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El conde Lucanor – Argumento

Personajes:

Conde Lucanor: Es una persona culta por su lenguaje, es inseguro y a su vez sabio gracias a que siempre
está pidiendo consejos a personas mayores.

Él considera que las personas mayores han vivido más y tienen mucha más experiencia, un consejo
oportuno lo ayuda a cometer menos errores en su vida y salir airoso de cada problema que se le presenta.

Pertenece a la nobleza, es un conde muy culto y educado, en sus vivencias diarias se encuentra con
diversos problemas en los que se ven involucradas sus tierras y vasallos.

Patronio: Es un hombre muy sabio y culto, por eso es el consejero principal del conde.

Un hombre de avanzada edad, cuenta con muy buenas habilidades y utiliza un lenguaje muy elocuente.

Sus consejos son oportunos, ya que aconseja con historias del pasado, para ayudar a abrir la mente de
quien consulta y así poderlo ayudar a prosperar en sus caminos.

El mancebo: Hombre joven y soltero.

Mujer brava: Mujer amargada y brava que es obligada a casarse con un mancebo, este la manipula
causándole miedo y ella obedece el resto de su vida.

El genovés: Es rico en tierras y joyas, con muchos servidores, vive en Génova y está a punto de morirse.

El alma del genovés: El alma del genovés, la misma que está a punto de dejar el cuerpo del genovés.

Doña Truhana: Es una mujer pobre que siempre va al mercado a vender miel, es muy soñadora.

Siempre vivía de ilusiones, queriendo ser rica, algo que nunca logra.

Sus esperanzas están puestas en puras fantasías, por eso su riqueza la tenía en sus pensamientos y nunca
la pudo materializar.

Resumen de El conde Lucanor

Los cuentos y las aventuras del libro de El conde Lucanor empiezan con una conversación, en donde el
conde le dice a su fiel consejero Patronio que tiene un problema, el cual quiere resolver y necesita un
buen consejo.

Patronio siempre le responde demostrando gran humildad en sus palabras. Patronio le recita cuentos de
los cuales el conde puede sacar una gran enseñanza y así tener soluciones a sus problemas.

El final del libro se da con una estrofa formada por dos versos, en donde se condensa la moraleja de la
historia.

Al final de cada cuento viene una frase que resulta de difícil interpretación, pues hace alusión a una
historia que no está plasmada en el texto. Escritores como José Manuel Blecua afirman que esto se debe a
que el contenido de los cuentos, hace alusiones a miniaturas tomadas del códice original, en el cual si se
plasmaban las narraciones anteriores.

Cuentos de El conde Lucanor

CUENTO I. Lo que sucedió a un rey con un ministro suyo.

Este cuento narra lo sucedido cuando el Conde Lucanor le cuenta a su consejero personal Patronio, sobre
cómo un amigo le ha pedido cuidar parte de sus tierras mientras se encuentra ausente. Entonces Patronio
le cuenta una historia de un rey que le tiene mucha confianza a un ministro, pero él solo quiere apoderarse
de todos sus bienes.

CUENTO II. Lo que sucedió a un honrado labrador con su hijo.

Esta historia nos plantea la encrucijada del Conde Lucanor por no saber si debe o no hacer una cosa. Ya
sea que la haga o no, todos lo van a criticar. Por ello, Patronio le narra la historia de un padre y un hijo
que, en su camino al mercado con su bestia de carga, son criticados tanto por montarse, como por no
montarse en la bestia.

CUENTO III. Del salto que dio en el mar el rey Ricardo de Inglaterra peleando contra los moros.

De nuevo, el Conde Lucanor recurre a los consejos de Patronio. En este caso le pregunta cómo eliminar el
pecado de su vida. Patronio le cuenta la historia de un ermitaño y el Rey Ricardo de Inglaterra. El
ermitaño pregunta a Dios ¿quién será mi compañero en el paraíso? Y Dios le responde que será el Rey
Ricardo, ya que ambos han luchado por Dios.

CUENTO IV. Lo que, al morirse, dijo un genovés a su alma.

