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ATENEO PONTIFICIO REGINA APOSTOLORUM

Facultad de Teología

Características del diálogo interreligioso en el


Magisterio de Benedicto XVI

Profesor: Marcelo Bravo Pereira L.C.


Estudiante: Jorge Rodolfo Muñoz Darwit L.D.
Número de matrícula: 10864
PTEO2008 Cristianismo y religiones
Roma, 13 de enero de 2014.
2

INTRODUCCIÓN

Entre los contenidos del profundo magisterio de Benedicto XVI, el tema del
diálogo interreligioso ocupa un lugar importante. Quien como teólogo y Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe aportara elementos importantes al estudio de
las relaciones de las religiones entre sí1, como Pontífice no se desentendió del tema.
En particular en ocasión de los diversos viajes Apostólicos a naciones del África o del
Oriente donde las relaciones entre las distintas realidades religiosas sufren algún tipo
de conflicto o desarmonía, el Papa no desaprovechó la ocasión para dirigir un llamado
a favor de la necesidad de llevar adelante un serio diálogo interreligioso en orden a
una convivencia pacífica y para bien de la humanidad.

Del análisis de estos discursos y otros en los que desarrolla el tema del diálogo
entre las religiones, hemos podido apreciar como en el Santo Padre se destacaban
principalmente una serie de principios que deben estar presentes en todo diálogo de la
Iglesia católica con sus hermanos de otras religiones. Estos principios son los que
señalaremos en este trabajo, ya sea bajo el apartado de “características” o “fines” del
diálogo interreligioso. En la elaboración de este trabajo hemos recurrido directamente
a los discursos de Benedicto XVI. Hasta la fecha, que sepamos, no ha aparecido un
estudio de envergadura sobre el tema2, de ahí que la bibliografía se reduzca a señalar
las diversas circunstancias y fechas de estos pronunciamientos. Para ser sinceros,
debemos decir que no ha sido fácil reducir a unas breves páginas los contenidos
principales de los discursos del Pontífice en relación a este tema. Dada la profundidad
y riqueza de alguno de estos discursos sería posible hacer todo un trabajo dedicado en
exclusiva a él.

Esperamos que este estudio pueda ayudar para tener una visión general del
pensamiento que el Papa Teólogo desarrolló sobre tema tan interesante y útil para la
vida y convivencia de la Iglesia con los hombres que, no perteneciendo a ella, buscan
el rostro divino y su servicio con sincero corazón.

1
Basta recordar el libro dedicado a esta cuestión: Fe, Verdad y Tolerancia. El Cristianismo
y las religiones del mundo, Sígueme, Salamanca 20066.
2
De hecho en la última edición del libro “Il dialogo interreligioso nell'insegnamento
ufficiale della Chiesa Cattolica” (1963-2013), siguiendo la línea que presentaba con los otros
Papas, se limita a recoger precisamente diversos fragmentos de discursos del Pontífice.
3

I. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DIÁLOGO ENTRE LAS


RELIGIONES SEGÚN BENEDICTO XVI

De la lectura atenta de los principales discursos que el Papa Benedicto dedicó al


tema del diálogo interreligioso hemos podido comprobar cómo ciertas ideas de fondo
se repetían continuamente de tal forma que venían a ser una especie de marco dentro
del cual se insertaban después otros puntos particulares sobre los cuales el Pontífice
quería hacer hincapié. En este primer apartado nos dedicaremos a distinguir estos
principios para luego en una ulterior etapa detenernos en otras características más
particulares.

1. El porqué del diálogo interreligioso

Sea lo primero el preguntarnos por el motivo de fondo que mueve a la Iglesia al


diálogo con las otras religiones. Es una realidad de hecho que la Iglesia dedica parte
importante de su actividad al diálogo interreligioso3 en orden a unos fines concretos.
¿A qué responde este hecho? ¿Se trata de una actividad secundaria dentro del conjunto
de acciones que debe realizar la Iglesia? ¿Es una opción o un deber?

En diferentes discursos el Santo Padre señala el motivo por el cual la Iglesia se


dedica al diálogo interreligioso. El primero de ellos es el amor:

Queridos hermanos, "caritas Christi urget nos" (2 Co 5, 14). El amor de Cristo es lo


que impulsa a la Iglesia a acercarse a todos los hombres, sin distinción, más allá de los
límites de la Iglesia visible. La fuente de la misión de la Iglesia es el amor divino. Este
amor se revela en Cristo y se hace presente a través de la acción del Espíritu Santo.
Todas las actividades de la Iglesia han de estar animadas por este. Así pues, el amor
urge a cada creyente a escuchar al otro y a buscar ámbitos de colaboración. Animo a
los interlocutores cristianos en el diálogo con los seguidores de otras religiones a
proponer, no a imponer, la fe en Cristo, que es "el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,
16) (…) Para la Iglesia, “la caridad no es una especie de actividad de asistencia social
que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es
manifestación irrenunciable de su propia esencia” (Deus caritas est, 25)4.

Ciertamente que el diálogo se lleva a cabo en vista a unos objetivos particulares


(como veremos más adelante), pero la motivación de fondo que alimenta la búsqueda

3
Baste notar la existencia de un Pontificio Consejo dentro de la Curia Romana todo él
dedicado a esta cuestión.
4
BENEDICTO XVI, Discurso a los participantes en la X Asamblea Plenaria del Consejo
Pontificio para el Diálogo Interreligioso, 7 de junio de 2007. (La cursiva es mia).
4

común de estos fines es el mismo que mueve a la Iglesia en todas sus actividades, el
amor.

Otro de los motivos que mueve a la Iglesia a entrar en diálogo con las otras
religiones responde a la misma naturaleza de la Iglesia, la cual está destinada a ser
acogida por todos los hombres (cf. Mt 28, 19), y no simplemente por razones de orden
práctico:

La naturaleza y la vocación universal de la Iglesia exigen que esté en diálogo con los
miembros de otras religiones. En Oriente Medio, este diálogo se funda en los lazos
espirituales e históricos que unen los cristianos a judíos y musulmanes. Este diálogo,
que no obedece principalmente a consideraciones pragmáticas de orden político o
social, se basa ante todo en los fundamentos teológicos que interpelan la fe. Provienen
de las santas Escrituras y están claramente definidos en la Constitución dogmática sobre
la Iglesia, Lumen gentium, y en la Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las
religiones no cristianas, Nostra Aetate5.

