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1 2I—
. Eni' Ideas in Psychol. X'o( 0732— I l sX/90
137, 1990 Impreso en C•reai s3.00 + 0.00
@ 1990
Briiain I'ergamon Press
pl«
EL PROBLEMA
La mayoría de los historiadores de la psicología sostienen que esta
disciplina se separó de la filosofía cuando la psicofísica se estableció
como una disciplina separada alrededor de 1850 (véase, por ejemplo,
Boring, 1950). Esta versió n de la historia es solo parcialmente cierta, y
esto por dos razones. En primer lugar, ninguna disciplina, incluso si
adopta el método científico, se libera por completo de la filosofía, ya que
toda investigació n sobre cuestiones de hecho hace uso de conceptos y
principios generales sobre la naturaleza de las cosas y sobre la
bú squeda de la verdad. Ademá s, toda disciplina bá sica aborda algunos
problemas de interés filosó fico. En particular, la psicología no puede
dejar de lado uno de los problemas filosó ficos má s antiguos e
intrigantes , a saber, la naturaleza de la mente (véase, por ejemplo,
Bunge, 1980; Popper & Eccles, 1977).
En segundo lugar, la versió n má s popular de la historia de la
psicología pasa por alto el hecho de que la Antigü edad clá sica había
engendrado una rama paralela a la psicología filosó fica, a saber, la
psicología médica que floreció en las escuelas de Hipó crates en Grecia, y
Galeno en Roma. Estas escuelas bioló gicas, contrariamente al
espiritualismo de Plató n y sus seguidores, encontraron seguidores
incluso durante la Revolució n Científica. Uno de ellos fue el médico Juan
Huarte de San Juan, autor del Examen de ingenios para las ciencias (1575),
un best seller en varios idiomas europeos hasta finales del 17 siglo, y
notable por proponer la localizació n cerebral de las diversas funciones
mentales.
Sin embargo, es cierto que la psicología experimental no nació hasta
mediados del siglo 19. La psicología médica había sido puramente
observacional: só lo se basaba en el trabajo clínico y quirú rgico,
complementado só lo en el siglo pasado por el examen patoló gico post
mortem, que produjo los sensacionales resultados neurolingü ísticos de
Broca y Wernicke. En cuanto a la psicología filosó fica, que es tan
antigua como la filosofía, hasta hace poco era puramente especulativa e
ignoraba la
121
hallazgos ‹si los psicó logos médicos: Fue cultii la anguila ‹es . i 1 i pulgada ot
las hurnanidades.
Curiosamente , conocemos las certezas de nacimiento de la psicó loga,
en particular la psiquiología experimental, pero no sabemos con certeza
dó nde tr› colocarla en el sistema del conocimiento humano. El filó sofo
espiritualista y psiquiatra Maine de Biran (1823/24), así como los
psictió logos de élite contemporá neos "hu nianistas" (por ejemplo, Maslow, 1
S62 ; Rogers, 1 fi6 1), e incluso los psicolinistas ‹en el tih‹ rnsky scho‹il (por
ejemplo, Fodor, 1 Ii7»), han conceix'ecl de' psycliol‹igy su una disciplina
humanista, por lo tanto como un alienígena para experimentar, biología,
ancl sticitilogy. Por otro lado los beliavioristas radicales, frente Watsr n ( 1
I) 1 0) t‹i S kinner (1938), así como los neoconductistas, 1rout Hull ( 1 IU 2) t‹a
Su ppes ( 1i)75). ha considerado la psictilogía como una ciencia natural —
para tratar con los animales— aunque, paradó jicamente, como autó noma y,
en particular, como ndependiente Ii-‹›en biología.
