1810,
la Junta Suprema de Santa
Fe propuso abolir el tributo
indígena, lo que sucedió
def initivamente hasta
455
L HUILA
1832. No obstante, en 1810
también consintió la venta
y parcelación de las tierras
de los resguardos, decisión
que años más tarde ratifi-
có el Congreso de Cúcuta,
junto con la supresión del
ron superar la impronta
de la economía colonial.
En esa época percibían a
los resguardos indígenas
como rezagos del pasado
que debían desaparecer en
la nueva república. Des-
indígenas en resguardos surgieron movimien-
donde se ‘civilizarían’ y tos sociales y perso-
evangelizarían para asi- najes emblemáticos de
milarse, posteriormente, la lucha indígena por
como población mesti- recuperar su tierra.
za. Esta actitud racista Es el caso de Manuel
y paternalista arremetió Quintín Lame, indíge-

tributo personal y el ser-
vicio personal obligatorio.
Aunque los indígenas
reaccionaron contra la li-
quidación de los resguardos,
esta se desarrolló sosteni-
damente durante los siglos
XIX y XX. Sin embargo,
su implementación fue
lenta. La ley del 2 de junio
de 1834 reglamentó la re-
partición de los resguardos
y brindó a los gobernado-
res y cámaras provinciales
facultades para aplicarla,
mientras que negaba a los
indígenas la posibilidad de
reclamar. Sin embargo, los
indígenas se resistieron en
pués de 1870 comenzó la
individualización de las
tierras de los resguardos
del actual departamento
del Huila; para ello, el Có-
digo Civil en su artículo
2411 ordenó levantar el
padrón de indígenas de los
resguardos. Así, quedaron
disueltos los de La Gabrie-
la, Paniquita, Órganos,
Naranjal, La Jagua, y, en
otros, como el de Acevedo,
la repartición de sus tierras
se realizó en 1936.
La Regeneración (1886-
1898) propuso proteger a los
contra la diversidad y la
autonomía de las comu-
nidades étnicas. Con la
Constitución de 1886 y
la Ley 89 de 1890 el Es-
tado volvió a reconocer
los cabildos y sus tierras
colectivas, mientras rea- últimos años, según 1980, los antiguos res-
lizaba su disolución defi-
nitiva. Como resultado,
los indígenas quedaron bajo
la tutela de las misiones ca-
tólicas, considerados como
menores de edad respecto
del régimen civil y penal.
Frente a este panorama,
a comienzos del siglo XX
12
na paez que luchó por
recuperar los resguar-
estatuas dos en Cauca, Tolima
monumentales del y Huila, a través de la
parque de San organización y de la
Agustín continúan
extraviadas tras lucha judicial.
ser robadas en los En la década de
el ICANH.
guardos huilenses de
Paniquita y La Gabrie-
la comenzaron de nuevo a
organizarse y movilizar-
se. En la actualidad, en el
Huila viven cinco pueblos
indígenas: nasas, misaks,
emberas, yanaconas y pi-
jaos, con diferentes pro-
cesos históricos en torno
al poblamiento en este de-

{ San Agustín e Isnos

Neiva, Pasto, Túquerres, partamento. Todos estos
Chocó y Cartagena. Y lo pueblos reclaman el reco-
hicieron tanto, que estas cá- La historia prehispánica colombiana tiene como una de sus referencias nocimiento de su identidad
maras se vieron obligadas a más reconocidas la estatuaria monumental (por su gran tamaño) del Alto y la aplicación de políticas
solicitar la suspensión del Magdalena, que se encuentra en los parques arqueológicos de San Agus- que permitan fortalecer su
reparto de resguardos en tín e Isnos. Los parques se establecieron entre 1931 y 1941 a partir del territorio, su autonomía y
sus jurisdicciones. interés generado por la publicación del libro Arte monumental prehispá- mejorar la inversión pú-
nico publicado por el etnólogo Konrad Theodor Preuss en 1931. Hasta ese blica en sus comunidades,
EN OTRAS MANOS momento eran prácticamente desconocidos. Los vestigios hallados datan respetando sus tradiciones
En medio de estos avatares de un periodo entre el 1.000 a. C y el 800 d. C. e identidades.
jurídicos, y a partir de la
Ley 3 del 22 de junio de
1850, las cámaras de pro-
vincia recibieron de nuevo
el poder de arreglar el re-
partimiento, adjudicación y
libre enajenación de los res-
guardos de indígenas. An-
teriormente, la cámara de
la provincia de Neiva expi-
dió la Ordenanza n.º 20 de
octubre de 1849 para fijar
los procedimientos para las
mediciones y reparticiones
de los resguardos, otorgar
facultades al gobernador
y establecer las pautas de
esta tarea. Luego, con la
Ordenanza n.º 30 de 1850,
las autoridades adelantaron
una ofensiva para disolver
GUILLERMO TORRES

los resguardos.
Los gobiernos radi-
cales (1863-1878) busca-

456
Pueblos indígenas
Desde el siglo XVI los indígenas del Huila se han enfrentado a la amenaza de
aniquilamiento. Por medio de diferentes figuras, en especial los resguardos,
algunos pueblos sobrevivieron.

{ Resguardos
del Huila hoy 16
1. Juan Tama
2. Pueblo Nuevo
3. Tama–Paéz La Gabriela 14
4. Nuevo Amanecer–La Meseta Planadas Aipe
5. Pickwe Ikh
Villavieja
6. La Reforma Baraya
7. Nam Misak 15
8. Tama del Caguán
9. Potrerito
10. San Agustín NEIVA 3
11. La Estación Talaga Palermo 8
12. Llano Buco Balsillas
13. La Gaitana
14. La Tatacoa
HUILA Rivera
15. Bache Páez Campoalegre
16. Barzaloza Pisimbalá 12 Yaguará
17. Rumiyaco Inzá
Hobo
13 11 Gigante
13 9

ALBÚM IMPRESIONES DE UN VIAJE A AMÉRICA 1870-1884 - BANCO DE LA REPÚBLICA

13 6
1 4 Garzón
2 7 5
Altamira
Timaná
Isnos Suaza
San Agustín 10 17
Pitalito Acevedo

Palestina
Los seres humanos han habitado el Alto
Magdalena desde hace 3.000 años.
Inicialmente, bandas de cazadores
recolectores-empezaron a crear culturas
que practicaron la agricultura, la
alfarería y la escultura en piedra. La
cultura San Agustín, responsable de las
estatuas monumentales que aún pueden
apreciarse, floreció hace 2.300 años
aproximadamente.

457
L HUILA

Tierra
grande
El Huila ocupa una importante
posición estratégica,
económica, política y militar.
Sus fronteras obedecen a la
conflictiva historia política
regional y nacional.
Por Jean Paul Ruiz Martínez
Historiador de la Universidad Nacional

L
os españoles en
su proceso de
conquista reor-
ganizaron las tierras que
dominaban los pijaos, an-
daquíes, yalcones, paeces y
tamas, entre otros. Al fun-
dar centros urbanos como
Timaná, Neiva y La Plata
durante la conquista del
valle del Alto Magdalena,
buscaron fundamentalmen- Mapa del
te controlar y gobernar el departamento
territorio y las poblaciones. del Huila,
elaborado por
Estas nuevas ‘ciudades’ eran la Oficina de
puntos de frontera y centros Longitudes
OFICINA DE LONGITUDES

de la ‘civilidad’ hispánica. en 1928, bajo

Numerosos indígenas
se resistieron, en espe-
cial a la institución de la
encomienda. Los pijaos
atacaban poblados hasta
destruirlos y asaltaron ca-
minos. Diego de Ospina,
en 1612, fundó por tercera
y definitiva vez la ciudad
de Neiva, que se convirtió
dos años después en la sede
política y administrativa
la supervisión
del ingeniero
jefe Julio
Garzón Nieto.
Durante el periodo indios que aceptaron sus modos de vida. La exis-
colonial las provincias de pertenecer a la sociedad tencia de pueblos de indios
Neiva y Mariquita fueron colonial quedaran bajo y pueblos de blancos res-
vecinas en la región del la figura de los pueblos pondió a una jerarquización
Alto Magdalena. Los indígenas, cuya mayoría del espacio y la sociedad; en
centros urbanos más im- se ubicó inicialmente en dicho marco, las relaciones
portantes eran Timaná, la banda occidental del fueron a veces conflictivas
Neiva y La Plata, aunque río Magdalena. En estas por el acceso limitado a re-

de la provincia. Esta tuvo
la función de frontera co-
lonizadora y, con ello, de
escenario de guerra, espe-
cialmente hacia Timaná,
ya que allí los andaquíes
consiguieron tanto des-
poblar muchos sitios como
que se reunificaran enco-
miendas y haciendas.
paulatinamente Timaná
se fue aislando y empo-
breciendo, mientras que
la villa de Garzón tomó
importancia.
fue nombrada por el
La política social
española y la acción de
misioneros y goberna-
dores lograron que los
descendientes de los
1974
aldeas, que facilitaron la cursos, como en el caso de
cristianización, se cam- las tierras productivas.
La abogada bió la relación de los La provincia de Neiva
conservadora Olga aborígenes con el terri- colonial también cumplió
Duque de Ospina torio. Antes dispersos, la función importante de
presidente Alfonso quedaron concentrados servir de escala en el camino
López Michelsen bajo la organización real que unía a Santa Fe, Po-
como la primera española, lo cual alteró payán y Quito. Su ubicación
gobernadora del
departamento.
los ritmos y significados permitió que las autoridades
de su trabajo, así como locales y las élites partici-

