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¿FILOSOFIA ANDINA?

Filosofía Andina: critica a la construcción discursiva

Por Santos Diamantino[1]

Hoy en día se ha puesto en boga el discutir lo propio y lo ajeno, lo que es y no es algo. Y uno de
los temas que está trayendo pelea al interior de algunos círculos de intelectuales urbanos es la
posibilidad de la existencia de una Filosofía Andina. Para ello, se han dado diversos esfuerzos
tanto de intelectuales que pretenden provocar a la comunidad lectora, como de colectivos
políticos que tocan temas como; la integración de la diversidad, pensamientos en la cultura
indígena, racionalidad occidental y racionalidad andina, temas concernientes al buen vivir,
proyectos históricos de los andes y otros temas que concentran la atención de estos círculos
académicos.

No obstante, no se preguntan, qué entienden por filosofía, si este concepto es aplicable a esta
parte del mundo. Más aún tampoco determinan qué es lo andino, ¿un círculo político, una
parte geográfica, si es así de dónde a dónde corresponde lo andino? Dicotomías que no son
claros en estos textos de Filosofía Andina. Además de mostrar una escisión entre la teoría y lo
considerado real en la percepción de la comunidad de seres humanos; y como camuflaje
simplemente se afirma “nadie tiene la verdad”.

Otro aspecto importante a reflexionar es ¿Quiénes pueden hacer filosofía andina?, ya que
muchos se atribuyen potestades por sus vinculaciones políticas o por su orígenes identitarios.
Algunos simplemente prefieren hablar desde los textos. Estos son algunos problemas que a
simple vista están presentes y sin discutirse de manera seria y argumentativa.

Algunas puntualizaciones, considero que la filosofía es una actividad humana, que no le


importa si es o no de una cultura, ya que filosofar es más que un instrumento metodológico.
Su objetivo es resolver inquietudes humanas, el porqué de la existencia humana, el lugar del
ser humano en esta tierra. Curiosidades que en toda comunidad de hombres se busca
responder. Desde ese punto de vista hay la existencia de la filosofía en todas las comunidades
humanas de esta tierra, sólo con diferentes matices, tal como se puede apreciar en la
arquitectura, en el idioma, en las artes y la vida social en general. Aunque hay quienes dicen
que hacer filosofía solo les compete a los griegos, a quienes se les atribuye la propiedad de la
palabra. Entonces, también habría que decir; que la poesía o la arquitectura ¿sólo es asunto de
griegos, puesto que estas palabras tienen dicha raíz?

Si fuese este el razonamiento, deduzco que no se va poder cimentar una filosofía andina, por
creer que es importante seguir los cánones del pensamiento occidental, para determinar que
algo es algo, negando de alguna manera la libertad de pensamiento. Idea que en sí misma va
en contra del carácter filosófico, por segregar, por tratar de diferenciarse en supuestos
naturales. Además de cimentar divisiones en la sociedad, jerarquías sociales, atribuidos a
características y normativas específicas de una supuesta sociedad alta.

Imprescindible es identificar elementos que ayuden a conocer el carácter de los pueblos, el


estilo, su estética, la diversidad de subjetividades para hablar de una filosofía “X”. Solo así, es,
cómo vamos a hallar y poder afirmar que efectivamente existe una filosofía andina; ya que los
filósofos nos hemos acostumbrado a querer universalizar todo, sin reflexionar la diversidad de
subjetivismos que existe en este mundo, y queremos enunciar desde la simple observación lo
que es filosofía andina.

Para hacer filosofía andina es fundamental conocer la realidad del que vive en los Andes. Una
construcción teórica que compruebe lo que se dice. Afirmar algo o negar algo de manera
simplista no es suficiente, ya que eso, nos somete a más complicaciones. Una filosofía andina
que diga quién afirmó tal idea y porqué, dónde obtuvo esa idea, ya que no todas las culturas
son homogéneas. Se puede hacer una crítica desde los libros que escriben sobre el ande, pero
no es aconsejable, porque la realidad humana va en evolución (cambio de condición social)
todo el tiempo, similar a la ciencia informática.

Es preciso tener claro, la idea de que la racionalidad andina no opera con la “lógica científica
oficial”, sino, que trabaja con formas simbólicas, y no de manera conceptual como el
pensamiento occidental. De ahí su pelea en los estratos políticos por la reinserción de lo
simbólico en el imaginario social de la educación. Para eso hay que entender su vida natural,
su espacio geográfico y social. No se puede determinar una filosofía andina desde el centro de
un área urbano, ya que no vislumbra lo considerado culturalmente andino. Al mismo tiempo
que es más complicado determinar qué acciones pertenecen a la cultura de un pueblo y que
no. Donde se puede argüir con certeza que la globalización ha hibridado todo, logrando un
mareo conceptual, una pelea sin fin de lo propio y lo ajeno.