Por último destacamos como motivación del diálogo interreligioso la tarea que
la Iglesia tiene de cara al hombre y al mundo; es decir, la misión que la Iglesia tiene
de defender al hombre en cuanto criatura de Dios y por ello la defensa de su dignidad
y derechos que derivan de ella. Esta motivación la encontramos claramente definida
en el tradicional discurso de fin de año dirigido a la Curia Romana con motivo de las
fiestas de Navidad del año 2012. Como sabemos Benedicto XVI tenía por costumbre
realizar en estos discursos una mirada rápida de conjunto de todo el año próximo a
acabarse para repasar junto con sus más estrechos colaboradores los acontecimientos
más importantes para la vida de la Iglesia durante este periodo6.

En el correspondiente al año 2012, el Papa entre otros elementos, se detiene a


considerar dos aspectos importantes para la vida de la Iglesia en el contexto social
actual: la familia – matrimonio y el diálogo – anuncio que la Iglesia debe sostener en
y con la sociedad:

5
BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in Medio Oriente, 14 de
septiembre de 2012, 19; Puede verse también: BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica
Postsinodal Verbum Domini, 30 de septiembre de 2010, 117, donde se señala la misma idea
con el matiz del anuncio de la Palabra.
6
Recordemos que en ocasión de uno de estos discursos, en concreto el del año 2005, el
Papa dejó inscrita para la posteridad la distinción ya célebre de “hermenéutica de la reforma”
y “hermenéutica de la discontinuidad” en orden a entender el Concilio Vaticano II, de lo cual
se puede inferir la importancia que puede tener este discurso de fin de año.
5

Con esto quisiera llegar al segundo gran tema que, desde Asís hasta el Sínodo sobre la
Nueva Evangelización, ha impregnado todo el año que termina, es decir, la cuestión del
diálogo y del anuncio. Hablemos primero del diálogo. Veo sobre todo tres campos de
diálogo para la Iglesia en nuestro tiempo, en los cuales ella debe estar presente en la
lucha por el hombre y por lo que significa ser persona humana: el diálogo con los
Estados, el diálogo con la sociedad – incluyendo en él el diálogo con las culturas y la
ciencia – y el diálogo con las religiones7.

Por tanto señala el Papa tres campos para el diálogo: con los estados, con la
sociedad y con las religiones. ¿Cuál es el fin de este diálogo? O dicho con otras
palabras, ¿por qué la Iglesia debe dialogar con estas realidades? Lo indicó el Papa en
el texto anteriormente citado: por la lucha del verdadero sentido de lo que significa ser
hombre y por ello la defensa de la persona humana. Este es el objetivo. Ahora bien,
¿cuál es la contribución que a estos efectos aporta la Iglesia?

En todos estos diálogos, la Iglesia habla desde la luz que le ofrece la fe. Pero encarna al
mismo tiempo la memoria de la humanidad, que desde los comienzos y en el transcurso
de los tiempos es memoria de las experiencias y sufrimientos de la humanidad, en los
que la Iglesia ha aprendido lo que significa ser hombres, experimentando su límite y su
grandeza, sus posibilidades y limitaciones. La cultura de lo humano, de la que ella se
hace valedora, ha nacido y se ha desarrollado a partir del encuentro entre la revelación
de Dios y la existencia humana. La Iglesia representa la memoria de ser hombres ante
una cultura del olvido, que ya sólo conoce a sí misma y su propio criterio de medida.
Pero, así como una persona sin memoria ha perdido su propia identidad, también una
humanidad sin memoria perdería su identidad. Lo que se ha manifestado a la Iglesia en
el encuentro entre la revelación y la experiencia humana va ciertamente más allá del
ámbito de la razón, pero no constituye un mundo especial, que no tendría interés alguno
para el no creyente. Si el hombre reflexiona sobre ello y se adentra en su comprensión,
se amplía el horizonte de la razón, y esto concierne también a quienes no alcanzan a
compartir la fe en la Iglesia. En el diálogo con el Estado y la sociedad, la Iglesia no tiene
ciertamente soluciones ya hechas para cada uno de los problemas. Se esforzará junto
con otras fuerzas sociales para las respuestas que se adapten mejor a la medida correcta
del ser humano. Lo que ella ha reconocido como valores fundamentales, constitutivos
y no negociables de la existencia humana, lo debe defender con la máxima claridad. Ha
de hacer todo lo posible para crear una convicción que se pueda concretar después en
acción política8.

“La Iglesia representa la memoria de ser hombres ante una cultura del olvido”.
Ya en la primera parte del discurso el Papa denunciaba la visión ideológica moderna
que niega que la realidad del ser humano como hombre y mujer sea un hecho
determinado por su propia naturaleza y por lo mismo en dependencia con el Creador.
Para muchas personas de hoy, el ser hombre o mujer es una decisión personal que no

7
BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2011. (La cursiva es
mía).
8
Ibid.
6

debe ser impuesta por nadie, ni siquiera por Dios. Es el hombre – se dice – quien debe
elegir lo que quiere ser autónomamente. Con esta visión, denuncia el Papa, el hombre
se destruye a sí mismo, ya que quiere romper totalmente su relación con Dios, fuente
de su propia dignidad 9 . Por eso se comprende que la misión de la Iglesia en los
diferentes campos del diálogo consista, precisamente, en recordarle al hombre de hoy
lo que significa ser hombre. Esta es la misión que, según el Papa, la Iglesia debe
cumplir en confrontación con la sociedad y los estados. Y no solo la Iglesia, sino todas
las religiones. De ahí que la Iglesia deba dialogar con ellas en orden a unir sus
esfuerzos en este objetivo común.

2. Un deber, no una opción

De lo dicho anteriormente puede resultar fácil inferir que la Iglesia afronta el


diálogo con las religiones como un deber y no como un asunto opcional. Esto mismo
lo afirma claramente y con fuerza el Santo Padre en varias ocasiones:

Creemos que Dios bendecirá nuestras iniciativas si contribuyen al bien de todos sus
hijos y si les ayudan a respetarse mutuamente, en una fraternidad de dimensión mundial.
Con todos los hombres de buena voluntad, aspiramos a la paz. Por eso, repito con
insistencia: la investigación y el diálogo interreligioso e intercultural no son una
opción, sino una necesidad vital para nuestro tiempo10.

Como subrayé en Colonia, el año pasado, «el diálogo interreligioso e intercultural entre
cristianos y musulmanes no puede reducirse a una opción temporal. En efecto, es una
necesidad vital, de la cual depende en gran parte nuestro futuro»11.

En la situación actual de la humanidad, el diálogo de las religiones es una condición


necesaria para la paz en el mundo y, por tanto, es un deber para los cristianos, y también
para las otras comunidades religiosas12.