458
paran en el virreinato y se
relacionaran con los cen-
tros de poder. Por ejemplo,
dentro del intercambio con
Popayán y Quito, enviaban
novillos y mulas a cambio de
ropas y telas.
Precisamente, la cría
de ganado fue una acti-
vidad importante para la
economía y los procesos
culturales e identitarios;
alrededor de ella los ha-
bitantes articularon la vida
diaria y transformaron el
paisaje al crear grandes ha-
ciendas ganaderas, como la
de Villavieja. A pesar de
estar en el camino entre
grandes ciudades, las élites
de la provincia de Neiva
no siempre tuvieron re-
laciones armoniosas con
las de Santa Fe, Popayán
y Quito. Ello se desprende
de las controversias por la
imposición del precio del
ganado, de la presión de la
Real Audiencia sobre los
criadores de la provincia o
de la intervención directa
de la élite santafereña en
las actividades económicas
de la misma.
La división territorial
provincial permaneció con
la primera república. Neiva
proclamó su independen-
cia en 1814 y expidió en
septiembre del mismo año
la Constitución del estado
libre con representantes de
Neiva, La Plata, Timaná
y Purificación. Todo este
edificio republicano se vino
abajo con la reconquista en
1816. Después, tras la inde-
pendencia absoluta, Neiva
quedó agregada en 1821 a
Cundinamarca, pero recu-
peró el estatus de provincia
en 1831. No obstante, volvió
a ser parte de Cundinamar-
ca en 1857. La anexión a
este departamento y el
centralismo afectaron a las
provincias vecinas en el Alto
Magdalena: Neiva y Mari-
quita. Por ese motivo, desde
la zona promovieron con-
formar una sola provincia,
aprovechando la afinidad
física, económica y cultural.
El Congreso de la Re-
pública comenzó a consi-
derar la unión de Neiva
y Mariquita en la década
de 1850 en medio del im-
pulso federalista, pero sin
éxito. Solo se hizo posible
como consecuencia de la
revolución de Tomás Ci-
priano de Mosquera contra
Mariano Ospina en 1860.
Influyentes liberales del
sur y occidente de Cun-
dinamarca se aliaron con
el caudillo caucano, y al
parecer como contrapres-
tación Mosquera creó el
estado del Tolima el 12 de
abril de 1861. Esto debilitó
territorialmente a Cun-
dinamarca y originó un
colchón con Cauca. Esta
decisión le trajo ventajas
geopolíticas al caudillo
caucano, ya que las élites
del Tolima le eran afines.
El Pacto de la Unión centro la pidieron en Nata-
del 20 de septiembre de gaima y Purificación; y los
1861 ratificó la existencia del sur plantearon a Neiva.
del estado del Tolima. La Los argumentos giraron en
Constitución de Rionegro torno a las posibilidades de
de 1863 lo hizo uno de los desarrollo que brindaría la
nueve estados soberanos del ciudad elegida, motivo por
periodo federal y, como tal, el cual los interesados difun-
pudo promulgar su propia dieron imaginarios de urbes
Carta Magna y códigos, como faros de civilización,
mientras señalaban a las
K AL ESTAR EN EL CAMINO vecinas y contrincantes
ENTRE BOGOTÁ, POPAYÁN Y como inferiores y no aptas
QUITO, LAS ÉLITES DE LA REGIÓN para capital.
En el proceso, acom-
ESTABLECIERON FUERTES
pañado por el crecimien-
RELACIONES COMERCIALES Y DE to urbano, describieron y
PODER EN ESTAS CIUDADES. estudiaron la región con
su enorme diversidad, y
definir su división territo- crecieron las identidades
rial, administrar justicia, el locales a partir de la dife-
servicio de correos y tener renciación con los otros,
ejército propio. mientras avanzaban en el
La represa de Desde entonces, deter- discurso unificador según
Betania le dio minar la capital se convirtió el ideal de progreso de
al Huila un en un tema clave en la agen- la época.
nuevo polo da política. Líderes del norte La capital cambió en
de desarrollo
económico y solicitaron ubicarla en Iba- varias ocasiones. Según la
turístico. gué o Mariquita; líderes del forma como variaba el poder
local y nacional, se fortale-
cían facciones de un partido
JUAN CARLOS SIERRA
y cambiaban las relaciones
entre las élites. Purificación
fue capital en 1861, Neiva
en febrero de 1863 y Na-
tagaima en noviembre del
mismo año. Ibagué lo fue en
1866, en un periodo en que
el liberalismo dominaba en
el Tolima, particularmente
los mosqueristas tanto al
norte como al sur del es-
tado. Durante el gobierno
conservador en el Tolima y
con preponderancia de las
élites del norte entre 1867
y 1876 la capital fue Iba-
gué hasta que se trasladó
al Guamo en 1870. Nue-
vamente lo fue Ibagué en
1876 hasta que se trasladó
a Neiva como producto de
la victoria de los liberales
en la guerra del mismo año.
Con esta comenzó la etapa
de dominio liberal radical en
el Tolima, que culminó con
la victoria de los liberales
independientes aliados con
los conservadores en 1885.
459
L HUILA
LA IGLESIA COLONIAL
DE NEIVA
Es uno de los templos más
antiguos del departamento.
Data de la época colonial.
En 1791 la demolieron para
reedificar un nuevo templo
bajo la dirección del maestro
albañil mayor Esteban
Lozano. En esta pequeña
iglesia, de un solo cuerpo
y coro en la parte frontal,
recibieron el bautismo

JUAN CARLOS SIERRA

personalidades como José
María Tello, Waldina Dávila,
José Eustasio Rivera y
Rodrigo Lara Bonilla.

Desde la Constitución
de 1886, el departamento
del Tolima volvió a tener
a Ibagué como su capital
y se fortalecieron las élites
conservadoras. A pesar de
la centralización con que
comenzó el siglo XX y de
la derrota de los liberales en
la guerra de los Mil Días, en
1905 tuvo eco en el Con-
greso de la República la
idea de que existían otras
divisiones territoriales
que desde el federalismo
nacieron varios departa-
mentos y entre ellos el
Huila, lo que reconoció
legalmente unas condi-
ciones políticas, sociales
y económicas ya existentes.
El departamento nació
mediante la Ley 46 de
1905, el 29 de abril, de la
Asamblea Nacional Cons-
tituyente y Legislativa.
Por poco se llama Neiva,
aunque al final recibió el
nombre de Huila como el
volcán nevado, cumbre visi-
guerra con los pijaos o en
dibujos de la Comisión
Corográfica de la década
de 1850.
La citada ley conformó
al Huila con las provin-
cias de Neiva y del Sur del
departamento del Tolima,
que se encontraba dividido
en cuatro provincias. De la
provincia de Neiva hacían
La carencia de parte Neiva, La Unión y
una buena Campoalegre, mientras
infraestructura que Gigante, Pitalito y
obstaculizó el
Santa Librada hacían parte
con dos grandes diferen-
cias: la primera, la ausen-
cia de La Plata, Paicol y
Carnicerías, poblaciones
que previamente, el 11 de
abril de 1905, quedaron
segregadas del Tolima para
crear una provincia en el
Cauca, pero que pronto
regresaron a la jurisdic-
ción del Huila. La segunda
diferencia es la ausencia
de Natagaima, Coyaima,
Alpujarra, Ataco, Dolores
y Prado, poblaciones que

TRAVELS IN THE REPUBLIC OF COLOMBIA - 1824

se hicieron visibles como
causa de desequilibrios e
inestabilidad territorial,
poblacional, electoral y
fiscal. Como solución
ble en la región y punto de
referencia para los habitan-
tes. De hecho, este aparece
desde los informes de Juan
de Borja de 1608 sobre la
desarrollo e
integración del de la provincia del Sur. El formaban parte del norte
departamento departamento, entonces, de la provincia de Neiva
hasta bien
entrado el
se conformó básicamente y que con la creación del
siglo XX. con lo que fue la provincia Huila quedaron como la
de Neiva en 1850, aunque parte sur del Tolima.

460

“El Huila es un río”
El Magdalena es la fuente de la vida material y espiritual del
Huila. Las relaciones del pueblo con el río definen la historia
y el futuro del departamento.
E
“ l Huila es un río”. Con esa frase el
erudito Gilberto Vargas Motta
sintetizó lo que ha sido la vida del
departamento. Así como todo el agua del
Huila corre hacia el río, todos los pueblos
de las montañas, los valles y las llanuras
miran hacia él.
Desde su nacimiento en la laguna de
La Magdalena a 3.685 metros de altitud,
en el páramo de las Papas, su torrente cruza
aproximadamente 565 kilómetros hasta
llegar a la falla geológica de Los Rápidos
o Salto de Honda, que marca el límite del
Alto Magdalena.
Hace 12.000 años el hombre hizo pre-
sencia en la región. En el siglo XVI, los
pueblos indígenas poblaban los valles del
Magdalena y sus tributarios, un territorio
inconquistable para los españoles, que ter-
minaron por llamarla valle de la Tristura.
Durante casi tres siglos, los hom-
bres y las mercancías que arribaban a las
costas sobre el Caribe debían remontar
el Magdalena hasta el Salto de Honda.
Desde allí solo podían navegar pequeñas
embarcaciones, los champanes, hechos
de uno o varios troncos e impulsados
por la fuerza de los bogas que remaban,
río abajo, con canaletes, y empujaban, río
arriba, con pértigas.
Los bogas trabajaban todo el día y des-
cansaban en las playas. Paulatinamente,
los bogas indígenas desaparecieron y los
sustituyeron africanos, merced al mercado
esclavista. Ellos llevaban una vida difícil,
pero llena de belleza, como lo cantó José
Eustasio Rivera: “Un crepúsculo inmenso la
imponencia realza /de este río salvaje que en
los montes se interna; / Van silbando los bogas
una música tierna / y a sentir el paisaje, me
reclino en la balsa”.
Junto a los bogas estaban los pesca-
dores, pobladores de las riberas del río
que cosechaban sus frutos: bagre, dorada,
rayado, peje, pataló, sardina, sábalo, guabina,
cucha, moino y su majestad el bocachico.
Liadas a los pescadores, las lavanderas,
que fumaban chicote mientras refregaban
prendas, propias y ajenas, para ayudar a la
economía familiar.
A quienes vivían en el río los acom-
pañaban seres fantásticos como
los mohanes, descritos
Pese a la riqueza e
importancia de las
personas que se
movían por el río en la
colonia, la mayoría de
los bogas y habitantes
eran muy pobres.
El Magdalena nace en el
Macizo Colombiano y
recorre cerca de
565 kilómetros en
la región del Alto
EMGESA
Magdalena, hasta los
raudales de Honda.
por primera vez por Juan de Castellanos
como sabios indígenas versados en la magia.
Luego se convertirían en personajes míticos,
duendes de pelo, uñas y barbas largas, siem-
pre con un chicote en la boca. Raptaban a
las mujeres, jugaban tretas a los pescadores y
hacían naufragar las piraguas y champanes.
Bogas, pescadores, lavanderas y demás
gentes del río eran pobres, habían vivido
de su trabajo en el agua, pero siempre lle-
varon el pescado y la arepa a la mesa. Esa
realidad comenzó a cambiar en el siglo XX.
En la actualidad, solo una pequeña parte
de la antigua cultura del río se reproduce
durante algunas horas en los concursos
de las fiestas populares, como las de Aipe,
donde se realizan las últimas justas de bogas
por el Magdalena.
La modernización cambió las relaciones
con el río. El Estado intentó infructuo-
samente hacerlo navegable; los pueblos
ribereños se convirtieron en ciudades y le
VOYAGE PITTORESQUE DANS LES DEUX AMÉRIQUES, 1841
volvieron la espalda; comenzaron a caer-
le toneladas de tierra provenientes de las
minas, productos agroquímicos de la revo-
lución verde y la influencia de las hidroeléc-
tricas, que modificaron su dinámica.
461
L HUILA

