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ÍNDICE

ÍNDICE
OBJETIVOS

PRÓLOGO

UNIDAD FORMATIVA 1: EL SISTEMA DE SALUD EN SU MARCO HISTÓRICO

TEMA 1: HISTORIA DEL SISTEMA DE SALUD EN ESPAÑA

TEMA 2: CONCEPTO, GENERALIDADES, Y CARACTERÍSTICAS

TEMA 3: LA UNIÓN EUROPEA

TEMA 4: LOS MODELOS DE EUROPA

UNIDAD FORMATIVA 2: LA SANIDAD EN SU MARCO LEGISLATIVO Y JURISPRUDENCIAL

TEMA 5: LA COMPETENCIA SANITARIA Y SU MARCO LEGISLATIVO

TEMA 6: LA DESCENTRALIZ ACIÓN DE LA COMPETENCIA SANITARIA

TEMA 7: EL CONFLICTO COMPETENCIAL

TEMA 8: EL CONFLICTO EN MATERIA SANITARIA

TEMA 9: LA POTESTAD SANCIONADORA EN MATERIA SANITARIA

UNIDAD FORMATIVA 3: LOS DESAFÍOS DEL SISTEMA SANITARIO

TEMA 10: COORDINACIÓN SANITARIA, IMPORTANCIA Y FUTURO EN ESPAÑA

TEMA 11: EL CAMINO A LA RECENTRALIZ ACIÓN

TEMA 12: LA OPORTUNIDAD DE UN CASO PRÁCTICO


OBJETIVOS

OBJETIVOS
El pres ente curs o tiene como finalidad proporcionar al alumno un conocimiento es pecializado y detallado s obre el
s is tema competencial s anitario en Es paña. Una dis tribución competencial que nos permite adentrarnos en el
des arrollo de un s is tema y en los modelos de centralización y des centralización exis tentes en Es paña en s u relación
con la competencia de s anidad.

OBJETIVO GENERAL
El objetivo general del curs o es des arrollar en el es tudiante, un profundo entendimiento s obre el es tado competencial
s anitario en Es paña, s obre aquellos conceptos fundamentales y s obre el des arrollo de un s is tema nacional de s alud
des centralizado.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Los es tudiantes adquirirán la capacidad para aplicar dichos conocimientos competenciales y la habilidad para el
des arrollo y mantenimiento de un aprendizaje autónomo y una formación continua en el ámbito de la s anidad pública.
Profundizarán en el conocimiento de la competencia s anitaria en Es paña y como es ta s e dis tribuye en un enfoque
multinivel entre dis tintas Adminis traciones públicas . Pormenorizadamente podríamos hablar de:

Conocimiento de la legis lación principal de la competencia

Dominio de la dis tribución adminis trativa de la competencia

Mapa ins titucional y actores principales del s ector

Importancia de la evolución política en el reparto competencial

Es tudiar la influencia de la evolución juris prudencial en la conformación del reparto competencial de la


función pública s anitaria

COMPETENCIAS ADQUIRIDAS
El es tudio minucios o de la competencia y de las controvers ias acaecidas en un ámbito tan amplio como el es tudiado
permite en el es tudiantado adquirir una capacidad res olutoria de conflictos importante. La principal competencia en
es te curs o s erá cognitiva, de dotación al alumnado de unos conocimientos profundos s obre cómo s e configura la
competencia s anitaria en Es paña y como es ta s e des pliega en dis tintas Adminis traciones públicas s egún s u dimens ión
territorial (es tatal, autonómica y local) o funcional (competencia pública y ejecución del s ervicio o competencia pública,
pero con externalización del s ervicio en empres as del s ector o centros s anitarios privados ).
PRÓLOGO

PRÓLOGO
La influencia del s is tema s anitario y el es tudio de s us niveles organizativos y competenciales en el des arrollo de una
s ociedad neces ita enmarcars e en una retros pectiva, una mirada al inicio no s olo his tórico, y no s olo en Es paña s ino
más bien a una profunda trans formación del modelo a nivel mundial.

La mortalidad general o la es peranza de vida, como indicadores bás icos de la s alud, vienen res pondiendo des de la
mitad del s iglo XIX has ta nues tros días , a una clara tendencia pos itiva de cambio de es te modelo, ampliándos e a
todos los continentes , aunque con grandes diferencias entre ellos .

Dis tintos momentos his tóricos políticos y varias cris is económicas , han provocado importantes inflexiones , pero s in
modificar el patrón general de es ta tendencia, que ha s ido evaluada globalmente para los últimos 35 años . De es a
evaluación, podemos extraer una trans ición epidemiológica y s anitaria más rápida y cons tante en aquellos país es de
renta alta, entre los que encontramos a Es paña, donde conviene recordar que, en el año 1900, s u es peranza de vida
al nacer era s ólo de 35 años .

Tal tendencia pos itiva es s in duda, cons ecuencia de numeros os factores entre los que des tacan las mejoras de las
condiciones de vida (s aneamiento, vivienda, educación, …) y las del trabajo (mejoras s alariales , reducción de jornadas
laborales , abolición del trabajo infantil, …). Pero s e cons olida con la aparición e implementación del Es tado de
Bienes tar durante el s iglo XX, que ha marcado el s is tema s anitario como uno de los pilares bás icos del des arrollo del
país , continuando durante la s egunda mitad del s iglo, con la ampliación en las políticas s ociales , en lo que afecta tanto
a s u cobertura como a s u mejora.

Pes e a es te des arrollo pos itivo, es des tacable como el mayor logro en la cons tatación de es te nuevo modelo s anitario,
la univers alidad de la cobertura s anitaria, facilitando con ello, el acces o a medidas preventivas y terapéuticas cada vez
más efectivas , lo que s in duda fortalece es te cons tante des cens o de la mortalidad continuado en Es paña, inclus o
des pués del inicio de la grave cris is económica del 2008.

Una comparativa reciente del incremento de la es peranza de vida de los Es tados Unidos y otros 17 país es de la
Organización para la Cooperación y el Des arrollo Económico (en adelante OCDE) s imilares en renta, encuentra que el
menor incremento de la es peranza de vida en los Es tados Unidos res pecto al res to de los país es de la mis ma OCDE
examinados s e explica principalmente por la “menor generos idad de s u Es tado del bienes tar” .

La trans formación efectiva de un Es tado s olo garante de s eguridad a favor en exclus iva de los interes es de los
poderos os a un Es tado, que en la medida en que s e democratizaba, fue as umiendo, entre otras , políticas en
educación, s alud, pens iones o dependencia, y cuyo objetivo central es garantizar los derechos democráticos y el
bienes tar de los ciudadanos , es pecialmente de los más vulnerables .

En lo que a Es paña s e refiere, la cons olidación de s u es tado de bienes tar s e refleja por el incremento del gas to s ocial
(pens iones , dependencia, incapacidades , ayudas familiares , des empleo, …) durante los últimos 40 años con las
dis tintas fluctuaciones propias de la s ituación política y económica del país . De un 14.9% en 1980 a un 24,7% en 2019,
s ituándos e entre los diez primeros en invers ión, por debajo de Francia, que creció des de el 20,1% al 31%, y por
encima de los Es tados Unidos , que pas aron del 12,9% al 18,7%, en es os mis mos años .

Con el fin de marcar un mapa conceptual s erán abordadas , a lo largo del pres ente temario, las referencias y
caracterís ticas que nos acerquen no s olo a la realidad actual competencial, s ino que analice las caus alidades que nos
llevaron has ta allí.

Es además impres cindible en el momento actual, analizarlo des de una s ituación que pus o de manifies to las carencias
y las fortalezas de un s is tema s anitario y s u dis tribución territorial, y que s in duda volvió a poner encima de la mes a el
debate con la retros pectiva europea, los s is temas de financiación y las motivaciones de trans formación de políticas
públicas s anitarias .

Con todo es to neces itamos es tudiar un temario abierto y amplio, que nos permita comprender el s is tema actual
des de s u propia evolución, des de la comparación y des de la pers pectiva de futuro.

Pero lo principal de es te curs o s erá cons eguir atender a la información neces aria que nos permita contes tar a la
cues tión principal haciendo una vis ión global y entendiendo que el debate que abre una cris is s anitaria como la actual
entrará en el fondo competencial s anitario, en cuyo eje ha entrado en numeros as ocas iones la juris prudencia, por
entenderlo confus o y por s upues to por encontrars e ante uno de los pilares del es tado de bienes tar.

GBD 2015 Mortality, Caus es of Death Collaborators . Global, regional, and national life expectancy, all-caus e mortality,
and caus e-s pecific mortality for 249 caus es of death, 1980-2015: a s ys tematic analys is for the Global Burden of
Dis eas e Study 2015. Lancet., (2016).

J. Beckfield, C. Bambra. Shorter lives in s tingier s tates : s ocial policy s hortcomings help explain the US mortality
dis advantage. Soc Sci Med., (2016).

OCED. OCED.s tats . Dis ponible en:


UNIDAD FORMATIVA 1: EL SISTEMA DE SALUD EN SU MARCO HISTÓRICO

UNIDAD FORMATIVA 1: EL SISTEMA DE


SALUD EN SU MARCO HISTÓRICO
TEMA 1: HISTORIA DEL SISTEMA DE SALUD EN ESPAÑA

1.1. Antecedentes his tóricos

1.2. Origen del s is tema Nacional de Salud

TEMA 2: CONCEPTO, GENERALIDADES, Y CARACTERÍSTICAS

2.1. Conceptos bás icos

2.2. Generalidades y caracterís ticas

TEMA 3: LA UNIÓN EUROPEA

3.1. Claves del Derecho Comunitario

3.2. La tendencia de los s is temas s anitarios en Europa

TEMA 4: LOS MODELOS DE EUROPA

4.1. Modelo Bis marck Bis marck

4.1.1. Alemania

4.1.2. Aus tria

4.1.3. Bélgica

4.1.4. Francia

4.1.5. Luxemburgo

4.1.6. Holanda

4.2. Modelo Beveridge

4.2.1 Dinamarca

4.2.3. Finlandia

4.2.4. Grecia

4.2.5. Irlanda

4.2.6. Italia

4.2.7. Portugal

4.2.8. Reino Unido

4.2.9. Suecia

TEMA 1: HISTORIA DEL SISTEMA DE SALUD EN ESPAÑA


TEMA 1 - HISTORIA DEL SISTEMA DE
SALUD EN ESPAÑA

1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS


El s is tema s anitario es pañol actual, es res ultado de una larga evolución his tórica que tiene marcado s u inicio,
documentalmente, a mediados del s iglo XIII con la promulgación del Fuero Real de Alfons o X “El Sabio”, donde s e
es tablece la figura del “físico”.

Pos teriormente la cons tancia documental nos lleva a los gremios medievales , quienes contrataban a un médico para
atender a s us miembros y familiares , cubriendo la atención s anitaria con independencia del es tado de s alud, y s egún
el número de gremialis tas , con la caracterís tica peculiar igualdad entre todos , lo que le otorgó el término de
«igualas». De hecho, aún perviven en la actualidad s eguros privados que guardan en s u propia denominación el eco
de es tás fórmulas de cobertura s anitaria medieval como el s eguro de la “Unión de artes anos ”.

Un s is tema, el de «igualas », que facilitó el des arrollo de pequeñas mutuas y cajas de enfermedades en la Es paña
de finales del XIX y principios del XX, s iguiendo el s is tema alemán de Bis marck que pos teriormente explicaremos , y
bas ado en la contribución, mediante cuotas mens uales a cargo de empres arios y trabajadores .

El 27 de febrero de 1908 s e cons tituye el denominado Instituto Nacional de Previsión (INP), mediante una Ley que
proclamaba s u cons titución. Dicha Ley, que entra en vigor es e año, preveía es e ente como la herramienta del propio
Es tado para “difundir e inculcar la previs ión popular, es pecialmente la realizada en forma de pens iones de retiro”.

Realmente la creación del INP s e puede entender como el primer pas o dado en nues tro país en materia de política
s ocial de previs ión. Convirtiéndos e en la entidad de ges tión de s eguros s ociales de mayor pes o y vida, pues es tuvo en
funcionamiento des de el año 1908 al 1978.
1.2. ORIGEN DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD
El Sis tema Nacional de Salud, s e organiza inicialmente con la bas e del modelo de Seguro Obligatorio de Enfermedad,
pero con una diferencia s ignificativa en comparación con otros modelos europeos que s ería la creación de red de
ambulatorios y hos pitales que dependiendo de s u extens ión llegaban a convertirs e en Ciudades Sanitarias . Es ta red
de carácter as is tencial s e organiza en s u conjunto bajo las dependencias orgánicas y funcionales del propio Ins tituto
Nacional de Previs ión.

Durante los s iguientes años s e fueron dando dis tintos momentos tras cendentes que debemos res altar para poder
entender la evolución del s is tema y la formación de la actual Seguridad Social:

En 1919 s e crea el primer s eguro s ocial obligatorio en Es paña denominado «Retiro Obrero», ges tionado
por el mis mo organis mo y des tinado a as alariados en edad laboral (des de los 16 a los 65 años ) y cuya
retribución no s uperaba un cierto límite.

En 1923 s e implanta el s eguro de Maternidad,

El 9 de s eptiembre de 1931 s e proclama una Ley, durante la II República que declara y recoge ambos
s eguros , además de la implantación de uno nuevo, el de Paro Forzos o.

En 1932 comienza un periodo de unificación y coordinación, s e hace obligatorio el as eguramiento del


Accidente de Trabajo para todas las actividades , y el minis tro Largo Caballero ordena al Ins tituto
Nacional de Previs ión la propues ta de una ampliación de la cobertura s anitaria, des baratada por la
explos ión de la guerra civil es pañola de 1936.

En 1939 el Retiro Obrero s e trans forma en s ubs idio de Vejez, y pos teriormente, en 1947 s u cobertura
aumenta para cubrir la invalidez (y s e conoce por las s iglas SOVI).

En 1942 s e crea el Seguro Obligatorio de Enfermedad, para aquellos productores "económicamente


débiles " que s e es tablecería mediante un s is tema de reparto, a partes iguales entre empres arios y
trabajadores (des aparecerá con la incorporación de la As is tencia Sanitaria en la protección de la
Seguridad Social).

En 1954 con la publicación del Reglamento General del Mutualis mo Laboral, reconociendo las
pres taciones regladas y potes tativas , e incluyendo como novedad el ries go de muerte.

Es entonces , en 1963, cuando emerge la Ley de Bases de la Seguridad Social que pretendía procurar un modelo
unitario e integrado de protección social, con bas e financiera de reparto, ges tión pública y participación del
Es tado en la financiación, y manteniendo a la Seguridad Social como uno de los factores más decis ivos de dis tribución
de la renta y cohes ión s ocial.

Todo ello s e plas mó en la Ley General de la Seguridad Social de 1966, pero pes e a es ta regulación, s eguían
conviviendo s is temas de cotización alejados de los s alarios reales , aus encia de revalorizaciones periódicas y la
continuidad de multitud de organis mos s uperpues tos .

La Ley de Financiación y Perfeccionamiento de la Acción Protectora de 1972 s e creaba para intentar corregir problemas
financieros s urgidos , pero en vez de cons eguirlo, los agravó al incrementar la acción protectora, s in es tablecer los
recurs os neces arios para cubrirla, pes e a ello dio lugar al texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social de
1974, vigente durante veinte años .

La Cons titución, con la llegada de la democracia en Es paña, s erá la encargada, a partir de entonces , de realizar las
dis tintas reformas que configuran el actual s is tema de la Seguridad Social. En efecto, el artículo 41 de es te texto
marco cons titucional, es tablece que …los poderes públicos mantendrán un régimen público de s eguridad s ocial para
todos los ciudadanos que garantice la as is tencia y pres taciones s ociales s uficientes ante s ituaciones de neces idad,
es pecialmente en cas o de des empleo. La as is tencia y pres taciones complementarias s erán libres .

Pero antes de promulgars e la vigente Cons titución de 1978, s e aprueba el Real Decreto-Ley 36/1978, de 16 de
noviembre, s obre gestión institucional de la Seguridad Social, la Salud y el Empleo, que pondría fin a la larga
trayectoria del Ins tituto Nacional de Previs ión y a la más corta del Mutualis mo Laboral, creándos e al tiempo, las
entidades ges toras que comentaremos , un sistema de participación institucional de los agentes sociales,
favoreciendo la trans parencia y racionalización de la Seguridad Social y es tableciendo un nuevo sistema de gestión:

El INSS, el IMSERSO, INSALUD, INEM y la Tes orería General de la Seguridad Social, con la colaboración de las Mutuas
Patronales de accidentes de trabajo y enfermedades profes ionales .

Res umiendo, es ta fue la gran trans formación de un s is tema de s alud que empezó cubriendo tímidamente a parte de la
población trabajadora, s e trans formó en 1978 en el Ins tituto Nacional de la Salud aumentando s u cobertura, y ha
terminado pres tando s ervicio al conjunto de la población, inclus o a inmigrantes en s ituación ilegal, como Servicio
Nacional de Salud.

Los s ervicios de Atención Primaria, los cons ultorios de finales de los s etenta s e han trans formado en los actuales
Centros de Salud. Y el ejercicio profes ional, antiguamente es encialmente individual y ais lado, con es cas ez de
recurs os , orientación a la enfermedad, y exces iva burocratización, s e ha trans formado en los actuales Centros de
Salud, con actividad colegiada, jornada laboral completa y formación médica continuada.

El Ins tituto Nacional de Salud pas ará a denominars e Ins tituto Nacional de Ges tión Sanitaria. Y, por s u parte, el de
Servicios Sociales incorporará Mayores a s u denominación inicial.
TEMA 2: CONCEPTO, GENERALIDADES, Y CARACTERÍSTICAS

TEMA 2 - CONCEPTO, GENERALIDADES, Y


CARACTERÍSTICAS

2.1. CONCEPTOS BÁSICOS


Antes de avanzar, es importante a tenor de es te es tudio, familiarizarnos con unos conceptos bás icos s obre lo que
realmente es tamos tratando.

As í, cabe aclarar, que el sistema sanitario de un país , lo componen el conjunto de entidades , organis mos s ociales y
recurs os tanto humanos como es tructurales encargados de la producción de s us s ervicios s anitarios y s us
interrelaciones .

Es decir, el conjunto de servicios sanitarios e instituciones públicas y privadas encargados de la


producción de los servicios sanitarios y sus diferentes formas de organización y relación, que depende,
fundamentalmente, de la planificación que s us dirigentes s anitarios han es tablecido.

Como servicios sanitarios, s e entienden aquellos cuyo objetivo directo es la mejora o protección de la s alud, lo que
no excluye otros objetivos a tener en cuenta, como el beneficio empres arial (en entidades privadas ) y objetivos
políticos , cuya cons ecución puede entrar en conflicto con el objetivo directo.

El s is tema s anitario es pañol s e caracteriza por la coexis tencia de tres s ubs is temas legales :

El s is tema s anitario nacional univers al (Sis tema Nacional de Sa¬lud en adelante SNS).

Las mutualidades de funcionarios civiles , miembros de las Fuer¬zas Armadas y el Poder Judicial
(MUFACE, MUGEJU e ISFAS).

Y las “Mutuas Colaboradoras ”, centradas en la as is tencia en cas os de accidente y enfermedad


profes ionales .

El SNS es un s is tema nacional de s alud bas ado en los principios de univers alidad, libre acces o, equidad y s olidaridad
financiera, y financiado principalmente mediante impues tos .

Se organiza en dos niveles , nacional y regional o autonómico, que reflejan la divis ión adminis trativa del país , s iendo de
carácter menor las competencias s anitarias en el ámbito local por lo que apenas s e menciona dicha dimens ión
ins titucional. Aunque profundizaremos en los próximos temas en las competencias s anitarias y en las trans ferencias a
las Comunidades Autónomas , nues tro s is tema s e caracteriza por quedar recogido en la es cala nacional, bajo la
dirección del Cons ejo Interterritorial del Servicio Nacional de Salud, fundamentalmente para determinados ámbitos
es tratégicos , la coordinación general del s is tema y la s upervis ión del des empeño del s is tema s anitario.

El propio Minis terio de Sanidad y s egún la definición que recoge el artículo 69 de la Ley de cohes ión y calidad del
Servicio Nacional de Salud, define el Cons ejo Interterritorial del Sis tema Nacional de Salud (en adelante ISNS) como:
“el órgano permanente de coordinación, cooperación, comunicación e información de los servicios de
salud, entre ellos y con la Administración del Estado, que tiene como finalidad promover la cohesión del
Sistema Nacional de Salud a través de la garantía efectiva de los derechos de los ciudadanos en todo el
territorio del Estado ”.
Des de s u cons titución en 1987, el Cons ejo, conocido bajo las s iglas CISNS ha es tado compues to por el mis mo nº de
repres entantes por parte de la Adminis tración General del Es tado y por las Comunidades Autónomas , has ta un total
de treinta y cuatro miembros , el minis tro de Sanidad y Cons umo y los cons ejeros competentes en materia de s anidad
de las dis tintas Comunidades y Ciudades Autónomas .

En la Ley General de Sanidad, como des arrollaremos a continuación, s e plas ma el mandato cons titucional de la
Coordinación General Sanitaria, expres ando claramente que es ta le corres ponde al Es tado, en el que recae la fijación
de los medios para facilitar la reciprocidad de la información, la homogeneidad técnica y la acción conjunta que integre
actos parciales en la globalidad del s is tema.

Además , los criterios de Coordinación General, aprobados por es te organis mo, deberán s er tenidos en cuenta en la
elaboración del Plan Integrado de Salud, documento que deberá recoger los planes de s alud es tatales ,
autonómicos y conjuntos y la financiación.

El criterio interventor obliga a s ometer es tos planes ante el CISNS, y en aquellos que s ean conjuntos con la totalidad
de comunidades la intervención es aún mayor, ya que deben formulars e en el s eno del CISNS.

2.2. GENERALIDADES Y CARACTERÍSTICAS:


La alimentación, la vivienda, la educación y otras actividades ejercen s obre la s alud una influencia mayor que la de los
s ervicios es pecíficamente s anitarios , aunque s u objetivo directo no s ea la mejora de la s alud de la población. Contra
es ta opinión, generalmente aceptada, la Organización Mundial de la Salud cons idera, en s u informe del año 2000, que
gran parte de la mejora de s alud de la población es debida a la acción s anitaria y con ello mantiene que los Es tados
deben s er garantes de s u acces ibilidad para la población general.

Es ta premis a, en los país es des arrollados s e puede obs ervar cómo cierta, pero no puede aplicars e en los más
des favorecidos , donde aún exis ten condiciones de vida inaceptables bajo criterios occidentales (es cas ez de agua
potable, aus encia de tratamiento de aguas res iduales , falta de as is tencia s anitaria al nacimiento o inclus o peores
como s ituaciones de guerra, hambre o violencia).

As í pues , para es tudiar los s is temas s anitarios de nues tro entorno, debemos analizar dis tintos valores , que
conjuntamente forman los valores de la s ociedad y s us gobernantes con res pecto a la s alud: modelos de financiación
y de as ignación de recurs os , cartera de s ervicios y grado de protección s anitaria, legis lación, organización
adminis trativa y el modelo de ges tión adoptado para garantizar la pres tación de s ervicios eficaz, efectiva, eficiente y
de calidad.

Los s is temas s anitarios , s on, s is temas s ociales que la Organización Mundial de la Salud ha definido …como un
conjunto de elementos interrelacionados que contribuyen a la s alud en los hogares , los lugares de trabajo, los lugares
públicos y las comunidades , as í como en el medio ambiente fís ico y ps icos ocial, y en el s ector de la s alud y otros
s ectores afines . Y convirtiéndos e en uno de los más importantes indicadores para poder analizar el Es tado de
Bienes tar de una s ociedad y s u nivel de des arrollo.

Los s is temas s anitarios s on complejos , abiertos e interrelacionados con factores determinantes de otros s is temas ,
como la política, el s is tema fis cal o la educación y deben cumplir, s egún la Organización Mundial de la Salud (en
adelante OMS), las cualidades de:

Univers al

Con atención integral


Con equidad en la dis tribución de recurs os

Eficiente

Flexible y con poder de adaptación

Planificado y ges tionado con participación ciudadana

En cuanto a la universalidad en la UE, los país es integrantes , firmaron en 1996 la Carta de la Reforma
de la Atención Sanitaria de Ljubljana, aprobada por unanimidad, que trata las reformas s anitarias , y
que de manera textual y como principio fundamental, recoge la cobertura univers al y el acces o
equitativo para toda la población a la as is tencia neces aria.

Con referencia a la equidad, como la neces idad de una igualdad tanto en el acces o como en el trato,
s in dis tinción de s exo, religión o raza, e igualdad de cartera de s ervicios para todos los ciudadanos de
la mis ma nación, con los mis mos programas de vacunación y tratamiento.

Y, por último, la calidad asistencial, como objetivo fundamental, tanto a nivel de eficacia (logra el
efecto des eado en el correcto diagnós tico y el tratamiento, logrando la curación o mejoría) como de
eficiencia (relacionada con el cos te obtenido para lograrla.
EJERCICIOS DE REPASO 1

1. El término igualas:

a. Es una de las primeras pruebas documentales del s is tema s anitario es pañol.


b. Es una caracterís tica de los gremios medievales .
c. Se refiere a la igualdad en la atención s anitaria.
d. Todas las afirmaciones s on correctas .

2. El mayor logro sanitario en el mundo es:

a. La univers alidad de la cobertura s anitaria.


b. El acces o a medidas preventivas y terapéuticas .
c. La ampliación de la cobertura a tratamientos no vitales .
d. Todas las res pues tas s on correctas .

3. El primer paso en materia de política social de previsión en España es:

a. Las cajas de enfermedades .


b. La creación de las mutuas .
c. El INP.
d. Ninguna de las res pues tas es correcta.

4. El Sistema Nacional de Salud tiene como peculiaridad, en comparación con otros modelos europeos:

a. La dis tinción de la red hos pitalaria.


b. La creación de una red de carácter as is tencial.
c. La organización de una red de hos pitales y ambulatorios bajo la res pons abilidad del INP.
d. Las res pues tas b y c s on correctas .

5. El sistema sanitario de un país lo componen:

a. El conjunto de entidades , organis mos s ociales y recurs os tanto humanos como es tructurales
encargados de la producción de los s ervicios s anitarios .
b. Las es tructuras políticas encargadas de la organización de la as is tencia s anitaria.
c. Las interrelaciones entre todos los agentes s anitarios es tructurales encargados de los productos
s anitarios .
d. Las res pues tas a y b s on correctas .

6. Cuál de estas afirmaciones es correcta:

a. El Sis tema Nacional de Salud es tá bas ado en los principios de univers alidad, libre acces o, equidad y
s olidaridad financiera.
b. El SNS es un s is tema financiado principalmente mediante impues tos .
c. El Sis tema Nacional de Salud s e organiza en dos niveles nacional y local.
d. Todas las res pues tas s on correctas .

7. Los sistemas sanitarios

a. Son uno de los más importantes indicadores para poder analizar el Es tado de Bienes tar.
b. Son indicadores del nivel de des arrollo de una s ociedad.
c. Los s is temas s anitarios s on complejos , abiertos e interrelacionados con otros factores como la política,
el s is tema fis cal o la educación.
d. Todas las res pues tas s on correctas .
8. El órgano permanente de coordinación, cooperación, comunicación e información de los servicios de
salud es:

a. El Cons ejo Interterritorial de las mutuas civiles .


b. El INSS.
c. El Plan Integrado de Salud.
d. El CISNS.

