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Los conflictos éticos en

psicología

Alumna: Ana Carolina Salas Cruz


Grupo:502
Fecha: 16 de enero del 2024
Un problema de índole ético se comprende como aquella situación en que los/as profesionales,
deben decidir cuál es la conducta correcta a realizar en términos morales.

los conflictos éticos en psicología pueden surgir en diversas situaciones y contextos. Algunos
ejemplos de conflictos éticos incluyen:

1. Confidencialidad y límites de la revelación: el equilibrio entre mantener la confidencialidad


del paciente y la obligación de informar en situaciones de riesgo puede generar conflictos éticos.
Decidir cuándo es necesario revelar información puede ser complejo.

2. Doble relación o dualidad de roles: cuando el psicólogo tiene una relación dual con el
paciente, como ser amigo, colega o familiar, puede surgir un conflicto ético debido a la posibilidad
de que esta relación afecte la objetividad y la eficacia del tratamiento.

3. Consentimiento informado: asegurar que los pacientes comprendan completamente los


riesgos, beneficios y alternativas del tratamiento antes de dar su consentimiento puede ser un
desafío. La presión externa o la falta de información clara pueden plantear dilemas éticos.

4. Integridad en la investigación: la ética en la investigación psicológica es crítica. Los conflictos


pueden surgir cuando hay presiones para obtener resultados específicos, ocultar datos adversos o
no respetar los derechos de los participantes.

5. Cultural y diversidad: la sensibilidad cultural y la comprensión de la diversidad son esenciales


en psicología. Los psicólogos pueden enfrentar conflictos éticos al abordar cuestiones de sesgo
cultural, estereotipos o al trabajar con poblaciones diversas.

6. Competencia profesional: aegurar que los psicólogos tengan la formación y experiencia


adecuadas para tratar a ciertos pacientes puede generar conflictos éticos. La aceptación de casos
fuera de la competencia del psicólogo puede comprometer la calidad del tratamiento.

7. Conflicto de intereses: situaciones en las que los intereses personales o financieros del
psicólogo podrían afectar la objetividad en la prestación de servicios terapéuticos pueden plantear
dilemas éticos.
8. Manipulación y coerción: los psicólogos deben evitar la manipulación o la coerción para
influir en las decisiones de los pacientes. Los casos de manipulación en la terapia o la investigación
plantean cuestiones éticas importantes.

9. Respeto a la autonomía: Los psicólogos deben respetar la autonomía de los pacientes. Los
conflictos éticos pueden surgir cuando las decisiones del paciente entran en conflicto con la
opinión del psicólogo.

10. Conflictos entre valores personales y profesionales: Los psicólogos pueden enfrentar
dilemas éticos cuando sus valores personales entran en conflicto con las pautas éticas
profesionales, especialmente en casos en los que deben proporcionar servicios que van en contra
de sus creencias personales.

La gestión efectiva de estos conflictos éticos requiere un sólido marco ético, consulta con colegas y
supervisión, así como una continua reflexión sobre la práctica profesional.
Los conflictos éticos en psicología arrojan luz sobre la complejidad inherente a esta disciplina,
donde el bienestar del paciente y la integridad profesional se entrelazan de manera delicada. La
preservación de la confidencialidad, aunque esencial, se enfrenta a la encrucijada de discernir
cuándo la revelación es imperativa, equilibrando así la ética con la seguridad.

La dualidad de roles añade otra capa de complejidad, exigiendo que los psicólogos mantengan
límites claros para garantizar la objetividad y la efectividad del tratamiento. El consentimiento
informado, piedra angular del respeto al paciente, desafía a los profesionales a comunicar de
manera clara y comprensible, evitando presiones indebidas.

En el ámbito de la investigación, la integridad se pone a prueba, exigiendo la transparencia y la


honestidad frente a presiones para obtener resultados específicos. La diversidad cultural plantea
desafíos éticos al requerir una sensibilidad aguda y una comprensión profunda de las diferencias
individuales.

La competencia profesional y la capacidad de reconocer y gestionar conflictos de intereses son


esenciales, ya que aceptar casos más allá de la competencia puede comprometer la calidad del
tratamiento. La manipulación y la coerción, así como el respeto a la autonomía del paciente, son
esferas donde los dilemas éticos requieren una atención cuidadosa.
La gestión de conflictos éticos no solo demanda conocimientos sólidos de los principios éticos,
sino también una disposición constante para la reflexión y la mejora. En última instancia, el
comentario sobre los conflictos éticos en psicología destaca la responsabilidad ética que recae en
los profesionales para salvaguardar el bienestar de aquellos a quienes sirven.

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