Desde la ciudad no se puede entender el concepto de hombre (mundo occidental = centro,


mundo andino = elemento que integra a la tierra, por eso cuida la naturaleza, “aunque eso es
relativo para el accionar del mundo aymara”). El hombre para el andino no es un ser aislado,
sino, colectividad. No se pierde en paradigmas especulativos de la razón, vive
pragmáticamente, sin olvidar su relación con la naturaleza de forma recíproca (ejemplo; el
andino abona la tierra para mejorar sus formas productivas, hacen descansar la tierra, etc.). En
la filosofía andina hay nociones que no se pueden pasar por alto, como la complementariedad,
el cual traduce la superación de la incomodidad de lo incompleto, por eso la dualidad varón y
mujer. La noción de que el andino no mata a ningún Dios, sino, la considera hermano mayor. Si
estos elementos que son mínimos no entendemos, desde el ser del que vive en el campo, se
habrá dicho y escrito mucho, pero se habrá dicho poco.

Link de descarga.

[1] Lic. En Filosofía y Antropología de la U.M.S.A.

Publicado por Santos Diamantino en 7:52 No hay comentarios:

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viernes, 26 de agosto de 2016


LO QUE NO IMPORTA A DOCENTES NI ESTUDIANTES DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR (El trabajo)

Por: Santos Diamantino

La educación superior es un espacio de tremenda responsabilidad, y tiene sus repercusiones


en todos los planos de la sociedad. Hay una larga lista de profesionales nuevos que engordan
la lista de desempleados. En la actualidad del 100%, el 50 % son jóvenes que están entre los
25 y los 30 años en busca de trabajo. Hasta enero de 2016 (Centro de Estudios para el
Desarrollo Laboral y Agrario), se observó que la falta de oportunidades de trabajo para nuevos
profesionales es una deficiencia gubernamental del Estado boliviano. Hoy en día el contar con
una licenciatura u otro grado académico no es garantía de nada. No es un aspecto que
garantice encontrar empleo.

Ahora, no es este un elemento determinante, también hay elementos como la insuficiencia


académica que es un obstáculo para desarrollar bien su vida profesional; ya que el mundo en
el que vivimos va en constante desarrollo y exige más preparación. El estudiante de hoy,
considera que falta formación de parte de docente, de administración, que hay pobreza a nivel
práctico. La universidad se acostumbró a realizar mucha teoría.

Por otro lado, en ciertas áreas de especialización hay una saturación (Fundación para la
producción y la universidad privada), sobre todo aquellas relacionadas a la contabilidad, la
administración de negocios, vías jurídicas, etc. Las que mayor matricula atraen, y de las que
hay, mayor oferta de trabajo. Esto no permite que haya una conexión entre la decisión
estudiantil y la condición laboral.

Según Alberto Viarreque (UCB), “profesionales con grado de licenciatura, masterado, incluso
doctorado, no encuentran un sitial en la sociedad. Lamentablemente las universidades han
dejado de tener un Plan Nacional de Desarrollo Universitario. Sus expectativas y
desenvolvimientos son: de acuerdo al lucro, al mercado. Entonces, instalan carreras que no
son relevantes, no son necesarios, que no atacan las necesidades y problemas. Por eso cuando
un profesional sale, no sé qué hacer, y no hay quien lo contrate, tenemos profesionales
manejando taxis, que no saben qué hacer.” (2013)[1]

La crisis de la demanda laboral, hace que el estudiante elija carreras que permitan el
autoempleo (Derecho, Ingeniería, Medicina), aunque esto no permita la comodidad humana.
Esto ha causado que muchos profesionales abaraten costos de servicios. En la actualidad
existen 59 universidades autorizadas, entre públicas y privadas, la mayor parte son privadas
(algo más de 40). Hecho que ha contribuido a la democratización de la Educación Superior. El
problema está en la formación de los estudiantes.

La educación superior en Bolivia está en crisis, las universidades presentan poco aporte a la
sociedad. Las razones: la falta de inversión en ciencia, la falta de infraestructura adecuada, el
insuficiente uso de la tecnología, la deficiente formación docente, salarios bajos, y la baja
preparación de estudiantes, hace que no progrese Bolivia. En ese medio de inquietud es que
buscan un título profesional como medio de vida.
Pero el problema es, ¿si los profesionales de hoy, son capaces de responder a las exigencias y
desafíos que se les planteen en el Futuro? ¿Las universidades tendrán la capacidad de
proporcionales las herramientas para enfrentar con responsabilidad y compromiso profesional
el futuro?

Lo que sucede hoy en las aulas se refleja en el mañana de un país.

[1] Véase la nota en el link https://www.youtube.com/watch?v=upMGC_-5nbg, Reportaje


Educación Superior en Bolivia, Periodista; Henry Angulo, cámaras Javier Alcoba. 15 de abril de
2013.

Publicado por Santos Diamantino en 8:14 No hay comentarios:

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miércoles, 13 de julio de 2016

H.C.F Mansilla: La Bolivia que no cambia

H.C.F Mansilla: La Bolivia que no cambia

“Yo creo que los indianistas, bajo esa apariencia radical de modificar todo, en el fondo lo que
quieren es preservar valores muy antiguos y muy convencionales, jerárquicos, verticales,
autoritarios, machistas, que vienen de muy atrás, pero ahora con un aspecto revolucionario
del cambio total.”

