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TEMA 2.

LA CORONA

TEMA 2: LA CORONA.

1. INTRODUCCIÓN.
2. LA FIGURA DEL REY. ART 56
3. SUCESIÓN. ART 57
4. REGENCIA Y TUTORIA. ART 59 Y 60.
5. PROCLAMCACIÓN DEL REY. ART 61.
6. FUNCIONES DEL REY. ART 56,62 Y 63.
7. EL REFRENDO. ART 64 Y 65.

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TEMA 2. LA CORONA

INTRODUCCIÓN.
La Corona aparece regulada en el Título ll de la CE (arts 56 a 65).
El día 22 de noviembre de 1975 el entonces príncipe, D. Juan Carlos I de Borbón,
juraba lealtad a las Leyes Fundamentales ante las Cortes Españolas y el Consejo
del Reino y era proclamado como Rey de España. Se cumplía así lo establecido en
la Ley Fundamental de Sucesión a la jefatura del Estado de 1947. Sin embargo, el
título de Rey no se lo confería únicamente la ley sino también la propia tradición
histórica.
Así, el respeto a la tradición y las leyes coincidían. Por eso, nuestra Constitución
declara que S.M. D. Juan Carlos I de Borbón es el legítimo heredero de la dinastía
histórica (art. 57).
No obstante, antes de adentrarnos en el estudio del Título "de la Corona", debemos
remitirnos al Título Preliminar del texto constitucional, que en su artículo primero
establece que España se constituye en un "Estado social y democrático de
derecho" y consagra la "Monarquía Parlamentaria" como forma política del Estado
español

Los rasgos que caracterizan a la Monarquía Parlamentaria son los siguientes:


 Al Rey no se le atribuye ninguno de los tres poderes básicos del Estado
(legislativo, ejecutivo y judicial), sino que se orienta a ser el símbolo de la unidad
y permanencia del Estado, desarrollando una actividad moderadora y arbitral con
relación a las diferentes instituciones políticas, dado el carácter simbólico de su
figura.
 A las Cortes, sin embargo, les corresponde ocupar un puesto destacado en
relación con los demás poderes del Estado, ya que representan al pueblo
español. Por esta razón es el poder esencial, ya que ni el propio Rey puede
ostentar esta representación.
 Al Gobierno, con la figura de su Presidente al frente, se le atribuye la actividad
de la dirección política tanto interior como exterior, así como la administrativa. Es
decir, desarrolla la auténtica función ejecutiva.
 Al Poder Judicial le corresponde la doble función de ejercer la tutela efectiva de
los derechos e intereses legítimos de las personas y de controlar la legalidad de
la actuación administrativa del Estado, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado.

En consecuencia, la forma política del Estado español (Monarquía Parlamentaria)


se caracteriza por una Corona simbólica y representativa, cuyo papel
fundamental es el de ser árbitro y moderador del funcionamiento regular de las
instituciones (el Rey reina, pero no gobierna), por un Parlamento destacado en
relación a los demás poderes públicos, por un Poder Ejecutivo que ejercita
propiamente el poder político y por un Poder Judicial independiente y sujeto tan sólo
al imperio de la ley.

2. La FIGURA DEL REY esta contemplada en el art. 56 de la CE que manifiesta:


1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y
modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta
representación del Estado español en las relaciones internacionales especialmente
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con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen
expresamente la Constitución y las leyes.
2. Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a
la Corona.
3. La persona del Rey es Inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos
estarán siempre refrendados en la forma establecida en el art. 64, careciendo de
validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el art. 65.2. La Inviolabilidad se
refiere en el sentido de "inmunidad general", lo que no significa una licencia
absoluta para violar la ley impunemente, ya que la comisión de delitos por parte de
la Corona podría reconducirse por la vía de la inhabilitación para el ejercicio del
cargo.

3. LA SUCESIÓN aparece regulada en el art 57,


- La Constitución trata de la sucesión refiriéndose fundamentalmente a la muerte
del Monarca, ya que, en el caso de inhabilitación por causa de enfermedad o
vejez, el Rey sigue siéndolo, aunque sus funciones las desempeñe un Regente,
como veremos posteriormente.
- La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S.M. Don Juan
Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el
trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo
preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado
más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el
mismo sexo, la persona de más edad a la de menos.
- El Príncipe heredero, desde su nacimiento o desde el hecho que produzca su
llamamiento, tendrá la dignidad de "Príncipe de Asturias" y los demás títulos
vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España.
- Extinguidas todas las líneas llamadas en derecho, las Cortes Generales
proveerán a la sucesión en la Corona en la forma que más convenga a los
intereses de España.
- Aquellas personas que teniendo derecho a la sucesión en el trono contrajeren
matrimonio contra la expresa prohibición del Rey y de las Cortes Generales,
quedarán excluidas en la sucesión a la Corona por sí y sus descendientes.
- Las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que
ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una Ley Orgánica
(la abdicación comporta ceder los derechos sucesorios al siguiente en la línea
de sucesión, mientras que la renuncia comporta la pérdida de los mismos por sí
y sus descendientes).