Entre haciendas y campesinos

Huila basó su economía en la ganadería desde la colonia, después en la recolección de
productos como la quina o el caucho, y ahora también en el arroz, café y cacao.
Por Miguel Darío Cano Marín
Historiador de la Universidad Nacional de Colombia

A
medida que el Im-
perio español do-
minaba las tierras
de lo que sería el Huila, fue
naciendo un sistema basado
en la extracción minera y en
la hacienda ganadera, gracias
a que las poblaciones indí-
genas habían quedado redu-
cidas en encomiendas. Esto
hizo que desde la colonia los
asentamientos de Timaná,
La Plata y Neiva se espe-
cializaran en abastecer de
ganado vacuno a los entables
mineros, pero, en especial, a
los centros económicos de
Quito (textil), Popayán (mi-
nero) y Santa Fe de Bogotá
(administrativo).
La actividad ganade-
ra fue posible debido a la
ubicación de la provincia, a
medio camino de las gran-
des ciudades del interior,
y a la destrucción de las
selvas del Magdalena con
el fin de conformar saba-
nas de pastos para las reses.
Esta actividad benefició a
los hacendados, pero tam-
bién creó tensiones entre
los mercados de la carne y
sus subproductos (cueros y
sebo para velas). De hecho,
la Audiencia de Santa Fe
tuvo que prohibir entre
1663-1689, 1741-1747 y
1783-1790 el comercio de
semovientes hacia Quito y
Popayán ante la amenaza de
desabastecimiento, lo que
a su vez generó conflictos.
El caucho fue
explotado primero en
Huila tuvo un desarrollo
Huila y después modesto en los primeros
el departamento siglos frente a otras pro-
LE TOUR DU MONDE, 1879

se convirtió en la vincias, como su vecina

puerta de entrada
para producirlo en Mariquita, que solo en es-
la Amazonía y la clavizados quintuplicaba la
Orinoquia.
462

población total de Neiva.
Cifras publicadas en el libro
Mestizaje y presión fiscal en el
Virreinato de la Nueva Gra-
nada, de Adolfo Meissel,
indican que en 1776 y 1780
Neiva le envió 554 pesos de
plata a la caja real en Santa
Fe de Bogotá, una cifra
exigua frente a los 179.000
pesos que envió Antioquia,
150.000 de Chocó o los
62.000 de Mompox. Por
otra parte, los indígenas
practicaban la minería de
oro, y el dinero entraba a las
arcas coloniales vía tributo.
También el tabaco tuvo im-
portancia para la provincia,
a pesar de que el monopolio
de Ambalema frenó el de-
sarrollo del cultivo.
Esta economía modes-
ta, pero importante para
algunas familias, se vino
abajo con las guerras de
independencia que destru-
yeron el hato y las riquezas
de la región. Luego de la
gesta heroica, el estado
provincial apenas se pudo
sostener con los aportes del
tabaco y la contribución
directa, una innovación
del fisco republicano. Con
el paso del siglo XIX, la
provincia creció geográ-
ficamente debido a la ex-
pansión de la ganadería,
el cacao, y la extracción de
quina y caucho. De hecho,
la población creció soste-
nidamente a lo largo del
siglo, duplicándose cada 40
años hasta llegar a 154.643
habitantes en 1905.
Las haciendas ganade-
ras protagonizaron la vida
social y económica en esta
época, sobre todo en Gi-
gante, Garzón, Pitalito,
Altamira, Campoalegre,
La Jagua, Hobo, Timaná
y Neiva. Tenían sus princi-
pales mercados en Bogotá
y Popayán, y se inserta-
ron en el ámbito mundial
cuando comenzaron a
exportar cueros hacia Es-
tados Unidos y Europa.
Estas propiedades se dedi-
caban mayoritariamente a
la ganadería, pero algunas
servían para abastecer los
mercados locales de pro-
ductos vegetales, a causa de
arrendatarios que muchas
veces caían en un estado
similar a la servidumbre.
A largo del siglo XIX,
el cultivo del cacao cobró
importancia en las ha-
ciendas de Gigante, Hobo
y La Jagua, tanto para el
consumo local como para
abastecer a Cundinamarca,
Antioquia y el Caribe. Este
producto convirtió al Huila
en el cuarto productor na-
cional en 1930, a pesar de
los problemas de falta de
mano de obra, inversión,
tecnificación y vías, que pro-
dujeron una crisis al finalizar
el siglo XIX.
EXTRACTIVISMO
Hacia 1850 comenzaron a
extraer quina, usada contra
la malaria, en las selvas de
Campoalegre, San Francis-
co (actual municipio de Co-
lombia) y San Agustín. Lo
COMISIÓN COROGRÁFICA, BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA
{ Sombreros
de Suaza
Los andaquíes aprovechaban y tejían
la iraca. Desde la colonia, la utilizaron
para fabricar sombreros que han sido
conocidos con muchos nombres, como
nacuma, jipijapairaca, panamá, etcétera.
Los centros de producción tradicionales
y más importantes se ubicaron en el valle
del río Suaza. Para los siglos XVIII y
XIX tuvo su auge comercial, pero luego
esta industria entró en decadencia. Hoy
el sombrero suaceño ha sido reconocido
con denominación de origen para prote-
ger y promover su autenticidad.
hacían empresas privadas
como la compañía Lorenza-
na, de Neiva, y la compañía
Colombia, que enviaba sus
productos a Francia, Gran
Bretaña y Estados Unidos.
Los explotadores de la
quina expandieron la fron-
tera agrícola en las selvas
del Magdalena y la Ama-
zonia por medio de con-
cesiones de tierras, debido
a que la actividad destruía
463
L HUILA
CERÁMICA HUILENSE
La tradición de la alfarería en el Alto
Magdalena se remonta hasta 3.000 años
atrás, aproximadamente. En el presente,
la alfarería huilense se enmarca en la
producción tradicional; en esta domina la
cerámica roja para construcción (bloques,
tejas, adoquines) y artesanías (vajillas,
muñecas, chivas). La mayor densidad de
fábricas, en su mayoría microempresas, se
encuentran en los municipios de Pitalito,

JUAN CARLOS SIERRA

San Agustín, Campoalegre, Baraya, Palermo
y Aipe. Tienen sus principales mercados en
los departamentos de Caquetá, Putumayo,
Cauca y Tolima.

los árboles y obligaba a
los interesados a buscar
constantemente nuevas
selvas vírgenes.
El ciclo de la quina se
acabó hacia 1880, pero muy
pronto la reemplazó el cau-
cho. Los caucheros agota-
ron muy pronto las selvas
del norte y el centro del
país, y dejaron a la Amazo-
nia y la Orinoquia como las
reservas más importantes a
nivel nacional. Huila sirvió
de base de la colonización
del piedemonte amazónico,
desde poblaciones como
Algeciras y Campoalegre.
Además, funcionó como
VOYAGE À LA NOUVELLE GRENADE, 1869
a los mercados del Caribe
a través del Magdalena.
Hacia mediados de
1920, muchos capitales for-
jados con los negocios de la
quina y caucho invirtieron
en extraer oro y plata, en
empresas como la Compa-
ñía Minera del Tolima, con
minas en Aipe, Pitalito, El
Hato, Íquira, Órganos, El
Retiro, Neiva y La Plata.
Sin embargo, la explotación
minera tomó la forma de
enclave y produjo muy poca
inversión en la zona.
El cambio de siglo
traumatizó a la nación y al
departamento, debido a la
caída de los precios de las
materias primas en los mer-
cados internacionales y a la
guerra de los Mil Días, que
sacrificó un número impor-
tante de civiles, e impuso a
los sobrevivientes régimen
de impuestos y préstamos
obligatorios que los arrojó a
El cultivo del la miseria. Por otra parte, los
arroz se conoce ejércitos diezmaron nueva-
en el Huila
desde el mente el hato ganadero del
siglo XVI, departamento. El comercio
cuando fue fue otro afectado por la gue-
introducido rra, en especial entre Neiva
por los
españoles y Florencia (Caquetá),
desde Asia. lo que desplazaría el
circuito del caucho
Pitalito, Paicol y Paler-
mo resultaron las prin-
cipales damnificadas por
la guerra. Sin embargo,
hacendados, jefes políticos
y militares despojaron en
forma recurrente de las
tierras a los campesinos
en medio del conflicto.
UN NUEVO BINOMIO
Hacia 1936, los huilenses
dedicaban el 91 por cien-
to de la tierra del depar-
tamento a pastos para la

centro de intercambio hacia Iquitos (Perú).

y comercio del caucho Las haciendas
embarcado con destino ganaderas del Agrado,
Baraya, La Plata, Yaguará,
Campoalegre, Colom-
bia, Villavieja, Timaná,
Garzón, Neiva, Tello,

