Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
un nuevo informe que nos brinda la UNESCO calificó los datos como "una crisis de
aprendizaje" y manifestó que pone en peligro la consecución del Objetivo de
Desarrollo Sostenible número 4, que busca lograr una educación de calidad.
África subsahariana, con 202 millones, es la región del mundo con el mayor
número de niños, niñas y adolescentes que no están progresando en estas
materias, con casi 9 de cada 10 niños entre 9 y 14 años.
Según la última encuesta sobre consumo de lectura publicada por el Dane, los
niños de entre 5 y 11 años leen, en promedio, 3,2 libros al año.
https://www.eltiempo.com/vida/educacion/habitos-de-lectura-de-los-ninos-en-colombia-150516
Los niños y jóvenes se están convirtiendo en un ejemplo para los adultos a la hora
de leer. Puede que lo hagan en tabletas, computadores o en el celular, pero cada
vez consumen más literatura. Y aunque queda un largo trayecto para alcanzar un
nivel de lectura alto, las cifras demuestran un avance significativo.
La lectura tiene una gran cantidad de beneficios en la vida de todas las personas y es la
base de la cultura. Mediante la lectura accedemos a una parte importante de la
información, ayuda en el desarrollo de la imaginación y de las capacidades mentales y, en
particular, resulta esencial durante la etapa escolar; de hecho, la tasa de éxito (o fracaso)
escolar está fuertemente ligada a la capacidad del niño para leer y comprender
adecuadamente lo que lee. Un niño que lee adecuadamente es un niño que está más
cerca de triunfar en los estudios y, por ello, el contacto con los libros debe ser incentivado
en los más pequeños tan pronto como sea posible. En este sentido, el papel de los padres
es esencial.
Es un aspecto clave para que más adelante se sientan atraídos por la lectura y
para que no se convierta en una actividad tediosa, por lo que no sienten ningún
interés, algo que ocurre bastante a menudo. En conseguir esta motivación, los
padres son esenciales y tienen un papel muy relevante. Muchos padres se
preguntan como enseñar a leer a sus hijos y qué pueden hacer para incentivar
este hábito.
En primer lugar, hay que tener claro que no se debe forzar al niño a aprender a
leer anticipadamente. Muchas investigaciones en pedagogía sugieren que se
comience con la enseñanza formal de la lectura a partir de los 6 o 7 años. Sin
embargo, esta recomendación cambia cuando es el niño el que muestra interés y
curiosidad por la lectura y siente el deseo de aprender a leer, cuando se fija
mucho en los libros, pregunta por las letras, etc. En estos casos, no sólo no
debemos frenar su motivación, sino que debemos ayudarle a introducirse
paulatinamente en la lectura.
Incluso existe la idea equivocada de que las redes sociales y las nuevas
tecnologías están alejando a los niños y a los jóvenes de la lectura. Pero los
‘booktubers’ demuestran lo contrario al aprovechar plataformas como YouTube
para reseñar libros y hablar de la lectura.
Juana Silva, coordinadora de contenido juvenil e infantil de la Cámara del Libro,
explica que la diferencia entre un joven que lee y uno que no lo hace es grande.
“Aquel que se acerca a un libro porque le atrae encuentra empatía, se ve a sí
mismo reflejado en los personajes y entiende distintas realidades. Le es más fácil
comprender el mundo y desarrolla habilidades sociales”, dice.
Además, explica que, sin importar su nivel socioeconómico, los niños que nacen y
crecen en hogares en los que se recrea la tradición oral a través de canciones,
cuentos y juegos de palabras, y donde se lee en voz alta a los pequeños, tienen
muchos beneficios. “Son niños que se expresan mejor, viven el aprendizaje formal
de la lectura y la escritura con mayor facilidad y tienen más posibilidades de
convertirse en lectores autónomos y críticos”, añade el mismo estudio.
De los consejos que dan los expertos a quienes deseen fomentar el hábito de la
lectura en sus hijos hay dos que son claves: no obligar y ser ejemplo.
Por otro lado, si el niño observa que sus padres leen frecuentemente y que,
además, disfrutan de esta actividad, es muy probable que imiten esa práctica.
Así mismo, la lectura es un medio de liberación que permite dar fin a prejuicios,
pues leer puede ayudar a reflexionar sobre la existencia. En relación con ello,
Garrido (1997) expone que La enseñanza de la lectura no puede reducirse a la
simple alfabetización, a la mera adquisición de la habilidad de reconocer las letras
y las palabras; debe incluir el desarrollo de la capacidad de entender y sentir el
texto, así como de la afición a la buena lectura (pp.5- LA ENSEÑANZA DE LA
LECTURA EN LA EDUCACIÓN INICIAL 24 24 6). Aún más, leer tiene un
significado que supera lo formativo, pues crea experiencias. Por ello, Garrido
(1997) plantea que para tener una buena lectura hay que sentir y comprender el
texto de una manera diferente, es decir, combinando las frases, los párrafos o los
capítulos, de modo que se llegue más allá de lo que dice el texto.