En mi caso, para conseguir una entrevista exclusiva con H.C.F. Mansilla, el pensador
contemporáneo más brillante que tiene Bolivia, necesité tragarme el orgullo de por lo menos
tres rechazos sin derecho a réplica, vencer una prueba de escritura y, obviamente, tener el
respaldo de una marca como es el periódico Los Tiempos.

Una vez roto el hielo y en un encuentro en vivo y directo (Mansilla estuvo en Cochabamba días
atrás para participar de un seminario sobre René Zavaleta), este prominente intelectual se
muestra tan fascinante como lo es su pensamiento.
Empiezo la entrevista preguntándole qué opina de los cambios drásticos que ha sufrido Bolivia
en la última década y responde sin dudar: “Yo supongo, al contrario de lo que usted dice, que
el país ha cambiado muy poco en las últimas décadas y que arrastra tradiciones, puntos de
vista, normas de comportamiento, pautas de orientación que son más o menos las mismas
desde hace muchísimo tiempo. Lo que cambian son pequeños aspectos exteriores, por
ejemplo, un Gobierno puede ser más afecto en la teoría a cuestiones indianistas, a resaltar
valores de las culturas aborígenes, puntos de vista ancestrales, pero eso creo yo que es lo
superficial”.

Mansilla hace una pausa breve e inmediatamente ejemplifica su posición: “Quiero mostrarle,
por ejemplo, algunos aspectos de lo que no cambia a través de siglos. En la época de la
colonia, por ejemplo, lo más usual era la instrumentalización del Poder Judicial por el Poder
Ejecutivo. La inmensa mayoría de toda la documentación existente en el Archivo de Indias, son
quejas, agravios de la población contra el mal funcionamiento de juzgados y fiscalías y, al
mismo tiempo, son quejas sobre cómo el Estado, las autoridades del momento, oidores, la
administración virreinal, hacían que la justicia realmente siempre falle a favor de los que
tenían buenos contactos con el Poder Ejecutivo y creo yo que esta instrumentalización del
Judicial por el Ejecutivo se ha mantenido vigorosamente hasta hoy, y más bien en los últimos
diez años ha tenido un renacimiento notable”.

Para el enemigo la ley

Según H.C.F Mansilla, doctor en Filosofía por la Universidad Libre de Berlín, otro aspecto ligado
al anterior es la continua vigencia del principio virreinal de “al amigo todo, para el enemigo la
ley”. Es decir, “la idea de la discrecionalidad, al amigo, al aliado, al allegado, se le permite
prácticamente todo. En cambio, al enemigo basta con aplicarle los instrumentos de la ley, con
lo cual la ley viene a quedar como algo negativo, como algo horrible que se aplica sólo en casos
extremos”.

“Otra cosa que no ha cambiado gran cosa —abunda Mansilla—, es la cantidad de trámites a los
que está sujeto el ciudadano común. También en la colonia había una enorme cantidad de
protestas que se debía al carácter muy enrevesado y complicado de la burocracia colonial, y
aquí hay ciertas instituciones que no han variado gran cosa. Me refiero, por ejemplo, a
Derechos Reales, que es una institución extremadamente complicada y, obviamente, los más
interesados en que no cambie nada, es esa hermosa fauna de gestores, abogados; es decir, de
los que viven aprovechándose de que los normales litigantes no tienen ni tanto tiempo ni
tanto dinero para perder haciendo los trámites correctamente; entonces, ellos, igual que en la
colonia, se aprovechan de esa situación”.

La mala educación

Otra cosa que en Bolivia no ha cambiado nada, según este pensador, es la mala conformación
de la educación en general y de la universidad en particular. “Ambas instituciones siguen
siendo memorísticas, siguen teniendo una tendencia muy fuerte a no tratar temas que tiene
que ver con otras culturas, o sea muy cerradas por las montañas que al mismo tiempo
protegen, pero también aíslan del mundo exterior. Entonces, en los campos de la educación,
del funcionamiento normal, de las funciones estatales, en el caso concreto del Poder Judicial,
se arrastran, creo yo, tradiciones que vienen de muy atrás y que no han cambiado nada”.

Con dos libros publicados este 2016 en Rincón Ediciones: “Filosofía Occidental y Filosofía
Andina” y “Las raíces conservadoras bajo las apariencias radicales en América Latina”, Hugo
Celso Felipe Mansilla Ferret, asegura que otro aspecto que en Bolivia no ha cambiado nada en
las últimas décadas, es “la arrogancia de los que detentan ocasionalmente el poder y empiezan
siempre como amigos del pueblo, como fue el caso del 52 con el MNR y del 82 con la UDP, y
terminan conformando élites extraordinariamente privilegiadas y alejadas de los intereses del
pueblo llano”.