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RELACIONA

la Ley de Bases de la Seguridad


El 27 de febrero de 1908 se constituye el
Social

La transformación del Retiro Obrero en


en 1939
subsidio de Vejez se produce

El seguro de Maternidad Retiro Obrero

Se hace obligatorio asegurar el Accidente de


Instituto Nacional de Previsión
Trabajo para todas las actividades

se proclama el 9 de septiembre de
En 1963 emerge una ley
1931

En 1972 para intentar corregir problemas


se implanta en 1923
financieros se creaba

En 1919 se crea el primer seguro social


en 1932
obligatorio, conocido como

la Ley de Financiación y
El Paro Forzoso Perfeccionamiento de la Acción
Protectora

Ver s olución
TEMA 3: LA UNIÓN EUROPEA

TEMA 3 - LA UNIÓN EUROPEA


Un 7 de febrero de 1992, s e firmó un importante Tratado res ultado de varias negociaciones , el marco de una unión de
país es , la piedra angular en el proces o de integración de Europa, el Tratado de Maas tricht.

Es te Tratado cons agra oficialmente el nombre de Unión Europea (que en adelante s us tituirá al de Comunidad
Europea), un término, el de Unión, que s e us a des de el inicio del Tratado para s ignificar la alianza de es tos país es en
el progres o de un proyecto his tórico.

El s egundo párrafo del artículo 1 del Tratado de la Unión Europea es tablece que:

"El pres ente Tratado cons tituye una nueva etapa en el proces o creador de una Unión cada vez más es trecha
entre los pueblos de Europa, en la cual las decis iones s erán tomadas de la forma más abierta y próxima a los
ciudadanos que s ea pos ible."

El Tratado de Maas tricht, denominado as í por s er el nombre de la ciudad holandes a donde s e llevó a cabo fue uno de
los más importantes firmados en Europa, que tuvo como predeces ores otros Tratados , con s us modificaciones y
adiciones pos teriores , de dis tintas importancias , has ta llegar al momento evolutivo actual.

Por primera vez s e s obrepas aba el objetivo económico inicial de la Comunidad (que bus caba cons truir un mercado
común fuerte que generas e el progres o y el des arrollo como potencia del viejo continente), modificando y completando
el Tratado de 1951 de París (CECA), los Tratados de Roma de 1957 (CEE y EURATOM) y el acta Única Europea de 1986,
otorgando una vocación de unidad política.

La es tructura pas aba a bas ars e en tres pilares . La metáfora es la de que el TUE tiene la forma de "templo griego",
s us tentado por tres pilares :

El pilar comunitario, es un pilar central recogido en los Tratados y s us divers as reformas , pos ee
ins tituciones propias con competencias s upranacionales , y recogen el mercado único, la unión
económica y monetaria, la PAC, los fondos es tructurales y los fondos de cohes ión.

Los pilares laterales , s on los bas ados no en la cooperación entre gobiernos :

Política Exterior y Seguridad Común (PESC)

Jus ticia y As untos de Interior (JAI)

3.1. CLAVES DEL DERECHO COMUNITARIO


El conjunto de todos los Tratados originarios y s us modificaciones o adiciones pos teriores cons tituyen el llamado
Derecho originario que s e diferencia del Derecho derivado de los Tratados . Es te corres ponde a los órganos con
dicha potes tad y s e manifies ta a través de reglamentos , directivas y decis iones , teniendo en cuenta, además , las
recomendaciones y dictámenes , y la juris prudencia del Tribunal de Jus ticia de la CE.

El reglamento comunitario es una verdadera ley que a diferencia de nues tro Derecho interno emana del
Cons ejo o de la Comis ión y no del Parlamento. Tiene aplicación directa s obre los Es tados miembros ,
previa publicación en el diario comunitario, y es tá s ubordinado, como todo el Derecho derivado, a los
Tratados .

La directiva (muy importante para el Derecho Sanitario) provoca una obligación para los Es tados ,
obligándolos en cuanto al res ultado que debe cons eguirs e. Sin embargo, permite a las autoridades
nacionales , la elección de la forma y los medios para cons eguirlo, por ello entendemos que no es de
aplicación directa. Ahora bien, el Tribunal de Jus ticia de la Comunidad y con el fin de evitar la no
obs ervancia de los país es miembros , ha admitido la pos ibilidad de que las directivas puedan tener
efectos directos .
Las decis iones , tienen un des tinatario concreto (particular, empres a o Es tado Miembro) a diferencia del
reglamento (des tinatario general e indeterminado). Además , s e aplica de forma directa e inmediata lo
que la diferencia de las directivas (exige intermediación de autoridad del Es tado miembro para s u
eficacia).

Exis ten divers os ejemplos a colación del Derecho Sanitario es pañol, s in embargo y para nues tro interés concreto, s ólo
entraremos en es pecificarlo con dos ejemplos gráficos :

El primero, referido a la libre circulación comunitaria de las profes iones s anitarias tituladas y reguladas
tanto que es ya un hecho (tanto en es pecialidades de medicina, como de veterinaria, farmacéutica o
enfermería). Previo a la s ituación actual s e vinieron dictando dis tintas directivas que obligaban a los
Es tados miembros a promover dis pos iciones nacionales que hicies en efectivas la libre circulación de
divers os profes ionales , as í como el reconocimiento mutuo de los diplomas , certificados y otros títulos .

El s egundo ejemplo s e refiere al medicamento, que ha des embocado en el Derecho es pañol en la Ley
del Medicamento . La importancia del Derecho comunitario y, en particular, de la directiva, s e pone de
relieve en la expos ición de motivos de dicha ley que es tablece lo s iguiente:

«… La CEE, por s u parte, ha des arrollado des de 1965 una intens a actividad de armonización del derecho por
directivas y recomendaciones referentes a los medicamentos , con medidas que s uponen la cris talización de
toda una tradición occidental en defens a del interés de los pacientes y de los cons umidores .
Prueba de ello s on las numeros as directivas ya promulgadas reguladoras de las condiciones s anitarias
exigibles para la comercialización de las es pecialidades farmacéuticas y los procedimientos comunitarios
armonizadores de las decis iones nacionales a ellas referidas ...».

3.2. LA TENDENCIA DE LOS SISTEMAS SANITARIOS EN EUROPA


Los país es que componen la actual Unión Europea ofrecen una cobertura prácticamente univers al, como comentamos
anteriormente s on producto de una tendencia hacia los es tados de bienes tar en Europa, y más incis ivamente en
materia s anitaria.

Los indicadores nos mues tran como la tendencia de los modelos s anitarios en el viejo continente ha hecho que la
es peranza de vida media en Europa s e s itúe en torno a los 80 años , y pes e a que es to s e repite en gran parte del
mundo, y pes e que además exis ten otro tipo de condicionantes influyentes en es ta premis a, en la Europa de los
últimos veinte años es te indicador tiene una cons iderable es tabilidad con tendencia pos itiva.

Parece relevante, parars e a entender la evolución del s is tema s anitario europeo vis ualizando las caracterís ticas
principales de los s is temas de cada país , aunque deriven en modelos diferentes .

Al comparar el s is tema de financiación de los s eguros s ociales , como acabamos de ver en los dis tintos país es
europeos , nos encontramos con grandes diferencias entre unos y otros que nos permite hacer la s iguiente
clas ificación de s is temas , en dos grandes grupos :

El s is tema Bismarck, es tá bas ado principalmente en contribuciones s in redis tribución exis tente entre
los diferentes grupos de ingres os . La financiación es vía contribuciones de acuerdo con el volumen de
ingres os . Los país es de centro Europa tienen más afinidad por él.
SISTEMAS SANITARIOS EN UE-28

Principales características (modelo Bismark)

% Población con cobertura Fuente de financiación Miembro de la


Población
PAÍS sanitaria financiada con los predominante del gasto Unión Europea
(millones)
fondos públicos sanitario público desde

1 de enero de
Alemania 89.2 Seguro social 82.2
1958

1 de enero de
Austria 99.9 Seguro social 8.7
1995

1 de enero de
Bélgica 99.0 Seguro social 11.3
1958

1 de enero de
Bulgaria 88.2 Seguro social 7.2
2007

1 de julio de
Croacia 100.0 Seguro social 4.2
2013

1 de mayo de
Eslovaquia 93.8 Seguro social 5.4
2004

1 de mayo de
Eslovenia 100.0 Seguro social 2.1
2004

1 de mayo de
Estonia 94.0 Seguro social 1.3
2004

1 de enero de
Francia 99.9 Seguro social 66.8
1958

1 de enero de
Grecia 86.0 Seguro social 10.8
1981

1 de mayo de
Hungría 95.0 Seguro social 9.8
2004

1 de mayo de
Lituania 100.0 Seguro social 2.9
2004

1 de enero de
Luxemburgo 95.2 Seguro social 0.6
1958

1 de enero de
Países Bajos 99.9 Seguro social 17.0
1958

1 de mayo de
Polonia 91.0 Seguro social 38.0
2004

1 de mayo de
Rep. Checa 100.0 Seguro social 10.6
2004

1 de enero de
Rumanía 86.0 Seguro social 19.8
2007

- Por s u parte, el s is tema Beveridge, que es financiado por impues tos , contiene redis tribución s ocial; incluye a toda
la población y es financiado principalmente por pres upues tos del Es tado. His tóricamente los país es del norte de
Europa tienen más afinidad a es te modelo.
SISTEMAS SANITARIOS EN UE-28

Principales características (modelo Beveridge)

% Población con cobertura Fuente de financiación Miembro de la


Población
PAÍS sanitaria financiada con los predominante del gasto Unión Europea
(millones)
fondos públicos sanitario público desde

1 de mayo de
Chipre 83.0 Impuestos 0.8
2004

1 de enero de
Dinamarca 100.0 Impuestos 5.7
1973

100.0 población con 1 de enero de


España Impuestos 46.4
residencia legal 1986

1 de enero de
Finlandia 100.0 Impuestos 5.5
1995

1 de enero de
Irlanda 100.0 Impuestos 4.7
1973

1 de enero de
Italia 100.0 Impuestos 60.7
1958

1 de mayo de
Letonia 100.0 Impuestos 2.0
2004

1 de mayo de
Malta 100.0 Impuestos 0.4
2004

1 de enero de
Portugal 100.0 Impuestos 10.3
1986

Reino 1 de enero de
100.0 Impuestos 65.4
Unido 1973*

1 de enero de
Suecia 100.0 Impuestos 9.9
1995

*El 23 de junio de 2016 los ciudadanos del Reino Unido decidieron en referéndum la salida de la UE. La
fecha límite para hacerla efectiva es el 29 de marzo de 2019. Por el momento, el Reino Unido sigue
siendo miembro de la Unión Europea, con todos los derechos y obligaciones correspondientes.
SEGURO OBLIGATORIO SANIDAD UNIVERSAL
(complementado por el empresariado) CON FONDOS

Presupuesto abierto Presupuesto fijo


Financiado por primas Financiado por impuestos
Profesionales de libre elección Profesionales asignados
Libre práctica Fortaleza en medicina de atención primaria
Honorarios por servicios (médicos de cabecera)
Pagos complementarios importantes Pocos pagos complementarios
Descentralización de la planificación Cobertura universal
Fortaleza en especialistas Sin competencia con el mercado
Coberturas gratuitas en casos extremos Capacidad de planificación
Competencia de mercado Planificación central
Precio de fármacos NO regulado Regulación del precio de los fármacos

En res umen, regida por un Es tado garantis ta de pres taciones s anitarias mediante cuotas obligatorias , tipo
mutualis tas , tenemos el modelo Bis marck, que s e da en Francia, Alemania, Aus tria, Bélgica, Luxemburgo y Holanda, y
los país es del modelo Beveridge, con un Sis tema Nacional de Salud, en los que la financiación de la s anidad pública
procede de los pres upues tos generales del Es tado y es pres tada en condiciones de univers alidad, equitativa y
gratuitamente, Reino Unido, Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Italia, Portugal y Es paña.

No obs tante, es tas diferencias s e han ido debilitando con el pas o del tiempo, y en país es como Francia, Italia o
Portugal la financiación por medio de impues tos ha crecido s ignificativamente en los últimos 10 años . Igualmente, en
país es como Es lovaquia la importancia del aporte de las contribuciones con bas e es tatal ha aumentado también
recientemente, por lo que la tendencia actual en Europa es claramente hacia un modelo de convergencia de ambos
s is temas .

Las comparaciones que pueden hacers e s obre los diferentes s is temas s anitarios , y que nos permite realizar una
pequeña retros pectiva europea, incluyen como parámetros principales :

La es tructura organizativa y las leyes

Los modelos de financiación

La extens ión de la cobertura que ofrecen a los ciudadanos

La gratuidad o el precio s i lo hubiera (s i exis te o no copago).

Los cambios res pecto a la cobertura s e mantienen bas tante es tables en los dis tintos país es , s i bien la exis tencia de
copago y el precio varía de modo frecuente.

Los Sis temas Nacionales Sanitarios de los país es de la Unión, mues tran realidades muy des iguales , tanto en cuanto a
los derechos de los us uarios , o mejor dicho de los pacientes , como a los propios s ervicios . Por ello, analizando los
SNS de nues tro entorno, apreciamos cuales s on los elementos de la es tructura de las s ociedades contemporáneas
fundamentales , pero con los fallos s uficientes como para poner de manifies to la imperios a incapacidad de los
s ervicios de s alud de cada país , para proporcionar un nivel de cobertura nacional que s atis faga la demanda y las
nuevas neces idades , s iendo los s ervicios pres tados ineficaces para cubrir las expectativas .

Es irrechazable la afirmación de que los s is temas de s alud deben res ponder mejor y con mayor rapidez a los des afíos
de un mundo en cons tante trans formación, y que s e es tán des aprovechando oportunidades de las bas es forjadas e
iniciadas hace más de 30 años , en el cambio de paradigma que la Conferencia Alma-Ata proyectaba en cuanto a la
forma de concebir la s alud.

Dicha Conferencia de Alma-Ata fue s uficiente para facilitar la aparición de un “movimiento en pro de la atención
primaria de s alud”. Sin duda, una trans formación palpable impuls ada por profes ionales e ins tituciones , gobiernos y
organizaciones civiles , organizaciones comunitarias , e inves tigadores que decidieron afrontar la s ituación política,
s ocial y económicamente inaceptable de des igualdad s anitaria en todos los país es .

En la Declaración de dicha conferencia, quedaron claros los valores defendidos por el conjunto, de justicia social y
derecho a una mejor salud para todos, participación y solidaridad. As í mis mo, s e vis lumbraba la premis a de
que el impuls o de es os valores llevaba aparejado la neces idad de un radical cambio en la manera en que los s is temas
de atención s anitaria s e organizaban, funcionaban y aprovechaban las pos ibilidades de otros s ectores .

La trans cripción de es os valores en reformas patentes en los país es miembros ha s ido des igual, s iendo la equidad
s anitaria el emblema más aupado en los dis curs os cons tantes de líderes políticos y minis tros de s alud.

Real Decreto Legis lativo 1/2015, de 24 de julio, por el que s e aprueba el texto refundido de la Ley de garantías y us o
racional de los medicamentos y productos s anitarios .
TEMA 4: LOS MODELOS DE EUROPA

TEMA 4 - LOS MODELOS EUROPEOS


A continuación, vamos a ver algunas de las principales caracterís ticas de los s is temas s anitarios de algunos de los
país es de Europa , diferenciando los dos modelos , pero manteniendo la vis ta en los datos poblacionales que pueden
res ultarnos de interés .

4.1. MODELO BISMARCK


Con es te modelo s anitario tenemos a los país es de Francia, Alemania, Aus tria, Bélgica, Luxemburgo y Holanda. Es un
s is tema de Seguros Sociales , financiados por cuotas obligatorias pagadas tanto por empres arios como por
trabajadores o a través de los impues tos .

Los recurs os financieros van a parar a los "fondos " (entidades no gubernamentales reguladas por ley y que ges tionan
dichos recurs os ) que s on los encargados de es tablecer la red s anitaria, regir los hos pitales y contratar al pers onal
para proveer de s ervicios a los as egurados mediante contratos (la adquis ición de un s eguro) o pagos (pagos directos
por la as is tencia o s ervicio s anitario).

En es te tipo de modelo exis ten ciertos s is temas de reembols o (con pago previo de los us uarios ) y algunos copagos
(farmacéuticos , de es tancias hos pitalarias e inclus o de dis tintos s ervicios ).

Es cierto, y debemos de recordarlo en ambos modelos , que las caracterís ticas propias del Sis tema de Seguros
Sociales , el tipo Bis marck, s e han ido des dibujando debido a las dis tintas reformas que los Gobiernos Europeos han
realizado, y que los modelos competenciales dependen directamente de la es tructura adminis trativa del propio país .

4.1.1. ALEMANIA

Uno de los país es emblemas de la Unión, tiene actualmente una población de 83,24 millones de habitantes , con una
es peranza de vida media de 81 años , un año más que el promedio de la OCDE, y donde las mujeres s e s itúan en una
es peranza cinco años mayor que los hombres que es de 79 años . El crecimiento anual de s u población s e s itúa en el
0,17% (2018), con un PIB (en miles de millones de euros ) de 3.806.

Los últimos años s e ha producido una reforma intencionada que ha intentado s olucionar una problemática ins taurada
des de la unificación de la RDA, incluyendo la trans formación a un s is tema tipo Bismarck.

El s is tema actual es tá bas ado en un s eguro de s alud s ocial que s e vis ualizan en s u es tructura organizativa, y s e
caracteriza por:

Con un gas to s anitario en % del PIB de 10,67 pos ee una ratio de 4,3 médicos y 8,3 camas de hos pital
por 1.000 habitantes .

Aproximadamente un 87% de la población es tá cubierta des de 2003 por el s eguro de s alud es tatutario
obligatorio, bas ado en ingres os . El otro 10% con s eguros de s alud privados , el 2% cubierto por
aportaciones gubernamentales y un 0,2% s in cobertura.

El s is tema de cuidados de la s alud es tá des centralizado y s e caracteriza por el federalis mo y los


cuerpos corporativos no gubernamentales .

Exis te un Ins tituto independiente auditor de la eficiencia y la calidad as is tencial.

Es un principio de s u s is tema la libertad de elección de médico, generalis ta o es pecialis ta.

El gas to público s anitario en 2020 s upus o el 10,67% del PIB, una s ubida 0,77 puntos res pecto a 2019
(9,9% del PIB).

En 2020, Alemania s ubió al 3º pues to en el ranking de país es en lo invertido en s anidad al año.

El debate actual s e bas a en introducir una prima de s alud cons tante para s eguros es tatutarios (con
s oporte a bas e de impues tos en cas os extremos ) o extender los s eguros bas ados en la contribución a
toda la población.

4.1.2. AUSTRIA

Es te pequeño País tiene una población de 8,9 millones de habitantes y una es peranza de vida muy parecida a la de
Alemania, rondando una media de 81 años y con una diferencia entre hombres (de 77,2 años ) y mujeres (de 82,6
años ) de algo más de cinco. El crecimiento anual de la población es del 0,19% y mues tra un PIB (en miles de millones
de euros ) de 429.

Su modelo s anitario tipo Bismarck s e caracteriza por:

Su gas to s anitario es de 10,2 (% PIB) y s u tas a es de 3,7 médicos y 7,6 camas de hos pital por cada
1.000 habitantes .

Tienen un s is tema de cobertura es univers al a través de s eguros y financiada por impues tos .

Las cons ultas s on habitualmente gratuitas (ocas ionalmente exis te un copago de entre el 10 y el 20%) y
la hos pitalización s e paga como cantidad fija o has ta un 20% del cos te.

Los pacientes pagan el 21,5% del gas to farmacéutico.

Es te s is tema es tá es tructurado en un Seguro de Salud Es tatutario que cubre al 95% de la población en


modalidad obligatoria y un 2% de voluntaria.

El Minis terio Federal de Salud es el principal legis lador en materia s anitaria y res pons able de la
s upervis ión de los Seguros Es tatutarios .

Los gobiernos de los Länder proporcionan s eguros de s alud pública y tienen fuertes competencias en
la financiación y regulación.

La hos pitalización s e financia por fondos a nivel de Länder , con diferencias entre gas tos recurrentes y
gas tos de invers ión.

Los cuidados de enfermería crónicos con s iete categorías de neces idades , se financian
mayoritariamente por medio de impues tos federales , s in importar el nivel de ingres os .

4.1.3. BÉLGICA

Dentro de la Europa occidental, Bélgica con 11,56 millones de habitantes tiene una es peranza de vida al nacer de cas i
82 años , dos años más que el promedio de la OCDE, con 84 años para mujeres y 79 años para los hombres .

Tiene un gas to s anitario de 9,9 en % del PIB y una ratio de 4,2 médicos y 5,3 camas de hos pital por
cada 1.000 habitantes .

Es tá bas ado en un modelo de Seguridad Social Obligatoria de financiación pública con provis ión
mayoritariamente privada

El Ins tituto Nacional de Seguros de Enfermedad controla la organización general del s is tema,
trans firiendo fondos directamente a los no lucrativos y a s ervicios privados .

Los pacientes tienen libre elección de proveedor s anitario.

El Seguro de Salud Sus titutivo cubre al 80,2% de autónomos para ries gos menores y los Fondos de
Enfermedad complementan el s eguro. Los s eguros privados lucrativos s on es cas os .

El gobierno federal regula y s upervis a los s eguros de s alud, ya que tiene trans feridas a las
comunidades y regiones la promoción de la s alud y la medicina preventiva.

El Seguro de Salud es tá financiado mediante contribuciones tanto patronales como de los empleados , y
s e complementa con fondos extra de impues tos impos itivos tipo IVA. El 19,1% de los gas tos s anitarios
lo as umen los pacientes y el 33% del gas to farmacéutico también.

El s is tema belga es univers al des de 1945 con cobertura s anitaria para cas i toda la población.
Tiene un alto grado de elección de s ervicio y proveedores y el régimen es de pago en el acto y
reembols o pos terior del s eguro.

La agenda política acoge la contención de cos tes y el acces o a los s ervicios prioritariamente.

4.1.4. FRANCIA

Uno de los país es cabecera de Europa, Francia tiene una población de 67,39 millones de habitantes y una es peranza
de vida de 82 años , con un reparto entre s exos de 86 para mujeres y 79 para hombres . Su PIB es de 2,603 billones
USD lo que lo s itúa como una de las economías más importantes del viejo Continente. Es tandarte del modelo
Bis marck s e caracteriza por:

El gas to público en s anidad creció un 3,13% en el 2019 lo que repres enta un 15,47% del gas to público
total y un 9,9 % s obre el PIB.

3,4 médicos por cada 1.000 habitantes y 6 camas de hos pital por 1.000 habitantes .

Pres enta tres es quemas principales dentro de s u s is tema de s eguro es tatutario de s alud: un
esquema general (que cubre al 85% de la población, fundamentalmente s ector comercio, indus tria y
s us familiares ), un esquema agrícola (10 % granjeros y familias ) y el esquema para autónomos
(que cubre el 5%).

El s is tema de s alud francés es tá des centralizado, de Nacional a Regional.

Exis te un Fondo es pecífico para ancianos dependientes (des de el 2004) y la cobertura para los
res identes es univers al (des de 1999 y llegando al 99,9%).

Des de 1996 exis te un techo de gas to anual, que s e divide en s ubgrupos : práctica privada, hos pitales
públicos , hos pitales privados lucrativos y cuidados s ociales .

Los pacientes pagan la as is tencia s anitaria y luego el s eguro es tatutario lo reembols a parcialmente.
Exis te un acuerdo nacional con una tarifa negociada.

Exis te copago teniendo el paciente el 25% del cos te de cons ulta, el 65% del trans porte s anitario, el 40%
de fis ioterapia y laboratorio y el 20% al día de hos pitalización.

En cuanto a la provis ión de cuidados , los pacientes tienen acces o libre al médico y hos pital. El 65% s on
hos pitales públicos , 15% privados no lucrativos , 20% privados lucrativos .

Los objetivos del s is tema s on potenciar las fortalezas , s u libertad de elección, la pluralidad en la
provis ión, la acces ibilidad, el es cas o porcentaje de lis ta de es pera, la contención de gas to, el copago
de 1€/vis ita y reducir el gas to en farmacia y prevenir el fraude del us o de la tarjeta.

4.1.5. LUXEMBURGO

Luxemburgo es un pequeño país de la UE que s e s itúa al noroes te del continente. Se trata de un Es tado s in litoral, y
que linda con Francia, Alemania y Bélgica. Tiene una población de cas i medio millón de habitantes s obre un área de
2.586 km2.

El Es tado pos ee el mayor PIB per cápita del mundo de acuerdo al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial lo
que lo declara como una de las economías más des arrolladas . Y en cuanto a s u s is tema s anitario, del modelo
Bis marck podemos decir lo s iguiente:

3,03 médicos por cada 1.000 habitantes y 4,9 camas de hos pital por 1.000 habitantes .

La es tructura organizativa del s is tema s anitario s e divide en tres principios : un Seguro Sanitario
Obligatorio, con elección libre del proveedor y conformidad de los precios pactados por los s ervicios
pres tados .

La Unión de Fondos de Enfermedad fija el nivel de contribución que, junto con los Fondos Profes ionales ,
ges tionan y proporcionan el Seguro de Salud Es tatutario al 99% de la población, s alvo s ituaciones de
s ubs idios o pens iones públicas . Los funcionarios y empleados de las Ins tituciones Europeas
Internacionales tienen s us propios s eguros de s alud.
Su modelo de financiación es s imilar al de país es vecinos , mediante el Seguro Social de Salud.

Exis te poca delegación de competencias a las corporaciones locales , por s u dimens ión, a excepción de
la financiación de los hos pitales .

La externalización de la provis ión s anitaria es lo general, con libertad de elección.

En 1964 s e cons iguió la univers alización, mediante un s is tema mutualis ta obligatorio.

Su porcentaje de gas to en relación con el PIB es bajo, pero s e bus ca la es tabilidad financiera para los
Fondos de Enfermedad con el incremento de copagos , con una Res erva de Fondos y la trans ferencia de
res pons abilidades de los Fondos Individuales a la Unión de Fondos .

4.1.6. HOLANDA

Los País es Bajos tienen una población de 17,44 millones de habitantes y una es peranza de vida al nacer de 82 años ,
tres años más las mujeres que los hombres , 83 años en comparación con 80 años res pectivamente.

Con un PIB per cápita de 912,2 miles de millones , y un s is tema s anitario tipo Bis marck con una es tructura organizativa
de tipo Sis tema Nacional de Salud, bas ado en los s eguros s e caracteriza por:

3,61 médicos por 1.000 habitantes y 3,3 camas de hos pital por cada 1.000 habitantes .

Coexis tencia de s eguros , uno de Salud Nacional para gas tos médicos excepcionales , y otros de
diferentes regímenes regulatorios (Fondos de Enfermedad Obligatorios , Seguros Privados y s eguros
voluntarios complementarios ).

El SNS es tá regulado por el Acta de gas tos médicos excepcionales , e incluye los gas tos as ociados a
enfermedades crónicas o de cos te elevado.

Un s egundo s eguro cubre los cuidados médicos es tándar (el 65% de la población con s alarios anuales
inferiores a 30.700 € y en s alarios s uperiores s e complementa con s eguros privados ).

Y un tercer tipo que incluye cobertura en técnicas no vitales , s on privados complementarios .

El s is tema es tá s upervis ado por diferentes Minis terios y la res pons abilidad ha cambiado al s ector
privado y por trans ferencia de competencias al provincial/local.

La financiación s e realiza por deducciones de la nómina de los as alariados y por Fondos


Gubernamentales y repres enta el 41% del gas to s anitario.

Los Fondos de Enfermedad tienen un s is tema de pres upues tos negociado con proveedores , tanto la
calidad como la cantidad y el precio, dando flexibilidad y competencia de mercado.

La tendencia del modelo, en las últimas décadas , es la trans ferencia de res pons abilidades en los
cuidados a los as egurados y mayor competencia entre los proveedores .

4.2. MODELO BEVERIDGE


Con el modelo Beveridge como condicionante del s is tema s anitario tenemos : Suecia, Finlandia, Irlanda, Dinamarca,
Italia, Es paña, Portugal y Reino Unido.