4. LA REGENCIA Y TUTORIA
La Constitución se refiere en sus artículos 59 y 60 a estas dos instituciones que
obedecen a motivos muy diferentes.

La Regencia es una institución de carácter público destinada a cubrir las funcione


del Rey cuando se den los requisitos para su aplicación.
Mientras que la tutela es una institución ordenada por la ley, ya no afecta
exclusivamente a la Corona. Tiene por objeto la protección y asistencia de una
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persona que, por razón de edad o de incapacidad, no pueda gobernarse por sí


misma ni proveer a la administración de sus bienes.
No obstante, en lo que respecta a la tutela del Rey sólo se reconoce
constitucionalmente por motivo de su minoría de edad, ya que en el caso de
incapacidad la situación se reconduce por la vía de la Regencia.

Trataremos a continuación de ambas instituciones, siguiendo el texto constitucional:


La constitución reconoce en su art. 59 dos clases de Regencia:
a) Por minoría de edad del Rey.
b) Por inhabilitación del Rey.

a) Cuando el Rey fuere menor de edad, el padre o la madre del Rey, y en su


defecto, el pariente mayor de edad más próximo a suceder en la Corona, según el
orden establecido en la Constitución, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia
y la ejercerá durante la minoría de edad de este.
b) Si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere
reconocida por las Cortes Generales, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia
el Príncipe heredero de la Corona, si fuere mayor de edad. Si no lo fuere, se
procederá de la manera prevista en el apartado anterior, hasta que alcance la
mayoría de edad.

Si no hubiere ninguna persona a quien corresponda la Regencia, ésta será


nombrada por las Cortes Generales, y se compondrá de tres, una o cinco
personas.
Para ejercer la Regencia es preciso ser español y mayor de edad.
La Regencia se ejercerá por mandato constitucional y siempre en nombre del Rey.

En el artículo 58 se establece que la Reina consorte o el consorte de la Reina no


podrán asumir funciones constitucionales, salvo lo establecido para la Regencia.

Como dijimos anteriormente la CE solo reconoce la TUTELA del REY, cuando este
fuera menor de edad, disponiendo en su art 60 que será tutor del Rey menor:
1.- La persona que en su testamento hubiese nombrado el Rey difunto, siempre que
sea mayor de edad y español de nacimiento.
2.- Si no lo hubiese nombrado, será tutor el padre o la madre, mientras
permanezcan viudos.
3.- En su defecto, lo nombrarán las Cortes Generales.
También establece que no podrán acumularse los cargos de Regente y ni Tutor sino
en el padre, madre o ascendientes directos del Rey.
Además, el ejercicio de la tutela es incompatible con el de todo cargo o
representación política.

La 5. PROCLAMACIÓN DEL REY aparece regulada en el art. 61, según el cual:


El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de
desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las
leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas.
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El Príncipe heredero, al alcanzar la mayoría de edad, y el Regente o Regentes al


hacerse cargo de sus funciones, prestarán el mismo juramento, así como el de
fidelidad al Rey.

La CE hace referencia a las 6. FUNCIONES esenciales y específicas del LA


CORONA en los artículos 56, 62 y 63. Por ello debemos distinguir;

A. Funciones Esenciales.
Que se subdividen en 4 grupos:
1. Función Simbólica. El Rey es símbolo de la unidad v permanencia. Por tal
razón, la Corona se configura como un órgano diferente a la de los demás
poderes del Estado y es justamente esa independencia la que le caracteriza
como representante de esa unidad y permanencia.
2. Función Moderadora. La influencia moral que puede ejercer la Corona sobre
los representantes de los diferentes órganos del Estado puede ser muy
significativa, dada su participación en los actos más representativos del Estado
3. Función Arbitral. Es a través de la elección de su candidato a la Presidencia del
Gobierno en donde se vislumbra más claramente esa función de arbitraje, sobre
todo cuando la configuración de los grupos parlamentarios no permita la
existencia de una mayoría estable; en este, caso, una vez efectuada la consulta
con los representantes de los diferentes grupos parlamentarios, le corresponderá
al Rey decidir un candidato entre las posibles opciones que pudieran surgir en
una situación política sin que existieran mayorías.
4. Función Representativa. El Rey asume la más alta representación del Estado
español en las relaciones internacionales, acreditando a los embajadores y otros
representantes diplomáticos. Los representantes extranjeros están acreditados
ante él. Al Rey le corresponderá; igualmente, manifestar el consentimiento del
Estado para obligarse internacionalmente por medio de Tratados, de
conformidad con la Constitución y las leyes.