Educación y cambio

El pueblo, la gente que camina en las calles, siempre espera que las cosas que están mal
cambien. ¿Qué se necesita para que una sociedad se transforme? “Estimada señora Gonzales
—comienza respondiendo Mansilla—, no existe ninguna receta. Si hubiese una receta, ya se la
habría aplicado en algún país del mundo. Una cosa fácil y simple, de efectos contundentes y
rápidos, eso no hay. Lo que se puede pensar, siguiendo el modelo de cambio más exitoso, que
es el de los países escandinavos en el siglo XIX o de Corea del Sur, Singapur en el siglo XX; es
apostar por la educación, por un cambio real motivado por la modificación de pautas
educacionales”.

Pero para eso —dice el pensador— hace falta una verdadera reforma, seria, sostenida en el
tiempo “y no estas simples declaraciones líricas que han sido la reforma educacional de 1952
en adelante, bajo el MNR o las otras que ha habido en los últimos años, que en realidad no
modifican gran cosa las pautas profundas de comportamiento de la población, que más bien
tienden a consolidar lo de antes”.

Indianistas conservadores

“Por ejemplo, yo supongo, pudiendo equivocarme fácilmente —sentencia H.C.F. Mansilla—,


que todas estas tendencias indianistas radicales de izquierda, en el fondo son muy
conservadoras, en el sentido de que preservan, mantienen valores de orientación muy
antiguos, con una pintada exterior, con un aspecto exterior radical, pero que en el fondo son
muy conservadores. Esto me ha preocupado sobre todo en el caso del indianismo, he
publicado un pequeño libro en la editorial Rincón Ediciones sobre este caso. Yo creo que los
indianistas, bajo esa apariencia radical de modificar todo, en el fondo, lo que quieren es
preservar valores muy antiguos y muy convencionales, jerárquicos, verticales, autoritarios,
machistas, que vienen de muy atrás, pero ahora con un aspecto revolucionario del cambio
total. Yo creo que en eso Bolivia es uno de los países relativamente más conservadores del
mundo, junto con el ámbito islámico”.

http://www.lostiempos.com/actualidad/cultura/20160711/hcf-mansilla-bolivia-que-no-
cambia

(*) La autora es periodista.

Claudia Gonzales Yaksic

Publicado el 11/07/2016

Publicado por Santos Diamantino en 6:50 No hay comentarios:

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miércoles, 1 de junio de 2016

EL SHOW UTÓPICO DE LA POLÍTICA BOLIVIANA.

EL SHOW UTÓPICO DE LA POLÍTICA BOLIVIANA.

Por Santos Diamantino.[1]

¿Lo que se expresa en el imaginario de la política boliviana es tangible en la realidad? Tiempo


de cambio, proceso de cambio y otros mensajes son los que se emiten en el gobierno actual
(M.A.S.). Tiempo en el que se retoma nociones como el de descolonización de la educación, a
partir de ideas marxistas, no marxistas, populistas, indigenistas, indigenismos con tintes
pachamamistas. Discusiones que ya fueron presentados en autores latinoamericanos como
Pablo Cassanovas en los años 60. En Bolivia en autores como Fausto Reinaga en tanto discurso
político y otros (que en este espacio no me es posible mencionar a todos). Tiempo pasado en
el que al indígena se lo percibía como marginal en todos los procesos económicos, sociales y
políticos. En el pasado ser indígena significaba ser pobre porque la población indígena de
Bolivia estaba afectada proporcionalmente por la pobreza (tanto moderado como extremo).
Actualmente ser indígena tiene otras connotaciones ideológicas.

La viralidad de estas temáticas se dan a partir de 1978 hasta 2006. Bajo una consigna,
construir un nuevo Estado, una nueva forma de hacer y ser gobierno. Más aún, cuando asume
un presidente “indígena” la dirección de Bolivia. A partir de ello, la figura del que vive en el
campo ya no es de un indio (pre-colonial, colonial, republicano), ni de un campesino
(revolución del 52), ni de un campestre (racismo citadino). Se introduce otros conceptos en el
léxico político; Indígena - Originario.

Es en ese sentido que el periodo 2006-2016, logra un cambio sustancial en las discusiones y en
las consideraciones identitarias. En afines a un partido como es el M.A.S. que ven en la figura
de Evo Morales, muchos elementos que según ellos, han reeducado algunas mentalidades del
acervo político en decadencia como en emergencia. Por un lado está la imagen simbólica de lo
que es el pueblo oprimido. Por otro esta la imagen de un ser que puede manipular un icono
simbólico (originario) para fines personales.

Esta imagen, de la política dual se encuentra inmersa en la educación, en todos sus niveles
estructurales (más visible en sus instituciones de Educación Superior). Reflejándose claramente
en dos bandos; en personas que están de acuerdo con la participación histórica de Evo
Morales en el poder, y en personas que consideran que Evo Morales, sólo es una imagen
instrumental del poder.
La juventud que participa en universidades en su primer bando, considera que la figura del
presidente Morales cambió la identidad de la Educación y del país, sintiéndose parte de este
proceso. No obstante, las simples observaciones etnográficas, denotan que la necesidad
biológica de existir, obliga al ser humano a ser parte de una colectividad política. Razones
fundamentadas en la necesidad de trabajar para existir.