En realidad, ni ‹›f the twt› preceding ‹opinions—que ps}'chtil‹igy es
una disciplina h umanística, y que es una ciencia autó noma— es
dominante en la comunidad ló gica psíquica internacional. En esta
c‹inimu nity la visió n dominante es que 1 asie psych‹ l‹igy es una ciencia
en el mismo pie que la física, la ugli ciertamente no tan avanzada,
mientras que la clínica, la educació n‹ il, ‹ind industrial psych‹ilugy se
aplican s'ciences o quizás tecnologías siiiiilar t‹› en¿ineering, porque su
aire es n‹it só lo para stiicly comportamiento, erudició n, y cciyniti‹in,
pero para altet' ellos.
H owever, los científicos psy'chti1ogists' no está n de acuerdo en sv hether
la psicoltigia es una ciencia natural o social. La mayoría de ellos, fr‹iiii
Darwin ( 187 1) ancl 1.l‹i\'cl M‹irgan ( 1654) —los fundadores de la
psicología com paratix'e— a los conductistas raclicales, a la escuela ciestalt,
y a los reseai-che rs en psschoph ysics ‹irl€l en psicología fisioló gica,
concebir la psicología como una ciencia biolo,qical, a pesar de que el ó xido
todos ellos hacen un uso ex plicit de los conceptos, hv potlieses, .incl
métodos de biología. Una minoría, 1c›rmed por algunos psicó logos sociales
y los seguidores de V ygotsky (1 S 78), sitú an a la psiquiatría entre las
ciencias sociales. Los primeros argumentan que la psicología es una
ciencia natural porque estupefaciente anini‹ils; estos ú ltimos argumentan
que la psicología es una mentira de las ciencias sociales porque no puede
concebir el comportamiento y los estímulos sociales.
Hasta ahora, entonces, tenemos cuatro opiniones diferentes sobre el
lugar árido de la psicología: autononiismo, humanismo, naturalismo y
sociología. Los cuatro puntos de vista han sido institucionalizados.
Los autonomistas han logrado establecer algunas facultades de
psicología, particularmente en los países latinos. "Los humanistas
trabajan en facultades de artes o se dedican a la prá ctica privada. Los
naturalistas está n prosperando en las facultades de ciencias y de
medicina, y los soció logos se distribuyen entre las facultades de
artes y de educació n.
Esta fragmentació n institucional se traduce en una formació n muy
desigual. Aquellos que han estudiado en facultades de artes tienden a
ser bookish, especulativos y dogmá ticos: tienden a trabajar en
autores en lugar de en problemas. Las tasas de graduació n de las
facultades o departmer+ts de las ciencias sociales son cumpetent a condnet ‹
1›servations y algú n que otro experimento, siempre y cuando no
implique ninguna técnica bioló gica: eluden el sistema nervioso, por lo
tanto ignoran el existencia misma de
¿Qué tipo de disciplina es la psicología? 123
psicología social fisioló gica. Por otro lado, quienes han estudiado en
facultades de ciencias o de medicina se sienten có modos en laboratorios
u hospitales, pero tienden a pasar por alto la matriz social del
comportamiento y la vida interior.
Como resultado de esta fragmentació n institucional, el estudiante que
comienza el estudio de la psicología generalmente forma una visió n
unilateral del tema: tiende a pensar en él como una ciencia autó noma, o
como un capítulo de las humanidades, o como una rama de la biología (o
incluso de la medicina), o como parte de la sociología. Sin embargo,
ninguno de estos puntos de vista unilaterales abarca la totalidad de la
psicología, que en realidad traspasa muchas fronteras disciplinarias, como
se verá en la secuela.
El tema de este trabajo tiene entonces un triple interés. Por un lado es
un problema en la filosofía de la ciencia, tanto como el de la ubicació n de la
ló gica o de la lingü ística en el sistema del conocimiento. Por otro lado, el
problema es relevante para la elecció n del método de investigació n, así
como para el conocimiento de fondo presupuestado por la investigació n
psicoló gica. En tercer lugar, el nuestro es un problema de organizació n y
política universitaria: ¿ Queremos que la psicología se estudie en las
facultades de artes, o de ciencias (y medicina), o debemos presionar por
una facultad independiente?
