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Cuatro actitudes de un cristiano inmaduro y

cómo superarlas

La palabra de Dios nos enseña que los cristianos debemos ir madurando desde el momento
en que experimentamos un nuevo nacimiento (el día que nos convertimos a Cristo, según
Juan 3:3) hasta el día que el Señor nos llame a su presencia. Pero el crecimiento espiritual
no se adquiere simplemente por el tiempo de convertidos ni por la ausencia de
problemas, errores o pecados, sino que se adquiere al poner en práctica la palabra de
Dios en medio de toda circunstancia, buena o mala. Es por esto que Dios nos llama a
crecer.

Si pensamos en un bebé, nos imaginamos un niño pequeño en una condición indefensa, que
llora si tiene hambre, llora si tiene frío, llora si tiene calor, llora su se hizo “popó” y llora si
se hizo “pipí”. Durante la infancia es normal que los niños tengan actitudes como
egocentrismo, pues lo oímos decir cosas como: “este juguete es mío, mío, mío” y que se
sientan celosos (por ejemplo, si tienen un hermanito y le prestan mucha atención), también
es natural que tengan sus caprichos “no me quiero levantar temprano para ir a la escuela”, y
que tengan sus rabietas.

Es decir, los bebés necesitan mucha atención, mucho cuidado, necesita que alguien los
atienda, los cuide, les dé de comer, los asee, y entre muchas otras cosas, les dé mucho
amor. Al mismo tiempo, conforme van creciendo, los niños van aprendiendo a valerse por
sí mismos hasta que son adultos. Así, conforme el tiempo pasa, van dejando atrás la
infancia, y con la ayuda y formación de los padres aprenden a comportarse correctamente y
a poner en práctica los valores que han aprendido como compartir, dar las gracias, ser
obedientes, y cosas por el estilo.

De la misma forma, lo correcto es que los cristianos, al principio de su caminar con Dios,
necesiten que se les ayude a dar sus primeros pasos. Muchos de ellos al principio no saben
alimentarse espiritualmente por sí solos (es decir, no saben leer la biblia), tampoco saben
hablar (o sea, no saben cómo orar) y necesitan que alguien les enseñe la escritura, que
alguien ore por ellos y en general les de todo el acompañamiento que necesita un “bebé
espiritual”. Además, un nuevo creyente aún tiene muchas actitudes incorrectas, porque
ignora muchas cosas, y por ello se le debe comprender y tratar con mucha misericordia, se
le debe corregir con amor para que vaya aprendiendo los principios de Dios sin
lastimarlo. Porque no lo hace por maldad, sino por inmadurez, es decir por ignorancia.
“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas
cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.” 1 Corintios 13:11 Reina-Valera 1960

"Pues el que se alimenta de leche sigue siendo bebé y no sabe cómo hacer lo correcto. El
alimento sólido es para los que son maduros, los que a fuerza de práctica están
capacitados para distinguir entre lo bueno y lo malo."
Hebreos 5:13-14 Nueva Traducción Viviente

Pero, como lo dice el versículo, viene el tiempo en que debemos dejar de ser niños en
Cristo y caminar hacia la madurez. La inmadurez no es pecado, pero es una debilidad del
creyente que se debe identificar y erradicar.De lo contrario va a afectar nuestra relación
con Dios y con los demás.

¿Qué es inmadurez espiritual?


"Con el tiempo que llevan de haber creído en la buena noticia, ya deberían ser maestros.
Sin embargo, todavía necesitan que se les expliquen las enseñanzas más sencillas acerca
de Dios. Parecen niños pequeños, que no pueden comer alimentos sólidos, sino que sólo
toman leche. Son como niños recién nacidos, que aún no pueden distinguir entre lo bueno y
lo malo."
Hebreos 5:12-13

La inmadurez espiritual surge cuando un cristiano, a pesar de que tiene mucho tiempo en
Cristo, no ha crecido, no ha madurado y se sigue comportando como un bebé espiritual. A
pesar de los muchos años de conocer de Dios, estas personas siguen teniendo las conductas
de un recién convertido. Esto les perjudica a ellos mismos, perjudica su relación con Dios y
perjudica a todos los que están a su alrededor, incluso perjudica a la iglesia. Difícilmente se
podrá edificar un noviazgo, un matrimonio, un hogar o un ministerio si no se es maduro. La
mayoría de las divisiones en las iglesias son ocasionadas por líderes inmaduros.