464
ganadería. Afortuna- la Compañía Colombia el ferrocarril llegó hasta a la dificultad de diversifi-
damente, el cultivo del trajo el cultivo del café Neiva solo desde 1938. car su matriz productiva y
arroz desafiaría este uso al Huila, que comenzó Por otra parte, en 1956 desarrollar un proceso de
irracional de los terre- en El Milagro y El To- el gobierno nacional otorgó industrialización que le per-
nos. De la existencia de tumo. Con el tiempo se la concesión Neiva 540 a mita independizarse de los
ese cereal en la región se expandió por todo el de- la compañía Intercol para mercados de materias pri-
tiene noticia por el cro- partamento, sobre todo buscar y explotar petróleo mas (café, petróleo, arroz),
nista fray Pedro Aguado
desde el año 1580. En el
siglo XVIII la provincia
70
por ciento de la
en el sur con La Plata,
Carnicerías (Tesalia) y
Garzón, pero hacien-
en los municipios de Neiva,
Tello, Villavieja, Palermo,
Aipe y Baraya, con un área
y adaptarse al cambiante
panorama global.
producción agrícola en
de Neiva era conocida Gigante se dedica do presencia en Neiva, de 49.000 hectáreas. Sin
como proveedora de ga- al cacao, lo que La Unión, Colombia, embargo, la extracción co-
nado y arroz, que culti- convierte a este
municipio en la
Íquira, Palermo, Gi- menzó a ser importante solo { Producción
vaban principalmente en capital gante, San Juanito, desde 1965. Entre 1975 y
Aposentos, Campoale-
cacaotera del
departamento. Baraya, Garzón, Re- 1981, aumentó a una tasa agrícola
gre, Rivera y Palermo. tiro, entre otros. Desde promedio de 43 por cien- opita
En el siglo XIX, Llano 1950 se convirtió en to anual. A la década de
Grande dominaba en este el principal sector eco- 1990 la conocen como la Producto Toneladas
producto. Sin embargo, los nómico de la región, por era dorada del petróleo en Café 851.640
productores de Campoale- encima del cacao, el arroz el Huila, cuando llegó a Arroz 138.878
gre introdujeron la agricul- y la ganadería. extraer 815 barriles diarios Maíz 77.673
tura moderna del arroz en Al invertir en la cons- en 1999. Desde entonces la Panela 42.149
la década de 1920. La ganadería trucción del ferrocarril y producción ha disminuido Granadilla 29.418
Mientras que los lati- se utilizó en de la red de carreteras de- constantemente.
Fríjol 23.809
fundios ganaderos ganaban gran como
medida
partamentales, planeadas La economía del Huila
productividad por el arroz, instrumento en torno a la vía férrea, los sigue teniendo su base en la Maracuyá 18.580
el café les permitió a los para invadir huilenses pudieron desa- agricultura y la ganadería. A Mora 7.201
colonos de las faldas de las nuevas tierras rrollar la siembra del arroz estos sectores tradicionales Pitahaya 4.331
y controlar
cordilleras, expulsados por territorios y del café. Desde 1914 los se agrega la construcción Uva 4.088
la ampliación de las hacien- con poca líderes políticos del depar- y el petróleo. En la actua- Cacao 3.788
das, insertarse al mercado mano de obra. tamento gestionaron la lidad, el departamento se Tabaco 3.130
internacional. Hacia 1860, construcción de una línea encuentra rezagado en el Badea 1.231
que conectara a Girar- crecimiento respecto del
Cholupa 1.105
dot, Neiva y Caquetá. promedio nacional, con
En 1930 comenzó a problemas importantes de Curuba 461
operar la estación pobreza e inequidad. Esta Gulupa 196
de Villavieja, pero situación se debe, en parte, Producción en toneladas

LE TOUR DU MONDE, 1879

para el año 2015

465
L HUILA

Con aroma propio

Huila, hoy por hoy, es el mayor productor de café de Colombia y, junto con Cauca y Nariño,
conforma un nuevo eje cafetero. Más de 70.000 familias dependen de este producto.

A
unque suene increíble
para muchos, en el siglo
XXI el Huila se convir-
tió en el productor de mejor ca-
lidad y mayor volumen de café
en el país, a la cabeza del nuevo
eje cafetero, junto con los de-
partamentos de Cauca y Nariño.
Soportan este liderazgo, por un
lado, miles de pequeñas familias
productoras y, por otro, una pro-
ducción tecnificada en cerca del
40 por ciento de las plantaciones
del departamento. Esto les per-
mite a los cafeteros ahorrar miles
de millones de pesos en insumos
y evitar los pesticidas.
Tener un modelo basado en
grandes volúmenes de grano de
altísima calidad le permitió al
caficultor huilense independi-
zarse de los precios de referencia
internacionales, y cotizar a niveles
históricos en Europa, Japón y
Estados Unidos. Sin embargo,
en los últimos años, el precio de
los agroinsumos y la menor inver-
sión en el sector están haciendo
tambalear el modelo.
La Federación Nacional de Ca-
feteros y el Comité Departamental
35
de los 37 municipios
del departamento
tienen cultivos de
café, sobre todo en
el sur, en laderas que
alcanzan los 1.500
metros de altitud.
prácticas desarrolladas por el
Centro Nacional de Investi-
gación del Café (Cenicafé).
El café de calidad alcan-
zó uno de sus logros más
importantes con la deno-
minación de origen Café
del Huila, otorgada por la
Federación Nacional de
Cafeteros y registrada por
la Superintendencia de In-
dustria y Comercio en 2013.
La mayor parte de la
producción cafetera
Esta denominación se rea-
en el Huila es lizó a partir de una identi-
familiar, en ficación objetiva, tras varios
PATRICIA RINCÓN

comenzaron este esquema al pro- propiedades que años de analizar con técnicas
no superan las 1,5
mover la política de renovación y hectáreas. de espectrometría más de
tecnificación en la primera década 1.900 muestras de diferente
de este siglo. Esta medida permi- procedencia y época para
tió superar el comportamiento cíclico de años a enfrentar las variaciones y crisis de determinar su identidad. Gracias a este
crecimiento y contracción registrado desde los precios del café mediante una economía trabajo, la federación caracteriza al café del
1980. Además, fortaleció el sector hasta diversificada, con el turismo como una de Huila por “una impresión global balanceada,
llegar a su punto más alto en 2012, cuando sus expresiones más importantes. con notas dulces, acidez y cuerpo medio/alto,
aportó el 14 por ciento del PIB del Huila En Huila cultivan café en 35 de los fragancia y aroma intenso, con sensaciones
y el 45 por ciento del PIB agropecuario. 37 municipios del departamento, y hay frutales y acarameladas”.
El calentamiento global resultó un fac- involucradas más de 70.000 familias. El Ese mismo año, los cultivadores
tor fundamental para que el cultivo de café 96 por ciento de los caficultores poseen sus del Huila ganaron el primer y segundo
se desplazara hacia el sur del país, pues lo propias fincas, de 1,5 hectáreas en promedio, puesto del certamen Taza de la Excelencia
dificulta en zonas tradicionales cercanas a y producen el 82 por ciento de la cosecha. Colombia 2013. También participaron
los 1.200 metros de altura y lo empuja a La principal zona de cultivo se concentra del paro cafetero adelantado por
regiones sobre los 1.500 metros, como las en el sur, en especial en Pitalito, convertido los productores del país, quienes se
montañas de Huila, Cauca y Nariño. Por en el municipio más cafetero del país. La enfrentaron tanto con el gobierno nacional
otra parte, el antiguo Eje Cafetero, inte- renovación cafetera produce variedades como con la Federación Nacional de
grado por Antioquia, Quindío, Caldas y como colombia, castillo y caturra de la Cafeteros por las políticas y condiciones
Risaralda, le ha apostado desde hace varios especie Coffea arabica, cultivadas con nuevas que amenazan el futuro del sector.

466
En el corazón del virreinato
La red de caminos reales se basó en
Camino
muchas ocasiones en los indígenas. En el El Almorzadero Camino
La Alpujarra
virreinato, la provincia de Neiva, servía de
interconexión entre Santafé y las provincias
de Popayán, en el occidente y Quito al sur.

Camino
Camino de La Nutria
del Oro

HUILA Camino
de La Quina

Camino Camino
de Guanacas de las Minas

Camino
El Letrero
o Las Papas

Camino
de Puerto Rico

PRINCIPALES RUTAS EN LA NUEVA GRANADA

Minería y comercio interregional impulsaron la
necesidad de interconectar las regiones en la Colonia.

Camino
de Guacacallo
Camino
de Andaquíes

La red de caminos
coloniales de los
Andes centrales
convergían
en la ruta que
comunicaba
a Santafé y
Quito. Los paños
y lienzos del
sur eran las
mercancías más
importantes.

467
L HUILA
Por su ubicación, Huila ha
sido la puerta de entrada
o salida entre el sur
y el centro del país, y de
este con la Amazonia
y la Orinoquia.
GUILLERMO TORRES

La frontera del mundo andino

Aunque no hay estudios profundos, el Huila tuvo una clara influencia en el poblamiento y
colonización del Caquetá. La economía ganadera es el ejemplo más claro de esta relación.
Por José Jairo González Arias
Investigador del Centro de Estudios Regionales del Sur (Cersur)

E
l Caquetá ha reci-
bido migraciones
a lo largo de su
historia por cuenta de las
bonanzas de la extracción
y sesenta tuvo un im- también acompañado No hay estudios que
pacto fundamental en por una colonización permitan ponderar el
el poblamiento de las campesina, armada en importante influjo de la
regiones de coloniza- algunos casos. Duran- colonización huilense en
ción como Arauca, los te la década del setenta esta región. Al respecto,

de materias primas, por
los planes de colonización
liderados por el Estado a
mediados del siglo XX, y
por la ininterrumpida vio-
lencia política del centro
del país. La mayor parte de
los colonos provienen del
Huila, su vecino y la ruta
natural para comunicarse
con los Andes central y
oriental, y con el Atlántico,
a través del Magdalena.
La violencia de los
años cuarenta, cincuenta
1932
llanos, las zonas selvá- y parte del ochenta, en la documentación dispo-
ticas del Magdalena el territorio caqueteño nible demuestra en forma
Medio y del Caquetá. Con la guerra contra prosperaron consecu- indiscutible la presencia
Para este último, los el Perú también se tivamente todas las de colonos oriundos del
estudios coinciden en de inició un fuerte ciclo formas de expresión Huila en los procesos más
poblamiento de la
señalar que su pobla- Amazonia desde el del malestar r ural significativos, sobre todo
miento decisivo tuvo interior del país. (paros cívicos, marchas en las empresas de quina
lugar en la década de campesinas y guerrilla y caucho. La ruta Colom-
los cincuenta. Luego, en rural). Estas llegaron a un bia, que del municipio de
los setenta, bajo el influjo trágico desenlace con la Colombia pasaba a los
de las expectativas gene- guerra del Caquetá entre llanos de San Martín y
radas por los planes de 1978 y 1982, a lo cual de allí al alto Caquetá, era
colonización de la Caja se ha agregado que las la más antigua entre los
Agraria y el Incora, surgió mafias cocaleras se ex- dos territorios. También
otro repunte migratorio, pandieron notablemente. había otras, como la ruta