9
“Allí donde la libertad de hacer se convierte en libertad de hacerse por uno mismo, se
llega necesariamente a negar al Creador mismo y, con ello, también el hombre como criatura
de Dios, como imagen de Dios, queda finalmente degradado en la esencia de su ser. En la
lucha por la familia está en juego el hombre mismo. Y se hace evidente que, cuando se niega
a Dios, se disuelve también la dignidad del hombre. Quien defiende a Dios, defiende al
hombre”. (BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2011).
10
BENEDICTO XVI, Discurso a una delegación de la Fundación para la Investigación y el
Diálogo Interreligioso e Intercultural, 1 de febrero de 2007. (La cursiva es mía).
11
BENEDICTO XVI, Discurso a los Diplomáticos de los países de mayoría musulmana y a
exponentes de las comunidades musulmanas en Italia, 25 de septiembre de 2006.
12
BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2011.
7

3. En la línea de la Declaración “Nostra Aetate”

Benedicto XVI, como no podía ser de otra manera, al afrontar la cuestión del
diálogo interreligioso sigue el camino trazado por sus antecesores que no es otro que
el señalado por el documento Conciliar Nostra Aetate 13 . En efecto, el cambio de
perspectiva que significó este documento en la visión de la Iglesia hacia las otras
religiones sigue siendo mantenido por los Pontífices posteriores al Concilio, entre ellos
Benedicto XVI. Por esta razón al detallar las características que hemos encontrado,
veremos que en definitiva siguen la misma visión positiva del documento conciliar.

Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica ha dado especial relieve a la


importancia del diálogo y la colaboración con los miembros de otras religiones. Y para
que sea fecundo, es necesario que haya reciprocidad en cuantos dialogan y en los
seguidores de otras religiones. En concreto, pienso en la situación de algunas partes del
mundo donde la colaboración y el diálogo interreligioso necesita del respeto recíproco,
la libertad para poder practicar la propia religión y participar en actos públicos de culto,
así como la libertad de seguir la propia conciencia sin sufrir ostracismo o persecución,
incluso después de la conversión de una religión a otra. Establecido dicho respeto y
apertura, la gente de todas las religiones trabajarán juntos de manera efectiva por la paz
y el entendimiento mutuo, y serán así un testimonio convincente ante el mundo14.

4. Importancia del diálogo entre judíos, cristianos y musulmanes

Otro aspecto interesante es el énfasis que Benedicto XVI coloca en las relaciones
entre judíos, cristianos y musulmanes al interno del diálogo interreligioso. Las tres
grandes religiones monoteístas tienen, en el contexto actual de la sociedad, una gran
responsabilidad y tarea común: la de hacer presente a Dios en el mundo de hoy. Por
ello se debe insistir en todos aquellos aspectos que nos unen, más que en señalar
aquellos que son ocasión de discordia. De una convivencia fraterna entre estas tres
religiones el mundo puede aprender la vivencia de la verdadera paz.

Judíos, cristianos y musulmanes, creen en un Dios único, creador de todos los hombres.
Que judíos, cristianos y musulmanes redescubran uno de los deseos divinos, el de la
unidad y la armonía de la familia humana. Que judíos, cristianos y musulmanes
descubran en el otro creyente a un hermano que se ha de respetar y amar, en primer
lugar para dar en sus tierras el hermoso testimonio de la serenidad y la convivencia entre
los hijos de Abraham. El reconocimiento de un Dios Uno, en vez de ser

13
En el último discurso de su Pontificado dirigido a los Párrocos y Clero de Roma,
Benedicto XVI describió de una manera muy clara e interesante la génesis de este documento.
Cf. BENEDICTO XVI, Encuentro con los Párrocos y el Clero de Roma, 14 de febrero de 2013.
14
BENEDICTO XVI, Discurso con ocasión del encuentro con los Representantes del Clero
y fieles de otras religiones, Viaje Apostólico al Reino Unido, 17 de septiembre de 2010.
8

instrumentalizado en los reiterados e injustificables conflictos, para un verdadero


creyente –si lo vive con un corazón puro– puede contribuir poderosamente a la paz en
la región y a la cohabitación respetuosa de sus habitantes15.

Destaca la importancia que se concede a las relaciones con el Islam. Para


entender el porqué de esta insistencia debemos tener en cuenta el contexto histórico
del Pontificado de Benedicto XVI: los problemas de intolerancia y persecución hacia
otras religiones, especialmente la cristiana, en aquellos países de mayoría musulmana;
fundamentalismo religioso que por motivos de la “causa de Dios” llega a cometer
crímenes inaceptables; las tensiones que se crearon a raíz de la manipulación de
palabras del Santo Padre… todos elementos que hicieron necesario que el tema de las
relaciones Iglesia Católica e Islam se tratara de una manera más prioritaria buscando
como fin la convivencia armoniosa y pacífica entre estas dos grandes religiones.

Por consiguiente, fieles a las enseñanzas de sus respectivas tradiciones religiosas,


cristianos y musulmanes deben aprender a trabajar juntos, como ya sucede en diversas
experiencias comunes, para evitar toda forma de intolerancia y oponerse a toda
manifestación de violencia; y nosotros, autoridades religiosas y responsables políticos,
debemos guiarles y animarles a actuar así. En efecto, «si bien en el transcurso de los
siglos han surgido no pocas disensiones y enemistades entre cristianos y musulmanes,
el sagrado Concilio exhorta a todos a que, olvidando lo pasado, ejerzan sinceramente la
comprensión mutua, defiendan y promuevan juntos la justicia social, los valores
morales, la paz y la libertad para todos los hombres» (Nostra aetate, 3). Por tanto, las
lecciones del pasado deben ayudarnos a buscar caminos de reconciliación para que,
respetando la identidad y la libertad de cada uno, practiquemos una colaboración
fecunda al servicio de toda la humanidad16.