El segundo bando político considera que no se direccionó de forma holística al pueblo


boliviano, sino, a una parte del pueblo boliviano. Instrumentalizando de forma perniciosa la
figura de lo indígena-originario. Este elemento utilitario del M.A.S. ha permitido moldear a un
buen número de personas que viven en el campo. Haciéndoles creer que su ideología no
responde a una estructura occidental, sino lo contrario, a un sistema comunitario. No
obstante, este supuesto es pernicioso para la misma gente, porque acomoda y encaja en el
dibujo político del partido de gobierno. Sometiéndolas de forma inevitable a la globalización, a
la “modernidad boliviana”.

El objetivo del gobierno actual es introducir en la mente del boliviano, una nueva visión de
educación, una visión de ciudadano boliviano, donde supuestamente “todos” tienen su
espacio. Fin, que según ellos, se “consolidó en la asamblea constituyente”, donde se reconoce
a todas las etnias del país, sus valores, su filosofía, su convivencia, etc. La pregunta es ¿bastará
con el reconocimiento? ¿Será suficiente que se grite en los discursos que ya son reconocidos y
que antes no lo fueron?

Muchos analistas políticos, como no analistas consideran que hay una ruptura entre lo que se
dice y hace. Existe el cambio de liderato, o la imagen de un supuesto indígena en el poder. Sin
embargo, las estructuras, las formas administrativas siguen siendo coloniales. El proyecto
político presentado está falto de crédito. Un buen porcentaje de la realidad boliviana, ha
perdido la confianza en este supuesto llamado “proceso de cambio”, ya la nueva generación
formada en ámbitos políticos como no, necesita creer sabiendo que es así, no lo contrario,
porque fue y es posible creer sin saber, pero no se puede saber sin creer.

El simple hecho de retomar el discurso político de la educación, se torna en un debate abierto.


Se concientiza a la academia, como a las personas que no participan de la misma, que al
indígena-originario no se lo usa como un recurso electorero, sino que se lo toma como parte
del proceso que Bolivia vive, “proceso de cambio”. En el diálogo de los diversos espacios
sociales, la nueva generación emergente afirma que esto no es así, preguntándose, ¿Hasta qué
punto, se toma la participación de indígenas en el poder? ¿Cómo participa el indígena-
originario del gobierno llamado “indígena”? ¿Su participación es libre, es abierta a nuevas
propuestas? ¿Se toma realmente las tradiciones culturales como paradigma político, o sólo es
un discurso, una instrumentalización de la cultura para mantener el poder de un partido
político?

El vicepresidente en el discurso del 2016 afirmó que los indígenas son constructores y partes
de este proceso, un discurso que en sí mismo, aglutina políticamente a toda Bolivia. No
obstante, en la estructura gubernamental muy pocos participan de sus ministerios. Además de
incluir un carnet a fin al partido, sin olvidar que muchos de sus ministros no son, ni hablan una
lengua indígena-originaria. Entonces lo que se dijo anteriormente es real, es decir; hay ruptura
entre lo que se dice y hace en la política del M.A.S.

En el plano educativo, se lanzó varios enunciados; se afirmó que la educación es democrático,


porque el mismo gobierno “tiene estas características”, repitiendo, la democracia es el
gobierno de los pueblos y no del mercado. Se asevera que se pasó del genocidio a la inclusión
del indio, que se hizo un esfuerzo por recuperar los valores culturales, que hay avances en la
visibilidad del movimiento indígena campesino. Efecto que se vio reflejado en la constitución
de un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario. Frente a ello, existe un
colectivo de personas jóvenes amantes del escepticismo, que dudan ontológicamente de lo
que se afirma en el discurso político.

Según los gobernantes esta idea inclusiva del Estado, afectó a todos los oponentes políticos,
claramente se puede extraer de los discurso emitidos del 2013: cuando el canciller
Choquehuanca decía; “El ser gobernados por indios es un trauma para los que comulgan con
las posturas de los blancos”, “no estamos planteando volver a 1492, estamos planteando
volver a nuestros caminos, donde las decisiones se toman mediante el consenso”. Idea que en
la realidad externa no es así (véase los nuevos nombramientos en cargos públicos). Evo
Morales en 2006 decía; “he venido luego de 500 años, para acabar con esa desigualdad, para
acabar sobre todo con la discriminación, opresión donde hemos sido sometidos, como
aymaras, quechuas, guaraníes. La pregunta es, ¿será así? Es claro que el gobierno tiene una
cosmovisión paternalista de la política boliviana, además de utópica.

La relación Estado y Sociedad es dicotómica en Bolivia, los discursos han demostrado que son
un elemento de rutina y de pintura discursiva que debe hacer obligatoriamente referencia a la
universalidad de la calidad de vida en Bolivia, a la mal utilización de la descolonización. El
“proceso de cambio” es el cambio del proceso, es decir; se cambió actores y algunos
elementos ideológicos (por eso se habla de interculturalidad, intraculturalidad, educación
comunitaria, descolonización), pero en la práctica, las formas gubernamentales siguen siendo
las mismas. Por eso el vivir bien es una creación utópica, convirtiéndose en el sólo discurso y la
buena intención. Muchos entes reales como ideales en Bolivia se han nutrido de buenas
intenciones y de ideales utopistas.