El Conde le cuenta a Patronio que alguien le ha aconsejado involucrarse en un negocio dudoso. Entonces
Patronio le cuenta la historia de lo que, al morirse, dijo un genovés a su alma. Este genovés era muy rico,
y en su lecho de muerte reunió a todos sus familiares. Comenzó a hablar con su alma diciendo que tenía
todo lo que alguien pudiera desear, y por lo tanto no entendía por qué querría ir a un sitio que desconoce.

CUENTO V. Lo que sucedió a una zorra con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico.

Un amigo del Conde poco confiable, le ofrece un trato. Lucanor se lo cuenta a Patronio, quien de
inmediato descubre que es un engaño. Para demostrar su punto, Patronio le narra al Conde Lucanor lo
sucedido con una zorra que alababa demasiado a un cuervo, con el único objetivo de robarle el queso que
tenía en su pico.

CUENTO VI. Lo que sucedió a la golondrina con los otros pájaros cuando vio sembrar el lino.

En este cuento se narra lo sucedido con los vecinos del Conde Lucanor, quienes están conspirando en su
contra, pero él no lo cree. Una vez más se lo dice a Patronio, quien a su vez le cuenta la historia de una
golondrina que avisaba a otros pájaros cuando el hombre comenzaba a sembrar lino. Les decía que había
que destruirlo ahora que podían, pero nadie la tomó en serio hasta que fue muy tarde.

CUENTO VII. Lo que sucedió a una mujer que se llamaba doña Truhana.

En este cuento el Conde Lucanor le pide un consejo a Patronio. Le han propuesto un negocio que parece
muy bueno para ser verdad, y no sabe cómo proceder. Patronio le hace ver que no todo lo que brilla es
oro, narrando la historia de doña Truhana, una mujer pobre que soñaba con todas las ganancias que
obtendría al vender una olla de miel. Cuando la olla se rompe, se rompen también todas sus ilusiones.

CUENTO VIII. Lo que sucedió a un hombre al que tenían que limpiarle el hígado.

En este cuento el Conde Lucanor expresa su pesar a Patronio pues se siente angustiado por la falta de
dinero. El conde cree que debe vender una de sus heredades o hacer cualquier cosa que sea necesaria para
salir de su miseria. Patronio le narra al conde lo sucedido a un hombre al que tenían que limpiarle el
hígado. El conde entiende que, si no sabe qué dar, un gran daño puede provocar.

CUENTO IX. Lo que sucedió a los dos caballos con el león.

El conde conversa con Patronio sobre un enemigo de antaño del que ha recibido mucho daño, pero al que
también ha lastimado. Surge un nuevo enemigo que se presenta como una amenaza mucho más poderosa,
y aquel hombre propone al conde unir fuerzas para defenderse de él. Patronio aconseja escuchar la
historia de lo sucedido a los dos caballos con el león antes de tomar una decisión.
CUENTO X. Lo que ocurrió a un hombre que por pobreza y falta de otro alimento comía
altramuces.

El conde Lucanor confiesa a Patronio que Dios le ha dado más de lo que puede dar, aunque en muchas
ocasiones sufre por la pobreza. Es entonces cuando anhela más la muerte que la vida. Patronio le cuenta
lo sucedido a un hombre que por pobreza comía altramuces. El conde entendió que nunca debe flaquear
por la pobreza, ya que siempre habrá más pobres que él.

CUENTO XI. Lo que sucedió a un deán de Santiago con don Illán, el mago de Toledo.

En este cuento el Conde Lucanor le dice a Patronio sobre un hombre que fue a rogar por su ayuda, y a
cambio haría por él todo aquello que contribuyera a su honra. Pero el conde también necesitaba su ayuda,
y ese hombre no se la dio. Patronio contó una historia cuya moraleja era: “Si ayudas a alguien, y no te
agradece, menos agradecido será cuándo tenga honra”.

CUENTO XII. Lo que sucedió a la zorra con un gallo.

El conde Lucanor le cuenta a Patronio que sus tierras son muy grandes, pero algunas están muy lejos del
lugar donde tiene más poder. Amigos y otros consejeros recomiendan al conde permanecer en los lugares
donde tiene más poder. Patronio reflexiona y le narra lo que sucedió a la zorra con un gallo. Al final el
conde entendió que no debe asustarse por algo sin razón.

