INTRODUCCION

La discriminación, en tanto fenómeno social, constituye un tema de creciente interés en las

ciencias sociales peruanas. Considerándose como un mal social que miles de personas de
poblaciones vulnerables viven día a día en el Perú. En este contexto, nos planteamos la
siguiente pregunta ¿Consideran que es ético que se discrimen a las personas provenientes de
la sierra, por su manera de hablar o vestir? Y ante la presente problemática consideramos que
no es ético que existe discriminación racial, étnica y social. De acuerdo a esto en los siguientes
párrafos voy a exponer el porqué de mi opinión.

PARRAFO DESARROLLO 1

PARRAFO DE DESARROLLO 2 Y CIERRE

Consideramos que el acto de discriminación racial, étnica y social queda totalmente rechazado
en la sociedad. Debido a que este acto se encuentra basada en una ideología racista.
El racismo es “una ideología basada en que los seres humanos podemos ser categorizados en
razas, esta categorización se fundamenta únicamente en características físicas y/o biológicas de
los seres, y postula que dentro de esta categorización existen algunas razas que son superiores
a otras”. El Perú presenta gran diversidad, si bien esta nos llena de orgullo, existe un doble
discurso. Son estas mismas diferencias que, también, son motivo de discriminación y el
establecimiento de relaciones jerárquicas. Históricamente, se ha planteado un modelo de
peruano cuyas características físicas y origen étnico-cultural son similares a las de un inglés
antiguo. Mientras más nos parezcamos a él, “consideramos que nos encontramos en un nivel
superior y sentimos mayor motivo para discriminar o menospreciar al otro”. Los patrones
anteriormente señalados no permiten el ejercicio pleno de los derechos de las personas, dado
que estas son discriminadas siendo imposibilitadas de participar y opinar, su voz no cuenta en
estas circunstancias, y, por tanto, su condición de ciudadanos y ciudadanas se encuentra
reducida. Por lo que buscar soluciones factibles resulta de suma importancia para el bienestar
de nuestra sociedad. Para vivir en armonía es necesaria la formación de una ciudadanía
intercultural, que hace referencia a “ciudadanos y ciudadanas que asumen la diversidad
cultural en forma positiva, respetando y valorando todas las culturas, etnias y grupos culturales
que conviven en un territorio, desarrollando diálogos horizontales y relaciones armoniosas”. Es
necesario conocernos unos a otros y desarrollar la capacidad de poder reconocernos. A esto se
le llama inclusión social y esta se dará en nuestro país cuando aceptemos a los miembros de
diferentes partes del Perú como ciudadanos y ciudadanas. Asimismo, es necesario que acaben
con las leyes discriminatorias y pongan en libertad a las personas encarceladas por su
aplicación; protejan a todas las personas, sean quienes sean, de la discriminación y la violencia;
introduzcan leyes y políticas que promuevan la inclusión y la diversidad en todos los ámbitos de
la sociedad; tomen medidas para abordar las causas fundamentales de la discriminación, por
ejemplo, cuestionando los estereotipos y actitudes que la fomentan.

Reafirmando mi postura, considero inapropiado y completamente antiético el acto de

discriminación racial, étnica y social. No cabe duda que la discriminación seguirá formando
parte del mundo por muchos años, pero puede ser combatida desde la casa y en los centros
educativos, buscando impartir una visión inclusiva y equitativa de la sociedad a las nuevas
generaciones. Asimismo, es esencial establecer leyes que protegen a las minorías, solo de este
modo se podrá tener acceso a un desarrollo sostenible, y todos podremos coexistir en paz y
tranquilidad.