No cabe duda que la política boliviana en sus presupuestos mantiene nociones del mundo
occidental. Históricamente se debatía sobre la ley natural, “el pez grande se come al pez chico,
ejemplo, el mercado (igual a desarrollo), conflicto en el que lo más fuertes sobreviven, o se
salvan de ser enjuiciados. En la política boliviana no hay el enunciado, todo para el Estado, por
el Estado y en el Estado, proscribiendo cualquier manifestación independiente de la
personalidad. Lo que confina al basurero, todo el imaginario social de la realidad boliviana. Por
eso las impresiones son sólo subjetivas. Desde la reflexión filosófica, somos nacidos en un
Estado libre, pero miembro de un gobierno soberano que puede hacer lo que quiera. Y la
mayoría (sobre todo masista) cree en utopías, porque la realidad les parece increíble. Sus
votos paradójicamente son como conciencias ausentes. Por eso es importante reflexionar y
luchar contra este sistema perverso, lo cual desde su asunción al poder, llevó a pensar que era
la única opción.

[1] Santos Diamantino es Filosofo, Antropologo y Músico cantautor, como solista tiene dos
discos. En la actualidad es fundador y director del Coro Paidea, grabando dos discos.

Publicado por Santos Diamantino en 7:33 No hay comentarios:

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miércoles, 4 de mayo de 2016

¿Qué SENTIDO tiene hacer análisis?

¿Qué SENTIDO tiene hacer análisis?

Siguiendo esta distinción entre las formas presentes en la superficie discursiva y los procesos
opacos en el lado de la producción, entre el síntoma y el núcleo oculto que le da origen y
forma, como debemos analizar los discursos, es decir, entenderlos como síntomas, no
como espejos que necesariamente reflejan de manera transparente la realidad social, ni los
pensamientos o intenciones de las personas.

Al entender la opacidad llegamos a la justificación del análisis, y al comprender que el


discurso es una forma de acción, encontramos el sentido y el propósito del análisis.

Hay que analizar “bien” la relación entre discurso e ideología.

Pasemos de la circulación (visible, fenoménica) a la producción (no visible, oculta) de esta


expresión mediática. Los periodistas que a diario emplean esta emisión restrictiva e
ideológicamente orientada,

¿lo hacen a propósito?,

¿están tomando partido?,

¿diseminan ideología conscientemente?,

¿optan por un sintagma nominal en detrimento del otro a sabiendas?

No lo sabemos, eso ya forma parte de las especulaciones y sospechas que podemos tener. Sólo
conocemos la acción que se realiza con el lenguaje, la que podemos examinar y analizar
empíricamente, en cambio, la intención detrás del autor queda oculta.

Es aconsejable distinguir categóricamente entre la intención del hablante y la acción de


su discurso, porque pensar en la intencionalidad de los sujetos y atribuir a sus dichos
intención, implica creer en un sujeto muy racional, siempre atento y consiente de lo que dice o
deja de decir, y sabemos que eso no siempre es así.

La teoría es un lente con el cual miramos la realidad, por lo mismo, sin ese lente, los textos nos
parecerán desenfocados, un mar amorfo de letras, y nos perderemos o ahogaremos en él.

La teoría acompaña todo análisis pues incide en nuestro modo de enfrentar el objeto de
estudio, de problematizarlo, en las categorías conceptuales y, evidentemente, en cómo mirar
los textos.
Dos IDEAS PARA ANALIZAR UN TEXTO

Fundamental preguntarse ¿Qué BUSCO EN EL TEXTO?

FUNDAMENTAL es distinguir entre aquello que interesa y que NO interesa.

La lingüística crítica tiene esto:

Un modelo de análisis llamado transactivo-transformacional que intenta relacionar la


organización social de la comunidad con la gramática (en sentido amplio) que ésta emplea
y ver cómo las pautas socialmente determinadas del lenguaje influyen en el
comportamiento no lingüístico.

Su unidad de análisis es la oración, su concepción del lenguaje es funcionalista y su mirada


social responde al paradigma crítico. De hecho, esta corriente británica analiza
tempranamente el discurso medial y lo vincula con lo ideológico.

Gramática Sistémica Funcional.

La unidad de análisis es la oración, no obstante, sobre esa base se elabora una


interesante y compleja propuesta llamada por algunos “contextualismo británico” que
propone vínculos entre texto y contexto.

Para eso se distinguen tres dimensiones de todo contexto situacional (campo, modo y tenor)
las que se ponen en relación con tres meta-funciones del lenguaje (función ideativa,
interpersonal e informativa); cada una de estas funciones se expresan gramaticalmente y,
por lo mismo, pueden ser descritas mediante recursos lingüísticos como la modalización,
agencialidad, tópico y comento, etc.

Tres niveles de análisis:

el análisis textual,

el de la práctica discursiva

y el de la práctica social.

El primero de carácter descriptivo, el segundo interpretativo y el tercero explicativo.