CUENTO XIII. Lo que sucedió a un hombre que cazaba perdices.

De nuevo el Conde Lucanor pide consejo a Patronio. Le cuenta que algunos hombres honorables y otros
no tanto, le ocasionan graves ofensas. Pero al estar ante él le dicen que les dolió mucho hacerlo, y que no
pudieron evitarlo. Patronio le narra lo que pasó con un hombre que cazaba perdices, el cual aprendió que
aquellos que hacen el mal mostrando pesar, son de los que se debe cuidar.

CUENTO XIV. Milagro que hizo Santo Domingo cuando predicó en el entierro de un comerciante.

En este cuento el conde Lucanor menciona a Patronio que algunos hombres le recomiendan recolectar el
mayor tesoro que pueda, ya que eso le conviene más. Patronio recurre a una de sus muchas historias
poniendo de ejemplo el milagro que sucedió que hizo Santo Domingo cuando predicó en el entierro de un
comerciante. El conde aprendió la moraleja de que debe obtener el tesoro verdadero, y guardar el
perecedero.

CUENTO XV. Lo que sucedió a don Lorenzo Suárez en el sitio de Sevilla.

El conde Lucanor alguna vez tuvo un poderoso enemigo, pero los dos llegaron a un acuerdo para obtener
un provecho mutuo. Algunos caballeros advierten al conde que su enemigo solo busca un pretexto para
luchar contra él. Patronio le cuenta la historia de don Lorenzo Suárez en el sitio de Sevilla. El conde
aprende que por pena nunca lo deben herir, ya que solo vence quien sabe sufrir.

CUENTO XVI. La respuesta que le dio el conde Fernán González a Nuño Laínez, su pariente.

Conversa el conde Lucanor con Patronio y le expresa su sentir sobre las muchas dificultades que ha
padecido. Le dice que de ahora en adelante, lo único que desea es hogar, cazar, y evitar los problemas.
Patronio le cuenta lo que le dijo el conde Fernán González a Nuño Laínes. El conde aprende una valiosa
lección: “Si perdemos la buena fama por deleite y holgazanería, nuestra vida durará poco, y agraviados
quedaremos”.

CUENTO XVIII. Lo que sucedió a un hombre con otro que lo convidó a comer.

Le cuenta el Conde a Patronio que un hombre le dijo que haría algo por el que le convendría mucho. El
conde quiere aceptar, pero cree que el hombre solo lo hace por cumplir. Patronio le cuenta la historia de
un hombre que fue invitado a comer, aunque solo acepta por cortesía. El conde Lucanor aprende que
cuando alguien te ofrece algo, y lo deseas, no debes hacerte mucho del rogar.

CUENTO XIX. Lo que sucedió a los cuervos con los búhos.


El Conde Lucanor cuenta a Patronio una de sus anécdotas. Le dice que ha tenido un combate con un
hombre extremadamente poderoso, quien tenía viviendo en su casa a un familiar suyo. El conde cree que
este hombre puede ayudarle a hacerle más daño a su enemigo. Sin embargo, Patronio le advierte que al
que suele ser tu enemigo, jamás quisieras mucho en él creer.

CUENTO XX. Lo que sucedió a un rey con un hombre que le dijo que sabía hacer oro.

Conversa el Conde Lucanor con Patronio y le cuenta que un hombre le ha dicho que le haría cobrar
mucha honra y fortuna. Patronio entonces le narra al conde, lo sucedido con un rey al cual lo engañó un
hombre que dijo ser alquimista. A partir de este relato el conde obtuvo una lección en cuanto a que no
debes aventurar mucho la riqueza que posee, por un consejo que te mantiene en pobreza.

CUENTO XXI. Lo que sucedió a un rey joven con un filósofo a quien su padre lo había
encomendado.

El conde Lucanor confiesa a Patronio que alguna vez tuvo un pariente al que amaba mucho. Esa persona
murió dejando un pequeño niño, a quien el conde se encargó de criar. Patronio le narra al conde lo
sucedido con un joven criado por un filósofo. Como resultado, el conde concluyó que no debe enseñar al
mozo con malos tratos, en su lugar darle un trato que lo haga más grande

CUENTO XXII. Lo que sucedió al león y al toro.