468
del neme, que del munici-
pio de Acevedo penetraba
el Caquetá por las márge-
nes de los ríos Pescados y
Bodoquero, hasta el Or-
teguaza y el río Caquetá;
la ruta de Neiva y San
Antonio de Fortalecillas a
la Hacienda Balsillas y el
Alto Pato en el Caquetá;
la ruta sociedad Perdomo
de Campoalegre, La Vir-
ginia y La Estrella hasta
San Vicente del Caguán;
la ruta Londres, de Gi-
gante hacia Puerto Ric; y
la ruta Pizarro con itine-
rario Guadalupe, Resinas
y Florencia.
Todos estos trayectos
se relacionan con la ex-
plotación de la quina y el
caucho, que involucraron a
contingentes de hombres
de todo el país. Pero, desde
la crisis del caucho, las pri-
meras colonias de vocación
campesina fueron, en su
mayoría, huilenses.
Así lo señaló monse-
ñor Esteban Rojas Tovar,
obispo de la diócesis de
Garzón, en 1910 al pre-
fecto apostólico del Ca-
quetá, doctor don Fidel
de Montclair: “Casi todos
los habitantes de estos pue-
blos son originarios de mi
diócesis (Garzón)”. Cuatro
años más tarde denunció
el carácter destructivo de
la actividad cauchera, y
los obstáculos a la ver-
dadera colonización y
asentamiento campesino.
Monseñor Rojas también
dio cuenta de la existencia
en el Caquetá de ubica-
ción campesina mayori-
tariamente huilense en
las primeras décadas del
siglo XX. A lo largo de
las décadas del treinta y
el cuarenta, dichos em-
plazamientos se consoli-
daron y extendieron a lo
largo de los ríos Caguán,
Orteguaza y Caquetá.
Por otro lado, pasadas
las contiendas bélicas del
conflicto colombo-perua-
no, algunos excomba-
tientes se quedaron en la
región como colonos para
aprovechar las facilidades
otorgadas por el Estado.
Muchos de ellos se fun-
daron a lo largo de los ríos
Orteguaza y Caquetá.
En la década del cin-
cuenta se desencadenó un
repunte de los migrantes
huilenses hacia el Caque-
tá. La violencia generali-
zada en el departamento
del Huila expulsó masiva-
mente campesinos hacia
esa zona. Esta nueva
colonización tuvo dos
ejes: la ruta Neiva-Pla-
tanillal-Balsillas- San
Vicente del Caguán, por
un lado, y Neiva-Alge-
ciras-Guacamayas-San
Vicente, por el otro. Estos
ejes se complementaron
con la ruta de El Pato y
San Vicente del Caguán.
Mientras que en El Pato,
a partir de la década del
sesenta, se superponen las
colonizaciones campesina
y la armada, en la región
de San Vicente el modelo
de latifundio ganadero se
impuso sobre la coloniza-
ción campesina.
En todo caso, bien por
la vía de la colonización
campesina o por la de la
extensión del latifundio
ganadero, los huilenses se
expandieron en la región
noroccidental caqueteña,
K HABITANTES DEL HUILA
HAN ESTADO PRESENTES EN
TODOS LOS CICLOS ECONÓMICOS
Y DE POBLAMIENTO DEL
CAQUETÁ, DESDE INICIOS DE LA
REPÚBLICA HASTA HOY.
y con ellos llevaron su
cultura y su forma de
ganarse la vida. Por otro
lado, la carretera Guada-
lupe-Florencia estimuló
el éxodo de los pueblos
década que en las anteriores. No obstante,
huilenses limítrofes.
En la década del se-
tenta, los huilenses man-
tuvieron su presencia
mayoritaria en Caquetá.
En 1976, el Inderena
discriminaba la siguiente
composición de migran-
tes de este departamen-
to por cuencas: Fragua
Grande, 19,5 por ciento;
Yurayaco y Fragua Cho-
rroso, 25,05 por ciento;
Pescado, 11,44 por cien-
to; Bodoquero, 56,37 por
ciento; Guayas, 20,27 por
ciento; y Caquetá Cordi-
llera, 32,26 por ciento.
Todos estos porcentajes
superan significativa-
mente a los de migrantes
de otras regiones.
Finalmente, pese a que
en las décadas del setenta
y del ochenta el porcenta-
je de migrantes huilenses
disminuyó sensiblemen-
te, los opitas accedieron
a todas las estructuras
productivas, culturales y
políticas del Caquetá.
DEFORESTACIÓN
En Huila deforestan menos en la última
municipios como Acevedo, Palestina,
Santa María, Garzón y Saladoblanco
siguen perdiendo cobertura vegetal.
Además, el departamento ha sido un
corredor histórico para el transporte
y extracción de productos desde la
Amazonia, en este caso, madera de
bosques primarios de la selva. La
agricultura también deforesta los valles
fluviales, el piedemonte amazónico y los
bosques de niebla y páramos.
ESTEBAN VEGA LA-ROTTA
469
L HUILA

Entre conservadora y radical

Desde el comienzo de su historia como departamento, el Huila se debatió entre
conservadores, liberales y grupos radicales que no dudaron en utilizar la violencia como
un recurso más de su arsenal político.
Por Ánderson Manuel Vargas Coronel
Magíster en Derecho de la Universidad Nacional, investigador del grupo de Justicia, Derecho y Desarrollo Global

TOMADO DE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA, 1962

E
l reconocimiento
del Huila como
departamento en
1905 abrió las puertas al
desarrollo de sus élites
políticas, en un proceso
que comenzó en 1885 y se
extendió hasta la primera
mitad del siglo XX. Esta
evolución estuvo marcada
por la consolidación de
los políticos y seguidores
del Partido Conservador
frente a las ideas liberales,
gracias a su hegemonía en
el poder desde 1886. La
figura de monseñor Este-
ban Rojas Tovar propició
el arraigo del conserva-
durismo, la defensa de la
tradición católica y de la
integridad institucional
como estandartes de la
lucha contra los peligros
de la modernización y del
liberalismo.
Durante la Regenera-
ción, el arraigo de estas
ideas en el Huila fue
posible debido a la reac-
ción conservadora ante
la confiscación de bienes
La violencia de la Iglesia, la expulsión
entre liberales y de sacerdotes y la educa-
conservadores
en Huila y sur
ción pública, promovidas
del Tolima a nivel nacional por el li-
generó oscuros beralismo hasta 1885. A
y sanguinarios partir de ese año, se fijó
bandoleros
como Chispas, el inicio de la hegemonía
tercero de azul, matizada sin mayor
izquierda a éxito por algunos proce-
derecha. sos políticos que aboga-
ron por la creación de una
tercera plataforma parti-
dista, aprovechando las
divisiones internas de los
partidos tradicionales. Es
el caso de la agrupación
política Unión Republi-
cana, que, impulsada en el
Huila por Anselmo Gai-
tán, pretendía convertirse
en una fuerza mediadora
ante la radicalización del
bipartidismo.
Durante los años vein-
te asomaron en la escena
huilense avisos de cambio
y transformación, jalona-
dos básicamente por dos
factores: primero, el am-
biente de movilización
social y la entrada en
escena de nuevos acto-

470
res influenciados por las Fue así como, por ejem- tica huilense se desarrolló
de portar un trapo rojo o
ideas del Partido Socia- plo, el 21 de abril de 1935 en medio de los afanes de
azul y mucho más, de iden-
lista, de Manuel Quintín asesinaron a cuatro diri- la Unión Nacional por
tificarse como liberal o con-
Lame, de ‘los bogas’ y del gentes conservadores en mantener el control de la
servador, eran detonantes
sindicalismo. Y segundo, el municipio de Timaná a ya palpitante confronta-
de la intolerancia y el odio.
la adopción por las élites manos de la policía libe- ción bipartidista. Sin em-
tanto liberales como con- ral; o lo ocurrido a inicios
servadoras de la necesidad de 1937, cuando un grupo
K EN 1984, LAS POBLACIONES bargo, la persecución de
conservadores a liberales
DEL HOBO (HUILA) Y CORINTO se acentuó por causa de
de modernizar la infraes- de militantes conservado-
tructura y de desarrollar la res fueron asaltados por (CAUCA) SIRVIERON DE SEDE la distribución de cargos
economía local. carreteros liberales en el DE LOS ACUERDOS DE PAZ en la administración pú-
La derrota infligida municipio de La Plata. CON LAS GUERRILLAS DEL blica local. Esta situación
al Partido Conservador A partir de allí, los en- M-19 Y EL EPL, LOS QUE NO se desbordó tras el 9 de
en las elecciones presi- frentamientos partidistas PUDIERON CONCRETARSE POR EL abril, cuando regiones
denciales del 9 de febre- estuvieron a la orden del INCUMPLIMIENTO DE LAS PARTES. como el Alto Magdalena,
ro de 1930 derivó en una día y se desarrollaron en que vivían momentos de
transición política hacia todos los niveles. Como Entre 1946 y 1974 el agitación social, fueron
el liberalismo. A pesar de dato importante, el Huila territorio opita fue es- duramente reprimidas a
caracterizarse por el uso se convirtió en un territo- cenario principal de la través de grupos afines al
de la violencia en depar- rio receptor de migrantes Violencia en el país. Este conservadurismo como
tamentos como Boyacá o desplazados por la violen- periodo presenta por lo la policía chulavita; esto
Santander, en el Huila se cia de otros departamen- menos cuatro fases: generó focos de resis-
vivió de forma relativa- tos, por lo que tuvo que tencia armada concen-
mente pacífica. Esta situa- enfrentar fuertes oleadas 1. Radicalización de la trados principalmente al
ción podría explicarse de de inseguridad y de vio- política (1946-1950). norte del departamen-
forma parcial como uno lencia en sus campos. Durante la presidencia de to bajo el auspicio del
de los efectos El detonan- Mariano Ospina la polí- Partido Liberal.
colaterales del te de la máxi-

SERGIO REYES - LA NACIÓN

conflicto con el ma expresión
Perú, pues, de- de violencia
bido al interés durante la pri-
del pueblo hui- mera mitad del
lense en torno siglo XX fue
a los territorios el asesinato de
del Caquetá y
del Putuma- 36 Jorge Eliécer
Gaitán. Pron-
yo, las élites votos en la Asamblea to, el silencio
partidistas del Nacional Constituyente se convertiría
decidieron declarar
departamento ilegal al Partido en tensión y la
parecieron con- Comunista en 1954. tensión en vio-
centrarse tran- lencia generali-
sitoriamente en promover zada, que se extendió de la
la defensa de la patria por Asamblea Departamental
encima de los partidos. del Huila a sus pueblos y
Sin embargo, superado campos. Allí, los liberales
el conflicto y tras la vic- protestaban recurrente-
toria del liberal Alfonso mente por los hechos de
López Pumarejo, los re- violencia desarrollados en
presentantes del Partido el departamento, como el
Conservador se retiraron asesinato de sus copartida-
de las elecciones, lo que rios a manos de la policía
llevó a los liberales a ser conservadora en Algeciras,
la fuerza mayoritaria en la Yaguará o Baraya.
Asamblea Departamental. Con el 9 de abril tam- Las tumbas
de algunos bandidos,
El control liberal bién quedaron atrás las como la de Saúl
agudizó el ambiente de disputas clericales o sin- Quintero en Neiva,
radicalización política en dicalistas que dividían a hoy son sitios de
peregrinación de
el departamento y favore- los simpatizantes de ambos personas que van
ció el abuso de poder en partidos. A partir de ese a pedir favores y
contra de sus opositores. momento, el simple hecho hasta milagros.