Para ello propone siete categorías de análisis, entre las cuales destaca la intertextualidad que,
como el mismo Fairclough señala, es la propiedad de los textos de estar constituidos con
fragmentos de otros textos.

Sayago (2007), propone un Análisis del Discurso de cuatro niveles:

1) textual,

2) discursivo,

3) acción social

4) y estructura social.

Toda investigación que contemple el análisis discursivo y que quiera enfrentarse exitosamente
a la interpretación sígnica, debe mostrar siempre una coherencia rigurosa entre:
categorías conceptuales,

categorías discursivas

categorías lingüísticas/semióticas

y recursos gramaticales de base.

Publicado por Santos Diamantino en 13:56 No hay comentarios:

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miércoles, 27 de enero de 2016

DISCURSO O REALIDAD EN EL MANEJO DEL PODER POLITICO EN BOLIVIA

DISCURSO O REALIDAD EN EL MANEJO DEL PODER POLITICO EN BOLIVIA

Por Santos Diamantino[1]

El 22 de enero del 2016 el Vicepresidente del Estado plurinacional de Bolivia, decía: “… hace 10
años asumíamos la presidencia y la vicepresidencia, era un momento victorioso de una oleada
revolucionaria de indígenas, obreros, campesinos, vecinos y jóvenes que habían impedido la
privatización del agua el año 2000, gente que impidió la exportación del gas a Chile y de este a
Estados Unidos.” Sin embargo, en la realidad ¿esto es así? ¿Será que Álvaro García Linera fue
parte de estos momentos que él menciona como parte de la victoria de los pueblos indígenas
que viven en la ciudad y en el campo, o, será que él miraba desde las aulas universitarias,
oyendo y viendo desde los medios de comunicación? ¿No será que la victoria es sólo del
pueblo y no de los que ahora están en el país, y se atribuyen este merito, diciendo que nos
representan?

Posterior a esto, el vicepresidente se atribuye la recuperación de recursos naturales, no


obstante si vamos a las fronteras del país, sobre todo a la amazonia. Se puede observar una
oleada de migración externa que está extrayendo y degustando de recursos naturales del país.
¿Entonces se recupera o se pierde recursos naturales? porque una cosa es en el papel y otra
estar en el lugar y fijarse que esto sea así.

Después se jactan de impulsar la Asamblea Constituyente del Estado. Sin embargo este ya fue
un proyecto indianista y katarista proyectado al finalizar los años 70. Además este proceso si
veía venir si o si: Las nuevas generaciones gozamos de tecnologías que nos permiten
comunicarnos y aprender todo el tiempo. No hay gente que quiera quedarse en el anonimato
sin decir lo que piensa, no hay gente que quiera ser negada y abusada en la actualidad. El
ejemplo son las ferias que existen en las principales ciudades del país. El boliviano, o el aymara
que vive en la ciudad o en el campo ya no se calla, ni se queda en el anonimato. La realidad ha
cambiado, ya no es época en la que el aymara, quechua, guaraní u otros indígenas se quede en
el campo a labrar su tierra. Este nuevo indígena conoce, tiene su auto, su casa, negocios por
todo el país, sabe cómo funciona la economía.

El boliviano de este siglo quiere vivir mejor (tangencialmente) no vivir bien (mundo ideal), sus
ansias de estar mejor no tiene límites. Si sólo mencionamos los problemas de medio ambiente
que maneja la estructura de gobierno, se percibe que están equivocados frente a la realidad.
Una cosa es ir un rato a inaugurar obras a un pueblo y otra quedarse por lo menos una semana
y conocer lo que esa persona vive y siente en el lugar. En el campo no existe el derecho de la
naturaleza, sino, el cómo va sobrevivir el ser humano. Las ideas que se expresan en los papeles
que firma el presidente se quedan en el papel. El sólo hecho de aseverar la regulación del
comportamiento humano es idealista y romántica, porque controlar al ser humano es
imposible.

La lógica postmoderna del aymara y quechua que se ha formado y vive en las ciudades como
en los campos es, usar sin restituir, hay una lógica individual. Los mismos inventos tecnológicos
han fomentado esto, hay cierta egolatría consumista, es decir; La naturaleza y las especies
vivientes son objetos con dueños o simples recursos naturales. La naturaleza es reconocida en
tanto su utilidad (ganancia y consumo). Con todo esto ¿Quién libera a la naturaleza de tan
natural esclavitud? ¿Un gobierno supuestamente indigenista-pachamamista? Además que es
un gobierno que cosifica a la naturaleza al decir que se “recuperó los recursos naturales”. La
naturaleza no es un ente dominable, más bien somos presa de su dominación natural. Por eso
es importante reconceptualizar muchas ideas en la estructura del gobierno, con ideas reales,
no idealistas.

Un tercer logró según Álvaro García Linera es, que el gobierno sea “indígena obrero campesino
popular.” Si nos remontásemos a las ideas de identidad, ninguna de estas se cumplen en la
estructura, aunque el tema no establece algo definitorio. Pero ¿es la identidad, todavía en
estos tiempos post- modernos, un tema de interés para la gente que vive en los campos como
en las ciudades? ¿Ellos sabrán sobre los arduos debates que se da en la ciudad, en la academia,
en la estructura del gobierno sobre la identidad? ¿Cómo construyeron su concepto de
identidad para decir que el gobierno es indígena obrero campesino y popular? preguntas que
aún se mantienen en el imaginario de los que degustamos de estos temas.