5. Diversas dimensiones del diálogo

El diálogo interreligioso, según Benedicto XVI abarcará diversas dimensiones o


niveles en los cuales los temas a tratar o desarrollar varían según la etapa que
corresponda. Estas etapas van desde un dialogar sobre cuestiones de convivencia diaria

15
BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in Medio Oriente, 14 de
septiembre de 2012, 19.
16
BENEDICTO XVI, Discurso a los Diplomáticos de los países de mayoría musulmana y a
exponentes de las comunidades musulmanas en Italia, 25 de septiembre de 2006; Sobre las
relaciones del cristianismo y el Islam en el contexto del diálogo interreligioso pueden verse
también las siguientes intervenciones del Pontífice: Encuentro con los Representantes de la
Comunidad Musulmana de Camerún. Saludo del Santo Padre, Viaje Apostólico a Camerún y
Angola, 19 de marzo de 2009; Discurso durante el encuentro con el Presidente del
Departamento de Asuntos Religiosos de Turquía, Viaje Apostólico a Turquía, 28 de
noviembre de 2006; Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in Medio Oriente, 14 de
septiembre de 2012, 23-24; Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus, 19 de
noviembre de 2011, 94.
9

o práctica entre las religiones hasta una etapa más profunda que implica el estudio de
las cuestiones formales (o teológicas) propias de cada religión. Así lo explica
claramente el Santo Padre en el discurso de fin de año a la Curia Romana del año 2012:

Este diálogo de las religiones tiene diversas dimensiones. Será en primer lugar un simple
diálogo de la vida, un diálogo sobre el compartir práctico. En él no se hablará de los
grandes temas de la fe: si Dios es trinitario, o cómo ha de entenderse la inspiración de
las Sagradas Escrituras, etc. Se trata de los problemas concretos de la convivencia y de
la responsabilidad común respecto a la sociedad, al Estado, a la humanidad. En esto hay
que aprender a aceptar al otro en su diferente modo de ser y pensar. Para ello, es
necesario establecer como criterio de fondo del coloquio la responsabilidad común ante
la justicia y la paz. Un diálogo en el que se trata sobre la paz y la justicia se convierte
por sí mismo, más allá de lo meramente pragmático, en un debate ético sobre la verdad
y el ser humano; un diálogo acerca de las valoraciones que son el presupuesto del todo.
De este modo, un diálogo meramente práctico en un primer momento se convierte
también en una búsqueda del modo justo de ser persona humana. Aun cuando las
opciones de fondo en cuanto tales no se ponen en discusión, los esfuerzos sobre una
cuestión concreta llegan a desencadenar un proceso en el que, mediante la escucha del
otro, ambas partes pueden encontrar purificación y enriquecimiento. Así, estos
esfuerzos pueden significar también pasos comunes hacia la única verdad, sin cambiar
las opciones de fondo. Si ambas partes están impulsadas por una hermenéutica de la
justicia y de la paz, no desaparecerá la diferencia de fondo, pero crecerá también una
cercanía más profunda entre ellas17.

Ya había hecho referencia a estos distintos niveles o dimensiones del diálogo


interreligioso un año antes durante el viaje Apostólico al Reino Unido. Como podemos
apreciar las ideas de fondo para cada etapa viene a coincidir, si bien no las designe con
los mismos términos:

Este tipo de diálogo [el diálogo interreligioso] necesita llevarse a cabo en distintos
niveles y no se debería limitar a discusiones formales. El diálogo de vida implica
sencillamente vivir uno junto al otro y aprender el uno del otro de tal forma que se
crezca en el conocimiento y el respeto recíproco. El diálogo de acción nos reúne en
formas concretas de colaboración, y aplicamos nuestra dimensión religiosa a la tarea de
la promoción del desarrollo humano integral, trabajando por la paz, la justicia y la
utilización de la creación. Este tipo de diálogo puede incluir la búsqueda conjunta de
maneras de defender la vida humana en todas sus etapas y también la manera de asegurar
que no se excluya de la vida social la dimensión religiosa de individuos y comunidades.
Después, en el ámbito de las conversaciones formales, existe no sólo la necesidad de
coloquios teológicos, sino también la de compartir nuestra riqueza espiritual, hablando
sobre nuestra experiencia de oración y contemplación y expresando la alegría mutua del
encuentro con el amor divino…18

17
BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2011.
18
BENEDICTO XVI, Discurso con ocasión del encuentro con los Representantes del Clero
y fieles de otras religiones, Viaje Apostólico al Reino Unido, 17 de septiembre de 2010.
10

6. Basado en la verdad

Es conocida la importancia que el tema de la verdad tenía para el pensamiento


de Benedicto XVI, baste recordar su lema episcopal Cooperatores Veritatis. En el
contexto del diálogo interreligioso la verdad es para el Papa el fundamento en el cual
se debe basar todo diálogo interreligioso y a partir del cual vendrá después el obrar
conjunto. En este apartado adelantamos algo que se completará en la próxima sección,
a saber: cómo el diálogo al fundarse en la verdad incluirá la aceptación de los
elementos positivos, buenos y santos que se hallen en las otras religiones y el rechazo
de todo aquello que es contrario a la verdad, y por ello, dañino y contrario a la misma
dignidad del hombre. Las citaciones a este respecto podrían multiplicarse en demasía,
ya que es un tema que viene abarcado con frecuencia por el Papa, por esta razón
anotamos algunos de los más significativos.

Para Benedicto XVI el fundarse en la verdad no quiere decir intolerancia hacia


las otras religiones. Al contrario, se trata de una base común que nos debe llevar hacia
caminos similares en pro del hombre y la cultura:

La fe religiosa presupone la verdad. El que cree busca la verdad y vive según ella.
Aunque el medio por el cual comprendemos el descubrimiento y la comunicación de la
verdad en parte es diferente de religión a religión, no debemos desalentarnos en nuestros
esfuerzos por dar testimonio de la fuerza de la verdad (…) La verdad debe ser ofrecida
a todos; está destinada a todos los miembros de la sociedad. Arroja luz sobre los
fundamentos de la moralidad y de la ética, e infunde en la razón la fuerza para superar
sus propios límites a fin de dar expresión a nuestras aspiraciones comunes más
profundas. Lejos de amenazar la tolerancia de las diferencias o la pluralidad cultural, la
verdad posibilita el consenso, hace que el debate público se mantenga razonable,
honrado y justificable, y abre el camino a la paz. Promoviendo el deseo de obedecer a
la verdad, de hecho ensancha nuestro concepto de razón y su ámbito de aplicación, y
hace posible el diálogo genuino de las culturas y las religiones, tan urgentemente
necesario hoy19.

Dado que nos fundamos en la verdad, en el diálogo interreligioso se debe aceptar


lo bueno y rechazar lo malo que se halle presente en las otras religiones. Ahora bien,
el Santo Padre no escatima ocasiones para señalar que esto no quiere decir relativismo,
sincretismo religioso o indiferencia religiosa.

La Iglesia no rechaza nada de lo que en las diversas religiones es verdadero y santo.


«Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas

19
BENEDICTO XVI, Discurso con ocasión del encuentro con las Organizaciones para el
Diálogo Interreligioso, Peregrinación a Tierra Santa, 11 de mayo de 2009.
11

que, aunque discrepen mucho de los que ella mantiene y propone, no pocas veces
reflejan, sin embargo, un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres»
Con eso no se quiere señalar el camino del relativismo o del sincretismo religioso. La
Iglesia, en efecto, «anuncia y tiene la obligación de anunciar sin cesar a Cristo, que es
“camino, verdad y vida” (Jn 14, 6), en quien los hombres encuentran la plenitud de la
vida religiosa, en quien Dios reconcilió consigo todas las cosas». Sin embargo, esto no
excluye el diálogo y la búsqueda común de la verdad en los diferentes ámbitos vitales,
pues, como afirma a menudo santo Tomás, «toda verdad, independientemente de quien
la diga, viene del Espíritu Santo»20.

Esta oración pide también a Dios el don de ver en el otro a un hermano que debe amar,
y de reconocer en la tradición en que él vive un reflejo de esa Verdad que ilumina a
todos los hombres (Nostra Aetate, 2). Por eso conviene que cada uno se sitúe en la
verdad ante Dios y ante el otro. Esta verdad no excluye, y no comporta una confusión.
El diálogo interreligioso mal entendido conduce a la confusión o al sincretismo. No es
este el diálogo que se busca21.

II. ALGUNOS OBJETIVOS DEL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO SEGÚN EL


MAGISTERIO DE BENEDICTO XVI

Anteriormente hemos aludido a que Benedicto XVI se sitúa en la línea de la


declaración Nostra Aetate, lo cual también puede apreciarse en los distintos objetivos
que menciona para el diálogo interreligioso.

1. La comprensión más que la conversión

Uno de los primeros objetivos que se presentan al diálogo interreligioso es el


mutuo conocimiento entre las distintas partes en orden a una comprensión correcta
entre sí. Dado que lo que se busca en primera instancia no es la conversión de una
parte a la otra, el Santo Padre invita a «los interlocutores cristianos en el diálogo con
los seguidores de otras religiones a proponer, no a imponer, la fe en Cristo, que es “el
camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 16)» 22 . Para poder lograr este conocimiento
recíproco es necesario en primer lugar conocer y amar la propia religión, ya que «sólo
puedo conocer al otro si me conozco a mí mismo. Sólo lo puedo amar si me amo a mí

20
BENEDICTO XVI, Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2011,
11.
21
BENEDICTO XVI, Discurso en ocasión del encuentro con los Miembros del Gobierno,
Representantes de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático y Representantes
de las principales Religiones, Viaje Apostólico a Benín, 19 de Noviembre de 2011.
22
BENEDICTO XVI, Discurso a los participantes en la X Asamblea Plenaria del Consejo
Pontificio para el Diálogo Interreligioso, 7 de junio de 2007.
12

mismo (cf. Mt 22,39). Por tanto, el conocimiento, la profundización y la práctica de su


propia religión es esencial para un verdadero diálogo»23.

Como podemos apreciar, al insistir en este punto el Papa Ratzinger sigue la línea
de sus antecesores. No obstante lo anterior, resulta interesante la acotación que señala
en el ya citado discurso a la Curia Romana del 21 de diciembre de 2012. En él el Santo
Padre vuelve a señalar el objetivo del diálogo que venimos hablando, pero lo explica
de tal modo que quede claro que el hecho de buscar un mayor conocimiento mutuo,
implicará un camino común hacia la verdad y en ella hacia la unidad. Dada la
importancia y claridad de las palabras del Pontífice citaremos el pasaje completo, si
bien resulte algo extenso:

Hay dos reglas para la esencia del diálogo interreligioso que, por lo general, hoy se
consideran fundamentales:

1. El diálogo no se dirige a la conversión, sino más bien a la comprensión. En esto se


distingue de la evangelización, de la misión.

2. En conformidad con esto, en este diálogo, ambas partes permanecen conscientemente


en su propia identidad, que no ponen en cuestión en el diálogo, ni para ellas, ni para los
otros.

Estas reglas son justas. No obstante, pienso que estén formuladas demasiado
superficialmente de esta manera. Sí, el diálogo no tiene como objetivo la conversión,
sino una mejor comprensión recíproca. Esto es correcto. Pero tratar de conocer y
comprender implica siempre un deseo de acercarse también a la verdad. De este modo,
ambas partes, acercándose paso a paso a la verdad, avanzan y están en camino hacia
modos de compartir más amplios, que se fundan en la unidad de la verdad. Por lo que
se refiere al permanecer fieles a la propia identidad, sería demasiado poco que el
cristiano, al decidir mantener su identidad, interrumpiese por su propia cuenta, por
decirlo así, el camino hacia la verdad. Si así fuera, su ser cristiano sería algo arbitrario,
una opción simplemente fáctica. De esta manera, pondría de manifiesto que él no tiene
en cuenta que en la religión se está tratando con la verdad. Respecto a esto, diría que el
cristiano tiene una gran confianza fundamental, más aún, la gran certeza de fondo de
que puede adentrarse tranquilamente en la inmensidad de la verdad sin ningún temor
por su identidad de cristiano. Ciertamente, no somos nosotros quienes poseemos la
verdad, es ella la que nos posee a nosotros: Cristo, que es la Verdad, nos ha tomado de
la mano, y sabemos que nos tiene firmemente de su mano en el camino de nuestra
búsqueda apasionada del conocimiento. El estar interiormente sostenidos por la mano
de Cristo nos hace libres y, al mismo tiempo, seguros. Libres, porque, si estamos
sostenidos por Él, podemos entrar en cualquier diálogo abiertamente y sin miedo.

23
BENEDICTO XVI, Discurso en ocasión del encuentro con los Miembros del Gobierno,
Representantes de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático y Representantes
de las principales Religiones, Viaje Apostólico a Benín, 19 de Noviembre de 2011.
13

Seguros, porque Él no nos abandona, a no ser que nosotros mismos nos separemos de
Él. Unidos a Él, estamos en la luz de la verdad24.