471
L HUILA
2. Crisis de la democra- posiciones que permitió a
cia (1950-1953). los comunistas afianzarse
La agitación provocada en el noroccidente (por
por el asesinato de Gaitán su cercanía con Marque-
repercutió en los férreos talia), nororiente (por su
intentos del gobierno con- cercanía con El Pato) y
servador por controlar a occidente del Huila (por
las bandas y cuadrillas li- la cercanía de Riochiquito
berales que amenazaban y su influencia en Tesalia,
con derrumbar al Estado. Nátaga, Íquira y Pacarmí).
Estos intentos combina- 4. Frente Nacional
ron medidas políticas, (1958-1974). El resque-
como el nombramiento brajamiento de la política
del conservador Gustavo de conciliación de la dic-
Salazar como gobernador tadura llevó a los partidos
del Huila, en 1951, con tradicionales a la creación
la exacerbación de un frente
de la identidad civil para asegu-
conservadora; rar la transición,
esta legitimaba desembocando
la acción ‘ejem- en el periodo
plarizante’ de la de 16 años de
policía chulavi- presidencia al-
ta y de grupos ternada entre

23
como los Pája- liberales y
ros en el norte conservadores.
NATALIA BOTERO

del depar ta- masacres han sido Durante estos

mento, llegan- registradas en el años, los focos
do a justificar entre departamento, d e re s i s t e n -
1980 y 2012,
la ejecución de ejecutadas por cia comunista,
decenas de líde- diferentes grupos abrigados en su se encontraba en cam- El acumulado parte de un banda con-
res liberales en armados. lucha por el ac- paña a la Asamblea del histórico de servadora al mando de
personas
la región. ceso a la tierra, Huila, hecho que deri- desplazadas alias el Mico, detonante
lograron consolidarse, a vó en la reorganización del Huila por para la persecución de
3. Dictadura (1953-1957). pesar de la actividad de los de los comunistas y en la violencia los paramilitares por el
El gobierno militar de grupos civiles de conserva- la proyección de Pedro hasta gobierno departamental;
2018 es de
Gustavo Rojas Pinilla dores armados con quienes Antonio Marín (Manuel 140.833, curiosamente, estuvo pre-
hizo que el enfrentamien- protagonizaron un vaivén Marulanda Vélez) como según cifras cedida por su legalización
to entre liberales limpios, de masacres y retaliacio- su máximo jefe. Segun- obtenidas a nivel nacional con la
del Registro
liberales comunes y co- nes. En 1961 el control do, la masacre de Peñas Único de
expedición del Decreto
munistas terminara por de las fronteras del Huila Blancas, ejecutada con- Víctimas 3398 de 1965 y de la Ley
sentar las bases para la con los departamentos del tra 26 campesinos el 22 (RUV). 48 de 1968. Y, tercero,
concreción del conflicto Tolima, Cundinamarca y de octubre de 1962, por la Operación Marque-
armado que se extiende Meta por los comunistas talia, que si bien diluyó
hasta hoy. Gran parte de llevó a fuertes operativos las ‘repúblicas indepen-

{ Corredor
estas disputas se desarro- militares, tanto de liberales dientes’, catapultó a las
llaron en el departamento limpios como de conser- autodefensas comunistas
del Huila. Esto se expli- vadores y del Ejército, que
ca parcialmente, ya que, derrumbaban las esperan-
estratégico a su reagrupamiento en
las montañas del Huila y,
luego de un breve tiempo zas de alcanzar una salida Dentro del conflicto armado, el Huila de ahí, a la primera con-
de actividad coordinada negociada al conflicto. se constituye como el cruce de cuatro ferencia del bloque Sur
entre las diferentes gue- Por lo menos tres mo- corredores estratégicos. en 1964 y a la creación
rrillas, un sector liberal mentos claves ocurren en • Sumapaz: comunica al departamento de las Farc.
atendió a los llamados el departamento duran- con Meta y Cundinamarca. Tras la cuarta confe-
• Amazonia: lo conecta al norte con
de paz de Rojas Pinilla, te los primeros años del Caquetá, Meta y la cuenca del Orinoco.
rencia de las Farc en 1971
mientras que los comu- Frente Nacional: primero, • Al sur: lo une con Caquetá, Cauca y (El Pato, Caquetá), esta
nistas continuaban en- el asesinato del máximo Putumayo. guerrilla abrió las puertas
frentando a la dictadura. líder guerrillero comu- • Pacífico: lo comunica con Tolima, a su expansión en el de-
Estas dispustas se convir- nista Jacobo Prías (el Valle y el Pacífico. partamento, decisión que
tieron en una guerra de Charro Negro) mientras coincidió con dos fenó-

472

menos. Por un lado, la le-
gitimidad de la respuesta
violenta del Estado entre
los hacendados huilenses,
que fueron víctimas de
la práctica de secuestros
y extorsiones como mé-
todos de financiación
guerrillera. Por otro lado,
el relativo desarrollo de
la economía agraria y
minera, que facilitó el
surgimiento de amplias
capas de trabajadores,
jornaleros y pequeños
propietarios agrícolas.
En medio de este
panorama, las décadas
de 1970 y 1980 presen-
taron, primero, algunos
cambios en el panorama
político local, que fueron
alimentados por el creci-
miento de la movilización
y la protesta social. En
consecuencia, el Partido
Liberal y sectores alter-
nativos como la Anapo,
la UNO o la Unión Pa-
triótica (UP) ganaron
ARCHIVO SEMANA
algún terreno frente al
Partido Conservador. Y,
segundo, una utilización
recurrente de los estados
de sitio para reprimir la
creciente manifestación
social (estudiantil, sin-
dical, campesina y cívi-
ca) por considerarla una
actividad de propaganda
insurgente.
Aunque no son cla-
ras las cifras de victimi-
zación en estos años, el
alto costo social de las
estrategias insurgentes y
contrainsurgentes des-
plegadas en el Huila se
manifestaron en la pro-
liferación de bombar-
deos, enfrentamientos,
secuestros y capturas que
ponían en el ojo del hu-
racán a los ciudadanos y,
principalmente, a quienes
protestaban por mejorar
sus condiciones de vida.
E s t a s s it u a c ione s
generaron masivos éxo-
dos de campesinos que,
desde los extremos del Imágenes de escenario de por lo menos
departamento e incluso la destrucción 23 masacres cometidas por
producida
desde los territorios del en uno de
los diferentes grupos ar-
Caquetá, se desplaza- los muchos mados legales e ilegales.
ron hacia las principa- atentados de Con los acuerdos de
les ciudades del Huila, las Farc en paz con la Farc, los hui-
Neiva, durante
llegando a protagonizar la última lenses aspiran a construir,
tomas como la registra- década. por fin, un departamento
da en octubre de 1980: próspero y más justo para
unos 2.000 campesinos todos, tal y como muchos
se dirigieron hacia Neiva lo soñaron.
para protestar por la ola
de terror que los azotaba.
El cierre del siglo XX
en la historia política del
Huila presentó un avance
de contrastes entre inicia-
tivas de paz y fuertes olea-
das de violencia. Durante
Monseñor
el gobierno de Belisario Esteban Rojas
ARCHIVO - LA NACIÓN
Betancur, el municipio de Tovar, primer
Colombia fue sede tran- obispo de
sitoria de conversaciones la diócesis
de Garzón
de paz con las Farc, y e ícono del
municipios como Pitalito conservatismo
promovían encuentros por intransigente
en la región.
la paz. Sin embargo, no se
puede pasar por alto que
entre 1980 y 2012 el de-
partamento del Huila fue
473
L HUILA
poblar la provincia con indígenas traídos
de la Amazonia y del sur.
La presencia afrodescendiente o negra
en el territorio es reciente. Al Salado y
luego a Itaibe, en la zona de Tierraden-
tro, llegaron cimarrones huyendo de las
plantaciones del norte del Cauca. Arri-
baron inicialmente 15 y tras ellos muchos
otros. Este es el único referente lejano
de presencia negra en el territorio. Dos
hechos marcan la presencia más cercana.
Primero, los Juegos Nacionales Deporti-
vos, celebrados en Neiva en 1980, evento
al que asistió un equipo de baloncesto del
Chocó, y todos sus miembros se quedaron
en la capital huilense. El segundo hecho,
de la misma época, fue la construcción de
la represa de Betania, que trajo abundante
mano de obra del Valle del Cauca y el
Caribe, quienes también se asentaron
permanentemente en territorio opita.
El pueblo rom o gitano permanece en
el imaginario de los mayores, que recuer-
dan cuando sus miembros se paseaban
de pueblo en pueblo. Instalaban carpas,
Decenas de familias mostraban y vendían caballos finos y, en
THE BURTON HOLMES LECTURES, 1901

provenientes del
Oriente Medio las ferias, las mujeres adivinaban el futuro
atravesaron el en las líneas de las manos. Sin embargo,
Atlántico y los no quedan evidencias de descendientes
Andes para llegar
a lomo de mula al
del pueblo rom en el Huila.
Huila, en busca de A Colombia llegaron árabes a partir de
un mejor futuro. 1880 y desde esa época ya transitaban por

Un pueblo con todos

los caminos del departamento. Procedían
de lo que hoy son Siria y Líbano, como
súbditos del Imperio otomano, por lo cual
los llamaban turcos. Viajaban a América a

los colores y razas

la que identificaban con Estados Unidos.
La primera ola migratoria arribó por mar
a puertos de América Latina, debido a
las restricciones de desembarco impuestas
por la guerra civil estadounidense.
Indígenas, mestizos, afrodescendientes y migrantes de diversas La segunda ola migratoria se presentó
partes del mundo, especialmente árabes, han construido a lo tras la Primera Guerra Mundial, cuando
se disolvió el Imperio otomano y sus an-
largo de la historia un rico tejido social y cultural. tiguos territorios quedaron en calidad de
protectorados de Francia e Inglaterra. Los
Por Ángela Adriana Segura P. y Benjamín Alarcón Yustres antiguos súbditos otomanos viajaron
Magísteres en Conflicto, Territorio y Cultura de la Universidad Surcolombiana por mar hasta América en busca de
familiares o paisanos de la primera