Patronio y el Conde Lucanor conversan sobre un amigo del conde que es muy honrado y poderoso. Sin
embargo, al conde le han dicho que ese amigo no le quiere sinceramente, y que solo busca pretextos para
ponerse en su contra. Patronio le narra al conde la historia del león y el toro, con la cual el conde concluye
que por los falsos dichos sobre un hombre mentiroso, no se puede perder un buen amigo.

CUENTO XXIII. Lo que hacen las hormigas para mantenerse.

Un día el conde Lucanor agradece a dios por su riqueza, pero piensa que debería invertir tiempo en
divertirse, beber, comer y holgazanear. En ese momento Patronio le cuenta la historia de lo que hicieron
las hormigas para mantenerse, por lo que el conde entendió que no se debe comer de lo que se ha ganado,
y vivir una vida, que al morir mueras honrado.

CUENTO XXIV. Lo que sucedió a un rey que quería probar a sus tres hijos.

Como de costumbre, el conde Lucanor conversaba con Patronio. El conde pensaba que sus mozos
mostraban raros comportamientos y necesitaba el consejo de Patronio para determinar cuál de todos los
mozos se convertiría en el mejor hombre. Con su infinita sabiduría, Patronio narró lo sucedido a un rey
que puso a prueba a sus hijos. El conde entonces entendió que por las acciones y las maneras, se puede
saber cuáles mozos serán mejores.

CUENTO XXV. Lo que sucedió al conde de Provenza con Saladino, que era sultán de Babilonia.

Una vez más, el conde Lucanor recurre a Patronio para obtener un consejo. Sucede que uno de sus
vasallos le ha pedido un consejo con relación a su intención de casar a un familiar suyo. Patronio le contó
al conde lo sucedido al conde de Provenza, y como moraleja obtuvo la siguiente reflexión: “Quienes
hombres son, hacen todos los provechos posibles, quienes no lo son, menosprecian los hechos”.

CUENTO XXVI. Lo que sucedió al árbol de la Mentira.

En este cuento el conde Lucanor conversa con Patronio sobre su enojo con unos hombres que no le
quieren, son embusteros y solo le causan problemas. El conde le pregunta a Patronio cómo debe ser su
proceder. Patronio le narra lo sucedido con el árbol de la Mentira, cuando por única ocasión el mal y el
bien se unieron. El conde entendió que debe seguir la verdad y escapar de la mentira, pues al mentir el
mal se acrecienta

CUENTO XXVII. Lo que sucedió con sus mujeres a un emperador y a Álvar Fáñez Minaya.

El conde Lucanor y Patronio conversan sobre su descontento con el matrimonio de sus hermanos. En un
matrimonio, el hombre maltrata y denigra a la mujer, mientras que en el otro, el hombre está
completamente enamorado y es dependiente de su esposa. Patronio le narra una historia y al final Lucanor
concluye que el hombre debe dictar y pautar todo lo que suceda en el matrimonio.

CUENTO XXVIII. Lo que sucedió a don Lorenzo Suárez Gallinato.

El conde Lucanor expresa su inquietud ante Patronio sobre los servicios que le ha ofrecido un buen
hombre. A pesar de ello, el conde no está convencido del todo, ya que le han dicho que ese hombre ha
realizado acciones sin razón. Patronio le cuenta lo sucedido a don Lorenzo Suárez Gallinato, y el conde
entiende que “muchas cosas parecen no tener razón, cuando bien las sabe el hombre, porque en realidad
son buenas”

CUENTO XXIX. Lo que sucedió a una zorra que se tendió en la calle y se hizo la muerta.

El conde Lucanor pide consejo nuevamente a Patronio, ya que uno de sus parientes ha tenido algunos
desacuerdos con sus vecinos. De acuerdo con este pariente, los vecinos solo buscan una excusa para
ponerse en su contra. Patronio le cuenta al conde lo sucedido con una zorra que se hizo la muerta. De esta
historia el conde aprende que debe disimular todo lo que pueda cuando lo ataquen, y vengarse solamente
de lo justo.