Los Servicios Nacionales de Salud con es te modelo tienen una financiación predominante a través de impues tos y un
acces o de carácter univers al, con una atención bas ada en un médico titular general que controla la derivación a
es pecialis tas y es res pons able de una lis ta de población. Cada vez es más habitual la exis tencia de algunos copagos
por parte de los us uarios /pacientes .

El control del s is tema es gubernamental, y exis te cierto grado de s ector privado, con una implicación del Es tado en la
toda la ges tión.

Cabría por último res eñar, que mantener a Reino Unido nos parece relevante en nues tra pers pectiva, pes e a que a 1
de febrero de 2020 finalizó s u proces o de s alida de la Unión Europea (con el llamado “brexit”), pero s u s is tema de
s alud al igual que el res to de país es es tudiados pas ó un proces o s imilar y s imultáneo al res to, y pudo tomar de
ejemplo o s er de ejemplo para los cambios y trans formaciones que fueron s urgiendo.

4.2.1. DINAMARCA

Como el primer país es tudio de nues tro anális is , el territorio danés tiene 5,8 millones de habitantes y una es peranza
de vida para las mujeres de 83,6 y de 79,6 para los hombres , manteniendo la tendencia as cendente en los últimos
años .

Su crecimiento anual s e s itúa entre el 2 y el 3% y como indicador del buen nivel de vida un PIB per cápita de 53.600 €,
lo que s upone el pues to 8 en el ranking de país es .

Su gas to s anitario (% del PIB) de 8,89% en 2020, cons iguiendo una s ubida de 0,6 puntos anuales , y s e mantiene en el
pues to 22 en el ranking de invers iones s anitarias . Su s is tema s e caracteriza por:

Sis tema de cobertura univers al financiado mediante impues tos , con una organización des centralizada.

Exis te gratuidad en los s ervicios a excepción de la farmacia (copago entre el 50 y 100%) y s ervicios
cons iderados no vitales como odontología, fis ioterapia y podología (s e abona 2/5 de la factura).
También exis te cos te en el ingres o hos pitalario individual.

Tiene un nº de médicos de 4 y 2,6 camas de hos pital por cada 1.000 habitantes .

Los s ervicios públicos de s alud, medicina general y cuidados hos pitalarios s on de libre elección.

El Minis terio del Interior y Salud es tablece las políticas nacionales , preparar la legis lación s anitaria, y
efectuar la regulación y s upervis ión del pers onal.

Los cuidados s e realizan principalmente a través de Fondos y proporcionados por los municipios
counties que dirigen la mayoría de los hos pitales (s alvo el área de Copenhague y los privativos ) y
controlan la dis tribución de médicos de familia.

La financiación del gas to total es por medio de impues tos es tatales , impues tos de los counties , y
municipales . Los gas tos privados s ólo repres entan el 17%, mediante gas tos directos y copagos , gas tos
farmacéuticos y contribuciones de los s eguros voluntarios .

Dentro de los objetivos de s u trans formación s anitaria actual es tán: Aumentar la productividad y la
calidad de los s ervicios , dis minuir las lis tas de es pera, manteniendo como principio bás ico de s u
s anidad, la libre elección de hos pital, la ges tión por objetivos en los hos pitales con ajus tes por grupos
relacionados por diagnós ticos (en adelante GRDs ), el us o de mecanis mo de control de la financiación
por medio de la actividad realizada «anális is del cas e-mix» y des arrollar indicadores para mejorar y
aumentar la calidad as is tencial.

4.2.2. FINLANDIA

La peníns ula de Finlandia tiene una población de 5,531 millones de habitantes , con una es peranza de vida de cas i 82
años de media, y un PIB (en miles de millones ) de 271,2, pero en cuanto a entender el nivel de vida de los finlandes es
el PIB per cápita es de 43.480 €.

Su gas to público en s anidad creció 644,3 millones en el 2020 alcanzando los 17.759,1 millones de euros , lo que
equivale al 13,04% del gas to público total.

Con 3,8 médicos por cada 1.000 habitantes y 3,3 camas de hos pital por cada 1.000 habitantes .

La es tructura organizativa de s u s is tema s anitario es tá bas ada en impues tos obligatorios .

La cobertura univers al cubre a la población res idente de manera oficial.

Es el Minis terio de As untos Sociales y Salud el encargado de es tablecer la legis lación reguladora y
monitorizar el cumplimiento.

Los Comités de Salud Municipales (nivel local) mediante los Cons ejos s e encargan de organizar la
s alud. La res pons abilidad de los municipios recae en la promoción y prevención de la s alud, la medicina
primaria, la rehabilitación y los s ervicios dentales .
Hay un incremento de financiación privada por aumentos de cargos por s ervicios municipales y la
abolición de la deducción de impues tos por medicamentos .

Los Centros de As is tencia Primaria, mediante equipos multidis ciplinares , s on res pons ables de los
cuidados primarios , la medicina preventiva y los s ervicios s anitarios públicos , que s on públicos y de
res pons abilidad local de los municipios .

Los médicos ven a los pacientes en un plazo de 3 días , y s u s alario depende del trabajo efectivo lo que
ha mejorado s us tancialmente la as is tencia y reducido la lis ta de es pera.

Dentro de los objetivos pers eguidos por el s is tema, en s us reformas y en s u debate político podemos
res altar: la bús queda de la calidad en los cuidados y las medidas de control de cos tes , el
mantenimiento de las Guías de Calidad de Salud Mental, la realización de mejoras en el acces o, Dar
ejecutar la libre elección de médico y de hos pital y la mejora de la coordinación entre as is tencia
primaria y es pecializada.

Las autoridades regionales o locales deciden las pres taciones tanto en atención primaria como en
atención es pecializada, aunque los fondos s e dis tribuyen a nivel es tatal y s e complementan localmente.

4.2.3. GRECIA

Con una población de 10.682.547 pers onas , s e pos iciona en el pues to 87 de la tabla de población, compues ta y
pres enta una moderada dens idad de población. Grecia es la economía número 52 por volumen de PIB, pero es el
s egundo país con mayor endeudamiento res pecto al producto interior bruto, que como buen indicador en s u cas o y en
el 2020, fue de 15.420 €.

Su gas to s anitario equivale al 9,3 del PIB con 6,3 médicos y 4,2 camas por cada 1000 habitantes , y en
cuanto a s u s is tema podemos res altar:

En s u es tructura organizativa coexis ten el Servicio Nacional de Salud (obligatorio) y un s is tema de


s eguros de s alud privados (voluntarios ).

La cobertura es univers al, y s e bas a en los principios de equidad, igualdad de acces o y cohes ión s ocial.
El 97% de la población queda cubierta por los Fondos de Seguros Sociales y el res to mantiene s u
cobertura con s eguros privados .

La legis lación s anitaria y las líneas políticas nacionales dependen del Minis terio de Salud y Solidaridad
Social que, además , fija prioridades , define los fondos y as igna recurs os .

Las PeSYPs (autoridades de Salud Regionales ), s on res pons ables de implementar dichas líneas a nivel
regional, realizar la coordinación, la organización y la ges tión de los s ervicios . Pero no tienen
pres upues tos individuales , las trans acciones dependen del Minis terio.

La financiación s e realiza tanto a través de fondos públicos como de privados .

Los pagos voluntarios de empres arios y trabajadores repres entan un porcentaje alto del gas to total lo
que lo s itúa como uno de los país es más privatizados de UE. El 47,4% del total del gas to corres ponde
al s ector privado.

Los gas tos hos pitalarios s on cubiertos al 70% por impues tos y el res to entre la Seguridad Social y la
medicina privada.

Es de des tacar que los impues tos derivados de los ingres os de la renta s e emplean para rellenar el
agujero (gap) exis tente entre el Fondo de Seguridad Social oficial y el gas to actual de los s ervicios
pres tados .

Todo el s taff s anitario y de apoyo técnico y adminis trativo s on empleados públicos , as alariados del
gobierno, y los médicos tienen incompatibilidad de ejercicio privado.

Exis te un copago farmacéutico hos pitalario tanto por vis itas a urgencias como por cons ultas externas
hos pitalarias . Su gas to global de farmacia es muy elevado.

4.2.4. IRLANDA
Con una población de 4,995 millones de habitantes y una es peranza de vida de 82,8 años de media (80,80 los
hombres y 84,70 las mujeres ). Obtiene muy buenos res ultados en muchas medidas de bienes tar general. El PIB per
cápita es un gran indicador de nivel de vida y en 2020 fue de 74.870 €, por lo que Irlanda s e coloca en el número 29
por volumen de PIB, s iendo s u deuda pública en 2020 de 217.881 millones de euros .

Su gas to s anitario en 2020, per cápita, fue de 4.093 euros por habitante, lo que alcanzó el 5,54% del PIB. Con 3,3
médicos y 3 camas hos pitalarias por cada 1000 habitantes , s u s is tema s e caracteriza por:

Una mezcla de financiación y provis ión pública (el 75% del gas to) y privada. La financiación es
principalmente mediante impues tos .

Su gobierno central es res pons able del Sis tema mediante el Departamento de Salud y Niños . El Health
Service Executive ges tiona los s ervicios como entidad nacional dependiente directamente del Minis terio
de Salud.

Hay pacientes de Categoría I con tarjetas s anitarias de acces o libre a todos los s ervicios y de Categoría
II con cobertura en hos pitales públicos , con cargos adicionales . Los criterios de acces o a la categoría
dependen de parámetros de ingres os y la edad.

Los s eguros voluntarios tienen relevancia, dando cobertura al 50% de la población.

Sin cartilla s anitaria ni s eguro, aproximadamente un 25% de la población, s e ins criben en los Seguros
de Salud Voluntarios con los que acceden a los cuidados de s alud a través de hos pitales es tatales y del
s ector privado.

Exis te gratuidad de s ervicios s anitarios para más de un tercio de la población, el res to paga una
cantidad variable. La atención es pecializada y el gas to farmacéutico tienen copago con tope máximo
familia/mes en el de farmacia.

Los médicos generales s on autónomos y comparten la vocación pública con la privada. Los médicos
hos pitalarios reciben un s alario público, pero mantienen la compatibilidad con la práctica médica
privada.

Exis te una gran falta de s atis facción en materia s anitaria, s obre todo en la población más
des favorecida.

Crear una es trategia de cuidados de as is tencia primaria a través de equipos multidis ciplinares es uno
de los compromis os del s is tema irlandés , que ya es tá llevando a cabo una reforma hacia la
modernización general y la mejora de los s ervicios mentales .

4.2.5. ITALIA

Con 59,25 millones de habitantes y una es peranza de vida de 83 años (86 las mujeres frente a 81 los hombres ) s e
coloca con una de las tas as más altas de la OCDE.
Su economía es la octava más grande a nivel mundial en términos abs olutos de acuerdo con el criterio del PIB
nominal. Y s e coloca en la tercera pos ición, s ólo por detrás de Alemania y Francia, al utilizar la pers pectiva regional de
la Eurozona. El % dedicado al s is tema s anitario fue de 7,41 en 2020, con un aumento de la invers ión en los últimos
años .
Dentro del modelo Beveridge, con 4 médicos y 3,1 camas cada 1000 habitantes , s u s is tema s e caracteriza por:

Cobertura univers al, pero exis ten grandes diferencias s obre los niveles de cuidados de s alud, recurs os
s anitarios y gas to entre las regiones .

El Es tado Central comparte con las regiones la res pons abilidad s anitaria del país .

El Es tado tiene exclus ividad en la definición del paquete bás ico de pres taciones , Livelli Es s enziali di
As s is tenza, que es uniforme a todas las regiones . Las regiones s on res pons ables de la organización y
adminis tración de los s is temas . Las autoridades locales tienen encomendado proporcionar los
s ervicios a nivel local.

Se financia mediante impues tos , un impues to regional s obre el negocio complementado con una
s ubvención central financiada a través del IVA. Es ta financiación pública cubre aproximadamente el 75%
de los cos tes .

Exis te copago en las pruebas diagnós ticas , farmacia y cons ultas de es pecialis tas .

En torno al 15% de la población tiene contratado, complementariamente, algún s eguro privado de s alud,
de forma individual o mediante empres a.

Des de finales de los 90 exis te una proporción capitativa bajo criterios de edad y es tado de s alud de la
población, lo que jus tifica los fondos que las regiones deben trans ferir a las Unidades Locales de
Salud.

Los hos pitales terciarios tienen s tatus de fundaciones con libertad financiera importante. Los hos pitales
públicos s ecundarios y comarcales dis frutan de alguna autonomía financiera, pero permanecen bajo el
control de las unidades locales .

Los médicos hos pitalarios s on empleados fijos as alariados . Los de medicina general y pediatras s e
contratan de manera independiente y s e les paga de acuerdo a un s is tema capitativo, proporcionan
as is tencia primaria y actúan como filtros al res to del s is tema.

Las vis itas del generalis ta y del es pecialis ta es tán gravadas con un tope anual. De las pruebas
diagnós ticas s e abona un 40% y las pres taciones orto-protés icas no es tán cubiertas .

Como retos actuales , el s is tema s anitario quiere alcanzar unos niveles de calidad uniformes a todas
las regiones , as í como garantizar una provis ión libre de un paquete bás ico de cartera de s ervicios .

4.2.6. PORTUGAL

Con 10,31 millones de habitantes , nues tro país vecino tiene una es peranza de vida de 81 años y una calidad
as is tencial que depende de 5,1 médicos y 3,5 camas hos pitalarias cada 1000 habitantes .

Como uno de los mejores indicadores de nivel de vida, el PIB per cápita de Portugal en el 2020 fue de 19.430 € euros .
Lo que lo coloca en una pos ición bas tante alejada a los mejores país es de la Eurozona.

En cuanto al gas to público en s anidad, Portugal creció 901,6 millones en 2020, lo que s e traduce en un 9,43% y un
13,01% s obre el gas to público total, has ta los 13.336,2 millones euros .

En s u es tructura organizativa coexis ten tres s is temas : el NHS portugués , un Seguro Social de Salud
(ciertas profes iones ) y los s eguros privados de carácter voluntario.

La cobertura es univers al. Aproximadamente un 25% de la población tiene cobertura con el Seguro
Social, un 10% tienen s eguros privados y un 7% Mutuas .

La res pons abilidad del des arrollo de políticas s anitarias y de la ges tión del s is tema nacional es del
Minis terio de Sanidad. La pues ta en práctica de lo del Minis terio s e hará des de las Adminis traciones
Sanitarias Regionales .

La des centralización a nivel regional de la res pons abilidad, la financiación y la ges tión es la tendencia.
Sin embargo, a nivel regional, en cuanto a recurs os s anitarios , hay una dis tribución abs olutamente
des igual.

Su Cons titución recoge el mandato de una s anidad univers al, total y gratuita, s in embargo,
aproximadamente el 75% de la población es tá realmente cubierta.

La financiación s e realiza mediante impues tos generales , en cuanto a los s ubs is temas

Los Centros de Atención Primaria no tienen autonomía. Los médicos del s is tema nacional s on
empleados públicos , con compatibilidad de la práctica privada. Los de medicina general y de familia
mantienen s u actividad en el ámbito público, como filtros al res to del s is tema.

Exis te un alto grado de privatización para los s ervicios no clínicos . Hay copagos , de dis tinto grado, por
vis itas domiciliarias , atención ambulatoria es pecializada, fis ioterapia, medios de diagnós tico,
hos pitalización privada y farmacia.

Como objetivos del s is tema portugués , tenemos la mejora de la eficiencia del s ector público, la equidad
y la reducción de los gas tos privados .

4.2.7. REINO UNIDO

Es ta nación es un país s oberano e ins ular, de Europa continental. Es tá formado por la is la de Gran Bretaña, una parte
de Irlanda y pequeñas is las adyacentes (Inglaterra, Norte de Irlanda, Es cocia y Gales ). Tiene una población de 67,22
millones de habitantes y una es peranza de vida de poco algo más de 81 años , con 83,10 años las mujeres y 79,40 los
hombres .

El PIB Per cápita trimes tral de Reino Unido s e s itúa en 10.224 euros , lo que s upone más de 1300 euros mayor que el
del mis mo trimes tre del año anterior, que fue de 8.905 euros . En cuanto a s u gas to público en s anidad, para el 2020
fue de 10,43% del PIB lo que s e trans forma en el 18,74% del gas to público total.

Atendiendo a los datos de 2020, Reino Unido as cendió al pues to 5 en el ranking de país es por importe invertido en
s anidad al año, mejorando cons tantemente s u s ituación en tanto al porcentaje de PIB que s upone, con una gran ratio
de gas to. El gas to público per cápita fue de 3.685 euros por habitante.

El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido es tá cons iderado como uno de los mejores del mundo,
con s ólo 2,8 médicos y 2,5 camas de hos pital por cada 1.000 habitantes .

Dentro de s u es tructura organizativa, el National Health Service (NHS) es financiado vía impues tos
nacionales (IVA, IRPF, …) y locales . La as is tencia s anitaria pública es proporcionada mediante
proveedores públicos o por delegación de la res pons abilidad a nivel local.

Tiene una cobertura univers al, y la s anidad pública prevalece s obre una privada, por medio de s eguro
complementario, que s upone algo más del 10%.

Sus caracterís ticas en las que s e bas a el s is tema s on la univers alidad, la globalidad de pres taciones y
la gratuidad de us o, y mantiene una gran s atis facción de los us uarios , aumentada en la actual cris is
s anitaria del COVID-19.

Los profes ionales de medicina general en as is tencia primaria s on autónomos y s u remuneración s e


es tablece atendiendo a un s is tema mixto capitativo con un plus extra de calidad.

La compra de s ervicios s anitarios es otra de las peculiaridades de es te s is tema, lo que s in duda


genera en ocas iones , políticas agres ivamente mercantilis tas en los hos pitales .

Exis te copago en hos pitalizaciones (tarifa por habitación privada), en s alud bucodental, en trans porte y
en farmacia.

Los objetivos del s is tema a largo plazo pas an por incrementar la as is tencia primaria y el número de
profes ionales encargados de es ta atención, pero también por mantener criterios de mejora de la
eficiencia, de la equidad y la apertura a la libre elección de médico.

Otro de los grandes objetivos , común al res to de país es , es la reducción de las lis tas de es pera. Una
de los criterios más s ignificativos en las evaluaciones de los s is temas s anitarios y una de las grandes
problemáticas del s is tema de Reino Unido. Tras la última reforma, s e intentó dar una s olución con la
incorporación de la s anidad privada en el ciclo.

4.2.8. SUECIA

Con una población de 10,35 millones de habitantes , Suecia s e s itúa con dos años por encima de la media de la OCDE
en es peranza de vida al nacer (81 hombres y 84 mujeres ).

El gas to público en s anidad creció 2.004,7 millones en 2020 con lo que repres entó el 18,69% del gas to público total.
Es ta cifra s upone que el gas to público en s anidad en 2020 llegó al 9,74% del PIB.

En los últimos quince años el aumento en % de gas to s anitario ha s ido cons tante cons iguiendo pas ar de un 13,39%
del gas to público al 18,69%, lo que ha mejorado notablemente la calidad de vida de s us ciudadanos .

Su s is tema s anitario es tá bas ado en impues tos , es de carácter obligatorio y de cobertura univers al.
Los s eguros voluntarios s on limitados dando cobertura de forma complementaria.
Tienen 2,4 camas por 1.000 habitantes y un número de 4,2 médicos por cada 1.000 habitantes , pero un
caracterís tico alto porcentaje de enfermeras (9,8 por 1.000 habitantes ).

El s is tema s anitario tiene tres niveles de organización, aunque el regional es el principal:

Nivel nacional, el Minis terio de Sanidad y As untos Sociales es res pons able del control
de la eficiencia del s is tema. Por s u parte, la s upervis ión es tarea de la National Board of
Health and Welfare, y la el control s obre la uniformidad y la calidad la National Social
Ins urance Board.

Nivel regional, los Cons ejos s on delegados para proporcionar financiación y s ervicios .

Nivel local, los municipios s e encargan del financiamiento y de los s ervicios s ociales .

Utilizan los GRDs como s is tema de ajus te de ries gos para pagos hos pitalarios .

La provis ión de s ervicios de as is tencia primaria, proces os preventivos y curativos , s e hacen en los
centros de atención primaria, que s on públicos y mediante cons ultas externas hos pitalarias y de
clínicas privadas .

Hay hos pitales a tres niveles ; regionales (de es pecialización), centrales y provinciales .

Dentro del des arrollo y de los objetivos pers eguidos , el s is tema ha evolucionado es tructuralmente en
los últimos treinta años . Las res pons abilidades s e han ido trans firiendo gradualmente hacia lo local.

Es cons iderado uno de los s is temas s anitarios que mejor funciona a nivel mundial.

Sus antecedentes evolutivos datan de hace 300 años , con la contratación, por parte del gobierno
nacional, de médicos para la atención s anitaria.

El proyecto Dagmar 50 (1991) que tenía como objetivo la reducción de las lis tas de es pera, ha logrado
aumentar la productividad quirúrgica.

As imis mo, el Proyecto Es tocolmo es tablece una dinámica “controlada” de mercado.

Los cos tes del s is tema tienen diferentes formatos , s e pagan las vis itas , la fis ioterapia, la ps icoterapia,
y el res to de s ervicios a la autoridad local. Las urgencias hos pitalarias tienen un cos te adicional y el
ingres o paga un tanto al día. Por último, los s ervicios dentales tienen un copago entre el 25 y el 60% y
por cada primera receta s e paga un fijo, con otra cantidad extra por receta adicional.

Tomamos como referencia los datos del informe de 2018, Worldhealth Statis tics 2018, y datos de la OCDE has ta el
2020. El informe pos terior de 2021 tiene la incidencia de la cris is s anitaria producida por el COVID-19, por lo que los
datos podrían dibujarnos un panorama erróneo

Dis ponible en:


EJERCICIOS DE REPASO 2

1. Cuál de estas afirmaciones es correcta:

a. Francia, Alemania, Aus tria, Bélgica, Reino Unido y Holanda, s on país es con s is temas s anitarios bas ados
en el modelo Bis marck.
b. El modelo Bis marck es garantis ta de pres taciones s anitarias mediante cuotas obligatorias .
c. El modelo Beveridge s e pres ta bajo condiciones de univers alidad, equidad y gratuidad.
d. Todas las afirmaciones s on correctas .

2. Uno de los mejores sistemas sanitarios en el mundo es:

a. Suecia.
b. Reino Unido.
c. Italia.
d. Alemania.

3. Cuál de estas afirmaciones sobre la tendencia europea es cierta:

a. Los modelos s e han ido des dibujando y acercando s us pos turas .


b. La inquietud en la Unión es que los s is temas de s alud deben res ponder mejor y con mayor rapidez.
c. La actual Unión Europea ofrece una cobertura prácticamente univers al.
d. Todas las res pues tas s on correctas .

4. El pilar comunitario:

a. Pos ee ins tituciones propias con competencias s upranacionales .


b. Es el pilar central recogido en los Tratados y s us divers as reformas .
c. Recoge el mercado único, la unión económica y monetaria, la PAC, los fondos es tructurales y los fondos
de cohes ión.
d. Todas las res pues tas s on correctas .

5. Cuál de estas afirmaciones es incorrecta:

a. El gas to público en s anidad creció en prácticamente todos los país es es tudiados .


b. Los Servicios Nacionales de Salud con el modelo Beveridge tienen una financiación predominante a
través de impues tos y un acces o de carácter univers al.
c. El modelo Bis marck es fundamentalmente un s is tema de Seguros Sociales financiados por cuotas
obligatorias .
d. En los Servicios Nacionales de Salud exis ten ciertos s is temas de copago, aunque s e es tudian los
s is temas de reembols o.

6. La Conferencia de Alma-Ata:

a. Facilitó la aparición de un movimiento en pro de la atención primaria de s alud.


b. Se defendieron los valores de jus ticia s ocial y derecho a una mejor s alud para todos , as í como la
participación y la s olidaridad.
c. Quedó patente la neces idad de impuls ar reformas en los s is temas de atención s anitaria.
d. Todas las res pues tas s on correctas .

7. Uno de los sistemas sanitarios que mejor funciona a nivel mundial es el de:

a. Suecia.
b. Es paña.
c. Reino Unido.
d. Portugal.

8. El Derecho originario:

a. Es el Derecho derivado de los Tratados .


b. No tiene en cuenta las recomendaciones y dictámenes que pertenecen al Derecho de los Tratados .
c. Se manifies ta a través de reglamentos , directivas y decis iones .
d. Es el conjunto de todos los Tratados originarios y s us modificaciones o adiciones pos teriores .

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UNIDAD FORMATIVA 2: LA SANIDAD EN SU MARCO LEGISLATIVO Y JURISPRUDENCIAL

UNIDAD FORMATIVA 2: LA SANIDAD EN SU


MARCO LEGISLATIVO Y JURISPRUDENCIAL
TEMA 5: LA COMPETENCIA SANITARIA Y SU MARCO LEGISLATIVO

5.1. Fuentes del Derecho s anitario en Es paña

5.2. La Competencia Cons titucional

5.3. La Ley General de Sanidad

5.4. La Atención Primaria

5.5. La Seguridad Social

5.6. Otras Leyes

TEMA 6: LA DESCENTRALIZACIÓN DE LA COMPETENCIA SANITARIA

6.1. La panorámica es pañola

6.2. Evolución de la des igualdad

6.3. Las reformas de 2001-2003. El modelo de financiación autonómica s anitaria

6.4. El modelo y las novedades competenciales

TEMA 7: EL CONFLICTO COMPETENCIAL

7.1. Régimen jurídico competencial

TEMA 8: EL CONFLICTO EN MATERIA SANITARIA

8.1. Productos farmacéuticos

8.2. Orden público

8.3. Seguridad s ocial

8.4. Sanidad y protección de los cons umidores

8.5. Sanidad y competencia en agricultura y ganadería

8.6. Sanidad y protección del medio ambiente

8.7. Sanidad y as is tencia s ocial

8.8. Sanidad y ciencia

8.9. Es tablecimientos s anitarios

TEMA 9: LA POTESTAD SANCIONADORA EN MATERIA SANITARIA

9.1. Competencia s ancionadora en materia s anitaria

9.1.1. Galicia
9.1.2. Andalucía

9.2. Competencia s ancionadora y anális is en Es paña

RESUMEN COMPETENCIAL

TEMA 5: LA COMPETENCIA SANITARIA Y SU MARCO LEGISLATIVO

TEMA 5 - LA COMPETENCIA SANITARIA Y


SU MARCO LEGISLATIVO

5.1. FUENTES DEL DERECHO SANITARIO EN ESPAÑA


Por fuentes del Derecho, en lo que a es ta materia compete, s e entienden las formas a través de las que s e nos
manifies tan las reglas o normas del Derecho Sanitario, que s e caracteriza por s u complejidad.

El Derecho es pañol, con prevalencia de la norma cons titucional y s in perder de vis ta las normas comunitarias y los
tratados internacionales , debe atender a las normas des arrolladas en el Parlamento, as í como a las de las
ins tituciones análogas de las comunidades autónomas , pero también a las dis pos iciones adminis trativas que res ulten
tanto en el es tado como en las adminis traciones de las propias comunidades . A todas ellas s e refiere el Código Civil
bajo la nomenclatura de “ley” utilizado en s u s entido más amplio (norma es crita).

Con el fin de s is tematizar el derecho s anitario podemos citar tres criterios racionalizadores :

La superioridad de cualquier norma comunitaria s obre norma nacional. Criterio es tablecido por el
Tribunal de Jus ticia Comunitario en 1964 que deriva, de la ces ión parcial de la s oberanía que han hecho
los Es tados a favor de la Unión.

El principio de la jerarquía de las normas . La jerarquía introduce también un criterio racionalizador,


as í, las dis pos iciones adminis trativas no pueden vulnerar la Cons titución o las leyes , ni ir en contra de
otras dis pos iciones adminis trativas de rango s uperior.