V
arios pueblos han habitado a través del actual departamento migración. La tercera ola se produ-
del tiempo el territorio del Huila. y enfrentaron en la con- jo con el fin de la Segunda Guerra
En la prehistoria, muchos grupos quista al avance español. Mundial y la aparición del Estado de
y culturas vagaron por sus montañas, selvas La explotación, las Israel, asentado en tierra Palestina. Por
y ríos, como la cultura Salamanca (hacia el enfermedades y los ase- esto, la mayoría de emigrantes fueron
500 d. C.), cuyos vestigios se hallan en el sinatos ejecutados por los
actual municipio de Colombia; o la cultura conquistadores, práctica- 15 palestinos, practicantes del islam.
Los primeros llegaron a un te-
San Agustín (500 a. C.) responsable de la mente, extinguieron a los almacenes de telas que rritorio en conflicto donde los habi-
estatuaria monumental, quienes desapare- indígenas en el territorio. había alrededor del tantes intentaban forjar una nación
parque Santander
cieron sin dejar rastro. En el siglo XVI, yal- A causa de esto, durante eran de sirio- y construir un Estado. La Consti-
cones, nasas y pijaos habitaban el territorio la colonia se intentó re- libaneses. tución de 1886 estaba vigente, pero

474
la herencia liberal de la de Rionegro, de
promover la apertura de mercados y las
actividades económicas librecambistas,
creó las oportunidades para que los árabes
se insertaran en la economía. Lo hicieron,
sobre todo, por medio del comercio, como
dignos herederos del pueblo fenicio y de
los comerciantes de mercaderías entre
Asia y Europa.
Llegaron por Puerto Colombia a Ba-
rranquilla, donde se asentó la mayoría, Las familias sirio-
y luego se desplazaron hacia el interior libanesas son una de
del país por los ríos Sinú y Magdalena, las poblaciones de
en champanes y barcos de vapor. Por el ARCHIVO SEMANA
inmigrantes más
importante que llegó
Magdalena arribaron a Girardot y esta- a Colombia desde
blecieron una colonia árabe que llegó a finales del siglo XX.
sumar poco más del 10 por ciento de la
población. Allí, tuvieron un alcalde (1937) una amplia población árabe: David Alcid personas como Felipe Abdalá e Igna-
que luego sería presidente de la república, Aljure, Abbas Turbay, Moisés Géchem cio Fadul, quienes llegaron antes de la
Julio César Turbay Ayala. Convirtieron Chalela, Juan y Karim Sefair, José Cha- guerra de los Mil Días y fueron testigos
Girardot en despensa de mercancías que lela; el padre de Alcid y abuelo de Gui- de sus atrocidades.
importaban y despachaban a Santa Fe, llermo Plazas Alcid, nacido también en El café comenzó a finales de siglo. La
al occidente y al sur del país. Baraya, fue de los primeros en pasar al expansión hacia el sur y luego sobre la
En 1905 se creó el Caquetá tras el caucho; vertiente oriental de la cordillera Central
departamento del Huila. K EN HUILA ES COMÚN igual con Abbas Turbay, coincidió con la depresión que vivía la
Para ese entonces la an- ENCONTRAR PROFESORES abuelo de Jorge Eduar- economía huilense por los efectos de la
tigua provincia de Neiva do Géchem, también guerra civil, que disminuyó la población
había conocido cuatro DE OTRAS REGIONES QUE nacido ahí, que en el masculina joven y el hato ganadero. El
bonanzas efímeras que LLEGARON EN BUSCA DE Caquetá montó una café creó una clase media emergente
habían dejado un capi- NUEVAS OPORTUNIDADES. gran hacienda. con nuevas necesidades, incluyendo las
tal básico irrigado en su ESTA OTRA MIGRACIÓN LA Por el Magdalena conexiones, los desplazamientos y esta-
población: oro, quina, HA ENRIQUECIDO. y los caminos de he- días en Neiva. Para satisfacerlas, llegaron
sombreros suaceños o de rradura traían y lleva- nuevos árabes a montar almacenes, luego
iraca, y caucho, a pesar de que este último ban mercancías y productos en un país hoteles y más tarde empresas de trans-
no se desarrolló en su territorio, sino en fragmentado e incomunicado. Al sur de porte automotor, así como a participar
uno de su influencia. Neiva viajaban en recuas de mulas en las en el comercio y trilla del café. Esos
La Empresa Colombia, instalada en que traían sombreros de iraca, cacao y árabes fueron José Náder, Leonidas Lara,
San Francisco, actual municipio de Co- panela desde Suaza, Guadalupe y Na- Abdo Rujana, Nayibe Sarquís, Mantura
lombia, norte del Huila, extrajo quina ranjal; pasaban por Neiva hasta llegar a y Nelly Murad, Teófilo Hakim, Alfredo
sobre la ladera occidental de la cordillera Girardot, para embarcarlos rumbo a los Cassir, Camilo Saab, Gabriel Aljure, los
Oriental. El camino a San Francisco puertos en el Caribe. De regreso, venían hermanos Tapicha, los hermanos Fadul
implicaba desembarcar en Villavieja y con sal, lienzos y liencillos, que vendían y los hermanos Amar, únicos drusos no
desplazarse a Santa María de la Nutria, a lo largo del camino de Neiva-Timaná, cristianos; luego, Lázaro Aljure, Teófilo
hoy Baraya, para repostar en una especie al fiado, para pagar con la cosecha. De Zajar y León Galat, quienes montaron,
de campamento de paso. Por allí transitó esta labor se encargarían, entre otros, en la década del treinta, los tres primeros
hoteles cuando el carro y el tren acerca-
ron las localidades y Neiva se aproximó
INMIGRANTES OPITAS al resto del país.
Guillermo Plazas Alcid ofrece uno de los
Finalmente, cuando el Huila entró
mejores ejemplos de la presencia e influencia
de los herederos de los migrantes libaneses
en la era de la agricultura tecnificada del
en el Huila. Su abuelo, Alfredo Alcid migró arroz, sorgo y ajonjolí, se instalaron en
a Colombia al final del siglo XIX y buscó Pitalito Hamid Saad y Jorge y Camilo
fortuna por tierras del Caquetá y del Huila. Saa; igualmente Edmundo Aljach Zajar,
Su nieto, oriundo de Baraya, tuvo que luchar campeón mundial de boxeo antes de llegar
con la pobreza en sus primeros años, pero a Colombia, quien después se convirtió en
gracias a su tenacidad se hizo abogado en la líder deportivo en Pitalito y diputado de
Universidad del Cauca. Su carrera política lo la Asamblea Departamental. Los últimos
PAOLA CASTAÑO

ha llevado a trabajar en algunos de los más altos árabes en llegar fueron Ezeding Sabbag
cargos: alcalde de Neiva, congresista, ministro de y Tonny Freiyi Zajar, para ocuparse de
Justicia y constituyente en 1991. actividades de entretenimiento.

475
L HUILA

¡Fiesta!
En la provincia, indígenas,
españoles y negros se
amalgamaron, no sin ciertas
resistencias, para formar
identidades que lentamente
consolidaron una forma de ser.
Por Ana María Guzmán
Historiadora, Universidad del Tolima

E
n el Alto Magdalena concurrie-
ron paeces indómitos, andaquíes
rebeldes, yalcones insumisos, pi-
jaos belicosos, españoles conquistadores
y católicos, y africanos esclavizados. Esta
amalgama cultural se organizó en el siste-
ma colonial en torno a las celebraciones
religiosas. Las fiestas de Nuestra Señora de
la Limpia Concepción del Valle de Neiva El primer traje diseñado
celebradas desde 1761, durante la noche específicamente para el

JUAN PABLO GÓMEZ R.

de velitas, fueron las más importantes du-
rante la colonia. Pero el calendario festivo
y litúrgico comprende muchísimas cele-
braciones, dentro de las que se destacan las
fiestas patronales, la devoción al Santísimo
Sacramento, el Corpus Christi, y las fiestas das a placeres populares, canto, baile, y a
de San Juan y San Pedro. Como señala el la unificación del territorio mediante el
historiador Bernardo Tovar, en la Historia goce festivo.La fiesta de San Pedro, que ha
comprehensiva de Neiva (2013), estas últimas tenido mucha más resonancia en Neiva, se
celebraciones “han contribuido y servido de caracterizó por la exótica musicalidad opita,
soporte para la articulación y, construcción de en la que se destaca el bambuco guiado por
la identidad huilense y en particular, neivana”. la tambora y la rajaleña, de la que procede
San Juan y San Pedro se instituyeron el Sanjuanero huilense, compuesto por An-
como el ceremonial festivo regional más selmo Durán Plazas en 1936.
importante. En dichas celebraciones los Durante el siglo XX llegaron grandes
pobladores realizaban representaciones transformaciones institucionales. En 1959
teatrales, y desde fines del siglo XVIII el el gobierno departamental creó el Festival
desfile de Cabalgata. Folclórico y Reinado Nacional del Folclor
Para el siglo XIX en Ibagué y un año después el Festival Fol-
estas fiestas es- clórico y Reinado Nacional del Bambuco
taban asocia- en Neiva. En ambos festivales conservaron
JOSÉ ANTONIO ‘RUMICHACA’ CUÉLLAR
El padre del rajaleña nació en Neiva, en 1911, y
0BRA DE JAIME PITI SILVA SILVA
baile del Sanjuanero
fue presentado por
Elvira y Elcira Ferro en
las fiestas de 1961.
tradiciones gastronómicas como el bizco-
chuelo de achiras, cucas, panderos, alfan-
doques, arequipes y otros dulces propios
del territorio. Además del cerdo que en su
preparación local se conoce como lechona.
En 1961 surgió la Organización del
Festival del San Pedro y el Bambuco,
que promovió el traje típico: para las
mujeres, blusa blanca de manga hasta la
mitad del antebrazo y arandela rodeando
el escote, falda semirredonda a media
pierna, con flores estampadas y adornos
en su cabeza. Para el hombre, camisa
blanca con pechera, pañuelo raboegallo,
sombrero suaza, ruana calentana, cinturón
y pantalón de rayas.
En Neiva, al igual que en muchos te-
rritorios del país, la colonia dejó una fuerte
impronta en la cultura hasta bien entrado

dedicó su vida a cultivar y estudiar el folclor regional.
Compuso e interpretó, junto a la tambora, infinidad de
rajaleñas, abordando con picardía temas de política o
recitando coplas coquetas para enamorar. También fue
un reconocido fabricante de instrumentos musicales,
cuya tradición corre el riesgo de perderse. En su
honor se realiza el Concurso de Rajaleñas
Rumichaca, en el que se reúnen músicos y
amantes de este aire popular.
el siglo XIX. Las festividades de San Pedro
y San Juan permitieron, con el pasar de
los años, instaurar prácticas cotidianas de
diversión en la tierra caliente, al construir es-
pacios de relacionamiento entre los sectores
sociales y al crear identidades regionales y
locales. Por tal razón, las festividades se han
tornado elemento central de la identidad
de estos territorios.