2. La verdad, objetivo más amplio del diálogo interreligioso

En relación con la última citación encontramos en dos discursos sobre el diálogo


interreligioso la afirmación explícita del Santo Padre afirmando que la verdad es el
objetivo más amplio del diálogo entre las religiones. Antes de dar avances a nivel
práctico sobre diversos puntos de interés común para las religiones, como el desarrollo
de la sociedad, la paz, etc., es necesario colocar bases firmes en las cuales poder
fundamentar luego toda actividad a nivel práctico. Para Benedicto XVI esta base será
la verdad:

Hay otro punto sobre el que deseo detenerme. He notado un interés creciente entre los
gobiernos para patrocinar programas destinados a promover el diálogo interreligioso e
intercultural. Se trata de iniciativas encomiables. Al mismo tiempo, la libertad religiosa,
el diálogo interreligioso y la educación basada en la fe, tienden a algo más que a lograr
un consenso encaminado a encontrar caminos para formular estrategias prácticas para
el progreso de la paz. El objetivo más amplio del diálogo es descubrir la verdad. ¿Cuál
es el origen y el destino del género humano? ¿Qué es el bien y el mal? ¿Qué nos espera
al final de nuestra existencia terrena? Solamente afrontando estas cuestiones más
profundas podremos construir una base sólida para la paz y la seguridad de la familia
humana: “donde y cuando el hombre se deja iluminar por el resplandor de la verdad,
emprende de modo casi natural el camino de la paz” (Mensaje para la Jornada mundial
de la Paz, 2006, 3)25.

3. La paz

La relación del diálogo interreligioso con la paz es uno de los elementos que más
se repiten en los discursos que Benedicto XVI dedica al tema que venimos estudiando.
Ya hemos señalado como posible motivo de esta realidad, el contexto histórico que
correspondió a los años de Pontificado de Joseph Ratzinger. Con relación a la paz, el
Pontífice quiere dejar claro que la religión no debe ser motivo de lucha entre los
hombres. En caso de darse violencias motivadas por la defensa de las propias
convicciones religiosas, como lamentablemente se dan y se han dado a lo largo de la

24
BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2011. (La cursiva es
mía).
25
BENEDICTO XVI, Discurso en ocasión del encuentro con Representantes de otras
Religiones, Viaje Apostólico a los Estados Unidos de América y Visita a la Sede de la
Organización de las Naciones Unidas, 17 de abril de 2008. La otra afirmación se encuentra en
en: Discurso a los participantes en la X Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para el
Diálogo Interreligioso, 7 de junio de 2007.
14

historia, nos encontramos de frente a una adulteración del verdadero sentido de la


religión y a su propia deformación y destrucción26.

Las citaciones en referencia a la paz dentro del diálogo interreligioso se podrían


multiplicar dada la insistencia de este punto en las intervenciones del Santo Padre. Nos
limitaremos a señalar algunas de las más significativas, sea por la fuerza de las palabras
con que Benedicto XVI quiere concientizar a los líderes religiosos en esta verdad, sea
por la importancia del contexto en el que fueron dichas.

El mensaje para la jornada mundial por la paz del año 2011 estuvo dedicado todo
él al tema de “la libertad religiosa como camino para la paz”. En él no podía faltar
una referencia a la tarea conjunta que las religiones tienen a favor de la paz:

10. En un mundo globalizado, caracterizado por sociedades cada vez más multiétnicas
y multiconfesionales, las grandes religiones pueden constituir un importante factor de
unidad y de paz para la familia humana…

11. El diálogo entre los seguidores de las diferentes religiones constituye para la Iglesia
un instrumento importante para colaborar con todas las comunidades religiosas al bien
común […] En el año 2011 se cumplirá el 25 aniversario de la Jornada mundial de
oración por la paz, que fue convocada en Asís por el Venerable Juan Pablo II, en 1986.
En dicha ocasión, los líderes de las grandes religiones del mundo testimoniaron que las
religiones son un factor de unión y de paz, no de división y de conflicto. El recuerdo de
aquella experiencia es un motivo de esperanza en un futuro en el que todos los creyentes
se sientan y sean auténticos trabajadores por la justicia y la paz27.

Precisamente con ocasión del 25º aniversario de la célebre jornada por la paz
convocada por el Beato Papa Juan Pablo II, Benedicto XVI dedicó su intervención en
la misma ciudad de Asís al tema de las relaciones entre religión y paz. En él el
Pontífice, como ya dijimos, quiere dejar claro que la violencia no es la verdadera
esencia de las religiones. Por ello quien realice actos violentos en nombre o en defensa
de su propia religión actúa de modo totalmente equivocado.

A partir de la Ilustración, la crítica de la religión ha sostenido reiteradamente que la


religión era causa de violencia, y con eso ha fomentado la hostilidad contra las
religiones. En este punto, que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como
personas religiosas, nos debe preocupar profundamente. De una forma más sutil, pero
siempre cruel, vemos la religión como causa de violencia también allí donde se practica
la violencia por parte de defensores de una religión contra los otros. Los representantes

26
BENEDICTO XVI, Intervención en la Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz
y la justicia en el mundo, Basílica de Santa María de los Ángeles, Asís, 27 de octubre de 2011.
27
BENEDICTO XVI, Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2011,
10-11.
15

de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir – y nosotros lo repetimos con
vigor y gran firmeza – que esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien
su deformación y contribuye a su destrucción28.

Por último citamos las palabras que el Santo Padre dirigió a los miembros del
gobierno de Benín, así como a distintos representantes de las principales religiones de
ese país. Estas palabras destacan por la fuerza con que el Santo Padre defiende la
verdadera naturaleza de la religión en su relación con la paz:

Quisiera abordar ahora el segundo punto, el del diálogo interreligioso. No parece


necesario recordar los recientes conflictos provocados en nombre de Dios, y las muertes
causadas en nombre de Aquel que es la vida. Toda persona sensata comprende la
necesidad de promover la cooperación serena y respetuosa entre las diferentes culturas
y religiones. El auténtico diálogo interreligioso rechaza la verdad humanamente
egocéntrica, porque la sola y única verdad está en Dios. Dios es la Verdad. Por tanto,
ninguna religión, ninguna cultura puede justificar que se invoque o se recurra a la
intolerancia o a la violencia. La agresividad es una forma de relación bastante arcaica,
que se remite a instintos fáciles y poco nobles. Utilizar las palabras reveladas, las
Sagradas Escrituras o el nombre de Dios para justificar nuestros intereses, nuestras
políticas tan fácilmente complacientes o nuestras violencias, es un delito muy grave29.

4. Defensa y promoción de los valores humanos fundamentales:

El último de los objetivos que señalamos hace referencia al hombre en sí, a la


defensa de su propia dignidad y derechos, así como la promoción de sus valores y
facultades. El trabajo que las religiones deben afrontar en el diálogo interreligioso
también incluye la dimensión del hombre y la sociedad. En efecto, como ya señalaba
Pablo VI en Populorum Progressio, el verdadero desarrollo del hombre y la sociedad
es un desarrollo integral, lo cual implica, y no como algo secundario, la dimensión
religiosa del hombre30.