Para resolver el problema prá ctico debemos comenzar por resolver
el problema conceptual, es decir, ¿qué tipo de hechos estudia la
psicología: espirituales, bioló gicos, sociales o mixtos, y có mo los estudia
(o debería) estudiar? Comencemos entonces abordando esta cuestió n,
después de lo cual examinaremos los méritos y las deficiencias de las
cuatro tesis principales relativas a la naturaleza y el lugar de la
psicología.
SB IB
Lal
(b
)
Figura 1. (a) Tricotomía clásica de la colecció n de hechos que
involucran a humanos u otros vertebrados superiores
gregarios: bioló gicos (Q), sociales (o) y mentales (y). (b)
Inclusió n de los hechos mentales (y) y los del comportamiento
individual (IB) en la colecció n de hechos bioló gicos (Q), y de los
hechos del comportamiento social (SB) en la intersecció n de
las colecciones de hechos bioló gicos (§) y sociales (o). Esta
reducció n ontoló gica no implica la reducció n epistemoló gica
completa de las disciplinas correspondientes (ver Figura 2).
¿Qué tipo de disciplina es la psicología? 133
La biopsicología es entonces reducta en un sentido ontoló gico. En
particular, reduce la emoció n a ciertos procesos en el sistema limbico-
hipotalámico, la memoria al fortalecimiento de ciertas conexiones
interneuronales, el aprendizaje a la formació n de nuevos sistemas
neuronales y la conciencia a la representació n en un sistema neuronal (el
monitor) de las proteínas que ocurren en otro sistema neuronal
(Bunge, 1980; Bunge & Ardila, 1987).
Sin embargo, a pesar de ser reduccionista, la biopsicología no es
niveladora, no afirma que los procesos mentales sean físico-químicos o
incluso procesos intracelulares. Lejos de ser microrreductores, en
particular los neuronistas (una idea, una neurona), con mucho, el mayor
nú mero de biopsicó logos plantean la hipó tesis de que cada proceso
mental es un cambio en la conectividad de una red compuesta por
miles, millones o incluso miles de millones de neuronas. En otras
palabras, lo mental es una propiedad emergente de tales sistemas, una
propiedad de la que carecen sus componentes celulares. En este sentido lo
mental es tan emergente como el heat, la aparició n de una nueva
bioespecie, o de lo social. (Para una elucidació n precisa del concepto
de emergencia, véase Bunge, 1979.)
Compara esta tesis con sus dos principales rivales: el espiritismo y el
neuronismo. Si lo mental no es bioló gico, entonces no puede ser estudiado
por bió logos, lo que elimina la psicobiología. Por otro lado se concede que lo
mental es bioló gico pero no emergente, entonces debe ser posible
descubrirlo en la neurona individual. (Esta sería la famosa "neurona
pontificia" o "neurona de la abuela"). De hecho, algunos psicobió logos, como
Konorski, Blakemore y Dimond, han sostenido esta tesis, que puede
llamarse "neuronismo". Para bien o para mal, no hay ni una pizca de
evidencia experimental a su favor. Por otro lado, es bien sabido que no
aparecen déficits conductuales o mentales observables a menos que los
sistemas constituidos por miles de neuronas sean destruidos,
desconectados o inactivados si solo temporalmente. Esta es una fuerte
evidencia de la hipó tesis emergentista instanciada por la conjetura de
Tanzi-Lugaro-Hebb sobre el aprendizaje (ver la segunda secció n de este
artículo).
Ahora bien, si hay zioro de re, es decir, novedades fá cticas, debemos
concebir nuevas ideas (more de dicto) para dar cuenta de ellas. Es decir,
las cosas, propiedades y procesos emergentes deben estar representados
por nuevos conceptos, hipó tesis y teorías. Esto es precisamente lo que
sucede con la psicología: esta disciplina no puede llegar a fin de mes con los
medios suministrados por la biología, sino que también debe emplear
conceptos típicamente psicoló gicos, tales como como los del afecto, la
representació n mental, el pensamiento y la decisió n. Es cierto que estos
conceptos son reducibles, al menos en principio, a conceptos bioló gicos.
