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"Uno de los libros más importantes que se publicará este año y que seguirá siendo una
lectura fundamental en los años venideros".
Hace casi 15 años, Christensen acuñó el término “innovación disruptiva” y escribió dos
bestsellers sobre el tema: El dilema del innovador y La solución del innovador, que
examinaban tecnologías, modelos de negocio y empresas disruptivas. Hace unos años,
Dyer y Gregersen le plantearon una pregunta fundamental: ¿exactamente de dónde
proceden estas innovaciones disruptivas? Los tres se asociaron en un estudio de ocho años
y buscaron comprender a las personas innovadoras detrás de las tecnologías, modelos y
empresas disruptivas. A través de entrevistas con casi 100 inventores de productos y
servicios revolucionarios, así como con fundadores y directores ejecutivos de empresas
innovadoras basadas en ideas comerciales innovadoras, descubrieron que patrones de
comportamiento específicos emergían una y otra vez. Con esto en mente, recurrieron a
innovadores menos famosos –pero igualmente capaces– de todo el mundo, recopilando
datos de 500 innovadores y más de 5.000 ejecutivos en 75 países. Descubrieron un
hallazgo clave: la capacidad de generar ideas innovadoras no es simplemente una función
de la mente, sino también una función de los comportamientos. Cinco comportamientos,
para ser exactos, que componen el “ADN del innovador”:
Luego, los autores toman los principios de cómo las personas innovan (cómo piensan y
actúan de manera diferente) y explican cómo las empresas pueden utilizar esa información
para construir un código de innovación en la organización. Desarrollaron una lista de las
empresas más innovadoras del mundo, basándose en lo que llaman una “prima de
innovación”: una prima del mercado de valores basada en la creencia de los inversores de
que una empresa producirá innovaciones y flujos de ingresos aún mayores en el futuro. A
través de entrevistas con los fundadores de estas empresas, descubrieron que el ADN de
las organizaciones innovadoras probablemente refleja el ADN del fundador. A través de una
inmersión profunda en las prácticas de algunas de las empresas más innovadoras del
mundo, descubrieron que la clave para crear organizaciones y equipos innovadores es
poblarlos con personas innovadoras, procesos que fomenten las cinco habilidades
innovadoras y filosofías (una cultura) que Brinde a los empleados el coraje para probar
nuevas ideas y asumir riesgos inteligentes.
Adaptado de THE INNOVATOR’S DNA, que será publicado por Harvard Business Review
Press, julio de 2011.
P: Desde que se publicó el primer libro de Clay Christensen, El dilema del innovador, en
1997, ha surgido toda una categoría de libros sobre innovación. ¿Cómo cree que encaja el
ADN del INNOVADOR en el trabajo de Christensen?
R: El dilema del innovador fue un clásico porque no solo explicaba las características de las
tecnologías y los modelos de negocio disruptivos, sino que también explicaba por qué los
operadores tradicionales tenían dificultades para responder a ellos. Su seguimiento, The
Innovator's Solution, analizó las estrategias organizativas de las empresas que respondieron
con éxito a este dilema y crearon un crecimiento sostenible.
P: Explique el papel de la asociación (la primera habilidad en el ADN del innovador) y cómo
se relaciona con las otras cuatro habilidades.
R: Descubrimos que la habilidad más importante con la que cuentan los innovadores es una
habilidad cognitiva que llamamos "pensamiento asociativo". Ocurre cuando el cerebro
intenta sintetizar y dar sentido a nuevos estímulos. Ayuda a los innovadores a descubrir
nuevas direcciones al establecer conexiones entre preguntas, problemas o ideas
aparentemente no relacionados, en la intersección de diversas disciplinas y campos. Aquí
es donde realmente ocurren los avances innovadores. Es lo que Apple quiere decir cuando
dice: "Piensa diferente".
Todo el mundo sabe que necesita ser “creativo” y “pensar fuera de lo común”, es decir,
“asociarse”. La pregunta del millón siempre ha sido: ¿cómo? Lo más interesante que
descubrimos es que las otras cuatro habilidades (cuestionar, observar, establecer contactos
y experimentar) son habilidades conductuales que, cuando se practican con regularidad,
desencadenan el pensamiento asociativo. Esto significa que si actúas de cierta manera,
puedes, de hecho, “pensar diferente”. En conjunto, estas cinco habilidades de
descubrimiento (la habilidad cognitiva de asociar y las cuatro habilidades conductuales)
trabajan juntas para constituir el ADN del innovador, y sus acciones catalizan sus
pensamientos. Hemos descifrado el código para generar ideas de negocios y cualquiera
puede seguirlo. La creatividad no es sólo una predisposición genética: es un esfuerzo
activo.
Pero descubrimos que las grandes empresas suelen fracasar en la innovación disruptiva
porque el equipo de alta dirección está dominado por personas que han sido seleccionadas
por sus habilidades de entrega (ejecución), no de descubrimiento. Las organizaciones
necesitan ambos conjuntos de habilidades para tener éxito, por lo que es imperativo formar
un equipo ejecutivo que no sólo posea ambas habilidades en conjunto, sino que también
comprenda la importancia de cada una.
P: En su investigación, ideó una lista de las empresas más innovadoras del mundo, que
contrasta marcadamente con las listas creadas por otras autoridades en el campo. ¿Qué es
lo más sorprendente de esta lista y qué significa eso para otras empresas?
R: La mayor sorpresa de nuestra lista es que algunas de las empresas más innovadoras del
mundo no son necesariamente nombres conocidos. Varias de las 25 empresas principales
de nuestra lista son relativamente desconocidas (como Intuitive Surgical y Keyence
Corporation) y están completamente fuera del radar de las organizaciones que clasifican a
las empresas más innovadoras del mundo.