B. Funciones Específicas.
Las competencias específicas del Rey las podemos clasificar en funciones de
carácter ejecutivo, legislativo y judicial.
1. Funciones Legislativas.
Corresponde al Rey, según lo dispuesto en el artículo 62:
a) Convocar y disolver las Cortes y convocar elecciones en los términos previstos
en la Constitución.
- Las elecciones habrán de ser convocadas por el Rey entre los 30 y 60 días
desde la terminación del mandato parlamentario. La convocatoria de las Cortes
se realizará al comienzo de cada legislatura, es decir, de las Cortes elegidas
nuevamente, tras la celebración de elecciones generales.
Las Cortes serán convocadas por el Rey, dentro de los 25 días siguientes a la
celebración de las elecciones.
En cuanto a la disolución de las Cortes Generales, se producirá en los
siguientes supuestos:
 Por expiración del mandato de 4 años.
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 Por disolución anticipada, propuesta por el Presidente del Gobierno, bajo


su exclusiva responsabilidad.
 Por transcurrir el plazo de 2 meses, a partir de la primera votación de
investidura, para el nombramiento del Presidente del Gobierno sin que
ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso.
b) Sancionar y publicar las leyes.
c) Convocar referéndum en los casos previstos en la CE.
d) Y Declarar la guerra y hacer la paz, previa autorización de las Cortes Generales.

Con respecto a las


2. Funciones Ejecutivas le compete:
a) Proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así
como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución.
b) Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente.
c) Expedir los Decretos acordados en Consejo de Ministros, conferir los empleos
civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.
d) Ser informado de los asuntos del Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones
del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente
del Gobierno.
e) El mando supremo de las Fuerzas Armadas.
f) El Alto Patronazgo de las Reales Academias.
g) Acreditar a los embajadores y otros representantes diplomáticos y recibir
acreditaciones de los representantes extranjeros en España.
h) Manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por
medio de tratados.

En lo relativo a las
3. Funciones Judiciales le corresponde:
a) Ejercer el derecho de gracia con arreglo a las leyes, pero no podrá autorizar
indultos generales.
b) Nombrar al Presidente del Tribunal Supremo, a propuesta del Consejo General
del Poder Judicial.
c) Nombrar al Fiscal General del Estado, a propuesta del Gobierno, oído el Consejo
General del Poder Judicial.
d) Nombrar a los veinte miembros del Consejo General del Poder Judicial.
e) Nombrar a los doce miembros del Tribunal Constitucional.

Para finalizar la exposición del tema voy a tratar el


6. REFRENDO, que aparece regulado en los art 64 y 65.
El refrendo es consecuencia de la irresponsabilidad política del Rey, debido al
carácter simbólico de su figura. Por esta razón, los actos del Rey, con las
excepciones indicadas en la Constitución, precisan del refrendo, que no es más que
el traspaso de la responsabilidad a la persona que refrende sus actos.
De esta forma, se demuestra la imposibilidad jurídica de exigir la responsabilidad
política al Rey por el ejercicio de sus funciones constitucionales.

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Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno, y, en su caso,
por los Ministros competentes. Sin embargo, dos actos del Rey serán refrendados
por el Presidente del Congreso:
- La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno.
- La disolución de las Cámaras prevista en el artículo 99.5 (disolución de las
Cámaras por haber transcurrido 2 meses, desde la primera votación de
investidura, sin que ningún candidato haya obtenido la confianza de la
Cámara).

De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden. Con el
refrendo, que no es más que la contrafirma del Presidente del Gobierno, de los
Ministros, o del Presidente del Congreso, según los casos, se traslada al
refrendante, la responsabilidad por los actos del Rey.

También existen otras formas, como el refrendo tácito, que consiste en la presencia
de los Ministros junto al Jefe del Estado en sus actividades oficiales (ceremonias,
discursos, viajes...) y presunto, que consiste en una presunción general de que el
Gobierno cubre con su responsabilidad la actuación del Jefe del Estado, a no ser
que en discrepancia con ello.

No necesitan refrendo los actos personalísimos del Rey. Entre ellos cabe destacar,
según el artículo 65 de la CE:
 El nombramiento y relevo libremente de los miembros civiles y militares de su
Casa.
 Y La libre distribución presupuestaria asignada para el mantenimiento de su
familia y de su Casa.

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