El de competencia. El principio de competencia es prioritario, porque s ólo des pués de averiguar la


Adminis tración competente en una cues tión determinada es taremos en dis pos ición de determinar que
norma es aplicable.

5.2. LA COMPETENCIA CONSTITUCIONAL


Des de el punto de vis ta del Derecho es pañol, la norma fundamental es la Cons titución, ya que tiene preeminencia
jerárquica s obre todas las demás normas del ordenamiento.

El artículo 43 en s u apartado 1 reconoce el derecho a la protección a la s alud y en el 2 es tablece la competencia de los


poderes públicos a organizar y tutelar la s alud pública a través de medidas preventivas y de pres taciones y s ervicios
neces arios para ello, dejando para la ley el es tablecimiento de derechos y deberes .

Es interes ante des tacar s obre es te artículo que:

Al es tar encuadrado en el capítulo III («De los principios rectores de la política s ocial y económica») del
título I («De los Derechos y Deberes Fundamentales ») puede decirs e que no engendra auténtico
derecho, s ino que proclama un principio. Pero en el momento actual s u alcance viene determinado por
la Ley General de Sanidad, (en adelante LGS) y por la Ley de Cohes ión y Calidad.

Queda reconocido el derecho a la protección de la s alud a todos los ciudadanos , s iendo incompatible
es ta premis a con la condición de as egurado o beneficiario para poder acceder a es ta protección, lo que
exige en cons ecuencia, una financiación mayoritariamente impos itiva.

El s ervicio público previs to en la Cons titución no tiene que configurars e en régimen de monopolio, no s e
prejuzga organización, ni modelo de relación interprofes ional ni tampoco la relación con los
adminis trados , ni la gratuidad.

Los modelos vigentes en la Europa de nues tro entorno, tiene cabida en la Cons titución por lo que s e la
conoce como la Cons titución del cons ens o.

Bus cando una interpretación reforzada de es te artículo, el derecho a la protección de la s alud es una
lógica cons ecuencia del derecho a la vida y a la integridad fís ica lo que s e concreta en el derecho a la
protección de la s alud. Por tanto, al negar es te derecho a la protección de la s alud s e pondría en
peligro la vida o la integridad fís ica de la pers ona, lo que nos llevaría a encontrarnos en pres encia de
un derecho fundamental (a la vida) con todas las cons ecuencias (protección y exigencia).

Por s u parte, en Es paña, la competencia en materia s anitaria s e caracteriza por es tar compartida entre la
Adminis tración General del es tado y las comunidades autónomas , as í queda recogido expres amente en la Cons titución
Es pañola, en s u Título VIII “De la organización territorial del Es tado”, Capítulo III “De las Comunidades Autónomas ”.

El Es tado mantiene la exclus ividad de las competencias s obre la s anidad exterior, las bas es y coordinación general de
la s anidad, la legis lación s obre productos farmacéuticos , la legis lación bás ica y el régimen económico de la s eguridad
s ocial, s in perjuicio de la ejecución de s us s ervicios por las comunidades autónomas .

También s e s uele atribuir como competencias s anitarias las del ámbito de la s olidaridad intercomunitaria y de la alta
ins pección, pudiendo entenders e es ta, como la potes tad del Gobierno para velar por la obs ervancia de la normativa
es tatal y s u aplicación por parte de las comunidades autónomas , y formular los requerimientos procedentes a fin de
s ubs anar las deficiencias advertidas .

Entrando en la explicación de lo marcado cons titucionalmente, debemos hacer las s iguientes apreciaciones .

Cabe res altar que la neces aria colaboración y cooperación en materia de Sanidad Exterior, entre la
Adminis tración Es tatal y las Adminis traciones Autonómicas queda previs ta en la Ley 14/1986, de 25 de
abril, General de Sanidad y s us dis pos iciones de des arrollo.

En cuanto a la legis lación s obre productos farmacéuticos , la Ley del Medicamento recoge la
competencia exclus iva del Es tado en es ta materia, cediendo la competencia en s u ejecución a las
CC.AA., en general.

Res pecto a las Bas es de Sanidad, como mantiene el Tribunal Cons titucional, deben entenders e los
criterios s us tantivos para conferir al nuevo s is tema s anitario unas caracterís ticas generales y
comunes , fundamento de los s ervicios s anitarios en todo el territorio del Es tado. Se entiende entonces ,
que el propio tribunal mantiene innato un mínimo común denominador normativo.

Des de una pers pectiva material, lo bás ico pos ee la s uficiente tras cendencia para que merezca es e
calificativo, as í la LGS tiene la condición de norma bás ica, s alvo lo relacionado con el des arrollo de las
funciones de ins pección (pruebas , inves tigaciones , exámenes y toma de mues tras ). Tampoco es
bás ico lo referido a la organización, funcionamiento y ges tión de las áreas de s alud.

Es competencia exclus iva del Es tado, es tableciendo las normas que fijen las condiciones y requis itos
mínimos y pers iguiendo una igualdad bás ica en el funcionamiento de los s ervicios públicos .

La Coordinación, entendida como la fijación de medios y s is temas de relación que haga pos ible la
información recíproca, la homogeneidad técnica en determinados as pectos y la acción conjunta de las
autoridades s anitarias es tatales y comunitarias en el ejercicio de s us competencias , debe lograr la
integración de actos parciales en la globalidad del s is tema s anitario.

En cuanto a la cues tión relativa a la coordinación general, en cuanto a competencia exclus iva del
Es tado, ha s ido objeto también de numeros as aclaraciones por el Tribunal Cons titucional marcando
juris prudencia recogida en “Juris prudencia Cons titucional en materia de s anidad y cons umo y
Jornadas s obre Coordinación General Sanitaria” publicada por el Minis terio de Sanidad y Cons umo en
1989.

Es tos y otros principios relacionados con la coordinación es tán recogidos en la Ley General de la
Sanidad (LGS), que además concreta los ins trumentos de colaboración y crea como órgano de
coordinación el Cons ejo Interterritorial del Sis tema Nacional de Salud (CISNS).
Pos teriormente, la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohes ión y calidad del Sis tema Nacional de Salud
contempla el Cons ejo Interterritorial con es te mis mo carácter de órgano de coordinación,
atribuyéndole una nueva compos ición y funciones .

Es te des arrollo cons titucional nos permite s acar alguna conclus ión, que, aunque neces ita que entremos en el fondo,
nos permite marcar la premis a de que las competencias de las comunidades autónomas son todas aquellas
que no corresponden al Estado (carácter residual). En cons ecuencia, s e les atribuye la capacidad y la pos ibilidad
de dictar normas de des arrollo y complementarias de las leyes bás icas del Es tado en el ejercicio de las competencias
recogidas en s us corres pondientes Es tatutos de Autonomía.

A la invers a, s on competencias propias de las comunidades autónomas las materias de ejecución, adminis tración y
ges tión. Aunque teniendo en cuenta las s iguientes premis as :

Se entenderán atribuidas a las comunidades , como prevé la LGS, las decis iones y actuaciones públicas
no res ervadas expres amente al Es tado.

En todo cas o, el Derecho Es tatal s erá s upletorio del Derecho de las comunidades autónomas .

5.3. LA LEY GENERAL DE SANIDAD


La Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, la LGS, continúa s iendo la forma en que s e entiende des arrollado
el artículo 43 de la Cons titución Es pañola, de la ley Carta Magna. De las pos ibles opciones de nues tra Cons titución, s e
recoge una ges tión directa de los s ervicios de s alud de la Adminis tración del Es tado y de las comunidades autónomas .

Admitiéndos e, a mayores , la vinculación de hos pitales generales de carácter privado s iempre y cuando medie un
convenio s ingular en el que s e es tablezca el concierto para la pres tación de s ervicios s anitarios con dichos medios
ajenos , dándos e prioridad a los que cumplan la falta de carácter lucrativo.

En cuanto a s u des arrollo, y en cumplimiento de la carta magna, en s u capítulo I, s e centra en es tablecer la


organización general del s is tema s anitario, dejando los artículos 44 y 45 a marcar las caracterís ticas de es tas
es tructuras y s ervicios públicos integrantes del Sis tema Nacional de Salud y la res pons abilidad s obre s u atención. Y,
por s u parte res erva el artículo 50, recogido en el capítulo II “De los Servicios de Salud de las Comunidades
Autónomas , para es tablecer las es tructuras territoriales que s e tras ladan de la divis ión competencial y que quedarán
ads critas a la res pons abilidad de cada uno de los Servicios de Salud de las comunidades .

La Ley General de Sanidad plantea una s erie de cues tiones importantes , cuyo es tudio en algunos cas os , excede del
ámbito de es te temario, aunque s ean de extraordinario interés :

Por es o parece precis o que hagamos un pequeño paréntes is que nos permita avanzar en el des arrollo de nues tro
s is tema s anitario des centralizado, tomando buena nota de aquellos extremos más relevantes para adquirir los
conocimientos bus cados .

En 1986, como decíamos , s e promulga es ta Ley General s anitaria que es tablece un s is tema s anitario dividido en dos
niveles de actuación:

La asistencia primaria, que s e realiza en los ambulatorios y Centros de Salud

La asistencia especializada, con hos pitalización a través de los hos pitales , primarios , s ecundarios y
terciarios .

Como una res pues ta a los problemas exis tentes en la s anidad es pañola, s urgen propues tas gerenciales y de cuas i
mercado, des critos ya en el año 1991 en el Informe Abril Martorell. En dicho informe s e defendía la s eparación de las
funciones de financiación, compra y provis ión de s ervicios , y s e configuraban los centros s anitarios como empres as
públicas regidas por el derecho privado y, por tanto, excluidas del ámbito del derecho adminis trativo.

La ratificación de la reforma fue aceptada en el Pleno del Congres o de los Diputados , en la s es ión del 18 de diciembre
de 1997, con el informe para la Cons olidación y Modernización del s is tema, en cuyas conclus iones s e es tablecía que
en materia de organización y ges tión s e debía:

Impuls ar la autonomía en la ges tión s anitaria, promoviendo una s eparación de las funciones de
planificación, financiación, compra y provis ión de s ervicios

Configurar los centros as is tenciales como organizaciones autónomas , con facultades decis oras

Facilitar la extens ión de nuevas formas de ges tión a toda la red as is tencial del s ector público

Los ges tores políticos , res pons ables del INSALUD, as í como de otros s ervicios regionales de s alud de aquellas
comunidades con competencias trans feridas , han redactado y por tanto des arrollado es tas es trategias mediante los
Planes Es tratégicos y los contratos programa o contratos de ges tión, como ins trumentos de relación con los centros
públicos s anitarios que vinculan la actividad al pres upues to as ignado a cada centro. Dichos contratos es tablecen
objetivos de producción, la dis ponibilidad de financiación e inclus o, en ocas iones , los s is temas de incentivos para
directivos .

Por s u parte, la Ley 15/1997 s obre Habilitación de Nuevas Formas de Ges tión del Sis tema Nacional de Salud, en s u
contenido, no excluye ninguna forma jurídica concreta para la ges tión de los centros s anitarios , s iempre y cuando
cumplan la premis a de titularidad o naturaleza pública y mantengan, en la as is tencia, el carácter de s ervicio público.
En el apartado 1 del único artículo de la Ley y dentro del ámbito del SNS s e es tablece explícitamente que:

“... la ges tión y adminis tración de los centros , s ervicios y es tablecimientos s anitarios de protección de la s alud
o de atención s anitaria o s ocios anitaria podrá llevars e a cabo directamente o indirectamente a través de la
cons titución de cuales quiera entidades de naturaleza o titularidad pública permitidas en Derecho".

La planificación, adminis tración y ges tión de los s ervicios s anitarios , es competencia y s e llevará a cabo por cada una
de las CCAA en s u ordenación territorial, s iguiendo las directrices marcadas por la Ley 14/1986, la conocida como Ley
General de Sanidad, pero con la pos ible diferencia en cuanto a la variedad de la cartera de s ervicios de s us
ciudadanos , s iempre y cuando s e res peten los niveles bás icos recogidos en la propia LGS.

Por todo ello, en cuanto a los Servicios de Salud de las CCAA debemos decir que:

La Cons ejería de Sanidad de cada comunidad es la encargada de configurar el Servicio de Salud de s u


territorio, en virtud de s u dis pos ición como organis mo ges tor máximo en es ta materia.

Los Servicios de Salud, es tán integrados por una red as is tencial de centros ambulatorios y hos pitales ,
que s on los que proporcionan directamente los s ervicios planificados en la cartera de cada CCAA.

Las comunidades autónomas dividen s u territorio s anitario en Áreas Sanitarias (unidades bás icas
geográficas y funcionales de as is tencia s anitaria), a las que s e le otorga cierta independencia, ya que
pueden crear s us propios planes de s alud es pecíficos , adecuando los recurs os a las neces idades de la
población afectada.

Las áreas s anitarias , s e originan con el fin de dar cobertura a 200.000 habitantes aproximadamente,
exis tiendo como mínimo un Centro Hos pitalario Terciario y diferentes Centros de Salud.

Pero volviendo al contenido de la LGS s e prevé la celebración entre el Es tado y las CC.AA. de Convenios , la
configuración de Comis iones y Comités técnicos y la elaboración conjunta de Programas de acción requeridos para
una mayor eficacia y rentabilidad de los Servicios Sanitarios .

La Ley expres a explícitamente la voluntad política de orientar los s ervicios s anitarios hacia la cobertura univers al, y el
nacimiento del Servicio Nacional de Salud (en adelante SNS), en s us titución al INSALUD, bajo los principios bás icos de
equidad y eficiencia del propio s is tema.

As imis mo, también incorporó elementos clave para la des centralización que ya había comenzado con las
trans ferencias del INSALUD a Cataluña, Galicia y Andalucía (1981, 1983 y 1984 res pectivamente) y la reforma de la
Atención Primaria.

En es te punto es importante también, datar las trans ferencias de competencias s anitarias a las dis tintas
comunidades , que fueron a dis tintas velocidades y fruto de, s obre todo en ciertos cas os , largos proces os
negociadores llevados a cabo des de el INSALUD:

1981 Cataluña

1983 Galicia

1984 Andalucía

1987 País Vas co

1988 Valencia

2001 Aragón, As turias , Baleares , Cantabria, Cas tilla La Mancha, Cas tilla y León, Extremadura, La Rioja,
Madrid y Murcia.

5.4. LA ATENCIÓN PRIMARIA


En 1978, bajo el gobierno democrático de la UCD, el acuerdo con las comunidades autónomas facilitó la ordenación
territorial s anitaria (RD 2221/1978, de 25 de agos to), confeccionando el Mapa Sanitario de cada comunidad como
requis ito para la rees tructuración de la Atención Primaria. En es e mis mo año, s e creó la es pecialidad de Medicina
Familiar y Comunitaria, para lograr la es pecialización en es te tipo de as is tencia. Una figura neces aria y fundamental
para el s is tema s anitario que tenía como cometido una atención médica integrada y completa, un avance hacia la
progres ión de es ta as is tencia hacia la homogeneidad con la as is tencia hos pitalaria.

Pos teriormente, y paralelamente al inicio de las trans ferencias competenciales , en 1984 además de la Jerarquización
de las Ins tituciones Sanitarias Abiertas , s e publica el Real Decreto 137/1984 s obre Es tructuras Bás icas de Salud,
donde s e dis ponen las Z onas de Salud, los Centros de Salud y los Equipos de Atención Primaria. También s e modifica
el Es tatuto Jurídico del pers onal s anitario no facultativo, creando la es pecialidad de Enfermería de Atención Primaria.

En cuanto al des arrollo de es ta Atención Primaria fue el referido Real Decreto 137/1984 s obre Es tructuras Bás icas de
Salud, el que realmente es tableció las bas es , con la delimitación territorial de la población; el es tablecimiento del
equipo multidis ciplinar; la es tructura fís ica común (Centro de Salud); la neces idad de coordinación interadminis trativa;
la atención individualizada y pers onalizada, y la integración de las actividades curativas con las de promoción y
prevención.

Sin embargo, no llegó a modificar ninguno de los s iete pilares bás icos del s is tema del INSALUD; manteniéndos e el
pago por “cartilla”, los cupos y la as ignación de un médico de cabecera el cuadro de es pecialis tas , y la aus encia de
copagos (a excepción de los farmacéuticos ).

5.5. LA SEGURIDAD SOCIAL


Dentro de es ta formación, es interes ante que recabemos datos s obre la Seguridad Social es pañola, ya que hay
información relevante para profundizar en nues tro es tudio competencial. Primeramente, la caracterís tica formativa y
evolutiva la realización a lo largo de s u vida, de divers as medidas políticas , jurídicas y organizativas , pudiendo dividirs e
en tres etapas :

Etapa precursora (1900 hasta 1962). Es ta etapa inicial es la que marca los mecanis mos de
cobertura de ries gos de trabajo y las s ituaciones de neces idad, s urgen los primeros s eguros s ociales
laborales , y s e crea la primera Ley de Accidentes de Trabajo. Y la importancia, como ya tratamos
anteriormente de la creación del INP como organis mo precurs or de una protección s ocial real, y
anteces or de la Seguridad Social de la actualidad.

As imis mo, en es ta etapa tenemos diferentes acontecimientos es tudiados anteriormente, que


marcaron s in duda la creación de un s is tema s anitario como el actual: el Seguro de Retiro Obrero, el
Seguro de Maternidad Obligatorio, la Caja Nacional contra el Paro Forzos o, el Fuero del Trabajo y la
Ley de Bas es de 1938.

La ges tión de todos s eguros y s ubs idios fue as umida por el INP has ta que en 1947 el s ubs idio s e
trans formó en Seguro de Vejez e Invalidez y debía s er ges tionado por el Ins tituto de Reformas
Sociales .

De 1953 a 1962 fueron creados también divers os regímenes es peciales , para el s ector agrario y el
del mar, para los es tudiantes o el s ervicio domés tico. Todos ellos contemplados como es peciales en
la citada Ley de Bas es .

Finalmente, debemos des tacar, la Protección de la viudedad (1955); la incorporación de los


trabajadores autónomos al Mutualis mo Laboral (1960); la ampliación y generalización del Seguro de
Enfermedades Profes ionales (1961); y la creación del Seguro Nacional de Des empleo (1961).

Etapa de la cristalización (1962 a 1978). Se la cons idera as í por s er la etapa que marca s e las
bas es de un s is tema integrado de la Seguridad Social, articulándola jurídicamente, para lo que s e
aprueba el alcance profes ional y la declaración de univers alidad que intentar amparar a toda la
población con todas las pres taciones . Se es tablece como protección conjunta de s ituaciones de
neces idad y s e as ientan principios bás icos que s e mantienen hoy en día.

Igualmente, tuvo lugar un proces o de ampliación por el que s e ins tauró una Seguridad Social de
corporativa, s indical, con la univers alización bajo la res pons abilidad del Es tado, todo ello como
germen al des arrollo de la actual es tructura legis lativa de la Seguridad Social.

Como hitos legis lativos de es ta etapa debemos nombrar la Ley de Bas es de la Seguridad Social
(1963) y la Ley de Financiación y Perfeccionamiento (1972).

Etapa actual (desde 1978 hasta la actualidad). Con la aprobación de la Cons titución Es pañola, s e
alcanza un momento de plenitud también en lo que materia s anitaria y de s ervicios s ociales s e refiere,
ya que s e cons agra cons titucionalmente la Seguridad Social.

As í lo recoge, es pecialmente el artículo 41 de la carta magna, cons iderándolo clave para entender el
s is tema público de protección ya que s ienta las bas es del modelo actual, declarándolo como principio
rector de la política s ocial y económica, el encargo para los poderes públicos de un régimen público
para todos los ciudadanos que garantice las s uficientes pres taciones para cubrir s ituaciones de
neces idad, es pecialmente para el des empleo.

En es ta etapa, s e toman importantes medidas de reordenación y racionalización, creando una es tructura diferenciada
en:

La Secretaría de Es tado de la Seguridad Social, con las funciones encomendadas de:

dirección y tutela de las Entidades Ges toras y de los Servicios Comunes

impuls o y dirección de la ordenación jurídica del s is tema

dirección y coordinación de la ges tión de s us recurs os financieros y de los gas tos

planificación y tutela de la ges tión ejercida por las entidades colaboradoras ;

El Ins tituto Nacional de la Seguridad Social, ges tora con pers onalidad jurídica propia, cuya competencia
s e extiende a la ges tión y adminis tración de las pres taciones económicas del Sis tema de la Seguridad
Social.

La Tes orería General de la Seguridad Social, con pers onalidad jurídica propia, es te s ervicio tiene la
competencia s obre la ges tión de recurs os económicos y la adminis tración financiera del s is tema, bajo
los principios de s olidaridad financiera y caja única.
La Secretaría de Es tado de Servicios Sociales , Familias y Dis capacidad que acoge al IMSERSO (Ins tituto
de Mayores y Servicios Sociales ) y al Servicio Público de Empleo Es tatal. También es tá dotada de
pers onalidad jurídica propia, y tiene la encomienda ges tora s obre las pens iones no contributivas y las
de s ervicios complementarios de las pres taciones , orientadas principalmente a colectivos de Tercera
Edad, Minus válidos y otros .

Es importante finalmente, recalcar que, en es te periodo, el IMSERSO ha trans ferido s us competencias a las
comunidades autónomas , excepto las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

5.6. OTRAS LEYES


La evidencia de la riqueza del Derecho Sanitario s e exhibe, con toda la legis lación que aborda diferentes temas del
campo de la s alud. Es ta premis a s e hizo vis ible, a ojos de la ciudadanía en general, en el des arrollo de la cris is
s anitaria producida por la Covid-19, que obligó al Parlamento, con la introducción del mando único, a una inmers ión
intens a y urgente en la temática s anitaria.

Por res altar algunas de las cues tiones debatidas y votadas , y a modo de ejemplos generales tenemos :

La cues tión relativa a extracción y tras plante de órganos . Ley 30/1979, de 27 de octubre, s obre
extracción y tras plante de órganos , des arrollada por el Real Decreto 2070/1999, de 30 de diciembre.

La cues tión relativa al medicamento. Ley 25/1990, de 20 de diciembre.

La reproducción as is tida humana. Ley 35/1988, de 22 de noviembre, modificada por la Ley 45/2003, de
21 de noviembre y por la Ley 14/2006 s obre técnicas de reproducción.

La materia relativa a la donación y utilización de embriones y fetos humanos o de s us células tejidos u


órganos . Ley 42/1988, de 28 de diciembre, s obre donación y utilización de embriones y fetos humanos
o de s us células , tejidos u órganos .

Las autops ias clínicas . Ley 29/1980, de 21 de junio.

La Ley bás ica reguladora de la Autonomía del Paciente y de derechos y obligaciones en materia de
información y documentación clínica. Ley 41/2002, de 14 de noviembre.

La Ley de Cohes ión y Calidad del SNS. Ley 16/2003, de 28 de mayo.

La Ley de Ordenación de las Profes iones Sanitarias . Ley 44/2003, de 21 de noviembre.

Ley 55/2003, de 16 de diciembre, el Es tatuto Marco del pers onal es tatutario de los s ervicios de s alud.

La eutanas ia o “muerte digna”. Ley 10/2011, de 24 de marzo y la reciente Ley Orgánica 3/2021, de 24
de marzo, de regulación de la eutanas ia.

Véans e los artículos 149.1. 16ª y 17ª, el artículo 148.1. 21ª y 149.3

El informe Abril fue un anális is que evaluaba y juzgaba el s is tema s anitario público es pañol, y que tras ladaba una s erie
de recomendaciones para s u planificación pos terior.

Fue redactado en 1991 por una comis ión pres idida por Fernando Abril Martorell, al que s e le debe s u nombre y quien
lo expus o en el Congres o de los Diputados el 25 de s eptiembre, s iendo pres idente del Gobierno Felipe González. Su
cons ideración principal fue "un cierto agotamiento del s is tema s anitario", lo que s us citó un gran recelo y crítica has ta
s u des aparición, s in embargo, muchas de las recomendaciones de es te, s e han ido adoptando en la primera década
XXI por el Es tado y las Comunidades Autónomas .

Cons iderada la primera norma de s eguridad s ocial y laboral, fue aprobada el 30 de enero de 1900. Configura el
accidente de trabajo y pos ibilita la opción de as egurar s u res pons abilidad al empres ariado.
TEMA 6: LA DESCENTRALIZACIÓN DE LA COMPETENCIA SANITARIA

TEMA 6 - LA DESCENTRALIZACIÓN DE LA
COMPETENCIA SANITARIA
El ámbito s anitario s iempre con la excepción de la s alud pública, tiende a formar parte del debate de la
des centralización, entendida como s olución para una optimización organizativa en pro de la eficacia, la eficiencia y la
mejor ges tión de las es tructuras s anitarias .

Por ello res ulta interes ante para s eguir avanzando en es te aprendizaje, ahondar en el concepto antes de aclarar la
relación que tiene con el objeto de nues tro es tudio.

Como des centralización, más allá de la mera delegación y de la armonización pers eguida por la legis lación bás ica, s e
entiende:

“la trans ferencia plena de competencias en un ámbito donde s e valora una ventaja comparativa s us tantiva a
favor de los poderes locales ”.

Las dis tintas reformas del s is tema han llevado cons igo la des centralización en favor de lo regional o de lo local, tanto
de res pons abilidades políticas como de fis cales o adminis trativas , dando lugar a gobiernos s ubcentrales con poder y
recurs os s uficientes para una efectiva ges tión de s u s is tema s anitario, pero con la neces idad, más vis ible
actualmente con una pandemia tan reciente, de una coordinación s anitaria real.

Es ta coordinación podría dars e mediante:

Mecanis mo de control democrático (de abajo arriba) con la pres ión ciudadana ejercida s obre los
gobiernos en la exigencia de s ervicios s imilares en todos los territorios .

Mecanis mo crítico (horizontal), donde s e coordina el interés propio y recíproco, y cooperar exige una
actuación conjunta.

Mecanis mo complementario, la regulación central, mediante la legis lación bás ica.

Mecanis mo de control vertical, la financiación condicionada, aplicado s obre programas “es tratégicos ”
para el gobierno central, ejerciendo el «poder de gas to» (s pending powers ).

6.1. LA PANORÁMICA ESPAÑOLA


En 1982 y como ya hemos vis to, s e es tableció el que podría s er el inicio de la des centralización en lo que a as is tencia
s anitaria s e refiere, lo que s in duda inauguró, como veremos en los próximos temas , un largo periodo de res olución
de conflictos competenciales en el Tribunal Cons titucional.

Se marca entonces un primer período de veinte años , precurs or del modelo actual, que merece un recorrido y un
examen con los términos de eficiencia y equidad como puntos de control.

Dicho es to, y res pecto a la eficiencia de asignación , exis te una evidencia de que las CCAA han adaptado los
recurs os s anitarios a las neces idades de s us poblaciones .

Dis tintos ejemplos nos permiten ahondar en es ta evidencia: entre 1979 y 1996 tanto en Cataluña como en el País
Vas co s e aumentó s ignificativamente el número de camas de larga es tancia, una cons ecuencia de poblaciones más
envejecidas que la media; La evolución y dis tribución territorial del dis pos itivo as is tencial s igue diferentes modelos
s egún la comunidad, as í en el País Vas co, s e s iguieron de cerca las neces idades cambiantes de la población, en
Andalucía s e optó por favorecer una mayor proximidad de los s ervicios a la población, ges tión de la demanda, y en
Cas tilla La Mancha s e incidió en el des arrollo de programas preventivos .

En cuanto a la equidad interterritorial, la evolución demues tra que las diferencias s us tanciales en la mortalidad
evitable s e habían reducido s ignificativamente a finales de los noventa. La des igualdad en gas to s anitario entre las
CCAA también s e redujo. Es s ignificativo que el coeficiente de variación para las comunidades ges tionadas
centralmente fues e mayor al final del período por lo que no parece fácil demos trar que la des centralización s anitaria
fues e caus ante de un incremento de dis paridades en la ges tión del gas to s anitario.