CUENTO XXX. Lo que sucedió al Rey Abenabet de Sevilla con Romaiquía, su mujer.

Conversando con su consejero Patronio, el conde Lucanor narra lo sucedido a un hombre al que le había
hecho varios favores. Patronio entonces narra al conde lo sucedido con el Rey Abenabet de Sevilla, que
por amor a su mujer fue capaz de cumplir todos sus caprichos. El conde aprendió que, si una persona no
agradece lo que haces por ella, nunca más debes hacer nada en su beneficio.

CUENTO XXXI. Lo que ocurrió entre los canónigos y los franciscanos en París.

El conde Lucanor confiesa a Patronio que, junto con un amigo, podrían llevar a cabo cosas que les
convienen a ambos. Sin embargo, el conde no está seguro de hacerlo ya que su amigo no se encuentra.
Patronio le cuenta lo ocurrido entre los canónigos y los franciscanos en París. Esta historia le enseñó al
conde que si existe alguna cosa que deseas hacer, debes hacerla antes de que pierdas la oportunidad.

CUENTO XXXII. Lo que sucedió a un rey con los burladores que hicieron el paño.

En este cuento, el conde le dice a Patronio que un hombre le ha propuesto un negocio muy conveniente,
pero que no debía contárselo a nadie. Patronio entonces le narró lo sucedido a un rey con los burlones que
le hicieron el paño. Al terminar la historia, el conde entendió que cuando alguno de tus amigos te pide que
ocultes algo, es una señal de que te quiere embaucar. Para este tipo de persona es más fácil engañar que
hacer lo correcto.

CUENTO XXXIII. Lo que sucedió a un halcón sacre del infante don Manuel con una garza y un
águila.

El conde Lucanor le pide un consejo a Patronio, ya que no sabe cómo proceder, si entrar en guerra con los
moros, o mantener la paz durante algún tiempo. Patronio recurre a una de sus muchas anécdotas, y le
cuenta al conde lo sucedido a un halcón sacre que intentaba cazar a una garza. Al terminar la historia el
conde entendió que cuando una persona lucha por lo que quiere, obtendrá lo que busca con la ayuda de
Dios.

CUENTO XXXIV. Lo que sucedió a un ciego que llevaba a otro.

Confiesa el conde Lucanor a Patronio que uno de sus deudos se acercó a él para que le dijera si debía
casarse o no con una joven muy rebelde. Patronio le cuenta al conde lo que sucedió con un mozo que se
casó con una chica rebelde. El aprendizaje para el conde fue que al casarte con una persona rebelde, debes
imponerte tal cual eres. Cuando desde un comienzo te muestras como eres en realidad, no podrás hacerlo
cada vez que lo quieras hacer.

CUENTO XXXV. Lo que sucedió a un mancebo que casó con una muchacha muy rebelde.

Confiesa el conde Lucanor a Patronio que uno de sus deudos se acercó a él para que le dijera si debía
casarse o no con una joven muy rebelde. Patronio le cuenta al conde lo que sucedió con un mozo que se
casó con una chica rebelde. El aprendizaje para el conde fue que al casarte con una persona rebelde, debes
imponerte tal cual eres. Cuando desde un comienzo te muestras como eres en realidad, no podrás hacerlo
cada vez que lo quieras hacer.

CUENTO XXXVI. Lo que sucedió a un mercader que encontró a su mujer y a su hijo durmiendo
juntos.

En este cuento el conde Lucanor conversa con Patronio y se muestra enojado por algo que le habían
dicho, y por lo cual los involucrados iban a ser castigados. Patronio narra lo que sucedió a un mercader
que encontró a su mujer durmiendo con su hijo. La lección para el conde fue que cuando una persona
actúa con calma y sin precipitarse, tiene tiempo para descubrir la verdad. Si actúas descontrolado, te
arrepentirás cuando te enteres de la realidad.

CUENTO XXXVII. Respuesta que dio el conde Fernán González a los suyos después de la batalla
de Hacinas.