Tip de Noviazgo: Uno de los factores que más influyen en el éxito de un noviazgo
cristiano es la madurez espiritual. (Véase ¿A qué edad puedo/debo tener novio/a?).
¿Cuáles son las actitudes de un cristiano inmaduro y cómo corregirlas? La verdad es que
muchas personas se creen muy maduras, pero nadie reconoce sus defectos hasta que se ve
en el espejo. Así que vamos a vernos en el espejo de La Palabra de Dios para saber si aún
tenemos actitudes de cristianos inmaduros y hoy vamos a crecer con ayuda del Espíritu
Santo.
1. Egocentrismo

Las personas egocéntricas son aquellas que tienen un deseo compulsivo de ser reconocidas.
Por eso viven sumamente afanadas en la iglesia, en la casa, o en el trabajo, porque buscan
convencer a todos de lo buenos que son. Necesitan que todos tengan un buen concepto
sobre ellos y, como viven para agradar a la gente, viven en esclavitud.

Ellos no están enfocados edificando a la iglesia, están ocupados edificando su reputación y


cuidándola. Por eso tienden a presumir, y a andar contándole a todos lo que hacen: “Ayer
estuve ayunando y orando, Dios me habló”, “te cuento que tuve una visión”, “te cuento que
tuve un sueño y en el sueño se me apareció un ángel”… y muchas veces sus relatos no son
ciertos.

“¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los
admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo”
Mateo 6:1 Nueva Traducción Viviente (NTV)

El problema con este tipo de actitudes es que en el fondo se siente frustrados, porque no
importa lo que hagan, ni lo mucho que se esfuercen, sienten que nunca han logrado que
todos, especialmente sus autoridades, estén totalmente convencidos de lo buenos que son.
Esto los lleva a ser sumamente perfeccionistas, pero viven infelices porque sienten que
nunca lograrán que la gente sepa todo lo que tiene que saber sobre ellos. Querido amigo, la
razón de esta infelicidad es que la verdadera satisfacción la obtenemos precisamente
cuando nuestras buenas acciones son una ofrenda de adoración para Dios. El ser humano
no fue diseñado para ser el centro, Cristo lo es. ¡Enfócate en hacer famoso a Jesús!
Juntos constituimos su casa, la cual está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y
los profetas. Y la piedra principal es Cristo Jesús mismo.
Efesios 2:20 Nueva Traducción Viviente (NTV)
2. Rechazo

En otras ocasiones el egocentrismo es un disfraz de detrás del cual se oculta mucho


rechazo. La manera más común en que se manifiesta el rechazo es cuando las personas se
toman todo personal. Cualquier cosa que alguien les diga o les pregunte es motivo para que
se sientan ofendidos o atacados. ¡Hasta sienten que las predicaciones del domingo son un
ataque personal! Se ofenden cuando otra persona tiene un punto de vista diferente. Si un día
no los saludó el pastor se sienten mal, piensan: “seguramente es que no le agrado”. Si
alguien se va de la iglesia se ofenden, si alguna persona del liderazgo de la iglesia cometió
un error les ofende, les decepciona, les golpea, les indigna.

El problema con este tipo de personas es que hay que estarles dando explicaciones de cada
decisión que se toma en la iglesia para que no se ofendan. Y para llamarles la atención hay
que tener sumo cuidado para usar las palabras correctas, aunque desafortunadamente no
sirve de nada porque no importa lo que se les diga todo se lo toman personal. Si se les
recuerda lo que deben hacer “¡me están presionando!”, si se les pregunta sobre algún tema
“¿Será que cree que soy un ignorante?”, si le dan alguna posición de servicio en el
liderazgo a otro: “Es que aquí tienen preferencias”, si alguien le llama la atención “en este
lugar están en contra mía”, si lo cambian de posición en la iglesia “es porque me echaron la
culpa de algo que pasó” … se pasan comparando con los demás. Y no importa lo que sea,
todo lo interpretan como un ataque en su contra.

Esto crea una necesidad constante de defenderse, es decir, siempre están a la defensiva. Ni
siquiera dejan hablar a los demás cuando quieren decirle algo. Tampoco suelen perdonar ni
pedir perdón. Por lo general guardan mucho resentimiento y suelen sacar “trapos sucios”
(ofensas o errores de otros del pasado). Llevan la cuenta de todo lo que les deben. Esto
afecta mucho su relación con los demás y su servicio a Dios ¡No pueden ni siquiera
evangelizar porque terminan peleando con el evangelizado!