6.2. EVOLUCIÓN DE LA DESIGUALDAD


En 1997 en Es paña, las des igualdades regionales de gas to en cuanto al ámbito s anitario regional eran muy bajas ,
s ituando es te porcentaje de des igualdad como uno de los más bajo en los país es es tudiados de la OCDE.
Comparativamente con los país es de nues tro entorno, las diferencias s on s ignificativas , en Italia en es e mis mo
periodo, el nivel de des igualdad era cas i el doble que en Es paña. Sin embargo, en cuanto a la equidad financiera, s í
que s e cons tata un aumento, y en mayor medida que en la comparativa de la OCDE, producto de la trans ición a la
financiación con cargo a impues tos que s e llevó a cabo en es os años .

Si el anális is s e tras lada al conjunto de las comunidades autónomas , la evidencia revela que un gas to per cápita
público s uperior en el País Vas co y Navarra (años 2000) las dos comunidades forales con autonomía fis cal, pero junto
a ellas Galicia, Andalucía y Cataluña.

En términos de eficiencia dinámica, el SNS es pañol, s e s ituaba en una muy buena pos ición europea. La obligación
política y s ocial de que los es tados puedan res ponder a las neces idades s anitarias de la ciudadanía, en Es paña s e
materializó con la des centralización (pas ado el proces o de implementación), generando un aumento de la capacidad de
reformas de las ins tituciones bas adas en experiencias y proces os de innovación, y paralelamente aumentando la
capacidad de res pues ta a los cambios políticos y s ociales (recordemos que hemos pas ado períodos largos s in
cons titución de gobierno central, entre dis tintas elecciones y las ins tituciones -des de luego la s anidad- han res is tido
es te es trés “ins titucional y político” con buena s olvencia.

Sin duda, los puntos fuertes de la des centralización, a res altar en el ámbito s anitario s on que:

Ha s ido cons tantemente uno de los “caballos de batalla” de la política autonómica, lo que s in duda es tá
relacionado con los buenos datos s anitarios del Es tado de las Autonomías .

Se ha propiciado unas relaciones más dinámicas entre la ciudadanía y s us gobiernos autonómicos y


central.

Una mejora en la vis ibilidad de la política s anitaria y los mecanis mos de rendición de cuentas
verticales .

La es timulación de la cooperación y la competencia entre los gobiernos regionales , lo que ha generado


mejoras s anitarias importantes , tanto en la ges tión y la cantidad de s ervicios s anitarios ofrecidos como
en la calidad de los mis mos .

Y, por último, la contribución a las iniciativas de innovación y cooperación informal autonómica, lo que
parece haber des embocado en diluir el debate entre eficiencia y equidad en el ámbito s anitario.

Pes e a que es te anális is pos itivo res ume perfectamente lo que la des centralización en Es paña contribuyó al des arrollo
del actual SNS, debemos comentar que también exis ten s ombras que s iguen integrando las tareas pendientes en
Salud Pública actualmente, la competitividad entre regiones , las diferencias en innovación o las dificultades de la
cooperación informal.

6.3. LAS REFORMAS DE 2001-2003. EL MODELO DE FINANCIACIÓN


AUTONÓMICA SANITARIA
El cambio más relevante en la Sanidad es pañola des de 1986, ha s ido la trans ferencia de competencias as is tenciales a
las Comunidades Autónomas de vía lenta (entre 1999-2001) que entró en vigor en 2002.

A principios del año 2001 s e imponía la neces idad de marcar es e nuevo modelo de financiación s anitaria de las
comunidades autónomas , las s oluciones al res pecto pas aban por es tablecer un marco financiero es table y s uficiente,
tanto es tático como dinámico, frente a lo que había venido s ucediendo anteriormente. Un cambio cualitativo que
evitaría la redefinición continua del modelo.
As í el 1 de enero del 2002, acordado por el Cons ejo de Política Fis cal y Financiera (CPFF) en Julio de 2001 y ratificado
pos teriormente por Ley en diciembre de es e año, entraba en vigor el modelo actual, identificando el impacto de la
integración de las competencias s anitarias en dicho s is tema.

Es te nuevo modelo incorporaba las s iguientes novedades fundamentales :

1. Implantación de una "cesta de impuestos" como forma de:

obtención de recurs os de financiación

divers ificación de las bas es tributarias ,

ampliación de capacidad normativa

avance en "corres pons abilidad fis cal"

2. Integración de los dis tintos s is temas de financiación has ta ahora exis tentes (tanto el s anitario como el de
s ervicios s ociales ), s i bien s e s iguen manteniendo s ubmodelos diferenciados .

3. Desaparición de garantías generales res pecto al IRPF.

4. Estabilidad del s is tema, pues tras el Acuerdo del CPFF y des pués de haber s ido aprobado por unanimidad
por las Cortes y por todas las CC.AA. de régimen común fue incorporado en un texto legal con rango formal
de Ley (Ley 21/2001, de 27 de Diciembre) lo que s upus o la fijación de un elemento de es tabilidad.

5. Integración en la UE, incorporando as pectos comunitarios , como la fórmula elegida para ceder IVA y
Es peciales y la modificación de las reglas de endeudamiento.

Es ta expans ión autonómica puede mejorar como vimos , la cooperación horizontal y la rendición de cuentas , la
trans parencia y claridad de competencias centrales y la cooperación global, lo que s in duda incide s obre el propio SNS
y s us res ultados .

Sin embargo, parece que hay condicionantes que van en contra de es ta premis a, el primero de ellos poblacional, lo
que permite es perar ciertas ineficiencias productivas y as is tenciales . El s egundo condicionante tiene más que ver con
la dis crecionalidad de los acuerdos en cuanto a las partidas de gas to s anitario y a las diferencias que s e pudieron
crear con las comunidades de vía rápida, cuyas arbitrariedades financieras políticas res ultantes de las negociaciones
de la primera etapa, intentaron s er corregidas en la s egunda etapa, pero no llegaron a manteners e, pues las
“compens aciones ” a medida.

6.4. EL MODELO Y LAS NOVEDADES COMPETENCIALES


Además de los cambios mencionados en el punto anterior, uno de los logros fundamentales del s is tema actual ha
s ido la generalización del tras pas o de la s anidad. Un proces o laborios o y técnicamente complejo, de difíciles acuerdos
y no exento de tens iones , que s e cerró con el último Cons ejo de minis tros de 2001, el 27 de diciembre de es e año,
donde s e aprobaron los Decretos de tras pas os de las competencias s anitarias del Es tado a las diez comunidades
autónomas que quedaban pendientes de recibirlas .

Como novedad, en la Dis pos ición final s egunda de la Ley s e condicionaba la aplicación del nuevo s is tema a que las
comunidades hubieran recibido la trans ferencia de los s ervicios que s e iban a financiar, es decir, la Sanidad. En cas o
contrario, s e financiarían mediante entregas a cuenta es tablecidas en las Leyes de Pres upues tos Generales del
Es tado has ta que la res pectiva Comis ión Mixta aceptas e el nuevo s is tema de financiación. Como res ultado de todas
es as decis iones y tras unos mes es de trans ición, el Cons ejo de minis tros de 2 de agos to de 2002 aprobó un RD por el
que s e modificaba la es tructura del Minis terio de Sanidad y Cons umo y s e liquidaba el antiguo INSALUD que pas aba a
convertirs e en una entidad de menor dimens ión denominada ahora "Ins tituto Nacional de Ges tión Sanitaria" (RD
840/2002, de 2 de agos to, por el que s e modifica y des arrolla la es tructura orgánica bás ica del Minis terio de Sanidad y
Cons umo).

En s íntes is , a pes ar de la evidente pos ición de fuerza del Gobierno Central en es te dis eño del mecanis mo de
financiación, las CC.AA. aceptaban el nuevo s is tema como único para financiar todos los s ervicios s anitarios y
as is tenciales que pas aban a pres tar a s us ciudadanos y s e comprometían a financiar, con los mecanis mos de es te
s is tema, todos los nuevos tras pas os de funciones recibidos .
Los recurs os autonómicos dependerán en cada región de la proporción y evolución de las trans ferencias recibidas del
Es tado a través del "Fondo de Suficiencia" y de la propia evolución del res to.

Es importante, para el es tudio competencial en materia de Sanidad, res olver la determinación de las Neces idades de
Financiación, una parte importante de la Financiación global.

También s e es tableció la denominada “garantía de mínimos” para aquellas regiones con competencias durante
1999 que podrían perder financiación. Lo que provoca, con es te nuevo modelo, la coexis tencia de dos formas de
financiación, mientras unas quedan financiadas a s u cos te his tórico o efectivo (Andalucía y Cataluña), aplicando es a
“garantía de mínimos ” el res to s e financiarían s egún las nuevas variables .

Pes e a todas las dudas que generó de inicio, el res ultado final, mues tra que la diferencia es pos itiva en todos los
cas os , lo que s ignifica que el Acuerdo de tras pas os reconoció una mayor neces idad financiera que el contemplado
inicialmente.

Para res umir, debemos s eñalar, que el nuevo modelo recogido en la ley en diciembre de 2001 s upus o una clara
apues ta por la vía de una mayor des centralización de los ingres os públicos , aunque s e s iga manteniendo cierta
afectación en cuanto al des tino final de s u recaudación ya que no exis te una integración total s in condiciones .

Des de la pers pectiva de las competencias en s anidad, los tras pas os producidos en el año 2002 han hecho que en la
negociación s obre el modelo hayan s alido más beneficiadas las regiones del antiguo INSALUD-Ges tión Directa, por lo
que el debate financiero s igue a la orden del día.

As imis mo, el nuevo s is tema permitiría incrementar notablemente los recurs os financieros totales de las regiones
des tinados para tal fin, res ultando más favorable s u evolución en las comunidades autónomas cuyo índice ITE regional
evolucione más favorablemente, debido al relativo es tancamiento des de el año 2003 de la evolución del Fondo de
Suficiencia.

López-Cas anovas G, Cos ta-Font J, Planas I. Equity-efficiency trade-offs and the performance of the Spanis h National
Health Sys tem (NHS). Health Economics .

López-Cas anovas G, Cos ta-Font J, Planas I. Equity-efficiency trade-offs and the performance of the Spanis h National
Health Sys tem (NHS) [in pres s ]. Health Economics .

Rico A, Cos ta J. Power rather than path? The dynamics of ins titutional change under health care federalis m.
Forthcoming JHPPL, 2003.
EJERCICIOS DE REPASO 3

1. Como descentralización se entiende:

a. La trans ferencia plena de competencias en un ámbito donde s e valora una ventaja comparativa
s us tantiva a favor de los poderes locales .
b. La trans ferencia plena competencial exclus iva de las Comunidades Autónomas .
c. La trans ferencia de competencias mínimas en ámbitos cons titucionales donde s e valora una ventaja
comparativa s us tantiva a favor de los poderes locales
d. Ninguna de las res pues tas anteriores es correcta.

2. Los puntos fuertes de la descentralización en el ámbito sanitario son:

a. La eliminación de la competencia entre gobiernos regionales , generando mejoras s anitarias importantes ,


tanto en ges tión como en cantidad de s ervicios s anitarios ofrecidos .
b. Una mejora en la vis ibilidad de la política s anitaria y los mecanis mos de rendición de cuentas verticales .
c. La contribución a las iniciativas de innovación y cooperación informal autonómica.
d. Ha complicado las relaciones entre la ciudadanía y s us gobiernos autonómicos y central.

3. Los criterios racionalizadores del derecho sanitario son:

a. La s uperioridad de cualquier norma comunitaria s obre una norma nacional.


b. El principio de competencia, para es tablecer la prevalencia de la norma.
c. El principio de la jerarquía de las normas .
d. Todos los anteriores s on criterios racionalizadores .

4. La Constitución reconoce la potestad competencial en materia sanitaria:

a. A la Adminis tración General del Es tado en exclus ividad.


b. A las comunidades autónomas en lo que res pecto a la ges tión y a las bas es s e refiere.
c. Compartida entre la AGE y las adminis traciones autonómicas .
d. Como una competencia multinivel.

5. Cuál de estas afirmaciones sobre los mecanismos de coordinación es correcta:

a. Los mecanis mos de control democrático van de abajo arriba, y s on res ultado de la pres ión de la
ciudadanía obre los gobiernos territoriales , en la exigencia de tener s imilares s ervicios a otros territorios .
b. Son mecanis mos de coordinación los de control democrático, los críticos , los de financiación
condicionada o los complementarios .
c. El mecanis mo crítico es horizontal, y s e coordina el interés propio y recíproco, exigiendo una actuación
conjunta.
d. Todas las anteriores s on correctas .

6. ¿Qué significó la implantación de la “cesta de impuestos”:

a. La auto financiación, la divers ificación de las bas es tributarias , la ampliación de capacidad normativa y el
avance en la divers ificación as is tencial.
b. La obtención de recurs os de financiación, la ampliación de las bas es tributarias , la ampliación de
capacidad normativa y la divers ificación as is tencial.
c. La obtención de recurs os de financiación, la divers ificación de las bas es tributarias , la ampliación de
capacidad normativa y el avance en "corres pons abilidad fis cal".
d. La divers ificación de recurs os de financiación, la ampliación de las bas es tributarias , la ampliación de
capacidad normativa y el avance en "corres pons abilidad fis cal".

7. Cuál de estas afirmaciones es falsa:


a. La competencia s anitaria compartida entre la Adminis tración General del es tado y las comunidades
autónomas , es tá recogida en la CE, en s u Título VIII “De la organización territorial del Es tado”.
b. El Es tado mantiene la exclus ividad de las competencias s obre la s anidad exterior.
c. Las competencias del Es tado s on todas aquellas que no corres ponden a las CCAA y a las entidades
locales .
d. La legis lación s obre productos farmacéuticos recoge la competencia exclus iva del Es tado res ervando s u
ejecución a las CC.AA.

8. La Ley General de Sanidad:

a. Es la culminación de un proces o his tórico en que s e univers aliza la as is tencia.


b. El artículo 43 de la Cons titución Es pañola des arrolla es ta ley.
c. Es la ley 14/1986 de 25 de abril.
d. Todas las res pues tas s on correctas .

9. El nuevo modelo de financiación autonómica sanitaria estableció una serie de transformaciones:

a. La des aparición de garantías generales res pecto al IRPF entre otras .


b. La bús queda de la es tabilidad del s is tema, con la fijación de un elemento de es tabilidad.
c. La incorporación de as pectos comunitarios .
d. Todas las anteriores .

10. Verdadero o falo:

a. En 1986 s e promulga la Ley General s anitaria que es tablece un s is tema s anitario dividido en dos niveles
de actuación: as is tencia primaria y as is tencia es pecializada.
b. La colaboración y cooperación en materia de Sanidad Exterior, entre la Adminis tración Es tatal y las
Adminis traciones Autonómicas queda previs ta en la CE.
c. Las comunidades autónomas dividen s u territorio s anitario en Áreas Sanitarias con cierta independencia.
d. En 1986 mis mo año, s e creó la es pecialidad de Medicina Familiar y Comunitaria para lograr la
es pecialización en la atención primaria.
e. La des centralización s anitaria s e vis ualiza con las primeras trans ferencias del INSALUD a Cataluña,
Galicia y Andalucía, en 1981, 1983 y 1984 res pectivamente.

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TEMA 7: EL CONFLICTO COMPETENCIAL

TEMA 7 - EL CONFLICTO COMPETENCIAL


El Derecho es pañol s e ha debido enfrentar a la res olución de dis tintos conflictos competenciales , por lo que
habitualmente dis tingue entre dos tipos de conflictos reglados en la normativa:

Cuando el conflicto competencial tiene s u encaje en la cons titución, y s urge entre el Es tado y una
Comunidad Autónoma o entre dos comunidades , por dis tintas controvers ias relativas a la titularidad de
es as competencias o al ejercicio de las mis mas .

Cuando el conflicto de competencia s e produce entre órganos judiciales de dis tinto orden juris diccional.

El s egundo tipo de conflictos s e encuentra regulado en la Ley del Poder Judicial , pero no entraremos en más detalle
porque es ajeno al temario des arrollado en es te curs o. Sin embargo, el conflicto competencial cons titucional merece
un des arrollo exhaus tivo, y que entremos en s u des arrollo en profundidad a fin de entender mejor el marco general de
la s anidad en Es paña.

7.1. RÉGIMEN JURÍDICO COMPETENCIAL


El conflicto competencial que s urge entre el Es tado y las comunidades autónomas o entre es tas , por controvers ias de
titularidad competencial o en el ejercicio de s us propias competencias atribuidas , tiene s u encaje en la Cons titución
Es pañola, que dedica s u artículo 161.1c. a la encomienda al Tribunal Cons titucional del conocimiento « de los
conflictos de competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas o de los de éstas entre sí».

La regulación expres a s e encuentra en la Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, del Tribunal Cons titucional. La ley
dedica el capítulo II, a des arrollar el marco legis lativo para dirimir los conflictos entre el Es tado y las Comunidades
Autónomas o inclus o los de és tas entre s í.

Los artículos 60 y 61 es tablecen las caracterís ticas generales de es tos conflictos y quienes los pueden s us citar:

… podrán s er s us citados por el Gobierno o por los órganos colegiados ejecutivos de las Comunidades
Autónomas .... Los conflictos negativos podrán s er ins tados también por las pers onas fís icas o jurídicas
As í
interes adas .
mis mo, el planteamiento de conflictos de competencia puede venir dado por dis pos iciones , res oluciones o actos de
los órganos del Es tado o de las Comunidades Autónomas o la omis ión de los mis mos y s us penden el curs o del
proces o judicial s i lo hubies e has ta la decis ión del Tribunal, que vinculará a todos los poderes públicos .

Pos teriormente, tras marcar las bas es de los conflictos competenciales , la ley dis tingue entre conflictos pos itivos y
negativos , lo que nos permite es tablecer lo s iguiente:

Conflictos positivos (del artículo 62 al artículo 67)

A ins tancia del Gobierno s obre una dis pos ición o res olución de una Comunidad Autónoma, podrá
formalizar el conflicto directamente ante el Tribunal Cons titucional, en plazo de dos mes es , o hacer us o
del previo requerimiento, s in perjuicio de que el Gobierno pueda invocar la CE 161.2, con los efectos
corres pondientes .

A ins tancia del órgano s uperior de una Comunidad Autónoma, s iempre que afecte a s u propio ámbito,
requerirá a aquélla o a és te para derogación o anulación s egún corres ponda. El requerimiento de
incompetencia s erá formulado en los dos mes es s iguientes a la publicación o comunicación del acto
que lo s us cita. En el requerimiento s e es pecificarán con claridad los preceptos de incompatibilidad, que
s erá atendido por el quien compete en plazo de un mes des de s u recepción, comunicándolo as í al
requirente y al Gobierno. Si no es tuvies e fundado, deberá igualmente rechazarlo en el mis mo plazo, a
cuyo término s e entenderá rechazado.
Si en el plazo oficial, no hubies e s atis facción, s e podrá plantear el conflicto ante el TC, certificando el
trámite de requerimiento y alegando s us fundamentos jurídicos . En diez días , el Tribunal comunicará a
quien es té involucrado en el conflicto, es tableciendo un plazo no mayor de veinte días , para aportar s us
alegaciones . En conflictos entablados por el Gobierno la formalización comunicada por el Tribunal
s us penderá la vigencia de dis pos ición, res olución o acto originario del conflicto.

En los demás s upues tos , el órgano que formalice el conflicto puede s olicitar al Tribunal la s us pens ión,
invocando perjuicios de impos ible o difícil reparación. El planteamiento iniciado por el Gobierno y, en s u
cas o, el auto del Tribunal por el que s e acuerde la s us pens ión del objeto del conflicto s erá notificado a
los interes ados y publicados en Diario Oficial del Tribunal.

El Tribunal podrá s olicitar cuanto cons idere neces ario y res olverá en quince días s iguientes al término
de dichas alegaciones . La s entencia declarará la titularidad de la competencia controvertida pudiendo
acordar la anulación de lo que lo s us citó.

Si la competencia controvertida hubiera s ido atribuida por una Ley o norma con rango de Ley, el
conflicto de competencias s e tramitará des de s u inicio o, des de que en defens a de la competencia s e
invocare la exis tencia de la norma habilitante, en la forma previs ta para el recurs o de
incons titucionalidad.

Conflictos negativos (del artículo 68 al artículo 72)

En cas os en los que un órgano de la Adminis tración del Es tado declina s u competencia de res olución
por entenders e incompetente, tras agotar la vía adminis trativa el interes ado podrá reproducir s u
pretens ión ante el órgano competente. Igualmente, s i la s olicitud s e promueve ante una Comunidad
Autónoma que s e inhibe por entender al Es tado o a otra Comunidad competente, quien deberá admitir o
declinar s u competencia en un mes . Si la admite, procederá a s u tramitación, y s i s e inhibe, no tendrá
que notificar fundamentando s u res olución.

La s olicitud de planteamiento de conflicto s e formulará mediante es crito, acompañando los documentos


acreditativos de haber agotado el trámite inicial y las res oluciones recaídas . Si el Tribunal entiende que
la negativa de las Adminis traciones implicadas s e bas a en una diferencia interpretativa competencial lo
declarará, en diez días y mediante auto, dando tras lado al s olicitante y a las Adminis traciones
implicadas , as í como a cuales quiera otras que pueda s er competente, fijando plazo común de un mes
de alegaciones .

Durante el mes s iguiente a la finalización del plazo marcado por el Tribunal, s e dictará s entencia que
declarará a la Adminis tración competente. Los plazos adminis trativos agotados s e entenderán abiertos
de forma ordinaria tras la publicación de la s entencia.

El Gobierno podrá igualmente plantear conflicto de competencias negativo cuando un requerimiento a


órgano ejecutivo s uperior de una Comunidad Autónoma haya s ido des atendido declarándos e
incompetente. Es ta declaración. s e entenderá implícita por la inactividad del órgano ejecutivo requerido
dentro del plazo que el Gobierno fijas e, nunca inferior a un mes .

Dentro del mes s iguiente al rechazo tácito o expres o del requerimiento el Gobierno podrá plantear ante
el Tribunal Cons titucional el conflicto negativo, por es crito y fundamentado. El Tribunal tras ladará el
es crito al órgano ejecutivo s uperior de la Comunidad Autónoma, fijando un mes para alegaciones , tras
el que dictará s entencia, que contendrá algún pronunciamiento de los recogidos por la ley:

a. La declaración procedente, es tableciendo un plazo dentro del cual la Comunidad Autónoma deberá ejercitar s u
competencia.

b. La declaración improcedente.

En res umen:

Los conflictos positivos s on opues tos por el Gobierno con la o las Comunidades Autónomas o entre
es tas cuando cons ideren que una dis pos ición, res olución o acto s in valor de ley, o la omis ión de tales
dis pos iciones , res oluciones o actos , no res peta el orden cons titucional de competencias es tablecido en
la propia Cons titución, en los Es tatutos de Autonomía o en las leyes orgánicas que delimitan
competencias .
Los conflictos negativos s on los planteados por pers ona fís ica o jurídica y por el Gobierno frente al
órgano ejecutivo que decline s u competencia para res olver, por entender la competencia
corres pondiente de otra o del Es tado, s iendo dis tinta adminis tración de la que s e ha formulado la
pretens ión o s i la s olicitud ante una Comunidad Autónoma que s e inhibe por cons iderars e
incompetente.

Regulado en el artículo 42 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, hace referencia a los conflictos
que s e producen entre órganos judiciales de dis tinto orden juris diccional. Son res ueltos por una Sala es pecial del TS
pres idida por el Pres idente y compues ta por dos Magis trados , uno por cada orden juris diccional en conflicto,
des ignados anualmente por la Sala de Gobierno. El orden juris diccional penal es s iempre preferente, as í ningún juez
podrá plantear conflicto de competencia a los órganos de dicho orden juris diccional.
TEMA 8: EL CONFLICTO EN MATERIA SANITARIA

TEMA 8 - EL CONFLICTO EN MATERIA


SANITARIA
El conflicto de competencia s e mues tra como un ins trumento al alcance tanto del Es tado como de las Comunidades y
de las pers onas fís icas y jurídicas (en conflictos negativos ), y s e utiliza para res olver los conflictos de titularidad de
competencia, en definitiva, el instrumento para alegar una posible invasión competencial de la
administración del estado o de la administración autonómica.

También debemos hacer mención al recurs o de incons titucionalidad pues to que tiene importancia en el anális is
juris prudencial a la hora de determinar las competencias . La Sentencia del 28 de Julio de 1992, del Tribunal
Cons titucional, rechazó la petición de un conflicto de determinación de competencia por tratars e de un enjuiciamiento
de la cons titucionalidad. El TC s e pronunciaba entonces , s obre las diferencias entre el conflicto de competencias y
recurs o de incons titucionalidad.

As í, como recoge la ley, los conflicto pos itivos o negativos , pueden pres entars e ante una infracción en la dis tribución
de competencias entre el Es tado y las Comunidades Autónomas , el recurs o de incons titucionalidad, s in embargo, s e
pres entará ante un conflicto entre dos normas , cues tionando la validez de una ley y con ello la vulneración de la
Cons titución, y pudiendo aumentars e con un conflicto de titularidad, pero como petición parcial.

Hecho es ta s omera introducción jurídica ya podemos analizar la cas uís tica en materias s anitarias que generan cierta
controvers ia.

8.1. PRODUCTOS FARMACÉUTICOS


El art. 149.1.16 a de la CE otorga al Es tado la competencia normativa plena s obre dichos productos . Además , la STC
71/1983 amplía es ta competencia extendiendo el carácter general al s is tema s anitario.

Pes e a ello, las Comunidades Autónomas no queden excluidas en es ta materia, s u norma ins titucional bás ica (el
Es tatuto de Autonomía) les otorga las competencias para el des arrollo y ejecución de la legis lación bás ica, lo que
puede dar lugar a controvers ias relativas a la titularidad.
En es te extremo, los tribunales han debido res olver dis tintos conflictos :

La STC 32/1983 res olutoria del conflicto pos itivo competencial planteado por el Gobierno Vas co contra
los Reales Decretos 2825/1981 y 2824/1981 s obre regis tro s anitario de alimentos, coordinación y
planificación sanitaria, donde el Tribunal le otorga las competencias de ins pección y control de
calidad de los productos farmacéuticos al Es tado cuando la utilización y cons umo pueda afectar a la
s alud pública.

La STC del 28 de marzo 54/1990 res uelve el conflicto pos itivo promovido por la Xunta de Galicia contra
las circulares del Minis terio de Sanidad y Cons umo s obre inspección y control de estupefacientes
y psicótropos, y sobre las medidas de análisis y conservación en las intervenciones al
tráfico ilícito.

El Tribunal, excluye el encuadre de la ins pección y el control en la dis tribución y dis pens ación de es tos
productos como competencia es tatal dentro de las bas es s anitarias as í como dentro de la
coordinación general, pues to que s e trata de “ una actuación ordinaria que en modo alguno incide en
el s is tema normativo” y “s e negaría la propia neces idad de la exis tencia de una coordinación a favor
del Es tado pues to que ya no habría competencias autonómicas que coordinar, con lo que la
competencia de coordinación no puede amparars e en un vaciamiento de las competencias ejecutivas
de las CCAA”

La s entencia, además , tumba la pos ibilidad de conflicto s ubs umido dentro de la alta ins pección,
competencias ejecutivas de las CCAA, que s ólo podrían alterars e en cas o de s eguridad pública y
comercio exterior. Pero finaliza reconociendo la competencia es tatal en actuaciones de peritaje,
anális is , tras lado o cus todia de alijos provenientes del tráfico ilícito.