Pero la reducció n, lejos de eliminar ideas, nos permite profundizarlas,
dilucidarlas e interconectarlas. En otras palabras, al convertirse en
(parcialmente) bioló gica, la psicología no desaparece como una ciencia
especial, sino que se convierte en una ciencia má s profunda.
Tenemos entonces reducción ontológica sin nivelación, es decir, sin negar
la existencia de niveles de organizació n. También vemos que la psicología
no se elimina al volverse parcialmente bioló gica: simplemente pierde su
independencia. Aná logamente, la astronomía no desapareció sino que, por
el contrario, se enriqueció enormemente cuando se repensó como la física
de los cuerpos celestes. La meteorología se convirtió en una ciencia
propiamente dicha cuando fue concebida como la aerodiná mica y la
termodina-
micró fonos de la atm‹asphere. C.enetics w:ts i-ernarkably tleepened
cuando se demostró que los genes eran segmentos ‹ f DN A moléculas.
Finalmente, su tot y w:is revolutionizecl cuando fue refundido como la
ciencia ‹si s‹›cial (ec‹in‹iniic, politiciil, iintl c tiltural) cambia.
Hagamos hincapié en que el rojo tictic›n de soriie o e›'en todos los
conceptos psi chologir:il a los neurobioló gicos cl‹ies no implican la
reducció n completa ot [isy'cli‹›log\t‹› biología. This es 1 ecause no todas
las proposiciones psyclaolo$ic‹il pro¡iositi‹ins se convierten en
proposiciones biolo ic‹il. De hecho, s‹icial ps}'cliology catinot prescinde de
los conceptos socioloídicos irreducibles a bi‹ loyy', como los que r I' social
gi'‹iu p, ci owdiny, poverty', ctirn modity , trabajo, marginalidad, un ct
antisocial I eliavior. Wli‹it social psycliol‹igy does is to solder psych‹iloJy
and social scie nce r‹ither th‹in i ccl atando el Iornier t‹i este ú ltimo cir
con versel›'. Ejemplo: "Cir ow din g inci e‹ises st ress."
En resumen, pro ¡promovemos la reclucció n de los hechos
psicoló gicos t‹i biolo ie al ‹›nes Lut no la reducció n de la calma ‹if psy'ch‹
loJy to I‹il‹i¿y. Dado que los procesos 6eliiivioral :u ill rrlciit:il está n
condicionados científicamente, lo que es apropiado es un pa rliul bins
oc.iologic‹i 1 rerfiic/ion. Esta reducció n parcial viene acompañ ada del
reconocimiento de la etiergencia tanto orrt‹ilogical antt epistern‹iloyical.
Por lo tanto, el rec1ucti‹inisiii que proponemos es moderado i en su
radical (i igu re 2).
C.CJNt\ LL SII EN
Hemos argumentado que el psycli científico‹›l‹›yy no es una ciencia del
iris autoii‹ iii‹, sino que interactú a de manera intrínseca con la biología,
incluidas las ciencias sociales, hasta el punto de superponerse
parcialmente con estas ciencias tw'o, ‹es sugyestecl en F igui e 2. Hemos
adopted un recluctioriisni de tipo mticlerate laecause it ad ni its that t he
mental constituye una categoría emergente}' o incluso nivel, y t hat
psych‹›logy h‹es irleas un nd métodos propios que ai c ni
estrictamente bioló gicos ncii pu1'ely
CIENCIA BIOLOGÍA
S
SOCIAL
ES
PSICOLOGÍA
OCIAL
ES
C
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C PSICOLOGÍA
I
A
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S
BIOLOGÍA
18501950
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