Recogiendo esta convicción el Papa Benedicto XVI señala variadas


contribuciones que las religiones aportan al hombre y a la sociedad. En relación al

28
BENEDICTO XVI, Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2011.
29
BENEDICTO XVI, Discurso en ocasión del encuentro con los Miembros del Gobierno,
Representantes de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático y Representantes
de las principales Religiones, Viaje Apostólico a Benín, 19 de Noviembre de 2011; Como
dijimos anteriormente las referencias a la necesidad de la paz en el contexto del diálogo
interreligioso son frecuentes en los discursos del Santo Padre. Otras intervenciones que se
pueden consultar son: Discurso durante la audiencia a ocho nuevos Embajadores, 17 de
diciembre de 2009; Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in Medio Oriente, 14 de
septiembre de 2012, 19-28; Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus, 19 de
noviembre de 2011.
30
Cf. PABLO VI, Carta encíclica Populorum Progressio, 26 de marzo de 1967, 42.
16

plano espiritual, las religiones son las que dan al hombre la respuesta a las preguntas
más importantes de su existencia. Sólo la religión es la que concede al hombre hallar
lo único que puede satisfacer completamente lo que busca su corazón. Decimos que es
sólo la religión, ya que si bien «las ciencias humanas y naturales nos proporcionan
unos conocimientos asombrosos sobre algunos aspectos de nuestra existencia […] aun
así, estas disciplinas no dan, ni pueden, una respuesta a la pregunta fundamental,
porque su campo de acción es otro»31. En esta misma línea la aportación fundamental
de las religiones consistirá en hacer presente a Dios y su voz en un mundo en el que
cada vez se escucha menos claramente32.

La religión tiene la gran tarea de cara a la sociedad de la defensa y promoción


del hombre y de sus derechos, los cuales se fundan en la misma naturaleza y dignidad
del ser humano, por lo cual no son pertenencia exclusiva de una sola religión33. A
través del diálogo interreligioso las religiones conocen que comparten en sus propias
tradiciones la defensa de los valores éticos, perceptibles por la razón humana.
Promoviendo la defensa de los derechos y la dignidad del hombre, las religiones
contribuyen a la estabilización de un orden social justo basado en el bien común de
todos los componentes de la sociedad34. Todo esto se debe favorecer en los trabajos
del diálogo entre las religiones.

En la medida en que crezcamos en la mutua comprensión, vemos que compartimos una


estima por los valores éticos, perceptibles por la razón humana, que son reconocidos
por todas las personas de buena voluntad. El mundo pide insistentemente un testimonio
común de estos valores. Por consiguiente, invito a todas las personas religiosas a

31
BENEDICTO XVI, Discurso con ocasión del encuentro con los Representantes del Clero
y fieles de otras religiones, Viaje Apostólico al Reino Unido, 17 de septiembre de 2010. Puede
verse también: Discurso durante el encuentro con el Presidente del Departamento de Asuntos
Religiosos de Turquía, Viaje Apostólico a Turquía, 28 de noviembre de 2006; Discurso con
ocasión del encuentro con las Organizaciones para el Diálogo Interreligioso, Peregrinación
a Tierra Santa, 11 de mayo de 2009.
32
Cf. BENEDICTO XVI, Discurso con ocasión del encuentro con las Organizaciones para
el Diálogo Interreligioso, Peregrinación a Tierra Santa, 11 de mayo de 2009. Puede verse
también: Encuentro con los Representantes de la Comunidad Musulmana de Camerún. Saludo
del Santo Padre, Viaje Apostólico a Camerún y Angola, 19 de marzo de 2009.
33
Cf. BENEDICTO XVI, Discurso a los Miembros de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, Viaje Apostólico a los Estados Unidos de América y visita a la Sede de la
Organización de las Naciones Unidas, 18 de abril de 2008.
34
Cf. BENEDICTO XVI, Encuentro con los Representantes de la Comunidad Musulmana
de Camerún. Saludo del Santo Padre, Viaje Apostólico a Camerún y Angola, 19 de marzo de
2009. Puede verse también Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in Medio Oriente, 14
de septiembre de 2012, 28.
17

considerar el diálogo no sólo como un medio para reforzar la comprensión recíproca,


sino también como un modo para servir a la sociedad de manera más amplia. Al dar
testimonio de las verdades morales que tienen en común con todos los hombres y
mujeres de buena voluntad, los grupos religiosos influyen sobre la cultura en su sentido
más amplio e impulsan a quienes nos rodean, a los colegas de trabajo y los
conciudadanos, a unirse en el deber de fortalecer los lazos de solidaridad35.

Para los creyentes, el mundo no es fruto de la casualidad ni de la necesidad, sino de un


proyecto de Dios. De ahí nace el deber de los creyentes de aunar sus esfuerzos con todos
los hombres y mujeres de buena voluntad de otras religiones, o no creyentes, para que
nuestro mundo responda efectivamente al proyecto divino: vivir como una familia, bajo
la mirada del Creador36.

35
BENEDICTO XVI, Discurso en ocasión del encuentro con Representantes de otras
Religiones…, 17 de abril de 2008.
36
BENEDICTO XVI, Carta Encíclica Caritas in Veritate, 29 de junio de 2009, 57.
18

CONCLUSIÓN

A lo largo de estas páginas hemos podido ver de manera rápida y resumida los
principales elementos que caracterizan el tema del diálogo interreligioso en el
Magisterio de Benedicto XVI. Como señalábamos en la introducción se trata de
elementos de una gran profundidad en los cuales se podría ahondar por separado en
orden a extraer todas las riquezas del pensamiento del Santo Padre. Esperamos que
esta visión de conjunto haya podido suscitar ese deseo.

Lo primero que podemos notar es que Benedicto XVI se mantiene en la línea de


sus antecesores y del Concilio Vaticano II. La declaración conciliar Nostra Aetate,
carta magna de las relaciones entre la Iglesia católica y las demás religiones sigue
estando latente en el fondo de todas las intervenciones del Pontífice. Así los llamados
a profundizar en los vínculos que nos unen, especialmente entre cristianos, judíos y
musulmanes, la disponibilidad para aceptar los elementos positivos de las diversas
tradiciones religiosas, la actitud de respeto y valoración recíproca responden a las
líneas marcadas por el Concilio.