Para la competencia en las autorizaciones, res altamos la STC 91/85 s obre el conflicto promovido
por Cataluña contra res oluciones de la Dirección General de la Salud Pública s obre tres productos
farmacéuticos . La s entencia, declara el carácter ejecutivo de la competencia de autorización e
ins cripción de los productos , pero en es te cas o el conflicto s e refería a los aditivos , y a es te res pecto,
la reglamentación s e integra en la legis lación bás ica, aplicándos e “ en el cas o s ingularizado de
otorgamiento de autorización e ins cripción individualizada”. Argumento que s e fundamenta en el Real
Decreto 2210/1979 que trans fiere, entre otras materias , competencias en s anidad a la Generalitat,
tales como el control s anitario, o el otorgamiento e ins cripción s ingularizada de productos , s ujeta a
criterios técnicos de aplicación o lis tas pos itivas , al tratars e de una competencia de naturaleza
ejecutiva.

As í pues , y con res peto a lo es tablecido en el artículo 149.1. 16 a de la CE y en arreglo a lo dis pues to
en el artículo 17.1 del Es tatut de Catalunya, el Tribunal es tima como competencia del Gobierno
autonómico, el otorgamiento e ins cripción de los productos incluidos en las Res oluciones del
Minis terio.

Por último, la STC 211/2014, de 18 de diciembre, que des es tima el recurs o de incons titucionalidad
interpues to por el pres idente del Gobierno contra divers os preceptos de la Ley del Parlamento de
Galicia 12/2010 s obre racionalización de gasto en las prestaciones farmacéuticas relativas al
catálogo priorizado de productos farmacéuticos, nos permite s eguir delimitando el marco
competencial s anitario, fundamentando el Tribunal que “ no contravenir el procedimiento de pres cripción
y dis pens ación de los productos contenidos en la Ley de garantías y us o racional de los medicamentos
y productos s anitarios ” entendiendo as í, que no s e vulnera una competencia de carácter es tatal y por
ello las Comunidades podrán regular el gas to s electivo en torno a medicamentos y productos
s anitarios , s iempre y cuando “ es tén dentro del nomenclátor oficial de productos farmacéuticos
elaborado por el Minis terio” .

8.2. ORDEN PÚBLICO


Con atención al punto anterior y de acuerdo a lo expues to en la STC 54/1990, conviene reconocer la titularidad del
Estado cuando existan razones de seguridad pública en torno a productos farmacéuticos. Pes e a ello,
pueden contravenirs e conflictos durante una cris is s anitaria que pudies e afectar al orden público.

A es te res pecto, la STC 33/1982, de 8 de junio, res uelve el conflicto pos itivo competencial planteado por
la Generalitat en relación con la comunicación del Gobernador Civil de Barcelona s obre medidas de
inmovilización de mejillones .

En virtud al artículo 149.1.29 de la CE, en defens a de la s eguridad pública, con el objetivo de la


protección de las pers onas y los bienes que pueden vers e amenazados por una cris is s anitaria, s e
jus tifica la intervención de Es tado como autoridad competente. Sin embargo, recuerda el Tribunal, que
no s e cumple los requis itos bás icos que habilitarían es ta intervención es tatal, la urgencia y
neces idad, ante lo que res uelve: “la facultad de interceptar e inmovilizar alimentos en mal es tado
corres ponde a la Generalidad de acuerdo con lo es tipulado en el artículo 17 del Es tatuto catalán, el
cual otorga al ejecutivo autonómico la competencia en materia de s anidad interior” . Pero finalmente,
reconoce la competencia de informar a cualquier autoridad, cons tituyendo meramente una facultad,
s iempre y cuando “no tenga mayor alcance que poner en conocimiento de otra autoridad unos
determinados hechos ”.

8.3. SEGURIDAD SOCIAL


El art. 41 de la CE, es tablece en líneas generales la titularidad de la competencia, exponiendo que los poderes
públicos deberán mantener un régimen de Seguridad Social, por s u parte, el art. 149.1. 17a de la CE, le otorga la
exclus ividad competencial al Es tado “ s in perjuicio de la ejecución de s us s ervicios por las Comunidades Autónomas ”.

Pes e a lo referido, la dificultad de la materia, ha planteado dis tintos conflictos que requieren nues tro es tudio:

La Ley del Principado de As turias 8/1983, de 24 de noviembre reconocía la titularidad autonómica en la


ges tión financiera del s is tema s anitario, lo que fue declarado incons titucional por la STC 46/1985 del 26
de marzo, que res olvía el recurs o pres entado por el pres idente del Gobierno contra la citada Ley,
pues to que contradice al propio artículo de la CE 149.1.17a. donde s e otorga la titularidad exclus iva al
Es tado.

La STC 124/1989 del 7 de Julio, de la Generalitat contra el Real Decreto 1314/1984 s obre regulación de
la es tructura y competencias de la Tes orería General de la Seguridad Social, vuelve a entrar en el
mis mo conflicto, reconociendo la competencia exclus iva del régimen económico de la Seguridad Social
al Es tado.

La STC 98/2004, de 25 de mayo, des es tima el recurs o de incons titucionalidad promovido por el
pres idente del Gobierno res pecto al art. 51 y una dis pos ición adicional de la Ley de Canarias 5/1996, de
pres upues tos generales para 1997.

El Es tado, denuncia la invas ión autonómica, en cuanto a la fijación de precios de referencia en las
es pecialidades farmacéuticas y a la financiación pública de dichas es pecialidades cuando s u precio
exceda al fijado de referencia y “ exis ta un informe complementario del s ervicio autonómico de s alud
que jus tifique el cos te mayor del medicamento”. Sin embargo, el Tribunal, des carta que s e trate de
una competencia encuadrada en el título cons titucional s obre bas es y coordinación general de la
s anidad y concluye que el art. 51 aludido “s olo fija precios de referencia res petando los mínimos de
la normativa bás ica es tatal”.

La STC 84/ 2015 de 30 de abril, des es tima el recurs o de incons titucionalidad interpues to por el Grupo
Parlamentario Socialis ta del Senado, en relación a los art. 62 y 63 de la Ley 8/2012 de Medidas Fis cales
y Adminis trativas de la Comunidad de Madrid. En relación a la conces ión de la ges tión de la as is tencia
s anitaria a empres as privadas en s eis hos pitales dependientes de la Comunidad, s e rechaza que
contradiga el régimen público de la Seguridad Social ya que “ la eventual apertura a otras fórmulas de
ges tión s e realiza pres ervando la titularidad pública del s ervicio”.

Para finalizar, la STC 134/2017, de 16 de noviembre res uelve el conflicto pos itivo planteado por el
Gobierno contra preceptos del Decreto del Gobierno Vas co 114/2012 s obre pres taciones s anitarias del
SNS en el ámbito del País Vas co. El Tribunal declara la incons titucionalidad y nulidad del precepto
autonómico, entendiendo que amplía el ámbito s ubjetivo del acces o a dichas pres taciones en el
territorio, lo que además modifica claramente las condiciones de as egurado y beneficiario del s is tema
s anitario. El Tribunal deniega expres amente la pos ibilidad de que la normativa autonómica des arrolle
un s is tema de acces o a pres taciones s anitarias que no atienda los conceptos referidos .

8.4. SANIDAD Y PROTECCIÓN DE LOS CONSUMIDORES


Exis te juris prudencia en torno a la protección de los cons umidores que es tá expres amente relacionada con materia
s anitaria, en es pecial en lo que a regulación alimentaria s e refiere.

La STC 71/82 del 30 de noviembre declara la incons titucionalidad de la Ley 10/81 del Es tatuto del
Cons umidor del País Vas co. En lo que, a la regulación de aditivos autorizados , entiende el tribunal, que
deben encuadrars e dentro de la directriz principal de la s anidad alimentaria, competencia es tatal.

La STC 13/89 de 26 de enero, s obre la conflictividad en regulación alimentaria, promovido por Cataluña
contra el Real Decreto 381/84 que aprueba la reglamentación técnico-s anitaria del comercio minoris ta
de alimentación. Al evaluar el TC la pos ible invas ión de competencias en comercio interior, protección
de los cons umidores , higiene o s anidad interior que el Es tatuto de Autonomía y la CE reconoce a la
Comunidad, analiza el pos ible carácter bás ico de la regulación autonómica. Para lo que añade a s u
fundamentación la referencia juris prudencial s obre el término de “ norma básica ” que debe obs ervar
“ estrictamente las prescripciones constitucionales y estatutarias ” y que para ello le
corres ponde al propio Tribunal controlar dicha definición, res petando que s e garanticen los interes es
generales y la s eguridad jurídica de las Comunidades para que puedan conocer el marco normativo en
el que des arrollar s us competencias y evitar conflictos .

La STC 15/89 del 26 de enero, en relación a la Ley 26/84 de 19 de julio, General para la Defens a de los
Cons umidores y Us uarios , en la que el Tribunal des es tima el recurs o de incons titucionalidad
interpues to por tres Comunidades Autónomas que reivindicaban el menos cabo de s us atribuciones
competenciales en materia de defens a del cons umidor y del us uario, por dicha Ley. El Tribunal deja
claro que pues to que s e tratan de normas para la protección de la s alud de los cons umidores y
us uarios s e atribuye en virtud del art. 149.1.16 de la CE s obre bas es y coordinación general de la
s anidad, la competencia al Es tado”.

8.5. SANIDAD Y COMPETENCIA EN AGRICULTURA Y GANADERÍA


El artículo 148.1.7 a de la CE, es tablece que la agricultura y la ganadería s on competencias exclus ivas de las
Comunidades Autónomas . Sin embargo, encontramos excepciones a es a exclus ividad marcadas por la juris prudencia:

La STC 67/1996, de 18 de marzo, res uelve el conflicto promovido por la Generalitat de Catalunya contra
el Real Decreto s obre alimentación animal. El Tribunal concluye que, aunque s e trata de una
competencia autonómica, el Es tado puede intervenir en cas o de que dicha alimentación animal
repercuta en la s alud humana.

La STC 192/90 del 25 de noviembre que trata el conflicto pos itivo promovido por el Gobierno contra la
Orden del Departamento de Agricultura, Ganadería y Pes ca de la Generalitat de Catalunya, donde el
Ejecutivo alega que la Orden infringe el régimen de competencias pues to que contradice medidas
dictadas por es te en una norma anterior. Se vulneraría con ello el artículo 149.1.16a, que otorga la
exclus iva titularidad competencial al Es tado en las bas es y la coordinación general de la s anidad.

Pues to que el conflicto s e refiere a una parte expres a de la Orden que recoge un plan contra una
enfermedad animal, el Tribunal declara nulos aquellos artículos de la orden que s obrepas an las
competencias propias y no res petan la exclus iva del Es tado en Sanidad Exterior, fundamentando que
el contenido inherente a la competencia corres ponde a la Generalitat s in prejuicio de lo que deba
cons iderars e s anidad exterior, a lo que s e refiere “ como una barrera s anitaria para tratar de impedir
que la enfermedad entre en el territorio nacional”.

8.6. SANIDAD Y PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE


La CE, en s u art. 149.1.23 a, otorga la competencia exclus iva al Es tado en la legis lación bás ica relativa al medio
ambiente, s in embargo, dis pone que s erá de las CCAA la titularidad s obre las normas adicionales , de ges tión y
des arrollo en materia de protección del medio ambiente, as í lo expres a en s u artículo 148.1. 9 a., por ello la
juris prudencia también ha tenido que dirimir los conflictos competenciales .

La STC 208/91 de 31 de octubre, s obre el conflicto de competencia promovido por el Gobierno Vas co en
relación a las actuaciones adminis trativas contenidas en la Orden del Minis terio de Obras Públicas
s obre métodos de medición, mues treo y anális is de las aguas s uperficiales des tinadas a la producción
de agua potable, reclamando la titularidad de dichas actuaciones adminis trativas . Lo primero que
declara el TC es la competencia es tatal en aguas des tinadas al cons umo humano entendiendo que
“pres enta una finalidad y relevancia s uficiente para cons iderar que nos hallamos ante un s upues to que
s e engloba dentro de los títulos competenciales referentes a la s anidad”

Pero también recoge que en lo que refiere a medición, mues treo y anális is de las aguas s uperficiales
y pues to que tienen como objetivo la protección de la s alud, nos encontramos ante una actividad de
carácter puramente ejecutivo s iendo competencia de las adminis traciones autonómicas .

La STC 8/2012 de 18 de enero, declara la incons titucionalidad del precepto, s us citado por el Gobierno,
referente a la materia s anitaria de la Ley de Cas tilla La Mancha 8/2001, s obre ordenación de
ins talaciones de radiocomunicación en la comunidad. Para ello el Tribunal recoge la concurrencia entre
la protección del medio ambiente y la s anidad recordando la potes tad del Es tado s obre la
determinación de niveles tolerables de emis iones . Excluye, además , la potes tad autonómica para
alterar es os es tándares e imponer obligaciones acerca de la incorporación de nuevas tecnologías para
minimizar emis iones por vulnerars e las bas es del Es tado en materia s anitaria, y las competencias en
la materia es pecifica de telecomunicaciones .

8.7. SANIDAD Y ASISTENCIA SOCIAL


La as is tencia s ocial, en virtud del artículo 148.1. 20 a, es de titularidad exclus iva autonómica. Siendo una materia
expres amente unida al auxilio de pers onas es tá fuertemente vinculada a la s anidad, lo que des encadena conflictos
competenciales que debemos comentar.

La STC 76/1986, de 9 de junio, res uelve los recurs os de incons titucionalidad acumulados ins tados por
el Pres idente del Gobierno, contra las leyes del Parlamento vas co s obre derechos pas ivos y
profes ionales del pers onal que pres tó s us s ervicios a dicha adminis tración autonómica. En s u
fundamentación, precis a el concepto de as is tencia s ocial, s egún es té vinculada o no a la Sanidad
pública, lo que para es te es tudio es fundamental.

As í, cuando la as is tencia s ea externa y no es té integrada en el s is tema de la Seguridad Social s erá


competencia autonómica (art. 148.1. 20 a de la CE), y, cuando la mis ma es te dentro del s is tema de
Salud pública s erá de titularidad exclus iva del Es tado (149.1. 16 a).

El Tribunal cons idera que el pers onal pres tó as is tencia a la adminis tración autonómica fuera del
s is tema s anitario público, por lo que en virtud de s u Es tatuto (art 10.12), es competencia propia la
regulación de los derechos pas ivos y profes ionales del pers onal.

8.8. SANIDAD Y CIENCIA


La s anidad y el progres o científico s on materias extens as y es trictamente vinculadas por lo que originan conflictos
entre adminis traciones s obre la titularidad de ciertas competencias .

La STC 53/88 de 24 de marzo, s obre el conflicto competencial promovido por el País Vas co, s obre la
Orden del Minis terio de Sanidad y Cons umo s obre el reconocimiento de interés s anitario para actos de
carácter científico. Es un conflicto en materia de s anidad por que la Orden fue dictada por el propio
Minis terio de Salud y por s er el propio ejecutivo autonómico que cons idera la vulneración de s us
competencias en materia de s anidad.

El Tribunal s e pos iciona a favor del Es tado, en virtud del art. 149.1.15 de la CE s obre fomento y
coordinación general de la actividad científica. Entendiendo además que el título es tatal le permite
encuadrar “ cualquier género de materias con independencia de cuál s ea el titular de la competencia
para la ordenación de es tas ”.

Sin embargo, el Tribunal mantiene que exis te una invas ión competencial en el ámbito autonómico por
parte del Es tado, pues la función de recabar los datos neces arios por parte de las As ociaciones
científicas de carácter s anitario, tal y como recoge s u texto es tatutario, no tiene cabida en los
artículos del texto cons titucional de fomento de inves tigación científica y técnica (art 149.1.15) y de la
coordinación s anitaria (149.1.16).

8.9. ESTABLECIMIENTOS SANITARIOS


Por último, y antes de terminar con es te anális is competencial, debemos de hablar de los es tablecimientos s anitarios ,
en cuyo cas o, inicialmente, s abemos que corres ponde a las comunidades autónomas la ges tión de los mis mos .

Sin embargo, ha s ido impres cindible, una vez más , la intervención del Tribunal Cons titucional para res olver los
conflictos originados .

La STC 80/84 de 20 de julio que res uelve el conflicto de competencia planteado por el Gobierno en
relación con el Decreto 205/82 dictado por el Gobierno vas co s obre s ervicios y es tablecimientos
s anitarios . El Tribunal s eñala que “la determinación de los requis itos y las condiciones mínimas de los
es tablecimientos s anitarios s e cons ideran una competencia de fijación de bas es que como s abemos es
de titularidad es tatal en cuanto trata de es tablecer caracterís ticas comunes en los centros , s ervicios y
actividades de dichos centros ”. Al Es tado s ólo le res erva el es tablecimiento de mínimos .

El Tribunal, finaliza declarando que la norma autonómica puede s er compatible con las
cons titucionales , en cuanto los “requis itos técnicos ” y “condiciones mínimas ” del Decreto s e
entiendan referidos a datos complementarios y adicionales de los requeridos en la normativa es tatal.

En relación con la autorización de centros y s ervicios dedicados a la extracción y tras plante de


órganos y anatomía humana el TC informa que “ la competencia de acreditación, homologación y
autorización de centros y es tablecimientos s anitarios excede de la competencia de coordinación
general que tiene atribuida el Es tado (art 149.1. 16a) al tratars e de una actividad no normativa y s ı ́ de
ejecución, que como s abemos es propia de las Comunidades Autónomas con competencias
s anitarias ”

La STC 111/86 de 30 de s eptiembre, s obre el conflicto de competencia promovido por el Gobierno


contra la Orden de 1983 de la Generalidad Valenciana que dicta normas s obre Regis tro Sanitario de
es tablecimientos menores (de carácter detallis ta como pas telerías artes anales ).

El TC comienza s u fundamentación apuntando la exención que recoge el Real Decreto 2825/81 s obre
la ins cripción para aquellos “es tablecimientos menores por s u entidad” y concluye reconociendo dicho
carácter a los es tablecimientos incluidos en la orden valenciana. Sin embargo, declara que no exis te
invas ión de la legis lación es tatal al cumplirs e como requis ito la exención incluida en el Decreto,
pues to que s e cons idera que la Comunidad des arrolla, como parte de s u competencia, la normativa
bás ica.

Exis ten algunas contradicciones de la propia juris prudencia, la STC 22/2012 de 16 de febrero,
res olutorio del conflicto interpues to por el Gobierno de la Comunidad de Madrid contra el Decreto
130/2006, impugnando los preceptos que regulan los s is temas de control de proces os s anitarios de
obtención e implantación de células y tejidos humanos , las condiciones de los centros encargados y las
unidades que s e dediquen a es tas actividades .

El Tribunal, res uelve que las actividades de ins pección en dichos es tablecimientos autorizados es
competencia de coordinación general que debe garantizar el cumplimiento de los requis itos
legis lativos y aplicar las medidas de control de calidad. Además , otorga al Es tado la potes tad s obre la
regulación de la autorización de es te tipo de centros . Des de el TC, entienden que las actuaciones de
ins pección de es tos centros cons tituyen un elemento normativo bás ico por lo que des es tima el
conflicto.

Fernández Farreres , Germán.: “ El s is tema de conflictos de competencia entre el es tado y las comunidades Autónomas
en la juris prudencia del Tribunal Cons titucional”, Revis ta de derecho cons titucional, 1984, pp. 112-116

Fernández de Muniaı ́n Letamendia, Carlos .: “Régimen de dis tribución de competencias entre el Es tado y las
Comunidades Autónomas , Sanidad” , Minis terio para las Adminis traciones Públicas , Madrid 1992, pp. 64-70

Ley 12/2010, de 22 de diciembre, de racionalización del gas to en la pres tación farmacéutica de la Comunidad
Autónoma de Galicia.
TEMA 9: LA POTESTAD SANCIONADORA EN MATERIA SANITARIA

TEMA 9 - LA POTESTAD SANCIONADORA


EN MATERIA SANITARIA
La s anidad pos ee un régimen s ancionador propio, que neces ita nues tra atención tanto a s u nivel legis lativo como para
analizar las intervenciones de la jus ticia en la res olución de pos ibles conflictos de titularidad a es te res pecto.

En primer lugar, cabe recordar que uno de los as pectos importantes a tener en cuenta en el s ector s anitario que s e
tiene que dirimir en el Tribunal Cons titucional es lo que res pecta a las s anciones en dicha materia, el Decreto
108/2004, de 27 de mayo, por el que s e determinan los órganos competentes en Galicia para la impos ición de
s anciones en materia s anitaria fue publicada en el DOG del 7 de junio de 2004 y entre s u contenido textual s e recoge
los s iguientes textos legales :

El Decreto 157/1985, de 11 de julio, que regulaba infracciones y s anciones en materia s anitaria,


atribuyéndole dicha competencia s ancionadora a dis tintos órganos y autoridades , dentro del ámbito de
la organización y competencias propias de Galicia.

La Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad dedica s u capítulo VI del título I al régimen de
infracciones y s anciones aplicable en materia de s anidad.

La Ley 7/2003, de 9 de diciembre, de ordenación s anitaria de Galicia des tina s u título IX a infracciones y
s anciones , para aquellas acciones u omis iones tipificadas tanto en es ta ley como en las es tatales y
autonómicas de aplicación.

Pero vis to es to, neces itamos hacer un anális is más concreto del Decreto 108/2004, en cuanto a la competencia
s anitaria en es ta materia en Galicia.

9.1. COMPETENCIA SANCIONADORA EN MATERIA SANITARIA:


En es te punto, y con el fin de poder hacernos una pers pectiva en temática s ancionadora, podemos hacer un pequeño
anális is tomando como ejemplo dos comunidades , una de vía rápida y otra de la lenta.

9.1.1. GALICIA:

El Decreto en s u preámbulo es tablece que el anterior Decreto 157/1985, de 11 de julio, regulaba las infracciones y
s anciones en dicha materia, graduándolas y atribuyendo la competencia s ancionadora.

Por s u parte, la Ley 7/2003, de 9 de diciembre, de ordenación s anitaria de Galicia habilita s u título IX al régimen
s ancionador, pero no llega a es tablecer atribuciones competenciales concretas , limitando s u contexto al artículo
148.1º “a contener una indicación reconociendo la competencia de los órganos de la Cons ellería de Sanidad y del
Servicio Gallego de Salud, en s u cas o para la impos ición de s anciones por debajo del límite cuantitativo que el mis mo
artículo indica” .

Por lo que el propio Decreto, es tablece la neces idad de realizar un des arrollo reglamentario de dicha atribución:

Órganos competentes . El artículo 1 recoge que, s in perjuicio de competencias atribuidas a otras


adminis traciones , y de lo dis pues to en otros textos legales de aplicación, los órganos de la Comunidad
Autónoma de Galicia competentes para impos ición de s anciones s erán:

a. Los delegados provinciales de la Consellería de Sanidad para impos ición de s anciones en


infracciones leves .

b. El secretario general y los directores generales, en s u ámbito competencial en la materia para


s anciones s obre infracciones graves .

c. El Conselleiro de Sanidad, para la impos ición de s anciones en infracciones muy graves , excepto
s upues tos y cuantías atribuidas al Cons ello de la Xunta de Galicia.

d. El Cons ello de la Xunta de Galicia, para impos ición de s anciones iguales o s uperiores a los 120.202,43
euros , as í como acuerdos excepcionales (art. 147.4º, y 149 a) e b) de la Ley 7/2003, de 9 de
diciembre).

En cuanto a la competencia para adopción de medidas cautelares el artículo 2.2 recoge que es ta
competencia expres a recae s obre los delegados provinciales de la Cons ellería de Sanidad, (s alvo lo
atribuido al Cons ello de la Xunta de Galicia).

9.1.2. ANDALUCÍA

Por Decreto 275/1998, de 22 de diciembre, s e atribuían las competencias s ancionadoras en materia s anitaria en el
ámbito de la Cons ejería de Salud, y s e regulaba la des concentración de dichas competencias en los dis tintos órganos
de la Cons ejería de Salud.

El largo periodo has ta la entrada en vigor de dicho texto y la aprobación del Decreto 241/2004, de 18 de mayo, que
es tablecía la es tructura orgánica bás ica de la Cons ejería de Salud y del Servicio Andaluz de Salud, hizo neces ario una
adaptación a la normativa reguladora.

As í, el Decreto 20/2005 tuvo como finalidad des concentrar las competencias s ancionadoras del Cons ejero de Salud en
los dis tintos órganos inferiores , y determinar cuáles s erían competentes para iniciar y res olver los procedimientos
s ancionadores en materia s anitaria.

A es te res pecto debemos res altar el artículo 3 que es tablece que s on competentes para res olver los
procedimientos s ancionadores en nues tra materia e imponer multas que, en s u cas o s e determinen:

a. El titular de la Delegación Provincial de la Consejería de Salud, para aquéllas de cuantía no s uperior


a s es enta mil euros (60.000 euros ).

b. E l titular de la Dirección General de Salud Pública y Participación y el titular de la Dirección


General de Calidad, Investigación y Gestión del Conocimiento de la Cons ejería de Salud, en el
ámbito de s us res pectivas competencias y en función de la naturaleza de la infracción, en multas cuya
cuantía os cile entre s es enta mil un euro (60.001 euros ) y noventa mil euros (90.000 euros ).

c. El titular de la Consejería de Salud, para multas de cuantía entre noventa mil un euro (90.001 euros ) a
ciento cincuenta mil dos cientos cincuenta y tres con tres céntimos (150.253,03 euros ).”

Y en cas o de la comis ión de una pluralidad de infracciones en un s olo procedimiento s ancionador, s erá
competente de res olverlo, quien s ea para imponer la s anción de mayor cuantía

Contra la Res olución del titular de la Cons ejería de Salud s e podrá interponer recurs o potes tativo de
repos ición, de conformidad con lo es tablecido en los artículos 116 y 117 de la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen Jurídico de las Adminis traciones Públicas y del Procedimiento Adminis trativo
Común.

En lo que a las medidas preventivas s e refiere, la competencia recae s obre el titular de cada
Delegación Provincial de la Cons ejería de Salud, y el pers onal ins pector de la adopción de medidas a
las que hace referencia el artículo 21.2 de la citada Ley de Salud de Andalucía.

9.2. COMPETENCIA SANCIONADORA Y ANÁLISIS EN ESPAÑA


Para aclarar todo lo neces ario en es ta materia, debemos de atender como en otros cas os a la juris prudencia marcada
por el propio Tribunal Cons titucional en conflictos s urgidos has ta la fecha.

La STC 102/1985 de 4 de octubre, en el conflicto pos itivo de competencia interpues to por el Gobierno
central contra del Decreto del Gobierno de Canarias 587/84 en cuanto a la dis tribución de la potes tad
s ancionadora en materia de s anidad.

El conflicto fue promovido bajo la premis a de que “la competencia para adoptar la s anción de cierre
temporal del es tablecimiento en el ámbito de las infracciones s anitarias ” tiene un carácter bás ico, por
lo que la competencia expres a le corres ponde al Cons ejo de Minis tros . Por s u parte, el Gobierno
Canario cons idera que es te cierre temporal es competencia ejecutiva, acogiéndos e a la defens a de
los cons umidores y us uarios en materia s anitaria, y en bas e de s u la titularidad exclus iva que le
otorga s u Es tatuto.

El Tribunal es tima que el carácter de la potes tad s ancionadora es ejecutivo, con lo que corres ponde al
Gobierno autonómico. Sin embargo, en el cas o de que dicha potes tad fues e adoptada por las
autoridades competentes , dice es te, que “no s e menos cabara la igualdad de todos los es pañoles en
ejercicio de s us derechos y deberes cons titucionales (art 149.1.1, de la CE) o los principios de libre
circulación o es tablecimiento de pers onas y bienes en todo el territorio (art.139.2)”. Con es to, el TC
des es tima la pretens ión del Gobierno de la Nación acerca del carácter bás ico de la potes tad
s ancionadora en materia s anitaria.