Otra de las frases que lanzó el vicepresidente fue que el gobierno “puso fin al Estado neoliberal
y colonial vigente”. Sobre este punto alguna reflexión política filosófica. Es verdad que en la
actualidad la discusión sigue dividida (izquierda y derecha), una política que aún se basa en los
acontecimientos de la revolución industrial, donde la explotación laboral era abusiva y brutal,
que obreros trabajaban por una cantidad de dinero sin descanso. De donde surge un
movimiento que hoy se conoce como la izquierda política, quien acuña dos corrientes políticas,
el comunismo y el socialismo, la primera busca suprimir la explotación laboral y la del
empresario; la segunda permite la figura del empresario imponiendo restricciones tales que no
pudiera explotar a sus trabajadores. Su objetivo es que la clase baja no sea subyugada por la
clase alta, de ahí parte la izquierda. Es esta la caracterización, sin embargo ¿es esto así en el
país, la realidad es esta? Porque los adeptos al partido de gobierno se hacen decir de
izquierda.

La derecha política tiene dos corrientes, la conservadora y la capitalista liberal. La primera


impone una doctrina moral y patriótica, tiene ideas que para los jóvenes son muy cuadradas,
disciplinadas, rompiendo la pluralidad y la conducta individual. La política liberal capitalista
propone el libre mercado, lo cual se traduce en que la empresa privada sea el principal motor
de la sociedad, porque es sabido que cuanto más ganen lo señores, mejor comen y visten sus
empleados. Sus políticas son económicas, beneficia a los empresarios, independientemente si
son pequeños o grandes. Al respecto Karl Kraus decía; “la ley básica del capitalismo es tú o yo,
no tú y yo”. En el capitalismo no hay un equilibrio justo, porque se busca beneficio de pocos.
José Luis Sampedro decía; “Una sociedad que sustituye bienestar por beneficio es el
exponente de una sociedad en grave decadencia”. Por eso es que la empresa privada no puede
ser el principal motor de la sociedad. No obstante ¿Qué ocurre en Bolivia? ¿se suprimió este
tipo de políticas yoyistas?

El vicepresidente afirmó que “los indígenas votaron por sí mismos, los humildes votaron por sí
mismos, los trabajadores votaron por sí mismos, que es un programa de poder hecho por ellos
mismos y con ello, lo que fue posible el 500 años al fin sucedió”. Sin embargo, la nueva
inteligencia citadina que viene del campo, no se traga este cuento, “mientras más lean las
ovejas, más negras se pondrán” dice el dicho. La juventud tiene conciencia, es un ser que se
informa es un ser humano libre, tiene conciencia de que no es así. Sabe que se coimea a
líderes indígenas, campesinos y obreros, para que sus afiliados a sindicatos, asociaciones,
federaciones y confederaciones voten por el que tiene el poder, si este no lo hace este es
castigado de diversas maneras.

Esa es otra forma de hacer política barata, y discursear bonito en el palco. Un gobierno que
asevera que es un país democrático, pero acalla voces de periodistas, de dirigentes, de gente
que piensa distinto. Para la reflexión, un país, cuyo gobierno apalea ciudadanos para silenciar
su voz no es un país democrático. Medios de comunicación que se ven determinados por el
apoyo económico que da el Estado, no es democrático. Noam Chonsky decía, “el propósito de
los medios masivos no es tanto informar sobre lo que sucede, sino más bien dar forma a la
opinión publica de acuerdo a las agendas del poder corporativo y dominante.” Y de alguna
manera esta idea se ve reflejada en el país.

Estas ideas se deben considerar, no se pueden olvidar, acciones como lo del TIPNIS, una policía
deteriorada, una justicia manipulada, medios sometidos al poder. Hay que reflexionar en estos
tiempos de manera seria, no apasionadamente, porque el pueblo que olvida su historia está
condenado a repetir desgracias.

[1] Filosofo, Antropologo y músico- cantautor.

Publicado por Santos Diamantino en 5:40 4 comentarios:

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BIOGRAFIA

Santos Diamantino es Licenciado en Filosofía U.M.S.A.; Licenciado en Antropología U.M.S.A.;


Magister Scientiarum en Educación Superior de la Universidad Mayor de San Andrés. Cursante
del Doctorado: Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Tercera Versión UMSA
Especialista en Educación y Política. Obras: El fundamento ético del Utilitarismo de John Stuart
Mill: el Katarismo Histórico. Ensayos: Las postrimerías de la religión. Determinantes de la vida
placer y dolor. Lo sagrado no es sagrado sino un fin económico. apología de la naturalidad
musical. El problema de la función y determinación en filosofía, y otros.

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El ser humano se mide por lo que es dentro no por lo que es fuera, la externalidad es
engañosa. Por eso nunca es buena taxonomizar a la humanidad.

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