Este tipo de personas por lo general ha sufrido rechazo o abusos durante alguna etapa de su
vida, especialmente de parte de las figuras de autoridad, y necesitan sanidad. Por eso cada
vez que ven a una figura de autoridad llamando su atención, reaccionan mal. Debo insistir
en que este tipo de personas no son malas, sólo están heridas,necesitamos tener mucho
amor, misericordia y paciencia para hacerles ver esta actitud en ellos, con el fin de que poco
a poco puedan madurar. Aún así no es una buena idea delegarle responsabilidades
demasiado importantes hasta que esa sanidad haya dado frutos, ya que cuando las personas
con esta actitud son promovidas, esto tiende a inflar su ego aún más. Lo cual ocasiona que
muchas veces tiendan a pisotear a otros y sean aún más difíciles de discipular. Una simple
llamada de atención puede generar un conflicto desastroso que puede terminar incluso en
una división..
¿Como ser libre del rechazo y el egocentrismo?
1. Morir al yo. Debemos entender que Jesús nos llamó a negarnos a nosotros mismos,
y tomar nuestra cruz. Cuanto más morimos a nuestro ego más libres somos. Esto no
quiere decir que debemos dejar que nos pisoteen, quiere decir que debemos actuar
con humildad y pensar en lo que sea mejor para su Reino, no para nosotros.
Pertenecemos a algo mucho más grande que tú y yo, pertenecemos al Reino de
Dios, y el avance del Reino es más importante que tu comodidad y la mía. No es el
reino de Daniel Villalobos ni es el reino tuyo, es el reino de Dios, quien merece toda
la gloria, y el único protagonista de esta historia.

“Luego Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor,
tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz y seguirme.”
Mateo 16:24 Nueva Traducción Viviente (NTV)
2. Buscar la aprobación de Dios, no la de las personas. Los años pasarán y toda
nuestra generación pasará y en el futuro talvez nadie sepa quién era yo o quizás sí.
Pero eso no importa, lo que importa es que mi Padre sepa quién soy yo y que yo
haya hecho su voluntad. ¿Y qué si nadie se entera de cada pequeña cosa que hiciste
para Dios? Dios sí se enteró, no te preocupes.

"Queda claro que no es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios.


Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo.
Gálatas 1:10 Nueva Traducción Viviente (NTV)

3. Desarrollar un corazón perdonador. Entender y aceptar que siempre habrá


ofensas, sean o no sean personales. La madurez nos da la capacidad de escuchar
comentarios, críticas, correcciones u opiniones sin sentirnos ofendidos, aceptando
aquellas que consideramos que vienen de un buen corazón y perdonando ignorando
aquellas que vienen a dañarnos. ¡Un cristiano maduro no se lo toma personal!
Identifica todas aquellas personas que te han rechazado y ofendido o herido, y
suéltalas. ¡Perdona y déjaselo a Dios! En tus fuerzas no es posible, pero en el poder
del Espíritu Santo sí es posible, decide perdonar. No es una emoción, es una
decisión.

Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor
Jesucristo y no a la gente. Porque ya saben que Dios les dará, en recompensa,
parte de la herencia que ha prometido a su pueblo. Recuerden que sirven a Cristo,
que es su verdadero dueño."
Colosenses 3:23-24 Traducción en lenguaje actual (TLA)
3. Impaciencia

“No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente: ¡El fiel amor
del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus
misericordias son nuevas cada mañana. Me digo: «El Señor es mi herencia, por lo tanto,
¡esperaré en él!». El Señor es bueno con los que dependen de él, con aquellos que lo
buscan. Por eso es bueno esperar en silencio la salvación que proviene del Señor”.
Lamentaciones 3:21-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)

La impaciencia surge cuando pasa el tiempo y no vemos los resultados que esperamos. Nos
lleva a actuar de maneras equivocadas. Muchos se rinden y abandonan los caminos de
Dios por impaciencia, otros más bienactúan precipitadamente para "ayudarle a Dios", lo
cual les trae problemas en el futuro. La historia de Sara y Abraham es un excelente ejemplo
de ello. Dios les había prometido un hijo pero Sara se impacientó y presionó a su esposo
para que tuviera relaciones sexuales con Agar su criada quien tiempo después dio a luz a
Ismael. Dios les tuvo que reafirmar que su promesa se cumpliría por medio de Sara, quien
dio a luz a Isaac tiempo después. Pero la relación entre Isaac e Ismael sería un problema, y
lo sigue siendo hasta nuestros días. Todo por la impaciencia.