Rechaza, además , explícitamente, la pos ibilidad de reconocer dicho carácter bás ico de la potes tad en
bas e a los Reales Decretos 2916/1983 de trans ferencias en materia de dis ciplina de mercado. De ahí
que, no pueda exis tir primacía entre lo regulado en los Reales Decretos de trans ferencia y lo regulado
en las normas delimitadoras de competencia.

En conclus ión, des de el punto de vis ta del Tribunal la potes tad para autorizar el cierre temporal de un
es tablecimiento en el ámbito de las infracciones s anitarias queda encuadrada como una competencia
de ejecutiva de “la legis lación bás ica del Es tado” lo que en virtud del art 32.7 de s u Es tatuto de
autonomía es competencia de la Comunidad territorio (art 139.2)” de la Nación acerca del carácter
bás ico – y por tanto competencia es tatal- de la potes tad s ancionadora en materia s anitaria.

RESUMEN COMPETENCIAL

La determinación de la titularidad en la protección de la s alud, s e configura en un extens o derecho. El marco


regulatorio competencial exis tente entre el Es tado y las CCAA en el ámbito complejo de la s alud res ulta ins uficiente, lo
que genera conflictos que neces itan el pronunciamiento del Tribunal Cons titucional.

El TC reconoce la naturaleza ejecutiva,


autonómica, en cuanto a inspección, registro,
autorización, control, y racionalización de gasto.
Productos Y, la competencia Estatal, cuando las medidas
farmacéuticos sean implementadas para garantizar la
protección de personas por razones de
seguridad pública, cumpliendo las premisas de
urgencia y necesidad.

La titularidad competencial exclusiva del Estado


queda delimitada en el régimen económico.
Sin embargo, el Tribunal, realiza una
interpretación extensiva en el establecimiento
Seguridad Social
de precios de referencias por parte de las
Comunidades Autónomas, sin que estas puedan
modificar las condiciones de asegurado o
beneficiario.

El TC reconoce la titularidad del Estado siempre


La defensa de que no trate el desarrollo legislativo o ejecutivo,
los
medidas de ayuda y asistencia a laboratorios de
consumidores
control de calidad.
Serán competencia estatal en caso de incidencia
sobre la salud humana. Así como, la
implementación de medidas para evitar
Agricultura y expansión de enfermedades.
ganadería El TC delimita la competencia autonómica para
la gestión de explotaciones porcinas, la
regulación alimentaria de los animales, los
sistemas de identificación de los mismos.

La competencia autonómica tiene carácter


Medioambiente ejecutivo en el desarrollo de la protección,
muestreo y análisis de aguas.

Dependerá de la vinculación al sistema de Salud


Asistencia social
pública.

La gestión de centros sanitarios es competencia


exclusivamente autonómica, extendiendo este
criterio a la regulación de las condiciones
Establecimientos
mínimas y los requisitos técnicos de los mismos.
sanitarios Salvo que sean de aplicación en centros de
células madre y tejidos humanos por
considerarse coordinación general, estatal.

Fomento y La competencia es atribuida en exclusiva al


ciencia Estado.

El tribunal reconoce la naturaleza ejecutiva y la


El régimen
competencia exclusiva de las Comunidades
sancionador
Autónomas
EJERCICIOS DE REPASO 4

1. Sobre los tipos de conflictos reglados en la normativa podemos decir que se dan:

a. Cuando el conflicto competencial, con encaje en la Cons titución, s urge entre el Es tado y el órgano
juris diccional de la CCAA.
b. Cuando el conflicto de competencia s e produce entre órganos judiciales de dis tinto orden juris diccional.
c. Cuando el conflicto competencial s urge entre el Es tado y una Comunidad Autónoma por controvers ias
relativas a la titularidad de la competencia o al ejercicio de la mis ma.
d. Todas las res pues tas s on correctas .

2. Cuál de estas afirmaciones sobre los conflictos positivos es falsa:

a. Es tán regulados en los artículos 62 a 67 de la LO 2/1979 del 3 de octubre del Tribunal Cons titucional.
b. Se puede producir a ins tancia del Gobierno s obre dis pos ición o res olución de una CCAA, directamente
ante el Tribunal Cons titucional, en plazo de dos mes es .
c. El Tribunal, durante el proces o, s ólo podrá s olicitar la documentación probatoria que llevas e a
contradicción y res olverá en quince días s iguientes al término de dichas alegaciones .
d. La s entencia declarará la titularidad de la competencia controvertida pudiendo acordar la anulación de lo
que lo s us citó.

3. En cuanto a los conflictos negativos, cuál de estas afirmaciones es falsa:

a. Son planteados por una pers ona fís ica o jurídica y por el Gobierno frente al órgano ejecutivo que decline
s u competencia para res olver.
b. Durante el mes s iguiente a la finalización del plazo marcado por el Tribunal, s e dictará s entencia
declarando a la Adminis tración competente.
c. La s entencia contendrá algún pronunciamiento de los recogidos por la ley: declaración procedente
(es tableciendo plazo para que la Comunidad Autónoma ejercite s u competencia) o improcedente.
d. Los plazos adminis trativos agotados s e entenderán cerrados tras la publicación de la s entencia.

4. La competencia sanitaria sobre productos farmacéuticos establece:

a. En cuanto al encuadre de la ins pección y control en dis tribución y dis pens ación de es tupefacientes y
ps icotrópicos como competencia es tatal dentro de las bas es s anitarias .
b. El Tribunal también le otorga las competencias de ins pección y control de calidad de los productos
farmacéuticos al Es tado cuando s u us o y cons umo pueda afectar a la s alud pública.
c. La competencia plena s obre dichos productos es tá otorgada por el art. 149.1.16 a de la CE al Es tado.
d. La juris prudencia amplía la competencia comunitaria, extendiendo el carácter general al s is tema
s anitario.

5. Sobre la competencia sanitaria sobre establecimientos sanitarios sabemos que:

a. La juris prudencia ha tenido que res olver conflictos s obre las autorizaciones de es te tipo de centros en
cuyo cas o, la competencia es autonómica.
b. Es completa de las CCAA y la juris prudencia s ólo ha tenido que concretar s obre conflictos que incoan
otro precepto.
c. Son titulares de la competencia s obre s u ges tión las comunidades autónomas .
d. En relación con la autorización de centros y s ervicios dedicados a la extracción y tras plante de órganos y
anatomía humana el TC entiende que excede de la competencia de coordinación general que tiene atribuida
el Es tado.

6. En cuanto a la sanidad y la ciencia cuál de estas afirmaciones es falsa:

a. Recabar los datos neces arios por parte de las As ociaciones científicas de carácter s anitario no tiene
cabida en los artículos del texto cons titucional de fomento de inves tigación científica y técnica y de la
coordinación s anitaria, por lo que corres ponde al Es tado.
b. El TC s e pos iciona a favor del Es tado, en virtud del art. 149.1.15 de la CE s obre fomento y coordinación
general de la actividad científica.
c. Son materias extens as y fuertemente vinculadas por lo que originan conflictos entre adminis traciones
s obre la titularidad de ciertas competencias .
d. Recabar los datos neces arios por parte de las As ociaciones científicas de carácter s anitario no tiene
cabida en los artículos del texto cons titucional de fomento de inves tigación científica y técnica y de la
coordinación s anitaria, por lo que corres ponde a las CCAA.

7. El conflicto de competencia:

a. Se utiliza para res olver los conflictos de titularidad de competencia.


b. Es un ins trumento para alegar una pos ible invas ión competencial de la adminis tración del es tado o de la
adminis tración autonómica.
c. Es un ins trumento al alcance tanto del Es tado como de las Comunidades y de las pers onas fís icas y
jurídicas .
d. Todas las res pues tas s on correctas .

8. El régimen sancionador sanitario:

a. El Tribunal Cons titucional recoge que la potes tad para autorizar el cierre temporal de un es tablecimiento
en el ámbito de las infracciones s anitarias queda encuadrada como una competencia de ejecutiva de la
legis lación bás ica del Es tado.
b. Es un ins trumento para corregir una pos ible invas ión competencial de la adminis tración del es tado o de
la adminis tración autonómica.
c. La juris prudencia del Tribunal Cons titucional es tima que el carácter de la potes tad s ancionadora es
ejecutivo, con lo que corres ponde a los Gobiernos autonómicos .
d. Todas las res pues tas s on correctas .

Ver s olución Corregir Limpiar


La defensa de la seguridad pública, con La agricultura y la ganadería, aunque el TC
el objetivo de la protección de las ha tenido que resolver conflictos en
personas y bienes que pueden verse aquellos casos en los que la salud pública
amenazados por una crisis sanitaria. pueda ser afectada.

La competencia del régimen económico


Es exclusiva de las CCAA
de la Seguridad Social al Estado.

El art. 149.1.16 a de la CE otorga al En virtud al artículo 149.1.29 de la CE se


Estado la competencia normativa plena justifica la competencia del Estado, salvo
sobre que no se entienda que existe urgencia y
necesidad en la intervención.

Sobre la protección del medioambiente De la Seguridad Social, “sin perjuicio de la


el art. 149.1.23 a, otorga la competencia ejecución de sus servicios por las
exclusiva al Estado Comunidades Autónomas”.

El artículo 148.1.7 a de la CE establece


como competencias exclusivas de las La asistencia social.
CCAA

En virtud del artículo 148.1. 20 a, es de


Productos farmacéuticos
titularidad exclusiva autonómica

La protección a los consumidores en


El art. 149.1. 17 a de la CE, otorga la
cuanto a la regulación de aditivos
exclusividad competencial al Estado
autorizados.

En la legislación básica, sin embargo,


Debe encuadrarse dentro de la directriz
dispone que será de las CCAA la
principal de la sanidad alimentaria,
titularidad sobre las normas adicionales,
competencia estatal.
de gestión y desarrollo.

Ver s olución
UNIDAD FORMATIVA 3: LOS DESAFÍOS DEL SISTEMA SANITARIO

UNIDAD FORMATIVA 3: LOS DESAFÍOS DEL


SISTEMA SANITARIO
TEMA 10: COORDINACIÓN SANITARIA, IMPORTANCIA Y FUTURO EN ESPAÑA

10.1. Pers pectiva ciudadana

10.2. El futuro de la coordinación s anitaria

TEMA 11: EL CAMINO A LA RECENTRALIZACIÓN

11.1. El es tado de excepcionalidad

11.2. Hacia la aplicación de la LOAES

11.3. La recentralización

TEMA 12: LA OPORTUNIDAD DE UN CASO PRÁCTICO

12.1. El camino hacia la des centralización

12.2. La declaración de ilegalidad del es tado de alarma

12.3. Tras el es tado de alarma

12.4. La es tética competencial

TEMA 10: COORDINACIÓN SANITARIA, IMPORTANCIA Y FUTURO EN ESPAÑA

TEMA 10 - COORDINACIÓN SANITARIA,


IMPORTANCIA Y FUTURO EN ESPAÑA
Atendiendo a la coordinación s anitaria, en el primer periodo entre 1979 a 1999 debemos comentar que los
mecanis mos de coordinación en todos los niveles adminis trativos s on:

Coordinación de abajo arriba (ejercida por la ciudadanía)

Coordinación horizontal (ejercida entre gobiernos autonómicos )

Coordinación vertical (ejercida entre gobiernos centrales y autonómicos ).

10.1. PERSPECTIVA CIUDADANA


El proces o de des centralización, en el ámbito s anitario, ha llegado a limitar el control s obre la coordinación central.
Es ta evolución mantiene una cons tante percepción pos itiva de la ciudadanía y de la política en general s obre el propio
s is tema s anitario, s u dis tribución y res ultados , aunque los últimos condicionantes que han pues to al límite las
bondades del SNS podrían modificar es ta tendencia pos itiva y alterar s u capacidad de trans formación.

Pes e a los dis tintos grados de innovación y las aparentes des igualdades negociadas en la des centralización, los
acuerdos iniciales de financiación del gobierno central cons iguieron una dis minución de las des igualdades de gas to
entre las comunidades de vía lenta y el territorio INSALUD. Sin embargo, la competencia vertical y horizontal entre los
dis tintos niveles de gobiernos , para aumentar y legitimar s u poder ins titucional y financiero en política s anitaria ha
generado ciertas cons ecuencias negativas de coordinación y actuación, de endeudamiento, y contrariamente a lo
des eado, de legitimidad democrática, lo que nos permite plantear, en el actual SNS, la neces idad de que s e es tablezca
un marco ins titucional con una dis tribución trans parente y un s is tema de res pons abilidades políticas claras .

Llegados a es te punto, nos conviene no olvidar que la des centralización cons titucional es política y otorga a las CCAA
capacidad financiera y legis lativa propia. Por ello, es comprens ible cierto grado de divers idad, inclus o des eable, viendo
en términos innovación y capacidad de res pues ta como las dis tintas comunidades s e es fuerzan en mejorar s us
s is temas y adecuarlos a las neces idades de s u ciudadanía más cercana.

Cabe res altar que la s atis facción de la ciudadanía con el s is tema s anitario público en Es paña es tuvo creciendo des de
la des centralización a principios de los noventa, de forma exponencial, y pes e a que tenemos dis tintos condicionantes
de calidad de vida que fueron mejorando paralelamente, la atención primaria, particularmente cons igue una valoración
muy pos itiva.

10.2. EL FUTURO DE LA COORDINACIÓN SANITARIA


En el debate actual la propues ta pas a porque las competencias centrales en el ejercicio de la coordinación s e bas en
no tanto en la tarea de control s ino en la de promoción del gobierno central como facilitador de las iniciativas
autonómicas . La experiencia en el des arrollo de la coordinación, permite promover una cooperación horizontal
orientando las mejoras hacia la eficiencia y como ya es tudiamos , con marcos ins titucionales claros , trans parentes y
que promuevan res pons abilidades plenas a cada nivel.

Con la des centralización, tanto en la es fera política como en la fis cal s e rompieron las pautas de “uniformis mo” en
favor de unas adminis traciones más cercanas a la ciudadanía y más capaces de orientars e a s atis facer s us
neces idades . Todas es tas nuevas combinaciones que s e mos traban, tanto de provis ión, como de pres tación y
financiación s anitaria, permitieron pres entar un nuevo tablero experimental de reformas que s e fundamentaba en
mejores prácticas y que, s in duda, forzaba la definición de una nueva función para el Minis terio de Sanidad, pero
s iempre en el foco de una neces idad global en la redefinición del Es tado en las s ociedades modernas donde el papel
de la ciudadanía es abs olutamente diferente (empowerment).

La coordinación s anitaria cuyo objetivo es promover el res peto a los criterios mínimos bás icos y comunes , como s e
recoge legis lativamente, queda delimitado de forma ins uficiente, por lo que como vimos es una cues tión abierta
juris prudencialmente y admite dis tintas interpretaciones . Quizá en torno a es ta potes tad competencial recorre la
imperios a trans formación que intente acatar las deficiencias de un ámbito s anitario que s igue manteniendo es a buena
reputación, y en un concreto terreno poder introducir en los anális is los conceptos de calidad, de provis ión, de
innovación o competencia, as í como acceder a la dis cus ión s obre la trans feribilidad de derechos as is tenciales en todo
el territorio y como ello afecta a la dis tribución de competencias .

La neces idad de reforzar o más bien redireccionar la coordinación s anitaria s e puede vis ualizar des de la premis a,
introducida por muchos autores , de que “Es paña no es un Es tado s ignificativamente des igual en la financiación
s anitaria pública capitativa” . El conjunto del territorio parte de un nivel de igualdad muy amplio, para es e período de
revolución del s is tema s anitario en Es paña, los coeficientes de variación en la financiación per cápita entre las
dis tintas Comunidades Autónomas eran muy reducidos y como vimos , inferiores a la mayoría de los país es
occidentales con un nivel de des arrollo s imilar al nues tro (con datos oficiales ) Francia, Reino Unido, Italia, Alemania,
Suecia, Aus tralia y Canadá.
Es as umible, que la des centralización afecte a las variaciones en el gas to público. En el ámbito s anitario no puede s er
de otro modo, as í, en país es con mayor grado de des centralización exis te una variación mucho mayor en s u gas to
s anitario público per cápita. Simple cons ecuencia de la dis crecionalidad que puede res ultar en s is temas
des centralizados , para mantener variaciones importantes en recurs os entre territorios .

Res ulta complicado mantener políticamente cualquier diferencia pres upues taria, por lo que parece que la coordinación
no neces ita es tablecer herramientas de control financiero s ino más bien de operatividad y de des arrollo. Exis ten
numeros os autores que entienden además que el concepto es tá abs olutamente des conectado con una realidad
territorial que s e impone, la uniformidad tiene que cons tituir un criterio de mínimos para poder mantener un s is tema
nacional de s alud pública óptimo y en vías cons tantes de mejora e innovación pero debe permitir cierto margen de
maniobra a los dis tintos gobiernos territoriales , fundamentalmente bas ándonos en la premis a de que los ciudadanos
de cada uno de los territorios pueden tener dis tintas neces idades que cubrir y no tanto en la obs ervancia de dis tintos
actores s anitario s obre la es tabilidad política de la propia des centralización del territorio y de la configuración de
mues tro es tado de Autonomías .

Beltrán JL. La coordinación y cooperación interterritorial en el Sis tema Nacional de Salud. En: La organización territorial
de la s anidad. XXII Jornadas de Economía de la Salud. Barcelona: As ociación de Economía de la Salud, 2002.
Salas V. Cultura y confianza en las organizaciones . En: Coordinación e incentivos en s anidad. XXI Jornadas de
Economía de la Salud. Barcelona: As ociación de Economía de la Salud, 2001.
TEMA 11: EL CAMINO A LA RECENTRALIZACIÓN

TEMA 11 - EL CAMINO A LA
RECENTRALIZACIÓN
Para terminar nues tro es tudio, y dada la s ituación de cris is s anitaria actual por la que pas amos , es importante hacer
una última vis ión a las modificaciones que es ta s ituación excepcional ha generado en la potes tad competencial al albur
del Derecho cons titucional y a los debates abiertos en el es tudio y planificación del futuro del SNS en Es paña.

La cris is del covid-19 y el impacto de s u interacción s obre el s is tema de s alud pública en es te país pus o en primer
lugar de manifies to tanto las fortalezas como las debilidades del SNS, y ahondó en la profunda neces idad de
delimitación y de mejora que s e plantean como pers pectiva de futuro. Pero antes de avanzar en las peculiaridades
s urgidas , es importante realizar un pequeño es tudio de las figuras cons titucionales empleadas en es te cas o.

11.1. EL ESTADO DE EXCEPCIONALIDAD


La complejidad jurídica de Es paña, s e refleja como ya hemos es tudiado, en la materia s anitaria, cuya potes tad
competencial s e dis tribuye entre la Adminis tración central y las autonómicas , s obre la bas e del art. 149.1. 16ª CE:

“El Es tado tiene competencia exclus iva s obre las s iguientes materias (…) 16.ª Sanidad exterior. Bas es y
coordinación general de la s anidad. Legis lación s obre productos farmacéuticos ”.
El
Derecho Cons titucional ha s ido aplicado en el conflicto competencial que el covid-19 ha planteado en nues tro país , por
lo que para poder avanzar debemos hacer un pequeño reces o para es tudiar el artículo 116 de la Cons titución.

Dentro del Título V de la carta magna, s e regulan las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales , a es te
res pecto y tras es tablecer las herramientas de control y de res pons abilidad, el artículo 116 es tablece aquellas
s ituaciones que caus an una s us pens ión de la norma, el es tado de alarma, el de excepción y el de s itio, y cuáles s on
s us objetivos , plazos y todas aquellas caracterís ticas que le otorgan la excepcionalidad.

En s u punto 1, s e recoge que s erá una ley orgánica la que los regule, as í como las competencias y limitaciones
corres pondientes a s u es tablecimiento, pero s on los tres puntos s iguientes lo que es tablecen la fórmula para declarar
cada uno de ellos .

El es tado de alarma s erá declarado por el Gobierno mediante decreto (delimitando el ámbito territorial afectado) del
Cons ejo de Minis tros por 15 días , y con autorización inmediata del Congres o de los Diputados para s u prórroga
(116.2). El de excepción s erá declarado de igual forma que el de alarma, pero s u autorización (del Congres o) y
proclamación deberá determinar s us efectos , el ámbito territorial y s u duración máximo de 30 días , prorrogables
otros tantos (116.3). Por último, el es tado de s itio s erá declarado por la mayoría abs oluta del Congres o (que
determinará ámbito, duración y condiciones ), a propues ta del Gobierno (art. 116.4). El res to del artículo s e dedica a
as egurar el normal funcionamiento de las cámaras y a mantener el principio de res pons abilidad.

Es tudiado el precepto cons titucional debemos entrar en detalle para poder des arrollar lo s ucedido ante una cris is
s anitaria como la actual, y poder analizar como influyó en la potes tad competencial s anitaria autonómica.

Los es tados de excepción, de alarma y de s itio s on regímenes regulados por el derecho cons titucional, que puede
declarar el Gobierno de un país en s ituaciones es peciales . Un concepto amplio de teoría política que viene a facultar
al Gobierno ante una s ituación extrema de s u propio Es tado.

En el artículo 13 de la Ley Orgánica 4/1981, LOAES, s e des arrolla s u regulación, como ya vimos es el Gobierno quien
es tá facultado para s olicitar ante el Congres o de los Diputados autorización para declararlo, cuando cualquier as pecto
del orden público (el libre ejercicio de derechos y libertades , el normal funcionamiento de las ins tituciones
democráticas , el de los s ervicios públicos es enciales , …) res ulte tan gravemente alterado que el ejercicio de s us
potes tades ordinarias fues e ins uficiente para res tablecerlo y mantenerlo.
Promulgada la excepcionalidad, la autoridad gubernativa podrá ejercer (con limitaciones ) las s iguientes medidas :

Detener a cualquier pers ona s i lo cons idera neces ario para la cons ervación del orden, s iempre que
exis tan s os pechas fundadas de alteraciones del orden público.

Dis poner ins pecciones o regis tros domiciliarios para es clarecer hechos pres untamente delictivos o
para el mantenimiento del orden público.

Intervenir todo tipo de comunicaciones , s iempre que res ulta precis o para el es clarecimiento de hechos
pres untamente delictivos o el mantenimiento del orden público.

Intervenir y controlar tanto trans portes como cargas .

Limitar o prohibir la circulación normal de pers onas en horas y/o lugares determinados , as í como exigir
acreditación a quienes s e des placen.

Sus pender o s ecues trar todo tipo de publicaciones , emis iones , proyecciones o repres entaciones .

Someter a autorización previa o prohibir reuniones o manifes taciones .

Prohibir huelgas y medidas que alteren convenios colectivos en determinados cas os .

La incautación de armas , municiones o s us tancias explos ivas .

Ordenar la intervención de comercios o indus trias que puedan alterar el orden público o coadyuvar, y la
s us pens ión temporal de s us actividades . As imis mo, podrá ordenar el cierre provis ional de locales de
es pectáculos , de es tablecimientos de bebidas o s imilares .

Ordenar medidas de vigilancia y protección de edificaciones , ins talaciones , obras , s ervicios públicos e
indus trias .

Sus pender el ejercicio de funcionarios o pers onal al s ervicio de una Adminis tración pública o entidad o
ins tituto de carácter público u oficial que favorecies e con s u conducta la actuación de los elementos
perturbadores del orden.

Practicar requis as temporales de cualquier bien o imponer pres taciones pers onales .

Intervenir y ocupar trans itoriamente indus trias , talleres , explotaciones , fabricas , o locales de cualquier
naturaleza, con excepción de domicilios privados .

Limitar o racionar s ervicios o cons umo de artículos de primera neces idad.

As egurar el abas tecimiento de mercados y el funcionamiento de s ervicios de los centros de producción


afectados por una intervención.

Pero todas ellas , en dis tinto grado, en función de la excepcionalidad promulgada.

11.2. HACIA LA APLICACIÓN DE LA LOAES


Pes e a es tas limitaciones , es ta excepcionalidad no anula los derechos fundamentales s alvaguardados por la
Cons titución, aunque pueda afectar a algunas libertades . Y las garantías legis lativas regulan además el derecho de
los ciudadanos a recibir una indemnización por daños o perjuicios por actos no imputables a cons ecuencia de
decis iones adoptadas en es te marco excepcional.

Cabe res altar, que al mis mo tiempo que ambas s ituaciones excepcionales habilitan al Es tado a todas es tas acciones
res trictivas , ambos es tados s uponen una concentración de potes tades en el Gobierno Central, quedando bajo s us
órdenes directas , el funcionamiento de todas las autoridades civiles de la Adminis tración, incluyendo la totalidad de
los cuerpos policiales , a quienes les podrá imponer “s ervicios extraordinarios por s u duración o por s u naturaleza”.

La LO 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio, conocida como LOAES, ha pos ibilitado
la centralización, en la Adminis tración General del Es tado, de las competencias impres cindibles para la lucha contra el
Covid-19, mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo.

La LOAES (art. 7) recoge la declaración del es tado de alarma y s u prórroga (previa autorización del Congres o de los
Diputados ) en manos del Gobierno de la Nación, competente en la ges tión de la cris is durante la vigencia de la
excepcionalidad, pudiendo, es o s í, delegar la ges tión en otras autoridades . Dicha delegación, en favor del pres idente
de una Comunidad Autónoma afectada territorialmente, es tá previs ta en el mis mo artículo de la LOAES, s iempre y
cuando la emergencia le afecte en exclus ividad.

Bajo el marco cons titucional y el paraguas de la LOAES, s e articuló un Real Decreto con valor de ley, para declarar la
excepcionalidad de la s ituación y poder es tablecer las herramientas s uperar la cris is del coronavirus . Con el
nombramiento de cuatro autoridades , los cuatro titulares de las carteras minis teriales de Interior, Defens a,
Trans portes y Sanidad (art. 4.2), delegadas para es tablecer las medidas de neces idad propias de s us ámbitos de
actuación s e s eguía el procedimiento es tablecido.

Con una s alvedad, el minis tro de Sanidad, que además de las competencias es pecíficas en la es fera s anitaria, una
competencia general para todas aquellas funciones que no corres pondies en a las otras tres autoridades competentes
delegadas (art. 4.2).

11.3. LA RECENTRALIZACIÓN
Aplicado el es tado de alarma, tanto las autoridades como todo el pers onal de las adminis traciones quedaron
s ometidos a la dirección de dichas autoridades delegadas (art.10 LOAES), con quien mantenían un compromis o de
colaboración y una obligación para la ges tión de la emergencia, s ingularizando la dirección en el Real Decreto 463/
2020 por el que s e declara el es tado de alarma para la ges tión de la s ituación de cris is s anitaria ocas ionada por el
COVID-19 (art. 5 y art. 12).

Es ta recentralización tuvo una afectación efectiva en s u nivel de máximos (RD art. 6 y art. 12.2) pues to que la ges tión
ordinaria de los s ervicios s eguía en manos tanto de las CCAA como de las Adminis traciones Locales bajo órdenes de
las autoridades delegadas . En el ámbito s anitario a favor de la Adminis tración General del Es tado, que tuvo una
vigencia inicialmente extendida los quince días de la propia declaración de excepcionalidad y las s uces ivas prórrogas
de es te es tado cons titucional, un total de s eis períodos de otros quince días cada uno, s e s ujetaba la adopción de
medidas de carácter tanto fundamental como acces orias para pres ervar la s alud pública.