476

CORTESÍA CODENSA - EMGESA
Al filo del mañana
Una nueva era ya comenzó en el Huila, pero aún es necesario
fortalecer la democracia e impulsar el desarrollo científico.
E
l Huila se enfrenta a dos desafíos
de escala planetaria: el cambio
climático y el fin de la era del pe-
tróleo. En los próximos 20 o 30 años la
temperatura del departamento aumentará
2 grados centígrados, de acuerdo con cifras
del Ideam, lo que repercutirá en la agricul-
tura, en especial, el desarrollo cafetero, al
empujar la frontera agrícola hacia arriba.
Esto producirá nuevos conflictos por tierras,
particularmente en las reservas naturales.
El cambio climático también afectará
los ecosistemas y la silvicultura. El agua
escaseará cada vez más por el actual ma-
nejo irracional y porque las precipitaciones
disminuirán hasta un 30 por ciento para
2040. Así mismo, el futuro de los embal-
ses e hidroeléctricas, que representan las
alternativas más importantes al petróleo en
la matriz energética, se encuentra en tela
de juicio por los altísimos costos sociales y
medioambientales.
Por otra parte, los recursos petroleros
de la región se agotarán en un rango de
5 a 20 años, y ello liquidará la principal
fuente de ingresos del Estado nacional y
departamental. De estos recursos depende
una parte importante de la inversión social
y en infraestructura. No obstante, el depar-
tamento experimenta desde hace muchos
años la insuficiencia de la renta petrolera
por cuenta de su mala administración, a
pesar de las disposiciones de las Leyes 756
de 2002 y 781 de 2002.
Los trabajos para enfrentar estos desafíos
enormes son igualmente extraordinarios.
Comienzan por resolver los problemas
de cubrimiento y calidad educativa sobre
todo en el sector rural, que dobla las cifras
de analfabetismo de las ciudades.
“Las universidades y el sector productivo
agrícola han dado pasos agigantados por ar-
ticularse para superar la era del petróleo en la
fabricación de agroinsumos de base biológica”,
afirma Juliana Sarmiento, representan-
te legal de una las empresas aliadas de la
Universidad Nacional de Colombia para
el desarrollo biotecnológico en la región.
Pero la ciencia por sí sola no alcanza
para construir un futuro viable para el Huila,
pues el desarrollo necesita la gobernabilidad
democrática (PNUD, 2008). En efecto,
La represa del Quimbo puede
contener hasta 3.205.000.000 de
metros cúbicos de agua,
provenientes de los ríos Suaza
y Magdalena. Esta megaobra
puede ser un polo de desarrollo
económico y social.
CACAO
Los opitas han cultivado el cacao desde
la colonia, uno de los renglones más
fuertes de su producción agrícola. En la
actualidad, el Huila ocupa el cuarto lugar
en la producción nacional, pero, al igual
que en el café, los cacaoteros le apuntan
a producirlo en forma limpia y libre de
metales pesados, para sacar cacaos
de fino aroma, de la máxima calidad a
nivel mundial. Ese fruto, frente a otros,
permite sembrar un futuro más sólido.
según el sociólogo opita José Jairo Gonzales
Arias, el departamento necesita profundi-
zar tanto la democracia política como la
territorial. Para ello, debe aprovechar la paz
para construir una estructura multimodal
de tenencia de la tierra en el departamento,
en la que quepan la pequeña, la mediana,
la colectiva y la gran propiedad.
“Con una mejor distribución de la tierra es
posible resolver el problema de la expansión de
la frontera agrícola”, afirma Arias. Así mismo,
con una planificación racional del uso de la
tierra, los conflictos por la misma se pue-
den permutar por iniciativas de desarrollo
impulsado en los avances científicos.
477
 L HUILA

Para entender
al Huila
Arte precolombino al igual que artesanías,
obras, comida y festivales forman parte del
patrimonio de este departamento. Aquí,
algunos de los más representativos.

JEAN-JACQUES GRANDVILLE, 1848

‘Alonso Quijano, el bueno’
(1930)
El humanista huilense Julián Motta Salas provee, con au-
dacia pero con mucha ciencia, una nueva jornada de aven-
turas de don Quijote y Sancho Panza, con ocasión de la in-
vitación del Caballero del Verde Gabán para volver a verle.
Esta correría literaria logra alcanzar reconocimiento del pú-
blico y de críticos tan importantes como Baldomero Sanín
Cano. Motta Salas encarnó el ideal humanista a través de
CORTESÍA PROEXPORT

su amor a las lenguas y su pasión literaria.

JUAN PABLO GÓMEZ R.

’Sanjuanero‘, joropo huilense
La otra variante principal del bambuco en el Huila es el sanjuanero. El
maestro Anselmo Durán Plazas compuso la música del Sanjuanero Hui-
lense en 1936, interpretado por primera vez, en tiple, por la señorita Sofía
Gaitán Yanguas. La danza, que se originó en las verbenas familiares y pos-
teriormente se desarrolló en los reinados populares, fue canonizada por
la coreógrafa Inés García Durán, hacia 1960, con ocho pasos definidos.
Rápidamente, se convirtió en el centro de la celebración de la fiesta de San
Pedro y del Reinado Nacional del Bambuco.
-
.
a
s El cadáver Asado huilense
o (1975)
La tradición del asado huilense pertenece a la idiosincra-
La muerte de un compañero de armas en la lu- sia rural y es la vianda preferida del pueblo para celebrar
cha por la vida es la ocasión para reflexionar sus fiestas patronales. Para San Pedro no puede faltar,
profundamente sobre una existencia difícil en la sea preparado en el seno familiar o consumido en uno de
provincia. La tragedia de la obra es la quietud los muchos hornos de barro que se encuentran por do-
y la decadencia de los pueblos. Benhur Sánchez quier en el departamento. El protagonista es el marrano,
Suárez (Pitalito, 1946) es uno de los exponentes adobado con sal, pimienta, ajo, tomillo, orégano, laurel y
más importantes de la literatura en la región. Ha pimentón; algunos agregan cerveza, pero esto es moti-
combinado su labor literaria con la pintura y con vo de disputa… Al cerdo lo acompañan los insulsos (en
una incansable gestión cultural. todas sus variantes), la arepa y en ocasiones el plátano.

478
 Waldina Dávila de ‘Atardecer en la
Ponce de León quebrada de la Tatacoa’
(óleo sobre tela)
Un deseo de emancipación inspira la obra
de esta poeta, dramaturga y narradora Ricardo Borrero Álvarez (1874-1931) na-
huilense del siglo XIX. Publicó sus versos ció en Aipe, en el seno de una familia aco-
CORTESÍA LA NACIÓN

en el libro Poesías de 1884, que alberga modada. Adelantó su formación artística

33 de sus composiciones. También se con- en Bogotá. Su obra es academicista por-
servan algunas de sus piezas que sigue con rigor las diferentes normas
teatrales, como Zuma de maestros y escuelas a los que acude.
Rajaleña (1892). Dávila re- No obstante, su talento tiene fuerza pro-
presenta el inicio pia y se expresa con realismo en paisajes
Esta es una variante del bambuco, basada en de la literatura y temas de exteriores. Su Atardecer es

BANCO DE LA REPÚBLICA
la métrica de tres cuartos, aunque también huilense en tanto uno de los mejores ejemplos del paisajis-
la interpretan en seis octavos. Es música es la primera auto- mo academicista colombiano.
popular asociada con la faena campesina, ra opita en publicar
ruda, pícara y jocosa, que cantan con coplas sus obras, a pesar de

BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO

que riman por regla en el segundo y cuarto la crítica ácida de al-
verso. Sus letras tratan asuntos de la gen- gunos de sus con-
te trabajadora, que vive enamorando a las ciudadanos.
muchachas, burlándose de los compadres y
satirizando los males que los aquejan.

‘La venturosa’
(1947)

Esta novela de Ramón Manrique (1894-1965) se desarrolla en la

finca La Venturosa, en donde se dan cita dos personajes que se pre-
guntan por la suerte del mundo antiguo en la Colombia moderna.
En esta charla surge la narración de algunos hechos de la guerra
de los Mil Días, en los que es posible apreciar las tradiciones, ideas
y espíritus del pasado. La misma guerra aparece como un capítulo
del Apocalipsis.
{ Palabras
de la tierra
Selección: Instituto Caro y Cuervo
‘Tierra de promisión’
(1921)
Aguatudo: sombrío, oscuro.
En su primer libro, José Eustasio Rivera (1888-1928) expuso
el encuentro del hombre con la naturaleza en los tres escenarios Bichiloradas: ideas sin valor, pensa-
ARCHIVO PARTICULAR

que se dan cita en el Huila: la selva, la montaña y el llano. Los 55 mientos caprichosos.
sonetos que componen Tierra de promisión se fijan en la realidad
y captan a partir de ella lo trascendente, como la violencia del Chambilo: deforme, feo.
galopar de los potros, el vuelo de la garza y el espíritu.
Culimbo: confundido, perdido, des-
orientado.
Chiva artesanal
JUAN CARLOS SIERRA

Guarapazo: golpe contundente.

Hace 44 años Cecilia Vargas inventó una pieza de cerámica
inspirada en su cariño por los buses de escalera o chivas Jícara: beber, sorbo de una bebida.
que recorren los caminos rurales de Colombia. Ella es solo
una representante de una familia de artistas en la que se Mocho: caballo, cabalgadura.
destaca su madre, la señora Nora Triana, quien se hizo fa-
mosa, entre muchas obras, por su muñeca orquídea. Pero Ñuco: novato, joven, sin experiencia.
la chiva de Cecilia terminó por convertirse en un símbolo
nacional, creado por primera vez con el barro de Pitalito, Pánfilo: pálido, turbado.
Huila, y adornado con los colores y frutos de la tierra que
tienen las verdaderas. Zurumbático: confundido.

479
 16
ÁREA DE PEGUE
CINTA ADHESIVA DE DOBLE FAZ
-
1 2

LOMO FASCÍCULO
15
3 4

FASCÍCULO No.

5 6

POSTALES. 1. Reconstrucción de montículo funerario, Mesita A del Parque Arqueológico de San Agustín, 1971.
2. Mercado en Neiva, 1955. 3. Garzón, 1955. 4. Indígenas guambianos en La Plata, circa 1960. 5. Artesanos en Pitalito,
2008. 6.Campesino a orillas del río Magdalena, Neiva, circa 1970.
C R É DI TOS 1. ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE LUIS DUQUE GÓMEZ, 1971 2. Y 3. NILS BONGUE, WWW.BONBAR.CO 4. PADRE ANDRÉS MARÍA RIPOL, B.P.P 5. JUAN CARLOS SIERRA 6.ARCHIVO ALEC - INSTITUTO CARO Y CUERVO