Maestría Dirección Musical Semestre II La Revolución Francesa. La transición al XIX
La Revolución Francesa se considera como el comienzo de la Edad Moderna y una nueva
etapa para las Bandas de Música, que se organizaron y expandieron notablemente. Durante el siglo XIX, en un contexto de cambios socio-políticos y un énfasis en el orden y la cantidad, las bandas se convirtieron en una herramienta de poder, divulgación y propaganda de la revolución. El 14 de Julio de 1790, en el primer aniversario de la Toma de la Bastilla, acompañaron el Te Deum de Gossec trescientos instrumentos de viento (incluidos 50 serpentones para el papel de bajo) junto a trescientos tambores. El 20 de septiembre del mismo año, 1.200 instrumentistas de viento tocaron juntos una marcha. Las composiciones de la época abarcaban desde piezas tradicionales hasta obras ideológicas, con una preferencia por estructuras simples, armonías directas y melodías populares.La música militar ganó importancia, con piezas dedicadas a políticos y acontecimientos importantes. Sin embargo, estas piezas se desvanecieron de los catálogos musicales después de la caída del Imperio Napoleónico en 1814. La música de bandas de viento y percusión experimentó un auge durante este período, influida por el énfasis en lo grande y enérgico en un régimen autoritario. A pesar de su interés por la literatura y la pintura, Napoleón mostró poco interés en la música, considerándola un arte oficial bajo censura. Su preferencia por compositores italianos y su relación con bandas militares estaban más orientados a sus necesidades básicas y no tanto a su aprecio por la música. La música se compartió entre el pueblo, dejando así de ser un privilegio de unos pocos. El impacto de esta revolución no se limitó a esto, sino que también contribuyó al progreso tecnológico y a la diversificación de los instrumentos de viento, como la válvula inventada por Stölzel y Blühm en 1813. En cuanto a las composiciones musicales de la época, se caracterizaron por instrumentaciones recargadas, interpretaciones enérgicas y la apreciación de la variación en los ritmos, lo que llevó a la invención del metrónomo para abordar estos desafíos. La figura de Bernard Saret fue decisiva para la reorganización de la banda musical francesa fundando en 1789 la Guardia Nacional en París, convirtiendose en modelo para las orquestas europeas y precursora del Conservatorio de París. Para garantizar la continuidad de las actividades de la orquesta, Saret fundó en 1792 una escuela municipal gratuita: el Conservatorio Nacional de Música de París, donde se enseñaba a los jóvenes músicos a desarrollar nuevos talentos orquestales.. Este fue un hito en la historia de la educación musical relacionada con bandas. Con la creación del Conservatorio Nacional en 1793,bajo la dirección de François-Joseph Gosek, se perfeccionó el modelo de educación musical. En 1795, el Conservatorio Municipal, el Conservatorio Nacional y el Real Conservatorio de la Canción y la Oratoria se fusionaron en el Conservatorio de París, dirigido por Gossek, Mehur y Cherubini, con Saret como director. A pesar de no ser músico, Bernard Sarrette logró un gran éxito musical gracias a su habilidad para asesorarse con compositores como Cherubini, Jadin, Kreutzer, Boieldieu, Isouard, Méhul, Lesueur, Gossec y Cadel. Bajo su dirección, la banda experimentó cambios en su tamaño y se convirtió en una formación más grande, influyendo en la creación de nuevas obras por compositores cercanos, como las obras de Gossec, Méhul, Jadin, H. Jadin, Louis Emmanuel ladin y Cherubini. Sarrette se encargó de difundir el modelo de banda a nivel nacional.Durante la Revolución, la música militar y los himnos se convirtieron en géneros importantes, dando a las bandas de música y percusión un papel importante en las actividades al aire libre. En conclusión, la Revolución Francesa contribuyó al desarrollo de la música y las bandas de música, así como a la creación del Conservatorio de París.