Finalmente, la relajación de las normas previs ta en el plan de des es calada y de trans ición a una “nueva normalidad”
planteaba s uavizar las medidas de centralización, y fue aprobado en Cons ejo de Minis tros del 28 de abril de 2020
donde s e es tipulaban cuatro fas es de activación progres iva, has ta llegar a la devolución de la competencia s anitaria a
las adminis traciones cons titucionalmente referidas , las Comunidades Autónomas .
TEMA 12: LA OPORTUNIDAD DE UN CASO PRÁCTICO

TEMA 12 - LA OPORTUNIDAD EN UN CASO


PRÁCTICO
La aprobación y publicación del “proces o de cogobernanza” con las Comunidades Autónomas mediante Orden
minis terial el 3 de mayo de 2020 es el inicio a la devolución gradual de las competencias y a la vuelta a la normalidad
y la des centralización. Es te proces o s e articula de manera progres iva con la aplicación de es ta y otras técnicas en
forma de Reales Decretos de prórroga del es tado de alarma, has ta llegar al Real Decreto-Ley 21/2020, de 9 de junio,
que permitió dejar reguladas las medidas para hacer frente al COVID-19 tras el fin de la excepcionalidad
cons titucional, rebautizando es ta nueva s ituación como “s ituación de cris is s anitaria ocas ionada por el COVID-19”
(art.2.3).

12.1 EL CAMINO HACIA LA DESCENTRALIZACIÓN


La Orden SND/387/2020, de 3 de mayo, regula es te proces o de cogobernanza con las Comunidades Autónomas y
Ciudades de Ceuta y Melilla para la trans ición a una nueva normalidad.

Con es ta dis pos ición s e dis eña y articula jurídicamente un “proces o”, la fas e final del plan gubernamental de
des es calada o trans ición a la “nueva normalidad”, en definitiva, s e pone en marcha un procedimiento adminis trativo
del Minis terio de Sanidad, que involucraba a las Adminis traciones autonómicas , con capacidad de propues ta, pero no
de decis ión, y que tenía como objetivo es tablecer o modificar los criterios del plan de des es calada en s us territorios
cons ens uada.

As í las Comunidades podían proponer la velocidad de des es calada o inclus o s olicitar el retroces o ante un
empeoramiento de la s ituación s anitaria, as imis mo podían “plantear alguna actividad no contemplada entre las
actividades permitidas en las diferentes fas es ” e inclus o proponer unidades territoriales dis tintas a la provincia, is la y
ciudad autónoma para la aplicación de medidas (art. 1).

Pes e a que la facultad decis oria recaía en exclus ividad s obre el Minis terio de Sanidad, la ejecución de dichas
decis iones le corres pondía a la Comunidad Autónoma (art. 8), una fórmula que pretendía alterar en el menor grado
pos ible la potes tad competencial cons titucional.

Tras es a Orden minis terial la devolución de competencias fue, como dijimos , s ucediendo progres ivamente mediante
los Reales Decretos de prórroga del es tado de alarma, previamente autorizados por el Congres o de los Diputados . Las
herramientas gubernamentales que s upus ieron la devolución competencial fueron las s iguientes :

En el RD de la 4ª prórroga s e recogieron tres medidas de devolución competencial:

Con el objetivo de reanudar la celebración de los comicios autonómicos previamente


s us pendidos a exigencia de la declaración del es tado de alarma, es te Real Decreto
permitía expres amente el “des envolvimiento y realización de las actuaciones electorales
precis as para el des arrollo de las elecciones convocadas a Parlamentos de
Comunidades Autónomas ”. Inclus o, res eñando “lo oportuno para que el s ervicio público
de correos , los fedatarios públicos y demás s ervicios de s u res pons abilidad coadyuven
al mejor des envolvimiento y realización de elecciones convocadas a Parlamentos de
CCAA” (dis pos ición final primera).

Con el fin de formalizar jurídicamente la integración de las Comunidad Autónomas en la


des es calada, s e procedía a fortalecer la técnica jurídica de la “cogobernanza”, en el
dis eño de la apertura de los des plazamientos de las pers onas dentro del territorio de la
provincia, is la u otra unidad territorial.

Por último y manteniendo como objetivo el dis eño jurídico general de integración de las
CCAA, s e introducía el término “codecis ión”. Una medida cualitativa y cuantitativa de
“acuerdos conjuntos ” s obre cues tiones territoriales de actuación y de limitación. La
recuperación de la es encia de la des centralización y de los Es tados autonómicos .

El Real Decreto de la 5ª prórroga de la alarma, s e articula ante una mejora en la evolución


epidemiológica, y las medidas adoptadas en el s entido de devolución competencial s on:

Una reiteración efectiva de es os dos nuevos conceptos de cooperación, la


“cogobernanza” (art. 3) y la “codecis ión” (art. 4).

La reducción de cuatro a una autoridad delegada competente, que s ería el Minis tro de
Sanidad, manteniendo la vigencia de las medidas previamente adoptadas por las cuatro
delegaciones iniciales , “en cuanto no s e opongan a lo dis pues to en otras pos teriores , ni
a lo es tablecido en es te Real Decreto” (art. 11).

La devolución íntegra de las competencias s obre los cuerpos policiales y protección civil
a las CCAA y a las Adminis traciones Locales (art. 6).

La flexibilización en educación (no univers itaria) y formación, as í como la reapertura de


las actividades pres enciales de es te ámbito (art. 7).

La previs ión del fin de las medidas de neces idad que habían s ido adoptadas durante la
excepcionalidad de la alarma.

La última prórroga del es tado de alarma, el 6º RD en el que s e es tablecieron las s iguientes


herramientas de devolución:

Se reiteran las medidas adoptadas bajo el marco del Real Decreto de la quinta prórroga,
en particular las realizadas para el dis eño jurídico de la integración autonómica dentro
del proces o de des es calada, atendiendo nuevamente a los términos de “cogobernanza”
y de “codecis ión”.

Como novedad, las autoridades delegadas , amplían s u número con los Pres identes
autonómicos , fortaleciendo as í la pos ición de las CCAA en la toma de decis iones . A ellos
les corres ponden “adopción, s upres ión, modulación y ejecución de medidas
corres pondientes a la fas e III del plan de des es calada” en s us res pectivos territorios y
quedando la “libertad de circulación” en manos del Minis tro de Sanidad (art. 6.1).

Por último, s e finaliza la devolución de las competencias policiales y de protección civil a


las Comunidades Autónomas y a las Adminis traciones Locales .

12.2. LA DECLARACIÓN DE ILEGALIDAD DEL ESTADO DE ALARMA


Pes e a que el decreto obtuvo el voto a favor de la mayoría de la cámara alta, uno de los partidos integrantes decidió
llevar ante los tribunales la interacción de es ta excepcionalidad, pres entando una denuncia de incons titucionalidad de
es es mis mo precepto. Es es e el momento el que nos permite obs ervar las dificultades a la hora de es tablecer un
orden jurídico competencial en el ámbito s anitario en una s ituación de cris is como la del COVID-19, y ante la peor fas e
más dura de la cris is .

El Tribunal Cons titucional, s entencia la ilegalidad del es tado de alarma (por la mínima), pero cabe des tacar que no
entra a juzgar ni a valorar las medidas s anitarias adoptadas , s ino el encaje expres amente jurídico.

El debate s e debe centrar ahora en dis tinguir el grado de excepcionalidad que s e neces itaba. Las tres pos ibilidades
que marca la Cons titución des arrolladas por una Ley Orgánica aún en vigor, que es tudiamos en el tema anterior, la
LOAES , LO 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio, des cribe en s u art. 4 letra b,
como motivos del es tado de alarma, las “cris is s anitarias , tales como epidemias ” , as í el Gobierno s e acogió a es ta
expos ición de motivos y no a la de excepción que s e motivaría en el “normal funcionamiento de las ins tituciones
democráticas ”.

Los poderes que el es tado de excepción le otorga al Gobierno, s on cons iderablemente más amplio que el de alarma,
permite unas limitaciones y prohibiciones tan extremas que s u acogimiento debe contener dos excepciones
fundamentales , una primera que exija la aprobación del Parlamento antes de s u entrada en vigor, y una s egunda que
tiene que ver con s u duración, 30 días con una única prórroga de otros 30.
Exis tió cierta dis paridad juris ta, mientras que unos entendían la cris is como producto de una “epidemia” jus tificable
para la declaración del es tado de alarma, otros muchos entendían que es tábamos ante una pos ibilidad de colaps o de
nues tras ins tituciones democráticas . Quienes s e agarraban a es a s egunda pos ibilidad, entre los que es tán los
magis trados del Tribunal Cons titucional, argumentaron, además , que la equivocación al no declarar el es tado de
excepción s e encontraba en que el es tado de alarma s ólo permitía una mera limitación de movilidad y, s in embargo, lo
vivido en Es paña fue una res tricción y s us pens ión de dis tintos derechos fundamentales .

En definitiva, el planteamiento del Tribunal Cons titucional es , que ante un momento de la pandemia dis parada y s in
conocimiento de la magnitud final que podía tener, s e tenía que haber previs to otra excepcionalidad dis tinta de la
realizada, una propues ta de declaración del es tado de excepción, tras ladarla al Parlamento, prever un plazo para la
expos ición de alegaciones o enmiendas , y un periodo de negociación antes de cons eguir aprobarlo por periodo de un
mes .

Sin embargo, res ulta curios o que, ante una s ituación abs olutamente nueva para una s ociedad como la nues tra, y con
una carga s anitaria como la vivida, además de no tener un mínimo conocimiento de la evolución de la pandemia, s e
realizas e un procedimiento como el expues to por el tribunal. Es intuible que lo que habría pas ado s i s e hubies e optado
por la excepción y no por la alarma, manteniendo el protocolo procedimental exigido, no s olo nos encontraríamos con
un problema político de magnitudes inimaginables , s ino que la s ituación s anitaria y s ocial s ería difícilmente controlable
y mucho menos as umible, por una s ociedad moderna.

Ante la acus ación de precedentes de totalitaris mo, el mecanis mo elegido es un mecanis mo rápido, que permite cierta
unilateralidad pens ada ante una emergencia, como la vivida, que, en un periodo corto de tiempo, en s ólo 15 días como
máximo, debe pas ar por la cámara del Congres o de los Diputados y lograr allí una mayoría a favor.

12.3. TRAS EL ESTADO DE ALARMA


La pregunta que nos tendríamos que hacer ahora es en la pos ición que el Tribunal Cons titucional deja al Gobierno de
la Nación ante una s ituación de pandemia como la vivida, s obre todo cuando la urgencia en la toma de decis iones s ea
tan imperios a como la producida en marzo de 2020 por el Covid-19. Tampoco, el es tado de excepción habilitaría al
Gobierno para mantener el periodo de confinamiento más allá del máximo reglado en la carta magna, la
argumentación de que el es tado de excepción puede venir s eguido de uno nuevo parece que no cons igue una opinión
unánime al res pecto, y tampoco cons igue res ponder a la urgencia y a la virulencia epidemiológica que hubo que
afrontar.

Una vez que el proces o de devolución de competencias a las CCAA y tras la adopción del referido Real Decreto-Ley
21/2020 por parte del Es tado, la mayoría de las Comunidades Autónomas s e lanzaron a aprobar dis tintas normas
s anitarias territoriales para contener los rebrotes , pero una vez más s e volvieron a encontrar dis tintos es collos
judiciales .

La tendencia judicial comenzaba a mos trars e al momento, el Juzgado de Ins trucción de Lérida de 12 de julio de 2020,
acogiéndos e al art. 8.6 LJCA, as umía s u competencia de lo juzgado, en lo contencios o-adminis trativo (en es e cas o
actuó un Juzgado penal en funciones de guardia) y rechazaba de plano la ratificación de una res olución de la Cons ejería
de Salud catalana s obre la obligatoriedad del confinamiento de dis tintos municipios de la comarca del Segriá. Pero no
s olo es o, s ino que entraba a cens urar la falta de jus tificación por parte de la Adminis tración autonómica en lo que a la
proporcionalidad de la medida s e refiere, y recordaba que es a declaración es competencia exclus iva es tatal, s iendo, el
Pres idente de la Generalidad, en todo cas o, quien podría s olicitarle al Gobierno central la declaración del es tado de
alarma. La medida rechazada de confinamiento no hace otra cos a que “eludir la aplicación del es tado de alarma
parcial” contemplado en la LOAES.

El s egundo debate que s e plantea tiene que ver con la publicidad de las Órdenes , para que efectivamente reglen el
ordenamiento jurídico deben cumplir el procedimiento de publicación, la Cons titución s ólo garantiza la propia publicidad
(art. 9.3), la s anción, la promulgación y la orden de publicación (art. 91), pero el art. 2.1 del Título Preliminar del
Código Civil prevé lo s iguiente “ Las leyes entrarán en vigor a los veinte días de s u completa publicación en el Boletín
Oficial del Es tado, s i en ellas no s e dis pone otra cos a” . Por s u parte y más recientemente, la ley del Procedimiento
Adminis trativo Común, de las Adminis traciones Públicas , la Ley 39/2015 conocida como LPAC, dis pus o que: “Las
normas con rango de ley, los reglamentos y dis pos iciones adminis trativas habrán de publicars e en el diario oficial
corres pondiente para que entren en vigor y produzcan efectos jurídicos . Adicionalmente, y de manera facultativa, las
Adminis traciones Públicas podrán es tablecer otros medios de publicidad complementarios ” (art. 131).
Con ello, las CCAA tras pus ieron es ta Orden a s us ordenamientos jurídicos con dis pos iciones regionales s ometidas a
ratificación judicial, con dis paridad de res ultado.

Sin duda la s entencia de ilegalidad s ólo complica una futura intervención ante una s ituación s imilar, y a diferencia de
la mayoría de los país es queda limitada la capacidad política del Gobierno central para acudir a la declaración de
excepcionalidad neces aria ante una s ituación de epidemia tan grave como la s obrevenida en los dos últimos años ,
es ta s entencia no hace más que alargar las dudas de los conflictos competenciales y la rigidez de la des centralización.

No parece que es te trabajo deba incidir más s obre el debate en el procedimiento, tampoco s obre el us o político de la
excepcionalidad, pero quizá y antes de concluir nues tro es tudio, lo que s i s e deba hacer es una previs ión de las
deficiencias de un s is tema competencial con la s uficiente garantía jurídica como para es tablecer un camino
difícilmente rápido y eficaz, con lo que la materia pendiente para el Parlamento es el es tudio de las leyes s anitarias
exis tentes y la legis lación ordinaria es pañola pres entando aquellas carencias que requieran una reformulación para
poder afrontar una cris is de s alud pública como la vivida.

12.4. LA ESTÉTICA COMPENTENCIAL


El Juzgado de lo Contencios o-Adminis trativo núm. 2 de Madrid deniega inicialmente la ratificación de las medidas
s anitarias coordinadas en s u territorio, mediante el Auto nº 121/20, lo que produjo una enorme confus ión en el res to
de las Comunidades , ya que el cas o s e centraba en la cues tión de falta de publicación oficial de la Orden es tatal
“comunicada, que provocaría la nulidad del mandato y lo que era más importante, en la cues tión de la limitación de los
derechos fundamentales , en cuyo cas o además de acogers e a la tes is de que “de forma general, des de las
Comunidad Autónomas , no s e pueden limitar los derechos fundamentales s in previa declaración de la alarma” por lo
que recuerdan que para la adopción de dichas limitaciones el Gobierno autonómico debería s olicitarle al de la Nación
la declaración de un es tado de alarma s ingularizado a s u territorio.

La exis tencia de pos iciones jurídicas dis pares es comprens ible s i entendemos que cada uno de los jueces debe dirimir
las cues tiones acudiendo a una s erie conceptos y encajes que habitualmente permiten cierta s ingularidad conceptual,
los órganos juris diccionales s uperiores s on los que finalmente y en última ins tancia deben unificar la doctrina.

Es importante recordar que los Juzgados de lo Contencios o s on los encargados de velar por la protección de los
derechos fundamentales , ante los comportamientos s ingulares de la Adminis tración, s in embargo, corres ponde a
órganos juris diccionales s uperiores la obs ervancia s obre los derechos fundamentales de toda la población en s us
corres pondientes territorios autonómicos , para la protección de la les ividad de las medidas interpues tas .

Dicho es to, el Tribunal Superior de Jus ticia de Madrid tuvo que s olucionar es ta primera opos ición a las medidas
jurídico-s anitarias para la lucha contra el coronavirus , anulando mediante s entencia nº 594/2020, de 28 de agos to. La
argumentación s e bas aba en dos puntos ; el primero de ellos comenzaba res tándole importancia al hecho de que la
Orden “comunicada” no fues e oficialmente publicada, pues to que las medidas recogidas por la dis pos ición minis terial,
s on actuaciones coordinadas en s alud pública que vinculan directamente a las autoridades s anitarias autonómicas
(como interlocutores ) y no a s us ciudadanos , por lo que, como ins trumento de armonización y homogeneización
intergubernamental, s u publicación en el BOE es irrelevante. Con ello, la única exigencia para que s urta s us efectos
s obre la población del territorio es la correcta publicación en el Diario Oficial de la Comunidad de Madrid; el s egundo,
cons idera vulnerado el principio de congruencia cuando el Juzgado entra a valorar s obre la legalidad de la Orden
autonómica en general, cuando el control s obre el que es tá llamado a s entenciar s on las medidas s anitarias
concretas que es tán incluidas en la dis pos ición general.

En es ta s entencia, el Tribunal Superior de Jus ticia de Madrid no apeló a la pos ible eventual s olicitud por parte de la
Comunidad de Madrid del es tado de alarma en dicho territorio, una herramienta es tablecida en el mes de agos to por
el Pres idente de Gobierno para darle encaje jurídico a la aplicación de medidas s anitarias por parte de los dis tintos
territorios . Es importante recordar en es te momento que la competencia constitucional para la declaración del
estado de alarma corresponde en exclusividad al Gobierno de la Nación durante un plazo de quince días,
informando inmediatamente al Congreso de los Diputados. En el caso de prórroga deberá mediar la previa
autorización de la Cámara Legislativa (art. 116.2 CE y art. 6.1 y 2 LOAES).

En es te es fuerzo cons tante por mantener la imagen des centralizadora de la Nación, el Pres idente Pedro Sánchez invitó
a los Pres identes Autonómicos de cada territorio para que pudies en defender la declaración de la alarma ante el
Congres o de los Diputados .

En es te s entido, s e trata de una deferencia vis ual y un mantenimiento s ubjetivo de la divis ión competencial, aunque no
tuvies e ni encuadre legal ni una neces idad para s u correcto funcionamiento, la LOAES s í que expres a una previs ión
para que los Pres identes Autonómicos puedan s olicitar al Gobierno la declaración de es ta excepcionalidad, res tringida
dicha facultad, a s upues tos de cris is s anitarias que “afecten exclus ivamente a todo, o a parte del ámbito territorial de
una Comunidad Autónoma” (art. 5).

As imis mo, y como ya hemos es tudiado, declarado el es tado de alarma, el Gobierno de la Nación es competente para
la ges tión, aunque la carta magna permite s u delegación en otras autoridades . La LOAES prevé que los pres identes
territoriales puedan s er los delegados gubernamentales “ cuando la declaración afecte exclus ivamente a todo o parte
del territorio de una Comunidad” , práctica llevada a cabo en la s exta y última prórroga del es tado de alarma para s us
res pectivos , aunque afectas e al conjunto del territorio nacional.

Y, finalmente es el Minis terio de Sanidad, previo acuerdo con el CISNS, es el encargado de es tablecer los “ planes y
es trategias de actuación para afrontar emergencias s anitarias ” (art. 5), coordinados en s alud pública por el art. 65 de
la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohes ión y calidad del Sis tema Nacional de Salud. El incumplimiento por parte de la
ciudadanía, de todas aquellas medidas adoptadas , queda s ometido a lo previs to en el régimen s ancionados recogido
por la Ley 33/2011, de 4 de octubre y s u Real Decreto-Ley 21/2020 de des arrollo.

RESUMIENDO…

El procedimiento competencial de recentralización, vivido en el ámbito s anitario nos permitirá dilucidar s i el propio
s is tema de des centralización de las competencias s anitarias debe s er revis ado y reformulado o s i la reformulación
debe s er completa. Es ta cris is ha dejado en evidencia la neces idad de abrir un debate al res pecto, un debate que
contribuya a des hacer la inoperancia vivida en los primeros momentos , ante la neces idad de recurrir a herramientas
cons titucionales excepcionales .

La lucha s anitaria en s us momentos más duros , fue protagonizada en exclus ividad por la abs oluta centralización en la
AGE, con el Minis tro de Sanidad como referente principal, bajo s upervis ión del Pres idente del Gobierno tras la
declaración del es tado cons titucional de alarma el día 14 de marzo, y has ta cas i la conclus ión de s us s eis prórrogas
cons ecutivas .

Y es en es a s exta prórroga, cuando des ignadas como autoridades competentes delegadas las Comunidades
Autónomas , mediante la figura titular de las pres idencias de dichos gobiernos territoriales s e comienza a vis lumbrar la
devolución competencial en el ámbito s anitario para la toma de decis iones y la ges tión de medidas en la fas e final de
des es calada, marcada por el Gobierno de la Nación. La conocida como “nueva normalidad”, s e inicia tras la
aprobación del RD-Ley 21/2020 que deja es tablecidas múltiples medidas y recomendaciones s anitarias con el fin de
que s ean comunes para todo el país .

Las dis tintas cepas y rebrotes que s e fueron s ucediendo, incidieron en la ins uficiencia de las medidas es tatales para
lo que las Comunidades Autónomas debían afrontar la s ituación en función del momento s anitario de s u propio
territorio, utilizando en muchos cas os , medidas que ya habían s ido impues tas durante la excepcionalidad, s in
embargo, la gravedad alcanzada en algún momento, obligó a actuar al equipo gubernamental. Sin embargo, la
recentralización s e mos traba como una opción extremadamente invas iva y no legitimada, por lo que, en acuerdo con
las CCAA, s e decidió el us o de los mecanis mos de coordinación es tablecidos en es ta cris is , a través del CISNS como
órgano competente para ello.

La adopción coordinada de medidas s anitarias , no s e pus ieron en vigor de manera centralizada, s ino que, en días
s uces ivos , fueron implementadas por las Comunidades Autónomas . La ciudadanía no pudimos conocer la Orden
es tatal del Minis terio de Sanidad res ultante de la dicha reunión de coordinación, s altándos e con ello los principios
jurídicos de publicidad y trans parencia, pues to que para el contenido s e tradujo en normas autonómicas para cada
uno de los territorios .

Una dis pers ión normativa que ha neces itado la ratificación de cada una de las dis pos iciones en cada uno de los
juzgados regionales competentes , lo que ha provocado algún cas o que pus o en ries go la fas e de des es calada y la
legalidad de las medidas de contención de los rebrotes , recuérdes e el cas o de Madrid referido en es te tema.

Parece que en definitiva, s í s omos pos eedores de ins trumentos jurídicos para hacer frente a una s ituación de cris is
epidemiológica, con ciertas dificultades con la conceptualización de nues tras normativas para adecuarlas a la adopción
de medidas en una s ituación de urgencia y manteniendo el límite del principio de proporcionalidad (adecuación,
les ividad mínima pos ible y res peto a la proporción entre los efectos negativos en relación con res ultados obtenidos
pos itivos ), pero podemos as egurar que tenemos es as herramientas neces arias , s in embargo, el planteamiento tiene
que ver con encontrar o formular una forma eficaz y urgente capaz de evitar las deficiencias que nues tro s is tema pus o
encima de la mes a, pero no s ólo mediante una pos ible ley es tatal es pecífica y pormenorizada, s ino con un debate más
amplio que permita que las medidas s ean adoptadas y la ciudadanía no es té evocada a la incertidumbre y el
des concierto.

La cogobernanza como pilar de la última fas e de la des es calada, entre la Adminis tración General del Es tado y las
Comunidades Autónomas , tanto en la propos ición como en la coordinación y adopción de medidas s iempre bajo la
premis a de “carácter excepcional y cuando as í lo requieran motivos de extraordinaria gravedad o urgencia” debe s er
el punto de partida para afrontar es ta reformulación. Y el nuevo órgano de cooperación, protagonis ta de los últimos
mes es , el Cons ejo Interterritorial del Sis tema Nacional de Salud, es tá llamado a des arrollar y acoger es te nuevo
camino de las competencias s anitarias .

Álvarez García, Vicente. La devolución competencial a las comunidades autónomas tras la recentralización operada
para hacer frente a la pandemia de Covid-19. Nº 55 de la Revis ta General de Derecho Adminis trativo (Ius tel, octubre
2020).
Regla del derecho proces al, por medio de la cual el juez s e obliga a que s us decis iones s ean concordantes con los
hechos y las peticiones que s e hacen en el es crito de demanda.
EJERCICIOS DE REPASO 5

1. Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta:

a. La coordinación s anitaria es una competencia de titularidad exclus iva es tatal.


b. La coordinación s e recoge legis lativamente pero s u delimitación es ins uficiente, quedando abierta
juris prudencialmente y admitiendo interpretaciones .
c. La coordinación s anitaria tiene como objetivo promover el res peto a los criterios mínimos bás icos y
comunes .
d. Todas las res pues tas s on correctas .

2. El proceso de descentralización:

a. Ha llegado a provocar una limitación s obre las bas es y coordinación general.


b. Mantiene una cons tante percepción negativa de la ciudadanía y de la política en general s obre el propio
s is tema s anitario.
c. Mantiene una cons tante percepción pos itiva de la ciudadanía y de la política en general s obre el propio
s is tema s anitario.
d. Ha llegado a provocar una limitación del control s obre la coordinación central.

3. Como mecanismos de coordinación conocemos:

a. La Coordinación horizontal, ejercida entre gobiernos autonómicos .


b. Sólo la Coordinación de abajo arriba, ejercida entre gobiernos autonómicos .
c. La Coordinación de abajo arriba, ejercida por la ciudadanía.
d. La Coordinación vertical, ejercida entre gobiernos centrales y autonómicos .

4. La crisis sanitaria producida por el Covid-19 ha obligado a atender a los regímenes de excepcionalidad
en cuyo caso:

a. Los puede declarar el Gobierno de un país en s ituaciones es peciales .


b. Su regulación es tá des arrollada por la Ley Orgánica 4/1981, LOAES.
c. Faculta al Gobierno y a las CCAA ante una s ituación extrema de s u propio territorio.
d. Ninguna de las res pues tas es correcta.

5. Sobre la LO 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio:

a. El artículo 7 des arrolla el conflicto competencial ante es tos regímenes de excepcionalidad.


b. El artículo 7 recoge la declaración del es tado de alarma y s u prórroga.
c. Pos ibilita la centralización de las competencias en manos de las CCAA.
d. Es tablece la centralización de las competencias en una adminis tración, previa autorización del TC.

6. El llamado “proceso de cogobernanza” con las comunidades autónomas, que se estableció en la


última fase de la crisis sanitaria del Covid-19:

a. Fue aprobado y publicado por la Orden minis terial el 3 de mayo de 2020.


b. Se marcó como el inicio a la devolución gradual de las competencias y a la vuelta a la normalidad y la
des centralización.
c. Se articula de manera progres iva con la aplicación de es ta y otras técnicas en forma de Reales Decretos
de prórroga del es tado de alarma, has ta llegar al Real Decreto-Ley 21/2020, de 9 de junio, que dejó
es tablecidas las medidas tras el fin de la excepcionalidad.
d. Todas las anteriores afirmaciones s on correctas .

7. Tras la crisis sanitaria producida por el Covid-19 se han planteado:

a. La cogobernanza entre la Adminis tración General del Es tado y las CCAA, bajo la premis a de “carácter
excepcional y cuando as í lo requieran motivos de extraordinaria gravedad o urgencia” como punto de
partida de una pos ible reformulación.
b. La neces idad de recentralizar aquellos ámbitos que s ean de interés general.
c. La dis pers ión normativa, y la reducción del límite del principio de proporcionalidad como punto de partida
de una pos ible reformulación.
d. Todas las anteriores s on correctas .

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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA
Álvarez García, Vicente. La devolución competencial a las comunidades autónomas tras la
recentralización operada para hacer frente a la pandemia de Covid-19. Nº 55 de la Revis ta General de
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