En este cuento el conde Lucanor debe decidir si ir a la guerra nuevamente, o permitir que su ejército
descanse. El conde solicita el consejo de Patronio, y éste le narra lo sucedido al conde Fernán González
tras la batalla de Hacinas. El conde llega a la conclusión de que hay que combatir y no pensar en el
cansancio, si no quieres perder lo que ya tienes. La honra y el descanso son incompatibles cuando se trata
de la guerra.

CUENTO XXXVIII. Lo que sucedió a un hombre que iba cargado con piedras preciosas y se ahogó
en el río.

El conde Lucanor está convencido de que en ciertas tierras puede obtener enormes riquezas, sin embargo,
teme perder la vida en el intento. Le pide consejo a Patronio y él le cuenta lo sucedido a un hombre que
llevaba muchas piedras y se ahogó en el río. El conde entiende rápidamente, que ni toda la riqueza se
compara con el valor de la vida. Concluye que aquel que se guía por la codicia, los bienes poco le duran.

CUENTO XXXIX. Lo que sucedió a un hombre con las golondrinas y los gorriones.

Se encontraba el conde Lucanor conversando con Patronio, acerca de que para él es imposible no luchar
contra uno de sus vecinos. El conde también le dice a Patronio que el vecino que se encuentra más cerca,
es el más débil de los dos. Patronio entonces le cuenta lo sucedido a un hombre con las golondrinas y los
gorriones. El conde entiende que cuando no puedes dejar de guerrear, debes luchar con el enemigo más
cercano, no con el que tenga más poder.

CUENTO XL. Causas por las que perdió su alma un general de Carcasona.

En este cuento el conde Lucanor le pide un consejo a Patronio, ya que desea que tras su muerte, su fama
perdure para siempre. Patronio decide contarle las razones por las que un general de Carcasona perdió su
alma. Tras escuchar esta historia, el conde entendió que cualquier buena acción debe hacerse cuando uno
está vivo. Además, si deseas alcanzar la salvación eterna, debes hacer el bien viviendo con rectitud.

CUENTO XLI. Lo que sucedió a un rey de Córdoba llamado Alhaquen.

Patronio escucha con atención al conde Lucanor, quien le dice que existen personas que se burlan de él.
Patronio entonces le cuenta lo que sucedió a un rey de Córdoba llamado Alhaquen. Esta historia le enseñó
al conde que cuando haces pequeñas cosas, y nadie las reconoce, debes hacer cosas grandes que perduren
para siempre. No solo debes hacer cosas pequeñas, debes hacer el tipo de cosas cuya fama jamás se
olvida.

CUENTO XLII. Lo que sucedió al diablo con una falsa devota.

En este cuento el conde Lucanor le pregunta a Patronio, quién es la persona más malvada sobre la Tierra.
Patronio comienza a narrar lo que sucedió al diablo con una falsa devota. La historia involucra al diablo, a
una mujer, y a un matrimonio, el cual jamás discutía. Luego de escuchar la historia, el conde concluyó
que siempre se debe juzgar a los demás por las obras que realizan, y nunca por su apariencia.

CUENTO XLIII. Lo que sucedió al Bien con el Mal y al cuerdo con el loco.
El conde Lucanor expresa su inquietud a Patronio, acerca de dos de sus vecinos. A uno de ellos le tiene
mucho afecto, pero le perjudica. El otro no es su amigo, pero igualmente lo perjudica. Patronio le cuenta
lo sucedido al Bien con el Mal y al cuero con el loco, y el conde reflexiona sobre esto, y concluye que el
bien siempre se impone sobre el mal. Por lo tanto, cuando el bien derrota al mal a través del bien, ¿qué
ventaja supone soportar al mal?

CUENTO XLIV. Lo que sucedió a don Pedro Ruy González de Ceballos y a don Gutierrez Ruiz de
Blanquillo con el conde Rodrigo el Franco.

El conde Lucanor hablaba con Patronio y le cuenta que tres de sus caballeros le han traicionado al decidir
unirse al enemigo. Patronio en su calidad de consejero, le narra lo qué sucedió a un conde con sus tres
caballeros. Cada uno de ellos tenía su propia historia que contar, donde nada era lo que parecía. El conde
entendió que cuando haces el bien, nada de eso se olvida, sin importar cuánto mal hacen otros. Es decir, el
bien que realices no desaparece, a pesar de que otros realicen malas acciones.