"(...) Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el
corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo
que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin."
Eclesiastés 3:11 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Querido(a) amigo(a), tu no puedes hacer el trabajo de Dios. Acepta que Dios es mucho más
sabio que tu y sus tiempos son perfectos. Entiende cuál es tu parte y cuál es la parte de
Dios. Muchas veces queremos ayudarle a Dios al ver que él no cumple sus promesas. Pero
nosotros no debemos hacer la parte de Dios, debemos obedecer lo que él nos dijo y el resto
él lo hará en su tiempo. Muchos abandonan los caminos de Dios porque dicen “¡Dios no me
ha respondido! ¿Cuándo va a hacer lo que dijo? ¿Cuándo va a cambiar a mi familia?
¿Cuándo me va a sanar? ¿Cuándo me va a prosperar? ¡Estoy cansado, esto de ser cristiano
no funciona! Quizás Dios está probando tu corazón para ver si lo quieres más a él, por
encima de lo que le estás pidiendo.
4. Inconstancia
A veces la impaciencia va de la mano con la inconstancia. Las personas inconstantes son
inestables, y dependen mucho de sus emociones para hacer algo. Esto hace que carezcan de
compromiso y difícilmente se pueden considerar leales. Son personas que tienen cambios
de ánimo constantemente. Un día se comprometen con algo pero luego ya no desean seguir
haciéndolo. No terminan lo que empiezan y no cumplen lo que prometen.

Ejemplos: Un día quiere servir a Dios, la siguiente semana ya no quiere servirle más. Hoy
se encierra en el cuarto y ora 1 hora, el resto de la semana no ora. Viene “encendido” de un
evento pero luego de unas semanas ya no “siente” lo mismo. Hoy piensa que la familia es
importante, y a los días deja la familia. Si es un líder inconstante, va a generar inseguridad
en los demás: No se sabe si hay reunión o no hay reunión, a veces llega a dar la enseñanza a
veces no.

"Pero tiene que pedir con fe, sin dudar nada; porque el que duda es como una ola del mar,
que el viento lleva de un lado a otro. Quien es así, no crea que va a recibir nada del Señor,
porque hoy piensa una cosa y mañana otra, y no es constante en su conducta"
Santiago 1:6-8 Dios Habla Hoy (DHH)

Esto hace que no puedan recibir nada de Dios. ¡No pueden crecer! Y eso los frustra aún
más, porque tienen dos mentalidades, son inseguros, dudan de lo quieren, no se deciden por
un camino. Si sabemos que la fe es “la convicción de lo que se espera y la certeza de lo que
no se ve” (Hechos 11:1) entonces ser certeros y tener convicciones firmes son los
ingredientes necesarios para poder recibir lo que le pedimos a Dios, pero si ni siquiera
sabemos qué es lo que queremos en la vida ¿Cómo vamos a recibir de Dios? ¿Cómo vamos
a crecer? Necesitamos desarrollar convicciones firmes y decidir de una vez por todas seguir
a Cristo.
¿Cómo vencer la impaciencia y la inconstancia?
“Porque por fe andamos, no por vista”
2 Corintios 5:7 Reina-Valera 1960

Nuestras decisiones no se deben basar emociones sino en la fe. Y la fe actúa por obediencia
a La Palabra. Muchos dicen “yo solo hago algo si me nace hacerlo, si no me nace no lo
hago porque sería hipocresía”. Te equivocas, actuar con base en tus convicciones y no con
base en tus emociones no te hace un hipócrita, te hace una personadeterminada. Y si
caminas en obediencia con la fe puesta en Jesús te aseguro que verás cumplidas sus
promesas en tu vida en su tiempo. Debemos aprender a decir ¡Que Dios nos baste! ¡Y que
se haga su voluntad! Vamos a hacer lo que nos toca a nosotros por el tiempo que sea
necesario hasta que la puerta se abra. Vamos a seguir fieles, vamos a perseverar.

No tienes que sentir nada muchas veces yo he orado y leído la biblia por la fe, sin sentir
nada. A veces por semanas sin sentir nada, pero luego al perseverar comienzo a ver y a
sentir los resultados. La vida del cristiano es una carrera de resistencia no de velocidad.

"Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera
que exige resistencia." Hebreos 12:1-2Traducción en lenguaje actual (TLA)

Sigue corriendo, sigue haciendo la voluntad de Dios, con fe, sigue creyendo, sigue
perseverando. Dios te está fortaleciendo la fe mientras esperas. Y te está enseñando a
confiar en él. Te está formando, te está disciplinando, recordándote que él tiene el control.
Está purificando tu corazón, para que lo ames más a él que a cualquier otra cosa que él
pueda darte. Para que cuando lo recibas lo sepas usar sabiamente.

Espero que esta publicación te haya servido. Si necesitas ayuda puedes escribirme o dejar
un comentario. Dios te bendiga.

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