También es digno de notarse el contexto histórico del Pontificado de Joseph


Ratzinger. En tiempos donde diversos conflictos bélicos tiñeron de sangre (y continúan
todavía) diversas regiones de nuestro mundo, el Papa hace un llamado urgente a todos
los líderes de las religiones a aunar sus esfuerzos por la paz. De modo particular
destaca en este contexto las relaciones con el Islam. No fueron fáciles las relaciones
con los seguidores de Mahoma, máxime cuando a raíz de diversas tergiversaciones de
las palabras del Pontífice algunos sectores quisieron colocar en total oposición a la
Iglesia y el Islam. Por ello, en su intento de aclarar la situación, Benedicto XVI dedica
en su magisterio diversas llamadas a las relaciones con los musulmanes.

Ha habido aportaciones de gran valor al tema: pensemos en la prioridad de la


verdad en el diálogo y su papel hacia un caminar juntos de las diversas religiones; las
diversas dimensiones que se le indican al diálogo en su desarrollo; en su trabajo a favor
del hombre y de la sociedad y del desarrollo integral… Todos temas que como dijimos
meritan ser profundizados con mayor detención.
19

BIBLIOGRAFÍA

Nota: como indicamos en la introducción, en este trabajo nos limitamos al estudio


directo de las distintas intervenciones que el Santo Padre dedicó sobre el tema del diálogo
interreligioso. Por esta razón en la bibliografía indicamos los discursos que fueron
consultados.

BENEDICTO XVI, Carta Encíclica Caritas in Veritate, 29 de junio de 2009.


(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_be
n-xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate_sp.html).
, Exhortación Apostólica Postsinodal Africae Munus, 19 de noviembre de
2011.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/apost_exhortations/document
s/hf_ben-xvi_exh_20111119_africae-munus_sp.html).
, Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in Medio Oriente, 14 de
septiembre de 2012.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/apost_exhortations/document
s/hf_ben-xvi_exh_20120914_ecclesia-in-medio-oriente_sp.html).
, Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini, 30 de septiembre de
2010.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/apost_exhortations/document
s/hf_ben-xvi_exh_20100930_verbum-domini_sp.html).
, Discurso a los participantes en la X Asamblea Plenaria del Consejo
Pontificio para el Diálogo Interreligioso, 7 de junio de 2007.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/june/documen
ts/hf_ben-xvi_spe_20080607_interrelg-dialogue_sp.html).
, Discurso con ocasión del encuentro con las Organizaciones para el Diálogo
Interreligioso, Peregrinación a Tierra Santa, 11 de mayo de 2009.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2009/may/documen
ts/hf_ben-xvi_spe_20090511_dialogo-interreligioso_sp.html).
, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2011.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2012/december/doc
uments/hf_ben-xvi_spe_20121221_auguri-curia_sp.html).
, Discurso a los Diplomáticos de los países de mayoría musulmana y a
exponentes de las comunidades musulmanas en Italia, 25 de septiembre de 2006.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2006/september/doc
uments/hf_ben-xvi_spe_20060925_ambasciatori-paesi-arabi_sp.html).
, Discurso a una delegación de la Fundación para la Investigación y el
Diálogo Interreligioso e Intercultural, 1 de febrero de 2007.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2007/february/docu
ments/hf_ben-xvi_spe_20070201_dialogo-interreligioso_sp.html).
, Discurso con ocasión del encuentro con los Representantes del Clero y fieles
de otras religiones, Viaje Apostólico al Reino Unido, 17 de septiembre de 2010.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2010/september/doc
uments/hf_ben-xvi_spe_20100917_altre-religioni_sp.html).
20

, Discurso durante el encuentro con el Presidente del Departamento de


Asuntos Religiosos de Turquía, Viaje Apostólico a Turquía, 28 de noviembre de
2006.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2006/november/doc
uments/hf_ben-xvi_spe_20061128_pres-religious-affairs_sp.html).
, Discurso durante la audiencia a ocho nuevos Embajadores, 17 de diciembre
de 2009.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2009/december/doc
uments/hf_ben-xvi_spe_20091217_ambassadors_sp.html).
, Discurso en ocasión del encuentro con los Miembros del Gobierno,
Representantes de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático y
Representantes de las principales Religiones, Viaje Apostólico a Benín, 19 de
Noviembre de 2011.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2011/november/doc
uments/hf_ben-xvi_spe_20111119_corpo-diplom_sp.html).
, Discurso en ocasión del encuentro con Representantes de otras Religiones,
Viaje Apostólico a los Estados Unidos de América y Visita a la Sede de la
Organización de las Naciones Unidas, 17 de abril de 2008.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/april/documen
ts/hf_ben-xvi_spe_20080417_other-religions_sp.html).
, Encuentro con los Párrocos y el Clero de Roma, 14 de febrero de 2013.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2013/february/docu
ments/hf_ben-xvi_spe_20130214_clero-roma_sp.html).
, Encuentro con los Representantes de la Comunidad Musulmana de
Camerún. Saludo del Santo Padre, Viaje Apostólico a Camerún y Angola, 19 de
marzo de 2009.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2009/march/docum
ents/hf_ben-xvi_spe_20090319_comunita-musulmana_sp.html)
, Intervención en la Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la
justicia en el mundo, Basílica de Santa María de los Ángeles, Asís, 27 de octubre
de 2011.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2011/october/docu
ments/hf_ben-xvi_spe_20111027_assisi_sp.html).
, Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2011.
(http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/h
f_ben-xvi_mes_20101208_xliv-world-day-peace_sp.html).
21

ÍNDICE

Introducción ................................................................................................................. 2

I. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DIÁLOGO ENTRE LAS RELIGIONES SEGÚN


BENEDICTO XVI ........................................................................................................... 3
1. El porqué del diálogo interreligioso................................................................. 3
2. Un deber, no una opción .................................................................................. 6
3. En la línea de la Declaración “Nostra Aetate” ................................................. 7
4. Importancia del diálogo entre judíos, cristianos y musulmanes ...................... 7
5. Diversas dimensiones del diálogo.................................................................... 8
6. Basado en la verdad ....................................................................................... 10

II. ALGUNOS OBJETIVOS DEL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO SEGÚN EL MAGISTERIO DE


BENEDICTO XVI ......................................................................................................... 11
1. La comprensión más que la conversión ......................................................... 11
2. La verdad, objetivo más amplio del diálogo interreligioso ........................... 13
3. La paz ............................................................................................................. 13
4. Defensa y promoción de los valores humanos fundamentales: ..................... 15

Bibliografía ................................................................................................................ 19

Índice ......................................................................................................................... 21

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