CUENTO XLV. Lo que sucedió a un hombre que se hizo amigo y vasallo del diablo.

El conde Lucanor pide otra vez consejo a Patronio, ya que le cuenta que un hombre le ha dicho que él
puede decirle lo que sucederá, sin embargo, desea saber su opinión antes de cometer un error. Como de
costumbre, Patronio narra una historia al conde, en este caso sobre lo que sucedió a un hombre que se
hizo amigo del diablo. La moraleja de este cuento es que cuando no confías en Dios, no puedes esperar
que te ayude en nada.

CUENTO XLVI. Lo que sucedió a un filósofo que por casualidad entró en una calle donde vivían
malas mujeres.

El conde Lucanor le confiesa a Patronio que mantener una buena fama, es algo muy difícil de conseguir,
por lo que necesita saber cómo lograrlo. Patronio le cuenta lo que sucedió a un filósofo que
accidentalmente entró a una calle donde vivían malas mujeres. Cuando Patronio terminó su relato, el
conde entendió que siempre debe hacer el bien, e impedir que los demás hablen mal de ti.

CUENTO XLVII. Lo que sucedió a un moro con una hermana suya que decía ser muy miedosa.

En este cuento el conde Lucanor expresa a Patronio su pesar porque piensa que su hermano le tiene
envidia ya que es más poderoso que él. El conde dice que él siempre le hace favores a su hermano, pero a
su hermano no le corresponde de igual manera. Patronio le cuenta lo sucedido a un moro con su hermana
que decía ser muy miedosa. El conde concluye que cuando no es conveniente lo que te propones, no
debes arriesgarte a perder.

CUENTO XLVIII. Lo que sucedió a uno que probaba a sus amigos.

El conde Lucanor le dice a Patronio que tuvo muchos amigos que le decían que serían capaces de darlo
todo por él. También que jamás pondrían en riesgo su amistad. Patronio responde al conde con un relato
de lo qué sucedió a un hombre que probaba a sus amigos. Tras escuchar la historia, el conde concluyó que
un mejor amigo es aquel que se mantiene contigo tanto en los buenos, como en los malos momentos.

CUENTO XLIX. Lo que sucedió al que dejaron desnudo en una isla al acabar su mandato.

En este cuento el conde Lucanor conversa con Patronio y le dice que muchos le han aconsejado que debe
seguir incrementando su riqueza. Sin embargo, Patronio le narra lo que sucedió a un hombre al que
dejaron desnudo en una isla. De este relato el conde aprendió que una persona debe ser más lista que las
demás, y siempre estar un paso adelante de lo que sucederá.

CUENTO L. Lo que sucedió a Saladino con la mujer de un vasallo suyo.

Este es otro de los cuentos del Conde Lucanor donde pide consejo a Patronio, su sabio consejero. El
conde quiere saber cuál es la mayor cualidad que tiene un hombre. Para que el conde obtuviera una
respuesta clara, Patronio le cuenta lo que sucedió a Saladino con la mujer de su vasallo. El conde
aprendió de este cuento que la vergüenza es algo que te obliga a hacer lo que no quieres.
CUENTO LI. Epílogo. Lo que sucedió a un rey cristiano que era muy poderoso y muy soberbio.

El conde Lucanor no sabe si la soberbia es algo que Dios rechaza, y por ello le pide su opinión a Patronio.
Patronio le narra lo que sucedió a un rey cristiano que era muy poderoso y soberbio. El conde aprendió
que la soberbia es el peor de los pecados que un hombre puede cometer. Entendió también que a las
personas que son humildes, Dios los ensalza, y a quienes son soberbios los castiga.

Al conde don Juan I le gustó mucho esta historia y rezó para poder ponerlo en práctica correctamente.

Tanto le agradó que mandó escribir en este mismo libro la historia, y plasmo unos versos que dicen así

«A los justos y humildes, Dios los ensalza:

a quienes son soberbios, Él los rechaza.».

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